política pública de desarrollo económico

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REVISTA POLÍTICA colombiana
POLÍTICA PÚBLICA DE
DESARROLLO ECONÓMICO
POLÍTICA PÚBLICA
DE DESARROLLO
ECONÓMICO
Mariella Barragan Beltrán
Gestión Pública
Mariella Barragán Beltrán
Secretaria de Desarrollo Económico de la Alcaldía Mayor de Bogotá.
La política pública que nos hemos propuesto
construir conjuga un escenario de largo plazo,
con una agenda colectiva, en la que el Gobierno Distrital ha sido un gestor y facilitador de
su elaboración. En una política pública se incorporan los objetivos que son de interés colectivo, que el Estado considera indispensables
elevar a una agenda de intervención, en respuesta a unos problemas, demandas o necesidades sociales.
Las políticas públicas internas, en especial las
económicas, deben consultar el entorno internacional, por su inevitable influencia en las
dinámicas internas de países y ciudades. En
la construcción de las políticas públicas se enfrentan visiones diferentes, se producen disensos y es posible encontrar también acuerdos, si
el enfoque de su construcción es democrático.
Esta política pública se sintetiza en una expresión: ampliamente participativa, trascendente
a todos los interesados, informada, flexible,
consensuada, cosmopolita y legítima.
Está pensada para el largo plazo, porque la
construcción de un sistema económico capitalino competitivo, productivo y centrado en el
desarrollo humano, solamente es posible a partir de una visión que se materialice en políticas
basadas en metas.
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El sistema económico se construye progresivamente mediante estrategias e instrumentos
idóneos, debidamente diseñados y ejecutados
a lo largo de muchos años de mantener un mismo rumbo.
Como lo señalan algunas metodologías recientemente formuladas a la luz de un acervo
experimental e internacional muy amplio, las
ciudades deben conocer los aspectos que las
influyen y determinan; precisar cuál es su punto de partida, con sus debilidades y fortalezas;
y a partir de ahí, fijar su horizonte deseado
de visión, de lo que quieren y pueden ser y el
panorama de tiempo para lograrlo. Hay que
generar en este proceso los más amplios mecanismos participativos. Y luego una vez edificados colectivamente los consensos, desarrollar
el ciclo de gestión que incluye la ejecución, la
evaluación, el seguimiento y el control.
El mandato del
Concejo de Bogotá.
El Concejo de Bogotá otorgó un mandato a la
Administración Distrital, que debería ser liderado para su realización por el Gobierno a través de la Secretaría de Desarrollo Económico,
consistente en formular una política pública de
competitividad, productividad y desarrollo soJulio - Septiembre / 2010
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cioeconómico para Bogotá, con una visión de
largo plazo.
Le determinó a este mandato objetivos, criterios, lineamientos, entre otros aspectos. Vale
recordar que en sus objetivos se enfatizaron los
relativos a la promoción del crecimiento económico, a la integración regional y a la inclusión. De hecho en el proceso de construcción
de esta política se han considerado todos estos
aspectos. Dando alcance al proceso de participación amplio e informado, a la visión de largo
plazo y a la pertinencia y calidad del esfuerzo
realizado en función del mandato recibido.
De nuevo, a la luz de la evidencia internacional, cabe hacer especial reconocimiento a la
perspectiva visionaria del Concejo de la Ciudad al haber contribuido tan decisivamente en
el desencadenamiento de este proceso.
Foto de archivo.
Ejes conceptuales.
Los ejes conceptuales en el proceso de formulación de la política se extienden por diversos
aspectos de la teoría económica y de la teoría del desarrollo en particular. Y por ende, no
pretendo referirme a todos ellos. Solamente lo
ilustraré a través de algunas expresiones futuristas de la Ciudad del 2038 y de algunos procesos que permiten traslucir nuestro enfoque,
particularmente a la luz de dos procesos:
Por un lado, la globalización, la cual afecta las
estructuras de regulación efectivas de los Estados nacionales, pero brinda oportunidades a
las ciudades que estén en capacidad para crear
las condiciones de una inserción económica
exitosa en las esferas regional, nacional e internacional.
Por otra parte, la aglomeración urbana que se
crea por las ventajas que se producen como resultado de una organización humana más densa
en el territorio, permite conseguir objetivos cada
vez más importantes con el menor esfuerzo posible. La mayor productividad y tecnología que
resultan de una aglomeración creciente, son a su
vez factores que la refuerzan.
Sin embargo, las ventajas de la aglomeración son
limitadas en el largo plazo, si las economías externas, positivas y negativas, no son compensadas por una política activa de los gobiernos de
las ciudades, en beneficio de todos los habitantes
y en especial garantizando equidad y cada vez
menores asimetrías. La captación pública de una
proporción razonable de plusvalías resultantes de
la aglomeración en progreso, es un elemento clave del progreso colectivo de las ciudades.
El esfuerzo debe centrarse en crear las condiciones para que las actividades económicas
sean rentables y, al mismo tiempo, favorezcan
la inclusión.
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Gestión Pública
La visión de ciudad de largo plazo se construye sobre
lo que hoy existe y por lo tanto debemos ser conscientes
de los alcances y también limitaciones de lo que
identificamos como las potencialidades de
Así mismo, es importante avanzar en la comprensión de que la dinámica económica de la
ciudad no se comprende sin los procesos regionales.
Finalmente, el principio fundamental que
orienta la política: “El desarrollo es con la gente o no lo es”
Visión de ciudad.
La visión de ciudad de largo plazo se construye sobre lo que hoy existe y por lo tanto debemos ser conscientes de los alcances y también
limitaciones de lo que identificamos como las
potencialidades de Bogotá. Miremos algunas
estadísticas:
La población bogotana asciende a 7.2 millones de habitantes, siendo por ese solo hecho un
mercado importante, no sólo a nivel nacional,
sino andino y en cierto grado, latinoamericano.
Bogotá representa en efecto el 16% del total
de la población del país, constituyéndose en la
ciudad más poblada de la región andina y la
sexta en América Latina, después de Ciudad
de México, Sao Paulo, Buenos Aires, Río de
Janeiro y Lima.
Bogotá.
El PIB de Bogotá en términos comparativos
con países de la Región es superior al de algunos países como Ecuador, Uruguay y Costa
Rica. Internamente representa cerca del 25%
de la economía colombiana, constituyendo
ésta la mayor participación regional, seguida
de Antioquia y Valle del Cauca, con el 14,4%
y el 10,4%, respectivamente.
La capital del país es la sexta economía dentro
de las ciudades latinoamericanas, con un PIB
de US$66.754, según un Estudio de América
Economia Intelligence superando a ciudades
como Monterrey, Brasilia, Caracas, San Juan,
y Lima e inclusive a países como Uruguay,
Costa Rica, Bolivia y Paraguay.
Bogotá es una de las cinco ciudades latinoamericanas que hacen parte del ranking de las
Foto de archivo.
Bogotá se constituye en una de las ciudades
más densamente pobladas del mundo, ocupando respecto de este indicador el puesto 9º,
comparable a ciudades como Shangai en China y Chennai en India.
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60 Ciudades Globales, según estudio elaborado por la Revista Foreign Policy, lo que ubica
a Bogotá como uno de los principales centros
globales de Latinoamérica.
El 60% del capital extranjero recibido por el
país en los últimos años (sin incluir petróleo)
se ha concentrado en Bogotá y su región, razón que la consolida como el principal destino de la inversión extranjera directa en Colombia.
Igualmente, se ha convertido en el primer destino de los viajeros extranjeros: recibió en el
año 2009 un total de 692.800 viajeros, 51% del
total en el país.
Bogotá concentra las mayores capacidades y
recursos en ciencia y tecnología; 38.7% de las
instituciones de educación superior y 44.3% de
los programas de maestría están en la ciudad.
Así mismo, cuenta con la fuerza laboral con
los mayores niveles de educación y capacitación del país.
Bogotá es la segunda ciudad del país con menores niveles de pobreza (22%) y de pobreza
extrema (4,1%).
En ese contexto de potencialidades, pero también siendo conscientes de las limitaciones y
mucho retos vigentes podemos compartir una
visión de la Bogotá al año 2038
En la visión de Bogotá al año 2038 el centro de
nuestro sueño es la existencia de una Capital
inclusiva que garantiza la equidad, el disfrute
pleno de los derechos y la inclusión.
Así será contundente la erradicación de la indigencia y estaremos en una proporción muy baja
de la pobreza; habrá disminuido la distribución
inequitativa de suelos, riqueza, ingresos y medios
de producción. Lo cual se expresará en igualdad
de oportunidades para todos y todas: libertades y
beneficios del desarrollo. Y en últimas crecimiento económico al servicio del desarrollo humano.
En esta perspectiva, todos los desarrollos económicos que alcancemos estarán al servicio de
Foto de archivo.
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la gente. Sin embargo la ciudad requiere generar riqueza para lograr este propósito colectivo.
La riqueza se asocia a una transformación
productiva dinámica, generadora de alto valor
agregado, que ha sido el resultado de políticas
económicas activas durante los siguientes 20
años; que ha potenciado las fortalezas de la
ciudad de hoy, a partir de un recurso humano
cualificado, de un papel central de la ciencia, la
investigación, el desarrollo y la innovación.
La facilidad de los negocios será reconocida en
Bogotá, como la que más del país. Será gracias
a la marca ciudad y a su reconocimiento internacional, uno de los principales destinos del
turismo y de la inversión en América Latina.
Sin embargo, eso exigirá que existan condiciones de infraestructura, servicios públicos,
movilidad y ordenamiento urbano regional
propicio, con alta sostenibilidad ambiental y
con instituciones gestoras y planificadoras de
reconocida calidad y eficiencia. De hecho, todos estos desarrollos serán posibles gracias a
una fructífera articulación entre el Estado Central, las autoridades distritales y por supuesto,
las autoridades de la Región. Y también, porque la construcción del desarrollo económico
será con una amplia participación del sector
privado y un ejemplo de alianzas estratégicas
para el progreso, el crecimiento y la justicia
económica y social.
Las productividades relativas y los rasgos competitivos de la ciudad serán reconocidos como
de los más exitosos en América Latina. De esta
forma, productividad y competitividad, se expresarán en una mejor inserción en los mercados internacionales.
Pero es evidente que nada de esto será viable
y posible, sin que nos veamos en el año 2038
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realmente como una Región Capital, efectivamente integrados en lo institucional, ambiental, económico, infraestructural, servicios y a
través de grandes proyectos productivos comunes, armonizados en la gestión de nuestro
territorio y bajo estrategias compartidas de desarrollo regional.
Ejes temáticos de la política.
Los ejes de la política guardan entre sí una estrecha relación y se condicionan unos a otros.
Es claro, por ejemplo, que los determinantes
macroeconómicos y la productividad, están estrechamente asociados entre sí; y que según se
comporten las condiciones macroeconómicas
tendrán mucho que ver con las potencialidades de la transformación productiva, así como
respecto con la composición y dinámica de los
sectores de actividad económica.
Y por supuesto que todos los ejes de la política inciden verticalmente sobre los derechos e
inclusión social. Y dependiendo del grado de
fortalezas en la construcción de un desarrollo
humano, en esa misma medida será posible a
su vez construir un desarrollo económico viable.
El primer eje temático se refiere a la macroeconomía y la productividad.
Hay que reconocer que la evolución y los ciclos
de la economía bogotana están fuera del alcance del Estado Distrital. Y que además históricamente la economía Bogotana se comporta en
forma pro cíclica respecto a los ciclos del desarrollo económico nacional. Lo que significa
que además de seguir los auges de crecimiento
nacional, los hace más intensos; y cuando la
economía nacional cae, hace lo mismo en forma más pronunciada que aquella.
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Esto es un toque de llamada a la discusión sobre el papel que debe jugar la ciudad en relación a la política macroeconómica nacional.
Actualmente la formación de los precios básicos de la economía, en sus diferentes mercados, depende de las decisiones e instrumentos
de competencia de las autoridades nacionales.
Uno de los ejemplos que hemos vivido recientemente es el fenómeno de la revaluación, que
termina por afectar toda la dinámica económica de la Ciudad. Para el año 2009 la revaluación bordeó el 20%. Un solo sector como el de
la floricultura y en general el sector productivo
exportador bogotano, se ha visto profundamente afectado por la revaluación cambiaria.
La estrecha relación entre la tasa de cambio y
la competitividad del sector ha producido que
los ingresos fueran en 2009 inferiores a los del
año 2003. Esta situación ocurrió a pesar del
aumento de la productividad en un 20% y de
los procesos de diversificación de mercados
externos.
Un segundo ejemplo es el relativo al espacio
fiscal. Las finanzas distritales han tenido calificación triple A por calificadoras de riesgo
como BRC Investor Services S.A., para el Programa de Emisión y Colocación PEC; y por
la Calificadora Duff & Phelps de Colombia
S.A.(*), respecto de la Capacidad de pago y
Programa de Emisión y Colocación (PEC),
que reflejan una economía local diversificada,
la cual apoya una productiva base de ingresos
propios, fuertes prácticas de administración y
una fuerte posición de liquidez.”
Pero desde el punto de vista interno, es la
política fiscal del nivel central la que termina imponiendo un límite al espacio fiscal de
endeudamiento de todas las regiones que integran el país y por supuesto, aplica de igual
manera para la Capital. Así, grandes proyectos
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de inversión que soportan el desarrollo de la
competitividad de la ciudad, estarían limitados
por los márgenes efectivos de financiación vía
deuda pública, que podría adquirir el Gobierno
Distrital, a pesar de su buen desempeño fiscal.
Estos apenas dos ejemplos, nos permiten concluir que el Distrito debe liderar ante las autoridades macroeconómicas nacionales, propuestas de manejo de los instrumentos y monitorear
en forma permanente la manera en que las medidas macro afectan la dinámica económica interna. Lo anterior va de la mano con la necesidad de propugnar nuevos arreglos fiscales, que
hagan justicia con la Ciudad, entre sus vitales
aportes a las rentas nacionales y las retribuciones que recibe a cambio de la nación.
Pero los límites emergidos de la política macroeconómica no son absolutos. Bogotá puede
hacer mucho para crear condiciones propias
de la competitividad, a través de su gasto público y también en forma específica mediante
inversiones claves en infraestructura básica, de
transporte y de comunicaciones; en fomento
de la ciencia y tecnología, en innovación; en la
mejora de la sostenibilidad ambiental; en gasto
social; en políticas activas de mejoramiento de
la organización productiva y su desempeño.
En síntesis, la ciudad tendrá que apostarle en
el mediano plazo a crear una coherencia entre
el área monetaria nacional dada y los intereses de la economía bogotana. Deberá así mismo apostar a una política activa orientada a la
competitividad y productividad. Esto en el entendido, como ya se ha dicho del combate a la
desigualdad y la pobreza, que solamente serán
exitosos en un ambiente de alto y sostenido
crecimiento económico.
El crecimiento de la ciudad deberá conjugar las
potencialidades del entorno mundial, apoyarse
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fuertemente en la calidad de las instituciones,
en instrumentos activos para la creación de círculos virtuosos de crecimiento y de amortiguamiento de los impactos negativos de los ciclos
económicos y apostar a la sostenibilidad del
desarrollo económico, todo ello bajo el marco
de la Región Capital.
sabido que hay barreras de acceso a esas reglas
que en la práctica no viabilizan esa opción.
Hay instituciones del mercado de trabajo y, sin
embargo, la informalidad ronda el 60% y, una
parte apreciable de los trabajadores, reciben
remuneraciones inferiores al salario mínimo
vigente.
El segundo eje temático es el relativo a los
sectores líderes y apuestas productivas de la
ciudad.
El sector financiero, en buena medida por las
disposiciones regulatorias vigentes y por su
mismo esquema operativo, no puede realizar
préstamos a las unidades de producción de menor tamaño (micro y pequeñas empresas) las
cuales representan el 85% de las unidades de
producción del Distrito Capital y generan cerca de la cuarta parte del PIB manufacturero de
la ciudad.
Hay que fortalecer el desarrollo del tejido industrial y productivo de la Ciudad y de la Región
Capital. Bogotá deberá en la perspectiva del
2038 atender, entre otros, los siguientes frentes:
La armonización entre las reglas institucionales del funcionamiento de los mercados y la
realidad del comportamiento de los mismos.
Así por ejemplo, las reglas institucionales aspiran a que las unidades productivas informales se comporten como formales. Pero es bien
Foto de archivo.
Así, los desajustes entre regulaciones e instituciones muy formalizadas y las condiciones
reales en que se desenvuelven los mercados,
no son un problema exclusivo de la Ciudad
Región y por ende, la superación de estas situaciones implicarán de nuevo una activa articulación con la nación.
El desarrollo del sector manufacturero, en lo
que hemos llamado la reindustrialización, es
una prioridad en el largo plazo. Si se quiere
que Bogotá sea una ciudad competitiva e incluyente en el año 2038, la ciudad y la región
deben desarrollar, en las próximas décadas, un
sector fuerte de ramas industriales de mediana
y alta tecnología. Sectores que producen los
bienes que más rápida expansión presentan
en el mundo. Por lo tanto, debe como ciudad,
establecer políticas para crear las condiciones
necesarias, institucionales y materiales, orientadas al establecimiento de empresas manufactureras en estos sectores.
Esto en una perspectiva de la Ciudad Región
y no exclusivamente dentro de los linderos del
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desarrollo urbano. Es de anotar que las tasas
de crecimiento del valor agregado de la industria en Bogotá muestran entre 1992 y 2005 una
pérdida de dinamismo de todos los sectores.
bienes producidos por sectores intensivos en
mano de obra y bajo nivel de tecnología. Se
articulan así las distintas formas de producción
manufacturera existentes en la ciudad.
Se debe reconocer que es inevitable que algunas empresas del sector manufacturero migren
a los municipios vecinos, lo que la ciudad debe
hacer dentro de su perímetro urbano es crear
las condiciones para que las empresas que están localizadas en su jurisdicción tengan las
condiciones adecuadas para que permanezcan
a la vez que las nuevas cuenten con el ambiente más propicio para su localización.
El desarrollo del sector manufacturero no se
opone al desarrollo del sector servicios o a las
actividades turísticas y, a nivel país, al desarrollo de la minería o el sector agrícola. Es una
falacia plantear contradicciones entre uno y
otro sector; por el contrario, por ser parte del
sistema económico del país, se auto-refuerzan
a través de bucles recursivos que se establecen
gracias al eslabonamiento entre sectores.
Sin embargo y en perspectiva, la industria manufacturera, en el caso de Bogotá, se sustenta
en un amplia demanda local (la ciudad y su
entorno) y nacional, con probabilidad de penetrar, en ciertos nichos, los mercados externos.
Las drásticas reducciones observadas, en la última década, en los costos de transporte, tanto
marítimos como terrestres en el orden nacional, debido a las mejoras en la logística, en el
mejor manejo de los puertos, las mejoras en la
red vial y la utilización de equipos de trasporte
más eficientes y de mayor capacidad, han reducido los inconvenientes que, históricamente,
presentaba la ciudad para ser generadora de
exportaciones.
En ese contexto, la ciudad y la formulación de
la Política Pública de Desarrollo Económico
deberán pensar estrategias e instrumentos para
adelantar una política activa en materia productiva que combine, teniendo en cuenta el entorno regional, las distintas ramas de actividad
económica y avance en la consolidación de una
estructura económica diversificada, complementaria y compleja, donde se promueva un
proceso de re-industrialización en el entorno
regional, sin abandonar la producción industrial en el perímetro urbano, y se consoliden
sectores dinámicos, con alto contenido tecnológico y altamente rentables y que requieran
la localización central, tanto industriales, pero
particularmente de servicios.
Igualmente, el desarrollo de unos sectores productivos, que apelan a mayores niveles de conocimiento y competencias cognitivas más elaboradas de la fuerza laboral, tendrá por efecto
elevar el nivel de ingreso del mundo asalariado
y, por consecuencia, acrecentar la demanda por
bienes salario, producidos, en parte apreciable,
por pequeñas y medianas unidades de producción. De esta forma, la expansión del sector
manufacturero hacia las ramas industriales de
mediana y alta tecnología tiene como efecto
derivado la expansión de la demanda de los
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Dicha política productiva activa esta soportada
en 6 subsectores: i) educación y formación; ii)
... El hecho de que la región ofrezca una
importante seguridad alimentaria es un
factor que para
Bogotá es una ventaja
comparativa y un factor de competitividad
que debe ser preservado a partir de las
estrategias y los incentivos adecuados.
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mecanismos institucionales de relación laboral; iii) ciencia y tecnología; iv) sector financiero que financie ciencia, tecnología e innovación; v) sector manufacturero, que produzca
innovaciones; y, vi) sectores líderes. La política activa debe propiciar la posibilidad de generar emprendimientos más formalizados que les
permita acumulación.
La Agenda Interna de Competitividad seleccionó una serie de apuestas productivas con
enfoque regional que son recogidas en la formulación de la Política Pública de Desarrollo Económico. Dichas apuestas son: i) en el
sector agroindustrial: flores, frutales exportables, hierbas aromáticas y medicinales, hortalizas, lácteos con valor agregado y productos alimenticios procesados; ii) en el sector
industrial: textiles y confecciones, productos
químicos y plástico, otros productos químicos
(cosméticos, productos de aseo, farmacéuticos
y agroquímicos), papel, imprenta, editoriales y
artes gráficas, automotor y autopartes, bebidas,
y material de construcción, cerámica y vidrio;
y iii) en el sector servicios: turismo, salud de
alta complejidad, informática, telecomunicaciones y desarrollo de software, y empresariales y profesionales.
Adicionalmente, existen una serie de sectores en los cuales la ciudad ha venido presentando ventajas competitivas y que deben ser
objeto de políticas activas para su estimulo,
como por ejemplo la industria de producción
audiovisual. Así mismo, se debe considerar lo
ambiental como un factor de desarrollo económico, por ejemplo el hecho de que la región
ofrezca una importante seguridad alimentaria
es un factor que para Bogotá es una ventaja
comparativa y un factor de competitividad que
debe ser preservado a partir de las estrategias y
los incentivos adecuados.
Foto de archivo.
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Foto de archivo.
Para la selección de los sectores líderes, se deberán tener en cuenta múltiples factores como
serían su impacto social, que sean generadores
de externalidades para la ciudad, como el de
salud que genera importante empleo directo e
indirecto, esto es encadenamientos y capacidad de arrastre con otros sectores y que tengan un mayor potencial de valor agregado. De
todas maneras, se debe tener presente que el
conocimiento debe ser el factor del desarrollo
productivo.
El desarrollo del núcleo productivo de la ciudad debe concebirse en forma integral como
un sistema en el cual se articula el sistema educativo, la ciencia, la tecnología, la industria y
la innovación. En donde además confluyen las
instituciones del mercado de trabajo, el sistema de financiación y todos estos elementos se
conjugan en la dirección de potenciar la productividad y el crecimiento económico.
El tercer eje corresponde a la gestión del territorio para el desarrollo económico.
El propósito de este eje es señalar que en el
recorrido hacia el año 2038, la Ciudad Región
deberá hacer del territorio un espacio favorable
al desarrollo económico, social y ambiental,
que se traduzca en calidad de vida y bienestar
para sus moradores.
Es indispensable cuidar el balance y complementariedad entre los factores de competitividad y productividad con los de desarrollo
sostenible, lo que implica la incorporación del
criterio ambiental como requisito de viabilidad
de la ciudad y la región.
Hay que generar armonías entre los procesos
urbanos y los ecológicos; y entre las escalas y
procesos regionales y nacionales; garantizar el
equilibrio entre las demandas sociales y el sistema económico con respecto a las capacidades
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Foto de archivo.
de oferta y conservación del sistema natural;
Considerar el criterio ambiental en la gestión
del sistema productivo; y adoptar regulaciones
y medidas de evaluación y control para que las
políticas de sostenibilidad se apropie efectivamente por los actores económicos.
Para que la dinámica del desarrollo económico
se fortalezca deberá haber una articulación entre la política económica y la política de ordenamiento territorial. La planificación urbana y
el ordenamiento del territorio integran lo urbanístico, paisajístico y físico, con el desarrollo
socioeconómico, la productividad y la competitividad. La articulación y coherencia con el
proceso de revisión del POT en curso y hacia
el futuro, es fundamental.
Énfasis deberá tener la superación de la segregación socio-espacial, y de los problemas que
afectan la calidad de vida, y disminuyen las
oportunidades derivadas de la aglomeración.
La ciudad enfrenta el desafío de asegurar que
las oportunidades de empleo y generación de
ingresos para la población estén localizadas a
distancias económicamente viables y a su vez
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asegurar la mayor densidad económica posible
que permita asegurar la igualdad en las condiciones de vida para los habitantes de la ciudad.
Habrá que lograr que las centralidades alcancen en el largo plazo una cobertura territorial
eficiente, de manera que su dinámica llegue a
la mayor parte de ellas y consigan el perfil regional ideado.
El POT es una herramienta que contribuye decisivamente a generar condiciones mediante
la consolidación de centralidades para el desarrollo diferencial de las diferentes ramas de
actividad económica de la ciudad.
Objetivos como el de fortalecer la producción
y abastecimiento interno, y las exportaciones
son coincidentes en el marco de la integración regional al potenciar la agroindustria y
la producción agrícola y pecuaria, teniendo en
cuenta la vocación de los municipios vecinos,
así como la localización concertada del suelo
de uso industrial, de manufactura y procesamiento de materia prima, a fin de procurar la
producción y abastecimiento interno, y de exJulio - Septiembre / 2010
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cedentes exportables. La expansión del aeropuerto se constituye en el elemento estratégico
a nivel económico.
Igualmente, la ruralidad de Bogotá es un foco
de la política económica en el corto, mediano y
largo plazo, que evidentemente propende el ordenamiento ambiental sostenible de su territorio y la superación de la exclusión de su población, en procura de una articulación armoniosa
de las diversas dinámicas de la ciudad.
La política de desarrollo económico en la ruralidad propone la integración del territorio rural al
Sistema de Planeación del Distrito Capital y al
sistema regional, mediante el fortalecimiento de
la institucionalidad, el capital social, la programación y ejecución coordinada de la inversión
para frenar las dinámicas de marginalidad y exclusión social de la población campesina.
En este orden de ideas será clave mantener y
profundizar en la promoción de servicios ambientales, la seguridad alimentaria, al turismo
rural comunitario, la productividad y reconversión tecnológica, la asociatividad con cadenas
de valor agregado, y el acceso a los créditos.
Foto de archivo.
Así es esencial el mejoramiento de centros poblados, el desarrollo de servicios públicos, el
control a procesos de expansión y pactos de
borde, promoviendo formas de gestión social
del territorio, manejo de áreas protegidas y fortalecimiento de culturas campesinas e interculturalidad.
En cuanto a la Región Capital Bogotá y Cundinamarca, se trata de reconocer su carácter
estratégico que emerge de una reconfiguración
del espacio urbano y regional de Bogotá y de
su entorno, asociado a una fuerte dinámica socioeconómica, ambiental, cultural y política.
En ese sentido, se ha logrado incorporar la importancia del tema en el discurso de la planeación, aunque, la construcción compartida de la
región se ha enfrentado a no pocos retos.
La ciudad tiene un conjunto de posibilidades
de acción en el campo de la economía rural que
tienen que ver con estímulos a la producción,
la transformación agroindustrial, el mercadeo,
la infraestructura favorable a la conectividad y
productividad, el crédito, el acompañamiento
al empresario rural y los mecanismos de pago
por servicios ambientales.
Bogotá debe planificarse en forma integrada
con la Región de Cundinamarca respondiendo a problemáticas comunes con la misma en
busca de consolidar un conjunto equilibrado
de asentamientos urbanos armónicamente relacionados que contrarreste la urbanización no
planificada de la Sabana y el crecimiento por
conurbación.
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Gestión Pública
La estrategia regional de la revisión del POT
plantea que la ciudad continuará siendo el
centro principal de la región funcional, que
se articulará a través de corredores que tienen
diferentes características, por lo que la forma
de actuación debe ser diferenciada en aras de
potenciar los beneficios y enfrentar las problemáticas.
Pero el elemento más importante para avanzar
en una economía regional, productiva y competitiva, como corresponde a los paradigmas
más exitosos del mundo, radica en que para
el 2038 ya se habrá consolidado una efectiva
integración regional, con una institucionalidad
pertinente, articulada en forma planeada y mediante la realización de grandes proyectos en
todos los campos que le permitan articularse a
un sistema competitivo.
Por último, como eje central de la política está el
de desarrollo económico, derechos e inclusión.
Termino por donde comencé mi presentación.
Es mucho lo que podría decir sobre este Eje,
pero subrayaré solo unas cuantas ideas. En
esencia se trata de garantizar el desarrollo humano integral en forma progresiva, construyendo sobre los trascendentales logros que la
Ciudad ha ido construyendo en esta materia.
Es de subrayar en este enfoque de la política
el que la ciudad deberá lograr plena inclusión,
para lo cual se enfatiza en el enfoque de género, como lo señaló el Informe sobre el avance
del índice de desarrollo humano en 2007, “Bogotá es la ciudad de Colombia que muestra un
índice de género más equitativo y, sin embargo, los datos indican que mujeres con el mismo
nivel de educación que los hombres, reciben
sensiblemente menos ingresos.”
Pero la inclusión está formulada en el sentido amplio, pues se trata de incluir también la
163
diversidad de todo tipo, a todos los grupos poblacionales sin consideración a sus rasgos o
características sociológicas específicas.
Nuestro enfoque se basa en que la economía
tiene como razón de ser a las personas. Las
incluye a todas ellas sin excepción. Y la economía debe procurar cada vez mejor distribución de oportunidades, menos asimetrías,
cero indigencia y una proporción de pobres
inferior a los dos dígitos en el 2038.
Es esencial fortalecer las políticas de empleo
articuladas con el nivel nacional, así como reforzar los programas y políticas de emprendimiento y generación e ingresos, bajo modelos
de financiación asequibles, bien con instrumentos propios de las autoridades públicas,
bien bajo un nuevo marco de regulación y
supervisión bancaria con la movilización y
compromiso de todo el sector financiero del
país. Para avanzar en este escenario se hace
necesario un decidido compromiso de las autoridades nacionales, como se ha dicho.
Pero no necesitamos cualquier clase de oportunidades o cualquier clase de empleo, requerimos de empleos decentes, bien remunerados
y de cada vez mayor productividad, lo cual
está en línea con lo que he señalado alrededor
del tejido productivo de la ciudad y su perspectiva al año 2038.
Finalmente quiero enfatizar en los derechos
económicos, sociales y culturales. Todos articulados entre sí y que serán posibles gracias
al tipo de economía bogotana que construyamos. La razón de ser de la misma debe ser
garantizar estos derechos. Y el disfrute de los
mismos, será una condición de potenciar a su
vez la competitividad, la productividad y el
crecimiento económico de la ciudad.
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137 143 137 del banco BBVA, la suma correspondiente a su elección. El original del recibo
de consignación debe ser enviado a laas oficinas de la revista Política Colombiana ubicadas
en la Contraloría General de la República, Carrera 10 Nº 17 - 18 Piso 19 Bogotá, o enviado
vía fax al (57 1) 353 7700 Ext. 7644.
PRÓXIMA EDICIÓN:
Edición Nº 6: Tema central:
“desafíos del nuevo gobierno”
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