Refugiados iraquíes: La cara más cruda de la ocupación Pepa Suárez. Publicado en Berria Una de las consecuencias más trágicas de la guerra y posterior ocupación de Iraq, por parte de EEUU, ha sido el desplazamiento de la población iraquí, tanto en el interior como hacia los países vecinos, para huir de la violencia y las amenazas. Siria es el país que más refugiados ha acogido, hasta la fecha, debido a su política de puertas abiertas. La nueva exigencia de un visado, por parte de las autoridades de este país, coloca a los refugiados en una situación compleja. Mientras tanto, el éxodo que se produce desde Iraq adquiere tintes de catástrofe humanitaria según el gobierno sirio y los organismos internacionales. El extrarradio de Damasco podría ser el escenario de un libro de relatos sobrecogedores. Pero, desgraciadamente, las historias y las personas que las cuentan no pertenecen al mundo de la ficción. El 80% del millón y medio de refugiados iraquíes que acoge Siria, viven en barrios situados en los alrededores de la capital. Y todos, suníes, chiíes o cristianos, salieron de Irak huyendo de una especie de infierno donde las amenazas de muerte y la violencia, debida a la ocupación, es algo habitual. Saad Jangar es un chii que pertenece a una de las grandes familias de Nayaf. De las dos casas que poseía, una se la incendiaron y la otra fue objeto de un bombardeo. Ahora malvive en una casa alquilada y ni siquiera tiene dinero para que su hijo de cinco años discapacitado pueda recibir rehabilitación. “Recibí amenazas de muerte tras el incendio de mi casa. A mi cuñado lo asesinaron antes de que pudiera salir del país”. En un apartamento lúgubre y maloliente vive Laila con su marido. Esta mujer menuda, con el terror, todavía, dibujado en sus grandes ojos, espera un trasplante de músculo en su brazo derecho: “El 14 de mayo de 2006 llegaron los mercenarios americanos a mi casa, nos robaron todo lo que teníamos y se llevaron el coche. Y después tiraron una bomba en la casa y, en la explosión, murió mi hija”. Manal tenía, tan sólo, 17 años. Laila tiene hasta 70 restos de metralla en su cuerpo y su marido, que era comerciante, padece una insuficiencia renal desde entonces. Ahora viven de las limosnas. Tanto el gobierno sirio como el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados reconocen que es imposible contabilizar un número exacto de refugiados. Se calcula que, hasta septiembre de 2007, entre 20.000 y 60.000 personas podrían haber cruzado la frontera siria cada mes. Con las nuevas restricciones administrativas, para entrar en el país, la afluencia de iraquíes no supera la centena diaria y muchos de los que ya están instalados en este país tienen serias dificultades para renovar el permiso de residencia. La consecuencia más inmediata, de esta nueva situación, es que los iraquíes refugiados no irán a renovar su residencia y permanecerán de forma ilegal en el país que más refugiados iraquíes ha acogido, pronostica ACNUR. La invasión y posterior ocupación de Iraq ha causado el desplazamiento, desde 2003, de unos 4.000.000 millones de iraquíes, de los que 1.700.000 son desplazados en el interior de Iraq. Países vecinos como Jordania acoge a 700.000 refugiados. El resto se encuentran en Egipto, Líbano y Yemen entre otros. Las nuevas restricciones administrativas por parte de Siria, una cierta estabilidad, que tiene más de propaganda que de realidad, y la falta de recursos de los refugiados son las causas por las que muchos de ellos están volviendo a su país. Pero según ACNUR, la mayoría afirma que si pudieran mantenerse no volverían porque no confían en una mejora de la situación de violencia. Deaa Alsadi, presidente de la Asociación de Refugiados Iraquíes y ex presidente del sindicato de abogados iraquíes, explica que el mayor problema que padecen los desplazados, en estos momentos, es obtener la renovación de residencia. A esta dificultad se le suma la prohibición de trabajar que el gobierno sirio impone a los refugiados. Por su parte, ACNUR mantiene conversaciones con el gobierno sirio para impedir la deportación y ampliar los visados a todos aquellos que necesiten asistencia médica. Hasta la fecha solo los empresarios, estudiantes y personas casadas con ciudadanos/as sirios/as pueden obtener este trámite administrativo. Aunque el sistema de salud sirio es público y gratuito, la mayoría de los refugiados no pueden ser atendidos porque no hay capacidad suficiente como para absorber a una población tan numerosa y tan concentrada en el espacio. Además de las enfermedades crónicas, hay muchas personas heridas que necesitan intervenciones urgentes, además del apoyo psicológico, debido a las trágicas situaciones que han vivido. La violencia se ha cebado con todos los iraquíes sin distinción de etnia o confesión religiosa. Y todos los refugiados coinciden en que no existen problemas entre ellos debido a estas distinciones. “En Iraq nunca tuvimos problemas entre nosotros y ni siquiera se nos ocurrió preguntar a nuestros vecinos si eran suníes o chiíes. Nuestros hijos se criaron juntos sin importar a la etnia que pertenecían o la religión que profesaban. El problema vino con la ocupación” asegura Yaroub Ali un refugiado iraquí en Siria. Según los datos que maneja ACNUR, en 2006 se matricularon 33.000 niños/as iraquíes. Esa cifra aumento a 70.000 en el curso 2007 y a final de este mismo año se esperaba una matricula de unos 100.000 niños/as iraquíes. Estas cifras suponen para las escuelas sirias, instaladas en barrios donde se siente la presión demográfica de los iraquíes, un aumento en la ratio de 25 a 50 o 60 alumnos/as por clase. Es el caso de Saida Zenab, un barrio pobre situado al este de la ciudad de Damasco, donde los niños y niñas se sientan en el suelo por falta de mobiliario, para todos, en las aulas. Aún así, se calcula que todavía hay unos 300.000 niños/as sin escolarizar. Además de los refugiados iraquíes, Siria acoge a 450.000 palestinos que dependen de la UNRWA (Agencia de la ONU para los refugiados de Palestina) y hace año y medio acogió a 180.000 libaneses durante el período de tiempo que duraron los bombardeos israelíes. Las consecuencias sociales y económicas para Siria, debido a la presión ejercida por el número de refugiados iraquíes, no se han hecho esperar. El coste de la vida ha subido debido a la mayor demanda, en un país donde los productos básicos están subvencionados y de las que se benefician, también, los refugiados iraquíes. La demanda de pan, por ejemplo, subió un 35%. Estas subidas supusieron para el gobierno un gasto de 34.250.000 dólares en el último año. De la misma forma aumentaron las demandas de los productos derivados del petróleo que también están subvencionados. Faisal Al Mokdad, ministro de Asuntos Exteriores sirio manifestaba ante una representación de la CEOSI (Campaña Estatal contra la Ocupación y por la Soberanía de Iraq) el pasado mes de noviembre, que los refugiados es la consecuencia más dramática de la ocupación: “Nosotros reclamamos a EEUU indemnizaciones para los refugiados”. Al mismo tiempo aclaraba que no habían recibido nada del gobierno iraquí. El ministro de exteriores sirio aseguraba que Siria ha mantenido conversaciones con EEUU y con el gobierno iraquí sobre los refugiados y han trasladado su preocupación por este asunto: “Si no se garantiza las ayudas a los refugiados, esto puede convertirse en una explosión contra Iraq”. Siria es pobre, no tiene muchos recursos de petróleo, y, puede llegar un día en que existan grupos terroristas entre los refugiados. “Nosotros vigilamos esta situación, pero reconocemos que no podemos garantizar nada”. Por su parte, ACNUR sigue registrando a los refugiados para poder trabajar con cifras fiables. Y 170.000 refugiados han recibido ayuda de la Media Luna Roja. Recientemente abrieron dos clínicas y han firmado acuerdos con hospitales sirios para tratar enfermos de cáncer y de corazón. Han distribuido alimentos a 40.000 personas y en los próximos meses quieren ampliar ese número a 140.000. También ofrecen ayuda psicológica aunque reconocen que todo esto no es suficiente. Situación de los palestinos que viven refugiados en Irak En Irak vivían 30.000 refugiados palestinos, muchos de ellos, procedentes de la diáspora sufrida en 1948. Y la violencia se ha cebado especialmente con ellos. Según fuentes del FPLP (Frente Popular para la Liberación de Palestina) podrían haber muerto, desde que comenzó la guerra, unos 250 palestinos, muchos de ellos a manos de las milicias armadas ligadas a partidos con representación parlamentaria en Iraq. Este hecho como parte de la persecución organizada contra ellos que ha tenido lugar desde mediados de 2005, según las mismas fuentes, ha sido el causante de que 15.000 de estos palestinos se encuentren actualmente desplazados tanto en el interior del país como fuera. Debido a esta persecución, los palestinos huyen hacia las fronteras con Jordania y Siria permaneciendo, allí, en improvisados campos de refugiados. Este último país, a través de un llamamiento internacional que realizó NN.UU., acogió a unos 300 palestinos y Brasil a otras cien personas. Entre Siria e Iraq, en tierra de nadie, viven 474 de estos palestinos, que se vieron obligados a huir, en un campamento llamado Al Tanf. Chile y Sudán ya se han ofrecido a acoger a palestinos de este campo. Existe otro campamento cerca de la frontera siria, pero en suelo iraquí, Al Waleed, con unos 1600 palestinos que dependen de ACNUR y de algunas ONGs, pero la ayuda es muy limitada. La situación de estos refugiados es muy penosa debido a las duras condiciones climáticas y a la poca ayuda que reciben. Representantes del FPLP (Frente Popular para la Liberación de Palestina) en Siria declaran no ser partidarios de buscar soluciones individuales a cada familia y proponen, a los organismos internacionales, buscar una solución global para todos los refugiados palestinos que huyen de Iraq. Recordemos que la política de los palestinos es no adquirir la nacionalidad de ningún país de acogida para preservar el derecho al retorno. Algunas cifras: Iraquíes desplazados en el interior de Iraq: 1.700.000 Siria: 1.500.000 Jordania: más de 700.000 Egipto: entre 20 y 80.000 Líbano: más de 40.000 (Fuente: ACNUR) Siria: 19.043.000 habitantes Superficie: 185.180 kilómetros cuadrados Musulmanes suníes: 74%