1 TE CUENTO UN CUENTO EN EDUCACIÓN INFANTIL Contar

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TE CUENTO UN CUENTO EN EDUCACIÓN INFANTIL
Contar, cantar.
Contar, soñar.
Dicen que los sueños son sueños de niños, burbujas perdidas en candor naciente.
Dicen que los sueños son hambre de muchos, y que entran y salen del amor
despierto.
Cuéntame ese cuento…
1. LA LITERATURA INFANTIL
La Ley Orgánica de Educación (LOE,2/2009) en su artículo 13, especifica que
la Educación Infantil contribuirá a desarrollar en el niño la capacidad de desarrollar su
habilidades comunicativas en diferentes lenguajes y formas de expresión e iniciarse en
el aprendizaje de la lectura y escritura. La literatura infantil es un instrumento esencial
en dicho inicio de la lectura y escritura.
Betthelheim (2010) afirma que la lectura infantil debe divertir y excitar la
curiosidad; estimular la imaginación; ayudar a desarrollar el intelecto; clarificar
emociones; estar acorde con las necesidades y aspiraciones; servir para conocer las
dificultades y sugerir soluciones a los problemas.
La literatura infantil es aquella que está específicamente dirigida a los niños y
niñas, y que engloba todas las manifestaciones y actividades que tienen como base la
palabra y suscitan el interés del niño. Despliega un amplio abanico de ayudas para el
inicio de la lectura.
Para Colomer (2001) la literatura cumple una serie de funciones educativas
muy importantes:
Desarrolla el lenguaje y el pensamiento.
Descubre el mundo al niño.
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Es un modo de transmisión de cultura.
Es un medio de comunicación.
Desarrolla el gusto por lo bello.
Mejora la capacidad de expresión.
Desarrolla la imaginación y la creatividad.
Potencia la simbolización.
En etapa de Educación Infantil el niño/a se acerca a la literatura a través de:
1. La tradición oral: con cuentos, breves poemas, retahílas, adivinanzas…
2. Breves relatos o cuentos: partiendo de libros en los que será importante
la ilustración para atraer la atención del niño.
El mejor contexto para tomar el primer contacto con la literatura oral es el
entorno familiar. Los familiares les cuentan historias y cuentos, les enseñan poesías y
retahílas, les cantan canciones… esta literatura es interiorizada sin esfuerzo,
despertando el interés del niño por el lenguaje.
En la escuela los niños y niñas se acercan a la literatura infantil a través de
cuentos contados con intencionalidad educativa desarrollando capacidades de
comprensión y expresión lingüística y el interés por nuestro entorno más cercano.
2. EL CUENTO
De entre todos los materiales que podemos utilizar como base para el
desarrollo del lenguaje como dibujos, fotografías, animales, murales… el mejor es el
cuento.
El cuento se puede definir como un relato breve, de hechos imaginarios, con un
desarrollo argumental sencillo (exposición-nudo-desenlace), cuya finalidad puede ser
moral o recreativa, y que estimula la imaginación del niño.
Los cuentos tienen gran importancia en el desarrollo psicológico de la niña/o,
en la transmisión de una herencia cultural y gran valor educativo, el cual se puede
justificar por las siguientes razones:
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Favorece el desarrollo de distintas capacidades.
Hacen posible el desarrollo del lenguaje en cuanto al aumento de
vocabulario, proporcionando modelos expresivos nuevos y originales.
Estimulan la memoria y hacen evolucionar la estructuración temporal.
Favorecen la concentración.
Permiten experiencias de comunicación y entretenimiento del niño en
una atmósfera tranquila y relajada.
Favorecen el desarrollo del gusto estético.
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Ayudan al desarrollo afectivo y social, en la medida en que el niño
puede comprender el significado de los valores sociales y humanos a
través de la bondad o maldad de los personajes, así como las
consecuencias de determinadas acciones.
Facilitan la estructuración temporal de la mente infantil, mediante la
comprensión de la simultaneidad y la sucesión de hechos ordenados
en el tiempo. Qué ha pasado primero y que ha pasado después.
Favorecen y aceleran el proceso de maduración global de la
personalidad.
Enriquecen la fantasía y amplían el mundo de la experiencia infantil.
Los cuentos le permiten al niño/a convertir lo fantástico en real, dar
rienda suelta a su fantasía e imaginación.
Los cuentos son, por tanto, un importante recurso globalizador al ser un
recurso didáctico que permite globalizar multitud de contenidos, al posibilitar multitud
de actividades en torno a él.
2.1. SELECCIÓN DE CUENTOS
Los cuentos deben tener una serie de condiciones para captar el interés del
niño/a, siendo necesarias una serie de características:
Deben adaptarse a la etapa evolutiva del niño/a.
Los cuentos deben ser breves y adaptados a su capacidad de atención.
Los cuentos deben ser sencillos y claros, tanto en el lenguaje empleado
como en su estructura. No debe haber demasiados personajes, ya que
el niño puede equivocarse en la trama. Es importante que haya acción,
que ocurran cosas.
Presentación de una estructura lineal y fuertes contrastes.
Que tenga notas de humor, para acercarse al niño y captar su interés.
Que trate de conseguir la participación del niño a través de distintas
onomatopeyas, respuestas aisladas y reiteradas además de sus
comentarios.
2.2. TIPOS DE CUENTOS
Los cuentos, dentro de la literatura de tradición oral, son textos abiertos, vivos,
que dan lugar a multitud de versiones, aunque sus elementos principales, los temas y
la estructura son universales en las distintas culturas. Ana Pelegrín (2008) los clasifica
de la siguiente forma:
1. Cuentos de fórmula: son textos generalmente breves cuya característica
principal es la estructura exacta que hay que guardar al narrarlo. Existen tres
tipos:
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Cuentos mínimos: son cuentos muy cortos, breves: en una frase se
enuncia un personaje y la acción y la siguiente frase queda como la
conclusión. Ejemplo:
Éste es el cuento
de la banasta,
y con esto basta que basta.
Cuentos de nunca acabar: en primer lugar, proporcionan una
información muy elemental, después formulan una pregunta, que
provoca una respuesta en el que escucha; esta respuesta es
indiferente, puesto que el que narra comienza de nuevo. Ejemplo:
¿Quieres que te cuente
el cuento
de pico-pico tuerto
de pomponera?
no te pregunto que si sí
o que si no,
sino que si quieres que te
cuente el cuento de […]
Cuentos acumulativos o de encadenamiento: son cuentos que
constituyen un juego de memoria, pues se va añadiendo elementos, de
forma que cada estrofa contiene los elementos de los anteriores.
Ejemplo:
Mirad:
Esta es la casa que Pedro ha construido
Ésta es la harina guardada en
la casa que Pedro ha construido.
Éste es el ratón que comió la harina guardada en
la casa que Pedro ha construido.
Éste es el gato que cazó al ratón,
que comió la harina……..
2. Cuentos de animales: los protagonistas de estos cuentos son animales que
normalmente, actúan como personas; cada uno de ellos corresponde a un
arquetipo o personalidad determinada: el zorro es astuto, la tortuga
perseverante, etc. Estos cuentos suelen ser breves y a veces terminan con un
refrán.
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3. Cuentos maravillosos: en estos cuentos intervienen aspectos mágicos o
sobrenaturales y lo imposible se ve con naturalidad. Pueden tener su origen en
mitos o culturas antiguas.
Tienen una estructura interna más compleja que los cuentos de
animales, apareciendo siempre tres momentos claves: la fechoría inicial que
crea el nudo de la intriga, las acciones del héroe como respuesta a la fechoría,
el desenlace feliz, con el restablecimiento del orden por parte del héroe.
En ellos tienen lugar encantamientos, misterios y fenómenos mágicos,
como la capacidad de hacerse invisible, o de convertirse en otro personaje. Las
historias se sitúan en tierras lejanas y en el pasado (Erase una vez, En un
lejano país…). Aparecen una serie de personajes comunes:
Hadas: aparecen como mujeres de gran belleza, ricamente vestidas,
que gozan de una juventud eterna y están dotadas de mágicos poderes.
Algunas veces se presentan en formas inquietantes, con el aspecto de
una serpiente, con grandes alas, etc. Se les suele rodear de un aspecto
sobrenatural.
Genios: se presentan para ayudar o para colaborar en el amor, pero
también para engañar, pudiendo llegar a ser hostiles.
Ogro: dotado de gran fortaleza pero escasa inteligencia y es un gran
comilón y antropófago. Tiene aspecto físico de hombre o animal, o la
mitad de cada uno.
Bruja: aparece en forma de mujer o anciana. En ocasiones se le
representa como la oscuridad y la muerte.
Mago: es un caballero de noble cuna que cumple la función de
vigilancia y protección de la sociedad en la que vive. Pero no siempre
es bueno, puede transformar a seres humanos en animales y el malo
trata de buscar una fórmula mágica que le permita ser dueño del
universo y tener poderes ilimitados.
Héroes. Son seres humanos que tienen una misión que cumplir
respecto a los demás y a sí mismo. Pueden ser seres de noble cuna
preparado para el futuro o personajes de pueblo, sin preparación,
forzados por circunstancias a realizar la hazaña.
Reyes, reinas, campesinos y leñadores. Representan una antigua
sociedad feudal con grandes señores poseedores de riquezas con una
hija casadera. También se encuentran personas que pertenecen a
estratos sociales muy pobres (leñador, pescador…)
Bosques: encierran temores y secretos. El árbol es un elemento que
aparece muchas veces como un ser benéfico que ofrece alimento y
cobijo a los héroes.
2.3. LA NARRACIÓN DE UN CUENTO
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Existe una gran diferencia entra leer un cuento y narrarlo. El interés de los
niños y las niñas se consigue de forma más constante en el cuento narrado, ya que es
más espontaneo al poder modificar y utilizar sus propias palabras, gesticular con la
manos, variar la modulación de la voz, etc. En definitiva, enriquecer el cuento con la
aportación personal del narrador.
Narrar un cuento de forma adecuada requiere respetar una serie de pautas,
entre las que se destacan:
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Conocer el cuento antes de contarlo: de esta manera podremos pensar
por ejemplo la voz de los personajes, ensayar onomatopeyas, etc.
Utilizar una adecuada vocalización, hablando de una forma adecuada
según el ritmo que requiera la historia.
Utilizar la comunicación no verbal: como el gesto o la mímica.
Crear un clima adecuado, sentar a los niños y en un espacio adecuado
sentados preferiblemente en círculo, no interrumpir la narración ni
prolongarla excesivamente.
Solicitar la participación de los niños y niñas en determinados
momentos del cuento: cuando hay que repetir palabras o imitar un
animal.
2.3.1 CÓMO NARRAMOS CUENTOS EN INFANTIL
Cada maestra y/o maestro tiene su manera especial de transmitir a su
alumnado los cuentos: a través de marionetas, teatro, nos disfrazamos, llamamos a
los abuelos, utilizamos el Kamishibai etc.
Entre los modos más peculiares de narrar un cuento podemos citar:
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Rincón de los cuentos: donde tendremos una mesa camilla y una
mecedora. La maestra delante de los niños se viste de abuelita, se pone
un delantal, una toquilla y un pañuelo en la cabeza, así
automáticamente se transforma en la abuelita cuenta cuentos. El
alumnado de esta manera acuden al rincón a la espera del cuento.
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Utilizar objetos que acompañen la historia. Más que palabras de
apertura previas a la exposición se puede utilizar un sombrero, pañuelo,
bata que acompañan siempre a la narración, de tal manera que cuando
te lo pongas el alumnado sabrá que empieza la rutina del cuento.
Por ejemplo: Si contamos “Olivia no quiere peinarse”,
presentamos el cuento de manera que dentro de la caja mágica
aparezca un cepillo o peine, colonia... Hablamos de estos objetos que
tienen que ver con el personaje, comentamos si hemos sufrido tirones,
si nos peinamos solos/as, la colonia hummmm qeu bien huele; y al final
aparece el cuento lo narramos y realizamos actividades de dibujar a
Olivia, realizarla en plastilina, dramatizamos, etc. Por último colgamos el
sombrero de contar cuentos hasta el próximo.
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Montamos un teatro con una caja de zapatos: con imágenes
plastificadas pegadas a pinchos a modo de marionetas. Se consigue
captar la atención. Para terminar cambiamos el final del cuento,
convertimos a los malvados en buenos o escriben en una hoja el título
del cuento, dibujan la escena que más le ha llamado la atención
Llamamos la atención del alumnado cantando “Tiliiiin,tilaaaaan, todo
el mundo a escuchar, porque el cuento va a empezar”. Contamos el
cuento la maestra/o previamente dibuja los personajes en cartulina, los
plastifica y utiliza un soporte y velcro para ir poniéndolos según hacen
su aparición. Dramatiza con voces para los diferentes personajes y
hacemos que los niños y niñas participen.
Kamishibai: Está formado por un conjunto de láminas que tiene un
dibujo en una cara y texto en la otra. La lectura se realiza colocando las
láminas en orden sobre un soporte llamado “butai” de cara al auditorio y
deslizando las láminas una tras otra mientras se lee el texto.
El Kamishibai fascina a los niños y niñas ya que une la magia de
las palabras con el encanto de las imágenes captando la atención y
produciendo una interacción gozosa y compartida entre el alumnado y
el intérprete.
Los cuentos debemos narrarlos en un espacio: bien delimitado, amplio, para no
generar incomodidad y dispersión de la atención, iluminado de manera tenue para
ofrecer calidez y situado de espaldas a posibles elementos visuales de paso como
puertas, ventanas o pasillos, así como lejos de elementos acústicos. Una vez
terminada la narración debemos dejar el cuento al alcance de los niños y niñas,
creando un Biblioteca de aula.
3. BIBLIOGRAFÍA
Bettelheim, B. (1977). Psicoanálisis de los cuentos de hadas. Madrid. Crítica.
Bryant, S. (1995). El arte de contar cuentos. Barcelona. Hogar del libro.
Colomer, T. (2001). Introducción a la literatura infantil y juvenil. Madrid. Síntesis.
Pelegrín, A.M. (1984). La aventura de oír: cuentos y memorias de tradición oral.
Madrid. Cincel.
Ramos, G. (1994). La caja de las palabras mágicas. Cuentos. Málaga. Arguval.
Rodari, G. (1999). Gramática de la fantasía. Panamericana.
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