© Marlene Bergamo/Folha Imagem ABUSO, INTIMIDACIÓN Y VIOLACIÓN LA EXPERIENCIA DE LA VIOLENCIA URBANA PARA LAS MUJERES DE BRASIL Amnistía Internacional lleva muchos años documentando la violencia de la policía en Brasil, que incluye amenazas, palizas y ejecuciones extrajudiciales. Aunque esta violencia va dirigida en gran medida hacia los hombres, las mujeres y las niñas corren especial peligro de sufrir ciertos tipos de violencia e intimidación. En operaciones policiales violentas y discriminatorias las mujeres son cacheadas ilegalmente por oficiales varones, soportan un lenguaje abusivo y discriminatorio y son intimidadas, especialmente cuando tratan de intervenir para proteger a un familiar. Agentes corruptos actúan impunemente en las comunidades excluidas, amenazando a las mujeres que tratan de sacar a la luz injusticias. Las mujeres y las niñas también son víctimas de abusos sexuales por parte de la policía. El 16 de enero de 2007, agentes de la policía militar dieron el alto a un adolescente y una chica de 14 años cerca de un punto de venta de drogas en la comunidad de Jardim Elba, en Sapopemba. Según la denuncia que los jóvenes formularon ante una ONG local de derechos humanos, los llevaron al patio de una escuela cercana y los golpearon con palos. Después los llevaron al patio de recreo de la escuela, donde uno de los agentes abusó sexualmente de la chica. El caso fue asumido por el Centro de Defensa de los Derechos Humanos de Sapopemba, que denunció a los agentes de policía implicados. En septiembre, el agente acusado de abusar sexualmente de la chica detuvo a ésta por presunto tráfico de drogas. La muchacha pasó dos semanas detenida y quedó en libertad cuando el fiscal halló que los cargos eran infundados. Sin embargo, la chica ha dijo a Amnistía Internacional que sigue recibiendo amenazas de muerte de los agentes acusados de abusar de ella. Aunque son un pequeño porcentaje de la población carcelaria de Brasil, cada vez son más las mujeres encarceladas, especialmente por delitos relacionados con las drogas. Utilizadas como «mulas» o como señuelo por las bandas de narcotraficantes, tanto los delincuentes como los policías corruptos las consideran desechables. Una vez atrapadas en el sistema de justicia penal, corren peligro de sufrir formas específicas de violencia y violaciones de derechos humanos. El sistema penitenciario no satisface las necesidades específicas de las mujeres detenidas. En mayo de 2006, Amnistía Internacional visitó la Colonia Penal Feminina de Recife, Pernambuco. La delegación vio a dos bebés, uno de ellos de sólo 13 días, en una celda insalubre y atestada, y oyó denuncias de palizas y torturas. Según los informes, en otras partes de Brasil hay casos de mujeres víctimas de abusos sexuales a manos de funcionarios penitenciarios. El sistema de justicia penal del Estado está claramente incumpliendo sus obligaciones a la hora de cubrir las necesidades específicas de las mujeres. Tratadas con brutalidad por la policía y maltratadas bajo custodia, las mujeres siguen sufriendo abusos sistemáticos contra sus derechos humanos. Sobre todo, el Estado no les ofrece una forma segura y fiable de denunciar violaciones de derechos humanos, a consecuencia de lo cual los responsables gozan de una impunidad generalizada, que consolida aún más la constante de violaciones de derechos humanos. En el momento de redactar este informe, el gobierno federal ha presentado un plan para combatir de raíz la violencia delictiva (el plan PRONASCI). Tras muchas promesas vacías, se espera que el plan indique por fin el reconocimiento por parte de las autoridades de que es preciso hacer algo para resolver los problemas que están costándole a Brasil generaciones enteras de jóvenes. Si desean más información, consulten el informe de Amnistía Internacional Nosotras recogemos los platos rotos: La experiencia de la violencia urbana para las mujeres de Brasil (AMR 19/001/2008). Las mujeres brasileñas son desde hace mucho tiempo las víctimas ocultas de un sistema de justicia que se desmorona. Las mujeres de comunidades excluidas sufren violencia e intimidación a manos de la policía. Cada vez es mayor el número de mujeres encarceladas, que sufren hacinamiento endémico, condiciones crueles, inhumanas o degradantes y, en algunos casos, abuso sexual y violación. © Genna Naccache Mujeres en la cárcel Talavera Bruce de Río de Janeiro, 2005. ¡ACTÚA YA! Escribe a las autoridades brasileñas pidiéndoles que: 1. Se aseguren de que se toman medidas para investigar sin demora todos los casos de presuntas violaciones de derechos humanos a manos de funcionarios, incluidos agentes de policía, para proteger a las víctimas y los testigos y para poner a disposición judicial a los responsables. © Ricardo Moraes/AP /PA Photo Protesta contra la policía durante una de las grandes operaciones policiales en el Complexo do Alemão, Río de Janeiro, junio de 2007. Al menos 19 personas murieron a causa de disparos de la policía durante esta operación. Imagen de cubierta: L., de 15 años, camina junto a un agente de policía tras quedar en libertad. L., de 15 años, fue detenida por la policía el 21 de octubre de 2007 en la ciudad de Abaetetuba, en el estado de Pará, por robar presuntamente un teléfono móvil. Una agente de policía la metió en el calabozo junto con entre 20 y 30 hombres. La mantuvieron allí 24 días. Según los informes, durante ese tiempo la violaron entre cinco y seis veces diarias. Según los informes, los demás detenidos le quitaban la comida y sólo se la devolvían a cambio de sexo y cuando trataba de protestar la quemaban con cigarros y mecheros. Cuando algunos de los detenidos se quejaron a los agentes de policía de que como era una chica deberían sacarla de la celda, los agentes le cortaron el pelo para ocultar que lo era. Durante su detención, L. compareció ante una jueza que no la sacó de la celda. En ningún momento se informó a su familia de la detención, a pesar de que así lo exige la ley por tratarse de una menor. Tras quedar en libertad, L. dijo que los agentes la habían amenazado de muerte si no se iba de la zona. Fue sacada del estado bajo protección. Según los informes, a su familia también la amenazaron y posteriormente también la incluyeron en el programa de protección de testigos. 2. Identifiquen, creen, pongan en práctica y vigilen proyectos en aplicación del plan PRONASCI para que cubran las necesidades específicas de las mujeres, especialmente de las que viven en comunidades socialmente excluidas, a fin de que éstas puedan vivir su vida, garantizando su derecho a que se les proporcione una seguridad real y basada en los derechos humanos. 3. Inicien de inmediato una revisión de la situación de las mujeres y niñas que se encuentran en el sistema penitenciario y, en colaboración con la sociedad civil, establezcan un plan oportuno y con objetivos claros para abordar todas sus necesidades específicas, en especial velando por que estén a salvo de violaciones de los derechos humanos, incluidos abusos sexuales y violación, y garantizándoles un acceso adecuado a la atención de la salud. access to health care. Ministro de Justicia Exmo. Ministro da Justiça Sr. Tarso Genro Esplanada dos Ministérios, Bloco “T” 70.712-902 Brasília/DF – Brasil Fax: + 55 61 3322 6817 Secretaría Especial de Derechos Humanos Secretaria Especial de Direitos Humanos Exmo. Secretário Especial Sr. Paulo de Tarso Vannuchi Esplanada dos Ministérios – Bloco “T” – 4º andar 70.064-900 – Brasília/DF – Brasil Fax: + 55 61 3226 7980 Amnistía Internacional es un movimiento integrado por 2,2 millones de miembros y simpatizantes de más de 150 países y territorios de todo el mundo que trabajan en favor de los derechos humanos. La visión de Amnistía Internacional es la de un mundo en el que todas las personas disfrutan de todos los derechos humanos proclamados en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en otras normas internacionales de derechos humanos. Amnistía Internacional es independiente de todo gobierno, ideología política, interés económico y credo religioso. La financiación del movimiento se sustenta, en gran medida, en la generosidad de aquellas personas que contribuyen en todo el mundo con sus cuotas de afiliación o sus donaciones. Abril de 2008 Índice AI: AMR 19/004/2008 Amnistía Internacional, Secretariado Internacional, Peter Benenson House, 1 Easton Street, London WC1X 0DW, Reino Unido www.amnesty.org Edición española a cargo de: EDITORIAL AMNISTÍA INTERNACIONAL (EDAI) Valderribas, 13. 28007 Madrid. España www.amnesty.org/es