Poder Judicial de la Nación *MUNICIPALIDAD. LEGITIMACION ACTIVA ART. 42 2do. PÁRRAFO CONSTITUCIÓN NACIONAL. EVOLUCIÓN DOCTRINARIA Y JURISPRUDENCIAL. *SERVICIO DE TELEVISIÓN POR CABLE. ABONO BASICO MENSUAL. USO OFICIAL CUMPLIMIENTO RES. 50/2010,36/2010, y 65/2011 y SUCESIVAS SEC. DE COMERCIO INTERIOR. ABSTENCION DE INTERRUMPIR O MODIFICAR EL SERVICIO. CAUTELAR. *SERVICIO DE TELEVISIÓN POR CABLE. ABONO BASICO MENSUAL. CUMPLIMIENTO RES. 50/2010,36/2010, y 65/2011 y SUCESIVAS SEC. DE COMERCIO INTERIOR. ABSTENCION DE INTERRUMPIR O MODIFICAR EL SERVICIO. CAUTELAR.DISIDENCIA. EL CASO: apelación de la demandada contra resolución que hizo lugar a medida cautelar ordenando a la empresa (servicio de televisión por cable) facturar en concepto de abono básico, la suma mensual fijada en pesos ciento veintitrés ($ 123) mensuales por el servicio con estricta sujeción a las prescripciones (RES. 50/2010, 36/2011 y 65/2011 y sucesivas) dictadas por la Secretaría de Comercio Interior.ordenando asimismo a la demandada abstenerse de interrumpir o modificar el servicio hasta tanto se resuelva la cuestión suscitada –siempre que el cliente abone el importe mencionado anteriormente- y reintegrar los montos percibidos en más por tal concepto.El tribunal por mayoría(voto Juez Álvarez con adhesión Jueza Calitri)confirmó la resolución. PODER JUDICIAL DE LA NACIÒN La Plata, 19 de septiembre de 2013.R.S. 2 T f AUTOS Y VISTOS: Este expediente N°°17.955/12 (468/2012 S.G.J.), caratulado “MUNICIPALIDAD DE PEHUAJÓ c/ Cablevisión S. A. s/ Acción Sumarísima”, proveniente del Juzgado Federal de Primera Instancia de Junín; Y CONSIDERANDO QUE EL JUEZ ÁLVAREZ DIJO: I- Llega la causa a esta Alzada en virtud del recurso de apelación deducido por la parte demandada a fs. 65/80 contra la resolución del juez de primera instancia de fs. 49/52 que hizo lugar a la medida cautelar solicitada y, en consecuencia, ordenó a Cablevisión S.A facturar en concepto de abono básico, la suma fijada en pesos ciento veintitrés ($ 123) mensuales por el servicio de televisión por cable con estricta sujeción a las prescripciones de las resoluciones 50/2010, 36/2011 y 65/2011 y sucesivas, dictadas por la Secretaría de Comercio Interior. Asimismo, ordenó a la demandada abstenerse de interrumpir o modificar el servicio hasta tanto se resuelva la cuestión suscitada –siempre que el cliente abone el importe mencionado anteriormente- y reintegrar los montos percibidos en más por tal concepto. II- Corresponde señalar que la presente acción fue promovida por Pablo Javier Zurro, en el carácter de Intendente Municipal de Pehuajó, contra la empresa Cablevisión S.A., para solicitar que la demandada cumpla con las resoluciones 50/2010, 36/2011, 65/2011, 92/2011, 123/2011, 141/2011, 25/2012 dictadas por la Secretaría de Comercio Interior, organismo dependiente del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de la Nación. Según manifiesta, la acción la promueve en defensa de los derechos de incidencia colectiva del conjunto de usuarios del servicio de televisión por cable del partido de Pehuajó. Sostiene que la empresa prestadora Cablevisión S.A., cobra por el servicio básico de manera mensual la suma de pesos ciento cincuenta y nueve ($ 159). Asimismo, indica que ha quedado demostrado el abuso de poder dominante que ha impuesto a la parte más débil de la relación contractual y que tampoco ha cumplido con el deber de información que prevé el art. 25 de la Ley 24.240. En síntesis, aduce que, la empresa prestadora infringe las resoluciones emitidas por la Secretaría de Comercio Interior al cobrar una suma superior a la autorizada por la normativa. Poder Judicial de la Nación III- El juez de primera instancia a fs. 49/52 hizo lugar a la medida cautelar solicitada, y, en consecuencia, aceptó la legitimación activa invocada en representación de los intereses colectivos detallados anteriormente y ordenó a Cablevisión S.A facturar en concepto de abono básico, la suma fijada en pesos ciento veintitrés ($ 123) mensuales por el servicio de televisión por cable con estricta sujeción a las prescripciones de las resoluciones 50/2010, 36/2011 y 65/2011 y sucesivas dictadas por la Secretaría de Comercio Interior. Asimismo, dispuso que la demandada debía abstenerse de interrumpir o modificar el servicio hasta tanto se resuelva la cuestión suscitada –siempre que el cliente abone el importe mencionado anteriormente- y que debía reintegrar los montos percibidos en más por tal concepto. Contra dicha resolución se alzó la empresa prestadora Cablevisión S. A. a fs. 65/80. Los agravios de la recurrente se dirigen a sostener que la Municipalidad de Pehuajó carece de legitimación activa para accionar y que existen antecedentes no valorados al momento del dictado de la medida cautelar, que determinan su improcedencia y la ausencia USO OFICIAL absoluta de la verosimilitud en el derecho y el peligro en la demora. A su vez, manifiesta que la medida cautelar dictada por el inferior se opone y resulta contradictoria con la obtenida previamente por “La Capital Cable S.A.” por ante la Justicia Federal de Mar del Plata. IV- Sentado lo expuesto, resulta conveniente aclarar que las resoluciones 50/2010, 36/2011, 65/2011, 92/2011 y sucesivas fueron dictadas por la Secretaría de Comercio Interior, organismo dependiente del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de la Nación. La resolución 50/2010 de fecha 3 de marzo de 2010, fue dictada a los efectos de establecer las operaciones de comercialización del servicio de televisión paga. Entre sus considerandos se señala: “Que el Estado Nacional tiene a su cargo la implementación de políticas públicas que tengan como objetivo satisfacer necesidades sobre las cuales se sustentan derechos de raigambre constitucional. Que en este sentido la CONSTITUCIÓN NACIONAL expresa en su artículo 42 que los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho a una información adecuada y veraz, a condiciones de trato equitativo y digno y encomienda a las autoridades la protección de esos derechos. Que es interés prioritario de la Nación, tener asegurado el suministro de todos los bienes y servicios necesarios para la población. Que el Gobierno Nacional debe velar y garantizar la defensa de las condiciones y nivel de vida de la población, especialmente en aquellos servicios que abastecen a millones de usuarios y, en especial, cuando afectan el derecho a un tratamiento equitativo y digno. (…) Que la SECRETARIA DE COMERCIO INTERIOR, debe entender en la implementación de políticas y marcos normativos necesarios para afianzar la transparencia, los derechos del consumidor y el aumento en la oferta de bienes y servicios. Que, en concordancia con lo expuesto, se torna imprescindible dictar una política a los fines de determinar el monto del abono mensual que pagará el usuario por el servicio de televisión paga que adquiera y asegurar un integral abastecimiento del mercado en condiciones de igualdad y equidad. (…) Que la existencia de fuertes economías de escala en la actividad, facilita la conformación de posiciones dominantes a través de la concentración de oferta. Que la ley 20.680 rige para la regulación de cualquier servicio que satisfaga, directa o indirectamente- necesidades comunes o corrientes de la población, conforme lo enuncia su artículo 1°, en su artículo 2° atribuye al Poder Ejecutivo, por sí o a través de los funcionarios u organismos que determine la función de fijar precios o márgenes de utilidad lo que implica la potestad de regular el proceso de formación de los mismos, dentro de los criterios de razonabilidad adecuados a la actividad económica respectiva. Que en cumplimiento de las facultades conferidas por la Ley 20.680, y a efectos de evitar un perjuicio a toda la sociedad, se deben dictar normas de comercialización que garanticen la adecuada difusión del servicio de televisión paga. Que la SECRETARIA DE COMERCIO INTERIOR del MINISTERIODE ECONOMÍA Y PRODUCCCIÓN, es la Autoridad de Aplicación de la Ley N°20.680 y sus modificatorias. Que cabe señalar que los decretos 69/1974 y 3/1985, que son de orden público, asignan a esta Secretaría de Comercio la competencia para el dictado de la presente medida, y demuestran el bloque normativo involucrado en toda dimensión. (…) Que la presente medida se dicta en uso de las facultades que le confiere la Ley 20.680, en especial su artículo 2°, inc. C) y sus modificatorias a la SECRETARIA DE COMERCIO INTERIOR, los decretos 69/74, 3/85 y 2102 de fecha 5 de diciembre de 2008”. Por otra parte, la resolución 36 de fecha 9 de marzo de 2011, estableció los parámetros a los cuales debía ajustarse la empresa de televisión paga CABLEVISIÓN S.A., con relación a los servicios que presta a sus usuarios. Esto es, ciento nueve pesos ($ 109) en concepto de abono básico mensual para los meses de enero a abril de 2011 inclusive, debiendo mantener su vigencia e inmutabilidad sin variaciones durante dicho lapso. A su vez, con fecha 29 de abril de 2011 se dictó la resolución 65 que prorrogó durante los meses de mayo y junio de 2011 la resolución 36/2011. Por su parte, mediante las resoluciones 92/2011 y 123/2011, se prorrogó la resolución 36/2011 durante los meses de julio y agosto y septiembre y octubre de 2011 y se fijó el abono básico en la suma de pesos ciento dieciseis ($ 116). Poder Judicial de la Nación Por último, las resoluciones 141/2011, 10/2011 y 25/2012 continuaron con la prórroga hasta septiembre de 2012, fijándose el abono básico en la suma de ciento veintitrés ($ 123). V- En primer lugar, estimo que corresponde expedirse respecto a la legitimación activa de la Municipalidad de Pehuajó cuestionada por la recurrente. En este caso corresponde, a mi criterio, aceptar la legitimación activa de la Municipalidad de Pehuajó, tomando como fundamento la letra y el objetivo del artículo 43, 2do párrafo de la Constitución Nacional y la evolución doctrinaria y jurisprudencial consecuente. Desde una posición amplia, Quiroga Lavié, al analizar la cuestión, nos dice que la norma: “…reconoce implícitamente la regla in dubio pro legitimationem: flexibilización en la apreciación de las causales de admisibilidad de las acciones colectivas, las cuales sólo serán rechazadas en último extremo cuando el defecto fuera manifiestamente insubsanable, pues lo que interesa no es la perfección formal de quien actúa sino la reparación del daño USO OFICIAL público-colectivo que es preciso evitar o reparar” (Humberto Quiroga Lavié, Miguel Angel Benedetti, María de la Nieves Cenicacelaya; Derecho Constitucional Argentino, Rubinzal Culzoni, Santa Fé, 2001, pág. 606). Por su lado la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el fallo dictado en los autos “Halabi, Ernesto c/ PEN ley 25.873-decreto 1563/04 s/ amparo ley 16.986”, 24 de febrero de 2004, señaló que en materia de legitimación procesal, corresponde delimitar con precisión tres categorías de derechos: individuales, de incidencia colectiva que tienen por objeto bienes colectivos y de incidencia colectiva referentes a intereses individuales homogéneos. Asimismo, precisó que en todos esos supuestos, la comprobación de la existencia de un caso es imprescindible, ya que no se admite una acción que persiga el control de la mera legalidad de una disposición. También sostuvo que la regla general en materia de legitimación es que los derechos sobre los bienes jurídicos individuales son ejercidos por su titular. A esta categoría de derechos se refiere el primer párrafo del artículo 43 de la Constitución Nacional en que se encuentra cabida la tradicional acción de amparo. Esta acción está destinada a obtener la protección de derechos divisibles, no homogéneos y se caracteriza por la búsqueda de la reparación de un daño esencialmente individual y propio de cada uno de los afectados. Por otro lado, se encuentran los derechos de incidencia colectiva que tienen por objeto bienes colectivos (art. 43 C.N.) y que son ejercidos por el Defensor del Pueblo, las asociaciones que concentran el interés colectivo y el afectado. En estos supuestos existen dos elementos de calificación, en primer lugar la petición debe tener por objeto la tutela de un bien colectivo, esto significa que no deben pertenecer a la esfera individual, sino social y que no sean divisibles de modo alguno y en segundo lugar la pretensión debe ser focalizada en la incidencia colectiva del derecho. Por último, nuestro Máximo Tribunal también señaló que la Constitución Nacional admite en el segundo párrafo del art. 43 una tercera categoría de derechos, conformada por aquellos de incidencia colectiva referentes a intereses individuales homogéneos —tales como los derechos personales o patrimoniales derivados de afectaciones al ambiente y a la competencia, de los derechos de usuarios y consumidores y los derechos de sujetos discriminados—, en cuyo caso existe un hecho, único o continuado, que provoca la lesión a todos ellos y por lo tanto es identificable una homogeneidad fáctica y normativa que lleva a considerar razonable la realización de un solo juicio con efectos expansivos, salvo en lo que hace a la prueba del daño. Respecto de este último supuesto, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, indicó que en nuestro derecho no hay una ley que reglamente el ejercicio efectivo de las denominadas acciones de clase, por lo tanto la mencionada disposición constitucional es claramente operativa y es obligación de los jueces darle eficacia cuando se aporta clara evidencia sobre la afectación de un derecho fundamental y del acceso a la justicia de su titular. Una “acción de clase” es fundamentalmente la consolidación de diferentes pleitos relacionados en uno. No tienen una función exclusiva de defensa de los derechos constitucionales, pero son una herramienta útil en aquellos casos que una misma violación de esos derechos afecta a muchas personas que por los costos del proceso no pueden acceder a la justicia (Juan Vicente SOLA, Constitución y Economía, Lexis Nexis, Abeledo Perrot, 2004). Se trata de una figura jurídica que permite extender los alcances de un fallo a todas las personas que estén en la misma situación de quien inició la demanda, sin que deban realizar el mismo reclamo ante la justicia. De esta forma, el dictado del caso “Halabi” habilitó la posibilidad de que el reclamo colectivo sea iniciado por “el afectado” en consonancia con la letra de la constitución. Siguiendo lo establecido por el Supremo Tribunal de la Nación en el caso referenciado, para que proceda la admisión formal de toda acción colectiva se requiere la verificación de ciertos recaudos que hacen a su viabilidad, tales como la precisa identificación del grupo o colectivo, la idoneidad de quien pretenda asumir su representación, la existencia de un planteo que involucre cuestiones de derecho y de hecho que sean comunes y homogéneas a todo el colectivo y la debida notificación y publicidad del litigio. Por ello considero, al menos en esta instancia liminar, que en el caso de autos nos hallamos frente a una pretensión que puede ser calificada como un supuesto de ejercicio de derechos de incidencia colectiva referentes a los intereses individuales homogéneos. En efecto, existe un hecho único –la no sujeción a las resoluciones- que causa una lesión a una pluralidad relevante de derechos individuales y la pretensión está concentrada en los efectos comunes para toda la clase de sujetos afectados. Poder Judicial de la Nación Finalmente, cabe agregar que hay una notoria afectación del acceso a la justicia, porque resultaría injustificado que cada uno de los posibles afectados inicien una demanda, que es lo que viene a justificar la propia existencia de las acciones de clase. En tal sentido y tal como afirmó esta Sala, en “Municipalidad de La Plata c/Repsol YPF S.A. s/amparo ley 16986” resolución del 28 de junio de 2011,(1) corresponde aceptar la legitimación activa de la Municipalidad de Pehuajó en los presentes autos. VI- Sentado lo expuesto, es menester señalar que la procedencia de las medidas cautelares requiere la verificación de los presupuestos de verosimilitud del derecho y de peligro en la demora, conforme lo determina el artículo 230 del CPCCN. Estos elementos, junto con el de contracautela constituyen requisitos a tener en cuenta para su dictado y así asegurar la igualdad de partes y evitar que se convierta en ilusoria, abstracta o insubstancial la sentencia final del pleito. Ahora bien, corresponde precisar que la pretensión que constituye el objeto del proceso cautelar no depende de un conocimiento exhaustivo y profundo de la materia USO OFICIAL controvertida en el proceso principal, sino de un análisis de mera probabilidad acerca de la existencia del derecho discutido. Ello es lo que permite que el juzgador se expida sin necesidad de efectuar un estudio acabado de las distintas circunstancias que rodean toda la relación jurídica. De lo contrario, si estuviese obligado a extenderse en consideraciones al respecto, peligraría la obligación que pesa sobre él de no prejuzgar, es decir de no emitir una opinión o decisión anticipada –a favor de cualquiera de las partes- sobre la cuestión sometida a su jurisdicción (Fallos: 314:711, 306:2060). En ese marco, se desprende que el requisito de verosimilitud del derecho invocado (el fumus bonis iuris) previsto por el art. 230 del CPCCN, se encuentra configurado en las presentes actuaciones por aplicación de lo dispuesto en las resoluciones mencionadas anteriormente, sin que corresponda analizar en esta instancia los demás aspectos planteados en la causa por tratarse de una medida precautoria. Al respecto, la petición fundada en la ilegalidad y arbitrariedad que se atribuye a los actos cuestionados, importaría avanzar sobre la cuestión de fondo para determinar la ilegitimidad o no de las resoluciones administrativas. La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha señalado en reiteradas oportunidades que, como resulta de la naturaleza de las medidas cautelares, ellas no exigen el examen de certeza sobre la existencia del derecho pretendido, sino sólo de su verosimilitud. Es más, el juicio de verdad en esta materia se encuentra en oposición a la finalidad del instituto cautelar, que no es otra cosa que atender a aquello que no excede el marco de lo hipotético, dentro del cual asimismo, agota su virtualidad (Fallos: 315:2956, 316:2855 y 2860; 317: 243 y 581, 318:30 y 532, 323:1877, entre otros). El artículo 12 de la Ley 19.549 presume la legitimidad del acto administrativo y ello autoriza su ejecutoriedad, siempre que no se adviertan supuestos previstos por esa norma para disponer su suspensión en la ejecución de los efectos. Como consecuencia de ello, las resoluciones dictadas demuestran la existencia de un derecho aparente para fundamentar la medida cautelar ordenada por el juez de primera instancia. Esa presunción de validez, como lo ha señalado distinguida doctrina, acompaña a todos los actos estatales y permite el cumplimiento de los fines públicos, que se verían de otra forma obstaculizados si les fuera antepuesto un interés individual. La impronta típica que caracteriza al acto administrativo se encuentra integrada por los caracteres de la presunción de legitimidad y fuerza ejecutoria, los cuales implican respectivamente la suposición de que el acto ha sido dictado en armonía con el ordenamiento jurídico y la facultad de los órganos estatales que ejercen la función administrativa para disponer la realización o cumplimiento del acto, sin intervención judicial, dentro de los límites impuestos por el ordenamiento jurídico (CASSAGNE, Juan Carlos, “Ley Nacional de Procedimientos Administrativos”, Comentada y Anotada, Buenos Aires, La Ley, 2009, pág. 277). Asimismo, es pertinente señalar que en el caso se discute indirectamente la vigencia de un acto de una autoridad en principio competente. En este sentido al resolver la presente medida cautelar debo considerar que cuando se predica de las decisiones de la administración pública la arbitrariedad del acto cuestionado debe ser notoria. Confirmar la medida cautelar apelada, trae como consecuencia mediada el mantenimiento de la vigencia de una resolución de la administración pública. Ya lo ha dicho la Corte Suprema de Justicia de la Nación en numerosos fallos, que los recursos administrativos y las acciones judiciales en los que se discute la validez de los actos administrativos, en principio, no suspenden su ejecución, lo que demuestra la excepcionalidad de las medidas cautelares. Cabe agregar que, por ser contra la Administración Pública se necesita de un requisito extra, esto es que la medida solicitada no afecte un interés público al que deba darse prevalencia. Por todo ello, respecto al agravio de la demandada vinculado a que la Ley N° 20.680 “Abastecimiento y Represión del Agio”, en virtud de la cual fueron dictadas las resoluciones de la SECRETARIA DE COMERCIO, se encuentra caduca, he de señalar que la cuestión excede el ámbito cognoscitivo que caracteriza a esta etapa procesal y por lo tanto no resulta suficiente para revertir las presunciones de legitimidad y ejecutoriedad que gozan los actos administrativos. VII- Por otra parte, a los fines de esclarecer las manifestaciones del recurrente con respecto a que el juez de primera instancia habría omitido tener en cuenta el fallo dictado por la Cámara Federal de Mar del Plata, en la causa caratulada “La Capital Cable S.A. c/ Ministerio de Economía s/ medida cautelar”, en la cual se hizo lugar al pedido de la Asociación Argentina de Televisión por Cable, corresponde determinar que no puede aceptarse la mención del mentado antecedente como argumento suficiente para negar la existencia de verosimilitud del derecho en el dictado de la medida precautoria objeto del presente reclamo. Ello es así, por cuanto no puede imputarse el acatamiento de un fallo a Poder Judicial de la Nación quien no resulta parte en el proceso, toda vez, que no ha podido ejercer su derecho de defensa en juicio. A su vez, tal decisión se encuentra sujeta a la provisionalidad que caracteriza a toda medida precautoria y a su eventual modificación y/o sustitución (art. 202 y 203 CPCCN). No podría una decisión cautelar condicionar una medida de una jurisdicción extraña, en virtud del principio de territorialidad y en la independencia del Poder Judicial, conforme lo resuelto por la Corte Suprema en múltiples fallos (ver especialmente cons. 8, T. 117. XLVI. Thomas, Enrique c/ E.N.A. s/ amparo). VIII- Como fuera mencionado previamente, el art. 230 del CPCCN exige para la procedencia de las medidas cautelares la acreditación de la verosimilitud del derecho y peligro en la demora. La jurisprudencia ha atenuado la exigencia conjunta de dicho requisitos, conforme al criterio que a mayor verosimilitud del derecho no cabe ser tan exigente en la gravedad e inminencia del daño y, viceversa, cuando existe la evidencia de USO OFICIAL un daño de extrema gravedad e irreparabilidad, el rigor acerca del fumus bonis iuris se puede atenuar. Cabe agregar que, el peligro en la demora implica el temor fundado en la configuración de un daño a un derecho cuya protección se persigue y que, de no hacerlo en forma inmediata, se corre el riesgo de que en el supuesto de recaer en una sentencia definitiva favorable, ésta se encuentre incumplida. En definitiva, se trata de la probabilidad de que la tutela se vea frustrada y de que los efectos del fallo se encuentren cercenados en virtud del transcurso del tiempo. En ese orden de ideas, debe considerarse que a través de la medida cautelar se impide que se siga cobrando a las actoras un importe alejado del monto fijado a través de las resoluciones mencionadas anteriormente. Lo contrario, implicaría un menoscabo en sus derechos y sin dudas un perjuicio económico. IX- A mayor abundamiento, el artículo 42 de la Constitución nacional hace referencia a los derechos de los consumidores y usuarios al establecer que: “los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de consumo, a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; a una información adecuada y veraz; a la libertad de elección, y a condiciones de trato equitativo. Las autoridades proveerán a la protección de esos derechos, a la educación para el consumo, a la defensa de la competencia contra toda forma de distorsión de los mercados, al control de los monopolios naturales y legales, al de calidad y eficiencia de los servicios públicos de competencia nacional, previendo la necesaria participación de las asociaciones de consumidores y usuarios y de las provincias interesadas, en los organismos de control”. Por su parte, a través de la Ley de Defensa de Consumidor N°24.240, también se encuentran protegidos los derechos de los consumidores. X- Por las consideraciones que anteceden, que de ninguna manera significa adelantar criterio sobre el fondo de la cuestión, sino un análisis periférico propio de este estado procesal, considero que corresponde confirmar la resolución de primera instancia apelada en todo lo que se decide y ha sido materia de agravios. Se posterga un pronunciamiento de costas hasta la oportunidad de sentenciar. Así lo voto. EL JUEZ SCHIFFRIN DIJO: I- 1. Disiento con la opinión expresada por mi colega preopinante por los fundamentos y circunstancias que pasaré a detallar. I-2. Llegan estos autos a la Alzada en virtud del recurso de apelación deducido por la parte demandada a fs. 65/80 contra la decisión del juez de primera instancia de fs. 49/52 que hizo lugar a la medida cautelar solicitada a fs. 43 y vta. II- Cabe señalar que Pablo Javier Zurro, en su carácter de Intendente Municipal del partido de Pehuajó, dedujo la acción sumarísima con el objeto de que se obligara a Cablevisión SA a cumplir con las resoluciones nº 50/2010, nº 123/2011, nº 141/2011, nº 25/2012 de la Secretaría de Comercio Interior del Ministerio de Economía y Producción, y en beneficio, de todos los usuarios del servicio de televisión paga prestado por la empresa, domiciliados en Pehuajó. Expuso en detalle la normativa dictada por la Secretaría de Comercio Interior, y sostuvo que aquella era violentada por la demandada al cobrar en más el servicio básico de televisión por cable. Agregó que los usuarios se encuentran cautivos del servicio, con un evidente abuso de posición dominante, que determina que se pague el precio de la tarifa o se corte el servicio. Acotó que, también se infringen obligaciones constitucionales y legales al no proporcionarse una información veraz y detallada sobre las características del servicio. Por último, requirió una medida cautelar que ordenase a Cablevisión SA a suspender el requerimiento de cobro de facturas en exceso de la tarifa fijada conforme resolución 25/2012 por la suma de $ 123, con la emisión de nuevas facturas, con el precio autorizado por las resoluciones de la Secretaría de Comercio Interior. III- 1. En la decisión de primera instancia, el a quo, estimó que se encontraban reunidos los extremos para considerar acreditada la verosimilitud del derecho invocado y el peligro en la demora, y, en consecuencia, ordenó a Cablevisión SA sujetarse a las prescripciones de las resoluciones nº 50/2010, nº 36/2011 y nº 65/2011 y sucesivas, debiendo facturar y percibir, en concepto de abono básico, la suma fijada en pesos ciento veintitrés ($ 123,00.-) mensuales, y reintegrar a los usuarios que lo reclamasen los montos percibidos en más conforme resolución 36/2011. Asimismo, dispuso que la empresa se abstuviera de interrumpir o modificar el servicio –mientras cada cliente abonara el importe de pesos ciento veintitrés ($ 123,00.-) y sin perjuicio del pago de los servicios adicionales individualmente contratados-, hasta tanto se resolviera el fondo de la cuestión. Poder Judicial de la Nación Para así decidir, consideró que era un hecho público y notorio que en el medio la provisión de televisión por cable resultaba un mercado en el cual los usuarios no podía elegir entre diversos prestadores, y el aumento del abono mensual efectuado por la demandada sin respetar las medidas dispuesta en las resoluciones, implicaba vulnerar los derechos que los consumidores y usuarios de dichos bienes y servicios detentaban, tales como el derecho a la información adecuada y veraz, condiciones de trato equitativo y digno y sus derivaciones (art. 42 CN). III- 2. Frente a ello, el abogado, Manuel Aníbal Solana, en representación de Cablevisión SA, dedujo recurso de apelación. En primer término, solicitó el levantamiento de la medida cautelar dictada y en subsidio, apeló la decisión por causarle, a su mandante, un gravamen irreparable. Alegó la falta de legitimación para actuar del Municipio de Pehuajó. Sostuvo que, la medida cautelar dispuesta por el a quo debía ser dejada sin efecto, atento que ya existía un decreto precautorio dispuesto por la Cámara Federal de Mar del USO OFICIAL Plata que suspendía la aplicación de la resolución 50/2010 y que, por ende, no existía obrar ilegítimo de parte de Cablevisión SA, y con ello, se quedaba sin fundamento jurídico, sin verosimilitud del derecho, que justificara el dictado de la cautelar. Subrayó la caducidad de la ley de abastecimiento nº 20.680, base legal de las resoluciones administrativas, y más aún, afirmó la ausencia de desabastecimiento en el mercado de televisión por cable. Sintetizó que no sólo no existía verosimilitud en el derecho invocado en la demanda, sino que tampoco había peligro en la demora y menos aún, el requisito del daño irreparable. IV- Sentado ello, cabe recordar que la procedencia de medidas precautorias requiere la verificación de los presupuestos de verosimilitud del derecho invocado y de peligro en la demora, tal como lo determina el art.230 del CPCC., elementos a tener en cuenta para su dictado juntamente con la contracautela, normada en el art.199 del código de rito y, además, considerar que ellas tienen su justificación cuando resultan necesarias para mantener la igualdad de las partes y evitar que se convierta en ilusoria, abstracta o insubstancial la sentencia final del pleito. Es decir que lo que se intenta proteger “(...) No es, pues, el peligro genérico de daño jurídico (...), sino que es, específicamente, el peligro del ulterior daño marginal que podría derivar del retardo de la providencia definitiva (...)” (Calamandrei, Piero “Introducción al estudio sistemático de las providencias cautelares”, ps.42/43). En otras palabras, dentro del limitado ámbito cognoscitivo que se permite, la decisión precautoria se obtiene si se observa la probabilidad de que la tutela jurídica aguardada en la sentencia definitiva no pueda, en los hechos, realizarse. Por su parte, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha expresado que la finalidad del proceso cautelar consiste en asegurar la eficacia práctica de la sentencia que debe recaer en un juicio. La fundabilidad de la pretensión que constituye su objeto no depende de un conocimiento exhaustivo y profundo de la materia controvertida en el proceso principal, sino de un análisis de una probabilidad acerca de la existencia del derecho discutido (Fallos: 314:713). V- 1. Ahora bien, expuestos los presupuestos necesarios para el dictado de una medida cautelar es preciso que focalicemos el conflicto: la Secretaría de Comercio Interior a través de sucesivas resoluciones fijó un precio máximo por temporadas en relación al abono mensual de la televisión por cable. En ese marco, el Intendente Municipal del partido de Pehuajó, efectúo esta presentación judicial contra Cablevisión SA con el objeto de que dicha empresa de televisión por cable, se ajustara a lo dispuesto por la administración y cobrara, a los usuarios del partido de Pehuajó, la suma fijada en las resoluciones y no montos o sumas mayores. La defensa de la empresa demandada apunta a la falta de vigencia de la ley de abastecimiento y a la existencia de decisiones judiciales previas que la favorecen. V- 2. Conviene sintetizar el contenido de las disposiciones de la Secretaría de Comercio Interior que determinan el meollo del asunto. La primera resolución que tenemos a la vista es la nº 50/2010 (B.O. 04/03/2010). Entre sus considerandos encontramos que. “…la Constitución Nacional expresa en su Artículo 42 que los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho a una información adecuada y veraz, a condiciones de trato equitativo y digno y encomienda a las autoridades la protección de esos derechos… …Que el Gobierno Nacional debe velar y garantizar la defensa de las condiciones y nivel de vida de la población, especialmente en aquellos servicios que abastecen a millones de usuarios y, en especial, cuando afectan el derecho a un tratamiento equitativo y digno. Que asimismo, el interés nacional que implica la tutela de la información como servicio de relevancia social, debe conducir a la adopción de políticas de Estado a efectos de lograr la satisfacción del mismo. Que la Secretaría de Comercio Interior, debe entender en la implementación de políticas y marcos normativos necesarios para afianzar la transparencia, los derechos del consumidor y el aumento en la oferta de bienes y servicios Que, en concordancia con lo expuesto, se torna imprescindible dictar una política a los fines de determinar el monto del abono mensual que pagará el usuario por el servicio de televisión paga que adquiera y asegurar un integral abastecimiento del mercado en condiciones de igualdad y equidad. Que la discrecionalidad en la fijación del precio opera como un mecanismo de exclusión de usuarios. Que la existencia de fuertes economías de escala en la actividad, facilita la conformación de posiciones dominantes a través de la concentración de la oferta. Que la Ley Nº 20.680 rige para la regulación de cualquier servicio que satisfaga —directa o indirectamente— necesidades comunes o corrientes de la población, Poder Judicial de la Nación conforme lo enuncia su artículo 1º; en su artículo 2º atribuye al Poder Ejecutivo, por sí o a través de los funcionarios u organismos que determine la función de fijar precios o márgenes de utilidad lo que implica la potestad de regular el proceso de formación de los mismos, dentro de criterios de razonabilidad adecuados a la actividad económica respectiva. Que en cumplimiento de las facultades conferidas por la Ley Nº 20.680, y a efectos de evitar un perjuicio a toda la sociedad, se deben dictar normas de comercialización que garanticen la adecuada difusión del servicio de televisión paga. …Que la Ley 20.680 le otorga a dicha Autoridad –la Secretaría de Comercio Interior- las facultades para intervenir o disponer temporariamente, de aquellos elementos indispensables para el cumplimiento del proceso de comercialización… …Que la presente medida se dicta en uso de las facultades que le confiere la Ley Nº 20.680, en especial su artículo 2º, inciso c) y sus modificatorias a la SECRETARIA DE COMERCIO INTERIOR, los Decretos 69/74, 3/85 y 2102 de fecha 5 de diciembre de USO OFICIAL 2008…” Y de su articulado es importante transcribir: Artículo 1º — Establécese que las operaciones de comercialización del servicio de televisión paga, deberán efectuarse de acuerdo a las pautas de la presente medida. Artículo 2º — Fíjase que para determinar el monto del abono que pagará mensualmente el usuario del servicio de televisión paga, serán de aplicación las fórmulas que se indican en el Anexo, que forma parte integrante de esta medida. Los montos que surjan por la aplicación de las fórmulas citadas, deberán ser informados a la Dirección de Lealtad Comercial, entre el 8 y el 22 de marzo de 2010. Asimismo, los operadores de televisión paga ajustarán dicho monto en forma semestral, comunicando el resultado del ajuste a dicha Dirección. En el anexo mencionado en el artículo anterior, se expresan fórmulas matemáticas aplicables para obtener una tarifa tendiente a evitar el desabastecimiento o subabastecimiento de ciertas zonas para lograr un trato equitativo entre los integrantes de todo el conjunto de usuario. En consecuencia, la Secretaría de Comercio Interior sosteniéndose sobre la disposición antes mentada y las facultades que le conferiría la ley nº 20680, en especial su artículo 2º c) y sus modificatorias, estipuló que “…los servicios que la empresa de televisión paga CABLEVISION S.A. preste a los usuarios, durante los meses de enero a abril de 2011, inclusive, deberán sujetarse a los siguientes parámetros: i) Abono básico mensual: el precio se fija en la suma de PESOS CIENTO NUEVE ($ 109,00) mensuales; ii) otros servicios prestados actualmente por la empresa: el precio deberá mantenerse sin variaciones a la fecha de publicación de la presente; iii) los beneficios promocionales, bonificaciones existentes y/o descuentos: deberán también mantenerse los concedidos a la fecha de publicación de la presente…” (Resolución 36/2011, BO 9/03/2011). Conforme los considerandos de esta resolución, se obtuvieron los datos necesarios para aplicar la fórmula de la página web de la Comisión Nacional de Valores, para así llegar a la suma de $ 109, debido a que la empresa no había aportado la información requerida en relación al monto del abono básico de los servicios facturados por los prestadores de los servicios de televisión paga (Res. 36/2011). Posteriormente, la resolución nº 65/2011 (BO 29/04/2011), prorrogó durante los meses de mayo y junio de 2011 los efectos de la disposición anterior. Una nueva resolución, la nº 123/2011 (BO 30/8/2011), -que fuera prorrogada por la disposiciones nº 141/2011 (BO 28/10/2011), nº 10/2011 (BO 28/12/2011)- estableció el monto a pagar por el abono mensual en la suma de $ 116. Esta última fue aumentada mediante resolución nº 25/2012 (BO 29/03/2012), a $ 123. V- 3. Antes del tratamiento de los agravios referidos a los presupuestos del decreto precautorio, es menester referirse a la crítica de falta de legitimación activa del Municipio del partido de Pehuajó, la cual, por cierto, cabe desechar. Porque obviamente las comunas son las principales representantes de los intereses de sus vecinos y además están obligadas a proteger a los comuneros en los casos que se estimen necesarios. Por otra parte, las resoluciones de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en Fallos: 325:2143 y 333:9 se refieren a casos de jurisdicción originaria. V. 4- Evaluada y consentida la legitimación activa, una primera aproximación al estudio de la causa, indicaría que existirían, al menos, dos elementos que disiparían el fumus bonus iuris. a) Por un lado, la ley nº 20.680, Ley de abastecimiento, la cual y sin adentrarnos en una indagación de su constitucionalidad, presentaría algunos atisbos de duda. En efecto, la ley de abastecimiento fue sancionada el 20 de junio de 1974, pero en 1991, mediante el decreto de necesidad y urgencia nº 2284/1991 (BO 01/11/1991) de desregulación de la economía, se dispuso dejar sin efecto “medidas o actos administrativos que distorsionen los precios de mercado, comercio interior y exterior” y disolver diversos entes reguladores de la economía. Su artículo 4 fue redactado de la siguiente manera, “Suspéndese el ejercicio de las facultades otorgadas por la ley 20.680, el que solamente podrá ser reestablecido, para utilizar todas y cada una de las medidas en ella articuladas, previa declaración de emergencia de abastecimiento por el Honorable Congreso de la Nación, ya sea a nivel general, sectorial o regional. Se exceptúa de lo prescrito en el párrafo anterior las facultades otorgadas por el art. 2, inc. c), continuando en vigencia para este supuesto particular las normas sobre procedimientos, recursos y prescripción previstas en la mencionada ley”. La Ley nº 24.307 de Presupuesto General de Gastos y Cálculo de Recursos de la Administración Pública Nacional para el ejercicio 1994 ratificó al DNU n° 2284/91 de la siguiente manera: Poder Judicial de la Nación “ARTICULO 29. — Ratifícanse los decretos 2733/90, 446/91, 576/91, 612/91, 707/91, 2198/91, 2284/91, 2413/91, 2424/91, 2488/91, 2622/91, 1076/92, 1077/92, 1157/92 y 1452/93.” Veamos, ahora, que facultad reglamentaria retuvo el Poder Ejecutivo en sus manos: “Artículo 2 (ley n° 20.680): En relación a todo lo comprendido en el artículo precedente, el Poder Ejecutivo, por sí o a través del o de los funcionarios y/u organismos que determine podrá: c) Dictar normas que rijan la comercialización, intermediación, distribución y/o producción;” Vale preguntarse si referirse sólo al inciso c del artículo 2 -como sucede en el considerando in fine de la resolución 50/2010-, sin pensar en el resto del articulado priva de sentido lógico-racional a la norma, que queda como oración incompleta, sin terminar. Todo razonamiento es lógicamente el tránsito mediante el cual de un juicio elaboramos otro, por inferencia, hilación o conexión. Si se interrumpe ese camino se pierde USO OFICIAL toda lógica. Entonces, frente a ello, ¿había conciencia de que todo el articulado, excepto la facultad que se pregona está suspendido, y eso repercute en su vigencia? ¿Pero qué sólo el inciso c) bastaría para mantener la coherencia y completitud de la norma? Demasiados interrogantes se suscitan. Por otro lado, y dado el escueto margen que otorga un decreto precautorio, no es este el momento oportuno de analizar las etapas el proceso económico e interpretar si existiría una remisión en los incisos a, b y c del artículo 2 justificativa de la estipulación de precios. La manifiesta incertidumbre en referencia a tal posible conexión atenta contra la verosimilitud del derecho. En este terreno, cabe recordar la explicación de María Angélica Gelli acerca de que la suspensión del ejercicio de las facultades conferidas al Poder Ejecutivo, ratificada por ley del Congreso, opera como una pérdida de vigencia de esas atribuciones que requieren de la sanción de otra ley declarando la emergencia para recuperarla, y que sólo mantuvo la facultad reglamentaria del inciso c), la que, sin embargo no contiene el control de precios, el cual se haya suspendido por el decreto 2284/91 y la ley 24309 -art. 29- (en Gelli, María Angélica, Las libertades económicas y el papel del Estado (acerca de la suspendida ley de abastecimiento), La Ley 2006-D, 1081). b) El otro elemento que resulta importante tener en cuenta que es el que surge del artículo 73 de la ley nº 26522 (BO 10/10/2009) de servicios de comunicación audiovisual que reza: “Los prestadores de servicios de radiodifusión por suscripción a título oneroso, deberán disponer de un abono social implementado en las condiciones que fije la reglamentación, previa audiencia pública y mediante un proceso de elaboración participativa de normas. La oferta de señales que se determine para la prestación del servicio con abono social, deberá ser ofrecida a todos los prestadores a precio de mercado y en las mismas condiciones en todo el país”. El decreto reglamentario 1225/2010 (01/09/2010) instituyó la manera de implementar la cuota social adjuntando los requisitos a contemplar. Cabe transcribir, entonces, la parte pertinente de la norma: Artículo 73.- “La Autoridad de Aplicación establecerá los mecanismos de implementación del Abono Social, contemplando las particularidades de cada situación, los que deberán contemplar como mínimo los siguientes extremos: 1) Realidad socioeconómica, demográfica y de mercado de la región y de la localidad de aplicación. 2) Los beneficiarios deberán pertenecer a hogares de escasos recursos, a tal fin se tendrán en cuenta el nivel de ingresos, composición del grupo familiar, situación ocupacional, características de la vivienda, cobertura de salud, entre otros. 3) Los beneficiarios deberán estar inscriptos en un padrón elaborado y habilitado a tal efecto por la Autoridad de Aplicación conjuntamente con la Autoridad del área social del Poder Ejecutivo Nacional. 4) Podrá invitarse a las provincias, municipios y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para que eliminen o disminuyan el monto correspondiente a impuestos y tasas incluidas en la facturación del servicio. Sin perjuicio de lo consignado precedentemente, la Autoridad de Aplicación procurará que en las Audiencias Públicas y en los Procedimientos de Elaboración Participativa de Normas que se implementen con relación al Abono Social, se aseguren mecanismos de participación federal.” Pareciera existir cierta incompatibilidad entre las decisiones de la Secretaría de Comercio y el articulado de la ley 26522 y su decreto reglamentario. En parte, porque la autoridad de aplicación de la mentada ley es la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual –AFSCA-, lo cual mostraría, una superposición de competencias. Más aún si se considera que fue creada la Defensoría del Público -artículos 19 y 20 de la ley 26522-, y que en su página web, www.defensadelpublico.gob.ar, muestra sus intenciones de generar y propiciar un abono social. Además, cabría pensar que los argumentos económico-sociales de las resoluciones discutidas estarían respondidos por la figura del abono social, según lo dispuesto por ley antes citada, y para abonar la legitimación que busca esa ley, prevé la participación ciudadana en audiencias públicas. De acuerdo, pues, a todo lo analizado, la complejidad del asunto y oscuridad y extensión normativa de la cuestión no puede examinarse en el escaso margen que permite el instituto cautelar. Poder Judicial de la Nación Por todo lo expuesto propongo al Acuerdo: hacer parcialmente lugar al recurso de apelación deducido y revocar la medida cautelar concedida con el alcance que antecede. Se posterga un pronunciamiento de costas hasta la oportunidad de sentenciar. Así lo voto. LA JUEZA CALITRI DIJO: Que adhiere al voto del Juez Álvarez. Por ello, SE RESUELVE: Confirmar la resolución de primera instancia apelada en todo lo que se decide y ha sido materia de agravios. Se posterga un pronunciamiento de costas hasta la oportunidad de sentenciar. Regístrese, notifíquese y devuélvase.Fdo.Jueces Sala II Leopoldo Hèctor Schiffrin (en disidencia) – Olga Ángela Calitri – César Álvarez. NOTA(1):se transcribe a continuación: PODER JUDICIAL DE LA NACIÓN USO OFICIAL La Plata, 28 de junio de 2011. VISTOS: Este expte. n°° 17.320/11 caratulado “Municipalidad de La Plata c/Repsol YPF S.A. s/amparo ley 16.986”, procedente del Juzgado Federal N° 4, Secretaría N° 10 de esta ciudad; Y CONSIDERANDO QUE: EL JUEZ ÁLVAREZ DIJO: I. Llega la causa a la Alzada en virtud del recurso de apelación interpuesto por la parte demandada (a fs. 229/241) contra la resolución de fs. 32/33 que hizo lugar a la medida cautelar solicitada por la actora y, en consecuencia, ordenó a la empresa Repsol YPF que restablezca el normal abastecimiento con la regularidad y los términos económicos con que se regía la relación contractual con las empresas de transporte que prestan servicio público en la ciudad de La Plata, hasta tanto se dicte una sentencia definitiva en las presentes actuaciones. II. La actora inició esta causa contra la empresa Repsol YPF , con el fin de obtener un pronunciamiento judicial que dicte una medida cautelar genérica prevista en el art. 232 del CPCCN, ordenándose el inmediato abastecimiento de combustible a las empresas prestatarias del servicio público de pasajeros del Partido de La Plata, con el fin de dar normal desarrollo a la actividad. En ese escrito de inicio la Municipalidad de la Plata relata que las empresas prestadoras del servicio público de pasajeros –servicio de ómnibus, taxis y remises- de la ciudad denuncian una extremada dificultad para abastecerse de combustible a fin de satisfacer la demanda pública en el uso de los referenciados servicios. Señala que las empresas afectadas son: Nueve de Julio SAT, Línea Siete SAT, Unión Platense SRL, y transportes La Unión SAT, aclara que estas sociedades manejan las líneas ESTE, OESTE, SUR, NORTE, LÍNEA 508, LINEA 215, LÍNEA 7, LINEA 506, LÍNEA 275, LÍNEA 273, LÍNEA 214, LÍNEA 520 y LÍNEA 202, sumando 706 unidades que recorren el partido de La Plata. Por último, hace hincapié en que “…el actuar ilegítimo de las proveedoras de combustibles, es una clara afectación a derechos constitucionales, que trasciende el servicio público, como la asistencia a establecimientos educativos, el traslado a unidades hospitalarias, el derecho a trabajar, etc…” III. Admitida la cautela, la demandada se agravia, en síntesis, por cuanto refiere que no existe vínculo contractual con las empresas de transporte , que por otra parte la resolución no enumera, y hace un extenso análisis de la normativa referida al acuerdo de suministro de gasoil al transporte público de pasajeros a precio diferencial para el año 2009. IV. Sentado ello, corresponde determinar si se encuentran reunidos los recaudos necesarios para la procedencia de la medida cautelar peticionada (art. 230 del CPCCN). Las medidas cautelares no exigen el examen de la certeza sobre la existencia del derecho pretendido, sino sólo de su verosimilitud, por lo que el juicio de verdad en esta materia se encuentra en oposición a la finalidad del instituto cautelar, que no es otra que atender a aquello que no excede del marco de lo hipotético, dentro del cual, asimismo, agota su virtualidad (Fallos: 316:2855, 2860; 317:243, 581, 978; 318:30; entre muchos otros). En tal sentido, después de repasar el marco de la situación planteada en la demanda que diera inicio a estas actuaciones cabe concluir que, en principio, se encuentra satisfecho, en el caso, el requisito de la verosimilitud en el derecho invocado. En efecto, resulta de público y notorio conocimiento el faltante de combustible en la ciudad y según surge de los informe adjuntados a fs. 21/30 la empresas prestadoras de servicios públicos se hallan notablemente afectadas con la situación. Poder Judicial de la Nación V. El peligro en la demora, está suficientemente acreditado. Ello es así, por la sola posibilidad de que se vea mermado el transporte público, con la consecuente violación de los derechos de los ciudadanos. En cuanto al planteo realizado por la demandada en relación a la falta de relación contractual con las empresas, la falta de determinación de cuales son las involucradas, y en cuanto al precio subsidiado o diferencial del combustible, basta con leer detenidamente la demanda presentada por la Municipalidad de La Plata para dar por tierra los planteos referidos, ya que en ningún momento resultan objeto de debate en estos actuados los extremos referidos por la empresa demandada, en virtud de lo cual y por aplicación de lo expuesto en el punto anterior cabe desestimar el planteo en ese sentido. Por tanto, y en orden a las consideraciones que anteceden, propongo al USO OFICIAL acuerdo confirmar la resolución de primera instancia con los alcances solicitados en la demanda que diera inicio a esta causa. Así lo voto. LA JUEZA CALITRI Y EL JUEZ SCHIFFRIN DIJERON: I. Llegan estos autos a la Alzada en virtud del recurso de apelación interpuesto por el letrado apoderado de YPF SA a fs. 229/241 contra la resolución de primera instancia de fs. 32/33 y su rectificatoria de fs. 38, que hizo lugar a la medida cautelar solicitada por el representante de la Municipalidad de La Plata y dispuso que la accionada reestablezca el normal abastecimiento, con la regularidad y los términos económicos con los que se regía la relación contractual con las empresas de transporte que prestan el servicio público en la ciudad, y hasta tanto se dictare sentencia definitiva. Eximió a la demandante de prestar caución en los términos del art. 200 inc. 1 del CPCCNA. II. Cabe señalar que el abogado Lucas Javier Olano, en su carácter de letrado apoderado de la Municipalidad de La Plata, inicia la presente acción de amparo con el objeto de que se ordene a REPSOL-YPF SA el inmediato reestablecimiento y abastecimiento de combustible, destinado al servicio público de pasajeros, el cual resulta esencial para el desenvolvimiento de la comunidad. Manifiesta que su mandante tomó conocimiento de la dificultad que las empresas de transporte público de pasajeros, es decir, ómnibus, taxis y remises, tenían para abastecerse de combustible. Ello, explica, trajo aparejado la discontinuidad de las frecuencias con las cuales se prestaba el servicio de transporte de ómnibus y micros, con la consecuente imposibilidad de responder a la demanda pública. Enumera las empresas afectadas por la falta de provisión del combustible. En ese sentido cita: Nueve de Julio SAT, Línea Siete SAT, Unión Platense SRL y Transportes La Unión SAT. Continua diciendo que las firmas mencionadas están a cargo de las líneas de trasporte ESTE, OESTE, SUR, NORTE, Líneas 561, 508, 215, 7, 506, 275, 273, 214, 520 y 202, las cuales trasportan mensualmente a 8.278.294 usuarios. Refiere que los vehículos consumen aproximadamente 1.817.721 litros de combustible, y que el desabastecimiento provoca una merma considerable en el suministro del mismo, con la consiguiente afectación en la prestación del traslado de pasajeros. Relata que su obligación de recurrir a la justicia está dada por la necesidad de proteger los derechos de raigambre constitucional que se ven conculcados por la conducta ilegítima de las proveedoras de combustible, atento que la falta de provisión del mismo acarrea la afectación del derecho de asistir a establecimientos educativos, del derecho a trabajar, el traslado a centros hospitalarios, etc. Expresa que la Municipalidad de La Plata se encuentra legitimada para interponer la acción de amparo intentada en su condición de afectada, ya que la incidencia de la falta de combustible para el normal ejercicio del trasporte de pasajeros, recae sobre todo el partido y su población, siendo representados por el intendente. Finalmente, solicita el dictado de una medida cautelar, con habilitación de días y horas inhábiles, que ordene el inmediato abastecimiento de combustible a las empresas prestatarias del servicio público de pasajeros del partido de La Plata, con el fin de proveer al normal desarrollo de la actividad. III. 1. La apelante sostiene, en primer lugar, que no le asiste derecho a la actora para requerir una medida cautelar como la dictada en autos. Para fundar su afirmación explica que su mandante al no mantener vinculo contractual con ninguna empresa de trasporte público de la ciudad de La Plata, el decreto precautorio resulta de cumplimiento imposible. Asimismo, considera Poder Judicial de la Nación inadmisible pretender que YPF SA provea combustible a precio diferencial a las empresas de trasporte. En este sentido sostiene que el régimen de venta de gas oil a precio diferenciado comenzó con la firma del “Convenio de estabilidad de suministro de gas oil”, entre el Estado Nacional y distintas empresas productoras y refinadoras de hidrocarburos –entre ellas YPF SA-, el cual fue ratificado por el decreto n° 652 de 2002. Manifiesta que luego de sucesivas prórrogas de estos acuerdos, en el año 2009, mediante el decreto 1390/09, se consideró necesario continuar con este régimen de precios diferenciados y se facultó al Jefe de Gabinete a suscribir por el período anual de 2009 y hasta tanto finalizara la emergencia pública declarada por el art. 1 de la ley 25561, la suscripción de acuerdos USO OFICIAL anuales con las empresas comercializadoras de gasoil a precio diferencial para empresas de transporte público de pasajeros. En base a ello, indica que al no haberse celebrado con el Estado Nacional convenio alguno para el período 2011, cesó la obligación de proveer el combustible a precio diferencial y además no se advierte la presencia de la verosimilitud del derecho. Por otra lado, manifiesta que el Estado Nacional mantiene con ella una abultada deuda por la venta de gas oil subsidiado, sin visos de ser saldada, situación que constituye un elemento más para justificar la imposibilidad de continuar vendiendo a precios diferenciales, dado que no es su función financiar los costos propios de una empresa de trasporte, aún cuando ella sea prestadora de un servicio público, sino que corresponde al Estado Nacional subsidiar y solventar los costos relacionados con dicha actividad. Critica, además, que la accionante o las empresas de trasporte no le hayan efectuado previamente reclamo ni intimación alguna pese el presunto desabastecimiento que se invoca. Asimismo, cuestiona que no se hubieran presentado ante el órgano de control correspondiente, la Secretaría de Transporte. Ataca, también, la vía procesal elegida por la actora. Es así que plantea la existencia de otros caminos legales específicamente previstos en los acuerdos firmados en el marco del régimen de gas oil subsidiado, debiendo presentarse ante la autoridad de aplicación respectiva. Alega la falta de legitimación pasiva y activa para actuar. Por un lado, entiende que no es la única petrolera a la cual se le puede requerir combustible a precio subsidiado, ni está compelida por norma o acuerdo vigente a vender sus productos a precios inferiores a los vigentes. Por otro, sostiene que la Municipalidad de La Plata no puede inmiscuirse en cuestiones ajenas a su competencia, siendo todo lo relacionado con el otorgamiento de subsidios potestad de gobierno nacional. Insiste en la ausencia de peligro en la demora, basándose en la inexistencia de desabastecimiento. Finalmente solicita la citación del Estado Nacional como tercero interesado en el proceso. III. 2. El 7 de junio de 2011 la recurrente efectúa ante esta Alzada una presentación escrita a través de la cual solicita se recaratule el expediente manifestando que REPSOL SA es una empresa distinta, por lo cual es menester consignarse en la carátula sólo YPF SA. Igualmente, denuncia un hecho nuevo, al cual considera ligado directamente con la medida cautelar que nos ocupa. En este orden de ideas, reitera los planteos realizados en su escrito recursivo, es decir, nuevamente aclara que no existe contrato alguno con las empresas de trasporte que la obligara a la entrega de combustible a precio subsidiado, como había hecho referencia el juez a quo, ni obligación actual frente al Estado Nacional ante la falta de acuerdo suscripto para 2011, y que no ha sido demostrado el supuesto de desabastecimiento. No obstante ello, menciona que el 1 de junio de 2011, recibió un correo electrónico cursado por la Secretaría de Trasporte de la Nación –sostiene, además, que ese medio de comunicación es usado habitualmente por el organismo-, en el cual se la anoticiaba de los cupos, denominados, “cupos de gasoil a precio diferencial junio 2011” establecidos para las empresas de transporte en la ciudad de La Plata. Con fundamento en lo expuesto, explica que no se han acreditado los elementos requeridos para el dictado de una medida cautelar. Así, sostiene que la supuesta existencia de un contrato que obligue a YPF SA a entregar combustible a precio subsidiado, ni siquiera fue mencionada en la resolución recurrida en relación a la verosimilitud del derecho. Asimismo, dice que YPF Poder Judicial de la Nación SA acreditó la provisión a precio subsidiado, conforme fuera solicitado por la Secretaría de Transporte de la Nación, a distintas empresas de transporte, así como la existencia de continuidad en las entregas de combustible, o sea que a las realizadas en el mes de mayo de 2011 deben sumarse las de junio del mismo año. Igualmente aclara que continua proveyendo combustible, sin perjuicio de las gestiones que deberá continuar ante las autoridades nacionales para la solución de sus diferendos económicos, y conforme lo dispusiera la autoridad correspondiente, por la totalidad del cupo asignado para el mes de junio de 2011. Culmina su presentación recordando que desde el 13 de mayo de 2011 un grupo de personas han llevado a cabo medidas que la perjudican, lo cual USO OFICIAL motivó la intervención de la UFI n° 5 , y la apertura de las actuaciones bajo el n° 17.171/11. Relata que desde el 1 de junio de este año, esas personas bloquearon el acceso a la Terminal La Plata –propiedad de YPF SA-, impidiendo la salida de camiones que transportan combustible, afectando el normal abastecimiento, y habiéndose efectuado una nueva denuncia ante la UFI n° 6. IV. En primer término adherimos a las consideraciones efectuadas por nuestro distinguido colega preopinante en los apartados IV y V de su voto. V. Por otra parte, entendemos que la parte de la decisión referida a la vía intentada resulta acorde a la figura del amparo en el marco del art.43 de la Constitución Nacional, que ha ampliado profundamente no sólo los alcances de la acción, sino, también, la función judicial en orden a la tutela constitucional (ver el voto del Juez Schiffrin en “La Pequeña Plan de Salud S.R.L. v. Estado Nacional”, del 25/11/1999, al que remitimos, en el que entre otras cuestiones señaló los alcances del proceso constitucional del amparo. Publicado en JA.2000-IV-331). En efecto, la actora reclama de manera expedita y rápida la dilucidación de su pretensión con base en derechos de incidencia colectiva protegidos por el texto constitucional. VI. En relación a la crítica referida a la falta de legitimación activa del Municipio de la ciudad de La Plata, cabe desecharlo. Porque obviamente las comunas son los principales representantes de los intereses de sus vecinos y además está obligada a garantizar el servicio público de transporte, por lo cual resulta una afectada directa por la falta de combustible. De todos modos, cabe subrayar que la enumeración del artículo 43 no aparece como taxativa y no excluye a organismos públicos sin interés concreto y directo en caso de acciones genéricas, como lo es el Defensor del Pueblo. Por otra parte, las resoluciones de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en Fallos:325:2143 y 333:9 se refieren a casos de jurisdicción originaria. VII. En cuanto a la pretensión dirigida a obtener la intervención en calidad de tercero del Estado Nacional, la demandada sostiene que las cuestiones referidas al subsidio al trasporte público atañen exclusivamente al Gobierno Federal. Ahora bien, cconforme el criterio reiterado de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la aplicación de este instituto procesal es de carácter restrictivo (Fallos: 311:2725 y 318:2551, entre muchos otros). Sentado ello, resulta exigible a quien solicita la citación la carga de demostrar que se trata de alguno de los presupuestos que autorizan a disponerla. En la especie, con las razones esgrimidas y las circunstancias obrantes en el expediente no se puede concluir la presencia de una comunidad de controversia con las partes intervinientes que exija la intervención del Estado Nacional (Fallos: 327:4768, 330:4234). VIII. 1. Finalmente, respecto al planteo efectuado ante esta Alzada con fecha 7 de junio de 2011, en el cual la demandada informa que continua realizando la provisión de gas oil conforme lo solicitara la Secretaría de Transporte al menos por el mes de junio, solicita se lo admita como un hecho nuevo, se revoque la decisión de primera instancia y se levante la medida cautelar oportunamente dictada, cabe señalar que su presentación no hace más que demostrar que la medida cautelar se está cumpliendo efectivamente. Debido a ello, y con el objeto de no tornar ilusorio el ejercicio de los derechos constitucionalmente reconocidos en juego corresponde mantener la medida cautelar dictada con las limitaciones efectuadas por el Juez Alvarez en el apartado V de su voto. VIII. 2. Por otro lado, cabe hacer lugar al pedido de recaratular el expediente. En este sentido, la apelante solicita que se rectifique la carátula Poder Judicial de la Nación teniendo en cuenta que YPF SA y REPSOL YPF son dos sociedades anónimas distintas. En virtud de ello, corresponde disponer que en la instancia de origen se proceda a caratular nuevamente las actuaciones, con YPF SA como parte demandada. IX. En consecuencia, proponemos al Acuerdo: 1) confirmar la resolución apelada con el alcance que resulta de los apartados IV a VIII.1. que anteceden y postergar la imposición de costas hasta la oportunidad de dictar sentencia. 2) Disponer que en la instancia de origen se proceda a caratular el expediente en los términos del apartado VIII. 2. que antecede. Así lo votamos. Por ello, SE RESUELVE: 1) Confirmar la resolución apelada con el USO OFICIAL alcance que resulta de los apartados IV a VIII.1. del voto de la jueza Calitri y el juez Schiffrin y postergar la imposición de costas hasta la oportunidad de dictar sentencia. 2) Disponer que en la instancia de origen se proceda a caratular el expediente en los términos del apartado VIII. 2. del voto de la jueza Calitri y el juez Schiffrin. Regístrese, notifíquese y devuélvase.Fdo.Jueces Sala Jueces Sala II: Leopoldo Héctor Schiffrin – César Álvarez (por mi voto) – Olga Ángela Calitri..