Con Lucille, BB King vivirá en su música

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Como dijo Lenny
Kravitz: BB, cualquiera
podría tocar mil notas
y nunca decir lo que
dijiste en una.
SÁBADO 16 DE MAYO DE 2015
¿Hay salida para
Venezuela?
Inspiró a Hendrix, Clapton y los Rolling Stones
Con Lucille, BB King vivirá en su música
AP
LAS VEGAS.
En entrevista con La Jornada, el
escritor Luis Britto García expone
los logros del bolivarianismo en su
país, como la erradicación del analfabetismo, y el empecinamiento de
la oposición en recuperar el poder
aunque no gane en las urnas ■ Foto
Pablo Ramos
ARTURO CANO
■2
Cayó $9 mil 500
millones el valor
de OHL por el
caso Edomex
■ En el último año registró
capital de trabajo negativo de
casi 6 mil millones de pesos
■
Ordena el Congreso
estatal auditar la operación
del Viaducto Bicentenario
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7a
B. B. King creía que cualquier
persona podía tocar blues, y que
“mientras la gente tenga problemas, el blues nunca morirá”.
Pero nadie podía tocarlo
como B. B. King, quien murió
el jueves por la noche a los 89
años en Las Vegas, donde había
estado bajo cuidados paliativos.
Aunque siguió actuando
hasta bien entrados sus 80,
el ganador de 15 premios
Grammy padecía diabetes y
otras dolencias. Se desmayó
durante un concierto en Chicago el pasado octubre, algo
que luego se atribuyó a deshidratación y agotamiento.
“Cuando canto no
quiero que sólo
oigan la melodía,
quiero que vivan
la historia”
El Rey del blues con su legendaria guitarra Lucille, durante un festival en Chicago, en 2010
Su quejumbrosa voz y su
apasionada forma de tocar la
guitarra definieron la norma
para un arte nacido en el sur
de Estados Unidos y honrado e interpretado alrededor
del mundo. Tras la muerte de
Howlin’ Wolf y Muddy Waters
hace décadas, King fue el más
grande defensor de una tradición que inspiró a Jimi Hendrix
y Robert Cray, Eric Clapton y
los Rolling Stones.
King tocaba una guitarra
Gibson, a la que llamaba de
cariño Lucille, combinando
hermosos punteos con sonoros
acordes, sutiles vibratos y notas
desgarradas.
El resultado podía producir escalofríos, al igual que
su tema más conocido: The
Thrill is Gone. Podía hacer
llorar y gritar de angustia a su
guitarra al narrar esa historia
de amor desvanecido, que terminaba lamentando en un tono
gutural “Now that it’s all over,
all I can do is wish you well”
(“Ahora que todo ha terminado, todo lo que puedo hacer
es desearte suerte”).
Su estilo era inusual. A King
no le gustaba tocar y cantar al
mismo tiempo, así que desarro-
lló un estilo de diálogo entre él
y Lucille.
“A veces creo que hay más
cosas por decir, para hacer que
el público comprenda que intento hacer más”, dijo King a
The Associated Press en 2006.
“Cuando canto, no quiero que
ustedes oigan sólo la melodía.
Quiero que vivan la historia,
porque la mayoría de las canciones tienen una historia bastante buena”.
King dedicó al blues toda su
vida. Incluso cuando su salud
desmejoró daba más de 100 conciertos por año. Creía que salir de
gira prolongaba sus esperanzas
de vida. “Hoy tengo la oportunidad de viajar en un autobús muy
lindo y por la ventana puedo ver
lo bello que es este país y lo maravilloso que es estar vivo”, dijo
una vez. “Eso para mí es como
tomar más vitaminas”.
De 1950 a 1970 viajaba unos
300 días del año y pasaba el resto
del tiempo en el estudio. En 1956
él y su banda dieron 342 conciertos. Para 1967 había grabado 30
discos y 225 sencillos.
Keith Richards, al recordar
sus interminables giras a me-
diados de los 60 con los Rolling
Stones, dijo: “Eso no es nada...
B. B. King dirá: ‘Si yo lo he
estado haciendo por años’”.
King, un caballero sobre y
fuera del escenario, disfrutó del
aplauso y de un considerable
éxito comercial. El blues nació
de la desesperación, pero King
exhortó a los jóvenes negros en
particular a darle una connotación positiva.
Ganó 15 Grammys
y vendió más de
40 millones discos
alrededor del
mundo
“La mayoría de las veces,
cuando la gente dice blues es
bastante negativo”, señaló al
público en Houston en febrero
de 1992. “Estoy aquí para decirles que el blues es una etiqueta que la gente le pone a una
música que comenzó con gente
negra, y que uno puede elegir
entre lo negativo y lo positivo”.
■ Foto Ap
King fue nombrado el tercer guitarrista más grande de
todos los tiempos por la revista
Rolling Stone, después de Hendrix y Duane Allman. Ganó 15
Grammys y vendió más de 40
millones de discos alrededor
del mundo, una cifra extraordinaria para el blues. Fue incorporado al Salón de la Fama
de la Fundación del Blues y al
Salón de la Fama del Rock and
Roll. Su álbum Live at the Regal fue declarada obra histórica
digna de preservación en el Registro Nacional de Grabaciones
de la Biblioteca del Congreso.
Su estilo influyó en artistas
como Otis Rush y Buddy Guy,
Clapton, Hendrix, John Mayall
y Mike Bloomfield.
Los músicos incluso llamaron una sección del cuello de
la guitarra la “caja B. B.”, en
su honor. Ubicada usualmente
entre los trastes 10 y 12, dependiendo de la clave de la canción,
es donde King retorcía y chamuscaba muchos de sus característicos punteos de guitarra.
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