Resolución Integra

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Juicio No. 319-2012
RESOLUCIÓN No.
Quito, a 13 de marzo de 2014
En el juicio ordinario No. 319-2012 de tercería excluyente seguido por RITA YOLANDA
QUINTEROS contra ECUADOR COMPANY CORP, se ha dictado lo siguiente:
Razón: Siento como tal que el presente juicio fue estudiado en relación por: Dr. Wilson
Andino Reinoso, JUEZ NACIONAL; Dra. María Rosa Merchán Larrea, JUEZA
NACIONAL; y, Dr. Paúl Íñiguez Ríos, JUEZ NACIONAL. Certifico. Quito, a 12 de
marzo de 2014. Dra. Lucía Toledo Puebla, Secretaria Relatora.
PONENCIA DEL DR. WILSON ANDINO REINOSO
CORTE NACIONAL DE JUSTICIA: - SALA DE LO CIVIL Y MERCANTIL
Quito, a 12 de marzo de 2014. Las 16h00.
VISTOS: Rita Yolanda Quinteros, interpone recurso de casación mediante escrito que
corre de fojas 18 a 25 del cuaderno de segunda instancia, en el que impugna la resolución
dictada por la Primera Sala de lo Civil, Mercantil, Inquilinato y Materias Residuales de la
Corte Provincial de Justicia de Pichincha, la cual confirma la sentencia dictada por el Juez
Séptimo de lo Civil de Pichincha dentro del juicio de tercería excluyente de dominio que
sigue Rita Yolanda Quinteros en contra de Ecuador Bottling Company Corporation y del
señor Víctor Hugo Mecías Lescano. Para resolver, se considera:
PRIMERO:- JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA.- El Tribunal tiene jurisdicción en
virtud de que los jueces que lo integran han sido constitucional y legalmente designados
mediante Resolución Nº 004 de 25 de enero del 2012 y posesionados por el Consejo de la
Judicatura el 26 de enero del 2012; según el artículo 8 de la Ley Orgánica Reformatoria del
Código Orgánico de la Función Judicial publicada en el Suplemento del Registro Oficial
No. 38, de 17 de julio de 2013 que sustituye a los artículos 183 y 186 del invocado Código
y resolución del Pleno de la Corte Nacional de Justicia No. 03 de 22 de julio de 2013; su
competencia para conocer el recurso interpuesto se fundamenta en lo dispuesto por los
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artículos: 184.1 de la Constitución de la República del Ecuador; 190.1 del Código Orgánico
de la Función Judicial; 1 de la Ley de Casación; y, por el sorteo de rigor cuya acta obra del
proceso. La Sala de Conjuezas y Conjueces de lo Civil y Mercantil de la Corte Nacional de
Justicia, analizan el recurso y lo admiten a trámite, en cumplimiento del artículo 6 de la Ley
de Casación.
SEGUNDO: NORMAS INFRINGIDAS.- La casacioncita señala que las normas que se
han infringido son los artículos: 573 del Código de Comercio; 157.4 y 5, 181, 182, 1697,
1698 y 10 del Código Civil; 68.4, 452 del Código de Procedimiento Civil. Fundamenta su
recurso en la causal primera del artículo 3 de la Ley de Casación.
TERCERO: ARGUMENTOS MATERIA DE LA IMPUGNACIÓN.- 3.1. La
casacionista argumenta que en la sentencia recurrida no se analiza el contrato de prenda
comercial ordinaria, que como lo señala la recurrente es la base o el soporte de este
enjuiciamiento para poder determinar si el mismo es válido o nulo, conforme lo dispuesto
por el artículo 573 del Código de Comercio, en concordancia con los artículos 1697, 1698,
1699 y 10 del Código Civil. 3.2. La recurrente indica que en el contrato de marras que obra
en el proceso, se determina que el valor del vehículo es de 28.000,00 USD (veinte y ocho
mil dólares de los Estados Unidos de Norte América) y que el demandado Víctor Mecías
entregó la suma de 6.000,00 USD (seis mil dólares de los Estados Unidos de Norte
América), quedando un crédito de 22.000,00 USD (veinte y dos mil dólares de los Estados
Unidos de Norte América) a pagarse a 60 meses plazo, desde enero del 2005, en cuotas
mensuales de 366,67 USD (trescientos sesenta y seis con sesenta y siete dólares de los
Estados Unidos de Norte América) mientras que el contrato de compra venta celebrado
entre EBC y Víctor Mecías Lescano se establece que serán pagados desde el mes de
septiembre del 2004, más en el contrato de prenda se establece que será desde enero del
2005, incongruencias como estas señala la casacionista, podrán discernirse o aclarar si el
contrato cumpliese los requisito legales pues, el artículo 573 del Código de Comercio
establece la obligación de que los abonos se restringen en un documento de prenda pretoria;
hecho que no se cumple por el acreedor. 3.3. Los títulos de crédito que sustentaban la deuda
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debieron presentarse acompañados a la demanda como señala el artículo 68 del Código de
Procedimiento Civil. Por otro lado no se realizó la exhibición de documentos solicitada en
la etapa de prueba. El contrato de prenda es nulo, de nulidad absoluta de acuerdo a lo que
determina el artículo 10 de Código Civil, además la compañía Blottling Company Corp.,
conocía que el señor Mecías Lescano, al ser empleador del mismo, era casado pues
anualmente repartía las correspondientes utilidades, es decir los demandados no pueden
beneficiarse de su propio dolo.
CUARTO:- DELIBERACIONES ACERCA DEL RECURSO DE CASACIÓN.- 4.1.
El recurso de casación como medio de impugnación extraordinario es el derecho de
objeción del justiciable sobre la sentencia o auto que ponga fin a los juicios de
conocimiento (Art. 2 de la Ley de Casación). Su propósito restaurar el imperio de la ley
transgredida en la sentencia o auto en garantía del debido proceso, resolución que asume el
carácter de obligatoria en el proceso dictado, la que no solo tiene trascendencia para las
partes procesales sino para la sociedad toda, y por los resultados significativos para la
solución de otros litigios o casos análogos a presentarse en lo posterior. De ahí que a la
Corte Nacional de Justicia como máximo Tribunal de Justicia Ordinaria en el control de
legalidad le corresponde desarrollar los precedentes jurisprudenciales con fundamento en
los fallos de triple reiteración. 4.2. Jaime Guasp relaciona sobre los motivos de las partes
para interponer el recurso de casación y las limitaciones de los poderes de los juzgadores, al
señalar que: Las partes no pueden acudir a ella a base de su simple interés, sino que tiene
que contar con una causa legalmente determinada, es decir, con un motivo: el motivo de
casación precisamente, por su parte, el órgano jurisdiccional no puede conocer los
problemas litigiosos en los mismos términos de amplitud en que lo hicieron los tribunales
de instancia, sino que encuentra limitados sus poderes a temas determinados y taxativos
coincidentes precisamente con las circunstancias que funcionan como motivo de casación.1
Lo que de acuerdo con la Corte Constitucional “El establecimiento de la casación en el
1
Guasp Jaime, Derecho Procesal Civil, T II , Madrid – Edición, 1977
3
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país, además de suprimir el inoficioso trabajo de realizar la misma labor por tercera
ocasión, en lo fundamental, releva al juez de esa tarea, a fin de que se dedique únicamente a
revisar la constitucionalidad y legalidad de una resolución, es decir, visualizar si el juez que
realizó el juzgamiento vulneró normas constitucionales y/o legales, en alguna de las formas
establecidas en dicha Ley de Casación…”2
QUINTO:-
EXAMEN
DEL
CASO
EN
RELACIÓN
A
LA
OBJECIÓN
PRESENTADA. 5.1. La actora fundamenta su recurso en la causal primera del artículo 3
de la Ley de Casación, la cual procede por: “Aplicación indebida, falta de aplicación o
errónea interpretación de normas de derecho, incluyendo los precedentes jurisprudenciales
obligatorios, en la sentencia o auto, que hayan sido determinantes de su parte dispositiva”.
El vicio que la causal primera imputa al fallo es el de violación directa de la norma
sustantiva, incluyendo los precedentes jurisprudenciales obligatorios, prescindiendo de los
hechos y la valoración probatoria, porque no se ha dado la correcta subsunción del hecho en
la norma; es decir no se ha originado la conexión lógica de la situación particular que se
juzga con la previsión hipotética y genérica efectuada de antemano por el legislador; yerro
que se puede provocar por los tres diferentes tipos de infracción ya señalados, lo que la
reclamante debe fundamentar adecuadamente. La aplicación indebida ocurre cuando la
norma ha sido entendida rectamente a su alcance y significado; más se la ha utilizado para
un caso que no es el que ella contempla, lo que efectivamente no es aplicable para el caso
que se decide. La falta de aplicación se manifiesta si el juzgador yerra ignorando la norma
en el fallo, lo que tampoco es aplicable para el caso en resolución. La errónea interpretación
tiene lugar cuando, siendo la norma cuya trasgresión se señala la pertinente para el caso, el
juzgador le ha dado un sentido y alcance que no tiene, que es contrario al espíritu de la le
Ley.
5.2. En el caso concreto la casacionista manifiesta que el Tribunal de instancia en ninguna
parte del considerando Cuarto ni de la sentencia hacen un análisis del “contrato de prenda
2
Sentencia No. 364, 17, I, 2011, pág. 53.
4
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comercial ordinaria”, por tanto se ha infringido el artículo 573 del Código de Comercio que
determina la forma en que debe ser celebrado un contrato de prenda, y que las anotaciones
no realizadas en el mismo traen como consecuencia la nulidad absoluta. Nulidad que los
juzgadores sólo pueden declarar de los actos jurídicos expresamente determinados en la ley,
y que según la doctrina “La nulidad puede resultar de la falta de las condiciones necesarias
y relativas, sea a las cualidades personales de las partes, sea a la esencia del acto; lo cual
comprende sobre todo la existencia de la voluntad y la observancia de las formas prescritas
para el acto. Puede resultar también de una ley. Los jueces no pueden declarar otras
nulidades de los actos jurídicos que las expresamente establecidas en los códigos.”3 Las
nulidades pueden ser absolutas o relativas. Las nulidades absolutas son aquellas que no
pueden ser subsanadas, es decir carecen de todo valor jurídico, esto por ejemplo cuando
existe objeto ilícito, causa ilícita, falta de objeto, falta de causa, falta de formalidades
legales, incapacidad absoluta o violación de prohibiciones legales.4 También existen las
nulidades relativas, estas son aquellas que pueden ser subsanadas. “En el fondo no es la
anulabilidad, que cabe subsanar por la confirmación; porque sus defectos no son
sustanciales en absoluto, ni de orden público inexcusable”5 Sin que sea verdad que el
Tribunal Ad quem no realice el análisis del contrato de prenda comercial ordinaria que se
dice es la base o soporte del presente enjuiciamiento, en los considerandos cuarto y quinto
precisamente se efectúa el examen de dicho contrato, deduciendo que “Del contrato en
mención no consta que la señora Rita Quinteros, haya intervenido en momento alguno, el
obligado y con derechos, son quienes han suscrito los instrumentos en mención”, mientras
en el quinto considerando tratan efectivamente sobre las normas que al respecto entran en
conflicto, ya sobre la sociedad conyugal, ya respecto de las obligaciones personales y de la
3
Guillermo Cabanellas. “Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual” Editorial Heliasta, Tomo V, Pág.
587.
4
Gaceta Judicial. Año C. Serie XVII. No. 2. Pág. 391. (Quito, 21 de octubre de 1999).
5
Guillermo Cabanellas. “Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual” Editorial Heliasta, Tomo V, Pág.
594.
5
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sociedad conyugal sobre la propiedad del vehículo que ingresa a formar parte de ella y del
gravamen que lo soporta.
El artículo 1697 del Código Civil establece que es nulo todo acto o contrato que le falta
alguno de los requisitos establecidos en la ley según su especie y la calidad o estado de las
partes. La nulidad puede ser absoluta o relativa. La nulidad absoluta es aquella producida
por objeto o causa ilícita y por la omisión de algún requisito o formalidad que la ley señala
para la validez de ciertos actos o contratos. También hay nulidad absoluta cuando los actos
o contratos son celebrados por incapaces absolutos, cualquiera otra de las no contempladas
en este artículo producirá nulidad relativa. (artículo 1698 del Código Civil).
El contrato de prenda es un contrato comercial en que se entrega un bien mueble a otra
persona que pasa a ser poseedor en garantía asegurando el pago del crédito otorgado.6 Las
causas de nulidades del contrato de prenda serán las mismas establecidas para cualquier
tipo de contrato,7 pues no requiere de ninguna solemnidad especial, como ejemplo si el
contrato de seguros de profesionales8 o un contrato de compraventa de bienes inmuebles.
Entonces, la alegación de que el contrato de prenda es nulo por no haberse realizado las
anotaciones de los pagos, no es válido, pues estas anotaciones sólo constituyen prueba de
los pagos que se han realizado por la otorgación de un crédito, entendiéndose que si no se
han anotado no existe pago alguno, pero no invalida de ninguna manera el contrato.
Por otro lado la nulidad relativa tampoco puede ser declarada de oficio por el juez, sólo
quien tiene interés en ello puede alegarla, en la presente controversia la recurrente no
ejerció esa facultad en tiempo oportuno como razona el Tribunal de instancia.
6
“Art. 2286.- Por el contrato de empeño o prenda se entrega una cosa mueble a un acreedor, para la seguridad
de su crédito. La cosa entregada se llama prenda. El acreedor que la tiene se llama acreedor prendario.”
7
Artículos 1697 y 1698 del Código Civil
8
Art. 54.- Es nulo, de nulidad absoluta, el seguro de responsabilidad profesional cuando la profesión y su
ejercicio no estén reconocidos por el Estado o cuando, al momento de celebrarse el contrato, el asegurado no
sea legalmente hábil para ejercer la profesión. Código de Comercio
6
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En la litis no está en discusión el derecho de la accionante sobre el vehículo, pues se lo
adquirido durante la vigencia de la sociedad conyugal, tampoco existe controversia respecto
del administrador de la sociedad conyugal, que a falta de estipulación corresponde al
marido, acorde el inciso primero del Art. 180 del Código Sustantivo Civil “Tendrá la
administración ordinaria de la sociedad conyugal, el cónyuge que, por decisión de los
contrayentes conste como tal en el acta de matrimonio o en las capitulaciones
matrimoniales; a falta de estipulación, se presumirá que el administrador es el marido”. El
artículo 1700 del exhortado Código determina que los actos realizados por marido o mujer
respecto a los bienes de la sociedad conyugal, sin el consentimiento del otro son
relativamente nulos, por lo tanto al tratarse de una nulidad relativa no existe la nulidad
alegada por la casacionista ni falta de aplicación de los artículos 573 del Código de
Comercio, 10, 1697 y 1698 del Código Civil, el análisis que realiza el Tribunal Ad quem se
adecúa al caso en concreto conforme lo dispuesto por la ley, la doctrina y jurisprudencia.
5.3. El artículo 68.4 del Código Procesal Civil establece que a la demanda se debe
acompañar: “4. Los documentos y las pruebas de carácter preparatorio que se pretendiere
hacer valer en el juicio y que se encontraren en poder del actor”; esta es una norma adjetiva
que posibilita el ejercicio del derecho, de tal manera que no puede ser alegada por la causal
primera. La causal primera se refiere a la violación directa de normas materiales o
sustantivas, el hecho de no acompañar documentos a una demanda puede acarrear la
abstención del conocimiento de una causa (Art. 69 C. P. C.); sin embargo, esto no se aplica
al presente caso, más aún cuando la casacionista de manera confusa se refiere a que en el
término de prueba no se ha justificado documentalmente la deuda, es necesario aclarar que
estamos frente a un proceso de tercería excluyente de dominio. Escriche entiende por
tercería: “La oposición hecha por un tercero que se presenta en un juicio entablado por dos
o más litigantes, ya sea coadyuvando el derecho de algunos de ellos, ya deduciendo el suyo
propio, con exclusión de los otros. Caravantes por su parte, expresa que por tercería se
entiende la acción o pretensión que opone una persona en un juicio entablado por dos o más
litigantes, diferentes de las pretensiones de estos; y también se da aquel nombre al
7
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procedimiento que se sigue con motivo de la nueva oposición”9. De lo que se establece que
en cualquier juicio puede ser oído un tercero pero siempre y cuando se le esté causando
perjuicio directo mediante las providencias judiciales. Este tipo de oposición se lo debe
resolver como un incidente y ante el mismo juez que conoce la litis principal. Las tercerías
excluyentes de dominio se encuentran reguladas en los artículos 491, 492, 493, 494,
495,496 y 497 del Código de Procedimiento Civil. En las tercerías puede existir una
contraposición de intereses entre “el ejecutante y el ejecutado, técnicamente deben ser
considerados como litisconsorte eventuales, porque el tercerista defiende el dominio suyo,
en contraposición al dominio que se pretende pertenece al ejecutado, y a la vez, el
ejecutante interviene, para oponerse a la pretensión del tercerista para cobrar su crédito;
aunque en la práctica el ejecutado deja al ejecutante toda su actividad procesal; este
litisconsorcio especial…”10 En este caso lo primero que se debe justificar es la calidad en la
que comparece la actora y su derecho para presentarse como tercerista ya sea en el juicio
principal o por cuerda separada. No permitir hacerlo en juicio aparte en juicio ordinario de
conocimiento es negar el acceso a la justicia.
Se alega por la casacionista Rita Yolanda Quinteros la falta de aplicación de los numerales
4 y 5 del artículo 157 y errónea interpretación del artículo 181 del Código Civil con el
sustento de existir el vínculo matrimonial con Víctor Hugo Mesías Lescano. El matrimonio
es una institución que se origina por medio de un contrato solemne, y tiene por objeto la
ayuda mutua de los cónyuges, la procreación y educación de la prole. En cuanto a esta
ayuda mutua que tiene como finalidad el bien común, el doctor Juan Larrea Holguín
manifiesta: “… el bien común temporal, es evidente que compete al Estado una amplia
jurisdicción sobre los efectos civiles del matrimonio. Al regular estos efectos, dentro de las
normas de la moral, con justicia y prudencia, el Estado promueve eficazmente el bien
9
Guillermo Cabanellas. “Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual” Editorial Heliasta, Tomo VIII, Pág.
44
10
Emilio Velasco Célleri, “Sistema de Práctica Procesal Civil”, Tomo 6, Editores S.A. PUDELECO, Pág.
115
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común, que es su finalidad…”.11 Y que, conforme la doctrina “sin matrimonio no existe
sociedad conyugal, pues es una sociedad suigéneris, que se forma con el matrimonio y
permanece latente hasta que este se disuelva.”12 Así como la sociedad conyugal está
constituida por los bienes, derechos y acciones, de igual manera debe responder por las
obligaciones adquiridas o deudas sociales obtenidas dentro de la sociedad conyugal.
El artículo 157 de Código Civil, sobre el haber de la sociedad conyugal en sus numerales 4
y 5 manifiesta que se compone de las cosas fungibles y especies muebles que cualquiera de
los cónyuges aportare al matrimonio, o durante él adquiriere; quedando obligada la
sociedad a restituir su valor y de todos los bienes que cualquiera de los cónyuges adquiera
durante el matrimonio, a título oneroso. El artículo 182 del mismo Código prescribe que el
marido y la mujer son respecto de terceros dueños de los bienes sociales; durante la
sociedad los acreedores de los cónyuges podrán perseguir los bienes sociales siempre que la
obligación hubiera sido adquirida por los dos y sólo subsidiariamente responderá el
patrimonio del cónyuge que se hubiere beneficiado.
La ex Tercera Sala de lo Civil y Mercantil de la Corte Suprema de Justicia en Resolución
No. 86-2008, de 30 de abril del 2008, causa No. 40-2007, Rivera vs. Cárdenas, señaló que:
"De conformidad a lo prescrito en el artículo 139 del Código Civil, el matrimonio da origen
a una sociedad de bienes, denominada "sociedad conyugal", en la cual los cónyuges
mantienen intereses patrimoniales comunes; así tenemos que ante la posibilidad de adquirir
un bien por prescripción extraordinaria adquisitiva de dominio el resultado del juicio
favorece o perjudica a los dos cónyuges por igual, tanto más que resulta improcedente
sostener el criterio de que cada uno de los cónyuges ha poseído el bien en forma
independiente. Por otra parte, si bien la Constitución y la ley determinan la plena capacidad
de la mujer para ejercer sus derechos y comparecer a juicio en igualdad de condiciones, en
el caso de la administración ordinaria de la sociedad conyugal, aquella corresponde al
11
Larrea Holguín, Juan. Derecho Civil del Ecuador: Derecho Matrimonial. Quito, Editorial Corporación de
Estudios y Publicaciones. Tercera Edición. Tomo II, 1978. Pág. 22, 28.
12
García Falconí, José: Manual de Práctica Procesal Civil. Tomo I. Quito, 2006. Pág. 49.
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marido, salvo decisión en contrario, de acuerdo a lo previsto en el artículo 180 del Código
Civil, de tal forma que, en tales casos, las acciones pueden ejercerlas conjuntamente los
cónyuges o solamente el marido” (…)13
Finalmente el artículo 1700 del Código Civil señala que: “Los actos realizados por el
marido, o por la mujer, respecto de los bienes de la sociedad conyugal, sin el
consentimiento del otro cónyuge, cuando éste es necesario, son relativamente nulos, y la
nulidad relativa puede ser alegada por el cónyuge cuyo consentimiento era necesario y
faltó. Si uno de los cónyuges realiza actos o contratos relativos a los bienes del otro, sin
tener su representación o autorización, se produce igualmente nulidad relativa, que puede
alegar el cónyuge al que pertenecen los bienes objeto del acto o contrato.” La actora no
argumenta, haber obtenido sentencia que declare la nulidad relativa del contrato que pueda
servir de sustento a sus acusaciones, lo cual debía ser alegado por la actora atacando
directamente al contrato y en el tiempo oportuno. De lo que se concluye que no existe
indebida aplicación del artículo 182 del Código Civil menos del artículo 452 del Código
Procesal Civil que el Tribunal de instancia en ninguna parte de su sentencia lo menciona,
por lo tanto es pertinente y acertado el análisis realizado por la Corte Provincial de Justicia
de Pichincha, cuando señala: “ (…) si la actora tuvo conocimiento de tal situación estuvo en
el derecho de ejercer dicha facultad en el momento en que detecte que dicho contrato le
acarrearía perjuicio pero buscar la inhabilitación del contrato por un lado y por otro alegar
que solo tiene derecho vuelve a la pretensión en contradictoria e ineficiente (…) ” Por lo
tanto se rechaza la acusación formulada.
Por las motivaciones expuestas, este Tribunal de la Sala de lo Civil y Mercantil de la Corte
Nacional de Justicia, “ADMINISTRANDO JUSTICIA, EN NOMBRE DEL PUEBLO
SOBERANO DEL ECUADOR, Y POR AUTORIDAD DE LA CONSTITUCIÓN Y
LAS LEYES DE LA REPÚBLICA”, NO CASA la sentencia dictada por la Corte
13
Ex Tercera Sala de lo Civil y Mercantil de la Corte Suprema de Justicia en Resolución No. 86-2008, de 30
de abril del 2008, causa No. 40-2007, Rivera VS Cárdenas.
10
Juicio No. 319-2012
Provincial de Justicia de Pichincha, el 21 de marzo del 2012, las 09h33. Acorde lo
dispuesto por el artículo 12 de la Ley de Casación, entréguese a la parte accionada la
cantidad consignada en concepto de caución. Notifíquese y devuélvanse, para los fines de
ley. ff). Dr. Wilson Andino Reinoso, JUEZ NACIONAL; Dra. María Rosa Merchán
Larrea, JUEZA NACIONAL; y, Dr. Paúl Íñiguez Ríos, JUEZ NACIONAL. Certifico.Dra. Lucía Toledo Puebla, Secretaria Relatora.
Razón. Siento por tal que la copia que antecede es igual a su original. Certifico. Quito, a 13
de marzo de 2014.
Dra. Lucía Toledo Puebla
Secretaria Relatora
11
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