Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano 5 Índice MINISTERIO DE VIVIENDA Y URBANISMO – MINVU División Desarrollo Urbano Título: Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Colección: Monografías y Ensayos MINVU Serie: Serie I Arquitectura y Urbanismo N° de Publicación: 335 CDU: 711.68 (83) ISBN: 978-956-7674-14-5 Primera edición, Enero 2010 REGISTRO DE PROPIEDAD INTELECTUAL N° 186.835 Este volumen presenta los aspectos principales y parte de los resultados obtenidos del estudio “Inventario de Metodologías para la Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano”, documento preparado con el objeto de servir como material de consulta y de referencia sobre el tema, a toda la ciudadanía. El estudio fue desarrollado con el consultor -Pontificia Universidad Católica de Chile-, de acuerdo a un contrato celebrado con el MINISTERIO DE VIVIENDA Y URBANISMO – MINVU, en 2007. Ministra de Vivienda y Urbanismo: Sra. Patricia Poblete Benett Subsecretaria de Vivienda y Urbanismo: Sra. Paulina Saball Astaburuaga Jefe División Desarrollo Urbano: Sr. Luis Eduardo Bresciani Lecannelier Jefa de Departamento Planificación y Normas Urbanas: Sra. Oriana Foncea Jiménez Como Contraparte Técnica por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo han participado lo siguientes profesionales: Directora del estudio: Tatiana Acuña Johnson, Arquitecto, División Desarrollo Urbano Equipo: Ana Devia Balbontin, Socióloga, Observatorio Urbano Habitacional Lorena Tapia Domínguez, Asistente Social, División Política Habitacional Especiales agradecimientos a todos los profesionales de distintos equipos del MINVU y de otros ministerios, que participaron y colaboraron aportando su experiencia en la construcción de las Experiencias Nacionales de participación ciudadana en el desarrollo urbano. Por el MINVU particularmente a los equipos de la División de Política Habitacional y División de Desarrollo Urbano. Por la DDU, especial mención al Departamento de Obras Urbanas, Obras Bicentenario y Barrios. En la elaboración del documento participaron por la Pontificia Universidad Católica de Chile: Francisco Sabatini Downey, Director estudio “Inventario de Metodologías para la Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano”; Rossana Forray Claps; Felipe Viveros Caviedes; Isabel Brain Valenzuela, Coordinadora estudio; Francesca Faverio Fabres; Alejandra Rasse Figueroa; Verónica Correa Pereira; Valentina Pozo Correa; Luz Cereceda Troncoso; Camila Sepúlveda Taulis; Juan Patricio Cáceres Torres; María José Castillo Couve; Ana María de La Jara Goyeneche; Fernando Jiménez Cavieres; Gloria Cruz Domínguez; Visnja Tomicic Suñer y Edison Pérez Bastidas, Edición. Macarena Cortés Mandiola, Diseño y Diagramación. IMPRESO EN LOS TALLERES DE IMPRENTA SALESIANOS S.A. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, transmitida o almacenada, sea por procedimientos mecánicos, ópticos o químicos, incluidas las fotocopias, sin permiso escrito del MINVU. IMPRESO EN CHILE/ PRINTED IN CHILE PALABRAS DE LA MINISTRA DE VIVIENDA Y URBANISMO PATRICIA POBLETE BENETT 7 PALABRAS JEFE DIVISIÓN DESARROLLO URBANO MINVU LUIS BRESCIANI LECANNELIER 9 CAPÍTULO 1 •Participación ciudadana en el Desarrollo Urbano •La Mediación, clave del urbanismo participativo CAPÍTULO 2 •Enfoques Metodológicos/ Técnicas, para facilitar la Participación Ciudadana en Planes, Proyectos y Obras Urbanas •Enfoques Metodológicos •Técnicas Participativas •Síntesis de Objetivos/ Enfoques Metodológicos y Técnicas Participativas CAPÍTULO 3 •Generalidades •3.1. Experiencias Internacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano •Planificación Urbana •Intervenciones Urbanas de Envergadura •Diseño y Ejecución de Obras •Otros Ejemplos •3.2. Experiencias Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano •Planificación Urbana •Intervenciones Urbanas de Envergadura •Diseño y Ejecución de Obras ANEXO MARCO JURÍDICO 11 12 16 21 22 23 32 41 45 46 48 48 59 74 86 90 90 112 122 139 6 7 PALABRAS DE LA MINISTRA DE VIVIENDA Y URBANISMO PATRICIA POBLETE BENETT Tal como lo planteó la Presidenta de la República en su programa de gobierno, estamos comprometidos en fortalecer todos los espacios para la democracia, en particular los niveles más locales, promoviendo una ciudadanía activa en los asuntos públicos. Esto implica apoyar e implementar acciones que permitan contar con ciudadanos informados y, fundamentalmente, empoderados respecto de las situaciones que los afectan, siendo el desarrollo y mejoramiento de su entorno urbano uno de aspectos fundamentales. En las últimas décadas, el éxito de la gestión del desarrollo urbano y habitacional ha estado asociado principalmente a la construcción de viviendas, la materialización de inversiones urbanas o a la implementación de planes reguladores y otros proyectos urbanos. Sin embargo, y a pesar de los avances en muchos indicadores, persisten grados de insatisfacción de los ciudadanos frente a sus barrios y a la aplicación específica de las políticas urbanas. Entendemos que esta insatisfacción no siempre está asociada a la calidad material de los proyectos urbanos, sino que a la calidad de los procesos de participación para tomar decisiones en los barrios y ciudades. Esta es la principal razón por la que hoy enfaticemos en los aspectos cualitativos de nuestra Política Urbana y Habitacional, tanto en la calidad de la vivienda como en la de barrios y espacios públicos. Para lograrlo, estamos claros que sólo a través de procesos participativos estructurados, conseguiremos Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano efectos permanentes en la formación de compromisos urbanos, en el diseño de proyectos y planes de calidad basados en las necesidades de las personas y en el fortalecimiento de la democracia en los distintos niveles territoriales. Hemos aprendido que el impulso de la participación ciudadana no depende sólo de la voluntad, depende de proveer de formas y mecanismos que la faciliten. Por eso hoy, gran parte de nuestros programas habitacionales, urbanos y de barrio han incorporado y fortalecido la participación directa de las personas en proyectos y planes. Aún tenemos mucho por avanzar en esta línea, tanto en planificación urbana como en proyectos de infraestructura urbana, acercando a las personas a la toma de decisiones. Este escenario seguirá cambiando, en la medida que aumenta la percepción de las personas como sujetos con derechos y deberes, con capacidad para opinar e intervenir en las decisiones que afectan a sus ciudades. La presente publicación sobre “Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano”, establece una guía para ayudar a la comunidad organizada, profesionales, municipios y funcionarios del Estado, para mejorar nuestras formas de trabajo participativo. Esperamos que esta guía sea de gran ayuda para enriquecer el debate y avanzar como sector, en la implementación de acciones institucionales que fomenten el desarrollo participativo de nuestros barrios y ciudades. 8 9 Jefe División de Desarrollo Urbano Luis Eduardo Bresciani Lecannelier Común ha sido medir el nivel de desarrollo urbano con indicadores “cuantitativos”, tales como el retroceso del déficit habitacional, los kilómetros de pavimentos o el porcentaje de áreas verdes, por mencionar algunos. Sin embargo, nos enfrentamos a un gran dilema. No obstante, nuestras ciudades mejoran y más chilenos acceden a mejores servicios urbanos y viviendas, los niveles de insatisfacción y conflictividad frente a la aplicación específica de las políticas urbanas han tendido a aumentar en muchos casos. Aunque las políticas y programas urbanos siempre pueden ser perfeccionados para responder mejor a las demandas de las ciudades, es evidente que la insatisfacción urbana de muchos ciudadanos se refiere a aspectos “cualitativos”, y no cuantitativos del desarrollo urbano y, por ello, vinculados a la debilidad de muchos planes y proyectos para considerar las demandas urbanas específicas de cada comunidad y barrio. De aquí la importancia de buenos procesos participativos, que transformen a los ciudadanos en protagonistas de la construcción de su ciudad y no meros receptores de beneficios públicos. Podremos entonces afirmar, que el mejor plan o proyecto urbano no será necesariamente el más costoso o con el mejor equipo profesional, sino aquel que sea capaz de equilibrar de mejor manera las distintas demandas de una comunidad con las limitaciones propias de toda intervención pública. Desde esta perspectiva, la inclusión temprana de la participación ciudadana en planes e implementación de proyectos urbanos presenta tres enormes ventajas: 1. Mejora la calidad de los proyectos y planes urbanos, Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano incorporando desde el inicio la información y demandas de la gente. 2. Resuelve a tiempo los conflictos, explicitando y conciliando diversos intereses, lo que finalmente se traduce en compromisos de largo plazo, y lo más importante, 3. Crea capital social, empoderando a los ciudadanos como líderes de los procesos de desarrollo urbano y barrial, lo cual fortalece la democracia y la cohesión social. Desde esta visión integral, tenemos el desafío y la obligación como Estado, de mejorar el marco legal para participar con derechos y deberes, los instrumentos para lograr acuerdos y compromisos, y la creación de institucionalidades participativas en barrios y ciudades que den continuidad a planes y proyectos urbanos de largo plazo, que fortalezcan la cohesión social de nuestras ciudades. Entendida entonces la participación ciudadana en el desarrollo urbano como el proceso imprescindible para lograr mayores niveles de satisfacción, calidad y cohesión urbana, el éxito de estos procesos dependerá, no tanto de la sola decisión de la autoridad, como de los mecanismos y metodologías que garanticen la inclusión de los ciudadanos, faciliten los acuerdos y aseguren su materialización. La presente publicación sobre “Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano”, pretende ser una ayuda concreta para funcionarios públicos, profesionales del desarrollo urbano y lideres de la comunidad, que facilite la gestión urbana participativa y la creación de proyectos y planes urbanos y habitacionales altamente sustentables. Capítulo 1 Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano 12 13 Capítulo 1 / Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN EL DESARROLLO URBANO El concepto de participación ciudadana se ha instalado cada vez con mayor fuerza en las discusiones en torno a las políticas públicas. En la actualidad, ya no cabe duda de que es un tema fundamental de abordar, al momento de formular una política o ejecutar un proyecto. En este marco, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, interesado en avanzar en el mejoramiento de la calidad de vida en las ciudades y de las comunidades que las constituyen, ha abordado acciones en torno a la introducción de modificaciones legales, reglamentarias y metodológicas a los procesos de planificación urbana, desarrollo habitacional e inversión en infraestructuras y espacios públicos, a partir de la incorporación de procesos de participación ciudadana efectiva, en las decisiones urbanas. Nuevos ejes de la política urbana se han definido en torno a la concentración de los esfuerzos en los aspectos cualitativos del desarrollo; esto es, enfatizar la calidad de los servicios urbanos y la generación de proyectos o planes urbanos, desarrollados sobre la base de la diversidad de las demandas de la comunidad y no sólo desde la perspectiva de las soluciones técnicas. Desde esta mirada, se sostiene que procesos participativos estructurados tendrán efectos permanentes en la formación de acuerdos urbanos, en el diseño de proyectos y planes de calidad, y en el fortalecimiento de la democracia en distintos niveles. En Chile es posible observar que han surgido un sinnúmero de organizaciones civiles1 que tienen como objetivo la defensa de la ciudad, la preservación de los barrios o la lucha por mejorar la calidad de vida urbana. Muchas de ellas se remiten a un territorio en particular, mientras que otras han trascendido los intereses locales y se sitúan en un debate mayor a nivel de toda la ciudad. Este fenómeno indica que para la sociedad chilena los temas urbanos -de desarrollo y de planificación- ha 1 Ejemplos: Ciudad Viva, Defendamos la Ciudad, Red Ciudadana por Ñuñoa, Centro Cultural Matta Sur, Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay, etc. Organizaciones que encabezan la recientemente creada Coordinadora Metropolitana de Organizaciones Ciudadanas Territoriales. dejado de ser un asunto que atañe solamente a las autoridades y se convierte en una demanda colectiva que la ciudadanía comienza a exigir cada vez con más fuerza. Contar con mayor participación, vecinos interesados y comprometidos, es una condición necesaria para hacer que los proyectos urbanos sean sustentables en el tiempo. Sólo al incluir a la comunidad en el desarrollo del proyecto, es más probable que ésta se apropie de la intervención urbana, la use, la disfrute y la cuide. En palabras del filósofo Jürgen Habermas, “sólo son válidas aquellas normas-acciones que cuentan con el asentimiento de todos los individuos participantes en una discusión racional” (Habermas, 1995, cita en Velázquez, 2003: 55). Este inventario es un esfuerzo, por avanzar un paso más en materias de participación ciudadana. El objetivo central es contribuir con ideas que permitan iluminar procesos participativos en el país. Para ello, una sección de este Inventario se aboca a presentar métodos y herramientas de participación ciudadana, mientras que en segundo lugar se presentan experiencias participativas desarrolladas tanto en el país como en el extranjero. En términos generales, entenderemos participación ciudadana como el trabajo colectivo de un grupo de personas para la búsqueda de objetivos que ellos mismos han definido y caminos que los conduzcan a ellos (CYTED, 2004: 35). Entonces, el concepto alude a un encuentro entre al menos dos conocimientos, puntos de vista o formas de aprehender la realidad: el de los ciudadanos, y el de su contraparte técnica o institucional. Usualmente este encuentro se da entre el conocimiento técnico y el conocimiento sobre las necesidades y usos cotidianos. Por lo tanto, la participación supone tanto el reconocimiento del otro y de su saber o experiencia, como elementos necesarios para el logro de los objetivos que se espera alcanzar. El concepto de participación ciudadana proviene de la Ciencia Política, área en la cual se ha reconocido la Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano importancia de la participación como elemento central de una nueva forma de entender la democracia: la democracia participativa que se distingue de la tradicional democracia representativa al incluir a los ciudadanos más allá de la mera votación en las urnas. Pero, es en el ámbito del urbanismo en el cual el concepto se desarrolla en profundidad y comienza a traducirse en técnicas o formas de implementación. En esta área supone que los habitantes de un territorio aportan información fundamental, no sólo acerca de sus intereses, necesidades y expectativas en torno al espacio que habitan, sino también acerca de posibles soluciones o alternativas viables frente a un determinado problema o objetivo. Entonces, se reconoce que el entorno construido resulta más adecuado a las necesidades y aspiraciones de sus habitantes si estos se involucran de manera activa en su producción, en vez de ser tratados como consumidores pasivos (CYTED, 2004). Las externalidades urbanas Es en este contexto donde surge la pregunta de por qué en el ámbito urbano, es imprescindible que exista participación ciudadana. La respuesta a esta pregunta pasa necesariamente por entender el desarrollo urbano como una intervención en la ciudad que tiene un inmediato efecto en las condiciones y calidad de vida de sus habitantes. Podría decirse que cualquier intervención urbana genera externalidades, ya sean positivas o negativas. Es en torno a estos efectos o consecuencias donde usualmente se encuentran los intereses de actores públicos, privados, sociedad civil y de la comunidad en general. Las externalidades son imperfecciones del mercado. Dado que las intervenciones urbanas generan externalidades, hay un área en este tipo de cuestiones en que los argumentos técnicos no pueden cubrir la totalidad de la decisión. Entonces, para que una decisión de ese tipo sea más amplia en el sentido de construirse con mayor legitimidad es necesario que sea democráticamente adoptada; por ello es necesario que sea participativa. La distribución de externalidades pasa por un conjunto de decisiones que apuntan a aumentar la eficiencia y eficacia de las intervenciones. Estas soluciones debieran surgir de un proceso de consenso respecto de los grupos o comunidades involucradas de uno u otro modo, en ellas. ¿Por qué participar? El por qué y para qué de la participación se basa en que ella mejora la eficiencia y eficacia de la gestión pública en la medida en que es capaz de concitar voluntades para la construcción de consensos, reduciendo así las resistencias del entorno y logrando resultados que cuentan con la aceptación de todos los grupos interesados (Velázquez y González, 2003). También genera un efecto al interior de las administraciones públicas al facilitar el diálogo horizontal, coordinar las acciones y evitar la segmentación de responsabilidades. Finalmente, la participación mejora el rendimiento institucional, es decir, la capacidad de las instituciones públicas para responder a necesidades sociales (Velázquez y González, 2003: 20). Usualmente, es posible escuchar tanto de las autoridades como de los equipos desarrolladores de proyectos urbanos, la inquietud sobre cómo incentivar a una determinada comunidad a participar; cómo motivar o qué es lo que hay que hacer para que la ciudadanía se involucre y comprometa. Esta es una inquietud razonable para alguien que necesite contar con un involucramiento comunitario para validar el proyecto que está desarrollando. No obstante, esta persona debe tener en cuenta que la participación de la comunidad -ya sea organizada o dispersa en tanto ciudadanos individuales-, surge en forma espontánea y vigorosa siempre y cuando se cumplan dos condiciones esenciales: En primer lugar, es necesario que los vecinos o los ciudadanos sientan que el proyecto a desarrollar es importante para ellos, para su realidad cotidiana y sus intereses personales o familiares. La otra condición esencial para que la participación ciudadana se haga efectiva, dice relación con las posibilidades que cada individuo ve de influir en la toma de decisiones. Cuando las personas destinan su tiempo a participar, es porque tienen la expectativa de que su involucramiento tendrá algún impacto, o alguna influencia en los resultados. De no ser así, ello se vuelve en contra de cualquier proyecto de desarrollo y de una eventual participación en otras instancias. Si las personas sienten que el proyecto las involucra, y si consideran que su participación tiene alguna posibilidad de influir el resultado final, ellas se movilizarán sin mayor incentivo extra. No obstante, hay contextos en los cuales es más difícil que las personas sientan que el proyecto las involucra; en ese caso es importante que el desarrollador del proyecto informe o eduque a la ciudadanía de manera que ésta identifique de qué forma el proyecto la afecta. ¿Cómo participar? Es muy común escuchar a las autoridades o a los desarrolladores de proyectos, plantear dudas acerca de los métodos necesarios para encauzar de buena manera un proceso participativo. Si bien este inventario tiene por objetivo dar luces en cuanto a metodologías y 14 15 Capítulo 1 / Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano herramientas posibles de utilizar, se considera fundamental señalar desde el inicio que el lector no debe esperar encontrar en este libro una técnica única o novedosa que solucione todo problema. Quien esté interesado en desarrollar un proceso participativo en un determinado proyecto urbano debe tener presente desde el primer momento que las metodologías son elementos prácticos que sólo cobran sentido en la medida que se ajustan a una realidad particular y se desarrollan sin perder de vista el objetivo específico del proyecto que se quiere implementar. La idea de este inventario es mostrar experiencias y uso de metodologías desarrolladas en otros contextos con el propósito que iluminen prácticas locales. Encontrará un conjunto de técnicas más o menos conocidas y compartidas, las que han sido implementadas con mayor o menor éxito en otros contextos, ilustrativas a la hora de comenzar un proceso participativo. En esta mirada, se decidió incluir también, experiencias, tal vez no tan exitosas, experiencias que se han enfrentado a problemas u obstáculos que incluso pusieron en cuestión el desarrollo del proyecto, pero se incluyen porque se consideró que de ellas también hay mucho que aprender. Al respecto, se recomienda al lector tomar las metodologías existentes y adaptarlas de manera creativa a su realidad local. Es fundamental que el proceso participativo sea ‘hecho a la medida’ de cada proyecto urbano, dado que cada intervención es de distinta naturaleza y tiene distintas necesidades en términos de participación. Por ello, se recomienda al desarrollador del proyecto, definir inicialmente los objetivos de la participación y luego buscar las herramientas que mejor sirvan para alcanzarlos. Los conflictos son parte de la realidad Una de las claves fundamentales a considerar al momento de desarrollar un proceso participativo es que los conflictos a nivel local son una realidad, y no hay que pretender evadirlos. Los conflictos se suscitan, porque ellos responden a algo objetivo, que son las externalidades que genera o puede generar una determinada intervención. Lo importante para el desarrollador de un proyecto, es identificar los posibles conflictos y abordarlos a través de un plan de trabajo establecido para cada uno de ellos. Evitar un posible conflicto y creer que éste se va a resolver en forma espontánea, no está cercano a la comprensión de lo que pasa en la realidad. Para hacerse cargo de los conflictos, se recomienda al desarrollador del proyecto, construir desde el inicio un escenario político local proclive a las salidas consensuales, negociables. Esto significa identificar a todas las partes interesadas -por ejemplo, si el proyecto es la construcción de una carretera, las partes interesadas serán los vecinos, los propietarios, los comerciantes y también el Municipio, el privado que la construye y la autoridad que la ejecuta-; designar a un mediador que sea independiente de cada una de las partes, que no tenga intereses en juego; finalmente, generar espacios para los consensos, la negociación, donde cada una de las partes tendrá que ceder en algo hasta que se alcance un equilibrio. Fomentar la participación temprana Los proyectos de intervención urbana generan incertidumbre, cuando no hay información respecto de ellos. En general, los seres humanos necesitamos información que nos permita acotar las incertidumbres y que nos facilite sentirnos seguros ante el futuro. Si no hay información disponible y accesible, los grupos comienzan a hacerse ideas que muchas veces carecen de realidad. Si las personas sienten incertidumbre, el proyecto tiende a visualizarse como algo negativo, con una primera imagen muy difícil de remover. El proyecto comienza a desarrollarse en un escenario adverso, en el cual las personas pueden sentirse amenazadas por éste y tenderán a verlo negativamente desde el comienzo. Es por esto que existe total coincidencia entre los entendidos, que lo fundamental es la participación temprana. Ello significa por ejemplo, informar lo antes posible, generar espacios de información flexibles y abiertos a toda la comunidad, canalizar las inquietudes dando respuesta pronta a ellas, etc. La comunidad territorial Dado que cualquier tipo de desarrollo urbano lleva implícito aspectos de distribución y de eficiencia en el bien común, ello, normalmente tiene un efecto colectivo y debiera tender a ser enfrentado comunitariamente. Entonces, aparece implícito el concepto de Comunidad Territorial. Todo proyecto de desarrollo urbano debe tener presente en qué comunidad se inserta. Esto se refiere al grupo humano que comparte un territorio y, sobre esa base, consolida relaciones sociales, económicas y culturales, o sistemas de vida; tiende a generar tradiciones, intereses comunitarios y sentimientos de arraigo. La vinculación subjetiva con ese territorio depende, a su vez, del grado Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano de integración o aislamiento respecto de la sociedad mayor que dicha localización y sus recursos hacen posible (Sabatini, 2000). Si el objetivo final es incluir a dicha comunidad en las decisiones sobre su territorio, es necesario comprender cómo se formula la identidad de cada comunidad territorial. Es importante tener en mente que la identidad social es una realidad esencialmente dialéctica, que se mueve en torno a tres polos o continuum: 1. Igualarse y diferenciarse de “otros”: Como señala Zygmunt Bauman (2001) el sentimiento de comunidad consiste en dejar fuera de ella a aquellos que nos parecen extraños o diferentes, lo cual genera seguridad y sentido de pertenencia a un grupo en particular. 2. Destacar el pasado y construir el futuro: Una identidad de arraigo y vital, no puede descansar sólo en el pasado, en lo patrimonial. Debe articular ese capital histórico con un proyecto. En este caso, dicho proyecto a futuro pasa por conciliar el tipo de ciudad que queremos. 3. La identidad asignada desde fuera por el experto y la identidad sentida como pertenencia o como arraigo: Los juicios sobre la existencia de identidades suelen hacerse desde fuera, sin ser necesariamente compartidos por los afectados, que muchas veces no están conscientes de esa imagen que proyectan. En el extremo, está el estigma social o territorial como forma de identidad asignada a un grupo, comunidad, localidad o barrio. La identidad social es base de proyectos y de progreso cuando es sentimiento de pertenencia y arraigo, y cuando además es complementado con el reconocimiento externo. Teniendo presente estos polos o continuum, es posible distinguir que aquellas comunidades territoriales que potencian el sentido colectivo y el sentimiento de pertenencia, que privilegian la mirada hacia la construcción de futuro, y que son comunidades sentidas y no asignadas, son más proclives a la participación y a la búsqueda y compromiso en proyectos vinculados con el territorio en el que se insertan. Dimensiones de la participación ciudadana Otro tema relevante al momento de analizar la participación ciudadana refiere a las dimensiones en las que se traduce el concepto. A modo de esbozo, se presenta las siguientes dimensiones: 1. Escala espacial: Refiere a una intervención urbana puntual, o bien relacionada con la gestión de un área mayor; por último, refiere a la planificación comunal o regional. 2. Mientras en el primer nivel de la escala la participación alude a contrastar los efectos generados por una intervención puntual a una escala local o mayor y que afecta a la comunidad inmediata a ella, en el nivel mayor de la escala, es decir la planificación comunal o regional, la participación alude a establecer esta acción, consensuando las distintas propuestas de ciudad que la autoridad o comunidad pudiere proponer. 3. Tiempo: Es fundamental si la participación se da ex ante de la intervención urbana o ex post a ella. 4. En términos generales, la participación posterior a la intervención se da como reacción a un conflicto generado por la intervención; mientras que la participación ex ante integra previamente a la comunidad, a fin de canalizar los intereses y construir en conjunto el resultado esperado. 5. Origen: En el origen de la participación está presente, si ésta fue motivada e inducida a fin de generar un marco de participación y contar con canales establecidos; o bien, si ella es reactiva y responde al efecto o consecuencia de la intervención. 6. Niveles: La participación puede darse a distintos niveles; en algunos casos se trata solamente de acceso a la información de un programa o proyecto urbano; en otros, se da a nivel de una consulta ciudadana en la que se toma la opinión y consejos de la ciudadanía y se incorporan en el programa o proyecto; en otros casos, a nivel resolutivo (participación en las decisiones); finalmente, a nivel de evaluación y control de los resultados de un programa o proyecto. 7. Métodos participativos: La participación puede darse a través de métodos que ponen el énfasis en la construcción consensuada de estrategias de desarrollo urbano, o consensos en torno a qué es lo que se quiere para la ciudad; también, a través de métodos que apuntan a resolver un problema o conflicto. En cada una de estas dimensiones es posible generar formas de participación que contribuyan a fortalecer y potenciar la comunidad territorial, de manera que sea una comunidad territorial sentida, arraigada, y con proyección hacia el futuro. Es decir, promover una participación que tienda a la planificación de la ciudad deseada; ex ante, proactiva, y que trabaje con métodos que permitan la construcción de estrategias de desarrollo urbano. Esto es lo que corresponde a un enfoque que busca hacer que la participación ciudadana en el desarrollo urbano sea una práctica democrática, ordenada, generadora y conducente. 16 Capítulo 1 / La Mediación, una clave del Urbanismo Participativo Fuentes Bibliográficas •Bauman, Z. (2001) “Community, seeking safety in a insecure world”. Ed. Polity Press, Gran Bretaña. •Habermas, J. (1995) “Between Facuss and norms”. Cambridge MIT Press. •Irarrázaval, I. (1999) “Participación y Descentralización: ¿mito o desafío?” En Desafíos para el Chile en el Siglo XXI. Universidad Alberto Hurtado – Konrad Adenauer Stiftung. •Sabatini, F.; Cáceres, G.; Cerda, J.; Galleguillos, X. (2000) “Segregación Social en Santiago de Chile: conceptos, métodos y efectos urbanos”. Documentos del Instituto de Estudios Urbanos, Serie Azul núm. 31. Pontificia Universidad Católica de Chile. •Raczynski, D.; Serrano, C. (1998) “Lineamientos para construir una matriz de indicadores de participación social en programas nacionales participativos”. Asesorías e Inversiones Corporación Latinoamericana. •Romero, G.; Mesías, R.; Enet, M.; Oliveras, R.; García, L.; Coipel, M.; Osorio, D. (2004) “La participación en el desarrollo urbano y arquitectónico en la producción social del hábitat”. Red XIV Tecnologías sociales y producción social del habitat: Subprograma XIV Tecnología para viviendas de interés social HABYTED del Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo CYTED. México. •Velázquez F., González, E. (2003) “¿Qué ha pasado con la participación ciudadana en Colombia?” Fundación Corona. LA MEDIACIÓN, CLAVE EN EL URBANISMO PARTICIPATIVO voluntad de los distintos actores en juego, de compartir el poder de decisión -plano político- y las competencias del experto -plano técnico-. ¿Cómo se garantizan y materializan estas voluntades en la práctica? Una clave está en el rol de mediador que debe asumir el urbanista y otra, en la dimensión pedagógica del proceso mismo facilitado por dicha mediación. Lejos de poder consignarse como un conjunto de recetas, los procesos participativos se juegan en una serie de principios de acción que tienen implicaciones metodológicas. Primero, como en urbanismo toda decisión introduce desigualdades, y como la solución no podrá satisfacer los requerimientos de todos los actores comprometidos, los procesos participativos requieren el arbitraje de los conflictos de interés que existen entre ellos. Esto exige al urbanista conducir el proceso asumiendo la función de mediador externo al campo de juego. Segundo, una condición sine qua non de todo proceso participativo es reconocer la diferencia de intereses; ello requiere una voluntad de explicitar dichas diferencias, de analizar y comprender sus raíces y de organizar sus negociaciones, todo lo cual implica un proceso de aprendizajes recíprocos que permitan poner en igualdad de condiciones a las distintas partes involucradas en la decisión. Tercero, un asunto de orden instrumental pero no menos importante es la construcción misma del diálogo, lo cual exige a la mediación un intenso trabajo de comunicación. Principios, reglas del juego y métodos de la mediación Antes de revisar metodologías y técnicas para llevar a cabo la participación, como también conocer casos empíricos de participación ciudadana en temas urbanos, es importante tener en mente algunos lineamientos generales respecto de un tema clave en torno a las experiencias de participación: como lo es, conceptualizar las diferencias de intereses y la mediación entre estos. Este apartado presenta un artículo sobre el proceso de mediación para solucionar las divergencias, las características requeridas en un mediador, y la actitud del mediador hacia la comunidad. La mediación, una clave del urbanismo participativo (Rossanna Forray Claps)2 Cuando se afirma la voluntad de poner en práctica un proceso participativo de desarrollo urbano, se asume la comparecencia de actores con distintas perspectivas 2 Arquitecto, Doctor en Urbanismo y Manejo del Territorio. Profesora de la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Chile. frente a las situaciones en juego, con estrategias y lógicas de acción que defienden intereses y valores muchas veces divergentes -si no conflictivos- y al mismo tiempo, con culturas de acción y lenguajes diferentes. Ello implica per se la necesidad de establecer un diálogo que permita evidenciar las diferencias, abrir el campo a las negociaciones para llegar a construir un proyecto común que funde el compromiso sobre el cual cada actor adquirirá responsabilidades y derechos. Al momento de abordar el diálogo, esas diferencias plantean cuestiones de diverso orden al menos en tres planos: el plano político, que concierne la toma de decisiones sobre las opciones y objetivos de desarrollo involucrados en el proceso: el qué hacer, por qué y para qué; el plano técnico, de las decisiones relativas al cómo hacerlo, cuáles son las respuestas más adecuadas al problema, necesidad o situación en cuestión, y cómo éstas se materializan; y el plano de la comunicación y organización de los poderes de distinta naturaleza involucrados en la toma de tales decisiones. En el centro de todo proceso participativo está la legitimidad del sistema de decisión. Esto implica la Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Cuando se trata de un problema de transformación o acondicionamiento del espacio urbano, antes que un problema técnico, la toma de decisiones concierne un arbitraje político. Por ejemplo, la decisión de hacer pasar una carretera urbana por un sector residencial, si bien implica problemas técnicos económicos de alta sofisticación, relacionados con su buen funcionamiento en distintas escalas urbanas, antes que todo plantea un cambio de situaciones que no podrá satisfacer a todos los involucrados: los propietarios cuyos sitios sufrirán una presión inmobiliaria; los residentes cuya vida cotidiana se verá afectada; los peatones, ciclistas y automovilistas que perderán conectividad y accesibilidad a los servicios de proximidad, los niños, ancianos y jóvenes que perderán seguridad, los comerciantes y prestadores de servicios, las autoridades locales, que deberán administrar los problemas generados por la nueva situación, entre otros. Si bien los estudios técnicos de urbanismo pueden y deben medir los impactos de una decisión de este tipo, el definir sobre quiénes y cómo recaen las ventajas y desventajas provocadas por tales impactos, lejos de ser un problema técnico es un problema político. Aunque acostumbramos a otorgar una relevancia primordial a los datos técnicos de los proyectos urbanos, “en urbanismo no existe método racional (ni objetivo) de optimización de las opciones contenidas en la decisión final”, como señala Jean-Paul Lacaze (Lacaze, 1990: 12); siempre se creará desigualdad, el problema es cómo distribuir sus beneficios y perjuicios. Todo proyecto urbano requiere entonces un arbitraje o mediación política que se juega más en el proceso que en los resultados. Una plaza podrá estar técnicamente bien diseñada con o sin participación; lo que importa en un proceso participativo es que la construcción colectiva de la decisión habrá permitido generar progresivamente el acuerdo entre todos los actores involucrados, señala J-P Lacaze. Un acuerdo que comprende derechos y responsabilidades. Ello implica, como principio básico, la cooperación democrática entre todos los actores, lo cual supone una serie de reglas del juego (Forray, 1996). La primera es la comparecencia de todos en las instancias de discusión y trabajo: los actores públicos electos por sufragio, los técnicos, los profesionales externos, las organizaciones sociales, los habitantes -residentes o no-, los comerciantes, empresas u otros. La segunda es que a todos les sea reconocida su legitimidad como partícipe en el proyecto en cuestión. Reconocer la legitimidad de cada uno implica reconocer su derecho a tomar parte en la definición de los criterios que fundan la decisión. La tercera regla es que cada actor conserve sus atribuciones y competencias: las autoridades políticas toman la decisión final en función de la responsabilidad que les otorga el sufragio; los técnicos y profesionales aseguran las competencias requeridas por el diseño, las soluciones técnicas, la realización y la administración; los habitantes aportan las competencias del usuario, adquiridas en la experiencia cotidiana del espacio, en el conocimiento fino de su entorno, en las relaciones afectivas establecidas con él, lo cual le otorga derecho a proponer criterios sobre el qué hacer, y lo posiciona en un plano privilegiado para aportar a las definiciones de cómo hacerlo. Sin la disposición al trabajo conjunto en el mismo espacio de negociaciones, las decisiones corren el riesgo de ser discrecionales y por tanto, desiguales. Sin la disposición a reconocer la legitimidad de cada uno, se incurre en la imposición de unos poderes sobre otros, poniendo en riesgo la legitimidad de la decisión misma. Una cuarta regla consiste en que, más allá de crear el espacio del arbitraje entre intereses divergentes el proceso participativo se constituya como una fuerza propositiva, de la cual emanen desde la identificación de oportunidades de proyecto, hasta la elaboración de propuestas de diseño, construcción y gestión de los proyectos. Una quinta regla, esencial en esta línea metodológica, 17 18 Capítulo 1 / La Mediación, una clave del Urbanismo Participativo es que el mediador sea un agente externo en el campo de la discusión, sin derecho a tomar parte en la decisión. Ésta no compete por derecho más que a los actores cuyos intereses, patrimonio o calidad de vida están comprometidos. Sin embargo, el mediador desempeña un rol central en el proceso, cautelando la legitimidad de las decisiones y favoreciendo la construcción de las variables que la informan. En cuanto a la deliberación y el arbitraje sobre la divergencia de intereses, aunque parezca paradójico, un proceso participativo cobra mayor fuerza en la medida en que reconoce las diferencias en lugar de buscar generar consensos. El consenso opera sobre el principio del consentimiento de todas las partes, relativizando las diferencias y reduciendo el espectro de las soluciones en torno a las cuales se asumen los acuerdos. El reconocimiento de la diferencia por el contrario, exige una deliberación más fina que conduce a un compromiso de las partes con sus variables, y amplía el espectro de las soluciones. Sobre las diferencias se construyen compromisos más complejos que aseguran la mejor distribución de las inequidades. ¿Cómo lograr explicitar la diferencia y construir compromiso? Ello requiere pasar por el conflicto. En el plano de la decisión política existen dos tipos de conflicto: el primero, que algunos autores llaman “conflicto bloqueador”, es aquel donde no hay disposición a la cooperación, sino más bien se busca la ruptura y la imposición de unos intereses por sobre los demás, mediante la afirmación de posturas indeclinables; y el segundo, el “conflicto productor”, que es aquel donde, aunque las divergencias sean fuertes, existe la disposición al diálogo cooperativo con el objetivo de llegar a una salida diferente de la inicial y de las esperadas por las partes. Una primera clave está en evaluar las condiciones para lograr pasar del primer tipo de conflicto al segundo; de no ser posible, el proceso participativo no tiene sentido. Una segunda clave consiste en desmantelar las desconfianzas y crear una base sobre la cual puedan expresarse las diferencias y construirse los compromisos. Ello implica un arbitraje que asigna al mediador responsabilidades en varios planos: garantizar a todos los participantes la transparencia y la igualdad de acceso a la información así como el espacio y el tiempo de palabra y escucha; asegurar que todos reconozcan el valor de dicha palabra y que comprendan mutuamente los contenidos de las distintas perspectivas; por último, asegurar que los puntos de vista de actores con menor poder de imposición comparezcan en igualdad de condiciones. Además del arbitraje político, el mediador juega un rol esencial en la mediación técnica. Las nociones de interés general o de optimización técnica económica, a las que se suele apelar en los proyectos urbanos -vehiculiza-, más ideologías implícitas que racionalidades reales, señala Lacaze. En los procesos participativos, el urbanista debe salir de la racionalidad técnica económica, rehusar la mitificación del “experto” y reconocer las competencias del habitante -para quien prevalecen los valores de uso y cuyo conocimiento del espacio está determinado por la experiencia y percepción cotidiana de éste- y aceptar que éstas son tan legítimas como las consideraciones de eficiencia y rentabilidad. El urbanismo participativo supone el uso de métodos etnográficos. También supone renunciar a los procesos cerrados, y aceptar que los proyectos son resultado de una co-producción en la que todos saben cómo se entra, pero no se puede prefigurar cómo se saldrá; el producto es objeto de una construcción colectiva. Estas reglas que parecen simples, tienen implicaciones prácticas importantes en relación con el diseño metodológico del proceso. Muchas veces se las considera como un factor de ineficiencia, por lo cual se requiere elaborar un plan de trabajo preciso de las instancias de discusión necesarias y de sus objetivos a lo largo de todo el proceso. A su vez se requiere una eficiencia práctica para organizar la discusión, evitar los rumores, asegurar la máxima transparencia y la comunicación constante, abierta e interactiva, lo que implica una división del trabajo y una definición de responsabilidades y tareas para cada uno de los grupos representados. Todo ello va en el sentido de la definición de un “código de buenas conductas que defina el espíritu de la concertación y las condiciones de su desarrollo” (Paris Rive Gauche, s/f). Por otra parte, la mediación técnica requiere la realización de ejercicios interactivos para la comprensión colectiva de claves tales como el manejo de las escalas, el despliegue de los imaginarios y la creatividad, la comparación de situaciones, la identificación de referencias, la evaluación y el diagnóstico compartido, todos ellos conducentes a la construcción colectiva de un lenguaje que permita ir más allá de la defensa de intereses, a la gestación y desarrollo de proyectos. El núcleo de un proceso participativo que adhiera a estos principios se encuentra en la función pedagógica que tiene la mediación en la construcción colectiva de la decisión. La deliberación de distintas perspectivas implica un aprendizaje mutuo, una disposición a ponerse en los zapatos de los otros y a desmantelar prejuicios y posiciones de experto, a anteponer los intereses de la comunidad ante que los de los del individuo. Es más que nada una tarea de mediación cultural. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Fuentes Bibliográficas •Forray, R. (1996) “Travail urbain, espace public et démocratie locale”. Cahier de recherche Atelier de Travail Urbain de Grande Synthe, Agence d’Urbanisme de la Région Flandres-Dunkerque [AGUR], Université Catholique de Louvain, 82 pp. •Lacaze, J. (1990) “Les méthodes de l’urbanisme”, P.U.F. coll. Que sais-je ?, 127 pp. •Paris Rive Gauche, s/f, ”Concertation”, documento de trabajo. 19 Capítulo 2 Enfoques Metodológicos y Técnicas Participativas 22 23 Capítulo 2 / Enfoques Métodológicos y Técnicas Participativas Herramientas ENFOQUES METODOLóGICOS/ TéCNICAS PARA FACILITAR LA PARTICIPACIÓN EN PLANES, PROYECTOS Y OBRAS URBANAS Objetivos Técnicas para la Recolección de Información Estas, se encuentran destinadas a recopilar datos o información nueva acerca del entorno, la comunidad, las demandas y necesidades existentes, y los posibles conflictos en torno a un proyecto a desarrollar. Herramientas para Sistematización de la Información Estos, permiten ordenar la información recolectada, facilitando su comprensión por parte de los distintos de actores*, simplificando la información disponible para la toma de decisiones, y permitiendo la incorporación de nuevos datos. Herramientas para la Comunicación de Información Estos se encuentran destinados a informar a la comunidad involucrada en un proyecto. Por lo cual constituyen herramientas de comunicación, divulgación y publicación. Mecanismos para generación de acuerdos Herramientas orientadas a la construcción de consensos entre los distintos grupos de actores involucrados. * Actores, consultar en sección “Técnicas Participativas” Enfoques Metodológicos Generalidades Como se mencionó en el primer capítulo, todo proceso de toma de decisiones relacionadas con un proyecto urbano tendrá un impacto, una externalidad, en la población que habita tanto en ese territorio como en su entorno. Este proceso de toma de decisiones consiste básicamente en el enfrentar y establecer la negociación de los diversos intereses que estén presentes en un mismo territorio. Para un resultado sustentable en el tiempo y satisfactorio para las partes, es fundamental que este proceso ponga el énfasis en los agentes y actores del territorio, buscando que los procesos de toma de decisiones conjuntas se arraiguen firmemente en las rutinas cotidianas y dinámicas de un área territorial determinada. Este capítulo destina una sección a la revisión teórica de métodos especializados en el desarrollo de procesos participativos. Así, se esbozan técnicas o herramientas existentes, para llevar a cabo instancias de participación de la comunidad -las que surgen tanto de la literatura especializada, como de las experiencias revisadas, mencionadas en los capítulos posteriores-. El objetivo es aportar con ideas e instrumentos concretos que permitan sistematizar los procesos de participación ciudadana y que sirvan como insumo al momento de enfrentar y definir un proceso participativo en acciones del desarrollo urbano, tales como la Planificación Urbana, en intervenciones de mayor envergadura como las infraestructuras y desarrollos habitacionales, así como en el Diseño y Ejecución de proyectos más específicos y puntuales en un territorio. Si el lector requiere profundizar más en algún punto en particular, se recomienda acudir a las fuentes presentadas al final de cada Enfoque o Técnica. Cada proyecto requerirá de un proceso participativo diferente y un conjunto de técnicas ajustadas a su realidad particular y a los objetivos específicos que busca alcanzar, no obstante ello, es posible identificar un conjunto de herramientas que pueden ser elementos útiles para construir dichos procesos -a la medida- de cada caso o experiencia en particular. Por ello es importante tomar las siguientes especificaciones metodológicas como recomendaciones, es decir, como posibilidades que deberán ser contextualizadas, combinadas entre sí y ajustadas a cada proyecto y sus respectivas etapas en las que se desarrolla. Es necesario tener siempre en cuenta que no existe una metodología única; por el contario, se podría decir que existe un universo de herramientas que pueden ser combinadas y utilizadas con toda la creatividad y flexibilidad que cada caso requiera. Como una forma de adentrarse en las distintas herramientas de participación que han sido revisadas en este documento, se hace conveniente señalar que cada una de ellas, puede estar asociada individual ó simultáneamente, a una fase o etapa del proyecto que se requiere enfrentar. Del mismo modo, su aplicación obedecerá, a si la participación de la comunidad se entenderá como una acción informativa, consultiva o bien resolutiva. Puede también darse el caso en que el objetivo de la participación combine dos o más formas de participación (tipologías). De este modo en el cuadro siguiente se esbozan en una síntesis, herramientas y los objetivos asociados al proceso participativo. En la parte final de la explicitación de Enfoques y Técnica participativas, se considera este mismo cuadro, esta vez, vinculándolo a los Enfoques y Técnicas revisadas. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Se ha denominado como Enfoques Metodológicos, a aquellos métodos que apuntan a proponer una manera de hacer participación, fundamentada en principios y estableciendo un determinado procedimiento. Entonces, se puede hablar de un sistema participativo, que el ejecutor de un proyecto puede utilizar de acuerdo a sus necesidades. Es importante destacar que estos enfoques son diversos, los que se explicitan con distinto grado de profundización en este capítulo. Método Delphi Antecedentes históricos El nombre Delphi proviene de la Antigua Grecia. Delfos (Delphos), localidad donde estuvo el más famoso santuario, centrado en el oráculo de Apolo donde, según la leyenda, el oráculo de Apolo manifestaba la voluntad de Zeus a través de una sacerdotisa. El primer estudio Delphi fue realizado en 1950 por la RAND Corporation para la fuerza aérea de EE.UU. El objetivo fue obtener los mayores consensos posibles en la opinión de un grupo de expertos para la selección de un sistema industrial norteamericano óptimo y la estimación del número de “Bombas A” requeridas para reducir hasta un monto determinado, la producción de municiones. La técnica Delphi se ha convertido en una herramienta fundamental en el área de las proyecciones tecnológicas, incluso en el área de la administración clásica y operaciones de investigación. Existe una creciente necesidad de incorporar información subjetiva (por ejemplo análisis de riesgo) directamente en la evaluación de los modelos que tratan con problemas complejos que enfrente la sociedad, tales como, medio ambiente, salud, transporte, comunicaciones, economía, sociología, educación y otros. Delphi es una metodología cualitativa que fue desarrollada por Olaf Helmer, junto a un equipo en RAND Corporation1, a mediados de la década de 1960. “El Delphi, puede ser caracterizado como un método para estructurar el proceso de comunicación grupal, de modo que ésta sea efectiva para permitir a un grupo del individuos, como un todo, tratar con problemas complejos” (Linstone y Turoff ;1975). Si bien esta es una definición bastante amplia, la que puede ser aplicada a muchas áreas del quehacer humano, es posible extraer de ella, la idea que estamos frente a un método que permite estructurar un proceso comunicacional. El objetivo del método es reducir la diversidad de opiniones al interior de un grupo pequeño. Si bien, no es requisito llegar a consenso, el objetivo es hacer que las opiniones diversas tiendan hacia una opinión común. Otra definición que apunta al desarrollo del método es la dada por Helmer y Rescher (1972): “El Método Delphi es un programa cuidadosamente elaborado, que sigue una secuencia de interrogaciones individuales a través de cuestionarios, de los cuales se obtiene la información que constituirá la retroalimentación para los cuestionarios siguientes”. Se define como una investigación cualitativa sistemática, formal y en profundidad. Se trata de un método prospectivo, dado que busca estudiar los comportamientos a futuro, principalmente en lo que refiere a la evolución de los factores del entorno tecnológico, socioeconómico y, las interacciones entre dichos factores. Este enfoque metodológico proviene de la perspectiva de las organizaciones, y se emplea con el fin de que se consigan los objetivos estratégicos a largo plazo, postulados en un determinado plan estratégico. 1 Para mayor información, consultar www.rand.org 24 25 Capítulo 2 / Enfoques Métodológicos y Técnicas Participativas Este se ha sido definido como un método de proyección, dado que generalmente se ha utilizado como un sistema para obtener información a futuro. Sin embargo, puede ser utilizado en variados contextos, como por ejemplo: examen de significación de eventos históricos, evaluación de asignación de presupuestos, identificación de relaciones causales en fenómenos complejos, etc. Sahal y Yee (1975) señalan que la Metodología Delphi tiene como principio base fundamental reconocer la superioridad del juicio de grupo por sobre el juicio individual. En ese sentido, se funda en la premisa de que “varias cabezas piensan mejor que una”. A su vez, supone que el número de factores que un grupo identifica -por ejemplo, en relación a las externalidades positivas o negativas de un proyecto- es mayor que el que podría identificar una persona sola. Principales características •Interés por el futuro: Las imágenes o deseos sobre el futuro pueden ser un aporte para las decisiones en el presente. •Comunicación grupal: Las opiniones formuladas al interior de un grupo son más eficientes en términos de los objetivos que se quieren lograr, que las opiniones individuales. Pareciera ser que el juicio colectivo es más preciso que el individual. Por lo cual, el método postula reunir un número de personas con ciertas características para que emitan juicios sobre un tema en particular. •Conciencia colectiva: Visión colectiva de los problemas o situaciones que se enfrentan. •Anonimato: Esto permite que no existan influencias basadas en nombres, cargos o reputación de las personas, de manera que la única influencia está dada por la argumentación; el anonimato permite a los participantes cambiar de opinión sin un juicio social o una denotación a su imagen; finalmente, el anonimato permite defender una idea o argumento sin temor a equivocarse, dado que, su equivocación no será conocida por los demás. •Información del grupo se presentan en forma estadística: Se presentan todas las respuestas pero en forma agregada, indicando el grado de acuerdo alcanzado por cada una de ellas. El Procedimiento del Método Delphi El procedimiento que propone este método consiste en la selección de un grupo de personas expertas en un tema específico, a los que se les pregunta su opinión sobre cuestiones referidas a acontecimientos del futuro. Al hablar de expertos2 se hace referencia a personas que tengan conocimiento de una determinada materia, que sean afectados por la temática o problemática que se analiza, o que tengan intereses comprometidos ante una determinada situación. Lo fundamental es que cuentan con un alto nivel de información sobre el tema o el problema que se analizará. Lo importante es que esta información sea posible de recopilar. Sin embargo, no hay que creer que los únicos expertos a invitar a participar en un método de esta naturaleza son quienes estudian el tema o tienen conocimientos específicos y técnicos de él. Por ejemplo, si se busca profundizar en la cultura juvenil los mejores expertos a los que hay que se debiera invitar, es a los mismos jóvenes. Son ellos en este caso los que tienen más y mejor información respecto del tema a analizar. En otros casos, los expertos serán técnicos o analistas; sin embargo, no hay que dejar de lado a otros grupos que por su conocimiento directo y cotidiano pueden también ser considerados expertos. La discusión del grupo puede ser estructurada de diversas maneras, lo importante es velar por obtener juicios coherentes y opiniones enriquecidas con respecto al tema que interesa. El Método Delphi propone estructurar la conversación grupal de manera que las estimaciones de los expertos se realicen en sucesivas rondas, anónimas, con el fin de generar consenso, pero con la máxima autonomía de cada participante. Entonces, la capacidad de predicción de un determinado aspecto del futuro se funda en la utilización sistemática de un juicio intuitivo, emitido por un grupo de “expertos”. Para llevar la recopilación de la información de los “expertos”, se utilizan cuestionarios sucesivos, a partir de los cuales es posible observar la convergencia o divergencia de opiniones e identificar posibles áreas de consenso. La aplicación de la ENCUESTA debe ser anónima, por ejemplo puede ser enviada a través del correo electrónico o utilizar cuestionarios en formato web, ello para evitar que las personas líderes naturales del grupo impongan sus opiniones y se pierdan opiniones personales. Para la formulación del cuestionario, hay que tener en cuenta que las preguntas deben apuntar a testear hipótesis o acontecimientos sobre el futuro. Por ejemplo, en el caso de un proyecto vinculado al desarrollo urbano de una zona, las preguntas deberán indagar en las opiniones existentes en los expertos ante diferentes situaciones de desarrollo urbano o ante alternativas de éste. 2 El concepto de “expertos” es ambiguo; debe ser elegido por su conocimiento del tema en cuestión, más allá de su posición jerárquica o rol. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano El Delphi completo consta de un ciclo comprendido de varias etapas de preguntas, vaciado de respuestas, análisis y devuelta a los expertos. Dichas etapas sucesivas deben diseñarse de acuerdo a los recursos disponibles y del nivel de conflictividad o dispersión de las opiniones. Sin embargo, se recomienda como mínimo incluir dos etapas. No obstante, la teoría acerca de este método afirma que se requieren realizar tres o más vueltas. El objetivo de los cuestionarios sucesivos es disminuir el “espacio intercuartil”, esto es cuánto se desvía la opinión del experto de la opinión del conjunto, precisando la mediana de las respuestas obtenidas”. El primer cuestionario calcula el “espacio intercuartil” o la dispersión de las opiniones; el segundo entrega a cada experto las opiniones de sus pares. Entonces, cada experto analizará los pro y contras de las opiniones de los demás y de la propia emitida en el primer ciclo. En una tercera consulta, es posible esperar mayor acercamiento al consenso.3 En otras palabras, en el transcurso de cada fase que comprende el método, la aplicación de los cuestionarios tiene por objetivo disminuir la dispersión de las opiniones y precisar una opinión promedio. Pueden aplicarse tantos cuestionarios sucesivos como se considere necesario. Al momento de aplicar una segunda consulta los 3 Para mayor información, ver Astigarraga en: http://www. codesyntax.com/prospectiva/Metodo_delphi.pdf expertos son informados de los resultados del grupo. Ante esto, deben dar una nueva respuesta. Aquellos que no opinen -en la segunda instancia- como la mayoría, deben justificar su respuesta. Si se considera necesario se aplica una tercera consulta en la que se vuelven a informar de los resultados obtenidos en la fase anterior. Se puede pedir que los expertos comenten las respuestas de sus pares, especialmente aquellos argumentos que se alejan de la mayoría. Idealmente, se aplica una cuarta consulta, momento en el cual se pide y espera que cada experto emita una respuesta definitiva. Al finalizar las iteraciones, las respuestas que se mantienen como diferentes de la media del grupo, pueden ser analizados como escenarios alternativos y formular hipótesis alternativas sobre el futuro. En algunos casos el procedimiento consiste en la aplicación de un mismo cuestionario en reiteradas oportunidades. Mientras que en otros casos, hay autores que se inclinan por ir modificando el cuestionario a lo largo del proceso. Así, afirman que el primer cuestionario debe ser desestructurado y se le pide a los expertos que sean ellos los que establezcan los temas más relevantes, las tendencias o evoluciones a futuro. Cuando se recopilan las respuestas a este cuestionario inicial, se sintetiza y seleccionan los temas más relevantes y se elabora un segundo cuestionario. 26 27 Capítulo 2 / Enfoques Métodológicos y Técnicas Participativas Resumen Pasos aplicación Método Delphi Fase 1 Definir el problema de investigación con precisión. Delimitar el contexto y el horizonte temporal. Definir los objetivos que el equipo investigador persigue al aplicar este método. Programar recursos humanos, económicos y materiales. Fase 2 Elegir expertos según su conocimiento del problema de investigación y según su capacidad para enfrentar el futuro. Conseguir el compromiso de colaboración de los expertos. Es importante instarlos a que no abandonen el proceso, una vez iniciado. Cerciorarse de que todos los expertos seleccionados tengan la misma noción del problema de investigación. Para mantener la independencia el proceso de reclutamiento debe ser anónimo y los expertos no deben conocerse entre sí. Fase 3 Formular preguntas específicas, precisas. Idealmente, las preguntas deben apuntar a respuestas cuantificables (por ejemplo, de manera que se pueda establecer la probabilidad de que un determinado suceso o hipótesis se cumpla a futuro). Cada pregunta debe ser independiente de la siguiente. Las preguntas deben versar sobre temas como: grado de ocurrencia de un fenómeno (probabilidad) y de importancia (prioridad); información sobre el entorno; evolución de los sistemas o del entorno; evolución de los costos; etc. Fase 4 Se envía el cuestionario a cada experto, ya sea vía correo postal; correo electrónico u otro. Dado que usualmente se pierden respuestas por abandono de la muestra o no-respuesta, se recomienda aplicar el cuestionario a un grupo de expertos como mínimo de 25 personas. El cuestionario debe ir acompañado de una carta explicativa del proyecto en la cual se invite al experto a participar y se explique los objetivos del método aplicado y los aspectos prácticos para su desarrollo. Es fundamental explicar al experto que, luego de cada ciclo, se espera que él mismo evalúe su opinión y reformule su postura de acuerdo a lo que él considere apropiado. Formulación del problema Elección de expertos Elaboración de cuestionarios Aplicación de cuestionario Fase 5 Análisis de respuestas Para analizar las respuestas, usualmente se recurre a categorizar las posibles respuestas en alternativas (Sí/No; Mucho/Poco/Nada; De Acuerdo/ Desacuerdo, etc.). Esto permite establecer porcentajes de coincidencia de las respuestas de los expertos en cada categoría. Otras Recomendaciones aplicación • Almacenar las respuestas en una base de datos que permita comparar cada iteración. • Contar con un moderador del grupo que sea el responsable de recoger las respuestas del panel y comunicar los resultados. • Utilizar en el análisis, estadísticos como: Moda, Mediana, Media, Percentil, Máximo-mínimo y desviación estándar. • Se recomienda entregar los resultados de las opiniones de la manera más gráfica posible para mantener el interés del experto y gatillar su curiosidad respecto a la relación entre su propia opinión y la de la mayoría. • Si bien, no hay un número óptimo de expertos, se recomienda que el grupo varíe entre un mínimo de siete expertos y no más de 30. Aumentar el número de individuos no mejora las iteraciones y, generalmente, aumenta los costos y el trabajo de análisis significativamente. Debilidades del Método Delphi • Puede existir presión social hacia una determinada alternativa, sin que ésta sea necesariamente mejor. Un experto puede renunciar a defender su opinión ante la presión del grupo. • Buscar a toda costa el consenso puede llevar a perder de vista que el proceso aspira a lograr una buena solución o un buen proyecto, más que el consenso en sí mismo. • No necesariamente se asegura contar con toda la información necesaria para fundar una opinión común, que luego sea el fundamento para la toma de decisiones. • Incluso manteniendo el anonimato puede suceder que se perfilen liderazgos que dobleguen otras opiniones. Por ejemplo, esto sucede con personas que tienen habilidades comunicacionales. • El grupo puede compartir un sesgo común, dado que comparten características de expertos. Esto lleva a perder de vista en el debate otros elementos que se desconocen. • Se trata de un proceso largo y costoso. Es por ello, que el uso de tecnologías -por ejemplo, el envío electrónico de los cuestionarios- es altamente recomendable. • Al buscar acuerdos, se pueden ignorar desacuerdos. Cuando las minorías no son consideradas. Como se ha visto, el Método Delphi es un método simple, con un procedimiento que puede aplicarse fácilmente. No es imprescindible llegar a consensos, no obstante, es importante identificar la convergencia de opiniones y, a partir de éstas, construir un proyecto. La Charrette4 La palabra francesa Charrette significa carreta - carro y hace alusión al esfuerzo creativo final que los estudiantes de arquitectura, arte o diseño, debían realizar antes de finalizar la entrega de un trabajo o proyecto. El uso de este concepto proviene del siglo IX en Paris, cuando los maestros de la Escuela de Bellas Artes recogían en una carreta los dibujos de los estudiantes, segundos después de que estos corrigieran o agregaran elementos en ellos antes de darlos por finalizados y entregarlos a manos de su evaluador. Entonces, el actual método de La Charrete toma de aquellos episodios, la noción del trabajo creativo e intenso para reflejar su proceso. El Método Charrette se entiende actualmente, como un proceso colaborativo, riguroso e inclusivo que tiene como finalidad la elaboración de estrategias y planes que permitan la puesta en práctica de proyectos de diseño y de planeamiento para una determinada comunidad. Para ello, aprovecha los talentos y las 4 http://www.charretteinstitute.org/ Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano energías de todas las partes interesadas con el fin de crear y apoyar un plan viable de transformación que representa el cambio que una comunidad aspira a lograr para sí. Todas las opiniones valen por igual, la idea es que todos se escuchen y nadie domine el proceso de toma de decisión. Esta metodología se funda en la implementación de sesiones de trabajo, con talleres abiertos a todo el público. Principalmente, se basa en reuniones guiadas por un interlocutor preparado, que hace de mediador entre partes disidentes. Es definida por sus defensores como una disciplina de colaboración cruzada que tiene un objetivo para llegar a un proyecto, consensuado, donde partes beligerantes exponen entre sí sus intereses. Es una obligación de los talleres de La Charrette llegar a soluciones en tiempos delimitados establecidos con anterioridad. El mayor beneficio de utilizar un método de estas características está en involucrar a la comunidad, ya que es más probable que la aproximación final al proyecto deseado, sea positiva al haber participado en su formulación, planificación y diseño. Esto porque el proceso provee un marco que permite crear una visión común con todos los grupos interesados, permitiendo que todos perciban que han participado en los resultados que se alcanzan y que estos son compartidos. Otros beneficios son: • Promueve los vínculos de confianza entre los ciudadanos y la autoridad. • Desarrolla una visión común e incentiva la modificación de las posturas negativas o contrarias. • Aumenta la viabilidad de un proyecto. • Economiza recursos al evitar los costos de re-hacer trabajo y también al incentivar jornadas productivas de trabajo. Se afirma que esta metodología es: • Atractiva para la comunidad y logra entusiasmarla e involucrar a los diversos grupos. • En sí misma es un evento de promoción de un proyecto. • La variedad de jornadas, las oficinas localizadas en el territorio y, la flexibilidad de los horarios, potencia a que el mayor número de personas participe. Contempla determinadas características: • Colaboración de los actores interesados: Todos los grupos de interés deben estar involucrados desde el primer momento. • Diseño de un proyecto - colaboración multidisciplinaria: Debe buscarse que el diseño de un proyecto, sea producido multidisciplinariamente reflejando el conocimiento y el punto de vista particular de cada disciplina. 28 29 Capítulo 2 / Enfoques Métodológicos y Técnicas Participativas • Visiones y soluciones compartidas en el diseño: El diseño es una herramienta poderosa para crear visiones compartidas con la comunidad. Al dibujar o esquematizar se ilustran las complejidades y permite abordar los temas conflictivos al graficar las partes del problema y buscar soluciones compartidas. • Sesiones de trabajo acotadas: Las jornadas de trabajo deben ser definidas y no distanciadas en el tiempo. Esto logra un trabajo acotado e intenso. La estipulación de plazos acotados y limitados contribuye a evitar las discusiones sin foco o las negociaciones extendidas en el tiempo. • Desarrollo de Talleres de trabajo por varios días: Un mínimo de cuarto jornadas se requiere para asegurar la retroalimentación de la información. • Oficina de trabajo en el territorio del proyecto: Contribuye a la transparencia, fomentar las confianzas y cercanía de la información. • Elaboración de un plan de trabajo viable: Para crear un plan de trabajo viable, cada decisión debe estar informada (especialmente de aspectos técnicos como decisiones de ingeniería, legales o financieras). Poner el énfasis en la viabilidad del proyecto permite aportar seriedad al proyecto. • Comunicación rápida y feedback constante: La retroalimentación constante hacia la comunidad fomenta la confianza y promueve el entendimiento; las opiniones de la comunidad deben incorporarse al trabajo de los técnicos. • Análisis de los detalles y del todo: Observar ambos niveles constantemente, ayuda a evitar errores en el proyecto, dado que se toman en cuenta los detalles y también se mantiene la visión de conjunto. • Confirmar avances a través de una constante medición de resultados: Monitorear y medir el avance permite alcanzar las metas u objetivos planteados. Se asegura la transparencia del proceso. La comunidad puede monitorear sus avances (accountability) aumentando la confianza al observar que se cumplen las etapas definidas. Conforme a lo señalado, uno de los rasgos más característicos de La Charrette es la serie de intercambios o ciclos de retroalimentación (feedbacks) que se requiere para implementarla. Los expertos en esta metodología afirman que se requiere como mínimo tres series de retroalimentación entre el equipo ejecutor de un proyecto y la comunidad participante. Esto significa que para que se genere un cambio en las opiniones y posiciones de los participantes, es necesario considerar -al menos- tres ciclos de conversación y debate. Dentro de estos tres grandes ciclos de retroalimentación, los diseños se crean sobre la base de una visión común, y se reformulan constantemente al ser sometidos al examen, la crítica y el perfeccionamiento. Metodológicamente se recomienda, que el ideal es disponer de entre cuatro y siete días de trabajo para dar cabida a los tres ciclos de retroalimentación necesarios. Estas jornadas deberán ser organizadas de manera tal que quede al menos un día de separación entre cada una de ellas. Así, se busca fomentar en cada participante una comprensión global ante problemas complejos y constituir la base de un plan que refleje todos los puntos de vista. Dado que todos los implicados han sido parte del proceso de toma de decisiones, el resultado alcanzado es compartido por todos, lo que conduce a que todos lo apoyen. Esto establece una plataforma fundamental para enfrentar y superar las inevitables dificultades que aparezcan en el proceso de implementación de un proyecto. Esta metodología es especialmente útil para proyectos de desarrollo que tienen un significativo impacto en la comunidad o para situaciones que requieren de resolución de conflictos.5 Es fundamental para el éxito de La Charrette que los participantes estén muy bien informados y preparados para participar en el proceso. Esto significa que toda la información que se requiere para que los participantes puedan elaborar sus opiniones y tomar decisiones informadas, esté disponible en una forma que pueda ser entendida por todas las partes implicadas. Por otro lado, que todos los actores interesados (stakeholders) hayan aceptado participar en el proceso y tengan una comprensión compartida del proyecto, el proceso participativo y su rol en ambos. Es fundamental que exista acuerdo en relación a la naturaleza del problema y a la necesidad de actuar sobre él. El método de La Charrette reconoce la importancia de que exista una figura que sea el mediador entre las distintas partes involucradas o interesadas en el proyecto. Este “tercero” debe ser una persona reconocida por todos los participantes como alguien que velará por respetar las diversas posturas y por desarrollar el proceso a cabalidad. El mediador juega un papel fundamental para la creación de un clima de confianza, condición esencial para el buen desarrollo del proceso. Finalmente, metodológicamente se recomienda que el mediador sea una persona que no esté relacionada con el proyecto, que no cuente con intereses preformados, a fin que pueda desempeñar un rol neutral en el proyecto. Al respecto se afirma que, muchas veces, los funcionarios locales se encuentran demasiado vinculados al proyecto o a la comunidad, siendo muy difícil que puedan actuar como terceros o mediadores. Como ya se ha mencionado, debe existir un equipo de diseño, que debiera estar conformado por profesionales de diversas disciplinas con la experticia necesaria para crear un proyecto factible que vaya incorporando todos los insumos (inputs) recibidos desde los diversos actores interesados (stakeholders). Son quiénes llevan el hilo conductor de todo el proceso participativo. Es altamente recomendable que instale su oficina o centro de trabajo en el mismo territorio. Se recomienda que la fase de preparación de La Charrette no esté aislada ni separada -tanto en términos temporales como en términos de contenido- de la fase de ejecución del proyecto. 5 El Instituto Nacional de La Charrete, organismo norteamericano, afirma que este en un método ideal para utilizar en casos como los NIMBY (Not in my back yard o No en mi patio trasero), los que se caracterizan por un enfrentamiento de intereses contrapuestos. http://www. charretteinstitute.org Fuente: http://www.charretteinstitute.org/dynamic.html Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Los costos de esta participación En relación a los costos de un proceso participativo de estas características es importante destacar, que ellos estarán en directa relación con el nivel de complejidad del proyecto y la cantidad de investigación que sea necesario realizar previo al proceso participativo en sí mismo. La variabilidad de elementos, como: cuánta preparación sea necesaria, los recursos disponibles, la recopilación de datos, los estudios previos, la difusión y canales de Paso 1° Investigación y Preparación de La Charrete: • Se define cómo se llevará a cabo La Charrete y se organiza • Involucramiento de los distintos grupos de interés • Establecer información de base • Realizar investigaciones necesarias • Logística de La Charrete comunicación con los participantes, etc. Son elementos que serán fundamentales al momento de presupuestar este tipo de proceso.6 Es posible reducir los costos del proyecto a través de la incorporación de profesionales voluntarios, agencias locales y/ó universidades. Puesta en práctica del Método Charrete El Instituto Nacional de La Charrete (NCI), localizado en Estados Unidos, ha desarrollado el método en profundidad y propone una serie de pasos para llevar a cabo los principios señalados en párrafos anteriores. Propone un diseño de una actividad que pone los énfasis en los ciclos de retroalimentación, tal como se ha mencionado. Se establecen los pasos a seguir: Un primer paso consiste en organizar el proceso participativo, que va desde desarrollar investigaciones necesarias para contar con información actualizada y específica del territorio y la comunidad, hasta la logística concreta. Luego, en un segundo paso, se lleva a cabo La Charrete. Finalmente, en el tercero se implementan los acuerdos 6 El Instituto de La Charrette (EE.UU.) afirma que el costo de implementar este método en proyectos de gran envergadura, incluyendo tanto su preparación como su realización, oscila entre US$ 75.000 a US$ 500.000 dólares, dependiendo de la ubicación geográfica. http://www. charretteinstitute.org Paso 2° Desarrollo de La Charrete: • Organización • Definición de conceptos alternativos para el proyecto • Plan de desarrollo • Talleres de trabajo • Consolidación de información • Presentación Paso 3° Implementación Plan de desarrollo: • Estrategia de trabajo e información • Ejecución del proyecto 30 31 Capítulo 2 / Enfoques Métodológicos y Técnicas Participativas definidos en la fase anterior. Método Livingstone7 public vision public input public review public confirmation phase 5 phase 7 phase 4 phase 1 phase 3 phase 2 alternative plans phase 6 refine plans final plan Gráfico 1 Fuente: http://www.charretteinstitute.org/dynamic.html Este método participativo para el diseño, proviene del campo de la arquitectura. Su premisa principal es el contacto directo y sostenido en el tiempo entre el arquitecto y la persona-cliente. Ha sido formulado para proyectos de vivienda, en los que la persona o la familia puede no sólo informarse y opinar sobre el proyecto, sino también, tomar decisiones sobre la vivienda en la que desean habitar. Para ello, el método contempla una serie de técnicas y dinámicas participativas que tienen sus fundamentos en metodologías de las Ciencias Sociales, especialmente heredadas de la Psicología. Por ejemplo, juegos de rol, intercambio de papeles, o cuestionarios que buscan recopilar lo que la familia o persona quiere y espera de su vivienda. Este método se basa en la idea de que cada problema de diseño, aunque presente características parecidas a otros problemas, requiere de respuestas diferentes, por lo que no existe un “proyecto tipo”. ¿De dónde proviene? Esta se divide en -al menos- siete Fases. • Fase 1: La primera jornada consiste en que el público (comunidad, vecinos o interesados en general) comparte información y desarrolla una visión común para proponer una dirección al proyecto a través de un primer taller de trabajo. Este primer taller de trabajo consiste en que se hacen pequeños grupos, cada uno de los cuales se dedica a describir y dibujar su visión del proyecto. Un representante de cada grupo presenta las ideas principales consensuadas en su grupo ante la asamblea general. Con esto, todos aprenden del trabajo de los demás y comienzan a emerger temas alternativos. • Fase 2: A lo largo de los días siguientes, se reúne el equipo de diseño y desarrolla ideas/plan del proyecto, basados en las visiones presentadas en el primer Taller. En esta fase, es recomendable que el equipo se reúna con informantes clave, a fin de incorporar más información y desarrollar conceptos alternativos. • Fase 3: Se presentan los diseños propuestos en un segundo taller público. Se incentiva a todos los grupos de interés a participar e involucrarse compartiendo ideas frescas. • Fase 4: El equipo de diseño sintetiza y acota el insumo (input) recibido hacia una idea/proyecto preferente. • Fase 5: Las alternativas son discutidas con la comunidad. Deben ser discutidas todas las aristas de cada una de ellas. Usualmente, es en esta sesión cuando es posible encontrar en conjunto la solución a los problemas u obstáculos. Se denomina Open House. • Fase 6: Con la información recopilada, el equipo profundiza en la propuesta final. Para ello, muchas veces es necesario reunir más información y realizar un proceso investigativo. Se diseña material que permita comunicar el proyecto. Se debe asociar información estadística. Es fundamental, asociar estrategias de implementación. • Fase 7: En la jornada final de La Charrette, el equipo de diseño presenta todos los elementos del proyecto, incluyendo: un plan maestro, diseño de edificaciones, impactos sociales, económicos; y, estrategias para su implementación. Como se ha demostrado este Método es un proceso dirigido, que busca no sólo lograr la aprobación de los proyectos por parte de los diversos grupos de interés involucrados sino también, permite mejorar el resultado final del proyecto. La experiencia indica que es un método que permite neutralizar “temores”, minimizar tiempo y recursos en los proyectos, cuando se incorpora a los interesados o, a la comunidad. Esto porque establece un proceso con roles y tiempos claramente definidos. Como veremos en los Casos Nacionales, la experiencia desarrollada en el proyecto de la Región Metropolitana, comuna de Vitacura, el “Nudo Estoril”, puso en práctica el método Charrete. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Este método debe su nombre al arquitecto argentino Rodolfo Livingstone, quién lo desarrolló a partir de su experiencia profesional en el trabajo con familias que solicitaban una vivienda. Para su creador, este método tiene por objetivo “ofrecer soluciones reales a los problemas de las personas con sus casas, es decir, en poner la arquitectura al servicio de la gente”.8 Técnicas que se utilizan Para obtener información del cliente, al margen de reuniones y entrevistas iniciales, se adoptan las siguientes técnicas psicológicas: • Más-Menos: Se formulan dos preguntas, a las familiasclientes: ¿Qué es lo que más le gusta de una casa? y, ¿Qué es lo que menos les gusta? Deben responder sólo una característica o cosa por pregunta, a modo de identificar el principal atributo y el principal problema de esta “casa” y establecer las prioridades de los diferentes miembros de la familia. • Fiscal: Es un juego de rol en que las familias-clientes deben imaginar que su casa se encuentra frente a un tribunal en calidad de acusada y ellos son los fiscales, por lo que deben acusarla, encontrándole errores o defectos, como a su vez, destacando que 7 Toda la información es tomada de Romero, Gustavo, Mesías Rosendo. “La participación en el diseño urbano y arquitectónico en la producción social del habitat”, CYTED, 2004, pp 78-84. http://www.estudiolivingston.com.ar/ 8 http://www.estudiolivingston.com.ar/ estos defectos no tendrían solución, a modo de poder ganar este “juicio”. Este juego busca establecer los problemas o defectos que tendría esta casa. • Proyecto del Cliente: En este juego la familia-cliente se convierte en arquitecto y el arquitecto se transforma en su dibujante y le pregunta al cliente-arquitecto cual es su proyecto. De esta manera el arquitecto-dibujante, dibuja las ideas tal cual se las pide el cliente, sin juzgar sus decisiones. Lo que el cliente no sepa resolver se deja con signos de interrogación en el plano, a modo que el cliente, tome conciencia que la ayuda del arquitecto es necesaria, y por otro lado, éste está dispuesto a respetar sus opiniones. Este ejercicio es una manera de afianzar la relación y poner en claro la colaboración que existirá entre ambos. • Casa Final Deseada: La idea de este juego es que el cliente se olvide de su vivienda propia (o en la que habita[e]) y el arquitecto lo incita a describir su casa ideal. Se trata, que a partir de establecer un catastro de las principales necesidades, se pueda lograr alcanzar una idea óptima o mejorada, de una vivienda posible de construir. En las fases siguientes de creación del proyecto, el arquitecto trabaja en un primer momento de manera aislada, incorporando su creatividad en la generación de un proyecto(s) que reflejen todo lo que previamente se ha recabado a partir del cliente (problemas, aspiraciones, necesidades). Finalmente genera varios diseños y desarrolla la factibilidad de construir cada uno de ellos. Luego, estas alternativas son revisadas y discutidas con la familia-cliente. El proyecto final es elegido de manera conjunta; el elegido también puede sufrir modificaciones en relación a las ideas y resultados, que surjan de esta reunión de elección del proyecto. Este método crea un contacto, trato directo, exclusivo, entre el arquitecto y el cliente-familia, potenciando la participación de esta última -fundamentalmente- en el diseño; es posible inducir que éste, es un método que favorece la creación o comunitaria, de su vivienda. Este método también pudiere ser implementando en la construcción de viviendas sociales o en proyectos de mejoramiento de condominios. En ese caso, claramente es necesario un despliegue mayor de recursos humanos, dado que probablemente el proyectista no podrá entablar la relación con todas las familias y será necesario contar con plazos mucho más flexibles. Es de esperar que el proceso se haga más lento y se necesita mayor tiempo para su desarrollo. No obstante, la solución a la que se arriba tendría mejores resultados en términos de constituir una respuesta de calidad, más ajustada a las 32 33 Capítulo 2 / Enfoques Métodológicos y Técnicas Participativas necesidades de la comunidad involucrada. Al respecto se afirma: “Específicamente en el campo del diseño y la planeación, el principio que sustenta la aplicación y el desarrollo de metodologías participativas se basa en la conciencia de que los habitantes no sólo aportan información básica tanto sobre sus necesidades como de sus aspiraciones, sino también sus soluciones viables y adecuadas; también reconoce que esto sólo se resuelve a partir de la integración, de manera activa y co responsable con los diferentes actores de la producción social del hábitat, en el reconocimiento de que el entorno construido resulta más adecuado a las necesidades y aspiraciones de sus habitantes si éstos se involucran de manera activa en su producción” (Romero y Rosendo, 2004: 35). “La Producción Social del Hábitat y la Vivienda se trata de un sistema que permite a los individuos, las familias, las comunidades y las diferentes organizaciones sociales producir viviendas y hábitat acordes con sus condiciones y demandas, en forma tal que sean ellos mismos quienes controlen las decisiones fundamentales, por medio de la participación individual o en conjunto, mediante procesos que tiendan a evolucionar hacia formas de organización más complejas y efectivas” (Romero y Rosendo, 2004: 31). Método Livingstone Ejemplo: Experiencia de Reforma de Cuartería9 en Cuba. Este método se ha implementado en Cuba con bastante éxito. Tanto así, que llevó a conformar grupos denominados “Arquitectos de la Comunidad”, que han utilizado y difundido esta metodología de diseño participativo. Entre 1997 y 1998 en el Municipio de Minas, provincia de Camaguey (Cuba), se realizó un mejoramiento y restauración de una cuartería, un edificio modesto donde conviven varias familias. El edificio se encontraba en un muy mal estado y era necesario restaurarlo, pero el principal obstáculo era el bajo presupuesto con el que se contaba, por lo que se solicitó que fuera reformado con materiales producidos localmente; lo anterior condicionó a conservar la mayor cantidad de muros existentes. Los actores involucrados fueron el arquitecto y las cinco familias que lo habitaban. El proceso comenzó con una visita al lugar, lo que permitió generar un estudio detallado sobre las condiciones del terreno, la construcción y el contexto urbano. Luego se llevó a cabo el levantamiento de información desde cada una de las familias, implementándose los distintos juegos de rol y técnicas que el método despliega (mas-menos, el fiscal, Casa Final Deseada, etc). Con esta información se logró contar con una serie de Proyectos de Cliente. Luego, el arquitecto generó tres estudios de Factibilidad. Consecutivamente se contrastaron estos tres estudios con, los Proyectos de Cliente; finalmente las familias optaron por el segundo, por lo que se constituyó en el proyecto a implementar, consiguiendo una solución al problema que los aquejaba. TÉCNICAS PARTICIPATIVAS Aunque muchas de ellas serán mencionadas en los capítulos posteriores, éstas no corresponden estrictamente a metodologías participativas, muchas de ellas provienen del terreno de la investigación de las Ciencias Sociales, mientras que otras son producto de innovaciones en el ámbito de la participación, el desarrollo local, y el trabajo comunitario. El objetivo de presentarlas en este Inventario, es que ellas pueden ser consultadas y utilizadas al momento de iniciar un proyecto. Al adentrarse en la descripción y contenidos de estas técnicas participativas, se esbozan algunos conceptos básicos para una mejor comprensión de los contenidos expresados en algunas de ellas. Actores y redes Se denomina Actores a quienes tienen intereses, en torno a un determinado proyecto. Normalmente ellos poseen información relevante, o están vinculados ó relacionados a los mecanismos y procesos involucrados en las distintas etapas de un proyecto. Para iniciar o construir un proceso participativo se hace necesario el análisis previo de los actores que se incluirán en la discusión de un proyecto, dando cabida a la contribución de cada uno de ellos de la mejor forma posible, en este proceso; identificar y caracterizar los actores es un paso necesario para este objetivo. En primer lugar se hace indispensable definir los temas o problemas relacionados con el proyecto; es necesario definir o establecer todos los posibles actores relacionados con cada uno de los temas o problemas, distinguiendo entre los que posean información, los que posean intereses y aquellos que pudieren tener control sobre los mecanismos de intervención, y/ó de decisión (Habitat, 2002: 104). Este listado de actores puede analizarse de acuerdo a distintos criterios: nivel de interés, nivel de importancia para el proyecto, por ejemplo. Este proceso de análisis, puede realizarse participativamente, en mesas de trabajo destinadas específicamente a generarlo. 9 Cuartería: Casa de vecindad. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Redes10 Atendido lo anterior, es conveniente tener presente en todo proceso participativo, los vínculos o relaciones entre los distintos actores que intervienen. Lo que se caracteriza ya no es el actor, sino sus relaciones con otros actores (ya sean estos personas, organizaciones, etc.) Para realizar análisis de redes, es necesario, identificar en primera instancia, cuáles son los actores de los que es de interés conocer sus redes (esto es producto del análisis de actores recién descrito); en segundo lugar, definir las relaciones que son relevantes para el proyecto (de información, de ayuda, financieros, etc.). A modo de ejemplo, en la discusión sobre proyectos que intervienen sobre grandes áreas, las agrupaciones locales actúan coordinadas, u obtienen información y conocimientos a través de otras agrupaciones locales que ya han pasado por la misma experiencia. Establecer los vínculos de información y conocimiento entre las distintas agrupaciones puede ayudar a comprender la forma en que una agrupación en particular percibe un conflicto, el modo en que se adoptan decisiones, y en suma, a entender mejor a cada agrupación local en el contexto general del que son parte. Los vínculos o relaciones identificadas pueden ser representados en un “sociograma”, o mapa de vínculos. Los distintos tipos de vínculos pueden representarse a través de líneas de diferentes colores, que unen a los actores u organizaciones. Tecnicas / herramientas participativas Grupo Focal Esta técnica, permite obtener ideas generales de una comunidad sobre un tema, o dicho de otro modo, el discurso dominante en un grupo, sobre una cierta materia. Para realizar un grupo focal, se contacta entre 6 a 12 personas de un mismo grupo de interés (por ejemplo: sólo los vecinos relacionados directamente con el tema o materia; sólo los vecinos vinculados indirectamente con el tema o materia, sólo locatarios, etc.), para conversar entre una y dos horas sobre un temario de no más de ocho materias. Quien guía el grupo focal debe ser un moderador neutral, que no sólo dirija la conversación sino que valide todas las opiniones, y que promueva la expresión de todos los participantes. Se sugiere que el moderador lleve para cada tema una o dos preguntas iniciales, que le permitan abrir la conversación, y que tenga total claridad respecto a qué quiere saber de cada asunto del temario, con el objeto de orientar las preguntas 10 Para mayor información consultar Molina, J. (2000) “El análisis de redes sociales, una introducción”. y opiniones, y saber cuándo dar por terminado el tratamiento del tema. También puede utilizar otros mecanismos, o herramientas para alimentar el tema de conversación, como por ejemplo fotografías, como una forma de generar una discusión en torno a la interpretación de las fotografías. A diferencia de la entrevista, con esta técnica se logra obtener la visión de más personas en un menor tiempo; se pierde en términos de una mayor gama y variedad de respuestas. Esto porque aunque el moderador se esfuerce en validar todas las opiniones, muchas veces algunas personas están proclives a no expresar su opinión, distinta, frente a otras personas. Para disminuir este riesgo, es importante cuidar de invitar al grupo focal, a personas similares, es decir, si es un grupo focal de vecinos, no invitar dirigentes o líderes, para que todos sientan que su opinión posee el mismo valor que las demás. En este mismo sentido, garantizar confidencialidad de las opiniones (que no se utilizarán sus nombres sino sólo lo que opinarán) puede ayudar a que las personas expresen sus opiniones con mayor libertad. Grupo de discusión El grupo de discusión es similar a un grupo focal en términos del número de personas, de temas a tratar y de las características del moderador, sin embargo, en este caso no se busca simplemente sacar a la luz los temas, sino que generar discusión o debate respecto de los temas a tratar. En este sentido, a diferencia del grupo focal en que se invita a gente de un mismo grupo de interés, en este caso, se debe buscar la participación de personas que tengan visiones distintas de un tema o materia, a objeto puedan exponerse y confrontarse argumentos. El objetivo de esta técnica no es necesariamente llegar a consenso, sino que hacer explícitos los puntos de desacuerdo y acuerdo, y tener claridad respecto a los argumentos y motivaciones detrás de cada uno de estos conflictos. Es importante en este sentido que el moderador sea capaz de validar todos los argumentos por igual, sin dejar que uno sea el “ganador”, para que las personas expresen su desacuerdo si temor. Taller de Trabajo Corresponde a una reunión estructurada en torno a un tema específico a resolver, con un tiempo determinado de duración y con objetivos a lograr dentro de ese marco, evitando discusiones no productivas. Para esto, se invita a un número limitado de participantes a conversar, intercambiar ideas, discutir, respecto de un tema previamente fijado, estableciéndose los objetivos a lograr dentro del tema de discusión: 34 35 Capítulo 2 / Enfoques Métodológicos y Técnicas Participativas consensos, equilibrio de intereses, posibles soluciones a un problema, etc. La idea es articular en la reunión las visiones de los distintos grupos de interés más los aportes de los profesionales/ técnicos, para llegar a acuerdos o posibles soluciones viables. Conferencia de Búsqueda Como se planteará más adelante en el caso analizado de la Ciudad de Juárez en México, esta metodología se basa en la psicología social y en la dinámica de grupos. Fundamentalmente, se trata de talleres en los que la comunidad participa y debate sobre ideas acerca del presente y futuro del territorio que habita. De esta manera, se generan los escenarios más deseables y factibles que vislumbran para su territorio. A través de un ejercicio, distinguen entre futuro probable y futuro deseable, en el primer caso se logra una proyección de lo que ocurriría si no se realiza ninguna intervención en el territorio, mientras que en el segundo caso, el futuro deseable corresponde a las transformaciones que la comunidad aspira o sueña se realicen en éste. Ello genera una visión a largo plazo sobre las principales necesidades y problemas a solucionar. También, genera un conjunto articulado de objetivos, así como planes de acción coordinados y la asignación de responsabilidades en el tiempo, para alcanzar los objetivos propuestos. En este sentido se trata de una estrategia sumamente práctica y eficaz, ya que la comunidad no solamente es capaz de opinar y “aspirar” a solucionar sus necesidades sino que se involucran de manera directa y adquieren responsabilidades concretas para intervenir en su sector, definiendo una serie de estrategias y acciones que les permita encaminarse hacia el futuro deseable y alejarse de los riesgos y problemas del futuro probable. Así, se integran a un Plan de Desarrollo de manera reflexiva y activa. Casa Abierta Corresponde a una de las fases de La Charrette. Específicamente, se trata de una sesión abierta a todos quienes deseen participar, en la que se discute sobre alternativas de proyecto ya elaboradas desde la contraparte técnica (aunque a partir del diagnóstico comunitario), para recibir como retroalimentación los comentarios de los vecinos, desde sus intereses y el conocimiento del uso cotidiano. Esta instancia permite valorar las distintas alternativas, corregir y generar un borrador del proyecto final. En este sentido, dos elementos cobran máxima relevancia: La convocatoria y la Elaboración de Propuestas. La convocatoria debe llegar a todos los actores relevantes,11 a través de los medios de difusión más adecuados para cada grupo; es importante que estén presentes, tanto los profesionales que elaboran las propuestas desde lo técnico como, los vecinos y otros grupos de interés, para poder arribar a consensos viables. Las propuestas presentadas deben ser claras y comprensibles para todos, haciendo referencia a cómo fueron creadas, respondiendo a los comentarios y aportes realizados por los distintos actores en instancias consultivas anteriores, y quienes las presentan deben estar abiertos a recibir las opiniones e intentar llegar a acuerdos. Talleres de Modelación/ Diseño El uso de diagramas, mapas o modelos son técnicas que favorecen el diálogo y el análisis participativo. En general, permiten desarrollar un proceso creativo y entretenido para los participantes. Las personas tienen ganas de participar; a través de su utilización, se crean lazos de confianza y un espíritu de entusiasmo compartido. La idea es graficar en diagramas, mapas o modelos las principales ideas que se están discutiendo en una comunidad en torno a un proyecto. Esto permite visualizar la discusión y prospectar alternativas posibles. Facilita la comunicación y el encuentro de puntos en común. Trasmite la información importante en forma de imágenes o símbolos. A su vez, permite describir contenidos o procesos complejos de un modo claro y de fácil comprensión. Es una forma de trabajo en la que pueden participar personas analfabetas, niños, posibilitando la inclusión de un mayor número de interesados en el proceso participativo. Las personas pueden expresarse libremente y de acuerdo a sus propias capacidades. Esta técnica permite entregar resultados visibles; los dibujos o modelos están disponibles, todos pueden consultarlos. Los resultados pueden utilizarse en una siguiente etapa, o exponer a la comunidad actuando como registro del proceso, avances y acuerdos alcanzados. Dentro de esta categoría es posible encontrar una gran gama, desde los dibujos o mapas mentales que cada individuo hace para expresar sus ideas u opiniones, hasta la intervención con contrapropuestas de diseño a partir de la información entregada por un técnico. Esta herramienta puede servir también, como inicio a la planificación urbana participativa y así sentar bases para una posterior toma de decisiones. 11 Para definir actores relevantes, ver apartado sobre análisis de actores. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Entrevista Permite obtener información sobre temas específicos, consultando directamente a las personas sobre sus opiniones, motivaciones, valores, costumbres, etc. Esta consulta puede realizarse tanto a los vecinos como a expertos que den una visión más general sobre los temas. La entrevista puede ser estructurada, semi-estructurada o abierta. • Entrevista estructurada: Utiliza cuestionarios fijos, es decir, a cada entrevistado se realizan las mismas preguntas. • Entrevista semi-estructurada: No se trabaja con cuestionarios fijos, se utiliza una guía para la conversación que incluya todos los temas clave (similar a un temario). En este sentido, se requiere un entrevistador más experimentado, que sea capaz de adaptar las preguntas a lo largo de la conversación, con flexibilidad, de acuerdo a las necesidades del interlocutor. • Entrevista abierta: Es más que un temario; el tema por el cual se desea iniciar la entrevista debe estar claro desde un comienzo. Sin embargo una vez realizadas las primeras preguntas, se hace prevalecer en ella aquellos temas que espontáneamente van surgiendo, estableciéndose estos como guías de la conversación/entrevista. Esta tipología de entrevista, es útil en temas culturales más profundos, en donde el investigador no tiene claridad respecto de cuáles son los temas relevantes. En todos los casos, siempre es importante hacer preguntas que le sean comprensibles a los entrevistados, utilizando el lenguaje local, el que ellos conozcan. Se sugiere partir por preguntas más generales (¿cuál es su nombre?, ¿a qué se dedica usted?, ¿desde hace cuánto tiempo vive acá?, etc.) para ir incorporando gradualmente las preguntas más complejas o sensibles (¿por qué usted cree que los vecinos se están a favor o en contra del proyecto?, ¿qué cree usted que se ha hecho bien, mal?, si usted tuviera que hacer las cosas, ¿cómo las haría?, etc.). Asimismo, para aprovechar esta herramienta, las preguntas deben ser abiertas: la respuesta a buscar constituye un argumento, el discurso del entrevistado; no un sí o un no, como una respuesta simplificada o concreta a lo que se pregunta. En este último caso, y para ese tipo de información, es mejor utilizar la Encuesta. En este sentido, muchas preguntas corresponden a ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿qué?, ¿quién?, por qué?, de modo que el entrevistado explique sus motivaciones, percepciones, temores, etc. Las respuestas, de este modo, permiten comprender una realidad, pero no cuantificarla. Es posible apoyar las preguntas en fotografías o material visual que confronte a la persona con un tema o realidad específica, de modo que la persona entrevistada tenga que explicar, interpretar, argumentar, etc. Generalmente al hacer entrevistas se garantiza la confidencialidad de las respuestas (se utilizará lo dicho pero no el nombre del entrevistado), para que las personas sientan la libertad de expresarse. Esto tiene importancia sobre todo respecto de las entrevistas a vecinos; en otros casos no se podrá garantizar confidencialidad (ni tiene mucho sentido), por ejemplo, al entrevistar a un experto o a un dirigente vecinal, que habla en representación de una comunidad. Es importante tener en cuenta que al hacer entrevistas se debe seleccionar cuidadosamente los entrevistados. La pregunta es: ¿qué quiero saber?; si quiero obtener información vivencial, de la vida cotidiana, de usos y costumbres. Probablemente la mejor opción sea entrevistar un grupo de vecinos (es necesario también preguntarse: de cuáles vecinos me interesa obtener información: dueñas de casa, jóvenes, jefes de hogar, los más involucrados, etc.); si se desea tener una visión sobre los problemas de la comunidad, la forma en que se organizan y cómo enfrentan los problemas, probablemente se pueda encontrar en los dirigentes comunitarios; si se quiere obtener información general sobre un tema, o una visión más experta, probablemente sea necesario buscar expertos en el tema a quienes entrevistar. Es posible entrevistar diferentes grupos en distintas etapas, por ejemplo, partir entrevistando expertos para tener mayor claridad sobre el tema, y el tipo de problemas que se pudieren presentar, y luego en base a esa información elaborar un cuestionario o temario para entrevistar a dirigentes o vecinos. Encuesta Esta herramienta, sirve para tener información sobre las tendencias generales en algunos temas importantes para un proyecto. Más que aportar una comprensión sobre los temas, informa sobre las opiniones o percepciones generales de un grupo de interés en un cierto número de temas que hayan sido previamente, seleccionados. Para la elaboración de una Encuesta, y para cada uno de los temas sobre los que se requiere consultar opinión, se desarrollan tanto las preguntas como sus alternativas de respuesta. Es importante que las alternativas a las respuestas sean: • Exhaustivas: Es decir, que cada pregunta tenga todas las alternativas de respuesta posible, ello implica visualizar, el no dejar fuera ninguna posibilidad de respuesta; cuando sea imposible listar todas las respuestas posibles, se deberá utilizar la categoría “otros”. 36 37 Capítulo 2 / Enfoques Métodológicos y Técnicas Participativas • Excluyentes: Es decir, que para cada pregunta, exista sólo una alternativa de respuesta, en síntesis, que no pueda ocurrir que un encuestado se sienta identificado con dos alternativas (cuando las alternativas no son del todo excluyentes, por ejemplo, cuando se pregunta por los problemáticas del sector donde se habita; los motivos porque los vecinos se oponen o están de acuerdo con un proyecto, etc., se pide que la persona escoja la alternativa que “más lo representa”, o “el principal motivo porque…”, etc.). Cuando se construye un cuestionario de Encuesta, es recomendable aplicarlo a un grupo reducido de personas en primera instancia, con el objetivo de verificar que las preguntas sean comprensibles y las alternativas de respuesta adecuadas; a partir de allí, ésta es corregida y permite aplicarla al total de encuestados. La encuesta permite cuantificar las opiniones. Esto es muy útil, pero al mismo tiempo plantea un problema: ¿Las opiniones de quién o quiénes es necesario cuantificar? Es importante definir con antelación (a la confección de la encuesta) cuál será el universo al que se desea referir: la totalidad de los vecinos, los vecinos involucrados indirectamente, los involucrados directamente, etc. De ello depende a quiénes se encuestará. Cuando no existe la posibilidad de encuestar a todo el universo del que se quiere o necesita conocer opinión, existen métodos estadísticos que permiten obtener muestras representativas de este universo. Las encuestas pueden ser aplicadas cara a cara (con personal que realice las encuestas presencialmente); también telefónicamente, o bien pueden ser autoadministradas (el propio encuestado revisa y responde el cuestionario). El modo más aproximado a captar información fidedigna es el cara a cara, porque el encuestador tiene certeza de quién está contestando (a diferencia por ejemplo, del encuestador telefónico, que no puede saber qué representatividad tiene el individuo que entrega la(s) respuesta(s); a su vez, en caso de duda puede explicar las preguntas, para evitar errores y pérdida de información. Cuestionario Auto-administrado Corresponde a un cuestionario que un individuo responde sin que el Encuestador o Entrevistador vaya realizando las preguntas. Puede contener tanto preguntas abiertas (que las personas responden escribiendo con argumentos), como a su vez, preguntas cerradas, con alternativas. Este tipo de Cuestionario puede ser enviado a los domicilios de los encuestados, para después ser retirados; también puede ser aplicado en instancias como reuniones, en que se reparte un cuestionario a cada participante y se da un tiempo para que todos respondan para luego retirarlos; por último, también puede realizarse vía e-mail o a través de una página WEB. En este tipo de cuestionarios es importante la claridad total de las instrucciones y las preguntas, ya que nadie estará ahí para aclarar las dudas que puedan surgir mientras se responde. Asimismo, es importante saber de quiénes necesito información: si se requiere llegar a los vecinos más involucrados, una opción es repartir los cuestionarios en una reunión de junta vecinal u otra similar (esto da la opción de que el cuestionario contenga tanto preguntas abiertas como cerradas, o que sea más extenso, dado que las personas están más interesadas y se darán el tiempo para contestar); si se desea llegar a los vecinos que nunca participan, puede ser mejor dejar un cuestionario con preguntas cerradas en cada hogar del barrio, para que sea fácil y rápido de responder, a fin de provocar mayor eficacia y eficiencia; si se quiere hacer una consulta a expertos, quizás es posible enviar un cuestionario corto, con preguntas abiertas, vía e-mail. Es importante hacer la salvedad que este tipo de cuestionario no permite llegar a personas con bajas habilidades de lectura y escritura, porque estarán en condiciones más desfavorables en su comprensión; se convertirá en una herramienta de alta dificultad, lo que podría conducir a errores o, simplemente, a optar por no responderlo. Pauta de Observación Directa La pauta de observación directa, permite dar cuenta de la interacción de las personas, entre sí, con su territorio y con lo objetos presentes en él. Amplio puede ser el temario que se aborde a través de ésta, pudiendo seleccionarse previamente, los aspectos a observar, los lugares y horarios donde será relevante realizar la observación, destacar aspectos no contenidos en la pauta. Por ejemplo, algo que pueda llamar la atención del observador en relación al tema en particular. También puede ser una pauta estructurada, en que existan categorías de respuesta para cada uno de los aspectos a observar (sí/no, número de veces, número de personas, limpio/sucio, bueno/malo/regular, etc.). Por otra parte, es posible generar una pauta que combine categorías de respuesta, en algunos aspectos, con preguntas abiertas, en que el observador pueda explicar lo que observa. Esta herramienta, permite cuantificar y comparar patrones de uso entre distintos lugares. Se pueden generar además, fotografías o videos que se utilicen tanto para ilustrar situaciones como para provocar debates y conversaciones con la comunidad, en torno a distintas problemáticas respecto del uso de su entorno. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Observación Participante Este tipo de herramienta trata de la observación que implica la interacción e involucramiento del observador con el grupo a observar. Se realiza sin Pauta. El observador debe tener claridad en relación a los aspectos, temas específicos y de interés del proyecto desarrollado o a implementar. Es una perspectiva más subjetiva que la anteriormente mencionada, y ésta no permite cuantificar como tampoco comparar, pero sí acceder a los significados y explicaciones que los individuos otorgan a sus acciones, perfilar costumbres, etc. Para la realización de una buena Observación Participante, el observador debe conocer al grupo en que se insertará y ser familiar para ellos, con le propósito que efectivamente lo involucren, llegue a formar parte en sus actividades y pueda tener acceso a la cotidianeidad del grupo. Para esto se requiere de tiempo, ya que el observador debe visitar varias veces el sector y los vecinos, generar vínculos de confianza. De esto último depende la calidad de la información que el observador logrará reunir. Tal como en el caso anterior, a partir de la Observación Participante también es posible generar material visual, ilustrativo, que dé pie al debate. Recorrido por el barrio Corresponde a caminatas planificadas, en las que participan distintos actores relevantes. A medida que se recorre el vecindario, los vecinos pueden ir narrando los distintos problemas o conflictos situados en el territorio (y al irlos verbalizando y ordenando, toman mayor conciencia de la situación), y los demás actores pueden ver por sí mismos la situación del barrio in situ. Es importante planificar con anterioridad el recorrido en conjunto con los vecinos, para efectivamente recorrer todos los lugares importantes de comentar. También se puede documentar con fotografías o videos, dejando registro no sólo de los lugares visitados sino de las opiniones, análisis y propuestas que van surgiendo, las que pueden ser de suma utilidad a la hora de realizar un perfil del sector, de diagnosticar o de proponer. Visita Puerta a Puerta El “Puerta a Puerta” corresponde a la visita al domicilio de cada uno de los vecinos de un barrio. Esta actividad puede tener fines informativos o consultivos. En ambos casos, la visita personal da una percepción de importancia del asunto, y además recalca la importancia de hacer partícipe a cada vecino, aumentando el compromiso de ellos con la actividad. Muchas veces esta, es la única forma de llegar a aquellos vecinos que normalmente, no participan de las instancias y espacios de intercambio comunitario. El puerta a puerta debe realizarse con una finalidad clara. Debe prepararse de antemano la información que se comunicará (ya sea que ésta se entregue oralmente o que se entregue a través de un informativo); debe existir claridad respecto a la información que se busque (aplicando, por ejemplo, una encuesta corta). En este segundo caso, es recomendable que de cualquier forma los encuestadores sean capaces de proveer información básica respecto al resto de las actividades relacionadas con un proyecto, ya que en muchos casos éste puede ser el único vínculo, entre el hogar visitado con relación a la iniciativa, lo que debe ser aprovechado. Análisis de Documentos Consiste en la revisión de textos de acuerdo a categorías de análisis que parezcan relevantes a lo que busca un proyecto. Los documentos pueden ser cartas, actas de reuniones, entrevistas publicadas en la prensa, transcripciones de ponencias en seminarios, etc. Muchas veces los documentos son una fuente de datos (estadísticas, registros, fechas históricas, hitos, etc.). Otras veces son registros de conversaciones y argumentaciones. En estos casos, los documentos se toman como un producto históricamente situado, es decir, ellos encarnan las actitudes o pensamientos de una persona o un grupo de personas en un momento y contexto dado: no son irrefutables, sino que, al igual que una entrevista, expresan deseos, percepciones, de un determinado momento y situación. Se usan documentos tanto porque aportan datos de contexto, como porque permiten acceder a la historia de un cierto debate, grupo o problemática, o porque a veces reúnen las opiniones de un grupo de actores al que sería difícil acceder. Por ejemplo, a través de documentos se pueden encontrar los datos para caracterizar sociodemográficamente un sector; por otra parte, se puede analizar la historia de un conflicto en base a las actas en que se recoge la discusión de dicho conflicto en un Consejo Municipal; o bien, actas de discusiones parlamentarias. Asimismo, se pueden analizar las apariciones en prensa de las agrupaciones comunitarias en torno a un problema en particular, o publicaciones comunales o vecinales. Las categorías de análisis de estos documentos pueden ser cuantitativas (por ejemplo, contar el número de veces que se refiere a un tema específico, positiva o negativamente) para obtener las tendencias generales de la opinión de un grupo, las prioridades según número de apariciones; o bien, se puede hacer un análisis 38 39 Capítulo 2 / Enfoques Métodológicos y Técnicas Participativas de contenido cualitativo, en que las categorías de análisis son similares a las preguntas de una entrevista, responden a ¿por qué?, ¿cómo?, ¿de qué forma? Este último tipo de análisis define las preguntas que se le harán a cada documento, para analizarlo de acuerdo a esas interrogantes. Lo que se obtiene ya no es un perfil de tendencias de opinión, sino la comprensión de los argumentos en juego, la importancia de cada tema en relación a los demás. La dificultad de este análisis está generalmente en la disponibilidad de los documentos, que como no están hechos específicamente para este fin sino que son producto de otros procesos, muchas veces no son públicos, o no están los registros de todo lo que se quisiera revisar (por ejemplo: no se realizó acta en todas las sesiones, los documentos se botan después de un cierto tiempo, etc.). En este sentido, antes de plantear esta técnica es importante indagar en la disponibilidad de los documentos a analizar. Análisis de Discurso Consiste en la revisión del discurso de un grupo o una persona, a través de distintas fuentes, y de acuerdo a ciertas categorías de análisis. Las fuentes pueden ser tanto entrevistas como documentos (cartas, actas, publicaciones, etc.) originados en el grupo. Tanto las entrevistas como los documentos son expresiones de lo que una persona o grupo piensa, siente, percibe, en una determinada situación. En este sentido, el análisis debe tener en cuenta el contexto en que se obtuvo la información. Las categorías para analizar las fuentes de información son las preguntas con las que se aborda los documentos y entrevistas: la aproximación no es neutral, sino que hay ciertos temas en particular que interesan más que otros; ¿cuál es la opinión de este grupo respecto a…? ¿cuáles son los valores que hay detrás de lo que dicen? ¿qué es lo más importante para este grupo en este tema? ¿quiénes son los referentes a que hacen mención? ¿qué está en juego para ellos? En este sentido, se establece una “conversación” con los textos y entrevistas, en que lo aparece en ellos, responde en parte las preguntas que “se les plantea”. De este proceso surge la comprensión no sólo del argumento explícito sino de los elementos detrás del discurso: motivaciones, valores, ideales a los que se aproxima. Consulta Pública Es un evento participativo de alta visibilidad, que reúne a distintos actores: relevantes o representativos del sector público, privado y comunitario, a objeto de definir y profundizar los temas de interés en torno a un proyecto, así como, definir los potenciales mecanismos de participación con los que se actuará, como asimismo, movilizar apoyo y generar compromisos. Por lo general poseen una duración de 3 a 5 días, estando prevista normalmente en la finalización de una primera etapa de un proyecto (por ejemplo, finalizar la Etapa de un Diagnóstico). La Consulta Pública está orientada a generar las bases para etapas siguientes del desarrollo de un proyecto; se debe propender a que en ésta, participen todos los grupos de actores clave a fin de recoger diversas opiniones y propuestas, particularmente las que provengan desde la base de la comunidad involucrada en el proyecto, en un ambiente no confrontacional. Para realizar una Consulta Pública es necesario: • Identificar los actores relevantes (a través, por ejemplo, de un análisis de actores), invitarlos y comprometer su participación en la consulta. • Comprometer a los actores que intervienen en la toma de decisiones (a fin de contar con el apoyo necesario en los potenciales acuerdos con la comunidad, entendida ésta en su más amplio espectro). • Crear un equipo organizador con las capacidades necesarias para llevar a cabo la Consulta, con la participación de un moderador y el establecimiento de una Secretaría donde las personas puedan preguntar por información ( por ejemplo: el Diagnóstico). • Establecer y planificar un cronograma de actividades. • Preparar la agenda de la consulta, así como los grupos de trabajo, materiales, información y documentos para los participantes. • Difundirla La agenda de la Consulta comprende, entre otros, la inauguración del evento en el que se enmarca el proceso; el establecimiento de los objetivos, y de los mecanismos y procedimientos que se utilizarán para realizarla. Se identifican y revisan los temas de interés (utilizando grupos focales, mesas de trabajo u otras técnicas). Para cada tema de interés se propone una metodología de trabajo (a través de técnicas ya descritas u otras, como: mesas de trabajo, grupos focales y construcción de perfiles). Posteriormente se revisa el marco institucional en vista a los temas y problemas analizados, en la búsqueda de compromisos y apoyos entre los actores participantes en la Consulta. Finalmente, se obtienen las conclusiones del proceso, y se recogen las definiciones y compromisos en un documento.12 Finalmente, se debe realizar un informe del trabajo realizado para ser difundido, especialmente en lo que respecta a los acuerdos y consensos alcanzados. Asimismo, es necesario establecer los mecanismos de control acordados en la consulta. 12 Denominado generalmente, Declaración de la Consulta. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Rankings13 Los Rankings son metodologías para priorizar. Permiten comparar alternativas diferentes y establecer una jerarquía entre ellas. “Construirlos” requiere de la participación de grupos de consulta, permite expresar intereses y necesidades, visualizar sus prioridades de forma simple, clara y fácilmente entendible por todos. De esta manera facilitan la comunicación, tanto al interior de la comunidad como en relación con los técnicos, especialistas o las autoridades. A través de la priorización, es posible clarificar los criterios que guían una determinada elección. Son una oportunidad para discutir y analizar en conjunto los temas más relevantes de un proyecto. Existen distintas maneras de establecer Rankings, sin embargo no se profundizará sobre la materia. Sólo a modo de ejemplo, se podrían llegar a definir alternativas estableciendo Rankings de: • Preferencias (¿qué prefiero? ¿qué prefiere la mayoría?). • De temas por orden de importancia; urgencia; necesidad; etc. Protocolo de Acuerdos Es un documento que formaliza los acuerdos entre distintos actores relevantes en torno a un proyecto, en términos de visión, estrategia y prioridades de acción, sobre la base de un marco institucional vigente. Este documento generalmente es producto de una consulta pública, pero también puede derivarse de consultas a otras escalas. En éste se hacen explícitos los compromisos consensuados y las responsabilidades de quienes los asumirán. Para construir un Protocolo de Acuerdos es necesario que la consulta de la que es fruto, haya estado estructurada de tal forma que puedan extraerse de ella todos los elementos necesarios, como a su vez haya sido confeccionada por un agente neutral. Previo a su formalización se prepara un borrador constituido por: • Un preámbulo en que se explican los sucesos anteriores a la Consulta. • Una declaración de principios, consistente en una visión, análisis de oportunidades y amenazas relativas al proyecto, y una consideración de las acciones iniciadas o por iniciar. • Un paquete de compromisos que especifica las medidas acordadas por tema. • Los compromisos de recursos, así como las posibilidades de movilización de recursos detectadas. • Una recopilación de los mandatos y acuerdos formales adoptados. • Los mecanismos de monitoreo, especificando tiempos 13 Del inglés -Rank-: posición, orden, lugar, etc. y modalidades de revisión del cumplimiento de los acuerdos adoptados. • La aprobación del documento, firmada por los actores clave participantes también, en la consulta. Revisado este borrador por quienes lo suscribirán se presenta para aprobación y sanción de las partes, comenzando a regir los períodos y formas de monitoreo en el cumplimiento de los acuerdos. En la medida que surgen cambios, en el tiempo, tras su puesta en marcha -confirmar o actualizar visiones, prioridades u otros aspectos-, es posible plantear, aprobar y sancionar sus modificaciones. Audiencias Públicas Corresponde a una instancia formal de participación, en que la autoridad responsable convoca a los actores involucrados o que tengan algún interés (de participación abierta), sobre una parte o la totalidad de un proyecto próximo a decidirse, para que puedan expresar su opinión con anterioridad a la adopción de una decisión definitiva. El objetivo es que la autoridad pueda acceder a las opiniones de los actores relevantes de forma directa y, modificar o complementar los proyectos antes de su decisión definitiva. De este modo, en este tipo de instancias es crucial la difusión, de modo que gran parte de los actores puedan participar. Si bien para algunos proyectos, los canales de información y difusión pueden encontrarse establecidos por disposiciones legales, éstos pueden ser complementados por otras vías de difusión que se detecten como las de mayor impacto en los grupos relevantes (desde avisos en radios comunitarias, hasta acciones en un “puerta a puerta”). Asamblea - Cabildo Seminarios Corresponden a instancias de información, rendición de cuentas, consulta o toma de decisión. Se caracterizan por ser de participación abierta a todos los vecinos, de modo que su éxito depende en gran medida de su difusión y de la capacidad de convocatoria. En este sentido, es de suma importancia definir a quienes se quiere llegar, y desplegar los medios más efectivos para comprometer su presencia (dependiendo del grupo objetivo, afiches en sedes comunitarias, puerta a puerta, invitación formal, etc.) Cualquiera sea su finalidad (sólo información, consulta de un tema específico, adoptar una decisión), estos deben ser claros y explícitos. La comunidad, los vecinos, deben saber para qué están ahí, que se espera de ellos, y cómo se procederá (generar una tabla, comunicar 40 41 Capítulo 2 / Enfoques Métodológicos y Técnicas Participativas desde el principio la metodología que se utilizará, etc.) con el propósito de no desviar la atención respecto del motivo por el cual se les convoca y, eliminar toda discusión sobre materias que no estén en concordancia con aquella que promueve la convocatoria. Como se revisó en algunos casos, el uso de material visual o audiovisual puede ser útil en estas reuniones (en casos informativos o de retroalimentación, es posible apoyar la discusión en fotografías o videos generados en etapas anteriores del proyecto, como los recorridos por el barrio). Plebiscito Corresponde a un instrumento legal de participación política directa. Consiste en una consulta abierta a todos los ciudadanos sobre asuntos clave en el debate político. A diferencia de la encuesta, en que se consultan temas variados para conocer las tendencias de opinión de los vecinos, en el plebiscito quienes participan están votando, de tal forma que se consulta sólo uno o dos temas, y los resultados obtenidos de la votación tienen consecuencias directas en la realidad (se acata lo que la mayoría ha escogido). En este sentido, las alternativas que se presentan a la comunidad deben ser claras, y se debe procurar hacer la información disponible de manera expedita, porque son los propios votantes quienes están tomando la decisión.14 Comités Permanentes Corresponde a un órgano consultivo formado para acompañar el desarrollo de un determinado proyecto, desde su inicio hasta su fin. El comité se forma reuniendo a representantes de instituciones y organizaciones relacionadas con el proyecto (que pueden ser desde organizaciones vecinales amenazadas por un determinado aspecto del proyecto, hasta ONG vinculadas al tema). Este conjunto de personas toma el compromiso de reunirse de manera regular a revisar el avance del proyecto, y tomar acuerdos respecto a las acciones a desarrollar. Asimismo, queda en manos del representante de cada organización tanto hacer llegar la información a sus bases, como recoger su opinión y hacerla presente en el comité.15 14 Para mayor información sobre plebiscito, consultar anexo sobre el Marco Legal de la Participación Ciudadana, 15 Para mayor claridad sobre el funcionamiento de los comités permanentes, consultar caso Paris Rive Gauche. SÍNTESIS: OBJETIVOS / ENFOQUES METODOLÓGICOS Y TÉCNICAS PARTICIPATIVAS Herramientas Objetivos Técnicas para la Recolección de Información Estas, se encuentran destinadas a recopilar datos o información nueva acerca del entorno, la comunidad, las demandas y necesidades existentes, y los conflictos en torno a un proyecto a desarrollar. • Grupos focales • Grupos de discusión • Taller de trabajo • Conferencia de Búsqueda • Casa Abierta • Talleres de modelación • Entrevistas • Encuesta • Cuestionario Autoadministrado • Observación directa • Observación participante • Recorrido por el barrio • Análisis de Documentos • Análisis de Discurso Herramientas para Sistematización de la Información Estos, permiten ordenar la información recolectada, facilitando su comprensión por parte de los distintos actores, simplificando la información disponible para la toma de decisiones, y permitiendo la incorporación de nuevos datos. • Análisis de Actores • Análisis de Redes • Rankings Herramientas para la Comunicación de Información Estos se encuentran destinados a informar a la comunidad involucrada en un proyecto. Por lo cual constituyen herramientas de comunicación, divulgación y publicación. • Cartas informativas • Boletines • Páginas WEB • Puerta a puerta • Asambleas • Cabildos • Seminarios Mecanismos de Retroalimentación Corresponden a todas aquellas herramientas que permiten a la comunidad dar sus comentarios y opiniones sobre los proyectos y alternativas existentes. • Casa Abierta [Charrette] • Consulta pública • Asambleas • Cabildos • Seminarios • Comités permanentes Mecanismos para Herramientas orientadas a la construcción de generación de consensos entre los distintos grupos de actores acuerdos y toma de involucrados. decisiones Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Ejemplos de Enfoque Metodológico o Técnica • Taller de trabajo • Conferencia de Búsqueda • Consulta pública • Protocolo de Acuerdos • Plebiscito 42 Capítulo 2 / Enfoques Métodológicos y Técnicas Participativas Fuentes Bibliográficas •Denzin, N.; Lincoln, Y., ed. (2005) “Handbook of qualitative research”. Thousand Oaks, Calif, Sage. •Fontaine, E. (1994) “Evaluación Social de Proyectos”. Décima Edición. Ediciones Universidad Católica. Chile. •Helmer, O., Rescher, N., (1972), “Sobre la Epistemología de las Ciencias Inexactas”, Futuro Presente, 8, pp. 115-135. •http://www.codesyntax.com/prospectiva/Metodo_delphi.pdf •http://www.charretteinstitute.org/ •http://geocities.com/Pentagon/Quarters/7578/pros01-03.html •http://www.gtic.ssr.upm.es/encuestas/delphi.htm •http://209.85.215.104/search?q=cache:01KwXbTf3mAJ:www.ub.es/histodidactica/Epistemolog%25EDa/ Delphy.htm+m%C3%A9todo+delphy&hl=es&ct=clnk&cd=3&gl=cl •Landeta, J. (1999) “El Método Delphi. Una técnica de previsión para la incertidumbre”. Ariel. Barcelona y Godet, Michel. •Linstone, A.; Turoff, M., ed.,(1975), “The Delphi Method: Technique and Applications”. Massachusetts. •MIDEPLAN, “Evaluación Ex Post”. •http://bip.mideplan.cl/bip-consultas/SEBI/2006/expost/evaluasimpleproyec.pdf •Molina, J. (2000) “El análisis de redes sociales, una introducción”. Barcelona. •Programa de Las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (Habitat) (2002) ”Herramientas para una Gestión Urbana Participativa”. Colecciones de Manual Ediciones Sur. •Romero, G.; Mesías, R. (2004) “La participación en el diseño urbano y arquitectónico en la producción social del habitat”, CYTED, 2004, pp 78-84. •http://www.estudiolivingston.com.ar/ •Sampieri, R. (2006) “Metodologías de la Investigación” México;Santiago, Chile: McGraw-Hill. •Sahal, D. and Yee, K., (1975) “Delphi: An investigation from a bayesian viewpoint, Technological Forecasting and Social Change”, vol. 7. núm. 2, pp. 165-178. •The United Nations Programme for Human Settlements (UN-Habitat) (2001) “Tools to Support Participatory Urban Decision Making”. Urban Governance Toolkit Series. Nairobi, Kenya. Traducción de: Paulina Matta V. (Ediciones SUR, 2002) LOM Ediciones. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano 43 Capítulo 3 Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano 46 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano EXPERIENCIAS INTERNACIONALES y NACIONALES DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN EL DESARROLLO URBANO Generalidades Más allá de la revisión conceptual sobre el tema, la aplicación empírica de metodologías participativas trae consigo sus propias complejidades. En la práctica aparecen problemas impensados desde el puro análisis conceptual, pero al mismo tiempo se suman capacidades del todo imprevistas. Este apartado tiene como fin, recorrer las potencialidades y dificultades de la participación en diferentes intervenciones urbanas, a través de la revisión de experiencias empíricas de participación en el desarrollo urbano. Se incluyeron casos relativos a distintas intervenciones urbanas, localizadas en diversos países, proyectos y, formas de participación. Es importante recordar en este punto, que no se buscó hacer una recolección de lo que se conoce como Buenas Prácticas de participación, sino, mostrar una visión panorámica de casos diversos que orienten, muestren opciones, sugieran ideas, prevengan sobre errores de aplicación y que evidencien que cada proyecto y cada comunidad tiene su propia dinámica, códigos, particularidades y problemáticas, y por tanto no existe una metodología única de aplicación sobre esta materia. En vista de ello, los casos seleccionados no corresponden únicamente a experiencias exitosas, con una planificación perfecta de lo que la participación aportaría y de qué modo, sino que muchos de ellos responden a experiencias en que la participación se incluyó en un segundo momento, como una forma de resarcir y solucionar los conflictos generados. Se pretende dar luces, abrir caminos y posibilidades. Los casos muestran variedad de problemas, metodologías utilizadas, de dificultades superadas, que se espera, inspire respecto a cómo incorporar la participación, a quien diseña una “intervención urbana”. Para cada uno de los casos se señala, además de las características generales de la ciudad (para permitir una adecuada contextualización), el tipo de participación ciudadana que se dio en ellos: Top-Down (de arriba abajo, es decir, espacios de participación planificados por el proyecto, en que son quienes lo dirigen aquellos que incentivan e invitan a participar en determinadas instancias) o Down-Top (también llamada Botom-Up, de abajo a arriba, que ocurre cuando son los propios ciudadanos y organizaciones los que toman la iniciativa y comienzan a crear o involucrarse en los proyectos, sin estar planificado ni contemplado por los planificadores incluir participación, y obligando, de esta forma, a incorporar este tipo de instancias). Los casos incorporados fueron ordenados de acuerdo a criterios que se materializan en tres secciones: Casos de participación en proyectos de planificación urbana, Casos en intervenciones de envergadura (Infraestructuras, Desarrollos Inmobiliarios, por ejemplo) y, Casos en el diseño y ejecución de obras. Como la escala de intervención del proyecto está muchas veces en directa relación con la cantidad de personas y, conjunto de intereses involucrados, las formas de “inclusión de participación” son distintas en cada uno de estos. Asimismo y por lo general, en el diseño y ejecución de obras el impacto en algunos vecinos es directo, de tal forma que el modo en que ellos se relacionan con esta tipología de caso, es muy distinto del que asumirían en una intervención de mayor escala, pero con efectos indirectos sobre ellos. La selección de casos presentada en este Inventario, se realizó a partir de sugerencias de expertos nacionales e internacionales. Para los casos internacionales se recopiló información del Lincoln Institute of Land Policy,1 el Programa de Innovación Pública Local,2 la Red Habitat,3 Paisaje VIVO Consultores,4 Government Innovators Network5 y del Programa URBACT.6 Estos abren perspectivas distintas, en la medida en que se dan en institucionalidades urbanas diferentes, con distintas problemáticas en materia de participación, y 1 www.linconinst.edu 2 www.innovacionciudadana.cl 3 www.red-habitat.org 4 www.paisajevivo.com 5 www.innovations.harvard.edu 6 www.urbact.eu Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano si bien muchas veces no son directamente aplicables a nuestra realidad, permiten crear un horizonte más amplio tendiente a lograr una mejor comprensión de la inclusión de participación en intervenciones urbanas. Los casos nacionales surgen de una selección que proviene del propio trabajo de investigación. Ha sido complementado con entrevistas y reuniones con funcionarios del sector público, académicos, representantes de fundaciones u ONG vinculadas a proyectos de desarrollo urbano, y otros representantes del sector privado. Contrariamente a la metodología de investigación utilizada en los casos internacionales, en los casos nacionales se detallan marcos institucionales, normativos y/o los programas en que funcionaron, para que no solamente sean una muestra de cómo incluir participación, sino también de cómo es posible llevar a cabo estos proyectos en nuestro país, respecto de este contexto. 47 48 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano 3.1. EXPERIENCIAS INTERNACIONALES DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA • Planificación Urbana • Intervenciones Urbanas de Envergadura • Diseño y Ejecución de Obras PLANIFICACIÓN URBANA Objetivos específicos según seis grupos de interés: • Consensuar una visión de futuro positiva mediante el aporte de distintos actores “urbanos”, políticos, técnicos, representantes del sector económico y de la sociedad civil. • Reunir, confrontar, aunar criterios, opiniones y sensibilidades desde puntos de vista y visiones, provenientes de distintos sectores que participan como actores -con diversos intereses- en un territorio. • Articular, propendiendo a un mejor y mayor grado de consenso entre todos los sectores que permita hacer surgir las fortalezas y potencialidades del Municipio, orientando, facilitando las decisiones políticas que se adopten. 1. Representantes políticos y administrativos. 2. Técnicos y profesionales. 3. Agentes económicos. 4. Asociaciones culturales . 5. Asociaciones civiles. 6. Ciudadanos no organizados o asociados. Plan Regulador Villafranca Panadés7 ¿Quiénes participan? Ciudad/Localidad: VillaFranca del Panadés, Barcelona, Cataluña, España. Población: 36.650 personas aproximadamente. Superficie: 19,65 km2. Tipo de participación: Top-Down (desde “Arriba hacia abajo”) Página web: http://www.diba.es/flordemaig/_PD/Docs/ publicacions_papers/07papers.pdf/ Participan en este Taller, seis grupos de interés (Actores): • Representantes políticos y administrativos (representantes de los distintos partidos políticos y responsables técnicos municipales en temas de urbanismo). • Técnicos y profesionales (arquitectos, historiadores, economistas, urbanistas, docentes). • Agentes económicos (agentes sindicales, de la agricultura, de la restauración, del comercio y de empresas de servicios). • Asociaciones culturales y otros (asociaciones deportivas, juveniles, culturales, etc.). • Asociaciones civiles. • Ciudadanos no organizado( bajo alguna forma de asociación). En catalán su nombre es VillaFranca del Panedès, ciudad capital de l’Alt Penedès, en la provincia de Barcelona, Región de Cataluña. Esta ciudad y comuna se encuentra ubicada cerca de la costa litoral de la región, muy próxima a la ciudad de Barcelona. Cuenta con una población de 37.210 habitantes, lo que la transforma en una ciudad intermedia en el sistema de ciudades de Cataluña. El importante patrimonio histórico-artístico, constituido por una serie de edificios (debidamente restaurados) de la época medieval le otorgan aires de nobleza de ese periodo, así como su fuerte tradición vinícola. Esto, sumado a las edificaciones modernistas que se construyeron durante su expansión urbana a fines del siglo XIX, la constituyen en una de las ciudades intermedias más importantes de la Región de Cataluña. En el año 2000 la Municipalidad de VillaFranca, consciente de la necesidad de incluir la participación ciudadana en la planificación urbana de la ciudad, aborda un proyecto sumamente novedoso: la revisión del Plan General de Ordenamiento Urbano de la ciudad VillaFranca del Panadés, incluyendo la visión ciudadana sobre el futuro de la comuna. Para este objetivo se implementa el “Taller 7 Información traducida del Catalán, “paper”: http:// www.diba.es/flordemaig/_PD/Docs/publicacions_ papers/07papers.pdf La puesta en marcha del Taller Mapa localización / Fuente:http://www.ajvilafranca.es/html/ sobrelaciutat/quees/situacio.html de Futuro: Ideas para la VillaFranca que viene”, una herramienta diseñada en Europa -específicamente- para incorporar los puntos de vista e ideas de la ciudadanía al Plan Regulador. Se trata de construir una visión de futuro de la comuna en conjunto, albergando las distintas ideas y percepciones de sus habitantes. El objetivo es repensar y generar una visión sobre la ciudad en que habitan y habitarán. Objetivos del Taller El objetivo general del “Taller de Futuro: Ideas para la VillaFranca que viene” es generar una nueva fórmula de participación ciudadana con el fin de conseguir que en el contexto del nuevo Plan General de Ordenamiento Urbano, se reflexione e identifique diversos puntos de vista y maneras de entender la ciudad. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano La Municipalidad de VillaFranca del Panadés contrata una Consultoría para hacerse cargo de la coordinación metodológica de los Taller. El equipo técnico lo constituyen sociólogos y urbanistas especialistas en procesos participativos como asimismo, técnicos de la Municipalidad. El taller se desarrolla siguiendo la metodología del taller Europeo Awareness Scenario Workshop (EASW),8 elaborada a través de programas de la Unión Europea. El objetivo del método es conseguir que todas las personas que asisten a las diversas sesiones del taller puedan expresarse. De esta manera se responde al compromiso adoptado por la Municipalidad, que la revisión del Plan General sea participativa. En el taller se congregan cerca de cincuenta personas 8 Metodología consistente en la creación de posibles escenarios futuros como una forma de facilitar la discusión de los interesados y propiciar el desarrollo de posibles soluciones. Para mayor información, consultar: competence.eucluster. net/files/EASW-%20Basic%20Presentation?fileid=166.- El taller se articula en dos sesiones: Sesión 1: Ideas para construir la visión del futuro de VillaFranca El objetivo de esta sesión es definir una visión consensuada de cada uno de los grupos participantes sobre la ciudad que quieren habitar, albergando dos perspectivas: desde una visión optimista, se ve esta ocasión como idónea para mejorar substancialmente las condiciones de vida de la ciudad y, desde una visión pesimista, identificando problemas y obstáculos que se pudiesen presentar, a modo de contar con decisiones adecuadas en los momentos oportunos para no perjudicar la calidad de vida y generar una degradación urbana. Cada grupo elabora una visión propia de la ciudad para el año 2015, contemplando las visiones optimistas y pesimistas sobre el futuro. Se debaten y analizan asuntos como la escena urbana, la movilidad, la accesibilidad, la conservación del patrimonio, la integración social, la actividad económica, el entorno natural, la participación de la población en decisiones de la ciudad, la imagen de la ciudad, la infraestructura y los espacios públicos. En una sesión posterior, un representante de cada grupo presenta la visión de futuro de la ciudad, y luego se discuten las diversas visiones (una de cada grupo) y de ahí emerge un marco general de la imagen que se tiene de la ciudad. Sesión 2: Propuestas concretas para incluir en el nuevo planeamiento de VillaFranca Se dividen nuevamente por grupos y se debate sobre los siguientes temas: Estado de Bienestar y equipamientos, modelo de ciudad y grandes proyectos urbanísticos, movilidad, accesibilidad y transporte, desarrollo económico local, medio ambiente, espacios libres, agua, energía, contaminación y residuos, y relación de VillaFranca con su entorno. Se generan aproximadamente ciento veinte propuestas y cada grupo de trabajo selecciona una serie de entre cinco y siete ideas que consideran prioritarias o fundamentales para exponer a la votación del conjunto 49 50 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano de los asistentes, por medio de la presentación al plenario, de un panel-resumen. En el plenario un portavoz de cada grupo expone las propuestas seleccionadas. Después de un corto debate sobre la idoneidad y la viabilidad de las acciones presentadas, todos los participantes votan por las acciones más determinantes para conseguir el mejor modelo de ciudad, según el marco elaborado en la sesión anterior. Los grupos no pueden votar por sus propias propuestas y de la votación resulta una serie corta de ideas, apoyadas de manera masiva por los participantes. El documento final del taller, así como un “dossier” con la totalidad de propuestas derivadas del trabajo en comisiones, se entrega al equipo redactor del Plan General a fin de que se estudien y sean incorporadas a la documentación de la revisión. Este taller es sumamente efectivo por varias razones, de las cuales se puede mencionar en primer lugar, que éste es desplegado por un equipo profesional especialmente capacitado en el tema. Por otro, es representativo de la ciudadanía, ya que alberga distintos sectores que forman parte del tejido social de la ciudad de VillaFranca, incluyendo de manera efectiva y real las distintas percepciones, maneras de entender y habitar el territorio, generando una instancia en que se puedan confrontar ideas, lo mismo que ser escuchas de las diversas opiniones -concepto principal-, a la hora de articular una visión consensuada de futuro. Al tratarse de una visión que se articula de manera conjunta y consensuada, se genera un fortalecimiento del capital social y cultural, ya que todos los sectores (y actores) se sienten parte de su construcción. Con esto se crea un vínculo directo entre los habitantes, el territorio, el Municipio y otros sectores, fortaleciendo las relaciones y los vínculos inter-sectoriales y públicoprivados. Plan Regulador del Distrito Noroeste de Portland9 Ciudad/ Localidad: Distrito Noroeste de Portland, Estado de Oregon, Estados Unidos. Población: Portland: 562.590 habitantes. Grupo objetivo: Distrito Noroeste, 11.958 habitantes. Superficie: 3,44 km2. Limites: Al Norte con la calle NW Vaughn Street y NW St. Helens Road. Sur con la calle West Burnside, Este con la carretera I-405, Oeste con el barrio Hillside y Parque Forest. Actividad económica principal: Actividades comerciales e industriales. Tipo de participación: Top-Down (desde “Arriba hacia abajo”). Página web: http://www.portlandonline.com Portland, a la cabeza de la planificación Portland, la ciudad más grande del Estado de Oregon, tiene mucho que aportar a la planificación urbana participativa. Históricamente ha estado marcada por desarrollar un fuerte ordenamiento del territorio. Cuenta con diversos planes y estrategias con una visión de futuro, teniéndose en perspectiva una planificación en un horizonte de 50 años, asegurando que ésta sea una planificación articulada de manera transversal por la participación ciudadana, el cuidado del medioambiente, la armonía entre transporte y otros medios de movilización (potenciando la presencia de ciclistas y peatones) como también, la descontaminación. Se trata de una planificación con un marcado énfasis en la sustentabilidad, el transporte y la participación de la ciudadanía, ocupando para ello herramientas de regulación que ha permitido planear y planificar su crecimiento. No existe la idea de un crecimiento ni desarrollo azaroso, ha sido pensado a priori, teniendo como objetivo contar con una ciudad armónica y saludable. Dado lo anterior, Portland es considerada un modelo a seguir en materia de planificación urbana. Institucionalidad El gobierno regional (Metro) pone en marcha la planificación de la región a través de Comités de Planificación que operan en las distintas partes, en que se subdivide el territorio. 9 Información tomada de Northwest District Plan (NWDP) realizado por Bureau of Planning, city of Portland, Oregon, 2003, (traducción propia). Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Mapa Portland Fuente: http://www.homes-for-sale-portland.com/images/portland_ oregon_map.gif ¿Qué es Metro? Metro es el gobierno regional elegido de forma directa que gobierna a más de 1 millón 200 mil habitantes en tres condados (Clackamas, Multnomah y Washington) y las 24 ciudades que conforman el área metropolitana de Portland. Es responsable de la gestión del crecimiento urbano, el transporte y la planificación del uso del suelo, así como también de la gestión de residuos sólidos, el funcionamiento del Parque Zoológico de Metro Washington, los parques regionales y programas de áreas verdes y servicios de asistencia técnica para los gobiernos locales. El organismo es presidido por un funcionario ejecutivo elegido a nivel regional, y un consejo conformado por siete miembros, elegidos por distritos. Portland se encuentra dividido en cinco distritos, según su ubicación geográfica (Sur Poniente; Sur Oriente; Noroeste; Noreste y Norte). Cada uno de ellos, cuenta con un plan regulador urbano, integrando variadas herramientas y métodos participativos. De entre otros, y a modo de ejemplo, se cita uno de los principios orientadores del Plan Regulador del Distrito Noroeste (DNO): “El Plan Regulador del Distrito Noroeste está concebido 51 52 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano para guiar tanto a actores públicos como privados en la toma de decisiones e inversiones dentro del distrito durante los próximos 20 años (hasta el 2023). El Plan proporciona orientación para desarrollar políticas en una serie de áreas clave, tales como el uso de la tierra, el diseño urbano, el transporte, la vivienda y el desarrollo económico. El Plan se orienta a proteger y mejorar el hábitat, el carácter urbano y la vitalidad económica de este centro de la zona urbana, a la vez que proporciona un medio para orientar el cambio en el tiempo”. ¿Cuáles son las características distintivas de este distrito? El Distrito Noroeste llama la atención por su diversidad desde el punto de vista arquitectónico. En su tejido urbano se puede encontrar distintos tipos y estilos en la edificación, coexistiendo construcciones antiguas y modernas. Existe preocupación por conservar y mantener lo antiguo, lo patrimonial, así como dar paso a la renovación urbana, permitiendo la construcción de nuevas viviendas que aporten a un desarrollo armónico del entorno, manteniendo la identidad de la zona en donde se emplacen. Una gran parte de éste se desarrolló antes y durante la era del tranvía, es decir, mucho antes que se manifestara el uso masivo del automóvil. Es por ello que en el entorno edificado está presente una fuerte orientación del uso peatonal. A su vez y en términos muy generales, el distrito se encuentra dividido en distintas áreas -urbanas-, según criterios y pautas de desarrollo urbanístico y arquitectónico, para cada una de ellas. Área F: Distrito de almacén Upshure. Esta se presenta aislada del resto del Distrito Noroeste por el puente Fremont; alberga variados y bien preservados edificios industriales de principios del siglo XX (NWDP, 2003). Áreas del Distrito Noroeste ¿Quiénes participan? Desde la Comunidad Área A: Áreas residenciales de Nob Hills. También conocida como “los pisos”, incluye gran parte del núcleo histórico residencial del Distrito Noroeste. Se caracteriza por contar con una mezcla diversa de viviendas unifamiliares y de edificios de departamentos, así como también con edificaciones de prominentes instituciones religiosas. Área B: Áreas residenciales del Oeste y las alturas. Se caracteriza por su emplazamiento a los pies de West Hills (“Montes del Oeste”) y constituida predominantemente por viviendas unifamiliares de edificación aislada. Área C: El borde oriental. El borde oriental es quizás una de las áreas más diversas desde el punto de vista de la arquitectura. Esto es producto de su ubicación en un sector que durante la primera parte del siglo XX se había convertido en el límite de transición entre un área residencial y la industrial del noroeste de Portland, transformándose también en frontera del barrio en que vivía la clase trabajadora. Es así como ésta incluye estructuras residenciales de los barrios de las clases trabajadoras de mediados y fines del siglo XIX, así como de muchos edificios industriales de principios y mediados del siglo XX. También alberga instituciones religiosas como la Iglesia de Saint Patrick y varias otras, luteranas, que han servido a la gran población inmigrante escandinava. Área D: De transición. Esta incluye predominantemente la zona industrial norte, así como el Hospital Legacy Good Samaritan y el Centro Médico de la zona. Ambas se caracterizan por contar con una escala de desarrollo que difiere considerablemente del patrón predominante en el Distrito Noroeste. Área E: El corredor Vaughn. El corredor de Vaughn, al igual que el borde oriental, es una zona caracterizada por una gran variedad de estilos arquitectónicos y modelos de desarrollo. La calle NW Vaughn (Vaughn del Noroeste) es una arteria que presenta alto tráfico y que sirve tanto a las áreas de uso mixto del distrito como a la industrial del lago Guild. También sirve de enlace entre esta última y el área sur. Calle Portland / Fuente: NWDP, 2003, p.4. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano El área Noroeste de Portland presenta una ciudadanía altamente activa lo que se ve reflejado en diversas organizaciones ciudadanas. El DNO posee seis reconocidas organizaciones, tanto de barrio como empresariales: •La Asociación del DNO •La Liga de Goose Holow-Foothills •El Barrio del Distrito de Pearl •El Barrio de Hillside •La Asociación Industrial del Barrio Noroeste •La Asociación de Negocios de Nob Hill. También está la coalición de Vecinos del Oeste y del Norte, sin fines de lucro, y que otorga apoyo a las asociaciones de vecinos locales. Estos grupos se constituyen en un sistema comunitario organizado, por lo tanto cualquier ciudadano puede expresar sus preocupaciones e inquietudes ante el gobierno regional, permitiendo influir directamente en la toma de decisiones. Estas organizaciones fomentan la sensibilización y la participación ciudadana, a través de la realización de distintas actividades y programas, lo que contribuye a forjar un fuerte sentido de comunidad. Existen tres principales centros comunitarios en el área: • La Casa Amiga (“Friendly House”). Provee una serie de servicios comunitarios de diversa índole: asistencia médica, asistencia parental, actividades sociales, etc. Mantiene algunos departamentos “de transición”, donde las familias sin hogar pueden permanecer hasta seis meses. • El Centro Cultural del Barrio Noroeste funciona como lugar de reunión de diversos grupos y organiza eventos principalmente de índole cultural. • El Centro Comunitario Hillside, dedicado más que todo a las actividades deportivo recreativas y educativas de la comunidad. Desde los gobiernos regional y local • La Dirección de Planificación (Planning Bureau) es una unidad encargada de llevar a cabo los procesos de planificación. En este caso estableció tres comités consultivos para recibir aportes, generar y probar las ideas, y revisar los proyectos propuestos en el Plan. Este equipo “de planificación”, en el desarrollo del Plan, trabajó también en estrecha colaboración con varios barrios y asociaciones empresariales. • El primer comité, el Comité Consultivo Ciudadano (CCC), compuesto por residentes de la comuna, empresarios y dueños de propiedades del Distrito Noroeste, el Distrito Pearl, los barrios Hillside, Goose Hollow y Linnton, entre otros. • El segundo, el Comité Consultivo Técnico (CCT), compuesto por representantes estatales, regionales, del condado, y agencias de la ciudad; así como también por servicios públicos privados. • El tercero, el Comité del Distrito Noroeste (CDN), grupo más pequeño conformado por representantes de la Asociación del Distrito Noroeste y la Asociación de Negocios Nob Hill. Este, funciona como el punto inicial de contacto en el desarrollo de conceptos, prestando asesoría en la generación de elementos del “Plan de Barrios del Distrito Noroeste”. Estos tres grupos han trabajado en estrecha colaboración con el equipo del proyecto, proporcionando valiosa información y asistencia al desarrollo del Plan. Existe, por otra parte, un grupo especial de asesoría, el Grupo temático del corredor de Vaughn (Vaughn Corridor Focus Group), que fue creado para asesorar a los funcionarios en el análisis de los posibles cambios en el uso de la tierra, en las propiedades emplazadas a lo largo de la parte norte de la calle NW Vaughn. Este grupo incluye propietarios y sus representantes, miembros de la comunidad y asesores técnicos de agencias públicas. 53 54 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Esquema/Resumen Proceso participativo creación Plan del Distrito Noroeste Portland Etapas del Plan Prediagnóstico Diagnóstico Diseño Creación del Plan Actores involucrados Comité de Planificación y firma del diseño urbano, Crandall Arambula*. Comité de Planificación y ciudadanos. Comité de Planificación, Comité de Asociación del Distrito Planificación y Noroeste, Comité Planificador ciudadanos de la Asociación de Vecinos del Distrito de Pearl y estudiantes de Arquitectura de la Universidad de Oregon. Metodología, técnicas, herramientas participativas Taller público y seminario para desarrollar preliminarmente la concepción de un diseño urbano para toda el área. 1.Paseos por los vecindarios (neighborhoods walks) / Exploración por barrios. 2. Asamblea pública de presentación de resultados de los paseos. 1. Borrador inicial de cada Comité de Planificación y reunión de debate conjunto. 2 Taller público de “Visión y Concepto de Diseño Urbano”. 3. Trabajos de pregrado de alumnos de arquitectura. 1. Casa Abierta (Open House), revisión de borrador del debate. 2. Comisión Consultiva y reuniones comunales Informativa y Consultiva Consultiva y Resolutiva Consultiva y Resolutiva Forma de incluir Informativa y Participación Consultiva NOTA: Cuadro Resumen elaborado sobre la base de antecedentes de NWDP, 2003. * Para más información, visitar www.ca-city.com En el Pre-Diagnóstico las técnicas participativas utilizadas fueron la realización de un taller y seminario abierto a los ciudadanos; lo que se buscaba era desarrollar una idea, un esbozo, un concepto preliminar, de diseño urbano para toda el área. El seminario se concentró en el “Área Noroeste de Transición” entre las calles Lovejoy y Vaughn, lugar donde se visualizó era posible generar un cambio. El objetivo del taller fue desarrollar este concepto preliminar de un diseño urbano para esta área de transición, y establecer las bases para el desarrollo de uno más amplio, para toda el área Noroeste. Este trabajo culminó con la elaboración de un informe preliminar con los principales lineamientos y directrices en torno al diseño urbano deseado. Se trató más bien de un ejercicio teórico, la generación de un marco, que sirviera de guía en las siguientes fases del proceso. Con posterioridad, en la fase del Diagnóstico, se implementó una metodología novedosa, la llamada Paseos por los Vecindarios (Neighborhoods Walks). En el verano del año 2001 el Comité de Planificación patrocinó cuatro paseos por los vecindarios; la idea básica fue que los ciudadanos, pudiesen explorar en detalle lugares del Noroeste de Portland. Se puede señalar que esta herramienta -mediante la que se recopila información-, se convirtió en una forma de observación participante “grupal”, es decir, los ciudadanos -en distintos grupos- caminaron y exploraron el territorio con una actitud reflexiva y crítica, generándose además una instancia en que ellos junto con funcionarios de la Municipalidad compartieron ideas, puntos de vista y percepciones sobre el área que involucraría el Plan, su presente y su futuro. Se generó con esta actividad, valiosa información para el Comité de Planificación. Concebir un Diseño Urbano es generar una representación gráfica respecto de la visión, en este caso conjuntamente entre la comunidad y autoridades técnicas, sobre el futuro del área de estudio, focalizándose en elementos que pueden definir la forma urbana a la que aspiran. Se trata de una representación diagramada de las políticas y estrategias para la implementación del Plan Regulador. El diagrama usa símbolos, indicando la ubicación general de variadas obras urbanas como plazas, calles y conexiones. Los paseos por los vecindarios culminaron en una asamblea pública en la que se presentó la información recopilada a partir de ellos, lo que fue resumido en un documento elaborado por el Comité de Planificación, denominado: “Resultados de los paseos por los vecindarios en el Noroeste”. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Concluida la actividad anterior, se dio inicio a la etapa de Diseño, en la que cada Comité Consultivo (el Ciudadano, el Técnico y el del Distrito Noroeste) preparó los borradores iniciales sobre la visión y concepción de diseño urbano; presentados y debatidos luego, en una reunión conjunta. El Comité de Planificación utilizó los aportes de estas reuniones para precisar la visión y la propuesta de diseño urbano, antes de ser presentada al público en un Taller. Durante el taller, miembros de la comunidad discutieron el borrador en pequeños grupos moderados por los planificadores. El equipo registró, mediante grabación, las ideas y comentarios de los participantes, para iluminar la ruta de posibles cambios. Los aportes del taller fueron usados para perfeccionar una vez más la declaración de la visión y el Diseño Urbano generados, obteniendo la versión final adoptada para el plan regulador del DNO. Una fuente adicional de recursos fue el trabajo de estudiantes de pregrado y graduados de Arquitectura de la Universidad de Oregon. Trabajando junto al equipo del Comité de Planificación varios estudiantes elaboraron proyectos urbanos en este contexto territorial, así como para el proceso de Planificación de este distrito. Los estudiantes pusieron de relieve asuntos del diseño urbano e ilustraron las oportunidades de desarrollo dentro del distrito. Con todos estos insumos, se llegó a la etapa final del proceso, es decir la creación del Plan Regulador del Distrito Noroeste. En esta fase destaca una iniciativa patrocinada por el propio Comité de Planificación. Se creó la Casa Abierta (“Open House”) con la finalidad que en un período de dos meses todos los vecinos del sector pudieran revisar el “Borrador de Debate” del Plan Regulador y de esta forma, comunicar sus comentarios. Más de cien personas asistieron al recinto, los que les permitió informarse de este borrador y comunicar sus comentarios e impresiones al equipo del proyecto, lo que fue incorporado a la propuesta del Plan Regulador. A lo largo del invierno, primavera, verano y principios del otoño de 2003, el equipo se reunió periódicamente con los Comités Ciudadanos y de Asistencia Técnica, así como con el Comité del Distrito Noroeste, poniendo a prueba y perfeccionando las propuestas del Plan. Hubo reuniones con otros grupos, incluyendo los comités de planificación y transporte de la Asociación del DNO, el Comité de Uso del Suelo y Planificación de la Asociación de Vecinos del Distrito de Pearl, la Liga de Goose HollowFoothills y la Asociación de Negocios de Nob Hill. Luego de estas reuniones y una vez afinadas las propuestas del plan, ya no quedaba más que terminar de ensamblar todas sus partes, imprimirlo y listo: la zona del noroeste contaba con un plan capaz de guiar el desarrollo y el ordenamiento del Distrito durante 20 años, el cual fue altamente participativo e incluyó la diversidad de sectores que conforman esta zona. Fue un proceso práctico e inclusivo, en que hay una continua retroalimentación entre todos los sectores que conforman el tejido social del territorio, sobre todo entre la Municipalidad (el equipo de planificación) y las asociaciones ciudadanas. La formulación de este Plan, da cuenta de la activa participación ciudadana que hubo en su generación. Los ciudadanos se constituyeron actores indispensables, poseen lazos comunitarios arraigados y un sentido de pertenencia e identidad bien desarrollado, es decir, todo da cuenta de un capital social sólido, importante, lo que permite a su vez una participación ciudadana saludable y sostenida en el tiempo. Un círculo virtuoso. Desde este punto de vista, pudiera decirse que la participación de la ciudadanía en Portland, es un asunto consolidado en este tipo de procesos del desarrollo urbano; cuenta con su propio espacio, retroalimentando la generación de nuevas herramientas, métodos, técnicas que incluyen de manera eficaz a la ciudadanía. 55 56 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano INSTITUTO MUNICIPAL DE INVESTIGACIÓN Y PLANEACIÓN DE CIUDAD JUÁREZ, MÉXICO (IMIP) Ciudad/ Localidad: Ciudad Juárez, Estado de Chihuahua, México. Población: 1.313.338 Habitantes (año 2005). Superficie: 4,853.80 Km. Actividad económica principal: Fuerte orientación a industria manufacturera y con crecimiento en el área de servicios. Principal problemática urbana: Falta de servicios e infraestructura urbana. Presencia de violencia y homicidios. Tipo de participación: Top-Down ( desde “Arriba hacia abajo”) Premios: El IMIP recibió el Premio Gobierno y Gestión Local en México. Ciudad Juárez (entre dos naciones) Ciudad Juárez se asienta en el mismo límite fronterizo con Estados Unidos, dotándola de un carácter mixto, internacional. Es la más poblada y la más grande en superficie del Estado de Chihuahua, proyectándose como una de las ciudades más importantes de este Estado. Su desarrollo económico ha sido lento pero creciente, por lo que el nivel de desempleo ha logrado disminuir paulatinamente. Cuenta con una fuerte orientación hacia la Industria Manufacturera, pero también ha incrementando el área de Servicios. Durante el último tiempo la ciudad se ha expandido (crecimiento de población y ocupación del territorio), por lo que debe atender nuevas necesidades de sus habitantes y demandas en el uso del territorio. Dicha expansión no ha sido acompañada de una oferta mayor de servicios públicos, vivienda, transporte y vialidad, por lo que la calidad de vida y habitabilidad del territorio se ha visto disminuida, así como el desarrollo urbano, que resulta rezagado. La manera de hacer frente a estos principales problemas, se ha traducido en planificar el futuro de la ciudad y generar estrategias de desarrollo que apunten hacia una mejora integral. A esto se aboca el Instituto Municipal de Investigación y Planeación de Ciudad Juárez (IMIP). Estas estrategias de desarrollo se definen como “un modelo innovador para superar la discontinuidad en los procesos de planeación y para ponderar a ésta como un instrumento indispensable para lograr el desarrollo integral del Municipio de Juárez; evitar las acciones y Paso Fronterizo obras improvisadas y para revertir los rezagos y la falta de visión a largo plazo”.10 IMIP Planificando participativamente El IMIP desarrolla funciones de investigación y planificación urbana. Su objetivo general es “dotar de procesos de planeación y programación eficiente, a través de la planeación institucionalizada. Desarrolla a su vez planes estratégicos para planificar y ordenar el territorio, generando un crecimiento urbano racional y equilibrado, dotando y manteniendo la infraestructura, servicios y equipamiento, así como la preservación y conservación del medio ambiente”. Se trata de posibilitar la generación de una planificación urbana que sea descentralizada, de carácter local, y con fuerte énfasis en la participación ciudadana; es decir, utilizando métodos que involucren directamente a los habitantes de Ciudad Juárez. Una de las características esenciales del IMIP, es el traslado de una planeación normativa a una planeación participativa, en que los planes de desarrollo apuntan hacia una visión más bien integral, incluyendo sistemáticamente a la comunidad en la determinación y solución de problemas. A su vez, se constituye en un Instituto de Investigación, acercándose a la realidad de la ciudad mediante estudios, diagnósticos, y diseños metodológicos con preponderancia en lograr la participación activa de 10 http://www.imip.org.mx/imip/imip.php Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Paso fronterizo Fuente: http://www.aerocalifornia.com.mx/UserRsx/images/Destinations/CJS.jpg la comunidad. El IMIP surge como un modelo alternativo de planificación, como una forma de hacer frente a un sistema centralizado y dependiente de los ciclos políticos. Se estructura orgánicamente mediante el Consejo Deliberativo, integrado tanto por agentes públicos como de la ciudadanía, lo que le otorga una mayor permanencia y estabilidad en el tiempo. En el Plan de Desarrollo para la ciudad del año 2003, la participación ciudadana aparece como un factor fundamental en el diseño de los objetivos, estrategias, líneas de acción y políticas que conforman el Plan. “Una certeza de los tiempos actuales es la necesidad de involucrar a la sociedad en los procesos de planeación de su localidad. Esto con el fin de que los procesos de planeación definan el interés público y deriven en acciones conjuntas en donde gobierno, sociedad civil e iniciativa privada, sean corresponsables en la conducción del desarrollo urbano” (PDU, 2003). Se plantea como necesaria la integración de esfuerzos, la coordinación intersectorial y la institucionalización de procesos y mecanismos, decisivos para el cumplimiento de las metas establecidas. Métodos Participativos Conferencia de Búsqueda Para poder reflejar en la práctica la integración de mecanismos participativos, el IMIP ha implementado una serie de metodologías participativas, respecto de las cuales la comunidad ha respondido de buena manera, haciéndose partícipe de planes de desarrollo anuales. A una de estas herramientas se le denomina Conferencia de Búsqueda. “Esta metodología tiene una base teóricoconceptual de sistema abierto, de psicología social y de dinámica de grupos” (PDU, 2003). Se trata de talleres en que la comunidad participa y 57 58 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano debate ideas sobre el presente y el futuro del sector que habitan. De esta manera generan los escenarios más deseables y factibles que vislumbran para su territorio, mediante un ejercicio en que distinguen entre futuro probable y futuro deseable, siendo el primero una proyección de lo que ocurriría si no se realizara ninguna intervención de mejoramiento en el territorio, mientras que el futuro deseable corresponde a lo que la comunidad aspira en que se transforme el territorio que habitan, otorgándoles una visión de largo plazo sobre las principales necesidades y problemas a solucionar. En estos talleres se generan también, un conjunto articulado de objetivos, así como de planes de acción coordinados y la asignación de responsabilidades en el tiempo para alcanzar los objetivos propuestos. En este sentido se trata de una experiencia práctica y eficaz, ya que la comunidad no solamente es capaz de opinar y “aspirar” a una solución de sus propias necesidades sino que se involucra de manera directa, adquiriendo responsabilidades concretas para intervenir en su sector hacia el futuro deseable y alejarse de los riesgos y problemas del futuro probable. En síntesis, se integra a la comunidad, de manera reflexiva y activa. Talleres urbano-ambientales Otra herramienta utilizada son los talleres urbanoambientales, los que se desarrollan en una escala más próxima, a nivel de barrio. Se conforman distintas mesas de trabajo, en la que participan alrededor de diez individuos de la comunidad y dos moderadores del IMIP (un arquitecto y un trabajador social o sociólogo). Se debaten asuntos relacionados con el uso de los espacios públicos, los espacios privados, la infraestructura de vías públicas, el saneamiento, el transporte colectivo y los riesgos naturales. La idea es obtener información desde la perspectiva de los mismos habitantes, de los principales problemas que se presentan en el territorio donde habitan; estos problemas se identifican también de manera gráfica, ubicándolos sobre fotografías aéreas. La mayor fortaleza de esta herramienta participativa, es el nivel al que opera. Es focalizada y personalizada. En los hechos, estos talleres se implementan sobre una base aproximada -cada cinco cuadras- y con un número reducido de participantes. También se realizan entrevistas pero no a cualquier habitante, sino a los más antiguos de la zona, así como a los responsables de instituciones localizadas en el lugar. Se trata de información en la que la experiencia del habitante aparece como necesaria y valiosa para reunir, “levantar” antecedentes y poder realizar un diagnóstico acabado sobre el área de análisis. “El objetivo es identificar el proceso histórico de ocupación de la zona, sus rasgos socio-organizativos, y, si los hay, los perfiles de los liderazgos” (PDU, 2003). Junto con recabar información se abren espacios para la detección y desarrollo de liderazgos locales ciudadanos, los que pueden transformarse en actores gravitantes en el desarrollo urbano de la ciudad. El IMIP es un buen ejemplo como modelo institucional, de gestión local; la participación de la ciudadanía se presenta como un valor fuertemente arraigado a su gestión. Es transversal, tanto en los enfoques teóricos como en las prácticas metodológicas. El gran atributo de la planificación participativa es que la comunidad se involucra de manera activa, se transforma en un actor relevante con poder de decisión y acción, sobre el presente y el futuro de su ciudad. “Las fortalezas de las metodologías participativas que utilizamos son: el cambio de paradigma, de ciudadano como co-responsable, dejando la práctica paternalista, la apropiación de los instrumentos de planeación por los ciudadanos, el carácter incluyente y plural de convocatoria a la ciudadanía, el posicionamiento de los ciudadanos sobre acciones concretas en la ciudad y que la comunidad participe y decida sobre el futuro de la ciudad y no como algo ajeno a ella”. “El IMIP como tal es una experiencia innovadora de pensar la planeación desde otra perspectiva radicalmente distinta a la que el Estado venía llevando a cabo desde los inicios de la planeación en 1938; es el cambio de una planeación normativa a una planeación participativa”. Abigail García/ Coordinadora de Planes y Programas IMIP. Contacto: Pedro Cital Beltrán. [email protected] INTERVENCIONES URBANAS DE ENVERGADURA LA GRAN CONCERTACIÓN/ PROYECTO PARIS RIVE GAUCHE Ciudad/ Localidad: Distrito XIII de París. Población: La población de la ciudad de París es de 2.153.600 habitantes, y el área metropolitana denominada Región Parisina o Isla de Francia es de 9,9 millones de habitantes. Superficie: 130 hectáreas/ 3 km de borde del río Sena Grupo objetivo: Habitantes del distrito XIII. Principal problemática urbana: Desvalorización económica y urbana de la zona. Tipo de participación: Ambas direcciones: Top-Down y Down-Top. En español “Paris Rive Gauche” podría traducirse como Rivera Izquierda de París. Este fue el nombre que recibió el proyecto de urbanismo localizado en el Distrito XIII de la ciudad París, desarrollado a partir del año 1991 y que en la actualidad continúa en ejecución. Comprende un área de 130 hectáreas, emplazadas a lo largo de las vías de ferrocarril que bordean 3 kilómetros de longitud del río Sena, tomando como eje principal, la nueva “Avenida de Francia”. El proyecto trata principalmente de la revitalización de un área constituida fundamentalmente por sitios baldíos, de propiedad del Estado, que fueron parte de un pasado industrial y ferroviario. La misión del proyecto es doble: por una parte, reactivar económicamente el sector por medio de la construcción y remodelación de viviendas, centros comerciales, oficinas, universidades y edificios públicos (como por ejemplo, la Biblioteca Nacional); donde, a su vez, este desarrollo inmobiliario y su dinámica, generaría mayor empleo para los habitantes del barrio y sus alrededores. Asimismo, existe el desafío y objetivo de vincular los nuevos barrios con los ya existentes, pues el terreno presentaba una condición de “isla urbana”, definido por dos límites fronterizos: el río Sena y las líneas del ferrocarril, lo que impedía la integración de este gran paño de terreno con el resto de la ciudad. Por esta razón, la idea principal fue conectar el área de intervención con el Barrio de Bercy, situado al otro lado del río. Paris Rive Gauche. Fuente: SEMAPA. Presentación Seminario “Experiencias Internacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano” UC- MINVU. 25-03.2008. Santiago, Chile. Objetivos del Proyecto Los objetivos concretos del Proyecto Paris Rive Gauche son los que se explicitan a continuación: • Recuperación de extensos predios cercanos al centro histórico a lo largo del río Sena. • Fomentar el desarrollo social y económico construyendo oficinas y generando empleo. • Ofrecer nuevas viviendas (estatales y no estatales), equipamientos públicos y comerciales, espacios verdes, dotados de un transporte público eficiente. • Creación de un polo intermodal de metro-tren (RER), metro y buses. • Integración de barrios, vinculando el nuevo al tejido urbano existente a uno y otro del río Sena. Se interviene las vías de ferrocarriles, reconociéndolas como barrera a esta integración.11 Entre los varios proyectos que contempla PRG se encuentran: • Programas de viviendas que abordan 430 mil metros y 5 mil unidades de las cuales mil son para viviendas de estudiantes. • Oficinas ocupando 700 mil metros, contrataciones proyectadas de 60 mil empleados. • Comercios y establecimientos públicos tales como la Biblioteca Nacional de Francia (250 mil metros) y el Barrio Universitario (210 mil metros). • Parques y jardines con una superficie de 10 hectáreas. 11 Duval-Zack, Chloé. El Gran Proyecto Urbano ”Paris Rive Gauche”: La transformación de un baldío ferroviarioindustrial en un nuevo barrio parisino. Revista de Urbanismo, 15. Universidad de Chile, Facultad de Arquitectura y Urbanismo. Noviembre, 2006. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano 59 60 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Entidad responsable/ SEMAPA En Francia, la sigla SEM se utiliza para nombrar a toda empresa pública sometida al derecho privado. Las ventajas de este tipo de institución, es que con ella se propicia una actuación con mayor flexibilidad e independencia respecto de otros organismos gubernamentales. Esto es especialmente relevante cuando se trata del manejo presupuestario de un proyecto, ya que a partir de esta formalidad los recursos a él destinados son independientes del presupuesto comunal; ello posibilita obtener financiamientos de otras entidades ya sean públicas o privadas. Además, poseen facultades para expropiar y el derecho para comprar los terrenos incorporados al Proyecto. No existe dependencia respecto del Municipio, como tampoco de algún otro organismo estatal. En el caso de Paris Rive Gauche la entidad responsable del Proyecto corresponde justamente a este tipo de instituciones. Denominada SEMAPA -Sociedad de Economías Mixtas de Desarrollo de París-, este organismo estatal fue creado en el año 1985 con una labor multidisciplinaria: adquirir los terrenos (compra de suelo con financiamiento privado), definir el proyecto urbano, hacer seguimiento de los proyectos arquitectónicos, ceder los derechos de construcción y gestionar la coordinación con los distintos actores involucrados. La SEMAPA a su vez, está conformada por distintas instituciones públicas: Gobierno Central, Gobierno Regional, Municipalidad de París y la Empresa de Recursos Ferroviarios de Francia (SNCF). En definitiva, es la organización pública que lleva adelante el proyecto político en conjunto con una labor técnica que busca favorecer el desarrollo económico de varias Zonas de Desarrollo Concertado (ZAC) de París. En este sentido se puede decir que SEMAPA es una “empresa pública”, un organismo que es público, pero tiene una lógica de funcionamiento privada que debe someterse a las reglas propias del mercado, como cualquier empresa u organismo privado. Condiciones en las que se desarrolla el proyecto Existen dos elementos que son importantes a tener en cuenta antes de profundizar en los conflictos sociales producidos, los que están relacionados con el contexto en el cual se origina y lleva a cabo el Proyecto. El primer elemento está vinculado con las características espaciales del Proyecto, particularmente su condición de isla urbana que lo constituía en un sector muy segregado y desvalorizado social y económicamente. En vista del desequilibro respecto al resto de los barrios, se hacía necesario cambiar la tendencia del Distrito XIII, que como se ha señalado, está marcada por una alta cifra de desempleo. El segundo elemento es la complejidad del PRG; debe responder a múltiples intereses de distintos organizaciones y grupos sociales teniendo implicancias sobre aspectos de la economía, sociales, políticos y culturales del barrio y de la ciudad. Tal como el Director Delegado de SEMAPA Gilles de Montmarin12 lo señala: “no hay sólo un autor del proyecto, hay mucha gente involucrada, y creo que éste es el elemento innovador de nuestro proyecto. Al final podremos decir que éste es un proyecto hecho un poco por los políticos, los técnicos que trabajamos en él, la sociedad civil, todos los que participan en él, y la clave para esto es negociar; dar el poder a distinta gente y negociar con cada cual tratando de encontrar proyectos comunes”. El proyecto ha sido de tal envergadura que desde un principio se pensó que era necesaria una “planificación urbana estratégica, de largo plazo, flexible y adaptable a los cambios socioeconómicos que surgen, y el apoyo de un desarrollador público” (Duval-Zack, 2006). A continuación se detalla una lista de las entidades contractualmente involucradas, lo que revela la complejidad de la red de actores implicados: • La Ville de Paris Organización propietaria del 57 por ciento del capital involucrado en el Proyecto PRG. En el año 1991 La Ville de Paris encarga a la SEMAPA el desarrollo del proyecto. Entre sus labores se encuentra la definición del Plan Local de Urbanismo (PLU), el Plan de Acondicionamiento de Zonas (PAZ) y la definición de la Zona de Acondicionamiento Concertado (ZAC). • SNCF Corresponde a la Empresa de Recursos Ferroviarios de Francia, propietaria de la mayoría (aproximadamente 70 por ciento) de los terrenos de PRG. Dentro de sus objetivos se encuentra la valorización de bienes raíces subutilizados, modernización de la estación de Austerlitz y la mejora de las estructuras ferroviarias interurbanas y su conexión con el metro (Línea 14). Gracias a su participación se pudo desarrollar un proyecto de largo plazo. Por ejemplo, para la compra de terrenos SEMAPA pagaba a la SNCF13 bajo un sistema de pago diferido. 12 Traducción del inglés al español: Entrevista realizada el 26 de marzo de 2008. 13 Sigla correspondiente a Société Nationale des Chemins de Fer Français. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano • RATP (Administración Autónoma de Transportes de París) Se preocupó de la mejora del transporte público, creación de centros intermodales en Austerlitz y construcción de la Línea 14 del metro y su extensión. • PAP (Puerto Autónomo de París) Encargada de gestionar las riveras de los 3 kilómetros del proyecto y los tres puertos existentes en ese tramo. • APUR (Atelier Parisien d’Urbanisme) Agencia estatal de urbanismo, encargada de apoyar a los desarrolladores de proyectos urbanos en París. • Comité Permanente de Concertación Comité compuesto por trece asociaciones locales que funcionan con un presupuesto autónomo, entre ellas, ADA 13, Ecologie pour Paris, Paris Banlieu Environement, SOS Paris, Tam-Tam, APLD 91, Espace 13, Cercle Amical du Berry, Association Odysee Lutece. Se reúnen con la idea de dar a conocer sus intereses, ser escuchados e incluidos en el proyecto. de diverso orden, intentando comprometer la integración de variables sociales como parte de los objetivos del mismo. Montmarin señala: “En un principio nos equivocamos, dimos información sobre el proyecto, pero no incluimos la variable participación… no escuchamos a la ciudadanía en un principio. Después integramos la participación y creo que hicimos mucho más que lo que la reglamentación exigía… la sociedad civil está representada por el Comité de la Concertación y puede participar en las decisiones finales del proyecto”. Conflictos y soluciones participativas También se crearon instancias permanentes de participación e información, tales como un Comité de Sitio desarrollado por la empresa gerente del Sistema de Transporte de la región de París, un Centro de Información, un folleto trimestral, una carta de información, una página web y una revista electrónica del Proyecto. En 1991 se desarrolló el Plan de Acondicionamiento de Zona (PAZ),14 cuyo objetivo era crear una nueva orientación para el Distrito XIII. En esta primera fase surge el primer conflicto que debió enfrentar el Proyecto, que se enfocaría a desarrollar un sector de negocios similar al barrio de la Defense en París, lo que repercutiría negativamente en los habitantes del sector y su entorno, y en opinión de ellos afectaría negativamente su calidad de vida, ante la potencial y explosiva generación de nuevos empleos. Se reclamaba a su vez, que no se respetaría la arquitectura del lugar, temiendo que varias edificaciones fueran destruidas y se ignoraran las cualidades arquitectónicas preexistentes. Producto de dicha oposición, en el año 1997 el ZAC (Zona de Acondicionamiento Condicionado)15 es reelaborado y aprobado a través de una encuesta pública, sufriendo importantes cambios respecto al proyecto original. Dentro de los cambios se encuentran: i) la incorporación de uso de suelos mixtos para la zona, lo que permite integrar la construcción de oficinas y de nuevas viviendas, tanto estatales como no estatales, para personas de escasos recursos; ii) el desarrollo de un “barrio universitario” (conocido como La Universidad París 7); iii) la instalación de distintos tipos de equipamiento público como, por ejemplo, la Biblioteca Nacional de Francia (BNF). Estas reformas significaron un vuelco fundamental al proyecto, dado que se le reorientó hacia funcionalidades 14 Sigla traducida al español. 15 Sigla traducida al español. Con el objetivo de fomentar un proceso continuo y progresivo de participación de la ciudadanía, la SEMAPA realizó en definitiva, un Plan Maestro que fuese cambiando y adaptándose a los tiempos y demandas, modificándose por medio de consultas urbanas regulares y entregando imágenes del nuevo barrio a los habitantes y organizaciones locales. Para la discusión de temas arquitectónicos y urbanos específicos del Proyecto, SEMAPA también organiza sesiones plenarias y grupos de trabajo en temas diversos y de mayor especificidad; los grupos civiles participan dependiendo del tema a tratar. Como señala su director, es muy importante mantener la formalidad del caso, con un sistema de registro de la información, a través de la transcripción de las grabaciones obtenidas en las reuniones de cada sesión plenaria. Otro aspecto que recomienda, es que en las reuniones es relevante considerar la distribución y localización espacial en la sala de los actores los políticos, técnicos y representantes de empresas y organizaciones civiles. Es relevante que se sitúen reunidos en forma circular, lo que lleva a una apertura al diálogo más bien de orden horizontal. Distribuir “frente a frente” genera normalmente sensación de distancia y jerarquías entre los asistentes. El Gran Acuerdo: la Concertación Tal como se mencionó anteriormente, luego de largos períodos de protestas y conversaciones, Paris Rive Gauche se transforma en un proyecto urbano que surge como fruto de un proceso compartido entre el sector público, el mundo privado y la sociedad civil. Si bien, el proyecto se origina bajo la voluntad del sector público 61 62 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano con el propósito de generar la reconversión urbana del área, a través de su implementación se logra asociar a empresas y a la comunidad, convirtiéndose esta última en un actor relevante en su desarrollo. ¿Cómo se logró llegar a un acuerdo entre las distintas partes? ¿A través de qué mecanismo se llevó a cabo este proceso? La participación de la ciudadanía se logró principalmente gracias a la creación en 1997 de un Comité Permanente16 llamado la “Concertation” (concertación o encuentro). Este comité -hemos dicho- está compuesto por trece asociaciones representantes de la sociedad civil que operan a nivel local, entre ellas: ADA 13, Ecologie pour Paris, Paris Banlieu Environement, SOS Paris, la Tam-Tam, APLD 91, Espace 13, Cercle Amical du Berry, Association Odysee Lutece. Se entiende -La Concertación- como un proceso colectivo y no una búsqueda sistemática de consenso; funciona sobre la base de la formación de distintos grupos temáticos planteados por la SEMAPA y la Ville de Paris, los que van variando según el proyecto arquitectónico y urbano 16 Más información sobre la concertación en las definiciones incluidas hacia el inicio del caso. discutido en cada momento; se busca enriquecerlos mediante la incorporación de distintas perspectivas, dando cabida a las diversas proposiciones. En definitiva, la Concertación es un debate de ideas que tiene por objeto aportar e iluminar a las decisiones. En resumen, dentro de los objetivos de este Comité de “La Concertation”, se encuentran: Fomentar la participación ciudadana en los proyectos que les conciernen por medio de la entrega y recepción de información, el intercambio de ideas y el debate; Mejorar el contenido de los proyectos y facilitar su realización asociando con esto, desde el origen, una amplia gama de actores. Complementando, existen dos documentos de referencia que constituyen las orientaciones básicas de “La Concertation”; el primero, presentado por el Comité Permanente el 10 de enero de 2002, y el segundo, la deliberación del Consejo de París del 24 de junio de 2002 (Documento del Contrato de la Concertación). Etapas del Proceso Participativo Existen principalmente seis etapas en la historia del proyecto, que describen el proceso participativo, es decir, desde que se genera un primer conflicto, hasta que éste es resuelto y se logra incluir la opinión de organizaciones civiles, empresas y ciudadanos: Etapa del Proyecto Sujeto de Consulta/ Actor relevante Resultados del Proceso Forma de Incluir Participación Diagnóstico 1991 Consejo Municipal de París •Delimitación del perímetro del proyecto y los objetivos generales del desarrollo del área a intervenir. •Primeros estudios urbanos del área a intervenir. Resolutiva Primera Etapa de Planificación y Diseño. 1991 Municipio de París y SEMAPA •Creación de la Zona de Acondicionamiento. •Condicionado ZAC, creación de un proyecto de utilidad pública, y elaboración del Plan de Desarrollo (PAZ). •Convenio entre el Municipio de París y la SEMAPA para realizar el proyecto Paris-Rive Gauche. •Información pública del PAZ. Informativa Segundo Etapa de Planificación y Diseño. 1991 Grupos de la Sociedad Civil •Sociedad Civil rechaza el PAZ. •Primera propuesta no era viable debido a que era necesaria la vinculación con la población (en su mayoría de bajos ingresos). Resolutiva Tercera Etapa de Planificación y Diseño. 1993 Comité Permanente de Concertación desde 1997: 13 asociaciones locales, entre ellas: ADA 13, Ecologie pour Paris, Paris Banlieu Environment, SOS Paris, la Tam-Tam, APLD 91, Espace 13, Cercle Amical du Berry, Association Odysee Lutece* •La Concertación es un proceso colectivo que pretende enriquecer los proyectos y da cabida a proposiciones pertinentes. Consultiva y Resolutiva Reformulación del Proyecto. 1997 Habitantes (parte del Pacto Concertación). •Encuesta: El PAZ es reelaborado y Consultiva e aprobado en 1997 a través de una informativa encuesta pública. •Información pública. Aplicación de la Guía de la Concertación •Creación de un Comité Permanente de la Concertación (1998). Difusión 1997 hasta la fecha SEMAPA •Centro de Información •Carta de información •Sitio web http://www.parisrivegauche. com/ Informativa y Consultiva * ADA 13, Ecología de París, Medio Ambiente Suburbano París, SOS París, el Tam-Tam, APLD 91, Zona 13, Círculo de la Amistad Berry, Asociación Odysee Lutece, respectivamente (traducción propia). Paris Rive Gauche 2007 / Fuente: Presentación Seminario “Experiencias Internacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano” UC- MINVU. 25-03.2008. Santiago, Chile. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano 63 64 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Innovaciones y aspectos destacados de la experiencia participativa Como aspecto destacable del proyecto en términos del logro de la incorporación de distintas organizaciones públicas, privadas y civiles, se encuentra el Gran Pacto de la Concertación, el cual implicó garantizar la mejor información y participación de los habitantes de la manera más transparente posible: “Podemos decir que en el proyecto Paris Rive Gauche, no fue un fantasma de participación ciudadana, porque rápidamente se institucionalizó esa participación, mediante varios Comités: Comité Permanente de Concertación desde 1997, con grupos de trabajo temáticos compartidos con la SEMAPA, el Municipio de París, trece asociaciones locales; un Comité de Sitio, creado por la empresa regente del sistema de transporte de la región de París; un Centro de Información; un folleto trimestral; una carta de información y un sitio web”.17 Elementos destacables Paris Rive Gauche es merecedor de replicar en cuanto a la flexibilidad y permeabilidad de su gestión, a fin de lograr una satisfactoria relación con la comunidad. Hechos tales como la incorporación de distintas organizaciones civiles en los procesos por medio de las consultas urbanas regulares, encuestas públicas o el valioso Comité de Concertación, son métodos que pueden ser replicados para la ejecución de proyectos a mediana escala a nuestra realidad. Por otra parte cabe destacar que la institucionalidad de este proyecto representada por SEMAPA, da cuenta de la complejidad del mismo. Paris Rive Gauche es un proyecto en el cual participan tantos actores públicos, privados y organizaciones de la sociedad civil. La SEMAPA dio espacio para enfrentar dicha complejidad y que ésta se viera reducida o simplificada, como había ocurrido con otros Programas en donde sus proyectos, se habían abordado por parcialidades. 17 Duval-Zack, Chloé. Op. cit. Fuentes Bibliográficas •Combeau, Felipe; Catalina Dougnac y Carlos Moreno. Paris Rive Gauche. Plataforma Network: PROFESOR: Iván Poduje. Ayudante: David Ásale. 2005. •Director Delegado SEMAPA. Gilles de Montmarin. Entrevista realizada por ProUrbana el 26.03.2008. Traducción de inglés al español. •Duval-Zack, Chloé. El Gran Proyecto Urbano ”Paris Rive Gauche”: La transformación de un baldío ferroviario-industrial en un nuevo barrio parisino. Revista de Urbanismo, 15. Universidad de Chile, Facultad de Arquitectura y Urbanismo. Noviembre, 2006. •Sitio web del Proyecto Paris Rive Gauche: http://www.parisrivegauche.com/ •http://www.plataformaurbana.cl/copp/albums/userpics/10020/mdu-1_2005-paris.pdf. •http://revistaurbanismo.uchile.cl/CDA/urb_simple/0,1310,SCID%253D19228%2526ISID%253D668%2526IDG %253D2%2526ACT%253D0%2526PRT%253D19222,00.html BIG DIG:18 LA GRAN EXCAVACIÓN DE LA CIUDAD DE BOSTON Ciudad/ Localidad: Boston, Massachusetts. Población: 596.638 habitantes. Superficie: Superficie total de la ciudad de alrededor de 23 mil hectáreas. Economía: Educación superior, investigación, salud, actividad financiera y tecnología. Grupo objetivo: Habitantes de la ciudad de Boston y alrededores. Principal problema urbano: Congestión vehicular. Tipo de participación: Ambas direcciones: Top-Down y Down-Top. Desde aproximadamente la mitad del siglo XX, la ciudad de Boston, Massachusetts, es desafiada a ser un centro de desarrollo financiero reconocido a nivel mundial. Poco a poco la ciudad fue creciendo tanto a nivel económico19 como poblacional, lo que llevó a un significativo incremento de la tasa de motorización. A medida que su población crecía, el tráfico pasó a ser un problema. El centro urbano de Boston, que albergaba cerca de 600 mil habitantes, logró tener la misma cantidad de vehículos diarios, produciéndose grandes atochamientos para desplazarse de un lugar a otro. Fue necesario llevar a cabo una reestructuración de la ciudad: habilitar vías de transporte más expeditas, construir más viviendas, generar centros comerciales, áreas verdes, museos, y otras infraestructuras. El tema del transporte urbano de la ciudad de Boston, ha sido abordado desde hace décadas (1956) por las políticas gubernamentales del estado, pero pocas medidas fueron lo suficientemente estrictas como para atacar este problema desde su raíz. Dentro de las medidas adoptadas se encuentra la construcción de la Avenida Central Interestatal 93 elevada, la cual permitió en ese entonces (1959) facilitar el desplazamiento de unos 75 mil vehículos diarios, reduciendo considerablemente la congestión. Para la construcción de esta autopista fueron necesarios muchos esfuerzos, tales como la demolición de más de mil estructuras históricas y el traslado de 20 mil residentes desde sus hogares a otras zonas de la ciudad. Además, y como norma general en este tipo de casos, la crítica que se hacía en la época era que la carretera dividía a la ciudad, actuando como barrera y aislando las distintas zonas de Boston. 18 La gran excavación. Traducción propia. 19 La ciudad de Boston tiene los ingresos per cápita más altos de Estados Unidos. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Arteria Central 1-93 Pese a los grandes esfuerzos que se hicieron el problema no fue solucionado. El número de automóviles fue creciendo a medida que pasaban las décadas, teniendo que soportar a más de 190 mil automóviles diarios, lo que producía un estancamiento de entre ocho y diez horas, con un índice de accidentes cuatro veces mayor al promedio nacional en las carreteras interestatales de los Estados Unidos. En este contexto, era indispensable desarrollar un plan para dar solución al conflicto urbano, generar una red de transporte eficiente y fluida que estuviera a la altura de los niveles de modernización y desarrollo que la ciudad exigía. Después de varios años de evaluación y análisis por lo expertos, se resolvió hacer un gran proyecto denominado “Gran Central Artery / Túnel (Gran Arteria Central / Túnel)”, a cargo del Departamento de Transporte de Massachusetts (Massachusetts Turnpike Authority State, Transportation Building). Pero esta vez las molestias a los residentes no podían repetirse. El Proyecto tendría que considerar minimizar las externalidades negativas generadas al desarrollar este nuevo plan, es decir sus altos impactos negativos al momento de su construcción, sin generar disturbios producto de la reacción de la comunidad. En este contexto, se decide excavar más de 14.6 millones de metros cúbicos de suelo y trazar bajo superficie, la autopista Interestatal 93. 65 66 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Pero, ¿cómo podría realizarse una construcción sin volver a ocasionar los mismos disturbios? ¿Cómo sería posible desarrollar un proyecto de tal envergadura que lograra compatibilizar el orden público con la eficiencia del transporte? ¿Cómo se lograría realizar una verdadera transformación vial sin generar resistencia u oposición de los vecinos y de la comunidad? El Proyecto Central Artery/ Tunnel de Boston El presupuesto del Proyecto aumento vertiginosamente, quintuplicando las cifras originalmente presupuestadas. El Proyecto llegó a costar 14.600 millones de dólares, casi el 80 por ciento del gasto total previsto para rutas y autopistas para todos esos años en todo el país. Este volumen de inversión pudo ser el motivo por el cual se desatara una gran polémica, y fue lo que llevó a reafirmar el nombre popular del Proyecto otorgado en un principio, La Gran Excavación, refiriéndose también a este gran “hoyo financiero”. “Gran Central Artery/ Tunnel” o más conocido popularmente como “Big Dig” (en español, gran excavación), es el nombre que recibe el proyecto de infraestructura urbana más grande y más complejo en la historia de los Estados Unidos, y el más desafiante en términos tecnológicos en el mundo. El proyecto comienza a ejecutarse a partir del año 1991. Como primer paso, y antes de dar inicio a la excavación, se realizaron algunos cambios para desencadenar todo el proceso de mejoramiento de accesibilidad de la ciudad: construir un túnel que conectara el aeropuerto con las áreas centrales de la ciudad y de esta forma, descomprimir el tráfico interior del centro; vincular los distintos suburbios que componían Boston, y finalizar el anillo de autopistas para ingresar al centro de la ciudad. Luego de acabadas estas obras, se da paso al desarrollo del Proyecto, el que consiste en: • Reemplazar la Avenida Central elevada de seis pistas que cruza el centro de Boston por una subterránea de entre ocho y diez pistas, situada justo debajo de la anterior. Y junto con esto, la demolición de la antigua carretera elevada. • Construir una nueva autopista para conectar el centro de la ciudad con el aeropuerto, denominada como I-90, que va desde Seattle, Washington, al Aeropuerto Internacional Logan de Boston en el Este. • Construir dos puentes sobre el río Charles. Uno de ellos, es un puente-cable de diez carriles. • Construir el túnel Ted Williams (TWT) de acero sumergido bajo la Bahía de Boston. • La creación de más de más de 100 hectáreas de paisaje, espacios abiertos, incluyendo más de 45 parques e importantes plazas públicas. El “Big-Dig” La construcción del gran túnel demandó aproximadamente 14 años y previamente varios más de planificación, lo que obligó a los técnicos a desarrollar distintos mecanismos para implementar obras que aseguraran que la Avenida Central quedara abierta para los centros comerciales y el tráfico en movimiento. protestaban que la altura y peso del puente con sus complejos nudos viales y rampas traerían consecuencias negativas para el frágil ecosistema del río Charles. Además, otros grupos opinaban que afectaría al sistema de parques ribereños. Por su parte, algunos residentes de la zona de Charlestown reclamaban por la vista que tendrían desde sus ventanas a esas rampas de ocho pisos. Por último, grupos de pequeños comerciantes criticaban que el puente no permitía un acceso fácil desde el centro de la ciudad, y por tanto, sus negocios se verían desfavorecidos. Producto de las demandas y reclamos por los distintos grupos civiles, múltiples variaciones sufrió el Proyecto del puente, lo que llevó a que se le denominara “Esquema Z”, haciendo referencia a la idea de que partió desde un plan A hasta un plan Z. Ante este conflicto, que tuvo su origen en la ciudadanía, surge la siguiente pregunta: ¿Cómo el Departamento de Obras Públicas del Estado logró resolver esta polémica y llegar a un acuerdo con las distintas organizaciones de ciudadanos? The Big Dig / Fuente: Pablo Allard, DDeS, MAUD, Marq. Caso Arteria Central, Boston. Seminario Subterra CChC/UNAB.Observatorio de Ciudades UC. Objetivos del Proyecto Los principales objetivos de este Proyecto fueron: • Evitar los embotellamientos y congestión vehicular. • Mejorar estándares de la calidad medioambiental. • Contribución al crecimiento de la economía de la ciudad. • Otorgar ventajas a corto plazo al incentivar el sector construcción. El polémico Esquema Z Como todo proyecto de alto grado de complejidad, el Big Dig no estuvo exento de problemas. Por un lado, estaban los que se pronunciaban a favor de éste dado que contemplaba la construcción de parques y establecimientos públicos por sobre la vía subterránea, prescindiendo de la demolición de viviendas o edificios, segregación de barrios o destrucción de parques, como la Gran Avenida lo hacía. Pero, asimismo, existió un grupo activo de ciudadanos -principalmente grupos ambientalistas- que reclamaban por los daños ambientales que se ocasionarían, en especial la sección norte del Proyecto, donde la vía subterránea emergería para cruzar el río Charles y se convertiría en un puente. Ellos Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Metodologías participativas Sustentado en lo dicho anteriormente, el Arteria Central/ Proyecto Túnel no sólo se basó en un proyecto técnico que requiriera de manera exclusiva de la preocupación de la ingeniería, sino que también debía tener en consideración variables sociales, políticas y ambientales. A fin de cuentas, administraciones locales y federales, estatales así como numerosos grupos de intereses locales, participaron de este gran Proyecto: “La integralidad de este Proyecto no es sólo sorprendente por su proceso mitigativo, sino por su participación. El Proyecto surge de una iniciativa desde los propios ciudadanos a nivel local, y los actores relevantes van interviniendo a medida que se necesita para llegar al Parlamento y así evitar un choque de instituciones o confusión de la gestión. El proyecto es manejado estratégicamente delegando a distintas instituciones su grado de participación y responsabilidad sobre el curso de este mismo”.20 Una de las métodos utilizados para solucionar el conflicto fue establecer un acuerdo entre el Departamento de Obras Públicas del Estado y la Liga de Medio Ambiente (Environmental League) donde, por medio de un documento firmado por la institución responsable, se certificaba que el Proyecto tendría un gran potencial para mejorar la calidad del aire, el medio ambiente, mejorar el transporte público desde y hacia la ciudad, y se comprometería a disminuir en lo posible el impacto ambiental y estético del denominado Esquema Z. También el Departamento de Obras Públicas del Estado se comprometió a estar permanentemente informando a la ciudadanía respecto del Proyecto. En segundo lugar, se elaboró un comité compuesto por 42 instituciones, el que se dividía en cinco grupos representativos según especialidad: Estado de Massachusetts, Artery Business Committee,21 Boston Beacon Hill, Environmental League22 y Gobierno Federal. Estos grupos participaron en las diversas etapas de planificación del proyecto, tales como la definición de lo que se quisiera alcanzar idealmente o Imagen Objetivo del Proyecto, pero sobre todo actúan como jurado para la selección del proyecto arquitectónico ganador. 20 Felipe Moreno, José Miguel Urrechaga y Pablo Valdivia. Big Dig: el Diseño Conceptual de la Arteria Central. Sitio Web Plataforma Urbana. Primer Semestre, 2005, p. 7. 21 Comité de negocios de la arteria. Traducción propia. 22 Liga medioambiental. Traducción propia. 67 68 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Elementos Destacables Fases del Proceso Participativo Etapa del Proyecto Sujeto de Consulta/ Actor relevante Primera Etapa de Planificación: Definición de Bases del Proyecto 42 instituciones pasaron a ser cinco grupos representativos: Estado de Massachusetts, Artery Business Committee, Boston Beacon Hill, Environmental League y Gobierno Federal. Resultados del Proceso El proyecto es manejado estratégicamente delegando a distintas instituciones su grado de participación y responsabilidad sobre el curso de este mismo. En esta fase del Proyecto se reúnen los representantes civiles para formular las bases del proyecto, tales como la normativa, grupo objetivo y la imagen de ciudad que se tenga por las autoridades. Estado de Massachusetts Segunda Etapa de Planificación: Concurso y Gobierno Federal y, Público ciudadanía. Existen algunos predios que se liberarían con la demolición y soterramiento de la vía elevada. Para el diseño y planificación del uso de estos, se llamó a concurso público. Las oportunidades inmobiliarias para el desarrollo de este valioso sector forjó expectativas sobre su gran potencial y futuro uso. Conflicto y su solución Dada las demandas de los grupos medioambientales se establece un pacto entre la Liga de Medio Ambiente (Environmental League) y el Departamento de Obras Públicas del Estado con la finalidad de que este último estableciera el compromiso para hacerse cargo de las externalidades negativas en materia de medio ambiente del Proyecto y actuar en su fiscalización. Environmental League y Departamento de Obras Públicas del Estado. Selección de Proyectos 42 instituciones pasaron a conformar cinco grupos representativos: Estado de Massachusetts, Artery Business Committee, Boston Beacon Hill, Environmental League y Gobierno Federal. El gran Proyecto Central Artery/ Túnel, una intervención urbana de gran envergadura (Infraestructrura) permite destacar que en el Proyecto, desde sus inicios y hasta el fin, existió una sensibilidad por parte de las autoridades, en el sentido de incorporar las demandas de los grupos ambientales, representantes del comercio y residentes, lo que se vio reflejado en el pacto entre la Liga de Medio Ambiente y el Departamento de Obras Públicas del Estado. Otro aspecto relevante es la capacidad para establecer coaliciones, donde resulta interesante cómo 42 organizaciones se reúnen en cinco grupos representativos de la sociedad, se discute y se llega a consenso. Los cinco grupos representativos de la sociedad civil constituyeron el Comité Jurado para la evaluación de los proyectos urbanos presentados por el ganador. Fuente: Pablo Allard, DDeS, MAUD, Marq. Caso Arteria Central, Boston. Seminario Subterra CChC/UNAB.Observatorio de Ciudades UC. Fuentes Bibliográficas •Allard, Pablo. Big Dig: El Boston Central Artery Tunnel y el Potencial de los Derechos de Aire. Observatorio de Ciudades Universidad Católica de Chile, 2007. •Big Dig Boston, desafío titánico. 28 November 2005. • http://urbanity.blogsome.com/2005/11/28/big-dig-boston-desafio-titanico/ •Moreno, Felipe; José Miguel Urrechaga; Pablo Valdivia. Big Dig: El Diseño Conceptual de la Arteria Central. Revista Electrónica Plataforma Urbana. Primer semestre, 2005. •Sitio Web de Massachusetts Turnpike Authority State, Transportation Building. http://www.massturnpike. com/index.html. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano 69 70 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano ROSARIO HÁBITAT: PROGRAMA INTEGRAL DE RECUPERACIÓN DE ASENTAMIENTOS INFORMALES23 Fuente: http://www.argentinaturistica.com/mapas/callesrosario.gif Ciudad/ Localidad: Rosario, Argentina. Población: 945.000 habitantes. Superficie: 178,69 km2. Actividad económica principal: Industria y Comercio. Grupo objetivo: 155 mil pobladores de asentamientos informales (13 por ciento del total de la población). Principal problema urbano: Ruptura tejido urbano, servicios precarios, pobreza. Nombre del Programa: Rosario Hábitat, recuperación de asentamientos informales. Organismo encargado: Servicio Público de la Vivienda (SPV). Tipo de participación: Top-Down Rosario es la segunda ciudad en importancia de la República Argentina. Se encuentra ubicada a 300 kilómetros de Buenos Aires y casi un millón de personas habitan en ella. Históricamente Rosario se ha caracterizado por recibir oleadas de inmigrantes, quienes buscando nuevas oportunidades se han asentado en esta ciudad. Este nuevo horizonte no ha sido muy alentador, puesto que muchos de los inmigrantes se han convertido en “nuevos pobres”, y se han visto en la necesidad de ocupar terrenos informales, generando los llamados asentamientos informales que se caracterizan por su pobreza, y una deficiente calidad de vida, con grandes dificultades para acceder a oportunidades que les permitan romper la cadena de pobreza y exclusión. Son cerca de 150 mil las personas que habitan en asentamientos irregulares, localmente denominados como villas miseria. Personas de bajos ingresos comenzaron a ocupar terrenos de propiedad del Estado y en términos del desarrollo urbano, áreas restringidas a éste. En un momento se pensó que se trataría de un proceso transitorio, pero el tiempo demostró que sería mucho más permanente de lo que se estimó. De esta manera la ocupación irregular de los terrenos se hizo una conducta progresiva y sostenida en el tiempo, multiplicándose por la ciudad. Son 91 los asentamientos informales que se pueden contabilizar en la ciudad de Rosario, cifra preocupante tanto en número como porque a la vez, la distribución irregular de estos asentamientos convierte a Rosario en una ciudad fragmentada; hay una ruptura del tejido urbano. Es decir, es posible observar la existencia de dos ciudades: por un lado existe una Rosario formal, con servicios públicos funcionando de manera regular, con viviendas habitables, con infraestructura de calidad, con parques y áreas de esparcimiento y recreación, equipamiento comercial, con hermosos paseos y paisajes junto al río Paraná, bulevares y circuitos urbanos donde se observa calidad arquitectónica que otorgan mayor calidad de vida a los rosarinos. Por otra parte, también existe una Rosario informal, marcada por la ocupación ilegal de terrenos, el de las “villas miseria”. Estas presentan diversos problemas como la precariedad de los servicios públicos, la precariedad de las viviendas, la falta de espacios públicos y áreas verdes, la falta de establecimientos educacionales, la inseguridad, la delincuencia, un mayor riesgo de contraer enfermedades; es decir, presentan mala calidad de vida en general, y la propagación de círculos críticos de pobreza. 23 Best Practice en Concurso de Buenas Prácticas en Dubai 2004. Página web: http://www.rosariohabitat. gov.ar/ Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Tiempo de reaccionar Teniendo este escenario como trasfondo es que el Servicio Público de la Vivienda (SPV), de la Municipalidad de Rosario, organismo local, descentralizado y con altos grados de autonomía -cuenta con recursos y lógicas de acción propias-,decide tomar cartas en el asunto. Es así como en la década de los noventa se inicia el Programa Rosario Hábitat, a través del cual se busca recuperar de manera integral estos asentamientos.24 El Programa no busca relocalizar a los pobladores, erradicándolos, sino que a través de éste, se propone el mejoramiento de las villas miseria. “El objetivo del Programa es el mejoramiento de los asentamientos en su lugar de origen. Sólo se relocaliza a las familias ubicadas sobre la traza de las calles que deben ser abiertas para garantizar la continuidad de la trama urbana y el acceso de la infraestructura para todas las viviendas que quedan en el asentamiento. Otro caso, menos frecuente es el de familias ubicadas sobre tierras inundables o con riesgos ambientales. En total, las familias relocalizadas nunca superan el 30 por ciento del total de la población”. Adriana Salomón, Coordinadora Programa Rosario Hábitat Para lograr este objetivo se plantea la necesidad de operar en tres áreas: mejoramiento de la infraestructura urbana, la oferta de servicios sociales y la regularización de las propiedades de las poblaciones beneficiarias. Se busca un desarrollo urbano acompañado de un desarrollo social; es decir, de un fortalecimiento del capital humano y social de estos asentamientos. Se tiene la claridad que para alcanzar estos logros y objetivos, era indispensable la inclusión de la comunidad en todas las fases de los distintos proyectos. El SPV como principal organismo y agente impulsor del Programa, trabaja con otros actores de manera activa y coordinada: Secretaría de Promoción Social, la Secretaría de Producción, Empleo y Comercio Exterior, 24 http://www.rosariohabitat.gov.ar/1.htm Rosario informal Fuente: http://i181.photobucket.com/albums/x50/capsuladetiempo/ villa-miseria-1-450px.jpg Rosario formal Fuente: www.viajebuenosaires.com.ar con Comisiones de Vecinos de los Barrios: de Las Flores, Empalme, Villa Corrientes y La Lagunita y, con otras municipalidades (ver Esquema 1). La participación ciudadana es un concepto que en Rosario Hábitat se integra de manera transversal al Programa, éste cruza todas las fases del proyecto, y existe en los hechos, la preocupación por mantener a la comunidad participando activamente e involucrada en los distintos proyectos urbanos y sociales que se implementan desde el SPV. La participación se considera “un derecho y un deber ciudadano”. Como en todo en orden de cosas, se debe lidiar con ciertos obstáculos si se quiere implementar estas iniciativas participativas. El principal obstáculo está relacionado con los niveles de violencia y la sensación de inseguridad que experimentan quienes habitan en los asentamientos. “La escalada general de violencia, en algunos barrios más que en otros, trae como consecuencia el temor de las familias a dejar sus casas vacías aunque sea por unas horas. Esto atenta contra su participación en reuniones, talles y otras actividades que lleva adelante el Programa. Estamos trabajando el tema de violencia junto con otras problemáticas (adicciones, embarazo adolescente ) fundamentalmente con la población de 12 a 17 años a través de iniciativas como teatro, radio, 71 72 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano fotografía que permiten a los jóvenes hablar y tratar estos temas. De todas maneras es muy complicado. No hay una receta y requiere una búsqueda permanente de alternativas de acuerdo a cada realidad”. Adriana Salomón Despliegue participativo ¿Mediante qué herramientas y métodos se canaliza la participación de la comunidad? Observemos con mayor detenimiento algunas de estas herramientas y métodos participativos y la manera cómo este organismo a través de su Programa, se comunica y coordina con la comunidad. En la etapa de Diagnóstico se realizan reuniones informales con líderes comunitarios para la primera presentación del proyecto a los vecinos. A su vez se realiza un registro censal de las familias, a modo de obtener datos más acabados sobre ellas. Finalmente se realiza una asamblea informativa para presentar de manera masiva y abierta el proyecto a la comunidad. La asistencia a este tipo de eventos puede ser considerada como buena, ya que existe un fuerte capital social en los barrios involucrados, con liderazgos locales y personas muy interesadas en formar parte en el mejoramiento de sus viviendas, habilidades y problemas sociales. En la etapa de Planificación y una vez identificados los problemas del barrio, se genera una serie de propuestas y estrategias para alcanzar su solución. Para esto el SPV implementa unos Talleres de Planificación Participativa. Como no es posible que intervengan todos los que lo deseen o toda la comunidad (por asuntos de coordinación y viabilidad), se realiza una elección de representantes por barrio que participarán en el taller, los que tienen la misión de representar los intereses, preocupaciones y principales problemas de su barrio. Los Talleres de Planificación buscan ahondar en los fines del proyecto, así como de planificar las actividades de las distintas áreas del programa, a saber, urbanas, sociales, medioambientales y de consolidación institucional. Esta planificación es compartida, por lo que la comunidad a través de sus representantes adquiere responsabilidades, a la vez que se toma en consideración la opinión y experiencia con la que cuentan. En la fase de Diseño del Proyecto, en primer lugar se eligen delegados tanto del SPV como de la comunidad, los cuales constituyen una comisión mixta de evaluación y seguimiento y realizan el diseño integral del proyecto. A su vez se implementan dos talleres, uno, de elección de terreno para la relocalización y otro, de elección prototipo de lote y vivienda. Esto es sumamente importante desde el punto de vista participativo. Como regla general, no hay mejor manera de involucrar al otro, que mediante la toma de decisión. El poder elegir directamente -en la medida de lo posible- el tipo de vivienda y la ubicación que tendrá, generará un lazo directo entre la comunidad y su territorio, los transforma en actores proactivos que intervienen consciente y reflexivamente en su propio bienestar. Finalmente en la etapa de Implementación, hay una participación de la comunidad en acciones de seguimiento del proyecto, específicamente monitoreando y fiscalizando la construcción de viviendas e infraestructura. Por otro lado, los vecinos se encargan de emitir boletines y utilizar las radios locales para emitir información relevante acerca del Programa, como una manera de difundir y mantener al tanto a toda la comunidad. Se trata de una comunidad organizada y activa, en que el cometido de fortalecer y crear un tejido fuerte y sano de capital social, se ha desarrollado, puesto que se ha visto cómo se ha generado un liderazgo local ciudadano, y cómo a través del despliegue de diversas herramientas y métodos participativos se ha ido consolidando este capital social y humano. Consolidación que es necesaria para desarrollar las capacidades y habilidades. Accediendo a mayores oportunidades es posible ir rompiendo los eslabones de la cadena de pobreza en que se encuentran inmersos. Está comprobado que una comunidad organizada, involucrada y con capital social fortalecido, tiene reales oportunidades de mejorar su calidad de vida y de acceder a mejores servicios y mejores oportunidades. Rosario Hábitat es un ejemplo de ello; sus resultados así lo demuestran. Se trata de un proceso que es necesario activar día a día, pero que ha logrado mejorar la calidad de vida de muchas familias. El horizonte de las villas miserias se ha ido esclareciendo, y muchas familias habitan en condiciones más amigables, tienen acceso a agua corriente, saneamiento, electricidad y gas natural. Al salir de su casa y caminar por su barrio sus calles están dotadas de alumbrado público, están arboladas, poseen veredas, equipamientos públicos y cuentan con servicio de recolección de basura. Por otra parte, se han desarrollado sus habilidades y capacidades -a través de programas sociales- y se ha fortalecido la relación entre la comunidad y la Municipalidad, mientras se han sentido partícipes e indispensables en la recuperación de su entorno. “A través de la participación, los grupos encuentran satisfacción a necesidades básicas, como sentido de pertenencia, de desarrollo de sus capacidades, ser reconocidos como actores sociales y protagonistas de los procesos que los incumben. Los proyectos de desarrollo deben movilizar a la comunidad; lograr que los beneficiarios se apropien de sus objetivos; lograr el intercambio grupal y el fortalecimiento de los vínculos interpersonales entre los vecinos”. Adriana Salomón Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano ESQUEMA 1 Actores involucrados en el Programa Rosario Hábitat SECRETARÍA DE PROMOCIÓN SOCIAL SERVICIO PÚBLICO DE LA VIVIENDA (SPV) SECRETARÍA DE PRODUCCIÓN, EMPLEO Y COMERCIO EXTERIOR COMISIONES DE VECINOS DE BARRIOS: LAS FLORES, EMPALME, VILLA CORRIENTES Y LA LAGUNITA OTRAS MUNICIPALIDADES SOCIOS FINANCIEROS BANCO INTERAMERICANO DE DESARROLLO (BID) MINISTERIO DE PLANEAMIENTO E INFRAESTRUCTURA AGENCIA INTERNACIONAL Esquema elaborado por Consultor - http://www.rosariohabitat.gov.ar/1.htm Rosario formal / Fuente: http://www.rosarioturismo.com/upload/ fotos/gal_isla_ciudad.jpg 73 74 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano DISEÑO Y EJECUCIÓN DE OBRAS EL COMITÉ TABAKSPAADJE Localidad: Laren, Holanda. Ubicación: 30 kilómetros de Ámsterdam. Habitantes: 11mil personas. Contexto: Laren, es una de las comunas más ricas de Holanda, con escasa población joven y en su gran mayoría con población conformada por adultos mayores. Proyecto en análisis: Reconstrucción de viviendas sociales. Fecha: 2002-2009. Actores privados: Corporación de Viviendas Laren “Atrium” (institución social), “Joop Hofman Allianties” (expertos de participación ciudadana), y “Heren 5” (oficina de arquitectos, con experiencia en desarrollo de proyectos con participación de los vecinos). Actores públicos: Municipalidad de Laren. Otros Actores: Vecinos de Tabakspaadje. Tipo de participación: Down-Top. Los vecinos de una de las pequeñas calles de Laren, “Tabakspaadje”, reaccionaron ante la acción de la Corporación de Viviendas“Atrium”, cuando esta corporación decidió demoler todas las viviendas para adultos mayores y construir en su lugar un nuevo alto y moderno edificio. Actualmente, las 36 viviendas sociales constituyen la mitad del Tabakspaadje y acomodan a cuarenta adultos mayores y cinco jóvenes que se quedaron a trabajar en el pueblo. Todos arriendan a la Corporación de Viviendas que construyó los edificios hace 40 años con subsidios otorgados por el gobierno. En 2002, Atrium diagnosticó un avanzado deterioro de las viviendas, dado que en los últimos 20 años no se había ejecutado ningún tipo de mantención. Por esto, ya no cumplían con los estándares reglamentarios nacionales para acomodar a adultos mayores. La alternativa de solución más económica seleccionada con el objeto de entregar una nueva solución a esta problemática era demoler todo el complejo y construir más viviendas en el terreno (aumentando su superficie, sumándole espacios públicos adyacentes), destinando la mitad de las nuevas viviendas para su transacción en el mercado privado, con el objeto de compensar la inversión necesaria para la reconstrucción. Para ello, Atrium solicitó el permiso de la Municipalidad, entidad que tiene las atribuciones de decidir sobre las autorizaciones de todos los proyectos en su pueblo. En este caso particular, la Municipalidad es propietaria del espacio común adyacente a las viviendas sociales, espacio que en los nuevos planes desaparecía. El Municipio estuvo de acuerdo que las viviendas de adultos mayores necesitaban ser mejoradas y aprobó la licitación. La próxima etapa para Atrium, empresa adjudicada, fue buscar un arquitecto y diseñar los nuevos edificios. Dado que para poder construir más viviendas era necesaria la construcción en altura, Atrium solicitó al Municipio establecer modificaciones en las regulaciones urbanas del área, del barrio, a las densidades necesarias para llevar a cabo las obras. Considerando las nuevas necesidades, la Municipalidad estuvo de acuerdo y se comprometió a modificar el Plan Regulador. Cuando todo ya estaba planificado, y la demolición proyectada dentro de los siguientes seis meses, Atrium envió cartas a los habitantes de estas viviendas para informarles de la situación. Los demás vecinos (80) de la calle y sus alrededores no recibieron noticias formales de la Corporación de Vivienda. Puesto que los diseños mostraban viviendas compuestas de vidrio y metal, con ascensores al exterior, una altura de cuatro pisos, y del todo diferentes a las viviendas tradicionalmente construidas en el sector, tanto los adultos mayores como las familias de los alrededores no estuvieron de acuerdo con el diseño. Por una parte, argumentaban que la altura de los edificios afectaba la privacidad y luminosidad de los jardines de las viviendas contiguas; asimismo, tanto el arriendo subiría, como los precios de venta de las viviendas a transar en el mercado privado, quedando lejos del alcance de los actuales habitantes; obligando a la mayor parte de los adultos mayores a salir del lugar. En vista de esto, tanto adultos mayores como las familias de los alrededores se organizaron con el objeto de manifestar su oposición a estos planes. A partir de hacerse manifiestos estos intereses de la comunidad, es que se inicia un proceso abierto en cuanto a la participación de la ciudadana, a nivel local. Las cartas del Municipio informando sobre los nuevos planes, obtuvo como réplica que algunos de los vecinos organizaran una asamblea. En ella, los vecinos de la calle y sus más próximos alrededores manifestaron su oposición a este plan. Todos los reparos fueron recogidos en una carta con las diferentes posturas de los vecinos, dirigida a la empresa Atrium y a la Municipalidad, suscrita por todos los vecinos. En Holanda, y de acuerdo a la reglamentación, la Municipalidad está obligada a modificar proyectos, cuando la mayoría de la población firma en contra de una iniciativa. Por su parte, la empresa adjudicataria Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano no quería atraer publicidad negativa, que pudiera afectarlos en su quehacer. Tras los argumentos y contra argumentos del debate, a fines del año 2003, la Municipalidad decidió que la empresa adjudicada con esta Licitación (Atrium) tendría que modificar sus planes, debiendo buscar y obtener una solución arquitectónica incorporando las opiniones y acuerdos con los vecinos. Tras esta decisión, la propia comunidad eligió como representante a un vecino de profesión arquitecto, con mayor experiencia y visón del asunto, organizando una nueva asamblea. De allí y ante la decisión de la asamblea se propuso una nueva versión de las viviendas para adultos mayores, y se contactó la oficina de arquitectos (“Heren 5”), famosa en Holanda por incorporar las opiniones e ideas de los vecinos en una etapa temprana del proceso de diseño. Atrium y la Municipalidad aprobaron a Heren 5, y además, por iniciativa del mismo Municipio se contrató a una empresa experta en participación ciudadana (“Joop Hofman Allianties”) con el fin de facilitar el proceso. Como punto de partida, Allianties habló con funcionarios de la Municipalidad, los profesionales de Atrium y con una muestra de los deseos individuales de los vecinos, que les fueron transmitidos a Heren 5. Paso siguiente fue la presentación -en una reunión de trabajo-, del diseño de arquitectura (por parte del arquitecto) a un grupo de representantes de los vecinos, la Municipalidad y a la empresa Atrium; las nuevas viviendas serían en el estilo tradicional de las ya construidas en Laren. Y una vez realizado los análisis de factibilidad para su ejecución, finalmente se decidió aprobarlo. De este modo, a pesar de que la Municipalidad y la Corporación de Viviendas sólo incluyeron a los habitantes en el nivel de información, y una vez tomada la decisión, los vecinos lograron tener influencia en el diseño y ejecución de las obras. Si bien en términos formales la toma de decisiones era de responsabilidad de la Municipalidad y de Atrium en términos de financiamiento, los vecinos ejercieron su derecho a veto -establecido por la reglamentación-, respecto de su propio barrio. La permanente rotación de los actores vinculados a los gestores del proyecto tuvo como consecuencia que el proceso de planificación fuera muy lento y difícil, de modo que el plan final se desarrolló sólo seis años después del inicio del proyecto; recién en 2008 comenzó la construcción de las viviendas. 75 76 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano HOPE VI • Estrategias únicas para cada barrio. Para que los programas sean viables y efectivos es necesario que sean definidos acordes a la comunidad, porque cada barrio tiene sus propias características, recursos, ventajas naturales, fortalezas, tradiciones, posibles socios de la comunidad, y liderazgo. Ciudad/ Localidad: Holly Park, barrio ubicado en la ciudad de Seattle. Población: La ciudad tiene una población estimada de 570.430 y una población metropolitana de cerca 3.8 millones. Superficie: El área metropolitana tiene un superficie de 23.000 km2 Grupo objetivo: Habitantes de la ciudad de Seattle, particularmente el barrio de Holly Park. Principal problema urbano: Segregación social, altos grados de desempleo y pobreza. Tipo de participación: Top-Down. HOPE VI, La Unión y la Participación para la Ayuda Comunitaria HOPE VI es un programa que representa uno de los hitos más importantes de la historia de los 60 años de política de vivienda social de los Estados Unidos. El Programa se creó en 1992 (con el reconocimiento formal, bajo ley, en 1998) en respuesta a las recomendaciones de la National Commission on Severely Distressed Public Housing (Comisión Nacional sobre Viviendas Públicas en Muy Malas Condiciones), dentro del objetivo de desarrollar un Plan de Acción Nacional para erradicar las viviendas públicas muy deterioradas. El programa Hope VI tiene la misión de “transformar las viviendas estatales más deterioradas de la nación”, y se focaliza principalmente en dos ejes: uno, mejorar la calidad física de viviendas y, dos, fortalecer la estructura de oportunidades de sus residentes; preocupándose, de esta forma, no sólo de las mejoras físicas de las viviendas, sino también de los servicios comunitarios y sociales, adecuándolos a las necesidades de los residentes. ¿Cuáles son los objetivos principales del Programa Hope VI? Dentro de los objetivos principales del Programa se encuentran: • Cambiar la forma física de la vivienda pública. • Disminuir las concentraciones de pobreza mediante el establecimiento de viviendas públicas en vecindarios que no son pobres y la promoción de comunidades de ingresos múltiples (mixed-incomes). • Establecer incentivos positivos para la autosuficiencia de los residentes y servicios comunitarios integrales, a través de los cuales los residentes puedan participar activamente. • Formar asociaciones con otras agencias, gobiernos locales, • Mantener una visión holística en la prestación de servicios. La prestación de los servicios debe ser amplia e integrada: proveer de salas cuna, centros de salud, centros de educación, empresas de empleo, etc. Seattle Fuente: http://www.seattle.world-guides.com/seattle_maps.html organizaciones sin fines de lucro y empresas privadas para proveer recursos y apoyo con financiamiento externo. ¿Cuáles son principios fundamentales del Programa Hope VI? El Programa HOPE VI se diferencia de otros programas de vivienda pública mediante la incorporación de nuevos principios en la intervención de viviendas y barrios, los cuales fueron definidos en la Comisión de la Pobreza de la Fundación de Cleveland (1992). • Reforzar los valores de la comunidad a través de la construcción de capital humano y social. La capacidad de establecer normas y reglas de conducta es una función de la comunidad. Es necesaria la participación en el establecimiento de normas del comportamiento, a fin de comenzar a hacer frente a los problemas de delincuencia y droga, abriendo el camino positivo para el florecimiento de los valores comunitarios. • Desarrollar asociaciones creativas con las instituciones de la ciudad para facilitar el acceso a las oportunidades. El establecimiento de asociaciones comunitarias es una herramienta de gran alcance para hacer frente al aislamiento y la marginación de los pobres. Las asociaciones con las empresas y otras organizaciones del sector privado, por mandato de la legislación HOPE VI, son relevantes para la capacitación profesional, la colocación en el empleo, como también otorgan oportunidades y recursos. El informe de la comisión establece un plan para hacer frente a los problemas que puede traer la implementación de un programa desde “arriba hacia abajo” (Top-Down), a fin de que la comunidad se apropie del Proyecto. Estos principios deben ser seguidos e impulsados por las autoridades de vivienda pública de cada zona, los residentes y sus vecinos, los que se explicitan a continuación: Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano El Programa Hope VI opera a través de la entrega de dos tipos de subsidio: i) Los subsidios de revitalización, que financian costos de capital para importantes proyectos de rehabilitación, construcciones nuevas y otras mejoras físicas; adquisición de sitios para construcciones fuera del lugar; y programas de servicios comunitarios y de apoyo para residentes. ii) Los subsidios de demolición, que suministran la demolición de viviendas públicas en muy malas condiciones, así como reubicación y servicios de apoyo para los residentes reubicados. Los subsidios son entregados a las Autoridades de Vivienda de cada zona, por ejemplo, para el caso del barrio Holly Park, que se presentará a continuación, los subsidios fueron entregados a la Autoridad de Vivienda de Seattle. Pero, ¿cómo funciona en la práctica el Programa HOPE VI?, ¿de qué manera se trabaja para reconvertir barrios desvalorizados?, ¿cómo se incorpora a la comunidad en los procesos de gestión del Programa?, ¿qué procedimientos se utiliza para respetar la urbanización y cultura de cada lugar sin pasar por alto su trayectoria? A continuación, por medio del análisis del caso Holly Park, uno de los siete más exitosos del Programa,25 se profundizará en cómo HOPE VI opera en un barrio de nivel socioeconómico bajo cuyas viviendas están muy deterioradas y su comunidad muy segregada del entono; en qué consistió el Proyecto y cuáles han sido las técnicas utilizadas para fortalecer la participación de la comunidad. Holly Park: Un Desafío para Hope VI A principios de la década de los noventa, Holly Park, ubicado en el sur de Seattle, fue conocido como uno de los barrios más conflictivos y más deteriorados del país. En el año 1942, se construye un conjunto de viviendas en un área de 102 acres (412 mil metros cuadrados, es decir 41,2 hectáreas) para los soldados que participaron en la Segunda Guerra Mundial. El Proyecto incluyó 896 unidades de viviendas, un centro municipal, una sala cuna, un club social, y una lavandería. Ocho años más tarde, el conjunto pasó a manos del Estado con el objetivo de arrendar dichas viviendas para familias de bajos recursos. • Involucrar a los residentes en el establecimiento de objetivos y estrategias. La experiencia ha demostrado que las soluciones de arriba-abajo, impuesta a las comunidades no funcionan porque tienden a socavar el espíritu de la iniciativa local necesaria para el éxito a largo plazo. • Las comunidades deben tener un tamaño manejable. El programa HOPE VI focaliza sus esfuerzos en una escala relativamente reducida. Además, a menudo sustituye a grandes edificios por viviendas más pequeñas, con el objetivo de desconcentrar a los grupos con menores ingresos. ¿Cómo opera Hope VI? Cuatro viviendas pareadas de la Fase 1 del Proyecto. Fuente: West Coast TND (Traditional Neighborhood Design). New Holly and Othello Station. Agosto, 2005. Sitio Web: http://www. tndwest.com/newholly.html 25 U.S. Department of Housing and Urban Development, Office of Public and Indian Housing, Office of Public Housing Investments, Office of Urban Revitalization. Reporte Hope VI. Community Building Make a Difference. Febrero, 2000. 77 78 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano De Holly Park a New Holly New Holly (New Holly) fue el nuevo nombre que adquirió el barrio Holly Park en el año 1995, en el momento que la Autoridad de Vivienda de Seattle comienza a hacerse cargo del Proyecto, bajo el Programa HOPE VI. Este fue el primer proyecto realizado por el Programa HOPE VI27 en Seattle, que utilizó técnicas urbanas para desarrollar barrios más cohesionados y seguros.28 Viviendas de más alto valores de la Fase II del Proyecto. Fuente: West Coast TND (Traditional Neighborhood Design). New Holly and Othello Station. Agosto, 2005. Sitio Web: http://www. tndwest.com/newholly.html A medida que pasaron los años, el barrio fue cada vez más en menoscabo: el material de las viviendas se fue deteriorando puesto que la madera no resistía el clima lluvioso de la región del Pacífico Noroeste; existía un gran aislamiento del barrio respecto de su entorno ocasionado por una separación de cables de alta tensión, marcando una fuerte estigmatización social. Además, a mitad de siglo llegaron al barrio una gran cantidad de inmigrantes: el 35 por ciento de los hogares eran afroamericanos, el 3 por ciento eran hispanos, el 15 por ciento eran blancos no hispanos, y el 47 por ciento restante estaba constituido por población del sudeste asiático, de países como Rusia y Etiopía; coexistiendo una diversidad de culturas e idiomas (desde amárico hasta vietnamita). A lo anterior se suma los bajos niveles de educación de los residentes, quienes en su mayoría eran analfabetos o de un grado de escolaridad muy bajo (sólo el 28 por ciento tenía una educación secundaria y el 15 por ciento no tenía estudios escolares). Además, dos tercios de los adultos habitantes estaban desempleados. Casi la mitad de los hogares Holly Park recibía la mayoría de sus ingresos de la asistencia social, lo que superó en ese entonces con creces al promedio de Seattle.26 Todos estos componentes fueron los detonantes para que Holly Park se convirtiera en un barrio crítico, donde se hacía urgente su renovación urbana y apoyo a la comunidad. 26 Op. cit. Nueva Holly fue construido en tres fases. La primera de ellas, incluye 400 viviendas en lotes individuales, de las cuales 145 son de propiedad independiente y 260 son alquiladas a familias de bajos ingresos a través de la Autoridad de Vivienda de Seattle (Seattle Housing Authority). Las casas son conocidas por su linda fachada y llamativos colores. El conjunto está compuesto tanto por viviendas unifamiliares como por viviendas dúplex o de cuatroplexes (ver fotografía 1). El barrio incluye también diversos servicios comunitarios tales como una sala cuna y un jardín infantil, una sede de la Universidad del Sur de Seatlle (South Seattle Community College), una sucursal de la Biblioteca Pública de Seattle, y organismos que proporcionan empleo y capacitación especialmente a los grupos jóvenes de la comunidad. La fase II está compuesta por viviendas de valores más altos (US$ 280.000), las que fueron construidas con la intención de “recuperar” la inversión realizada por la Autoridad de Vivienda de Seattle. También en esta fase se construyeron edificios de alto nivel para adultos mayores que cuentan con 318 unidades. Finalmente la fase III, que termina en el año 2005, constituyó un desafío mucho mayor debido a que se integrarían más viviendas para familias de bajos ingresos. En la construcción de los proyectos inmobiliarios participaron tanto desarrolladores privados como organismos sin fines de lucro. La fase III, que se denomina también “Othello” (en referencia al nombre de la estación de tren ligero situada en el sudeste de Holly Park), está compuesta por tres tipos de viviendas, dos más lujosas (con un valor de aproximadamente US$ 424.000), y otra, construida por la organización Hábitat para la Humanidad para familias de bajos ingresos,29 que integra diecisiete casas. 27 Los otros proyectos desarrollados fueron Rainier Vista and High Point 28 Se invirtieron US$ 48 millones de subsidio de HOPE VI para la revitalización física de las viviendas, y US$ 1 millón para los servicios de apoyo para los residentes. 29 Organización cristiana ecuménica sin fines de lucro orientada a la construcción de viviendas para personas de escasos recursos. Surge en Estados Unidos en el año 1976. Hasta la fecha ha construido más de 200 mil viviendas. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Uno de los edificios construidos en Othello es el denominado “O Bldg”, que fue pensado para multiuso. Por ejemplo, el edificio presentado en la foto 5, en su primer piso, cuenta con tiendas o almacenes; en el segundo, una clínica dental y en el tercer y cuatro piso, espacios para arriendo de departamentos. El sector de Othello incluye también una serie de restaurantes, una sucursal del Banco de América y otros servicios “de primera necesidad” como lavanderías, peluquerías, entre otros. Otro punto adicional que le agrega alto valor al sector es la construcción de la Estación de Othello del Tren Rápido de la línea norte-sur, que será una de sus principales paradas. Gracias a esta infraestructura, los residentes podrán llegar en 15 minutos a la ciudad. Como meta del proyecto estuvo la idea de construir 1.400 unidades de vivienda, de las cuales el 40 por ciento (580) serían arrendadas por residentes de bajos ingresos, el 20 por ciento (288) por grupos de ingresos moderados, y el 40 por ciento (582) restante para venta a personas de altos ingresos. El alto valor de algunas viviendas trajo consigo grandes críticas por parte de algunos ciudadanos de Seattle que lo visualizaron como un fenómeno de “gentrification” (llegada de grupos de alto ingresos), algo inaceptable por cierto, debido a que muchas familias no podrían acceder -como efectivamente ocurrió- a estos nuevos precios. De hecho, de los 893 hogares de la antigua Holly Park, 393 decidieron quedarse en New Holly. No obstante, existe la otra postura que defiende la iniciativa bajo el argumento que la Autoridad de Vivienda fue capaz de reducir densidad en las viviendas, introducir una comunidad de ingresos mixtos, y de conseguir recursos para que existan más viviendas para familias de menores recursos en la ciudad. HOPE VI Paradigma de un cambio en el trabajo comunitario ¿Cómo se lleva a cabo el proceso de participación de la comunidad?, ¿de qué manera se logra involucrarla?, ¿cuál es la estrategia utilizada para incorporar a las distintas partes? HOPE VI comenzó a impugnar algunos principios fundamentales en la misión de la Autoridad de Vivienda: proporcionar viviendas como parte de un medio ambiente sano, en el cual las familias pueden prosperar, la dignidad se puede restaurar, y los niños pueden aspirar. Como ya se ha visto en casos anteriores, uno de los ejes principales del Programa HOPE VI es la participación de la comunidad. Sin este elemento no podría llevarse a cabo el proceso de transformación de las propiedades de viviendas estatales en comunidades de ingreso mixto. El Programa establece que tres son los actores clave para el éxito de su aplicación: • El ejecutor (en este caso, la Autoridad de Vivienda de Seattle) • Los residentes beneficiarios y, • La comunidad circundante. La ejecución se lleva a cabo a través de un proceso de consulta-colaboración entre las partes, la que se basa en cuatro conceptos fundamentales: 1.Cooperación: la participación debe comenzar, en primer lugar, con la formación del Consejo de Residentes, entidad responsable de involucrar a todos los habitantes en el desarrollo del Programa. Este Consejo debe estar a cargo de congregar a los futuros beneficiarios por medio de reuniones periódicas, Este sistema “ayuda a financiar, en cierta medida, la vivienda de bajos ingresos y también ayuda a producir barrio de ingresos mixtos con una mayor viabilidad a largo plazo”.30 30 Traducción Propia. West Coast TND (Traditional Neighborhood Design). New Holly and Othello Station. Agosto, 2005. Sitio Web: http://www.tndwest.com/newholly. html OBldg, Edificio Multiuso. Fuente: West Coast TND (Traditional Neighborhood Design). New Holly and Othello Station. Agosto, 2005. Sitio Web: http://www. tndwest.com/newholly.html 79 80 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano planificar y poner en práctica el procedimiento de inscripción para postular a las viviendas. Estas reuniones deben ser abiertas a toda la comunidad, como una manera de desarrollar un plan de la forma más democrática posible. 2.Inclusión: El Consejo de Residentes debe hacerse cargo que todos los residentes afectados tengan oportunidades de postular a las viviendas y participar en las actividades relacionadas con la planificación y desarrollo de HOPE VI. 3.Comunicación: Para asegurar la participación de la comunidad es indispensable la difusión y la comunicación constante con los residentes acerca de cada uno de los aspectos del Programa. Es obligatorio la realización de documentos informativos de los siguientes temas: Uso, el Acuerdo de Subvención, el Acuerdo del Revelador, el Plan de Revitalización, el Plan de Reubicación, la Comunidad y el Plan de Servicios de Apoyo, y las reuniones con residentes en la oficina de dirección. La información entregada debe ser clara y comprensible para la población objetivo. 4.Participación: Es fundamental fomentar la participación en todas las etapas del programa. Los residentes pueden participar en distintas instancias, tales como los paneles de elecciones de desarrolladores y consultores; asistir a reuniones con el equipo de desarrollo, administrador de programas, agencias patrocinadoras públicas y privadas, la ciudad y otros compañeros; y participar en el funcionamiento y grupos consultivos. Lo que más destaca del Programa HOPE VI para la implementación del plan en cualquier comunidad, es el trabajo en conjunto con las distintas organizaciones e instituciones locales, con la idea de aunar esfuerzos proporcionando distintos recursos a los habitantes, según su especialidad. Dentro de los servicios comunitarios que ha entregado el Programa con el apoyo y coordinación entre distintos organismos, se encuentran: • Holly Park Campus de Aprendices (COL): New Holly se amplió a la parte sureste de la ciudad formando el programa de servicio de apoyo Holly Park Hope VI, que llegó a ser conocido como el Holly Park Campus de Aprendices (COL), cuyas especialidades son empleo, educación, arte, servicios de biblioteca, y de jardinería, entregando capacitación en estas áreas a los residentes. Este servicio se basó en la colaboración en conjunto de las agencias locales y empresas que otorgan nuevos empleos a los residentes. • South Seattle Community Collage: El vínculo con distintas instituciones educativas tales como la Universidad de Washington y la Universidad de Seattle, así como con empresas y organizaciones civiles, como la Cámara de Comercio de Seattle y de la Cámara de Comercio de Rainiero; permitió la formación del South Seattle Community Collage, la comunidad universitaria que ofrece educación básica para adultos, formación profesional, cursos de informática, y clases de nivelación para la formación secundaria. • Centro de la Familia: Cuenta con una casa abierta que ofrece educación a los padres sobre apoyo familiar, actividades de enriquecimiento de la familia, así como clases de salud, seguridad, nutrición, gestión financiera. También organiza celebraciones culturales y “charlas” donde los inmigrantes pueden mejorar su práctica del inglés. • Atención a Recursos para la Infancia (Child Care Resources): Otorga capacitación para el cuidado de los niños a los trabajadores de empresas, evalúa las necesidades y los recursos de las familias en relación a los niños, y asesora a la autoridad de vivienda sobre cuestiones y estrategias de cuidado de los niños. • Biblioteca Holly Park: proporciona libros y un espacio público para su uso, desarrolla una variedad de actividades para la ayuda con las tareas escolares y la lectura. También ofrece computadores para procesamiento de texto y acceso a internet. • Museo de los Niños de Seattle: Ofrece un personal capacitado para el trabajo con niños y enriquecimiento de las artes en NewHolly. • Federación de Refugiados: Esta organización de base comunitaria proporciona servicios de defensa para las familias de refugiados. • Amigos de P-Patch: Esta organización de jardinería ayuda a los residentes a cultivar hortalizas y flores para la venta y el uso personal. • Escuelas Públicas de Seattle: El 1 de mayo de 1998, se estableció un acuerdo entre las Escuelas Públicas de Seattle para brindar apoyo educativo a los niños de NewHolly, fomentar la participación de los padres, coordinar programas de verano, y trabajar con otros organismos. • Consejo Comunal de Holly Park: Esta organización se preocupa de atender a las demandas de la comunidad. Se preocupa de la reubicación de residentes que quedaron sin viviendas. También proporciona servicios tales como la atención de un especialista para jóvenes con problemas. • Servicios de la Comunidad Católica: Organización que opera con un programa de tutoría para los jóvenes. • Neighborhood House Early Head Stara y Centro de Desarrollo de la Primera Infancia: son algunos de los diversos servicios de guardería que apoyan las familias trabajadoras en NewHolly. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Fuentes Bibliográficas •Eskenazi, Stuart. Reborn housing project reaches beyond the poor. The Seattle Times. Monday, July 4, 2005. •http://64.233.169.104/search?q=cache:A705EzcrsIEJ:www.othellostation.com/beyondthepoor.php+ge ntrification+hollypark&hl=es&ct=clnk&cd=5&gl=es. •Peterson, Rachel. Hope VI in San Francisco. San Francisco Planning and •Urban Research Association. Marzo, 2005. •http://www.spur.org/newsletters/0305.pdf •Popkin, Susan J.; Bruce Katz; Mary K. Cunningham; Karen D. Brown; Jeremy Gustafson; and Margery A. Turner. A Decade of Hope VI. Research Finding and Policy Changes. Urban Institute. Mayo, 2004. http:// www.urban.org/uploadedpdf/411002_HOPEVI.pdf •Seattle’s Holly Park housing project opens on August 1, 1942. Histori Link. http://www.historylink.org/essays/ output.cfm?file_id=3022 •West Coast TND (Traditional Neighborhood Design). New Holly and Othello Station. Agosto, 2005. Sitio Web: http://www.tndwest.com/newholly.html •Zielenbach, Sean. Assesing Economic Change in Hope VI Neighborhood. Fannie Maee Foundation. 2003. •http://www.fanniemaefoundation.org/programs/hpd/pdf/hpd_1404_zielenbach.pdf 81 82 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano METRO CABLE MEDELLÍN Gran cantidad de obras nuevas implementadas se ubican en torno al teleférico. Es así como se ha estipulado la construcción de diversas obras de infraestructura asociadas a su trazado, tales como bibliobancos, un centro de Desarrollo Empresarial Zonal en que se han implementado diecinueve eventos empresariales, paseos urbanos, numerosos parques urbanos, juegos infantiles, canchas deportivas. La intervención en las áreas de influencia de Metro Cable, han generado 46.000 m2 de espacio público en la comuna, elevando la calidad de vida de quienes ahí habitan. Ciudad/Localidad: Medellín, Colombia. Población: 2.223.078 habitantes en 2005. Superficie: 380.064 km2 Actividad económica principal: Industria. Área total de intervención: 158 ha en zona Nororiental de Medellín. Población beneficiada: 170 mil personas. Principal problema urbano: Desarticulación con el resto de la ciudad, marginalidad, pobreza, violencia. Tipo de participación: Top-Down. El innovador proyecto de construcción de un Metrocable (sistema similar a un teleférico) como forma de integrar las comunas periféricas con el resto de la ciudad, tuvo lugar en una importante ciudad de Colombia: Medellín. Esta ciudad capital es la segunda ciudad más poblada dentro del sistema de ciudades colombianas. Geográficamente se encuentra ubicada al nor-occidente del país, en el centro del valle de Aburrá y la cruza el río Medellín. En el plano económico es reconocida como uno de los principales centros financieros e industriales de Colombia (alberga gran cantidad de empresas colombianas y extranjeras). También destaca por ser un centro cultural y universitario relevante en el país. Medellín, al encontrarse ubicado en un estrecho valle rodeado por montañas, experimenta un crecimiento de la ciudad que es limitado. Lo que ha ocurrido en las últimas décadas es que, por una parte se ha observado un crecimiento principalmente por densificación y por otra parte, ha acontecido un crecimiento en extensión, hacia las montañas, las cuales han sido ocupadas de manera desordenada y con poca continuidad en la trama vial. Por lo general, las comunas y barrios que se ubican en lo alto de las laderas en la zona nororiental corresponden a un nivel socioeconómico bajo. Desde el punto de vista físico se encuentran inmersas en una geografía obtusa e irregular (laderas de la montaña), con altas pendientes, surcado por quebradas con cauces profundos, lo cual genera vías interrumpidas y accesos complicados, que impactan directamente en el impedimento de un buen desempeño del transporte público. Es decir, la poca o inexistente planificación e irregular y espontánea ocupación de este territorio, desde el punto de vista urbano, se traduce también en una configuración vial desordenada. Para enfrentar este problema de transporte, que a su vez se relaciona directamente con procesos de marginalidad, desarticulación entre la periferia y el Participación ciudadana Medellín y sus comunas / Fuente: http://www.appacol.com/portal/ images/stories/medellin%20plano.jpg centro de la ciudad, mayor dificultad para el acceso a las oportunidades, servicios y empleos que la ciudad brinda, se llevó a cabo un proyecto extraordinariamente innovador: el Metro cable de Medellín, el cual no sólo busca dar solución al complejo asunto del transporte, sino que terminó convirtiéndose en una obra que impacta positivamente en el desarrollo urbano, social, cultural y económico de la zona nororiental. Es decir, no se trata solamente de una gran obra de transporte, se trata también de una obra de integración que da unidad a lo que por mucho tiempo se encontraba desarticulado. El Metro Cable de Medellín Un factor esencial en lo que respecta a la incorporación de la comunidad en el proyecto del Metro Cable de Medellín vincula con una política de priorizar la generación de empleo en las obras físicas construidas. De esta forma 1.022 personas han sido empleadas en obras como parte del plan urbano integral. Para la construcción del Metro Cable se generaron 471 empleos directos. Lo anterior constituye que el 80 por ciento de la mano de obra corresponde a residentes de la zona. La importancia de esta política es doble: por un lado es una manera de crear empleos a personas que se encuentran en una situación económica compleja, por lo que es una manera de romper con círculos viciosos de desempleo y pobreza, y por otra parte, genera un vínculo directo y exclusivo entre los pobladores de la zona nororiental con la ejecución y funcionamiento de una gran obra urbana: el Metro Cable y todo el resto de obras de infraestructura que se han desarrollado. Este vínculo es fundamental, dado que los empleados se sienten parte de la obra, generan sentimientos de arraigo entre ellos, su barrio y otros vecinos, a la vez que satisfacen sus necesidades económicas. Desde todo punto de vista se trata de una política integral y planificada. Por otro lado se han desplegado una serie de programas e inversiones sociales (vinculadas principalmente a dar uso, apropiar y hacer segura la nueva infraestructura asociada al trazado, ubicada en sectores periféricos y muchas veces degradados), como un modo de apoyar y revitalizar socialmente a la población que habita en estas comunas y se encuentra aquejada de una serie de problemáticas. Algunos de estos programas han incorporado la participación ciudadana como uno de sus ejes principales. Se desplegó una campaña titulada “El valor de lo público”, en el que participaron alrededor de quinientas personas. Entre las actividades realizadas se registran la construcción participativa de un Manual de Convivencia, a modo de arraigar conductas y comportamientos que inciten a la armonía y buenas relaciones entre los vecinos. También se realizaron jornadas nocturnas para vivir la ciudad en la noche, en la que participaron alrededor de 1.100 personas. Esta iniciativa se enmarca como un intento de acercar la ciudad a la gente, de apropiarse de los espacios públicos y otorgarles nuevas significaciones y usos sanos y bien intencionados. Es un sistema teleférico de transporte masivo, complementario al metro de la ciudad de Medellín, y que atiende las necesidades de transporte de unos de los sectores más vulnerables de la ciudad, la comuna nororiental. Como línea de la red del metro, ha sido crucial para la reinserción urbana de algunos barrios críticos de Medellín. Forma parte de un Plan Urbano Integral de recuperación de la zona, que incluye numerosos proyectos de mejoramiento del espacio público y el equipamiento urbano, tales como plazas, bulevares, bibliotecas, paseos y sedes de servicios públicos. Es decir, la construcción del Metro Cable al margen de otorgar una eficiente solución al asunto del transporte y la movilidad, de conectar la periferia con el centro y viceversa, de ampliar las conexiones y el acceso a las oportunidades a los habitantes de estos barrios, se enmarca como parte de un plan integral de mejoramiento de estas comunas, por lo que el impacto urbano sobre la zona se expande como una onda de regeneración y mejoramiento urbano. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Vista Zona Nororiental de Medellín / Fuente: Presentación Metro Cable de Medellín Proyecto Integral Urbano 83 84 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Por otro lado ha habido un intenso apoyo a actividades culturales y deportivas marcada por la construcción de numerosas plazas, así como también centros deportivos y multicanchas. Se implementó una galería urbana denominada “Pintando la Esperanza”. El proyecto en su conjunto incluye sesenta murales entre el Colegio Santo Domingo Savio y Estación Acebedo. En una primera fase contempla diez murales entre las estaciones Popular y Andalucía. Otra técnica participativa implementada es la realización de talleres lúdico-formativos y actividades lúdicorecreativas como manera de reforzar los vínculos en las relaciones familiares respecto a la comuna. Estos talleres contaban con una fuerte base dinámica, realizando diversos juegos y actividades recreativas. Participaron alrededor de ochocientas personas. También se ha buscado apoyo en la elaboración del plan de desarrollo local, que busca convertirse en una herramienta para la toma de decisiones en la priorización de iniciativas y así mejorar la calidad de vida y el desarrollo de la comuna. Para esto se ha generado un proceso permanente de reflexión-acción que busca fortalecer la relación comunidad-territorio, y un escenario de interacción que facilite la relación clara y transparente con el Estado y con todos los actores del desarrollo. en transporte sino de revitalización de zonas degradadas o con múltiples déficit, que las han transformado no sólo en términos físicos sino también en significado y uso que la comunidad le asigna. Especialmente en esto último, la programación de actividades que permitan la participación de la comunidad ha sido clave. Algunas obras de infraestructura en cifras • Colegio Santo Domingo Savio: 8.853 m2 construidos, 1.596 nuevos cupos, 3.108 alumnos beneficiados. • Cedezo (Centro de Desarrollo Empresarial Zonal) Santo Domingo: Se han realizado 2.252 capacitaciones, 20 eventos comerciales, 700 empresarios beneficiados, 93 nuevos empresarios y 274 créditos otorgados. • Parque Biblioteca Santo Domingo Savio: 3.450 m2 de equipamiento y 13.102 m2 de parque. • Centro de Salud Santo Domingo: cinco consultorios, un laboratorio, ocho baños públicos. • Parque deportivo y recreativo Granizal: una cancha sintética, una placa polideportiva, un escuela popular del deporte. • Construcción y/o reparación de cuatro obras hidráulicas. A su vez, se han implementado programas para empoderar a los vecinos y formar liderazgos dentro del barrio. Esto se ha realizado a través de talleres y capacitaciones. Cerca de 120 líderes han sido capacitados. Finalmente, se ha vinculado unas 113 organizaciones sociales al proyecto, lo que demuestra que existe una voluntad asociativa importante, lo cual repercute en la creación de líderes vecinales así como en el involucramiento directo de las organizaciones con los diversos proyectos. Como es posible observar, el Metro Cable de Medellín se encuentra inmerso dentro de un Plan Urbano Integral y ha impactado positivamente a la zona nororiental de Medellín, esto debido a un enfoque cruzado permanentemente por una forma integral de abordar las necesidades. Es decir, Metro Cable no ha sido solamente eficiente como método de transporte y ha logrado conectar a los barrios periféricos con el centro, sino que también en el espacio que ocupa se han desplegado un importante número de obras en las cuales ha estado incluida activamente la ciudadanía, quienes se han beneficiado y han sido protagonistas del increíble mejoramiento que ha experimentado su barrio. En este sentido, se trata no sólo de una inversión Paseo Urbano Calle 107 antes y después / Fuente: Presentación Metro Cable de Medellín Proyecto Integral Urbano Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano • Construcción de 15 obras de captación, manejo de escorrentía, muros de contención, andenes y pasamanos • Corredor interbarrial peatonal de 343 metros lineales, con conexión a través de puentes peatonales uniendo los barrios La Francia, Andalucía y Villa del Socorro, en el marco del plan de puentes donde se construirán un total de cuatro puentes peatonales y ocho pasos a nivel. Algunos programas sociales en cifras • Secretaría de Desarrollo Social: Población beneficiada, 14.850 personas, mantenimiento de siete Sedes Sociales que benefician a 3.690 personas,19 premios entregados a los ganadores del Concurso Capital Semilla, 599 jóvenes y adultos formados para el trabajo y 73 aprendices vinculados a proyectos de la administración. • Con el programa de complementación alimentaria se benefician un total de 22.937 menores, 994 adultos y 233 mujeres gestantes que reciben complemento alimentario. • Atención a 897 adultos mayores en clubes de vida. • El ingreso de menores al Centro de Acogida, disminuyo en un 72 por ciento, en comparación con el año 2006. Esto debido al trabajo de prevención que se viene adelantando. • Se atiende un total de 459 personas en situación de discapacidad. 85 86 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano OTROS EJEMPLOS INTERNACIONALES El Método Livingstone: Reforma de cuartería en Cuba** El Proyecto Entre 1997 y 1998 en el Municipio de Minas, provincia de Camaguey, se realizó una reforma de una cuartería, que es un edificio modesto donde conviven varias familias. Ésta se encontraba en un muy mal estado y era necesario restaurarla, pero el principal obstáculo era el bajo presupuesto con el que contaba; de este modo, se solicitó que fuera reformado con materiales producidos localmente, y a la vez se decidió conservar la mayor cantidad de muros posible. Los actores involucrados entonces eran el arquitecto autor de la futura restauración y las cinco familias. El método utilizado fue el Método Livingstone, el cual se ha descrito en capítulos anteriores. El proceso comenzó con una visita al sitio, lugar en que se hizo un estudio detallado sobre las condiciones del terreno, la construcción y el contexto urbano. Luego se llevó a cabo la recolección de información de cada una de las familias, implementando los distintos juegos de rol y técnicas que el Método despliega (más-menos, el fiscal, Casa Final Deseada, etc.). Con esta información se contaba con una serie de Proyectos de Cliente. Luego, el arquitecto hizo su labor creativa, resultando tres Estudios de Factibilidad. Finalmente se contrastaron los tres Estudios de Factibilidad con los Proyectos de Cliente, y las familias optaron por uno de ellos, por lo que se constituyó en el proyecto a implementar, entregándoles una solución creada conjuntamente con el profesional. Técnicas del Método Livingstone Para obtener información del cliente al margen de reuniones y entrevistas iniciales, se adoptan las siguientes técnicas heredadas de la psicología: • Más-Menos: Las familias-clientes dan sus respuestas a dos preguntas: ¿Qué es lo que más le gusta de la casa? y ¿qué es lo que menos les gusta de la casa? Deben responder sólo una cosa por pregunta, a modo de identificar el principal atributo y el principal problema de la casa y establecer las prioridades de los diferentes miembros de la familia. • Fiscal: es un juego de rol en que los clientes deben imaginar que la casa se encuentra frente a un tribunal en calidad de acusada y ellos son los fiscales, por lo que deben establecer un acusación en contra de ésta, encontrando y recalcando la no solución de los errores de la casa, a modo de poder ganar el “juicio”. Este juego busca establecer los problemas que posee la vivienda. • Proyecto del Cliente: En este juego la familia-cliente se convierte en arquitecto y el arquitecto se transforma en su dibujante, y le pregunta a la familia-arquitecto cual es su proyecto. De esta manera el arquitectodibujante dibuja las cosas tal cual se las pide el cliente, sin juzgar sus decisiones. Lo que el cliente no sepa resolver se deja con signos de interrogación en el plano, como una forma de que el cliente tome conciencia de la necesidad de contar con la ayuda del arquitecto, y por otro lado, éste hace un ejercicio obligado de respetar sus opiniones. Este ejercicio es una manera de afianzar la relación y poner en claro la colaboración que existirá entre ambos. • Casa Final Deseada: La idea de este juego es que el cliente se olvide de su casa propia; para esto, el arquitecto lo incita a describir su casa ideal. Se trata de llegar a una idea de casa mejor que la que sería posible construir, a modo de establecer un catastro de las principales necesidades. • En las fases siguientes de creación del proyecto, el arquitecto trabaja en un primer momento de manera aislada, incorporando su creatividad en la generación de proyectos que reflejen todo lo previamente recabado por el cliente (problemas, aspiraciones, necesidades de la vivienda). • Finalmente genera varios proyectos (ejercicios Kayak y Estudios de Factibilidad de cada proyecto) los que son revisados y discutidos con la familia-cliente. El proyecto final es elegido de manera conjunta, el cual también puede sufrir modificaciones en relación a lo que surja de la reunión de elección del proyecto. Este método es por tanto, participativo por excelencia, y crea una relación directa entre el arquitecto y el cliente, desencadenando la generación de proyectos en sintonía con lo que quiere y desea el propietario de la vivienda. De este modo se entabla un fuerte vínculo entre el cliente y su vivienda, así como el cliente y el arquitecto. Se trata de obtener un diseño participativo, comunitario. Este método se ha implementado en Cuba con bastante éxito, incluso llevó a conformar grupos de los llamados “Arquitectos de la Comunidad” que utilizan y propagan esta metodología participativa. Premisa del Método Livingstone Este Método de Diseño Participativo, proviene del campo de la arquitectura. Su premisa principal es el contacto directo y sostenido en el tiempo entre el Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano arquitecto y la persona-cliente. Es así como la persona o familia es capaz no sólo de informarse y opinar, sino también de tomar decisiones sobre la vivienda que desea habitar. Para esto el método contempla una serie de técnicas y dinámicas participativas, como se ha mencionado, heredadas de la psicología: juegos de roles, intercambio de papeles, y cuestionarios que lo que buscan es incorporar lo que la familia o persona usuaria quiere y espera de su vivienda. Este método se basa en la idea de que cada problema de diseño, aunque presente características parecidas a otros problemas, requiere de respuestas diferentes, por lo que no existe un “proyecto tipo”. ¿De dónde proviene? Este método debe su nombre al arquitecto argentino Rodolfo Livingstone, tras su experiencia profesional en la atención de familias. “Su objetivo consiste en ofrecer soluciones reales a los problemas de las personas con sus casas, es decir, en poner la arquitectura al servicio de la gente”. “Específicamente en el campo del diseño y la planeación, el principio que sustenta la aplicación y el desarrollo de metodologías participativas se basa en la conciencia de que los habitantes no sólo aportan información básica tanto sobre sus necesidades como de sus aspiraciones, sino también soluciones viables y adecuadas; también reconoce que esto sólo se resuelve a partir de la integración, de manera activa y co-responsable con los diferentes actores de la producción social del hábitat, en el reconocimiento de que el entorno construido resulta más adecuado a las necesidades y aspiraciones de sus habitantes si estos se involucran de manera activa en su producción”. (**Romero, Gustavo, Rosendo Mesías. La participación en el diseño urbano y arquitectónico en la producción social del habitat, CYTED, 2004, pp. 78-84). Presupuesto participativo en Brasil Los Presupuestos Participativos se han instalado en varios gobiernos municipales. Esta herramienta de participación ciudadana, en que la toma de decisión sobre cómo y dónde gastar parte del presupuesto municipal es realizado por la comunidad, se ha implementado en varios países de Latinoamérica. Si buscamos su origen, llegaremos a Porto Alegre, ciudad emblemática en lo que a presupuesto participativo se refiere. ¿Por qué surge? En el año 2000 la población aquejada por diversos problemas, entre ellos, de pobreza y violencia en el territorio, eligieron como partido que los liderara el Partido de los Trabajadores, el cual buscaba dejar de lado el tradicional modelo de tomar las decisiones “desde arriba”, es decir, desde la autoridad. ¿Qué es un presupuesto participativo? Es una herramienta que entrega a la comunidad la posibilidad de tomar decisiones sobre el gasto municipal, en el que a través de asambleas públicas los delegados que representan a la población (la elección del delegado es proporcional a la cantidad de vecinos que asisten a la reunión) deciden el destino de la mitad de los fondos presupuestarios municipales. De esta forma se produce una toma de decisión mucho más horizontal, y la comunidad se hace partícipe del desarrollo de su territorio. “El proceso del presupuesto participativo comienza con la presentación formal por parte del gobierno del plan de inversiones aprobado para el año anterior, y de su plan de inversiones y presupuesto para el año en curso. Los delegados elegidos de cada una de las 16 asambleas de distrito se reúnen durante el año para determinar las responsabilidades fiscales de los departamentos de la ciudad”.** Estudian temas relacionados con construcción de escuelas, parques, suministro de agua potable, alcantarillado, así como también asuntos macro como son líneas de tránsito, asistencias sociales, entre otros. ¿Quiénes participan? Participan personas de varios sectores, miembros del partido de gobierno, técnicos, profesionales, ciudadanos de todos los estratos socioculturales. La frecuencia de participación se ha visto aumentada con el paso del tiempo, ya que los vecinos se han dado cuenta que la asistencia a las asambleas es fundamental para la solución real de los problemas que los aquejan. Otras experiencias El presupuesto participativo se propagó por Brasil. En Belo Horizonte surge otra iniciativa, denominada Presupuesto Participativo de la Vivienda, el cual es un canal específico que opera con la misma lógica que el presupuesto participativo pero se centra únicamente en temas relacionados con la vivienda. En la práctica se trata de generar programas de autogestión en la 87 88 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano construcción de casas, así como también generar intervenciones urbanísticas en distintas villas, favelas y conjuntos habitacionales populares. Resulta destacada la intervención del movimiento de los “sin casa”, que se constituyó como el grupo de presión que desencadenó la creación de este canal del presupuesto participativo. Fortalezas: • La gran cantidad de familias que participan del programa. • La alta representatividad que alcanzan las familias a través de sus delegados. • La eficiente coordinación que se produce entre la Municipalidad y la comunidad. • La creación de un Forum Municipal, espacio donde se toma la decisión final sobre la asignación de viviendas en conjunto con el Municipio y los delegados. Debilidades: • La presencia de prácticas clientelistas y de “apadrinamiento” por parte de la comunidad. • La utilización de pocas herramientas participativas, centrándose en su mayoría en reuniones y asambleas. (**GOLDSMITH, William y Carlos VAINER. Presupuesto participativo y políticas de poderes en Porto Alegre. EURE (Santiago). [online]. dic. 2001, vol.27, no.82 [citado 17 Marzo 2008], p.115-119. Disponible en la World Wide Web: <http:// www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S025071612001008200006&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0250-7161.) El Reparto de Las Cabezas de San Juan Herramientas y técnicas para proyecto de Presupuesto Participativo ¿Dónde se ubica? • Entrevistas grupales a los principales agentes sociales. • Reuniones con colectivos sociales, voluntariado social, dirigentes políticos y vecinales en que: • Se establecen las conexiones y vínculos que mantienen entre sí los distintos grupos con el fin de hacer un mapeo de las relaciones. • Señalar los nudos o focos principales de conexión o referencia y determinar un orden de preferencias en las redes sociales. • Generación de espacios de coordinación y discusión, a través de la creación de tres mesas: • Mesa política: constituida por el grupo de gobierno de la Municipalidad • Mesa técnica: constituida por un representante técnico de cada área municipal. • Mesa de representantes vecinales: constituida por un representante de cada una de las 14 barriadas y los tres poblados de colonización que componen Las Cabezas de San Juan. • Mesa de asociaciones y colectivos: constituida por un representante de cada asociación o colectivo, así como grupos informales que emprenden acciones en la comuna. Las Cabezas de San Juan forma parte de la Provincia de Sevilla, al sur de España. Se trata de una localidad pequeña, con alrededor de 16 mil habitantes, situada a unos 50 kilómetros al sur de la capital. ¿De qué se trata El Reparto? Es una iniciativa de la Municipalidad de Las Cabezas de San Juan, con el objetivo de instalar una efectiva participación ciudadana y ampliar el concepto de democracia. Contrata a un equipo técnico profesional compuesto en sus inicios por una socióloga, un antropólogo y una asistente social en el marco del Proyecto de Presupuestos Participativos: El Reparto. Objetivos específicos del equipo El Reparto El equipo El Reparto se propone “repartir el poder”, es decir, empoderar a los vecinos y que la toma de decisiones involucre sistemáticamente a la ciudadanía. Para esto se visualizó la necesidad de: • Crear mesas de coordinación para generar debates y tomar decisiones. • Trabajar en completa aproximación con los vecinos y su entorno. • Trabajar en la formación y autoformación de habilidades y herramientas para la participación social. • Construir una “imagen social” sobre el concepto de los presupuestos participativos que incite a la gente a implicarse en el proceso. Enfoque Metodológico El equipo El Reparto, utiliza la metodologíaI-A-P (investigación acción participativa), la que postula la generación de un “conocimiento útil” para la población “no experta” desde la colaboración de personas “expertas” en la definición de sus necesidades y problemas, en el intercambio de conocimientos científicos y populares y la promoción de acciones de cambio. Los tres procesos, el de investigación, acción y participación, se encuentran concatenados en forma de espiral continua, en que uno gatilla o da lugar a otro, con efectos concretos. Se trata de una continua retroalimentación entre los tres procesos y los distintos tipos de conocimiento (“experto” y “no experto”). Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano El objetivo es lograr un consenso en el contenido de las mesas de coordinación y decisión. A nivel vecinal el equipo realiza una técnica denominada dinamización de barrios, en que apoyan la construcción de redes y espacios de reflexión, así como la dotación de herramientas necesarias para la participación en todos los niveles. Se utilizan técnicas audiovisuales (videos) para incentivar la discusión. Se realizan cursos de habilidades participativas abierto también a las asociaciones y colectivos. Se consolidan grupos de vecinos y pobladores de cada barriada para que se transformen en dinamizadores del Reparto. Proceso El objetivo es que cada mesa sectorial elabore su propuesta de obras y actividades a realizar. Para esto se eligen representantes y mantienen una serie de jornadas para lograr un consenso dentro del grupo. Luego se procede a realizar una puesta en común entre las distintas propuestas de las distintas mesas, en que participan los representantes de cada sector. De esta jornada se construye la propuesta final de actividades y obras para el presupuesto participativo, en que se genera un consenso generalizado. 89 90 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano 3.2. EXPERIENCIAS NACIONALES DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA • Planificación Urbana • Intervenciones Urbanas de Envergadura • Diseño y Ejecución de Obras población urbana es de 32,79 por ciento. La tasa de pobreza es de 2,36 por ciento, esto es 167 personas, y la de indigencia de 0,45 por ciento, equivalente a 32 personas (SINIM). Aunque no hay datos precisos, el nivel socioeconómico de los hogares es bajo. El Plan Regulador de San Pedro de Atacama estaba sin actualizar desde 1998, aunque se le habían incorporado algunas modificaciones parciales. La importancia de esta actualización radica en el impacto que ha significado para los atacameños y su territorio y entorno, la construcción y operación de infraestructura turística de gran escala, como grandes hoteles,3 actividad que era necesario regular a la brevedad. Los objetivos del estudio PLANIFICACIÓN URBANA El estudio para actualizar el Plan Regulador Comunal (PRC) de San Pedro de Atacama tuvo varios objetivos: ESTUDIO PARA ACTUALIZAR EL PLAN REGULADOR COMUNAL DE SAN PEDRO DE ATACAMA (REGIÓN DE ANTOFAGASTA) Ciudad/Localidad: Comuna de San Pedro de Atacama, provincia de El Loa, Región de Antofagasta. Población: La comuna posee 7.512 habitantes, según cálculos del INE para el año 2007 (SINIM). Superficie: La comuna de San Pedro de Atacama posee una superficie de 23.438. (SINIM). Grupo objetivo: Habitantes de la comuna de San Pedro de Atacama, principalmente atacameños. Principal problema urbano: El turismo de gran escala incide en las formas de vida de una localidad con escasa población y en la estructura de los ayllus.1 Tipo de participación: Top-Down (desde “arriba hacia abajo”). La comuna de San Pedro de Atacama está conformada por el oasis del mismo nombre. Incluye el poblado de 1 Se escogió la ortografía quechua, ayllu. Un “ayllu” remite a un territorio con población variable (hay ayllus donde vive una persona; otros tienen múltiples propietarios pero en ellos no vive nadie; en algunos hay doscientos propietarios, etc.). Definiciones: 1) Diccionario de la Real Academia Española: aillu (Del quechua ayllu, parentela) m. Bol. y Perú. Cada uno de los grupos en que se divide una comunidad indígena, cuyos componentes son generalmente de un linaje. 2) Diccionario de uso del español (Diccionarios.com): Nombre con que se designa a cada grupo familiar en una comunidad indígena en la región andina. 3) Wikipedia: Un ayllu (quechua o aimara), también aillo, es una forma de comunidad familiar extensa originaria de la región con una ascendencia común -real o supuesta- que trabaja en forma colectiva en un territorio de propiedad común. http://www. Copyright © 2002,http://www.bcn.cl San Pedro, situado en el ayllu de Conde Duque, los ayllus situados en su periferia, que conforman el sistema territorial “San Pedro de Atacama”, y el poblado de Socaire, ubicado a 89 kilómetros de San Pedro, en la cordillera de los Andes. La población comunal calculada por el INE2 para el año 2007 es de 7.088 habitantes (SINIM) y de ésta, la 2 www.ine.cl Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano 1. En primer lugar la necesidad de preservar las formas de vida y la estructura de los ayllus, para lo cual se requiere, ante todo, regular el uso turístico. Se trata de incorporar los ayllus a la planificación territorial con el fin de proteger el sector de externalidades negativas en su impacto ambiental y en el tejido social que genera la creciente actividad turística y, particularmente, la instalación de grandes hoteles construidos como consecuencia de la aplicación del artículo 55 de la Ley General de Urbanismo y Construcciones. 2. También se deben considerar algunas situaciones particulares que condicionan el desarrollo local, como la escasez de agua, las limitaciones determinadas por condiciones territoriales y la casi inexistencia de suelos aptos para la agricultura y la ganadería. Aunque actualmente hay dificultad para obtener Certificados de Factibilidad de Agua Potable, se están realizando estudios para ampliar la red y existe capacidad de extracción vacante, cuya utilización está sujeta a que se hagan las inversiones necesarias en la planta de tratamiento de agua potable existente. 3. Un objetivo importante es incluir la participación ciudadana, incorporando a habitantes de los distintos sectores comprometidos, pertenecientes en su mayoría a la etnia atacameña. 4. También es necesario dotar de servicios básicos 3 Por ejemplo, el hotel Explora, que se construyó directamente en el Ayllu de Larache, comuna de San Pedro de Atacama, ocupó gran parte de éste, generando un impacto significativo en la vida del lugar. al poblado de Socaire, debido a su importancia paisajística y a su ubicación estratégica en torno al camino al paso Sico, que conduce a la provincia de Salta, en Argentina. 5. Por último, es fundamental establecer nuevas áreas para acoger el desarrollo urbano futuro de San Pedro, lo que implica nuevos requerimientos en relación con la expansión de los usos habitacionales, las actividades turísticas y los servicios. Complementariamente: 1. Dado el patrimonio presente en la comuna de San Pedro de Atacama es fundamental definir Zonas de Conservación Histórica o Inmuebles de Conservación Histórica y realizar un catastro del importante patrimonio arqueológico del área, con el objetivo de apoyar la planificación y preservar los valores patrimoniales. 2. Finalmente, las bases consideraban como aspecto básico contar con la cartografía digital del área a estudiar. La participación ciudadana durante la elaboración del estudio La participación ciudadana estuvo presente en todas las etapas de la actualización del Plan Regulador Comunal: Diagnóstico, Elaboración de Alternativas, Anteproyecto y Proyecto. Los habitantes fueron informados, se les consultó su opinión y participaron directamente en la toma de decisiones. En el proceso de participación se consideró a todos los actores sociales, incluido el Concejo Municipal. El proceso de participación duró dos años, desde fines de 2005 a fines de 2007. La modalidad principal de participación ciudadana fueron los Talleres, que se realizaron con diversos grupos de comunidades afines entre sí, y de las cuales el equipo consultor llevó un registro. A octubre de 2008, el estudio se encuentra en proceso de calificación ambiental (SEIA), aunque con plazos suspendidos. Objetivos de la participación ciudadana La participación ciudadana tiene varios objetivos: 1. Primero, se busca la participación ciudadana con el fin de democratizar la toma de decisiones para preservar los ayllus. Los ciudadanos deben poder tomar decisiones, ejecutar y gestionar programas o proyectos dirigidos a sus comunidades, con el fin último 91 92 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Participantes en el proceso En las etapas de diagnóstico, diseño de alternativas, anteproyecto y proyecto, se convocó a todos los actores sociales, incluido el Concejo Municipal. Los participantes institucionales fueron: la Municipalidad de San Pedro de Atacama; la Corporación Nacional Forestal (CONAF); algunos organismos públicos como SERNATUR, el Ministerio de Obras Públicas y el Ministerio de Bienes Nacionales, que participaron en reuniones realizadas en la SEREMI MINVU de Antofagasta, y por medio de visitas a los respectivos servicios; además de CONAMA y CONADI que formaron parte de la Contraparte Técnica del estudio. Plaza de San Pedro de Atacama Foto: Claudia González Muzzio de fortalecer la capacidad de la población para explicitar sus derechos e intereses, y para colaborar en un objetivo común: la preservación de los ayllus. 2. Segundo, para conocer demandas territoriales y ver su incidencia en la planificación. Se promueve la participación de la comunidad para conocer reivindicaciones respecto de derechos o intereses específicos de grupos particulares, por ejemplo, las distintas comunidades hacen importantes demandas territoriales que incluyen tierras ubicadas entre los ayllus, así como algunas áreas perimetrales extensas. 3. En tercer lugar, se considera la participación ciudadana para propender al éxito del proyecto y planificar con pertinencia cultural. Sin participación de los habitantes el proyecto no habría dado ningún resultado. El grado de “empoderamiento” de la población es importante, en parte porque se trata de grupos “étnicos”, esto es, con una cultura particular, diferente a la mayoría del país, con una organización social de gran complejidad, acostumbrados a participar de las decisiones que les atañen, especialmente a partir de la entrada en vigencia de la Ley Indígena. Sin embargo, aunque la población tiene intereses comunes, cada comunidad manifiesta demandas particulares, que también son importantes y que es necesario atender. Si bien la participación ciudadana no asegura el éxito del estudio, el conocer y valorar las distintas opiniones de los participantes permite realizar una planificación con mayor pertinencia cultural y minimizar los posibles conflictos que surgen de las visiones de los distintos actores. Los habitantes y organizaciones locales que participaron en el estudio son: las comunidades indígenas; las asociaciones de canalistas de San Pedro de Atacama; los vecinos, a título individual; las juntas de vecinos; los comités de allegados; diversas organizaciones funcionales como clubes deportivos, etc.; algunos funcionarios municipales relacionados con los servicios y diferentes de la contraparte, como por ejemplo, DIDECO (Dirección de Desarrollo Comunitario); algunos comerciantes. Los representantes de las empresas hoteleras no participaron, exceptuados aquellos interesados en realizar algún proyecto y que requerían informarse sobre las potenciales modificaciones que afectarían a sus terrenos; servicios de utilidad pública y defensa, como Bomberos y Carabineros participaron eventualmente. La técnica básica utilizada fue el Taller, que se fue adaptando en el transcurso del proceso. Tras el primer taller, al cual se invitó a la población en general, los consultores comprendieron que la organización social local es muy compleja y que reuniendo a todos los habitantes no se conseguiría avanzar en las etapas del estudio, debido a los intereses particulares, y a veces divergentes, de las distintas comunidades; oportunidad en que se decidió recurrir a los mismos vecinos para que los asesoraran en el diseño de los futuros talleres. Se acordó invitar a grupos de habitantes pertenecientes a comunidades cuyos intereses fuesen compatibles, por ejemplo, en lo relativo a la propiedad de tierra, relaciones familiares, etc. A continuación se describe la experiencia de los tres tipos de talleres realizados: 1. Taller general. Se realiza un primer taller en San Pedro de Atacama. Se convoca a los habitantes de todos los ayllus, es decir, a la comunidad en general. La difusión realizada es insuficiente, dado que llegaron muy pocas personas (unas cuarenta). De los asistentes al taller, muchos exigen que éstos se realicen en su propia comunidad, y no en el “pueblo” de San Pedro de Atacama. Tras el surgimiento de diversas visiones de los distintos actores sociales, los consultores comprenden que agrupar a todos los ayllus en un mismo Taller no es conveniente como técnica de participación ciudadana, pudiendo retrasar el proceso. 2. Talleres por grupos de comunidades. A sugerencia de los mismos vecinos, los Talleres siguientes se organizan por comunidades de ayllus entre los cuales existe afinidad, aunque no necesariamente (estas comunidades) vivan cerca unas de otras. Esto requirió compenetrarse mucho más de las diferentes relaciones que había entre las comunidades. La afinidad o compatibilidad de éstas muchas veces se vinculan con relaciones culturales ancestrales, ya sea por lazos familiares de ascendencia o descendencia, entre sus integrantes o, con la propiedad de la tierra. 3. Talleres en el pueblo de Socaire. La población de Socaire participa en el estudio, en el marco de un taller especial preparado para ella. En esta localidad, el trabajo es fluido y se presentan pocos conflictos al interior de la población, o entre la comunidad y los consultores. A los talleres asisten regularmente unas cincuenta personas, lo que para una población total de cuatrocientas, constituye una participación considerable. Muchas veces, aunque se trate de las mismas personas, la participación depende de los intereses que éstas representen en cada situación. Por ejemplo, una persona que trabaja en la Municipalidad, también puede pertenecer a un ayllu y a una determinada comunidad de riego, o puede ser también el dueño de un hotel, de modo que según del tema tratado cada uno puede participar representando intereses distintos. Métodos, técnicas y herramientas de participación utilizadas en la etapa de diagnóstico En todas las etapas del estudio, esto es, diagnóstico, diseño de alternativas, anteproyecto y proyecto, estuvo presente la participación ciudadana, y en todas las instancias los habitantes fueron informados, se pidió su opinión y se tomó en cuenta su decisión respecto de las diferentes materias tratadas. Actividad ganadera en camino a Socaire Foto: Claudio Rozas Vidal Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano 93 94 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano 4. Incorporación de un arquitecto atacameño al equipo consultor. Como una forma de acercamiento a la comunidad atacameña y de vínculo permanente de la consultora en el área de estudio, en la propuesta técnica del equipo consultor se incorpora a un arquitecto local cuyo papel es contribuir a adecuar las propuestas de planificación a la realidad local, y además servir de nexo entre los habitantes, el Municipio y el equipo consultor. Como es dirigente de una comunidad, tuvo mejores posibilidades en el establecimiento de la relaciones, lo que permitió la agilización del proceso, que de otra forma -seguramente-, habría resultado mucho más lento. Sin embargo, esta solución presenta un inconveniente: aunque en el contexto del estudio este actor representa a todos los atacameños por igual, de todas formas éste pertenece a una comunidad determinada. En consecuencia, en algún momento este actor del proceso, se ve enfrentado a su doble rol como profesional del equipo consultor y como representante de una comunidad determinada; en este último caso, con los intereses y motivaciones de su comunidad, situación que se resuelve rápidamente. información y entiendan las propuestas del equipo consultor. Por su parte, las comunidades ven en estas técnicas elementos reconocibles y medibles del paisaje. Asimismo, se realiza modelos de la cabida de construcción en los predios y diversos ejemplos gráficos de las normativas de edificación. Principios de la metodología participativa El fundamento de la metodología participativa es que la participación ciudadana es una herramienta de “empoderamiento”. Invitar a los habitantes a participar en un estudio, programa o proyecto que les afecte directamente es una manera de transferirles autonomía, de otorgarles las facultades necesarias para poder decidir sobre su calidad de vida. Además, aun cuando la participación ciudadana no garantiza que se alcance el objetivo propuesto, sí es una condición obligatoria para propender a dar legitimidad a un instrumento de planificación territorial; si los habitantes no son considerados, lo más probable es que el estudio no conduzca a ningún resultado, debido a la reacción de rechazo que puede provocar una intervención establecida exclusivamente de manera vertical. Métodos, Técnicas y herramientas de participación utilizadas en las etapas denominadas: Imagen Urbana – Alternativas de Estructuración – Anteproyecto y Proyecto Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Durante la elaboración del estudio, el proceso participativo debe enfrentar algunos obstáculos, que se describen a continuación: 1. La desconfianza en el proceso participativo y en los efectos de la planificación •En general, cuando la participación queda en manos de terceros, en este caso, de un equipo consultor, los ciudadanos desean contactarse, establecer vínculo, con el jefe del proyecto o bien con quien actúe como responsable del estudio. Si esto no ocurre, más tarde surge el riesgo que los habitantes no otorguen validez al estudio, de modo que tiene que haber una relación cercana entre el equipo técnico y los ciudadanos. •Los ciudadanos sienten desconfianza en los conductores del proceso. La comuna de San Pedro de Atacama es foco de interés constante por la autoridad regional; se han invertido muchos recursos en estudios respecto de los cuales los habitantes -desde su comprensión de los hechos-, no ven sus resultados en el corto y mediano plazo, de modo que se puede decir que, en general, esta comunidad desconfía del sector público, sin distinción entre los diferentes actores públicos o entre los diversos proyectos. 2. El desconocimiento de los alcances de un Plan Regulador Comunal (PRC) por los ciudadanos •Por lo común, a los ciudadanos les cuesta mucho entender qué es un Plan Regulador Comunal y qué es lo que significa la regulación urbana, cuáles son sus implicancias, efectos y alcances. En particular los grupos “étnicos” oponen todavía más resistencia a estos planes, ya que la perciben como una injerencia indebida en sus asuntos, en su modus vivendi. Sin embargo, se suele creer que este instrumento vendrá a resolver muchos problemas de la vida diaria sobre los cuales, en realidad, el Plan Regulador no tiene ninguna injerencia. En las etapas posteriores al Diagnóstico, se siguen realizando Talleres por grupos de comunidades, tal como se describieron anteriormente. Además se incorporan otros métodos con el fin de facilitar el proceso de participación. 5.Adecuación del lenguaje. Ante la dificultad de comunicación entre los consultores y los participantes -que muchas veces no entienden el lenguaje técnico de los consultores-, estos buscan formas de adaptar el lenguaje utilizado para que los habitantes comprendan de qué se está hablando. En este sentido, los diferentes temas tratados se muestran de una manera muy concreta, ilustrando las ideas con problemas cotidianos de los vecinos, con casos reales que ellos mismos describen. De esta manera se adapta el lenguaje técnico a un lenguaje de uso común. Por ejemplo, se opta por usar “hectárea” como unidad de superficie en vez de “metro cuadrado”. 6. Adaptación de las técnicas visuales utilizadas. Dados los problemas de comprensión, por ejemplo, la dificultad de los participantes para entender planos en abstracto, se muestran imágenes satelitales, lo que es también una manera de facilitar el diálogo y permitir que los habitantes accedan mejor a la Obstáculos para la participación Vista del volcán Licancabur Foto: Claudio Rozas Vidal 3. La necesidad de conocer al detalle la realidad local •Antes del inicio del estudio, los responsables técnicos de su elaboración desconocían el alcance y la complejidad de la organización social local, de modo que destinaron un tiempo que no estaba previsto para estudiarla y comprenderla, y programar los Talleres en consecuencia con esta realidad. Como se ha señalado, al principio se pensaba agrupar a los representantes de todos los ayllus en un mismo Taller, como se habría hecho en cualquier territorio relativamente pequeño, de entre 2 mil y 3 mil habitantes, y como de hecho se hizo en el pueblo de Socaire. Sin embargo, al primer taller llegaron alrededor de cuarenta personas y como se ha mencionado, todas exigieron que se hiciera -uno-, en su propia comunidad. •La visión de territorio que poseen los atacameños no se relaciona con los límites administrativos ni con las fronteras entre países. Sin embargo, el Estado establece un concepto de comuna que ellos no tienen, que no está incorporado a su cultura. 4.La dificultad para discriminar qué conviene En el caso de los ayllus, la población atacameña en general tuvo gran dificultad para decidir qué les resultaba más conveniente, y por qué; si les convenía más formar parte del área urbana o rural, por diversos motivos: temían perder beneficios como los subsidios, se negaban a pagar contribuciones urbanas y eran reacios a la “regulación urbana”. La idea general era que, siendo ellos los dueños del terreno, nadie debiera decirles qué hacer en él, ni qué superficie construir, ni qué restricciones debían respetar. No conciben que para edificar en su propio terreno necesitaban un permiso de edificación (incluso en las áreas rurales). 5.La inadecuación del plan regulador comunal como instrumento El Plan Regulador Comunal (PRC) se concibe como un instrumento para regular las áreas urbanas y su crecimiento futuro. Sin embargo, en la comuna de San Pedro de Atacama, en la visión del territorio que tienen los atacameños, no existe el concepto de urbano y rural. A partir de lo que ha ocurrido en el pueblo de San Pedro de Atacama, que es “urbano”, los habitantes no desearían ser “urbanos”, por temor a que “les cambien” su sistema de vida. Al respecto, es necesario aclarar que actualmente la mayor parte del poblado de San Pedro “centro” no es propiedad de atacameños, ya que los antiguos dueños fueron vendiendo sus terrenos y han sido paulatinamente expulsados hacia la periferia. El conflicto en el proceso participativo El proceso participativo se justifica a partir de los conflictos existentes, que originan la necesidad de repensar el ordenamiento del territorio, pero también se desarrolla con los conflictos existentes y con otros que van surgiendo a partir del mismo proceso de participación ciudadana. 1.El primer conflicto es el que da origen a la actualización del Plan Regulador, esto es, la presencia y proliferación de hoteles de gran escala que han impactado negativamente el entorno, lo que ido generando un cambio en la forma de vida de los atacameños. 95 96 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano No todos los conflictos han sido resueltos durante la elaboración del estudio. Las personas o grupos que se oponen a la elaboración del Plan Regulador (PRC) o a la incorporación de los ayllus al área urbana deben hacer sus observaciones cuando corresponda durante el proceso de aprobación, en curso. Cabe señalar que persiste la dificultad para llegar a acuerdos, incluso al interior de las diversas comunidades. Fortalezas y debilidades Un aspecto que vale la pena poner de relieve en este estudio, es aquel relacionado con el conocimiento y la consideración de una realidad local mucho más compleja para los consultores que las situaciones a las que están habituados, o a la realidad a la que ellos mismos pertenecen. Esto se debe, por un lado, a la singularidad de la cultura atacameña, desconocida para la mayoría de la población chilena, y por otro, a la inadecuación del plan regulador comunal como instrumento para interpretar, en lo que a territorio se refiere, esa cultura en particular y realizar propuestas que evidentemente puedan influir en las condiciones de vida de esa comunidad. Canal de riego en Socaire Foto: Claudio Rozas Vidal 2.Otro conflicto se produce cuando se convoca a vecinos de todos los ayllus en un mismo Taller sin conocer las complejas relaciones que existen entre las diferentes comunidades. 3.Cuando se empieza a realizar talleres separados por comunidades de ayllus, hay personas que reclaman porque quieren asistir a todos los talleres pero no se los invita. A veces se trata de personas que están en la búsqueda de terrenos para comprar y que desean reunirse con representantes de todos los ayllus incorporando mayor poder en materia de negociación. 4.Surgen conflictos entre representantes de diferentes ayllus, que defienden intereses divergentes, como problemas de agua, de tierras, etc. 5.También se presentan conflictos entre vecinos de un mismo ayllu que defienden posiciones opuestas respecto de incluir o no los hoteles como uso permitido, o de pertenecer o no al área urbana. 6.Salen a la luz reivindicaciones territoriales, económicas, de carácter étnico, entre otras, que se repiten en cada proceso en los que tiene participación la comunidad o sus representantes, como los encuentros de la ADI (área de desarrollo indígena), de CONADI, los proyectos comunales, etc., ajenas al proceso participativo del Plan Regulador, pero que generan “ruido” en el mismo. Otro elemento destacable es la adaptación del proceso participativo y del lenguaje a la realidad particular de San Pedro de Atacama, pese a que los problemas de comunicación entre población y consultores y técnicos se dan en todos los medios culturales y sociales. Una de las soluciones propuestas por el equipo consultor, a saber, la incorporación al equipo de un miembro de la comunidad que logra interactuar directa y constantemente con los vecinos, demuestra ser bastante útil, a condición de reconocer sus propios límites y adoptar oportunamente la medidas necesarias a fin de traspasar las dificultades que se presentaron. En cuanto a las fortalezas de la experiencia participativa, los métodos y las herramientas utilizados se van ajustando según las dificultades, a medida que va siendo necesario. Así, se modifican las técnicas visuales de modo que los vecinos comprendan mejor los aspectos en juego; se reemplaza el lenguaje técnico por uno más concreto, que a la comunidad le resulta más fácil de entender. En suma, los métodos utilizados son de sensibilización progresiva ante esa situación específica. Respecto de la debilidades de la experiencia participativa, el plan regulador comunal es un instrumento de planificación territorial concebido para regular áreas y poblaciones con características urbanas, de modo que en definitiva no se adapta a la realidad de la comuna de San Pedro de Atacama, eminentemente rural, donde nominalmente Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano sólo el 32,8 por ciento de la población es urbana (según Censo 2002). Por otra parte, los atacameños no perciben las diferencias entre lo rural y lo urbano y por lo tanto no reconocen estas categorías, lo que, en este contexto, le agrega otra limitación al instrumento. Esto, sumado a la singularidad cultural de los atacameños, cuya noción de territorio es totalmente diferente a la del común de los chilenos. Todo ello influyó fuertemente en el proceso de participación. Elementos de la experiencia que pueden aplicarse en otras situaciones Cada realidad presenta sus propias características de modo que es difícil dar criterios estándares, más aún tratándose de un tema complejo, como es la elaboración de un estudio para actualizar un plan regulador comunal. Con todo, a los responsables de la participación ciudadana, en cualquier tipo de proyecto, les resultará útil conocer otras experiencias en las que habrá similitudes y diferencias, y donde, con seguridad, encontrarán un repertorio de posibilidades, de maneras de reaccionar frente a tal o cual dificultad. En ese sentido es importante relevar, en función de este caso particular, las siguientes decisiones: 1. La adaptación de la herramienta participativa a la organización social del lugar. La comunidad atacameña tiene un sistema de organización social muy particular que inicialmente el equipo consultor no conocía ni comprendía. Al constatar que los Talleres generales no daban resultado, los consultores se asesoraron con personas del lugar, se invirtió en el conocimiento de las ciencias sociales y se adaptaron las herramientas tecnológicas. 2. El uso de un lenguaje apropiado. Al constatar que la población local no comprendía los términos que se utilizan corrientemente en los instrumentos de planificación territorial, el equipo consultor decidió explicar los objetivos y las normas el plan regulador comunal, así como las consecuencias que éste tendría, con ejemplos concretos, y en función de los problemas que experimentan a diario los mismos habitantes, y no por medio de un lenguaje que a ellos les resulta abstracto e incomprensible. 3. La utilización de medios no convencionales. El equipo consultor recurrió a técnicas visuales como imágenes satelitales, mostrando estructuras geográficas reconocibles, que sirvieron para facilitar la comprensión de los participantes a los Talleres, que no estaban familiarizados con la lectura de planos ni mapas. 4. La incorporación de un profesional local al estudio. El equipo consultor vio facilitado su trabajo al contar con un profesional local, que conocía y comprendía la cultura atacameña porque pertenecía a ella, de modo que su aporte fue muy útil para agilizar el proceso. 5. Presencia permanente del equipo consultor en el lugar. Es importante mantener al menos las “caras visibles” a lo largo de todo el estudio, y en especial a los responsables. Esto permite generar confianzas y otorgar credibilidad al equipo y al proceso. De manera más general se recomienda: destinar un tiempo -más del que normalmente se piensa que se necesitará- para conocer y comprender la cultura, la cosmovisión y la organización social local, especialmente si se trata de comunidades con rasgos “étnicos”, es decir, muy distintas al común de los chilenos; buscar un lenguaje común entre el equipo técnico y los habitantes, de modo que estos comprendan exactamente a qué se refiere lo que se está haciendo; encontrar formas para generar confianzas con los habitantes y mantenerlas a lo largo de todo el proceso participativo. Fuentes Bibliográficas •Entrevista a Claudia González Muzzio, Arquitecto PUC, consultora jefe del proyecto y Claudio Rozas, Arquitecto PUC, ambos planificadores del equipo consultor; realizada en enero de 2008 y actualizada en julio de 2008. •Mapa de la región Sitio Web: http://www.bcn.cl •Sitio Web de S.I.N.I.M. http://www.sinim.cl •Fotos de Claudia González Muzzio y Claudio Rozas Vidal. 97 98 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano ACTUALIZACIÓN Y ADECUACIÓN DEL PLAN REGULADOR COMUNAL DE ESTACIÓN CENTRAL (REGIÓN METROPOLITANA) Ciudad/ Localidad: Comuna de Estación Central, Región Metropolitana. Población: 121.282 habitantes, conforme a datos del Censo 2002 proyectados al año 2006. Superficie: 1.410 hectáreas. Grupo objetivo: Habitantes de Estación Central y representantes de actividades comerciales e institucionales relevantes de la comuna. Principal problema urbano: Obsolescencia del Plan Regulador Comunal vigente, que integraba indicaciones de los planes reguladores de las comunas de Santiago, Maipú, Quinta Normal y Pudahuel, cuyo territorio fue segregado para dar origen a la comuna, el año 1984. Tipo de participación: Down-Top ( Desde “abajo hacia arriba”). Introducción El estudio de Actualización y Adecuación del Plan Regulador Comunal de Estación Central, al igual que el estudio para San Pedro de Atcama, se realizó en el contexto del Programa Nacional de Actualización de Instrumentos de Planificación Territorial (IPT) del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU), implementado desde el año 2002 a la fecha. Al alero de este Programa, se actualizó también la gran mayoría de los planes reguladores de las comunas del área urbana de Santiago, muchas de las cuales no disponían de recursos propios -financieros ni técnico-profesionales- para enfrentar esta labor y que, adicionalmente, contaban con normativas obsoletas, considerando los importantes cambios urbanos y normativos acontecidos. Esencialmente había dos factores que hacían urgente esta tarea; primero, la reforma a la administración municipal implementada durante el gobierno de Augusto Pinochet, y, segundo, la aprobación del Plan Regulador Metropolitano de Santiago en 1994. El primer factor implicó importantes cambios en la organización territorial de los Municipios existentes a la fecha, creándose nuevas comunas sobre la base de la segregación de parte de los territorios y sus divisiones administrativas a la fecha. San Ramón, La Pintana, Cerro Navia, El Bosque, Lo Espejo, entre otras. Estación Central es el resultado de la fusión en 1984 de varios territorios separados, de las comunas de Santiago, Quinta Normal, Maipú y Pudahuel, y su normativa de ordenamiento urbano heredaba, de manera directa, las indicaciones Estación Central con las disposiciones generales vigentes en materia de Urbanismo y Construcciones, así como sus articulaciones, adecuadas con los IPT de niveles superiores: Plan Regional de Desarrollo Urbano (PRDU), Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS), y sus modificaciones; y, segundo, dotar a la comuna en estudio, de herramientas de regulación urbana que facilitaran la administración del territorio y posibilitaran su desarrollo en los ámbitos social, económico y funcional. Las etapas del estudio El proceso de estudio y aprobación del Plan Regulador Comunal de Estación Central se articuló en dos grandes etapas: Ejemplo de trabajo planimétrico con integración de resultados de distintos grupos para detectar acuerdo preferente entre los participantes: color más saturado indica mayor grado de acuerdo respecto de la localización de vivienda en altura (lila) para dichos territorios de los planes reguladores de las comunas madre, vigentes a la fecha, algunos de los cuales habían sido construidos varias décadas atrás. El segundo factor, la aprobación del Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS) de 1994, suponía el reemplazo del Plan Intercomunal vigente desde 1960, que estaba superado por las tendencias de desarrollo urbano, económico y demográfico de Santiago durante las últimas décadas, e imponía una serie de nuevas exigencias -en términos de usos, densidades y vialidada las comunas urbanas de la ciudad, a las que los nuevos planes reguladores comunales debían ajustarse conforme a sus realidades locales para promover un desarrollo orgánico del conjunto. Los objetivos del estudio El objetivo central del estudio era elaborar un Plan Regulador Comunal (PRC) que posibilitara que Estación Central se integrara de mejor forma en la perspectiva del desarrollo metropolitano y regional, permitiéndole generar acciones como revertir problemas de segregación e internalizar normativamente lo que correspondía asumir respecto de las tendencias de crecimiento demográfico, ocupación de suelo, localización de actividades económicas y de servicios (Bases Técnicas de la Licitación). En términos más específicos, el estudio buscaba, primero, lograr una coherencia normativa entre el PRC de Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano • Etapa de estudio, cuyo objetivo central era elaborar los estudios de base y el proyecto de plan regulador comunal. • Etapa de aprobación, cuyo objetivo es proceder con las exigencias formales y legales señaladas en la Ley General de Urbanismo y Construcciones, para convertir el proyecto de plan regulador comunal, en una norma vigente y aplicable en el territorio comunal. La etapa de estudio se extendió por catorce meses. Esta, a su vez, se articuló -como se desarrollan muchos otros estudios de la naturaleza-, en cuatro sub-etapas: • “Recolección de antecedentes y elaboración preliminar de alternativas” • “Imagen Objetivo – Consulta Comunitaria” • “Anteproyecto de Plan Regulador Comunal” • “Proyecto de Plan Regulador Comunal” Participación ciudadana en la etapa de elaboración del estudio El proceso de participación ciudadana durante la etapa de elaboración del estudio puede entenderse a la luz de cuatro objetivos explícitos: • Informar a los habitantes de la comuna acerca de las características de un Plan Regulador Comunal -proceso de elaboración y aprobación-; rol de los diversos actores públicos en el proceso de elaboración, aprobación e implementación práctica del instrumento; campo y mecanismos de regulación empleados por el instrumento; componentes de un Plan Regulador Comunal (normas urbanísticas). Con ello se aspiraba a precisar el campo y el sentido de las demandas y aspiraciones de los participantes, en el marco de las materias susceptibles de ser incorporadas en el estudio. • Consultar a actores relevantes de diversos sectores de la comunidad, que pudiesen aportar información útil y cualitativamente rica desde la cual perfilar los temas a tratar en el Plan Regulador Comunal. • Evaluar con la comunidad las propuestas elaboradas por el consultor, conforme al estado de avance del proceso. • Retroalimentar a la comunidad, de manera abierta y pública, respecto de las alternativas de ordenamiento urbano-territorial posibles de establecer para esta comuna en particular. En términos más generales, el método propuesto presentaba un par de desafíos tácitos que, a manera de objetivos implícitos, orientaron decisiones metodológicas a lo largo del estudio. Un primer desafío apuntaba a diseñar dinámicas y métodos que fuesen sensibles respecto del aporte específico que cada actor podía realizar al estudio. Respecto del aporte de los vecinos, los métodos propuestos buscaban entregar información útil al estudio -léase “información en códigos de planificador urbano”- sobre los valores, sueños y anhelos de una comunidad respecto de sus ámbitos de vida y sus deseos de desarrollo. La literatura muestra que la relación de afecto con los ambientes es de carácter “sensible” o “tangible”, es decir, se basa en aspectos concretos del ambiente que se perciben o gozan de manera individual y subjetiva, pero que al referirse a un lugar específico que se comparte con una comunidad, puede asumir un carácter “intersubjetivo”, es decir, corresponde más bien a una construcción realizada socialmente, a través de la experiencia cotidiana y la conversación sobre dichos aspectos concretos del ambiente. Acceder a esta dimensión obligaba, por tanto, a trabajar sobre la escala de lo “tangible”, es decir, el barrio. ¿Cuáles son los límites de lo tangible para una comunidad? Para averiguarlo, se desarrolló una experiencia piloto con alumnos de cuarto medio en los cuales se evaluó la efectividad del material de consulta en tres distintos formatos: planos a escala comunal, a escala de unidad vecinal y láminas en blanco. El resultado fue consistente en demostrar que, en el contexto del caso analizado, las personas podían ofrecer información dotada de sentido práctico dentro de un ámbito no mayor a las seis u ocho cuadras. ¿Cuáles son los límites dentro de los que la comunidad percibe como válido su aporte? Esta pregunta no es menor, pues si bien las personas pueden establecer relaciones funcionales con Santiago a una escala 99 100 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Canal de riego en Socaire Foto: Claudio Rozas Vidal metropolitana, otros procesos análogos demostraron que existía un límite dentro del cual los participantes percibían la existencia de ámbitos de “pertenencia”, que les ofrecía el “derecho” -tácito- de opinar y decidir de manera legítima. Esta sensación de “pertenencia” o “arraigo” refleja, en muchos casos, las historias propias de la comunidad residente y de los lazos sociales entre los propios vecinos y dirigentes, muchas de las cuales se enraízan con el origen de una población. En la práctica, y en términos generales, se pudo detectar que la escala de la unidad vecinal cumplía con el requisito de, primero, reflejar un barrio como concreción histórica de un fragmento urbano concreto; segundo, ser sensible a lazos sociales que muchas veces se remontaban al origen de este fragmento, es decir, vínculos sociales que existen desde la creación del barrio, y, finalmente, que coincidía con la escala de las seis u ocho cuadras señaladas más arriba. En un plano complementario, la estrategia metodológica se enfrentó a cómo enfocar la discusión de los actores locales en los aspectos tangibles de sus ámbitos cotidianos de vida. En términos generales es esperable que los actores -relevantes- de una comunidad, al momento de enfrentar el desafío de proyectarse en el desarrollo futuro de sus ámbitos de vida, den prioridad a anhelos que, en muchos casos, no reflejen un aspecto territorial concreto (por ejemplo, empleo, seguridad ciudadana, transporte público, entre otros”. Si a esto sumamos lo señalado más arriba en términos de que no somos necesariamente conscientes de nuestro entorno, que actúa más como un fondo o sustrato para nuestras actividades cotidianas, y que tal vez por lo mismo, no es evidente verbalizar todos los aspectos de nuestra relación con el entorno, salvo las carencias más evidentes. Por lo expuesto, toda la estrategia metodológica de participación dio prioridad al empleo de sistemas gráfico-planimétricos (uso de planos, mapas, fotografías y otros apoyos visuales) de información y consulta a la comunidad, otorgando a los sistemas más verbales -como las Entrevistas, Cuestionarios y Encuestas- un carácter subsidiario de complemento y verificación de la información gráfica registrada. Así, la discusión siempre se centró en los aspectos espaciales del problema que se pudiesen registrar en un plano: “los vecinos de Estación Central son un valor, pero al estar en todas partes, no los puedo marcar en un mapa; en cambio sí puedo marcar una plaza que me guste o un lugar querido”; “la contaminación es un problema que afecta a todo Santiago, por lo mismo, no aparece en el mapa, en cambio un basural o un foco de contaminación sí lo puedo ubicar”, etc. Respecto del aporte que los actores institucionales y los representantes de actividades productivas más relevantes de la comuna -INVÍA (Inmobiliaria Nueva Vía,), Universidad de Santiago, Terminales de Buses, comercio mayorista- podían aportar al estudio, éste siempre estuvo acotado a explicitar las expectativas de desarrollo y los requerimientos más propios y específicos de su actividad, muchas de las cuales se podían acoger dentro de sus propios predios. Un segundo desafío de la estrategia metodológica apuntó a precisar un sistema para arbitrar y articular las naturales divergencias entre los distintos actores de la comunidad. La estrategia propuesta apuntó a trabajar sobre la base de Acuerdos. El concepto de “acuerdo”, a diferencia del “consenso” implica el reconocimiento a la diversidad de enfoques y opiniones respecto de una determinada temática. Sobre esta base, siempre se pudo recabar todos los antecedentes posibles, pero jerarquizados naturalmente por los propios participantes. Este aspecto no conclusivo permitió, por una parte, reconocer y proyectar ámbitos de negociación más allá de las instancias de encuentro con la comunidad y, segundo, aislar posiciones cerradas o rupturistas sugeridas por algunos actores del proceso. Así, toda la estrategia metodológica asumió una estructura “piramidal”, en la que la cobertura del proceso se redujo progresivamente conforme al avance del estudio: durante la primera fase de consulta, el consultor amplió al máximo de sus capacidades la cobertura del proceso participativo, en tanto que hacia el final del cierre las instancias de consulta tendieron a concentrarse, con el fin de forzar la aparición de visiones divergentes entre distintos actores y, de ser posible, facilitar los acuerdos en el propio ámbito de participación. En un plano más Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano concreto, esta estrategia implicó que todo trabajo de consulta se desarrolló en grupos -situación que obliga a los participantes a identificar acuerdos en torno a una mesa de trabajo y a partir de exposiciones de los participantes-, que permitía socializar a nivel de una asamblea, los resultados de cada grupo. Complementariamente, todos los resultados se integraban en “mapas de acuerdo”, en los que se graficaban todas las propuestas realizadas por los participantes, pero destacando el número de menciones alcanzadas. El proceso de consulta durante la fase de estudio se articuló en un total de trece Talleres de trabajo, una exposición y una presentación final. A ella se convocó a la comunidad, comprendida en un sentido amplio e inclusivo como los vecinos, la autoridad municipal y los dirigentes sociales. En términos específicos, se incluyó dentro del proceso a: • Autoridades del Municipio • Profesionales del Municipio • Integrantes del Consejo Económico y Social Comunal (CESCO); • Dirigentes vecinales, presidentes de las juntas de vecinos y organizaciones sociales. • Representantes de actividades económicas relevantes. • Vecinos, en general. La convocatoria se realizó mediante cuatro sistemas complementarios: • Carta Invitación suscrita por el alcalde y dirigida al presidente de la organización convocada. • Contacto telefónico del consultor, con el fin de certificar la recepción de la carta convocatoria, y motivar la participación de los dirigentes y sus representados. • Organización de una reunión preliminar de dirigentes vecinales, con el fin de informarles respecto de los objetivos, plazos y alcances del estudio de actualización del Plan Regulador Comunal, y motivar a los dirigentes para apoyar el proceso de convocatoria a implementar por el Municipio. • Diseño e impresión de afiches que se localizaron en lugares públicos de alta congregación de gente: DIDECO, edificio consistorial, consultorios y colegios del Municipio. Durante la segunda fase del estudio “Imagen Objetivo – Consulta Comunitaria” se implementó un total de siete Talleres. El primero de ellos estuvo dirigido a las autoridades y profesionales del Municipio. En él se expuso una presentación en Power-Point que detallaba los objetivos, alcances y plazos del estudio del nuevo plan regulador comunal. A continuación se conformaron grupos de trabajo, los que, en una primera fase, debían marcar y ubicar sobre planos a escala de la COMUNA (escala de referencia 1:2.000) los principales VALORES, PROBLEMÁTICAS y CAMBIOS RECIENTES de la comuna, y en una segunda, graficar sus expectativas respecto del desarrollo comunal, bajo la consulta genérica de “¿Qué cambios les gustaría que se produjeran en la comuna de Estación Central de aquí a 20 años más?”. Esta consulta se desglosó en las siguientes preguntas específicas: • “¿En qué zonas debiera existir exclusivamente vivienda, y en qué zonas podrían convivir vivienda con talleres o industrias inofensivas (zona mixta)?” • “¿Dónde debiera ubicarse el comercio?” • “¿Dónde debiera ubicarse la industria?” • “¿En qué sectores de la comuna considerarían posible que se construyera en altura? ¿Qué altura sería la adecuada en esos lugares?” • “¿Dónde debiera, de ser necesario, ubicarse nuevo equipamiento de salud, educación, seguridad y áreas verdes?” • “¿Qué calles necesitan ser ensanchadas o abiertas para mejorar la movilidad dentro de la comuna y hacia el resto de Santiago?” Al final del taller cada grupo nombró un representante que expuso los resultados en plenario. Los Talleres 2, 3, 4, 5 y 6 fueron similares, pero estuvieron dirigidos a representantes de organizaciones sociales y actores relevantes de la comuna. El taller 7 estuvo dirigido a los representantes del sector productivo y el comercio locales; en este último caso, se añadió una segunda fase, en que se solicitó a los mismos grupos de trabajo graficar sus expectativas respecto del desarrollo comunal, bajo dos consultas genéricas: • Tema 3a): En un escenario de 20 años, ¿cuáles serían las mejores ubicaciones para su actividad dentro de la comuna? 1) Comercio y servicios; 2) Talleres productivos; 3) Industrias. • Tema 3b): ¿Qué cambios debieran ocurrir en el ordenamiento territorial de la comuna para optimizar su actividad (por ejemplo condiciones de acceso a recursos y clientes, condiciones de edificación, entre otros)? En el contexto de la fase 3 del estudio “Anteproyecto de Plan Regulador Comunal” se implementó un total de cinco Talleres. El primero estuvo dirigido a autoridades y profesionales municipales, y representantes del sector productivo y comercial, e instituciones de la sociedad civil. El taller se inició con una exposición Power-Point que detallaba: 101 102 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano • Los resultados de la etapa precedente; • La articulación del territorio comunal en ocho zonas homogéneas de desarrollo; • Propuestas de escenarios factibles de desarrollo en 1) “Imagen Objetivo Tendencial” y 2) “Imagen Objetivo del Proyecto”. Con posterioridad se inició una sesión de plenario en el que los asistentes plantearon sus dudas, comentarios y sugerencias. Los cuatro Talleres de trabajo restantes estuvieron dirigidos a los representantes de organizaciones sociales y actores relevantes de la comuna. Cada taller se inició con una exposición Power-Point que detallaba los resultados de la etapa precedente y las propuestas elaboradas por el consultor -en una visión general de la comuna, y un detalle para cada sector en particular-. A continuación se conformaron grupos de trabajo que debían evaluar la propuesta de anteproyecto de Plan Regulador Comunal sobre la base de un cuestionario verbal/gráfico diseñado y provisto por el consultor, que incluía cinco temas generales y temas específicos para cada sector. Las propuestas generales a evaluar fueron 1) la definición de un centro comunal de actividades; 2) la localización de las áreas residenciales; 3) la localización de actividades productivas; 4) la localización de los programas de equipamiento y servicios, y 5) la localización de las áreas verdes. Las propuestas específicas apuntaron fundamentalmente a aquellas referidas a vialidad (aperturas y ensanches). Finalmente, se incorporó una pregunta de “síntesis” en las que se solicitó a los participantes evaluar las propuestas analizadas como un conjunto integrado y orgánico. Cada propuesta se evaluó conforme a la consulta genérica “¿Qué les parece esta propuesta, pensando en ustedes y en el futuro de la comuna/su sector?” (muy buena, buena, regular, deficiente). Comunal”. A continuación se dio paso a una sesión de plenario en la que los asistentes expusieron sus dudas, comentarios y sugerencias. Como complemento, el consultor hizo entrega a los asistentes de un formulario tipo con instrucciones para hacer llegar comentarios respecto de la presentación y la propuesta -a entregar en la sesión o con posterioridad en Asesoría Urbana del Municipio-. Participación ciudadana en la etapa de aprobación del plan regulador comunal El proceso de aprobación del plan regulador -en su forma y objetivos- está normado por la Ley General de Urbanismo y Construcciones y su Ordenanza General. En ese contexto la Municipalidad de Estación Central inició el proceso durante octubre-noviembre de 2006. En una primera fase, se organizó e implementó un total de 14 audiencias públicas en distintos sectores de la comuna, las que tuvieron lugar entre noviembre de 2006 y enero de 2007. Cada una de estas audiencias incluyó una exposición en Power-Point realizada por profesionales del Municipio, en donde ser presentó el proyecto de Plan Regulador Comunal y el procedimiento de participación ciudadana señalada en la Ley General de Urbanismo y Construcciones y su Ordenanza. Como cierre de cada sesión se dio paso a una sesión de plenario en la que los participantes señalaron sus dudas, comentarios y sugerencias respecto tanto del proceso como de la propuesta en específico. En paralelo, todos los antecedentes del proyecto -Planos Ordenanza y Memoria- se expusieron por un plazo de 120 días en el Hall Central del Edificio Consistorial. A la fecha,4 resta realizar una segunda audiencia pública y final, la que tendrá lugar una vez obtenida la calificación ambiental del proyecto en la COREMA-Región Metropolitana. Innovaciones y aspectos destacados de la experiencia participativa Al final de cada Taller los grupos nombraban un representante que exponía los resultados en plenario, los que se registraban en un pizarrón o papelógrafo. Todos los demás grupos podían realizar preguntas, pero la sesión misma estuvo dirigida a identificar divergencias entre grupos y facilitar la identificación de acuerdos. En el contexto de la fase 4 del estudio “Proyecto de PRC” se organizó e implementó una exposición final de los resultados del estudio a la comunidad de Estación Central, en general. Esta se inició con una exposición Power-Point realizada por el consultor, en donde ser presentaron tanto los resultados de la etapa en curso como la propuesta de “Proyecto de Plan Regulador El estudio del PRC de Estación Central se desarrolló en un contexto de situaciones de conflicto asociados a otros estudios de planes reguladores en curso, especialmente Lo Espejo y Pedro Aguirre Cerda. La experiencia del proceso de participación ciudadana para el estudio del PRC de Estación Central es destacable en tanto implementa un proceso que permitió, primero, aislar el estudio de conflictos territoriales en curso, y, segundo canalizar de manera productiva los conflictos propios del estudio. Estos ajustes metodológicos reflejan un trabajo conjunto del consultor con la SEREMI-RM MINVU, y consideró: 4 Es decir, durante 2008. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano • Implementación de un proceso integrado consultadifusión, en el que se complementaron las sesiones de trabajo con la comunidad, con un plan de difusión que incluyó publicación de notas en el diario comunal y en el sitio web del Municipio, montaje de exposiciones en ferias u otros encuentros institucionales, edición y publicación de un boletín informativo propio del estudio que se distribuyó regularmente entre los participantes, y edición y montaje de paneles informativos sobre el estudio en el Edificio Consistorial, en consultorios y otros centros de atención municipal. • Implementación de un sistema de monitoreo conjunto consultor-mandante, con el fin de detectar potenciales riesgos para el cumplimiento de plazos y objetivos del estudio, y evaluar líneas conjuntas de acción respecto de ellos. • Implementación de sesiones especiales con el fin de capacitar a dirigentes sociales sobre los objetivos del estudio y motivar su participación en la convocatoria de los vecinos a los talleres de consulta ciudadana. • Implementación de un sistema de canalización de inquietudes de los vecinos a través de la organización de talleres adicionales. El consultor comprometió asistencia a todas los encuentros que fuesen organizados por los propios vecinos, que estuviesen destinados a tratar temáticas propias del estudio, y en el que se garantizase una asistencia mínima de vecinos (a manera de anécdota, en una de estas sesiones la directiva de la junta de vecinos organizó el sorteo de una bicicleta para niñita durante la sesión de trabajo, lo cual reflejó un sistema propio de convocatoria y motivación, y permitió la asistencia del umbral mínimo solicitado por el consultor). • Implementación de un Taller piloto para evaluar eficacia de los instrumentos de consulta a emplear en el proceso. • Fortalezas de la experiencia participativa Tres aspectos de la metodología empleada constituyen su principal fortaleza: • Trabajar consistentemente sobre LUGARES: la comuna, en general o la unidad vecinal o barrio, en particular. • Trabajar sobre la base de ACUERDOS, concepto que, a diferencia del “consenso”, implica el reconocimiento a la diversidad de enfoques y opiniones respecto de una determinada temática. • Trabajar sobre el principio de reconocer ÁMBITOS DE OPORTUNIDAD en la planificación urbana-territorial. El enfoque supone, primero, que todo lo existente que Talleres con la comunidad desarrollados durante la fase 2 del estudio “Imagen Objetivo - Consulta Comunitaria”. fuese reconocido como tal por los participantes tenía valor -aunque fuese implícito- y, por lo tanto, el consultor debía precisarlo como territorio y proyectarlo en la normativa sugerida, salvo acuerdo en contra de los participantes. Este enfoque supone, adicionalmente, que todos aquellos ámbitos territoriales señalados como “problemáticos” o que careciesen de valor explícito, podían y debían acoger las oportunidades de cambio sugerida por el consultor. No obstante, un aspecto primordial de la metodología desarrollada por el consultor durante la etapa de estudio/diseño del PRC lo constituyó: • La participación temprana de la comunidad, porque permite al Municipio visualizar los conflictos posibles y dar respuesta oportuna frente a ellos, sin que el proceso se vea detenido. • Fortalecer las organizaciones territoriales (juntas de vecinos) como organismos a través de los cuales se puede canalizar la opinión de la comunidad y como interlocutores válidos e imprescindibles en estos procesos. Además de integrar los grupos productivos (empresas e industrias), actores importantes en la generación de empleo en la comuna. • Democratizar las decisiones de ordenamiento urbanoterritorial, principalmente al igualar a través de la comisión el poder de decisión de la comunidad frente a los grupos económicos del territorio, quienes normalmente cuentan con mayores posibilidades y medios para expresar sus opiniones. 103 104 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Debilidades de la experiencia participativa A nuestro entender, las principales debilidades de la metodología fueron: • Las instancias de consulta y trabajo con la comunidad, al coincidir con las etapas globales del estudio, se encontraron extremadamente distanciadas entre sí, lo que dificultó la creación y proyección de un ámbito de diálogo consultor-comunidad. • Si bien existió un canal de difusión continuo consultor- comunidad a través de las estructuras instituidas para este efecto, el esfuerzo y la buena disposición del Municipio y sus profesionales, es evidente que no alcanzan a cubrir un umbral aceptable de cobertura a escala comunal. Las instancias de difusión sólo pueden alcanzar un nivel local pues en las grandes ciudades -particularmente en Santiago- estos temas no concitan interés a nivel editorial de televisión ni prensa escrita. Esto supone un problema de cobertura, pues los medios locales suelen tener un tiraje y un sistema de distribución limitado. MODIFICACIÓN Nº 1 AL PLAN REGULADOR COMUNAL DE LA FLORIDA, SECTOR CENTRO (REGIÓN METROPOLITANA) Nombre del Proyecto: Modificación Nº 1 Plan Regulador Comunal de La Florida, Sector Centro. Localidad: Sector Centro, Comuna de La Florida, Región Metropolitana. Superficie: 470 hectáreas. Población del área incluida en el Plan: El proyecto interviene sobre un área que comprende un total de 35.465 habitantes (Censo 2002), correspondiendo a un 9,7 por ciento del total de población comunal. Principal problema urbano: Validación de propuestas de desarrollo urbano en un área específica de la comuna, ideando un mecanismo de participación que permita recoger los múltiples intereses y generar consenso. Tipo de participación: Top-Down (desde “arriba hacia abajo”). El proyecto de Modificación Nº 1 del Plan Regulador Comunal de La Florida, surge como una idea del Municipio de detectar los ajustes necesarios en la normativa vigente desde el año 2001, para fomentar el desarrollo urbano del sector Centro de La Florida, a través del reforzamiento como centro intercomunal de servicios para la zona suroriente de la capital. La comuna de La Florida es la tercera más populosa de la Región Metropolitana y su sector central tiene un importante rol de prestación de servicios y equipamiento de carácter intercomunal (“la capital suroriente de Santiago”), favorecido por su localización y su conectividad vial y de transporte público. Sin embargo, la normativa y las características del desarrollo urbano, imponían restricciones al desarrollo de las funciones propias de un subcentro de estas características, limitando su desarrollo y manteniéndose una situación de baja inversión que impedía la renovación urbana del área a través de la construcción de edificios de vivienda y equipamiento. En este sentido, el encargo del Municipio tiene como principal objetivo fortalecer la transformación urbana de la zona comprendida entre las calles/avenidas Departamental, La Florida-Alonso de Ercilla, Gerónimo de Alderete y Punta Arenas, en donde los servicios y el comercio deben convivir armónicamente con edificios y viviendas residenciales . En el proceso de elaboración del estudio el desafío principal en el ámbito de la participación ciudadana, fue asegurar la participación y representatividad de Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano La Florida en el contexto Metropolitano Fuente: SEREX-UC los distintos actores que habitan el Sector Centro, que además en este caso es diverso, debido a que los participantes son empresarios y vecinos del sector. Por lo tanto, es importante establecer un proceso de participación ciudadana transparente, donde las propuestas de ordenamiento consideren los intereses de los distintos actores y que además en el proceso de la toma de decisiones sea representativa. Adicionalmente, existe otro elemento importante dentro de este proceso, que es la modalidad de financiamiento mixto del proyecto, el que contó con aporte público (Municipio) y privado (empresas e industrias del sector). Esta situación, llevó al Municipio a pensar en un mecanismo de participación, donde todos los actores tuviesen igualdad de representación frente a la elección del nuevo desarrollo y todos, y la mayor parte de la comunidad involucrada pudiese expresar su opinión frente a la futura modificación normativa. Surge así la idea -por parte el Municipio- de la creación de una organización llamada Comisión Consultiva de Urbanismo (CCU), mecanismo de participación ciudadana que intenta asegurar igualdad de condiciones en la participación, abriendo además espacios de discusión entre quienes dirigen el proyecto, empresarios y vecinos residentes. Objetivos del proyecto Objetivo General: Modificar la normativa hasta ese entonces vigente, para fortalecer el rol intercomunal del Centro de La Florida, mediante la definición de usos de suelo y normas urbanísticas acordes con esta función. 105 106 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Objetivos específicos: •Proponer una estructura vial que asegure la articulación de las escalas de transporte metropolitano, intercomunal y local, y genere las capacidades viales adecuadas para acoger un incremento sustancial de las actividades comerciales y de servicios del centro La Florida. •Generar incentivos normativos para incrementar la localización de actividades comerciales, equipamientos y servicios, y proyectos residenciales compatibles con dichas actividades económicas. •Propiciar la construcción de un sistema integrado de espacios públicos, que asegure la sustentabilidad ambiental, las interacción social y la identidad del sector centro en el contexto metropolitano. •Identificar las oportunidades de transformación morfológica, que aseguren un incremento de la constructibilidad5 y la generación de nuevas tipologías edificatorias para el centro La Florida. La participación ciudadana se realizó a partir de dos instancias. La primera, la Comisión Consultiva de Urbanismo (CCU), instancia organizada de forma voluntaria por el Municipio de La Florida para canalizar la participación ciudadana que reúne a distintos actores que tienen intereses distintos en el territorio (figura1). La segunda, las audiencias públicas que corresponde al proceso definido por la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones en su artículo 2.1.11, y que todo Plan Regulador Comunal debe cumplir para ser aprobado. Figura 1: Actores que intervienen en el proceso de modificación del Plan Regulador Comunal Comisión Consultiva de Urbanismo (CCU) PRODUCTORES E INVERSIONISTAS “Generar ventajas económicas para la inversión” MODIFICACIÓN DEL PLAN REGULADOR Audiencias Públicas realizadas durante el proceso de aprobación La imagen muestra el área sobre la que se realizó la modificación del Plan Regulador Comunal / FUENTE: SEREX-UC. 5 El coeficiente de constructibilidad es el número que multiplicado por la superficie total del predio, descontadas de esta última las áreas declaradas de utilidad pública, fija el máximo de metros cuadrados posibles de construir sobre el terreno. MUNICIPIO “Velar por el Bien común” El registro de las reuniones, se hizo a través de actas levantadas en cada sesión y distribuidas a cada integrante de la Comisión para que posteriormente ellos la comunicaran a la población. El acta registraba el total de asistentes, la tabla de los temas de la reunión y las intervenciones realizadas por cada integrante, textualmente cada palabra. Proceso de participación VECINOS “Proteger la calidad del barrio habitado” El proceso de participación ciudadana, se desarrolló en todas las etapas de formulación de la Modificación de Plan Regulador Comunal, es decir en las etapas que normalmente forman parte de estudios de esta naturaleza: de Diagnóstico, Alternativas de Estructuración, Anteproyecto, Proyecto y Aprobación; no obstante, se debe señalar que la Comisión Consultiva de Urbanismo (CCU) sesionó sólo hasta la etapa de Proyecto donde se finaliza la elaboración de estudio; posteriormente en la etapa de Aprobación, se continuó con el conducto regular de la participación ciudadana para los Planes Reguladores Comunales (Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones Artículo 2.1.11). En las fases de formulación del Plan, participaron los integrantes de la Comisión Consultiva de Urbanismo, compuesta por: los Presidentes de Juntas de Vecinos (10), Representantes de Empresas del Sector Centro (7), Consejo Municipal (1 Concejal). También lo componen, sin derecho a voto el Alcalde, Director de Obras Municipales, Director de SECPLAC, Director de Tránsito y Transporte Público, Director de Aseo y Ornato, Representante de Dirección de Desarrollo Comunitario (DIDECO), Asesor Urbanista y el Consultor. La convocatoria de los participantes estuvo organizada por parte de la DIDECO, dirigida a las juntas de vecinos constituidas y con directiva, y a los empresarios y productores del Sector, tanto a los que hicieron aportes económicos al estudio y a los que no lo hicieron. En total la Comisión Consultiva de Urbanismo, sesionó en seis ocasiones, en un período de siete meses, con un promedio de 18 asistentes por sesión. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Luego en la etapa de aprobación del proyecto, el proceso de participación realizado estuvo ceñido a lo que la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones señala (art. 2.1.11). Así entonces el Municipio convocó a los vecinos de toda la comuna a 2 audiencia públicas, realizadas en distintas fechas. En ambas se hizo una exposición informativa del proyecto que dio inicio al proceso de aprobación e información a la comunidad para que posteriormente realizaran sus observaciones y comentarios por escrito al Municipio. La tercera fue consultiva, donde se expuso las observaciones realizadas por la comunidad y se comunicó que el proyecto contaba con calificación ambiental favorable de COREMA. Modalidad de Convocatoria La Comisión Consultiva de Urbanismo, convocó mediante citación escrita a los Presidentes de las Juntas de Vecinos involucradas, y a los sectores productivos exclusivamente de la zona de la comuna donde se desarrolló el estudio de modificación. La CCU funcionó en el marco de un reglamento que establecía día y hora de la reunión, asistencia obligatoria, amonestación en caso de no asistir el representante, forma de reemplazo del representante en caso de no poder asistir. Lo que se quería era asegurar la asistencia de los representantes seleccionados, y una participación responsable que pudiese asegurar en alguna medida, que la información fuera traspasada a las bases. Los asistentes debieron acreditarse y cumplir con su asistencia regular el día fijado. La confirmación que las reuniones se realizarían, se hizo vía telefónica y/o correo electrónico a cada participante. Para la fase Aprobación del Plan, la modalidad de convocatoria a las Audiencias públicas, estipulaba: • Avisos publicados en el diario La Tercera en dos semanas distintas y 15 días previos a la fecha de cada Audiencia. 107 108 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano • Carta certificada dirigida a las Juntas de Vecinos con la citación a cada Audiencia Pública restringirse o prohibirse; las alturas máximas que debe tener la edificación; para ello, se emplazó a los asistentes a responder a la pregunta ¿Cómo queremos que sea el sector centro de La Florida en 10 años? ¿Cuál es la imagen urbana que queremos exista en el sector centro? Objetivos de la participación Los objetivos planteados para el proceso de participación ciudadana de la modificación del Plan Regulador, fueron los siguientes: • Convocar a los residentes y empresas potencialmente afectados por la Modificación normativa para incorporarlos en la toma de decisiones relativas a los usos del suelo y a las normas de edificación, teniendo en cuenta la necesidad de armonizar diferentes usos de suelo y tipologías de edificación. El centro de La Florida es una zona en donde conviven dos centros comerciales de escala intercomunal, viviendas unifamiliares de un y dos pisos y edificios de doce y más pisos. • Incorporar a diferentes actores sociales, para hacer explícitas las demandas de cada uno de ellos y establecer acuerdos explícitos respecto de la modificación normativa. En particular la Municipalidad reconoce la necesidad de establecer dichos acuerdos entre los dirigentes vecinales, que representan a los habitantes del sector y a las empresas inmobiliarias y comerciales que tiene planes de expansión en el mismo sector. Esto permite que todos los actores participen en igualdad de condiciones. • Legitimar la Modificación Normativa dejando que las decisiones sean tomadas por acuerdo, sobre la base de la información directa acerca de las normativas específicas para cada Zona. La Municipalidad reconoce la necesidad de generar contrapesos entre las demandas de las grandes empresas y los residentes. Por esa razón la Comisión de Urbanismo está integrada mayoritariamente por representantes de la Comunidad. • Realizar un proceso de capacitación de la comunidad respecto de la importancia, contenidos y formalidades del Plan regulador Comunal, ya que constituye una necesidad prioritaria la participación informada, para que los vecinos puedan expresar con claridad sus demandas y comprendan a cabalidad la forma en que son afectados por los cambios de la normativa urbana. Métodos, Técnicas y Herramientas Participativas a) Etapa de Diagnóstico. En esta fase la participación realizada fue de carácter inclusiva, es decir, se vincula al desarrollo del proyecto. La secuencia del proceso comprendió una reunión de exposición del Diagnóstico del área, orientado a las potencialidades y restricciones del sector centro. Cada integrante de la Comisión La Florida en el contexto Metropolitano Fuente: SEREX-UC. pudo formular preguntas y observaciones respecto del tema presentado y además a los asistentes se les hizo entrega de una copia escrita de la presentación para ser difundida en las organizaciones comunitarias que representan. El mecanismo ideado para la resolución de dudas o consultas, tanto de los asistentes como del resto de la comunidad, es que los integrantes de la Comisión deben hacer llegar las observaciones que tengan, por escrito y debidamente firmadas, a la encargada de participación o a la asesoría urbana. Estas consultas y observaciones fueron contestadas en la siguiente reunión de la Comisión. Se debe señalar que hubo una capacitación a los asistentes al Taller, de manera que existiera un lenguaje común entre los participantes y expositores. Para ello se desarrolló un Taller de Conceptos básicos sobre Urbanismo, donde se explican los contenidos de los Planes Reguladores Comunales y su relación con la normativa Metropolitana y la Ley y Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones. b) Etapa de Diseño de Alternativas. Esta etapa es decisiva para los asistentes ya que se inicia la toma de decisiones, por lo tanto, las conclusiones que surjan de estos talleres se considera como base para las propuestas de alternativas. En cuanto a lo metodológico, se continúa trabajando el procedimiento de exposiciones de la etapa anterior, al que se agregó un Taller de trabajo, en el que los miembros de la Comisión Consultiva de Urbanismo, trabajaron directamente sobre planos base, escala 1:2.000, donde dibujaron las expectativas que tienen sobre la forma en que se debe configurar el espacio público, los usos de suelo que debiera fomentarse, Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Esta tarea se realizó en grupos de iguales, para que todos expresaran su opinión, cabe recordar que los asistentes a la Comisión Consultiva de Urbanismo vienen de distintos sectores con intereses muchas veces antagónicos, además de presentar distintos niveles de educación. Posteriormente los grupos de trabajo expusieron en un plenario sus conclusiones a través de un representante, tras lo cual el monitor inicia la conclusión del taller, buscando los puntos en común y las divergencias. Los planos deben ser digitalizados para construir la Alternativa Síntesis, que deberá presentarse en un segundo Taller. En el Taller siguiente se presenta las alternativas estratégicas que incluyen los elementos señalados por los asistentes a la Comisión Consultiva de Urbanismo en la reunión anterior. La actividad realizada tiene que ver con una discusión grupal orientada a la elección de una alternativa estratégica o a la integración de distintos elementos de cada una. Los resultados serán la base sobre la cual se construirá el anteproyecto normativo. c) Etapa de Anteproyecto. Se realiza un taller de discusión de la zonificación preliminar generada por el equipo consultor. El anteproyecto debe estar orientado a graficar frente a los asistentes las alturas máximas, las densidades y los usos preferentes en cada zona. La metodología utilizada es la exposición de parte de un profesional y la muestra del plano con las zonas y sus Inversión pública en vialidad dinamiza el sector centro y su conectividad. Vicuña Mackenna Oriente / Fuente: SEREX-UC. objetivos. En base a este material se analiza en grupos las ventajas y desventajas de la planificación propuesta. En un plenario, cada grupo expone sus apreciaciones las que son discutidas y posteriormente, el equipo consultor evaluará si técnicamente es posible acoger todas las observaciones. Es importante integrar el criterio técnico, en esta etapa, ya que los vecinos e interesados muchas veces proponen cosas que van en contra de una planificación sustentable, por ejemplo, altura de edificios de más de treinta pisos, constructibilidad libre, etc. Cada equipo deberá evaluar junto con el equipo técnico del Municipio si todas las opiniones pueden ser incorporadas en la etapa siguiente, que es el proyecto. d) Etapa de Proyecto. Se continúa con el trabajo expositivo, en cada sesión se realizó una exposición Power-Point detallando la norma por zona, siempre recalcando lo más definitivo de la normativa, es decir, los usos de suelo preferentes, las alturas máximas, la densidad máxima y la constructibilidad. Siempre la exposición debe dejar en claro la diferencia del desarrollo propuesto en cada zona. En esta etapa es fundamental que el equipo técnico del Municipio, y las autoridades comunales, aparezcan vinculados a la planificación propuesta, de manera que el proyecto logre un consenso entre la comunidad participante y las autoridades municipales. e) Etapa de Aprobación. Tiene una participación informativa-inclusiva, es decir, en que se busca informar a la mayor cantidad de involucrados y recibir sus opiniones, y que en este caso comenzó con el inicio del proceso por parte del Concejo Municipal, el que ha sido informado, en una sesión especialmente convocada para ese fin, del proyecto a exponer a la comunidad. El primer paso es convocar a dos Audiencias Públicas, en las que se realiza una exposición Power-Point de 30 minutos con los contenidos de la propuesta de Modificación. Posteriormente se expone en láminas a la comunidad, durante 45 días en un salón especialmente habilitado para ese fin. El objetivo es que los vecinos realicen observaciones y consultas -por escrito- vía oficina de partes, respecto del proyecto de modificación del plan regulador comunal. El período es variable entre un proyecto y otro, ya que depende de la obtención de calificación ambiental de CONAMA, que en el caso de la Modificación del sector centro de La Florida, se extendió por más de un año. La observaciones recibidas son analizadas por el Concejo Comunal, el que realiza sesiones especiales para estudiar las observaciones presentadas por los vecinos, para decidir si se acogen o se rechazan. La Asesoría urbana prepara un informe 109 110 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano representatividad en la Comisión; un área más grande implica tal vez realizar procesos de participación paralelos. la comuna; democratización de las decisiones de ordenamiento territorial. como es la página web del Municipio y otros medios como por ejemplo los diarios informativos del Municipio. El aporte del proceso de participación del sector centro Las debilidades de la experiencia participativa, se relacionan con la representatividad de las juntas de vecinos frente a la comunidad, las que todavía son organizaciones poco masivas y con problemas de convocatoria local, por lo que no siempre son tan efectivas como medio de transmisión de información o de recoger opinión de los vecinos. Se debe aún reforzar la acción de las organizaciones sociales en el territorio, proceso que debe ser apoyado más eficazmente por el Municipio. Idealmente debería existir presupuesto para informar a la comunidad afectada del proceso que se lleva a cabo y cómo participar de forma temprana, aprovechar las plataformas tecnológicas existentes, La Comisión Consultiva de Urbanismo, aparece en esta experiencia, como un elemento a replicar, pues se constituyó una forma de abordar el proceso de elaboración de normativa urbana, donde se da un primer paso en democratizar de manera temprana las decisiones, lo que debe seguir reforzándose en el tiempo y adaptándose a las diferentes realidades comunales, acorde a la extensión de los territorios y al volumen de población involucrado. En general, se puede afirmar, que el gran obstáculo de la participación ciudadana en los planes reguladores comunales, es la efectividad del proceso en términos de que todos los influidos por la normativa, participen informados en el proceso y de manera oportuna. Audiencia Pública Autor: Dirección de Comunicaciones I. M. de La Florida técnico, que justifica la respuesta entregada a cada vecino, y son enviadas por correo expreso a los vecinos firmantes. Las claves del proceso En primer lugar debe existir una buena organización de la participación de la comunidad, lo que implica la generación de mecanismos formales que facilitan el proceso, como por ejemplo, la redacción de un reglamento, la exigencia de asistencia mínima a los participantes y la realización periódica de cada sesión idealmente siempre a la misma hora y en el mismo lugar. Las materias tratadas en cada taller deben ser entregadas en un resumen, que permita a los participantes tener disponible siempre la información. Las exposiciones deben ser pedagógicas, con material entretenido que permita a las personas entender qué se les propone o sobre qué materias se debe decidir. En este sentido, las personas que dirijan cada taller deben ser “facilitadores” del proceso de toma de decisiones. Apoyo constante del Municipio en las sesiones que se realicen, siempre éste debe aparecer vinculado al proceso de elaboración del Plan Regulador Comunal, liderando las propuestas. Las personas confían en sus autoridades, los participantes deben ver que el proyecto es propuesto por el Municipio, independiente de que una consultora realice el estudio y presente los avances en cada sesión de la Comisión. Idealmente este procedimiento explicado debería ser aplicado cuando un Plan Regulador Comunal considera un área muy pequeña, o cuando se modifica una parte del Plan Regulador. Esto garantiza una mayor participación y En el caso de La Florida, se superó este obstáculo, conformando una comisión donde los asistentes fueron representantes de distintos tipos de actores sociales: presidentes de juntas de vecinos (elegidos de acuerdo a los reglamentos vigentes para ello), representantes de la empresa e industria privada, Concejo Municipal y jefes de departamentos del Municipio. Finalmente, la modificación fue aprobada por el Decreto Alcaldicio 430 del 18 de mayo de 2007, y publicada en el Diario Oficial del 26 de mayo de 2007. Gracias a este procedimiento no se registraron conflictos de envergadura, que bloquearan el proceso de elaboración y aprobación del Instrumento de Planificación Territorial. Todas las diferencias se resolvieron durante las reuniones. En este proceso, una innovación significativa en materia de participación, fue la constitución de la Comisión Consultiva de Urbanismo, donde se integraron actores relevantes de la comunidad. La participación temprana validó las propuestas del Municipio respecto del ordenamiento urbano del territorio, lo cual fue positivo para el proceso de aprobación, porque los representantes de la comunidad estaban a favor de la normativa propuesta. Además se logró establecer relaciones relativamente simétricas, entre los distintos actores del proceso, evitando que los grupos de mayor capacidad técnica y política monopolizaran la Comisión Consultiva. Este aspecto, es muy relevante en este caso, ya que la modificación normativa incluía un sector productivo y comercial muy importante (industrias y centros comerciales) en conjunto con los residentes. Fortalezas y desafíos del proceso de participación Las fortalezas de esta experiencia participativa, radicaron en la participación temprana de la comunidad; el fortalecimiento de las organizaciones territoriales (juntas de vecinos) como agentes a través de los cuales se canalizó la opinión de la comunidad y como interlocutores válidos e imprescindibles en estos procesos, además de integrar los grupos productivos (empresas e industrias), actores importantes en la generación de empleo en Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Fuentes Bibliográficas •(2007) “Memoria Modificación Plan Regulador Comunal de La Florida”. 111 112 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano INTERVENCIONES URBANAS DE ENVERGADURA RIBERA NORTE, CONCEPCIÓN Se trata de un área que comprende 27 kilómetros de largo y se caracteriza por ser uno de los lugares de la ciudad, especialmente privilegiado en términos de localización, debido a su cercanía al centro de la ciudad -menos de seis cuadras de distancia al centro- y al río. Históricamente, este había sido un sector mal aprovechado, en especial por las condiciones físicas del terreno. Los asentamientos informales lo convirtieron en una lugar destacado por sus condiciones de extrema pobreza, y donde la calidad de vida de sus habitantes era deplorable. Ribera Norte, una sector bien localizado pero aislado y deprimido En el año 1894, hace más de un siglo atrás, a través de la construcción de las líneas férreas, el borde del río Bío Bío quedó aislado del centro urbano de la ciudad, convirtiéndose en una gran barrera para el crecimiento y expansión de Concepción, generando una fragmentación en la conexión de Concepción con el río Bío Bío. Décadas más tarde, luego del gran terremoto ocurrido en el año 1939, una gran masa de habitantes -iniciada por la movilización de los trabajadores de una Los objetivos del proyecto En este contexto, la elaboración de un proyecto de desarrollo para la zona era una necesidad urgente. Se elabora un proyecto de desarrollo que cuenta con los siguientes objetivos: • Integrar Ciudad y Río mediante la extensión del área céntrica de Concepción hacía el Bío Bío, creando un nuevo frente. • Solucionar la precariedad habitacional y urbana, generando un nuevo barrio de viviendas para consolidar de manera adecuada a la población de escasos recursos que habitaba los terrenos fiscales del sector. • Establecer una vialidad, para cubrir la necesidad de una conectividad vertebradora del Gran Concepción. • Forjar espacios públicos con una visión metropolitana • Generar suelo para desarrollo inmobiliario, debido al gran consumo de terreno y tendencia especulativa, ocurrido por el crecimiento económico de los noventa. Los principales argumentos que se esgrimían para presionar por un plan de reconversión del sector, eran: Ciudad/ Localidad: Ribera Norte del Bío Bío en la ciudad de Concepción. Población: La población urbana comunal ascienda a 216.061 habitantes. Superficie: La superficie urbana de la comuna de Concepción corresponde a 221,6 km2. El sector denominado Ribera Norte posee una extensión de 27 kilómetros a lo largo del río Bío Bío. Grupo objetivo: Habitantes de la ciudad de Concepción y residentes de los sectores denominados “Ribera Norte y Pedro de Valdivia Bajo”. Principal problema urbano: Informalidad en la tenencia de suelo y pobreza. Tipo de participación: Top-Down (“desde arriba”). A lo largo de las últimas décadas el área denominada Ribera Norte del Río Bío Bío fue un sector de la ciudad de Concepción en la que se instalaron extensos asentamientos informales, sufriendo este sector de la ciudad, un profundo deterioro urbano. La urgencia del proyecto Concepción Fuente: http://www.patagonias.net/Ciudades/Concepcion.gif antigua maestranza existente entonces- comenzó a ocupar irregularmente este aislado sector. En la década de los sesenta, se estipula en el Plan Regulador de Concepción, la intención de desarrollar el área, sin embargo, ésta no logra concretarse dado el alto costo de su saneamiento y trabajos de adecuación y habilitación del terreno. No obstante, después de varios intentos, en el año noventa comienzan a realizarse diversos estudios técnicos con el fin de analizar la verdadera factibilidad de reconversión de la zona, para darle un mejor uso. • Las malas condiciones de vida de sus habitantes. Donde especialmente se destacaba las precarias condiciones de las viviendas allí ubicadas, con altas deficiencias urbanísticas y de saneamiento, donde a su vez estaban presentes problemas de hacinamiento, inundaciones e peligro de incendios. • La necesidad de dar un nuevo orden a la ciudad y su relación con la ribera. Con esto se buscaba aprovechar al máximo la potencialidad del curso fluvial para el mejoramiento de la ciudad entera. • La necesidad de hacer frente a importantes problemas de congestión vehicular que experimentaba la ciudad. El crecimiento económico del país en la década de los noventa generó un importante aumento del parque automotor de la ciudad de Concepción, obligando a tomar medidas que disminuyeran su impacto en la ciudad y se establecieran circuitos apropiados para el área, tanto en la conexión de ambas riberas del río Bío Bío, como en la continuidad de las relaciones viales en el área urbana contenida por la ribera norte. En este contexto, surge la idea de hacer una gran costanera a lo largo de todo el río Bío Bío en su borde norte, que diera paso a un mejoramiento de la zona y, al mismo tiempo, generara un perfeccionamiento en la conectividad de la ciudad. El terreno presentaba muy malas condiciones de drenaje, a tal punto que se calificaba como un suelo pantanoso. Esto lo convierte en un área calificada como atrasada, empobrecida y decaída, antes del comienzo del desarrollo de un proyecto integral de mejoramiento del sector, que pasó a denominarse Proyecto Ribera Norte Ciudad de Concepción. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Antes del Proyecto: la ciudad de Concepción se encontraba cercada por las líneas férreas. / Fuente: www.riberanorte.cl Los tres componentes del proyecto En el año 1990, en los inicios del Gobierno del Presidente Patricio Aylwin, comienza a gestarse el proyecto Ribera Norte. En ese momento se aprueba el presupuesto para el primer estudio del área realizado por la Secretaría de Planificación y Coordinación (SERPLAC), junto con la Secretaría Regional Ministerial de Vivienda y Urbanismo. Ya en el año 1994, las conclusiones del estudio determinaron que el proyecto de recuperación del área de la ribera sí era factible. Posteriormente, con el inicio del gobierno del Presidente Eduardo Frei Ruiz Tagle (1994-2000) se dio la aprobación para la ejecución de la recuperación urbana de la ribera norte del río Bío Bío. El Directorio del proyecto fue conformado por representantes de los ministros de Vivienda y Urbanismo, Obras Públicas y Bienes Nacionales, el intendente de la Región y el alcalde de Concepción. La gestión directa del programa la desarrolló un equipo multidisciplinario que dependía técnicamente de la Dirección de Proyectos Urbanos (DPU) del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, entidad que estableció además convenios con el programa de Naciones Unidas (PNUD) y con el Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (HABITAT), contribuyendo con parte del financiamiento. De esto se desprende que la estructura establecida se basa en un directorio conformado enteramente por personas que trabajaban en instituciones estatales. Pese a no tratarse de una corporación mixta (públicoprivada), sí se incorporó dentro del proyecto -en su totalidad-, la gestión de proyectos privados. Esto 113 114 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano tuvo como objetivo principal, amortizar los gastos incurridos en viviendas sociales. Para ello, los terrenos se consideraron como “recurso principal” del proyecto, fueron desocupados por los habitantes que vivían en situación irregular y se vendieron a privados. A través de la venta de dichos terrenos (un tercio del total) fue posible generar un sistema de captación de recursos que finalmente posibilitaría el autofinanciamiento de las obras proyectadas. El proyecto se basó en tres componentes, donde cada uno tiene sus respectivas líneas de acción: 1. Gestión de Infraestructura Las líneas de acción en este primer componente fueron: • Mejorar los estándares de la vivienda social existentes en ese entonces. • Densificar los espacios urbanos, edificando de viviendas en altura. • Desarrollar un barrio, mediante la construcción de espacios públicos y obras de urbanización. Estas últimas comprendieron la instalación de colectores de aguas lluvia, iluminación y pavimentos, entre otros. 2. Gestión Social y Vivienda Se buscó generar un particular o especial proceso para la asignación de soluciones habitacionales orientadas a familias en situación de extrema pobreza y que habitaban en las zonas de intervención. Este se llevó a cabo mediante las siguientes líneas de acción: • Generar relaciones de organización entre los vecinos, comités y familias para la búsqueda de soluciones conjuntas. • Articular la oferta pública del Estado para familias en situación de precariedad. Principalmente, esta oferta emanó del Ministerio de Vivienda y Urbanismo o en algunos casos, de la oferta privada. Lo anterior mediante el fomento de emprender nuevas formas de organización, la participación de los beneficiarios de este especial y específico programa y una gestión intersectorial que propendiese a la creación de barrios. 3. Gestión inmobiliaria Lo enterior despertó el interés del mercado, desencadenado por el avance en la desocupación de terrenos y la influencia que ejerció la construcción del Parque Central, emplazado detrás del Barrio Cívico. Con dos consecuencias: • La existencia de una amplia oferta para el desarrollo inmobiliario. • Acceso a nuevos mecanismos para la adquisición de terrenos. Etapas del Proyecto Ribera Norte Etapa 1- Ribera Norte El sector se dividió en tres partes: un tercio para viviendas sociales, otro tercio orientado a viabilidad y equipamiento público, y un último tercio, para desarrollo inmobiliario. La idea fue que el tercer tercio, es decir, la venta de suelos para los proyectos privados, lograran amortizar el gasto efectuado en infraestructura para las otras dos áreas. A partir de esto, al proyecto se le denominó “Proyecto de costo cero”. A lo largo de esta fase se desarrollaron las siguientes obras: • Inversiones Públicas: Av. Costanera y Puente Llacolén, A. Prat y Padre Hurtado, Barrio Cívico, Parque Costanera, Parque Central y Viviendas de Radicación (740 viviendas en el borde del río, más 236, donde se ubicaba la subestación eléctrica de ferrocarril de calle Carretón, y otras 64 viviendas del entonces llamado Programa Especial de Trabajadores (PET), 450 viviendas más al interior de conjunto ribereño, cumpliendo así con las necesidades habitacionales de los beneficiarios. • Inversiones Privadas: Megamercado Líder y Portal Bicentenario. • Otros Proyectos: Borde Costero Tomé. Etapa 2- Pedro de Valdivia Bajo Antes del proyecto: pobreza a la orilla del río. Fuente: www.riberanorte.cl Para el año 2001, se había desarrollado un nuevo plan de trabajo para abordar el área restante de la ribera, Pedro de Valdivia Bajo, o denominado también como Ribera Norte II. En esta área se creó el proyecto de Vivienda Social de Radicación, donde se construyeron 1.490 viviendas, entre viviendas unifamiliares y edificios; generando un nuevo barrio muy bien localizado (a sólo seis cuadras del centro de Concepción), con áreas Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano verdes y espacios públicos (juegos infantiles, canchas de fútbol, espacio para iglesias, centro comunitario y áreas de estacionamiento en cada manzana), expeditas vías de transporte. Se construyeron edificios de cuatro y cinco pisos, con departamentos de 42 y 51 metros cuadrados y además la construcción de viviendas en dos pisos. En términos de procesos de participación ciudadana, estas Etapas se caracterizaron y destacan por los siguientes elementos: Participación en Ribera Norte Etapa 1: Construcción de rutinas e instituciones Es importante señalar que el proyecto surge en un momento particular de la historia política de Chile, lo que trae repercusiones en el tema de la participación ciudadana. Como hemos visto, el proyecto se inicia en los años noventa, cuando el país se encontraba en un período de transición de un régimen autoritario a una democracia. Esto aporta un elemento fundamental al contexto en el que se desarrolla el proyecto, especialmente porque los distintos actores sociales -como por ejemplo políticos, empresas, organizaciones civiles y ciudadanos en general-, comienzan a ejercitar una nueva forma de hacer política y de participar en las decisiones públicas. Es posible afirmar que no existían prácticas importantes en esta materia, participar era una práctica novedosa para todos. En los inicios del desarrollo del proyecto se generó una gran discusión entre sus ejecutores en torno a la participación de los habitantes: qué hacer con los pobladores: erradicarlos a zonas distantes de la ciudad o incorporarlos de alguna manera al proyecto. En ese sentido, el dilema fue cómo incorporarlos, en qué momentos y mediante qué estrategias se consultaría a los pobladores y se escucharía a la ciudadanía. El debate en torno a estos temas marcó una importante diferencia del proyecto respecto a los ya ejecutados hasta ese entonces, pasando a ser reconocido como un proyecto innovador en términos participativos. Como señala el ex director del Proyecto, Álvaro Riffo: “Esta fue la primera expresión en cuanto a que una vez llegada la democracia, nosotros queríamos radicar la gente ahí, y no mandarlos a la periferia. Construirles viviendas donde los suelos se iban a valorizar, con cercanía al centro, donde se generarían espacios públicos… Se tenía que lograr que Concepción se apropiara de este proyecto como un estandarte del desarrollo, que la gente sintiera que este proyecto era para ellos, el desarrollo era para ellos”. Nuevas Casas y Equipamiento. / Fuente: www.riberanorte.cl Pero, ¿cómo concretamente se incorporaron al Proyecto las necesidades de los residentes del sector? ¿Qué mecanismos o estrategias se utilizaron para escuchar las demandas habitacionales de los pobladores? Así como era fundamental la reconversión urbana del área, fue muy importante abrir el proyecto a la comunidad. De esta forma, se procedió a identificar cada uno de los actores involucrados en el proyecto, desde organizaciones del mundo privado como civiles o estatales; sus características, y la forma de responder a sus demandas. Para llevar a cabo este gran desafío, se definieron dos comités de trabajo: 1. Comité Técnico: Correspondió a la unidad que tuvo como misión establecer contactos con el mundo empresarial, promover inversiones, llegar a acuerdos respecto a los potenciales usos del suelo y, avanzar en la modificación del Plan Regulador Comunal. 2. Comité Social: Estuvo compuesto por representantes de la Municipalidad, del Ministerio de Vivienda y Urbanismo y dirigentes poblacionales. Lo primero que este Comité realizó fue conformar una “Mesa Institucional” en la cual se reunían una vez a la semana los representantes de distintas instituciones y organizaciones civiles: Juntas de Vecinos, Dirección de Desarrollo Comunitario de la Municipalidad de Concepción, Dirección de Obras de la Municipalidad de Concepción, el Secretaría Regional de Planificación y Coordinación, Inspector Fiscal de las obras del Ministerio de Obras Públicas, Secretaría Regional Ministerial de Vivienda, Servicio de Vivienda y Urbanización, y Proyecto de Ribera Norte. De cada reunión se hacían actas o resúmenes de los acuerdos que luego se enviaban al ministro de Vivienda y Urbanismo, al intendente y al alcalde; “por tanto, ellos nunca estuvieron ajenos a la información necesaria que se iba produciendo… Con este proceso de tener una mesa y de tener una cierta 115 116 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano como, por ejemplo, la fundación del primer grupo deportivo del sector, o la formación de la primera junta de vecinos. Participación en Ribera Norte Etapa 2: Incorporación en la toma de decisiones respecto del futuro de la población Centro Cívico / Fuente: www.riberanorte.cl rutina, ayudó. La participación la institucionalizaba la rutina”; comenta Riffo. Los integrantes de la esta mesa participaron en la toma de decisiones de las características de las viviendas, esto es, desde el proceso de licitación hasta la elección de las viviendas sociales que se entregarían a los habitantes. Como señala su ex director: “Hubo un momento en el cual nosotros terminamos licitando las viviendas, teníamos un subterráneo donde estaban todos los proyectos colgados, y ellos también decidían”. Además existían reuniones de directorio todas las semanas para dirimir respecto de aquellas instancias que la mesa no podía resolver, en definitiva de aquellos aspectos donde había desencuentro entre las partes. También se generaron múltiples acciones de difusión o entrega de información respecto al Proyecto, entre ellas, charlas y seminarios en universidades, un programa de radio y televisión donde se invitaban periódicamente, a representantes de gobierno y hasta los propios pobladores, a objeto manifestaran sus intereses y opiniones. Adicionalmente, existía un boletín de información bimensual, donde se daban a conocer los avances o novedades del proyecto. Otro elemento innovador del proyecto, fue la constitución de un equipo de seguimiento de obra, integrado por veinte residentes de las “ex tomas”, que eran elegidos por la comunidad según la experiencia y conocimiento que tuvieran en construcción. A estas personas, se los capacitó respecto al contrato de obra (materialidad, diseño, etc.) con el objetivo de que ellos mismos fiscalizaran a lo menos una vez al mes la obra. De esta forma, el proceso de construcción se hizo aún más transparente ante la comunidad. También se realizaron distintas actividades para potenciar y fortalecer la identidad de la comunidad, donde se desarrollaron celebraciones para las fechas importantes Con el Proyecto Ribera Norte 2 la aplicación del nuevo enfoque de participación ciudadana se extrema. Ya no es sólo en la etapa del diseño de las viviendas sociales cuando se incorpora la opinión de los pobladores, sino que ahora se realizará en una fase anterior, a nivel de diagnóstico -o Partido General-,6 del Proyecto. Como comenta Álvaro Riffo, su ex director: “Habiendo aprendido de la experiencia en el desarrollo del proyecto en su etapa inicial, en la cual se incorporan a los habitantes con el diseño pre hecho, se tomó la decisión de trabajar desde un principio con los habitantes de Pedro de Valdivia Bajo. Esto significa trabajar desde el diseño de las viviendas hasta el plano urbano en su conjunto -por ejemplo, en relación al ancho de las calles, la ubicación de los equipamientos públicos, etc.); de manera de lograr las metas de una manera más eficiente y acorde a las necesidades locales. El lema, entonces, fue: Resolvamos el tema del proyecto dos, pero resolvámoslo con participación desde el principio”. El encuentro de trabajo consistió en exponerles a los residentes la visión global del proyecto, donde cada cual tenía derecho a pedir la palabra y comentar sus opiniones; además el participante debía ir a un mural que se localizó adelante y escribir en éste su demanda o inquietud. Luego, esta misma persona debía ser la que presidía una comisión conformada por otros residentes que estaban interesados en esa temática en particular, quienes en una sala aparte tomaban las decisiones pertinentes del caso. Se formaron en total 16 comisiones -cada una abordó un tópico específico-. Las personas debían inscribirse en el tema que estaban interesados en participar, por ejemplo, la ubicación y diseño de la iglesia, o de un gimnasio. Además del residente que dirigía la comisión, había un monitor contratado por el proyecto, que colaboraba en llevar la discusión, establecía los acuerdos, los llevaba a una lámina PowerPoint, etc. Después de una tarde de trabajo los dirigentes de cada comisión debían exponer los resultados en una pantalla gigante que todos pudieran ver. Luego de las exposiciones a cada persona se le entregaba diez votos -papeles autoplegables- donde ésta debía votar por las diez propuestas que más le gustaban. De esta manera, se definieron las prioridades de la comunidad respecto a la ubicación y uso de equipamiento público en el barrio. Una semana después se realizó una reunión con todas las autoridades públicas involucradas en el proyecto, a quienes se les expusieron los intereses de la población. En este encuentro se llegó a un acuerdo final entre lo que la gente quería y lo que concretamente podía abordar el proyecto. Réplicas de las metodologías del proyecto La preponderancia que el proyecto Ribera Norte le asigna al involucramiento de la comunidad, se ve reflejada en sus innovadoras políticas y metodologías de trabajo. La creación de los dos comités que logran un equilibrio entre lo técnico-económico y lo social, hacer de la participación ciudadana una rutina, en este caso, mediante la llamada “mesa institucional”, el escuchar los intereses de la comunidad a través del congreso vecinal, entre otros métodos, muestran esta tendencia. En el discurso del proyecto se percibe un giro en la manera de entender y enfrentar el tema de la participación ciudadana, “La verdadera política pública es la que genera capital social, y transforma a la gente en un actor de desarrollo”, señala Riffo. Para esta nueva etapa del proyecto, se estableció las misma división de Comité -técnico y social-, y también, constatada la eficacia del método, se trabajó con la mesa institucional. Para poder hacer partícipes a los habitantes en el diseño urbano y en el diseño de sus futuras viviendas, se realizó un congreso vecinal, donde asistieron alrededor de seiscientas personas. El evento se realizó un día de fin de semana (sábado), para que pudiesen acudir todos y se abrieron las puertas a toda la ciudadanía, sin incluir a las autoridades públicas. Las personas fueron invitadas todo el día a disfrutar de una jornada -grata-, es decir, se puso el énfasis en ofrecer una actividad interesante y amena, por ejemplo, se dispuso de mesones de comida abiertos para todos los participantes y una banda musical que amenizó la jornada. La convocatoria de las personas a este evento, fue por medio de publicidad emitida por la radio, televisión, diario y megáfonos por todas las calles, avisándoles que en esta jornada se definiría “el futuro de la población”. 6 El Partido General, está referido al establecimiento de las líneas gruesas o generales del futuro diseño del Proyecto; definiciones previas a partir de recoger las necesidades que debe resolver el proyecto. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Fuentes Bibliográficas: •Cociña, C.; M. Klenner, ; I. Lira; J. Sellés; N. Valenzuela (2006) “Proyecto Ribera Norte”. Sitio Web Plataforma Urbana. •Entrevista 9 de abril, 2008 a Álvaro Riffo. Ex director del Proyecto Rivera Norte. (Desde 1998 hasta el 2005 participó en el proyecto). •Gaete, H. (2003) “Proyecto Ribera Norte del Río Bíobío Concepción, Chile”. Centro de Políticas de Suelo y Valoraciones-CPSV. España. •Imagen de Mapa Concepción Sitio Web: http://www.patagonias.net/Ciudades/Concepcion.gif •Sitio Web de Proyecto Ribera Norte. http://www.riberanorte.cl •Valenzuela, N. (2007) “Espejismos Urbanos 1.0. Ribera Norte, Concepción”. Sitio Web Plataforma Urbana. Chile. •Zunino, H. (2005) “Construyendo Ciudad desde lo Local en lo Global: el Caso del Proyecto Ribera Norte, Concepción, Chile”. Revista electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. Universidad de Barcelona, España. 117 118 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano NUDO VIAL ESTORIL, COMUNAS DE LAS CONDES Y VITACURA REGIÓN METROPOLITANA por una significativa saturación de automóviles en las horas de congestión, así como precarios y peligrosos cruces peatonales y escaso valor desde un punto de vista paisajístico. Ciudad/ Localidad: Nudo Estoril, Santiago de Chile. Principal problema urbano: Congestión vehicular. Tipo de participación: Top-Down (“Desde arriba”) en un comienzo; sin embargo, en un segundo momento se transforma en una participación que se genera “Desde Abajo”. Municipalidades: Las Condes y Vitacura. Los actores y la diversidad de necesidades En este contexto, surge la necesidad de renovar el área mediante la construcción de un nudo vial, que diera solución a todos estos asuntos. Esta debía ser una solución integral que tomara en cuenta las necesidades de peatones, automovilistas, usuario de transporte público y vecinos del sector, dotando a su vez de identidad y calidad urbana el área de Estoril. Sin embargo, lograr una solución integral no resultó ser nada fácil; fue un proceso que se extendió en el tiempo -unos tres años-, en el que participaron una serie de actores que pueden agruparse en cuatro grandes categorías.7 Nudo Estoril Fuente: http://earth.google.com/ Foto: tomada por P. Santini. Cualquier habitante de la ciudad de Santiago de Chile se encuentra envuelto diariamente en grandes congestiones vehiculares en las llamadas horas peak. Existen puntos críticos en la ciudad en que el traslado de distancias cortas puede tardar bastante. Según estudios la velocidad promedio en horarios de congestión disminuye a menos de la mitad que la velocidad con un flujo moderado (esto es entre 15 y 19 km/h), mientras las calles se desbordan de automóviles estáticos e inmóviles, esperando que les toque su turno para avanzar unos pocos metros. La suerte de quienes viajan en transporte público no es mejor. Por otro lado, los peatones tampoco logran esquivar los problemas de traslado. Deben cruzar calles abarrotadas de automóviles y buses, y en muchos casos en que no existen cruces peatonales eficientes, deben lanzarse a esta “selva vehicular” y cruzar donde su instinto se los indique. Una de las más conocidas zonas críticas en términos de congestión del sector oriente de la capital era la intersección de las avenidas Presidente Kennedy, el eje Estoril-Tabancura y la Av. Las Condes. Estas son vías principales de la periferia Oriente de Santiago, donde convergen además un sinnúmero de calles locales que también desembocan en dicha intersección. En este lugar, confluyen los límites de dos importantes comunas de la zona oriente: Vitacura y Las Condes. Por mucho tiempo, este sector se veía fuertemente afectado 1.Gobierno Central con sus ministerios (Ministerio de Obras Públicas (MOP), Secretaría de Transportes (SECTRA), Comisión Nacional del Medio Ambiente (CONAMA). 2.Gobiernos Locales (Municipalidad de Vitacura; Municipalidad de Las Condes -especialmente a través de su Departamento de Tránsito y el alcalde y concejales de ese momento-; 28º Juzgado de Letras Santiago). 7 Tomás Milnes Eguiguren, Tesis para optar al título de Arquitecto y al Grado de Magíster en Desarrollo Urbano: Impacto Espacial de Carreteras Urbanas. El nudo vial Estoril: Propuestas, gestión y Participación Ciudadana. Biblioteca Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile, 2003. Proyecto original del MOP que fue rechazado porque no solucionaba las necesidades peatonales y urbanísticas de la zona. Fuente: http://www.revistabit.cl/imagenes/articulos/ESTORIL2.jpg Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano 3.Sector Privado (Concesionaria Costanera Norte, Empresa de Retail D&S, Inmobiliaria LMB, Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA), Oficina de Arquitectos Abuauad-Rodríguez Cano, Consultora URBE, Diario El Mercurio). 4.Comunidad (Junta de Vecinos San Francisco de Las Condes, Vecinos Los Carpinteros y Vecinos Vitacura). Al inicio del proyecto, los actores se agrupan según el tipo de solución que buscan; así, algunos buscan una solución pronta, mientras que otros privilegian una mejor solución. El mayor conflicto de intereses se produjo entre un grupo que buscaba arribar a una solución lo más rápida posible -entre los que se encontraba el Ministerio de Obras Públicas, la Concesionaria Costanera Norte, las dos municipalidades- y, otro grupo, que buscaba una solución integral al proyecto, grupo liderado por un concejal unido a las juntas de vecinos del sector sólidamente organizados. Asimismo, se puede observar la contratación de una Consultora, la que operó como mediadora en dicha confrontación de ideas, intereses y necesidades. Se logró arribar finalmente, a una solución consensuada e integral. Los Conflictos Si bien se trató originalmente de un tipo de participación originada “Desde arriba”, a lo largo del proceso el motor de la participación se revirtió y pasó a ser incitada “Desde abajo”; esto porque desde la ciudadanía surgieron voces en contra del diseño inicial establecido como solución para este nudo vial, generando una activa participación de las juntas de vecinos, y del sector político bajo la voz de un concejal del momento. Así, en un segundo momento, esta experiencia se puede clasificar como un proceso participativo Down-Top o “Desde abajo”, en el cual, la ciudadanía, criticó continuamente el diseño inicial y participó activamente en el proceso a través del cual se arribó al diseño final. Un actor político clave de este conflicto fue un concejal de uno de los Municipios involucrados, quien desde el origen del proyecto plantea criticas y objeciones, buscando el apoyo ciudadano. Los vecinos no tardan en unirse a él y abogar por una solución integral y armónica con el entorno, constituyéndose como un grupo de presión hacia el MOP y la Concesionaria Costanera Norte. La que había no logró establecer las confianzas necesarias en la ciudadanía. De esta forma, tanto el Ministerio de Obras Públicas como Costanera Norte, se ven en la obligación de modificar el diseño inicial del Nudo Estoril, dado que -en lo principal-, no satisface las demandas peatonales, automovilísticas y Nudo Estoril / Fuente: Presentación Félix de Amesti en Seminario de Experiencias Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano, Julio 2008. de transporte público por las cuales abogan el Concejal y gran parte de los usuarios. Se rechazan dos diseños iniciales. Los vecinos y el concejal, interponen un recurso de amparo para la suspensión de las obras, a la vez que desarrollan un proyecto alternativo encargado a una oficina de arquitectos. Las obras son paralizadas y comienza un fuerte debate a través de medios de prensa; se exponen a la luz pública las diversas posturas, generando un importante y bullado debate mediático. En ese momento, el conflicto llega a su punto más encendido; los grupos se encontraban fuertemente divididos y la concreción de la obra vial no se visualizaba en el horizonte. Entonces, era necesario solucionar los conflictos. El punto decisivo para solucionarlos y retomar las obras, comienza cuando el alcalde de uno de los Municipios, por sugerencia de los propios vecinos, contrata a una Consultora -como mediador- y un profesional especialista en materias de urbanismo -como moderador- para dar inicio a un proceso formal de participación ciudadana. Entonces, la Consultora que actuaría como mediador “comprendiendo que el proyecto presentaba serias falencias en su relación con el entorno físico espacial, y en su escasa atención a los flujos peatonales, decide no validar el proyecto patrocinado por la alcaldía, proponiendo una mediación entre los distintos proyectos planteados”.8 8 Tomás Milnes Eguiguren, Tesis para optar al título de Arquitecto y al Grado de Magíster en Desarrollo Urbano: Impacto Espacial de Carreteras Urbanas. El nudo vial Estoril: Propuestas, Gestión y Participación Ciudadana. Biblioteca Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile, 2003. 119 120 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Implementación del método La Charrete:9 consensuando puntos de vista La Consultora, mediador del conflicto, tendrá como tarea principal lograr llegar a un nuevo diseño de proyecto que reúna las diversas posturas. Para llevar a cabo esta tarea, utilizó la metodología denominada “Charrete”, la que -como se ha mencionado en capítulos anteriores- consiste en “un proceso riguroso e inclusivo de elaboración de estrategias y documentos en la puesta en práctica de proyectos de diseño y de planeamiento. Se constituye a través de reuniones guiadas por un interlocutor que hace de mediador entre las partes disidentes. Es una disciplina de colaboración cruzada en pos de un objetivo de proyecto consensuado, donde las partes beligerantes exponen entre sí sus intereses. Es obligación de los talleres-charrettes llegar rigurosamente a soluciones en tiempos delimitados establecidos con anterioridad”.10 Este modelo se lleva a cabo a través de tres fases: 1. Reuniones de información; 2. El proceso de diseño y, finalmente 3. La fase de implementación. • Reunión de información: En esta primera fase, el mediador convoca reuniones con personas representativas de todos los sectores involucrados que estuviesen dispuestos 9 Charrete significa Carreta en francés. Más detalles del método La Charrete en el capítulo Enfoques metodológicos. 10 Tomás Milnes Eguiguren, op. cit. a aportar al proyecto, dentro de estos se considera a representantes de agencias públicas (Ministerio de Obras Públicas), empresas privadas (Concesionaria Costanera Norte), ciudadanía (presidentes de juntas de vecinos), gobiernos locales (alcaldes), etc. Estas reuniones son mixtas, es decir, no se reúnen de manera aislada sino que es una confrontación de las diversas posturas y sus pretensiones, en que cada sector es escuchado por el resto de los sectores, es una puesta en común. El moderador juega el rol de un árbitro espectador, al tiempo que las distintas partes se sensibilizan ante la diversidad de posturas y se generan vínculos de compromiso entre los actores involucrados. Por su parte el moderador debe comprender y canalizar las distintas intenciones. Al respecto, se destaca la importancia que tiene esta primera sesión, ya que “muy pocas veces los distintos grupos de presión logran escuchar sus distintas posturas, existe una reticencia a juntarse, a conversar entre sectores opuestos por un miedo a hacer lento o desviar el curso del proyecto y justamente en escucharse unos a otros radica una importancia totalmente decisiva para el éxito del proceso”.11 • Proceso de Diseño: Tomando los puntos de vista y sugerencias que se desprenden de la primera reunión, el mediador y su equipo de trabajo, elabora un anteproyecto, el que se presenta a los actores involucrados, esta vez de manera sectorial. 11 Entrevista realizada a moderador de URBE, Félix de Amesti, Marzo 2008. Con ello se busca que cada una de las partes interiorice la propuesta y haga sus aportes y sugerencias al diseño. Al respecto, una estrategia que se recomienda es exponer el proyecto primero a los grupos más confrontacionales. En este caso, el mediador optó por presentar el bosquejo de anteproyecto a los alcaldes en primera instancia, quienes plantearon sus posturas, haciendo modificaciones menores. Luego, se conversó con los vecinos como segundo grupo interesado, quienes tampoco pusieron mayores reparos a la proposición. De esta manera, luego de un período de conversaciones y negociaciones con los Municipios y los vecinos, se llegó a una solución y diseño definitivo. Es interesante destacar que ya en esta fase, las pugnas u oposiciones, se ven totalmente armonizadas. Al respecto se afirma que todos los actores “se pusieron la camiseta” con el anteproyecto, es decir “fue aprobado bajo consenso, ya que todos lograron comprender que se trataba de una solución integral”.12 • Implementación: La Consultora que lidera el proceso de mediación lleva el anteproyecto a un bosquejo inicial, el que ya se encuentra validado por las partes interesadas. Comienzan las gestiones y aprobaciones en relación a los actores involucrados; hay reparos, modificaciones y finalmente aprobación logrando resultados satisfactorios. Al respecto se señala que “Quiénes obtuvieron mayores créditos fueron los vecinos que lograron espacios públicos más amables y aumento de la plusvalía de sus terrenos”.13 12 Ibíd. 13 Ibíd. Un camino hacia el consenso De este proceso se concluyó que la aplicación de la metodología participativa La Charrete fue elemento principal o destacado para el buen resultado que se logró. Esto, porque permitió establecer una vía eficaz para generar consensos que eran fundamentales para llegar a buen término con el desarrollo del proyecto. Este método logró aunar los puntos de vista de todos los actores y, si bien en un principio las voces y posturas se encontraban fuertemente divididas, al final del camino se pudo constatar que todos los actores convergieron hacia una única solución. La construcción del Nudo Estoril tal como lo conocemos hoy en día, sólo fue posible gracias a dicho proceso. A su vez, se puede afirmar que el proyecto respeta y alberga los intereses de todos los usuarios -peatones, automovilistas y usuarios de transporte público-, a la vez que aumentó su calidad desde todo punto de vista. La metodología de La Charrete se convierte entonces en una alternativa interesante para hacer converger intereses diversos e incluso contrapuestos. Es replicable también en escenarios marcados por fuertes oposiciones, donde sea necesario desentrampar elementos negativos permitiendo avanzar y alcanzar acuerdos que posean validez para todos los actores. En este caso en particular, los grupos participantes eran grupos de poder importante. Por un lado, los vecinos se caracterizaban por estar altamente empoderados, una población con altos niveles de educación y alta capacidad para ejercer sus derechos o hacer valer sus opiniones. Lo mismo con los Municipios, organizaciones con alta capacidad de gestión, con recursos técnicos y económicos, y con fuertes figuras políticas (tanto concejales como alcaldes). Pese a todo ello, el método utilizado -destacando el rol del mediador- fue de gran ayuda para comunicar grupos con intereses diversos. Fuentes Bibliográficas Plaza Las Condes / Fuente: Presentación Félix de Amesti en Seminario de Experiencias Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano, Julio 2008. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano •Sitio Web de Plataforma Urbana, http://www.plataformaurbana.cl/ •Eguiguren, T. (2003) “Impacto Espacial de Carreteras Urbanas. El nudo vial Estoril: Propuestas, Gestión y Participación Ciudadana”. Tesis para optar al título de Arquitecto y al Grado de Magíster en Desarrollo Urbano. Biblioteca Universidad Católica de Chile. 121 122 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano DISEÑO Y EJECUCIÓN DE OBRAS ESPACIOS PÚBLICOS DE LA COMUNA DE LA REINA REGIÓN METROPOLITANA Ciudad/ Localidad: Comuna de La Reina en la ciudad de Santiago. Población: La comuna posee 96.762 habitantes según el censo de 2002. Superficie: La comuna de La Reina posee una superficie de 23,4 km². Grupo objetivo: Vecinos de la comuna de La Reina y líderes de sus organizaciones territoriales y funcionales, funcionarios municipales y otros usuarios organizados de la comuna, trabajadores y estudiantes. Principal problema urbano: En la Villa La Reina existían espacios públicos de pequeña escala que se encontraban subutilizados y deteriorados, y que la población percibía como inseguros. Tipo de participación: Complementaria Top-down y Down-top (desde arriba hacia abajo y viceversa). Implementación de la gestión participativa de recuperación del espacio público con énfasis en la seguridad ciudadana. La Reina es una comuna pre-cordillerana de origen semi rural, condición que ha marcado su desarrollo, imprimiéndole un carácter urbano con una identidad propia que ha permanecido hasta ahora. Tiene una clara vocación tendiente a la preservación del medio ambiente, se ha apostado a normas urbanísticas cuyo propósito ha sido el no crecer en altura, y a potenciar su valor de “comuna verde”. La Reina proyecta la imagen de una comuna eminentemente residencial, sin embargo cuenta con una gran diversidad social, económica, cultural y productiva, lo que se expresa en la variedad de funciones que alberga además de la vivienda, parque industrial, aeródromo, zonas comerciales y parques. La diversidad también se expresa en los distintos sectores sociales que componen la comuna. En ella coexisten sectores de vivienda social, junto a parcelas y conjuntos de vivienda unifamiliares denominadas “comunidades”. Al contrario de lo que sucede en otras comunas, donde puede existir segregación social en el uso del espacio urbano, en esta comuna, los distintos actores de distintos estratos socioculturales, conviven armónicamente haciendo uso del espacio público sin barreras arquitectónicas que impidan esta relación. Una manera de recoger y potenciar esta particularidad es fomentar un mayor acercamiento entre los distintos grupos sociales, lo que puede producirse si estos participan activamente en la consolidación y el uso del espacio público. Esto favorece el encuentro y la integración de los distintos actores de la comuna, ya que el espacio público es el lugar de intercambio por excelencia, donde se generan y dinamizan las relaciones entre vecinos. Se identifica a esta comuna como de altos ingresos; no obstante en La Reina viven también importantes sectores de ingresos bajos y medios, de modo tal que, en suma, su ingreso municipal per cápita la define más bien como una comuna de ingresos medios. El Proyecto: “Participación para el desarrollo ambientalmente sustentable y la integración social en el espacio público de la comuna de La Reina” El proyecto “Participación para el desarrollo ambientalmente sustentable y la integración social en el espacio público”, implementado por la Municipalidad de La Reina, buscó generar una experiencia replicable de modernización del Estado a escala comunal. El foco de este proyecto estuvo en la participación de los vecinos en la gestión del Municipio, con énfasis en el diseño y la ejecución de obras de mejoramiento del espacio público. El proyecto tuvo como finalidad diseñar un modelo de gestión participativa del espacio público, en el que se resguardara la sustentabilidad ambiental. La recuperación de espacios deteriorados de manera participativa, promueve su mayor uso y su mantenimiento por los vecinos. Los espacios públicos se caracterizan por estar dispersos en el territorio comunal, no alcanzando a consolidar una red. El proyecto propuso establecer circuitos sobre la base de actividades comunes que allí se realizaran, de modo que la comunidad los percibiese como un todo. Especialmente relevante fue el tratamiento de los espacios públicos de tamaño reducido localizados en la Villa La Reina. La unidad vecinal Villa La Reina alberga al 16,1 por ciento de la población de la comuna y concentra el 80 por ciento de la población pobre de ésta, en una superficie de sólo 73,4 hectáreas. La mayor densidad de la Villa La Reina contrastaba con la escasa cantidad de espacios públicos habilitados en esta población. Existía una multiplicidad de espacios de pequeña escala con posibilidades de recuperación, pero que se encontraban subutilizados, deteriorados y, en algunos casos, utilizados en actividades ilícitas. En general, los espacios públicos habilitados se encuentran descuidados por los vecinos, a excepción de muchos de aquellos, que se generaron mediante su propia participación. Implementación del proyecto Plan regulador de La Reina, zonificación http://www.lareina.cl/lareina/f_plan.html Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano El proyecto se realizó por iniciativa de la Municipalidad de La Reina, en el marco del programa “Modernización del Estado: un Estado participativo al servicio de la ciudadanía”, del gobierno central, coordinado por la Agencia de Cooperación Internacional de Chile dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores. Este programa fue una iniciativa concursable de Microbasural frente al Jardín Infantil Paidahue cooperación, que contempla un aporte de la Unión Europea, equivalente al 50 por ciento del valor del proyecto, y otro de la contraparte nacional, por el mismo porcentaje. También se destinaron recursos para asesorías externas al Municipio en Metodología participativa y Desarrollo organizacional con distintos profesionales: 1) arquitecto, especialista en gestión urbana, con experiencia en trabajo interdisciplinario y recuperación de espacios urbanos seguros; 2) sociólogo, especialista en desarrollo organizacional, con experiencia en planificación y gestión participativa de proyectos y formación en desarrollo personal y liderazgo, y 3) otros profesionales, para otras áreas del proyecto. La gestión participativa del espacio público exigió nuevos roles de los actores locales para promover este quehacer y entablar mejores y mayores interacciones entre los diferentes actores sociales. Se propuso ampliar la gestión del espacio público a la acción de la sociedad civil, garantizando el ejercicio de sus derechos, aumentando la difusión y transparencia de la gestión pública, de manera de profundizar en los procesos y dar un paso adelante en las metodologías de la participación ciudadana, posibilitando ésta en las etapas de diseño y construcción de los espacios públicos de la comuna. El proyecto estuvo dirigido a los vecinos de la comuna de La Reina, a los líderes de sus organizaciones territoriales y funcionales, como juntas de vecinos, comités de adelanto, etc., como también a los funcionarios municipales de la comuna que se capacitaron especialmente para este efecto, mejorando su capacidad para interactuar con los vecinos así como en relación a la coordinación interna, entre diferentes instancias municipales. Estuvo dirigido también a otros usuarios como trabajadores y estudiantes, Asociación de Industriales de La Reina, docentes y apoderados del Jardín Infantil Paidahue. 123 124 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano deben estar presentes todos los actores, representantes políticos del gobierno local, profesionales y técnicos, junto a los vecinos y sus organizaciones. Proyectos piloto En el proceso -y de entre otras experiencias- se han realizado cuatro proyectos piloto, en los cuales los vecinos y otros actores comunales participan en el diseño y la ejecución de proyectos urbanos de mejoramiento de espacios públicos. Entorno del Jardín Infantil Paidahue después de la intervención Objetivos del proyecto Dado que el proyecto se realizó en el marco del Fondo del Programa de “Modernización del Estado: Un Estado Participativo al Servicio de la Ciudadanía”, el objetivo general fue predefinido en dicho programa: ”Contribuir al proceso de modernización del Estado chileno, a través del desarrollo de iniciativas que contribuyan a consolidar la institucionalización de un Estado al servicio de la ciudadanía y centrado en la participación”. Enfoque Participativo Como se ha mencionado, la iniciativa del proyecto surgió desde el Municipio, buscando implementar a largo plazo una gestión participativa del espacio público. Se ha reconocido que los proyectos de recuperación de espacios públicos pueden ser de iniciativa municipal (en la modalidad “Desde arriba”), en que es el propio Municipio el que invita a los vecinos a participar en un proyecto de diseño urbano; o bien, de iniciativa de los vecinos (en la modalidad “Desde abajo”), en cuyo caso se busca recoger una inquietud susceptible de transformarse en un proyecto propuesto y desarrollado entre la comunidad y el Municipio. En este contexto, se definen los requisitos para lograr la participación: 1) Reconocer las competencias de todos los actores (tanto las técnicas como aquellas adquiridas por el uso cotidiano del espacio); 2) Lograr ritmos adecuados en el cumplimiento de acuerdos, es decir, cumplir los compromisos y, 3) Convocar ampliamente a los vecinos que se comprometerán en un proyecto, para definir de común acuerdo las acciones que se emprenderán. Para que el proceso participativo sea representativo En la modalidad “Desde arriba”, se encuentran dos proyectos. El primero, ”Parque Ciclovía Las Perdices”, es una invitación a los vecinos de las poblaciones Villa Río Lauca, Villa Las Perdices y Condominio Social Universidad de Chile, que colindan directamente con este Parque, para determinar criterios de diseño para el futuro Parque Las Perdices en el tramo Av. Larraín y Calle Talinay. El segundo, “Recuperación del Centro Comercial de Villa La Reina”, es una invitación a los locatarios del mercado a organizarse y acordar un plan de trabajo para realizar primordialmente, proyectos de mejoramiento del entorno, y a coordinar en terreno un Programa de Mejoramiento Urbano ejecutado por el Municipio. En la segunda modalidad “Desde abajo”, se encuentran otros dos proyectos. El tercero en la lista, “Mejoramiento del entorno del Jardín Infantil Paidahue”, que correspondió a una iniciativa de la Junta de Vecinos N° 13 en conjunto con el Jardín Infantil Paidahue, cuyo objetivo fue eliminar un microbasural y ejecutar plazas y áreas verdes en la platabanda de calle Quillagua frente establecimiento. El cuarto, “Mejoramiento de calle Diputada Laura Rodríguez”, ejecutado, fue una iniciativa de la Asociación de Industriales de La Reina para retirar contenedores de basura mal emplazados, ejecutar obras de paisajismo, iluminación y mejoramiento de fachadas. Finalmente, construir una ciclovía en la calle Diputada Laura Rodríguez, en el tramo Av. Larraín y Calle Talinay, buscaba aprovechar la oportunidad representada por la apertura de la calle Valenzuela Llanos. Ambas iniciativas fueron recogidas por el Municipio e integradas al desarrollo participativo de proyectos, al igual que otros que fueron surgiendo por iniciativa de los vecinos con posterioridad a los proyectos piloto; por ejemplo, el mejoramiento de la Plaza Chungará. Estos proyectos son postulados a fondos regionales (FNDR) o bien, deben contemplar la gestión de otros recursos Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano para su financiamiento. Los participantes del proyecto (vecinos, empresarios, organizaciones territoriales y funcionales, etc.) realizaron también aportes para su ejecución a través de dinero, materiales y/o trabajo comunitario. Por ejemplo, para la ejecución del proyecto piloto “Mejoramiento del entorno del Jardín Infantil Paidahue”, los vecinos, algunos apoderados del Jardín Infantil, la Junta de Vecinos N° 13 y las agrupaciones deportivas del gimnasio colindante, participaron gestionando con empresas del sector aportes en dinero y en materiales, y/o trabajando en la ejecución de las obras durante los fines de semana, entre los meses de junio y octubre de 2007. Metodología participativa del proyecto La metodología participativa utilizada se basa en la idea de consolidar un modelo de desarrollo, que articule al gobierno local y a los vecinos, en iniciativas de mejoramiento del espacio público, integrando a la comunidad, entregando respuestas adecuadas a las necesidades locales, de los barrios, coordinar aportes de distintos sectores y asegurar el mantenimiento y su posterior cuidado. La metodología diseñada contempla cuatro etapas: 1.Identificación del proyecto. En esta etapa participan los profesionales municipales, los asesores externos y los dirigentes vecinales. Los profesionales recopilan la información existente, visitan el terreno, contactan a los dirigentes vecinales y evalúan los alcances y riesgos del proyecto. La participación esperada en esta etapa es esencialmente informativa y consultiva. Cabe hacer notar que la iniciativa para realizar el proyecto puede provenir tanto de los vecinos como del Municipio. 2.Diseño participativo del proyecto. En esta etapa participan todos los vecinos de un determinado sector, los dirigentes vecinales, los profesionales municipales y los asesores externos. La convocatoria debe ser amplia y asegurar la concurrencia del mayor número de actores, que permita obtener la mayor calidad en términos de puntos de vista. En esta etapa se realizan a lo menos tres talleres con toda la comunidad. Estos son: • Taller(es) de problemas y oportunidades • Taller(es) de definiciones en terreno • Taller(es) de conclusiones y plan de trabajo. La participación que se espera en esta instancia es resolutiva; es decir, corresponde a la toma de decisiones. 3.Definición y desarrollo del plan de trabajo: En esta etapa participan las comisiones de trabajo conformadas en el taller de conclusiones (designados: vecinos, dirigentes, funcionarios municipales) y los asesores externos. Se definen las tareas, los responsables, los apoyos necesarios y los plazos. Se desarrollan los proyectos específicos (cuando corresponda), se definen los presupuestos y se identifican los aportes. En esta etapa la participación que se espera es resolutiva, pues responde a toma de decisiones. 4.Seguimiento de la ejecución de las obras: En esta etapa participan el Municipio y/o los vecinos. Existen dos modalidades: • Ejecución participativa con aporte de distintos actores, por ejemplo, mano de obra, materiales y dinero en proyecto piloto “Mejoramiento del entorno del Jardín Infantil Paidahue”; o aporte de ejecución financiada por la Asociación de Industriales de La Reina en el proyecto piloto “Mejoramiento de calle Diputada Laura Rodríguez”, actualmente en desarrollo. • Postulación a fondos regionales y licitación para la ejecución, por ejemplo, el proyecto piloto “Parque Ciclovía Las Perdices”. El punto crucial de la metodología explicitada, correspondió al taller de definiciones en terreno. 125 126 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Como señala la Asesora en Espacio Público del proyecto, María José Castillo: “Lo que nos ha dado mejores resultados es el taller de diseño en terreno. Hemos elaborado una forma de trabajo que consiste en una visita guiada por el lugar a intervenir, en la que los vecinos exponen las distintas propuestas de mejoramiento en cada lugar específico. Luego se debaten las alternativas y se decide cuál es la mejor opción. Las decisiones de proyecto quedan dibujadas en un plano. Esto se realiza directamente en terreno, sobre una mesa que se va trasladando de lugar”. el proceso participativo, especialmente cuando es necesario este acuerdo para lograr objetivos comunes de mejoramiento. El proyecto contempló evaluaciones participativas de “cada práctica”, con el fin de extraer lecciones que permitiesen perfeccionar esta metodología. Con la sistematización de las experiencias se buscó que éstas pudiesen adaptarse y replicarse en otros Municipios, con la participación de la Asociación de Municipalidades, Subsecretaría de Desarrollo Regional y otras organizaciones. La falta de recursos para la ejecución de los proyectos puede impedir o dificultar el proceso participativo, y en consecuencia conviene contar con una estrategia que contemple por una parte, un presupuesto municipal reservado y concursable para estas iniciativas, y por otra, la posibilidad de aportes de diversos actores, ya sea en recursos económicos o humanos. Debilidades Aprendizajes de la experiencia participativa Un elemento que obstaculiza el proceso participativo es la forma de trabajo de los profesionales municipales, con agendas diarias recargadas. Se llega a estimar que los procesos en los cuales se compromete a más actores serán más lentos que los proyectos en los cuales no existe o existirá consulta a la ciudadanía. Pueden resumirse en: Otra dificultad surge por una incipiente coordinación entre distintas direcciones municipales, ya que esta metodología es multidisciplinaria y por lo tanto se necesita que los profesionales del área social y del área urbana trabajen complementariamente. Dada la complejidad de estos proyectos, sobre todo en los detalles de la ejecución, se requiere contar con un coordinador de alta iniciativa y autonomía, que en su perseverancia, actúe vinculando a la comunidad con las distintas instancias municipales. Una persona de estas características no siempre se encuentra, más aún cuando cada proyecto requiere un profesional que asuma esta función. El apoyo de las jefaturas al trabajo transversal, en un entorno de características fundamentalmente verticales, también presenta un desafío. La falta de coordinación entre los distintos actores generó inevitablemente el lento establecimiento de las confianzas, debido a que los plazos reales resultaron mayores a los previstos inicialmente. Otra debilidad del proceso es la escasa posibilidad de participación que han tenido históricamente los vecinos, por lo que surgen demandas que están fuera del ámbito de la intervención, y es necesario prever tiempos para la socialización de éstas. Especial cuidado debe tenerse con la factibilidad de dar respuesta a las distintas demandas y expectativas de los vecinos. • Espacio de aprendizaje El programa establece un espacio de aprendizaje donde funcionarios municipales, vecinos y sus dirigentes adquieren herramientas para el trabajo conjunto en el mejoramiento de espacios públicos. • Espacio de encuentro El programa constituye un espacio de encuentro entre diversos actores que ponen en un lugar común diferentes necesidades. • Prevención de conflictos En el ámbito municipal, las direcciones comienzan a reconocer que la coordinación previa con la comunidad es útil para prevenir potenciales conflictos, sirviendo como facilitador. • Fortalecimiento de dirigentes sociales y relación fluida con el Municipio En el ámbito de las organizaciones sociales, por un lado, se fortalece el posicionamiento de los dirigentes, al producirse resultados concretos para la comunidad, y por el otro, se abre un canal expedito de comunicación con los actores municipales, que se sigue utilizando más allá del proyecto específico. El no alcanzar oportunamente consensos y acuerdos entre los dirigentes del gobierno local también debilita Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano En este contexto, se distinguen fortalezas • El incremento de la confianza de los vecinos en organizaciones sociales como lo son las juntas de vecinos. • El mantenimiento del espacio público, cuando hay participación de los vecinos en su ejecución. • El aumento de la calidad de las obras, cuando existe control de los vecinos. • La mejor relación entre el Municipio y los vecinos: un Municipio abierto a la comunidad que recibe sus inquietudes y se compromete en la búsqueda de soluciones. Se observan también debilidades • La participación en desequilibrio de los actores durante el proceso, sobre todo si éste es prolongado y requiere que la ejecución sea comunitaria. • La escasa disposición de los vecinos para ejecutar trabajos (a veces llegan a considerar que hacen trabajo que le corresponde al Municipio). • Los vecinos esperan que sean otros quienes le solucionen los problemas. • Las organizaciones sociales y los vecinos mantienen demandas insatisfechas con el Municipio. • Los plazos resultan ser mayores a los esperados. • Las instancias municipales no siempre pueden otorgar prioridad a los requerimientos del proyecto; junto con logros importantes, a veces también se pueden producir retrasos. Réplica de la metodología participativa del proyecto La metodología participativa, con sus diversas etapas -la identificación de un proyecto posible y su correspondiente estudio de riesgos y alcances; un proceso participativo en el cual es fundamental el trabajo en terreno; el diseño de un plan de trabajo en que cada actor asume responsabilidades y plazos- es una herramienta que se puede adaptar a cualquier proyecto de desarrollo urbano y de mejoramiento del espacio público. El proceso de participación comunitaria se potencia cuando se acompaña de un fortalecimiento de los actores, mediante la capacitación de las organizaciones sociales y el desarrollo organizacional municipal. Fuentes Bibliográficas •Entrevista a Marcela Quezada, Directora SECPLAN Municipalidad de La Reina, 8 de mayo, 2008. •Entrevista a María José Castillo, Asesora Espacio Público, y Carolina de la Lastra, Asesora Desarrollo Organizacional, Proyecto UE-La Reina, 25 de enero, 2008. •Municipalidad de La Reina, Proyecto de Cooperación Internacional “Participación para el Desarrollo Ambientalmente Sustentable y la Integración Social en el Espacio Público de la Comuna de La Reina”, Programa de Modernización del Estado: un Estado participativo al servicio de la ciudadanía, segunda convocatoria, agosto 2005, documento interno. •Municipalidad de La Reina, Proyecto “La gestión ambiental que queremos: desde Villa La Reina a la comuna”, Concurso “Agentes no estatales y autoridades locales en el desarrollo”, UE-Chile, mayo 2008, documento interno. •Sitio Web de Municipalidad de La Reina http://www.lareina.cl 127 128 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano CONDOMINIO JUAN EGENAU, COMUNA DE LA FLORIDA REGIÓN METROPOLITANA el mejoramiento de este condominio de vivienda social. Como se ha mencionado, el Programa supone la co-gestión entre Municipalidad, el aporte financiero de los beneficiarios y el MINVU, en este caso, recursos económicos destinados al pago de gastos notariales y otros derivados de la constitución en Comité de Administración de acuerdo a la Ley de Copropiedad, y la contratación de profesionales a fin de gestionar y alcanzar la constitución de las copropiedades. Ciudad/ Localidad: Condominio Juan Egenau, Comuna de La Florida, Santiago. Grupo objetivo: Habitantes del Conjunto Habitacional “Juan Egenau” de la comuna de La Florida (300 habitantes distribuidos en 62 departamentos). Principal problema: Viviendas en copropiedad con problemas de deterioro físico y convivencia. Tipo de participación: Down-Top (desde abajo hacia arriba). La Villa Juan Egenau es un condominio de vivienda social conformado por tres bloques, con un total de 62 departamentos, que se encuentra ubicado en las esquinas de la calle Santa Raquel y Dr. Sotero del Río en la comuna de La Florida (foto 2). Se caracterizaba como un barrio con una débil organización social, pese al gran esfuerzo de sus dirigentes. Con el tiempo fueron apareciendo problemáticas propias a este tipo de agrupamientos, tales como ampliaciones sobre espacios de propiedad común, venta de drogas y la inseguridad que esto conlleva, falta de tranquilidad especialmente los fines de semana, y un deterioro físico progresivo. La vida en Villa Juan Egenau venía haciéndose cada vez más difícil. Las relaciones entre sus vecinos se había ido deteriorando. La presencia de delincuencia y micro tráfico al interior de los departamentos generaba total descontrol. Ninguna obra de mantención ni adelanto había acontecido en 11 años. El 8 de octubre del año 1998 se publica en el Diario Oficial, el Decreto Supremo 127 (Ministerio de Vivienda y Urbanismo), de 1998, a través del cual se reglamentó “un Programa Participativo de Asistencia Financiera a Copropietarios de Condominios de Viviendas Sociales, con el objeto de destinar recursos para ser asignados a todos o algunos de los siguientes objetivos: a) En los bienes de dominio común, con el fin de mejorar la calidad de vida de los habitantes del condominio. b) En gastos que demande la formalización del reglamento de copropiedad del condominio y en los que se originen de la protocolización del referido reglamento, de las actas que contengan modificaciones a dicho reglamento, de la nómina de los miembros del Comité de Administración, y de la designación del administrador, en su caso, y sus direcciones. c) En instalaciones de las redes de servicios básicos que no sean bienes comunes. Objetivos y metodología de intervención Ubicación Condominio Juan Egenau. Fuente: www.googleearth.com Para los fines de la aplicación de este reglamento se debe entender por condominios de viviendas sociales aquellos a que se refiere el Título IV y el artículo transitorio de la Ley 19.537, sobre Copropiedad Inmobiliaria. El objetivo general planteaba la necesidad de lograr la autogestión de la administración de los bienes comunes, la regulación de la vida en co-propiedad y el cofinanciamiento de obras de mejoramiento. Además, se propusieron otros objetivos que permitieron transferir al conjunto de los copropietarios, conocimientos básicos sobre la Ley de Copropiedad Inmobiliaria y por otra parte, promover la organización e implementación del sistema de administración de la copropiedad, entendiendo que ello otorgaría garantías de habitabilidad a los vecinos y aseguraría las bases para comprometerlos en la transformación de su entorno físico y social. Respecto a la metodología de trabajo implementada en el proyecto, ésta se orientó a organizar de acuerdo a la ley de copropiedad vigente a ese momento, a Las líneas de atención que comprende este programa son financiadas con los recursos contemplados para estos efectos en el presupuesto del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, los que se asignan a los SERVIU, y con los aportes que para este fin efectúen los Municipios y los copropietarios; o con otros aportes que terceros destinen al efecto. El ministro de Vivienda y Urbanismo puede, en casos calificados derivados de incendios o de catástrofes naturales, o de situaciones de emergencia por deterioro estructural o sanitario, mediante resoluciones fundadas, eximir a determinados condominios de viviendas sociales de la exigencia de concurrir con los aportes de los Municipios, de los copropietarios o de los terceros a financiamiento del programa, señalando en la misma resolución los recursos que se destinarán a la atención de los condominios afectados.14 En el contexto anterior, y a partir de la acción realizada principalmente a través de una ONG, se difunde este Programa entre los vecinos; es decir, se difunde en relación con la posibilidad de acceder a fondos para 14 Oración final agregada por el artículo único del D.S. 20, (MINVU) de 2001. Posteriormente este artículo es reemplazado por el artículo único del D.S. 100, (MINVU) de 2002. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Portada Manual Elaborado por ONG Cordillera Fuente: ONG Cordillera. condominios -antiguos- que presentaban fuertes y variadas resistencias a un cambio en el sistema de vida que llevaban por tantos años al interior de sus conjuntos habitacionales. La metodología de intervención se organizó en seis momentos: a)Inserción de los profesionales y presentación de la asesoría; b)Difusión de la Ley de Copropiedad; c)Elaboración y difusión del Reglamento de Copropiedad; d)Organización y realización de asambleas de copropietarios; e)Trámites de formalización e inscripción del reglamento y f) Revisión de rechazos de Reglamentos y correcta inscripción. El Proceso de Participación Lecciones del trabajo en terreno •Información directa y oportuna Se comenzó Informando a los vecinos acerca de su condición de co-propietarios de un condominio. Esto a través de diarios murales, boletines escritos, asambleas informativas, conversación con cada vecino, casa por casa. Se comprobó que algo que parecía tan simple provocaba desconcierto e inseguridad en los vecinos. Los idea respecto a que la formalización de un Reglamento de Copropiedad, los obligaría a pagar contribuciones y que los gastos comunes serían muy altos, de alguna manera interferían con el trabajo. Por otra parte, las relaciones entre los vecinos estaban deterioradas desde tiempo atrás y esto hacía todo más lento. La desconfianza entre ellos se contraponía a los deseos de reunirse y ponerse de acuerdo acerca de un reglamento en donde también se debía dar respuesta a situaciones que condujeran a una buena y adecuada convivencia, normando en esa dirección. Lo anterior confirmó la necesidad de diseñar y aplicar una estrategia comunicacional: Ante la necesidad de que todos los copropietarios estuvieren informados, no bastaba con una carta o un boletín, sino que se requería de un conjunto de acciones que permitieran recoger las opiniones de los copropietarios, generar espacios de discusión y diálogo, informar sobre la ley, crear consenso respecto a la necesidad de organizarse. Esto demanda un intenso trabajo comunicacional, el que puede desarrollarse aplicando distintas técnicas: panfleteo, puerta a puerta, charlas, grupos de discusión por block, asambleas generales, etc. 129 130 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano •Elaboración participativa del reglamento de copropiedad En esta tarea es necesaria y de vital importancia la participación de los copropietarios, dado que se trata de identificar las dificultades que viven en sus condominios y plantear normas que sirvan para resolver los problemas existentes y los futuros, que se pudiesen producir en el condominio, asociados a la conducta de los vecinos y al uso de los bienes comunes. En el proceso de acercamiento, se distribuyó puerta a puerta un “Reglamento Tipo” y un boletín con los principales conceptos de Ley de Co propiedad; así también, se citó a Asambleas de discusión, a fin de plantear modificaciones al difundido Reglamento Tipo, todo ello con el propósito final de aprobar un Reglamento de Copropiedad. A estas alturas, ya existía un grupo de vecinos que se había ido convenciendo de la validez de este proceso y actuaron como promotores de este proyecto. Es fácil que los agentes externos (Municipios, ONG, profesionales) puedan caer en imponer un “Reglamento Tipo” a distintos condominios; si ello ocurriere, no se estaría apuntando a plantear una solución más cercana y tal vez más efectiva a las reales problemáticas de sus copropietarios; simplemente se estaría cumpliendo con un requisito legal, pero sin tener mayor incidencia en la dinámica social del condominio. Sin embargo, es conveniente apoyarse en instrumentos para la elaboración del Reglamento, como el “Reglamento Tipo”, del Ministerio de Vivienda, o bien otras propuestas, como el que se incluye en el “Manual para la Administración y Organización de Condominios de Viviendas Sociales”.15 •Constituir equipos de trabajo Es fundamental desde el principio, orientar la asesoría a identificar y preparar a un grupo de copropietarios con capacidad de liderazgo que impulse el proceso organizativo y asuma las responsabilidades que se van generando a partir de organizarse. •Cumplir con las exigencias legales para aprobar Reglamento de Copropiedad y elegir Comité de Administración Para iniciar la administración del condominio es necesario aprobar el Reglamento de Copropiedad y nombrar al Comité de Administración. La ley establece que este tipo de acuerdos se tomarán en asamblea extraordinaria de copropietarios y en el caso del Reglamento de Copropiedad se exige de la presencia de un Notario Público. De ahí que dicha asamblea requiera de una preparación previa que incluye construir o levantar un catastro de copropietarios, citarlos a la asamblea, motivarlos por otros medios a la participación y tomar acuerdo con un notario público para asegurar su presencia en ella. La ley contempla un quórum de copropietarios para constituir Comités de Administración. Esto se dificulta todavía más por dos hechos: la antigüedad de la copropiedad (porque sube el número de copropietarios fallecidos sin que los herederos tengan posesión efectiva, o porque arriendan su vivienda dejándola en manos de los arrendatarios, quienes solamente pueden suplirlos si les ha sido otorgado poder notarial) y, el tamaño de la copropiedad (normalmente se da el caso que, mientras más grande es, resulta menos posible conseguir el quórum de constitución y/o aprobación de Reglamento). Los problemas vuelven a aflorar. La oposición de vecinos -incluso con acciones intimidantes-, obstruyen la organización. Los motivos son variados: uso sin permiso de los bienes comunes (caso de ampliaciones en el primer piso); el microtráfico; la no aceptación de un cambio en su forma de vida que impone la comunidad (mascotas, música, cierre de puertas). Proceso de aprobación de Reglamento Fuente: ONG Cordillera. Pese a lo anterior, finalmente se logran con éxito ambas asambleas. Constituido el Reglamento del condominio, la comunidad, los copropietarios, pudieron postular a un fondo de Mejoramiento de espacios comunes de condominios sociales de que disponía la Municipalidad 15 Cordillera, Centro de Estudios Municipales, 2000. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano de La Florida. Ampliamente se discutieron los proyectos que se postularían, estableciéndose negociaciones en asambleas, al mismo tiempo que se reunieron recursos para entregar como aportes propios, para la postulación a dicho fondo. Se lograron los recursos y las obras fueron inauguradas con una linda fiesta comunitaria. Resistencias y los Facilitadores La organización de un condominio -antiguo- aplicando las disposiciones de una nueva ley de copropiedad inmobiliaria, es un proceso que puede despertar -como en todo tema-, adeptos y detractores entre los copropietarios. Por lo anterior, es importante identificar tanto los factores que dificultan como los que facilitan el éxito del proceso organizativo. a) Las Resistencias Es posible identificar grupos de vecinos que por distintas razones se resisten al proceso organizativo; entre ellos podemos distinguir los siguientes: •No le encuentran sentido. Se trata de quienes preguntan ¿para qué tener un Reglamento de Copropiedad si hasta ahora hemos logrado vivir sin él? Esta postura tiene su base en el escepticismo y resignación; sencillamente no se cree que las circunstancias puedan mejorar. No se ve posible, por ejemplo, que los vecinos que presentan conductas de cierta arrogancia, las cambien. Frente a ellos es importante reconocer, que el Reglamento por sí solo no va a cambiar la situación; dependerá de que ellos sean capaces de apoyarse en él y de contar con un buen grupo de dirigentes, el Comité de Administración, que lo haga efectivo. •Algunos se sienten amenazados en su cotidiano vivir. Frecuentemente aparece otro grupo de copropietarios que tienen plena conciencia del “abuso” que han hecho en el uso de los bienes comunes (apropiación de terrenos comunes para ampliaciones de departamentos, garaje para vehículos, estacionamientos de buses), del deterioro que ocasionan en el condominio (mantienen vehículos en desuso en los patios comunes), o de las malas relaciones que mantienen con sus vecinos por sus actitudes (fiestas hasta altas horas de la noche, animales domésticos en pasillos de los departamentos). Sin duda es este grupo de copropietarios el que dificultará más activamente el proceso organizativo. A algunos de ellos, por ejemplo los que se han ampliado en espacios comunes, se les puede cambiar de opinión haciéndoles ver las posibilidades de negociar con sus vecinos su situación y plasmar el acuerdo en el Reglamento de Copropiedad. “No todos los vecinos quieren pintar su fachada” Fuente: ONG Cordillera. •Otros opinan que serán perjudicados en su condición de vivienda social. Muchos copropietarios piensan que al organizarse variará su condición de vivienda social, es decir se piensa que por el solo hecho de ser condominio, los Municipios los pondrán en un nivel superior, por lo que tendrían que pagar contribuciones y perderán las asignaciones y ayudas dadas por éste. Este error nace en la creencia de que está en ellos decidir ser o no ser condominio, no saben que sus departamentos fueron construidos bajo la antigua y anterior Ley de Propiedad Horizontal.16 Frente a lo anterior, es de relevancia entregar a este grupo la información correcta. •Prevalece el bienestar individual por sobre el colectivo. Algunos copropietarios, sin recurrir a otras razones, explican que no les interesa lo que se realice en el condominio, que sólo les preocupa lo que pase al interior de sus departamentos, ya que éste es el bien que a ellos les ha costado. No importa que su conducta pueda afectar al resto al no poder, por ejemplo, acceder a fondos o proyectos sociales que exigen que el condominio esté organizado con un Reglamento de Copropiedad. Con este grupo es poco lo que se puede hacer, porque se trata de comportamientos muy afianzados que requieren de intervenciones de largo plazo para modificar dichas conductas. b) Los Facilitadores • La existencia de un grupo de vecinos con liderazgo y capacidad de trabajo. Es fundamental que la iniciativa cuente con un grupo responsable que se 16 Ley 6.071 sobre Propiedad Horizontal (1937), antecesora de las Ley 19.537. 131 132 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano proyecte en el tiempo y que sea capaz de ver el Reglamento de Copropiedad y la existencia del Comité de Administración como elementos básicos para emprender un trabajo permanente de mejoramiento del barrio. Resulta un facilitador contar con equipos de trabajo, con personas que tengan llegada a sus vecinos y favorezcan la comunicación expedita de la iniciativa. • Participación pertinente de los actores públicos involucrados. La etapa de organización del condominio de acuerdo a la ley, exige la participación de algunas importantes figuras e instituciones. Particularmente resulta un facilitador contar con la sensibilidad de la figura del notario público, ya que puede requerirse su presencia en más de una asamblea y porque las oportunidades en que la comunidad fije las asambleas serán probablemente fuera del horario normal de funcionamiento de las notarías. Esto, sin considerar los costos económicos de este servicio. También podría requerirse la intervención del Juez de Policía Local cuando no se alcancen los quórum exigidos por la ley para las asambleas. En estos casos será un facilitador que el Juez de Policía Local actúe con rapidez buscando soluciones. • Participación de agentes asesores y de apoyo. La presencia de un agente externo que brinde asesoría técnica, responde además a la necesidad de respaldo que requieren las personas de la propia comunidad que lideran la iniciativa. En este sentido es fundamental que la asesoría sea flexible, que considere la complejidad de las situaciones que pueda presentar el condominio, que anime a los dirigentes a continuar cuando las resistencias de algunos vecinos los desmotiven o incluso intimiden. Innovaciones y aspectos destacados de la experiencia participativa El trabajo en diversos condominios de La Florida fue el impulso inicial para la creación de la Coordinadora Comunal de Condominios Sociales, primero en La Florida, para luego promover la generación de una Red Metropolitana de Condominios de Vivienda Social que ha significado constituir un actor social nuevo, con conocimiento de sus derechos y capacidad de diálogo y propuesta. Por su parte, la interlocución permanente de habitantes de condominios sociales con actores políticos y autoridades del MINVU ha producido cambios en materia de Política Pública. La fuerte incidencia de la Coordinadora de Condominios Sociales en La Florida derivó en el hecho que el Municipio creara una oficina especializada para el apoyo a las gestiones de formalización. Fortalezas y debilidades de la experiencia participativa Entre las fortalezas de la experiencia, queda demostrado que la generación de un Comité de Administración y un Reglamento de Copropiedad, han permitido mejorar substancialmente la vida social, relaciones de convivencia y vida en copropiedad. Ello ha aportado también al impulso de la autogestión de recursos para el mejoramiento físico de bienes y espacios comunes, tales como conseguir pinturas para fachadas y organizar el trabajo voluntario para su ejecución, mingas para arborización y mantenimiento de áreas verdes, entre otros. Por su parte, las principales debilidades se encuentran en la rápida pérdida de confianza y decaimiento en la participación cuando no existen plazos y resultados claros. Elementos a replicar Entre los principales elementos que debieran ser considerados para replicar este tipo de experiencias se encuentra: • Informar siempre respecto a limitaciones y posibilidades de la política pública para mejorar la calidad de vida a quienes viven en condominios sociales. • El contacto directo, uno por uno por parte de los dirigentes con sus vecinos como metodología para llegar a consensos mínimos. • La inclusión de todos los actores. Condominio Violeta Parra Fuente: Elemental Chile. RADICACIÓN DE ASENTAMIENTO EN QUINTA MONROY Ciudad/ Localidad: Quinta Monroy, Iquique, Chile. Nombre del asentamiento: Condominio de vivienda social dinámica sin deuda “Violeta Parra”. Ubicación: Manzana ubicada entre calles Hernán Fuenzalida, Pedro Prado, Diego Portales y Galvarino. Superficie terreno: 4.980 m2 aprox. Número de habitantes: 95 familias ( promedio 4 personas por familia). Número de viviendas: 95 viviendas progresivas; superficie base entre 25 y 36 m2; con potencial crecimiento hasta 72 m2. Superficie sitios: 9 x 9 m2 (81 m2). Tipo de participación: Top-Down (desde “arriba hacia abajo”) Página web: www.elementalchile.cl Quinta Monroy es el antiguo nombre de un asentamiento informal en pleno centro de la nortina ciudad de Iquique. Hoy día se llama Condominio Violeta Parra, y está conformado por 95 “viviendas progresivas” que al momento de su entrega medían entre 25 y 36 m2. En la actualidad los vecinos ya han realizado una serie de ampliaciones, por lo que algunas de estas viviendas han llegado a crecer completando una superficie construida de 80 m2, luciendo fachadas e interiores mejores que los entregados originalmente. El proceso para alcanzar estos logros, sin embargo, demoró en llegar, pero cuando lo hizo, no sólo hubo Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano innovación, sino que la participación de los futuros propietarios contribuyó a la integración social. El campamento conocido como Quinta Monroy17 tuvo su origen en los años setenta, en que progresivamente los terrenos fueron ocupados por familias de escasos recursos, autorizados en esa época por Ernesto Monroy, uno de los propietarios del terreno. Con el paso de los años las familias que allí habitaban se fueron radicando, subdividiendo los terrenos para acoger nuevos residentes. En el año 1995 Ernesto Monroy muere y comienzan los conflictos. Por un lado, la sucesión Monroy comienza un juicio para regularizar la propiedad del terreno, y por otro, los pobladores, quienes si bien no forman parte de la sucesión, comenzan a realizar gestiones ante el Ministerio de Bienes Nacionales reclamando el derecho a propiedad que sentían les correspondía, por derecho y en honor a la gran cantidad de años viviendo en dicho lugar. Esta disputa duró cinco años, involucrando a diversas autoridades, sin que se arribara a ninguna solución. Los pobladores mantenían su posición, acompañada de su firme y sostenido deseo de no ser erradicados y arraigarse definitivamente en los terrenos en que habían desarrollado sus vidas por tanto tiempo. En el año 2000 el Gobierno Regional de Tarapacá a través del Programa Chile Barrio, llega a una solución inicial, comprometiéndose a comprar los terrenos con el objetivo de construir un conjunto habitacional para 17 Información tomada de www.elementalchile.cl y Cortese Tomás. Tesis proyectual para optar al grado de arquitecto, magíster en arquitectura: Transformacion social y material en Iquique / 2002-2005. 133 134 Capítulo 3 / Experiencias Internacionales y Nacionales de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano los pobladores inscritos en el comité de vivienda. Este es el comienzo del fin del asentamiento irregular Quinta Monroy. El terreno tiene una superficie aproximada de 4.908 metros cuadrados. Muchos concuerdan en que, interiormente, éste se asemeja a un laberinto, conformado por una serie de pasajes con algunas viviendas en estados sumamente precarios. Varias de éstas carecen de servicios básicos: agua potable y alcantarillado. La calidad de vida se ve fuertemente afectada en estas condiciones. En 2002, a través del Programa Chile Barrio, el Gobierno Regional de Tarapacá contrata a un equipo multidisciplinario de una Universidad. Se suma a éste el grupo denominado Elemental18 y tras un proceso creativo participativo arriban a una solución de diseño, que al margen de dar una respuesta habitacional conjuga otra serie de variables vinculadas con la inclusión de la comunidad, la reafirmación de la identidad del lugar, la integración social y la posibilidad de demostrar que es posible abordar el problema de la vivienda social desde la innovación y calidad. El principal problema a sortear es el bajo presupuesto con el que se cuenta, dado que se enmarca dentro del presupuesto del Programa de Vivienda Social Dinámica sin Deuda,19 orientado a personas de escasos recursos sin capacidad de endeudamiento, consistente en un subsidio de alrededor de UF 280 por familia con el que se debe financiar la compra del terreno, los trabajos de urbanización y la construcción de la vivienda. El equipo consultor formula un proyecto que considera entregar a los beneficiarios cerca de 30 metros cuadrados iniciales terminados “contenidos en una estructura soportante mayor, calculada para albergar y ordenar etapas de crecimiento progresivo. La vivienda definitiva tiene la capacidad de crecer ordenadamente hasta un promedio de 70 metros cuadrados, lo que se considera ya dentro del estándar de una vivienda de clase media. Por otro lado, aproximadamente el 60 por ciento de la imagen urbana final es desconocida, dado que es 18 www.elementalchile.cl 19 Sobre vivienda social dinámica sin deuda, consultar http://www.serviurm.cl/index.php?option=com_content&ta sk=view&id=60&Itemid=74 Etapas del proyecto “Los objetivos planteados para esta asistencia técnica deben tomar como referencia obligada el programa “Un Barrio para Mi Familia” que financia el Fondo de Solidaridad e Inversión Social FOSIS y cuyo objetivo es apoyar a las nuevas comunidades en su habilitación para la vida en comunidad. Este programa implícitamente reconoce la relación que existe entre organización social y la idea de barrio. Lo que hace particular a la adaptación de este programa, es que implica realizar la asistencia durante la fase de campamento y no después de la entrega de las casas. Esto convierte la intervención en una instancia preparatoria de una fase final, cuyo centro de operaciones es un campamento”. Tomás Cortese, Arquitecto miembro equipo consultor. En la radicación de Quinta Monroy se pueden distinguir cuatro principales etapas: En primera instancia, los habitantes de la “toma” -dada la larga trayectoria de conflictos que marcó el largo anhelo de contar con una vivienda propia-, manifestaron en un principio desconfianza al proyecto. Asentamiento Quinta Monroy Fuente: Elemental Chile. Actores involucrados en el proyecto Mandante: Gobierno Regional Tarapacá - Chile Barrio. Contraparte técnica: Chile Barrio (Nivel Central e Iquique), MINVU (DPH / DITEC, SERVIU/ SEREMI Iquique), Municipalidad de Iquique. Consultor: Pontificia Universidad Católica de Chile. Asistencia técnica permanente producto de la intervención de cada habitante. La parte edificada (lo que alcanza a financiar el subsidio) asume el rol de enmarcar estructuralmente el espacio incógnito disminuyendo el riesgo de ampliaciones realizadas sin conocimiento técnico, al mismo tiempo que sirve de marco general, ordenador de las diferentes ampliaciones”.20 La demanda al equipo consultor Este, estipuló como una primera etapa, el traslado de las familias a un campamento transitorio en Alto Hospicio; de esta forma proceder a demoler las viviendas de Quinta Monroy y comenzar la construcción definitiva del Condominio, para -finalmente-, relocalizar a los beneficiarios en sus viviendas definitivas. Algunos vecinos dudaron profundamente de las etapas propuestas para su instalación definitiva en los terrenos de la ex Quinta Monroy, debió realizarse un trabajo directo y sostenido con la comunidad, en el cual “el campamento transitorio” funcionó como el principal centro de operaciones. Se debe lograr: • Densificación sin hacinamiento en un área urbana consolidada. • La vivienda debe permitir un crecimiento progresivo sin que esto implique su precarización. • Seguridad estructural que prevea ampliaciones durante el tiempo. • La adaptación de la tipología y del conjunto completo debe incluir la participación de la comunidad. Fase de relocalización I De Quinta Monroy a “campamento de transición” en Alto Hospicio La participación y contacto directo con la comunidad está incluida en todas las fases de este proyecto, a través de diversos programas de asistencia técnica a las familias beneficiarias. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano En la primera etapa de diseño, la comunidad se vio involucrada a través de diferentes acciones: • Un recorrido del campamento y visitas en profundidad a trece familias y el conocimiento de sus viviendas, realizando distintos croquis y catastros. De estas visitas surgen antecedentes sobre temas prioritarios para los vecinos, así como el reconocimiento de algunos conflictos entre la comunidad. • Un taller participativo -con la comunidad-, en el que en primera instancia se presenta y discute con los beneficiarios las oportunidades, desafíos y restricciones que habrá que tomar en cuenta para contar con un resultado que se condiga con la realidad. Por otro lado este Taller sirve para despejar todas las dudas y preguntas que pudiera tener la comunidad, como una manera de cerciorarse que existe una comprensión general del proyecto y no se den expectativas erradas o equívocas. También éste funciona como un taller en que se recogen las sugerencias y preferencias de los vecinos para incorporarlos al diseño. Es así como en un segundo Taller se muestran los resultados del trabajo obtenidos en una primera fase y se discuten alternativas viables, incorporando las preferencias de los vecinos sobre asuntos como los estacionamientos, los distintos espacios comunes y circulaciones, los patios, surgiendo nuevas inquietudes que son derivadas al organismo representativo del Programa Chile Barrio. Participación ciudadana 20 Cortese Tomás, Tesis proyectual para optar al grado de arquitecto, magíster en arquitectura: Transformacion social y material en Iquique / 2002-2005. 1. Diseño del proyecto de arquitectura incorporando a la comunidad. 2. Construcción del campamento de transición + organización, desarme y traslado I. 3. Campamento de transición como centro de operaciones. 4. Organización, desarme y traslado II. Apropiación y adaptación + rito fundacional. Trabajo con la comunidad Fuente: Elemental Chile. • Se realizó un catastro casa por casa “para dimensionar de manera acertada las características de la operación de desarme, traslado y alojamiento transitorio, en que cuarenta familias se reubican en un campamento temporal diseñado y ejecutado por el Servicio de Vivienda y Urbanización (SERVIU) y habilitado con mediaguas y artefactos proporcionados por Chile 135 136 137 Barrio”.21 Este “puerta a puerta” sirvió para registrar las distintas necesidades de las familias, así como también para informar y convencer a las familias de la importancia del desalojo y conveniencia de aceptar las condiciones que ofrecía el SERVIU. Esta fue tal vez la instancia más complicada, dadas las desconfianzas que normalmente se presentan en estos procesos. No obstante, utilizando esta estrategia de contacto directo con la comunidad individualmente, se logró trasladar a todo el campamento a Alto Hospicio. • Ya en el campamento de transición se realizó un primer Taller con el objetivo de dar a conocer los alcances del Programa de asistencia técnico-arquitectónica. También se volvió a explicar el proyecto en detalle. Otro objetivo de este taller, fue estabilizar las relaciones con el grupo que más férreamente se oponía al desalojo y desconfiaba del proyecto. En este taller se tomó la decisión de agrupar a todos los beneficiarios en seis sub comités, para potenciar nuevos liderazgos y operar de mejor manera. • Otra técnica fue generar cuatro visitas de obra (visita de trazados, de interiores de las viviendas, de casa piloto y de reconocimiento de patios), todo ello, en conjunto con la comunidad. De esta forma se explica en detalle y a escala real las principales características del proyecto. Así los beneficiarios se familiarizan en mayor medida con el proyecto, las confianzas aumentan y se minimizan posibles disconformidades o desilusiones al entregar el proyecto. • Mientras avanzaban las obras de construcción se realizó un nuevo taller, con cada subgrupo, para tratar de manera directa los proyectos de ampliación y discutir diversos asuntos como restricciones, materiales y tecnologías disponibles. El objetivo fue empoderar a los futuros propietarios de su alta responsabilidad en la plusvalía del conjunto, así como también que comenzaran a pensar y/o diseñar sus ampliaciones mediante una asesoría técnica in situ, donde recibieron planos en los que se dio por iniciado un trabajo de ensayar alternativas. • También se realizó una presentación participativa sobre el tratamiento de fachadas, en que se aborda “el concepto de que una buena ciudad debe ser siempre más que la sumatoria de las intervenciones particulares. Para ello es fundamental que haya algún tipo de orden y estructura. Ese orden en este caso lo da el edificio”. En esta instancia se discute entre todos, criterios para terminar el edificio de una manera que sea armónica. • Luego se realizó un Seminario, llamado Espacio Colectivo, en una universidad local, para generar vínculos entre los estudiantes de arquitectura y los pobladores. En esta instancia se invitó a los participantes a dibujar en un papel lo que representaba la Quinta Monroy para cada uno. Luego, se invitó a un primer acercamiento al diseño de los espacios colectivos nuevos, los patios. • Finalmente se realiza una Asamblea con todos los beneficiarios para estipular los plazos y concretar el traslado definitivo al nuevo condominio. Este traslado no tuvo mayores complicaciones, ya que en este instancia y oportunidad, los vecinos han desarrollado altos niveles de confianza en el proyecto, así como un empoderamiento sobre la importancia de su participación y responsabilidad en el condominio. Radicación definitiva De Quinta Monroy a Condominio Violeta Parra • En diciembre de 2004 se realiza la inauguración de las 95 viviendas progresivas, a través de un rito aymara. • A 30 días de entregadas las casas algunos vecinos ya registran las primeras ampliaciones. • Se realiza un taller para la postulación a fondos concursables del Fondo de Solidaridad e Inversión Social, FOSIS, en que se explica en profundidad la lógica del formulario de presentación de proyectos, al mismo tiempo que los seis grupos presentes ejercitan completando un borrador con los conceptos discutidos en las reuniones previas. En la actualidad se han construido múltiples ampliaciones, y el condominio ha ido adquiriendo una identidad propia, marcada por las acciones que han emprendido las distintas familias. La dinámica es distinta, los vecinos sostienen que se comunican más, que son capaces de ponerse de acuerdo en asuntos comunes, y decididamente la calidad de vida ha mejorado: 95 familias cuentan con viviendas propias, ubicadas en el centro de Iquique, cerca de la red de oportunidades y cerca de los vínculos sociales y afectivos que fueron creando en todo el tiempo que se instalaron en la Quinta Monroy. 21 Ibíd. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano 139 Anexo Marco Jurídico Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano 140 141 Anexo / Marco Jurídico MARCO JURÍDICO DE LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN CHILE Felipe Viveros Introducción En este trabajo se hace una revisión general, aunque sin pretensión exhaustiva, del ordenamiento jurídico chileno desde la perspectiva de la participación ciudadana.1 Examina las fuentes constitucionales y legales buscando y, en su caso, encontrando referencias, reconocimientos y regulaciones, explícitas e implícitas, a dicho principio de la praxis jurídica y política. Para la elaboración del marco jurídico de la participación ciudadana en Chile, este estudio ha adoptado un método reconstructivo que procura, a partir de ciertas bases conceptuales y de derecho público, integrar un conjunto de elementos normativos dispersos en el derecho vigente que indican un cierto reconocimiento de la participación ciudadana como un componente válido y vigente en el sistema democrático chileno. Con todo, cabe prevenir que la afirmación de la existencia de un marco jurídico de la participación ciudadana no implica afirmar la existencia cabal de un estatuto coherente y sistemático de normas e instituciones que reconocen derechos y deberes, establecen órganos, mecanismos e instrumentos de valor jurídico que explícitamente se orienten a permitir, facilitar o promover acciones participativas por parte de los ciudadanos/ as. En efecto, como se verá a lo largo de este trabajo, la Constitución Política del Estado contiene algunas menciones importantes a la participación en el nivel de los principios, si bien no desarrolla esta materia en términos operativos más allá de los derechos políticos en sentido estricto. Por su parte, la mayoría de los cuerpos legales y reglamentarios consultados, dictados en distintas épocas históricas, no hacen referencia explícita a la participación ni la regulan ni garantizan, sino que abordan únicamente aspectos parciales de la misma. No obstante, sí la abordan expresa y sistemáticamente algunos cuerpos legales particulares más recientes, en especial dedicados a la ordenación territorial, como la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades y la Ley de Bases Generales del Medio Ambiente, cuya inspiración es digna de ser considerada, profundizada y ampliada a otras áreas. Previo al análisis del marco legal positivo de la participación ciudadana propiamente tal, que puede leerse a partir del capítulo titulado “La participación ciudadana en 1 La revisión de textos legales y reglamentarios realizada en el presente estudio se encuentra actualizada al 26 de agosto de 2008. la Constitución chilena” este estudio se inicia con un breve preámbulo que aporta categorías y referencias conceptuales útiles al análisis jurídico legal que luego se desarrolla. El concepto de participación Previo a la indagación referida, cabe sentar que, en nuestro concepto, la idea de participación es problemática, compleja y multidimensional. Problemática por las implicancias de valoración que ha tenido a lo largo de la historia del pensamiento político y por las paradojas y críticas que se le suele atribuir, aun dentro del pensamiento democrático; compleja por los múltiples condicionantes económicos, sociales, culturales e ideológicos que la refuerzan o la neutralizan, y que derivan en la materialización de normativas disímiles, más o menos definitorias, más o menos auténticas, más o menos eficaces. Finalmente, multidimensional debido a los variados ámbitos específicos en que, más allá de la amplitud o vaguedad de los términos, se la puede identificar: participación política, participación social, participación comunitaria, participación popular, participación gremial, laboral, ciudadana, etc. La literatura habla también de participación a nivel nacional, regional, comunal, local, introduciendo desde antiguo una perspectiva territorial al ejercicio de la participación. Sin perjuicio de lo anterior, entendemos la participación como un auténtico concepto jurídico, en primer lugar en su vertiente de constituir por sí mismo un derecho humano que compete a cada individuo miembro de la comunidad. Este derecho consistiría en la facultad de tomar parte activa en los distintos ámbitos de la vida política, económica, social y cultural del país o ámbito infra o supranacional al cual dicho derecho sea referido para su aplicación. La conducta de participar puede ser desarrollada, ya sea individualmente o a través de diferentes grupos, organizaciones e instituciones, que la sociedad se da para la expresión o la formación de una voluntad colectiva. Asimismo, la participación puede concebirse como una virtualidad dinámica de la esfera social consistente en la propia acción de sus componentes encaminada hacia un mejor desarrollo de la persona y de la comunidad en general. Desde este punto de vista, la participación, en tanto oportunidad de contribuir a la configuración y desarrollo de la vida pública de una comunidad determinada, es uno de los elementos constitutivos de Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano la noción de ciudadanía, junto con la pertenencia a una determinada comunidad política -normalmente el Estado- y la titularidad de ciertos derechos y deberes fundamentales dentro de esa determinada comunidad política.2 Participar es la forma de realizar un proyecto o empresa que atañe a varios individuos libres, es una conducta personal y social cargada de valores, que pertenece a la condición humana; es, en el fondo, una forma densa y compleja de ejercitar la autonomía y la libertad. Si, como hemos dicho, podemos entender la participación como un derecho humano e, incluso, como algunos autores la han calificado, como una necesidad fundamental de los seres humanos (v. gr. Max-Neef y otros en su “desarrollo a escala humana” ), es importante advertir que la tónica histórica en Chile y en la mayoría de los países ha sido muchas veces una actitud inversa: no siempre los conglomerados humanos han permitido que la participación se exprese más allá de un reducido grupo (sistemas en que el poder está concentrado o en que se ejerce autoritariamente); y por otra parte, no siempre los conglomerados humanos han sentido la necesidad de la participación, ya sea a causa de un sometimiento forzado, o por conformismo, falta de conciencia de grupo o clase u otro mecanismo de adaptación a lo establecido. Con todo, es posible mirar buena parte de la historia moderna y, dentro de ella también la historia nacional, como un lento, trabajoso y no siempre ascendente proceso de conquista de la participación o del derecho a participar. Una segunda vertiente de la participación la señala como un elemento configurador, en un sentido estructural y axiológico, de la vida democrática de un pueblo o de cualquier grupo humano y, por tanto, una exigencia de comportamiento para los individuos y grupos, unos respecto de otros, y también una exigencia para los actores políticos dentro del Estado, en tanto organización que estructura políticamente el conjunto de la convivencia social. En tal sentido, el Estado democrático, para serlo efectivamente, debe crear y facilitar las condiciones para que la participación sea el método que permita considerar y ponderar la opinión de todos y cada uno de los ciudadanos en los asuntos que les competen, como contribución al producto social, desde las decisiones globales del Estado hasta las decisiones más particulares que atañen a la vida de los individuos en su relación con otros. De este modo, la participación es también reconocimiento del igual valor de cada individuo frente a los otros, en la sociedad democrática. La “cantidad” y calidad de la participación puede ser considerada como signo y expresión de la vitalidad y autenticidad de cualquier fenómeno, organización o proceso social que se precie de considerar a todas las personas en su dignidad, en cualquier nivel que sea: en los espacios locales y comunitarios, en el Estado central, en las relaciones internacionales, así como en las más diversas áreas o sectores del quehacer social: desde luego, en la política, pero también en las relaciones sociales, en los asuntos educacionales, laborales, ambientales, de salud, etc. Sin embargo, el término participación suele correr el riesgo de ser tomado únicamente como una consigna genérica y demagógica, destinada a concitar adhesión (pues, sucede que en el discurso, prácticamente nadie se opone a la participación), o como una meta ilusoria que no tiene traducción concreta en las propuestas y mecanismos de la acción social. Con razón se ha dicho que la participación es una “idea que reina pero no gobierna”.3 Desde un punto de vista etimológico, participare significa “tener parte” o “tomar parte” lo cual indica una referencia a un “todo” o conjunto al cual se contribuye o respecto del cual se obtiene algún derecho o beneficio. Este punto de partida elemental es útil para enfocar la participación desde una doble perspectiva: una pasiva y otra activa. Participar en sentido pasivo es tener o recibir una parte en una cosa o tocarle a uno algo de ella; es decir, gozar de una proporción del producto creado entre varios. En cambio, en su sentido activo, participar es comprometer la libre actuación individual o grupal dentro de un empeño compartido con otros sujetos libres, concurriendo así a la formación de una voluntad o determinación colectiva. Lo anterior lleva a un tercer elemento: la participación tiene una dimensión esencialmente colectiva, en tanto el yo -o mi grupo-, toma parte en un algo mayor al que se integra: una tarea, proyecto, obra, organización, comuna, país. Participar implica entonces asumir, en la cuota o proporción que le corresponde a cada uno, una tarea colectiva, en conjunción con otros que también aportan algo a la misma tarea. Por eso, participar es un verbo que adquiere sentido frente a una necesaria referencia colectiva y que se conjuga mejor desde un “nosotros” o bien, desde un yo individual pero siempre en referencia a ese nosotros. En términos globales, desde las grandes revoluciones de finales del siglo XVIII, la participación hace a los individuos miembros de una comunidad política mayor: modernamente, el Estado-nación, pero hoy día perfectamente aplicable a unidades territoriales supraestatales (por ejemplo, mediante tratados de integración regional) y subestatales (por ejemplo, autonomías municipales y regionales). Ahora bien, mirado desde lo que podríamos llamar su “reverso” participación también implica poder. Más exactamente, poder democrático: un poder 2 García, Soledad y Steves Lukes (comps.), en Ciudadanía: justicia social, identidad y participación, Siglo XXI de España, Madrid, 1999, p. 12. 3 Véase Pozo, Hernán, “Participación local: metas, desafíos, perspectivas”, Serie Documentos de análisis, 5, PAS, Santiago, enero 1993, p. 9. 142 143 Anexo / Marco Jurídico compartido, no exclusivo ni excluyente de “los otros”, un poder constituido precisamente por la unión de la pluralidad, poder democrático, en suma. En términos precisos, significa que el producto o beneficios de la actividad social, es equitativamente distribuido entre todos. Y, por otra parte, que la opinión individual de cada uno sea debidamente considerada y ponderada en relación con las opiniones de los demás, para efectos de la toma de decisiones y el rumbo o dirección que debe tomar el proyecto común. O sea, todos “toman parte” de los beneficios que el quehacer colectivo reporta (beneficios económicos, sociales, culturales, políticos, etc.), y todos “toman parte” en el derecho y responsabilidad de una decisión, la dirección o el control de un determinado quehacer (en la organización, comuna, país, etc.). La historia muestra que la participación no es ni ha sido un dato natural de la vida colectiva, sino un proceso que se recorre deliberada y conscientemente y que no está exento de dificultades y pugnas, pues su efectivo ejercicio está ligado a la estructura de oportunidades que brinda la sociedad en un momento determinado y a las posiciones de influencia y poder relativos que pueda acumular cada sujeto. La influencia la asociamos, prima facie, a la capacidad de un sujeto de generar o contribuir a generar ciertos efectos sociales desde una posición determinada de ingerencia en los mecanismos de decisión colectiva. Puede desarrollarse a partir de una función formal de resolución, o bien, desde funciones preparatorias, asesoras o de control y evaluación. Desde el punto de vista democrático es fundamental distinguir formas legítimas e ilegítimas de influir. Como los grados de poder de cada actor son desiguales en la sociedad, ello afecta también los grados de participación, los que serán también desiguales. En tal sentido, la denominada igualdad de oportunidades aparece como una precondición necesaria, aunque insuficiente por sí misma, para la realización de una participación real y efectiva. El elemento que asegura la participación efectiva es, más bien, la garantía de igualdad de trato, que el Estado debe asegurar, promoviendo legal y socialmente formas de equiparación o de diferenciación legítimas que tiendan a generar esa igualdad en sentido jurídico. Por ello, desde el punto de vista de la interdependencia de los derechos, el grado de participación es directamente proporcional a la vigencia de otros derechos. Así, por ejemplo, la vigencia de la libertad de expresión y de información -junto con otros derechos de carácter económico y social-, inciden, precisamente, en la igualdad de oportunidades y en el acceso a ciertos bienes sociales (trabajo y seguridad social, educación, información), que se constituyen como una precondición para poder participar. Poder y participación son, entonces, términos correlativos que se implican mutuamente y que se comportan dinámicamente como un proceso de pugna, conquista y mejora de las oportunidades existentes. Diversos teóricos de la democracia (desde Rousseau hasta C. B. McPherson y Claus Offe) han descrito, e incluso propugnado, una noción “participativa” de la democracia como ideal normativo, reconociendo dos dimensiones diferentes pero íntimamente unidas: la democracia como régimen político y como forma de vida. Sin embargo, la experiencia histórica indica que ha sido problemático sostener en términos prácticos la participación como una matriz amplia de comportamiento público o como eje y fin del régimen democrático. Por su parte, otro grupo importante de autores ha criticado la centralidad de la participación como orientación de la conducta de un gobierno, afirmando más bien conceptos elitistas de la democracia. Así, desde Schumpeter hasta Sartori, Dahl y Huntington, han ponderado, a veces con importantes reservas, la expansión de la participación ciudadana más allá del voto para elegir autoridades representativas, pues, en concepto de estos autores, la democracia, en el contexto de la sociedad de masas, hace insoslayable la elección de representantes, de modo que “minorías intensas”, provenientes de las clases dirigentes, normalmente organizadas en partidos, compiten por ser elegidas para la conducción del Estado, actividad que los ciudadanos les delegan. Así, la democracia no sería el utópico gobierno de los muchos, sino sólo el mecanismo que tienen los muchos para seleccionar y controlar a las elites a quienes han designado para ejercitar el poder. La participación, llevada más allá de estos límites pondría en riesgo, según estos autores, la estabilidad del mismo régimen democrático.4 Finalmente, es posible distinguir conductas que constituyen niveles o estratos que apuntan a procesos de participación activa, desde manifestaciones más primarias e incompletas hasta formas más plenas de participación.5 Así, tener acceso, adquirir y manejar la información pertinente es un primer estadio, pues el conocimiento técnico-científico, los procesos educativos, lo que hacen, pueden hacer o proyectan hacer los grupos en el poder, el acceso y procesamiento de los flujos de información son, hoy día más que nunca, factor decisivo para el desarrollo de un pueblo en la sociedad globalizada. Un segundo nivel es ejercer el derecho de opinión y, desde 4 Véase, Cunningham, Frank, ¿Necesitamos más o menos democracia?, en Opciones, número especial, CERC, Santiago, agosto, 1984, pp. 107-121; Fernández, Gonzalo y Felipe Foxley, Elitismo y participación en la teoría democrática, en Estudios Sociales núm. 9, CPU, Santiago, septiembre, 1976, pp. 16-45; José Nun, La legitimidad democrática y los parecidos de familia: Notas preliminares, en Alvayay, R. y C. Ruiz, Democracia y participación, CERC, Santiago, 1988, p. 117. 5 Se sigue aquí, libremente, a Flisfisch, Ángel, Algunos problemas conceptuales en el análisis de la participación, Documento de trabajo, CEPAL/ILPES, Santiago, 1980. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano esa base, establecer un diálogo con las autoridades y los demás actores sociales. Puede manifestarse en acciones de consulta, consejo o asesoría. Implica una retroalimentación permanente entre las demandas (input) y las respuestas (output) con las cuales se construye el proceso comunicativo dentro de la sociedad, el que no está exento de conflictos. Desde este punto de vista, el no-diálogo y la imposición autoritaria es todo lo contrario a participar. En este nivel puede distinguirse la capacidad de propuesta del actor, consistente con su capacidad de formular opciones para la resolución de conflictos, proyectos e iniciativas orientadas a los objetivos deseados. Otro nivel es el de la movilización. Este aspecto de la participación se da cuando hay resistencia por parte de la autoridad para acoger las demandas sociales. Se da un momento de lucha, más o menos prolongado, que no garantiza el éxito y que puede conducirse por vías legales o no. De carácter inevitablemente confrontacional, puede ser usado como instrumento de presión. Una huelga, un paro, una acción de reclamo o protesta, una campaña reivindicativa, son actos de movilización. Aunque muchas veces la movilización se confunde con la participación, obviamente ésta no se agota en este momento crítico; la movilización es necesariamente coyuntural, ha de ser un medio posible para lograr los objetivos. Finalmente, podemos reconocer un último y más pleno nivel de participación en la concurrencia a la toma de decisiones colectivas. Supone que se produzca una decisión final en la que se ha ponderado debidamente la opinión particular de todos y cada uno de los participantes. La decisión final puede ser una decisión negociada o bien, emitida desde la función de autoridad (individual o colegiada, administrativa o judicial), que adquiere legitimidad por el proceso participativo en que se ha gestado y porque refleja en sus contenidos la voluntad de la mayoría o el consenso de los diferentes participantes. Canales y formas de participación Llegados a este punto, es necesario ligar el derecho de participar a ciertas formas juridizadas que de algún modo la canalizan y la hacen operativa en el contexto de un orden o sistema. En efecto, en sociedades ordenadas bajo una idea de Estado de derecho, la participación está necesariamente disciplinada bajo la forma de instituciones. En la concepción democrática liberal tienen preeminencia las formas de participación política, como el ejercicio del derecho a voto en las elecciones, el plebiscito, los derechos de petición, opinión sin censura, reunión y asociación política y otros análogos que se vinculan a la ciudadanía en su sentido clásico. Lo que caracteriza a la participación política en este caso es su necesario referente y objetivo final: el poder político. A las anteriores se agregan ciertas formas convencionales de participación social, concepto de contornos difusos, pero que puede describirse como la facultad de formar, integrarse y potenciar esfuerzos a través de organizaciones sindicales, gremiales, comunitarias, consejos económicosociales y otras instancias, caracterizadas por la intervención responsable y determinante de grupos organizados en decisiones que afectan sus intereses, su vida cotidiana y su entorno más inmediato. El orden político democrático suele acordar a estas formas de participación alguna incidencia en la formación de la voluntad pública, aunque en Chile ésta es muy precaria y suele aparecer opacada por la superposición de los intereses políticos. Sin perjuicio de ello, se ha señalado que la integración institucional de intereses corporativos amplía la participación social y enriquece la democracia en la medida que no suplante la representación ciudadana. Tal ha sido la experiencia histórica del Estado de bienestar en Occidente, que generó diversas formas de concertación y balance de intereses de empresarios capitalistas y trabajadores organizados, bajo la acción proactiva del Estado, en tanto árbitro e integrador de la sociedad de clases bajo el industrialismo desarrollado.6 Intentos similares fueron experimentados en América Latina con resultados irregulares y, en todo caso, menos auspiciosos, bajo el modelo del Estado desarrollista entre los años 1930 y 1970, los que parecen retomarse tácitamente a partir de los años noventa, luego del período autoritario, no obstante la nueva conformación de las relaciones capital-trabajo que relativizan el peso específico que tuvo el movimiento sindical durante el siglo XX. Un rasgo que diferencia las democracias actuales de las democracias clásicas, representativas y de corte liberal, es que en estas apenas había representación de asociaciones y de intereses; por el contrario hoy, las sociedades son más complejas, plurales y fragmentadas, y en ellas hay mayor diversidad de opiniones, intereses y conflictos, y estos necesitan canalizarse, integrarse y articularse, a través de los mecanismos de la democracia representativa. Por otra parte, la democracia actual además de ser representativa y participativa, requiere que sea también económica y social. La ciudadanía sin derechos económicos y sociales, y sin un mínimo de bienestar económico y social, no puede integrarse plena y eficazmente en la participación y en la vida política. El desarrollo garantiza la cohesión y la estabilidad social y permite la participación activa del ciudadano a través 6 Véase los artículos incluidos en los volúmenes editados por Schmitter, Philippe y Gerhard Lehmbruch, Neocorporativismo: más allá del Estado y el mercado, Alianza, México, 1992. También en Sanz Menéndez, Luis (comp.), Representación de intereses y políticas públicas: ¿corporativismo o pluralismo?, en Zona Abierta 67/68, Madrid, 1994. 144 145 Anexo / Marco Jurídico de un círculo virtuoso. La transformación del modelo y de las funciones del Estado, así como de la sociedad civil, han hecho que hoy surjan otras demandas y manifestaciones de participación, más colectivas y solidarias, y de mayor ámbito que las del pasado. Para ello, el sistema legal e institucional ha debido crear diversos instrumentos para su realización, partiendo por el sufragio, el plebiscito, los referendos, las encuestas, la presencia de representación ciudadana en distintos órganos, comisiones e instituciones, ya sea con un carácter decisorio y/o consultivo, etc. También hay que señalar la compatibilidad y la necesidad de la participación general con la de ámbito sectorial, por áreas o por competencias administrativas (así en educación, salud, medio ambiente, seguridad social, tercera edad, juventud, deportes, etc.). Congruente con lo anterior, la demanda de participación ciudadana tiene actualmente contenidos más comprensivos que la llamada participación popular o participación política propiamente tal, ejercida a través del voto universal en las elecciones de jefes de gobierno, de parlamentarios y de autoridades comunales. En efecto, hoy en día las nociones de participación ciudadana se extienden a la gestión pública, a ciertas formas de adquirir influencia, voz e intervención en la elaboración, ejecución y control de diversas actividades estatales (v. gr. políticas y programas), lo cual es una manifestación de la necesidad de una mirada democrática a la administración del Estado, sobre todo en lo referido a la gestión de funciones en los niveles territoriales y sectoriales de tipo local y comunitario. Ello resulta derivado de la necesidad que tiene el Estado de una nueva legitimidad ciudadana, basada en la satisfacción de las necesidades y demandas de los ciudadanos. De este modo, dicha participación en la gestión pública cualifica y transforma el régimen democrático, que no sólo puede y debe calificarse de representativo, sino también participativo y, consecuentemente, más pleno. La dimensión participativa en la gestión del Estado implica una cultura que es “político-administrativa” en la que los ciudadanos plantean la exigencia de una plena respuesta y satisfacción de sus necesidades, en tanto “copropietarios” o mejor dicho, titulares de derechos públicos subjetivos, susceptibles de ser plena y actualmente ejercidos en el día a día de la vida pública. Ello es reforzado por la actitud escuchadora, dialogante, cooperadora y empática que ofrece la propia administración al conjunto de sus “súbditos” y quienes, empoderados de su condición de ciudadanos, exigen a través de diversos medios. Consecuentemente, la participación ciudadana dentro del sistema legal e institucional se torna más polimorfa y sus contenidos más amplios. Se pone de relieve el derecho a la información pública como base de cualquier intento participativo consistente, pues la información adecuada permite sustentar opiniones y acciones fundadas y, a la vez, permite controlar la debida transparencia de los órganos estatales. Se pone de relieve, también, el derecho a ser oído y la exigencia de consulta previa a la toma de decisiones sobre proyectos legislativos, proyectos de inversión pública, designación de autoridades, cuestiones muchas veces a las que las autoridades no están obligadas, pero cuya omisión mina su legitimidad democrática. El tradicional derecho de petición se complementa con el deber de respuesta por parte del Estado y sus organismos a las solicitudes ciudadanas, cuya fundamentación, documentación y oportunidad no es excusable. Más todavía, las nociones de participación que circulan entre la ciudadanía trascienden estos niveles y exigen además, el control y la rendición de cuentas por parte de las autoridades, la negociación y los acuerdos en temas sociales y económicos (formación de mesas, comisiones, “diálogo social” sobre diversas temáticas de apremiante interés público, etc.). De este modo, la gestión del Estado, aun considerando las funciones y competencias de los diversos organismos e instituciones públicos, no puede desvincularse del proceso plural y complejo de preparación, reflexión, debate, diseño y toma de decisiones, así como también del control de su ejecución, resultados y efectos. Finalmente, puede agregarse que el contexto que plantean las nuevas tecnologías y, en particular, el llamado “gobierno electrónico” implica y requiere nuevas formas y nuevas vías de información, de consulta y de participación ciudadanas, utilizando para ello todas las posibilidades modernas de la información y las comunicaciones. Ámbitos de ejercicio de la participación ciudadana Desde una perspectiva de contenidos, la participación ciudadana aparece indisolublemente ligada a otros elementos fundamentales de un sistema de vida democrático. En primer lugar, el reconocimiento y protección de los derechos fundamentales. No puede concebirse el ejercicio de la participación en un ambiente político, social y jurídico-institucional que no reconozca y brinde protección efectiva a todos los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales. Para ello, debe existir una acción y una jurisdicción constitucional disponible para los ciudadanos para el reclamo y protección de todos los derechos ciudadanos, incluyendo los derechos económicos, sociales y culturales y aquellos de dimensión colectiva, como los relacionados con el medio ambiente, el desarrollo urbanístico, las etnias, los migrantes, las minorías y demás grupos discriminados. Debe existir una garantía a favor de las personas para el Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano derecho a la información ciudadana, contra el secreto administrativo en la definición de planes y políticas y en la designación de funcionarios por el Ejecutivo y por el Congreso. Debe establecerse garantías efectivas contra todo tipo de discriminación ilegal o arbitraria que puedan experimentar las personas y los colectivos que integran la comunidad nacional. Finalmente, Debe existir alguna institución estatal independiente del gobierno dedicada a la protección y promoción de los derechos fundamentales, complementaria y distinta del sistema de justicia, a modo de Defensor del Pueblo. En segundo lugar, la participación ciudadana está ligada a la existencia de mecanismos de control y fiscalización ciudadana, transparencia y publicidad de la actuación estatal que permitan un control de los ciudadanos sobre el comportamiento funcionario de las autoridades y servidores públicos, de todos los poderes del Estado y de las instituciones autónomas (por ejemplo, Tribunal Constitucional, Ministerio Público, Banco Central, Contraloría General de la República, Superintendencias, Municipalidades, etc.), en los niveles central, descentralizado y desconcentrado. También una adecuada regulación y control sobre los lobbistas y conglomerados privados corporativos, empresariales, religiosos y de cualquier otro tipo que en los hechos suelen “participar” en las decisiones y en los beneficios de la vida colectiva nacional sin ninguna limitación, sobre la sola base de su poder fáctico, acceso privilegiado e influencia en las esferas institucionales. En tercer lugar, la participación ciudadana tiene un espacio característico en la complementación del régimen político con formas de ejercicio de democracia directa. Se trata de mecanismos institucionales que complementan los dispositivos típicos de la democracia representativa.7 En este sentido, ciertas reformas como la iniciativa popular de ley, iniciativa popular reglamentaria regional y municipal, la revocatoria del mandato de ciertos cargos de elección popular, el referéndum y el plebiscito sobre asuntos clave del debate público en que se requiere que la ciudadanía resuelva impasses entre la opinión de los poderes públicos, aparecen necesarias y ya ampliamente desarrolladas en la experiencia comparada europea, norteamericana y latinoamericana. En cuarto lugar, existe un vínculo político y técnico entre participación por una parte, y descentralización por otra. Si bien los procesos de descentralización no garantizan una efectiva democratización en la toma 7 Se debe tener presente que en el caso chileno, se requiere, en forma paralela y urgente, “certificar” o autentificar” la democracia representativa, actualmente en entredicho, estableciendo un sistema de elecciones populares más proporcional y equitativo. Lo dicho implica, naturalmente, la sustitución del actual sistema binominal mayoritario, la reconfiguración de los distritos electorales y el establecimiento de la inscripción electoral automática. de decisiones en los niveles territoriales subestatales, ella genera un contexto organizacional de mayor apertura, cercanía y oportunidades para reconocer y recoger la voluntad de la ciudadanía en las regiones, provincias y Municipios. El principio participativo en los territorios exige la elección directa de sus órganos ejecutivos unipersonales y colegiados; dota a los órganos del gobierno regional y comunal de atribuciones y capacidades efectivas de acción, modera la excesiva concentración de poder existente en intendentes y alcaldes; y asegura la sustentabilidad y autonomía administrativa y financiera para la realización de sus funciones y de servicios tales como salud, educación, infraestructura, inversión local y desarrollo comunitario. En este mismo sentido, la formulación de presupuestos participativos comunales, provinciales y regionales apunta también a un ejercicio directo de la democracia territorial. Por último, en quinto lugar, y sin pretensión de agotar las posibilidades teóricas de este análisis, es importante conjugar la participación ciudadana con la deliberación, planificación y financiamiento de las políticas de desarrollo. Probablemente sea este uno de los aspectos menos elaborados en el diseño y la práctica institucional actual del principio participativo. Participar en esta línea de trabajo implica que la comunidad, a través de diversas organizaciones de la sociedad civil con vocación de interés público, sea considerada, a través de mecanismos idóneos, en la elaboración, ejecución y evaluación de las políticas públicas en los distintos niveles de la administración territorial y en las distintas áreas o sectores del quehacer nacional (educación, salud, urbanismo, vivienda, empleo, superación de la pobreza, seguridad pública, etc.). Muchas organizaciones poseen especialidad temática y técnico-profesional, además de portar una visión de diálogo, horizontalidad y participación como método de toda acción social. Por ello, su opinión o intervención consultiva en la estructuración del gasto e inversión pública en el presupuesto de la nación y en los presupuestos regionales y municipales, así como en las distintas fases de la ejecución presupuestaria no puede dejar de ser considerada por las autoridades. La participación ciudadana en la Constitución chilena La Constitución Política del Estado es un cuerpo de normas positivas de la máxima jerarquía que organizan la sociedad política atribuyendo funciones y límites a los poderes públicos y estableciendo el reconocimiento y garantía de los derechos fundamentales de las personas. Los poderes del Estado, de acuerdo con los postulados básicos del constitucionalismo clásico y contemporáneo, se organizan a través de órganos separados e independientes, que realizan funciones 146 147 Anexo / Marco Jurídico propias y exclusivas, que colaboran mutuamente en la formación de las decisiones públicas y que se controlan por medio de un sistema de frenos y contrapesos recíprocos. Por su parte, los derechos constitucionales actúan en un sentido garantístico a través de disposiciones que establecen su reconocimiento y protección. Sin perjuicio de ello, también puede postularse que esos derechos, junto a ciertos principios establecidos en el capítulo I sobre bases de la institucionalidad, actúan como valores superiores y rectores que informan todo el ordenamiento positivo. La Constitución es norma vinculante en virtud del principio de supremacía constitucional (arts. 6º y 7º CPE) y los derechos constitucionales son parte fundamental de un Estado democrático de derecho, tal como lo ha entendido y practicado la tradición política liberal democrática. En el caso chileno, los analistas del trabajo de la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución nombrada por el gobierno militar en 1973, que sesionó hasta finales de dicha década para finalmente proponer a la junta de gobierno una nueva Constitución que reemplazara la anterior de 1925, han destacado nítidamente la presencia de diversas corrientes doctrinarias en el texto de dicha Carta Fundamental. Así, sobre el sedimento -a veces poco reconocible- del constitucionalismo liberal y social de los siglos XIX y XX, fueron injertadas nuevas normativas e instituciones, no necesariamente congruentes con aquella tradición constitucional, inspiradas por ejemplo, en la llamada doctrina de la seguridad nacional, en el pensamiento corporativo católico y en las corrientes economicistas neoliberales. En las líneas que siguen se revisa el marco constitucional vigente que es posible determinar en Chile respecto de la participación ciudadana, relacionándolo especialmente con el sistema de derechos y garantías fundamentales. Supremacía constitucional e integración de tratados de derechos humanos Cualquier análisis jurídico relativo a la participación ciudadana debe partir por una consideración constitucional, toda vez que la Constitución es la norma suprema de la organización del Estado. Sus disposiciones reflejan normas y principios de máxima jerarquía política y jurídica que no deben ser vistos por las autoridades y los ciudadanos solamente como principios programáticos eventualmente disponibles, sino como normas imperativas, exigibles al legislador, a los órganos jurisdiccionales y a toda persona, organización o grupo. Dice el artículo 6º CPE: “Los órganos del Estado deben someter su acción a la constitución y a las normas dictadas conforme a ella. “Los preceptos de esta Constitución obligan tanto a los titulares o integrantes de dichos órganos como a toda persona, institución o grupo. “La infracción de esta norma generará la responsabilidad y sanciones que determine la ley”. Por su parte, El texto constitucional en su artículo 1° inciso 5° parte final, dentro de las Bases de la Institucionalidad, señala que “es deber del Estado promover la integración armónica de todos los sectores de la nación y asegurar el derecho de las personas a participar con igualdad de oportunidades en la vida nacional”.8 Estas declaraciones son principios constitucionales de máxima jerarquía, si bien la Constitución no recoge ni desarrolla más adelante el citado “derecho de las personas a participar en la vida nacional” entre los derechos fundamentales reconocidos y listados específicamente en el artículo 19 de la Carta Fundamental. Por tal razón, la existencia del principio participativo como eje operante en el sistema jurídicoconstitucional chileno ha de desprenderse de un análisis completo y sistemático de las normas constitucionales, según se esboza en este trabajo. En efecto, una primera aproximación, congruente con la ya destacada dimensión política del concepto de participación, se encuentra en la disposición del artículo 5º inciso 1º CPE, que declara: “La soberanía reside esencialmente en la nación” agregando que “su ejercicio se realiza por el pueblo a través del plebiscito, las elecciones periódicas y las autoridades que la misma Constitución establece”. La parte final de esta norma señala: “Ningún sector del pueblo ni individuo alguno puede atribuirse su ejercicio”. El artículo 4° CPE declara que Chile “es una república democrática” suprimiendo los términos contenidos en la Constitución de 1925, que se refería expresamente a una “democracia representativa”. Como la Constitución original puesta en vigor en 1980 contenía un conjunto importante de senadores cuyo mandato no emanaba de elecciones directas sino de designaciones de otras autoridades y también por derecho propio, el Constituyente estimó honesto reconocer que en esa versión más autoritaria de la Constitución de 1980, no nos encontrábamos exactamente ante un régimen representativo. En efecto, las normas citadas y otras de la propia Constitución (por ejemplo (arts. 42 y ss. CPE) dan cuenta del establecimiento en Chile de un régimen político democrático, en que las decisiones soberanas son tomadas por el pueblo mediante elecciones y, en su caso, por plebiscitos, y además por las autoridades que la Constitución establece. Llama la atención que la soberanía ejercida por estas autoridades les sea directamente atribuida por la Constitución y no como una delegación del pueblo. La frase final del artículo 5º inciso 1º aclara que ningún sector del pueblo puede arrogarse el ejercicio de la soberanía, lo que implica 8 Artículo 1º inciso 5º Constitución Política del Estado de Chile. El subrayado es nuestro. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano que ninguna organización o grupo de ciudadanos, por muy alta que sea su legitimidad, puede pretender la representación del pueblo o ejercer un poder determinado en nombre del pueblo o la nación toda. Lo anterior, que pudiere entenderse como una advertencia ante un riesgo o pretensión indebida de un grupo o sector de ciudadanos en materia de decisiones o influencia política, tiene también una lectura positiva, en la medida que la Constitución pudiere contemplar en los niveles nacional, regional o local, o en diversas áreas funcionales o temáticas, autoridades cuya integración pudiere considerar la participación ciudadana en un plano de representatividad funcional o sectorial y formas de participación social inspirada en el interés o beneficio público que sectores de la comunidad y sus organizaciones pudieren asumir. Un caso de representación funcional reconocido en la Constitución es el contemplado en el artículo 105 CPE que prescribe que “en cada provincia existirá un consejo económico y social provincial de carácter consultivo”, aspecto que se analiza más adelante. A su turno, la norma del artículo 5º inciso 2º CPE prescribe que “el ejercicio de la soberanía reconoce como limitación el respeto a los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana” y que “es deber de los órganos del Estado respetar y promover tales derechos” garantizados por la propia Constitución, “así como por los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes”. De conformidad con la Constitución, las disposiciones de derechos humanos contenidas en los instrumentos internacionales son normas jurídicas vinculantes para el Estado de Chile, y también para los particulares, es decir, sus normas obligan “a toda persona, institución o grupo”, por lo que hemos de entender que en los instrumentos internacionales de derechos humanos ratificados por Chile se contiene un mandato destinado a todo sujeto público o privado del quehacer nacional cuya actividad se encuadre bajo los supuestos de respeto y protección de los derechos que dichos instrumentos reconocen. En consecuencia, el Estado y sus organismos están obligados por dichos tratados y deben observarlos en virtud de su responsabilidad internacional, y en el contexto interno, el mismo Estado y también las organizaciones, personas y entidades privadas deben respetar y promover tales derechos. Desde la perspectiva del derecho internacional de los derechos humanos, el derecho a la participación es concebido en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, como un plexo de derechos eminentemente políticos: “Artículo 21.1: Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos”. Vale la pena destacar que la Declaración Universal concibe la participación como un derecho para actuar en la conducción o decisiones de gobierno, el cual puede ser ejercido por las personas ya sea directamente o por medio de representantes elegidos, recogiendo de esta manera formas de la democracia directa y de la democracia representativa. En otra clave interpretativa, el derecho a participar es también entendido como el sentido de gozar de los beneficios del producto social, de acuerdo con el artículo 22 de la Declaración Universal que señala: “Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad”. Por último, la Declaración Universal, en el artículo 27.1 aborda el derecho a participar en la vida cultural: “Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten”. En cuanto a fuentes convencionales de derecho internacional ratificadas por Chile, la Convención Americana de Derechos Humanos en su artículo 23 se refiere al derecho a la participación bajo el epígrafe de “derechos políticos” en los siguientes términos: “1. Todos los ciudadanos deben gozar de los siguientes derechos y oportunidades: a) de participar en la dirección de los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes libremente elegidos; b) de votar y ser elegidos en elecciones periódicas auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los electores, y c) de tener acceso, en condiciones generales de igualdad, a las funciones públicas de su país. 2. La ley puede reglamentar el ejercicio de los derechos y oportunidades a que se refiere el inciso anterior, exclusivamente por razones de edad, nacionalidad, residencia, idioma, instrucción, capacidad civil o mental, o condena, por juez competente, en proceso penal”. El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en su artículo 25 se expresa en términos similares: “Todos los ciudadanos gozarán, sin ninguna de las distinciones mencionadas en el artículo 2, y sin restricciones indebidas, de los siguientes derechos y oportunidades: a) Participar en la dirección de los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes libremente elegidos; b) Votar y ser elegidos en elecciones periódicas, 148 149 Anexo / Marco Jurídico auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los electores; c) Tener acceso, en condiciones generales de igualdad, a las funciones públicas de su país”. El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en su artículo 8º, se refiere a la participación de los trabajadores o derechos sindicales en los siguientes términos: “1. Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a garantizar: a) El derecho de toda persona a fundar sindicatos y a afiliarse al de su elección, con sujeción únicamente a los estatutos de la organización correspondiente, para promover y proteger sus intereses económicos y sociales. No podrán imponerse otras restricciones al ejercicio de este derecho que las que prescriba la ley y que sean necesarias en una sociedad democrática en interés de la seguridad nacional o del orden público, o para la protección de los derechos y libertades ajenos; b) El derecho de los sindicatos a formar federaciones o confederaciones nacionales y el de éstas a fundar organizaciones sindicales internacionales o a afiliarse a las mismas; c) El derecho de los sindicatos a funcionar sin obstáculos y sin otras limitaciones que las que prescriba la ley y que sean necesarias en una sociedad democrática en interés de la seguridad nacional o del orden público, o para la protección de los derechos y libertades ajenos; d) El derecho de huelga, ejercido de conformidad con las leyes de cada país”. El artículo 15 letra a) del mismo Pacto sobre DESC agrega que los Estados Partes reconocen el derecho de toda persona a “participar en la vida cultural”. Más específicamente, el artículo 12 de la Convención de los Derechos del Niño, reconoce el derecho a participar de niños, niñas y adolescentes: “1. Los Estados Partes garantizarán al niño que esté en condiciones de formarse un juicio propio el derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose debidamente en cuenta las opiniones del niño, en función de la edad y madurez del niño. “2. Con tal fin, se dará en particular al niño oportunidad de ser escuchado, en todo procedimiento judicial o administrativo que afecte al niño, ya sea directamente o por medio de un representante o de un órgano apropiado, en consonancia con las normas de procedimiento de la ley nacional”. Y el artículo 13 de esta misma Convención: “1. El niño tendrá derecho a la libertad de expresión; ese derecho incluirá la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de todo tipo, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o impresas, en forma artística o por cualquier otro medio elegido por el niño. “2. El ejercicio de tal derecho podrá estar sujeto a ciertas restricciones, que serán únicamente las que la ley prevea y sean necesarias: “a) Para el respeto de los derechos o la reputación de los demás; o “b) Para la protección de la seguridad nacional o el orden público o para proteger la salud o la moral públicas”. Como puede apreciarse, en el ordenamiento jurídico chileno la participación como derecho fundamental tiene un importante asidero constitucional. No obstante ello, no puede afirmarse que la exigencia de la participación en la vida colectiva nacional se sustente en una sola norma, institución o núcleo de disposiciones o que posea una sola dimensión, no obstante enfatizarse su carácter de derecho esencialmente “político”. Precisamente la naturaleza abierta del concepto permite y exige que su concreción como mandato constitucional tenga variadas posibilidades y enfoques. Desde luego, la declaración del artículo 4º CPE de que “Chile es una república democrática” honradamente interpretada, permite desprender que la participación política y ciudadana en general, es un valor operativo esencial en el sistema político chileno. Con todo, un análisis sistemático de la normativa constitucional permite concluir, sobre la base de su consideración explícita en diversas y dispersas disposiciones, que, con limitaciones, la participación ciudadana constituye una idea fuerza fundamental del diseño estatal chileno contemplado en la Constitución Política del Estado. Por otra parte, estimamos que la participación ciudadana en cuanto tal no puede condensarse en las fórmulas de una sola norma, ley o institución determinada, o reducirse a algunas pocas dimensiones o canales que los poderes públicos estimen adecuado regular o desarrollar a través de sus políticas, planes o programas. Más que “una” ley, mecanismo o procedimiento que pretenda -inútilmente- condensar y fijar el principio de la participación ciudadana, lo que cabe concebir en los textos jurídico-constitucionales y legales y en la praxis sociopolítica es un bloque normativo e institucional que establezca, en el marco de una mirada sistémica de la participación y de otros principios-ejes (transparencia, igualdad social, responsabilidad, etc.) necesarios para la constante y progresiva realización de un régimen democrático, suficientes y adecuadas vías, instrumentos y recursos que el conjunto de los ciudadanos puedan disponer para participar en los distintos aspectos de la vida nacional. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Los grupos intermedios de la sociedad El artículo 1º inciso 3º de la Constitución Política está contenido en el Capítulo I de la CPE, sobre “Bases de la Institucionalidad”: “El Estado reconoce y ampara a los grupos intermedios a través de los cuales se organiza y estructura la sociedad, y les garantiza la adecuada autonomía para cumplir sus propios fines específicos”. En el lenguaje consagrado en la Constitución chilena, la noción de grupos intermedios juega una función esencial en el desarrollo de la participación como un derecho subjetivo y como un componente del sistema democrático. De acuerdo con este concepto, la Constitución parte de la base que los seres humanos tienen una natural inclinación a la sociabilidad, que los mueve a agruparse con sus semejantes en asociaciones, grupos y entidades de la más diversa naturaleza y con los más diversos fines, buscando a través de ellos su propio perfeccionamiento personal y colectivo y el desarrollo pleno de sus virtualidades. Tal sociabilidad se expresa y desarrolla a través de diversos “grupos intermedios” que se encontrarían diseminados en el campo social entre dos polos: por un lado el individuo (y las familias), y por el otro, el Estado, en tanto organización política máxima. Acogiendo la doctrina que los plantea, el prof. Silva Bascuñán, prefiere la denominación “cuerpos intermedios” que connota una conjunción de personas de algún modo estructurada, y no una simple pluralidad. Según este autor, “pueden calificarse de ‘cuerpos intermedios’ todos los entes colectivos que por imperio de la naturaleza misma o del instinto social del hombre conviven en el seno del Estado y cuya existencia y actuación no derivan exclusivamente de la voluntad de éste”.9 Más adelante, concluye con una definición basada en el texto constitucional: “’grupo intermedio’ es todo ente colectivo no integrante del aparato oficial del Estado, goce o no de personalidad jurídica, que en determinada situación actúe tras ciertos objetivos”.10 Como queda dicho, dentro de tales agrupaciones se encuentra la sociedad política o Estado, que es la más grande y la de mayor jerarquía, destinada al logro del bien común temporal (por oposición al bien común espiritual).11 Pero bajo la sociedad política se encuentran innumerables sociedades y grupos particulares que van conformando la trama asociativa que las mismas 9 Silva Bascuñán, Alejandro, Tratado de Derecho Constitucional tomo IV: La Constitución de 1980. Bases de la institucionalidad, Nacionalidad y ciudadanía, Justicia electoral. Ed. Jurídica de Chile, 2ª ed., Santiago, 1997, p. 44. 10 Ibídem. p. 51. 11 Soto Kloss, Eduardo, La autonomía de los cuerpos intermedios y su protección constitucional, en Revista de Derecho y Jurisprudencia, t. LXXXV núm. 2, Santiago, 1988, p. 54. personas crean e integran libremente y con la debida responsabilidad para perseguir y obtener los fines que se propongan, tendientes estos a satisfacer sus diferentes necesidades, intereses y aspiraciones. Si bien los grupos intermedios se dan dentro de la sociedad política o Estado, según la doctrina que los concibe su existencia no depende del Estado, y ellos no pueden ser impedidos de existir ni trabados en su funcionamiento con normas dictadas por la autoridad que tengan como intención o efecto impedir u obstaculizar el ejercicio real y efectivo de esa inclinación natural de los seres humanos a agruparse con sus semejantes. Sólo en un caso es lícito al Estado intervenir para impedir la existencia o actuación de alguna asociación, cual es si persigue fines contrarios a la moral, el orden o la seguridad públicas. Esta situación la contempla expresamente el artículo 19 núm. 15º inciso 4º de la CPE y es desarrollada por las leyes penales al tipificar como delito las asociaciones ilícitas. La libertad de las personas para asociarse y constituir asociaciones “intermedias” lleva a plantearse el llamado “rol subsidiario del Estado” destinado a especificar las competencias y roles de los diversos entes societarios. Elaborado como “principio de subsidiariedad” asegura la debida independencia o autonomía de cada ente y ámbito asociativo, sin perjuicio del rol fundamental del Estado de garantizar y promover el bien común de la sociedad política toda, dejando actuar y expresarse libremente la iniciativa de las personas y, paralelamente, ayudando, estimulando, protegiendo e, incluso, supliendo la actividad privada cuando ésta se muestra insuficiente para el logro del mencionado bien común. En el apartado siguiente volveremos críticamente sobre este tema. Ahora bien, el contenido concreto del artículo 1º inciso 3º de la CPE se refiere a un triple deber del Estado: a) Reconocer los grupos intermedios de la sociedad; b) Amparar a los grupos intermedios; c) Garantizar a dichos grupos intermedios la adecuada autonomía para cumplir sus propios fines específicos.12 En términos generales, lo anterior implica, en primer lugar, que el Estado reconoce la existencia de dichos grupos intermedios, comprendiendo bajo este concepto, tal como ya se dijo, toda forma de asociación que los hombres crean o constituyen como un modo de unir sus esfuerzos con el propósito de alcanzar un objetivo común, dentro de las más amplia y variada gama de intereses lícitos que pueden mover a los individuos. Consecuentemente, el reconocimiento constitucional de los grupos intermedios comprende el reconocimiento formal y explícito del derecho de asociarse (cuyo contenido se revisará más adelante), el producto del ejercicio de dicho derecho: las asociaciones voluntarias y, además, las asociaciones de carácter “natural” 12 Soto Kloss, art. cit. pp. 59-60. Silva Bascuñán, Tratado, op. cit. pp. 48-50. 150 151 Anexo / Marco Jurídico o necesario que, de acuerdo con los postulados doctrinarios envueltos en la noción de grupos intermedios, conforman verdaderas instituciones propias de la vida humana en sociedad. Consecuentemente, la Constitución está reconociendo que los diferentes grupos intermedios son propios de la sociedad, consustanciales a la forma como la sociedad se organiza y estructura y, por lo tanto, anteriores a la organización política del Estado. En segundo lugar, la Constitución expresa que el Estado ampara, es decir, da protección, tutela o defensa, a los grupos intermedios, frente a cualquier intento por parte de agentes públicos o privados, que tienda a atacarlos o desconocerlos, o a amenazar su existencia y el libre desenvolvimiento de sus objetivos y actividades. A partir de esta disposición es posible inferir que la Constitución y las leyes contemplan dispositivos específicos de protección, sea jurisdiccional, administrativo o de otro carácter, para proteger y hacer valer los derechos y prerrogativas pertenecientes a los grupos intermedios. Y, en tercer lugar, la Constitución garantiza a los grupos intermedios su adecuada autonomía para cumplir sus propios fines específicos. Podemos entender esta autonomía como la libertad de los grupos y asociaciones para organizarse del modo que sus miembros o fundadores estimen más conveniente, para fijarse los objetivos o finalidades que deseen alcanzar, para realizar los actos y determinar por sí misma la forma de dirigir y administrar la entidad y sus bienes y, en general, llevar a cabo todo su quehacer sin injerencia de ningún agente, persona o autoridad ajenos al grupo mismo, y sin otras limitaciones que las que impongan la Constitución y las leyes. Una referencia significativa al aseguramiento de esta autonomía de las organizaciones lo encontramos en el artículo 3º de la Ley 18.575, Orgánica Constitucional sobre Bases Generales de la Administración del Estado, que dispone en su parte pertinente que la finalidad de la Administración del Estado es promover el bien común atendiendo las necesidades públicas en forma continua y permanente y fomentando el desarrollo del país a través de sus diversas atribuciones. Agrega su inciso 2º que dicha Administración “...garantizará la debida autonomía de los grupos intermedios de la sociedad para cumplir sus propios fines específicos, respetando el derecho de las personas para realizar cualquier actividad económica en conformidad con la Constitución Política y las leyes”.13 El Tribunal Constitucional, en un fallo recaído en el proyecto que modificaba las leyes de mercado de 13 El texto refundido, coordinado y sistematizado de la Ley 18.575 de 1986, Orgánica Constitucional de Bases Generales de la Administración del Estado, está contenido en el D.F.L. 1-19.653 del Ministerio Secretaría General de la Presidencia, publicado en el Diario Oficial el 17 de noviembre de 2001. valores, administración de fondos mutuos, de fondos de inversión, de fondos de pensiones, de compañías de seguros y otras materias relacionadas, se refirió a este mandato constitucional expresando que “la autonomía de los cuerpos asociativos (...) se configura, entre otros rasgos esenciales, por el hecho de regirse por sí mismo; esto es, por la necesaria e indispensable libertad para organizarse del modo más conveniente según lo dispongan sus estatutos, decidir sus propios actos, la forma de administrarse y fijar los objetivos o fines que deseen alcanzar, por sí mismos y sin injerencia de personas o autoridades ajenas a la asociación, entidad o grupo de que se trata. No significa ello, en modo alguno, que puedan estos entes actuar de manera ilegal, dañosa o ilícita, amparándose en la referida autonomía”.14 El principio de subsidiariedad Relacionado con la acción de los grupos intermedios, diversos analistas de la Constitución chilena afirman que ésta contiene como uno de sus pilares el llamado principio de subsidiariedad. Esta noción tiene su origen en el pensamiento político escolástico, si bien ha encontrado modernamente su formulación más acabada en ciertas encíclicas y documentos pontificios del siglo XX. En efecto, la encíclica Quadragessimo Anno de Pío XI señalaba lo siguiente: “Conviene, por consiguiente que la autoridad pública suprema deje a las asociaciones inferiores tratar por sí mismas aquellos asuntos y negocios que ellas pueden resolver de menor importancia, en los cuales, por lo demás, perdería mucho tiempo o le serían de grandísimo impedimento para cumplir con mayor libertad, firmeza y eficacia cuanto a ella sola corresponde, pues de su exclusiva competencia, a saber: dirigir, vigilar, estimular, reprimir, según los casos y la necesidad lo exigen. Por lo tanto, tengan bien entendido los gobernantes que mientras más vigorosamente reine el orden jerárquico entre las diversas asociaciones, quedando en pie y a salvo este principio de la función subsidiaria del Estado, tanto más firme será no sólo la autoridad sino también la eficiencia social, y tanto más feliz y más próspera la condición del Estado”.15 Agrega la misma Encíclica. “[C]omo no se puede quitar a los individuos y dar a la comunidad lo que ellos pueden realizar con su propio esfuerzo e industria, así tampoco es justo, constituyendo un grave perjuicio y perturbación del recto orden, quitar a las comunidades menores e 14 Fallo del Tribunal Constitucional rol 184, del 7 de marzo de 1994, considerando 7, letra d). 15 Pío XII, Quadragessimo Anno (1931), núm. 54, Pía Sociedad de San Pablo, Santiago, 1999. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano inferiores lo que ellas pueden hacer y proporcionar y dárselo a una sociedad mayor y más elevada, ya que toda acción de la sociedad, por su propia fuerza y naturaleza, debe prestar ayuda a los miembros del cuerpo, pero no destruirlos y absorberlos”.16 Las nociones anteriores encuentran un correlato explícito en las Actas de la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución, que sesionó entre 1974 y 1978, en particular, en intervenciones de los comisionados Jaime Guzmán Errázuriz, Enrique Evans, Gustavo Lorca y el mismo Silva Bascuñán.17 Con todo, aunque se trate de elementos de la denominada “historia fidedigna” del establecimiento de las normas constitucionales, planteamientos autorizados tienden a relativizar el valor de las opiniones personales de los comisionados constituyentes como elementos determinantes de la hermenéutica constitucional, en particular respecto de un texto en que la sociedad a la cual se dirige ha variado significativamente en el tiempo. Con todo, la opinión predominante de los constitucionalistas, afirmada en las opiniones de los comisionados de la década del setenta, cree ver en las disposiciones del artículo 1º inciso 3º (grupos intermedios), artículo 19 núm. 15 (derecho de asociación), artículo 19 núm. 21 (derecho a desarrollar actividades económicas) y artículo 23 (incompatibilidad entre la actividad social y la actividad política), entre otras, expresiones del mencionado principio de subsidiariedad del Estado.18 La tesis de la subsidiariedad estatal podría ser considerada, bajo cierto prisma, como un fundamento adecuado para sostener el reconocimiento y autonomía de la sociedad civil en el sistema constitucional chileno y, más de fondo, como concepción doctrinaria sobre la organización política del país. Sin embargo, este intento de integración ecléctica encuentra, a nuestro juicio, una fuerte disonancia teórica, toda vez, que la doctrina de los grupos intermedios y el principio de subsidiariedad representan postulados de raíz iusnaturalista católica, en los cuales el concepto de 16 Ibídem. núm. 79. La idea de subsidiariedad es recogida, además, en otras fuentes católicas, como la Constitución Apostólica Gaudium et Spes del Concuilio Vaticano II, núm. 75 y por el Catecismo de la Iglesia Católica. Según éste, “una estructura social de orden superior no debe interferir en la vida interna de un grupo social de orden inferior, privándole de sus competencias, sino que más bien debe sostenerle en caso de necesidad y ayudarle a coordinar su acción con la de los demás componentes sociales, con miras al bien común” (núm. 1883). El núm. 1894 concluye: “Según el principio de subsidiariedad, ni el Estado ni ninguna sociedad más amplia deben suplantar la iniciativa y la responsabilidad de las personas y de las corporaciones intermedias”. 17 Véase, por ejemplo, sesión 45, del 13 de junio de 1974; sesión 206, del 29 de abril de 1976 y sesión 388, del 27 de junio de 1978, en Actas Oficiales de la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución de la República de Chile, Santiago, 1978. 18 Ver, por todos, Cea Egaña, José Luis, Tratado de la Constitución de 1980. Características generales, Garantías constitucionales, 1ª ed., Santiago, 1988, p. 168. sociedad civil no tiene cabida, aunque de hecho pudiera ser parcialmente homologable con el universo de los grupos intermedios.19 Si bien la etimología del término subsidiariedad alude precisamente a la “ayuda” (subsidium) que, en último término, el Estado como organización más grande y de mayor jerarquía en la sociedad puede dar a los individuos y a las organizaciones menores para satisfacer sus necesidades cuando éstas no pueden procurárselas por sí mismas,20 el entendimiento más extendido del principio tiende a enfatizar unilateralmente el deber de abstención y prescindencia que el Estado debe observar ante la iniciativa privada. De este modo, en la historia reciente de Chile el uso ideológico que ha tenido el principio de subsidiariedad es el de servir de justificación a los procesos de privatización de innumerables funciones sociales y a la consecuente reducción de las funciones y del tamaño del Estado. Por otra parte, no parece haber una formulación precisa y unívoca del principio de subsidiariedad entre los diversos autores y fuentes que lo postulan. De hecho, no aparece mencionado como tal en el texto constitucional y, como ya se ha sugerido, no parece el método más adecuado el derivarlo de un modo “originalista” de las opiniones de algunos de sus redactores más relevantes ni menos a partir de consideraciones teológicas. Más de fondo, puede objetarse que la noción de subsidiariedad refleja una concepción jerárquica de la sociedad política, toda vez que habla de una autoridad política suprema -el Estado- bajo la cual se subordina una serie de asociaciones inferiores. El Estado es titular de competencias exclusivas para, entre otras cosas, “dirigir, vigilar, estimular, reprimir, según los casos y la necesidad lo exigen”. Es decir, junto con asignarle una posición superior en la jerarquía social, este postulado doctrinario entrega al Estado facultades discrecionales para actuar “según los casos y la necesidad lo exigen”. 19 Sin embargo, se hace necesario superar ciertas confusiones terminológicas. Por ejemplo, Soto Kloss, art. cit. p. 54, hace sinónimos sociedad civil y sociedad política, identificando esta esfera con el Estado, al modo de los escolásticos y también de los contractualistas clásicos. En términos generales, los primeros contraponen la sociedad civil o política a un conjunto de sociedades menores (los grupos intermedios); los segundos contraponían la sociedad civil o política al estado de naturaleza. Como se mencionó en el capítulo anterior, la noción contemporánea de sociedad civil tiene una filiación más bien hegeliana que contractualista o iusnaturalista católica. 20 En tal sentido, varios autores señalan que el principio de subsidiariedad es un principio complejo que comprende no solamente un aspecto “subsidiario” es decir, de acción particular preferente y acción estatal supletoria, sino también un aspecto “solidario” en que el Estado debe acudir y disponer activamente los medios para cubrir las necesidades colectivas que los privados no quieren o no pueden realizar (no pueden por incapacidad o no pueden porque según el orden social no deben intervenir sin grave riesgo para el bien común). Véase, Podetti, Humberto, Política Social, Ed. Depalma, Buenos Aires, 1982. 152 153 Anexo / Marco Jurídico Consecuentemente, la declarada y deseable autonomía y libertad de acción preferente de los grupos intermedios con relación al Estado queda enmarcada en una verdadera cláusula discrecional aplicada según el parecer y las intenciones de las autoridades estatales.21 A lo anterior, cabe agregar que de la doctrina de la subsidiariedad y los grupos intermedios parece desprenderse una concepción no sólo jerárquica del orden social, sino también estática, estamental y armónica, en la que cada ente o grupo, dispuesto libremente bajo la cúspide estatal, estaría llamado a cumplir sus fines específicos sin entrometerse en los de las demás entidades, cumpliéndose y reproduciéndose de este modo un funcionamiento ordenado, armonioso y aparentemente no conflictivo de la sociedad en su conjunto. En contraste con lo anterior, las nociones que apelan a la sociedad civil parecen encontrar sus filiaciones y fundamentos teóricos en otras tradiciones, propias de un constitucionalismo pluralista, entre las que es posible distinguir elementos del pensamiento liberal, hegeliano y neocontractualista. Los argumentos iusnaturalistas católicos que hemos estado analizando y otros muy diferentes, como por ejemplo, los provenientes de la crítica socialista y socialdemócrata y del comunitarismo, entre otros, pueden ser postulados y eventualmente integrados con aquellos en un debate y en una práctica constitucionales cuya textura parece necesariamente abierta en una sociedad ideológicamente heterogénea como la nuestra y cuyas capas dirigentes e intelectuales se hallan ampliamente expuestas a diversas orientaciones e influencias.22 Como concluye el prof. Pablo Ruiz-Tagle, “puede aceptarse que la Carta Fundamental chilena es el producto de una transacción de diversas ideas políticas y constitucionales, entre las cuales se encuentran algunas que representan una tradición de orientación católica y raíz iusnaturalista cristiana. Sin embargo, esta constatación no debe hacernos olvidar que también se puede vincular la constitución chilena a la tradición política liberal y a una serie de propuestas e ideas 21 Véase, Ruiz-Tagle, Pablo, Principios constitucionales del Estado empresario, en Revista de Derecho Público, Facultad de Derecho Universidad de Chile, vol. 62, Santiago, 2000, pp. 54-57. 22 En relación con vertientes socialistas y transformadoras sobre la sociedad civil, véase, por ejemplo, Bobbio, Norberto, Gramsci y la concepción de la sociedad civil, en Estudios de historia de la filosofía: de Hobbes a Gramsci, Ed. Debate, Madrid, 1991. Para una referencia a los nuevos movimientos sociales y una “sociedad civil socialista” véase la obra de Claus Offe, Contradicciones en el Estado de bienestar, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Alianza Editorial, México, 1991. La visión comunitarista puede encontrarse, entre otros, en Walzer, Michael, Las esferas de la justicia, FCE, México, 1993, y en Berger, Peter y Richard J. Neuhaus. Potenciar al ciudadano: El rol de las estructuras intermedias en las políticas públicas, en Estudios Públicos núm. 49, Verano 1993, Centro de Estudios Públicos, Santiago. que son propias de la tradición social demócrata o socialista. Si se acepta esta tesis de la transacción de diversas tradiciones, como una base plural sobre la cual se construye la constitución política chilena, se debe atribuir importancia limitada al principio de subsidiaridad”.23 La Constitución asegura a todas las personas “el derecho de asociarse sin permiso previo” (artículo 19 núm. 15 CPE). Agrega que “para gozar de personalidad jurídica, las asociaciones deberán constituirse en conformidad a la ley”. “Nadie puede ser obligado a pertenecer a una asociación”. “Prohíbense las asociaciones contrarias a la moral, al orden público y a la seguridad del Estado”. Este derecho es a la vez una libertad constitucional (toda persona tiene derecho a asociarse, pero nadie puede ser obligado a pertenecer a una asociación) y, junto a otros derechos y libertades constitucionales como la libertad de opinión, de reunión y de informar sin censura previa, dan cuenta de un régimen que reconoce el pluralismo como modo de convivencia social. De acuerdo con la Constitución, el ejercicio del derecho de asociación habilita a las personas para, sin permiso previo, crear entidades que las agrupen con un sentido de permanencia para perseguir y lograr fines lícitos. Quienes organicen una asociación o quienes, con posterioridad ingresen a ella, están ligados por un vínculo jurídico permanente, del que surgen derechos y deberes para sus integrantes, los que están previstos en el pacto social o estatuto interno que la rige. La esencia del derecho consiste en la facultad de organizar entidades, ingresar, permanecer en ellas y retirarse libremente, todo ello sin permiso previo y sin otros requisitos que los que voluntariamente se aceptaron al ejecutar alguna de dichas acciones.24 Se ha señalado que el derecho de asociarse y el derecho de reunirse tienen como nota común el hecho que las personas reconocen entre sí algún tipo de relación recíproca, la cual se basaría en una finalidad común que no es posible conseguir sino en alianza o unión voluntaria con los demás. Estos derechos estarían destinados esencialmente a ser ejercidos en conjunto con los demás, es decir, n obstante tratarse de derechos o libertades individuales, su ejercicio es colectivo o, al menos, requieren de a lo menos otra persona que desee hacer lo mismo. Otra característica común de estos derechos es su finalidad instrumental o funcional, es decir, normalmente sirven de presupuesto para la práctica de otros derechos (por ejemplo, la libertad de expresión, la libertad de empresa, y otras).25 Con todo, el elemento de permanencia de la agrupación distingue al derecho de asociación del derecho de reunión. Una asociación es, sin duda, una realidad más compleja que una reunión. El vínculo asociativo tiene una pretensión de estabilidad en el tiempo mucho mayor que la que puede existir en una simple reunión. Las reuniones, por definición son transitorias o episódicas y dejan de existir en el momento en que quienes la constituyeron se separaron o disgregaron. Las asociaciones, en cambio, siguen existiendo aun cuando en un determinado momento no estén reunidos físicamente sus integrantes. Por ello, puede decirse que la asociación genera entre sus miembros (“asociados”) un vínculo jurídico o con pretensiones de juridicidad, toda vez que, sobre la base de un acuerdo o pacto social surge una unidad ideal entre los asociados. La formalidad de la asociación es un aspecto que aparece con gradualidad según los casos. Puede haber asociaciones muy simples en las que hay apenas un germen de institucionalidad hasta asociaciones con un alto grado de institucionalidad jurídica en las que, incluso puede desdibujarse el carácter personal del ejercicio del derecho de asociación, aunque no se pueda negar que existe. Respecto de la libertad de afiliación, establecida como componente del derecho de asociación, ya hemos señalado que la Constitución prescribe que “nadie puede ser obligado a pertenecer a una asociación” (art. 19 núm. 15 inc. 3º). Es decir, la Constitución reconoce lo que ciertos autores han denominado la “libertad negativa de asociación”. El artículo 19 núm. 19 reafirma esta idea a propósito del derecho de sindicarse al agregar que “[l]a afiliación sindical será siempre voluntaria”. Y el artículo 19 núm. 16 inciso 4º CPE, refiriéndose a la libertad de trabajo, agrega: “Ninguna ley o disposición de autoridad pública podrá exigir la afiliación a organización o entidad alguna como requisito para desarrollar una determinada actividad o trabajo, ni la desafiliación para mantenerse en éstos”. La Constitución de 1980, evidenciando una actitud doctrinaria de fuerte libertarismo en esta materia, eliminó la normativa que, procediendo de la Constitución de 1925, estaba contenida en el Acta Constitucional núm. 3, de 1976, de la junta de gobierno, y que señalaba: “la colegiación será obligatoria en los casos exigidos por la ley, la cual sólo podrá imponerla para el ejercicio de una profesión universitaria”. Tal disposición dio pie para transformar legalmente a los 23 Ruiz-Tagle, art. cit., p. 57. 24 Ver Evans de la Cuadra, Enrique, Los derechos constitucionales, tomo II, Ed. Jurídica de Chile, 2ª ed. actualizada, Santiago, 1999, p. 347. 25 Ver Núñez, Manuel Antonio, Las libertades de reunión y asociación, en García-Huidobro, Joaquín y otros, Lecciones de derechos humanos, EDEVAL, Valparaíso, 1997, pp. 215216. El derecho de asociación Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano colegios profesionales, entidades de cierta tradición y prestigio en Chile, en simples asociaciones gremiales.26 Esta situación ha sido criticada por diversos estudiosos, desde perspectivas iusnaturalistas o bien, en tributo a una tradición de fortaleza organizativa, respecto de entidades que asumían en nombre de la sociedad el cuidado colectivo de las profesiones, especialmente en lo relativo a su función social y a las cuestiones éticas envueltas en su ejercicio.27 Este problema, que puede parecer marginal al tema de las OSC, ofrece, sin embargo, una perspectiva y un contrapunto interesante respecto de las nuevas organizaciones “de interés o beneficio público” formadas por particulares que, sin estar ligadas a profesiones o a actividades económicas comunes de sus integrantes, tienen en común con los antiguos colegios profesionales la pretensión de invocar una función o un interés público que hace deseable o hasta cierto punto imperativa su existencia, incluyendo ciertos privilegios legales. El Tribunal Constitucional ha tenido oportunidad de pronunciarse sobre asuntos relacionados con el derecho de asociación con ocasión del control preventivo de ciertos proyectos de ley. Uno de los fallos más importantes es el referido a la Ley Orgánica Constitucional sobre Partidos Políticos.28 En dicha sentencia el Tribunal definió la libertad de asociación como “la facultad de toda persona para unirse con otras, en forma voluntaria y con cierto grado de permanencia para la realización de un fin determinado”. Quizás más importante que lo anterior es la sistematización que el Tribunal hizo en su fallo respecto del derecho de asociación en la Constitución chilena, al declarar que del análisis de la disposición del artículo 19 núm. 15 CPE “se deriva con claridad meridiana, que la Carta Fundamental regula tres institutos jurídicos a los cuales atribuye distintos alcances, no obstante su íntima vinculación. Ellos son: El derecho de asociación en general, las asociaciones que deseen gozar de personalidad jurídica y los partidos políticos”.29 Es posible advertir que la Constitución enfrenta el tema de las asociaciones en general o algunas especiales de ellas en otros numerales del artículo 19 y en otras disposiciones de la Carta Fundamental. Por ejemplo, en el artículo 1º inciso 3º, ya analizado anteriormente. 26 Ver D.L. 2757 de 1979 que regula la constitución y funcionamiento de las Asociaciones Gremiales y D.L. 3621 de 1981 que privó a los Colegios Profesionales del control de la ética en el ejercicio de las respectivas profesiones y de toda otra función pública, ordenando su transformación en asociaciones gremiales. 27 Ríos Álvarez, art. cit. nota 6. Para el caso español, ver Ariño, Gaspar y José María Souviron, Constitución y colegios profesionales, Unión Editorial, Madrid, 1984. 28 Fallo del Tribunal Constitucional rol 43, recaído sobre el proyecto de Ley Orgánica Constitucional de los Partidos Políticos, del 24 de febrero de 1987. Dicho proyecto se convirtió en la Ley 18.603, del 23 de marzo de 1987. 29 Considerando 11 del fallo rol 43, cit. nota precedente. 154 155 Anexo / Marco Jurídico Asimismo, las organizaciones sindicales son consideradas en el núm. 19 del artículo 19; las iglesias, confesiones e instituciones religiosas en el núm. 6 del artículo 19; los establecimientos educacionales en el artículo 19 núm. 11 inciso 1º; los medios de comunicación social, incluidas las entidades habilitadas para mantener estaciones de televisión en el artículo 19 núm. 12 incisos 3º a 5º; las instituciones de seguridad social en el artículo 19 núm. 18 inciso 3º CPE; etc. El mismo fallo de 1987, a propósito de los requisitos mínimos en cuanto al número de afiliados necesarios para constituir un partido político, desarrolló una tesis, que tendrá importancia después cuando el Tribunal Constitucional aborde exigencias análogas en otros tipos de asociación. Se refiere a la “esencia de los derechos”, en relación a la garantía establecida en el artículo 19 núm. 26 CPE que asegura a todas las personas “[L]a seguridad de que los preceptos legales que por mandato de la Constitución regulen o complementen las garantías que ésta establece o que las limiten en los casos en que ella lo autoriza, no podrán afectar los derechos en su esencia, ni imponer condiciones, tributos o requisitos que impidan su libre ejercicio”. Desde esa perspectiva, el Tribunal Constitucional determinó “que un derecho es afectado en su ‘esencia’ cuando se le priva de aquello que le es consustancial de manera tal que deja de ser reconocible, y que se ‘impide el libre ejercicio’ en aquellos casos en que el legislador lo somete a exigencias que lo hacen irrealizable, lo entraban más allá de lo razonable o lo privan de tutela jurídica”.30 Posteriormente, en otras sentencias, el Tribunal Constitucional ha fundamentado la impugnación de normas del proyecto de ley sobre juntas de vecinos y organizaciones comunitarias en la mencionada disposición del artículo 19 núm. 26 CPE y en la libertad de asociación. Un grupo de diputados de oposición presentó en abril de 1991 un requerimiento que impugnaba, por inconstitucional, una disposición de dicho proyecto que establecía que “sólo podrá existir una junta de vecinos en cada unidad vecinal y cada persona sólo podrá pertenecer a una junta de vecinos”. El fallo del Tribunal Constitucional acogió el requerimiento señalando que “estas normas, si bien no hacen obligatorio el incorporarse a la junta de vecinos única, coartan la libertad de toda persona que quiera ejercer su derecho a participar en la vida nacional a través de una junta de vecinos y a formarla y asociarse con quien lo desee dentro del ámbito territorial correspondiente, creándose de esta manera un impedimento para así hacerlo y obligándose consecuentemente a que, si se quiere ejercer tal derecho, se tenga como único camino el formar parte de esa única junta de vecinos permitida”. 30 Considerando 21 del fallo cit. rol núm. 43. Según el mencionado fallo, “tal situación conculca la esencia misma del derecho a asociarse y a gozar de personalidad jurídica que la Constitución contempla”.31 La argumentación del Ejecutivo enlazaba íntimamente la libertad de asociación con la idea de participación ciudadana que en el caso de los niveles territoriales de base, requieren un mínimo de representatividad para que tengan eficacia y significación social.32 Asumía, además, que el sistema legal y social reconocía a las juntas de vecinos como canales privilegiados de dicha participación en los niveles comunales y que dicha participación experimenta un menoscabo decisivo al existir más de una junta de vecinos en cada unidad vecinal. Sin embargo, estas ideas fueron desechadas categóricamente por el Tribunal Constitucional, declarando éste que una norma tal contradecía las disposiciones constitucionales, entre otras cosas, “al establecer una desigualdad de oportunidades para integrar las estructuras de participación de la comunidad y al forzar por falta de alternativa a asociarse a las únicas que se permiten”. Tres años después, un nuevo requerimiento de los diputados de oposición objetaba el mismo artículo del proyecto -que aún no podía ver la luz convertido en ley-, sustituido y aprobado en el Congreso Nacional bajo la siguiente fórmula: “Para constituir una junta de vecinos se requerirá la voluntad conforme de a lo menos un veinte por ciento de los vecinos residentes en la respectiva unidad vecinal”. El Tribunal Constitucional, en un nuevo fallo declaró la inconstitucionalidad del precepto argumentando que si bien, la norma impugnada no afectaba la esencia del derecho de asociación, los requisitos propuestos en el proyecto para constituir las juntas de vecinos eran tales que “impedían su libre ejercicio” pues al unir el requisito de que los integrantes de las juntas de vecinos deben ser mayores de 18 años con el del “veinte por ciento a lo menos de los vecinos residentes en la unidad vecinal respectiva, resulta ineludible concluir que ese porcentual del 20 por ciento se eleva sustancialmente al aplicársele sobre el total de los vecinos que tengan más de 18 años de edad”. De este modo, el Tribunal asume que la exigencia porcentual para formar una junta de vecinos es tan elevado que su imposición “implicaría en el hecho establecer un obstáculo para su generación, lo que, a su vez, resulta del todo contrario al imperativo constitucional de ofrecer una igualdad de oportunidades a quienes deseen originarlos”.33 31 Fallo del Tribunal Constitucional rol núm. 126, del 14 de mayo de 1991. 32 Ver comentarios a este y otros fallos relacionados con la libertad de asociación en Zapata, Patricio, La jurisprudencia del Tribunal Constitucional, Corporación Tiempo 2000, Santiago, 1994, pp. 235 y ss. 33 Fallo del Tribunal Constitucional rol núm. 200, del 14 de noviembre de 1994, especialmente considerandos octavo, noveno y décimo sexto. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano A lo anterior, el fallo agregó consideraciones sobre las diferencias no racionales que se producirían entre unidades vecinales de escasa población y otras densamente pobladas, la variabilidad e indeterminación del requisito demográfico, todo lo cual atenta contra el derecho de participar en igualdad de oportunidades en la vida nacional (art. 1º inciso final CPE) el derecho de igualdad ante la ley (art. 19 núm. 2 CPE) y contra lo dispuesto en el artículo 19 núm. 26 CPE referente a la garantía de que las leyes no pueden afectar los derechos en su esencia, ni imponer condiciones, tributos o requisitos que impidan su libre ejercicio.34 Restricciones al derecho de asociación El artículo 19 núm. 15 inciso 4º CPE establece las limitaciones generales que el orden jurídico prescribe a la acción de toda asociación, al señalar: “Prohíbense las asociaciones contrarias a la moral, al orden público y a la seguridad del Estado”. Estas limitaciones evidencian algo propio y natural de la esencia del derecho de asociarse: que los fines o motivos de la asociación sean lícitos. Esto está en consonancia con los preceptos de los instrumentos internacionales de derechos humanos que declaran que la libertad de asociación no está sujeta a otras restricciones que las que estén previstas por la ley y sean necesarias en una sociedad democrática, en interés de la seguridad nacional, la seguridad pública o el orden público, o para proteger la salud o la moral pública o los derechos y libertades de los demás.35 A lo anterior, es necesario agregar otro límite constitucional a la acción de los grupos intermedios: sus propios fines específicos, toda vez que el artículo 23 CPE entrega atribuciones a la autoridad pública para sancionarlos en conformidad a la ley en caso que ellos o sus dirigentes “hagan mal uso de la autonomía que la Constitución les reconoce, interviniendo indebidamente en actividades ajenas a sus fines específicos”. Lo anterior significa que la Constitución considera atentatorio contra el orden por ella establecido el que las asociaciones y sus dirigentes desvíen sus actividades hacia otras, consideradas ajenas a sus objetivos específicos, excediendo el ámbito de sus propios fines o invadiendo campos de otras entidades. Sin perjuicio del carácter 34 Fallo Tribunal Constitucional rol núm. 200, especialmente considerandos décimo, undécimo y decimotercero. El proyecto devino finalmente en la Ley 19.418, de 9 de octubre de 1995, sobre Juntas de vecinos y demás organizaciones comunitarias, que derogó la Ley 18.893 de 1989 sobre la misma materia. El requisito numérico se resolvió finalmente estableciendo cifras determinadas relacionadas proporcionalmente con universos determinados, por ejemplo, “doscientos vecinos en las comunas de más de cien mil habitantes”. 35 Ver, respectivamente, art. 22.2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y art. 16.2 de la Convención Americana de Derechos Humanos. hasta cierto punto estamental que es posible advertir en esta disposición, la norma parece fundamentarse en la concepción que el Constituyente tiene en relación con una separación tajante entre actividades y fines sociales -propios de múltiples grupos intermedios- y actividades y fines políticos -que la Constitución mira con recelo y adjudica y permite exclusivamente a un solo tipo de grupo intermedio: los partidos políticos. La separación entre lo social y lo político es explícita para el Constituyente y su infracción es elevada a un ilícito constitucional que encarga a la ley sancionar. Declara que los cargos directivos superiores de las organizaciones gremiales son incompatibles con los cargos directivos superiores de los partidos políticos y la ley establecerá las sanciones que corresponda a unos y otros dirigentes que interfieran en órbitas de actuación que legalmente no les corresponda (art. 23 CPE). En estas restricciones se observa un evidente sesgo “anti-participación” resabios autoritarios todavía vigentes en el ordenamiento constitucional chileno que friccionan contradictoriamente con otras disposiciones a las que sí se puede atribuir un potencial favorable a la participación ciudadana. Correlato de esta restricciones a la participación social son las disposiciones del artículo 57 núm. 7 y del artículo 60 inciso 4° de la CPE. La primera norma citada señala que no pueden ser candidatos a diputados o a senadores las personas que desempeñan un cargo directivo gremial o vecinal; la segunda señala una causal de cesación en el cargo del diputado o senador que “ejercite cualquier influencia ante las autoridades administrativas o judiciales a favor o representación del empleador o de los trabajadores en negociaciones o conflictos laborales, sean del sector público o privado”. El principio de participación ciudadana en la Constitución Se puede observar que el principio participativo aparece y reaparece en la Constitución bajo diversos aspectos, a veces como rasgo distintivo del régimen democrático, otras como expresión concreta de derechos constitucionales o como regulación específica de determinados ámbitos del quehacer social. De este modo podemos listar sinópticamente un conjunto de normas regulatorias y programáticas que buscan concretarlo y hacerlo efectivo en relación con diversos sujetos y en relación con diversos ámbitos del quehacer nacional: 1. El ejercicio de la soberanía nacional se realiza por el pueblo a través del plebiscito y de elecciones periódicas (art. 5° inc. 1° CPE). Es decir, la ciudadanía como sujeto de derechos políticos. 2. El principio de publicidad de las actuaciones de los órganos del Estado. Son públicos los actos y resoluciones de los órganos del Estado, así como 156 157 Anexo / Marco Jurídico sus fundamentos y los procedimientos que utilicen. Sólo mediante una ley de quórum calificado puede establecerse la reserva o secreto en los casos que la publicidad afecte el debido cumplimiento de las funciones de dichos órganos, los derechos de las personas, la seguridad de la nación o el interés nacional. De esta norma fundamental derivan otros principios básicos: la transparencia de la gestión pública y el acceso a la información pública (art. 8º inc. 2º CPE). 3. La participación en las votaciones populares por la vía del sufragio personal, igualitario y secreto (art. 15 CPE). Es decir, las elecciones generales como mecanismo democrático de participación política. 4. La libertad de enseñanza, que incluye el derecho de abrir, organizar y mantener establecimientos educacionales, reconociendo el derecho de las personas a participar en la actividad educacional (art. 19 núm. 11 CPE). 5. El derecho de fundar, editar y mantener diarios, revistas y periódicos y el derecho -más restringidode establecer, operar y mantener estaciones de televisión (art. 19 núm. 12 incs. 4° y 5° CPE), todo lo cual es índice de participación en los medios de comunicación social. 6. El derecho de petición sobre cualquier asunto de interés público o privado (artículo 19 núm. 14 CPE). Dirigirse a las autoridades en términos respetuosos y convenientes es la única exigencia para el ciudadano que desea participar en un diálogo e interlocución con las autoridades. 7. Los derechos y libertades de reunión y asociación sin permiso previo (art. 19 núm. 13 y núm. 15 CPE). Se trata de manifestaciones clásicas de expresión y participación ciudadana. 8. La garantía de que los partidos políticos no tendrán privilegio ni monopolio alguno de la participación ciudadana (art. 19 núm. 15 inc. 5° CPE). Disposición que el contexto original de la Constitución es una manifestación de sospecha respecto de los partidos, pero que mirada en proyección, indica el deber de las organizaciones políticas de compartir el espacio participativo con otros grupos y organizaciones de la sociedad civil. 9. El derecho de sindicarse y de negociar colectivamente (art. 19 núm. 19 y núm. 16 inciso 5° CPE), como mecanismos claves de la participación en el campo de las relaciones laborales, dentro y frente a las empresas o lugares de trabajo. 10. La admisión a todas las funciones y empleos públicos (art. 19 núm. 17 CPE). Esta garantía mira al Estado como tarea colectiva que, a través de la función pública, está abierta a la participación de cualquier ciudadano, en atención a sus méritos. 11. El derecho a desarrollar cualquiera actividad económica (art. 19 núm. 21 CPE). La participación entendida como -o reducida, esta vez, a- pura iniciativa económica o libertad de emprendimiento. 12. El derecho a interponer las acciones constitucionales de protección y de amparo en los casos de vulneración de los derechos constitucionales (no todos, sino los expresamente referidos en el artículo 20 de la misma Constitución). Es una dimensión de la participación que, en el ámbito de la justicia, tiene por objetivo la protección y defensa de los derechos fundamentales de las personas. 13. La acción pública para requerir al Tribunal Constitucional la declaración de inconstitucionalidad de un precepto legal, la inconstitucionalidad de una organización, movimiento o partido, o las inhabilidades de un ministro de Estado (art. 93 CPE). Se trata de los únicos casos en que la Constitución franquea el acceso a cualquier ciudadano a la titularidad para interponer determinadas acciones ante el Tribunal Constitucional. 14. El derecho de interponer acciones y reclamos ante los tribunales electorales regionales, establecidos en la Constitución para resolver conflictos respecto de las elecciones de carácter gremial y las habidas en otros grupos intermedios (art. 96 CPE). 15. La conformación del consejo regional, órgano al cual la Constitución y la respectiva ley orgánica constitucional encomiendan hacer efectiva la participación de la ciudadanía regional (art. 113 CPE). 16. La conformación del concejo en cada Municipalidad, órgano al cual la Constitución y la respectiva ley orgánica constitucional encomiendan hacer efectiva la participación de la comunidad local (art. 113 inc. 2° CPE). 17. La conformación de consejos económicos y sociales provinciales (art. 116 inc. 3° CPE) como órganos de participación social de carácter consultivo. Su composición, forma de designación de sus integrantes, atribuciones y funcionamiento son regulados por la Ley Orgánica Constitucional de Gobierno y Administración Regional.36 En relación con estos organismos de participación territorial, paradójicamente, las disposiciones sobre los consejos económicos y sociales comunales, también de carácter consultivo, que contemplaba la Constitución, de acuerdo con la reforma constitucional contenida en la Ley 19.097 de 1991, y cuya regulación se entregaba a la ley orgánica constitucional sobre municipalidades, fueron suprimidos de la Constitución por una ulterior reforma, contenida en la Ley 19.526 de 1997, que reemplazó dicha referencia en el artículo 107 CPE por el siguiente nuevo 36 Ver Ley 19.175 de 1991, cuyo texto refundido y sistematizado está contenido en el Decreto Supremo 291 de 1993, del Ministerio del Interior (con modificaciones posteriores). Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano inciso 2º: La ley orgánica constitucional respectiva establecerá las modalidades y formas que deberá asumir la participación de la comunidad local en las actividades municipales”.37 18. La definición de las municipalidades de acuerdo con una de sus finalidades fundamentales, esto es, la de asegurar la participación de la comunidad local en el progreso económico, social y cultural de la comuna, y la participación en las actividades municipales, la cual asumirá las modalidades y formas que establezca la ley orgánica constitucional respectiva (art. 118). 19. La creación, dentro del ámbito de las comunas, de territorios denominados unidades vecinales, con el objeto de propender a una adecuada canalización de la participación ciudadana (art. 118 inc. 7° CPE). Normas legales que posibilitan el ejercicio de la participación ciudadana en Chile Tal como se señaló en el apartado precedente, la participación ciudadana como concepto normativo orientador de la conducta pública de ciudadanos y organismos públicos y privados debe ser puesta en el contexto del régimen democrático de gobierno. Dicho régimen se caracteriza por generar y administrar el poder sobre la base de espacios y mecanismos más o menos amplios de participación de las personas que forman parte del cuerpo político. Esta participación se expresa a través de elecciones periódicas y procesos de representación política, tal como lo han postulado la teoría y la praxis de las democracias liberales, en que la participación de los individuos y los grupos sociales está concebida con la finalidad de renovar y completar periódicamente la estructura contingente de gobierno; por ello, es esencial en este régimen político la existencia de elecciones periódicas, libres y limpias. Sin embargo, puede observarse que la intervención exclusiva de los grupos políticos organizados no garantiza en forma plena y total la comunicación entre gobernantes y gobernados. Por ello, la realización de la democracia exige otros mecanismos o dispositivos que pueden llamarse, aunque la expresión sea vaga, de “democracia social” tendientes a enriquecer y fortalecer la legitimidad del régimen político representativo mediante el establecimiento de una estructura social y económica que haga practicable el ideal democrático por el mayor número de protagonistas y beneficiarios y 37 El art. 94 de la ley Orgánica Constitucional de Municipalidades (Ley 18.695 de 1985, cuyo texto refundido está contenido en el D.F.L. 2-19.602 del Ministerio del Interior, publicado en el Diario oficial el 11 de enero de 2000) prescribe que “en cada Municipalidad existirá un consejo económico y social comunal, compuesto por representantes de la comunidad local organizada”. Ver un comentario crítico sobre la nueva regulación legal de esta materia, infra. en otros ámbitos y niveles de la vida colectiva. La premisa básica es que los destinatarios del poder son, a la vez, los mismos que lo detentan, por lo cual en todo sistema democrático que se precie de tal, los propios ciudadanos son sus protagonistas. En efecto, los ciudadanos gozan de libertad y pueden desarrollarla en un régimen democrático bajo dos dimensiones: como autonomía frente al poder público o garantía de acción libre sin interferencias indebidas y, también, como posibilidad de participación en la conducción y decisiones del Estado. Se trata de visiones que corresponden a relatos distintos: el primero liberal, el segundo republicano, que se han presentado históricamente a veces en fricción, pero que no son necesariamente contradictorios. Precisamente, las exigencias cada vez más complejas de la vida contemporánea llevan a agregar a los inalienable derechos a elegir y ser elegidos para los cargos públicos representativos, mediante el voto libre, secreto e igualitario, el ejercicio de otros derechos “de participación” que a través de formas innovadoras contribuyen a configurar funciones socioeconómicas idóneas para la toma de decisiones sobre asuntos que conciernen o afectan a los ciudadanos más directamente, en ámbitos territoriales locales y sectoriales, desde cuestiones de gran generalidad hasta otras sumamente específicas que afectan la vida cotidiana de las comunidades, familias y personas. De este modo, el régimen y el estilo de vida democráticos se profundizan y complejizan conformando una democracia “participativa”. Lo anterior implica la necesidad democrática de conjugar el verbo participar respecto de ámbitos territoriales subnacionales, como en el caso chileno, las regiones, provincias y comunas; su abordaje respecto de nuevos derechos producto de la complejidad y tecnologización de la vida contemporánea, que requieren titularidad del individuo y los colectivos humanos para satisfacer sus necesidades fundamentales (por ejemplo, salud, medio ambiente, consumidores, discapacitados, pueblos indígenas, cuestiones de género, etc.); el reconocimiento de nuevos bienes jurídicos como sucede con los recursos naturales, el medio ambiente, el desarrollo científico y tecnológico que impacta la vida privada (ejemplo, cuestiones de bioética, contracepción, etc.) y la vida pública (ejemplo, gobierno electrónico, etc.) y, finalmente un concepto innovador y amplio de protección, que asegure todos los derechos de las personas, en particular aquellos que requieren una actitud preactiva del Estado en cuanto al suministro de prestaciones para una mínima vida digna mínima. De este modo, la noción de participación es elemento consustancial a un régimen democrático y social de derecho, en tanto es indisociable de la formación de la voluntad nacional, de la gestación de la vida colectiva en sus más diversos aspectos y de la solución de los problemas colectivos. 158 159 Anexo / Marco Jurídico Para efectos expositivos, clasificaremos las formas de participación ciudadana bajo un esquema clásico, que distingue entre la participación política propiamente tal y la participación social. La literatura politológica más reciente tiende a identificar esta última con la participación ciudadana propiamente tal, subdividiendo sus expresiones entre las que implican la actuación individual de los ciudadanos y las que implican su involucramiento en organismos, grupos o entes colectivos o comunitarios. Hecha esta clasificación, abordaremos a continuación, el análisis de la legislación chilena bajo el prisma de este segundo gran núcleo o forma de participación, esto es, aquella que convencionalmente estamos denominando “social” o “ciudadana” en un sentido más propio. 1. Participación política Derecho de sufragio y derecho de ser elegido. 1.1 La Constitución señala que en las votaciones populares, el voto será personal, igualitario y secreto. Para los ciudadanos será además, obligatorio (art. 15 CPE). La Ley de Sistema Electoral Público y la ley de Votaciones y Escrutinios desarrollan la forma de las elecciones presidenciales y parlamentarias y del plebiscito en los casos en que éste tenga lugar. Estas leyes son leyes orgánicas constitucionales que tienen un quórum de aprobación de tres quintos de diputados y senadores en ejercicio. 1.2 La ley orgánica constitucional de municipalidades (Ley 18.695 de 1988 y sus modificaciones posteriores) establece el voto universal y secreto para las autoridades municipales (arts. 105 a 126): alcaldes y concejales se eligen separadamente. 1.3 La ley orgánica constitucional de gobiernos regionales establece que el consejo regional es el órgano para hacer efectiva la participación de la ciudadanía en el gobierno regional. Esta participación está mediatizada a través de los concejales de la respectiva región que, actuando como colegio electoral elige a los integrantes de los consejos regionales. 2. Participación social y participación ciudadana Por lo general se distingue la participación política de la participación social. Esta última estaría referida a acciones coordinadas que no tiene el propósito o que, de hecho, no interactúan con el Estado (Cunill 1991: 170). Una subespecie de participación social sería la participación comunitaria, esto es, acción colectiva limitada a la organización de iniciativas de autoayuda y solidaridad en la base social. Siguiendo a Felipe Hevia, el núcleo de la participación ciudadana estaría reservado a su relación con la esfera pública estatal.38 La participación ciudadana se define centralmente como un tipo de acción política que “expresa, con múltiples sentidos, la intervención directa de los agentes sociales en actividades públicas”.39 De un modo más simple puede ser entendida como un conjunto de formas de inclusión de la ciudadanía en procesos decisorios, incorporando sus intereses particulares (no necesariamente “individuales”) en el marco de determinadas temáticas.40 Hevia ha recogido otra categorización para comprender las formas de participación ciudadana institucionalizada en América Latina. Describe el concepto de interfaz, señalando que un interfaz puede entenderse como una entidad o institución compleja, organizada por intencionalidades y relaciones entrelazadas en que se actualiza una pugna de intereses eventual o explícitamente incompatibles. Por ello, es también un espacio de conflicto, a veces de visiones globales, paradigmáticas. En un interfaz, el poder actúa como configurador de relaciones estratégicas y significativas, permanentes e inestables. Los interfaces pueden ser netamente estatales (entre organismos estatales) o netamente sociales (entre actores de la sociedad civil). También pueden ser interfaces socio-estatales (ISE); es decir, aquellos “donde para la existencia de los mecanismos se necesite explícitamente la presencia de actores sociales y estatales (consejos, comités, juntas, cabildos abiertos, etc.)”. Estas entidades se definen, entonces, “más por la negociación, el conflicto y la representación de diversos proyectos, que por la colaboración”. En la institucionalidad legal los interfaces socio-estatales pueden orientarse, por una parte, a la formulación de intereses particulares en las políticas públicas, como los cabildos abiertos, consejos consultivos, asambleas ciudadanas, ejerciendo una función de representación de intereses, básicamente a nivel consultivo. Por otra parte, los interfaces pueden orientarse a la cogestión en la prestación de servicios públicos. Se trata de una participación cogestiva, que amplía su rango de influencia no sólo a la provisión de servicios públicos, sino también a la planeación, control y ejecución de políticas públicas generales, competiéndole explícitamente 38 Hevia de la Jara, Felipe, Participación ciudadana institucionalizada: análisis de los marcos legales de la participación en América Latina, en Dagnino, Evelina, Alberto J. Olvera, Aldo Panfichi, La Disputa por la construcción democrática en América Latina, Fondo de Cultura Económica, 2006, pp. 367-398. 39 Cunill, Nuria, Repensando lo público a través de la sociedad, Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo (CLAD), Caracas, 1997. 40 Ziccardi, Alicia, Introducción: claves para el análisis de la participación ciudadana y las políticas sociales del espacio local, en Ziccardi (comp.), Participación ciudadana y políticas sociales en el ámbito local, INDESOL/ISS UNAM/ COMECSO, México, 2004, citado por Hevia, op. cit. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano funciones decisorias.41 Sobre esta base conceptual, diversos organismos y mecanismos contemplados en la institucionalidad legal chilena que se revisa a continuación podrían ser categorizados como interfaces socio-estatales, si bien, como veremos, en la mayoría de los casos, sólo para representar la opinión y los intereses particulares en un entorno de hegemonía gubernamental o, al menos política. 2.1 Ley Orgánica Constitucional sobre Gobiernos Regionales (Ley 19.175, de 1993 y modificaciones) La LOC de Gobiernos Regionales distingue dos conceptos: el gobierno regional y la administración regional. El gobierno regional reside en el Intendente regional, que es el representante natural e inmediato del Presidente de la República en cada región, funcionario de su exclusiva confianza, nombrado y removido por aquél. Además, es el órgano ejecutivo del gobierno regional y presidente del consejo regional. Su función principal es dirigir las tareas de gobierno interior en la región, según instrucciones directas del Ejecutivo o a través del Ministerio del Interior. Su autoridad es expresión del orden jerárquico central del poder ejecutivo propio del Estado unitario en los territorios llamados regiones en que se divide el país. Paralelamente, y en cierto sentido superpuesto al gobierno regional, se establece la administración regional, que tiene que tiene por objeto el desarrollo social, cultural y económico de la región. Está constituido por el propio Intendente y por el consejo regional. Los gobiernos regionales tienen personalidad jurídica y patrimonio propio, lo cual es un signo de descentralización administrativa. Al igual que todo el gobierno y administración interior del Estado, un principio básico de los gobiernos regionales es la búsqueda de un desarrollo territorial armónico y equitativo de las regiones en sus aspectos económicos, sociales y culturales. La ley afirma un conjunto de principios que deben inspirar la administración regional, como los de solidaridad, equidad, preservación y mejoramiento del medio ambiente y eficiencia y eficacia en la asignación y uso de los recursos en las regiones. Entre ellos reconoce expresamente el principio de la participación de la comunidad (art. 14). El gobierno regional tiene por funciones elaborar y aplicar las políticas, planes y programas de desarrollo y el proyecto de presupuesto regional, debiendo ajustarse a las políticas y planes nacionales. Debe decidir sobre la inversión de los recursos que correspondan a la región según la distribución del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), la destinación de los recursos de los programas de inversión sectorial de asignación regional (ISAR) y otras fuentes de recursos públicos. 41 Hevia, op. cit. El gobierno regional posee especiales funciones en materia de ordenamiento territorial, tales como establecer políticas y objetivos sobre sistemas de asentamientos humanos; participar, en coordinación con otras autoridades, en programas y proyectos relativos a obras de infraestructura y equipamiento; fomentar y velar por la protección del medio ambiente; velar por el buen funcionamiento de los servicios de transporte, sin perjuicio de las facultades que competen a las municipalidades; actuar en el desarrollo de áreas rurales y localidades aisladas, procurando la acción multisectorial. Además, incide directamente en otras áreas tales como el fomento de las actividades productivas, asistencia técnica y capacitación laboral; desarrollo social y cultural; prioridades en materia de erradicación de la pobreza, promover el acceso a salud, educación, cultura, vivienda, seguridad social, deportes y recreación y asistencia judicial. Como parte de sus atribuciones, el gobierno regional puede dictar normas reglamentarias regionales, de acuerdo con la ley; convenir con los respectivos ministerios programas anuales o plurianuales de inversiones con impacto regional y aprobar planes reguladores comunales e intercomunales. El consejo regional es el órgano colegiado del gobierno regional. La ley le asigna expresamente la finalidad hacer efectiva la participación de la comunidad regional (art. 28), agregando que estará investido de facultades normativas, resolutivas y fiscalizadoras. El consejo regional está integrado por consejeros elegidos por los concejales de la región, constituidos para estos efectos en “colegio electoral” por cada una de las provincias respectivas, de acuerdo con la distribución que señala la ley orgánica (art. 29). El consejo regional se compone de dos consejeros por cada provincia; más diez consejeros en las regiones de hasta un millón de habitantes; y catorce en las regiones con población superior a esa cifra, distribuidos a prorrata de la población de las respectivas provincias.42 Además, está integrado por el Intendente, que lo preside. Como el Intendente es un agente político designado por el Ejecutivo, su autoridad y presencia en el consejo atenúa el rasgo participativo y descentralizado de este órgano. Los consejeros duran cuatro años en sus cargos y pueden ser reelegidos. Entre las atribuciones del consejo regional destaca la aprobación de planes reguladores comunales previamente acordados por las municipalidades, e intercomunales que le proponga el Seremi de Vivienda y Urbanismo. Además, tiene por función fiscalizar el desempeño del Intendente y de las unidades que de él dependan, 42 Por ejemplo, en la Región Metropolitana de Santiago, el consejo regional está integrado por 26 consejeros regionales: 2 por cada una de las provincias de Chacabuco, Cordillera, Maipo, Melipilla y Talagante, y 16 de la provincia de Santiago. 160 161 Anexo / Marco Jurídico en su calidad de presidente y órgano ejecutivo del consejo regional. Dar su acuerdo a los proyectos de planes y estrategias regionales de desarrollo y sus modificaciones y al proyecto de presupuesto del gobierno regional. En el consejo regional radican, asimismo, las funciones de distribución de los recursos correspondientes del FNDR, las inversiones sectoriales de asignación regional y los recursos propios del gobierno regional. El Intendente, en su calidad de órgano ejecutivo regional, debe dar cuenta al consejo regional de su gestión, al menos una vez al año, acompañando balance y estado de la situación financiera del gobierno regional. Por otra parte, la legislación regional contempla un procedimiento especial de reclamación por ilegalidad. En efecto, cualquier particular puede reclamar ante el Intendente por las resoluciones o acuerdos ilegales de los gobiernos regionales, que afecten al interés general de la región o de sus habitantes o al interés particular del reclamante, en el plazo de 30 días desde la publicación o notificación del acto impugnado. Si el Intendente rechaza el reclamo o no responde dentro de 15 días hábiles, el afectado puede reclamar dentro de nuevos 15 días hábiles a la Corte de Apelaciones respectiva.43 Como sabemos, de acuerdo con la LOC de Gobiernos Regionales, las regiones se dividen en provincias. Su administración superior está cargo del gobernador, definido en la ley como un órgano territorialmente desconcentrado del Intendente, que también depende de la exclusiva confianza del Presidente de la República. No obstante ser parte del entramado político-administrativo dependiente del Ejecutivo, en lo vinculado a la participación ciudadana, el gobernador tiene competencia, por ejemplo, para autorizar reuniones en lugares de uso público y promover la participación del sector privado en las actividades de desarrollo de la provincia. Además, preside un órgano colegiado de carácter consultivo llamado consejo económico y social provincial. La ley no estableció a nivel de las provincias un órgano normativo y fiscalizador como los consejos regionales. El Consejo Económico y Social Provincial (CESPRO) La ley lo define como un órgano consultivo y de participación de la comunidad provincial socialmente organizada. Está integrado por el gobernador, que lo preside y por 24 representantes elegidos de organizaciones sociales (8 laborales; 8 empresariales y productivas; 3 culturales; 3 profesionales; 2 corporaciones y fundaciones). También 43 La LOC de Municipalidades también contempla un recurso similar por ilegalidad, el cual, de conformidad a la naturaleza de los asuntos que se reclamen o ventilen, otorga un rasgo participativo a este mecanismo administrativo y jurisdiccional al alcance de los ciudadanos. lo integran un miembro por cada institución de las FF.AA. y Carabineros con asiento en la provincia; un máximo de cuatro rectores o vicerrectores de universidades, institutos profesionales o centros de formación técnica. La ley señala los requisitos44 y el procedimiento, relativamente complejo, para que las diversas organizaciones sociales postulen y sean elegidas como miembros del CESPRO, lo cual incluye su inscripción en registro especial que llevará el Conservador de Bienes Raíces, la determinación y publicación sobre una lista de organizaciones por estamento, a cargo de una comisión integrada por el gobernador, el contralor regional y un ministro de la Corte de Apelaciones; la convocatoria a una asamblea por cada estamento para elegir los miembros que les corresponda en el CESPRO y la supervigilancia de este proceso por el Tribunal Electoral Regional. Los miembros del CESPRO durarán cuatro años en su cargo, pueden ser reelegidos y se desempeñan adhonorem Las atribuciones del CESPRO consisten en absolver las consultas del gobernador y emitir opinión sobre anteproyectos de plan regional de desarrollo y presupuesto del gobierno regional, antes que sean sometidos al consejo regional; presentar proposiciones de proyectos específicos de desarrollo para la provincia; y Realizar estudios, emitir opinión, requerir antecedentes y absolver toda otra consulta relativas a proyectos y programas de desarrollo. El gobernador tiene el deber de dar cuenta semestral al consejo económico y social provincial sobre la marcha de la administración provincial, de la ejecución de programas y proyectos que se desarrollen en la provincia. 2.2 Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades (Ley 18.695 y modificaciones). Con la reforma de la Ley 19.602 de 1999, se incluyó en la LOC de Municipalidades un capítulo especial que se refiere a mecanismos de participación ciudadana. El Mensaje de dicho proyecto de ley valoraba la participación ciudadana como un componente esencial de la democracia local y, a través de sus normas pretendía establecer un verdadero sistema de participación ciudadana a nivel de las comunas. Se puede reconocer el valor de las instituciones y mecanismos incorporados, pero, en el análisis global de la estructura del poder municipal podemos afirmar que esta reforma estuvo y está lejos todavía de consagrar un verdadero y significativo sistema de participación ciudadana comunal. 44 Los requisitos de las organizaciones postulantes son básicamente los que permiten reconocerles cierto grado de estabilidad y legitimidad como expresiones de determinados sectores de la ciudadanía: tener personalidad jurídica vigente; domicilio en la provincia; dos años de antigüedad, a lo menos y un mínimo de diez personas como miembros activos, o cuatro si sólo se compone de personas jurídicas. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano El Título IV de la ley denominado precisamente “De la participación ciudadana” regula en tres párrafos las instancias de participación, las audiencias públicas y oficinas de reclamos y los plebiscitos comunales. Se trata de una regulación básica y común que todo Municipio debe contemplar dentro de su organización. De acuerdo con las normas de este capítulo, cada Municipalidad debe establecer una ordenanza de participación ciudadana, esto es, un reglamento de ámbito comunal, teniendo en consideración las características singulares de cada comuna, tales como la configuración del territorio comunal, la localización de los asentamientos humanos, el tipo de actividades relevantes en la comuna, la conformación etárea de la población y cualquier otro elemento que requiera una expresión o representación específica y que al Municipio le interese relevar e incorporar en la discusión y definición de las orientaciones que deben regir la administración comunal (art. 93). Sobre esta base, en la redacción de la ordenanza municipal deberán considerarse las particularidades y situaciones especiales de cada comuna, pudiendo elaborarse agendas de participación de acuerdo con los intereses y prioridades de cada realidad local. La ley no define lo que debe entenderse por participación ciudadana, por lo que cabe atender a las definiciones y mecanismos que, de acuerdo a diversas concepciones e intereses políticos, se den autónomamente en cada Municipalidad o que se desprendan del texto de las propias ordenanzas. La Asociación Chilena de Municipalidades, con la colaboración de otros organismos, elaboró una propuestatipo de ordenanza municipal sobre participación ciudadana, en la que se ensaya una posible definición: “Se entenderá por participación ciudadana, la posibilidad que tienen los ciudadanos de la comuna de intervenir, tomar parte y ser considerados en las instancias de información, ejecución y evaluación de acciones que apunten a la solución de los problemas que los afectan directa o indirectamente en los distintos ámbitos de actividad de la Municipalidad y el desarrollo de la misma en los diferentes niveles de la vida comunal”. En el mismo párrafo sobre instancias de participación, la LOC de Municipalidades, regula el consejo económico y social comunal (CESCO), definido como órgano asesor de la Municipalidad, que estará compuesto por representantes de la comunidad local organizada. Su objeto o función es, de conformidad a la ley, precisamente, asegurar la participación de las organizaciones comunitarias de carácter territorial y funcional, y de actividades relevantes en el progreso económico, social y cultural de la comuna (art. 94). La ley delega a un reglamento municipal la determinación de la integración, organización, competencia y funcionamiento de los CESCOS, que el alcalde debe someter a la aprobación del Concejo. Si bien esta fórmula atiende al espíritu de autonomía que reconoce diversas modalidades de participación en cada comunidad local, presenta una grave debilidad al dejar entregada a los plurales y desiguales gobiernos comunales (más de 345 en el país) la definición concreta de los mecanismos, acciones y efectos específicos de la participación ciudadana a nivel comunal, sin que se asegure un mínimo estándar normativo común, de carácter democrático, más allá de las originalidades locales que cada reglamentación municipal pudiere suscitar. Consecuentemente, no se determina en la ley el número de consejeros de los CESCO. La ley sólo determina que los consejeros durarán cuatro años en sus funciones y que el CESCO será presidido por el alcalde. Entre sus atribuciones legalmente reconocidas está el pronunciarse respecto de la cuenta pública del alcalde, y de la cobertura y eficiencia de los servicios municipales. Además, el CESCO es titular del recurso o acción especial de reclamación por ilegalidad municipal que establece la propia LOC de Municipalidades. Por su parte, el alcalde tiene el deber de informar al CESCO acerca de los presupuestos de inversión, del plan comunal de desarrollo y del plan regulador. El consejo dispone de quince días para formular observaciones al informe alcaldicio. Otra herramienta de participación que debe ser regulada en la ordenanza respectiva son las audiencias públicas. No están definidas en la ley pero deben entenderse como momentos físicos de encuentro y diálogo entre las autoridades comunales y los ciudadanos de la comuna respectiva. Por medio de ellas el alcalde y el Concejo conocerán acerca de las materias que estimen de interés comunal, como asimismo las que les planteen un grupo significativo de ciudadanos de la comuna, en número no menor a cien en las comunas con población superior a cinco mil habitantes (art. 97). La solicitud de audiencia pública que formulen los vecinos debe acompañarse de las firmas de respaldo, contener los fundamentos de la materia a tratar e identificar a las personas que actuarán como representantes de los requirentes. La ley establece, además, el deber de cada Municipalidad de habilitar y mantener una oficina de partes y reclamos abiertas a la comunidad en general (artículo 98). Se entrega a la ordenanza de participación la regulación de un procedimiento público para tratar las presentaciones y reclamos. El plazo de la respuesta que debe dar el Municipio no podrá ser superior a treinta días. Finalmente, el capítulo sobre participación ciudadana de la LOC de Municipalidades contempla los plebiscitos comunales, materia que ya había sido incorporada con la reforma de 1992. La ley establece que pueden ser sometidas a plebiscito las materias de administración local relativas a inversiones específicas de desarrollo 162 163 Anexo / Marco Jurídico comunal, al plan comunal de desarrollo, al plan regulador comunal u otras de interés para la comunidad local, siempre que sean propias de la esfera de competencia municipal (art. 99). La convocatoria a plebiscito es atribución: 1) del alcalde, con acuerdo del Concejo, o bien, 2) a requerimiento de los dos tercios del mismo Concejo, o 3) por iniciativa de al menos el 10 por ciento de los ciudadanos inscritos en los registros electorales de la comuna, debidamente acreditados (art. 100). De acuerdo con la ley, los resultados del plebiscito serán vinculantes para la autoridad municipal, siempre que vote en él más del 50 por ciento de los ciudadanos inscritos en los registros electorales de la comuna. Consecuentemente, no siendo obligatorios los resultados de los plebiscitos que no cumplan este requisito, deberán entenderse como consultas no vinculantes, tal como de hecho las tratan algunas ordenanzas municipales existentes, dictadas sobre la base del la “ordenanza tipo” confeccionada por la Asociación Chilena de Municipalidades. La ley regula las formalidades y plazos de convocatoria, ciertas restricciones en cuanto a la oportunidad de los plebiscitos comunales y la prohibición de propaganda por televisión. Finalmente, ordena que el costo de los plebiscitos comunales será de cargo de la Municipalidad respectiva, lo que constituye un claro desincentivo para el uso de esta herramienta participativa para la mayoría de los Municipios del país. Si bien nuestra legislación ha evolucionado, consagrando y posibilitando instancias y mecanismos de participación ciudadana, no cabe duda que aún se puede profundizar más en esta materia. Un factor determinante de limitación son las deficiencias que viven nuestros Municipios en cuanto a la autonomía decisional y recursos. Más aún, pareciera que no se trata sólo de un problema de adecuada legislación o recursos, sino de cierto apartamiento de la comunidad local de la inercia más bien autoritaria y burocrática con que funcionan, en general, los aparatos municipales. No existen adecuados ni suficientes incentivos para que las organizaciones vecinales y comunitarias tomen iniciativas que no tengan motivaciones clientelares o de beneficios particulares. La política municipal otorga escasa voz y relevancia a las organizaciones locales que no le son funcionales, marginándolas de los espacios en que podrían concurrir a la toma de decisiones, información, ejecución y evaluación de los programas y acciones colectivos de la comuna. 2.3 Ley sobre Libertades de Opinión e Información y Ejercicio del Periodismo (Ley 19.733 de 2001) Esta ley, llamada también “ley de prensa” dictada en 2001, recoge avances significativos, aunque todavía insuficientes, en materia de libertad de expresión e información, asuntos íntimamente ligados al ejercicio del derecho a la participación y que doctrinariamente constituyen su base y fundamento. Así, su artículo 1º reconoce que “la libertad de emitir opinión y la de informar, sin censura previa, constituyen un derecho fundamental de todas las personas. Su ejercicio incluye no ser perseguido ni discriminado a causa de las propias opiniones, buscar y recibir informaciones, y difundirlas por cualquier medio”. La ley reconoce también como principio “el pluralismo en el sistema informativo” que “favorecerá la expresión de la diversidad social, cultural, política y regional del país”. “Con este propósito se asegurará la libertad de fundar, editar, establecer, operar y mantener medios de comunicación social” (art. 3º). Se promueve la participación de las personas y entes que residen a lo largo del territorio nacional, en el sentido que los fondos públicos (del Estado, sus organismos y empresas y las municipalidades), destinados a avisos, llamados a concurso, propuestas y publicidad, que tengan una clara identificación regional, provincial o comunal, sean destinados preferentemente a su publicación o difusión en medios de comunicación social regionales, provinciales o comunales y que se destine recursos a programas y suplementos informativos regionales (art. 4º). La ley regula el ejercicio del periodismo, con algunas prerrogativas para los profesionales titulados de esa carrera (v. gr. ostentar los cargos de dirección y jefaturas de prensa), pero sin conferirles exclusividad ni monopolio en la actividad propiamente comunicacional. Reconoce el derecho al secreto de las fuentes informativas y una versión restringida de la cláusula de conciencia. Establece, asimismo, formalidades de funcionamiento de los medios y requisitos relacionados con la dirección, la información que debe dar al público la empresa que sostiene el medio y la responsabilidad legal de estos, entre ellos los derechos de aclaración y de rectificación (art. 16 y ss). En el plano de los llamados “delitos de opinión” se garantiza la exceptio veritatis (prueba de verdad) en favor del inculpado de haber causado injuria a través de un medio de comunicación social, cuando con sus expresiones trate de “defender un interés público real” o que el afectado ejerciere funciones públicas y la imputación se refiera a hechos propios de tal ejercicio. En tal sentido, resulta interesante conocer lo que esta ley entiende como “hechos de interés público de una persona” consignándose los siguientes: los referentes al desempeño de funciones públicas; los realizados en el ejercicio de una profesión u oficio y cuyo conocimiento tenga interés público real; los que consistieren en actividades a las cuales haya tenido libre acceso el público, a título gratuito u oneroso; las actuaciones que, con el consentimiento del interesado, hubieren sido captadas o difundidas por algún medio de comunicación Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano social; los acontecimientos o manifestaciones de que el interesado haya dejado testimonio en registros o archivos públicos, y los consistentes en la comisión de delitos (art. 30). Como contrapartida, se protege los hechos relativos a la esfera privada de las personas. Por otra parte, se eliminó de la Ley de Seguridad del Estado las normas sobre desacato, es decir, aquellas que establecían sanciones penales por los delitos de difamación, injurias y calumnias proferidas a diversas autoridades. Sin embargo, este tipo penal subsiste en el Código Penal (art. 46). Entre las carencias de esta ley está el no establecer mecanismos para limitar la concentración de los medios, tema sensible para una participación igualitaria de los diferentes sectores de la población y del quehacer nacional y, en general, para el desarrollo de una opinión pública expresiva de la diversidad política, social y cultural. Se establece, sí, el deber de informar a la autoridad antimonopolios cualquier cambio de propiedad o de controladores de los medios (art. 38) y reglas generales básicas sobre libre competencia, que se incorporan a la Ley Antimonopolios, para evitar que se entrabe la producción de informaciones, el transporte, la distribución, circulación, el avisaje y la comercialización de los medios de comunicación (art. 37). La ley no considera la obligación de informar el tiraje o número de audiencia de los medios, tal como se exige en países más desarrollados en estas materias. Con ello se lesiona el valor de la transparencia en los medios, que es una regla de juego fundamental para su desarrollo en una sociedad que pretenda asegurar las libertades públicas y la igualdad de trato y oportunidades de sus ciudadanos. 2.4 Ley de Transparencia en la Función Pública y Acceso a la Información de la Administración del Estado (Ley 20.285, de 2008) Se trata de reciente normativa sobre acceso a la información pública. La ley de transparencia fue promulgada el pasado 11 de agosto de 2008 y entrará en vigencia en abril de 2009. Regula el principio de transparencia de la función pública, el derecho de acceso a la información de los órganos de la Administración del Estado, los procedimientos para el ejercicio del derecho y para su amparo, y las excepciones a la publicidad de la información. Los deberes de información de esta ley son aplicables a los ministerios, las intendencias, las gobernaciones, los gobiernos regionales, las municipalidades, las Fuerzas Armadas, de Orden y Seguridad Pública y, en general, los órganos y servicios administrativos. La ley ordena que también se rigen por el principio de la transparencia consagrado en el artículo 8º de la Constitución, y también por las disposiciones de la ley sobre transparencia cuando ésta expresamente lo disponga, el Congreso Nacional, la Contraloría General de la República, el Banco Central, el Ministerio Público, el Tribunal Constitucional, la Justicia Electoral y las empresas del Estado. En el caso del Congreso, cada Cámara deberá publicar, además, la asistencia de los parlamentarios a las sesiones de Sala y de comisiones, las votaciones y elecciones a las que concurran y las dietas y demás asignaciones que perciban. En el caso de los tribunales que forman parte del Poder Judicial, deberán mantener a disposición permanente del público, en sus sitios electrónicos, y debidamente actualizados, los antecedentes básicos indicados en el artículo 7° de la ley (normas de transparencia activa). En el caso de las empresas públicas, la ley les exige publicar en sus páginas electrónicas, en forma completa y clara sus datos básicos y, entre otros, sus estados financieros y memorias anuales, sus filiales o coligadas y todas las entidades en que tengan participación, representación e intervención, la composición de sus directorios y responsables de la gestión, información consolidada del personal, toda remuneración percibida en el año por cada director, presidente ejecutivo o vicepresidente ejecutivo y gerentes, incluso aquellas que provengan de funciones o empleos distintos del ejercicio de su cargo que le hayan sido conferidos por la empresa, o por concepto de gastos de representación, viáticos, regalías y, en general, todo otro estipendio. Asimismo, deberá incluirse, de forma global y consolidada, la remuneración total percibida por el personal de la empresa. Además, están obligadas a entregar a la Superintendencia de Valores y Seguros o a la Superintendencia a cuya fiscalización se encuentren sometidas, la misma información a que están obligadas las sociedades anónimas abiertas. El principio de transparencia de la función pública consiste en que esta respete y cautele la publicidad de los actos, resoluciones, procedimientos y documentos de la Administración, así como la de sus fundamentos, y en facilitar el acceso de cualquier persona a esa información, a través de los medios y procedimientos que establece la ley (art. 4º). En virtud de él, los actos y resoluciones de los órganos de la Administración del Estado, sus fundamentos, los documentos que les sirvan de sustento o complemento directo y esencial, y los procedimientos que se utilicen para su dictación, son públicos, salvo las excepciones que establece esta misma ley y las previstas en otras leyes de quórum calificado. Asimismo, por regla general, es pública la información elaborada con presupuesto público y toda otra información que obre en poder de los órganos de la Administración, cualquiera sea su formato, soporte, fecha de creación, origen, clasificación o procesamiento. La ley resguarda el principio de publicidad de los actos de la administración desarrollando normas sobre “transparencia activa” (art. 7º), que obliga a los 164 165 Anexo / Marco Jurídico órganos de la Administración del Estado a mantener a disposición permanente del público, a través de sus sitios electrónicos, antecedentes actualizados, al menos una vez al mes, sobre su estructura orgánica, las facultades, funciones y atribuciones de sus unidades u órganos internos, el marco normativo que los regula, su planta de personal y el personal a contrata y a honorarios, con las correspondientes remuneraciones, las contrataciones para suministros de bienes y servicios, acciones de apoyo, ejecución de obras, estudios, asesorías y consultorías relacionadas con proyectos de inversión, transferencias de fondos públicos, trámites y requisitos que se debe cumplir para acceder a los servicios que preste el respectivo órgano, sus programas de subsidios y demás beneficios, con sus respectivas nóminas de beneficiarios, las entidades en que tengan participación, representación e intervención, la información sobre el presupuesto asignado y su ejecución, los resultados de las auditorías presupuestarias. La información que debe estar a disposición del público se extiende expresamente a los mecanismos de participación ciudadana que existan (art. 7º letra j). En cuanto al derecho de acceso a la información de los órganos de la Administración del Estado, esta ley perfecciona el sistema establecido en 1999 mediante la denominada ley de probidad (una modificación a la LOC de Bases Generales de la Administración del Estado) que consagró el principio general de la transparencia de los actos de la administración del Estado, incorporando procedimientos y recursos en caso de negativas de entrega de información, pero, al mismo tiempo, otorgó a los servicios públicos la facultad de establecer mediante simples resoluciones administrativas qué materia de su incumbencia era reservada o secreta, conforme a ciertos criterios. De acuerdo con la nueva ley (art. 11), el derecho de acceso a la información pública comprende, entre otros, los principios de relevancia (se presume relevante toda información que posean los órganos de la Administración, cualquiera sea su formato, soporte, fecha de creación, origen, clasificación o procesamiento), de libertad de información, de apertura o transparencia (toda la información en poder de los órganos de la Administración del Estado se presume pública, a menos que expresamente esté sujeta a determinadas excepciones), de máxima divulgación, de divisibilidad (si un acto administrativo contiene información que puede ser conocida e información que debe denegarse en virtud de causa legal, se dará acceso a la primera), de facilitación (que excluye exigencias o requisitos que puedan obstruir o impedir el ejercicio del derecho), de no discriminación, de oportunidad, de control (el cumplimiento de las normas que regulan el derecho de acceso a la información será objeto de fiscalización permanente, y las resoluciones que recaigan en solicitudes de acceso a la información son reclamables ante un órgano externo), de responsabilidad de los órganos de la Administración del Estado, y de gratuidad. Bajo la vigencia de la ley de probidad, diversos reglamentos establecieron de manera excesiva diversas causales de reserva, violando su espíritu. Cada servicio señaló grandes cantidades de información a la que no se podía acceder, pese a que había antecedentes y materias que, por su naturaleza, no podían ser consideras secretas. En la nueva ley, las causales de secreto son excepcionales (art. 21). En consecuencia, cualquier documento que no esté protegido por alguna de las causales de reserva de esta ley, o por otra especial, deberá divulgarse cuando un ciudadano lo solicite. Sobre esta base, todo el que desee conocer alguna materia sobre el funcionamiento de los organismos estatales, y que no haya sido catalogada como materia reservada, sólo debe hacer una presentación simple, en papel o por vía electrónica (art. 12). La presentación debe ser respondida por la autoridad pertinente en un plazo de veinte días, el que puede ser extensivo a otros diez. El interesado sólo deberá pagar los costos de reproducción y otros autorizados por la ley. Los funcionarios públicos que no den respuesta oportuna y justificada o que denieguen la petición pueden ser sancionados con multas y otras sanciones administrativas. Son secretos, entre otros, los denominados “datos sensibles” que incluyen los datos personales sobre características físicas o morales de las personas o relativos a su vida privada o intimidad, tales como los hábitos personales, el origen social, las ideologías y opiniones políticas, las creencias o convicciones religiosas, los estados de salud físicos o psíquicos y la vida sexual. También es secreta la información relativa a la investigación judicial de delitos o la defensa jurídica, al orden y seguridad público, a las relaciones internacionales. Es criticable que en estos casos la reserva indefinida en el tiempo afecte la investigación histórica y la revelación y revisión del pasado más lejano. La autoridad o jefe del órgano o servicio requerido está obligado a proporcionar la información que se le solicite, salvo que haya oposición en los términos que la ley señala o invoque alguna de las causales de secreto o reserva que establece la ley. La negativa a entregar la información debe formularse por escrito y ser fundada. Todo abuso o exceso en el ejercicio de sus potestades, dará lugar a las acciones y recursos correspondientes. En caso de denegación de información, el requirente tendrá derecho a recurrir ante el Consejo de la Transparencia, solicitando amparo a su derecho de acceso a la información. La reclamación deberá presentarse dentro del plazo de quince días desde la notificación de la denegación de información o desde que haya expirado el plazo que tenía el organismo público para la entrega Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano de información. En contra de la resolución del Consejo que deniegue el acceso a la información, procederá el reclamo de ilegalidad ante la Corte de Apelaciones respectiva (art. 28). Desde el punto de vista orgánico, se crea el Consejo de la Transparencia, corporación autónoma de derecho público, con personalidad jurídica y patrimonio propio (art. 31). Su función es promover la transparencia de la función pública y la publicidad de sus actuaciones, fiscalizar el cumplimiento de la ley y garantizar el derecho de acceso a la información. En particular, resolverá los reclamos que se le presenten por denegación de información y podrá sancionar a los funcionarios infractores. La dirección y administración superiores del Consejo corresponderán a un Consejo Directivo integrado por cuatro consejeros designados por el Presidente de la República, previo acuerdo del Senado, adoptado por los dos tercios de sus miembros en ejercicio. La propuesta se hará en un solo acto y el Senado deberá pronunciarse respecto de ella como una unidad. Los consejeros durarán seis años en sus cargos pudiendo ser designados sólo para un nuevo período. 2.5 Ley de Bases Generales del Medio Ambiente (Ley 19.300 y modificaciones) Aparte de los mecanismos establecidos en la LOC de Municipalidades y las atribuciones de relativa significación reconocidas a la organización territorial de base expresada parcialmente en la Ley de Juntas de Vecinos, quizás el único ámbito del quehacer nacional donde se ha creado por ley un cierto sistema de participación ciudadana es en el medioambriental, de conformidad con la Ley de Bases Generales del Medio Ambiente. La participación ciudadana se plantea en este ámbito respecto de los siguientes aspectos: • Sistema de evaluación de impacto ambiental • Elaboración y aplicación de normas de calidad ambiental y de emisión • Elaboración y aplicación de planes de descontaminación y prevención • Acceso a la justicia ambiental, en especial, la acción por daño ambiental • Participación en el Fondo de Protección Ambiental • Opción de integrar los consejos consultivos de la Comisión Nacional del Medio Ambiente (CONAMA) y de las Comisiones Regionales del Medio Ambiente (COREMA). Revisaremos brevemente cada uno de los aspectos anteriores. Participación ciudadana en el sistema de evaluación de impacto ambiental La ley distingue entre proyectos que deben someterse a un estudio de impacto ambiental (EIA) de aquellos que simplemente deben entregar una declaración de impacto ambiental. En términos generales, los primeros son los más grandes, complejos y con mayor riesgo de afectar el medio ambiente. La ley estableció un mecanismo de participación ciudadana sólo respecto de los proyectos sometidos a estudios de impacto ambiental. No parece haber razones valederas para esta limitación; más bien puede pensarse que se ha perdido una oportunidad para que las autoridades ambientales se apoyen en la ciudadanía para una adecuada fiscalización del proceso de evaluación de proyectos a los que solamente se exige una declaración de impacto ambiental. En estos casos, la eventual participación se restringe a la información disponible en el proceso de publicación, pero no existe acceso a la documentación acompañada por el proponente ni la oportunidad formal para presentar observaciones. La participación ciudadana se manifiesta en diversos niveles: En primer lugar, el derecho a la información, que se cumple con la obligación legal que pesa sobre el proponente de publicar a su costa un extracto del proyecto o actividad sometida a una evaluación de impacto ambiental, tanto en el Diario Oficial como en un periódico de circulación nacional o regional, según corresponda (art. 27). El proyecto sujeto a estudio, más copia del extracto, deben ser remitidos por la Comisión Nacional del Medio Ambiente (CONAMA) o por la respectiva Comisión Regional de Medio Ambiente (COREMA) a los Municipios en cuyo ámbito comunal se realizarán las obras o actividades del proyecto para su adecuada publicidad (art. 31). Las organizaciones ciudadanas con personalidad jurídica, por intermedio de sus representantes, y las personas naturales directamente afectadas, podrán imponerse del contenido del estudio y de los documentos acompañados (art. 28). Los interesados pueden solicitar a su costa la reproducción parcial o total del ejemplar que se encuentra a disposición de la ciudadanía en los lugares que indica la publicación. Se excluyen de la publicidad los antecedentes técnicos, financieros y otros que, a petición del interesado, estimare necesario sustraer del conocimiento público por razones de confidencialidad comercial o industrial o proteger propiedad industrial. Las personas y organizaciones habilitadas pueden ejercer el derecho a opinar, mediante las observaciones fundadas que pueden hacer al proyecto o actividad sometido a estudio de impacto ambiental. Tales observaciones deben hacerse llegar a la CONAMA o a la COREMA respectiva, según corresponda, en el plazo de sesenta días 166 167 Anexo / Marco Jurídico contado desde la publicación del respectivo extracto. El reglamento de la ley establece las formalidades mínimas que deben cumplir las observaciones. La autoridad administrativa tiene la obligación de ponderar, en los fundamentos de su resolución, las observaciones formuladas y notificar -por carta certificada, o mediante avisos si fueren muchas personas o entidades- a quienes las hubieren hecho. “Ponderar” significa analizar, sopesar, atender a algo; no consiste necesariamente en un análisis exhaustivo sino sólo dejar constancia que tales argumentos y antecedentes fueron considerados en la decisión. Consecuentemente, las observaciones que formule la comunidad no son vinculantes para la autoridad, que cumple únicamente con tenerlas en cuenta al dictar su resolución. El derecho a participar se ejerce también a través de un mecanismo o recurso específico de reclamación cuando la autoridad ambiental no cumple con su deber de ponderar debidamente las observaciones formuladas oportunamente. Se trata de un recurso jerárquico que se debe presentar en el plazo de quince días hábiles ante el superior jerárquico de la autoridad que dictó la resolución o acto administrativo que se impugna y cuya invalidación o modificación se persigue. Es un recurso administrativo muy limitado pues sólo es procedente cuando la autoridad no hubiere “ponderado” las observaciones formuladas, sin que quepa impugnar la resolución en otros aspectos, en cuestiones de fondo o en su globalidad. Además, no existe reclamo alguno que se pueda deducir contra la resolución que se pronunció sobre el reclamo, recurso que sí tiene el proponente en caso de rechazo del estudio de impacto ambiental por la autoridad ante la justicia ordinaria. Participación ciudadana en la elaboración y aplicación de normas de calidad ambiental y de emisión En lo referido a la elaboración y aplicación de normas de calidad ambiental y de emisión, la ley encomienda su detalle a un reglamento, que está contenido en el Decreto Supremo 93 de 1995, del Ministerio Secretaría General de la Presidencia. Dicho procedimiento se desarrolla en seis etapas: proposición de un programa priorizado anual de dictación de normas de calidad ambiental y de emisión, que debe hacer el director ejecutivo de la CONAMA a su Consejo Directivo; elaboración del anteproyecto de norma, a partir de la resolución publicada en el Diario Oficial que señala un plazo de setenta días para que cualquier persona, natural o jurídica, pueda aportar antecedentes técnicos, científicos y sociales sobre la materia a normar; desarrollo de estudios científicos encargados por el director; análisis técnico y económico; consulta a organismos competentes públicos y privados, siendo de rigor la consulta al Consejo Consultivo de la CONAMA o, en su caso, de la COREMA que corresponda; análisis de las observaciones formuladas. Dentro de este procedimiento, la comunidad puede informarse del Plan Priorizado de Normas Ambientales a partir de la publicación de su extracto en el Diario Oficial y en un diario de circulación nacional al “día domingo siguiente” de la primera. Conjuntamente, se abre un expediente público que contiene las resoluciones dictadas, las consultas evacuadas, las observaciones que se hayan formulado y todos los antecedentes y documentos relativos a la norma en estudio (arts. 17-19 D. S. 93, de 1995). La participación ciudadana adquiere relevancia en la etapa de consulta del anteproyecto de norma, que se inicia con la publicación en el Diario Oficial de un extracto del mismo y se extiende por sesenta días. El extracto debe contener, a lo menos, una relación completa de las normas propuestas, un resumen de sus fundamentos e informar acerca del plazo para la recepción de observaciones y consultas. La autoridad de la CONAMA, al preparar el proyecto definitivo de norma ambiental, está obligada a considerar los antecedentes contenidos en el expediente, entre los que se encontrarán los que la comunidad haya hecho llegar durante el plazo para ello. También debe considerar las observaciones debidamente formuladas, esto es, por escrito y con sus respectivos fundamentos. Ahora bien, es importante señalar que en este punto la ley habla del deber de “análisis” y el reglamento del deber de “considerar” las observaciones presentadas. El punto tiene importancia legal porque “analizar” implica un ejercicio intelectual de descomposición de elementos más detallado y exhaustivo que el de “considerar” el que sólo implica un examen atento de las observaciones. Además de las instancias de participación ya mencionadas, eventualmente el director de la CONAMA, con aprobación del Consejo Directivo, puede crear “comités consultivos” con participación de personas naturales y jurídicas ajenas a la administración del Estado, asignándole un rol asesor para la elaboración de las normas ambientales. Las normas ambientales son finalmente dictadas mediante decreto supremo del Presidente de la República, publicado en el Diario Oficial, abriéndose de conformidad a la ley, un plazo de treinta días hábiles para que cualquier persona pueda impugnarlo mediante recurso ante el juez de letras competente, motivado en que la norma reglamentaria es ilegal y le causa perjuicio. Este perjuicio se refiere al daño patrimonial que pueda experimentar cualquier persona o grupo de personas, y también se refiere al daño ambiental de carácter difuso que puede invocar cualquier ciudadano o grupo de ciudadanos denunciando el daño que afecta a un colectivo humano o, incluso, a la comunidad en general. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Participación ciudadana en la elaboración y aplicación de planes de descontaminación y prevención La ley también contempla formas de participación ciudadana en la elaboración y aplicación de planes de descontaminación y prevención. Se trata de instrumentos de gestión ambiental de carácter correctivo o destinados al control o abatimiento de situaciones de deterioro ambiental que sean detectadas. La ley deriva también a un reglamento el procedimiento para la elaboración de dichos planes, normativa que está contenida en el Decreto Supremo 94 de 1995, del Ministerio Secretaría General de la Presidencia. Los planes de prevención se refieren a zonas declaradas “latentes” y los planes de descontaminación se refieren a zonas declaradas “saturadas” respectivamente. Para la elaboración de los planes de prevención y descontaminación, la ley establece que se seguirá el mismo procedimiento y etapas establecidos para la elaboración de normas de calidad ambiental y de emisiones, con las salvedades que se indican en el respectivo reglamento. Consecuentemente, la participación ciudadana opera en términos prácticos a partir de la fecha de publicación de la resolución de declaración de zona latente o saturada que, entre otras cosas, fija la fecha límite para la recepción de antecedentes que cualquier persona puede aportar. Sin perjuicio de los estudios científicos y los informes técnico y económico de rigor, se debe consultar a los organismos competentes públicos y privados, siendo obligatoria, en particular, la opinión de la Comisión Regional del Medio Ambiente. También existe un plazo para formular reclamaciones al anteproyecto de plan. Participación en acciones judiciales de carácter ambiental También puede entenderse como una forma de participación ciudadana el acceso a la justicia que franquea la ley en relación con las materias medioambientales y, en particular, la acción por daño ambiental. En efecto, en caso de perjuicios patrimoniales causados por un hecho ilícito atribuible a un agente determinado, la ley reconoce la acción de indemnización de perjuicios del derecho privado con ligeras variantes, como es el régimen de presunciones de responsabilidad, que sólo modifica la carga probatoria respecto de la culpa o falta de cuidado del sujeto, que debe establecerse según las reglas generales de la responsabilidad extracontractual. De este modo, el sistema de responsabilidad establecido en la Ley de Bases del Medio Ambiente se mantiene dentro de un modelo tradicional, apartándose del sistema de responsabilidad objetiva del agente depredador o contaminante, establecido en legislaciones más desarrolladas. Pero lo más novedoso e interesante en esta materia es la acción por daño ambiental establecida en la ley, que tiene por objeto obtener la reparación material del medio ambiente dañado por parte del causante del daño. Se define el daño ambiental como toda pérdida, disminución, detrimento o menoscabo significativo inferido al medio ambiente o a uno o más de sus componentes. Esta acción busca reponer el medio ambiente o uno o más de sus componentes a una calidad similar a la que tenía con anterioridad al daño causado o, en caso de no ser posible, restablecer sus propiedades básicas. Esta acción puede ser interpuesta por cualquier persona, natural o jurídica, pública o privada, que haya sufrido el daño o perjuicio. También son titulares de la acción las municipalidades, por los hechos ocurridos en sus respectivas comunas y el Estado, a través del Consejo de Defensa del Estado. Sin embargo, esta aparentemente amplia titularidad presenta ciertos defectos desde la perspectiva de la participación ciudadana, pues exige que si se trata de particulares, estos invoquen haber sufrido un daño específico propio, lo cual excluye que entes o personas privadas asuman o invoquen el interés general. Por eso, de acuerdo a la ley, organizaciones ciudadanas que no representan intereses directamente afectados no están legitimadas para interponer esta acción por daño ambiental. En estos casos, sólo queda a las organizaciones y grupos que invoquen el interés público solicitar al Municipio en cuyo ámbito se desarrollen las actividades perniciosas para el medio ambiente, para que, en su representación, deduzca la acción ambiental que corresponda. La ley otorga a la Municipalidad un plazo de 45 días para demandar; sin embargo, en caso de no hacerlo, no existe forma de proseguir la acción, pues la ley sólo asigna a la omisión municipal la consecuencia de hacerla “solidariamente responsable de los perjuicios que el hecho denunciado ocasionare al afectado” (art. 54 Ley de Bases del Medio Ambiente). Se advierte aquí una inconsistencia del legislador, pues junto con consagrar la acción ambiental en términos amplios, también está exigiendo que el actor acredite haber experimentado un daño patrimonial efectivo. Finalmente, la ley estableció una “acción de requerimiento” en virtud de la cual las municipalidades y los demás organismos competentes del Estado pueden requerir a los tribunales la aplicación de sanciones a los responsables de fuentes emisoras que no cumplan con los planes de prevención o de descontaminación, o con las regulaciones especiales para situaciones de emergencia ambiental, o bien, a los infractores por incumplimiento de los planes respectivos a que se refiere la ley. Son titulares de esta acción también las mismas personas y entidades que pueden ejercer la acción por daño ambiental, antes analizada. 168 169 Anexo / Marco Jurídico Fondo de Protección Ambiental La Ley General de Bases del Medio Ambiente creó un Fondo de Protección Ambiental, destinado a financiar proyectos actividades orientados a la protección o reparación del medio ambiente, la preservación de la naturaleza o la conservación del patrimonio ambiental. Es administrado por la CONAMA. A los recursos de este Fondo pueden acceder organizaciones comunitarias, ya sea por concurso público o por selección del Director de la CONAMA, en este último caso, tratándose de proyectos por montos menores a 500 Unidades de Fomento. De esta manera, se convoca a los ciudadanos a involucrarse en la realización de proyectos concretos de carácter ambiental, normalmente relacionados con el cuidado de su entorno inmediato en niveles territoriales locales. Consejo Consultivo de CONAMA y Consejos Consultivos de COREMA La ley contempla la constitución del Consejo Consultivo de la Comisión Nacional del Medio Ambiente y de los Consejos Consultivos de las respectivas Comisiones Regionales del Medio Ambiente, cuya función fundamental es absolver consultas y emitir opinión sobre los proyectos de ley y de decretos supremos que regulan los diferentes instrumentos de gestión ambiental contemplados en la ley. Estos Consejos Consultivos buscan la integración de distintos sectores de la vida nacional en la problemática medioambiental, generando una instancia de participación de la comunidad que convoca a entes ubicados fuera de la esfera estatal. La acción de estos Consejos Consultivos apunta a desarrollar la participación ciudadana en asuntos ambientales a través de representantes elegidos por organizaciones empresariales, laborales y de la sociedad civil. En tal sentido, su diseño es distinto a los mecanismos del sistema de evaluación de impacto ambiental o de elaboración de normas ambientales y de emisión y de planes de prevención y descontaminación, todos los cuales implican un llamado directo a la ciudadanía a intervenir en tales instrumentos de gestión ambiental. En el caso del Consejo Consultivo de la CONAMA, está integrado por dos científicos propuestos por el Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas, dos representantes de organizaciones no gubernamentales sin fines de lucro que tengan por objeto la protección del medio ambiente, dos representantes de centros académicos independientes, dos representantes del empresariado, dos representantes de los trabajadores y un representante del Presidente de la República. Todos estos consejeros son nombrados por el Presidente de la República por el plazo de dos años a partir de una quina que se le presenta. Específicamente, para la designación de los representantes de las ONG, centros académicos independientes, empresarios y trabajadores, la CONAMA efectúa una convocatoria publicada en el Diario Oficial a las entidades respectivas a participar en el proceso de designación de consejeros, utilizando en el caso de los representantes de empresarios y trabajadores el criterio de la “organización más representativa”. A su turno, los Consejos Consultivos Regionales son integrados por representantes de la comunidad regional respectiva. Se componen de dos científicos, dos representantes de ONG, dos representantes del empresariado, dos representantes de los trabajadores y un representante del Intendente regional. Estos consejeros son nombrados por el Intendente a proposición en nómina de las respectivas organizaciones o sindicatos más representativos de la región. 2.6 Ley General de Urbanismo y Construcciones (Decreto Ley 458, de 1975 y modificaciones) Existe un mecanismo de participación ciudadana en el campo de la planificación urbana que se desenvuelve a través del proceso de aprobación de los planos reguladores comunales, contenido en la Ley General de Urbanismo y Construcciones y detallado en la Ordenanza General de Construcciones y Urbanización (Decreto Supremo 47, de 1992, del Ministerio de vivienda y Urbanismo). Es importante señalar que la planificación urbana consiste legalmente en el proceso destinado a orientar y regular el desarrollo de los centros urbanos en función de una política nacional, regional y comunal de desarrollo socioeconómico (art. 27). A lo anterior, hay que agregar además, el nivel intercomunal. En el nivel nacional, esta planificación es competencia del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, el que establece mediante reglamentos, normas específicas para los estudios, revisión, aprobación y modificación de los instrumentos normativos por medio de los cuales se aplica la planificación urbana en los niveles inferiores. En orden jerárquico, la planificación urbana se realiza por medio de planes regionales de desarrollo urbano, planes reguladores intercomunales y planos reguladores comunales. Los dos primeros están a cargo de la respectiva Secretaría Regional Ministerial de Vivienda y Urbanismo. La última es competencia de la Municipalidad respectiva, así como aspectos parciales de los mismos, llamados planes seccionales. El proyecto de plano regulador comunal o su reforma, en su caso, comprende una memoria explicativa, un estudio de factibilidad de los servicios de agua potable y alcantarillado, la ordenanza local que lo regula y los planos que expresan gráficamente dicha ordenanza local (art. 42 LGUC). La Ley General de Urbanismo y Construcciones contempla Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano un procedimiento al que debe sujetarse la elaboración y aprobación de los planos reguladores comunales y sus modificaciones. El proyecto de plano regulador técnicamente elaborado por la Municipalidad pasa al Concejo, el cual, previo a su discusión, debe informar a los vecinos respecto de las principales características del instrumento y de sus efectos; realizar una o más audiencias públicas en los barrios o sectores más afectados y consultar al consejo económico y social comunal (CESCO) en sesión expresamente citada para tal efecto (art. 43 núms. 1, 2 y 3 LGUC). Mediante decreto del alcalde se fija fecha y lugar en que se expondrá al público el proyecto de plano regulador comunal. Esta comunicación se publica dos veces en un diario de la mayor circulación en la comuna. La exposición del proyecto debe hacerse en diarios de mayor circulación en la comuna, avisos radiales u otra forma de comunicación masiva más adecuada o habitual en la comuna. El período de exposición es de treinta días, vencido el cual, se debe consultar nuevamente a la comunidad mediante una audiencia pública y una citación especial del CESCO. A esta sesión, la Municipalidad debe presentar un informe escrito de las observaciones recibidas (art. 43 núms. 4 y 5 LGUC). El plazo para que cualquier persona interesada pueda formular observaciones o indicaciones termina vencidos los quince días siguientes al término del período de exposición (art. 43 núm. 6 LGUC). El Concejo debe conocer y pronunciarse, ya sea aprobando o rechazando, cada una de las observaciones o indicaciones formuladas por los interesados, sobre la base de la evaluación efectuada por un asesor urbanista. Los acuerdos adoptados por el Concejo serán notificados a los respectivos autores de las observaciones e indicaciones. Sin embargo, estos no tienen un ulterior recurso en caso de disconformidad. En caso de acogerse e incorporarse nuevas materias o puntos al proyecto de plano regulador comunal o modificación del mismo, debe realizarse una nueva exposición pública por un plazo de quince días, abriéndose un nuevo período para formular observaciones, las que deberán, asimismo, ser resueltas por el Concejo. Por otra parte y, sin perjuicio de lo anterior, la Ley General de Urbanismo y Construcciones y su Ordenanza facultan a las municipalidades para crear comisiones con participación municipal y de particulares con el objeto de asesorar en el estudio, coordinación y elaboración del plano regulador comunal. Tal como se indica, se trata de procesos de consulta cuya activación queda a entero y exclusivo criterio de la autoridad. Por otra parte, los planos reguladores comunales deben someterse al sistema de evaluación de impacto ambiental (art. 10 letra h, LBMA), donde se abren nuevas instancias para que la ciudadanía participe formulando observaciones. Una vez resuelta la evaluación de impacto ambiental, la Municipalidad debe remitir el proyecto, junto con un informe técnico de la respectiva Seremi de Vivienda y Urbanismo, al gobierno regional para su aprobación final. La planificación urbana regional e intercomunal es competencia compartida del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, a través de las respectivas Seremi (arts. 30 a 40 LGUC), y de los gobiernos regionales (art. 20 letra f, LOC de Gobiernos Regionales). La participación ciudadana se realiza mediante la intervención del Consejo Regional (CORE) respectivo, órgano llamado a hacer efectiva la participación ciudadana en el nivel regional. De este modo, la aprobación de los planes regionales de desarrollo urbano y los planes reguladores metropolitanos e intercomunales es atribución específica del Consejo Regional respectivo, sobre la base de la propuesta que formule la respectiva Seremi de Vivienda y Urbanismo (art. 36 letra c, incs. 3º y 4º LOC de Gobiernos Regionales). Para la elaboración del proyecto de plano regulador intercomunal que se someterá al CORE, la Seremi debe consultar a las municipalidades afectadas y a los organismos fiscales que estime conveniente. Alternativamente, las municipalidades afectas a relaciones intercomunales pueden confeccionar por sí mismas un plano regulador intercomunal, previa autorización de la Seremi respectiva. Posteriormente, la misma Seremi deberá aprobar dicho plano (artículo 36 LGUC). En todo caso, la aprobación final siempre deberá hacerla el Ministerio de Vivienda y Urbanismo mediante decreto supremo dictado por orden del Presidente de la República y previa autorización del Intendente ((art. 37 LGUC). 2.7 Ley de Protección y Desarrollo Indígena (Ley 19.253, de 1993) La Ley 19.253 estableció normas sobre protección, fomento y desarrollo de los indígenas, y creó la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, CONADI. Se trata de un primer reconocimiento a nivel legal de la existencia de diversidad étnica en la composición sociodemográfica del país. Si bien, esta ley no alcanza a consagrar un auténtico reconocimiento de los pueblos originarios que habitan en el territorio nacional, sus disposiciones son congruentes con algunos principios ya existentes en países que han avanzado en reconocer su carácter multiétnico. Esta ley significó una recuperación parcial de esta tendencia, ya esbozada en la legislación anterior a 1973, y sofocada por la legislación individualista y asimilacionista dictada durante el régimen militar. En ella aún subsisten atisbos paternalistas y centralistas que someten a las colectividades indígenas a patrones típicos de homogeneidad nacional, en un contexto normativo en el que pugnan por aflorar espacios de reconocimiento identitario, autonomía y participación bajo conceptos propios del mundo indígena. En lo referido a participación, quizás el elemento definitorio 170 171 Anexo / Marco Jurídico de ella sea la perspectiva colectiva o comunitaria y su vínculo indisociable de la tierra, todo ello propio de la forma de vida, costumbres y valores de los diferentes pueblos indígenas. En ellas, incluso las nociones de ciudadanía o de participación ciudadana, entendidas bajo las acepciones de la cultura y política occidentales, hacen cierta fricción con los conceptos y valores propios de cada etnia o, si se quiere, de cada “pueblo”. Como punto de partida, la ley establece el deber de la sociedad en general, y de las instituciones del Estado en particular, de respetar, proteger y promover el desarrollo de los indígenas, sus culturas, familias y comunidades, adoptando las medidas adecuadas para tales fines y proteger las tierras indígenas, velar por su adecuada explotación, por su equilibrio ecológico y propender a su ampliación (art. 1º). A su turno, el Estado reconoce el derecho de los indígenas a mantener y desarrollar sus propias manifestaciones culturales, en todo lo que no se oponga a la moral, a las buenas costumbres y al orden público. La ley agrega y redunda diciendo que el Estado tiene el deber de promover las culturas indígenas, las que forman parte patrimonio de la nación chilena (art. 7º). Este conjunto de deberes estatales implica el reconocimiento jurídico y práctico del derecho a participar en la vida nacional que tiene cada individuo perteneciente a una colectividad indígena así como sus comunidades, grupos y organizaciones. El reconocimiento, respeto y protección legal de las culturas e idiomas indígenas refiere a aspectos que constituyen pilares básicos del concepto de participación entendido como un efectivo derecho de los indígenas. En esta perspectiva debe contemplarse el uso y conservación de los idiomas indígenas; el establecimiento de una unidad educativa programática que posibilite a los educandos acceder a un conocimiento adecuado de las culturas e idiomas indígenas y que los capacite para valorarlas positivamente; el fomento a la difusión en las radioemisoras y canales de televisión de las regiones de alta presencia indígena de programas en idioma indígena y apoyo a la creación de medios de comunicación indígenas; la existencia de cátedras de historia, cultura e idiomas indígenas en la enseñanza superior; la obligación del Registro Civil de anotar los nombres y apellidos de las personas indígenas en la forma como lo expresen sus padres y con las normas de transcripción fonética que ellos indiquen; y la promoción de las expresiones artísticas y culturales y la protección del patrimonio arquitectónico, arqueológico, cultural e histórico indígena (art. 28). Para la realización de estos objetivos, se podrá suscribir convenios con organismos públicos o privados de carácter nacional, regional o comunal, que tengan objetivos coincidentes con los señalados y, en especial, deberá involucrarse en estas materias a los gobiernos regionales y municipalidades. La Ley Indígena considera un Título especial referido a la participación. El artículo 34 dispone que los servicios de la administración del Estado y las organizaciones de carácter territorial, cuando traten materias que tengan injerencia o relación con cuestiones indígenas, deberán escuchar y considerar la opinión de las organizaciones indígenas. Incluso más, en aquellas regiones y comunas de alta densidad de población indígena, estos deberán estar representados a través de sus organizaciones en las instancias de participación que se reconozca a otros grupos intermedios. Sin embargo, la ley advierte que esto podrá cumplirse “cuando así lo permita la legislación vigente” lo que relativiza el sentido de la disposición. En cuanto a su organización propia, la ley reconoce y distingue las comunidades indígenas y las asociaciones indígenas. Las primeras son agrupaciones de personas pertenecientes a una misma etnia indígena que provengan de un mismo tronco común, reconozcan una jefatura tradicional, posean o hayan poseído tierras indígenas en común y/o provengan de un mismo poblado antiguo (arts. 9 a 11). Las asociaciones indígenas, por su parte, son agrupaciones voluntarias y funcionales, que se constituyen en función de algún interés u objetivo común (arts. 36 y 37). La misma ley provee procedimientos para que comunidades y asociaciones indígenas adquieran personalidad jurídica. En el caso específico de la administración de las áreas silvestres protegidas, ubicadas en las áreas de desarrollo indígena, se considerará la participación de las comunidades allí existentes. Se encomienda a la Corporación Nacional Forestal (CONAF) o al Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y a la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI), de común acuerdo, determinar en cada caso “la forma y alcance de la participación sobre los derechos de uso” que corresponda a las comunidades indígenas (art. 35). El aspecto institucional más relevante de la ley es la creación de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, como un servicio público, funcionalmente descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propio, sometido a la supervigilancia del Ministerio de Planificación y Cooperación. Su domicilio y sede principal está en la ciudad de Temuco. Existen, asimismo, dos Subdirecciones Nacionales; una en la ciudad de Temuco y otra en la ciudad de Iquique. Direcciones regionales las hay en Cañete y otra en Osorno. A su vez, se establecen Oficinas de Asuntos Indígenas en Arica, San Pedro de Atacama, Santiago, Isla de Pascua y Punta Arenas, todo lo cual da cuenta de una concepción descentralizada del aparato público en materias indígenas, con el favorecimiento que ello implica para una accesibilidad y una participación cercana en los asuntos que les conciernen. Expresamente, la ley reconoce a la CONADI como el Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano organismo encargado de promover, coordinar y ejecutar, en su caso, la acción del Estado en favor de desarrollo integral de las personas y comunidades indígenas, espacialmente en lo económico, social y cultural, y de impulsar su participación en la vida nacional (art. 39).45 El deber de estimular la participación de los indígenas en los planes y programas que les atañen es reiterado, luego, a propósito de la acción oficial en favor de los indígenas de los canales australes (art. 74). Entre las funciones que le asigna la ley, compete también a la CONADI promover el reconocimiento y respeto de las etnias indígenas, de sus comunidades y de las personas que la integran; promover las culturas e idiomas indígenas y sistemas de educación intercultural bilingüe, en coordinación con el Ministerio de Educación; incentivar la participación y el desarrollo integral de la mujer indígena, en coordinación con el Servicio Nacional de la Mujer; mantener un Registro de Comunidades y Asociaciones Indígenas y un Registro Público de Tierras Indígenas. La dirección superior de la Corporación está a cargo de un Consejo Nacional, que considera la participación de integrantes representativos de las distintas etnias (art. 41 letra d), sin que ello implique, en todo caso, la formación de una mayoría frente a los consejeros de confianza presidencial. Los miembros del Consejo Nacional son los siguientes: a) El Director Nacional de la Corporación, nombrado por el Presidente de la República, quien lo preside; b) Los Subsecretarios o su representante, especialmente nombrados para el efecto, de cada uno de los siguientes Ministerios: Secretaría General de Gobierno, de Planificación y Cooperación, de Agricultura, de Educación y de Bienes Nacionales; c) Tres consejeros designados por el Presidente de la República; d) Ocho representantes indígenas: cuatro mapuches, un aimara, un atacameño, un rapa nui y uno con domicilio en un área urbana del territorio nacional. Estos serán designados, a propuesta de las comunidades y asociaciones indígenas, por el Presidente de la República. los consejeros a que se refiere esta letra d) duraran cuatro años, pudiendo ser reelegidos. En el nivel de cada Subdirección nacional existe un Consejo Indígena, que cumple funciones de participación y consulta respecto de acciones, planes y programas, necesidades de coordinación de organismos públicos, sugerencias de mecanismos de participación y otras opiniones que le sean sometidas. Para su designación, la autoridad deberá “oír” a las comunidades y asociaciones indígenas con domicilio en las respectivas regiones. Cada Director Regional puede organizar también un Consejo Indígena de carácter asesor. La atribución 45 El destacado es nuestro. conferida a la autoridad en la designación de estos consejeros hace que el concepto participativo más genuino tienda a deslavarse en la conformación de estos órganos asesores. La ley establece algunos organismos especiales en relación con problemáticas particulares de determinadas etnias, como es el caso de la Comisión de Desarrollo de Isla de Pascua, integrada por representantes ministeriales, de la CORFO, de la CONAF y de la misma CONADI, más el gobernador y el alcalde de Isla de Pascua, y seis miembros electos de la comunidad rapanui, uno de los cuales es el presidente del Consejo de Ancianos (art. 68). Uno de los roles fundamentales de esta Comisión es colaborar en la administración del Parque Nacional de Isla de Pascua. La actividad de la CONADI se enriquece, además, con la administración del Fondo para Tierras y Aguas Indígenas, el Fondo de Desarrollo Indígena y la creación de Institutos de Cultura Indígena. El Fondo para Tierras y Aguas Indígenas permite subsidiar la adquisición de tierras por parte de personas y comunidades indígenas, con requisitos especiales para la postulación de estas últimas o partes de ellas; financiar otros mecanismos que permitan solucionar los problemas de tierras; constituir, regularizar o comprar derechos de aguas y efectuar obras destinadas a obtener este recurso. El Fondo de Desarrollo Indígena tiene por objeto financiar programas especiales dirigidos al desarrollo de las personas y comunidades indígenas, tales como crédito, sistemas de capitalización y otorgamiento de subsidios en beneficio de las comunidades e indígenas individuales. Los Institutos de Cultura Indígena son organismos autónomos de capacitación y encuentro de los indígenas y desarrollo y difusión de sus culturas y, en tanto realizan tales acciones, puede afirmarse que estimulan y ejercen la participación reconocida en la ley. En otro orden de ideas, nociones participativas, asociadas al reconocimiento de la autonomía colectiva de los indígenas, puede encontrarse en el reconocimiento del valor jurídico de la costumbre indígena y su aplicación en juicios entre indígenas pertenecientes a una misma etnia, en la medida que no sea incompatible con la Constitución Política del Estado. Particularmente, en lo penal se la considerará cuando pudiere servir como antecedente para reducir la responsabilidad (art. 54). En estas disposiciones hay una tímida aproximación a nociones de pluralismo jurídico que se encuentran mucho más desarrolladas en otros países de América Latina. 172 173 Anexo / Marco Jurídico 2.8 Ley de Protección de los Derechos de los Consumidores (Ley 19.496 de 1997 y modificaciones) El solo reconocimiento del consumidor como un sujeto específico titular de derechos y obligaciones especiales (arts. 3º, 3º bis, 3º ter y 4º), implica insertar a los ciudadanos en una órbita específica de participación ciudadana legalmente reconocida. Los consumidores pueden actuar individual o colectivamente en ejercicio de sus derechos de información, reclamación y otros reconocidos en la ley. La participación colectiva puede darse a través de la integración en organizaciones para la defensa de los derechos de los consumidores (arts. 5º y ss.). Las asociaciones de consumidores se definen como organizaciones constituidas por personas naturales o jurídicas, independientes de todo interés económico, comercial o político, cuyo objetivo es proteger, informar y educar a los consumidores en el ejercicio de su derechos y asumir la representación y defensa de los derechos de sus afiliados y de los consumidores que así lo soliciten. Además, las asociaciones de consumidores están facultadas para estudiar y proponer medidas encaminadas a la protección de los derechos de los consumidores, representar a sus miembros y ejercer las acciones que les competan. También pueden representar tanto el interés individual como el interés colectivo y difuso de los consumidores ante las instancias judiciales o administrativas, participar en los procesos de fijación de tarifas de los servicios básicos domiciliarios, conforme a las normas que los regulen (art. 8º). La opción de interponer acciones para la defensa del interés colectivo o difuso de los consumidores es una novedosa y eficaz herramienta de participación ciudadana en el ámbito judicial. Fueron incorporadas por la Ley 19.955 de 2004. Las acciones de interés colectivo son aquellas que se promueven en defensa de derechos comunes a un conjunto determinado o determinable de consumidores, ligados con un proveedor por un vínculo contractual. Las acciones de interés difuso son las que se promueven en defensa de un conjunto indeterminado de consumidores afectados en sus derechos (art. 50). El juez competente para conocer estas acciones -al igual que las acciones individuales tradicionales- es el juez de policía local (art. 50 A). Los procedimientos pueden iniciarse por demanda, denuncia o querella (art. 50 B). La ley detalla y describe un procedimiento procesal especial para las acciones en defensa del interés colectivo o difuso. El procedimiento se divide en dos etapas: una previa, de declaración de la infracción al interés colectivo o difuso, y otra posterior, de condena o reparación (arts. 51 a 54 G). Esta clase de acciones busca compatibilizar los principios clásicos de un proceso racional y justo en el contexto de las relaciones interindividuales, que requieren la presencia de instituciones como el emplazamiento, el efecto relativo de las sentencias sólo a las partes en juicio, con las necesidades del tráfico jurídico de masas, que requiere una protección especial frente a los riesgos y abusos previsibles que origina la posición predominante de los proveedores, normalmente más poderosos que los consumidores individualmente considerados. Finalmente, también posee un carácter participativo la creación de un Fondo Concursable destinado al financiamiento de iniciativas que las asociaciones de consumidores desarrollen en el cumplimiento de sus objetivos (art. 11 bis). La ley encomienda a su reglamento determinar la composición del Consejo de Administración del Fondo, preservando la autonomía de las asociaciones de consumidores y de la gestión de los recursos. Así, dicho Consejo está integrado por un representante del Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC), un representante del ministro de Economía, un representante de la División de Organizaciones Sociales (DOS), un representante de las organizaciones de la sociedad civil designado también por la DOS, un representante de las organizaciones comunitarias designado por la Asociación Chilena de Municipalidades, un representante designado por las asociaciones de consumidores y un académico experto en protección del consumidor designado por el Consejo de Rectores (art. 6º Decreto Supremo 37, de 2005, del Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción). 2.9 Ley de Juntas de Vecinos y demás Organizaciones Comunitarias (Ley 19.418 de 1995 y modificaciones) Uno de los pocos ámbitos donde existe una cierta estructura legal sistemática que podría ser vinculada a la participación ciudadana, si bien con notables insuficiencias, es el ámbito local o comunitario. En efecto, de acuerdo a la ley, las juntas de vecinos y demás organizaciones comunitarias están llamadas a expresar la participación de la ciudadanía en el nivel territorial más inmediato y cercano, constituido por la comuna o Municipio y, en niveles microlocales, por las denominadas unidades vecinales. Sin embargo, la principal característica de esta normativa es que suscribe una visión privatista de las organizaciones vecinales y comunitarias. Como señaló el Tribunal Constitucional en su sentencia núm. 126 del 14 de mayo de 1991 -que declaró inconstitucional la norma del proyecto de ley de juntas de vecinos que sólo permitía la existencia de una junta de vecinos en cada unidad vecinal- las juntas de vecinos son “organismos de representación de las personas y no de gobierno comunal”. De esta manera se zanjó la controversia entre el gobierno de la Concertación que postulaba una noción de organizaciones vecinales heredera de la concepción de la primera Ley de Juntas de Vecinos 16.880 de 1968, dictada bajo el gobierno de Frei Montalva, que reconocía a las juntas de vecinos una función rectora en los asuntos comunitarios y una injerencia en la estructura Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano municipal. Bajo el gobierno militar esta ley se mantuvo “en suspenso” designándose los dirigentes locales por la Intendencia regional y solamente en vísperas de su término, en 1989, se derogó y reemplazó por una ley de organizaciones comunitarias que liberalizó y neutralizó la tradición de cooperación y gestión comunal que las juntas de vecinos tenían desde principios el siglo XX y que habían sido reconocida por la Ley 16.880. De todos modos, la actual legislación reconoce a las juntas de vecinos como vehículo de expresión de los múltiples intereses de las personas, aunque les resta toda significación como espacios de participación política o pública. La ley sobre juntas de vecinos responde al concepto de un orden político en que los individuos, por sí mismos o en conjunto con otros, como titulares de derechos, interactúan con el Estado que, en sus distintos niveles, es el único ente dotado de atribuciones políticas. De acuerdo con la Ley 19.418, las juntas de vecinos tienen por objeto promover el desarrollo de la comunidad, defender los intereses y velar por los derechos de los vecinos, y colaborar con las autoridades del Estado y de las municipalidades (art. 2º letra b). Se les prohíbe además, perseguir fines de lucro y realizar actividades de proselitismo político o religioso, entendiéndose el vocablo ‘político’ en el sentido de partidista. En el artículo 42, se especifica el objetivo de las juntas de vecinos al señalar que persiguen “la integración, la participación y el desarrollo de los habitantes de la unidad vecinal”. Los medios otorgados, consisten en instancias concretas y acotadas al interés vecinal del ejercicio del derecho de petición que la Constitución reconoce a toda persona. El único elemento que contribuye a generar un espacio propio de participación, es la atribución legal conferida a la organización vecinal de la representación de los vecinos, pero esta característica pierde gran parte de su fuerza constitutiva de un espacio público participativo, si se tiene en cuenta el marco de fraccionamiento y dispersión de la organización vecinal. En efecto, si existen varias asociaciones en un mismo territorio vecinal, ya no se representa a los vecinos, entendidos como miembros de una comunidad territorial, sino sólo a aquellos que forman parte de la organización respectiva. En cuanto a las funciones que la ley les asigna, el artículo 43 en sus cuatro numerales, cada uno con sus respectivas letras, éstas son omnicomprensivas. A nivel vecinal, se les encomienda promover los derechos de las personas, desarrollar el espíritu de comunidad, cooperación y respeto a la diversidad, velar por la integración social de los más necesitados, promover el progreso urbanístico y la buena calidad de los servicios públicos. Se puede afirmar que existe un claro desequilibrio entre las funciones asignadas y la concepción institucional de las juntas de vecinos como simples asociaciones de individuos, que no tienen participación significativa en la definición, conducción y ejecución de las políticas públicas al nivel que les es propio: el comunal y vecinal. Si revisamos los verbos empleados para describir la participación de las juntas abundan los ‘emitir opinión’, ‘colaborar con la autoridad’, ‘propender a’, ‘proponer’, y ‘conocer’. Dentro de este panorama, sólo la institución del Fondo de Desarrollo Vecinal (art. 45), abierto a las juntas de vecinos, implica un cierto espacio de participación autónoma y significativa para éstas, si bien la Ley de Municipalidades no hace exigible la provisión de este fondo en la aprobación del presupuesto municipal. Por su parte, las organizaciones comunitarias funcionales tienen por objeto (art. 2º letra d) representar y promover valores e intereses específicos de la comunidad dentro del territorio de la comuna y están sujetas a las mismas prohibiciones que las juntas de vecinos; aunque la ley las concibe en un rol de relativa menor importancia, incluso como instrumentos aptos para conseguir los fines señalados a estas últimas. (Ver art. 43 núm. 1 letra a). En la práctica, el estatuto de la organización funcional ha sido útil para dar cobertura jurídica a múltiples expresiones asociativas emergentes, cuya vitalidad muchas veces contrasta con la realidad estática y carente de convocatoria de las juntas de vecinos más tradicionales. Por definición, las juntas de vecinos son asociaciones voluntarias; nadie puede ser obligado a pertenecer a ellas ni nadie puede ser impedido de retirarse. Funcionan sobre una base igualitaria o de no discriminación, pues a nadie, que reúna los requisitos legales o estatutarios, se le puede negar acceso. Los mismos principios rigen respecto de las organizaciones comunitarias funcionales. La ley dispone (art. 5º inc. 3º) que sólo se podrá pertenecer a una junta de vecinos, lo cual limita la función representativa de los vecinos en las juntas. 2.10 Ley de Protección a Personas con Discapacidad La Ley 19.284 establece normas para la plena integración social de personas con discapacidad y para velar por el pleno ejercicio de los derechos reconocidos por la Constitución y las leyes. Contiene normas específicas sobre equiparación de oportunidades, en lo relativo al acceso a la cultura, información, comunicaciones y espacio físico, promueve el acceso a la educación y la inserción y capacitación laborales (arts. 18 a 38). Para administrar el acceso a los beneficios establecido en la ley se crea el Registro Nacional de la Discapacidad (art. 46). La ley crea una acción jurídica especial de protección de las personas discapacitadas, ante los Juzgados de Policía Local, con el objeto de amparar a todo aquel que sufra discriminación o amenaza en el ejercicio de los derechos y beneficios consagrados en la ley, y que se adopte de inmediato las medidas para asegurar y restablecer su derecho afectado (art. 48). 174 175 Anexo / Marco Jurídico La ley crea el Fondo Nacional de la Discapacidad (FONADIS) como organismo de derecho público, autónomo, con personalidad jurídica y patrimonio propio, destinado a financiar ayudas técnicas a discapacitados de escasos recursos o a organizaciones sin fines de lucro que los atiendan, y planes, programas y proyectos orientados a la prevención, diagnóstico, rehabilitación e integración social de personas discapacitadas, ejecutados por instituciones estatales o por entidades sin fines de lucro cuyo objeto sea la atención a personas con discapacidad (arts. 52 a 56). El FONADIS está dirigido por un Consejo presidido por el ministro de MIDEPLAN e integrado por los ministros de Educación, Salud, Vivienda y Urbanismo, Transportes y Telecomunicaciones o sus representantes y, además por cuatro representantes de organizaciones de personas con discapacidad que no persigan fines de lucro y, además, por un representante del sector empresarial, uno de los trabajadores y dos de instituciones de beneficencia dedicadas a atender a personas con discapacidad (art. 57). 2.11 Ley Orgánica del Fondo de Solidaridad e Inversión Social, FOSIS (Ley 18.989, de 1990) Esta ley creó el Ministerio de Planificación y Cooperación, MIDEPLAN y, dentro de su estructura, el Fondo de Solidaridad e Inversión Social (FOSIS), como un servicio público autónomo, con personalidad jurídica y patrimonio propio, que se relaciona con el Presidente de la República a través de MIDEPLAN (art. 7º). Su finalidad es financiar planes, programas, proyectos y actividades especiales de desarrollo social, coordinándose con otras reparticiones del Estado, en especial con el Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR). En cumplimiento de su objetivo, el FOSIS tiene entre sus funciones especiales contribuir a la erradicación de la extrema pobreza y el desempleo, preocuparse por la situación de grupos de menores ingresos y en estado de riesgo social, en especial de los jóvenes, procurar el mejoramiento de las condiciones de trabajo y producción de los sectores de menores ingresos y propender al desarrollo de los sectores más pobres de las áreas rurales (art. 9º). Desde la perspectiva de la participación, el FOSIS tiene también como función apoyar la participación de los propios afectados por la pobreza en la solución de sus problemas (art. 9º letra d). Asimismo, la asignación de sus recursos debe considerar, en forma preferente, los requerimientos que provengan de las regiones y localidades que presenten los más elevados índices de aislamiento, marginalidad y pobreza (art. 9º inciso final). La dirección superior del Fondo corresponde a un Consejo. Este Consejo se integra por tres autoridades (el ministro de MIDEPLAN, el subsecretario de la SUBDERE, una funcionaria de alto nivel en el área de la mujer) y por cuatro consejeros designados por el Presidente de la República, debiendo incluir entre estos a un representante de una universidad, a uno de los trabajadores y uno del sector empresarial. La representatividad de estos personeros es relativa, ya que pese a provenir de actividades del amplio mundo económico y social, su universo de selección es restringido y la designación corresponde al criterio unipersonal del Ejecutivo. Una de las principales atribuciones del Consejo del FOSIS es proponer al Presidente la designación de su director ejecutivo. 2.12 Ley del Instituto Nacional de la Juventud (Ley 19.042) El Instituto Nacional de la Juventud (INJUV) es un servicio público funcionalmente descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propio, que se relaciona con el Ejecutivo a través del Ministerio de Planificación y Cooperación. Se define como un organismo técnico encargado de colaborar con el Ejecutivo en el diseño, la planificación y la coordinación de las políticas relativas a los asuntos juveniles. Entre sus funciones específicas está “estimular el conocimiento y la participación de los jóvenes, promoviendo y financiando estudios, trabajos, campañas, seminarios y otras iniciativas similares” (art. 2° letra e). El Director Nacional del INJUV cuenta con la asesoría de un Consejo integrado por diez personas, designadas por el Presidente de la República y de su confianza, al que le corresponde analizar acciones, planes y programas, hacer las sugerencias que estime conveniente, formular observaciones y proposiciones y, en general, dar su opinión sobre las materias en que se solicite su colaboración (art. 7°). 2.13 Ley de Pesca y Acuicultura (Ley 18.892 y modificaciones)46 Esta ley contempla formas de participación de la comunidad en organismos con competencias económicas, sociales y ambientales relacionadas con la actividad pesquera y acuícola. Estos organismos son el Consejo Nacional de Pesca, los Consejos Zonales de Pesca y los Consejos Regionales de Pesca. El Consejo Nacional de Pesca tiene por función contribuir a hacer efectiva la participación de los agentes del sector pesquero a nivel nacional en materias relacionadas con la actividad relacionada con la pesca y acuicultura. Tiene facultades resolutivas, consultivas y asesoras determinadas en la ley y está facultado para emitir opiniones, recomendaciones, proposiciones e informes técnicos a la Subsecretaría de Pesca del Ministerio de Economía (art. 145). Está presidido por el Subsecretario de Pesca e integrado por representantes del sector público (tres jefes de servicio), del sector privado (cinco representantes del sector empresarial), 46 Véase Decreto Supremo 430 de la Subsecretaría de Pesca del Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción, publicado en el Diario Oficial de 21 de enero de 1992, que contiene el texto refundido, coordinado y sistematizado de la Ley de Pesca y Acuicultura. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano del sector laboral (siete representantes elegidos por las organizaciones respectivas), del sector pesquero artesanal (cinco representantes elegidos por las organizaciones respectivas), más siete consejeros designados por el Presidente de la República con acuerdo del Senado. Los Consejos Zonales de Pesca tienen por finalidad contribuir a descentralizar las medidas administrativas de la autoridad y hacer efectiva la participación de los agentes del sector pesquero en dicho ámbito territorial y marítimo. Están integrados por representantes del sector público, del sector privado y de la sociedad civil, incluyendo representantes de universidades o institutos profesionales de la zona y de personas jurídicas sin fines de lucro dedicadas a la defensa del medio ambiente, a la preservación de los recursos naturales o a la investigación en estas áreas, designados por el Presidente de la República (art. 152). Finalmente, los Consejos Regionales de Pesca tienen por función identificar los problemas del sector pesquero en el nivel regional, promover debates y propuestas de solución y realizar informes técnicos destinados a ilustrar las deliberaciones y decisiones del respectivo Consejo Zonal de Pesca y de la misma Subsecretaría. Se integran de manera similar a los Consejos Zonales (arts. 154 y 155). La estructura prescrita en la ley para la integración de estos Consejos parece responder al concepto de participación denominado “concertación social”, esto es, la constitución de un espacio de diálogo y consenso entre los diferentes agentes del proceso productivo, básicamente empleadores y trabajadores, más el Estado en un rol arbitral y conductor de la política pública, en este caso, sectorial. A ello, se agregan actores del mundo académico y de la sociedad civil dedicada a cuestiones ambientales, aportando conocimiento y complejidad al debate de intereses. En todo caso, la participación ciudadana en este campo es relativamente débil, pues predominan los representantes del sector público y del sector productivo empresarial. 2.14 Ley del Deporte (Ley 19.712, de 2001) La ley comienza definiendo el deporte como un “medio de desarrollo integral de las personas” comprendiendo “cualquier manifestación educativo-física, general o especial, realizada a través de la participación masiva, orientada a la integración social, al desarrollo comunitario, al cuidado o recuperación de su salud y a la recreación, como asimismo, aquella práctica de las formas de actividad deportiva o recreacional que utilizan la competición o espectáculo como su medio fundamental de expresión social”. Hay toda una inspiración participativa en la declaración legal del artículo 2º de la ley: “Es deber del Estado crear las condiciones necesarias para el ejercicio, fomento, protección y desarrollo de las actividades físicas y deportivas, estableciendo al efecto una política nacional del deporte, orientada a la consecución de tales objetivos. El Estado promoverá las actividades anteriores a través de la prestación de servicios de fomento deportivo y de la asignación de recursos presupuestarios, distribuidos con criterios regionales y de equidad, de beneficio e impacto social directo, que faciliten el acceso de la población, especialmente niños, adultos mayores, discapacitados y jóvenes en edad escolar, a un mejor desarrollo físico y espiritual”. La política nacional del deporte deberá ajustarse a las disposiciones de la ley, reconociendo y fomentando el ejercicio del derecho de las personas a organizar, aprender, practicar, presenciar y difundir actividades físicas y deportivas. Asimismo, buscará la coordinación de la Administración del Estado y de los grupos intermedios de la sociedad, destinada a impulsar, facilitar, apoyar y fomentar tales actividades físicas y deportivas en los habitantes del territorio nacional, en comunidades urbanas y rurales, como también a promover una adecuada ocupación de los lugares públicos y privados adecuados para estos fines. Se resguardará la autonomía de las organizaciones deportivas y la libertad de asociación, fundada en los principios de descentralización y de acción subsidiaria del Estado (art. 3º). La ley crea el Instituto Nacional del Deporte (art. 10 y ss.), organismo descentralizado del Estado, dirigido y administrado por un Consejo Nacional, por consejos consultivos regionales con integración de los estamentos, disciplinas y organizaciones concernidos. Sus funciones fundamentales son proponer la política nacional de deportes, promover la cultura deportiva en la población, asignar recursos para el desarrollo del deporte y fomentar el desarrollo y supervigilar las organizaciones deportivas en los términos que establece la ley. Se reconoce y regula distintos tipos de organizaciones deportivas, entre ellas los clubes deportivos, las ligas deportivas, las asociaciones deportivas locales y regionales, los consejos locales de deportes, las federaciones y confederaciones y el Comité Olímpico de Chile (art. 32). Se establece un Fondo Nacional para el Fomento del Deporte (art. 41 y ss.) cuyos recursos se distribuyen mediante concursos destinados a financiar, entre otros, planes, programas, proyectos y actividades deportivas de fomento de la educación física, la capacitación y perfeccionamiento deportivos, el deporte escolar y recreativo, las competiciones comunales, provinciales, regionales y nacionales. Se crea un mecanismo de donaciones con fines deportivos, cuyos beneficiarios pueden ser las organizaciones deportivas que cuentan con un beneficio tributario consistente en un crédito contra el impuesto a la renta del donante contribuyente. 176 177 Anexo / Marco Jurídico 2.15 Ley de Donaciones con Fines Sociales (Ley 19.885 de 2003) Esta ley, que “norma el buen uso de las donaciones a personas jurídicas” por una parte, crea ciertos beneficios tributarios para entidades que hacen donaciones a instituciones que prestan servicios directos a personas de escasos recursos o discapacitadas y, por otra, establece beneficios tributarios a las donaciones destinadas a entidades de carácter político. Además, crea un “fondo mixto de apoyo social” y regula aspectos generales que afectan a las donaciones ligadas a otros incentivos tributarios, en otras materias. El incentivo tributario consiste en que los contribuyentes del impuesto de primera categoría, que declaran su renta efectiva en base a contabilidad completa, que no sean empresas del Estado o en las que éste tenga participación pueden hacer donaciones en dinero, con un cierto límite, a entidades que tengan la forma legal de corporaciones o fundaciones, constituidas según el Código Civil, cuya finalidad estatutaria y actividad real sea proveer directamente servicios a personas de escasos recursos o discapacitadas. Los contribuyentes que hagan uso de esta franquicia podrán deducir el 50 por ciento de la donación como crédito contra su impuesto, y el 50 por ciento restante podrán rebajarlo como gasto. La donación debe dirigirse a financiar proyectos o programas de las mencionadas organizaciones que realicen servicios que respondan a necesidades de alimentación, alojamiento, salud, mejoramiento de oportunidades educacionales o laborales, prevención o mitigación de problemas tales como drogadicción, violencia intrafamiliar, discapacidad, y la promoción de derechos sociales, entre otros. Un aspecto esencial de esta ley es que obliga a los donantes a destinar al menos el 33 por ciento de la donación al “fondo mixto de apoyo social” que la misma ley crea y que tiene una finalidad redistributiva, en el sentido de aportar sus recursos a fundaciones y corporaciones incorporadas al mencionado registro y a organizaciones comunitarias funcionales o territoriales que sean calificadas para participar en dicho fondo. La función del fondo mixto es calificar a las entidades sin fines de lucro que pueden optar a estos recursos, aprobar criterios, requisitos y prioridades de los proyectos a ser financiados, calificar y adjudicar los recursos. Es administrado por un Consejo integrado por el ministro de Planificación y Cooperación o su representante, quien lo preside; el secretario ejecutivo del Fondo Nacional de la Discapacidad (FONADIS) o su representante; el Subsecretario General de Gobierno o su representante; el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio o su representante y tres personalidades destacadas en materias de atención a personas de escasos recursos o discapacitados, elegidas por las corporaciones o fundaciones incorporadas al registro de instituciones calificadas por el Consejo como potenciales donatarias establecido en la misma ley (art. 5º). Los consejeros elegidos de entre las organizaciones de la sociedad civil se renovarán cada dos años. También se debe elegir por lo menos a tres suplentes. Esta ley, la más reciente en materia de beneficios tributarios, cumplió parcialmente el objetivo de ampliar las opciones de destinación de las donaciones hacia fines sociales. Sin embargo, los restringió a aquellos que “provean directamente servicios a personas de escasos recursos o discapacitadas” manteniendo una orientación individualista y asistencial, que excluye a muchas entidades que se plantean otras finalidades de beneficio público, lo cual reduce aspectos significativos de la participación ciudadana tal como se comprende en el mundo contemporáneo. 2.16 Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDECYT), Decreto con Fuerza de Ley 33, de 1981 Este cuerpo legal establece el Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico, integrado por el ministro de Educación, que lo preside, el ministro de Hacienda y el ministro de MIDEPLAN. Es decir, es un organismo enteramente político y controlado por el Ejecutivo. Su dirección administrativa se realiza a través de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT). Bajo el referido Consejo Nacional existe una estructura dual dedicada a asignar los recursos del Fondo de Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDECYT) y cumplir las demás funciones de esta institución. Esta estructura dual está conformada por los siguientes órganos: a). El Consejo Superior de Ciencia, integrado por siete miembros de designación presidencial; se renuevan dos cada año, a propuesta en terna de los miembros en ejercicio, definidos por el Presidente de la República; y b). El Consejo Superior de Desarrollo Tecnológico, integrado por cinco miembros: el presidente de la CONICYT, un miembro del Consejo Superior de Ciencia y tres miembros designados por el Presidente de la República, a propuesta en terna de los miembros en ejercicio de este mismo Consejo. Es decir, en estos dos Consejos hay una designación representativa de los sectores profesionales concernidos, pero se generan mediante un sistema de cooptación, que tiende a reproducir los puntos de vista del Consejo ya instalado. 2.17 Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (Ley 19.891 de 2003) El Consejo Nacional de la Cultura y las Artes es definido por la ley como un servicio público autónomo, descentralizado y territorialmente desconcentrado, con personalidad Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano jurídica y patrimonio propio, vinculado administrativamente con el Ministerio de Educación. El Consejo tiene por objeto apoyar el desarrollo de las artes y la difusión de la cultura, contribuir a conservar, incrementar y poner al alcance de las personas el patrimonio cultural de la Nación y promover la participación de éstas en la vida cultural del país (art. 2º).47 Se observa que el Consejo tiene una función primordial de fomento del quehacer artístico-cultural del país, pero a ello no le es ajeno el componente participación. En esta misma línea, entre las funciones específicas acordadas al Consejo se encuentran la de: 1. “Apoyar la participación cultural y la creación y difusión artística, tanto a nivel de las personas como de las organizaciones que estas forman y de la colectividad nacional toda, de modo que encuentren espacios de expresión en el barrio, la comuna, la ciudad, la región y el país, de acuerdo con las iniciativas y preferencias de quienes habiten esos mismos espacios” (art. 3º núm. 3); y la de 2. “Facilitar el acceso a las manifestaciones culturales y a las expresiones artísticas, al patrimonio cultural del país y al uso de las tecnologías que conciernen a la producción, reproducción y difusión de objetos culturales” (art. 3º núm. 4). Por otra parte, la ley recoge en esta materia un principio de equidad territorial que ya está consagrando a nivel constitucional en lo relativo a la regionalización, al ordenar que en el cumplimiento de sus funciones, el Consejo observe como principio básico “la búsqueda de un desarrollo cultural armónico y equitativo entre las regiones, provincias y comunas del país” y, en especial, vele por “la aplicación de dicho principio en lo referente a la distribución de los recursos públicos destinados a la cultura”. La estructura del Consejo es más novedosa que la de otros entes estatales creados en épocas o en años anteriores. En efecto, la dirección superior del Consejo Nacional corresponde a un Directorio integrado por el presidente del Consejo, que tiene rango de ministro de Estado, por el ministro de Educación y el de Relaciones Exteriores. Además, lo integran tres personalidades de la cultura designadas por el/la Presidente de la República a propuesta de las organizaciones culturales del país, más dos personalidades de la cultura designadas por acuerdo del Senado, también a propuesta de las organizaciones culturales del país; completan el Consejo dos académicos: uno designado por el Consejo de Rectores y otro por las universidades privadas autónomas; y un Premio Nacional elegido por sus pares (art. 5º). Dicho Directorio es asesorado por un Comité Consultivo Nacional, integrado por quince personas “de reconocida trayectoria y experiencia en las distintas áreas de la creación artística, el patrimonio cultural, la actividad 47 El destacado es propio. académica y la gestión cultural”. Siete de ellas provienen de la creación artística, concretamente de cada uno de los ámbitos de las artes musicales, artes visuales, artes audiovisuales, teatro, danza, literatura y artes populares; dos provienen del ámbito del patrimonio cultural; dos representan las culturas indígenas, y cuatro provienen de las universidades, las industrias culturales, la gestión de corporaciones y fundaciones de derecho privado y la empresa privada. Los integrantes del Comité Consultivo son designados por el Directorio a propuesta de las correspondientes organizaciones o instituciones que posean personalidad jurídica vigente, y durarán dos años en sus funciones, no pudiendo ser designados para un nuevo período consecutivo (art. 12). Junto con destacar la inspiración abierta de este diseño organizacional en un ente público de alto nivel, lo que sugiere mayor interés es la configuración del Directorio del Consejo Nacional. Se producen en este esquema, al menos, dos cosas que no están presentes en la estructura de otros organismos colegiados con los que podría ser comparado: a). la decidida apertura hacia las organizaciones de la sociedad civil -en este caso, las de carácter cultural- concernidas en la materia; y b). el hecho que la mayoría del Consejo la hacen los agentes culturales y no la alta burocracia estatal. De este modo, tiende a incorporarse con más fuerza decisoria la participación en lo público de la comunidad ligada a las artes y a la cultura en general. La Ley 19.891 recoge dos Fondos creados previamente e integrados a la dinámica sistémica en el área artísticocultural que pretende imprimir la acción superior del Consejo Nacional: el Fondo de Fomento del Libro y la Lectura (creado por la Ley 19.227 de 1993) y el Fondo Nacional de la Cultura y las Artes (FONDART), cuyo texto actualizado está en los artículos 28 y siguientes de la misma Ley 19.891. Estos Fondos son administrados por el CNCA, estableciéndose sistemas de evaluación por especialistas y de selección por jurados que garantizan decisiones a base de criterios objetivos e imparciales. 2.18 Ley sobre Asociaciones Gremiales (Decreto Ley 2757 de 1979 y modificaciones) La ley reconoce a las asociaciones gremiales como una forma de organización que goza de personalidad jurídica y que tienen por objeto promover la racionalización, desarrollo y protección de las actividades que le son comunes, en razón de su profesión, oficio o rama de la producción o de los servicios, y de las conexas a dichas actividades comunes. La ley ordena que los colegios profesionales existentes deben convertirse en asociaciones gremiales, perdiendo con ello privilegios tales como la afiliación obligatoria e ingreso a las profesiones y el control de su ejercicio ético. 178 179 Anexo / Marco Jurídico Las asociaciones gremiales se encuentran bajo el control y fiscalización del Ministerio de Economía. Están constituidas por personas naturales en número no inferior a 25 y/o por personas jurídicas en número no inferior a cuatro. Son organizaciones sin fines de lucro, esto es, no pueden distribuir entre sus socios ningún tipo de utilidad o beneficio económico; sin perjuicio de ello, están habilitadas para realizar todo tipo de actividades económicas de conformidad a la ley. Los socios, consecuentemente, sólo pueden recibir beneficios de tipo moral, ideal o de bienestar gremial. Las asociaciones gremiales pueden agruparse en federaciones y confederaciones. En estos casos, agrupan a asociaciones de base en un nivel o perspectiva territorial de mayor nivel, sea provincial, regional o nacional. En estos casos su representatividad respecto de los intereses de las profesiones, actividades productivas o de servicios crece, favoreciendo su legitimidad para establecer interlocuciones con entidades públicas y privadas y realizar una función de representación general de los intereses de sus respectivos sectores. Naturalmente, las asociaciones gremiales representan “gremios”, es decir, sectores específicos del quehacer profesional, económico, social o cultural, que tienen también rasgos particularistas y corporativos. Por ello, las asociaciones gremiales son instrumentos asociativos que reflejan el poder y capacidad de diversos sectores para hacerse oír e influir en las esferas públicas o estatales. Por ello, se hace necesaria una regulación de su incidencia (v. gr. proyecto de ley sobre “lobby”) que asegure publicidad y transparencia de sus actuaciones frente a las autoridades legislativas y de gobierno, pues de otro modo, el derecho a participar de los distintos sectores del quehacer nacional se convierte inevitablemente en privilegio desigual e inequitativo respecto de otros sectores que no tienen iguales oportunidades de acceso a dichas autoridades. 2.19 El derecho de asociación y las figuras legales de organizaciones de la sociedad civil reconocidas en la ley chilena No se desarrolla en este trabajo el detalle particular de las figuras asociativas que reconoce la legislación chilenas,48 sin perjuicio de haber dejado establecido en un apartado precedente la íntima relación y condición que tiene para el ejercicio de la participación ciudadana el reconocimiento y vigencia de la libertad y derecho de asociación (art. 19 núm. 15 CPE). De todas maneras, cabe dejar constancia, de manera sinóptica el “menú” legal que ofrece los tipos de organizaciones que sustentan en buena medida las 48 Véase, entre otros, Viveros, Felipe. “Legislación vigente para el sector privado y sin fines de lucro en Chile” en Oliveira, Anna-Cynthia (ed.), Marco regulador de las organizaciones de la sociedad civil en Sudamérica, ICNL, BID y PNUD, Washington D.C., 1997. acciones e iniciativas participativas de la sociedad civil chilena. La matriz legal básica la constituye la normativa del Título XXXIII del Libro I del Código Civil (arts. 545 y ss.); en ella se regulan las dos formas básicas y tradicionales de organizaciones de derecho privado sin fines de lucro: corporaciones y fundaciones de derecho privado. Las primeras caracterizadas por su estructura asociativa (una asociación de personas unidas de manera estable por un fin moral o ideal); las segundas caracterizadas por constituir esencialmente un patrimonio o un fondo destinado a un fin ideal de carácter benéfico. La concesión de personalidad jurídica corresponde actualmente al Ministerio de Justicia y las condiciones para su otorgamiento, las modificaciones de estatutos, la disolución, la fiscalización y las reglas mínimas de organización interna están reguladas en el Reglamento sobre Concesión de Personalidad Jurídica a Corporaciones y Fundaciones, contenido en el Decreto Supremo 110 de 1979 del Ministerio de Justicia. Legislaciones más modernas y menos regalistas han ido configurando en el tiempo la actual normativa que regula a otras especies de entidades, como las organizaciones comunitarias territoriales y funcionales, las organizaciones indígenas, las organizaciones deportivas, las asociaciones gremiales y las iglesias y organizaciones religiosas,49 todas las cuales cuentan con legislación orgánica completa,50 y otras como las organizaciones de consumidores y las organizaciones ciudadanas ambientales, que son reconocidas por la ley pero cuyo estatuto no es desarrollado en forma sistemática. Por su parte, las Universidades y los establecimientos educacionales de cualquier nivel que pueden crear, organizar y mantener los particulares son reconocidos en la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza.51 En un plano distinto, en el contexto de la producción y las empresas, encontramos, desde luego, a las organizaciones sindicales de larga trayectoria histórica, con sus federaciones, confederaciones y centrales y, en el contexto de una tradición de autogestión, democracia económica y solidaridad, a las cooperativas, las organizaciones mutuales y, más recientemente, las organizaciones económicas populares, estas últimas con un bajo grado de institucionalización. También en un plano sectorial específico destacan las asociaciones de aguas, de regadío y de canalistas, reconocidas en el Código de Aguas, y las comunidades agrícolas, que reconocen un fenómeno muy peculiar del ciertos áreas rurales entre los valles del Choapa y el Aconcagua. Conclusión 49 Véase Ley 19.638, de 1999, que establece normas sobre la constitución jurídica de las Iglesias y organizaciones religiosas. 50 Algunas de dichas leyes revisadas en el cuerpo de este trabajo. 51 Véase Ley 18.962, de 1990, Orgánica Constitucional de Enseñanza. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Como queda registrado en las páginas precedentes, puede apreciarse que en el ordenamiento jurídico chileno la participación, en tanto derecho fundamental, tiene suficientes fundamentos constitucionales, claramente identificables, pero que ello no convierte al sistema político chileno en uno que practica y reclama con entusiasmo la participación en las distintas esferas de la vida nacional. Por su parte, diversas leyes específicas establecen normas que habilitan formas particulares de participación de la ciudadanía y que determinan la conformación de organismos públicos colegiados con funciones y atribuciones en diversos campos sectoriales o relativas a determinados sujetos de regulación, que tienden a plasmar la participación en diversos niveles y con diversa intensidad. Los niveles territoriales más destacados se refieren a los ámbitos de las regiones y de las comunas, que poseen una regulación orgánica en el contexto de la división político-administrativa del país. Sin embargo, esta cobertura territorial extensiva contrasta con el alcance de las funciones y atribuciones de los órganos de participación contemplados en las leyes respectivas (consejos económico sociales provinciales y consejos económico sociales comunales), institucionalmente muy débiles pues poseen funciones sólo consultivas o de opinión y cuya convocatoria y funcionamiento quedan entregados al jefe político de la respectiva provincia o comuna, agente político que no representa la expresión de la ciudadanía organizada ni, por lo general, está interesado en promoverla o activarla. Por otra parte, también en el ámbito local, las juntas de vecinos perdieron desde el régimen militar en adelante el carácter de asociación rectora y representativa del conjunto de los intereses de las comunidades y barrios, para convertirse en organismos locales más o menos vulgares, sin prerrogativas dentro ni frente a los gobiernos comunales. En muchos casos, CESCO y juntas de vecinos caen en el desuso en buena medida por la desconsideración práctica a que las someten los alcaldes, o se pierden en la pluralidad de otras organizaciones con cuyas demandas y proyectos se ven obligadas a competir o, simplemente, reflejan un activo ciudadano que corresponde a antiguas generaciones de miembros y dirigentes que naufragan ante el general escepticismo e individualismo organizacional o ante nuevas ofertas de organización y participación más propias de la sociedad de consumo, mediática y virtual. Incluso más, el hecho que la LOC de Municipalidades contenga un capítulo especial sobre participación ciudadana no significa que ella se encuentre regulada de manera sistemática en este nivel de la institucionalidad administrativa ni menos que se encuentre arraigada en las prácticas de los gobiernos locales. La aludida ley dispone simplemente cuáles son los mecanismos de participación con que debe cumplir toda Municipalidad, estableciendo de este modo una base mínima para todas las comunas. Hay consenso a nivel estatal (SUBDERE) y de analistas de diversos sectores respecto que los instrumentos legales de participación no impactan en la gestión participativa, a causa de que los mismos Municipios reflejan una baja valoración de los mismos como instancias efectivas de encuentro con los ciudadanos, el alto costo organizacional o financiero que ellos implican y el escaso interés de base por participar. Este es un nudo difícil de resolver donde el impulso debería estar dado por autoridades políticas y jefes funcionarios que respeten y promuevan con honestidad el derecho a participar. En ámbitos sectoriales específicos, se puede decir que la participación en el área ambiental es la que tiene un mayor desarrollo institucional, si bien con deficiencias en las posibilidades efectivas de la comunidad de movilizarse y hacer frente, en condiciones de igualdad, al poder empresarial y de los inversionistas. Los puntos de vista e intereses de la comunidad suelen lesionarse, a veces tras largas batallas judiciales, administrativas y de opinión pública, en un campo donde la actitud de las autoridades de gobierno ha coincidido tácita y a veces expresamente con la agenda e intereses de los consorcios empresariales, manifestándose una permanente ambigüedad y discriminación. Un factor auspicioso lo constituye la reciente dictación de la Ley sobre Transparencia y Acceso a la Información Pública. Esta ley viene a resolver un vacío importante y una cierta contradicción en la aplicación de la legislación ya existente referida a la probidad y transparencia públicas, por una parte, y al ejercicio de la libertad de opinión y de informar, por otra. Los instrumentos internacionales consideran el derecho a la información, en general, como un componente de la libertad de expresión y pilar del régimen democrático de gobierno. Hablar de libertades públicas implica, en esencia, poder expresarse y opinar, y junto con ello, poder buscar y recibir la información que sea precisa. La información misma es un presupuesto de todo proceso participativo llevado adelante con seriedad. La ley reconoce el principio de publicidad de los actos y documentos de la Administración del Estado, el derecho de los ciudadanos a pedir las información que se estime conveniente, salvo las calificadas excepciones de reserva, franquea el derecho a reclamar amparo frente a la denegación de información pública y crea un organismo público autónomo que vele por el cumplimiento de sus disposiciones. Por otra parte, en especial, la dimensión fiscalizadora de la participación ciudadana se verá beneficiada con la vigencia y uso de esta ley. En cuanto a los llamados órganos de interfaces, se aprecia una lenta evolución que tiene todavía mucho que recorrer. Desde entes colegiados controlados por el poder ejecutivo (FONDECYT, FOSIS) se ha avanzado 180 a propuestas de estructura mucho más abiertas que ubican en una posición más decisiva a los representantes de la propia comunidad interesada en algún área del quehacer social. Tal es el caso de la integración del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y la de sus Consejos Regionales. La conformación de consejos administradores de fondos públicos concursables debería avanzar en esta tendencia. Respecto de la acción legal especial en beneficio de sujetos sociales postergados o discriminados o, en un caso más radical, el reconocimiento de la pluralidad étnica y cultural encarnada en los pueblos indígenas, la legislación chilena se ha quedado a medio camino entre soluciones de viejo cuño paternalista y de predominio estatal e ideas autonomistas igualitarias que pugnan por aflorar pero que son eficientemente sofocadas por el sentido final de inmovilismo de las normas que los regulan. Como visión de conjunto, estimamos que las exigencias de la participación en la vida colectiva nacional no pueden basarse en una sola norma o estatuto, una sola institución o un solo núcleo de disposiciones. Más aún, no puede basarse en el desempeño exclusivo de la dimensión jurídica o normativa de la realidad, sino que necesita explícitamente el desarrollo de una cultura jurídica y política de derechos ciudadanos y de participación democrática que se ejercite de manera multidimensional en las comunidades territoriales y locales, en las colectividades identitarias concernidas en determinadas materias, en los individuos y en la opinión pública en general. Como se afirma en el texto, la declaración del artículo 4º CPE de que “Chile es una república democrática”, honradamente interpretada permite entender que la participación política y ciudadana en general, son valores esenciales del sistema político y social que es necesario respetar y promover. El dispositivo inicial existe en tanto existe el deber del Estado de asegurar el derecho a participar (art. 1º inciso final CPE), el cual debe ser dinamizado a través de la acción de los ciudadanos. Finalmente, la perspectiva jurídico-constitucional y legal muestra que la dispersión y falta de sintonía cultural con la participación ciudadana pueden hacer ineficientes todos los mecanismos que existan o que se creen. Para contrarrestar esta fuerza negativa, los principios y normas deben articularse coherentemente en un bloque normativo e institucional mediante una praxis sociopolítica que entienda y contextualice la participación ciudadana con otros principios-ejes (transparencia, igualdad social, responsabilidad, etc.) necesarios para la constante y progresiva realización de un régimen democrático. Lo anterior, probablemente, implica llevar adelante un conjunto amplio y diverso de iniciativas y reformas que aun se encuentran pendientes en el sistema constitucional y legal chileno y que completarían ese bloque institucional de participación ciudadana a que se ha aludido y que se propone como preocupación de la máxima prioridad política para Chile. Entre esas reformas cabe mencionar la sustitución del actual sistema electoral por otro que incluya proporcionalidad, multinominalismo y una ordenación distrital más equitativa, la introducción de formas de ejercicio de la democracia directa y semidirecta (como la iniciativa popular de ley, el referéndum para asuntos clave del debate público, la revocación de los mandatos populares). Asimismo, un mayor desarrollo, autonomía y democratización de las instancias regionales y comunales, la creación de organizaciones independientes de protección de derechos fundamentales, como el Defensor del Pueblo, la apertura del recurso al Tribunal Constitucional a los requerimientos de los ciudadanos, entre otros. Algunos de estos aspectos trascienden la participación ciudadana en la gestión pública en sentido estricto; sin embargo, junto con ella contribuyen a mejorar cualitativamente las instituciones y la práctica democrática en Chile. Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano Inventario de Metodologías de Participación Ciudadana en el Desarrollo Urbano