ÍNDICE Introducción Desarrollo de los temas Causas de la Revolución

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ÍNDICE
Pgs
• Introducción
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• Desarrollo de los temas
• Causas de la Revolución
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• Antecedentes de la Revolución
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• Acontecimientos de la Revolución Francesa
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• Consecuencias de la Revolución en Europa.
10
• Consecuencias de la Revolución en España
13
• Guerra de la Independencia
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• Fotografías y mapas
• Bibliografía
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INTRODUCCIÓN
La Revolución Francesa marcó el comienzo de una nueva era de libertad y democracia. Doscientos años
después de la vertiginosa y apasionante sucesión de cambios que generó podemos analizar mejor algunas de
sus claves, sobre todo políticas y sociales y sus consecuencias a corto plazo.
CRISIS DE RÉGIMEN
La revolución marca el punto cero del inicio de la verdadera historia, la tabla ¨rasa¨ a partir de la cual una
nación ¨regenerada¨ suscribe un nuevo contrato social. Los escándalos y la corrupción de la corte, apasionada
por el juego, los chismes y el placer, dañan la figura del Rey Luis XVI tanto como sus errores políticos. De
María Antonieta se denuncia su atolondramiento, sus imprudencias, su gusto por el juego, su falta de respeto a
la etiqueta y, sobre todo, su coquetería, sin olvidar que era la gran influencia de Luis XVI. En España, el
Santo Oficio se encargaba de controlar la entrada de folletos que informasen sobre los acontecimientos de
Francia para que no influyese demasiado en el pueblo, igualmente manejado como en el país vecino.
UNA NUEVA CONSTITUCIÓN
La palabra ¨Revolución¨ se extiende como la pólvora por toda Francia en el verano de 1789. La tarea de
remodelar políticamente el país se realiza a través de un proceso que muestra la existencia de tres
revoluciones mutuamente influyentes pero con orientaciones diversas: a la de los diputados de los Estados
Generales en Versalles, empeñados en la redacción de una nueva Constitución, se unen el movimiento
insurreccional de las ciudades y la revuelta campesina. En una memorable sesión de la Asamblea se
declararon abolidos la servidumbre, el derecho de caza y las justicias señoriales. Las dificultades económicas
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de un París mal abastecido, en el que suben los precios y crece el paro, agudizan el descontento popular
atizado por la Prensa. La Asamblea Nacional, que el 9 de julio de 1789 pasó a denominarse Asamblea
Nacional Constituyente, además de aprobar la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano y la
división de Francia en 83 departamentos, intentó reformar La Iglesia con la supresión de todas las órdenes y
congregaciones religiosas excepto las dedicadas a obras de caridad. Mas tarde, el proceso y la ejecución de
Luis XVI pusieron fin a la actitud ilustrada de la que Francia había sido una de las grandes exponentes.
LA PATRIA, EN PELIGRO
La guerra y la entrada en la vida política de los sans culottes (Habitantes de París partidarios de las posturas
más radicales, solían ser pequeños artesanos obsesionados por la igualdad. Llamados así por utilizar pantalón
en lugar de calzón) a través de manifestaciones violentas y presión a la Asamblea Nacional caracterizaran el
periodo de la Legislativa. Un nuevo ardor patriótico se extiende por todas Francia y repercute contra la
persona del rey Luis XVI, a quien consideran en conveniencia con la amenaza extranjera. La extensión del
movimiento revolucionario en toda Europa asusta a los poderes establecidos. La red de clubes jacobinos se
configura como un autentico partido, un aparato que demostrará su capacidad de manipulación con las masas.
Las revueltas de negros y mestizos en Santo Domingo hicieron subir el precio de unos productos coloniales
−café, azúcar ron− ampliamente consumido en la metrópoli La Comuna insurreccional obliga a la Asamblea a
suspender al rey ¨hasta que una Convención Nacional se pronuncie¨ y a internarlo en la torre del Temple. Las
mujeres empiezan a tener influencia e la vida social e incluso definieron a Carlota Corday, guillotinada por
apuñalar a Marat, impulsor de la Revolución, ¨más grande que Bruto¨ . En España, no sólo era necesario
vigilar a los franceses residentes, sino también a los que entraban huyendo de la Revolución para que sus
ideas no calasen en el pueblo español.
UNA NUEVA ERA
La muerte del rey marca el punto de no retorno de la Revolución y consolida la división de la sociedad
francesa. Los primeros fracasos militares, la inflación y quiebra económica y el malestar social acompañan el
establecimiento de la República. El poder girondino se ve constantemente minado por los radicales jacobinos
y las secciones de París. La presión de los sans culottes dará el triunfo a estos últimos. La ejecución del Luis
XVI, mas que cualquier otro acontecimiento de la Revolución, dividió permanentemente a Francia en dos. En
1815 todos los supervivientes de la Revolución iban a ser exiliados; si la restauración se hubiera producido
antes, hubiesen sido condenados indudablemente a penas mas graves. Los girondinos no entendieron que para
resistir la coalición de los enemigos del exterior e interior era preciso permanecer unidos y aplicar medidas
excepcionales. España ofreció a Francia su neutralidad, el reconocimiento del Gobierno a la Convención y
mediar a favor de Francia si el rey y su familia eran puestos en libertad.
EL TERROR Y LA LIBERTAD
Entre junio de 1793 y diciembre de 1794 se desarrolla el periodo del Terror Jacobino, apoyado el Gobierno en
la fuerza del sans culottisme y de la Comuna de París. Las insurrecciones federalistas y la guerra vendeana, así
como toda disidencia interna son aplastadas en el interior, al tiempo que los ejércitos franceses rompen la
tenaza externa. El golpe de Termidor intentará recuperar la libertad para una república victoriosa y
empobrecida. El sans culotte era la representación del pueblo bajo urbano, una gama heterogénea de sectores
profesionales y niveles sociales en las que predominaban los oficios. Ahogamientos y fusilamientos en masa
se unieron a la destrucción o cambio de nombre de las poblaciones. El terror fue la negación de los principios
básicos de la Revolución, como la fraternidad, la seguridad jurídica y la protección frente a la arbitrariedad.
En España se opinaba que lo acaecido en Francia no era posible en nuestro país en el plano político.
UN LARGO EPÍLOGO
La Convención termidoriana y el Directorio suponen, el conjunto, la mitad del periodo revolucionario y son,
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sin embargo, fases frecuentemente ignoradas. Fue un tiempo de característica inestabilidad política, acabado
en un golpe militar que pone fin al largo epílogo revolucionario. Durante esta etapa, los usos sociales y los
comportamientos políticos parecen completamente alejados de la austeridad revolucionaria de los días del
Terror. El Terror fue todo un sistema. La alegría por haber sobrevivido se tradujo en un apasionado afán de
gozar un frenesí danzante se apoderó de la sociedad. Se trataba de cobijar bajo el manto republicano a la
Francia del nuevo orden, a los intereses de la Revolución. El Directorio fue un Gobierno minoritario que se
mantuvo con medios inconstitucionales y sucesivos golpes de estado. El tributo de vidas que se cobró la
Revolución es indicio de magnitud de lo ocurrido. Fue notable la desaparición de personajes relevantes para la
misma Revolución.
CAUSAS DE LA REVOLUCIÓN
La mala economía del país fue el gran detonante y vehículo de esta Revolución. Hacia 1775, Francia sufrió
una gran crisis debido principalmente a las guerras y la mala administración del dinero publico, que provocó
un aumento de impuestos en el campesinado y la burguesía. También influyeron los préstamos a las colonias
inglesas en América durante la Guerra de la Independencia y las pérdidas generadas por la derrota en la
Guerra Francesa e India o Guerra de los Siete Años frente a los británicos (1754−1763).
Fue entonces cuando el rey Luis XVI puso al frente de la administración nacional a Anne Robert Jacques
Turgot en 1774, que ejerció su cargo de manera notable en los dos primeros años, a partir de los cuales su
política se empezó a relajar, hasta que por las presiones recibidas dimitió en 1781. Jacques Necker, su sucesor,
publicó un extracto de las finanzas reales, en las que se observaba claramente el enorme gasto que suponía
mantener los estamentos privilegiados, por lo que el pueblo exigió la convocatoria de los Estados Generales.
El rey accedió a convocar elecciones nacionales en 1788. En los Estados Generales de 1789, nobleza y clero
se negaron al voto de individuo, ya que saldrían perdiendo. Entonces se creó la Asamblea Nacional
Constituyente, integrada únicamente por el tercer estado. Debido a las represalias de Luis XVI contra los
componentes de la Asamblea, éstos respondieron realizando el Juramento del Juego de Pelota, mediante el
cual la Asamblea Nacional Constituyente (o únicamente Constituyente) se comprometió a redactar una
Constitución para Francia desafiando el poder, ahora mermado, del rey. Esta propuesta no encontró oposición
violenta por parte de nobleza y clero, que incluso se integraron en la idea tras su oposición.
El rey, tras las represalias iniciales, adoptó una postura de apoyo a la Constituyente para conseguir el apoyo
del pueblo. Por eso causó estupor la concentración de soldados alrededor de París tras las represalias, ya se
suponía el apoyo del rey a la Constituyente. Todo esto generó la idea de una posible disolución por la fuerza
de la Constituyente. Esto, unido a la escasez de alimentos, provocó la revolución popular que culminó con la
toma de la Bastilla y la del Ayuntamiento, lo que fue secundado por levantamientos populares en la gran
mayoría de las ciudades francesas.
ANTECEDENTES DE LA REVOLUCION
Toda revolución es un estado de excepción en la vida de las sociedades y como tal ha de ser considerada la
francesa. Esto no quiere decir que se produjeran de un modo esporádico, sino que más bien tiene una serie de
antecedentes de varia índole y se realiza tras la gestación de un proceso previo.
• Antecedentes Ideológicos.− El enciclopedismo y la ilustración habían preparado un ejército de pensadores
que era dirigido en cierto modo desde Ferney por Voltaire, que había convertido su retiro en un centro de
revolución ideológica. Desde 1770 comienzan a aparecer multitud de escritos antiabsolutistas y
antimonárquicos, como la Filosofía de la naturaleza de Delisle de sales o la historia del establecimiento de
los europeos en las dos Indias, muy adversa a España, por otra parte, del abate Raynal (1772). Junto a estas
obras, que en cierto modo arrancan de aquel Esprit des Lois, del barón de Montesquieu se multiplican los
panfletos y escritos clandestinos. No era ajena a este pensamiento, puramente político y sociológico, la
preocupación económica, motivada en gran número de casos por las agudas crisis provocadas desde el
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tiempo de la regencia. El deseo de reforma y de hallazgo de una solución se manifestará en medidas de
gobierno, pero también en obras teóricas como el libro La Riqueza de las naciones, de Adam Smith,
opuesto al mercantilismo y a la fisiocracia y defensor del principio de que la riqueza procede del trabajo
individual.
• Antecedentes Revolucionarios.− Es probable que la revolución Francesa no se hubiera producido en el
momento en que aconteció si no hubiera contado con la experiencia del triunfo de otras revoluciones,
inspiradas en los principios. Desde este punto de vista, la revolución Norteamericana es la gran experiencia
de los futuros revolucionarios franceses, y su triunfo, un poderoso acicate. En Holanda también había brotes
revolucionarios y, después de la guerra contra Inglaterra, aparecieron sociedades de patriotas, que
conseguían (1783) desposeer a Guillermo V de Orange del mando militar. Aunque éste logra con un
ejército de 20.000 prusianos dominar la revolución, es innegable que ésta es la primera en Europa que se
inspira en los principios de la defensa de las llamadas libertades. Igualmente sabemos que en los Países
bajos imperiales se produce una revolución contra José II y se proclaman los Estados Unidos de Bélgica,
que obtienen su reconocimiento de Leopoldo II. Caso muy parecido es el de la revolución Suiza de 1782,
done se restaura el orden con la ayuda de tropas extranjeras.
• Antecedentes Históricos.− La organización política del Antiguo Régimen, la Monarquía absoluta, cuyos
defectos se concretaban en la omnipotencia real de derecho divino, consistía en la coexistencia de tres
estados: el noble, el eclesiástico y el llano aunque esto sólo era en un plano jurídico, ya que las Cortes o
Estados generales no se reunían desde Luis XIII y el poder se concentraba en manos del primer ministro,
quien con otros y un encargado de las finanzas dirigía la vida del país. Administrativamente el Estado era
centralista pero sin orden, es decir, más bien con una organización caótica, pues no coincidían las
demarcaciones políticas, las de los intendentes o fiscales y las eclesiásticas, dándose la apariencia de que
Francia era un conjunto inorgánico de tierras sólo unidas en la persona del rey. El régimen era incluso
diferente en el sur (Senescalatos) que en el Norte (Baylías). Este gobierno, en manos de la omnipotencia
real y de sus ministros, llevaba el pueblo francés, sin que éste tomara parte en la decisión, a guerras y
medidas económicas cuyos efectos databan de tiempos de Luis XIV. El Sistema de Law y los desaciertos
posteriores habían mermado la riqueza de Francia. El lujo es otro antecedente histórico−social que conviene
tener presente. El lujo en la corte absorbía cantidades enormes de dinero, que concentraba en Versalles a
miles de cortesanos y miembros de las reales familias, con sus parásitos. El empleo del dinero de Francia en
los desmanes amatorios de Luis XV, aunque luego Luis XVI había hecho ahorros, era abuso que había
quedado grabado en la mentalidad de todos los franceses. Este lujo era también de la burguesía, que era en
el Antiguo Régimen la clase más rica de la nación. Paradójicamente, esta clase estaba penetrada del
liberalismo, racionalismo, escepticismo e ironía que el pensamiento francés contemporáneo había vertido
sobre ella. Se veía, por otra parte, sin acceso legal al gobierno de una nación cuyo régimen era ya caduco e
incapaz para regirla, gastado e injusto. En verdad no es la miseria popular, concentrada en París, pero no tan
y la apetencia de gobierno de la burguesía.
ACONTECIMIENTOS DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA
ASAMBLEA CONSTITUYENTE (1789− 1791)
ASAMBLEA CONSTITUYENTE (1789)
Reunión de los Estados Generales (5 Mayo). El Tercer Estado se erige en Asamblea Nacional (17 Junio). La
Asamblea Constituyente (9 Julio). Despido de Necker. Toma de la Bastilla (14 Julio). Abolición de privilegios
feudales (4 Agosto). Declaración de derechos del hombre y del ciudadano (26 Agosto). Marcha sobre
Versalles (5 Octubre). Luis XVI en París (6 Octubre). Incautación de los bienes de la Iglesia y de los
enemigos (10 Octubre).
ASAMBLEA CONSTITUYENTE (1790)
Fiesta de la Federación en el Campo de Marte (14 Julio). Constitución civil del clero (22 Julio). Francia
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renuncia a todas las alianzas exteriores (Agosto).
ASAMBLEA CONSTITUYENTE (1791)
Fuga del rey (20 Junio). Detención de Varennes (21 Junio). Proclamación de la Constitución (3 Septiembre).
El rey jura la Constitución (14 Septiembre). Disolución de la Asamblea Constituyente (29 Septiembre).
ASAMBLEA LEGISLATIVA (1791− 1792)
ASAMBLEA LEGISLATIVA (1791)
Gobierno girondino: medidas contra los nobles emigrados y los sacerdotes refractarios.
ASAMBLEA LEGISLATIVA (1792)
Primera invasión de las Tullerías por el pueblo (20 Junio). Manifiesto del duque de Brunswick (25 Julio).
Segunda Disolución de la Asamblea. Matanzas en las calles (2−7 Septiembre).
CONVENCIÓN (1792− 1795)
CONVENCIÓN (1792)
Apertura de la Convención (20 Septiembre). Abolición de la monarquía y proclamación de la República (21
Septiembre). Comienzo del calendario republicano (22 Septiembre). Comienza el proceso de Luis XVI (11
Diciembre).
CONVENCIÓN (1793)
El rey es condenado a muerte (16 Enero) y ejecutado (21 Enero). Leva de 300000 hombres (Febrero).
Establecimiento del Comité de Salud Publica (6 Abril). Detención de 29 diputados girondinos (2 Junio).
Aprobación de una nueva Constitución (24 Junio). Asesinato de Marta (13 Julio). Dictadura revolucionaria
(10 Octubre). María Antonieta ante los tribunales (12 Octubre). Ejecución de la reina (16 Octubre). Abolición
del cristianismo (10 Noviembre). Mascarada irreverente (20 Noviembre). Cierre de la Iglesia (27 Noviembre).
CONVENCIÓN (1794)
Dictadura de Robespierre y grandes hornadas de la guillotina (Enero−Julio). Ejecución de Danton (5 Abril).
Establecimiento del culto del Ser Supremo (Mayo). Decreto contra los diputados sospechosos (10
Junio).Ejecución de Robespierre y fin del Terror (28 Julio). Supresión del Tribunal Revolucionario y clausura
de los clubes políticos (Septiembre).
CONVENCIÓN (1795)
Readmisión de los girondinos (8 Marzo). Muerte del delfín (8 Junio) y insurrección de los chuanes. Nueva
Constitución que establece el Directorio (22 Agosto). Disolución de la Convención (26 Octubre).
DIRECTORIO (1795− 1799)
DIRECTORIO (1795)
Elección del Directorio (31 Octubre). Barras, Reubell, Letourneur, Larenilliere y Carnot.
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DIRECTORIO (1796)
Clausura del club del Panteón, fundado por Babeuf (27 Febrero). Levantamiento de Babeuf y los
comunistas(20 Mayo). Violenta represión de los vendeanos.
DIRECTORIO (1797)
Elecciones parciales y triunfo de los candidatos monárquicos (Marzo−Abril). Condena a muerte a Babeuf (21
Mayo). Golpe de estado del general Augerau, bajo la influencia de Bonaparte, y exclusión de los elementos
realistas del Directorio y las Cámaras (4 Septiembre).
DIRECTORIO (1798)
Eficaz labor de Directorio en obras públicas, enseñanza, asistencia y materia financiera. Debilidad política del
régimen. Triunfo de los jacobinos en las elecciones. Exposición de París.
DIRECTORIO (1799)
Golpe de estado de los Bonaparte y caída del Directorio (18 Octubre−9 Noviembre).
CONSECUENCIAS DE LA REVOLUCIÓN EN EUROPA.
DEMOGRAFÍA: CRECIMIENTO Y MIGRACIONES.
Durante el siglo XIX se fue desarrollando, en el seno de las sociedades, una conciencia más sensible a la
enfermedad y a sus riesgos; esto llevó a los individuos y a los colectivos a preocuparse por la higiene y a
desarrollar nuevas normativas de profilaxis. La reducción de la tasa de mortalidad infantil fue uno de los
efectos más notables de la difusión de la higiene.
Otro aspecto a resaltar es que los efectos de la medicina favorecieron de forma desigual a las diferentes clases
sociales. Los estratos acomodados se beneficiaron antes de las nuevas medidas higiénicas, mientras los pobres
padecían todas las desventajas de la industrialización.
El debate demográfico: A finales del siglo XVII, los debates sobre la explosión demográfica concluyeron con
el triunfo de un nuevo sistema de ideas, según el cual, el hombre puede controlar su propio destino y huir de la
fatalidad, interpretada muchas veces como voluntad divina.
LAS TRANSFORMACIONES AGRARIAS.
Características de la agricultura tradicional: La auto suficiencia y el policultivo, cultivo extensivo de cereales,
escasez de fertilizantes, uso de utillaje rudimentario y la existencia dentro de la agricultura tradicional, de una
serie de derechos consuetudinarios, como el aprovechamiento de las tierras.
Después de la Revolución Francesa este panorama cambia y se introducen una serie de cambios
fundamentales: ampliación del espacio agrícola, como consecuencia de la presión demográfica y el aumento
de la población urbana; aparición y generalización de nuevos cultivos, como la patata la remolacha y la
azucarera; grandes progresos en la ganadería; utilización de nuevos fertilizantes y la mejora del instrumental
agrícola.
LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL.
La revolución industrial fue sin duda, la transformación más radical experimentada por la humanidad. El
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primer país europeo donde se experimentó la industrialización fue en Gran Bretaña, que, entre 1815 y 1850,
polarizó toda la economía mundial. El ferrocarril pronto mostró las inmensas posibilidades del progreso
técnico.
Otro de los países pioneros fue Francia. las industrias más notables eran las de carbón y la del hierro. El
capitalismo francés era muy distinto al británico; en Francia fue indispensable el sistema de la financiación
bancaria.
Es remarcable también el caso de Bélgica, que con una larga historia industrial y un periodo dilatado de
estancamiento económico, emergió de éste a partir de la década de 1830, tras conseguir su independencia
nacional.
Algo más tardío fue el desarrollo industrial en Alemania y Rusia. Alemania no consolido propiamente la
Revolución Industrial hasta después de 1870.
Uno de los factores más importantes de la industrialización, fue la rápida construcción, desde 1830, de una
densa red ferroviaria gracias a la abundancia de carbón y hierro, la financiación exterior, el capital bancario y
la política estatal.
Rusia llegó a la base de una formación industrial sólida a finales del siglo XIX y principios del XX, gracias al
especial proteccionismo del estado y a una fuerte protección del capital extranjero.
En Escandinavia, la industrialización comenzó después de 1870. Hasta entonces su economía era básicamente
preindustrial y dependiente del sector agrario.
Por su parte, la Europa mediterránea también fue una zona de desarrollo industrial tardío. Las causas hay que
buscarlas en la supervivencia del feudalismo, que retrasó el proceso de la revolución burguesa.
LA FORMACIÓN DE UN MERCADO MUNDIAL.
La formación de un mercado mundial fue un proceso de larga duración que remonta sus orígenes al gran
comercio mundial marítimo del siglo XVI. Posteriormente cabe remarcar la importancia que tuvo el siglo
XVIII en este sentido, cuando Europa y especialmente Gran Bretaña dominó en el continente americano, del
subcontinente indio y de los países africanos, obtenido de ellos una serie de productos y materias primas que
hicieron posible un mercado mundial incipiente. Surgió en este momento un capitalismo comercial que, con
su acumulación de beneficios, hizo posible la Revolución Industrial.
CAMBIOS SOCIALES Y EL APOGEO DE LA BURGUESÍA.
Los efectos sociales de la Revolución Industrial: el crecimiento económico derivado de la revolución
industrial modificó las estructuras sociales primeramente, de Europa occidental y Estados Unidos. La
industrialización supuso el desarrollo de dos clases sociales: los empresarios y la clase obrera.
La Revolución Industrial provocó una calidad de vida deplorable en la clase obrera debido a las estrictas
condiciones de su trabajo; esto provocó un debilitamiento que a menudo deriva en enfermedad.
La burguesía logró convertirse muy lentamente en la clase dominante en Europa del siglo XIX, y para hacerlo
persuadió a amplias facciones de las otras clases para que compartieran sus aspiraciones.
BASES INSTITUCIONALES DEL PODER BURGUÉS.
Hacia finales del siglo XIX, una parte importante de Europa disponía de un régimen parlamentario más o
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menos democrático.
Cuando empezó a aplicarse el sufragio universal, fue para la burguesía un medio de confirmar su dominio
político y económico, gracias a la falta de formación política de las masas populares
A grandes rasgos podemos decir que, en Europa, se extendió el multipartidismo.
La opinión pública y sus medios de expresión: la opinión pública se convirtió en un elemento importante al
desarrollarse las instituciones representativas; su consulta determina los mecanismos del gobierno en los
regímenes parlamentarios. La función de la opinión era fundamental, y ello implica la importancia de la
prensa en el siglo XIX.
CONFLICTOS SOCIALES Y LUCHAS DE CLASES.
Hacia un nuevo tipo de conflicto de clases: las profundas transformaciones socioeconómicas sufridas desde
mediados del siglo XVII por los países de Europa oriental motivaron una nueva problemática de conflicto. La
introducción de máquinas en las industrias, el auge de la burguesía y el progresivo capitalismo minó
totalmente el poder político de la aristocracia tradicional.
Los campesinos fueron la clase social más perjudicada tras la Revolución Industrial pues los empresarios los
utilizaban como mano de obra barata.
Los orígenes del movimiento obrero: en Francia y en Gran Bretaña fue donde se produjeron los conflictos que
caracteriza la sociedad industrial y aparecieron en el último tercio de siglo XVIII.
Las actuaciones anarquistas y el nacimiento de la socialdemocracia: El congreso de La Haya supuso la
excisión definitiva entre marxistas y anarquistas. El anarquismo siguió desarrollándose en el seno del
movimiento obrero, impulsando la actuación de grupos de acción directa.
Con el aumento de la conflictos social se generalizó la idea de que se hallaba cerca el triunfo de la revolución
proletaria, y ante esta perspectiva, la Internacional debía preparar al proletariado para las futuras
confrontaciones.
CONSECUENCIAS DE LA REVOLUCIÓN EN ESPAÑA
El reinado de Carlos IV (1788−1808) coincide con el desarrollo de la Revolución francesa; que condicionó la
política interior y exterior española, acelerando el paso del Antiguo Régimen al nuevo. Un paso menos
violento que en Francia, que se prolongará en tres periodos: el reinado de Carlos IV, la guerra de la
Independencia y el reinado de Fernando VII.
Por tanto, el reinado de Carlos IV se convierte en el fin de un periodo como en el comienzo de otro.
La Revolución plantea un nuevo modo de ver las cosas frente al cual los españoles no pueden permanecer
indiferentes. Para las clases tradicionalmente poderosas, como la nobleza, resultaba un peligro puesto que
estaban en juego bases fundamentales del Antiguo Régimen: monarquía, religión y sociedad. Para otros los
principios revolucionarios eran válidos o incluso deseables, pero no su forma de terror. Finalmente también
había los que estaban a favor de los principios revolucionarios y también de sus consecuencias.
El suceso francés obliga a los españoles a definirse, a tomar partido políticamente y esto marcará en gran
medida el futuro de España. Afectaría no solo a la caída de tres ministros: Godoy, Aranda y Floridablanca,
sino a la transformación del propio régimen, el ejemplo puede ser el motín de Aranjuez que marcará el fin del
reinado de Carlos IV, por primera vez en la historia moderna de España un motín cambiaba a lo más alto del
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poder, no solo trascendía a una mera sustitución de personas de las más altas esferas del poder.
Los políticos españoles no ignoraban el sentido de la revolución y esto se puso de manifiesto con la
celebración de las Cortes de 1789. Estas Cortes a diferencia de las anteriores, superaron la formalidad del
reconocimiento al Príncipe de Asturias ya que en ellas se presentaron varias peticiones innovadoras que
provocaron la repentina disolución de éstas.
Se impuso una censura impulsada por el gobierno para evitar noticias sobre asuntos relativos a Francia.
Además se produjo un renacimiento de la Inquisición que prohibiría la venta de libros franceses.
Frente a la Revolución francesa, España protagonizaría una política en principio encaminada a salvar a Luis
XVI. Se intentaron todos los medios posibles, incluido el soborno mediante la compra de los votos necesarios
para evitar su condena. Sin embargo todos los intentos fracasaron, ya que al final el rey francés fue
guillotinado. Días después Francia y España se declaraban en guerra. Dos años después se firmaba la paz
entre los dos países con un tratado de paz (paz de Basilea) muy desfavorable para las posiciones españolas. A
su vez se firmó el primer Tratado de San Ildelfonso, debido a este tratado España tuvo que apoyar a Francia
en su lucha contra Inglaterra.
Napoleón se convierte en primer cónsul de Francia y logra dos triunfos: separar a Rusia de la coalición contra
Francia y firma con España el segundo Tratado de San Ildelfonso. Napoleón ya tiene una gran influencia en la
política española y consigue la destitución de Urquijo, ministro español contrario a sus posiciones y el
nombramiento de Luciano Bonaparte, su hermano, como embajador en la Corte de Carlos IV.
Francia se aprovechó de la dominación que ejercía sobre España para con el supuesto de ayudar a España en
la invasión de Portugal llevar a territorio español un gran número de soldados y ocupar prácticamente el país.
Debido a la tensa situación del país se produjeron múltiples intrigas dentro de la Corte que, por ejemplo,
produjeron el llamado proceso de El Escorial en el que se vio implicado el futuro Fernando VII, entonces
príncipe de Asturias, pero que se saldó sin graves consecuencias. Mientras Napoleón mandaba sus tropas a las
puertas de Madrid.
Otro de los productos de estas intrigas fue el motín de Aranjuez que provocaría la caída de Godoy, favorito
del rey y una de las personalidades políticas españolas más importantes del siglo. Este suceso fue provocado
por la alta nobleza que se aprovechó de la impopularidad de Godoy para llevar a cabo el motín. Los
amotinados asaltaron el palacio de Godoy el 17 de marzo de 1808. Carlos IV se vio obligado a impulsar un
decreto en el que se privaba a su favorito de los cargos de generalísimo y almirante. Al día siguiente Carlos IV
abdicaba en su hijo Fernando.
Carlos IV dejó un país con una gran deuda y una pésima situación económica en la que la deuda pública de
siete mil millones de reales equivalía a los ingresos del reino durante diez años.
Producto de la Revolución francesa fue, también, la celebración de las Cortes de Cádiz que declaraban a
España como un estado liberal− burgués y en las que se intentó llevar a cabo una profunda reforma estatal.
GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
España fue la primera nación en la que Bonaparte tuvo que hacer frente a las insurrecciones nacionalistas que
provocaron su caída.
El 24 de marzo de 1808, el príncipe Fernando, convertido en rey, hace su entrada en Madrid. En ese momento
el emperador francés tenía unos 100000 hombres en territorio español en calidad de aliado de España.
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Napoleón concierta en Bayona una entrevista con el nuevo rey donde le secuestraría para conseguir el poder
en España y controlar definitivamente el poder. Consigue la abdicación de Fernando y nombra como rey a su
hermano José Bonaparte, que lo había sido hasta entonces de Nápoles. También promueve una asamblea en la
que se elabora una Constitución, donde se encuentran las reformas que Napoleón quería impulsar en España.
La violencia de los franceses hacia la población civil provocó el sangriento suceso del 2 de mayo de 1808 en
Madrid. La noticia de los hechos de Bayona provocó la insurrección de todos los territorios libres de franceses
como Asturias, León, Valladolid, Granada, Sevilla, Cádiz, Zaragoza, La Coruña y Valencia; se produjeron
levantamientos populares no solo contra los franceses sino también contra las autoridades españolas. Esta
sublevación terminaría con la creación de juntas políticas que ostentarían el poder político a partir de ahora.
A partir de entonces comenzó una guerra de liberación que se prolongaría hasta la llegada de Napoleón a
finales de año. La resistencia española cosechó entonces sus mayores éxitos, los únicos atribuibles a un pueblo
que había sido abandonado por sus principales dirigentes. Cabe destacar la derrota de los franceses en Bailén
que tuvo repercusión internacional.
Este era el panorama político que se encontró Napoleón cuando llegó a España al mando de un ejército de
250000 soldados. Con ello comenzaba una segunda fase de la guerra que duraría hasta 1812 y se caracterizaría
por el dominio francés. En esta época sucedería la toma por parte de los franceses de las principales ciudades
españolas entre ellas Madrid. En 1809 llegarían los primeros soldados prometidos por Inglaterra, unos 20000
hombres.
A comienzos de 1809, por tanto, la resistencia española estaba prácticamente reducida y hasta 1811 los
sucesivos refuerzos no conseguirían resultados. Pero se iban a producir dos hechos de gran importancia. Uno
la definitiva entrada de Inglaterra en la guerra, que aportaría capacidad económica y organizativa. Otro un
nuevo sistema de guerra, la guerrilla, producto de la pérdida constante de batallas por parte española en una
guerra de ejércitos. Las guerrillas eran el máximo exponente del carácter popular de la guerra en las que podía
haber desde un patriota a un simple bandido y, por ello, se intentaron reglamentar varias veces, la última en
1812.
Fue en 1809 cuando la presencia de un ejército inglés en Portugal, que mandaba sir Arthur Wellesley, futuro
lord Wellington, daría a la guerra nuevo impulso, a pesar de perder las primeras batallas emprendidas. A pesar
de esto José Bonaparte dirigió un ejército que ocupó la mayor parte de Andalucía, además tropas francesa
conquistaron otras zonas de España como parte de Cataluña y de Aragón.
Hay un poder bicéfalo en la península: por un lado, los franceses con José Bonaparte como rey, hermano de
Napoleón, y por otro, el movimiento de las Juntas de resistencia aclamado por el pueblo y expandido por el
reino hasta su consumación en las Cortes de Cádiz, símbolo de la resistencia nacional. Allí se irá realizará, a
partir de 1810, una importante reforma política, cuyo fruto más importante fue la Constitución aprobada el 19
de marzo de 1812, primera en la historia de España y una de las primeras del mundo. La idea de esta reforma
fue de Gaspar Melchor de Jovellanos(1744−1811), uno de los grandes ilustrados españoles. Ante la sorpresa
de muchos, este renqueante país mediterráneo, típico representante del Antiguo Régimen, se convirtió de la
noche a la mañana en abanderado del liberalismo constitucional. La Constitución predica un estado
monárquico, con división de poderes; eliminaba los privilegios; declaraba que la nación se obligaba de
defender la propiedad y la libertad... así en España se producía una revolución legal
En 1811, el gran problema para el ocupante fue el ejército inglés de Portugal ya que Napoleón encomendó a
uno de sus mejores generales, Massena, la conquista definitiva del país pero éste es derrotado por los ingleses
que consiguen la definitiva liberación de Portugal.
El año 1812 marca la última etapa de la guerra que finalizaría con la retirada del ejército sobre España. La
iniciativa de la guerra pasa enteramente al conjunto de las fuerzas españolas, inglesas y, en menor medida,
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portuguesas con Wellington de generalísimo. Estas tropas se aprovechan de la lucha que mantiene Napoleón
contra Rusia. José Bonaparte debe abandonar Madrid que es conquistada por Wellington, pero éste no quiere
mantener una lucha contra los franceses en el centro de la Península y manda retirar sus tropas hacia Portugal.
El rey José se reinstalaría en Madrid pero la derrota de Napoleón en Rusia cambia completamente la situación.
Al tambalearse el Imperio los Francia no puede resistir indefinidamente en España, aunque todavía controlaba
la mayor parte del territorio. Ante el deterioro del Imperio en Europa José Bonaparte inicia una retirada hacia
Francia y Wellington inicia su persecución lo que produce la batalla de Vitoria, la última gran batalla de la
guerra que produjo numerosas bajas en el ejército francés.
Aunque hasta el 14 de abril de 1814 hubo tropas francesas en España con el regreso de Fernando VII, el
deseado, que declararía nula a la Constitución liberal promulgada en las Cortes de Cádiz y restauraría el
absolutismo gracia al Tratado de Valençay firmado con Napoleón que le devolvería el poder a la dinastía
borbónica.
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