PROGRAMA REGIONAL ANDINO “DERECHOS FUNDAMENTALES Y JUSTICIA” COMPONENTE ACCESO A LA JUSTICIA CURSO VIRTUAL “PLURALISMO JURÍDICO, INTERCULTURALIDAD Y ACCESO A LA JUSTICIA” PRIMERA FASE ENSAYO FINAL BOLIVIA EN EL PLURALISMO JURÍDICO: HACIA UNA JUSTICIA PLURAL Patricia Serrudo Santelices. JULIO, 2010 1. Consideraciones preliminares El objeto de las siguientes líneas es presentar la construcción del nuevo Estado Pluralista de Bolivia y el nuevo manejo de la diversidad bajo el pluralismo jurídico que la Constitución Política del Estado ha configurado, y establecer la desarticulación producida con la nueva Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, que ha puesto sombras al horizonte pluralista del nuevo Estado boliviano. 2. Los nuevos paradigmas para la construcción de un Estado Pluralista Raquel Yrigoyen Fajardo sostiene que en los países pluriculturales, la imposición de un sólo sistema jurídico, la protección oficial de una sola cultura, religión, idioma y grupo social, ha dado lugar a un modelo de “Estado excluyente”. En este modelo, la institucionalidad jurídico política no expresa la realidad plural, margina a los grupos sociales o pueblos no representados oficialmente y reprime sus expresiones de diversidad cultural, lingüística, religiosa y normativa.1 Es lo que se conoce, dentro de las formas de tratamiento a la diversidad, como el asimilacionismo que ha generado al Estado monocultural, edificado sobre la negación de las diferencias étnicas, y configurado bajo la concepción de Estado-Nación, Estado-Derecho. Sin embargo, aún en estos Estados, conforme sostiene la autora, los sistemas no oficiales han sobrevivido, aunque en condiciones de ilegalidad y subordinación.2 Bajo el influjo del Convenio 169 de la OIT, las constituciones de los Estados, entre ellos los andinos, empiezan a vislumbrar en la década de los 90, un horizonte pluralista, proponiendo a decir de Raquel Yrigoyen cambios paradigmáticos consistentes en3: a) El reconocimiento del carácter pluricultural del Estado/Nación/república, el derecho a la identidad cultural, individual y colectiva, superando la idea del Estado-nación monocultural y monolingüe. b) El reconocimiento de la igual dignidad de las culturas, que rompe la supremacía institucional de la cultura occidental sobre las demás. c) El carácter de sujetos políticos de los pueblos y comunidades indígenas y campesinas. Los pueblos indígenas tienen derecho al control de sus instituciones políticas, culturales y sociales y su desarrollo económico, superando el tratamiento tutelar de dichos pueblos. d) El reconocimiento de diversas formas de participación, consulta y representación directa de los pueblos indígenas, campesinos y afrodescendientes. Ello implica la ruptura de un modelo de democracia excluyente, superando la idea que sólo los funcionarios públicos representan y pueden formar la voluntad popular. e) El reconocimiento del derecho indígena y la jurisdicción especial. Ello supone la introducción del pluralismo jurídico interno y propone la ruptura de la identidad Estado-derecho o monismo jurídico. f) La superación del concepto individualista, monocultural y positivista de los derechos humanos para, sobre la base de la igual dignidad de las culturas, dar paso a una interpretación intercultural de los derechos humanos.4 3. Bolivia en la construcción de un nuevo Estado: Los ejes del pluralismo jurídico en la actual Constitución Política del Estado Silvina Ramírez sostiene que no existe protección adecuada de las minorías étnicas, sino a través de la existencia de pluralismo jurídico5. En ese orden, el pluralismo jurídico como contraposición a la idea monopolista y centralizadora del Estado, es concebido como “la coexistencia de varios sistemas jurídicos dentro de un mismo espacio geopolítico”6, siendo la justicia indígena considerada como un verdadero sistema jurídico. Para Raquel Yrigoyen las normas indígenas deben ser entendidas como un sistema jurídico, porque se constituyen en “un sistema de normas, instituciones, autoridades y procedimientos que permiten regular la vida social y resolver conflictos (…)”7. La Constitución boliviana de 2009, en su art. 1, rompe con el monismo jurídico, esto es, que a un Estado le corresponde un solo derecho o sistema jurídico y viceversa y da cabida al pluralismo jurídico, con el reconocimiento constitucional del derecho indígena, con sus propias autoridades, jurisdicción y propias normas (art. 30.14). Reconoce la jurisdicción indígena, a sus autoridades y la facultad de administrar justicia aplicando sus principios, valores culturales, normas y procedimientos propios (art. 190.I). Asimismo, partiendo del principio de igual dignidad de las culturas, el texto constitucional en su art. 179.II, establece que la jurisdicción indígena originario campesina (JIOC) goza de igual jerarquía que la jurisdicción ordinaria, reconociendo a las autoridades indígenas y jurisdicción indígena como parte de la función judicial del Estado (art. 179.I). De otro lado, no prevé ningún medio de revisión por parte de la jurisdicción ordinaria, por el contrario establece que toda autoridad pública acatará las decisiones de la JIOC (art. 192.I) y que existirá una ley de deslinde orientada a establecer los niveles de coordinación y cooperación entre las JIOC y las demás jurisdicciones constitucionalmente reconocidas (art. 192.III). Finalmente, el texto constitucional en coherencia con el Convenio 169 establece como único límite del ejercicio de la JIOC a los derechos consagrados en la Constitución (art. 190) y derechos humanos consagrados en los tratados por ser parte del bloque de constitucionalidad (arts. 256 y 410). Dentro de dicho contexto, el art. 178.I de la CPE, establece que la potestad de impartir justicia (jurisdicción ordinaria, indígena, agroambiental, etc.) se sustenta en los principios, entre otros, de pluralismo jurídico, interculturalidad, armonía social, respeto a los derechos, a los que se suman los principios y valores propios de las naciones y pueblos indígena originarios campesinos y demás principios reconocidos en la Constitución en su art. 8. Ahora bien, todos estos ejes articuladores, permiten concluir que la proyección del pluralismo jurídico en Bolivia no está orientada únicamente a un reconocimiento de la justicia diferenciada, o el sólo reconocimiento de los derechos de minorías y sus formas de administración de justicia, sustentados en las particularidades culturales de ciertos grupos, a efectos de combatir la discriminación y la situación de desventaja en que viven, o el mero reconocimiento desde una óptica del multiculturalismo tolerante sin ningún grado de interacción entre la diversidad de las culturas; por el contrario, todos los lineamientos esbozados orientan a señalar que la finalidad del pluralismo jurídico, sustentada en la interculturalidad y complementareidad e igual dignidad de las culturas, es crear puentes de entendimiento y articulación para la construcción de una justicia plural, pues si bien el pluralismo jurídico implica la coexistencia de sistemas jurídicos paralelos: el indígena y el ordinario, estos no son sistemas paralelos inconexos. 4. El Tribunal Constitucional de Bolivia como articulador de la justicia plural Orientado en el citado lineamiento, el constituyente boliviano ha establecido que el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) estará integrado por Magistradas y Magistrados elegidos con criterios de plurinacionalidad, con representación del sistema ordinario y del sistema indígena originario campesino (art. 197.I). Esta conformación plural se entiende porque el TCP es el órgano encargado de ejercer el control de constitucionalidad sobre la jurisdicción ordinaria y la JIOC; por lo mismo, establecerá las bases mínimas que sustenten la convivencia armónica entre las diferentes culturas, dado que en el caso boliviano no existen dos sistema jurídicos paralelos inconexos, sin ningún elemento unificador. Al contrario, a partir del diálogo intercultural entre ambas visiones, desde un plano de la igualdad, se fijarán los principios que sustentarán la convivencia con el otro y servirán de base para la construcción de un solo sistema jurídico plural8. Por estas razones es que se sustenta la conformación plurinacional del TCP, el que bajo un componente plural tiene la misión de armonizar las diferentes fuentes de producción normativa: la ordinaria y la indígena para lograr la consolidación de un sistema jurídico plural, sustentado en principios de convivencia mutua entre los diferentes sistemas jurídicos. Para esta construcción, se debe partir también de la premisa de que todas las culturas son incompletas, conforme señala Boaventura Santos, incompletud que deriva del hecho de que existe una pluralidad de culturas, pues conforme concluye el autor, si cada cultura fuera tan completa como reclama ser, habría una única cultura9. 5. La Ley del Tribunal Constitucional: desarticuladora de la construcción de una justicia plural No obstante que la Constitución permite vislumbrar un horizonte pluralista con el reto de construir un sistema jurídico plural, basado en el respeto y participación activa de las culturas y la construcción armónica del nuevo orden. La Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP), Ley 027 promulgada el 6 de julio de 2010, contiene varias contradicciones con la Constitución. En el presente ensayo, sólo me referiré a la vinculada con el pluralismo jurídico. En ese cometido, cabe señalar que el art. 13 de la citada Ley determina que el TCP estará conformado por siete magistrados titulares y siete suplentes. Al menos dos Magistrados provendrán del sistema indígena originario campesino, por autoidentificación personal. De acuerdo con el art. 24, los magistrados suplentes ejercerán jurisdicción por ausencia temporal o definitiva, recusación o excusa. Asimismo, el art. 26 de la misma Ley establece que el TCP, se constituirá en tres salas. Cada sala estará compuesta por dos magistrados, y conocerán las revisiones de las acciones de defensa, es decir, las acciones tutelares (art. 31). La Sala plena, tiene entre otras atribuciones, la de ejercitar el control de constitucionalidad normativo y de control de competencias (art. 28). No está definido en forma expresa si la conforman todos los magistrados. Finalmente se consagra una Sala Especializada que conocerá adicional y exclusivamente las consultas de las autoridades indígenas originario campesinas sobre la aplicación de sus normas jurídicas a un caso concreto. (art. 32) ¿Esta composición y distribución de atribuciones responden al pluralismo jurídico reconocido por la Constitución Política del Estado? Sin duda que no, pues el componente plural exigido por el art. 197 de la CPE, queda reducido a dos miembros indígenas y una Sala especializada, que de acuerdo con el art. 32 sólo atenderán una de las variadas atribuciones del TCP, cual es la de las consultas de las autoridades indígena originario campesinos en la aplicación de sus normas. Entonces ¿en qué queda el diálogo intercultural, ordenado por la Constitución, para la construcción de un sistema jurídico plural, si se reduce el componente indígena a una sala, que ni siquiera conocerá los asuntos vinculados con la protección de derechos y garantías en la jurisdicción indígena?. Sobre el particular, cabe recordar que la jurisdicción constitucional es la única que controla a la jurisdicción indígena en cuanto al respeto de derechos; empero, la Ley del Tribunal no hace ninguna referencia, a la conformación mixta cuando se trata casos indígenas, no obstante que el proyecto de la Ley de deslinde jurisdiccional establece que las acciones de defensa (amparo constitucional, acción de libertad, de protección de privacidad, popular, incumplimiento, inconstitucionalidad) vinculadas contra las decisiones de las autoridades de la jurisdicción indígena obligatoriamente deberán conformarse con tribunales mixtos entre autoridades indígena originario campesinos y autoridades ordinarias (art. 21.II). Para decir más, ¿el conflicto de competencias entre la jurisdicción indígena, la ordinaria y la agroambiental, acaso no debe ser conocido y resuelto bajo un componente plural?. Inclusive, ¿las otras atribuciones del TCP: recursos directos de inconstitucionalidad, recursos contra tributos, recursos directos de nulidad, entre otros, no deben ser resueltos bajo un componente plural?. ¿Por qué el componente indígena no podría resolver estos casos, participando con su cosmovisión y formas de vida para la resolución de estos casos? Lamentablemente, las respuestas a estos interrogantes encierran los preconceptos que aún persisten en los legisladores y que desconocen los principios orientadores del nuevo Estado, pues siendo una de las finalidades del Estado consolidar y efectivizar el respeto de los derechos fundamentales, estos derechos en Estados plurales deben ser producto de la definición por parte de todas las culturas. Conforme sostiene Raquel Yrigoyen, la construcción de estados pluriculturales o plurinacionales supone el desafío de reconocer poder de definición a los pueblos indígenas y otros pueblos y colectivos que coexisten al interior de los estados, a fin de que los mismos puedan negociar, bajo el principio de igual dignidad de los pueblos y culturas, las bases de constitución de dichos estados, los mecanismos de articulación democrática de la diversidad, las formas de participación en el poder de gobernar y normas y ejercer funciones jurisdiccionales por parte de dichos colectivos; y los procedimientos para resolver los conflictos de interlegalidad a través del diálogo intercultural.10 La conformación plural del TCP dada por la Constitución, debía entenderse por el legislador que era en paridad, para formar ese puente de articulación. ¿Cómo pueden redefinirse el alcance de los derechos humanos en estados pluriculturales, si no se permite a las culturas en igualdad de condiciones a participar en su redifinición? La interpretación intercultural de los derechos humanos no se logra desde afuera, sino desde adentro con base en un diálogo intercultural. 1 Yrigoyen Fajardo R. Pautas de Coordinación entre el derecho indígena y el derecho Estatal. Guatemala: Fundación Myrna Mack; 1999. Disponible en: www.cajpe.org.pe/sistemasjuridicos/claroline194/claroline/document/document.php?cidReset=true&cidReq=PLU001. 2 Ibídem. Yrigoyen Fajardo R. Hitos del Reconocimiento del pluralismo jurídico y el derecho indígena en las políticas indigenistas y el Constitucionalismo andino. En Berraondo Mikel (coordinador): Pueblos Indígenas y Derechos Humanos. Bilbao: Universidad de Deusto, 2006. p. 21. 4 Yrigoyen Fajardo R. Vislumbrando un horizonte pluralista: Rupturas y retos epistemológicos y políticos. En: Milka Castro (editora): Desafíos de la interculturalidad. Identidad, Política y Derecho. Santiago de Chile: Universidad de Chile, Programa Internacional de Interculturalidad y Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo, 2004. 5 Ramirez Silvia. Diversidad cultural y pluralismo jurídico: administración de justicia indígena. En Zamudio Teodora (compiladora). Pueblos indígenas y derecho. p. 4. 6 Yrigoyen Fajardo R. “Pautas de coordinación ….” Op. cit. 7 Yrigoyen Fajardo R. “Pautas de coordinación ….” Op. cit. 8 Sauma Zankis G. Interculturalidad, pluralismo jurídico y educación intercultural. Trabajo inédito. Monografía elaborada para optar el Título de Diplomado en Educación Superior. Propuesta de implementación de la asignatura de pluralismo jurídico y jurisdicción indígena originaria campesina. p. 22 9 Boaventura de Sousa Santos. Hacia una concepción multicultural de los derechos humanos. En: El otro derecho, número 28, julio ILSA, Bogotá, Colombia. 2002. p. 69. 10 Yrigoyen Fajardo R. Hitos del Reconocimiento…op. cit. p. 24 3