NULIDAD, QUIEN PUEDE INTENTAR LA ACCION DE. La

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385778. . Sala Auxiliar. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo CXIV, Pág. 57.
NULIDAD, QUIEN PUEDE INTENTAR LA ACCION DE. La jurisprudencia de la
Suprema Corte en el sentido de que "la acción de nulidad por simulación sólo puede ser
intentada por los terceros que resulten perjudicados con dicha simulación y no por los
contratantes", está sostenida con fundamento en la claridad del artículo 2183 del Código Civil
del Distrito Federal. Ahora bien la Sala Auxiliar de la Suprema Corte no puede admitir que
dicho precepto tenga la claridad que se le atribuye en grado tal que su texto excluya toda
duda al respecto, pues al establecer el mencionado artículo que pueden pedir la nulidad de los
actos simulados los terceros perjudicados con la simulación o el Ministerio Público cuando
ésta se cometió en transgresión de la ley o en perjuicio de la hacienda pública, nada dice
desde el punto de vista literal, respecto a si los simuladores tienen o no acción y ni siquiera
podría interpretarse contrario sensu, pues lo contrario de que los terceros tengan la acción, no
es precisamente que carezcan de ella las partes. Si pues los elementos gramaticales no son
suficientes para revelar en todo su alcance el sentido del texto, debe hacerse a un lado la
afirmación que atiende tan sólo a la evidente claridad de la redacción y escudriñarse el
sentido del mandamiento. Ahora bien, de acuerdo con los antecedentes legislativos y la
doctrina, la tesis relativa a que las partes contratantes carecen de acción para pedir la nulidad
de los actos que ellos mismos han realizado en fraude de terceros, es perfectamente valida
dentro del código en vigor cuando se trata de actos o contratos reales, ya que tradicional y
legalmente la acción pauliana sólo se otorga a los acreedores defraudados por tales actos; era
válida igualmente dentro del código de 84 referido a los actos y contratos simulados
verificados con el fin de defraudar los derechos de un tercero, puesto que aquel código
consideraba que dichos actos simulados eran anulables mediante la acción pauliana, con lo
cual los igualaba en tratamiento a los actos reales en fraude de acreedores; pero la tesis de
referencia deja de ser válida y se hace insostenible dentro del código vigente, en cuanto
referida a actos simulados, ya que la nulidad de tales actos procede con independencia de la
intención fraudulenta o inocente que hubieren tenido las partes al celebrarlos, por lo que la
titularidad de la acción de nulidad no se otorga con vista al perjuicio que reciben los terceros,
sino con una base distinta, como es la de que faltó la voluntad de las partes para dotar de
realidad al acto aparente.
Amparo civil directo 2747/50. Flores López Aurelio. 16 de octubre de 1952. Unanimidad de
cinco votos. Relator: Felipe Tena Ramírez.
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