Beatificación del Papa Pablo VI Carlos Julio Cuartas Chacón* actualidad El Papa Francisco beatificó el pasado 19 de octubre a Giovanni Battista Enrico Antonio Maria Montini, quien fue Papa entre el 21 de junio de 1963 y el 6 de agosto de 1978. Pablo VI, retrato al inicio de su pontificado. El medallón con su efigie, realizado en bronce por el Maestro Jainer León, se encuentra en el edificio Pablo VI de la Universidad. octubre 2014 Uno de los pontífices del siglo XX más recordado en nuestro país es Pablo VI, el Papa que vino a Bogotá en 1968, en la primera visita de un sucesor de San Pedro a Latinoamérica. Un barrio lleva su nombre en la capital colombiana, lo mismo que un edificio y el auditorio que hace parte de él, en nuestra Universidad. Pues bien, el pasado 19 de octubre, el Papa Francisco beatificó a este insigne sacerdote italiano, Doctor en Filosofía y Derecho Civil (Roma) y en Quince años duró el ponDerecho Canónico (Mitificado del Papa que llevó lán), que fue alumno de a término la obra del Conla Pontificia Universidad cilio Vaticano II, concedió Gregoriana y Profesor de la distinción de Doctor de la Iglesia, -hasta entonces Historia de la Diplomacia reservada para hombres-, a Pontificia en la Univerdos santas, Teresa de Jesús sidad Lateranense, que y Catalina de Siena; e inestuvo estrechamente auguró la era de los viajes vinculado a la Federación apostólicos del Sumo PonUniversitaria Católica tífice fuera de Italia, conItaliana (FUCI), y trabajó virtiéndose en el “Papa por décadas en la SecrePeregrino”. taría de Estado. Designado Arzobispo de Milán, Giovanni Battista Montini fue creado cardenal por Juan XXIII, a quien sucedió como Obispo de Roma en 1963. Quince años duró el pontificado del Papa que llevó a término la obra del Concilio Vaticano II, concedió la distinción de Doctor de la Iglesia, -hasta entonces reservada para hombres-, a dos santas, Teresa de Jesús y Catalina de Siena; e inauguró la era de los viajes apostólicos del Sumo Pontífice fuera de Italia, convirtiéndose en el “Papa Peregrino”. Misa de Beatificación Durante la homilía que pronunció en la Misa de Beatificación, el Papa Francisco hizo la siguiente afirmación: “El que fuera gran timonel del Concilio, al día siguiente de su clausura, anotaba en Hoy en la Javeriana su diario personal: «Quizás el Señor me ha llamado y me ha puesto en este servicio no tanto porque yo tenga algunas aptitudes, o para que gobierne y salve la Iglesia de sus dificultades actuales, sino para que sufra algo por la Iglesia, y quede claro que Él, y no otros, es quien la guía y la salva» (P. Macchi, Paolo VI nella sua parola, Brescia 2001, 120-121). En esta humildad resplandece la grandeza del Beato Pablo VI que, en el momento en que estaba surgiendo una sociedad secularizada y hostil, supo conducir con sabiduría y con visión de futuro –y quizás en solitario– el timón de la barca de Pedro sin perder nunca la alegría y la fe en el Señor.” A juicio del cardenal Paul Poupard, Pablo VI, nacido en el umbral del siglo XX (1897), fue “el primer hombre moderno en convertirse en Papa”. A él se debe la siguiente indicación, dada en 1964: “la Iglesia debe ir hacia el diálogo con el mundo en que le toca vivir. (…) La dialéctica de este ejercicio de pensamiento y de paciencia nos hará descubrir elementos de verdad aun en las opiniones ajenas, nos obligará a expresar con gran lealtad nuestra enseñanza y nos dará mérito por el trabajo de haberlo expuesto a las objeciones y a la lenta asimilación de los demás. Nos hará sabios, nos hará maestros” (Carta Encíclica «Ecclesiam Suam»). También advirtió el Papa Montini, ya en 1971, una nueva realidad del mundo contemporáneo: “la humanidad experimenta una nueva soledad, no ya de cara a una naturaleza hostil que le ha costado siglos dominar, sino en medio de una muchedumbre anónima que le rodea y dentro de la cual se siente como extraña” (Carta Apostólica «Octogesima Adveniens»). Magisterio *Asesor del Secretario General. 11 actuali dad Titulares y fotos de primera página en la edición de El Tiempo del viernes 23 y el sábado 24 de agosto de 1968. Su magisterio quedó consignado en siete Encíclicas -se recuerdan especialmente «Populorum Progressio» sobre el desarrollo de los pueblos (1967) y «Humanae Vitae» sobre el matrimonio y la regulación de los nacimientos (1968)-, numerosos discursos, homilías y cartas apostólicas. El Papa que habló de la alegría Cristiana y promovió ‘la civilización del amor’, estableció el Día Mundial de la Paz, celebrado por primera vez en 1968. Para los colombianos es inolvidable su encuentro en Mosquera (Cundinamarca) con los campesinos, donde le vimos sonriente, saludando con sus brazos extendidos, a esa multitud de hombres y mujeres que no podían creer que el Papa estaba ahí, en medio de ellos, reiterándoles su solidaridad con su “buena causa, que es la del Pueblo humilde, la de la gente pobre”. En sus intervenciones insistió en la importancia de la dignidad del ser humano y condenó la violencia, que “no es evangélica ni cristiana”. Nos lo dijo el Papa que en 1965, en la sede de las Naciones Unidas le suplicó al mundo: “¡Nunca jamás guerra! ¡Nunca jamás guerra! Es la paz, la paz, la que debe guiar el destino de los pueblos y de toda la humanidad”