No voy a dimitir, cuento con la confianza del presidente del Gobierno

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Lunes. 25 de noviembre de 2013 • LA RAZÓN
La entrevista
JOSÉ IGNACIO WERT/MINISTRO DE EDUCACIÓN
«No voy a dimitir, cuento
con la confianza del
presidente del Gobierno»
«No tengo edad para hacer carrera política. En el Ministerio sabía que no me
esperaban días de vino y rosas, aunque no me hice a la idea de que iba a ser tan duro»
F. Marhuenda/R. Ruiz
Es viernes y, a diferencia de otros, el ministro de Educación, Cultura y Deportes
hoy tiene prisa. Acaba de venir de Zaragoza del V Congreso Iberoamericano
para la Cultura y luego tiene otra cita.
Apenas 35 minutos para responder una
treintena de preguntas preparadas que
al final se quedan en la mitad o menos.
Porque al ministro le gusta extenderse en
su explicaciones... Y eso que, consciente
de la premura de tiempo, hace un esfuerzo de síntesis en las respuestas. Transcurren los 35 minutos e irrumpe la secretaria en el luminoso despacho del ministro
de la calle Alcalá para alertar de la hora.
Se levanta del sillón de inmediato: «Me
tengo que ir... Me espera el jefe», dice
refiriéndose a Mariano Rajoy. Está claro
que la entrevista ha acabado. No es el
primer viernes que el presidente del Gobierno queda con José Ignacio Wert para
compartir puro o pastillas de menta, pero
antes el ministro responde amablemente a todas estas preguntas.
–Dicen que ha puesto sobre la mesa su
dimisión a Rajoy. ¿Es verdad o eso es lo
que difunden sus enemigos, incluidos
los que tiene en el PP?
–Es falso. No sólo no he puesto sobre la
mesa mi dimisión sino que no tengo la
menor intención de hacerlo y, además,
yo ya dije en una ocasión que mi misión
en el Gobierno era intentar una transformación y hacer lo que en mi mano estuviera por la educación en España. Sigo
con esta idea y eso no quiere decir sólo
aprobar la Lomce, quiere decir muchas
más cosas.
–Rajoy ha dicho que le gustaría mantener a su equipo durante toda la legislatura. ¿Y a Vd.? ¿Le gustaría que así fuera?
¿Le gustaría también mantener a su
actual equipo en el Ministerio de Educación?
–Sin la menor duda, no tengo previsto
ningún cambio en mi equipo. El presi-
dente del Gobierno, según la Constitución española, tiene dos facultades personalísimas: una, la de disolver las cámaras cuando lo considere oportuno, y otra,
es nombrar y cesar a los ministros. La
decisión que tome el presidente Mariano
Rajoy en uno u otro sentido siempre me
parecerá bien.
–Este jueves se aprueba ya la Lomce en
el Congreso. ¿Considera que ya ha cumplido como ministro?
arreglan simplemente con soluciones
normativas. Una norma, si no cuenta con
un cambio de «chip» de la sociedad respecto a los objetivos que la ley persigue,
si no tiene la complicidad de la sociedad
no basta por sí sola. La Lomce cumple
una parte de las necesidades de reforma
que existen en el campo educativo, pero
hay otra parte que pretendemos abordar
que no requiere cambio normativo y que
busca mejorar la calidad de nuestras
universidades. Queda
mucho trabajo por hacer. En el campo educativo, al igual que en
otros, siempre hay que
estar abierto al cambio,
a las novedades, a la
innovación. La Lomce
tiene una vocación de
servir durante un número determinado de
años, pero también
puede tener adaptaciones o ajustes puntuales
en función de circunstancias que en un entorno tan dinámico como
la educación pueden
suceder en cualquier
momento.
–¿Cómo es posible no
venirse abajo con las
continuas críticas que
sufre? ¿Se sigue viendo
como un «toro bravo»?
–Aquello fue una cita de
Miguel Hernández, no
es mi divisa. Es posible no venirse abajo
si uno cree en lo que está haciendo, y yo
creo en ello. Más allá de mi contribución
personal, que no es ni de lejos lo más
relevante, es todo lo que ha trabajado un
equipo de alto nivel que está en el Ministerio y también mucha gente que no está
en el Ministerio y que ha colaborado para
mejorar la ley. Aprovecho para agradecerles su aportación, la ley es mejor gracias
Si los obispos creen que se
vulneran los acuerdos con la
Santa Sede por la asignatura
de Religión podemos ver
cómo solventarlo»
El PSOE está convencido de
que es el único titular de la
educación en España.
Rubalcaba habla
incluso de “sus” becas
–No lo creo. Quedan muchas cosas por
hacer, lo cual no quiere decir que necesariamente las tenga que hacer yo todas.
En la Educación siempre hay tareas pendientes y por eso creo que no es realista
pensar que uno va a cumplir todas aquellas tareas importante que en el mundo
de la educación, la cultura y el deporte
quedan por delante. Tampoco soy de los
que creen que todos los problemas se
a ellos. Cuando se está en un puesto de
tanta exposición como éste, la capacidad
de aguante, la resiliencia, tiene que venir
de serie. Cuando acepté este nombramiento sabía que no entraba en unos días
de vino y rosas. A lo mejor no me hice a
la idea de que iba a ser tan duro, pero
tenía claro que no iba a tirar la toalla sin
conseguir mis objetivos.
–Le han llamado varias veces «valiente»
desde el Gobierno, hace unos días el
mismo presidente. ¿Eso le halaga o le
deja indiferente?
–Resultan tan poco frecuentes los comentarios elogiosos que sería una bobada decir que no los agradezco enormemente, y especialmente al presidente del
Gobierno. Sé que cuento con la confianza del presidente Mariano Rajoy.
–¿Quiere seguir en política cuando deje
de ser ministro de Educación?
–No, no tengo edad de tener más ambición política, pero realmente nunca la
he tenido. Acepté este cargo no para
hacer una carrera política, sino para
hacer una serie de cosas que me parecían y me siguen pareciendo necesarias.
En mi juventud dediqué unos años a la
política profesional como diputado y
concejal, pero después desarrollé mi
vida profesional durante varios años en
el servicio público y en el mundo de la
empresa. A mí me parece que en un
momento en que los políticos son objeto de ataques inmisericordes, no siempre justificados, el que exista la posibilidad de entrar y salir de la política con
naturalidad me parece bueno para la
sociedad. Tan malo es que haya personal
político que sólo se haya dedicado a la
política y no tenga una visión del mundo
que vaya más allá de este campo, como
que no existan conexiones y sinergias
entre la sociedad civil y el mundo de las
responsabilidades públicas. No creo que
se tenga que denigrar al político profesional, aunque todo es mejorable. Me
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LA RAZÓN • Lunes. 25 de noviembre de 2013
Jesús G. Feria
parece que en general se está llegando a
un punto de deslegitimación de la política que es una de las peores cosas que
le pueden pasar a una sociedad. Los
políticos podemos ser mejores o peores,
pero todavía no se ha descubierto la
política sin políticos.
–Si hay alguien que sabe de encuestas,
ése es usted por su trayectoria profesional. ¿Cómo interpreta el hecho de ser el
ministro peor valorado del Gobierno?
¿Cree que esto es una cuestión circunstancial por la polémica que ha levantado la Lomce?
–Uno no es el mejor juez de uno mismo
y, siendo consciente de esa limitación, y
tras una autoevaluación, estoy seguro de
que en una parte significativa tiene que
ser culpa mía, me lo habré buscado.
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Ahora vamos a abordar un cambio en la
gobernanza y en la financiación de las universidades»
–¿Por qué no se ha mantenido en la
Lomce que la Religión se oferte de
manera obligatoria en el
Bachillerato? Dicen los obispos que
se incumplen los acuerdos con la
Santa Sede.
–Si atendemos al planteamiento de la
asignatura de Religión, en la Lomce no
se ha hecho un gran cambio respecto
a lo que había, pero, en cambio,
supone una consideración distinta el
hecho de que haya una asignatura
espejo de la misma y esto no sólo
respeta los acuerdos con la Santa
Sede, sino también los acuerdos con
otras confesiones. Creo que buena
parte de los centros educativos
públicos van a mantener la oferta de la
asignatura, como ocurre hasta ahora,
pero he dicho a los representantes de
la Conferencia Episcopal Española que
si, tal y como está redactada la Lomce
entienden que se vulneran los
acuerdos de la Santa Sede, nos
podemos sentar a ver de qué manera
se puede solventar la situación.
–¿Va a cambiar el sistema de
gobernanza de las universidades y va
a dar solución al bloqueo de las
plazas de profesor?
–La reforma universitaria tiene un
documento importante en el que
apoyarse, que es el informe elaborado
por un comité de expertos. Estamos
realizando grupos de trabajo con los
rectores desbrozando el camino de
una reforma universitaria y estamos
haciendo un gran esfuerzo de
aproximación y diálogo con todas las
partes. Una vez aprobada la Lomce
tendremos más energías disponibles
para abordar la reforma universitaria
tanto en lo que se refiere a gobernanza
como a bloqueo de plazas de profesor
y a la financiación.
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Lunes. 25 de noviembre de 2013 • LA RAZÓN
La entrevista
Jesús G. Feria
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Ésta es una posición de elevadísima exposición pública y hemos tenido, aunque
yo ya sabía a lo que me enfrentaba, una
conjunción de circunstancias particularmente complicadas que han coincidido
en el tiempo: la necesidad de realizar
ajustes en el campo educativo y una reforma, lo cual ha dado lugar a que se
produzca una confusión entre estas dos
cosas que en nada tienen que ver.
–¿No le preocupa que la oposición en
bloque diga que va a derogar la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad
Educativa cuando se produzca un cambio de Gobierno?
–No me preocupa excesivamente porque
creo que no va a haber un cambio de
Gobierno y me parece que es una expresión de inmovilismo como se ven pocas.
Derogar ¿para qué?¿Para que no exista
una norma durante el tiempo en que
tarden en ponerse de acuerdo para hacer
otra nueva ley?
Creo que es una expresión de inmovilismo
que refleja un rasgo particularmente presente en la estrategia del PSOE, que es la
de negarse a buscar un cambio en las reglas del juego. Los socialistas están convencidos de que son los titulares únicos y
los únicos posibles de las normas educativas. De hecho, en un debate parlamentario, hubo un momento en que
Rubalcaba, hablando de las becas, dijo:
«Lo que no vamos a hacer es consentir ese
planteamiento porque», dijo mirándome,
«son mis becas». Si esa patrimonialización
del campo educativo fuera acompañada
de unos resultados que la justificaran no
habría nada que objetar. De hecho, la
Lomce es una modificación parcial de la
LOE. Lo que no puede ser es mantener
una actitud en la que la autocomplacencia
lleva al inmovilismo.
Con las becas Erasmus no nos explicamos.
Fue un fallo mío de comunicación»
–¿Qué pasó con las becas Erasmus?
¿Se explicó regular y le entendieron
mal?
–No nos explicamos. Fue un fallo mío
de comunicación, no le echo la culpa
a nadie. No comunicamos una cosa
que es bastante sencilla. Si lo hubiéramos hecho con carácter previo se hubiera entendido bien. Con los nuevos
criterios europeos, los fondos de la UE
aumentan para España en lo que a
movilidad de estudiantes de educación
superior se refiere un 4 por ciento,
frente a aumentos del 24 por ciento
para Alemania, el 16 por ciento para
Francia o el 6 por ciento para Reino
Unido. Dicho de otra forma: Alemania,
que ha tenido 7.000 movilidades de
alumnos menos que España, recibirá
16 millones de euros más que nosotros.
Además, el estudiante alemán va a
percibir una ayuda más cuantiosa que
el erasmus español. Si el español recibe
115 euros, el alemán tendrá 400 y el de
Reino Unido, más de 300, por poner
unos ejemplos. Hasta ahora los fondos
se repartían en proporción a la población universitaria y el número de movilidades; ahora el 75 por ciento se
distribuye en función de la población
de cada país y de la distancia entre
capitales, y el 25 por ciento, por otros
criterios como el número de movilidades. No puedo decir que España haya
salido perjudicada en términos rigurosos. Obtiene un poco más para los es-
tudiantes universitarios y en FP, un 25
por ciento más.
–¿Hay alguna posibilidad todavía de
que las circunstancias puedan cambiar?
–El lunes (por hoy) la secretaria de
Estado, Montserrat Gomendio, se va a
entrevistar en Bruselas con la comisaria europea de Educación para buscar
La secretaria de Estado
de Educación viajará a
Bruselas para buscar
un mejor arreglo para
los becarios españoles»
el mejor arreglo que permita mantener
niveles de movilidad máximos que
sean coherentes con los criterios de la
UE de ofrecer becas de calidad y una
ayuda especial para los estudiantes
que más lo necesitan.
–¿Qué le dijo a la comisaria europea
de Educación, Androulla Vassiliou,
cuando la llamó por teléfono para
pedirle explicaciones sobre la versión
«basura» que había dado España de
las becas Erasmus? Porque creo que
la conversación fue agria...
–Yo nunca tengo conversaciones agrias
prácticamente con casi nadie, y menos
con una dama que es comisaria de
Educación. Fue una conversación correcta en la que no estábamos de
acuerdo con algunas cosas. Todo fue
un malentendido: el del portavoz, que
pensaba que había dicho lo que no
había dicho y que calificaba en términos bastante radicales, diciéndolo
de forma suave. «Rubbish», en el contexto en
el que lo dijo el portavoz,
es más bien «sinsentido»
pero, en todo caso, y sin
ningún ánimo de atizar la
polémica, no creo que sea
el lenguaje diplomático
más adecuado.
–¿Hay alguna cuestión
por la que España pueda
sacar pecho en Europa?
–Sí, el sistema español tiene bastantes
fortalezas. Tenemos una de las tasas de
escolarización temprana más altas de
europa. A los tres años están escolarizados prácticamente el cien por cien
de los niños. También cumplimos el
objetivo europeo en número de universitarios y, en cierta dimensión, el
sistema educativo español es muy
equitativo. No se trata de debilitar las
fortalezas sino de fortalecer las debilidades.
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