La depresión desde un punto de vista evolutivo

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La depresión desde un
punto de vista evolutivo
Dos investigadores de la Universidad de Arizona publicaron
recientemente una interesante hipótesis para comprender a
las depresiones desde el punto de vista de la evolución. De
acuerdo a su postulado, el que persistan en el genoma humano alelos de riesgo para la depresión corresponde a un
tema importante de debate científico aún sin resolver. Por
una parte, las teorías evolutivas que consideran a los síntomas depresivos como fenómenos adaptativos no explican
por qué aun los síntomas moderados de depresión generan
fallas en las capacidades de funcionamiento individual y
social. Por el contrario, las teorías que sugieren que la depresión es un proceso desadaptativo no encuentran una justificación que explique la existencia de una alta prevalencia
de alelos de riesgo para la enfermedad en las poblaciones
humanas. Por consiguiente se requieren explicaciones más
contundentes que permitan comprender mejor por qué se
originan y por qué persisten los alelos de riesgo para la
depresión. Para enfrentar este debate estos investigadores
postulan un nuevo marco teórico que considera que estos
alelos se han mantenido en el genoma a lo largo del proceso
evolutivo debido a que sirven como codificadores de una
amplia gama de respuestas inmunológicas y conductuales
que promueven la defensa ante los fenómenos patógenos.
Este incremento de la defensa a patógenos se produce principalmente por medio de un aumento de la actividad del
sistema inmune innato, lo cual da por resultado una reducción de muertes por causas infecciosas, particularmente
durante la infancia que es la etapa del ciclo vital cuando la
presión selectiva originada por las infecciones es mayor y
el sistema inmune aún no alcanza su madurez. Al efectuar
una búsqueda en la bibliografía científica encontraron que
existe una amplia información que asocia a los síntomas
depresivos y/o a la depresión mayor con un aumento de las
respuestas inmune e inflamatoria; los estudios de meta-análisis son los que encuentran datos más consistentes al respecto; particularmente sobre cómo se incrementan en estas
condiciones las concentraciones plasmáticas de factores relativos a la respuesta inmunológica, como el factor alfa de
necrosis tumoral (TNF- α), interleucina-6 (IL-6), proteína
C reactiva y haptoglobina. Posteriormente, otros estudios
de tipo longitudinal han aportado información adicional a
estas observaciones. Por ejemplo, se ha encontrando que
la existencia de un aumento de marcadores inflamatorios
en sujetos no deprimidos predice el desarrollo posterior de
depresión. Debido a que las infecciones han sido a lo largo
de la historia de la humanidad la causa principal de mortalidad primaria y de una consecuente falla reproductiva a
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lo largo de la evolución, es entonces esperable que si los
síntomas depresivos son una parte integral del incremento
de la respuesta inmune, las variantes alélicas que le dan
sustento a esta respuesta hayan sido sometidas a lo largo
del tiempo a una fuerte presión selectiva, lo cual explica
su persistencia y amplitud de expresión. Los autores aceptan que su teoría (que denominan PATHOS-D) no es totalmente original; hay por lo menos una hipótesis previa que
postula a la depresión como una respuesta conductual que
ayuda al sistema inmune a combatir infecciones existentes
y al mismo tiempo a reducir la exposición a patógenos. Sin
embargo, a diferencia de las hipótesis previas que consideran a la depresión como parte del fenómeno adaptativo, ya
que compensa las vulnerabilidades del sistema inmune, la
hipótesis PATHOS-D postula que la depresión fue un componente ancestral del sistema de defensa del huésped ante
los patógenos en las condiciones ambientales que prevalecieron en etapas evolutivas previas que ya no presentes.
De acuerdo a este modelo, los síntomas depresivos están
inextricablemente entretejidos con (y generados por) las
respuestas fisiológicas a las infecciones que a lo largo de
la evolución han servido para la supervivencia de los mamíferos. Por consiguiente se propone que los alelos de depresión, más que haber evolucionado asociados a los alelos
inmunológicos que producen la respuesta de defensa a elementos patógenos, forman parte de esos mismos alelos por
lo que los genes asociados a la depresión son los mismos
genes asociados a las respuestas inmunes del huésped.
Esta teoría la sustentan en el análisis de los estudios publicados que fueron revisados por los autores. De manera
resumida encontraron en esa información que los alelos de
riesgo para depresión, identificados tanto por metodologías
de genes candidatos como por estudios de asociación amplia del genoma, están asociados a las respuestas inmunes
ante infecciones que son las que permitieron la sobrevida
en ambientes ancestrales. Adicionalmente encontraron información que sostiene el papel de los síntomas depresivos
en las reacciones de defensa del huésped incluyendo a la
hipertermia, la reducción del almacenamiento de hierro, la
conducta inhibitoria de conservación, la hipervigilancia y
la anorexia. De esta manera la hipótesis PATHOS-D provee
una explicación de cómo la depresión comparte información genética relativa a la respuesta adaptativa de defensa
inmune. Al considerar estos aspectos no es sorprendente
que las alteraciones del sistema inmune observadas en la
depresión sean pro-inflamatorias por naturaleza, compartiendo así el mismo fenotipo. Esto, a decir de los autores,
no significa que cualquier alelo depresogéno incremente
uniformemente la función inmune innata ante la presencia
de todo tipo de microbios. De hecho, lo que su hipótesis
sugiere es que los alelos depresógenos se deben entender
Vol. 23, Número 4 Abril 2012
como el reflejo integral de los mecanismos de defensa exitosos con los que la humanidad ha enfrentado a lo largo
de la evolución los riesgos patológicos, pero desde luego
con el acompañamiento de consecuencias indeseables. De
esta manera, el alto precio que se paga está compensado
por las ganancias que se han obtenido en términos de la
defensa ante los patógenos. De confirmarse en estudios futuros, esta perspectiva da lugar a la posibilidad de que al
comprender mejor cómo los genes promueven el desarrollo
de la depresión, se ganará en conocimiento en el campo de
la inmunogénesis y, alternativamente, con la mejor comprensión de la “lucha” evolutiva entre los patógenos y los
Vol. 23, Número 4 Abril 2012 huéspedes humanos se podrá ayudar a postular nuevos paradigmas teóricos y nuevas estrategias de tratamiento para
las enfermedades depresivas. Una interacción indudablemente interesante.
(Josué Vásquez)
Bibliografía
RAISON CL, MILLER AH: The evolutionary significance of depression
in pathogen host defense (PATHOS-D). Mol Psychiatry doi: 10.1038/mp.
2012.2
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