58 Atenea · Número 20 NACIONAL ña de dimensión ultramarina que nació aquel día acabó en 1898 al perder Cuba, Puerto Rico, Filipinas y las otras islas. Sólo quedan de aquella dimensión -nada menoslos lazos de unión y afecto con las naciones hermanas. La fiesta del 2 de mayo es, verdaderamente, la fecha más importante de España -y, naturalmente, la de los madrileños-, la que deberían celebrar todos los españoles de hoy y ser el Día de la Fiesta Nacional porque es la de más trascendentales consecuencias de las que enorgullecerse: salvación de la soberanía nacional, asunción de ésta por el pueblo, lucha colectiva y victoria sobre las amenazas exteriores, nuevo orden constitucional, derrota del absolutismo y unión en los ideales de libertad y democracia. SUGERENCIAS La Fiesta Nacional plantea dos referencias: la esencia nacional de España y la esencia de los españoles de cada momento de la Historia. En estos tiempos se ha cultivado lo local y lo regional; falta ahora cultivar el nivel superior, el nacional. La Fiesta Nacional podría ser potenciada por los poderes públicos como representantes del pueblo español por la propia esencia de lo que se celebra. Podrían celebrarse, no sólo actos oficiales en Madrid, sino una verdadera fiesta general en todas las localidades españoles. Además del engalanado con los colores nacionales en los edificios públicos y en los privados -ya se sabe que hay banderas en todas las familias-, podrían hacerse homenajes cívicos a la bandera, allí donde estuviera izada, o en la habitual Plaza de España de tantas localidades. Podría haber homenajes cívicos a los españoles anteriores, especialmente en sus localidades de origen y explícitamente a los que sirvieron de modo destacado al bien común, porque nos han legado lo que somos hoy. Y, además, rendir homenajes a aquellos españoles que a lo largo del año transcurrido han alimentado el orgullo de los demás por serlo. Por ejemplo, la imposición a una representación de los españoles galardonados con las distinciones nacionales como la Orden de Carlos III, la de Isabel la Católica y la del Mérito Civil. Y la entrega de los premios Príncipe de Asturias concedidos a españoles, y los premios nacionales del Deporte, etc. Y, para finalizar, podría implicarse en mayor medida a la juventud, porque son los continuadores de la Nación española, transmitiéndoles a ellos y entusiasmándoles con los valores de libertad y democracia como los supremos de la convivencia que nos hemos dado los españoles. n por M. Ángeles Moya “NUNCA ATEMORIZADOS” LA GUARDIA CIVIL EN AFGANISTÁN L os guardias civiles Chaves y Crespo, miembros del nuevo contingente de la Benemérita desplegado en Afganistán cuentan a Atenea sus impresiones, horas antes de volar hacia allí. En la despedida, el titular de Interior les transmitió “el apoyo, el reconocimiento y la gratitud del Gobierno de España y de todos los españoles”. Estos guardias civiles son dos de los 21 del nuevo contingente de la Benemérita que se encuentra en territorio afgano. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, los despidió, junto al resto de sus compañeros, en un sencillo acto que se celebró en la Dirección General de la Guardia Civil, en Madrid. Ambos pertenecen a la Compañía de Reserva y Acción Exterior que, integrada en el Grupo de Reserva y de Seguridad nº 2 de Sevilla, es la unidad especializada para las misiones internacionales. Para Chaves, la de Afganistán es su sexta misión (anteriormente había estado dos veces en Bosnia-Herzegovina, dos en Kosovo y una en Albania); para Crespo es la primera. Los dos afrontan seis meses de despliegue en suelo afgano con “ilusión y optimismo”, a pesar de lo ocurrido el pasado 25 de agosto, Número 20 · Atenea La muerte de los dos guardias civiles y del intérprete causó un gran impacto en la sociedad española. cuando un terrorista acabó con la vida de dos compañeros suyos en la base de Qala-i-Naw; y también a pesar de que el propio titular de Interior les advirtió que van a “cumplir una misión en una zona de riesgo” y que Afganistán “es la misión más arriesgada de todas las que la Guardia civil ha tomado parte”. Estarán con los componentes del contingente anterior, al que pertenecían los dos fallecidos, durante 20 días. “Vamos a intentar darles el máximo apoyo posible y aprender mucho de ellos y de los errores que se hayan podido cometer”, aseguran con la convicción de que, como les dijo el ministro, en Afganistán no sólo defenderán la seguridad de los afganos, sino también “la de los países aliados, y la seguridad de España y de los españoles”. Como no podía ser menos, ambos están afectados por las muertes del capitán José María Galera, el alférez Abraham Bravo, a los que conocían muy bien porque, según explica el agente Crespo, “tanto Chaves como yo estuvimos a punto de ir a Afganistán con ellos”, y también la del traductor Ataollah Taefy Khalili. Al preguntarles si ahora piensan que les podía haber tocado a ellos y sobre la suerte que han tenido, Cha- ves no duda en responder: “A veces pensamos que ojalá hubiéramos estado allí, igual podíamos haber ayudado o haber apoyado al resto de los compañeros; nunca se sabe cómo le va a venir a uno la vida”. Tras lo ocurrido, su marcha a territorio afgano supone una preocupación para sus familias. “Es normal -dice Crespo-, ellos lo pasan peor que nosotros”. Pero tanto él como el agente Chaves tienen asumido, y así lo manifiestan, que ése es su trabajo y por eso están en la Compañía de Reserva y Acción Exterior y por eso van voluntarios a Afganistán, donde desempeñarán tareas de seguridad. riesgos y disciplina Escuchándoles hablar, las palabras de Rubalcaba durante el acto de despedida cobran más sentido: “Vuestra profesión -dijo el ministro- entraña importantes riesgos y la aceptación de esos riesgos es la característica más genuina de los guardias civiles, esa mezcla de iniciativa y disciplina, de osadía y de templanza, de sagacidad sin pérdida de la firmeza. Una vez más, los guardias civiles nos dan muestra de su entrega, su vocación de servicio y su generosidad”. La misión de los agentes Chaves y Crespo consistirá en proteger a sus compañeros instructores, a los otros guardias civiles que, como los oficiales Galera y Bravo, impartirán clases a los futuros policías afganos. “Es mucha responsabilidad después de lo que ha pasado; siempre hay que tener cuidado, pero ahora deberemos tener los ojos más abiertos, y más en un país como Afganistán”, afirma Crespo. “Hay que estar siempre prevenidos -añade Chaves- pero nunca atemorizados”. Durante el acto de despedida del nuevo contingente, el titular de Interior, acompañado por el director general de la Policía y la Guardia Civil, Francisco Vázquez, y por toda la cúpula de la Benemérita, quiso transmitirles “el apoyo, el reconocimiento y la gratitud del Gobierno de España y de todos los españoles” ya que, según afirmó, la de Afganistán es una misión “fundamental y prioritaria, porque no podemos permitir que el extremismo violento vuelva a dominar el país y extienda su terror al resto del mundo”. De los 21 agentes del nuevo contingente, 16 se integrarán en los Equipos Operativos Policiales de Adiestramiento y Enlace en Qalai-Naw y cinco en el Centro de Formación de Mazar-e-Sharif. Todos ellos forman parte, junto a otros 42 países, de la misión que la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF) desarrolla desde diciembre de 2001 bajo el mandato de Naciones Unidas. n 59 00