Revolución Industrial. Guerra Mundial

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1ER REVOLUCION INDUSTRIAL (1700−1950)
La Revolución Industrial, fue un proceso de evolución que condujo a una sociedad desde una economía
agrícola tradicional hasta otra caracterizada por procesos de producción mecanizados para fabricar bienes a
gran escala. Este proceso se produce en distintas épocas dependiendo de cada país. Para los historiadores, el
término Revolución Industrial es utilizado exclusivamente para comentar los cambios producidos en
Inglaterra desde finales del siglo XVIII; para referirse a su expansión hacia otros países se refieren a la
industrialización o desarrollo industrial de los mismos.
Así, el hombre, que en su proceso de hominización comienza viviendo de lo que la naturaleza pone al alcance
de su mano, descubre diversas formas de explotarla, para obtener nuevos recursos antes inimaginados.
Algunos autores para referirse al desarrollo capitalista en el último tercio del siglo XX, con nuevas
organizaciones empresariales (trusts, holdings, cárteles), nuevas fuentes energéticas (electricidad, petróleo) y
nuevos sistemas de financiación hablan de Segunda Revolución Industrial.
Reseña de la época previa a la revolución
Las distintas sociedades, se desempeñaban laboralmente en un ámbito agrario y artesanal, produciendo ellos
mismos sus propios suministros. Las familias eran de tipo ampliada, es decir, que la familia extensa (padres,
hijos, nietos, tíos, primos, etc.) convivían en el mismo núcleo habitacional compartiendo diversas tareas
cotidianas. Estos individuos, explotaban la tierra, viviendo de lo que esta producía sin buscar excedentes
económicos de esta explotación para la comercialización, sino todo lo contrario: se conservaban los sobrantes
para eventuales contingencias que pudieran ocasionar la escasez. Los hijos, eran educados por sus padres en
las tareas cotidianas, transmitiéndoles sus conocimientos y oficios, en tanto que las uniones matrimoniales no
se concebían en función del amor mutuo sino todo lo contrario: en función de sus aptitudes físicas (para la
elección del marido), y de las habilidades domesticas (para la elección de la esposa).
Antes de la revolución, la economía era básicamente domestica, produciendo cada familia, lo necesario para
su propia subsistencia, aunque aquellas que vivían bajo la protección de los Señores Feudales debían pagar
ciertos cánones (generalmente muy altos) por aquella protección, y la moneda de cuenta que utilizaban para
dicho pago, era los bienes que producían. Sin embargo, existía cierto intercambio de mercaderías entre
poblaciones cercanas para la obtención de algún producto que no fueran capaces de obtener por sus propios
medios, así como también mercaderes que trasladaban artículos raros traídos desde tierras lejanas; éstos
contaban con stocks muy reducidos, y sus visitas eran poco frecuentes debido a las grandes distancias que
debian recorrer con sus arcaicos medios de transporte. Es por esto, que la publicidad de estos productos se
hacia a viva voz por el propio comerciante (quedando limitada a los transeúntes que pasaban por allí, y al
efecto boca a boca). En la antigüedad, el transporte de mercancías a larga distancia era caro y arriesgado. Por
lo tanto, el comercio se realizaba, fundamentalmente, en mercados locales, siendo los bienes comercializados
alimentos y vestidos fundamentalmente. Casi todo el mundo gastaba la mayor parte de sus recursos en
alimentos, y lo que no producían ellos mismos lo obtenían comerciando. Lo mismo ocurría con los vestidos:
la ropa se hacía en casa o se compraba. Además de alimentos, ropa y cobijo, los grupos más ricos empleaban
sus ingresos en atuendos vistosos, joyas y obras de arte, lo que provocó un importante comercio de bienes de
lujo.
El economista británico Adam Smith decía en La riqueza de las naciones (1776) que la propensión al trueque
y al intercambio de una cosa por otra es una característica intrínseca a la naturaleza humana. Smith también
señalaba que el aumento de la actividad comercial es un elemento esencial del proceso de modernización. En
la sociedad moderna, la producción se organiza de forma que se puedan aprovechar las ventajas derivadas de
la especialización y de la división del trabajo. Sin el comercio, la producción no podría estar organizada de
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esta forma
En cuanto a los transportes, estos eran de tracción a sangre, y por lo tanto muy lentos (aunque esto no
generaba mayores conflictos, puesto que el tiempo no tenia un sentido económico; incluso, para manifestar
periodos de tiempo en forma estandarizada, se utilizaban expresiones graficas de duración similar como por
ejemplo el espacio de tiempo existente entre dos lunas llenas) por lo que las noticias llegaban con mucho
diferimiento. Los medios de transporte, constituían fuertes limitantes para las comunicaciones, ya que estos
constituían el único modo en que un portavoz pudiera trasladarse entre los distintos poblados e informar
acerca de los sucesos de mayor relevancia. De este modo, las noticias eran comunicadas oralmente, y se
esparcían del mismo modo a falta de otros medios mas tangibles.
Desarrollo del sistema industrial
El sistema industrial, que en un momento dado reemplazó al sistema doméstico y se convirtió en el
mecanismo típico de producción de las economías modernas, empezó a desarrollarse a finales del siglo XVIII,
cuando una serie de inventos transformaron la industria textil británica marcando el inicio de la Revolución
Industrial. Entre los inventos más importantes destacan la lanzadera volante patentada en 1733 por John Kay,
la "spinning jenny" (la hiladora "Jenny", nombre puesto en honor a su mujer, 1764) de James Hargreaves, la
máquina hiladora hidráulica (1769) de sir Richard Arkwright, la hiladora (1779) de Samuel Crompton y el
telar mecánico (1785) de Edmund Cartwright. Estos inventos mecanizaron gran parte de los procesos
manuales que se utilizaban para hilar y tejer y facilitaron la producción de textiles con mayor rapidez y más
baratos. La mayoría de estas nuevas máquinas eran demasiado grandes y caras para que se utilizaran en los
hogares, por lo que se hizo necesario el trasladar la producción a las fábricas.
Uno de los principales avances tecnológicos del principio de la Revolución Industrial fue la invención de la
máquina de vapor. Cuando se mecanizaron por primera vez las fábricas textiles sólo se disponía de la energía
hidráulica para hacer funcionar las máquinas y el propietario se veía obligado a situar la fábrica cerca de una
fuente de agua, la cual, a veces, se encontraba en un área poco adecuada y lejos de la oferta de trabajo.
Después de 1785, fecha en la que se instaló por primera vez una máquina de vapor en una fábrica de algodón,
el vapor empezó a sustituir al agua como fuerza motriz. Los productores podían establecer fábricas más
cercanas a la oferta de trabajo y a los mercados de bienes. El desarrollo de la locomotora y de los barcos de
vapor a principios del siglo XIX permitió enviar los productos manufacturados hacia mercados lejanos más
rápida y económicamente, y así se favoreció la industrialización.
La primera Revolución Industrial supuso una profunda transformación en la economía y sociedad británicas.
Los cambios más inmediatos se produjeron en los procesos de producción: qué, cómo y dónde se producía. El
trabajo se trasladó de la fabricación de productos primarios a la de bienes manufacturados y servicios. El
número de productos manufacturados creció de forma espectacular gracias al aumento de la eficacia técnica.
En parte, el crecimiento de la productividad se produjo por la aplicación sistemática de nuevos conocimientos
tecnológicos y gracias a una mayor experiencia productiva, que también favoreció la creación de grandes
empresas en unas áreas geográficas reducidas. Así, la Revolución Industrial tuvo como consecuencia una
mayor urbanización y, por tanto, procesos migratorios desde las zonas rurales a las zonas urbanas, lo que
cambió de modo critico la estructuración de las familias y la sociedad en su conjunto.
La aparición del nacionalismo coincidió cronológicamente con el inicio de la Revolución Industrial, que
favorecía el desarrollo económico nacional y, ligado a éste, la aparición de una clase burguesa que no tardaría
en reclamar gobiernos representativos sancionados por constituciones liberales. Adscritas al romanticismo
surgieron literaturas nacionales que expresaban las tradiciones y el espíritu común de cada pueblo.
Es posible afirmar que los cambios más importantes afectaron a la organización del proceso productivo. Las
fábricas aumentaron en tamaño y modificaron su estructura organizativa fuertemente verticalista. En general,
la producción empezó a realizarse en grandes empresas o fábricas en vez de pequeños talleres domésticos y
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artesanales, y aumentó la especialización laboral. Su desarrollo dependía de una utilización intensiva del
capital y de las fábricas y maquinarias destinadas a aumentar la eficiencia productiva. La aparición de nuevas
máquinas y herramientas de trabajo especializadas permitió que los trabajadores produjeran más bienes que
antes y que la experiencia adquirida utilizando una máquina o herramienta aumentara la productividad y la
tendencia hacia una mayor especialización en un proceso acumulativo.
La mayor especialización y la aplicación de bienes de capital a la producción industrial creó nuevas clases
sociales en función de quien contratara y tuviera la propiedad sobre los medios de producción. Los individuos
propietarios de los medios de producción en los que invertían capital propio se denominaron empresarios.
Cuando invierten capital en una empresa sin participar directamente en ella se denominan capitalistas.
Como la Revolución Industrial se produjo por primera vez en Gran Bretaña, este país se convirtió durante
mucho tiempo en el primer productor de bienes industriales del mundo. Durante gran parte del siglo XVIII
Londres fue el centro de una compleja red comercial internacional que constituía la base de un creciente
comercio exportador fomentado por la industrialización. Los mercados de exportación proporcionaban una
salida para los productos textiles y de otras industrias (como la siderurgia), cuya producción aumentaba
rápidamente gracias a la aplicación de nuevas tecnologías. Los datos disponibles sugieren que la tasa de
crecimiento de las exportaciones británicas se incrementaron de forma considerable a partir de la década de
1780. La orientación exportadora y el aumento de la actividad comercial favorecieron aún más el desarrollo
de la economía: los ingresos derivados de las exportaciones permitían a los productores británicos importar
materias primas para crear productos industriales; los comerciantes que exportaban bienes adquirieron una
importante experiencia que favoreció el crecimiento del comercio interior. Los beneficios generados por ese
desarrollo comercial fueron invertidos en nuevas empresas, principalmente en mejora de la tecnología y de la
maquinaria, aumentando de nuevo la productividad, favoreciendo la dinámica del proceso.
La expansión del proceso industrializador
Gran Bretaña no fue el único país que experimentó una Revolución Industrial. Los intentos de fechar ese
desarrollo industrial en otros países están sujetos a fuertes controversias. Sin embargo, los estudiosos parecen
estar de acuerdo en que Francia, Bélgica, Alemania y Estados Unidos experimentaron procesos parecidos a
mediados del siglo XIX; en Suecia y Japón se produjo a finales del siglo; en Rusia y en Canadá a principios
del siglo XX; en algunos países de Latinoamérica, Oriente Próximo, Asia central y meridional y parte de
África a mediados del siglo XX.
Cada proceso de industrialización tiene características distintas en función del país y la época. Al principio, la
industria británica no tenía competidores. Cuando se empezaron a industrializar otros países tuvieron que
enfrentarse a la ventaja acumulada por Gran Bretaña, pero también pudieron aprovecharse de su experiencia.
En cada caso, el éxito del proceso industrializador dependía del desarrollo de nuevos métodos de producción,
pero también de la modificación de las técnicas utilizadas para adaptarlas a las condiciones imperantes en
cada país y de la propia legislación vigente, que favoreciera la implantación de maquinaria barata gracias a
una disminución de los aranceles, lo que, en ocasiones, podría perjudicar a otros sectores sociales, como los
campesinos, que veían cómo sus productos debían competir con otros más baratos. Aunque la intervención
pública para favorecer la industrialización fue importante en el caso británico, el papel del Estado fue mucho
mayor en el caso alemán, ruso, japonés y en casi todos los países industrializados durante el siglo XX.
Por definición, la industrialización aumenta la renta per cápita nacional. También implica cambios en la
distribución de la misma, en las condiciones de vida y laborales y en los valores sociales. La Revolución
Industrial supuso, al principio, una reducción del poder adquisitivo de los trabajadores y una pérdida de
calidad en su nivel de vida. Más tarde, se tradujo en un aumento de la calidad de vida de toda la población del
país industrializado. Estos aspectos siguen siendo objeto de importantes trabajos de investigación.
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La inspección de las fábricas
La inspección de las fábricas por parte de instituciones sociales empezó en Inglaterra a principios del siglo
XIX, como respuesta a las protestas públicas por las condiciones laborales de las mujeres y los niños
trabajadores. Posteriormente, en todos los lugares donde se difundió el sistema fabril los gobiernos adoptaron
reglamentos contra las condiciones de insalubridad y de peligrosidad. Así, se unificó un código regulador de
las fábricas en todos los países industrializados. Estos códigos establecían restricciones al trabajo infantil y
limitaban las horas de trabajo, regulaban las condiciones sanitarias y la instalación de medidas de seguridad y
reforzaban las reglas sobre seguridad, la vigilancia médica, la ventilación adecuada, la eliminación de la
explotación en las fábricas y la puesta en práctica del salario mínimo. Una institución reguladora importante
fue la Asociación Internacional para la Inspección de las Fábricas, creada en 1886 en Canadá y catorce
estados de Estados Unidos. La Organización Internacional del Trabajo, en cooperación primero con la
Sociedad de Naciones y después con las Naciones Unidas, unificó los reglamentos sobre las condiciones en
las fábricas de todo el mundo, aunque no se ha llegado a garantizar la aplicación de estas medidas.
En cuanto a la evolución social de este proceso, se observa una fuerte evolución en la estructura familiar, que
pasa a conformarse por pequeños núcleos familiares compuestos por padres e hijos, (aunque ocasionalmente
también algún otro familiar), con lo que el ámbito físico donde habitan estos núcleos, también se reduce
notablemente buscando optimizar el nuevo espacio encontrado en la gran ciudad.
Estos cambios en los hábitos laborales y domésticos, tuvieron fuertes consecuencias en distintos ámbitos de la
vida cotidiana como:
− Educación: ante la repentina ausencia de los padres y la necesidad de que los niños permanecieran lejos de
las
fabricas, estos comenzaron una escolarización hasta el momento inédita. Esta educación, comenzaba a
tornarse
masiva, para capacitar niños de modo que fueran trabajadores mas calificados en el futuro.
− Tiempo: frente a la rápida expansión, se hizo necesario recapitular sobre el uso y rendimiento del tiempo, y
comenzó a ser utilizado como patrón de medida para la maximización de beneficios, para lo cual fue
linealizado y estandarizado.
− Transporte: se hizo necesario desarrollar nuevos medios de transporte que disminuyeran los tiempos de
traslado entre las distintas localidades haciéndolo mas masivo con la inauguración de los ferrocarriles en
Inglaterra en 1825 en lugar de las tradicionales carretas, y barcos a vapor en lugar de barcos a vela, entre
otros)
− Comunicaciones: no quedaron exentas de comenzar el proceso de masificacion.
1ER GUERRA MUNDIAL
La Primera Guerra Mundial, fue un conflicto militar que comenzó el 28 de julio de 1914 como un
enfrentamiento localizado en el Imperio Austro−Húngaro y Serbia; se transformó en un
enfrentamiento armado a escala europea cuando la declaración de guerra austro−húngara se extendió a
Rusia el 1 de agosto de 1914; y finalmente pasó a ser una guerra mundial, en la que participaron 32
naciones, finalizada en 1918. Veintiocho de ellas, denominadas `aliadas' o `potencias asociadas' y entre
las que se encontraban Gran Bretaña, Francia, Rusia, Italia y Estados Unidos, lucharon contra la
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coalición de los llamados Imperios Centrales, integrada por Alemania, Austria−Hungría, el Imperio
otomano y Bulgaria. La causa inmediata del inicio de las hostilidades entre Austria−Hungría y Serbia
fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Habsburgo, heredero del trono austro−húngaro,
cometido en Sarajevo (Bosnia, entonces parte del Imperio Austro−Húngaro; en la actualidad
Bosnia−Herzegovina) el 28 de junio de 1914 por el nacionalista serbio Gavrilo Princip. No obstante, las
causas profundas del conflicto remiten a la historia europea del siglo XIX, concretamente a las
tendencias económicas y políticas que imperaron en Europa desde 1871, año en el fue fundado y
emergió como gran potencia el II Imperio Alemán.
Una vez concluidas las Guerras Napoleónicas, el conjunto de territorios gobernados por los Habsburgo,
(conocido como el Imperio Austriaco desde 1804), volvió a recuperar su posición de gran potencia
europea y tuvo que hacer frente a diversas amenazas: en el interior, los diversos grupos nacionalistas de
territorios que conformaban el Imperio y los liberales insatisfechos con el régimen absolutista y
centralizado desafiaban al poder; en el exterior, estados como Piamonte y Prusia, se mostraban
recelosos de la posición dominante que el Imperio había alcanzado en Italia y Alemania gracias al
Congreso de Viena de (1815). Los gobernantes de la Casa de los Habsburgo consiguieron hacer frente a
estas presiones durante casi medio siglo con la ayuda del Ejército, la Iglesia católica y la burocracia, y
con la tolerancia benevolente y en ocasiones el apoyo armado de Gran Bretaña y Rusia, dos de las
grandes potencias con las que estuvieron aliados en la coalición antinapoleónica. De este modo,
Austria−Hungría emergió entre la confusión creada por los experimentos constitucionales, los conflictos
políticos y las guerras provocadas por las revoluciones que tuvieron lugar en Europa central en
1848−1849. En marzo de 1848, una revuelta liberal en Viena acabó con el régimen centralista y
conservador del canciller austriaco Metternich. Pronto se extendió por diversos territorios del Imperio
que reivindicaban mayor autonomía política, que parecían desmembrar el Imperio Austriaco. Sin
embargo, el Ejército sofocó las revueltas, aunque el emperador Fernando I dimitió a favor de Francisco
José I (1848−1916), que ejerció el poder de forma absoluta. No obstante, existían graves complicaciones.
Hacia 1859, la Monarquía, después de haber perdido el respaldo de Rusia a causa de su neutralidad
durante la guerra de Crimea, había sido derrotada en Italia por Francia y Piamonte con la pérdida de
los territorios ocupados en 1815; además, tenía que hacer frente a la creciente oposición de Prusia a su
autoridad como líder de la Confederación Germánica. La debilidad interna del Imperio agravaba estos
problemas: después de la guerra de 1859 la monarquía había tenido que mantener algunas fuerzas en
Hungría para reprimir posibles rebeliones provocadas por el descontento del pueblo; por otro lado, la
situación financiera no mejoraba debido a la resistencia de la burguesía liberal alemana a proporcionar
ayuda económica a un régimen absolutista y opuesto a la unificación alemana. Por ello, los primeros
años de la década de 1860 fueron testigo de diversas experiencias constitucionales destinadas a
proporcionar a la Monarquía armonía interna y equiparla adecuadamente para defender sus otros
intereses en Europa central. En virtud de la Patente de febrero de 1861 quedaba implantado un
régimen constitucional que fue bien aceptado por los súbditos del Imperio Alemán, pese a ser
boicoteado por los húngaros y no contar con la aprobación de muchos eslavos (entre otras cuestiones, el
alemán se establecía como lengua oficial del Imperio). Sin embargo, los intentos llevados a cabo en 1866
para alcanzar un acuerdo político con Hungría se vieron desplazados por la derrota de Austria en la
Guerra Austro−prusiana, y su posterior expulsión de la Confederación Germánica.
El conflicto generado por la anexión de Bosnia−Herzegovina puso fin al entendimiento del imperio
Austro−Húngaro con Rusia; la posibilidad de establecer una alianza con Gran Bretaña desapareció con
la firma del acuerdo anglo−ruso de 1907; Alemania seguía siendo reticente a entablar una guerra con
Rusia motivada por los conflictos de los Balcanes; y Austria−Hungría tuvo que hacer frente a un
régimen nacionalista serbio que codiciaba abiertamente los territorios eslavos del sur, pertenecientes a
la Monarquía Dual. Viena se encontraba aislada a todos los efectos y tuvo que presenciar con
impotencia cómo en 1912−1913 los estados balcánicos desmantelaban el Imperio otomano en Europa,
mientras parecía estar fraguándose una segunda liga balcánica, bajo los auspicios de Rusia, que
pondría fin a la Monarquía Dual. Esta amenaza se convirtió en una auténtica obsesión para los
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dirigentes austriacos durante el verano de 1914; así pues, el Imperio, ante la provocación de los
asesinatos de Sarajevo (el príncipe heredero, Francisco Fernando, falleció en un atentado serbio) y al
encontrar a Alemania dispuesta a apoyarle, decidió por primera vez en cuarenta años que solamente
una acción militar pondría fin al peligro que acechaba a la integridad de la Monarquía Dual y a su
posición como gran potencia.
Occidente continuaba respaldando la existencia del Imperio como un medio de controlar el poder de
Alemania en la Europa de la posguerra, siempre que Austria−Hungría fuera capaz de demostrar su
independencia mediante una reforma federal que pusiera fin al dominio de los alemanes y de las elites
magiares que gobernaban el Estado en virtud del sistema de 1867. Las potencias de la Entente
decidieron apoyar las demandas de los grupos nacionalistas a favor de la disolución del Imperio ante la
negativa de los magiares a acometer tal reforma y su desafiante seguridad en la victoria de Alemania,
con la que se preservaría el orden establecido. La derrota del Ejército Imperial en el otoño de 1918
aceleró los acontecimientos, y finalmente se produjo la disolución de la Monarquía. El último
emperador austriaco, Carlos I, abdicó en noviembre y, al día siguiente, Austria fue proclamada
República, al igual que Hungría, una semana después. El reconocimiento internacional llegaría poco
después: por el Tratado de Saint−Germain−en−Laye (10 de septiembre de 1919), Austria se convertía
en un estado menor, y por el Tratado de Trianón (4 de junio de 1920), Hungría pasaba a ser un estado
independiente.
Una teoría, indica que las verdaderas razones por las que la Guerra tuvo lugar, tuvieron origen en
grandes empresas financieras de diferentes países, dado que según diversos historiadores, dichas
corporaciones presionaban a sus gobiernos hacia la guerra, con el fin de conquistar nuevos mercados de
consumo, previendo la inminente saturación del mercado local.
Contrariamente a los muy diversos avances de la época, la forma en que los países se declaraban la
guerra, seguía siendo por medio de escritos firmados por altos funcionarios de los gobiernos
demandantes; esto sugiere que a pesar de la gran revolución que ocasionaron importantes
descubrimientos como el veloz transporte masivo de mercancías y personas a destinos realmente muy
lejanos y la evolución en cuanto a los movimientos sociales y culturales, las comunicaciones seguían
siendo muy lentas. Además, hasta 1860 aproximadamente, la censura en distintas localidades restringía
mucho la circulación de periódicos impresos por las primeras prensas de tirada continua pero a pesar
de esto, se emitían publicaciones breves desde imprentas de menor envergadura. A medida que
aumentaba la circulación de periódicos, crecía también la publicidad proporcionando a los editores una
fuente importante de financiación aparte de la procedente de las venta. De todos modos, las
comunicaciones orales seguían siendo muy importantes, y diversas personalidades se transformaban en
voceros.
La Guerra revelo la creación de grandes buques y submarinos que podían recorrer el mundo de una
manera muy diferente a lo que hasta ese momento se conocía. Al mismo tiempo, surgían nuevos
problemas como la forma que habrían de adoptar para evitar cruzar las rutas del enemigo, por lo que
debieron desarrollar nuevas estrategias y rutas de navegación. En cuanto al transporte terrestre,
surgieron tanques blindados y todo tipo de vehículo para combate.
La gran influencia de la guerra en la vida social, se vio reflejada en todos los ambitos puesto que se dedico
gran cantidad de mano de obra y recursos a las fabricaciones bélicas, con lo que al terminar la guerra(como
todas las guerras) Europa quedo quebrada y con mucha mano de obra desocupada.
2DA GUERRA MUNDIAL
Antecedentes historicos:
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−1919−
Se reúne en Versalles la Conferencia de Paz de París. Los espartaquistas se sublevan en Berlín. Se constituye
el Partido Obrero Alemán (rebautizado como Partido Nacionalsocialista Alemán del Trabajo, NSDAP o nazi,
en 1920). Se reúne la Asamblea Nacional Constituyente alemana, que instaura la República de Weimar. −
El 28 de junio se firma el Tratado de Versalles, que incluye el Pacto de la Sociedad de Naciones; impone la
desmilitarización alemana, y obliga a Berlín a pagar cuantiosas indemnizaciones de guerra y a entregar
territorios. El Senado de Estados Unidos se niega a ratificar el Tratado de Versalles, siendo este el comienzo
del aislacionismo estadounidense.−
−1920−
Guerra Ruso−polaca.
−1921−
Formación del Partido Fascista italiano. Adolf Hitler asume la presidencia del partido nazi alemán.−
−1922−
Comienza la hiperinflación en Alemania. Los fascistas, dirigidos por Benito Mussolini, toman el poder en
Italia.−
−1923−
Francia y Bélgica ocupan el Ruhr alemán hasta 1925, aduciendo el impago de las indemnizaciones de
guerra.−
El general Primo de Rivera toma el poder en España. Adolf Hitler dirige el fracasado putsch de Munich. La
moneda alemana se estabiliza.−
−1925−
Los Tratados de Locarno prometen una diplomacia pacífica en Europa. −
−1928−
63 países firman el Pacto Briand− Kellogg, renunciando a recurrir a la guerra como instrumento de la política
exterior.−
−1929−
El crack de Wall Street en Estados Unidos provoca la Gran Depresión: la masiva crisis económica mundial, y
el consiguiente desempleo, alimentan el extremismo político. Francia inicia la construcción de la Línea
Maginot en su frontera con Alemania.−
−1930−
Primo de Rivera dimite en España. La Conferencia Naval de Londres impone límites a las fuerzas navales
japonesas. Las últimas tropas francesas abandonan Renania.−
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−1931−
Establecimiento de la II República en España y exilio del rey Alfonso XIII.−
−1932−
Fracaso de la Conferencia Mundial sobre el Desarme celebrada en Ginebra debido a las exigencias de Francia
(garantías de seguridad) y de Alemania (que pide que se la trate en pie de igualdad). Tras las elecciones para
el Reichstag (parlamento) alemán, los nazis se convierten en el partido más votado, aunque sin obtener la
mayoría absoluta.−
−1933−
Adolf Hitler es nombrado canciller de Alemania. Franklin D. Roosevelt asume la presidencia de Estados
Unidos; inicio del programa New Deal. El canciller austriaco Engelbert Dollfuss suspende las garantías
constitucionales en su país. En Julio el Vaticano firma un Concordato con Alemania.−
Japón abandona la Sociedad de Naciones como consecuencia de las protestas contra su agresión en China;
Alemania sigue sus pasos. Se celebra la II Conferencia Mundial sobre el Desarme: Alemania la abandona en
octubre.−
−1934−
Purga de Ernst Rohm y de las unidades de la SA del partido nazi (Noche de los Cuchillos Largos). Japón
denuncia el Tratado Naval de Washington: se inicia la escalada armamentista. Firma del pacto de no agresión
polaco−alemán.−
−1935−
El estado del Sarre vota por la evacuación francesa y su reintegración en Alemania, quien reintroduce el
servicio militar obligatorio. Octubre: Italia invade Etiopía.−
−1936−
El Frente Popular gana las elecciones en España. Alemania remilitariza Renania, desafiando el Tratado de
Versalles. En España, la rebelión militar encabezada por Francisco Franco da comienzo a la Guerra Civil
española. Conferencia Naval de Londres: Japón abandona las negociaciones. Se crea el Eje Roma−Berlín
entre Alemania e Italia. La formación del gobierno del Frente Popular divide a la sociedad francesa. Jiang
Jieshi se ve obligado a formar un frente unido de nacionalistas y comunistas para resistir la invasión japonesa
de China.−
−1937−
Los bombarderos alemanes que apoyan a los sublevados en España arrasan la ciudad de Gernika.−
El incidente en el Puente de Marco Polo inicia las hostilidades entre Japón y China. Italia abandona la
Sociedad de Naciones.−
−1938−
Anschluss austríaco: Alemania se anexiona Austria. Tratado italo−británico reconoce el dominio italiano
sobre Etiopía. El Pacto de Munich firmado por Alemania, Italia, Francia y Gran Bretaña entrega la región
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checoslovaca de los Sudetes a Alemania, en el convencimiento de que apaciguaría a Hitler.−
−1939−
Tropas alemanas ocupan Checoslovaquia. Las tropas de Franco ocupan Madrid, poniendo fin a la Guerra Civil
española. Polonia rechaza las exigencias alemanas sobre Danzig (Gdansk); Alemania cancela los pactos de no
agresión. Italia y Alemania firman un pacto de amistad. Alemania y la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas firman un pacto de no agresión, y en algunas de sus cláusulas secretas acuerdan el reparto de
Europa oriental.−
−1 de Septiembre: Alemania invade Polonia. Se inicia la II Guerra Mundial.−
Europa durante la II Guerra Mundial
Hacia 1942, la poderosa máquina de guerra alemana había conseguido dominar la mayor parte de Europa, y la
Unión Soviética estaba a punto de ser derrotada. El programa de préstamos y arriendos estadounidense y los
suministros militares británicos permitieron el rearme de los soviéticos, que combatieron contra los alemanes
hasta que la situación se equilibró durante la primera parte de la guerra. Después de derrotar a las potencias
del Eje en el norte de África, los aliados invadieron Italia y avanzaron hacia el Norte, donde empezaron a
llevar a cabo los preparativos para el mayor y más ambicioso asalto de la historia. La invasión de Normandía
obligó a los alemanes a defender los territorios ocupados en tres frentes: el meridional, el oriental y el
occidental.
Los medios de comunicación desempeñaron un rol muy importante en esta guerra. Al margen de la gran
evolución que tuvieron en los últimos años los medios masivos, surgieron medios mucho mas especializados
utilizados para actividades como el espionaje con tecnología nunca antes usada como las cámaras ocultas,
minigrabadoras, etc. Es en esta guerra también donde se puede ver el auge de varias agencias deservicios
secretos como KGB, C.I.A o Mosaad; al decir auge, se hace referencia al hecho de que es en esta guerra
donde se pusieron en práctica muchas tácticas y planes de guerra ya que los distintos gobiernos intentaban de
sacar cierta ventaja a sus rivales por medio de espías infiltrados quienes revelaban secretamente los pasos a
seguir por sus oponentes. Otra tecnología que también comenzó a emerger fue el uso de satélites, medio por el
cual los espías se comunicaban con sus respectivas agencias (servicios secretos)
Varios tratados de paz pusieron definitivamente fin a la guerra. Con Alemania se firmó la paz definitiva,
subscribiéndose el tratados de Versalles el 28 de junio de 1919 ( que se basaba mas que nada en que Alemania
debía pagar económicamente los daños causados por la misma),y los demás países aceptaron otros tratados.
La maltrecha situación de las grandes potencias después de la guerra fue aprovechada por países como
Estados Unidos, Canadá, Brasil y hasta nuestro país, que incrementaros sus exportaciones.
En el campo de lo social los trastornos ocasionados por la guerra fueron de gran trascendencia. Además de
una alteración de los grupos de edades y sexo de la población, producida por la movilización, que desorganizó
la vida doméstica, millones de vidas jóvenes se perdieron en el campo de batalla, decayó el índice de
natalidad, el que aumentó recién después del conflicto. Las mujeres que durante la guerra habían sustituido la
mano de obra masculina, continuaron en las tareas y fueron competidoras del hombre. El papel que
desempeñaron en la guerra, especialmente en Gran Bretaña les valió la conquista del voto político, siendo el
primer país que otorgó a las mujeres los derechos cívicos. Luego el sufragio compartido se fue expandiendo
hacia otros lugares del mundo.
En el ámbito social, esta guerra trajo como consecuencia una transferencia mas acelerada de las culturas hacia
distintos sectores sociales, lo que altero seriamente el curso de los movimientos culturales que había hasta ese
momento. Así, surgieron los primeros programas de comunicaciones integradas, con campañas que barrieron
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con todas las dudas acerca de la intervención de USA en asuntos foráneos, alistando a cada ciudadano en el
esfuerzo bélico. Para ello, se utilizaron medios de comunicación existentes, pero también se crearon formas de
transmitir mensajes para que fueran mas efectivas (así tienen lugar distintas campañas de propaganda política,
con la finalidad de enrolar civiles para una causa justa). El esfuerzo de los medios como respaldo para esta
causa, fue total. La guerra dominaba los titulares de los periódicos, las tapas de revistas, las noticias radiales y
cinematográficas. Los temas patrióticos eran el núcleo de los programas populares e incluso de la narrativa.
La sociedad entera se unió fuertemente con un propósito común. De este modo, miles de personas aprendieron
disciplina, abnegación y responsabilidad individual en pos de la colaboración con la guerra, del modo en que
pudieran.
En el campo del trabajo, todos se avocaron duramente a la manufactura de productos bélicos, donde ni el
diseño ni la calidad eran los factores de mayor importancia, pero si lo era la velocidad de la producción. La
clave del momento, era que distintas piezas pudieran ser intercambiables para facilitar la operación,
reparación y reemplazo de estos productos. Las tareas en las fabricas eran repetitivas con una eficiencia
comparable a la de las maquinas, y las estructuras organizativas en general tenían una estructura verticalista,
con jerarquías prácticamente militares.
Al finalizar la guerra, los soldados volvieron a sus hogares con el anhelo de recuperar el tiempo perdido, así
como sus posesiones mas sagradas. La estructura familiar, se modificó nuevamente reduciéndose a un padre,
madre y un par de hijos. Estas familias eran fuertemente tradicionalistas y asiduos concurrentes a la iglesia.
Durante esta época, la gente estaba francamente desmoralizada, con ansias de respirar un poco de aire
impregnado de paz y felicidad, y es por esto, que en USA, tuvieron tan repentino auge el cine, teatro,
fastuosas fiestas, etc. Los publicistas encontraron una gran necesidad de gratificación en la gente, por lo que
surge la publicidad hiperbolica, la cual reflejaba en sus productos lo maravillosa que podía ser la vida si se los
adquiría.
Un importante cambio que origino la culminación de esta guerra es la forma en que se incrementó el seguro
obligatorio contra la desocupación, y creándose legislaciones protectoras del trabajo, dado que mientras los
hombres iban al frente, las mujeres ocuparon sus puestos y, al volver, impusieron su deseo de mantenerse
activas
En 1960, cambia la filosofía empresarial. Surge la teoría de las 4P del marketing (producto, precio, plaza y
promoción), y las políticas comienzan a ser manejadas desde la cúpula de la organización, pero con la
admisión de información de retroalimentación desde los niveles mas bajos ascendiendo hasta los gerenciales.
Los precios, se establecían en función de la mayor retribución de ganancias posible después de cubrir los
costos.
Los medios de comunicación comenzaron a implementar una orientación mas masiva y por sobre todas las
cosas, mucho mas competitiva (incluso se regalaban ejemplares de revistas para competir con las grandes
tiradas de periódicos, radio y la incipiente TV). Los anuncios eran desvergonzadamente manipuladores, y la
estrategia de comunicación era muy directa, puesto que se consideraba al publico como audiencia no pensante
(no eran necesarios mensajes subliminales). Así, por medio de la repetición, se obtenían rápidos resultados. La
publicidad, reflejaba los valores y costumbres sociales, con los que los consumidores pudieran sentirse
identificados y a gusto. Pero para los directivos de las fabricas, la publicidad seguía siendo una ciencia blanda,
no existían mediciones confiables, pero la realidad reflejaba que a mayor cantidad de publicidad, se vendía
mayor volumen de mercadería.
En 1970, Alvin Toffler predijo el desmantelamiento de la estructura social de USA. Eran los comienzos de un
proceso de desmasificación. Los anuncios, comenzaron a transformarse y tornarse mas descriptivos e
ingeniosos, no había una referencia explicita del potencial consumidor, concentrándose en el producto, pero
no en el cliente (de hecho, había pocos datos de los receptores de estos anuncios, y por ello eran muy
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difícilmente analizables o estudiables).
En 1972, surge la teoría del posicionamiento de la mano de Jack Trout y Al Ries, atacando a los planes de
marketing de aquella época, aduciendo que concebían que los productos existían de modo aislado del entorno.
Ellos en cambio, manifestaron que no son las agencias de publicidad quienes posicionan los productos sino
los propios consumidores. John Naisbitt, agrega a esto que las actitudes de los consumidores en temas sociales
como el medio ambiente, pronto afectaran su conducta de compra.
En los ´90, surgen nuevas realidades como consecuencia de la transformación del mundo. Una de ellas, es la
forma en que las empresas deben obtener sus ganancias. La organización militarista comenzó a derrumbarse
con la flexibilización de las políticas y estrategias de las compañías, con lo que se indujo a los integrantes de
las organizaciones a participar y opinar sobre la gestión de la empresa. El nuevo rumbo, es el poder del
consumidor, el publico, tiene ahora la posibilidad de elegir lo que quiere escuchar, sino que tiene en su poder
elementos para responder y hacerse escuchar aun por los mas altos dirigentes de las compañías y gobiernos.
En cuanto a los valores del marketing, se percibe menos presión para atender a los valores familiares por el
notable desmembramiento de los últimos tiempos, pasando la atención a los diversos estilos de vida y las
múltiples pero renovadas necesidades básicas hogareñas derivadas de la nueva conformación de los hogares.
Los hogares evolucionaron notablemente. Para esta época, los hogares compuestos por familias tipo (padre,
madre y dos hijos) constituyen solo el 7% del total, en tanto que el 60% aproximadamente esta compuesto por
dos o menos personas, y mas de la mitad de los nuevos hogares solamente por una.
En cuanto al aspecto laboral de esta época, las compañías se concentraron en la contratación de individuos
altamente calificados (con grado universitario), entre otros motivos, porque cada vez el volumen de clientes
de igual nivel social y cultural crece mas (con lo que se torna necesario desarrollar la gestión de la compañía −
incluyendo la concepción de los productos− en este sentido, acompañando la evolución de los actuales y
potenciales clientes, puesto que son mucho mas difíciles de convencer de la adquisición y recompra de los
artículos ofertados que un publico mas ignorante). Además, el padre ya no es el principal sostén de la familia,
sino que la mujer e hijos también profesionalizados, actualmente aportan mucho a la economía domestica.
En los ´90, los medios masivos constituyen una llave de acceso al mercado masivo con un bajo costo por
unidad. Ahora, los rostros de la multitud son mas importantes que la multitud misma, y son los ordenadores
los que impulsan la evolución actualmente.
2DA REVOLUCION INDUSTRIAL
Algunos autores para referirse al desarrollo capitalista en el último tercio del siglo XX, con nuevas
organizaciones empresariales (trusts, holdings, cárteles), nuevas fuentes energéticas (electricidad, petróleo) y
nuevos sistemas de financiación hablan de Segunda Revolución Industrial.
Lo cierto es que en estos últimos tiempos el grado de evolución cotidiana no tiene precedente. Así, casi
simultáneamente, se pasa de la invención del telégrafo a los satélites, y de ahí directo a la era digital.
La tecnología digital revolucionará nuestros hábitos de trabajo, de ocio, de compra. No habrá prácticamente
una sola parcela de nuestro quehacer cotidiano que no vaya a experimentar alguna alteración, en mayor o
menor medida. Es una revolución industrial que cambiará nuestro modo de vivir. Según William A. Niskanen,
sus consecuencias se dejarán ver en la política, en la cultura, en la enseñanza, en la sanidad ...
Cómo será el mundo de aquí a 20 años es algo que no se puede predecir. Pero es ahora cuando conviene tomar
posiciones para poder beneficiarse de las ventajas que nos ofrecerá el rápido desarrollo de las tecnologías, que
nos brindará grandes e interesantes oportunidades. A pesar de la amenaza que suponen las nuevas tecnologías
para determinados grupos que no saben utilizar los ordenadores, por ejemplo, para las empresas anquilosadas
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en tecnologías obsoletas y para las personas especializadas en tareas que, en principio, no requieren el uso de
la tecnología. También para quienes perciben las nuevas tecnologías como una preocupación más, sin tener en
cuenta la ayuda que pueden ofrecerle.
En el futuro digital habrá muchísima más competencia en el mercado de trabajo. La competencia será global,
prácticamente por definición. Tener un negocio en Internet, por ejemplo, es tener un negocio global. Y como
la competencia favorece la innovación, el medio ambiente estará cambiando constantemente a gran velocidad.
Será un mundo en el que la gente tendrá que reciclarse continuamente. Cada vez más. Y eso hay que hacerlo
ya, ahora. Es algo que a algunas personas les hace sentirse incómodas porque se sienten presionadas. Por ello,
desde el punto de vista educacional, es muy importante que los niños aprendan a utilizar los ordenadores. Para
que de mayores puedan encontrar empleo. Los que no lo aprendan, difícilmente lo conseguirán. En cualquier
caso, la era digital favorece muchísimo la libertad individual.
Sin embargo, hay otra revolución que es tan importante como la digital: la revolución biogenética. Cuando
seamos capaces de manipular nuestro código genético para vivir más tiempo, por ejemplo, habrá estallado esta
nueva revolución, que ya esté en marcha. Algunos expertos en biotecnología opinan que dentro de un par de
generaciones probablemente llegará el fin del homo sapiens. Porque, para entonces, se aplicará a las personas
la ingeniería genética. Antes de eso, se habrá encontrado un tratamiento para el cáncer que destruya,
exclusivamente, las células malignas, sin perjudicar al resto del organismo. La cuestión es si la gente vivirá
más tiempo permaneciendo joven, o cuando ya es mayor. Porque si la posibilidad que ofrece la tecnología es
la de ser joven durante más tiempo se planteará un problema social. La otra posibilidad, que implicaría vivir
durante largo tiempo en un hospital, no es muy atractiva. En cualquier caso, la revolución genética no sería
posible sin la revolución digital.
Por otro lado, esta vertiginosa evolución de la información y comunicaciones tiene severas consecuencias
sociales. La caída del muro de Berlín(noviembre de 1989) y la desintegración de la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas−U.R.S.S.− en enero de 1992, motivó que algunos pensadores, como por ejemplo, F.
Fukuyama, pensaran en un mundo donde la ideología triunfante y aceptada por todos sea la Democracia
Capitalista. Además, la paulatina concreción de los distintos procesos de integración económica, y en algunos
casos también política, como el Nafta, Mercosur, la Unión Europea, significaba a los ojos de muchos que se
avanzaba, sin ninguna interrupción, hacia un nuevo mundo dominado por dos procesos complementarios:
Globalización e Integración(o Regionalización), procesos reforzados por la veloz evolución de los medios
masivos de comunicación como la radio, televisión (en todas sus variantes de cable, etc.), uso de satélites,
internet, etc .
Sin embargo, muchas fueron las voces que se alzaron en contra, generando un debate intelectual donde
autores de la talla de Alvin Toffler, Graham Fuller y Samuel Huntington, comenzaron a entrever en los hechos
producidos después de la caída del Imperio Soviético que el futuro que se avecina no era del todo positivo.
En efecto, el fin de la Guerra Fría ha permitido aflorar conflictos étnicos, confesionales y sociales ya
existentes, al levantarse las barreras de contención que en el pasado impusieron el orden colonial y después las
grandes potencias. Este periodo de fin de siglo puede denominarse de desorden generalizado, donde junto a
una mayor cooperación de las grandes potencias y una reactivación de Naciones Unidas como rectora en la
escena internacional, se evidencia el debilitamiento de los estados y la deslegitimación de las grandes
narraciones históricas.
Vivimos en un mundo en el cual los conflictos no son ya entre los estados− nación, sino entre grupos
pertenecientes a distintas civilizaciones con caracteres étnicos, religiosos y lingüísticos diferentes.
Así, se plantean muchos problemas que exigen una pronta solución: migraciones internacionales que generan
en los países receptores agudos casos de xenofobia, nacionalismos exacerbados(como los vascos en España),
fundamentalismos religiosos (recuérdese los atentados contra la Embajada de Israel y la A.M.I.A. en Buenos
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Aires), la exigencia de las minorías a su libre determinación (comunidad hispana en los EE.UU.), racismo
(como, la limpieza étnica llevada a cabo en la ex Yugoslavia).
Lo cierto es que los conflictos de hoy no pueden explicarse completamente utilizando modelos o patrones de
interpretación del pasado, sea por la forma de utilizar la violencia, por su carácter interno o por su aparición
inesperada en cualquier punto del planeta porque, entre otras cosas, el proceso de dispersión global de la
información, esparce las virtudes, pero también los peores vicios de la humanidad, antes imposibles de
imaginar por sociedades lejanas.
Los Nuevos Tipos De Conflictos Después De La Guerra Fría
En el verano de 1989, The National Interest publicó un artículo que provocaría una gran polémica entre los
intelectuales modernos; se trata del ensayo de Francis Fukuyama titulado ¿El fin de la historia y el último
hombre?.
Este analista político señalaba que se estaba en presencia del triunfo de Occidente, del ideal occidental; es
decir, el triunfo de la Democracia Capitalista sobre el Totalitarismo Comunista y con ello, de la conclusión de
la historia como tal.
Afirmar que la historia se ha acabado, equivaldría a decir que los conflictos ideológicos que se han resuelto.
Pero, paradójicamente, la reciente llegada de la democracia a muchos países, acorde a una tesis de Fukuyama,
exacerba impulsos nacionalistas porque libera fuerzas sociales hasta ahora silenciadas. Que las democracias
no hacen ahora la guerra entre sí, puede resultar apropiado para aquellas que han alcanzado cierta madurez,
pero no es así para las mas recientes.
Hay otras visiones que apuntan en otro sentido acerca de los conflictos que aguardan a la humanidad
Samuel Huntington, publicó un ensayo en la revista Foreign Affairs titulado The Clash of Civilisations: la
tesis del trabajo es que los choques entre las civilizaciones serán la próxima fase de la evolución de los
conflictos. Esta conclusión se funda en las siguientes razones:
− Las diferencias entre las civilizaciones no sólo son reales y fundamentales, sino que su interacción provoca
choques y conflictos, de los que actualmente participa no solo quien se encuentra en aquella confrontación,
sino todo aquel que lo sigue a través de los medios de comunicación.
− La reducción espacial del mundo hace que las interacciones entre las civilizaciones aumenten y se
intensifica la conciencia de lo propio en cada civilización.
− La modernización económica y el cambio social debilitan al Estado Nacional como fuente de identidad. En
buena parte del mundo la religión ha avanzado para llenar este hueco, muchas veces bajo la forma de
fundamentalismos.
− El crecimiento de la conciencia de pertenencia a una civilización se ve acrecentado por la situación de
Occidente, el cual, dueño del poder, debe enfrentarse a los no occidentales con el objetivo de dar forma a este
mundo no Occidental.
− Las características culturales son más difícilmente mudables que las políticas− económicas.
− El aumento de la importancia del regionalismo económico, reforzará la conciencia de pertenencia a una
civilización.
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Para muchos así será el siglo XXI. Este será el tipo de conflictos del tercer milenio.
Bibliografía:
− La tercera Ola, Alvin Toffler
− Comunicaciones Integradas, Schultz
− Enciclopedia Encarta ´98
− Internet
Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales
Materia: Publicidad I
Catedra: Lic. Roig
Trabajo Practico: Guerras Mundiales / Revoluciones Industriales
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