Bertolt Brecht

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1. INTRODUCCION
Tras el indescriptible sufrimiento y la devastación acaecidos en Alemania tras soportar la derrota en dos
guerras mundiales, múltiples movimientos y singulares personajes crearon sus historias y sus mundos etéreos
al calor de tan específicos instantes.
Hablar de Brecht en Alemania, me atrevo a decir, es como citar a García Márquez en mi Colombia natal, eso
si, guardando las proporciones y diferenciando sus técnicas literarias.
Un hombre con sentido de patria, convencido de que las realidades y penurias del proletariado pueden ser
parte de la historia, un defensor de la cultura; ese es Brecht. En estas páginas compiladas espero marcar de
manera acertada la personalidad y fuerza de un hombre muy capaz y leal a sus principios, que aunque nacido
en una cuna de oro se dejó cautivar por las desventuras y necesidades de un pueblo que sufría, a tal punto que
se obstinó en formarlo y darle la luz a través de su obra.
Ahora bien, la influencia nazi en la literatura Alemana fue marcada, no tanto por la creación y generación
literaria, todo lo contrario, su aporte se basó en la negación de la escritura y la destrucción de lo impreso; es
por ello que a manera de homenaje a tantos caídos, quise terminar este escrito con un compendio histórico del
bien llamado bibliocausto nazi, hecho histórico que marcaría rotundamente la escritura alemana y mundial.
Espero entonces haber recopilado datos precisos y completos, los cuales permitan al lector de estas páginas
darse una idea de la capacidad de Bertolt Brecht, acto seguido de la posibilidad de acceder a sus obras; y al
final retratar de manera exacta este hecho barbárico contra la cultura cometido por los nazis.
2. BERTOLT BRECHT
Existe un buen número de poetas, dramaturgos y escritores que han entregado su obra en cientos o miles de
formas. Habrá quienes recuerden a excelsos plumistas como Cervantes o Quevedo. Otros, más políticos
traerán a su memoria a Voltaire o Rousseau, mientras que algunos lectores preferirán a Dostoievsky o García
Márquez.
La verdad es que cada uno tiene o ha tenido lo suyo. Entre cuentistas y existencialistas, paisajistas y
románticos; pero todos, en cierta medida, representarán a la vida misma. Algunos lo harán con más pasión que
otros, mientras que cientos más lo harán en forma simbólica.
Brecht se destacó y sobresalió en muchos aspectos. No solamente fue reconocido como uno de los cinco más
grandes escritores alemanes, fue considerado uno de los literatos más odiados por el nazismo. Y algo habría
en ello. Brecht no se andaba con tapujos, todo lo decía claramente, aunque no todos tuviesen esta "claridad"
para entenderlo.
"Allí donde todos callan, él hablará.
Allí donde reina la opresión, donde se habla del destino,
él citará nombres concretos".
A pesar de su procedencia de una familia acomodada, Brecht pronto se decantó por las ideas marxistas. Gran
crítico de los regímenes políticos de su tiempo, huyó de su país ante la ascensión nazi. En su exilio en Norte
América fue acusado de "actividades Antiamericanas" hecho que lo marcó e hizo retornar a Europa.
2.1 BIOGRAFÍA
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Poeta, dramaturgo y director teatral alemán. Nació el 10 de febrero de 1898 en Augsburgo (Baviera), la Selva
Negra Alemana, en el seno de una familia acomodada. Murió el 14 de agosto de 1956 en Berlín. Su padre era
católico, director y propietario de una compañía papelera, de donde Brecht tal vez tomase el gusto por la
escritura. Su madre, protestante, nacida en la misma Selva Alemana, era hija de un funcionario de la empresa
papelera antes mencionada.
Brecht empezó a escribir poesía cuando era un muchacho, y ya tenía sus primeros poemas publicados en
1914, siendo muy curioso que ya desde chico Brecht manifestase ciertas ideas sobre las costumbres y las
clases sociales:
Fui hijo de familia adinerada.
Mis padres me pusieron un cuello blanco
y me dieron la costumbre de ser servido
y me enseñaron el arte de mandar.
Pero cuando, más tarde, miré a mi alrededor,
no amé a la gente de mi clase ni quise mandar,
ni tampoco ser servido.
Después de terminar la escuela elemental, le enviaron al Königliches Realgymnasium donde ganó fama como
un niño terrible. En 1917 Brecht ingresó a la Ludwig Maximiliano Universitär de Munich, a estudiar
medicina. Tras el inicio de la Primera Guerra Mundial Brecht fue llamado a las armas, escenario donde
participó como enfermero militar, enfrentándose así, por primera vez, a esa serie de atrocidades, espantos y
miserias de esa dolorosa, estúpida y sangrienta guerra.
Tras el armisticio de Noviembre de 1918, volvió a sus estudios, pero los abandonó en 1921. En este lapso de
tiempo conoció a una serie de intelectuales izquierdistas, al igual que se mezclaba en su ser un sentimiento
nihilista y revolucionario.
Durante 1918, Brecht escribió su primera obra, la cual llamó Baad (también conocida como Baal), y que se
representó en l922 en la ciudad Alemana de Leipzig. En ella, se presenta la voluntad de llegar al fondo de
todos los abismos de la existencia, a través de la perversión y el libertinaje. La obra celebró la vida y la
sexualidad y fue un gran éxito, pero también produjo escándalo por su lenguaje explícito y antiburgués.
Por esos años, Brecht comenzó a estudiar el Marxismo, y luego, se asoció al partido comunista en 1919, a
través del Partido Democrático Social Independiente.
La amistad con el escritor Lion Feuchtwanger era un contacto literario importante para el joven escritor.
Feuchtwanger lo aconsejó en la disciplina de dramaturgia.
Durante su juventud, tuvo un romance con Paula Banholzer−Gross, a quien él llamaba Bi. Vivieron cerca de
siete años juntos, y de su relación, nació Frank en 1919, el cual murió en la guerra, en 1943. En 1922, cuando
aún seguía con Bi, se casó con la actriz Marianne Zoff, y dos años más tarde, Bi se casó con un comerciante
llamado Hermann Gross. En 1924 trabajó como encargado consultor en el Deutsches Theater de Max
Reinhardt en Berlín. De esta forma, comenzó su éxito en este teatro con Trommeln in der Nacht en 1922, y
continuó con Dreigroschenoper, la cual fue una refundición de la ópera del mendigo, escrita por John Gay.
Brecht rescribió esta obra, y Kurt Weill le puso música a las canciones incluidas por Brecht.
En 1924, Brecht adapta y dirige, en colaboración con Lion Feuchtwanger, La Vida de Eduardo II De
Inglaterra, de Marlowe. Se establece en Berlín, por ser esa ciudad la más viva y dinámica de todas. Ahí
encuentra un buen ambiente de teatro y, al año siguiente, termina una obra de este género: Hombre por
hombre. Una colección de poemas, muchos de ellos desgarradores.
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En 1926, recopiló sus obras, y con ellas, formó una colección llamada Hauspostille.
Alrededor de 1927 Brecht empezó a estudiar a Karl Marx, con su libro Das Kapital y aproximadamente en
1929, se volvería comunista. En el Teatro am Schiffbauerdamm entrenó a muchos actores que se volverían
famosos en la escena y la pantalla, entre ellos Oscar Homolka, Peter Lorre, y la cantante Lotte Lenya, quien
era la esposa de Kurt Weil.
Con Hanns Eisler, Brecht trabajó en una película política, Kuhle Wampe, nombre que hace referencia a un
área de Berlín donde vivió cuando estaba desempleado. La película se estrenó en 1932. Estuvo en cartelera un
tiempo muy breve, puesto que fue prohibida.
En la década de los 30, los libros de Brecht y sus obras fueron prohibidos en Alemania, las actuaciones fueron
interrumpidas por la policía o simplemente se prohibieron. Brecht entró en el exilio, primero en Dinamarca
donde vivió hasta 1939, y después en Finlandia, donde vivió en Iitti, en la Villa Marlebäck, como un invitado
de la escritora Finlandesa Hella Wuolijoki. Brecht durante este período (específicamente en 1940), junto con
su anfitriona, escribió Herr Puntila und sein Knecht Matti, donde expresa la injusticia que sufre el trabajador
frente al patrón. Para el dramaturgo la diferencia de clases marca definitivamente la vida de los seres humanos
durante su caminar en este mundo.
De Finlandia Brecht continuó con su viaje a través de Rusia hacia los Estados Unidos, estableciéndose en
Santa Mónica. En este país varios productores y cineastas intentaron seducirlo para que escribiera para
Hollywood, pero el único escrito que encontró la aceptación parcial por parte de los productores
hollywoodenses fue Hangmen Also Die, escrita en 1942.
Posteriormente, en 1947 Brecht fue acusado de actividades antiamericanas, así que voló a Suiza, sin esperar el
estreno de su obra Galileo en Nueva York.
Entre los años 1938 y 1945 Brecht escribió sus cuatro grandes obras:
Das Leben des Galilei (1938−44−1945−53), en donde trató con el ego del héroe la condenación por dejar su
teoría heliocéntrica ante la Inquisición. Resumida, es la venta del saber a los poderosos como traición a la
humanidad.
Mutter Courage und ihre Kinder, (1939), era un esfuerzo por demostrar a la gente el coraje de las personas
que sobreviven, aunque fueran devastadas material y moralmente en la guerra. La madre coraje es un
antihéroe para Brecht, es una mujer marcada por lo negativo y la desesperanza, una mujer que aunque lo está
perdiendo todo por una guerra, continua su camino en aras de servir a ésta.
Der gute Mensch von Sezuan (1938−40) En la cual concluye que el hombre bueno y bondadoso, no puede
vivir en una realidad marcada por la crueldad surgida de la miseria.
Der kaukasische Kreidekreis (1944−45), que trata algo similar a Der gute Mensch von Sezuan, también se
basa en los principios de una verdadera justicia.
Después de 15 años de destierro Brecht volvió a Alemania en 1948 y pasa un año en Zürich, donde trabajó en
Antígona de Sófocles (el transcrito por Friedrich Hölderin) y en su mayor trabajo teórico Ein Kleines Organon
für das Theater. Después de que Brecht dejó Zürich, entró en 1949 a Berlín donde fundó su propio teatro
Marxista, Das Berliner Ensemble. Su segunda esposa, Helene Weigel con quien se había casado en 1928, era
su actriz principal y continuó como una directora en la sala de teatro.
Brecht tuvo problemas con las nuevas autoridades de la DDR, aunque escribió una prosa que agradó a los
censores. En su verso Brecht expresó su sospecha sobre la inhumanidad del régimen. Para asegurarse la
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libertad de circulación, Brecht obtuvo en 1950 pasaporte austríaco. Tanto en el Oeste así como en Alemania
Oriental, Brecht se convirtió en el poeta contemporáneo más popular, sólo superado por clásicos como
Shakespeare, Schiller, y Goethe.
La producción de Jean Vilar de Mutter Courage en 1951 le afianzó un partidario en Francia, y la participación
del Berliner Ensemble en París, en la Fiesta del Teatro Internacional realizada en 1954, sitio donde encantó
con su reputación.
En 1955 Brecht recibió el Premio Stalin de la Paz.
En 1956, Bertolt Brecht desarrolló una inflamación pulmonar y murió de una trombosis coronaria el 14 de
agosto, en Berlín de la Alemania Oriental.
2.2 COMO PRESENTABA SU OBRA
Brecht es una de las figuras más importantes en la década de los años 20, sin duda, el que más influyó en el
teatro de la época, e incluso, del actual.
En sus trabajos Brecht se ha preocupado por los públicos gustosos de pensar, en lugar de los que se involucran
demasiado en la historia. Para lograr que su público pensara el significado de la historia, más que
profundizarse en la misma, utilizaba, un proceso llamado distanciamiento.
2.2.1 Teatro Didáctico
La inclinación de Brecht por el teatro didáctico coincide con su aproximación a la clase obrera y con la
adopción del marxismo como base que iba a caracterizar su creación artística posterior. Si en las obras
tempranas, influidas por el expresionismo, había hecho una crítica nihilista de la sociedad burguesa, un
ejemplo claro lo representa Baal (según su propia confesión), ahora intentaría hacer productivas sus ideas
sociopolíticas. Para su teoría del teatro didáctico Brecht parte del siguiente supuesto:
se puede influir socialmente en el actor, en tanto ejecuta ciertas formas de comportamiento, adopta ciertas
actitudes, reproduce ciertos parlamentos, etc.
La obra didáctica enseña porque es interpretada, no porque es vista. En el fondo, no hace falta que la obra
didáctica tenga espectadores, aunque naturalmente pueda ser adaptada a un público
La actuación se convierte así en un proceso de aprendizaje que se distingue por la imitación y la crítica. Los
actores no deben limitarse a recrear en su actuación unos patrones dados, sino que deben criticarlos.
Los actores, conforme a sus necesidades pueden reproducir técnicamente su actuación, controlándose a sí
mismos y su manera de actuar. Se distancian de sí mismos y del objeto de su representación, entran en
conflicto con los intereses comerciales, en el ámbito social y económico. El ejercicio didáctico transmite, de
forma directa, ideas sociales al actor y no sólo mediante la representación en común.
2.2.2 Teatro Épico
La obra didáctica y la obra−espectáculo son dos formas distintas de teatro épico, resumido por Brecht bajo la
forma de teatro didáctico−político.
El teatro de Brecht es un teatro social, de los grandes conflictos del ser humano. Pero Brecht no llora con sus
personajes, sino que muestra el problema; alerta frente a las contradicciones del mundo moderno. Detrás de
cada obra de Brecht, hay un método, el materialismo dialéctico; la metodología marxista del arte.
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Puede decirse, ante todo, que Brecht fue un verdadero poeta y dramaturgo moral. Intensamente preocupado
por la vida, por lo que se es, se ha sido y será, nuestro escritor alemán entiende que "el destino del hombre es
el hombre mismo". Palabras que escribiera y en las cuales manifiesta a grandes rasgos su personalidad.
2.2.2.1 El Efecto V
Su concepto del Verfremdungseffekt, o V − Effekt, en algunos textos traducido como el efecto de alienación
o distanciamiento, es un recurso dramático, empleado ya en el teatro medieval y en el asiático, con el objetivo
de sustraer lo representado a la intervención del espectador, pretendiendo así sacar la emoción de la
producción, persuadiendo al público para distanciarlo de la obra, para lograr que reflexione el mensaje, y no
que se sienta identificado con el personaje. Brecht experimentó este recurso distanciador ya en su obras
tempranas como en la Opera de los tres centavos (1927−28). Entonces formuló sus innovadoras teorías
literarias también como respuesta a George Lukács (1885−1971), filósofo húngaro y teórico literario
Marxista, quien propone una evolución de las formas literarias tradicionales.
Dice Brecht:
Para producir el efecto de distanciamiento el actor tiene que desechar cualquier cosa de los medios que ha
aprendido para persuadir al público a identificarse con los personajes y sus características, con el cuidado
de no ponerse en catarsis, ni tampoco a su público. Sus músculos deben permanecer sueltos, dispuestos a dar
un giro en la cabeza, por ejemplo, con los músculos del cuello estirados, donde mágicamente" lleve los ojos
de los espectadores e incluso sus cabezas para volverse con él, y de esta manera, disminuir cualquier
especulación o reacción que los gestos pueden traer.
Su manera de hablar tiene que ser libre del sonsonete eclesiástico y de todas esas cualidades que calman al
espectador para que el sentido de la obra se pierda.
También lograba este efecto mediante el uso de máscaras, y apartes. Principalmente lo que Brecht quería
lograr era una menor respuesta emocional por parte del espectador, puesto que creía que el teatro era para
pensar, y no para identificarse con la historia y/o los personajes, porque según él, cuando el espectador tendía
a identificarse con éstos, la obra perdía su valor pedagógico.
Agustín López Raya, en un comentario publicado en el web, donde da a conocer su opinión sobre una
compañía madrileña que representó la obra El Señor Puntila...., nos da a entender cómo Brecht realizaba el
V−effect, y la utilería que utilizaba, mostrando su importancia para lograr el efecto V:
La dirección es redonda. La escenografía, la iluminación, la dirección musical y el vestuario giran en
circuito armónico donde nada sobra y todo componente es creador del círculo. Para el poeta son los hombres
los que deben dar la mano a los hombres.
El Teatro de la Abadía escenificó a Brecht en el Teatro Central de Sevilla de manera excelente. Parte del
equipo artístico lució un alto nivel de interpretación:
Curt Allen Wilmer mezcla en un plano desdoblado, por un lado, la imagen costumbrista de un ambiente
finlandés, y por otro, la habitación alta de una casa sin carácteres. Simbólicamente el escenario de abajo
puede estar relacionado, implícitamente, más con lo terrenal y cotidiano (trabajadores), y el de arriba puede
representar la parte más espiritual e inalcanzable (patrones). Consigue Cilmer de manera original crear, en
un mismo plano, dos escenarios completamente diferentes a través de jugar con la imaginación del
espectador y con la ayuda del iluminador.
La estética expresionista de contraluces crea unos personajes cargados de energía y contradicciones,
personajes que muestran la vida que llevan y esconden la vida que desean. Dominique Borrini ilumina la
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miserable vida de los patrones como Puntila y alumbra la dramática experiencia de los trabajadores como
Matti.
El ritmo trepidante que imprime la música en cada transición de escena empuja al espectador hacia el
mensaje esencial del texto. Los distintos recursos escenográficos se unen por la música, subrayan y apoyan
de manera rotunda al plano textual. Luis Delgado toma las voces del pasado para gritar al presente con su
particular visión musical.
En la obra la directora se ha encargado de hilarlo todo muy bien, no ha dejado un cabo suelto. Todo el
equipo artístico funciona perfectamente. Quizás sea un espectáculo demasiado perfecto, sin errores. Y al
estar tan acabado disienta del espíritu Brechtiano dado a un vital proceso creativo a través de modificar y
variar constantemente una obra.
2.3 SU PENSAMIENTO
2.3.1 La Teoría Radiofónica de Brecht
Estrechamente vinculada a su teoría sobre el teatro didáctico, esta nueva teoría por así llamarla significó un
intento de Brecht de utilizar las posibilidades de la radio para la crítica social. Brecht proponía transformar la
radio de aparato de distribución en aparato de comunicación, o sea, intentaba abusar de un medio burgués para
entregar un mensaje más digno y de igualdad.
Según Brecht la radio debía transformar. La creciente concentración de recursos mecánicos, así como la
creciente especialización en la formación profesional − procesos que han de acelerarse − exigen una especie
de rebelión del oyente, es decir, que éste se reactive y reponga como productor. Con todo, Brecht era
consciente del carácter utópico de su propuesta de convertir la radio en un aparato de comunicación:
Es una innovación, una propuesta que puede parecer utópica y a la que yo mismo llamo utópica cuando digo
la radio podría, o el teatro podría. Sé que las grandes instituciones no pueden hacer todo lo que podrían, ni
tampoco todo lo que quieren. Quieren que les suministremos material, que las renovemos, que puedan
sobrevivir a base de innovaciones. Pero de ningún modo ha de ser nuestra tarea el renovar las instituciones
ideológicas sobre la base del orden social presente; al contrario, debemos conseguir, con nuestras
innovaciones, que abandonen esa base. O sea, por la innovación y contra las renovaciones, debemos sacudir
la base social de estos aparatos mediante incesantes propuestas para su mejor utilización, en beneficio del
público en general. Debemos cuestionar que sean utilizados en beneficio de unos pocos. Aunque nuestras
propuestas sean imposibles de llevar a cabo en el presente orden social, serán factibles en otro, y, sin ser más
que la consecuencia natural del desarrollo técnico, sirven para propagar y conformar este nuevo orden.
2.3.2 Debate en torno al Expresionismo
El debate en torno al expresionismo no fue más que un aspecto parcial de otro debate más amplio sobre el
realismo que −motivado quizás por las polémicas sobre formalismo y realismo habidas en la Unión Soviética
en los años 30 (Primer Congreso de Escritores Soviéticos, 1934 en Moscú)− tuvo lugar en el exilio.
Brecht desaprobó el intento de Lukács de distinguir entre el realismo bueno y el naturalismo malo. Brecht
consideró la forma narrativa de Balzac y Tolstoi limitada. Rechazó una concepción realista basada en la
herencia clásica, basada en el concepto de Aristóteles de que la historia es simple, asemejada con una parcela
en donde hay un principio y un fin.
Con su definición de realismo, Brecht intentó romper el armazón formalista impuesto por Lukács:
Ser realista significa:
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− Descubrir la causalidad social
− Desenmascarar los puntos de vista dominantes como puntos de vista de la clase dominante.
− Escribir desde la perspectiva de la clase que ofrezca las soluciones más amplias a las dificultades más
apremiantes en que se halla la humanidad
− Enfatizar el factor desarrollo
− Ser concreto y dar cabida a la abstracción.
Brecht unió a la exigencia de realismo la categoría de Popularidad:
Para hacer frente a la creciente barbarie existe un único aliado: el pueblo que tanto sufre sus consecuencias.
Sólo de él se puede esperar algo. Por ello, lo natural es dirigirse al pueblo, siendo más necesario que nunca
hablar su idioma.
Así se conjugaban de manera natural los conceptos de popularidad y de realismo. Popular significa para
Brecht:
− Ser inteligible a las masas populares, adoptando y enriqueciendo su forma de expresarse.
− Asumir, reforzar y corregir su punto de vista
− Representar al sector más progresista del pueblo de tal modo que éste pueda asumir el liderazgo, es decir,
hacerse entender también por los otros sectores de la población
− Entroncar con las tradiciones y darles continuidad
− Transmitir, a aquel sector del pueblo que quiera protagonizar la historia, los logros del sector que
actualmente se encuentra a la cabeza
Un escritor no es popular únicamente por adoptar estilos que originariamente fueron populares, ya que lo que
fue popular ayer, no necesariamente ha de serlo hoy también, porque el pueblo hoy día ya no es como fue
antaño. Sólo es popular lo que hace justicia, en cada caso, a las exigencias de los enfrentamientos de clase.
2.3.3 El antifascismo de BERTOLT BRECHT
La obra literaria de Bertolt Brecht supone un punto culminante en la literatura antifascista del exilio. Brecht
alcanzó tanta importancia como teórico de la literatura que como poeta y dramaturgo. Él representa el tipo de
escritor operativo descrito por Benjamin, en el que se da la estrecha dependencia funcional entre técnica
literaria progresiva y la tendencia política correcta, y en el que no existe la dicotomía política−literatura. En el
análisis y valoración del fascismo, Brecht se muestra tan superior a la mayoría de los autores del exilio, como
en el momento de desarrollar nuevas formas literarias, para él derivadas de las necesidades de la lucha
antifascista − no de la concepción abstracta de realismo, como fuera el caso de Lukács:
Hay que indagar en la realidad, cuando se trata de formas literarias, y no en la estética, ni tampoco en el
realismo. La verdad se puede callar o decir de muchas maneras. Derivamos nuestra estética y nuestra ética
de las necesidades de nuestra lucha.
El análisis que Brecht expone en sus Ensayos sobre fascismo (1933 − 1939) es el punto de partida de su teoría
y práctica literarias. No entendió al nacionalsocialismo como equivocación, catástrofe natural, enlace fatal de
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circunstancias, desgracia o intrusión del mal, como lo hicieron una y otra vez otros autores. Brecht oponía una
explicación materialista frente a quienes no vieron en el fascismo más que una perversión y un
embrutecimiento del hombre en la civilización moderna:
La brutalidad no viene de la brutalidad, sino de los negocios que, sin ella, ya no se llevarían a cabo. [...]
Muchos de los escritores que hemos experimentado, horrorizados, el terror del fascismo, no hemos aprendido
aún la lección, no hemos descubierto la raíz de la brutalidad que nos espanta. Persiste el peligro de
considerar las crueldades inútiles.
Los trabajos de Brecht se han traducido a 42 idiomas y se han vendido más de 70 volúmenes. Él quiso su
teatro para representar un salón de la conferencia política en lugar de un lugar de ilusiones.
De los teatros rusos y chinos Brecht derivó algunos de sus conceptos básicos de organización y la estilización
teatral.
De Marx tomó prestada la idea de la superestructura, a que el arte pertenece, pero evita también las
explicaciones demasiado simples por las condiciones económicas.
Y conjugando todos estos elementos, lograba su fascinante y tan famoso y undialmente reconocido teatro
épico.
Su obra se compone de verdaderas maravillas del teatro, prosa e incluso poesía.
2.4 A MANERA DE RESUMEN
En Bertolt Brecht se puede observar claramente la coherencia entre el hombre el autor, el poeta y el
dramaturgo. Fiel a sus ideas que podrían ser resumidas en 4 conceptos fundamentales:
Antifascismo, carácter didáctico, crítica social e innovación.
Brecht encierra un mensaje general: el espectador debe sacar una enseñanza ya sea apuntándole a las
posibilidades de cambiar la realidad como en la Opera de los tres centavos, o bien sea enseñando que el
destino no aparece como algo ineludible que se sustrae a la intervención humana. Brecht deja constancia de
que el destino del hombre se lo fragua el mismo hombre: Madre Coraje y sus Hijos..
Este dramaturgo y a la vez poeta, fue un gran reformador teatral, quien rompió el límite establecido en la
época, e innovó con su forma de pensar. Él se atrevió a defender sus ideas, y a promoverlas en público. El uso
del efecto de distanciamiento, fue una de sus principales armas, que como lo demuestran algunos otros
autores, todavía sigue funcionando. Éste, quizás, fue el pilar más grande del éxito de Brecht en el mundo.
Su especial estilo de teatro y su forma de escribir es uno de los más originales que existen, y uno de los más
importantes, porque es diferente al teatro aristotélico y naturalista, en el que el público se sumerge e
interioriza en la historia, en cambio, tal y como ya se ha mencionado anteriormente, Brecht muestra un teatro
intelectual, que exige mucho más del público, que las obras tradicionales.
3. EL BIBLIOCAUSTO NAZI
Cada libro quemado ilumina el mundo
R.W.Emerson
Todos hemos oído hablar del Holocausto Judío, nombre dado a la aniquilación sistemática de millones de
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judíos a manos de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Pero es oportuno señalar que este genocidio tuvo su equivalente. También hubo un Bibliocausto, donde
millares de libros fueron destruidos por el mismo régimen. Entender cómo se gestó puede permitirnos
comprender que Heinrich Heine tenía razón cuando escribió proféticamente: [...] donde los libros son
quemados, al final también son quemados los hombres [...]. La destrucción de libros de 1933 fue, a mi juicio,
apenas un prólogo a la matanza que vendría después. Las hogueras de libros fueron las que inspiraron los
hornos crematorios. Y esto merece una reflexión detenida, porque se trata de un acontecimiento que ha
marcado para siempre la vida de millones de hombres y que va seguir siendo uno de los hitos más siniestros
de la historia.
El comienzo de esta barbarie tiene fecha: el 30 de enero de 1933, cuando el presidente de la llamada
República de Weimar, en Alemania, Paul Ludwig Hans Anton Von Beneckendorff Und Von Hindenburg
(1847−1934), designó a Adolfo Hitler como canciller, trataba de reconocer la inestable mayoría de este
iracundo político; viejo y cortés, Hindenburg ignoró lo que sobrevino casi de inmediato: un período político y
militar que sería conocido posteriormente como El Tercer Reich.
Hitler, que había sido cabo en el ejército, que había querido ser un pintor de fama mundial y fracasó, que
había intentado dar un golpe de Estado en 1923, utilizó una estrategia de intimidación contra los judíos, los
sindicatos y el resto de los partidos políticos. No era, como puede pensarse ligeramente, un loco, sino la voz
más visible de una idiosincrasia germana totalitaria.
El 4 de febrero, la Ley para la Protección del Pueblo Alemán restringió la libertad de prensa y definió los
nuevos esquemas de confiscación de cualquier material que fuera considerado peligroso. Al día siguiente, las
sedes de los partidos comunistas fueron atacadas salvajemente y sus bibliotecas destruidas. El 27 de Febrero,
el Parlamento Alemán, el famoso Reichstag, fue incendiado, junto con todos sus archivos. El 28, la reforma de
la Ley para la Protección del Pueblo Alemán y el Estado, legitimó medidas excepcionales en todo el país. La
libertad de reunión, la libertad de prensa y la de opinión, quedaron restringidas. En una elección controlada, el
Partido de Hitler, conocido como Partido Nazi, obtuvo la mayoría del nuevo Parlamento y se decretó
oficialmente el nacimiento del Tercer Reich.
Alemania, obviamente, estaba transformando sus instituciones después de la terrible derrota sufrida durante la
I Guerra Mundial. Hitler, que no era alemán, fue considerado como tal y además un estadista idóneo para
rescatar la autoestima colectiva, hecho que justificó sus purgas contra la oposición y lo convirtieron en un
líder temido. Su eficacia, no obstante, estaba sustentada en varios hombres. Uno de ellos era Hermann Göring,
el otro era Joseph Goebbels. Ambos eran fanáticos, pero el segundo fue quien convenció a Hitler de la
necesidad de extremar las medidas que ya venían ejecutando, y logró ser designado al frente de un nuevo
órgano del Estado que vendría a ser conocido como Reichsministerium für Volksaufklärung und Propaganda.
Goebbels sabía lo que hacía, y Hitler le dio carta blanca. Tenía una fe absoluta en su amigo, y tenía muy
buenas razones para creer ciegamente en sus aciertos. Goebbels, quien no había ingresado al Ejército por ser
cojo, se había doctorado como Filólogo, en 1922, en la Universidad de Heidelberg, donde fue profesor
Friedrich Hegel en el siglo XIX. Era un lector apasionado de los clásicos griegos y, en cuanto a pensamiento
político, prefería el estudio de los textos marxistas y de todo lo escrito que existiera contra la burguesía.
Admiraba a Friedrich Nietzsche, recitaba poemas de memoria, y, por lo que se sabe, escribía textos
dramáticos y ensayos. Cuando se unió a Hitler, reconoció su verdadera vocación, como lo dijo muchas veces,
y ya con el cargo de Ministro. En 1933, reunió un equipo de trabajo para redactar la Ley Relativa al Gobierno
del Estado, que fue sancionada el 7 de abril de ese año. Indudablemente, ahora tenía un control absoluto sobre
la educación y fomentó un cambio total en las escuelas y universidades. El 8 de abril, fue enviado un
memorandun a las Organizaciones Estudiantiles Nazis, donde se proponía la destrucción de todos aquellos
libros peligrosos que estuvieran en las bibliotecas de Alemania. De cualquier forma, ya el mes anterior,
exactamente el día 26 de marzo, fueron quemados libros en Schillerplatz, en un lugar desconocido y tranquilo
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llamado Kaiserslautern. El primero de Abril, Wuppertal sufrió saqueos y quemas de libros en Brausenwerth y
en Rathausvorplatz.
Algo terrible se gestó entonces. Una especie de fervor inusitado que estaba limitado por la presión
internacional europea, despertó entre los estudiantes e intelectuales alemanes. Un odio manejado por osadas
ráfagas de propaganda se extendió en las aulas, y el resultado no se hizo esperar. El 11 de abril, en Düsseldorf,
fueron destruidos libros de contenido comunista y judío. Algunos de los más importantes filósofos alemanes,
sin ser obligados a ello, como Martin Heidegger, adhirieron las ideas de Goebbels. En abril, Heidegger fue
designado Rector de la Universidad de Friburgo y el 1 de mayo, se hizo miembro del NSDAP.
El 2 de mayo, en Leipzig en Gewerkschaftshaus, se destruyeron textos, pero fue realmente el 5 de mayo de
1933 cuando empezó todo. Los estudiantes de la Universidad de Colonia fueron a la biblioteca, y en medio de
lágrimas y risas, recogieron todos los libros de autores judíos o de procedencia judía. Horas más tarde, los
quemaron. Estaba bastante claro que esa era la vía elegida para mandar un mensaje al mundo entero; y los
actos que siguieron así lo probaron.
Los estudiantes estaban frenéticos. El día 6, del mismo mes, la juventud del Partido Nazi y miembros de otras
organizaciones, sacaron media tonelada de libros y folletos del Instituto de Investigación Sexual de Berlín.
Goebbels, indetenible, preparaba reuniones todas las noches porque se había decidido iniciar un gran acto de
desagravio a la cultura alemana. Como fecha tentativa, se propuso el 10 de mayo. El 8 de mayo hubo algunos
desórdenes en Friburgo, y destrucciones de libros.
El 10 de mayo fue un día agitado desde muy temprano. La Asociación de Estudiantes Alemanes se agolpó en
la biblioteca de la Universidad Wilhelm Von Humboldt y comenzaron a recoger todos los libros prohibidos
por el régimen. Había una euforia inesperada. Finalmente, los libros, junto con los que se habían obtenido en
otros centros, como en el Instituto de Investigaciones Sexuales o en las bibliotecas de judíos capturados,
fueron transportados a Opernplatz. En total, el número de libros sobrepasaba los 25.000. Muy pronto se
concentró una multitud alrededor de los estudiantes. Éstos comenzaron a cantar un himno que causó gran
impresión entre los espectadores. La primera consigna fue fulminante:
Contra la clase materialista y utilitaria.
Por una comunidad de Pueblo y una forma ideal de vida. Marx, Kautsky.
La hoguera ya estaba encendida. Tal vez nadie podía creer lo que pasaba, pero no dejó de sorprender a
cualquier observador que una de las capitales más cultas del mundo, donde se encontraban algunas de las más
importantes universidades europeas, era el centro de una de las quemas de libros más impresionante de la
época. Joseph Goebbels, quien dirigía todas las acciones, levantó la voz y después de saludar a todos con un
estruendoso Heil, explicó los motivos de la quema:
La época extremista del intelectualismo judío ha llegado a su fin y la revolución de Alemania ha abierto las
puertas nuevamente para un modo de vida que permita llegar a la verdadera esencia del ser alemán. Esta
revolución no comienza desde arriba, sino desde abajo, y va en ascenso. Y es, por esa razón, en el mejor
sentido de la palabra, la expresión genuina de la voluntad del Pueblo [...]
Durante los pasados catorce años Uds., estudiantes, sufrieron en silencio vergonzoso la humillación de la
República de Noviembre, y sus bibliotecas fueron inundadas con la basura y la corrupción del asfalto
literario de los judíos. Mientras las ciencias de la cultura estaban aisladas de la vida real, la juventud
alemana ha reestablecido ahora nuevas condiciones en nuestro sistema legal y ha devuelto la normalidad a
nuestra vida [...]
Las revoluciones que son genuinas no se paran en nada. Ninguna área debe permanecer intocable [...]
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Por tanto, Uds. están haciendo lo correcto cuando Uds., a esta hora de medianoche, entregan a las llamas el
espíritu diabólico del pasado [...]
El anterior pasado perece en las llamas; los nuevos tiempos renacen de esas llamas que se queman en
nuestros corazones [...]
Los cantos prosiguieron y al final de cada estrofa se arrojaban algunos libros cuyos autores se mencionaban:
[...]Contra la decadencia misma y la decadencia moral.Por la disciplina,
por la decencia en la familia y en la propiedad.
Heinrich Mann, Ernst Glaeser, E. Kaestner.
Contra el pensamiento sin principios y la política desleal.
Por la dedicación al Pueblo y al Estado. F.W. Foerster.
Contra el desmenuzamiento del alma y el exceso de énfasis en los instintos sexuales. Por la nobleza del alma
humana. Escuela de Freud.
Contra la distorsión de nuestra historia y la disminución de las grandes figuras históricas.Por el respeto a
nuestro pasado. Emil Ludwig, Werner Hegemann.
Contra los periodistas judíos demócratas, enemigos del Pueblo.
Por una cooperación responsable para reconstruir la nación.
Theodor Wolff, Georg Bernhard.
Contra la deslealtad literaria perpetrada
contra los soldados de la Guerra Mundial.
Por la educación de la nación en el espíritu del poder militar. E.M. Remarque.
Contra la arrogancia que arruina el idioma alemán. Por la conservación de la más preciosa pertenencia del
Pueblo. Alfred Kerr.
Contra la impudicia y la presunción. Por el respeto y la reverencia debida a la eterna mentalidad alemana.
Tucholsky, Ossietzky[...]
La operación, cuyas características se habían mantenido hasta ese instante en secreto, se reveló pronto en su
verdadera dimensión porque el mismo 10 de mayo, hubo una quema de libros en numerosas ciudades
alemanas. La lista de quemas incluyó varias ciudades y fue casi simultánea para causar pánico: Bonn,
Braunschweig, Bremen, Breslau, Dortmund, Dresden, Frankfurt/Main, Göttingen, Greifswald, Hannover,
Hannoversch−Münden, Kiel, Königsberg, Marburg, München, Münster, Nürenberg, Rostock y Worms.
Finalmente hay que mencionar Würzburg, en cuya Residenzplatz se incineraron cientos de escritos.
Y, como si se tratara de una avalancha, Goebbels insistió en continuar con estas quemas de libros prohibidos.
No hubo un rincón en el que los estudiantes y los miembros de las juventudes hitlerianas no destruyeran
obras. El 12 de mayo, fueron eliminados libros en Erlangen Schloßplatz, en la Universitätsplatz de
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Halle−Wittenberg. Al parecer, el 15 de mayo, algunos miembros apilaron textos en Kaiser−Friedrich−Ufer, en
Hamburgo, y a las once de la noche, después de un discurso ante una escasa multitud, los quemaron. La apatía
preocupó a los integrantes de los incipientes servicios de inteligencia del partido y se decidió repetir el acto.
El 17, la Universitätsplatz, de Heidelberg se conmovió puesto que hasta los niños participaron en las quemas
de libros. El 17 de junio, la Jubiläumsplatz, en Heidelberg, volvió a ser utilizada para las quemas. Hubo otras
destrucciones adicionales el 17 de mayo: en la Universidad de Colonia, en la ciudad de Karlsruhe.
El 19 de mayo, Hitler estaba totalmente emocionado. Y Goebbels, seguro de los efectos de este éxito, pidió a
los jóvenes que no se detuvieran. El mismo 19, el horror se mantuvo en el Museo Fridericanum, en Kassel, y
en la Meßplatz, de Mannheim. El 21 de junio, tres regiones quemaron libros. Por una parte, estaba Darmstadt,
en cuya Mercksplatz se llevaron a cabo los hechos; por otra, estaba Essen y la mítica ciudad de Weimar.
Varios años más tarde, específicamente el 30 de abril de 1938, la Residenzplatz, de la famosa Salzburgo, fue
utilizada por estudiantes y militares para una destrucción masiva de ejemplares condenados.
El impacto que produjeron las quemas de mayo 1933 fue enorme. Sigmund Freud, cuyos libros fueron
seleccionados para ser destruidos, dijo irónicamente a un periodista que, a pesar de lo que pudiera comentarse,
semejante hoguera era un avance en la historia humana:
En la Edad Media ellos me habrían quemado.
Ahora se contentan con quemar mis libros[...]
Lo que olvidó Freud en su broma es que hubiera sido quemado si hubiera permanecido en Alemania.
Varios grupos intelectuales marcharon en Nueva York contra estas medidas. La revista Newsweek no vaciló
en hablar de un holocausto de libros y la revista Time utilizó por primera vez el término de bibliocausto. Los
japoneses, impresionados, condenaron los ataques contra los libros. El repudio, en suma, fue total.
No obstante, según W. Jütte, el rechazo no evitó que los libros de más de 5.500 autores fueran aniquilados.
Los principales textos de los más destacados representantes de inicios del siglo XX alemán recibieron vetos
continuos y ardieron sin piedad.
Entre otros muchos, los autores que fueron censurados, vetados o eliminados, conforman una larga lista que
puede muy bien reducirse como sigue. No es completa, pero intenta una aproximación bastante exhaustiva:
Nathan Asch
Henri Barbusse (1873 − 1935)
Georg Bernhard
Bertolt Brecht (1898 − 1956)
Max Brod (1884 − 1968)
Robert Carr
Otto Dix (1891−1969)
Kasimir Edschmid (1890 − 1966)
Albert Ehrenstein (1886 − 1950)
Lion Feuchtwanger (1884 − 1958)
Friedrich W. Foerster (1869−1966)
Sigmund Freud (1856 − 1939)
Fjodor Gladkow
Iwan Goll (1891 − 1950)
Schalom Asch (1880 − 1957)
Richard Beer−Hofmann (1866 − 1945)
Günther Birkenfeld
Hermann Broch (1886−1951)
Martin Buber (1878−1965)
Hermann Cohen (1842−1918)
Alfred Döblin (1878 − 1957)
Ilja Ehrenburg (1891 − 1967)
Albert Einstein (1879−1955)
Georg Fink
Bruno Frank (1887−1945)
Rudolf Geist
Ernst Glaeser (1902 − 1963)
Oskar Maria Graf (1894−1967)
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George Grosz (1893−1959)
Jaroslav Hasek (1883 − 1923)
Werner Hegemann
Ernst Hemingway (1899−1961)
Arthur Holitscher (1869 − 1941)
Albert Hotopp
Franz Kafka (1883−1924)
Josef Kallinikow
Rudolf Kayser (1889−1964)
Egon Erwin Kisch (1885 − 1948)
Alexandra Kollantay
Michael A. Kusmin (1875 − 1936)
Else Lasker−Schuler (1869−1945)
Wladimir Lidin
Mechtilde Lichnowsky (1879−1958)
Jack London (1876 − 1916)
Heinrich Mann (1871 − 1950)
Thomas Mann (1875−1955)
Erich Mendelsohn (1887−1953)
Robert Neumann (1897 − 1975)
Iwan Olbracht (1882 − 1952)
Ernst Ottwald
Kurt Pinthus (1886 − 1975)
Plivier (1892 − 1955)
Hans Reimann (1889−1969)
Ludwig Renn (1889 − 1979)
Iwan A. Rodionow
Ludwig Rubiner (1881 − 1920)
Alfred Schirokauer
Arthur Schnitzler (1862 − 1931)
Anna Seghers (1900 − 1983)
Hans Sochaczewer
Fjodor Ssologub
Ernst Toller (1893 − 1939)
Kurt Tucholsky (1890 − 1935)
Fritz von Unruh (1885−1970)
Jakob Wassermann (1873 − 1934)
H. G. Wells (1866−1946)
Ernst Emil Wiechert (1887−1950)
Karl Wolfskehl (1869−1948)
Stefan Zweig (1881 − 1942)
Karl Grünberg
Walter Hasenclever (1890 − 1940)
Heinrich Heine (1797−1856)
Georg Hermann (1871−1943)
Heinrich Eduard Jacob
Georg Kaiser (1878−1945)
Gina Kaus (1894−?)
Alfred Kerr (1867 − 1948)
Kurt Kläber
Karl Kraus (1874−1936)
Peter Lampel (1894 − 1965)
Vladimir Ilich Lenin (1870−1924)
Sinclair Lewis (1885−1951)
Heinz Liepmann
Emil Ludwig
Klaus Mann (1906 − 1949)
Karl Marx (1818 − 1883)
Robert Musil (1880−1942)
Alfred Neumann (1895−1952)
Carl von Ossietzky (1889 − 1938)
Leo Perutz (1882−1957)
Alfred Polgar (1873−1955)
Marcel Proust (1871−1922)
Erich Maria Remarque (1898 − 1970)
Joachim Ringelnatz (1883−1934)
Joseph Roth (1894−1939)
Rahel Sanzara
Schlump
Karl Schroeder
Upton Sinclair (1878 − 1968)
Michael Sostschenko
Adrienne Thomas
Bernard Traven (1890−?)
Werner Türk
Karel Vanek
Arnim T. Wegner (1886 − 1978)
Franz Werfel (1890 − 1945)
Theodor Wolff (1868 − 1943)
Émile Zola (1840−1902)
Arnold Zweig (1887 − 1968)
Hitler no olvidó nunca a Goebbels y le perdonó todo, hasta sus reiterados deslices con prostitutas. El día de su
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suicidio, en 1945, lo nombró Canciller del Reich. Y Goebbels, aceptó este honor, pero por unas horas. Casi
como si se tratara de una simetría perversa, el 1 de mayo, el mes de la gran quema de libros, acabó con todos
sus hijos, mató a su esposa, y luego, no sin esbozar una sonrisa de triunfo y alzar la mano celebrando al
Führer, se dio muerte.
4. CONCLUSIONES
• El conocer más de cerca la vida y obra de un escritor tan interesante como Brecht hace que su obra
tome vida y sea inmortalizada en el recuerdo de quien lo conozca. En lo personal, disfrute mucho
conociendo de este autor, puesto que me permitió dejar a un lado la técnica y los números y me
encerró en un discurso que aunque fuerte y directo, aun tiene vigencia, más en nuestro entorno
político y social.
• No había considerado la magnitud del bibliocausto nazi, considerando que si este movimiento hubiese
alcanzado todas sus tenebrosas metas, la destrucción cultural, histórica, tecnológica y de más hubiese
sido incalculable; es por ello que el conocimiento de de un acto de barbarie como este solo me
permite traer a colación un dicho popular: Es importante conocer la historia para no repetirla.
5. BIBLIOGRAFIA
• MAYER, Hans; De la literatura alemana contemporánea, Primera Edición, Fondo de Cultura
Económica, México 1972.
• MODEM, Rodolfo; Historia de la literatura alemana , Primera Edición, México 1976.
• http://www.sevillacultural.com/teatro/opinión/perfecciondebrecht.htm
• http://www.nmsu.edu/~honors/hon224discuss.html#Unit%202.4.
• http://www.nmsu.edu/~honors/brechtessay.html
• http://www.usc.edu/isd/locations/collections/fml/Brecht/.
• http://www.allstars.org/RESOURCECENTER/galileo.html.
• http://www.bbc.co.uk/history/programmes/centurions/brecht/brecbiog.shtml.
http://www.geocities.com/fedeortiz/personajes/brecht.html
http://www.geocities.com/fedeortiz/personajes/brecht.html
Bi: Abreviación alemana de la expresión Dulce amargo.
Tambores en la noche (Traducción del título de la obra desde el alemán al español)
La ópera de tres centavos (Traducción del título de la obra desde el alemán al español)
Libro de plegarias domésticas, Literatura popular de uso doméstico.
El Señor Puntilla y su criado Matti
La Vida de Galilei
Madre coraje y sus hijos
El alma buena de Sezuan./La buena persona de Sezuan
El círculo de tiza caucásico
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El Pequeño Organom para el teatro.
El Conjunto Berlinés
http://www.ed−dolmen.com/historia/index.html
Catarsis : Referido a cuando el actor, se mantiene en una posición constante, guiada por su personaje y la
creación de u mundo imaginario para este, pero que no tiene relación con el actor mismo.
http://www.sevillacultural.com/teatro/opinión/perfecciondebrecht.htm
http://www.nmsu.edu/~honors/brechtessay.html
http://www.nmsu.edu/~honors/brechtessay.html
http://www.nmsu.edu/~honors/brechtessay.html
Imperio para los Alemanes
Ministerio del Reich para la Ilustración de Pueblo y para la Propaganda
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