Praxis Freudiana Av. Corrientes 1309 8º "24" (C1043ABA) Capital Federal, Argentina Tel/Fax: +54 (11) 4371-2719 e-mail: [email protected] web: http://www.praxisfreudiana.com.ar HAMLET – ENTRE DOS DUELOS Guillermo Apolo Freud se refiere a Hamlet en La interpretación de los sueños afirmando que tiene las mismas raíces que Edipo Rey. En ambos se juega el Complejo de Edipo, complejo en función del cual se articula toda acción humana. Para Freud, la dificultad de Hamlet para cumplir con el mandato de matar a su tío –asesino de su padre- se explica en tanto él mismo, en su infancia y sin saberlo ahora, quiso ejecutar tal crimen. Por eso, va a interpretar la frase de Hamlet: “la conciencia nos hace a todos culpables”, como un “sentimiento inconsciente de culpabilidad”. Lacan, en El deseo y su interpretación, va a decir que, entre Hamlet y Edipo, hay algo que marca una diferencia entre las dos tragedias y es que “Edipo no sabía", lleva a cabo todo su accionar no sabiendo. Edipo mata a su padre y se casa con su madre sin ningún tipo de vacilación, pero también sin saber nada de lo que hace. En Hamlet el padre vuelve de ultratumba como fantasma y le pide al hijo que vengue su muerte. Es un padre que sabe sobre su muerte y sobre lo que su hijo tiene que hacer. Como dice Lacan, aquí el crimen edípico es sabido por el otro, surge de quien es la víctima para ponerlo en conocimiento del sujeto. Ese saber del otro, genera como efecto que el acto de Hamlet se dilate y postergue. Mientras en la tragedia antigua se realizaba el acto porque no se sabía, en la tragedia moderna el saber interfiere en la ejecución del acto. En Hamlet encontramos un padre que viene del más allá a decir lo que el sujeto tiene que hacer. Pero, si hay algo que sucede por la castración es entender que el Otro no sabe. Entonces Hamlet no puede actuar a causa del saber del Otro. lo Eso es que Lacan encuentra como diferente con relación a Edipo. Para el Psicoanálisis, la constitución del objeto del deseo tiene que ver con el duelo, o sea, con la castración. Algo debe perderse. En Hamlet hubo duelo. operación de encontramos una dificultad para la constitución misma del deseo, pues no De hay ausencia en Hamlet es de la operación de duelo, de la la lo que inscripción Hamlet se queja de la de ausencia una de falta. duelo Desde con su el principio mismo de la obra, amigo Horacio: “Los manjares cocidos para el banquete del duelo, sirvieron de fiambres en la mesa nupcial”. ¿Y cuál es el síntoma que se presenta en el texto? La procrastinación, término que alude al aplazamiento, la postergación.Hamlet tiene un acto que cumplir y no lo cumple. Hamlet - Entre dos Duelos – G. Apolo Hay alguien que obtura el camino para que Hamlet pueda realizar su acto: la madre, pues, según Hamlet, no respeta el duelo por su padre. Hamlet necesita servirse de una representación, de una ficción, de una play scene –escena que se representa dentro de la obra. Esta escena no es tanto para que Claudio caiga en la trampa, sino para que Hamlet intente, por la vía de la ‘re-presentación’ de la escena sobre la escena, reubicarse él. Hay algo ficcional que es necesario para el sujeto. Lacan va a decir que es en la play scene, donde Hamlet intentará dar cuerpo al deseo, pasar por cierta corporización, animarse imaginariamente. Necesita hacer una operación en lo imaginario, y la intenta poniendo un actor a representar el asesinato. O sea, se representa a sí mismo cometiendo el crimen que intenta llevar a cabo pero que no asume. La play scene muestra la estructura de ficción que tiene toda verdad, la necesidad de pasar por una ficción para situarse en relación a la verdad del deseo. Al final de la obra encontramos la otra escena crucial: la escena del cementerio, que se desarrolla durante el entierro de Ofelia. Laertes, hermano de Ofelia, se lanza sobre la tumba y estrecha en los brazos a su hermana muerta. Ahí aparece Hamlet y -presentándose como “Hamlet el danés”- comienza a forcejear con Laertes, y es a partir de esa escena, que Ofelia se va a convertir en su causa. La diferencia entre la play scene y la escena del cementerio radica en que la play scene está montada deliberadamente. Aún así nos mostraba que la verdad del deseo tiene estructura de ficción, pero es un montaje deliberado. La escena del cementerio es inesperada, sorpresiva, contingente, pues se produce más allá de la voluntad del sujeto, y funciona bajo el signo del velo. En la escena del cementerio, ¿qué es lo que se están disputando? Quién era la falta de Ofelia. Por eso, dice Hamlet “Yo amaba a Ofelia, cuarenta mil hermanos no podrían con toda la suma de su amor, alcanzar el mío”. Es como decir: “A quién más que a mí le hace falta esa mujer”. Eso es lo que lleva a Hamlet a actuar, y ahí “se olvida” del padre, de la madre y actúa: hace lo que tenía que hacer. Lacan dirá que si Ofelia funciona motorizándolo y poniéndolo en marcha en relación con su acto, es porque, de algún modo, está en el lugar del falo, de eso que falta y motoriza. A partir de que Ofelia pasa a encarnar el objeto perdido, el falo se pone en circulación nuevamente. Hamlet se orienta en el campo del deseo porque -luego de ver en la play scene al actor cometiendo el asesinato- ve, en la escena del cementerio, a Laertes ‘destrozado’ porque le falta Ofelia. Este rival, que también era su amigo, es un rival digno, lo cual le permite posicionarse, en relación con Laertes, en una identificación diferente. Lacan dice: “se hace hombre de golpe”. A partir de ahí, se encausa por el camino que le permite hacer lo que debe hacer. El deseo no es hacer obedientemente lo que el Otro pide, porque, mientras la palabra del Otro venía como mandato del padre, él no podía llevar a cabo su acto. Hamlet siempre había dicho que no tenía nada que ver con Dinamarca, y ahora aparece responsabilizándose respecto de lo que dice: “Soy yo, Hamlet, el danés”. Al final de la obra, cuando mata a Claudio, ya no está cumpliendo la voluntad del padre, sino que está haciendo lo que él debe hacer en su dignidad de príncipe de Dinamarca a quien le han matado a su padre, el rey. Vemos, entonces, cómo esta obra empieza por un duelo no realizado y concluye en un duelo que, al realizarse, posibilita en Hamlet un reposicionamiento que le permite poner en acto su accionar. BIBLIOGRAFÍA: Freud S. La interpretación de los sueños. Apartado: Las particularidades Psicológicas del Sueño. O.C. Vol IV. Amorrortu editores. Lacan J. Seminario VI, El deseo y su interpretación. Inèdito Lacan J. Seminario X, La angustia. Editorial Piados, Buenos Aires Umérez O. deseo-Demanda Pulsión y Síntoma. JVE Ediciones. Colección Psique, Buenos Aires http://www.praxisfreudiana.com.ar 2/2