La participación de las mujeres en las radios comunitarias; el caso de La Voladora Radio 97.3 FM Por Irina Ivonne Vázquez Zurita La radios comunitarias llegaron a suelo mexicano hace aproximadamente 46 años con la finalidad de brindar servicio social a las comunidades en donde la población no sabía ni leer, ni escribir. Fue en los años 80`s cuando comenzó a hablarse de radio comunitaria y en los últimos años se ha agregado a su concepción la idea de “radio ciudadana”. Las radios comunitarias son espacios de recomposición del tejido social, son lugares de representación de diferentes identidades culturales y de construcción de la democracia. Estas emisoras se caracterizan también por estar gestionadas a través de organizaciones sociales sin fines de lucro, siendo su principal característica la participación de la comunidad tanto en la propiedad del medio, programación, administración, operación, financiamiento y evaluación. 1 El perfil de las radios comunitarias también se deja ver en las causas que abraza: la defensa de los derechos humanos, la promoción de un desarrollo humano sostenible, la equidad de género, el respeto a las identidades étnicas, la preservación del medio ambiente, las juventudes, la protección a la niñez y de las personas adultas mayores, la educación, la salud, la integración nacional y regional, así como la diversidad informativa. Ubicadas en zonas rurales y urbanas marginadas, olvidadas, silenciadas, invisibilizadas e inmersas muchas veces en contextos de violencia, las radios comunitarias permiten conocer la realidad de grupos históricamente excluidos y discriminados de los medios de comunicación; uno de estos sectores, son las mujeres. En el artículo primero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se establece que queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas. Sin embargo la discriminación de género sigue estando muy arraigada en nuestra sociedad. De acuerdo con datos censales del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), en México residen 57.4 millones de mujeres quienes de acuerdo con expertos enfrentan tres amenazas: la discriminación, la pobreza y la violencia.2 1 Calleja, Aleida y Beatriz Solís. Con Permiso, la radio comunitaria en México. AMARC-AMEDI. México.DF, 2da edición. 2007. p. 22 2 Para más información consultar www.conapred.org.mx Desde el feminismo se argumenta que esta discriminación de género es resultado de condiciones culturales, económicas y sociopolíticas que colocan a las mujeres en un papel de subordinación en las relaciones humanas. Estas creencias, actitudes, sentimientos, valores, conductas y actividades que diferencian a hombres y mujeres a través de un proceso de construcción social, se desarrollan a diferentes niveles tales como el estado, el mercado de trabajo, las escuelas, los medios de comunicación, la ley, la familia y a través de las relaciones interpersonales, estableciendo una jerarquización que da más valor a lo masculino que a lo femenino.3 La desigualdad de género atraviesa toda la estructura social, incluyendo a los medios de comunicación, espacios en donde se reproduce la dominación y la opresión de las mujeres. Documentos internacionales como la Plataforma de Acción de Beijing (1995) - que reúne las ideas, reflexiones y propuestas emitidas durante la 4ª Conferencia de la Mujer-, reconocen que la discriminación de las mujeres en los medios de comunicación se deja ver en el número limitado de mujeres que laboran en ellos, en los pocos puestos de toma de decisión que ocupan y en la persistencia de las representaciones estereotipadas de lo femenino que se muestran en sus contenidos. 4 En este sentido, Margaret Gallagher introduce el término “censura de género” para explicar como el silencio de la mujeres en los medios está “alojado en varios mecanismos sociales que niegan la validez de su experiencia y las excluyen del discurso político, con el objetivo de oscurecer las verdaderas condiciones de vida de las mujeres y la inequidad de las relaciones entre los sexos que evitan que las mujeres ejerzan sus derechos humanos”. 5 Para escuchar la voz de las mujeres a través de los medios se debe garantizar su acceso en condiciones de igualdad e impulsar su participación como reporteras, productoras, locutoras o directoras, estrategias incluidas también en la Plataforma de Acción de Beijing de 1995. El acceso y participación de las mujeres en los medios de comunicación, es un indicador de democracia, que posibilita el ejercicio no solo su derecho a la comunicación, sino también de sus derechos humanos. La libertad de expresión y el derecho a la información quedan plasmados en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que señala: “todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.6 3 Beltrán, Elena y Maquierira, Virginia (eds), Feminismos. Debates teóricos contemporáneos, Ciencias Sociales Alianza Editorial, Madrid, 2008, p. 159 4 En www.un.org/womenwatch/daw/beijing/pdf/ , Inciso J, pag. 107 5 Gallagher, Margaret, “Los derechos humanos y a comunicar de las mujeres”, en Vega Montiel, Aimée (coord.), Comunicación y Derechos Humanos, UNAM, CEIICH, AIECS, México, 2012, p. 88 6 Declaración Universal de los Derechos Humanos en http://www.un.org/es/documents/udhr/ El Relator Especial de la ONU para la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y expresión, Frank La Rue Lewy, afirma que la libertad de expresión permite desarrollar un pensamiento propio, crítico, así como la capacidad de expresarlo. Este derecho es un instrumento para combatir el abuso y la violencia contra la niñez, la violencia contra las mujeres, la discriminación y el quebrantamiento de la equidad de género.7 Al ser las radios comunitarias espacios de defensa de los derechos humanos, en especial de la libertad de expresión, distintas mujeres a título personal o de manera organizada, han visto en ellas la posibilidad de extender la lucha por el reconocimiento de sus derechos, de participar en la generación de opinión pública, de impulsar la diversidad de opiniones manifiestas en una sociedad y de construir ciudadanía. Las condiciones en las que participan las comunicadoras comunitarias no se alejan del escenario que predomina en los medios de comunicación privados y públicos, en donde las mujeres son menos en número, ocupan los puestos menos calificados y tienen poco acceso a los puestos de toma de decisión. Sin embargo, sus condiciones específicas han sido poco estudiadas; al estar inmersas en zonas rurales y marginales, a la discriminación de género se le suman otras distinciones como la clase social y la etnia, que las coloca en un nivel distinto de vulnerabilidad. La participación de las mujeres en la Voladora Radio 97.3 FM Lo que a continuación presento es una primera exploración sobre justamente este tema: la participación de las mujeres en las radios comunitarias desde la perspectiva de género, una perspectiva teórico metodológica que nos permite entender cómo las ideas, creencias, valores y representaciones construidas socialmente a partir de su diferencia sexual, han devenido en la subordinación de las mujeres. Este trabajo forma parte de mi proyecto de maestría el cual lleva por título La participación de las mujeres en las radios comunitarias de AMARC-México; un análisis desde la perspectiva de género, el cual surgió por mi cercanía con el trabajo de esta Asociación y las radios que la integran, así como por los pocos estudios sobre la participación de las mujeres en este sector. Esta aproximación tiene por objetivo rescatar las experiencias de las mujeres e identificar aquellos factores que posibilitan u obstaculizan su participación en las emisoras. Para cumplir con esta tarea entrevisté a cinco mujeres y cinco hombres colaboradores de la Voladora Radio 97.3 FM, ubicada en Amecameca, Edo. De México. Si entrevisté a cinco integrantes hombres es porque no se puede comprender de manera separada a unas y otros. La Rue Lewy, Frank, “Comunicación y derechos humanos: la relatoría especial de naciones unidas”, en Vega Montiel, Aimée (coord.), Comunicación y Derechos Humanos, UNAM, CEIICH, AIECS, México, 2012, p. 56-57 7 En este sentido retomo lo escrito por la Dra. Aimée Vega Montiel, en su artículo “Las Mujeres y el derecho humano a la comunicación; su acceso y participación en la industria mediática” (2010) donde señala que documentar la participación de las mujeres en los medios de comunicación, es fundamental para incrementar su participación en dichas industrias e impulsar contenidos que reflejen las problemáticas y las acciones de sus agendas.8 Es difícil saber con exactitud cuántas radios comunitarias hay en el país debido a que no todas cuentan con permiso y aparecen en los registros correspondientes; por otro lado la persecución y criminalización de la que han sido objeto hace que muchas emisoras aparezcan y desaparezcan con rapidez. Quiero aclarar que no todas las radios sin permiso son comunitarias, ya que pueden perseguir otros intereses, sin embargo ante la ley todas son tratadas de la misma manera, como ilegales. Por tal motivo, esta aproximación se centra en La Voladora Radio 97.3 FM, emisora que en el año 2005 recibió de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (COFETEL), permiso para transmitir su señal al igual que otras diez radios comunitarias de distintas partes del país, después de una larga lucha sociopolítica impulsada por la Asociación Mundial de Radios Comunitarias de México y otros grupos ciudadanos convencidos de la importancia de la democratización de los medios. La Asociación Mundial de Radios Comunitarias es una asociación de intercambio, coordinación, cooperación, promoción y asesoría al servicio de las radios comunitarias para promover, proteger y respetar el derecho a la libertad de expresión. AMARC agrupa a cerca de 4,000 miembros y asociados en más de 110 países. 9 Esta organización llegó a México en 1992, y a la fecha está conformada por 15 radios comunitarias con permiso distribuidas en los estados de Oaxaca, Michoacán, Sonora, Nuevo León, Puebla, Jalisco, Morelos y el Estado de México, así como por nuevos proyectos radiofónicos que buscar operar dentro de la legalidad. Quiero destacar que solo dos emisoras de AMARC son dirigidas por una mujer: Verónica Galicia de la La Voladora Radio 93. 7 FM y Guadalupe Blanco de Radio Nandhia 107.9 FM, en Villa de Flores, Oaxaca. La Voladora Radio se sitúa en Amecameca, un municipio del Edo. De México cuyos antecedentes históricos datan de tiempos prehispánicos. Conformado por una población campesina y suburbana, el municipio se localiza aproximadamente a 27.3 km del volcán Popocatépetl, actualmente activo. Por su cercanía con el volcán, esta emisora comunitaria es reconocida por el constante monitoreo que hace del mismo, así como por servir de enlace entre la población y las autoridades civiles y militares en casos de contingencia volcánica. 8 Vega Montiel, Aimée, Las mujeres y el derecho humano a la comunicación; su acceso y participación en la industriamediática, Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, en http://www.revistas.unam.mx/index.php/rmspys/article/view/25935 9 En http://www.amarcmexico.org/index.php/amarc/quienes-somos/quienes-somos Actualmente, en la radio colaboran 22 personas, 12 hombres y 10 mujeres, organizados de la siguiente manera: MUJERES HOMBRES LOCUCIÓN PRODUCCIÓN REPORTEROS OPERACIÓN EN VIVO SOPORTE TÉCNICO MIEMBROS DE LA AC 9 9 4 1 2 2 2 1 0 2 4 3 Es importante señalar que dentro de la radio la mayoría de los integrantes son locutoras y locutores, quienes coordinan a su vez los contenidos de sus programas. La mayoría de los integrantes de la radio poseen entre 30 y 40 años de edad, pero en la estación también participan un joven de 18 años y una joven de 24. También destaca la participación de Don Nacho de 64 años y de Esperanza de 61. La programación de la radio está compuesta por 11 programas distribuidos durante la semana sobre deportes, salud, cultura y distintos géneros musicales. Solo el programa “El trasfondo”, aborda problemáticas específicas de las mujeres, al brindar orientación psicológica sobre diversos temas. Este espacio es conducido por dos psicólogas de la comunidad y se transmite los viernes de 2 a 3 de la tarde. Dos mujeres a la cabeza La funcionalidad cotidiana de la radio recae tanto en la directora de la estación, Verónica Galicia, como en la encargada de programación, Rocío Castillo, quienes además de la conducción de sus espacios, se dedican a producir, reportear y a operar en vivo. Verónica fue electa en asamblea como directora de la radio en el 2007, y desde entonces se ha distinguido por ser una mujer de un fuerte liderazgo dentro de su radio y en la organización de AMARC-México. Las tareas administrativas y la búsqueda de recursos, también son su responsabilidad, debido al poco interés o a la falta de tiempo del resto de los integrantes para ocupar estas áreas. Ambas se conocieron mientras estudiaban letras latinoamericanas en la universidad, para las dos, su segunda opción ante la no posibilidad de estudiar Filosofía y Ciencias de la Comunicación en la UNAM respectivamente. Una vez dentro de la radio, Verónica y Roció se enfrentaron a un panorama similar, al ser cuestionadas por sus familias sobre el mucho trabajo invertido en la radio, y la nula remuneración económica. Lograr que sus padres respetaran esta decisión de vida, fue resultado de un largo proceso. Para Rocío, la radio comunitaria es su pasión y no un trabajo, mientras que para Verónica, es un espacio donde se construye democracia, una radio “militante” sensible a los problemas que la sociedad enfrenta, que permite se escuchen otras realidades, otras voces y da visibilidad a los diferentes movimientos sociales Los obstáculos El principal problema que salió a la luz en todas las entrevistas realizadas, fue el factor económico. Las radios comunitarias que cuentan con permiso, por ley no pueden lucrar con el tiempo aire; los ingresos que reciben son resultado de donaciones de la comunidad, aportaciones de los mismos integrantes, rifas, eventos musicales o kermeses que realizan. Sin embargo, los montos recuperados no son suficientes para pagar el mantenimiento de la emisora: la renta, la luz, el mantenimiento de la antena y el equipo de cómputo, el internet, etc. La Voladora Radio, al igual que la mayoría de las emisoras miembros de AMARC-México, no cuenta con una planeación financiera ni una estrategia sólida para la obtención de recursos, imposibilitando tener instalaciones adecuadas, herramientas apropiadas y un apoyo económico que posibilite la permanencia de las y los comunicadores comunitarios. De las cinco mujeres entrevistadas, cuatro tienen un trabajo remunerado además de participar en la radio. Llama la atención el caso de Verónica, quien no recibe ninguna retribución por dirigir la estación. Ella trabaja impartiendo clases de español en una escuela secundaria, y aunque la paga es muy poca, este empleo le ha permitido mantenerse al frente de la emisora desde el 2007. Pero las cosas no han sido nada sencillas para la joven de 33 años, quien “al no traer ni un peso en la bolsa”, a veces se pregunta si vale la pena o no seguir impulsando la radio en estas circunstancias. La encargada de programación, Rocío, es la única en recibir un apoyo económico dentro de la emisora, un total de $25 pesos por concepto de producción y manejo del equipo técnico para lanzar la señal al aire por programa transmitido. Esta donación, si bien no es un salario como tal, le ha permitido mantener una participación de tiempo completo en la radio y apoyar a su familia económicamente. Los hombres entrevistados reconocen la activa participación de las mujeres en la radio. Uno de ellos señala que tanto la directora como la encargada de producción, al no estar casadas ni tener hijos, tienen más tiempo para dedicarle a la radio (de las cinco mujeres entrevistadas solo una esta casada y sin hijos). En contraste, él y algunos de sus compañeros, al estar casados y ser padres de familia, dedican la mayor parte de su tiempo a un trabajo remunerado, por eso solo hacen su programa y ya, no se involucran más en la gestión de la radio. Dos de los cinco hombres entrevistados, señalaron que el problema del financiamiento se debe al tono editorial de la radio, ya que al ser “de izquierda” y muy crítico al gobierno, causa malestar en varios sectores, desde el federal hasta el local, limitando la “comercialización” de la radio. Uno de ellos reconoce que el problema viene desde las políticas de comunicación, que impiden a las radios comunitarias lucrar con un porcentaje establecido de tiempo al aire. Para la directora de la emisora comunitaria, la línea editorial de la radio es donde se encuentra su fortaleza y también su debilidad. Esta radio “militante” a lo largo de su historia ha seguido de cerca movimiento sociales como el zapatismo, movimientos a favor de los migrantes, de las mujeres, de la niñez, del medio ambiente o de la defensa de la tierra. Esta participación visible en temas sociales fue quizá el detonante de las amenazas de muerte que recibieron los colaboradores más activos de la radio en el 2006, año en que Felipe Calderón llegó a la presidencia, año del conflicto magisterial y del surgimiento de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), año de la represión violenta contra el pueblo de San Salvador Atenco. Una vez más la impunidad y la falta de investigación por parte de las autoridades competentes, fue la constante. Nunca se dio con los responsables de estos mensajes ni del robo de una computadora personal extraída de las instalaciones de La Voladora días antes de recibir la primer amenaza. México es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo en el mundo, circunstancia de la que lamentablemente, los comunicadores comunitario no están exentos. El tiempo de traslado fue otro factor identificado que limita una participación más activa, ya que algunas colaboradoras y colaboradores trabajan o realizan actividades frecuentes en el Distrito Federal, que se localiza a una hora y media de distancia aproximadamente. Esta situación hace que solo puedan atender sus programas en fines de semana y asistir a las asambleas cuando se requiere. En términos generales, los integrantes de la radio aseguran estar convencidos de la importancia de construir relaciones más equitativas entre hombres y mujeres, sin embargo falta se aterrice este enfoque en la generación de contenidos. Otro punto a destacar, es que son pocas las mujeres de la radio que tienen conocimientos sólidos y capacitación en género. Si bien, el tema de “género” ha sido impulsado por AMARC-México a través de la conformación de la Red de Mujeres - que convoca a generar propuestas para fortalecer su participación y liderazgo-, en la cotidianidad de la radio los temas de mujeres siguen siendo secundarios, ya que existen otros asuntos catalogados como prioritarios: la producción y la generación diaria de contenidos, la búsqueda de recursos económicos, el seguimiento al referendo del permiso de transmisión, etc., lo cual, no permite se problematice la desigualdad de género dentro y fuera de la emisora, ni se diseñen estrategias de comunicación radiofónica. Puntos a favor La Volador Radio ha incorporado dentro de su proyecto comunicacional una visión de construcción democrática, por lo que las decisiones que afectan a toda la estación se toman de manera colectiva a través del voto en asamblea, misma que se convoca una vez al mes. Aunque a veces es difícil llegar a puntos de acuerdo entre unas y otros, las puertas al diálogo están abiertas; aunque reconocen que de vez en cuando, alguien llega a subir el tono de voz, esto no ha desencadenado capítulos de violencia física o verbal. Nueve de las diez mujeres que integran la radio tienen estudios de licenciatura, estas capacidades y habilidades pueden ser utilizadas para diseñar e implementar acciones desde el enfoque de género, que se vean reflejadas en los contenidos de la radio, pero también para invitar a otras mujeres a participar en la estación. Como un acuerdo tomado en asamblea, La Voladora Radio organiza de tres a cuatro talleres de capacitación anuales, con la finalidad de brindar más herramientas a sus integrantes en distintos temas relacionados con el quehacer radiofónico y compartir el conocimiento de manera horizontal. En este sentido, el periodista Marco Lara Klark, apoya con talleres periodísticos para conocer el manejo adecuado de la información en temas delicados como los movimiento sociales. Otro hallazgo interesante es que las cinco mujeres entrevistadas señalaron haber nacido en un hogar católico, pero no practicar ninguna religión. La más joven de las integrantes de la radio, una actriz de 24 años comentó: “decía Unamuno que la única forma de recuperar un poco de dignidad humana es transgrediendo lo que te creo”. Estas cinco mujeres a través de su discurso, me dejaron entrever sus cuestionamientos y enfados hacia las relaciones de poder presentes en la sociedad. Posteriormente, me compartieron sus ganas por aportar “un granito de arena” para transformar estas condiciones de desigualdad, a través de la palabra en la radio. Conclusión La llegada de una mujer a la dirección de La Voladora Radio, se debe, en buena medida, a que desde sus inicios la emisora incluyó a la participación democrática dentro de sus estatutos, para que hombres y mujeres tuvieran las misma oportunidades de desarrollo, y el mismo peso en la toma de decisiones por medio de la asamblea. Quiero subrayar que no es igual, en todas las radios. Pero también, el que una mujer esté a la cabeza de la radio de Amecameca, se debe a un componente personal, su historia de vida. En este caso, Verónica desde muy joven tuvo la oportunidad de conocer e involucrarse con distintos movimientos sociales, lo que le hizo adoptar la causa de la lucha por los derechos humanos. Para ella, la radio es una ventana para conocer distintas percepciones de nuestra sociedad, una forma de defensa de los medios alternativos y un espacio para construir una sociedad menos injusta y desigual. La no remuneración económica es uno de los factores que más dificultan la participación de hombres y mujeres en La Voladora Radio, problemática atribuibles al resto de las comunitarias. Si no se tienen resueltas y cubiertas las necesidades básicas, es difícil que las personas participen de manera voluntaria en la producción de un programa de radio o en el proceso de gestión de una emisora. La cuestión se complica aún más cuando se es padre o madre de familia y se debe llevar el sustento a casa. Hasta aquí, hemos identificado tres factores que condicionan la participación de las mujeres en la radio comunitaria: las políticas de igualdad al interior de la radio, la identidad subjetiva de las mujeres y la no remuneración económica. Como señalé párrafos arriba, esta es una primera exploración para indagar cuáles son los factores que posibilitan u obstaculizan la participación de las mujeres en las radios comunitarias, que sin duda son varios más. Para impulsar la participación de las mujeres en estas emisoras, una buena estrategia sería fortalecer las alianzas con organizaciones feministas, quienes a través de distintas dinámicas pueden aportar elementos para introducir la discusión; con esto se podrían construir las condiciones necesarias desde la radio, para que las mujeres ejerzan su derecho a la libertad de expresión y su derecho a la información. No puedo cerrar estas líneas sin señalar una vez mas, que la participación de las mujeres en los medios de comunicación, ya sean privados, públicos o comunitarios, les permite ejercer su derecho a la comunicación, que a su vez, se encuentra estrechamente vinculado con el ejercicio de sus derechos humanos. Para finalizar El pasado 30 de abril de 2013 el Senado de México aprobó, en segunda vuelta, la reforma constitucional en telecomunicaciones, en la que se reconoce a las radios comunitarias e indígenas como medios de uso social. Este logro, fue el resultado de varios años de lucha para que se reconociera el derecho de la sociedad civil a contar con sus propios medios de comunicación. Con el reconocimiento jurídico de las radios comunitarias se abre un nuevo capítulo en el sistema de radiodifusión y telecomunicaciones en México, que como han señalado académicos y expertos en medios de comunicación, ha sido y es dominado por un puñado selecto de empresas con el poder suficiente para presionar, chantajear y manipular al gobierno federal y a los partidos políticos. En medio de esta celebración, todavía no quedan claras las formas que garantizarán las condiciones necesarias para el autofinanciamiento de las radios comunitarias, ni tampoco las políticas que permitan a las mujeres participar en los medios de comunicación en igualdad de condiciones. Referencias Beltrán, Elena y Maquierira, Virginia (eds), Feminismos. contemporáneos, Ciencias Sociales Alianza Editorial, Madrid, 2008. Debates teóricos Calleja, Aleida y Beatriz Solís. Con Permiso, la radio comunitaria en México. AMARCAMEDI. México.DF, 2da edición. 2007. Vega Montiel, Aimée (coord.), Comunicación y Derechos Humanos, UNAM, CEIICH, AIECS, México, 2012, Sitios en internet www.conapred.org.mx www.un.org/womenwatch/daw/beijing/pdf/ , Inciso J Declaración Universal de los Derechos Humanos en http://www.un.org/es/documents/udhr/ Informe sobre la Situación de las Radios Comunitarias en México, 2011- julio 2012. Asociación Mundial de Radios Comunitarias-México. www.amarcmexico.org Vega Montiel, Aimée, “Las mujeres y el derecho humano a la comunicación; su acceso y participación en la industria mediática”, Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, en http://www.revistas.unam.mx/index.php/rmspys/article/view/25935