CESION, EFECTO DE LA NOTIFICACION DE LA. Dados los

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358426. . Tercera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo XLIX, Pág. 1458.
CESION, EFECTO DE LA NOTIFICACION DE LA. Dados los términos en que están
redactados los artículos 1631 del Código Civil de 1884, y 2036 del actualmente en vigor, se
ha llegado a sostener que el cesionario no puede intentar demanda judicial contra el deudor,
sin que previamente le haya notificado la cesión, para que pueda oponerse a ella, y para que
haga valer las defensas que le competan, y que la falta de esa notificación implica que la
cesión no debe estimarse perfeccionada, sin embargo esa interpretación de los preceptos
citados, no atiende a los fines racionales perseguidos por el legislador, al establecer el
requisito de la notificación, los que se descubren fácilmente, si se toman en cuenta otras
disposiciones de la propia ley, como son aquellas en que el mismo legislador establece: que
la cesión puede hacerse aun en contra de la voluntad del deudor, y que mientras la cesión no
se le notifique a éste, puede hacer valer, respecto del cesionario, todas las excepciones que
tuviere contra el cedente; por lo que del estudio relacionado de estos preceptos, se llega a la
conclusión, aceptada por la doctrina, acerca de que la notificación no es otra cosa que un
medio imperfecto de publicidad, que previene la ley, para que la cesión surta efecto respecto
de tercero, considerando como tal, al deudor y a los acreedores quirografarios del cedente;
pues el primero puede alegar el pago, la compensación y la cosa juzgada que hubieren tenido
lugar antes de la notificación' y los últimos, pueden embargar el crédito cedido
considerándolo como de la propiedad del cedente, en tanto no se haya hecho la notificación.
En efecto, si se notifica al deudor la cesión que del crédito a su cargo ha hecho el acreedor, es
porque puede suceder que el primero haya hecho pago parcial o total a su acreedor, tenga
créditos compensables respecto de éste, está en posibilidad de oponer la excepción de cosa
juzgada, o bien, quiere oponerse a la cesión, porque se trate de un crédito litigioso, y aquélla
se haya hecho en favor de una persona que desempeña la judicatura, y como estas
excepciones no producen el efecto de invalidar la cesión, por el solo hecho de que las alegue
el deudor en el acto de la notificación, es claro que en todo caso, deben discutirse y resolverse
en un juicio, en que se observen las formalidades esenciales del procedimiento, ya que de lo
contrario se privaría de sus derechos al cedente y al cesionario, por el solo dicho del deudor,
sin haberlos oído en juicio; de lo que se concluye que la notificación sólo persigue efectos de
publicidad, tendiente a establecer el momento a partir del cual el deudor no puede librarse de
la obligación, haciendo pago al cedente, entendiéndose que las excepciones de pago,
compensación y cosa juzgada que tenga el deudor respecto del cedente, hasta ese momento,
pueden oponerse en contra del cesionario. Así pues la oposición en el momento de la
notificación, no produce los efectos de definición de derecho alguno ya que éste sólo se hace
en juicio, y por lo mismo la notificación no reviste en realidad el carácter de un requisito
formal y constitutivo de la cesión, sino que tiene sólo por objeto fijar la fecha cierta para el
deudor, así como para los demás acreedores quirografarios del cedente, en relación con la
cual deben determinarse los efectos de la cesión; de lo que se sigue que el fin perseguido con
esa notificación, se realiza tanto cuando se hace extrajudicialmente, o en lo judicial, pero con
anterioridad a la demanda que promueve el cesionario, como cuando se verifica al notificarse
la demanda de éste, ya que el emplazamiento da formal oportunidad al deudor, de conocer los
términos de la cesión y pone a éste en condiciones de hacer valer todas las excepciones que
hasta ese momento tuviere contra el cedente, pudiendo también alegar que la cesión es ilegal
si se trata de un crédito litigioso, cedido en favor de un miembro de la judicatura. De lo dicho
se desprende igualmente, que la notificación está propiamente establecida en beneficio del
cesionario, dados los efectos que se producen desde esa fecha; así por ejemplo, si con
posterioridad a la cesión, pero antes de que se notifique al deudor, éste paga al cedente,
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358426. . Tercera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo XLIX, Pág. 1458.
obtiene un fallo favorable, o adquiere créditos a cargo de aquél, que pueden ser compensados,
podrá hacer valer las excepciones respectivas en contra del cesionario, cosa que no sucedería
si éste hubiera tenido el cuidado de notificar la cesión inmediatamente después de realizada,
lo que significa que la falta de notificación sólo perjudica al cesionario, y cuando se hace
oportunamente, es al mismo a quien beneficia. La solución contraria equivaldría a considerar
la notificación como un requisito esencial, no previsto por la ley, entre los que exige para la
validez de un contrato, y si se dice solamente se trata de un requisito necesario para poder
ejercitar la acción, es decir, de un simple requisito o de una simple formalidad procesal,
entonces se está en presencia de una excepción dilatoria, que sólo puede estudiarse por el
juzgador, cuando ha sido opuesta por el interesado.
Amparo civil directo 7009/34. Compañía de Mejoras de Ensenada, S.A. 2 de septiembre de
1936. Unanimidad de cuatro votos. El Ministro Sabino M. Olea no intervino en la resolución
de este asunto, por las razones que constan en el acta del día. La publicación no menciona el
nombre del ponente.
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