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La Grandeza de Cristo y de Su Obra: Se sentó a la diestra de la Majestad
Hebreos 1:3 • Julio 25-26, 2015
Repaso
El fin de semana antepasado vimos los dos primeros versículos de este libro.
Vimos que en la historia hay dos fases en las que Dios se ha comunicado con la
humanidad:
1. v.1: "Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas
maneras a los padres por los profetas... " Una fase se desarrolló durante las
muchas ocasiones y maneras en que Dios habló, mediante los profetas, al
pueblo judío de antaño, y está registrada en el Antiguo Testamento.
2. La segunda y última fase ocurrió al hablar mediante su Hijo Jesucristo. v.2:
"En estos últimos días nos ha hablado por su Hijo”. Él los llama los "últimos días",
porque la llegada de Jesucristo, el Hijo de Dios, al mundo fue la Palabra
decisiva de Dios. No hay una tercera fase en la historia de la Palabra de Dios.
Todo en la historia es, o una explicación, o una aplicación del significado de
Jesucristo, la Palabra de Dios.
También vimos, en el v.2, que Dios ha señalado a su Hijo, Jesucristo, para
que sea el heredero de todas las cosas. Esto significa que Cristo puede validar
todas sus promesas. Al final, todo pertenecerá a Cristo. Él lo poseerá, y lo
gobernará. Y por tanto, él puede hacer que todo obre para el bien de su pueblo.
Y vimos que Él es el heredero de todas las cosas, no solo porque él hizo todo lo
que el Padre le dio para hacer en la historia, sino porque por medio de él, Dios, "hizo
también el universo". Él es el Creador. Él es heredero de todas las cosas, porque él
hizo todas las cosas. Y el propósito del escritor es llamar nuestra atención y
admiración y confianza y lealtad y adoración hacia Jesucristo, el Hijo de Dios.
La semana pasada vimos tres detalles del v.3 "Después de llevar a cabo la
purificación de los pecados...".
1. La Persona de Jesús: Estamos tratando con una persona, no solo con una idea,
o una tradición, o una religión o práctica. Jesucristo fue y es una persona viva. Y
él desea ser conocido, amado, creído, seguido, adorado, disfrutado. Él está vivo y
está entre nosotros hoy aquí, mediante su Espíritu, recibiendo todo lo que hacemos, y
respondiéndonos.
2. Las Frase "de los Pecados”: También enfatizamos que el pecado es una realidad
terrible y grande en el mundo. Vimos en el v.3:17 que Dios está enojado con el
pecado. Y su ira santa es lo que hace necesario la purificación de los pecados.
3. La Frase "después de llevar a cabo la purificación" (versículo 3b): Dios dio a Su
Hijo para morir por nuestros pecados, de modo que su ira pudiera ser quitada de sobre
nosotros, y nuestros pecados pudieran ser perdonados, y nuestros corazones pudieran
ser purificados. Y lo hizo una vez y por todas, para nunca repetirse, porque su obra al
llevar los pecados, fue perfecta.
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Hoy vamos a considerar el hecho de que después de que Jesucristo llevó a cabo la
purificación de los pecados y murió en nuestro lugar, Él resucitó de entre los muertos
y se sentó a la diestra de Dios para gobernar hasta que todos sus enemigos fueran
puestos por estrado de sus pies. Así que hoy queremos enfocarnos en la última parte
del v.3.
Él se Sentó a la Diestra de la Majestad
Todo el v.3 es una sola oración: “Él,” es decir el Hijo de Dios, Jesucristo. “se
sentó". El punto principal del versículo es: "Se sentó a la diestra de la Majestad".
Todo lo demás en este versículo sirve para iluminar esa declaración. Lo que el autor
quiere que veamos aquí es que hay cuatro razones por las que Jesús sentó a la diestra de
la Majestad de Dios:
1. Él es el resplandor de la gloria de Dios.
2. Él es la representación exacta de la naturaleza de Dios
3. Él sostiene todas las cosas por la palabra de su poder.
4. Él hizo la purificación de los pecados - por estas cuatro razones se sentó a la
diestra de Dios.
Necesitamos ser iluminados para ver la verdadera grandeza y gloria de Jesucristo.
Hay una conexión entre la obra de Cristo al llevar a cabo la purificación de los
pecados, y su acción de sentarse a la diestra de Dios. Hebreos 10:12-14 “Él,
habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados para siempre, se sentó a la diestra de
Dios, esperando de ahí en adelante hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus
pies.”
Lo que queda claro en estos versículos es que Cristo se sentó a la diestra de
Dios para honrarle por la total culminación de su obra en la cruz con la que quitó
el pecado. Se sentó a la diestra de la Majestad en el lugar mas alto del universo y esta
esperando que todos sus enemigos sean sometidos bajo sus pies. Jesús se sienta en este
lugar de honor y autoridad y poder porque su ofrenda logró exactamente lo que Dios
quería de ella.
1. La Plenitud de la Obra de Cristo Quitando los Pecados
Si usted pone su esperanza y confianza en Jesucristo, el Hijo de Dios, como
su Salvador y Señor, Cristo se unirá a usted en una relación de salvación y
recibirá el Espíritu que comenzará en usted una obra santificadora que durará
toda la vida. Ése es el significado de Hebreos 10:14 cuando dice “los que son
santificados". Se refiere a los que están depositando sus esperanzas en Cristo y
están siendo transformados, poco a poco, a su imagen por su Espíritu (2 Corintios
3:18).
¿Qué fue lo que Cristo logró, para los santificados mediante Su sacrificio?
"Porque por una ofrenda Él ha hecho perfectos para siempre a los que son santificados.” Al
morir por nosotros, Cristo cubrió nuestro pecado tan completamente que puede
decirse que somos perfectos delante de Dios. Es decir, en Cristo hemos sido
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perdonados por todos nuestros pecados, y, utilizando las palabras de Pablo, quedamos
absueltos y reconocidos como justos. Y no solo por un tiempo sino "para siempre".
Por esta razón Cristo fue exaltado al lugar de honra a la diestra de Dios. Su
obra para eliminar los pecados había sido perfecta. La resurrección y exaltación y
coronación de Cristo a la diestra de Dios es una declaración y una celebración de su
perfecta obra eliminando los pecados.
Así que toda nuestra adoración a Cristo es un reflejo de la absoluta
suficiencia de la muerte de Cristo para cubrir, limpiar y eliminar todos los
pecados de todo el que cree en él y entra al camino de la vida llamado
santificación.
• Cuando realmente creemos y sabemos esto, vivimos para volvernos lo
que ya somos delante de Dios, de hecho el volvernos lo que somos, es decir,
volvernos santos, es la demostración de que realmente hemos participado de
Cristo y que Él verdaderamente es nuestro Señor y Salvador. Cristo fue elevado
hacia ese lugar de honor por la plenitud y perfección de su obra que elimina
nuestro pecado.
Esta verdad y realidad tiene el propósito de volvernos fuertes e
inquebrantables contra las terribles tentaciones de la duda de que nuestros
pecados puedan no ser perdonados. La resurrección y entronamiento de Cristo a
la diestra de Dios tiene el propósito de darnos seguridad a la hora de la prueba y
a la hora de la muerte, de que la purificación de los pecados es segura y real y
suficiente para darnos entrada al cielo. No tome a la ligera este razonamiento
bíblico.
2. Dos Obras Necesarias para un Futuro Feliz con Dios
Hebreos 1:3 dice: "Él... que sostiene todas las cosas por la palabra de su poder... se sentó a
la diestra de Dios.
¿Por qué se incluye aquí esa afirmación? ¿Por qué mencionar que todo el
universo pende de la Palabra de Cristo en cada momento de su existencia?
Porque sería un gran error pensar que dependemos de Cristo sólo para la
purificación y no para existir.
Hay dos detalles que le pueden impedir entrar al cielo y disfrutar la gloria de
Dios y todas sus obras:
• Uno se refiere a los pecados no perdonados.
• La otra es que usted dejará de existir y que todas las obras de Dios dejarán de existir.
Así que, si usted quiere tener un futuro feliz en la presencia de Dios, tiene dos
grandes necesidades: una obra de purificación de los pecados, y una obra de
preservación de su existencia.
3. Cristo es Doblemente Digno de Confianza y Amor y Adoración
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Si aprendemos de las Escrituras cómo ver la realidad suprema, veremos
que necesitamos a Cristo, no solo para hacer purificación por nuestros pecados,
también para preservar nuestras almas y cuerpos. Así que Cristo es doblemente
digno de nuestra dependencia y confianza y amor y adoración.
Cuando le vemos sentado a la diestra de la majestad, no está allí sólo para
ser honrado por la obra de su purificación al salvarnos, también está allí para ser
honrado por la palabra de su poder que nos preserva. A él debemos nuestra
purificación de pecados y a él debemos nuestra existencia.
Conclusión
Entre mas conocemos la grandeza y la obra de Jesús mas podemos confiar
en Él, y más puede amarle, y adorarle. Él está vivo y está sentado a la diestra de
Dios con todo el poder y la autoridad, y un día vendrá en gran gloria. Él tiene ese
lugar exaltado porque es Dios mismo, el Hijo, y porque le sostiene a usted y a mí
mediante la palabra de su poder; y porque él hizo una purificación perfecta de los
pecados.
La exhortación hoy es que conozca cada día mas al que le sostiene su
existencia, y le ofrece la purificación de los pecados, y le revela a Dios como la
luz revela al sol.
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