tipos de narradores. - Liceo Benjamín Vicuña Mackenna

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Liceo Humanista Científico
Benjamín Vicuña Mackenna
Departamento de Lenguaje y Comunicación
Profesora: Marcela Embry E.
ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LA OBRA NARRATIVA. GUÍA
DE ESTUDIO.
TIPOS DE NARRADORES.
Los textos narrativos pueden contar con dos formas de representación: el cuento o la novela,
dependiendo de su extensión, de la cantidad de personajes, del tratamiento que se le da a la o las tramas,
entre otras cosas. También son parte del género narrativo las fábulas, las leyendas, los mitos, las
epopeyas, los cantares de gesta, etc. Es importante destacar que siempre los hechos que se presentan
están relatados por un narrador.
Si el narrador forma parte de la historia e interviene en los sucesos, se trata de un narrador homodiegético
(homo: igual; diégesis: historia).
Tipos de narradores
El narrador puede ser protagonista, testigo o personaje.
• El narrador protagonista: cuenta los hechos en primera persona y generalmente cuenta su propia
historia.
“Ese domingo, frente al arco, miré al arquero a los ojos. Miré a mis compañeros. Pensé en mi familia y en
mis pichangas de infancia. Si anotaba ese penal, se cumpliría el sueño de mi vida. Y así fue. Disparé mi
zurda infalible en el costado del arco. Éramos campeones.”
• El narrador testigo también narra en primera persona, pero asume un rol de espectador de los hechos
que le ocurren a otras personas.
“Sentados en las tribunas del estadio, podíamos sentir la tensión de los 22 jugadores en la cancha mientras
nuestro campeón, se preparaba para anotar ese penal decisivo bajo la atenta mirada de sus compañeros.
Anotó justo en uno de los ángulos del arco, y el estadio se vino abajo. Éramos los campeones”.
• El narrador personaje es un personaje secundario que narra lo que le acontece al personaje principal o
protagonista, pero participa de la acción, no como el narrador testigo. Aunque no es el centro de esa
acción.
“Cuando el DT le pidió a Iván que dispara el penal, nos asustamos un poco, últimamente su zurda le había
fallado. Abrazados rezábamos para que le achuntara. No quise mirar, y cuando abrí los ojos, todos corrían
hacia Iván para llevarlo en andas. Iván era nuestro héroe.”
Cuando el narrador no forma parte del relato y cuenta los hechos desde fuera, se trata de un narrador
heterodiegético: relata los hechos en tercera persona gramatical.
“Ese domingo, frente al arco, Iván miró al arquero a los ojos. Se dio vuelta y miró por última vez a sus
compañeros.”
Además, suele tener mayor objetividad y distancia cuando narra los acontecimientos.
• El narrador heterodiegético puede ser omnisciente, como una especie de dios que sabe todo lo que
sucede, y lo que piensan los personajes.
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“Antes de anotar, Iván recordó a su familia y sus pichangas de infancia. Sabía que si anotaba ese penal, se
cumpliría el sueño de su vida. Podrían vender su pase a un equipo europeo. Y así fue. Con una zurda
reventó en el ángulo izquierdo del arco. Por primera vez su equipo era campeón nacional.”
• Otro tipo de narrador heterodiegético es el narrador de conocimiento relativo u objetivo. Aquí, como si
fuere una cámara de televisión registra sólo lo que pasa a nivel externo del universo representado. Este
narrador da datos concretos, describe las acciones de los personajes. No se mete ni con los pensamientos,
ni con los sentimientos de los personajes.
“Ese domingo, frente al arco, Iván miró al arquero a los ojos. Se dio vuelta y miró por última vez a sus
compañeros. Antes de anotar, se detuvo y observó el pasto por un segundo. Con una zurda reventó en el
ángulo izquierdo del arco. Los espectadores saltaban cantando sin cesar. Por primera vez su equipo era
campeón nacional.”
ESTILOS NARRATIVOS.
Los narradores ocupan estilos narrativos para presentar los hechos y lo que dicen los personajes.
El estilo directo da la ilusión de la objetividad, y busca transmitir información de una manera neutral. El
narrador le cede la palabra al personaje para que diga lo que siente de su propia boca. Ejemplo: Juan dijo
“tengo frío. Mozo, ¿me trae un café?”
El estilo indirecto es el que usa el narrador cuando con sus propias palabras nos reproducen la voz de los
personajes, esto es, cuando de una manera u otra, nos resume sus palabras o pensamientos. En otras
palabras habla el narrador.
Ejemplo: Juan dijo que tenía frío y le pidió al mozo un café.
El estilo indirecto libre: se trata de un estilo más complejo porque combina los dos estilos anteriores, el
directo y el indirecto. Se usa generalmente la tercera persona gramatical, y se expresa a través de verbos
conjugados en imperfecto, pluscuamperfectos o condicionales. Ejemplo: “Juan se acercó a la cafetería.
¿Venderían allí ese café que tanto le gustaba?”
LOS PERSONAJES
Según su grado de participación en la historia, los
personajes se clasifican en principales, secundarios e
incidentales. A continuación, analizaremos cada uno de
ellos.
Principales
.
Son aquellos que concentran la mayor atención,
porque
participan
directamente
en
los
acontecimientos que se narran. Es decir, la narración
se trata de lo que les ocurre a ellos o de lo que ellos
mismos realizan. Si este tipo de personajes no estuviera, la historia desaparecería;
no le sucedería nada a nadie. Entre los personajes principales suele haber uno que
es el central, el más importante de todos: es el protagonista.
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Secundarios
Son quienes no están involucrados directamente en la historia que se cuenta,
sino que tienen una participación menor. No es que no tengan importancia; también
intervienen en los hechos, pero no tanto ni tan seguido como los personajes
principales.
A pesar de esto, no podemos decir que no sean relevantes en la narración, puesto
que aunque su participación no es fundamental, siempre hay una razón para que
ellos estén ahí.
En este sentido, podemos afirmar que la obra narrativa es como un rompecabezas
en que cada pieza encaja perfectamente con las demás. Es así como si faltara una
pieza muy pequeña, el rompecabezas no estaría completo, y no podríamos armar la
historia.
Incidentales
También se les llama personajes episódicos. Son aquellos que aparecen en la
historia solo en una oportunidad, para algo específico. Esto puede ser entregar un
dato, hacer una pregunta, o simplemente observar una situación.
Ahora bien, hay ocasiones en que los personajes incidentales juegan un papel clave
para el desarrollo de la narración. Por ejemplo, imaginemos lo que sucedería si un
día cualquiera, cuando vamos caminado por la calle, pasa un desconocido y nos
pone en las manos un maletín repleto de dinero. ¿No cambiaría la historia de
nuestras vidas?
La presencia fugaz de una sola persona puede -a veces- producir estos cambios. De
todos modos, esto sucede en raras ocasiones; hay muchas narraciones que ni
siquiera poseen personajes incidentales.
Los personajes son vitales en todo texto narrativo. A
través de ellos pueden relatarse los hechos que ocurren
en un cuento, una novela, o cualquier otro texto
similar.
El personaje está estrechamente ligado a los hechos y
otros elementos que conforman la historia, como
también a los otros personajes que lo rodean.
Podemos clasificar a los personajes en :
1.
Principales: a través de ellos se desarrolla la acción principal.
2. Secundarios: participan solo indirectamente de la acción principal.
2.
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Dentro de los personajes principales de un cuento o narración podemos
identificar: protagonistas y antagonistas. Estos no siempre tienen que ser seres
humanos. También pueden ser seres fantásticos o fuerzas de la naturaleza.
Protagonista es el o los personajes más Antagonista es el o los personajes que se
importantes del relato, que tienen una misión oponen a los propósitos del protagonista,
que cumplir y tras la cual obtienen sabiduría impidiendo que cumpla sus planes.
y, a veces, una recompensa.
El espacio y el tiempo en la Narración
El espacio y el tiempo en la narración
1.- El espacio
Corresponde a el lugar o los lugares donde transcurren los acontecimientos en un tiempo
determinado. No obstante, el espacio narrativo no sólo abarca los lugares físicos en los que
transcurre la acción, sino que, también, la atmósfera espiritual que se crea en la obra y el ámbito
social en que se desenvuelven los acontecimientos.
Espacio físico o escenario
Es el lugar o los lugares concretos y determinados donde ocurren los hechos. Puede ser un
espacio abierto: natural, urbano, rural, marítimo, etc., o por el contrario, un espacio cerrado: el
interior de una casa, un cine, un bar, una escuela, etc. Este tipo de escenario se presenta
mediante pasajes descriptivos, en los cuales, se detiene la acción narrativa.
Ejemplo:
“Lo que estaba delante de mí era un recibidor alumbrado por la única y débil bombilla que
quedaba sujeta a uno de los brazos de la lámpara, magnífica y sucia de telarañas, que colgaba
del techo. Un fondo oscuro de muebles colocados unos sobre otros como en las mudanzas”.
(Carmen Laforet, Nada, fragmento)
Espacio psicológico
Es la atmósfera espiritual que envuelve a los personajes y a toda la acción, según los conflictos
que se planteen: amor, violencia, odio, venganza, desilusión, soledad, etc. Por ejemplo, un clima
de soledad e incomunicación condiciona el comportamiento de los personajes y define las
características del acontecer.
La observación del espacio sicológico o atmósfera que presenta una obra determinada, nos
permite apreciar cabalmente el extraordinario poder que posee la palabra literaria.
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Ejemplo:
“En toda aquella escena había algo angustioso, y en el piso un calor sofocante como si el aire
estuviera estancado y podrido”.
(Carmen Laforet, Nada, fragmento)
Espacio social
Se refiere al entorno cultural, religioso, económico, moral o social en el que se desarrolla la
acción narrada. Los personajes tienen un nivel intelectual, cultural; pertenecen o se agrupan en
sectores sociales y manifiestan determinadas ideas religiosas o políticas.
Ejemplo:
“La familia de don Dámaso Encina era noble en Santiago por derecho pecunario y, como tal,
gozaba de los miramientos sociales (…). Se distinguía por el gusto hacia el lujo, que por
entonces principiaba a apoderarse de nuestra sociedad y aumentaba su prestigio con la solidez
del crédito de don Dámaso, que tenía por principal negocio el de la usura en gran escala, tan
común entre los capitalistas chilenos”.
(Alberto Blest Gana, Martín Rivas, fragmento)
2.- El tiempo
El tiempo adquiere un valor diferente, según se trate de un relato real o imaginario, ya sea
realista o fantástico. El tiempo puede referirse a un hecho histórico, al origen en que se cuentan
los hechos o bien al tiempo real del lector. El tiempo ficticio es diferente al tiempo real.
El tiempo de la historia
Corresponde a la presentación en un orden lógico y causal de los acontecimientos del relato, en
otras palabras, se refiere a la sucesión lineal de los acontecimientos tal como se encadenan en la
realidad. Asimismo, se utiliza el término fabula para referirse a esta reproducción cronológica y
ordenada de los hechos en el texto narrativo.
Tiempo del relato
Es la disposición estética del acontecer en la narración. El narrador dispone arbitrariamente el
orden de los acontecimientos. El narrador organización estética de el tiempo de la historia,
instaurando una temporalidad artística. De esta forma, encontramos una serie de técnicas que
permiten ordenar estéticamente el relato, las que veremos posteriormente.
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El tiempo referencial histórico
Se refiere al tiempo real en que se ubican los hechos narrados. Por ejemplo, en el poema del
Cid, sería el siglo XII; época medieval de la monarquía. Por otra parte podría aludir al tiempo
del escritor, es decir, al contexto social y cultural en que se produjo la obra.
Disposición de los acontecimientos
Se refiere a las alteraciones en la temporalidad de la narración, en otras palabras, nos referimos
al tiempo del relato y las técnicas que permiten una presentación estética de los
acontecimientos. De esta forma, aparece la anacronía que es una ruptura temporal en la
narración y aparece cuando el relato se detiene instantáneamente y se introduce un hecho nuevo
con una cronología distinta a la que exige la lógica causa – efecto.
Existen dos formas de anacronía:
Analepsis: Es una retrospección. Se vuelve al pasado y se relata un hecho anterior al tiempo del
acontecimiento principal.
Prolepsis: llamada también prospección o anticipación, alude a la mirada del narrador hacia el
futuro, es decir, se narra un hecho que ocurrirá después del tiempo del relato.
A continuación se presenta un esquema con las técnicas referidas a las alteraciones temporales:
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Finalmente, los hechos podrían seguir un orden cronológico o un desarrollo lineal, pues se
quiere privilegiar el desenlace y la relación causa – efecto de los acontecimientos, esto es lo
que se conoce por Ab Ovo que significa 'desde el huevo'. Por otro lado, si un relato comienza
por un hecho ubicado en la mitad de la historia para luego retroceder, se denomina In media
res que significa 'en la mitad de las cosas'. Por el contrario, si el interés está centrado en el
acontecer, se podría empezar por el desenlace In extrema res que significa 'en el final de las
cosas'.
Focalización
La Focalización es un término del análisis de la escritura narrativa, postulado por
Gérard Genette. Corresponde al grado de información que el narrador posee respecto a
los sucesos de una historia. Es el registro del "saber" de la voz narrativa. Existen
diferentes grados de focalización, que a su vez se corresponden con los tipos de
narrador.
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Tipos de focalización
focalizacion cero
El grado de conocimiento de la voz narrativa es alto En este caso el narrador es capaz de
expresar la interioridad de los personajes (pensamiento, sentir, sueños, etc.) y conoce
por completo el pasado, presente y futuro de los acontecimientos de la narración. A esta
categoría pertenece el narrador heterodiegético omnisciente.
Focalización Interna
El grado de conocimiento de la voz narrativa es parcial o limitado. En este caso la
narración se genera desde el punto de vista de algún personaje, por lo que los hechos
son contados desde su propia experiencia. A esta categoría pertenecen los narradores
homodiegético protagonista y testigo. Si el texto es narrado varias veces, desde distintos
puntos de vista, (Por ejemplo, "Rosaura a las diez" de Marco Denevi), la focalización es
interna múltiple. puede ser fija,variable o múltiple.
Focalización Externa
El grado de conocimiento de la voz narrativa es menor al de los personajes. En este caso
el narrador no es capaz de acceder a la interioridad de los personajes, por lo que los
hechos son contados de una manera "objetiva", o ajena a todo punto de vista. El
narrador sólo describe lo que ve y oye (sin pertenecer a la historia), análogo a una
cámara de vídeo. A esta categoría pertenecen los narradores heterodiegéticos
equisciente y deficiente.
La descripción
Describir un ser o un objeto es presentarlo por medio de las palabras, de forma que el
receptor pueda hacerse una idea precisa de cómo es; es decir, consiste en presentar las
partes o los rasgos característicos de seres, lugares, ambientes, objetos, sentimientos o
fenómenos. Por tanto, la realización de una descripción exige seguir una serie de pasos
o fases, entre los que destacan los siguientes.
1. La observación minuciosa del objeto que se va a describir.
2. La selección de los rasgos característicos que distinguen a ese objeto: su forma, su color,
su tamaño, sus constituyentes…
3. La disposición de los elementos seleccionados: de arriba abajo, de derecha a izquierda, de
lo anterior a lo posterior…
4. La redacción de la descripción, siempre de acuerdo con los objetivos que se busquen:
exactitud, expresividad…
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Recursos de la descripción
Para realizar una descripción, contamos con diversos recursos de carácter lingüístico.
Estos son los principales:
•
•
•
•
•
La adjetivación. Los adjetivos expresan las cualidades o estados de los objetos a que se
refieren. Ejemplo: “Era Yurrumendi un hombre enorme, con la espalda ancha, el
abdomen abultado, las manos grandísimas… “
Las imágenes, por ejemplo: Luis es una ardilla. Celia es un verdadero ciclón.
Las comparaciones o las metáforas. Para presentar gráficamente el objeto, se
emplean comparaciones o metáforas, que sugieren nuevos aspectos de la realidad
descrita. Ejemplo: “… una chaqueta de paño negra, fuerte, que debía de estar
calafateada como una gabarra. “; “La chimenea ofrecía un aspecto siniestro, como
una boca enorme y hambrienta incrustada en la pared.” Al comparar podemos utilizar
dos tipos de rasgos:
Los rasgos diferenciales de cada objeto. Son las características que distinguen a unos
objetos de otros.
Los rasgos comunes a las cosas que comparamos. Son las características que hacen
que podamos agrupar a los seres en clases.
Para comparar hay que tener en cuenta lo siguiente:
•
•
•
Se deben comparar variables análogas. Al comparar objetos podemos observar el
tamaño, la forma, la materia, el precio, la procedencia…
Se deben indicar las semejanzas y las diferencias.
Se deben ordenar la comparación. Primero las semejanzas y después las diferencias o
al contrario.
Tipos de descripción
Hay distintos tipos de descripción y cada uno de ellos presenta unos requisitos
peculiares:
-
La descripción técnica, por ejemplo, se caracteriza por su precisión, claridad y
objetividad.
En la descripción literaria, en cambio, pueden ser más importantes la
expresividad o la capacidad de evocar determinados sentimientos.
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Según los rasgos de la realidad que el emisor seleccione, la descripción puede ser:
•
La descripción exhaustiva refleja de forma detallada y meticulosa todos los rasgos de
la realidad que se quiere representar, mostrándola a veces desde puntos de vista
distintos. Esta forma de descripción es propia de los textos científicos y técnicos.
Ejemplo: albaricoque [...] Fruta parecida al melocotón, pero de menor tamaño, con piel
de color amarillento y de superficie lisa, pulpa dulce y aromática y semilla en forma de
hueso acorazonado del que se extrae un aceite semejante al de las almendras.
•
La descripción selectiva presenta solo los rasgos más significativos o expresivos de la
realidad descrita. Ejemplo: “Asomaban los albaricoques entre el follaje como rosadas
mejillas de niño”.
Según el tratamiento que el emisor dé a la realidad que describe, la descripción puede
ser:
•
La descripción estática presenta una realidad fija, estable. Ejemplo:
España es abondada de mieses, deleitosa de fructas, viciosa de pescados, sabrosa de
leche et de todas las cosas que se della facen; llena de venados et de caça, cubierta de
ganados, loçana de caballos, provechosa de mulos, segura et abatida de castiellos,
alegre por buenos vinos, folgada de abondamiento de pan; rica en metales, de plomo,
de estaño, de argent vivo, de fierro, de arambre, de plata, de oro, de piedras preciosas,
de toda manera de piedra de mármol, de sales de mar et de salinas de tierra de sal en
peñas, et dotros mineros muchos.
Crónica general de España, Alfonso X El
Sabio.
•
La descripción dinámica presenta una realidad cambiante.
Ejemplo: “Entonces, empujando una gruesa línea de nubes plomizas que negreaba en el
horizonte, un viento frío y húmedo empezó a soplar desde el este”. El capitán
Alatriste, Arturo Pérez Reverte.
Según la intención comunicativa del emisor, su punto de vista, la descripción puede
ser:
•
La descripción objetiva es propia de los textos científicos y técnicos. Tiene una
finalidad informativa: pretende mostrar la realidad tal como es. En ella, el emisor se
limita a reflejar lo que ve de una manera minuciosa y precisa, sin manifestar sus
propios sentimientos o emociones. Este tipo de descripción utiliza un lenguaje objetivo
y riguroso. Ejemplo: “El refranero es un libro en el que se recogen refranes, máximas,
aforismos, etc.”
•
La descripción subjetiva es propia de los textos literarios. Tiene una finalidad estética.
El emisor no se preocupa tanto de reflejar la realidad como de dar cuenta de los
efectos que esa realidad produce en su ánimo; por eso, la descripción pierde en
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•
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minuciosidad y exactitud y se llena de valoraciones personales que transmiten al
receptor las emociones y sentimientos de quien hace la descripción. Ejemplo: “Hay en
ella un sosiego, una paz exterior, que puede provenir de frialdad de espíritu y de
corazón, de estar muy sobre sí y de calcularlo todo, sintiendo poco o nada, y pudiera
provenir también de otras prendas que hubiera en su alma; de la tranquilidad de su
conciencia, de la pureza de sus aspiraciones y del pensamiento de cumplir en esta vida
con los deberes que la sociedad impone, fijando la mente, como término, en
esperanzas más altas.”
Pepita Jiménez, Juan Valera.
Los tonos de la descripción
La descripción tiene que ser viva y estar próxima a la realidad. Para ello hay que
observar el mayor número de detalles posible y destacar los que llamen más la atención
en el receptor, porque sean llamativos, enérgicos o tengan algún tipo de significación en
el texto. También es común adoptar un punto de vista propio en función de lo que se
quiere reflejar; así se hará con más eficacia. El punto de vista puede cambiar según la
perspectiva con que el autor decide mirar la obra, desde un objetivismo puro hasta los
enfoques más subjetivos. Antes de escribir un retrato de un personaje, el escritor decide
qué tono adoptará en él; por ejemplo, un tono serio o un tono burlón. Así se pueden
exagerar mucho los rasgos de una persona, con intención satírica o humorística, para
que el retrato pase a ser una caricatura.
•
Si el autor intenta describir la realidad tal como se presenta, nos encontramos ante una
descripción realista. Ejemplo: “El gabinete de lectura, que también servía de biblioteca, era
estrecho y no muy largo. En medio había una mesa oblonga cubierta de bayeta verde y
rodeada de sillones de terciopelo de Utrecht.”
La Regenta, Leopoldo Alas, Clarín.
•
Si el autor selecciona los aspectos positivos de la realidad con el ánimo de ennoblecer lo
descrito, hablamos de descripción idealizadora. Esta forma de descripción es frecuente en
los panegíricos o discursos en alabanza de una persona. Ejemplo:
“Tu aliento es el aliento de las flores, tu voz es de los cisnes la armonía; es tu mirada el
esplendor del día y el color de la rosa es tu color.”
Rimas, Gustavo
Adolfo Bécquer.
•
Si el autor intenta rebajar lo descrito destacando sus aspectos negativos, la descripción es
degradante. Las caricaturas y las sátiras se basan en este tipo de descripción. Ejemplo:
“Érase un hombre a una nariz pegado, érase una nariz superlativa, érase una alquitara
medio viva, érase un peje espada mal barbado; era un reloj de sol mal encarado, érase
un elefante boca arriba, érase una nariz sayón y escriba, un Ovidio Nasón mal
narigado.
Érase el espolón de una galera, érase una pirámide de Egipto, las doce tribus de
narices era; érase un naricísimo infinito frisón archinariz, caratulera, sabañón
garrafal, morado y frito.” A un hombre de gran nariz, Francisco de Quevedo.
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Descripción de personas
Hay varias formas de describir a una persona. Según se describan sus rasgos sería una:
Prosopografía
Es la descripción de los rasgos físicos de la persona, de su apariencia
externa.
Etopeya
Es la descripción de rasgos psicológicos o morales del personaje: su
manera de ser, de actuar, su carácter.
Retrato
Es una descripción combinada en la que se describen las características
físicas y morales de la persona. Une la prosopografía y la etopeya.
Caricatura
Es un tipo de descripción en la que los rasgos físicos y morales de la
persona se presentan de manera exagerada, acentuando los defectos.
Ordenar la información. El orden espacial
En la descripción, los elementos que integran la información pueden aparecer
relacionados en el espacio: se sitúan unos al lado de otros, o encima de otros o detrás de
otros, o bien constituyen partes de un todo. La información se organiza, pues, en estos
casos según un orden espacial, aunque el orden también puede ser lógico o temporal.
Antes de hacer una descripción hay que observar, seleccionar y hay que presentarlos
en un orden determinado. Se pueden seguir distintos criterios. Por ejemplo:
•
De dentro afuera (o a la inversa). Ejemplo: “En el interior de la casa, todo estaba a
oscuras; fuera, las últimas luces del día permitían aún reconocer la forma de los
objetos.”
•
Del primer plano al fondo, de lo general a lo particular (o a la inversa). Ejemplo: “En el
primer plano, se veía a los alumnos, alineados; al fondo estaban los padres.”
•
De izquierda a derecha (o a la inversa). Ejemplo: “A la izquierda, se amontonaban los
seguidores del equipo local; en el lado derecho, los hinchas del equipo visitante.”
Ahora aplicarás todos estos conocimientos en un cuento llamado Esa boca de Mario
Benedetti: clasifica al narrador, identifica y caracteriza a los personajes, describe el tiempo y el
espacio, identifica la focalización y el modo o estilo narrativo.
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Mario Benedetti
(Paso
de
los
Toros,
Departamento
Uruguay, 14 de septiembre del 1920)
de
Tacuarembó,
ESA BOCA
(Montevideanos, 1959)
SU
ENTUSIASMO POR
el circo se venía arrastrando desde tiempo atrás.
Dos meses, quizá. Pero cuando siete años son toda la vida y aún se ve el
mundo de los mayores como una muchedumbre a través de un vidrio
esmerilado, entonces dos meses representan un largo, insondable proceso.
Sus hermanos mayores habían ido dos o tres veces e imitaban
minuciosamente las graciosas desgracias de los payasos y las contorsiones
y equilibrios de los forzudos. También los compañeros de la escuela lo
habían visto y se reían con grandes aspavientos al recordar este golpe o
aquella pirueta. Sólo que Carlos no sabía que eran exageraciones
destinadas a él, a él que no iba al circo porque el padre entendía que era
muy impresionable y podía conmoverse demasiado ante el riesgo inútil
que corrían los trapecistas. Sin embargo, Carlos sentía algo parecido a un
dolor en el pecho siempre que pensaba en los payasos. Cada día se le iba
siendo más dificil soportar su curiosidad.
Entonces preparó la frase y en el momento oportuno se la dijo al
padre: “¿No habría forma de que yo pudiese ir alguna vez al circo?” A los
siete años, toda frase larga resulta simpática y el padre se vio obligado
primero a sonreír, luego a explicarse: “No quiero que veas a los
trapecistas.” En cuanto oyó esto, Carlos se sintió verdaderamente a salvo,
porque él no tenía interés en los trapecistas. “¿Y si me fuera cuando
empieza ese número?” “Bueno”, contestó el padre, “así, sí”.
La madre compró dos entradas y lo llevó el sábado de noche. Apareció
una mujer de malla roja que hacía equilibrio sobre un caballo blanco. Él
esperaba a los payasos. Aplaudieron. Después salieron unos monos que
andaban en bicicleta, pero él esperaba a los payasos. Otra vez aplaudieron
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y apareció un malabarista. Carlos miraba con los ojos muy abiertos, pero
de pronto se encontró bostezando. Aplaudieron de nuevo y salieron —
ahora sí— los payasos.
Su interés llegó a la máxima tensión. Eran cuatro, dos de ellos enanos.
Uno de los grandes hizo una cabriola, de aquellas que imitaba su hermano
mayor. Un enano se le metió entre las piernas y el payaso grande le pegó
sonoramente en el trasero. Casi todos los espectadores se reían y algunos
muchachitos empezaban a festejar el chiste mímico antes aún de que el
payaso emprendiera su gesto. Los dos enanos se trenzaron en la milésima
versión de una pelea absurda, mientras el menos cómico de los otros dos
los alentaba para que se pegasen. Entonces el segundo payaso grande, que
era sin lugar a dudas el más cómico, se acercó a la baranda que limitaba la
pista, y Carlos lo vio junto a él, tan cerca que pudo distinguir la boca
cansada del hombre bajo la risa pintada y fija del payaso. Por un instante
el pobre diablo vio aquella carita asombrada y le sonrió, de modo
imperceptible, con sus labios verdaderos. Pero los otros tres habían
concluido y el payaso más cómico se unió a los demás en los porrazos y
saltos finales, y todos aplaudieron, aun la madre de Carlos.
Y como después venían los trapecistas, de acuerdo a lo convenidó la
madre lo tomó de un brazo y salieron a la calle. Ahora sí había visto el
circo, como sus hermanos y los compañeros del colegio. Sentía el pecho
vacío y no le importaba qué iba a decir mañana. Serían las once de la
noche, pero la madre sospechaba algo y lo introdujo en la zona de luz de
una vidriera. Le pasó despacio, como si no lo creyera, una mano por los
ojos, y después le preguntó si estaba llorando. Él no dijo nada. “¿Es por los
trapecistas? ¿Tenías ganas de verlos?”
Ya era demasiado. A él no le interesaban los trapecistas. Sólo para
destruir el malentendido, explicó que lloraba porque los payasos no le
hacían reír. (1955)
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