Analisis estructural del relato

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ELEMENTOS PARA UNA TEORIA
DE LA INTERPRETACION DEL RELATO MITICO
A. J. G R E I W
En homenaje a CLAUDE LEVI-STRAUSS
1.
Roland BARTHES , A.J.GREIMAS ,
berto EGO , Jules GRlTTl , Violette MORIN ,
Christian METZ , Gerard GENETTE ,
Tzvetan TODOROV , Claude BREMOND
LA TEORIA SEMANTICA Y LA MITOLOGIA
Los progresos realizados recientemente en las inveatigaciones
mitol6gicas, gracias sobre todo a 10s trabajos de Claude L6v-iStrauss, constituyen un aporte de materides y de elementos de
reflexi6n considerable para la teoria semantica que se plantea,
como sabemos, el problem general de la legibilidad de 10s textoa y trata de establecer un inventario de 10s procedimienbs de
su descripcibn.
Ahora bien, pareciera que la metodologfa de la interpretacihn
de 10s mitos se sittia, a causa de su complejidad, fuera de 10s
limites que en Ia hora actual asignan a la semgntica las teorias
miis en boga en 10s Estados Unidos y, en especial, las de J. J.'
Katz y de J. A. Ebdor.
1. Lejos le limitarse a la interpretacidn de 10s enunciados, la
teoria semantica que pretendiera explicar la lectura de 10s mitos,
deberia operar con secuencias de enunciados articulados en relatois.
2. Lejos de excluir toda referencia a1 contexto, la descripci6n
de 10s mitos se ve llevada a utilizar las informaciones extratexhales sin las cuales ei establecirniento de la isotopia serirz imposible.
3. El sujeto parlante (el lector), finahnente, no puede ser considerado carno la invariante de la comunicaci6n mitica, pues 6sta
trasciende la categoria de consciente vs. inconsciente. El objeto
de la descripeicin se sitfia a1 nivel de h transmisicin, del text@invariante, y no 4 nivel de la recepcibh, del ilecto~~variable.
Nos vemos, en consecuencia, obligados a parfir, no de una
teoria mmhntica constituida, sin0 de un conjunto de hechos descriptivos y de conceptos elaborados por eI mimit6logo a fin de ver:
1) en qu6 medida unos y otros pueden ser fonnulados en t6rminos de una semhntica general susceptible de dar cuenta, entre
otras cosas, de la interpretaci6n mitol6gica;
qu6 erigencias plantean las conceptualizaciones de 10s
d t 62)ogos a una tal teoria aen6ntica.
Hemos elegido, para hacer esto, el mito de referencias boron5
que sirve a Evi-Strauss, en Le Cru et 2e Cuit, de punto de par-
estructural
del relato
la red de jonas 1991
tida a Ia descri¡¡ciór-r d-el
-univenso mitorógico, csptado en una
de sgs. dimensio;es, lr
l.
äii";"';lìmer*aria. pero, mienr¡as
-d-"
que Lévi-strauss se, había
p'"p"iãø ;i;ü; oi;' *iiäib"äi.""¡"
en un universo
en'n
umverso mitológico
mitol9gico progresivamente puesto e" ¿"scr¡b¡erd
fin s9g pq"r+ dej nlito
¿e rãràren'.:ia-¿ó";ìãðüö""o-o
-ãã-"=ñriãítur
l1îgq"
como
ur¡(¡."r¡ na¡rativa,
.¡üfaúrva. Eraf,iando
gnida.d
tratanãó de explicitar los
ro, procedimientos oe
qescnpcton
descri¡ción que åay
que poner
pongt_ ô
en tun9ignã--ien6ï;;'iì"g"r,
funciona
-hay qug
por etapas sucesivas,
a la legibilidad
_máximã ãË-;;tå -i* *rticular. Tratándose, en cg,nygcyencia,
conseõuencia. de
dã una interpretación
internretqniÁn metoma+^
91ó:lg*1'þiendFmit"róãId;-il"äi';ä"Ëlääiä:äåä#:
:ll*:¡t"nra:eoiaenãõi,miõñããü"-äï;'ä""ä"rïå't*;ïi:
tos que no nos pertenecen.
nivel estructu¡al subordinado: la narración, considerada como
un todo t¿.ndrá pues como contrapartida una estructura jerár-
quica
contenido.
- 2. del
Una subclase de relatos (mitos, cuentos, piezas de teatro,
etc.) posee una caract¿rística común que puede ser considerada
como la propiedad estructural de esta subclase de relatos dramøtizad,os:- la dimensión temporal en la que se hallan situados,
está dicotomizade en un antes vs. ur¿ d,espués.
A este o,ntes vs, después discursivo corresponde lo que se llama una <inversión de la situación> que, a nivel de la estn¡ctura
implícita, no es más que uqa inversión de los signos del contenido. Eriste, pues, unâ correl¿ción entre los dos planos
Bntې
después
IL LOS COMPONENTES ESTRUCTURAT,ES DEL MITO
III. l. Los tres componentes,
Toda.descripción del-mitp debe tener en cuenta, según
r,ráviStrauss, tres gt3Tgtgl f$damenrales q,rã sor,,
ãi""Ë,aro";
liT:rtTj.
2) el
código; B) el m"nraJã.
näotros, de preguntarnos 1) cómo inter* r:?:f:*_para
pretar,
en los rnarcõi de una t"&r,,äA;ääIã;dJ åä'"*po_
del mito 2)
zJ y eué:
pegtgs
qué lugar
ruear atri
a[ribuir
äã""iro*
de ellos -en
¡1etg:_del.milo
ta mter?retación de un relato mítico.
",,
ii'
; "id-ñ;
ï1. 2. EI
armnaón.
Parecierg qle por,armazón, epe gs
elemento Ínvariante,
_ que
-ultmfto;;-G¿;
entender el status e_stn¡dturar dei
ción. Este status pSrece ser dobÈ:-it* p";ã;H;irîä"etnarraconiunto de propiedãdes esrructuraËr-óduil;; Ëãäriäi mtosretatos ænstifuve un modero narrativo; z) p€ro
A*;rË-oõr"
debe dar cuenta a la-vez:-al-a"ï miiã considerado
como unidad.
nanativa trang-enunciado .y. b) de la estructuia-dái--ããntenido
que se_manifiesta por medio de esta na,rracién.1- r,a unidad dilcursiva.q.te
rüilõb; ser oonsiderada
-eîrìncia¿os
como un algoritmn,_es _deeir, corno
"sàfuna su"éãio"-ãe
ã.;
::v::-Tïi"ïs-pltdicadossimulan:utgtit,itiäp"id"n^ä;:ffi
qe
compoÉamrentos-que tienen una finàlidad. En tanto suóËsion,
el relato posee una d[mensión t"*i";;iiír" õ-p;äiluäà. qrr"
expone mantienen entre sí relaciónes d" ã"teriã¡ãã¿'v'ãà
poo
terioridad.
El relato, p4ra tener
senüido, debe ser un todo sig¡ificativo
y por esto se presenta un
como una estructura seytnälø-ir^pi;.
quq tos desarroü* õ;;úri*--aåï"äå".¡0",
$"-ltl
-d:_glo- su lugar en !a estructura simpre
aI
no encontrar
un
,
ha-y
40
"o"stii"y"n
cqpü.aûialo
i¡vertido
coutc¡ido sli¡uado
3. Restringiendo,
-â= r¡na vez más, el inventario de relatos, descubrimos que un gran número de ellos (el cuento popular ruso,
pero también nuestro mito de ¡efercncia) poseen otra propiedad
que consiste en implicar una secuencia inicial y una secuencia
final situadas en planos de <realidad> mítica diferentes del cuerpo del relato mismo.
A esta particularidad de la narración conesponde una nueva
articulación del contenido: a los dos contenidos tópicos
los
-deotros
cuales uno es afirmado y el otro invertido- se adjuntan
dos contenidos co¡relacionødos que están, en principio, entre si
en la misma relación de transformación que los contenidos tópicos.
Esta primera definición de la armaãón que no está en contradicción con la fórmula general del rnito propuesta hace poco
por Lévi-Strauss, aun cuindo no es enterämènte satisfacÌoria
permite, en el estado actr¡al de nuestros conocimientos,
-todavía
estêblecer la clasificación del conjunto de relatos ðonsiderado como gétæræ constituye sin embargo un elemento de preuisibiIidnd no deedeñable: se puede decir que el primer paso metódico,
en el proceso tie la descripción del'mito,''es la åescomposición
del relato mítico en secuencias, descomposición a la que debe
corresponde_r, a título de hipótesis, una articr¡lación previsible de
los contenidos.
II
3. Et
mensøje,
Semejante concepción del armazón pennite prever que el mens¡je, es decir, Ia significación particular del mito-ocurrencia también se siùúa en dos isotoplas a la vez y da lugar a dos lecturas
diferentes, una a nivel discursivo y la otra a-nivel estructura!.
Quizá no sea inútil precisar que pot isotopía entendemos un con-
4l
junto iedundnnte de categorías semánticas que hace posible la
lectura unifonne del relato, tal como resulta äe las lecf,uras par-
ciales de los enuncþdos después de la ¡esolución de sus ambi!üe.S}rd" esta resolución misma por la investigaõi6n
de Ia lectura única.
1. La isotopía narrativa está determinada por r¡na cierüa perspectiva antropocéntrica que hace que el relato sea concebidõ como una sucesión de acontecimientõs cuyos actores son seres animados acüuantes o actuados. A esúe nive_I, una primera categoúzación: indiuidual vs. col,ectivo permite distinzuii un héroe asocial gue.desligándose de la comunidad_, aparecé como un agente
gracias al_cual-se producela inversión de lã situación; que se prc{adgs,_ siendo
tsnþ, dicho de otro. modo, co.mq mediador personalizado eirt¡e
Ià situación-antes y la situación-despues.
,,' I .- Vemos que esta primera isotopía Îleva, desde el punto de vista
lingüístico, al arullisk de lns signosz los'actores f los aconteci-
¡
'
mientos narrativos lexem?¡ (=morfemas, en sentido qtnericano),
s¡¡llzables en-semenas (lacepciones o <sentidos> de las paÉbras) -qge están organizadog medianüe relaciones sintácticaõ, en
enunciados unívocos.
". 2. La segunda isotopía se sitúa, por el contrario, a nivel de la '
'estructura del contenido postulada iobre el plano-discrrrsivo.
A
las secuencias narrativas õorresponden conteriidos c'uyas ¡elaciones recípr-oca_s son teóricamente conociclas. El problóma gue se
pla4tea a la descripción es el de la equivalencia a establecef entre
los lexemas y los enunciados constitutivos de las gecuencias nayrativas y las- articulaciones estructurales de los contenidos que
les correspon¡len y gs.a la resot!'eión de este problema que nos
abocaremos. Bastará decir po¡ el momento que una tal transposición supone un a.ruili^sis en serrøß (=rasgos pertinentes de-la
significación) que es lo único que puede permitir la puesta entre
paréntesis de las propiedades antropomór-ficas de los- lexemas-actores y de los lexem¿g-aconüecimientos. En cuanto â los desempeños del héroe, que ocupan el lugar central en la economíâ de la
narración, no pueden sino corresponder a las operaciones lingäísticas de t¡ansfonnación que explican las inverãiones de los con-
tenidos.
Una tal concepci6n del mensaje que sería legible sobre dos
isotopías distintas, la primera de las õuales no seiía sino Ia manifestación discursiva de la segunda, no es quizá más que una
formulación teórica. Puede no corresponder sino a una subclase
de relatos- (los -cuentos populares, por ejemplo), en tanto que
otras subelases (los mitos) estarían caracterizaãas þor la trabazðn,
dentro de una única narrac_i6n,-de las secuencias ìituadas ya sobre una, ya sobre otra de las isotopías. Esto nos parece aecundario en la medida en que: a) la-distinción queãcabamos de
establecer enriquece nuestro conocimiento det modelo nanativo
e incluso puede sen¡ir de criterio a la clasificaeión de los relatos,
42
b) v también en la medida en que separa netamente dos procedinienøs de descripción distintos y complo¡ne¡tarios que- contribuyen así a
II
4. EI
La elaboración
de las témicas de interpretación.
código.
La reflexión mitotósica de Lévi-Strauss, desde su primer estudio sobre <La estrucúura del Mito) hasta las Mito6gicas de hoy,
del i4t9rés. que. primero repor el desplazamiento
está marcada
-sõ¡rà
-de
la estnrctura del mito'relato y ahora
la äefinición
õá"0
coi¡prende Ia problemática de 1a descripción del universo mitolOgiËo, concentiado primero solre las própi-edadgs form¿les de Ia
acrónica y qo" actualme¡te e-n_foc¿ la po-sibilidad de
".ir,tdtora
descripción comfarativa que seúa a la.vez general e histórica.
una
nit¿ intrøucción dïl compaiatismo contiene aportes metodoló:
gicos importantes que nos õorresponde erplicitar.
II. 4. 1. La d,etiniaión
d'e las unid'd'es twrrøtit¡øs.
La utilización, por vía de comparación, de los.datos que pugde
proporcionar el universo mitológico no es' a primera vista, srno
-una
explotación de tas informaclones del cônteÍto enfocada desde
nn Aufto ángulo. Desde esta perspectiva, pr¡edq tomar dos formas diferentõs: 1) se puede tiatai de elucidar ia lectura de un
mito-ocurrencia comparãndolo con otroe mitos o, de manem ge'
neral, los cortes sintägmáticos del relato con otros cortes sintagmátióos; 2) se puedelorrelacionar !¡4 determinado elemento na'
rrativo con otros elementos comparables.
El correlacionar dos elementos narrativos no idénticos perte'
necientes a dos relatos diferentes lleva a reconocer la existencia
d" una disyunción paradigmática que,.o-perando dentro de una
c¿tesoúa semántica dada, obliga a considerar el segundo elemen'
to nãrmtivo como ia transfonnación del primero. Sin embargo -y
esto es lo más important* 8e comprueba que la transformación
de uno de los elementos tiene como consecuencia eI provocar
transfotmaciones en cadena a Io largo de toda la secuencia con'
siderada. Esta comprobación, a su vez, impliea las siguientæs
consecuencias teóricas
:
1. permite afirmar Ia eristencia de reløcion'es tæcesariøs entre
los elelrentos cuyas conversiones son concomitan-tes; 2. perurite delimit¿r Los sintagm'a.s nnrrøtiuos del relato mítico,
definib-tes a la vez por sus elementos constitutivos y por 8u en'
cadenamiento necesario;
3. por ultimo, permite definir los
.elementos
narrativos mismos
ya no iólo por sû-correlación paradigrnática, es decir, en eI fon'
äo, por el procedimiento de la conmutación, propuesto no hace
mugho por -Lévi-Strauss, sþo _también por su emplazamiento y
su función dentro dg- la
-upid_ad sintagmática
-narratiuode què forman parte. La doble definición del
elemento
coiresponde, como
yenlo* l.þ 1n¡oximación convergente, praguense õ danósa de
la qennrcron oel tonellra.
Inútil es insistir sobre la importancia de esta definición formnt
de las unidades narrativas cuya extrapolación y aplicación á otros
universos semánüicos no_ pueden dejai de impônerse. En el estadio actual, ella no puedC sino consolidar nuèstras tentatival de
delimitación y de definición de tales unidades a partir de toÀ
análisis^de v.-!ropp. No pudiendo proceder aquí a ïerificaciones
exhaustrvag, diremos simplemente, a título de hipótesis, que se
puede reconocer tres tipoi caracterizados de sintasilas nairaïvos,
l) lor sintagmas de desempeño (pruebas);
2) los sintagmas contractuales (establecimientoos y nrptums
.de contratos);
3) los sintagmas disyuncionales (partidas y retornos).
Vemos que.la definición de los elementos de los srirtagmas
nanativos no depende del conocimiento del contexto, sino äe la
metodologíq general, _del establecimiento de las unidades ringüísticas y que las, unidades así definidas lo son en función der móâelo
narrativo, es decir, del armazón.
II. 4. 2. Delimitaciones y
El
reconuersiones.
conociuriento teórico de las unidades narrativas puede, en
co¡secuenciq, sgr erplotado- a nivel de los procedimientós de âescripción. Así, el comparar dos secuencias cualesquiera, una ãe ias
cuales eg la secuencia a interprelq¡ y la otra la secu'encia trans-
formada, puede tener dos fines difeientes:
1. Si ts
Ì.
ta
la secuencia a intemretar
DerecÉ situaræ
interpreta¡ parece
situaræ sobre la isotopía
.a presunta del conjunto del relato, la comparaci
comparación per:r¡itirá
determinar,
rrminar, dentro de Ia secuencia dada, los
los límites dd los sintagrnas narrativos que contiene.
No obstante, hay que prevenir contra la concepción sesún la
e¡al los sintagmas narrativos correspcndientgs a las secu-encias
del iexto, serían_ eontinuos y a-majgapados: _por eI contraúo, su
manifestación adopta a menudo lã forma dè los sisnificaites
discontinuos de manera tal que el releto analizado Í desérito
como una serie de sintagmas narrativos deja de ser iincrónico
e isomórfico en relación aI texto tal como se presenta en estado
bruto.
2. si la secuencia a interprerar parece invertida en relació¡r con
Ia isotopía presqpuesta, la comparación al confirmar la hipótesis
perm-itirá procedgr a la reconueisión del sintagma narrativä reco.
nocido y al restablfcimien_to de la isotopía genõral.
Utilizando el término de reconversióir, piopuesto por Hjelmslev
en sa Løngøge, dæamos introducir r¡na nueva precisión a fin de
distinguir las verdaderas transformaciones, es decir, las inversiones de los contenidos correspondientes ya a las exigencias del
modelo narrativq ya a las mutaciones intermíticas, de las manifestaciones anti-ennnciado de los contenidos invertidos y crrya
reconversión, necesaria al restablecimiento de la isotopía, no cambia en nada el statug estructural del mito.
Anotemos aquí, al pasar, que el procedimiento de raconversión que acabamoe de considerar plantea el problema teórico más
general de la existencia de dos rnodos nnrrøtiuos distintos, que
se podrían designar como el modo d,el engøíto y el mod,o uerídico.
Aut-rque apoyándose en una categoría gramatical fundamental,
la de ser vs. Wecer que constituye, como sabemos, la primera
articulación eemántica dg las proposiciones atributivas, el juego
del engaño y de la verdad piovõca la trabazón narrátiva-biõn
conocida en el psicoanálisis, que constituye a menudo una de las
principales dificult¿des de l¡a lectura porque ctea,-en el interior
del relato, niveles jerárquiqqs de elrgaño èstilístico cuyo número
se mantiene en principio iridefinido.
II.
4. 3. Contexto y d,iccionørio.
L_a explotación de los infonnes proporcionados por el contexto
mitológico parece, en consecuencia, situarse a nivel de los elementos narrativos que se manifiestan en el discurso en foma
de lexemas. Pero hay que distinguir las características formales
que necesariamente comportan, de sus caracteústicas sustanciales, tas primeras son: 1) ya propicdades grømaticøles que hacen
que los lexemas sean, por ejemplo, o bien-actantes o bien predicados; 2) ya propicd.ades narrøtiuas que derivan de la defiñición
funcional del rol q!¡e asumen tanto dentro del sintagma narrativo como en el ¡elato considerado en su conjunto. J\sí .los actantes pueden ser Sujetos-héroes u Objetos-valores, Fuentes o
Destinatarios, Oponentes-traidores o A¡nrdantes-fuerzas benéficas.
La estnrctura actancial del modelo narrativo forrna parte del armaz6n y los juegos de distribuciones de cúmulos y ?isyunciones
de los roles forman pqrte del oficio del descriptoi con anterioridad a la utilización del códiso.
Estas precisiones'sólo soti introducidae para establecer una
neta separación entre la erplotación del contexto y la explotación
de loe conocimientos que cónciernen al modelo narativol El conterto se-presenta en forma de contenidos incorporados (dzuestis),
independientes del relato mismo y que el modèlo narraiivo tomi
a. su. cargo, a posteriori. Estoe contenidos incorporados son ya,
al mismo tiempo, contenidos constituidos: así co-mo un noveüãta
constituyg poco a p-oco, al proseguir su relato, a sus personajes
a partir de t¡n nombre propio arbitrariamente elegido,-así la ia-
44
45
cuya justifiççrón {ebe ser buscada a nivel de las exigenciae estructurales del modelo narrativo.
Referido al d,iccianntp q,tu_ seguiremos_ considerando, el presente ejemplo se opone al que hemos estudiado en 1):
a) en el primer caso, la denominación no cambia en tanto
que el contenido cambia;
. þ)."o el segunrlg-caso, la denominación cambia y el contenido
también, pero parcialmente.
- Io qge erplica estos cambios es, por consiguiente, el análisis
sémico de los contenidos y no el análisis situãdo a nivel de los
lexemas. El diccionario, para ser completo, debería pues poder
indicar las series de denominaciones equivirlentes. elias mismas
resultados de las transformaciones reconôcidas a nivel det cOã¡go
Ðe.aqpi resulta que el dic_cionario, cuya necesidad para la intõrpretación automática de los mitos parece imperioõa. no puede
constituirse más que en función de los progresos alcãnzadõs en
nuestro conocimiento del armazón del universo mitolóeico articulado en códigos particulares: un artículo de diccionarió øto tendrá cierta consistencia el día en que sea sólidamente encuadrado
por un conjunto de categorías semánticas elabo¡adas gracias a
otros, componentes de la teoría interpretativa de los miios.
II.
4. 5. Códþo y mnnifestación.
Nuestros esfuerzos para precisar las condiciones en las que un
diccionario.mitológico sería posiblg y rentable nos peruriteir captar mejor lo que hay que entendei, en la perspæüiva de Lévi.
Strauss, por código y, más particularmente, poi códiso alimentario. El código es una estruõtura formal: 1) constituiäa Dor un
pequeño nimero de- categorías sémicas, 2) cuya combiiratoria
es susceptible de explicar, en formas de sememaj. el coniunto de
contenidos incorporados que forman parte de Ë aime¡riiOn ele,
gg" ¿çt universo mitológico. .Así, a titulo de ejemplo, el código
ali-entario podría ser piesentado
parcialmente,-en-foima de un
árbol:
-
las condiciones establecidas ø priori, todos loe contenidoe-objetos
de consumo posibles.
A cada úmema corresponden' pol otra parte, a nivel de Ia
manifestación narrativa, lexemas particulares (que- hemos puesto entre paréntesis). La relación que existe entre el lexema y el
semema due da cuenta de su contenido se impone de dos maneras diferentes:
1. El lexema manifestado aparece cada vez como sujeüo de
consumo en relación cou un semema que es obieto de consumo.
Se trata, pues, de una relación constånte definid¿ semánticamente y'qúe se puede considerar como la distancia estilßticø en'
tre el ñlaño de lä manifestación y el plano del contenido.
2. La elección de tal o cual figura animal para manifestar tal
combinación códica del contenido no depende de la estructura
formal, pero constituye sin embargo una clausu,ra- del- corp-us mitolóeico-tal como se manifiesta en una comunidad cultural dada.
Estõ sisnifica que el inventario lexemático de una mitología (es
decir, ãl diccio-nario) representa una combinatoria cerrada, en
ta¡rto realizada, mientras que el código funciona como una combinatoria relativamente abierta. En consecuencia se entiende que
eI mismo código pueda dar cuenta de varios universos mitológicos
comparables, óeró manifestados de manera diferente y que constitu:ia así. á èondición de estar bien construido, un modelo generil que-fundamenta el método comparado mismo en mitologia.
El ärmazón y el código, el modelo narrativo y el qrodelo tarinómipo son, por consiguiente, los dos componentes de una teo'
ría de la iritõrpretaciOñ miøiOnca y la mCyor o menor legi.bili'
dad de los tert-os míticos está en fuiición del conocimiento teórico
de estas dos estructuras cuya conjunción tiene por efecto produ'
cir mensajes míticos.
III. EL MENSAJE
üI.
l-1
fi
ø*hnal
aqùal
(jagua¡)
(cierwo)
(buit¡e)
(tortuga)
Si se considera qug cada recorrido,_de arriba a abajo, explica
una combinación sémica constitutiva de un semema v que ^cadÀ
s€mema representa un contenido incorporado en tañto- <objeto
de consumo>, se verá que la combinacjón apunta a agotar, en
48
NARRATIVO
1. Lø praris descriptiua.
Teóricamente, pues, la lectura del mensaje mítigo presupone
el conocimiento de la estrucÉura del mito y el de los principios
organizadores del universo mitológico cuya concreta manifestaciõn en condiciones histódcas dadas es el mito. Prácticamente,
este conocimiento es sólo parcial, V la descripción aparece en
consecuencia como una praris que al operar conjuntamente con
el mensaje-ocurrencia y ios modelos de la armazón y del código,
pemitÆ actecentat a la vez nuestra comprensión del mensaje
la de sus modelos inmanentes. Nos veremos, pues, obligados
Í partir
del plano manifiesto y de sus variadas isotopías, _tratanâ
do al mismo tiempo de descubrir la isotopía estnrctural únicâ
49
de
de aplicar aquí al análisis del relato mítico las formulaciones
consesuencia
a
esencialmente
las unidades narratiiãä-iUi""iãut
a"t-cuento popular {e- Propp; cf'
;t;l ääñ;ã;h';t*;turã
Laroussei r.S00¡. El,relato así
ñ;rtr"- S¿ mantique- Sïüitü"te,
más -que eI. annazón
pìr
õoisiguiente,
piut"Ña,
tîu*oipio to
proùsoriamente al texto los conteffi;.î ili mitoiãb""¿onändo
üräåîã"iniã"rã:ã prãpiamente'dicho. Los fines del procedimiento
son los siguientes:
oropuesto
"' "i i'li-oãäitñ õ"Jrb tii las uni tl.p des narrativas, constituye los
*"r.o.^î&ääiål-4""-t- ãé tos cuales podrán luego ser volcados
v' correctamente analizados los contenidos;
2c Al retener sólo las unidades narrativas reconocld4:,c' Pêrmitã eiíminãi iói ãtämãrtoJ Ad relato no pertin-entes a l9 des'
cripción y la explicación de otros elementos que le son rndrspen-
y
definir, en la medida de lo posible, los procedi'
mientos age pelgriten reali?ar este pasaje
Después de haber dividido el texto en secuencias correspondientes-a las articulaciones del contenido previsible, trataremos
de analizar cada secuencia separadamente, lntentando descubrir,
mediante una transcripción nórmalizada, los elementos y loo sin'
del mensaje
tagDas míticos que contenga.
III.
2. La diuisíón en seeuenciøs.
La presunta artict¡lación del contenido según las dos cate'
gorías de:
contenido tónico vs. contenido correlacionado
contenido diiecto vs. contenido invertido
permite Ia división del texto en cuatro secuencias. Las dos secuencias tópicas parecen sin embargo susceptibles de una nueva
subdivisión, implicando cada una series de acontecimientos situadas en dos isotopías aparentemente heterogéneas: la primera
comprende dos expediciones sucesivas del héroe, la segunda separa espacialn{ente los acontecimientos relativos al retorno del
Léroe, situando unos en la aldea y otros_ en el -bosque. La segundá división pragmática, que habiemos de justificar más tarde,
pennite, pues, desarticular el relato en seis secuencias
sables;
---ãi'por
-
último, debe perrritir la iden_tificación y-la redistribu'
ciOn ae iás propiädades'semánticas de los conte-nidos provenientuã-ãJ *ó¿eio åarrativo, ya sea de las posición de los contenidos
dentro del relato, ya seâ-de las transformaciones impuestas por
el modelo.
- -i;;-iñites de este artículo no nos permiten justificar plena-""t *ïä-lrãnsãrþción. Precisemos so[amente q]e, preocupados
ãn primer lugar por eI establecimiento de los sintagmas..narraii""i,-ä-r.ó."aãià-ãs, en_un primer .momento, .a la normalización
d; Ët iunciones qué podrcmos ¡eunir en algoritmo-s aunque luego
¿ãUÀmot retomar-el dnálisis de los actantes del relato'
Rebto mltico
Contc¡ido ürtcto
Contenido i¡vertido
Conte.
Contenido
nidos
eonrlacionado
Seeuencia¡
Inicid
III.
Conteuido
Conte¡ido
tdpico
tépico
Nido de
Nido de Retor¡o Veng¿Dtå,
los ¡¡a¡
lag almas
Contenido
correhcionado
Finsl
En tiempos muy antiguos sucedió .que las mujeres. fueron al bosque a recogcr
lo.-orl.ar'que sirîen p¿ìa hace¡ los bi: estuches-penianos que se entregaban ¿ los
adollscentes-cuar¡do l¿-iniciación. Un mucbacho joven siguió a 8u tadre & esconsorprendió Y la violó.
didas,
-'îi la
îof"äti ã--rh¿" not¡í l¿s plumas arrancodas, engancl-rad¿s aún^ a eu faja
pt*"¡ã* ¡ las usadas por los jóvenes Pgra adorno-rse' Sospechando
d"
";tbr;;'
;i*;;;"*i"å,
u¡i
3. La transcripción en unidades Ìwlatiuat.
La t¡anscripción que vamos a olterar consiste:
10, en la piesentâôión del texto én la forma canónica de enunciados nørrøtiuos, cada uno con su función, seguids de uno o varios actantes;
2e, en la organización de los enunciados en algoritrnos constitutivos de sintagmas nørratiuos.
Una tal üransõripción es de naturaleza selectiva: sólo extrae
del texto los informés que se espeflrn en función del conocimiento
de las propiedades forinales dôl modelo narrativo. (Tlata¡emos
50
III. 4. L. La secuenciø inicial.*
ãJun¿ que hubiera uìa d¿nzi para seber-.qué adolescente llev¿ba
t¿l. Pero conpruebo con gÌen asombro quq {lo su hrJo est& en
Et hombre ¡ecl¿,m¿ ot¡a da¡zo, con el mismo resultado'p
¿derezo
es€
""-.
L hgoño
e)-
Dås9¡ruøìót
Pa¡tid¡
b)' Pncbø
[mujeres]
*
*
Desplaøaniento eng¿ñador [biio]
madrel
dad¡el
Victo¡i¡ fEijo;
Combate
Co4secuencia: -""""'t-i'ãlti¡"
(violaciri'n)
f;
está ma¡cada'
"if,i;l
* En el texto del mito, hemos seguido la t¡aducción de Juan .Àlmel¿ de, I'o ññþ
!it"r;dd;:M&*, ñ"drã" Coito* Económica, 1068, P¿gs' 49 v ss' lN' dal E'l
51
ll.
Ba:dæítln
t) Coni¡neíón
. . Regneso lnad¡e; hijo] f
b) Pruebo
Consecueuci¿: liquidación
Beconocimiento
Pru-eb¿. glorificadora _sigruþda
luch¡; tr¿idor y no héme).
Consecuencie: revelrción del
Corceaprciu generubt
de
e i¡ve¡tid¡
t¡
m¿re¿ tpadre-¡nadrel
[padre; adolescentes] (denza y
traidor lhijoì (v no del
lY.
P¿rtida ilfijol * Desplazamiento ho¡izo¡tsl rópido [Ilijo * ayud¿ntes]
Pruebø príncìpol
¡est¿blecitniento
del contr¡to
[P¿dre]
h¡É¡se.
1. Encontramos en esta secuencia un cierto número de caracteristicas estructurales de la narración bien conocidas: a) eI carácter a menudo implícito de la prueba calificadora que sólo se
manifiesta por la consecuencia, b) la inversión sintagmátic-a que
resulta del ca¡ácter engañador de la prueba en gue eI vuelo, seguido dela persecución, sustituye a la lucha abierta, c) el sincretismo de las funciones que constituye la persecución, analizable en [ucha*desplazamientd rápido, d) la triplicación de Ia secuëncia
cuya significación sólo puede descubrirse por un análisis sémico
de los ayudantes (o de los objetos del deseo).
2. En relación con la economía general, la secuencia transcripta debe corresponder a la calificación del héroe.
lns almns.
Conlrato
O¡den iPacl¡el vs. Aceptación fEijol
Pruebd cøIiticoÅara
Prueba hipotri.:rica [Abuela; IIijoJ (consult¿)
Consecuenci¡: recepción del ayudantc (3 ayudant¿s)
Íll. Ditsunr¡ón
No
Comentorio.
<Pe¡suadido de su infortunio y deseoso de vengarse, m¿nda ¡ su hijo ¿r "nido, de
Ias.almar,.con el enea.rgo de qup
þ traige ta_gåt mara"a de danzo'(bapo) que codret¿. ül ¡oven consulte a su ¿huela, v ésta le revelo el peligro mortel que i¡ emprcsa tra€ aparejado: le recomienda obtener la ayuda del póiaro mosca.
pcuando el héroe, acompañado del pójaro mosca. llega a ia'morad¿ acuótic¡ de
les elmaa. esper& en l¡ orille mientras q-ue el pójaro mose¿ vuela presta,mente, cort&
ì:¡jãl;l
el_eo¡delillo del que cuelga le maraca; el instrumento cae al agua y
"esu"rra:
EI ruido llama ls atención de las alm.a^s, que tiran flechas. ?eró el
pójaro mosca
v¿ t¿n de priso que llega ileso ¿ l¿ o¡illa eon su robo.
¡EI pndre '_¡antla ahora. ol-hijo que traige l¿ m¿raca pequeña de las atmos, y se
rrproduee el mismo- episodio, con -le
los mismos detalles,' påm esta vez et ¿nimal
auxilia¡ ee el ju¡iti de vuelo úry_ido (Leptopúílo, sp. una piloma). En l¿ tereer¿ expedición el þven se apodera de los buttoÉ, sonaias ruidos¿s hech¿s con pezuñas
F "+!çJu (Dínorylu torqntue) ensart¿das en un c:ordón que se lleva enroilado e
lo¡
Es oyuda<Io por _el gran s¿lt¿montes (Acridium öúst¿tum, E. B,; ;oj. i
-totillos.
p.780)'
cuvo vuelo es má¡ lento que el_de loc pójaros, de naner¿ !o" ui n""t"i
lo ¿lea,nzen verias veces, pero sin mat¿rlo.¡
ll,
Lioúidación de I¿ c¡¡tncia Elijol
C¿lific¡ción del
La. comparación de la secuencia tranqcrita con el esqueura
narrativo p-emiite ver qge ésta corresponde, en la economia general del tela.tor a nivel del contenido ihverti-do, al engaño d,el fud,er _y, a nivel del contenido directo, al castigo'det trai.dorl el 'poseedor se ve privado, por el compoïtami;nto ensañador ãel
antagonista, de_un objeto mágico (no natural) que lðconfería un
gi.Sg podet. Fl sujeto <engañado> sólo puede'recuperarlo Bi el
tÏaidor.es,-primero, _reconocido.y, luego, castigado. i¿ parte tóprca del relato que deriva de esto será el castigo deJ hijõ-traidor,
ordenado por el padre convertido en impotente- (en el ientido nd 'natural).
I.
Retorno [Ilijo]
Cowcatøncia gmcral
Cotnentario.
4. 2. Expedición al nid.o de
III. bis. Coniurrcùín
DeJphza,miento horizont¡l lþido f
L bß. CtLflwlimientn dal cottt¡øto
héroe)
Castigo del tr¿idor [pad¡e; hijo]
III.
l¡ c¿re¡¡cia. tHijg] (¡obo de los orna,mentos)
Espíritus acuÁticos] (en sincrctismo)
de
õ"ãU.i"T"i"toiia [Hiio;
III.
4. 3. Ðixpedición al nido ite lns
guacamøyos.
<Fu¡ioso ¿l ver frustr¿dos sus planes, el padre invits a su hijo a acompañarlo paro
capturar guacern¿yos que anidan al flancu de las ¡oc¿s. L¿ ¿buelo no sabe bien
cómo enfrent¿rse a eEte nuevo pelig¡o. pero entr€ge a su nieto uu bastón mrigico al
cual podrå &g&rra¡¡¡ê en caso de c¿íd¿.
>Los dos homb¡es llegan al pie de le pared; el padre levanta una larga percha
y manda e su hijo que trepe por elle, En cuanto llega éste a l¡ alture de los nidos
el padre retir¿ l¿ percha; el much¿cho apenas tiene tiempo de clav¿r su bastón en
una grieta. Queda suspendido en el vacío pidiendo socor¡o mientr¡s el padre se va.
>Nuèst¡o héroe distingue un bejuco al alc¿nce de sus m¿nos; lo coge y sube penosa,mente hsste ls cimr, Después de descansar, se pone ¿ buscar gué comer; hace
un &roo y flechas con tìa.[r&s, caza lagartos que abundan en l¿ meseta. Mat¡ cierto
número, y se cuelge los sobr¿ntes del cinturón y de l¿s b¿ndas de algodón que Ie
ciñen braøos y tobillos. Pero los lagortos muertos se oor¡ompen y exhalan un hedor
tan abominable que el hérce se desmaya. Los buitrÞs de la car¡oña (Cøtlnrtes urubu,
Corcggps otrøtas foctew) se precipitan sobre éI, devoran primero los lagartos y
luego la empienden con el cuerpo mismo del desdichado, empezando por las nalgas.
Re¡nim¿do por el dolor, el héroe expulsa & sus agreso¡es pelo no sin que éstos le
hayan descarnado completament¿ el cu¿rto tr¿sem. Así rechaz¿dos, los pójaros se
vuLlven salv¡dor¡s: coa el pìco levantan al hé¡oe del cinturén y las bendes de
brazos y piernas, echa.n s volar y lo depositan suavemente al pie de la montaña.
>El héroe vuelve en sí "como si despertase de un suefio". Tiene hambre, come fmtos salvaies, pero adviertc que, púvado de fundamento, no puede e¡nservor el alimento: se le escapa del cuerpo sin h¿ber gido diæ¡ido eþuiero. Perpleio ol prineipio,
el muchacho se ¿cuerd¿ de un cuento de su ¿buela en el que el héroe resolvía el
mismo probleno modelÁndoee un t¡¿sero artifici¿l oon unt pesta hecha cnn tubé¡culos machac¡dos,
52
õ3
de h¿be¡ recuperado por este medio su integ¡idad fírica
ll""p,"o. .>
I¡¡trtÁo.
f.
Suspøtsàó'n
a\ Contmto
de
ha,berse
ild, co¡tmto
en
..
_N-en tP¡d¡el-+ Aceptación
b) PÍaùø øIìltntom
e)
y
n'"1.3ff; å}f""åriffi*_det
[Eijo]
obri;d"o:'A;;
Pnrebe hipotárice [Abuela.Ilijo] (co¡sutt¡)
ÇouÊêcu€oci&: recepción del ayudaute lhijo] (el ba¡tón)
DisguncËtín
loe papeles)
de
Congêcuenci¿s: ¡einiciacióu del decpl¡za,miento [Eijo]
__ e) Cou¿anench cont¡octtal:
AlimentacìÁn ønínal
6y¡otu.
t victori¡
¡!81 ctud'ol
lHijo; r,¡g¡rtôsJ (c¿z¡
C,ou¡ecueuci¡¡ f¡ac¿so de
b) Prueba podtäto
Cogbst€
pod¡ido)
lfl,
+
le
y
abeor,ción
dc ¿timc¡to
¿ni-
y absorcién de ¡limento cn¡do
¿) Díquæíln
.
Desplaaanriento dgsrynsig3al,
dente: comporta,miento
b) Pntcbø
nagatùsø
Sioì -(enlossincrctismo con ta prueba prece_
bienhechór de
opositon", > eyuã""lot-
l¡dre
I.
Cbmbat¿ simuledo _Slig-frr¡tos silvestresl (colecta y no ca2a)
Victoria deceptive lflijo] (¿bsorción de ¿iimento veËet¿t f¡ed)
consecuenci¿: ft¡ca¡o de le prueba (inposibiridad äe ¿rimenúrse)
c) Prucbo posítíoa
Pnreb¿ calificadora hipotóxiea labr¡el¡;
F!io] (consutts en el rccuerdo)
C,onsecumcia: rccepción
del ayudante ttihj i"v"ã"ite-;.g.úii--
-ßonsøun¿ío gcn¿ml:
Liquideción de
l¡
c¿¡encia (adquisición de ciertas
flatot¡o ilcl Mroa
Ð
"it:#år"ífüläo* ***"r*ro
h"åi*"àt*"so lHiio] (uo coniunción
térmi¡o ú Won)
[Hijol
Pa¡tids ¡tdund¡nte ftliio]-t-Desplsz¿miento
(c1n'"]ts)
teui*l"i {iþl
iää¡î r'ip"tl'i*
"äp"iJ"i"
Ë äviar.{HiÞl (-''tlPl
Consecuenci¿:
(l+gg" =
ñåîoñ;-Ëü*-ií"åg"it"
-Ñ"õi-iunto ãe b -m¡¡c¿it'-$i"l1oi
[Abuel¡; Hijol
It.
Lirluiil¡¡cí,ón il¿ lo cø¡c¡tciø
d,l' LÅsuidßci'ù'ù negotitsø
Privación del luego bienhedro¡
m¿lhechore
Ãtúbución
b\ Liqúida'c¡ón
Positittø
"iffbuci¿; ã"iiîtg"
bienhechor tlugçþ; c'onunid¡dl
äänocimi"t'to aãl leroe 4srcqdl- [Àþuelal ordin¿ri¿ v no gloúficadora)
Hliti
a"i"iät
,"r'et¡ció¡"diî#îPtd*;
C"**;-,,ë- ;;"*"t' ¡eìehción
No
...1..Ls trar:scripción semántica de esta
nifiesto
secuencia pone de ma_
una de las características estructurales del ñito esüudia-
como una coil¿rucciñ
hiñtá*Ë"
gue :ry:=,pro,qrcsivamenre
depafqlla, en diverros
desarrolla,
planos, los mismos
diversos Dlanos.
g.ue
mrsmos esouemeñ
nrrrâesquemas nana_
flvos.
v'!vv"¡v¡r
Asr' ¡s
la evvse¡¡v¡e
secuencia uç
que nos uu.¡p..ruu¡J
de yus
ocupamos eü
en
este
esúg
momento
momgnto
'us
corresponde, en
-la economía general del ielat-o, a la pruãtä-pri;
cipal; consroerada
crpar;
considerada en si
sí misma realiza. no obstånte,
obåtånte,-põt
por sí
,i iola,
iõtã,
el esquema naûativo en el que el aleoritùno usuJ"ãnliãtt-¿ãì con-
trato> funciona como prueba calificadora; vy
aparece,
siguiendo
.14
del bastón)
hiio)
*
"'
Com¿ntarín.
*:
tgijol (a pa,rtir del luear de
por el hecho de l¡ ausencia del
ho¡izout¿l
b)'ßeto¡no Podtitto
I]uøs ¡ilvectr€sl
È *"erci;i iä-påsibilided
fonn¡s de ¿liment¡ción).
sigue las hueu¡Jpero, temiendo most¡&rse'
crimi¡¿I.>
hueba pri¡cip¿l:
Comb¿te s¡n'ûl¡do rcdund¿nte * Vìctoria [tlijo;
consecuencia: éxito de la pmeba (liquidaciìin ã
de ¿linent¿rse)
rt.,t" q""îi-ãT;'¡;-tF
p€rtenecr"iL--"ä,uuJr.
dú¡ani" Iargo tiempo e lo
adopta el aspecto de o"'i'fiìå äüä;i¡l:l;:J"lúsn Al fin se deiide ¿ m¿nifesdel
Éemano-genor
vieje y a su segundo-¡¡¡€to,
"ntltio"r'
el héme se
tP.tt"- tt*"ttttse con tu abuela'
tórsele¡ bajo su ve¡oaaeä ö*t":
colb.
identificados.
no
tr¿nsforma gu"e.ir,"-eodi"-"ätä ø¡*"-v "* -r"lpor"
un eguacero v todgs
hubo una violent¿ tempesrad, acorrpañada dequien i l¿ mañ¿ne
|,dhriltffil
sil¿.-äbuelo' a
de
el
nenós
ahoga'ron,
pueblo
-p.tti""t""-ó"e
del
iu"gos
ibr
-se
ia eegunda mujer del
#;";ïld;--ü;,
mutrdo
el
todo
cuientê
¡eoonooe como
de la pnrebe
C.onsêcueûcia: é¡ito
Alåmentocíóû aagatal
III. 4. 4. Ðl retorno d'el héroe'
busc¿ de loe suyos
pnreba (mucrte del hé¡oe)
Victori¿ [Cuewos; HijoJ (e¡z¿
*i"
<...Vuelveesupuebloyencuentrselsitio.¿b¿ndonado.Vagelorgotiempoen
hr¡ellas de Pasos y. de'un-bostón que
suspeusióu'del cont¡eto
¿) Pnnbo nagøtíoa
modeto nar¡arivoz tø.pnæba wr eI
Tã"tt"¡¡"-ãi encontrado' también aparece en
esta Secuencra.
lHijo-Pad¡e] * Decplaaamiento ascensional [Ilijo]
,. rnteoø
^P¡rtid¿pflncapoa
a)
Çonbate * victo¡ia [Pad¡e; Hijo] (enfrent"mieuto engañador: invcrsió¡
ll.
y una prueba principal' De
que contiene.una prueba calificadora
esqúema nanativo en tles mesto rcsultå ra mqliìãlta"iOJ a"1
nairativo' según el nivel
veles ierárquicos drr;;n;;l "n-åi"ta$ta
de varias inteque Ee sitúe su lLctura, es' pues' susceptible
la
transcripeión,
ésta"
a su "o"vez,
un relato a.utónomo
t"-ãaty
del traidor
8u c¡ttigo'
Comentario.
en-
estnrctural
1. Obseffaremos en primer lugar-el paralelismo de
las pruebag
riuplicaciOn
lq
õlatr-o:"a
tres'i
tre las secuencias
eI reprimer
término'
aqgí,
coriesponde
.gri
;il"sjfü;-öiltn;poJit^iuîiîË;*¡¡
carencia
la
de
tiqui¿"con
torno negat,..ro v
posltlva'
y
negativa
formas,
dós
sus
en
55
2. Señalaremos, como procedimiento caracteústico. la demostración por el absurdo de la imposibilidad de restablecer el contrato, debida a la ausencia de la fuente a quien debería ser temitido el objeto buscado, lo cual requiere una nueva búsqueda
de una nueva fuente (abuela).
Destacarernos, como característica de este mito parüicular, el
hecho de q.ue sitúa el contenido invertido (es decir, según lo que
nosotros sabemos a este nivel de análisis, la ausencia del fuego)
no en el tiempo mítico de antes, sino en la cotidianeidad de hoy
y la presenta como una extinción accidental de los fuegos. En
tales casos, la descripción debe operar la reconversión de lo cotidiano en mítico: vemos que el procedimiento mismo se define,
a primera vista, como vlna conuersión estilística.
III.
4. 5. La
uenganza.
<<F¿conoce a su hijastm, tenido por muerto, y (ÐFe a avisar ¿ su m¿rido. Como
si nada pasara, éste toma su maraca ¡itual y acoge al hijo con los cantos de saludar
el retorno de los viajeros.
¡Sin embergo, el héroe piense en v€ng&rce. Un día que se pasee por el bosque con
su hermanito, romp€ una ¡ama del órbol api, ramificad¿ como &st&s. Siguiendo las
instrucciones de su hermano m&yor, el niño solicit¿ al padre que ordenc una csza
colectiva, y así se hace; transformado en mes, pequeño roedor, se fije, sin scr visto,
en el sitio en que el padre se ha puesto.el acecho. El héroe se &rma entonces l¿ frente
co¡ las faìsøs astas, se c.onvierte en ciewo y carg¿ contra su padre c.on tal ímpetu
que lo enserta. Sin dejar de galopar se dirige a un lago, donde precipita a su
víctima.¡
l. Cont¡ato iaaínlnr
ll.
IIl.
Hombres]
Pnteba ælífiæd,oru
Transformacióu del ayudante en engañador ffIermano-)Meal * Extorsión
de los informes fMe¿j (engaño del <<saber>: el cazador es cazado)
Consecuencia: recepción del ayudante (falsa cornamenta de madera)
Prueba c¿lificador¿ [Hijol (Transformación del héroe en víctima simulado:
Pruebø pñncipl
Combate [Padre;
Ilijo] (el falso cazador contra el falso cazado)
ltlijol 0a lalsa r'íetima sale victoriosa)
Consecueneia: desplozamianto [Padre] (disyunción de le comunidad)
Vìctoria
Conseanønaia genaral: ca^stigo del tr¿idor.
Comentario.
1.. Toda la secuencia se desenvuelve según el modo del engaño. Sólo que, contrariamente a lo que pasa en otras partes, el
56
renóia (øEua vs. ødorns); b) ni como la
-ti"üäiiiõ,
*¡aõterizada fiór !a inversión de las funciones dondg,
sitúa si{rtagmátiñ;-;F;'pt",- ei vuelo sËguido de-depersecución
sino como
prueba
misma,
la
antes
lá
consecuenciã
ä
äÀntuñtu
una in"ersión en la distribución de los roles entre los,actantes
como- el organizado-r de Ia
;;*iribi"" Ãsí, el padre se compo¡¿aquien
-dõåä",
la organilS; el. padre
*""ão de Ïecho es el ñijo
que
realidad es la vrcen
se considera como cazador, mientras
cazador, 8e dislerdadero
héroe,
el
antemanó;
de
*átcáa
ti-"
fraza por el contrario de víctima-ciervo. Insistimos en este esã"ã*"ì bastante frecuente, porque permite esperar, en un futuro,
ina tipologíø ilel engøño.
2. la lectura de la secuencia, imposible sin la utilización del
códfo puede, no obstante, -eer iacilitada por la formuløción de
hinólesis. va sea comparándola con las secuencias precentes' ya
séã tratánäo de deteiminar, mediante el registro de las r-edundancias, la isotopía propia de la peculiar secuencia estudiada.
a) El retotno del héroe fue seguido, como- re-coldamos, de la
liouiáación negativa de la carencia en forma de dos efectos compiämãntatios: äfirmación del agua malhechora y denegación del
'fueeo bienhechor. La liquidación positiva de la carencia apareció
-fuego
bienhechor: es lógico suponer que
coño la afirmación del
¡. iècuencia estudiada en este momento se consagre a la manifeslãc¡ôn ¿et término complementario, es decir, a là denegación del
entre
ciervo)
Il.
inverJ;i|o d; làs álmas, donde el elemento na*ativo
es el oþielo. de la catiõ:-;ñd ãó t"t otras traisformaciones' inversión
del sintagma
ái¿îd
agua malhechora. La hifrótesis a retener será pues la identificación
Engp,ño [Herrneno] * Sumisión lPadre] (engsño del ¡¡qu¿¡i¡¡)
O¡den lP¿dre] * Ac"eptación Flombresl (Padre: falso mandat¿rio)
Disgmcùõn
Partide lPad¡e; Hombrcs] * Despl¡¿amiento horizont¿l lPadre;
(disyunción de los îuegos de la aldea)
engaño no se presenta aquí: a) ni--como la conversión 4el conËid" dã ta säcuencia, tal como ella se manifiesta en 1a -expe-
disyunción del padre=denegqción del agua malhechora
lo que per¡nite supóner la correlación entre el padre y el agua
malhechora.
b) La búsqueda de las redundanciasf q-ue permit-e establecel
secuenbia particular considerada, deja
(el
héroe y su hermano menor se trans'
èie-uegetøl
un
suponef
la isótopía própia de la
foiman en veåetarúnos; el arma punitiva del traidor es de origen
vesetal). Si õsto es así, a este eje se opone lógicamente un eje
aní,møt que debe ser a'quel donde se encuentra situado el antasonisüa quien, en efecto, se define positivamente' eE tanto que
caãador, cômo el consumidor del alimento animal. Si, además,
observamos que s€ trata por ambas partes de consumidores de
alimentos cruãos (esto es õbvio para los caso del ciervo y el mqa,
perc conviene también al padre, quien se encuentra sepârado del
iuego de los hogares), la figura del padre parece entrar en correläción con lolrudo.animil (hipóteéis que, como veremos' sólo
se verificará parciabnente).
57
III.
4. 6, Lø
ä:îffiË;ã
e[L¡ víctin¿l es devorada en el acto por tos eepídtus buiogoé qu€ son pecer'cenlËile¡. Del mac¿bro fesùín ro quedan dn el londo del aguo mrís que huercs desc¡¡-
y loe pulmoles flotandõ oomo plontas acuótic¿s cuyas hoias -licen- par
rtcen Dulmones'
iO" vu"tt¡ al pueblo, "l héng" re ver¡gr t¡,Ebién de- las erpooaa de ¡u p¡dru (un¡
madrc).>
áe l¡s cu¡les es-su propir
nados,
l.
Dûgunciht
* Desplazamiento horizontol rôpido [Padrt; Hijoì
Llegads al lug¿¡ de l¿ p¡ueha [Padrcl finmersión: conjuncióu con el cguc)
negathto
lL.
- Prupbø
Combite * Victori¿ [Pira,ñ¿s; Pad¡t] (abso¡ción de l¿ potte carnol = de Io
c¡udo a¡rim¡I)
C owacttencia: muert¿ del héroe'tr¡idor
llf. Pruabø posititto
Codbate * Vìctoú¡ tPadrq Prra,ñasl (no ¡bgorción de l¿ D¡rte cscnciol: pul?artida lP¡rtida; Eijo]
mones
lV.
pu{e esp€rar pode la transfor'
vistä,
primera
ItoUr"äu,'¿ifiõif "
ormâcióndelpadreääiOï"åi.,i'rtìio:traiioä"-ËA;;y-b-transf
en traidor.
víctima
--- -^-^ consrgnar
^^-oj
"-ïõrú*ilei-sistema simple de abreviaturas para
a los aitantes del lelato:
s9
sólo a nivel de estas distribuciones de rolee
seeu'enciø finnl.
F (Fuente) v8. D (Destinatario)
(Qbieto'u"lot\
3 i3"¡"Ió'itéroe)' vs. I (opósitor-traidor)
ã ì1ïf*te) nt. t
las principales' obli'
se podfán presentar, en fonna -condens¿då' corielativas de los
saciones contractoaíe;'V-ä;ittttlb-tãiõnãi
ioles en la parte tópica de la narracron'
-l- huesog)
Co¡secueneia: supewiveucia del béroe't¡¡idor
Disgtn¿ùó{t
-Partidô datinitiao
dèscension¿l * Trs¡¡sforuación en eopíritu ¡cuótico
Pa¡tid¿ ¿sccnsioa¡l
*
(l)
Søcuøncios
(huesor)
T¡¡¡sform¡ción en planta acuótic¿.
Po¡tiilø
EhûE
øl
nid,o de
lu
Castigo del tr¡idor
Comentario
Si hemos analizado en do.s pruebas distintas el combate del
traidor con los espíritus canlbales, es: a) pata separqr meior
las dos secuencias divergentes de la prueba, pe¡o también, b)
parå establecer un cierto paralelismo estructural con las secuenõias precedentes.
III. 5. Los øctantes y lø,s rc-lßciones conttactuahes.
La transcripción que acabamos de hacer nos ha pemritido
captar el encadenamiento de las funciones constitutivas de los
siltagmas narrativos. Pero, al mismo üiempo, hemos descuidado
el segundo aspecto de esta normalización: la transcripción de
los actantes, que provisoriamente hemos dejado en forma de actores del relato, subdividiendo así el procedimiento propuesto
en dos etapas sucesivas.
Esta codificación de los actantes, si bien es poco provechosa
pam los sintagmas-pruebas, cuyo status es simple y cuya estructura es redundante, reviste toda su importancia cuando se tÌata de las unidades contractuales sob¡e las que recae el rol de
la organización del coniunto del relato. Las funciones que las definen constituven un iuego de aceptaciones y rechazos de obligaciones entre las partes contratantes y provocan, a cada momento, nuevas distribuciones y redistribuciones de roles. Así,
58
Actøntas
lvncion¿s
*"o
f
Contrato acePtrdo
Hijo
=T
Pad¡e
y Prtida
iAceU:ción
=F
tfijo=D+(S)+T
e[tre
Noúa; Ponemos
¡ént¿sis ¡l héroe
P&
no c¡li-
ficado.
Pa¡tiiln
ol nidr ile lot
guøænnyõa
Contrato aceptado
Contrato
suspendido
lo."n
Padre
y P¿rtids
i.lcrntaciAn
tComb¡te
enga'ña'dor
)Consecuencia
=F
Ilijo=D+S+T
Padre=F*T
Hijo = D *S
Noúo; El rcl de T
rlel Hijo ¿l Padre.
Retorno del h&oe
Pasa
.
Contr¿to ræh¿zado
f
*.-o
Hijo
del Pad¡e
D*S
*
Padre (F)
T
lÄusencia
f
n,n.qua. de-lc fuentê
Nuevo contreto
lRetomo
v
don
D*S
ilof¿: Lo fuente au¡eute
Hijo
Àbuel¿ (F)
v l¿ nueva
iitiest",
fuente no m¿eatôn entre PeÉn'
tesis.
õ9
I
Antiguo contr¿to
roto
nJg.rg' (S;:t); 2) .como el traidor
hemos
Uncompatibilídad.estructural
ä;öilõr-füenÉ un <corpus>- ps'fodramáti9o)'.que.eIva
padre
se
;T.ãñä;ä ã"äiot
la calificación plena del héroe
Abuela: F
Padre: T
I Distribución del fuego
t No g¡odficación del
tuente_ a su _hijo
Ë;;i;;"-ãnããstinatario,-paiã"¿o el rol deutilizando
enseñanformulado
iîË-pi. ü'hipó#IJ-id ñõmps
lou-"
Castigo del traido¡
f
P¡d¡e
o.*
- I
Hijo: F
Padre:D+(S)+1
Nuevo contrato inverùido 'lAcentación y pertida
La redundancia que marca la ruptura del contrato (contrato suspendido -+ contrato rechazado .+ contrato rcto) y la brlsqueda de la nueva fuente impiden ver netamente la simetría del
relato debida al paralelismo de las redistribuciones de los roles
entre padre e hijo. Se las puede resumir de la siguiente fo¡ma:
Contrdto-
wtigo
Actoru
Ped¡e
T
IIijo
F
D+(s)+r
Dobl¿
Co¡tmto-
trcn*fotnøcíon
ca¿lrtgo
D+S
F+T
F
T
D+
+T
D+(s)+1
(S)
Comentørio,
1. Basta reconocer que existen dos formas distintas de con-
trato: a) el contrato voluntario que entraña una misión de sal-
vación y b) et contrato involuntario, del que detiva una misión
de rescate, y ver en la venganza esta segundâ fonma de obligación contractual, para darse cr¡enta de que existe vna ørticuùanlón
contractual del modelo narrativo en su conjunto. La parte tópica
del mito aparece entonces como la ejecución del contrato primitivo, derivada de la secuencia inicial; la secuencia final, por su
parte, se encuentra ligada de la misma forma al cuerpo dól relato.
De allí que podamos formular una nueva correspondencia entre
la manifestación narrativa y la estructura del contenido que así
se manifiesta: a lns eatelaciones entre contenidos no-isotóptcos
del mito, a nivel de su estructura, cotespond,en lns relaciotæs
contrøctuales, a nivel de la narración.
2. El pasaje de un contrato al otro se efectúa gracias a una
dohle transformación, es decir, gracias a Ia -sustitución paradigmática de los términos sémicos que operan dentro de anìbas categorias a la vez: 1) el padre se vuelve traidor y el hijo alcanza
60
anteriores, no mitológicos sino. Iiteraãö
"neUrires ta mønifestaiión, a nivel natés'ún la cuaîJl-piiàuo
"i"r.-v
contenidos, se conlrrma aq*:
de
los
;úiirä. dã lø trønsfortnación
aguÍ a nivel,<le los acque
formulamos
transformâción
i" aotÍ"
prueba
ensañadora en el
la
a
iä"iäïñï;;ä;,-ìn Ët"cto,
;.;;tí"íd;
Van{øuø
relato. *
IV. EL MENSAJE ESTRUCTT'RAL
IV. 1. La bi-isotopia ile ln ¡wrrøción.
La tranecripción formal no nos ha dado la clave de una lectura isotOpiòa finica, muy pol el contrario, el relato parece estar
concebido- expresamente en forma tal que. mamtresta Sucesrvamente, en su parte tãpica, dos isótopos ã ta vez. Incluso podequ-e correspon'
-ãã p'*"zu"tarnos si lás vâri;aciones de isotopías'
den á 1"Á secuencias del relato, no constitu,fen uno- de los rasgos
ãi.iit tiuo. que permiten oponer e.l reþto mltico a los otros tipos
Así,
Ë";",'""tö-tfues ãômo,-por ejemplo-, el -cuento popular'
con6er
las
almâs>
de
nido
al
<<expedición
secuencia
si la
Puqde
¿ãspués tie su recgnversión,- según la cquivalencia entre
.i¿ã"ãÀ,
"b{r;;
huesosÉ btisqueda ilel âgua, como manifestando
"¿d'tãt'øt
¿ui;á* tv dçl fþco),_ 1" sãc.encia <expedición al
i" iË"tãpA
niaõ du-to. goaculmayôðo abando-na'la misión aparentede þ.búsqueda de ornamentos y sólo se ocupa de_problemas de reglmen
a-timetrticio, animal y v-egetal. El retorno .del héroe, por- su parte,
ãit¿ mâr""do por e[¿on del fuego (y-del agua), pero la s€cuencia <venganzao que sigue es casi-ilegible: apãnas .si se puede descubrir en ella, gracias a las formulaciones deductrvas, la preocu;õi6; ãä ãiriiñsuir la alimentación vegetariana de la carnívora.
La pa*e tópica äe la narración se presenta, pues, así:
* El espacio limit¡do de este ¿rticulo no nos permite des&rrcll¡r þ teorio de los
;J;'ít q;î p;il;;;ttt"tiãt ä"i0" es, en realidad' tr de À ! T
"*i-tî.]'""
at uo d; 3 ¿' tl comó heoos i¡dicado pare sinplifica'r'
61
Dos isotopías, reveladoras de la existencia de dos codificaciones diferentes del relato, aparecen así con claridad. La interpretación del mito tendrá por fin, en este estadio, que establecer la
.equivalencia entle los dos códigos y reducir el conjunto del ¡elato
a una isotopÍa única. Ella plantea a quien la describe el problema de .la elección estratégicø, a saber: ¿cuál es la isotopía fund.amzntal, a la que puede traducirse la segunda isotopía, considerada øparente?
Dos órdenes de consideraciones arguyen en favor de la elección del código alimentario:
1. La transcripción formal permite comprobar la diferencia
de niveles en que se sitúan los contenidos a analizar en las dos
isotopías: si consideramos que estos contenidos se manifiestan
en el mensaje narrativo en forma canónica de secuencias. de pruebas y, por consiguiente, de objetos. buscados, veremos que, en el
primer caso, los objetos son presentados en forma de lexemøs
(agua, fuego) y, en eI segundo caso, en forma de combinøciones
de setnas (crudo, cocido, podrido, fresco, etc.). Se puede decir
que el análisis del contenido que ha alcanzado el nivel sémico
es más profundo que el que sc sitúa a nivel de los signos: es,
pues, el nivel de análisis sémico el que debe ser retenido como
fundamental.
2. La economía general del modelo narrativo prevé, en el desarrollo del relato, la sucesión de tres tipos de pruebas:
<nido de las alm¿s>
Parece evidente que es la pnreba principal la encargada de
tratar el contenido tópico del mito: su isotopía tiene, pues, grandes posibilidades de hacer manifiesto el contenido a-nivel-fundamental.
Pero, en definitiva, es la convergencia de ambos órdenes de
consideraciones, lo que constituye el elemento decisivo de la elección estratégica. Vamos, por consiguiente; I corn€nzar la explicación y la integración del código a partir de ese lugar privilegiado que es la secuencia que coresponde a la prueba principal.
\V. 2. EI obieto
buscad.o.
Sin preocuparnos más de la unidad contractual que introduce
la prueba principal del relato. no tenemos que analizar sino la
secuencia mlsma, dividida en dos segmentos gracias
a Ia disyun-
ción espacial y que se articulan cada uno en forma de pru-ebas
que notifican el fracaso o el éxito de un cierto modo de alimentación:
62
Ahmenttoìótt
pruebas así
Si se adrnite la hipótesis segr¡n la cual las cuatro
distribuidassotosori"riäi,ji"ttä""iõ"ås.nãrr¡tivlt-q"-]3*,1*:tf
3:;
ser
ã"é- ro" dos fracasos deben
ilåliäiäistä'"i;r;,Ë]
afirmo'
como
considerados como deå,egag!'oh'es, y los dos éritos'
de ciettos modos altmentarros' ciones
"*'î eit.glt*"
uíñ;"iñä-iôc-iazado en primer lugar' es el
es canibalz
,onJurñ deäUm.ntó"î*lo-i"¡*"1; se.lo niega- porque
que
informan
nos
discursivo,
conterüo
eI
ãíîOäii?ä,-p"ió-iambién
prueba
la.
del agua> .giacias ,q
;i i,?;öä;'f,¡ansfornáãã "n -ámo
terrestre
õãfüi,ãdötàl- es en realid"¿ un lagartof miniaturización presenta
fo=rrra.de.Iagarto,que
en
es
y,
un
electo,
?9
õËõãtitä,
i Å" i"niãro aiie la abueia. Se puede decir que
-de el cøtwbøIisrno es
tøs identiitades- v
con¡unci'ón
¿ã-Iå
ir";";;frì;;;";iå;,råriãt¿iî
que:4e ella resulta es' de hecho'
åïiäïffi;ã;l ñ;d;f"..iødel sentrdo'
la desaparición
lä
'- mue¡te,
. contiuación, es el coni.-ilii¿ii*ð" äti-""ticio, afirnrt4o.
muerto se transforrna
héroe
El
,".o Ar ali-mento "oãiio o"¡*al.
animøl podrido. Lae
lo
crudo
óómo
gue
su-äöti"ã
en alimento
solamente la parte
consumir
Ëîitiä'óö*"dãies de õadávereg, al
y las nalgas
rest¿nres
(lós-hgartos
ãiou
ã"t-t
äñü ñ;ãîd;;
.ãã¿"i¿åsi l. procedãn ãsí a Ià disyunción wdriqg va' fresco- y
cruãJ podriaõ' pst¿ oþeració'?, que podúa
'"'ãiî
;"Ëäffi;áåiõ"-aã-t;
p'es los
q-üi*eia viita,.no lo ï _*,^t_"*1þJ,
;"*"ö-äitäî
ruego.
deJ
amos
los
anteriot,
buitres son, en el inundo invertido
Lévide
qúe
el,lecto¡
conterto
a"t
äãi"-U"r
ðiri"Ãittãi-'urr-lós
Strauss ya conoce
i,;ü",tttõula¡,
sin inõistir demasiado- en
8u
de operar ra p-uriflcación por el. fuego
i"i a" ftËófticeros, cäpacesmuertoi,
se p'g.e-de decir que su victoria
conconsumidoreé de alimento. cocido y'.por
-poilriilo.
¿r'i;.*[õtü-ãË
ønimøl
cocülo
lo
de
õ".u-o
;i*î;î;.-Ëutir.".ùl-ããl
cgrrgrponde a esra prueba es la siruación
por
el térnino cocido dentro de Ia categoría
ãä
cocido,
ve.
crudo
sémicâ
-"'ã.
r"ñ"I"t, en esta ocasión, el fenómeno.estilístico
Nä
îir-ilffi;õiót'de'los
t*
ffiïñ;í".'|oäí,t ñ;
î'ffiffi-;r;i;
äe ionnotación'redundante. Asi, la disyunción 3.nib9.
tr"c"u"tã "ã-inritit
vs. abaio que corresponde al episodio en que el héroe 9s dgpo5t'
iãäð'ä piËi"-Ë-*ñt"ñ", s"'"tt"o"ntra èn otros relatos de los
Éorãta ÞJtos eran antes guacamayos que, cuando su secreto fue
descubierto, se arrojaron a la hoguera ardiente, tÌansÌorman'
6{t
así, con disyunción, en pájaros (arriba) y en plantas
(abajo) encontradas entre _las cenizas. Por otra palte, loi sacerdotes Bororó ayudan en la búsqueda de alimentos: icomo guacgmayos, ellos recogen frutas>: èl héroe-guacamayo, al despertar
abajo, _vuelve a encontrar la parte vegetal complémentaria ie su
dose.
naturaleza.
4. El régimen alimenticio qge es rechazado la segunda vez,
el consumo de alimeg.to c_rudo ue._getal. Más precisãmente, no
es el objeto a consumir (los frutos silvestres) lo lue se cuãstibnà,
sino al consumidor en su calidad de objeto de'consumo (pdã
los buitres). El héroe, como sabemos, caiece de naleaJ. iechazadas en tanto crudo y podrido. El parádigma de sustiiuãión ãs así
abierto a nivel del c-ueïpo_det þtiöeì-ããiåäao ya-ñä; Ë i""æ
pod¡idg, no es .aún rqgmnla-zada por. þ. parte-frescø.
5. La transformación del consumidor cuya'parte animal, cruda yy podrida, es reemplazada por medio
medio de ún
ün delemenCo ayudante
ãv"äu"t"
-es
es
-vegetal,
(que se identifica con esta
esta. p-?Tte-ngeva-de su naturaleza)
crudo..y fresco, y. la posibili{ad_ de alimentarse à;í rãóupãiáaä,
pues la afirmación del consumo de lo uudo iegetøI
9g-1s_t]tuven
fresco.
E-n conclusió{r, r-" puede decir que:
a) en la diswnción arriba'
vs. øbajo gngra la dis:tinción entre dos ejes de coñ."mót--øn¡nlt
vs. uegetal;.b) -que la primera serie de-pruebas coniiste én h
t-ransformaeión de lo crud.o en cocido; y c) que la sezunda serie
de pruebas abarca la transformación dð tó p,àariao ãrilili"o.
IV. 3. Lø construcción del
código.
Haciendo un alto, podemos
-ahora tratar de o_rganizar lo adqui.
{r4o, r fin _d_e ver si þermite la construcción dð un cOdigo qoe
dé cuenta del conjuntõ de la manifesüación tópica ¿èt mitõ.
1. Observaremos, _en primer lugar, que la s'ecuencia estudiada
plantea el problema de lá alimentãciórf en forma de ielnclhn entre el consumidor y el objeto consumido y que,las categoúãs
que hemos postulado p_ara articular el contõnidi de diversoïibl
jetos.de consum_o_ (cr_udo v-s. coci_do; fresco vs. podrido) sólo han
po-dido ser establecidas afirmando o negando 1a posibilidad de
tal o cual relación,,Sí esto es así, el agua y el friego ãpã"ec"n,
referido-s al objetn de consumo, eú l' rñismã relacidln- qií" re dä
entre el productor.y el objeto producido; es el fuego, Ën-eiectq
er qge transtorma lo crudo. en co.cido V_gs e-l agua la que, a partir.de lo fresco, produce lo podrido."El objei'o d"
s"
.sitúa así entre:
"ånsirno
F\ente
(productor)
I)estin¿taúo
(eonsumido¡)
En consecuencia, se puede decir que la manifestación narrativa e_n su colj-unto se sitúa ya a nivel de los contenidos que
articulan los objeüos de congumo, y8 â nivel de las articulacioñee
de las fuentes o de los destinatarios. En este sentido, la definición de la isotopía general del discurso que hemos propuesto en
otro lugar y según la cual ésta no es lã itæración-de-una sola
categoúa -semántica, sino dg un haz de categoúas organizado,
parece-apligqble al relato mítico: el objeto de c-onsumo [ue es eÍ
tema del discurso, estâ estilßticømente presente, tanto con su
contenido proqio, cuanto en forma de cõntenidos distanciados,
mediarite relaciones que se pueden definir categóricamente. Establecer la leõtura úirica coisistirá, pues, en rËducii ôJós- aiã-
tanciamientos estilísticos.
2. Considerando de más cerca las dos funciones de purificación_por'el-fuego y de putrefacción por el agua, vemos Que una
puede ser designada como uital y la otra como mortøI y- que la
distancia qge sepam l-o cocido de lo podrido es la de la õposición entre la vida y la muerte. Así parece posible una nueva
connotación, más general, de las categorías alimentarias debida
a su carácter vital y benéfico o mortal y maléfico. En efecto,
pi,
eocido-V,
_entonces
crud,o- no V, y
fresèo =¿ noM.
si.poilrids- M, entonces
. Por- otra parte, la nuev-a categoríq connotativa permite, gracias a la puesta entre paréntesis de la distancia esfilística'eñtre
el prod'ftor y- el objeto producido, una distribución paralela de
los términos sémicos que abarcan los lexemas fuego y aeua. El
siguiente cuadro resumirá brevemente los resultadõs äe ãsta ¡educción ege lleva--a la construcción de un código bivalente pero
isomorfo. Este sólo podrá ser considerado corño correctamènte
establecido en la medida en qug permita dar cuenta del conjunto
de los contenidos tópicos mahifestados.
Yill
Mwrla
v
Cocido
Cn¡do
n¡egÞ vitsl
ftrego mortal
¡oM
hr¡o
Agt¡s Yitd
IV. 4. La tra,nsformdci.ón
Pod¡ido
uoY
M
Aguo mortel
d,iølécticø.
En el marco está establecido, el conjunto de las transformala secuencia estudiada son susceptibles de
ciones contenidas en
ser subsumidas bajo la fotma de un algoritrno dial'éctico. En
efecto, las pnrebas gue siguen consisten:
1) en negar el ténnino crud'o (no--V)
2) en afin¡¡ar el término cocid,o (V) 1) en afirmar el término fresco (no M)
2) negando el ténrrino podri'do (M)
La aserción dialéctica, que ofrece la slntesis, consistiú entonces en postular la existencia de una relación necesaúa entre tro
cocido y ln fresco (V*no M), témtinos pertenecientee a cate'
gorías ãe cohtenido originalmente_ distintas, - al affumar que 8u
õoniunción constituye la vida, es decir, la cultura alimentaria o,
tra¡isponiendo esto ãl código paralelo, que la conjunción del fuego dei hogar y de la lluviá bienheehorã constituye las condicioñes <naturaleso de esta cultura.
Este análisis evidencia al mismo tiempo las manifestaciones
lexemáticag de los actores que asumen a la vez funcionee del productor y del consumidor: àsí el buftre que come cadáveres, en
iel pájaro de la muerte
tanto cõnsumidor de lo crudo podrido, es-el
y una vez situado en un
u4 primer plano
mítico, se incorpora las
-y mltico,
dei fuego
fuego y se transforma en iel pájaru
iunciones del productor del
de la vida, que opera resurrecciones. Del mismo inodol el ja-guar
que toma.el alimento -c¡ud-o y la- tortyga gue lo co4e podrido
constituyen, con inversión, la pareja cultu¡al perfecta. No es 8orprendenle, en consecuencia, que nuestro héroe lleve el nomb¡e del
ðonsumidór transformado en ãl de fuente: Geriguiguiatugo, es dejaguar=fuego y de torcir, jaguar-tortuga. (La interpretación del jaguar=
paralela.
connotaci6n paralela,
constituve una conno
tuEa=leños para
oara hacer fuego,
fueso. constituye
tuga=leños
tufa=-leños
etngonzable sin referencia a su støüus de consumidor).
IV. 5. Lø liquidación
de la cdrenciø.
1. Hemos visto que el comportamiento engañador de la fuente-padre ha tenido como consecuencia desdoblar tanto el retorno
dei héroe como la liquidación de la carencia presentiá,ndolos en
formas negativa y positiva:
Rctor¡o no¡itivo
R¿torno negativo
Don ncgatïvo
-
Don poritivo
De ello resulta que el primer don del héroe es el don de la
muerte y no de la vida: sólo por intermedio de la nueva fuenteabuela renovará su don, esta vez positivo.
Obsen¡aremos que el algoritmo dialéctico del don Ee encuen-
doblemente inuertid,o sintagmd'ticamente y la afirmación precede aquí a la denegación, y así sucesivamente; 2-c en tanto don
negativo, está invertido en sus térorinos: afirma las propiedades
de muerte y no de vida. Consiste, pues, en
tra
1) la afirmación de M (podrido=¿agua mortal),
2) provoca la denegación de no M (fresco=¿agua vital);
1) Ia denegación de V (cocido- fuego vital),
2) implicala afirmación de no V (crudoc¿fuego mortal).
El don negativo establece, por consiguientg, la relación necesaria entre a-mbos contenidos afirmados, es decir, entte M*no
V, lo cual es la definición misma de la muerte Vr Por ello mismq
de la anticultura.
2. En consecuencia, es posible suponer que el don positivo
tendrá la misma estructura sintagmática aunque operando sobre
contenidos diferentes, afirmando la vida y no la muerte. La
distribución del fuego, cumplida por la abuela, puede transcribirre como constituyendo la primera parte del algoritmo:
1) la afirmación de V (cocidoc¿fuego vital),
2) que implica la denegación de no V (cmdo=fuego mortal).
El episodio de Ia caza engañadora no puede ser lógicamente
sino la manifegtación de la segunda parte del algoritmo, es decir:
1) la afirmación de no M (fresco==agus, vital),
2) que comporta la denegación de M (podrido=¿agua mortal).
Semejante inÞrpretación, aunque muy posible, -no se impoqe
sin embargo como una evidencia. En apariericia al meno-s, todo
sucede como si la operación cacería hubiera sido montada para
enfrentar lo crudo vs. lo lresco y no lo podrido vs. lo fresco. En
efecto, el padre, al haber rehusado gl-orificar al héroe, no participa necesariamente de los beneficios del fuego, pennanece (cru. dô>. De modo redundante, su carácter de cmdo se ve confirmado
por la disyunción de los hombres respecto de los fr¡egos de la
ildea, donäe se encuentran en situación de cazadores de lo cmdo.
Sí lra descripción ofrecg en este punto, alguna dificultad, es
Dorque el códido que hemo's construi¿lo está todavía incompleto:
ãólo- hemos esiabËeido el isomorfismo entre las categorías alimentarias que articulan el objeto de consuho, V las categorías
<naturales>-que diferencian a los productores, dejando de lado
la articulación que permite describir, en forma -iso-mórfica, a los
éãtos-presentan, por referencia al objeto, un disconsumidores;.estilístiõo
comparable al de los productores. Nos
tanciamiento
vemos, pues, obligados
a aËandonar provisoriamente el
análisis
66
6?
comenzado para tratar de completar primero nuestros conocimientos del bódigo aoerca de estÆ punto específico.
IV. 6. La culturø
que
- Siorganiza
ãso es así, podemos tratar de aplicar este modelo en el
plano de la cultura sexual, , tratando de establecer las- equiv-aiencias entre los valores culinarios y seruales, (lu€ sólo serán
reconocidos como isomórficos si pueden admitir una distribución
formalmente idéntica. Hay que precisar inmediatamente que se
trata aquí de la cultura sexual, es decir, del conjunto de representaciones relativas a las relaciones sexuales, que es de naturaleza metalingüística y axiológica, y no de la estn¡ctura del
parentesco que le es lógicamente, anterior. El siguiente cuadro
pondrá en evidencia el isomorfismo propuesto:
¡oM
coeido
cn¡do
esPoso
hijo varón
fresco
podrido
mad¡e
€spo88
¡oY
M
(sbuel¡)
Una distúbución tal se presenta, sin ninguna duda, como una
simplificación grosera: en principio, debería bastæ para_justificar el isomorfismo entre las dos dimensiones culturaleg del universo mitológico y para hacer posible el pasaje de la codificación
de un sistema al otro. Tal como es, el cuadro da cuenta de un
cierto número de hechos: a) la mujer bororó es un fruto podrido; b) en üanto madre es proveedora de alimentos y aunque siga
siendo de naturaleza vegetal constituye el término complejo
M*no M (mientras que la abuela, al no ser yå esposa, corresponde al término único no M); c) el comportamiento sexual
dentro del matrimonio es vital: es una cocción que, por la conjunción con lo podrido, provoca la fermentación y la vida; d) el
macho soltero y, sobre todo, el niño no iniciado, deben ser atrojados del lado de lo crudo y del fuego mortal.
2. La. violación, gracias a este código bivalente (o trivalente),
puede ser interpretada como una prueba que manifiesta una serie de transfornaciones que se pueden teunir en un solo algoritmo
dialéctico:
68
la
lo cocido (V) (el hijo sustituye al
la afinnación de lo crudo (no V) y
denegación de
' ii provoca
li ia afirmación de Io Podrido
tí fföä
sentn'L.
1. Introduciendo la categoría uid'a vs. nuerte, hemos podido
constituir un modelo cultural que, al mismo tiempo que articu'
la ôl cOdigo del mito según dbs dimensiones diferentes, posee
no obstante un carácter nr:ás general que la cultura alimentaria
v
1),
poso),
(M)
Ë^àuä;;"iffä;"ro'i"íJ"o (no u)
(ra mujet
es-
es
negada en su calidad de madre).
El acto sexual extracon¡nrngal sería, pues, lia expresión de
la conjunción de lo crudo con lo podrido y se identificaúa- con la
asersión dialéctica que instaura la muertæ: -no sólo el hijo afirma así su naturalezä anticultural, sino que lo mismo sucede con
el padre cuya calidad de <cocinero) es denegada y que al unirse
deãhora eñ adelante con su muier (y, sobre todo, su nueva esposa, que apa¡ece como a propósito) sólo podrá reproducir la
äseréioñ: no V+1,t. Luego ile lã violación, ambos protagonistas
varones se encuentran pues definidos de la misma manera' pgro
en otra dimensión culturalmientras el hijo, pasanäo
pol una serie-de-pruebas -arulque
heroicas, se transfonnará hasta llegar
ä ser lo contrarid de lo que era al comienzo, el padre seguirá
siempre oon su naturaleza cruda y podrida.
3. Esta extrapolación, en la medida en que es correcta, PeÌ'
mite un cie¡to nú-mero de comprobaciones relativas tanto al støtus
de la narración como a los prõcedimientos de descripción: 1) ve'
mos que la constn¡cción del código presupone el establecimiento
de un- modelo cultural de suficiente generalidad como pa¡a po{er
intesrar las codificaciones isomórficas no sólo de los contenidos
tópiõos. sino también de los contenidos correlacionados; 2) ve'
môe qrie el encadenamiento sintagmático que hemos interpretado
como una relación de causa a efecto (el contrato punitorio) corresponde al pasaje de una dimensión sultural a otra (cultura
sexual a cultura alimentaria).
4. El establecimiento de equivalencias entre diferentes códigos nos pennite, por otra parte, comprender mejor ciertos proõedimienios estiiíiticos de la narracidn. Así, los dos elementos
que,
constitutivos de la naturaleza de los protagonistas
-ymacho- -ya
nivet del código sexual, corresponden ã l¡a naturaleza
a Ia naturalezã hembra- se encuentran entre sl en una relación
que se puede generaliza¡ en la forma de la categ_oúa øgente vs.
õa,cientè. Esto permite intemretar las inversiones de los roles que
þodemos obs€rviar en los epidodios de cacería:
a) en tanto crudos, los actores son cazødores (caza de los la'
gartos, caza del ciemo);
b) en tanto podridos, ellos son cøzados (por los buitres, por
el cien¡o).
Podemos volver aho¡a al análisis que dejamos en suspenso y
releer el episodio de la cacería final: si el padre, en tanto caza'
dor. afirma fuertemente su naturaler'a de crudo, la información
traída por el ayudante-engañador mea aI lugar en q-ue-él se encuentra al acecho, lo transforma en ser cazado, es decir, 9n po'
d.rido. La victoria del cienro, armado de falsa cotnamenta (:madera frescs) da cuenta, ¡ror consiguiente, de la transformación que
se inscribe como la denegación de lo podrido, correlativa a la
afirmación de lo fresco.
S, saltomontec høifu
Disyunción en rtlación
¿ lo crudo:
¿) Ãfi¡mación de lo crudo: s¿lt¿montes = destructor¡ de los i¿¡dineg: ¡equío : fuego moltal
b) posibilid¿d de ¿firm¿ción de lo f¡esco:-la herida, c¿usade por los espíritus
¿cuóticos, es la negación de lo crudo
9. Piroña
Conjunción con lo crudo:
a) afirmación de
podrido
=
lo crudo: pira,ña :
fuego mort¿l
b) conjunción de identidades: lo perte
crudo del héroe es abso¡bida y no reemplazada (cf. canibalismo de los buitres)
absoluto.
IV. 7. Calificación y
Coß¿,atpncias
descalificacíin.
examinar la última secuencia que consagm_la
Nos queda por
-padre-traidor
(no v+M) de Ia comunidad. Ya
disvunción del
heríos obsenradõ que el status del padre es, a esta altura del
relato, simétrico al del hijo luego de la violación: a) desde el
punto'de vista del contenido, ambos se define4 como_agentes de
la muerte, como a Ia vez crudos y podridos; b) desde el punto
de vista de la estructura sintagmática flel relato, son objeto de
Venganza, es decir, que están obligados a ejecutar un contratocastiÞo. De ello resulta que las secuenciäs <expedición al nido de
las almas> e <inmersión en el lago>, consecutivas a ambas dis¡runciones, deben ser, en principig, comparables. Fntonces es poiible intentar yuxtaponerlas e interpretarlas simultáneamente,
poniendo en evidencia las entidades y las diferencias.'
Er'oeilåcíón øI nììln il,e ha al¡nzt
Disvr¡nción lueco de una victoú¿
l¿ Lciedad
an--ticultu¡al
-de
Conjunción c.on los espíritus a,cuóticosfrente ¿ una posición disyurtiva (combatÊ)
C
alílícaciôn ìlel hê¡o e
1eaøtcia final
Disyuneión luego de un¿ derot¡. -le
Ia sociedad cultural
Conjunción con los espíritus acuático¡
<on mir¡s a una posición conjuntiva
(int¿$ación)
Deccol¿tícaci.6tu
il¿l
por agregacióu (eq form¿ de ayudantes)
L
1. fluesot
Ptja,ro matæ
Disyunción móxim¿ por relerencia a los
espíritus acuéùicos (anib¿) (antiogua =
fuego = vid¿ ¡bsolut¿)
2. Palnmø
Disyunción en ¡elación con lo podrido
(paloma = destmcto¡a del agua mor
tål)
*
Desde
el punto de vistå de las
Coniunción móxima por nferrncia a los
espíritus acuriticos (abejo)
(huesos: espíritus acuóticos = muerte
¿bsolut¿)
2, Puhnones
acuåticas
-Plant¿s
Conjunción con
lo podrido (el lago-pant¿no es l¿ m¿nileståßión de lo podrido)
tecnicas
de
descripción, nosotros tr&tåmos
¿sí de valoriz¿r el plocedimiento de h conparøción ìnternø del releto: ya lo hemoc practicado, analizendo suoesþ¿meute los dos s,spectos de Ia liquidación de le
ca,rcncio, en t¡nto búsqueda y co tanto don.
70
Conscatmcìat
ldentificación de lag cu¿lidades del hé¡oe con las de l¿ n¿tu¡alez¿: posibili
dad de la ¿nticultur¿ no hum¡na.
Comentørio.
El procedimiento, que consistió en utilizar el cuadro comparativo para erplotar los datos contextuales a nivel de los lexemas,
ha permitido descubrir l¿ artisulación general de las dos secuencias:
a)
Hemos visto que la disyunción del héroe en relación con
la sociedad de los hombres tiene como consecuencia su conjturción con la sociedad de los espíritus. De aquí resulta la confrontación de la natu¡aleza del héroe con las cualidades correspondientes de la sobrenaturaleza.
b) Los dos héroes, idénticos en ctrånto a su naturaleza, tendrán, no obstante, un comportamiento diferente. Dsta diferencia
sólo puede provenir de su støtus sintagmático en tanto actantes'
sujetos, que se encuentra polarizado de la siguiente manera:
hê¡o¿
Proeedimiento analltico:
articulación en elementos constitutivo¡
por disyunción (desarticulacién)
Pmcedimienø analltico:
articulación en elementos constitutivos
parte
del hé¡oe, de cuàlidades opuest&s I Bu
u¿turaleza: posibilidad de l¿ culturs huAdquisición comphmenta,rio, por
Suleto-hhoc
Cargado de uns potencialidad d,c
Hé¡oe victorioso
A la conquista de un¿ cultur¡
Provoca pruebas
^{dquiere cualidades
Que arr¿nca
a los
espfritus
oíù
Sajeto-hhoe
Cargado de uua potcnciulidsd ¡le Íwertd
Héroe de.rrot¿do
A la conquiste de ua¡ ¿nticultura
Sufrc pruebas
Pierde cualid¿de¡
Que t¡¿smite a los espíritus
c) Un tal análisis se mantiene no obstante a nivel lexemático
es, por este motivo, insuficiente. rla descripción trata de alcanzar el nivel de articulación sémica de los contenidos y de
dar cuenta de las transformaciones subyacentes a las secuencias
narrativas. Los intenogantes que se abren entonces son los siguientes: ¿a quién co¡responde, a nivel de las transformaciones
estructurales la calificación del héroe? ¿qué transfonnaciones comporta por su parte la descalificación del héroe?
y
71
IV. 8. La cølificación
d'el héroe.
Según las previsiones proporcionada-s por çl mgqelo- narrati'
vo. la-secuenciä que se inlercala entre la partida del héroe y el
enÎrentamiento dó la prueba principal está destinada a cøIificør al
héroe. es decir, a conferirle cualidades de las que carecía y que
lo haián capaí de superar Ia prueba. Sin-embargo, -si conside'
ramos la corñposición stmica del contenido de nuestro héroe antes
y después de- la calificación, no encontraremos en ella diferencia
irotabie: el héroe es, tanto en un caso como en otro, crudo*po'
d,rido.
¿En qué consiste, pues, en este caso la calificación? Parecierá chrõ que no púedie sino residir en la adquisición de cuali'
dades virtuales qué, aunque siendo contradictorias y -comple'
mentarias respectó de su nãüuraleza, le confie¡en sin embargo'al
héroe el podei de afirmar y de negar y lo transforman en metøsujeto de las trønslormaciones dialécticøs (cosa que indican, p-o¡
lo- demás imperfectamente, designaciones tales como <amo del
fuego> o <amo del agua>). El héroe cualificado comportaúa' pues'
en su naturaleza tanto su contenido propio como los términos
contradictorios susceptibles de negãrlo. Sólo luego de su calificación llegaría a sei realmente med,iødor cuyo contenido cate'
górico seúã cotnplejo, ya que subsumi¡ia al mismo tiempo los
lértninas s y no s de cada categoría. El ca,rácter hipotético de
nuestras formulaciones proviene, sospechamos, de la ausencia casi
total de conocimientos ielativos a la articulación del modelo narrativo en este punto, y nuestros esfuerzos tienden más a de'
tectar las propieClades estructurales del modelo que a interpretar
correctamente la secuencia.
1. El héroe que está podrido (M) en el momento en que enfrenta la púmera prueba calificatoria, no puede -a -título de tal
oponerse a los espíritus acuáticos, los cuales también comportan
la determinación-M. El enfrentamiento sólo es posible gracias
al avudante pó,iaro nLosc& que, a causa de su disyunción máximd respecto del agua (peio también porque es no-bebedor y
muy a menudo <amò del fuego>) representa el término diametraimente opuesto a M, es decir, el término V. Porque a su na'
turaleza se-le agrega la propiedad V, que define al ayudante
colibrí; el héroe se transforma en término complejo M*V, es
decir, en un ser ambiguo, mediador entre la vida y la muerte.
Es esta naturaleza compleja la que le permite inmediatamente
presentarse como palomø, es decir, a la vez consumidor y negador
de Io podrido. Esto nos permite decir que el héroe es, en estê
estadio.
72
Estáticamente
Dinåmicamente
M+V
M
donde el signo de la negación indica el poder que posee la vida
Traducido en términos cotidianos, esto quiere
de nesar
-quela-muerte.
el, héroe se ha transformado en el amo eventual del
decir
asua
maléfica.
- 2. El héroe, que es al mismo tie-mpo crud,o (n-o V), se identi'
fica a su vez óoñ el søltømontes, destructor de los jardines, los
oue no son posibles sino gracias al agua benéfica. Es a título de
tal que es hèrido por los espíritus acuáticos, es decir, inhabilitado
para destruir corñpletamen-te los efectos del agua benéfica. En
'tanto
saltamontes herido, eI héroe ve el término crudo de su naturaleza transfomarse en término compþo no Y * no M, lo
que significa que es, en el segundo aspecto de su natutalezaz
Dinámicamente
Estáticamente
noV*noM
noV
la negacién indica el poder del agua vital de negar el ca'
rácter absoluto del fuego mortal.
3. Al no estar estaËlecido el protocolo de la transcripción de
los contenidos que comportan catègorías complejas y de-sus t¡ansformaciones, diiremos ingenuamente que el héroe cualificado se
presente ya como
donde
(M+V) +
(no
Vf
no M)
ya como negador de los contenidos <mortalesÞ
M*no V: (N+no V)
esta última transcripción visualiza mejor la permanencia de la
naturaleza <mortal> del héroe, a la que viene a sobreagregarse
una segunda naturaleza que lo instituye como meta-sujeto.
IV. 9. La cultura <naturøI>.
La descalificación del padre, héroe de la aventura acuática, e-s
debida esencialmente, como vimos, a su falta de combatividad,
a su súøüus de héroe derrotado que corre a la muertd. El episodio que se desarrolla bajo el agua corresponde, como es sabido,
aI dõble entierro (de Ia carne y de los huesos) practicad-o por
los Bororó. En lugar de adquirir nuevas propiedades que lo calificarían, el héroe se desa¡titula y conjuga cada uno de los términos que definen su naturalez,a. con el término correspondiente
del mundo de los espíritus. A la coniunción de los términns con'
tra.d.ictorias que carãctenza a la cuàIificación, corresponde aquí
la coniunciói de los térmircs í.d,énticos, es decir, la neutralización
78
del sentido. La estructura elemental de la significación es, en
efecto, simétrico al término cornplejo.
Una vez explotadas así las posibilidades ofrecidas por el método de comparación, podemos interrogarnos ahora acerca de la
significación de la secuencia en tanto ella se presenta como con'
tenido conelacionødo con la parte tópica positiva del mito.
Ambos contenidos, tópico y no tópico, se considera que expresan la instauración de un cierto orden, situado en dos dimensiones diferentes del universo mitológico. Nos quedan, pues, por
responder dos interrogantes: ¿cuál es el orden así insüaurado,
correlativo a la institución de la cultura alimentaria? ¿Cuál es
la dimensiõn en que se halla situado eete orden?
1. El encuentro del héroe con las pirañas constituye a la vez
un análisis y unâ dislocación de su naturaleza: constituye, en
primer lugar, la disyunción absoluta de los dos elementos eonstitutivos de esta naturaleza: lo crudo es aceptado y conjugado
con la naturaleza cruda de las pirañas: lo podrid,o es rechazado
y va a conjugarse con otros elementos. Vemos que esta disyunción no es sino el estallido del concepto sintético (no V*M)
que define toda anticultura; si la cultura ha sido constituida
como una síntesis, l¿ anticultura en cambio se encuentra desorganizada:
Cultura Anticultura
(V*no M) vs. (no V us. M)
Comenzamos así a entrever que la institución de un orden anticultural sólo puede ser la disyunción máxima de los términos
cuya aproximación amenazarí¿ a la cultura.
2. Es denùro de este marco que conviene interpretar la serie
de acontecimientos. Lo podrido, separado de ls crudo, se manifiesta en dos fomas (huesos vs. pulmones): por una parte, en
un movimiento descensional alcanzará la morada de las almas v
se integrará allí a una sobrevida mortal; por otra parte, en ui
movimiento ascensional, lo podrido <sobrenada>, es decir, se separa del agua para aparecer, en una primera inetamorfósis, en
forma uegetal, como una planta acuática.
Ahora bien, parece- que los Bororó saben muy felizmente que
la ascensión vertical de lo podrido no se detiene allí y que es
en forma de un Eømo de Flnres -_por la vía metafórica que ès justamente la afirmación y la conjunción de identidades- que
se fija en el cielo y constituye la constelación de las Pléyadès.
La disyunción de lo crudo y de lo podrido se ve así consolidada
mediante una inversión disyuativa espacial: el fuego maléfico,
de origen celeste, es mantenido en el agua y encarnado en las
pirañas; el agua maléfica, de origen más bien subterráneo, es
proyectada al cielo en forma de constelación de estrellas.
74
-
3. La reorganización de la naturaleza (el térrr-ino exacto -para
designarla seú-a la cultura nat'ural, ya que constituye en efecto
la riueva dimensión mitológica que tratamos de consolidar) no
.ã ããtiu"" aquí. Se podria-sugerir que lo fresco, definido antes
ãn iè"minos ãe cultura culinaiia, su-fre Ia misma transformación
y es proyectado al cielo en fo¡ma de T-ortugø terrestre, <señora
äu-lo'ttu-t"o), en su c¿lidad de consumidora ãe- podrido, y se fija
allí en forma de.la constelación del Cuervo. El agga, tanto mor'
vital, se encuentra así reunida en el -cielo.- Çe pueden
lJ
"-J*o
ásr"sai dos píecisiones para explicar Ia nueva disposición.i 9) la
eI Ramo de Flores (Ï-vI) es,
räaöiOn entrè la Tortugã'(no Iv[) y
-contractuales
establecirl,as enno lô olvidemos, la de õbligaciones
(padre)
de una
elcgrg-a{o.
y
(hijo)
dãstinataqo
el
tre la fuente
'y
misión de rescàte, ia naturaleza bienhecho-ra; þ) el héroe sólo
ha podido abandbriar la tierra porque ha deþdo en ella a su
h"nñutto menor, que aparece, por el procedimiento de la duplicación, en el momãnto mismo del retorno del héroe: el mea cum'
piiie rí'"ãJ,
la tierra, las funciones del protector del, fuego de
Ibs hogares;""c) mientras pennanece unido, por lazos -de- sangre,
al-asuä bienhóchora (no M). Queda, finalmente, la última disvunc"ión. completada por una inveróión espacial, la del fuego
i.ãéfi"o y benéfico; el'primero. dominado, pbrque está fijado en
el agua (pirañas), y e[ segundo, presente en la tierra, pues su
con el agua seúa nefasta.
coniunción
--i.
ú eilo resulãa que la instauración de la cultura natural
en 1' inversiói topoló_gic_a del orden de la naturaleza.
"on.istã
Ùtitizánao dos categorías, uña dã _las cuales es.tooológicq. (arriba
us. ã¡"jo) y la otra biológica,(vida vs-. muerte), la <civilización>
åãË"*"r"leà consisteän el'encuadre de los valores naturales
¿o. ãOaigos a la vez y que sólo son isomorfos mediante la in""
de los signos:
versión
Conjunción-Disyuución
M
noM
Pléyades
Tortuga
¡oV
v
Cielo
Disyunción
Disyunción
Aguc
Mes
Pir¡ñÀ
Conjunción
ïlletra
Disyunción
La disyunción topológica fundamental consiste er separar los
valores mórtales (M v ño M) remitidos al cielo, de lo3 valores
vitales (V y no V) situados acá abajo, plantèando así: a) la im7ã
posibilidad 4e la aserciûn M* no V que destn¡iría la cultura y
b) manejqndo, no obstante, gracias a los lazos de sangre, una
imposibilidad de conjunción cultural no M*V. Una segunda distincién: a), opera la dis-ygnción entre no V, situado en el agua
y V, situado en tierra, doblemente separados, pues su conjunción
arnenazaúa a la culturai b) y opera una conjunción espacial (en
eI cielo) entre M y no M, porque se encuentra en una relación
de subordinaeión cultural.
En conclusión, se puede decir que la cultura natural, al introducir un nuevo código, consolida el carácter discreto de los
valores naturales a{innando la imposibilidad de las conjunciones
<<contra natúro y la posibilidad de algunas otras relaciänes <según la naturaleza>. Ella podría ser simbolizada así:
(no M
+ M) vs. (no V vs. V) '
V. LA ESTRUCTTTRA DEL MENSAJE
Presentamos aquí, en forma de cuadro, los principales resul_
"tados obtenidos en la interpretación de esie mifo boforó:
Inøertìåa¡
Contøåiloe
cpr¡elacio¡ados
Ræsult¿dos de lss
transfomacionee
no
Y*M
Dí¡ectot
tópicos
M*noI V*noM
correl¡cionados
no M-+114
¡oYvsV
Dimensión
culturel
Perspectiva
estilisticq.
sexu¡l
congumidor
culina¡i¡
objeto de consumo
¡¡tu¡¿l
productor
Escuela hrôctice de Altos &tudios.
París.
*r,os límites de este estudio no nos permiten insistir: o)
ui sobr= el c¡rócter
d.iscontinuo iy singulsr) de los valores cultu¡¿ìes (Tortuea, 'Mea) oponiéndolo ¡l
carócter continuo (y plur¿l) de los valores no culturales (r{¿mo de Fléres, pirañas);
b) ni sobre la instauración de un orden diacrónico de las estaciones qie result"l
de las relaciones de subordinación sintagrnática entre so M y M. Lévi-st¡auss es
suficientemente explícito al respecto.
76
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