Liceo Humanista Científico Benjamín Vicuña Mackenna Departamento de Lenguaje y Comunicación Profesora: Marcela Embry E. ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LA OBRA NARRATIVA. GUÍA DE ESTUDIO. TIPOS DE NARRADORES. Los textos narrativos pueden contar con dos formas de representación: el cuento o la novela, dependiendo de su extensión, de la cantidad de personajes, del tratamiento que se le da a la o las tramas, entre otras cosas. También son parte del género narrativo las fábulas, las leyendas, los mitos, las epopeyas, los cantares de gesta, etc. Es importante destacar que siempre los hechos que se presentan están relatados por un narrador. Si el narrador forma parte de la historia e interviene en los sucesos, se trata de un narrador homodiegético (homo: igual; diégesis: historia). Tipos de narradores El narrador puede ser protagonista, testigo o personaje. • El narrador protagonista: cuenta los hechos en primera persona y generalmente cuenta su propia historia. “Ese domingo, frente al arco, miré al arquero a los ojos. Miré a mis compañeros. Pensé en mi familia y en mis pichangas de infancia. Si anotaba ese penal, se cumpliría el sueño de mi vida. Y así fue. Disparé mi zurda infalible en el costado del arco. Éramos campeones.” • El narrador testigo también narra en primera persona, pero asume un rol de espectador de los hechos que le ocurren a otras personas. “Sentados en las tribunas del estadio, podíamos sentir la tensión de los 22 jugadores en la cancha mientras nuestro campeón, se preparaba para anotar ese penal decisivo bajo la atenta mirada de sus compañeros. Anotó justo en uno de los ángulos del arco, y el estadio se vino abajo. Éramos los campeones”. • El narrador personaje es un personaje secundario que narra lo que le acontece al personaje principal o protagonista, pero participa de la acción, no como el narrador testigo. Aunque no es el centro de esa acción. “Cuando el DT le pidió a Iván que dispara el penal, nos asustamos un poco, últimamente su zurda le había fallado. Abrazados rezábamos para que le achuntara. No quise mirar, y cuando abrí los ojos, todos corrían hacia Iván para llevarlo en andas. Iván era nuestro héroe.” Cuando el narrador no forma parte del relato y cuenta los hechos desde fuera, se trata de un narrador heterodiegético: relata los hechos en tercera persona gramatical. “Ese domingo, frente al arco, Iván miró al arquero a los ojos. Se dio vuelta y miró por última vez a sus compañeros.” Además, suele tener mayor objetividad y distancia cuando narra los acontecimientos. • El narrador heterodiegético puede ser omnisciente, como una especie de dios que sabe todo lo que sucede, y lo que piensan los personajes. Página 1 de 14 Liceo Humanista Científico Benjamín Vicuña Mackenna Departamento de Lenguaje y Comunicación Profesora: Marcela Embry E. “Antes de anotar, Iván recordó a su familia y sus pichangas de infancia. Sabía que si anotaba ese penal, se cumpliría el sueño de su vida. Podrían vender su pase a un equipo europeo. Y así fue. Con una zurda reventó en el ángulo izquierdo del arco. Por primera vez su equipo era campeón nacional.” • Otro tipo de narrador heterodiegético es el narrador de conocimiento relativo u objetivo. Aquí, como si fuere una cámara de televisión registra sólo lo que pasa a nivel externo del universo representado. Este narrador da datos concretos, describe las acciones de los personajes. No se mete ni con los pensamientos, ni con los sentimientos de los personajes. “Ese domingo, frente al arco, Iván miró al arquero a los ojos. Se dio vuelta y miró por última vez a sus compañeros. Antes de anotar, se detuvo y observó el pasto por un segundo. Con una zurda reventó en el ángulo izquierdo del arco. Los espectadores saltaban cantando sin cesar. Por primera vez su equipo era campeón nacional.” ESTILOS NARRATIVOS. Los narradores ocupan estilos narrativos para presentar los hechos y lo que dicen los personajes. El estilo directo da la ilusión de la objetividad, y busca transmitir información de una manera neutral. El narrador le cede la palabra al personaje para que diga lo que siente de su propia boca. Ejemplo: Juan dijo “tengo frío. Mozo, ¿me trae un café?” El estilo indirecto es el que usa el narrador cuando con sus propias palabras nos reproducen la voz de los personajes, esto es, cuando de una manera u otra, nos resume sus palabras o pensamientos. En otras palabras habla el narrador. Ejemplo: Juan dijo que tenía frío y le pidió al mozo un café. El estilo indirecto libre: se trata de un estilo más complejo porque combina los dos estilos anteriores, el directo y el indirecto. Se usa generalmente la tercera persona gramatical, y se expresa a través de verbos conjugados en imperfecto, pluscuamperfectos o condicionales. Ejemplo: “Juan se acercó a la cafetería. ¿Venderían allí ese café que tanto le gustaba?” LOS PERSONAJES Según su grado de participación en la historia, los personajes se clasifican en principales, secundarios e incidentales. A continuación, analizaremos cada uno de ellos. Principales . Son aquellos que concentran la mayor atención, porque participan directamente en los acontecimientos que se narran. Es decir, la narración se trata de lo que les ocurre a ellos o de lo que ellos mismos realizan. Si este tipo de personajes no estuviera, la historia desaparecería; no le sucedería nada a nadie. Entre los personajes principales suele haber uno que es el central, el más importante de todos: es el protagonista. Página 2 de 14 Liceo Humanista Científico Benjamín Vicuña Mackenna Departamento de Lenguaje y Comunicación Profesora: Marcela Embry E. Secundarios Son quienes no están involucrados directamente en la historia que se cuenta, sino que tienen una participación menor. No es que no tengan importancia; también intervienen en los hechos, pero no tanto ni tan seguido como los personajes principales. A pesar de esto, no podemos decir que no sean relevantes en la narración, puesto que aunque su participación no es fundamental, siempre hay una razón para que ellos estén ahí. En este sentido, podemos afirmar que la obra narrativa es como un rompecabezas en que cada pieza encaja perfectamente con las demás. Es así como si faltara una pieza muy pequeña, el rompecabezas no estaría completo, y no podríamos armar la historia. Incidentales También se les llama personajes episódicos. Son aquellos que aparecen en la historia solo en una oportunidad, para algo específico. Esto puede ser entregar un dato, hacer una pregunta, o simplemente observar una situación. Ahora bien, hay ocasiones en que los personajes incidentales juegan un papel clave para el desarrollo de la narración. Por ejemplo, imaginemos lo que sucedería si un día cualquiera, cuando vamos caminado por la calle, pasa un desconocido y nos pone en las manos un maletín repleto de dinero. ¿No cambiaría la historia de nuestras vidas? La presencia fugaz de una sola persona puede -a veces- producir estos cambios. De todos modos, esto sucede en raras ocasiones; hay muchas narraciones que ni siquiera poseen personajes incidentales. Los personajes son vitales en todo texto narrativo. A través de ellos pueden relatarse los hechos que ocurren en un cuento, una novela, o cualquier otro texto similar. El personaje está estrechamente ligado a los hechos y otros elementos que conforman la historia, como también a los otros personajes que lo rodean. Podemos clasificar a los personajes en : 1. Principales: a través de ellos se desarrolla la acción principal. 2. Secundarios: participan solo indirectamente de la acción principal. 2. Página 3 de 14 Liceo Humanista Científico Benjamín Vicuña Mackenna Departamento de Lenguaje y Comunicación Profesora: Marcela Embry E. Dentro de los personajes principales de un cuento o narración podemos identificar: protagonistas y antagonistas. Estos no siempre tienen que ser seres humanos. También pueden ser seres fantásticos o fuerzas de la naturaleza. Protagonista es el o los personajes más Antagonista es el o los personajes que se importantes del relato, que tienen una misión oponen a los propósitos del protagonista, que cumplir y tras la cual obtienen sabiduría impidiendo que cumpla sus planes. y, a veces, una recompensa. El espacio y el tiempo en la Narración El espacio y el tiempo en la narración 1.- El espacio Corresponde a el lugar o los lugares donde transcurren los acontecimientos en un tiempo determinado. No obstante, el espacio narrativo no sólo abarca los lugares físicos en los que transcurre la acción, sino que, también, la atmósfera espiritual que se crea en la obra y el ámbito social en que se desenvuelven los acontecimientos. Espacio físico o escenario Es el lugar o los lugares concretos y determinados donde ocurren los hechos. Puede ser un espacio abierto: natural, urbano, rural, marítimo, etc., o por el contrario, un espacio cerrado: el interior de una casa, un cine, un bar, una escuela, etc. Este tipo de escenario se presenta mediante pasajes descriptivos, en los cuales, se detiene la acción narrativa. Ejemplo: “Lo que estaba delante de mí era un recibidor alumbrado por la única y débil bombilla que quedaba sujeta a uno de los brazos de la lámpara, magnífica y sucia de telarañas, que colgaba del techo. Un fondo oscuro de muebles colocados unos sobre otros como en las mudanzas”. (Carmen Laforet, Nada, fragmento) Espacio psicológico Es la atmósfera espiritual que envuelve a los personajes y a toda la acción, según los conflictos que se planteen: amor, violencia, odio, venganza, desilusión, soledad, etc. Por ejemplo, un clima de soledad e incomunicación condiciona el comportamiento de los personajes y define las características del acontecer. La observación del espacio sicológico o atmósfera que presenta una obra determinada, nos permite apreciar cabalmente el extraordinario poder que posee la palabra literaria. Página 4 de 14 Liceo Humanista Científico Benjamín Vicuña Mackenna Departamento de Lenguaje y Comunicación Profesora: Marcela Embry E. Ejemplo: “En toda aquella escena había algo angustioso, y en el piso un calor sofocante como si el aire estuviera estancado y podrido”. (Carmen Laforet, Nada, fragmento) Espacio social Se refiere al entorno cultural, religioso, económico, moral o social en el que se desarrolla la acción narrada. Los personajes tienen un nivel intelectual, cultural; pertenecen o se agrupan en sectores sociales y manifiestan determinadas ideas religiosas o políticas. Ejemplo: “La familia de don Dámaso Encina era noble en Santiago por derecho pecunario y, como tal, gozaba de los miramientos sociales (…). Se distinguía por el gusto hacia el lujo, que por entonces principiaba a apoderarse de nuestra sociedad y aumentaba su prestigio con la solidez del crédito de don Dámaso, que tenía por principal negocio el de la usura en gran escala, tan común entre los capitalistas chilenos”. (Alberto Blest Gana, Martín Rivas, fragmento) 2.- El tiempo El tiempo adquiere un valor diferente, según se trate de un relato real o imaginario, ya sea realista o fantástico. El tiempo puede referirse a un hecho histórico, al origen en que se cuentan los hechos o bien al tiempo real del lector. El tiempo ficticio es diferente al tiempo real. El tiempo de la historia Corresponde a la presentación en un orden lógico y causal de los acontecimientos del relato, en otras palabras, se refiere a la sucesión lineal de los acontecimientos tal como se encadenan en la realidad. Asimismo, se utiliza el término fabula para referirse a esta reproducción cronológica y ordenada de los hechos en el texto narrativo. Tiempo del relato Es la disposición estética del acontecer en la narración. El narrador dispone arbitrariamente el orden de los acontecimientos. El narrador organización estética de el tiempo de la historia, instaurando una temporalidad artística. De esta forma, encontramos una serie de técnicas que permiten ordenar estéticamente el relato, las que veremos posteriormente. Página 5 de 14 Liceo Humanista Científico Benjamín Vicuña Mackenna Departamento de Lenguaje y Comunicación Profesora: Marcela Embry E. El tiempo referencial histórico Se refiere al tiempo real en que se ubican los hechos narrados. Por ejemplo, en el poema del Cid, sería el siglo XII; época medieval de la monarquía. Por otra parte podría aludir al tiempo del escritor, es decir, al contexto social y cultural en que se produjo la obra. Disposición de los acontecimientos Se refiere a las alteraciones en la temporalidad de la narración, en otras palabras, nos referimos al tiempo del relato y las técnicas que permiten una presentación estética de los acontecimientos. De esta forma, aparece la anacronía que es una ruptura temporal en la narración y aparece cuando el relato se detiene instantáneamente y se introduce un hecho nuevo con una cronología distinta a la que exige la lógica causa – efecto. Existen dos formas de anacronía: Analepsis: Es una retrospección. Se vuelve al pasado y se relata un hecho anterior al tiempo del acontecimiento principal. Prolepsis: llamada también prospección o anticipación, alude a la mirada del narrador hacia el futuro, es decir, se narra un hecho que ocurrirá después del tiempo del relato. A continuación se presenta un esquema con las técnicas referidas a las alteraciones temporales: Página 6 de 14 Liceo Humanista Científico Benjamín Vicuña Mackenna Departamento de Lenguaje y Comunicación Profesora: Marcela Embry E. Finalmente, los hechos podrían seguir un orden cronológico o un desarrollo lineal, pues se quiere privilegiar el desenlace y la relación causa – efecto de los acontecimientos, esto es lo que se conoce por Ab Ovo que significa 'desde el huevo'. Por otro lado, si un relato comienza por un hecho ubicado en la mitad de la historia para luego retroceder, se denomina In media res que significa 'en la mitad de las cosas'. Por el contrario, si el interés está centrado en el acontecer, se podría empezar por el desenlace In extrema res que significa 'en el final de las cosas'. Focalización La Focalización es un término del análisis de la escritura narrativa, postulado por Gérard Genette. Corresponde al grado de información que el narrador posee respecto a los sucesos de una historia. Es el registro del "saber" de la voz narrativa. Existen diferentes grados de focalización, que a su vez se corresponden con los tipos de narrador. Página 7 de 14 Liceo Humanista Científico Benjamín Vicuña Mackenna Departamento de Lenguaje y Comunicación Profesora: Marcela Embry E. Tipos de focalización focalizacion cero El grado de conocimiento de la voz narrativa es alto En este caso el narrador es capaz de expresar la interioridad de los personajes (pensamiento, sentir, sueños, etc.) y conoce por completo el pasado, presente y futuro de los acontecimientos de la narración. A esta categoría pertenece el narrador heterodiegético omnisciente. Focalización Interna El grado de conocimiento de la voz narrativa es parcial o limitado. En este caso la narración se genera desde el punto de vista de algún personaje, por lo que los hechos son contados desde su propia experiencia. A esta categoría pertenecen los narradores homodiegético protagonista y testigo. Si el texto es narrado varias veces, desde distintos puntos de vista, (Por ejemplo, "Rosaura a las diez" de Marco Denevi), la focalización es interna múltiple. puede ser fija,variable o múltiple. Focalización Externa El grado de conocimiento de la voz narrativa es menor al de los personajes. En este caso el narrador no es capaz de acceder a la interioridad de los personajes, por lo que los hechos son contados de una manera "objetiva", o ajena a todo punto de vista. El narrador sólo describe lo que ve y oye (sin pertenecer a la historia), análogo a una cámara de vídeo. A esta categoría pertenecen los narradores heterodiegéticos equisciente y deficiente. La descripción Describir un ser o un objeto es presentarlo por medio de las palabras, de forma que el receptor pueda hacerse una idea precisa de cómo es; es decir, consiste en presentar las partes o los rasgos característicos de seres, lugares, ambientes, objetos, sentimientos o fenómenos. Por tanto, la realización de una descripción exige seguir una serie de pasos o fases, entre los que destacan los siguientes. 1. La observación minuciosa del objeto que se va a describir. 2. La selección de los rasgos característicos que distinguen a ese objeto: su forma, su color, su tamaño, sus constituyentes… 3. La disposición de los elementos seleccionados: de arriba abajo, de derecha a izquierda, de lo anterior a lo posterior… 4. La redacción de la descripción, siempre de acuerdo con los objetivos que se busquen: exactitud, expresividad… Página 8 de 14 Liceo Humanista Científico Benjamín Vicuña Mackenna Departamento de Lenguaje y Comunicación Profesora: Marcela Embry E. Recursos de la descripción Para realizar una descripción, contamos con diversos recursos de carácter lingüístico. Estos son los principales: • • • • • La adjetivación. Los adjetivos expresan las cualidades o estados de los objetos a que se refieren. Ejemplo: “Era Yurrumendi un hombre enorme, con la espalda ancha, el abdomen abultado, las manos grandísimas… “ Las imágenes, por ejemplo: Luis es una ardilla. Celia es un verdadero ciclón. Las comparaciones o las metáforas. Para presentar gráficamente el objeto, se emplean comparaciones o metáforas, que sugieren nuevos aspectos de la realidad descrita. Ejemplo: “… una chaqueta de paño negra, fuerte, que debía de estar calafateada como una gabarra. “; “La chimenea ofrecía un aspecto siniestro, como una boca enorme y hambrienta incrustada en la pared.” Al comparar podemos utilizar dos tipos de rasgos: Los rasgos diferenciales de cada objeto. Son las características que distinguen a unos objetos de otros. Los rasgos comunes a las cosas que comparamos. Son las características que hacen que podamos agrupar a los seres en clases. Para comparar hay que tener en cuenta lo siguiente: • • • Se deben comparar variables análogas. Al comparar objetos podemos observar el tamaño, la forma, la materia, el precio, la procedencia… Se deben indicar las semejanzas y las diferencias. Se deben ordenar la comparación. Primero las semejanzas y después las diferencias o al contrario. Tipos de descripción Hay distintos tipos de descripción y cada uno de ellos presenta unos requisitos peculiares: - La descripción técnica, por ejemplo, se caracteriza por su precisión, claridad y objetividad. En la descripción literaria, en cambio, pueden ser más importantes la expresividad o la capacidad de evocar determinados sentimientos. Página 9 de 14 Liceo Humanista Científico Benjamín Vicuña Mackenna Departamento de Lenguaje y Comunicación Profesora: Marcela Embry E. Según los rasgos de la realidad que el emisor seleccione, la descripción puede ser: • La descripción exhaustiva refleja de forma detallada y meticulosa todos los rasgos de la realidad que se quiere representar, mostrándola a veces desde puntos de vista distintos. Esta forma de descripción es propia de los textos científicos y técnicos. Ejemplo: albaricoque [...] Fruta parecida al melocotón, pero de menor tamaño, con piel de color amarillento y de superficie lisa, pulpa dulce y aromática y semilla en forma de hueso acorazonado del que se extrae un aceite semejante al de las almendras. • La descripción selectiva presenta solo los rasgos más significativos o expresivos de la realidad descrita. Ejemplo: “Asomaban los albaricoques entre el follaje como rosadas mejillas de niño”. Según el tratamiento que el emisor dé a la realidad que describe, la descripción puede ser: • La descripción estática presenta una realidad fija, estable. Ejemplo: España es abondada de mieses, deleitosa de fructas, viciosa de pescados, sabrosa de leche et de todas las cosas que se della facen; llena de venados et de caça, cubierta de ganados, loçana de caballos, provechosa de mulos, segura et abatida de castiellos, alegre por buenos vinos, folgada de abondamiento de pan; rica en metales, de plomo, de estaño, de argent vivo, de fierro, de arambre, de plata, de oro, de piedras preciosas, de toda manera de piedra de mármol, de sales de mar et de salinas de tierra de sal en peñas, et dotros mineros muchos. Crónica general de España, Alfonso X El Sabio. • La descripción dinámica presenta una realidad cambiante. Ejemplo: “Entonces, empujando una gruesa línea de nubes plomizas que negreaba en el horizonte, un viento frío y húmedo empezó a soplar desde el este”. El capitán Alatriste, Arturo Pérez Reverte. Según la intención comunicativa del emisor, su punto de vista, la descripción puede ser: • La descripción objetiva es propia de los textos científicos y técnicos. Tiene una finalidad informativa: pretende mostrar la realidad tal como es. En ella, el emisor se limita a reflejar lo que ve de una manera minuciosa y precisa, sin manifestar sus propios sentimientos o emociones. Este tipo de descripción utiliza un lenguaje objetivo y riguroso. Ejemplo: “El refranero es un libro en el que se recogen refranes, máximas, aforismos, etc.” • La descripción subjetiva es propia de los textos literarios. Tiene una finalidad estética. El emisor no se preocupa tanto de reflejar la realidad como de dar cuenta de los efectos que esa realidad produce en su ánimo; por eso, la descripción pierde en Página 10 de 14 • Liceo Humanista Científico Benjamín Vicuña Mackenna Departamento de Lenguaje y Comunicación Profesora: Marcela Embry E. minuciosidad y exactitud y se llena de valoraciones personales que transmiten al receptor las emociones y sentimientos de quien hace la descripción. Ejemplo: “Hay en ella un sosiego, una paz exterior, que puede provenir de frialdad de espíritu y de corazón, de estar muy sobre sí y de calcularlo todo, sintiendo poco o nada, y pudiera provenir también de otras prendas que hubiera en su alma; de la tranquilidad de su conciencia, de la pureza de sus aspiraciones y del pensamiento de cumplir en esta vida con los deberes que la sociedad impone, fijando la mente, como término, en esperanzas más altas.” Pepita Jiménez, Juan Valera. Los tonos de la descripción La descripción tiene que ser viva y estar próxima a la realidad. Para ello hay que observar el mayor número de detalles posible y destacar los que llamen más la atención en el receptor, porque sean llamativos, enérgicos o tengan algún tipo de significación en el texto. También es común adoptar un punto de vista propio en función de lo que se quiere reflejar; así se hará con más eficacia. El punto de vista puede cambiar según la perspectiva con que el autor decide mirar la obra, desde un objetivismo puro hasta los enfoques más subjetivos. Antes de escribir un retrato de un personaje, el escritor decide qué tono adoptará en él; por ejemplo, un tono serio o un tono burlón. Así se pueden exagerar mucho los rasgos de una persona, con intención satírica o humorística, para que el retrato pase a ser una caricatura. • Si el autor intenta describir la realidad tal como se presenta, nos encontramos ante una descripción realista. Ejemplo: “El gabinete de lectura, que también servía de biblioteca, era estrecho y no muy largo. En medio había una mesa oblonga cubierta de bayeta verde y rodeada de sillones de terciopelo de Utrecht.” La Regenta, Leopoldo Alas, Clarín. • Si el autor selecciona los aspectos positivos de la realidad con el ánimo de ennoblecer lo descrito, hablamos de descripción idealizadora. Esta forma de descripción es frecuente en los panegíricos o discursos en alabanza de una persona. Ejemplo: “Tu aliento es el aliento de las flores, tu voz es de los cisnes la armonía; es tu mirada el esplendor del día y el color de la rosa es tu color.” Rimas, Gustavo Adolfo Bécquer. • Si el autor intenta rebajar lo descrito destacando sus aspectos negativos, la descripción es degradante. Las caricaturas y las sátiras se basan en este tipo de descripción. Ejemplo: “Érase un hombre a una nariz pegado, érase una nariz superlativa, érase una alquitara medio viva, érase un peje espada mal barbado; era un reloj de sol mal encarado, érase un elefante boca arriba, érase una nariz sayón y escriba, un Ovidio Nasón mal narigado. Érase el espolón de una galera, érase una pirámide de Egipto, las doce tribus de narices era; érase un naricísimo infinito frisón archinariz, caratulera, sabañón garrafal, morado y frito.” A un hombre de gran nariz, Francisco de Quevedo. Página 11 de 14 Liceo Humanista Científico Benjamín Vicuña Mackenna Departamento de Lenguaje y Comunicación Profesora: Marcela Embry E. Descripción de personas Hay varias formas de describir a una persona. Según se describan sus rasgos sería una: Prosopografía Es la descripción de los rasgos físicos de la persona, de su apariencia externa. Etopeya Es la descripción de rasgos psicológicos o morales del personaje: su manera de ser, de actuar, su carácter. Retrato Es una descripción combinada en la que se describen las características físicas y morales de la persona. Une la prosopografía y la etopeya. Caricatura Es un tipo de descripción en la que los rasgos físicos y morales de la persona se presentan de manera exagerada, acentuando los defectos. Ordenar la información. El orden espacial En la descripción, los elementos que integran la información pueden aparecer relacionados en el espacio: se sitúan unos al lado de otros, o encima de otros o detrás de otros, o bien constituyen partes de un todo. La información se organiza, pues, en estos casos según un orden espacial, aunque el orden también puede ser lógico o temporal. Antes de hacer una descripción hay que observar, seleccionar y hay que presentarlos en un orden determinado. Se pueden seguir distintos criterios. Por ejemplo: • De dentro afuera (o a la inversa). Ejemplo: “En el interior de la casa, todo estaba a oscuras; fuera, las últimas luces del día permitían aún reconocer la forma de los objetos.” • Del primer plano al fondo, de lo general a lo particular (o a la inversa). Ejemplo: “En el primer plano, se veía a los alumnos, alineados; al fondo estaban los padres.” • De izquierda a derecha (o a la inversa). Ejemplo: “A la izquierda, se amontonaban los seguidores del equipo local; en el lado derecho, los hinchas del equipo visitante.” Ahora aplicarás todos estos conocimientos en un cuento llamado Esa boca de Mario Benedetti: clasifica al narrador, identifica y caracteriza a los personajes, describe el tiempo y el espacio, identifica la focalización y el modo o estilo narrativo. Página 12 de 14 Liceo Humanista Científico Benjamín Vicuña Mackenna Departamento de Lenguaje y Comunicación Profesora: Marcela Embry E. Mario Benedetti (Paso de los Toros, Departamento Uruguay, 14 de septiembre del 1920) de Tacuarembó, ESA BOCA (Montevideanos, 1959) SU ENTUSIASMO POR el circo se venía arrastrando desde tiempo atrás. Dos meses, quizá. Pero cuando siete años son toda la vida y aún se ve el mundo de los mayores como una muchedumbre a través de un vidrio esmerilado, entonces dos meses representan un largo, insondable proceso. Sus hermanos mayores habían ido dos o tres veces e imitaban minuciosamente las graciosas desgracias de los payasos y las contorsiones y equilibrios de los forzudos. También los compañeros de la escuela lo habían visto y se reían con grandes aspavientos al recordar este golpe o aquella pirueta. Sólo que Carlos no sabía que eran exageraciones destinadas a él, a él que no iba al circo porque el padre entendía que era muy impresionable y podía conmoverse demasiado ante el riesgo inútil que corrían los trapecistas. Sin embargo, Carlos sentía algo parecido a un dolor en el pecho siempre que pensaba en los payasos. Cada día se le iba siendo más dificil soportar su curiosidad. Entonces preparó la frase y en el momento oportuno se la dijo al padre: “¿No habría forma de que yo pudiese ir alguna vez al circo?” A los siete años, toda frase larga resulta simpática y el padre se vio obligado primero a sonreír, luego a explicarse: “No quiero que veas a los trapecistas.” En cuanto oyó esto, Carlos se sintió verdaderamente a salvo, porque él no tenía interés en los trapecistas. “¿Y si me fuera cuando empieza ese número?” “Bueno”, contestó el padre, “así, sí”. La madre compró dos entradas y lo llevó el sábado de noche. Apareció una mujer de malla roja que hacía equilibrio sobre un caballo blanco. Él esperaba a los payasos. Aplaudieron. Después salieron unos monos que andaban en bicicleta, pero él esperaba a los payasos. Otra vez aplaudieron Página 13 de 14 Liceo Humanista Científico Benjamín Vicuña Mackenna Departamento de Lenguaje y Comunicación Profesora: Marcela Embry E. y apareció un malabarista. Carlos miraba con los ojos muy abiertos, pero de pronto se encontró bostezando. Aplaudieron de nuevo y salieron — ahora sí— los payasos. Su interés llegó a la máxima tensión. Eran cuatro, dos de ellos enanos. Uno de los grandes hizo una cabriola, de aquellas que imitaba su hermano mayor. Un enano se le metió entre las piernas y el payaso grande le pegó sonoramente en el trasero. Casi todos los espectadores se reían y algunos muchachitos empezaban a festejar el chiste mímico antes aún de que el payaso emprendiera su gesto. Los dos enanos se trenzaron en la milésima versión de una pelea absurda, mientras el menos cómico de los otros dos los alentaba para que se pegasen. Entonces el segundo payaso grande, que era sin lugar a dudas el más cómico, se acercó a la baranda que limitaba la pista, y Carlos lo vio junto a él, tan cerca que pudo distinguir la boca cansada del hombre bajo la risa pintada y fija del payaso. Por un instante el pobre diablo vio aquella carita asombrada y le sonrió, de modo imperceptible, con sus labios verdaderos. Pero los otros tres habían concluido y el payaso más cómico se unió a los demás en los porrazos y saltos finales, y todos aplaudieron, aun la madre de Carlos. Y como después venían los trapecistas, de acuerdo a lo convenidó la madre lo tomó de un brazo y salieron a la calle. Ahora sí había visto el circo, como sus hermanos y los compañeros del colegio. Sentía el pecho vacío y no le importaba qué iba a decir mañana. Serían las once de la noche, pero la madre sospechaba algo y lo introdujo en la zona de luz de una vidriera. Le pasó despacio, como si no lo creyera, una mano por los ojos, y después le preguntó si estaba llorando. Él no dijo nada. “¿Es por los trapecistas? ¿Tenías ganas de verlos?” Ya era demasiado. A él no le interesaban los trapecistas. Sólo para destruir el malentendido, explicó que lloraba porque los payasos no le hacían reír. (1955) Página 14 de 14