VERSION PRELIMINAR SUSCEPTIBLE DE CORRECCION UNA

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Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
VERSION PRELIMINAR SUSCEPTIBLE DE CORRECCION UNA VEZ
CONFRONTADO CON EL ORIGINAL IMPRESO
(S-0304/08)
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 10 de Marzo de 2008
SEÑOR PRESIDENTE DEL
HONORABLE SENADO DE LA NACIÓN
Ing. JULIO C. C. COBOS
S
/
D
De mi mayor consideración:
Me dirijo a Usted a fin de solicitar la reproducción del proyecto de mi
autoría, oportunamente presentado y registrado, el cual paso a
detallar:
Proyecto de ley Nro. 62/06 “PROYECTO DE LEY SOBRE
RESPONSABILIDAD CIVIL DEL USUARIO, TENEDOR O
POSEEDOR DE ARMAS POR LA PORTACIÓN Y/O USO DE
ESTAS POR TERCERAS PERSONAS”.
Saludo a Usted atentamente.
Norberto Massoni.PROYECTO DE LEY
El Senado y Cámara de Diputados,...
ARTÍCULO 1°.- Toda persona mayor de edad usuario, tenedor o
poseedor de armas, autorizado o no, será responsable civilmente, por
la portacion y/o uso que de estas, realizaren terceras personas.
ARTÍCULO 2°. - El Director
o personal responsable de un
Establecimiento Educativo, que detectare la presencia de un arma
portada por un menor de edad, deberá automáticamente proceder a la
retención de dicho elemento peligroso, haciendo entrega inmediata y
bajo recibo a la autoridad judicial competente del mismo.
ARTICULO 3°. - La autoridad judicial competente dispondrá el
allanamiento, en el mismo día de ocurrida la retención mencionada en
el art. 2 de la presente ley del domicilio del legitimo usuario, poseedor
o tenedor del arma detectada en el establecimiento Escolar, a efectos
de verificar la existencia de otras armas en posesión del allanado, y en
su caso, procederá al secuestro de dicho material y en lo posible del
certificado de tenencia.
ARTICULO 4°. La autoridad competente deberá disponer el decomiso
y destrucción inmediata del material en infracción, si la situación
quedare encuadrada dentro de las previsiones del articulo 2° de la
presente ley.
ARTÍCULO 5°. - El juez competente ordenara la cancelación provisoria
o definitiva del permiso o autorización concedidos y, en caso de
reiteración del hecho, dispondrá la
prohibición perpetua de
adquisición de nuevas armas, atento la falta de control y descuido por
el usuario, tenedor o poseedor de dicho elemento gravemente
peligroso para un adolescente o tercero. Todo ello sin perjuicio de las
sanciones que correspondieren de acuerdo lo previsto en el art. 36 de
la Ley 20249.
Asimismo ordenara la comunicación de las medidas dispuestas en el
párrafo precedente a los órganos de fiscalización que correspondiere.
ARTÍCULO 6°. - Agréguese al Art. 36 de la ley 20429 el siguiente
Inc. 7: “Cancelación provisoria,
o definitiva con retiro de la
autorización concedida. Por igual periodo será la prohibición de
adquisición de armas en lo futuro”.
ARTÍCULO 7. - Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.
Norberto Massoni.FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
Los diversos hechos de violencia y falta de seguridad ocurridos en
nuestra sociedad en los últimos tiempos, específicamente dentro del
Ambito Educativo, que tuvieron por protagonistas a adolescentes
menores de edad, con la utilización de armas de fuego y otros objetos
peligrosos destinados a materializar hechos de violencia con el
consecuente daños a terceros, hasta llegar en algunos de los casos a
la muerte, requirieren la adopción de medidas especiales.
Tal como surge del propio Código Civil Argentino, toda persona mayor
de edad es responsable de los actos de su propia autoria, toda vez
que cause un daño a terceros.
Asimismo toda persona es responsable civilmente de los actos
realizados por aquellos que se encuentren bajo su dependencia, o por
las cosas que se sirve o que tiene a su cuidado.
Por la peligrosidad propia del arma, agravada en el caso por el
accionar de menores de edad, la sanción establecida por la presente
ley no puede admitir como defensa su falta de culpa o su oposición al
uso por el menor de dicho elemento peligroso.
Debe quedar claro que la obligación de los padres, en el caso de
armas no solo requiere absoluta diligencia en la guarda de la misma
sino que exige control de lo que el menor porta hasta la escuela, en su
cuerpo o en su cartera.
Respecto de la responsabilidad civil, el padre, tutor o curador, en caso
de que la persona a su cargo cometiera un acto que causare un
perjuicio a terceros, mediante la utilización de un arma, respondería
pecuniariamente por dicho acto, pero quedaría fuera del ámbito civil el
destino del arma en cuestión, con la remota posibilidad de una
reincidencia por parte del menor, y penalmente, si quien causare el
daño fuera menor de 16 años, la inexistencia de delito en esta materia.
En el ámbito social los términos violencia, adolescencia y armas son
palabras muy corrientes difundidos notablemente a través de los
distintos medios de comunicación, y asimismo interelacionadas entre
sí.
La adolescencia es considerada como la etapa de la vida en los
menores de edad en al cual se suceden diversos cambios en el
ámbito físico, emocional, social e intelectual, búsqueda de identidades
e intercambio con el medio que lo sostiene.
Asimismo los conflictos transitan en al dificultad de estructuración de
carácter armónico en su personalidad, desavenencias y alejamiento de
su grupo familiar, conductas violenta entre otros actos.
El adolescente no solo marca una distancia con sus padres, sino
también se acopla a un grupo de pares para identificarse. Surgen en
esta etapa sentimientos de omnipotencia, pudiendo determinar la
aparición de diversas conductas antisociales como al agresión y la
violencia.
Es netamente importante él dialogo de los padres con sus hijos
adolescentes acerca del cambio a producirse en esta etapa, a modo
de prevención o anticipación de las distintas reacciones que pudieren
ocurrirse, es decir una relación familiar armónica, donde exista la
expresión del afecto y se dispense la atención necesaria a cada uno
de los miembros, a través de una comprensión y comunicación
efectiva y dialogo.
Pero la realidad social en nuestro país es totalmente diferente. Es
corriente en la actualidad la falta de control de los padres en la
actividad de los hijos, el reemplazo del dialogo e imposición de los
limites a cambio de largas horas de soledad de los adolescentes
como consecuencia del desempeño laboral por parte de ambos
padres, del acompañamiento de largas horas delante de una
televisión, videojuegos con cargas de agresividad, la utilización de
Internet.
Sería considerado un acto de sinceridad que los propios padres
reconozcamos que la educación de nuestros hijos es encargada
indirectamente al televisor. Es decir, que entretiene a los niños, los
aplaca, pero aleja notablemente el dialogo con los padres, que a su
vez no tienen conocimiento de lo que ellos piensan o sienten.
El Papa Juan Pablo II, en un mensaje manifestado en el año 1994,
expreso que...”los padres hacen uso regular, prolongado de la
televisión, como una especie de niñera electrónica, abdicando su
papel de educador primario de sus propios hijos”...
Es aquí donde surge una primera falta de responsabilidad de carácter
social por parte de los padres, que ha escapado a la sanción por parte
del derecho.
Una de las formas negativas de manifestación por parte del
adolescente es la violencia, sobre otros, entendiéndose como tal el
ejercicio de la fuerza de una persona sobre la otra. En sustancia, a
través de la violencia se genera una relación de poder.
La violencia desplegada por los adolescentes muchas veces es
materializada dentro del ámbito educacional, tal como ya lo
mencionamos precedentemente. En este espacio la mayoría de los
menores buscan limites a su accionar, situación que en la generalidad
de los casos no encuentran en sus progenitores, ocupando los
docentes dentro del ámbito educacional el papel de “segundos
padres”. En cuanto a la imposición de limites primarios y en cuanto a
la comunicación, la Escuela avanza en el sentido señalado, dejando
quizás en un segundo plano el carácter de Socializador que la
Institución escolar posee.
Las armas de fuego son consideradas en la actualidad como uno de
los medios más graves y peligrosas para concretar la violencia.
En el caso de personas mayores de edad que causaren un daño con
dicho material responden tanto penal como civilmente por el acto
realizado, tal como surge en las legislaciones mencionadas.
Pero en el caso que fuera un menor de 16 años quien causare daño
con un arma, la situación penal cambia notablemente, atento que el
mismo es considerado para la ley penal como inimputable, siendo
solamente responsables civilmente sus
padres o personas
encargadas según el caso particular, por el perjuicio causado.
Es por ello que, en caso de la utilización de un arma por menores 16
años de edad, es necesario que se responsabilice especialmente a
aquellas personas usuarios, poseedoras o simples tenedoras de
dichas armas.
Esta falta de responsabilidad por parte del adulto respecto de lo citado
en el párrafo anterior, debe ser considerada como negligencia grave
no solo por no haber ocultado el elemento peligroso, sino por
desatenderse de la obligación de controlar el elemento portador del
escolar.
Esta figura no se encuentra establecida en la letra de la ley de armas,
atento que solo se penaliza todas las prohibiciones o incumplimientos
de las obligaciones establecidas en esa ley y sus decretos
reglamentarios, referidas a fabricación, exportación, importación,
transporte, venta, declaración de
usuarios,
y diversas
comunicaciones, de las distintas categorías de armas establecidas en
la ley, a través de multas, suspensiones temporarias según el caso,
clausuras de locales y hasta el decomiso del material en infracción.
Asimismo los decretos reglamentarios de esta ley son escasos en su
letra solo mencionan, entre otros temas, los procedimientos que una
persona mayor de edad deberá realizar para adquirir una determinada
arma, sea cual fuere su categoría, y obtener las autorizaciones
correspondientes para su tenencia.
Se considera conveniente el agregado de una nueva penalidad ante
la negligencia grave y notoria en el caso, consistente en primer lugar
en el decomiso del arma en cuestión, como así también otras armas
que fueren encontradas en su domicilio, y la destrucción inmediata de
las mismas, como medida que evitaría una nueva reincidencia del
menor.
Al dicho de que “el diablo descarga las armas” debe decirse que los
padres complementan esa función. Nadie debe extrañarse de este tipo
de sanciones, atento quien fue negligente una vez, no esta preparado
para resguardar a la sociedad de otras situaciones dramáticas y
peligrosas.
Sobre la base de lo manifestado precedentemente, en calidad de
castigo, y ante la falta de cuidado y guarda respecto del arma en
cuestión, es conveniente el retiro de la autorización concedida para
ser tenedor. Ese retiro de la autorización puede ser definitivo o
provisorio, lo que será determinado por el juez competente.
Asimismo en el caso especifico que se detectare en un
establecimiento educativo la portaron de armas por parte de un menor,
las autoridades de dicha institución tienen la obligación de retener
dicho material y dar aviso a la autoridad judicial competente para que
tome intervención.
Somos reiterativos, es una responsabilidad notoria el hecho de ser
usuario, poseedor o tenedor de un arma. Dicha responsabilidad
conlleva la obligación de guarda rigurosa de dicho material, como así
también el cuidado y verificación que la misma no llegue a manos de
terceras personas, entre las cuales puede encontrarse un menor.
Como es riguroso el procedimiento de adquisición y autorización para
la tenencia de armas, también debe ser riguroso y duro el castigo ante
la violación de esa responsabilidad, carente en la actualidad de
penalidad.
Por ellas y por las demás razones que en oportunidad de su
tratamiento daré en el recinto, solicito la aprobación del presente
Proyecto de Ley.
Norberto Massoni.-
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