DOCUMENTO DE POSICIÓN DEL MOVIMIENTO NACIONAL REFORMISTA Y LAS JUVENTUDES SOCIALISTAS DE ARGENTINA ANTE EL CONGRESO NACIONAL ORDINARIO DEL PARTIDO SOCIALISTA. 15 DE MARZO DE 2016. Ante las mismas preguntas, construyamos nuevas respuestas. El marco de un nuevo Congreso Nacional del Partido Socialista nos encuentra dispuestos a esbozar algunos conceptos claros, en función de proponer el entendimiento colectivo de nuestro rol en el nuevo ciclo político argentino. En tal sentido, y desde el seno de las organizaciones jóvenes de nuestro partido, es que queremos aportar una mirada de la herramienta política con la que hoy contamos, y también sobre la que necesitamos tener. En efecto, comenzaremos hablando desde nuestro recorrido en las organizaciones jóvenes del PS. Durante estos últimos años nos hemos podido dar un funcionamiento verdaderamente autónomo, lo cual debiera ser un piso para el futuro cercano, pero que es digno de manifestar. Particularmente, y en el plano del Movimiento Nacional Reformista, logramos abonar el debate colectivo para el replanteo programático de la organización, que se consagró a través de la ideafuerza “Hacia la 2da Reforma Universitaria”, volviéndonos una fuerza estudiantil con poder de interpretación de la educación superior en el siglo XXI, comprendiendo que el desarrollo de nuevas estrategias reformistas son la consecuencia de un proceso, y no parten de una foto a ratificar. Asimismo, y en torno a las Juventudes Socialistas de Argentina, debemos decir que se ha logrado su funcionamiento autónomo en un dinámico recorrido, y como prueba de ello podemos encontrar un debate construido en un sentido de participación nacional en torno a una propuesta política concreta, tal como se hiciera con la Ley de Juventudes. En dicha bandera, pudimos unir tres horizontes de acción: en primer lugar, un planteo histórico sobre la problemática joven desde la óptica del socialismo; en segundo término, la capacidad de realización de políticas públicas que logramos impulsar desde los órganos de gestión (particularmente, en la realidad de la Provincia de Santa Fé), y en tercer lugar, la mirada nacional y federal que se construye en base a un profundo “Ante las mismas preguntas, construyamos nuevas respuestas.” 1 intercambio, propuesto a lo largo y ancho del país. Por todo ello, es importante aseverar que nuestra acción política propende a un nivel cada vez más alto de participación, y por tanto no se construye en base a falsas dicotomías que justifican la exclusión o la inacción. Nuestro funcionamiento orgánico también contribuyó al aumento de la participación, donde cada realidad local o regional pudo expresarse. Sabemos que debemos ir hacia objetivos cada vez más claros, y que es mucho más lo que falta que lo hecho, tal como lo indica nuestra “Declaración de Oliveros 2016”, votada en el Plenario de las Juventudes Socialistas de Argentina, en el marco del XXVII Enero Socialista. Asimismo, llevamos adelante un proceso de diagnosis organizacional basado en la recopilación de información interna, afianzando responsabilidades, y obligándonos a analizar qué tipo de organización somos, en términos cuantitativos y cualitativos; todo ello, complementado con una mirada externa profesional, que nos permite observar trayectorias militantes, motivaciones y composición de nuestra organización. Construimos, por tanto, un análisis que marca la realidad de nuestra organización, así como las potencialidades y debilidades de la misma. Por otra parte, desde JS y MNR hemos aceptado el desafío de adaptar la difusión de nuestra propuesta política en base a los nuevos modelos de comunicación, y por tanto, hemos construido el primer escenario de campaña política presidencial del PS en redes sociales. Desde el escenario internacional, hemos consolidado una propuesta política de desarrollo estratégico, en base a nuestro rol en las organizaciones internacionales. Particularmente, esta situación se ha visto ratificada por los miembros de la Unión Internacional de Jóvenes Socialistas (IUSY), quienes volvieron a elegir a un compañero de nuestro partido para la Vicepresidencia del mismo. Además de ello, hemos logrado instalar claras relaciones bilaterales con organizaciones fraternales de nuestro continente, construyendo una visión compartida acerca de la región, y en particular, de la oposición al gobierno actual en Argentina. Conscientes de que el camino recorrido es solo un principio, y que se vio fortalecido por el apoyo dado por la actual conducción nacional del PS, nos proponemos mirar el país, en clave de nuestro Partido. Habiendo planteado lo anterior, es momento de pensar conjuntamente en qué país estamos, y cuáles son las razones de nuestra necesidad de acción política. En este sentido, debemos comprender que nos encontramos ante una época signada por una desigualdad estructural “Ante las mismas preguntas, construyamos nuevas respuestas.” 2 ascendente, que se manifiesta en el ámbito social y económico.Nuestra tarea ineludible reside, por tanto, en la interpretación de nuestra concepción de igualdad, y su mutación en una serie de ideas y propuestas que se militen en las instituciones, en la calle, en el seno de nuestro Partido Socialista. Debemos encontrar la fibra que conmueva a una sociedad que ha demostrado que aún confía en la posibilidad de un desarrollo hacia la igualdad, en base a la reconstrucción de un discurso público, intenso y claro, que lleve a lo concreto esta idea. En este punto, partimos de una premisa tan contundente como clara: No se puede subestimar la falta de densidad social de nuestro partido, ni sobreestimar las coyunturas políticas del mismo, sean estas favorables o desfavorables. En foco, creemos firmemente en la necesidad de potenciar nuestra fuerza de convocatoria. Ante el nuevo ciclo, debemos poder convocar a quienes no encuentran opción política clara en el marco actual, y que hacen eje en la igualdad como norte. Es aquí donde debemos aplicar una estrategia distinta a lo que se ha intentado realizar de un tiempo a esta parte, es decir, que no podemos construir una convocatoria amplia, si lo circunscribimos a ser parte del PS en los términos que los miembros plenos de la misma entendemos. Asimismo, tampoco podemos reducirlo al espectro de los partidos políticos u organizaciones análogas. Es preciso articular distintas “plataformas de participación” que ya existen en nuestra sociedad. En efecto, el socialismo será transformador en mayor medida si crece desde el PS y no sólo dentro del PS. Nadie debe entender esto como el fin de la historia ni de los partidos políticos, sino como una reinterpretación amplia y moderna de nuestro andamiaje sociocultural. Repasando la historia política de nuestro país, no tenemos dudas en afirmar que fuimos el primer partido MODERNO, que comprendió que la democracia burguesa requería esta estructura para la transformación de la sociedad. Por ello, nos convocamos al desafío de que seamos hoy, como Partido Socialista, el primer partido de izquierda en la Argentina del Siglo XXI. Muchos quieren y necesitan igualdad, pero necesitamos pensar cómo hacerlo. En este sentido, la dinámica de estructura organizacional necesaria para lograr esta reinterpretación, conlleva a pensar en nuestra formación actual. Es aquí donde creemos firmemente en la necesidad de ampliar periódicamente la participación de dirigentes partidarios en las instancias de decisión. No deben permanecer inalteradamente los mismos referentes “Ante las mismas preguntas, construyamos nuevas respuestas.” 3 partidarios, dado que ello perjudica a esta noción de organización, y debilita en gran medida a los propios referentes. Por otra parte, debemos analizar la realidad de la participación juvenil en este proceso, donde necesariamente debe dejar de verse simplemente como aquellos sujetos políticos a quienes formar, para comprender que en nuestra sociedad actual, cientos de jóvenes toman responsabilidades importantes en gobiernos, empresas, instituciones y organizaciones sociales. Tomar un responsable rol en la consolidación de una mirada fresca sobre la sociedad actual por parte de la juventud, es el desafío central que en ese camino se avizora. Además de todo ello, la vorágine del cambio tecnológico requiere animarnos, en clave de diálogo intergeneracional, a un cambio. No se trata de hacer más o mejor lo mismo, sino de hacer y de proponer estrategias diametralmente distintas. En dicho proceso, todas nuestras realidades e historias pueden representar oportunidades, siempre que no se consideren deidades en sí mismas. El socialismo ha avanzado y mucho en los últimos años en la consideración nacional, y en la capacidad de instalación desde distintas esferas. Realizar un cambio organizacional, aún en el avance, representa un desafío mayor que alcanzar. Este proceso, para lograr una verdadera integración con una propuesta política contundente, debe llevarnos a una necesaria reinterpretación de la identidad socialista. Consideramos que éste es el momento oportuno para retomar y abonar nuestra perspectiva en el debate ideológico, asumiendo el desafío de exponer qué somos como socialismo argentino, y reinterpretarlo en una clave de lo que hoy la sociedad está discutiendo y proponiendo. Nuestros valores de igualdad, libertad y solidaridad deben poder conjugarse a una realidad más cercana al sentir cotidiano. Nos animamos a pensar las nuevas estrategias formativas, que deben anclarse en una clara base ideológica, aunque ya no alcanza con ello, dado que debe existir una complementariedad con un grado de conocimiento en base a problemáticas sociales determinadas. Por ello, entendemos que la formación no puede quedar simplemente en manos de compañeras y compañeros: el rol de intelectuales, profesionales y otros actores sociales, es insoslayable en este sentido. Asimismo, nuevamente aparece el rol de las redes sociales como forma de relacionarse entre las personas, lo que implica un necesario análisis acerca de los nuevos modelos de comunicación. Ante ello, y para unirlo a nuestra concepción ideológica, es necesario preguntarnos cómo se “Ante las mismas preguntas, construyamos nuevas respuestas.” 4 moviliza la idea de igualdad en nuestras sociedades, dado que la renovación de los espectros ideológicos es un proceso ya generado en nuestra sociedad. Necesitamos, en efecto, revisar ciertos estándares de la política que damos como ciertos. Particularmente, debemos animarnos a rediscutir el rol del conocimiento como herramienta per se para el desarrollo político. Creemos que el plano cognoscitivo no debe servir para ejercer un cargo, sino para hacerle una propuesta determinada a la sociedad. Las nuevas opciones políticas que surgen de escenarios de pensamiento, renuevan la necesidad de construir los mismos desde la herramienta partidaria y en un sentido de profunda amplitud. La sociedad civil (aún si mantuviéramos esta categoría), ya no se encuentra a la espera de una representación; por el contrario, ansía una invitación a participar, pero no en el sentido orgánico tradicional que hemos conocido hasta aquí, sino quizá a través de nuevos mecanismos de integración. Sentimos, por tanto, que debemos ir a una revolución organizacional, que debe ser la piedra angular para la realización con mayor fuerza, frescura y dinamismo de esa convocatoria a la sociedad. Debemos enfocar una serie de ideas claras que nos permitan construir un mensaje tan amplio como convocante, y por tanto, adaptar este concepto hacia el ámbito interno de nuestro partido. En este sentido, la necesidad de construir nuevas áreas de profesionalización política, comunicacional y económica, así como la generación de nuevos escenarios de participación interna (a modo de ejemplos: consultas a los afiliados en temas centrales, foros de debate virtuales, participación abierta en instancias intermedias de la organización) son dos puntos nodales de dicha transformación. Por otra parte, es necesario complementar este criterio de apertura en base a ejes de trabajo determinados, que posibiliten y amplíen la capacidad de nuestro partido de interactuar con nuevos referentes sociales. Necesitamos distinguir un plano de articulación con actores de una integración de los mismos a la herramienta partidaria. Es importante resaltar que los partidos políticos están en una crisis de legitimidad permanente, y que por ello nuestra inquietud debe llevarnos a constituir nuevos sentidos de pertenencia, así como nuevas formas de adhesión al proyecto político. En sintonía con lo planteado anteriormente, creemos en la necesidad de apuntar a nuevos perfiles de liderazgo. La construcción de un líder político no debe limitarse al conocimiento de todos los temas sobre los que debiera tener certidumbre, sino quien pueda representar fielmente a la “Ante las mismas preguntas, construyamos nuevas respuestas.” 5 sociedad en temáticas más o menos puntuales, en una clave del desarrollo hacia la igualdad. La señal de apertura más clara para proponer, debe surgir de una propuesta en diálogo con la comunidad. En síntesis, estamos convencidos de la necesidad de una reinterpretación como Partido Socialista, de hacer una revolución organizacional. Nos animamos como PS a vincular el planteo del socialismo con la realidad nacional, en clave latinoamericanista, y ello marcó una bisagra en la propuesta política y la capacidad de acción entre mediados y finales del Siglo XX. No podemos hoy sorprendernos ante la necesidad de construir un desafío análogo, pues podemos buscar juntos nuevas posibilidades para desarrollar ese partido moderno que necesitamos de cara a este Siglo XXI que estamos transitando, enraizados en el peso de nuestra historia, la responsabilidad de nuestro presente y la convicción de nuestro porvenir. Nuestra mirada no es el reflejo de un momento histórico individual: pretende ser una lente hacia la historia y el futuro del socialismo argentino. “Ante las mismas preguntas, construyamos nuevas respuestas.” 6