El populismo atrapado, la memoria y el miedo: el caso de las

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CAPITULO QUINTO
LA ANAPO COMO MOVIMIENTO POLÍTICO NACIONAL.
LA CRISTALIZACIÓN DE LAS FORMAS ANAPISTAS
DE HACER LA POLÍTICA
De principio a fin 1969 fue un año bueno para Rojas. Las multitudinarias manifestaciones por dondequiera que pasaba el General mostraban la satisfacción no sólo por
su rehabilitación política sino además por su legitimación entre los ciudadanos comunes. Rojas se reafirmaba como el hecbo político más peligroso para la existencia del
sistema político colombiano.
Mientras el establecimiento despotricaba de Rojas, de su gente y de su rememorado
gobiemo, la ANAPO se dedicó con intensidad a la organización de la campaña en el
ámbito nacional con la configuración de amplísimos comandos departamentales, municipales y veredales. Los comandos fueron creados por géneros: el masculino y el
femenino. El juvenil, el central y un quinto como coordinador general, todos juntos
tenían el propósito de abarcar el mayor número posible de adeptos. En esta campaña
la ANAPO logrará convertirse en un verdadero movimiento nacional. No hubo lugar a
donde no llegara. Contaba con miles de colombianos interesados en participar de la
coyuntura política y logró movilizar todo un ejército de voluntarios; era como si el
éxito verdadero de la filosofía del Frente Nacional hubiera dado sus frutos a través de
la práctica política del anapismo. ¡Esa era la paradoja!
Mientras el bipartidismo del Frente Nacional discutía y decidía a puerta cenada
en las convenciones de los partidos la consolidación de una candidatura única, la del
general Rojas era una realidad que se postulaba a viva voz, en las plazas públicas y se
inscribía sin cesar en los municipios del país, fruto de la acción de los comandos que
brotaban día a día del entusiasta proselitismo del anapismo. Más que de dignidades
selectas, los comandos estaban conformados por numerosos ciudadanos que veían
llegada la hora de la unidad popular. Era como si proclamar la candidatura de Rojas
por doquier reforzara tal tendencia. Los comandos mandaban a confeccionar toda
clase de símbolos donde quedaba plasmado el acto de haberse proclamado a Rojas
candidato: bandejas de plata, banderas, banderines y hasta bandas presidenciales. En
Honda el concejo de la ciudad proclamó a Rojas candidato por medio de una resolución promulgada en carteles, en la prensa hablada y escrita1.
1. La entrevista más larga de toda su historia
Desde la revalidación de sus derechos políticos, Rojas no dudó de su regreso al
poder. Probablemente, cuando en los inicios de la década, junto con un puñado de
hombres, inició la campaña por su reivindicación no pensó llegar tan lejos. Utilizar un
Véase Resolución número 008 de 1969, octubre 30 en Alerta, p. 2.
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lenguaje de conciliación, no era difícil para él. Al contrario, había mostrado grandes
capacidades para ello. Aunque el lenguaje agresivo y pendenciero era más propio de
sus capitanes que de él mismo, lo cierto era que entre la auto imagen del movimiento
y la contraimagen construida por el adversario no había mucha diferencia. Incluso
entre la gente que concurría a los comandos de la ANAPO para aprovisionarse del
carné, estaba presente el deseo de prevenirse en caso de que la ANAPO llegara al
poder. Había latente un temor, el de la revancha rojaspinillista. Los más temerosos,
por supuesto, eran los adversarios del establecimiento que se imaginaban una reedición
de la experiencia amarga que fue la dictadura.
Rojas tuvo que atenuar la temeridad inherente al movimiento. N o a h o n ó esfuerzos en esta tarea, concediendo a El Nacional la entrevista más larga de toda su vida
política, haciendo gala de su capacidad de saber llegar a la gente. Aprovechó la
oportunidad para despejar los temores que pudiera suscitar su regreso al poder.
Yo siempre tengo en los labios el nombre de Dios -empezó diciendo-. Si Dios tiene
dispuesto que Alianza Nacional Popular gane las elecciones y llegue al gobierno el 7 de
agosto de 1970, todas las cosas buenas que hayan hecho estos gobiernos, los tres del
Frente Nacional y el de la Junta Militar será tenido en cuenta por mí para corregir sus
errores [...]. Las autoridades darán garantías a todos los ciudadanos sea cual fuere el grupo
político al que pertenezcan [...]. Cualquier autoridad grande o pequeña que llegue a
aprovecharse para saciar venganza o tomar represalias será destituida irremediablemente porque las venganzas y las represalias no salvan al país, ni se le resuelven los problemas
a las clases trabajadoras. Sin perseguir a los ricos hay que ayudar a los pobres, porque los
pobres constituyen la inmensa mayoría de la nación [...]. Es necesario darle garantía al
capital para que puedan invertir y hay que darle garantías al trabajador para que gane lo
suficiente para poder llevarle la paz al hogar humilde2.
Rojas sostuvo haber acabado con la violencia política en su primera administración y prometió acabar en la segunda con la violencia económica "mucho más terrible, mucho más trágica que la política", dijo. El candidato remontó los orígenes de la
ANAPO a su gobiemo y se abonó el mérito de haber terminado con los sectarismos entre
las militancias de los dos partidos tradicionales: "Ya nadie piensa desde el p u n t o de
vista liberal o conservador, ya la gente piensa es desde el punto de vista de la familia.
Alianza Nacional Popular está identificada con lo social y ahora tenemos que pensar
es en la justicia social, porque la justicia social es el problema que hay que resolver" 3 .
Se comprometió con la educación gratuita para el pueblo y aprobó la conducta de los
sacerdotes rebeldes.
No es rebeldía, dijo, porque el clero joven está siguiendo las instrucciones de Su Santidad. Al contrario es una sumisión a las enseñanzas o directrices del Romano Pontífice
que ha visto que la salvación de la iglesia está en seguir la doctrina de Cristo. Es decir, que
el sacerdote esté al lado del pobre, del necesitado para poder ayudar y no al lado del
poderoso4.
2.
3.
4.
126
Eí Nacional, marzo 25 de 1969, p. 5.
Ibid.
Ibid.
Rojas descartó que a futuro su gobiemo tuviera características militares. Recordó
que antes que nada era un ingeniero civil y que como tal estaba haciendo su campaña. Tenía razones para esto. Sabía que el ejército había sido renovado y que de
rojaspinillismo no quedaba nada. Anunció ser un verdadero padre para ricos y pobres
y se comprometió con el establecimiento de un gobiemo nacionalista, social y cristiano. Finalmente, Rojas se dirigió a las masas abstencionistas:
Ustedes pueden tener la seguridad de que el nuevo gobierno de Alianza Nacional Popular escuchará todas sus ansiedades, todas sus solicitudes, porque mi única preocupación
y la de ANAPO es conservar la fraternidad ciudadana y trabajar en forma incansable por el
engrandecimiento del país, engrandecimiento que tiene que fundamentarse en la tranquilidad de todas las familias colombianas, de las familias ricas, de las familias pobres,
familias letradas, familias iletradas, es decir, trabajar por Colombia entera y portodoslos
colombianos5.
2. La fiesta electoral de la ANAPO cubre todo el país
Desde marzo de 1969 la ANAPO del Atlántico estaba en pleno proselitismo. En
Bananquilla, el caserón que servía de sede al movimiento, ubicado en la Caííe de las
vacas, se convirtió en una romería de gente que pasaba por allí a buscar su carné de
militante. León Félix Galindo y Manuel Rodríguez Verdeza recorrían sin cesar barrios
y municipios aledaños anunciando que la candidatura del general Rojas a la presidencia era un hecho. La ANAPO bananquillera, antes que otros, inició la estrategia
publicitaria colocando cincuenta vallas en sitios estratégicos de la ciudad: Liberales y
conservadores, voten por Rojas Pinilla para Presidente de los pobres 1970-1974. De esta
manera, empezó Rojas el sábado tres de mayo su campaña electoral por el Atlántico.
Acompañado de una selecta comitiva llegó a Barranquilla. La concentración popular
se había programado para el día siguiente, en la localidad de Sabanalarga, tiena de
Evaristo Sourdis que sonaba entre los precandidatos del Frente Nacional. Una reunión de cuadros celebrada en el Grill Veracruz de Bananquilla el día de su arribo
tomó las características de mitin político. El general andaba muy bien acompañado.
Con él estaban además de su esposa, el dirigente antioqueño Arturo Villegas Giraldo
que hacía las veces de gaitanista y Manuel Bayona Canascal quien representaba los
símbolos lauroalzatistas cooptados por la ANAPO. Como era de esperarse, Villegas, orador nato, dijo que el liberalismo que él pregonaba era el mismo de José Antonio
Galán, José Hilario López, Rafael Uribe Uribe y por supuesto el de Gaitán. Relacionó
a este mártir liberal con la vida del candidato de la ANAPO, eí auténtico restaurador de
Colombia: "El no nació en los colchones de pluma de la aristocracia, sino bajo la
música de la voz maternal que es lo único que acompaña a los niños pobres. Si como
ocurrió con Gaitán, a Rojas Pinilla lo matan, no lo dejaremos enfriar y así lo llevaremos al palacio de los presidentes"6. En representación de los locales, hablaron Abel
Daza Barandica y el líder obrero Delascar Juvinao. En su intervención Rojas explicó
los puntos de su Decálogo y enfatizó en la necesidad de educación gratuita y obligato5.
6.
Ibid.
El Nacional, mayo 5 de 1969, pp. 1 y 3.
127
ria "a fin de que todos los niños colombianos gocen esos beneficios que ahora sólo
tienen muy pocos de ellos". Señaló que se posesionaría en las gradas del Capitolio
ante el pueblo colombiano cambiando así la modalidad de hacerlo ante el Congreso.
El domingo la comitiva se trasladó a Baranoa donde le tenían preparado un almuerzo
político que se convirtió, como siempre sucedía con Rojas, en fiesta popular. Durante
el evento, una india guajira que había tejido su vestimenta con los colores de la
bandera de la ANAPO no se apartaba de la comitiva rojista y gritaba que con Rojas en
el poder su tierra dejaría de padecer tantas penurias.
A las cuatro de la tarde Rojas arribó a la plaza principal de Sabanalarga, saludando a los pobladores, en un automóvil descubierto. Se apeó del vehículo en compañía
de su esposa Doña Carola Conea y se dirigieron a la iglesia de la población donde
fueron nombrados padrinos de un niño que recibió el nombre de Gustavo, hijo del
médico liberal Liborio Bermejo y de su esposa Cielo Urzola. Acto seguido se trasladaron a un estrado desde donde divisaban la curiosa multitud. Hablaron primero los
locales. Como de costumbre se refirieron al abandono de la región por parte del Estado central y atacaron a los políticos nacidos allí, entre ellos, Evaristo Sourdís, y que
nada habían hecho por la localidad. Luego hablaron los mismos oradores que habían
hecho uso de la palabra en el acto del Grill Veracruz y finalmente tomó la palabra el
general Rojas, quien no escatimó promesas para después del 7 de agosto de 1970: los
campesinos tendrán abonos, herramientas y créditos fáciles, se bajará el costo de vida,
escuelas para todos los niños colombianos y educación gratuita y obligatoria. Dijo que
el siete de agosto firmaría un decreto por medio del cual no habría más carros oficiales
y los funcionarios que quisieran tenerlos tendrían que comprarlos, pagar el chofer y la
gasolina y aseguró que el dinero producido de la venta de esos canos sería invertido
en la adquisición de vehículos para transportar a los niños pobres que tenían que
caminar ocho kilómetros todos los días para asistir a las escuelas.
Rojas cenó su gira por el Atlántico con una entrevista radial concedida al popular
programa La Peña Alicia que se transmitía por Radio Piloto, en el que fue sometido a
un interrogatorio de dos horas, que aprovechó para ampliar sus tesis políticas. Se
manifestó enemigo de los monopolios, funestos para el progreso del país y prometió
eliminarlos. Reafirmó su determinación de nacionalizar el Banco de la República y la
realización de un programa de vivienda barata para todos los colombianos. Habló de
la reorganización del Ministerio de Relaciones Exteriores, encaminado a acabar con
los funcionarios turistas y anunció la eliminación de embajadas y en su lugar promover
diplomáticos preparados en negocios comerciales. Anunció también que durante su
gobierno se ampliaría la prestación de servicios asistenciales, hospitalarios y
odontológicos gratuitos para las clases pobres. Prometió normalizar la situación de las
relaciones con Cuba y finalmente destacó la importancia de la educación para el
progreso de los pueblos.
Posteriormente la comitiva salió para el departamento del Magdalena. Desde su
llegada Rojas recorrió las principales calles de Santa Marta bajo grandes aclamaciones de vivas a la ANAPO. El candidato visitó los barrios pobres de la ciudad. En la
noche del lunes 5 de mayo la dirección regional de ANAPO ofreció al candidato un
banquete en su honor y las tres emisoras de Santa Marta transmitieron los discursos
de la ocasión. El martes seis de mayo el candidato asistió a un acto que resultó peque128
ño para la curiosidad pública, denominado Un diálogo con el pueblo y celebrado en el
teatro Santa Marta. Allí intervino el historiador Milton Puentes, el representante
Alejandro Caballero y el propio Rojas.
Más adelante Antioquia lo recibió con alborozo. Hubo concentraciones y festejos
en Itagüí, Bello y en varios barrios de Medellín. Le había ido muy bien en el viejo
Caldas (Caldas, Risaralda y Quindío). El 19 de marzo los vallecaucanos de la ANAPO
demostraron la fuerza incontenible del general. Las ruidosas manifestaciones de los
anapistas terminaron implicando a todo el mundo por la paralización del tráfico o por
el variopinto jolgorio. Esta vez la ANAPO hizo gala, por doquier, de las habilidades de
sus cuadros superiores e inferiores, de los que nunca careció. Realmente la ANAPO era
un movimiento de cuadros políticos intermedios competentes, los cuales tenía a su
servicio de tiempo completo en cada departamento y que se reproducían constituyéndose en semillero de liderazgos. Prácticamente ninguna de las regiones colombianas
estaba exenta de cuadros experimentados, viejos, nuevos y en formación. En Antioquia estaban los parlamentarios conservadores Jaime Piedrahíta y Mario Montoya a
quienes se sumaban los dinámicos concejales liberales Israel Santamaría y Orlando
Durango. El 19 de marzo la plana mayor del anapismo en el Valle: el conservador José
Ignacio Giraldo y la liberal Cecilia Muñoz paralizaron por completo la ciudad que se
volcó a la Plaza de Caycedo despertando la modona de los sábados por la tarde. En un
país de escaso desanollo, del esparcimiento público y de un público disponible para la
curiosidad del espectáculo, las formas políticas que desplegaban los anapistas llenaban el vacío de la diversión. Máxime cuando la televisión estaba ausente todavía en
las casas de la mayoría de la población.
Gracias a que los anapistas empataban el final de una campaña con el comienzo
de la otra, la mística permanecía no obstante los embates de sus adversarios y las
continuas crisis internas. Es destacable la experiencia que tenían los rojistas en la
movilización de las masas desde la época del gobiemo militar. El departamento de
propaganda, conocido como ODIPE, desplazaba, a los futuros sitios donde iría el Presidente, un número de expertos que se encargaban personalmente de que las manifestaciones resultasen apoteósicas. Luego vino la acumulación de experiencias de las
manifestaciones durante toda la década de los sesenta que proyectaron y promovieron
cuadros de base que se especializaron en organizar manifestaciones. En 1969, ambas
estrategias publicitarias fueron tenidas en cuenta.
En los Llanos Orientales, la ANAPO tenía motores humanos en perfecto funcionamiento. El general Luis Carlos Turriago, gobernador del Meta durante el gobiemo
militar y senador de la república y Fanny González recorrían el departamento del
Meta instalando comandos de las alas liberal y conservadora y tomando los respectivos juramentos de fidelidad. En Villavicencio una asamblea popular anapista presidida por delegaciones de los municipios y veredas conmemoró el 13 de junio y se aprovechó la fecha para lanzar e inscribir la candidatura de Rojas en el municipio de
Acacias7.
Los Llanos eran emblemáticos para Rojas por el exitoso proceso de paz de los años
cincuenta; memoria que habían tratado de mantener los cualificados cuadros que el
7.
Alerta, julio 28 de 1969, p. 4.
129
movimiento tenía en la región. Con gozo recibió Villavicencio a la comitiva anapista
el 16 de agosto de 1969. Alberto Zalamea instaló el Comando Liberal que contaría
ahora con la participación del ex emerrelista Hernando Garavito Muñoz. Al grito de
uno, dos, tres, Rojas otra vez, multitudes, cabalgatas, pólvora y automotores que acompañaban al candidato, hicieron parte de un gigantesco desfile desde las afueras de la
ciudad hasta la Plazuela del Concejo. Allí en improvisada tarima se dio inicio al ritual
de la palabra. Había razones de peso para darle vía libre a la memoria. El pasado fue
utilizado por todos los oradores. Liberales y conservadores reconocían en los años del
régimen militar una época de rehabilitación real para la región. Zalamea destacó la
obra de los gobernadores militares y Arturo Villegas Giraldo ligó el futuro de la región
a una segunda presidencia del general. Rojas evocó su contribución al desarrollo
local y terminó su alocución con frenesí: "Si la providencia escogió un caraqueño para
que con los llaneros colombianos le dieran a Colombia la libertad política, yo os pido
llaneros que marchéis conmigo a conseguirle a Colombia la libertad económica"8.
La visita de los líderes anapistas nacionales al Meta se complementó con la instalación del Comando liberal regional, la toma de los juramentos respectivos,
conferencias y un viaje exitoso a San Carlos de Guaroa y San José del Guaviare. Los
líderes locales rememoraron la violencia de los años cuarenta y cincuenta y el advenimiento de la paz a la llegada de Rojas al poder; así mismo denunciaron el abandono
en que se tenía a la región y confiaron en la futura presidencia de Rojas la rehabilitación del departamento.
El 29 de noviembre de 1969 se realizó en Villavicencio la Convención liberal de
Vanguardia Roja, la forma que había tomado el ala liberal de la región. Asistieron más
de 400 delegados procedentes de toda la región y proclamaron a Alberto Zalamea
director nacional del liberalismo rojista. Los asistentes pasearon a hombros a Zalamea
vivando al general Rojas, al liberalismo rojista y a los dirigentes locales Hernando
Garavito Muñoz, Luis Carlos Turriago y Fanny González9. Un poco más adelante la
dirección nacional del movimiento fortaleció el anapismo regional con la presencia
de Humberto Silva Valdivieso.
En julio se creó el ala liberal de Aguachica, en el departamento del Cesar después
de la visita del general Rojas a esa región en compañía de Milton Puentes, Arturo
Villegas Giraldo y Manuel Bayona Canascal.
La segunda semana de noviembre los líderes de la ANAPO recorrieron el oriente y
el centro de Antioquia. En el lugar de Rojas estuvo su hija María Eugenia acompañada de Benjamín Burgos Puche y Manuel Bayona Carrascal a los cuales se unieron
infinidad de líderes locales. Se pasearon por territorios liberales y conservadores como
Pedro por su casa. Su reconocido bipartidismo popular les permitió llegar lo mismo a la
conservadora Marinilla que a la liberal Rionegro. Liberales y conservadores antes
irreconciliables se alternaban en el uso de la palabra. Hablaron líderes de ambas alas
del anapismo, hombres y mujeres, viejos y jóvenes. Esta vez los líderes de la dirección
nacional del anapismo tuvieron el acompañamiento de reconocidos liberales como el
médico Hernando Echeverri Mejía y el radioperiodista Gilberto Zapata Isaza.
9.
130
Alerta, septiembre 15 de 1969, p.
IhíA p.
n 10.
ID
Ibid.,
En Marinilla el Concejo en pleno escuchó los planteamientos de la dirigencia
anapista. Llevaron la palabra la diputada del movimiento María Teresa Arango y el
sacerdote Misael López. En Rionegro, santuario del viejo liberalismo, los anapistas
celebraron con éxito un mitin en el Parque Córdoba. Visitaron también los poblados
del Valle de Abuná. En Bello se incorporaron los líderes liberales Israel Santamaría y
Orlando Durango. El Concejo de Copacabana sesionó especialmente para escuchar
los planteamientos de la ANAPO. Presidieron manifestaciones en Sabaneta, Envigado,
Barbosa y Girardota. Los líderes anapistas consideraron su marcha por Antioquia una
premonición del triunfo en las elecciones del 19 de abril.
El paso por el departamento de Córdoba fue también exitoso. El 10 de noviembre
una apoteósica manifestación recibió la comitiva anapista en el municipio de Caucasia.
Una denominada Caravana de la Victoria se desplazó por la ciudad en medio de una
gran algarabía: cabalgata, automotores engalanados con las insignias azul, blanco y
rojo del movimiento, peatones marchando y portando pancartas arribaron a la plaza
principal desde donde los jefes del anapismo se dirigieron a la ciudadanía. Al igual
que en otros lugares, aquí había razones para tener muchos seguidores. Montelíbano,
un municipio que recibió la delegación anapista con entusiasmo, fue creado por él
durante su gobiemo. Se trataba de una zona bastante azotada por la violencia que
obtuvo durante ese gobiemo su cuarto de hora de paz. Allí el ala liberal de la ANAPO
garantizó la realización de una manifestación exitosa. La comitiva presidió concentraciones en Ayapel y Palotal. En Planeta Rica la manifestación no tuvo comparación,
lugar hacia el cual se desplazaron los anapistas de Cereté, Ciénaga de Oro y Tienalta.
En Montería, María Eugenia habló por los micrófonos de un programa radial y presidió
después una imponente manifestación. Benjamín Burgos se dirigió a su gente seguido
por la intervención de Bayona Canascal.
En San Andrés y Providencia Rojas tenía mucha simpatía, incluso entre sus gobernantes. Todavía hoy su aeropuerto conserva el nombre del expresidente. De tal manera que cuando Rojas visitó el archipiélago entre el 14 y el 17 de noviembre de 1969 fue
fiesta cívica. El candidato se sorprendió al ver engalanada la ciudad con la simbología
de su movimiento. Un imponente desfile más folclórico que político lo llevó del Aeropuerto al parque Morgan en el centro de la ciudad de San Andrés desde donde se
dirigió a la multitud. En San Luis habló a los nativos en inglés, lo mismo hizo al día
siguiente en Providencia. El lunes 17 se instaló el comando, comprometiendo a los
anapistas del lugar a trabajar unidos por la candidatura de Rojas10.
Los días 21, 22 y 23 de noviembre, el general Rojas visitó la región de Barrancabermeja, donde la organización del anapismo estaba consolidada en sus dos alas.
Así que Rojas se desplazó por la zona en la competente compañía de los liberales
Carlos Toledo Plata y Ciro Ríos Nieto y de los jefes conservadores Enrique Puyana
Menéndez y Pedro Gómez Arenas11. Miles de personas recibieron a Rojas en el Parque
Infantil. El médico y hombre de radio Eduardo García había preparado muy bien las
cosas. Todos los discursos fueron transmitidos por la "Voz del Petróleo". El candidato
de la ANAPO celebró varias reuniones con los comandos departamental y municipal y
10. Aleña, noviembre 30 de 1969, p. 2.
11. Estaban además: Samuel Moreno Díaz, Pedro Elias Ardila, Ciro Ríos Nieto, Pedro Gómez
Arenas, Jaime Ortiz Valdivieso, Alberto Ordóñez Galindo, Germán Villarreal y Uriel Gómez Aristizábal.
131
se desplazó el sábado 22 a Puerto Wilches. Aquí intervino el dirigente Alberto Gómez
Galindo y como en todas las manifestaciones que presidía Rojas no faltaron señoras
que llevaron la palabra en nombre de los comandos femeninos. A Sabana de Torres,
antiguo fortín del MRL, el general llegó por vía aérea. El municipio vivió una mañana
de domingo muy animada. En las horas de la tarde Rojas y su comitiva aterrizaron en
el municipio liberal de San Vicente. Aquí también hubo fiesta política. Fueron recibidos con pólvora y música. El pueblo estaba todo engalanado con las insignias de la
ANAPO. Nadie contuvo la curiosidad de conocer al controvertido personaje. La gira de
Rojas por esta zona liberal de Santander asustó al bipartidismo oficialista. Aquí contaba no sólo con la tradición beligerante de la zona sino además con un equipo exquisito
de dirigentes: la gente de Eí Trópico.
El prestigio de la ANAPO permitía que se organizaran giras sin la presencia de Rojas
o de su hija e igualmente la gente concurría a las manifestaciones. Así sucedió en el
departamento de Sucre cuando fue visitado el 29 y 30 de noviembre por Manuel
Bayona Canascal y Femando Pardo Quintana, conservador y liberal respectivamente.
En Sincelejo, Sincé, Betulia, Ovejas, Monoa, Corozal y Sampués salieron a recibirlos
y escucharlos tanto en plazas públicas como en recintos cenados. Una denominada
mesa redonda en el Hotel Finzenú fue escuchada por un auditorio de 800 personas.
La Voz de Sincelejo y Radio Sabana transmitieron los discursos y planteamientos de
los dirigentes anapistas. El éxito se debió, como ya era costumbre, a la mística del
rojismo local.
En el Huila trabajaban por la campaña de la ANAPO los capitanes Samuel Román
Ramírez y Alfonso Hernández; el ex gaitanista y ex emenelista Marco A. Castaño,
quienes organizaron en los comienzos de diciembre manifestaciones en Pitalito, San
José de Isnos, Timaná y San Agustín.
José Jaramillo Giraldo y Jaime Piedrahíta recorrieron el occidente de Antioquia a
finales de noviembre, acompañados por la plana mayor del anapismo antioqueño:
Aldemar Giraldo, María Teresa Arango, Hernando Echeverri Mejía y Gilberto Zapata
Isaza. Visitaron Dabeiba, Uramita, Apartado, Turbo, Frontino, Cañasgordas y Santafé
de Antioquia. Hicieron manifestaciones, inauguraron casas rojistas, instalaron comandos liberales y conservadores. En Uramita contaron con Jesús Cadavid, antiguo
jefe emerrelista de la zona. En Frontino José Jaramillo Giraldo recibió la adhesión de
un grupo de antiguos emenelistas.
El 13 de diciembre el general Rojas acompañado de su esposa, del capitán Armando Becena y del dirigente del ala liberal Arturo Villegas Giraldo visitó el puerto de
Leticia donde se inscribió formalmente su candidatura a la Presidencia.
Sin embargo, no faltaron los brotes de violencia durante la campaña. La ANAPO se
vio obligada a escribir varios comunicados de protesta por el asesinato de sus líderes
en el Valle, textos en los cuales tampoco faltaron elementos que coadyuvaban a la
reafirmación de su estrategia propagandística para robustecer la imagen del gobiemo
militar: "(...) el general Rojas, quien animado de una sincera sensibilidad social,
rechaza el odio entre hermanos y censura la vigencia de sistemas que él eliminó como
Presidente de Colombia cuando le dio al país Paz, Justicia y Libertad"12.
12. La ANAPO tuvo bajas sensibles en el curso de la campaña. El 27 de noviembre, víctima de un
fulminante paro cardíaco, murió en Bogotá el representante anapista por el Meta Néstor Ramírez
132
En el Valle la ANAPO hacía la campaña electoral con un solo comando departamental presidido por José Ignacio Giraldo. No obstante la presencia de la carismática
Cecilia Muñoz Ricaurte conocida como "La Pelusa" que venía del MRL.
3. El anapismo de Bogotá y Cundinamarca da las pautas
La ANAPO resultó ser un movimiento a través del cual se expresaba un sinnúmero
de personalidades sin cabida en el sistema político oficial. Gracias a su permanencia
muchos colombianos adversos al Frente Nacional tuvieron un espacio, distinto a la
subversión armada, en el cual militar y promover sus tesis. Fue también un movimiento de periódicos, de órganos de difusión altemos a la gran prensa desde donde también se expresaron otros ciudadanos que no cabían en el periodismo del establecimiento. Promover periódicos era, además, una de las formas de llegar a la gente,
trazar directrices, neutralizar la contrapropaganda y mostrar la majestuosidad de su
crecimiento.
En 1969 el periódico del anapismo cambió de nombre. Al conocido Alianza Popular
lo sucedió Alerta, bajo el mismo formato que el anterior y con las consignas: Alerta es
un grito de batalla, Aíerta es la verdad impresa, Alerta pueblo colombiano, sintetizaba la
coyuntura que vivía el país; por ello los anapistas llamaban a la población a estar alerta
con lo que le podía pasar al país de no ser elegido Rojas presidente. En un principio
circuló inegularmente autopresentándose como el periódico de los desposeídos de
Bogotá y Cundinamarca. En septiembre, con un tiraje de treinta mil ejemplares, se
convirtió en órgano oficial con cubrimiento nacional. Esta vez bajo la dirección de
María Eugenia y la edición de Hernando Segura Perdomo y Mario Arango Jaramillo,
se imprimía en los talleres de El Catolicismo. El periódico desplegaba las estruendosas
manifestaciones del anapismo con fotografías en primera plana, y horadaba cada una
de las medidas represivas del gobierno para denunciarlo y sacarse el clavo por las
imputaciones de represiva que a su vez le hacían a la administración de Rojas. Imputaciones que fueron perdiendo significado en la medida en que el Frente Nacional
acudía a iguales o peores métodos represivos. Justamente durante los años del Frente
Nacional se sofistican las formas represivas del Estado, la persecución y vejámenes de
los servicios secretos son tan siniestros y cotidianos como regulares los consejos de
guena del Ejército contra la oposición más radical del país.
En todos los departamentos la campaña electoral se desarrollaba con vehemencia
y virulencia y, como lo hemos anotado, en todos ellos la ANAPO tenía buenos gallos de
pelea, pero no podía descuidar a Bogotá y Cundinamarca, plaza fuerte, de curtidos
zorros políticos. Aquí estaba, al pie de todo, María Eugenia, incomparable por su
tenacidad y permanencia, por sus formas de llegar a la gente de abajo y sobre todo por
su constancia. Sin duda a ella se debía la cooptación popular de ambos partidos que
había convertido a Bogotá en la meca del movimiento anapista. Desde entonces Bogotá pautaba política y culturalmente. Si la influencia del anapismo en la capital era
Vélez y el 5 de diciembre de 1969 fue asesinado en Pereira el senador anapista Jaime Sáenz Hurtado
por un joven de 20 años. Al parecer no hubo móviles políticos. Véase Aíerta, julio 29 de 1969, p. 4 y
diciembre 15 de 1969.
133
considerable, lo sería también en el resto de las capitales. El parlamentario y médico
Alvaro Ramos Murillo y el periodista Alberto Zalamea fueron designados coordinadores conservador y liberal respectivamente de la campaña en el Distrito y en el Departamento de Cundinamarca13.
El líder del anapismo liberal Alberto Zalamea hizo un llamado a la clase media
conformada por profesionales, industriales, agricultores y universitarios para que se
vincularan a la ANAPO. Le preocupaba que la ANAPO no llegase a esta clase de la
misma manera como llegaba a las clases bajas de la población. Al fin y al cabo esa
había sido una de sus preocupaciones en su cañera política. Los resultados electorales
terminarán dándole la razón a Zalamea.
María Eugenia, Alvaro Ramos y Alberto Zalamea se desplazaron también a lo
largo y ancho del departamento de Cundinamarca. En agosto cubrieron las provincias
del Guavio y Tequendama dejando en marcha los comandos de dichas regiones. Aquí
no se crearon comandos según las alas del movimiento, sino que se unificaron y se
procedió a proclamar la candidatura del general Rojas. En septiembre estuvieron en
la Provincia de Guaduas e instalaron comandos liberales en los pueblos de Guaduas y
Chaguaní; lo mismo hicieron en los municipios aledaños a Bogotá, Bosa y Soacha.
Además, donde las condiciones culturales y políticas lo permitieron fueron creados
comandos del ala liberal. En agosto se constituyeron los de Duitama y Sogamoso, en
Boyacá.
Los comandos hacían las veces de sociabilidades que servían para que la gente de
los banios se reuniera. Por ejemplo, no faltaron los costureros de mujeres analistas
integrados por niñas y por mujeres mayores. Alberto Zalamea se desplazó a fines de
noviembre a Yacopí, La Palma y Pacho. Fue recibido con desfiles, realizó manifestaciones, convocó a la juventud liberal a sumarse al anapismo en una conferencia en el
Teatro de Pacho; reorganizó e instaló comandos del ala liberal. Rojas Pinilla llegó a
esta población el seis de diciembre, donde reinaba el ambiente favorable dejado por
Zalamea, en compañía de una amplísima comitiva. El floreciente municipio vivió un
sábado de fiesta. El candidato visitó el mismo día la población de Zipaquirá. La Plaza
de los Comuneros desde donde hablaron los jefes del movimiento estaba adornada
con gallardetes, banderas, festones y pancartas.
El oriente de Cundinamarca fue visitado por Rojas el ocho de diciembre. En
Cáqueza se reunió aquel día la gente de la ANAPO convocada por los senadores Excelino
Gutiérrez y José de Jesús Bejarano, quienes llevaron la palabra además de Manuel
Bayona Canascal y Alberto Zalamea.
3.1. El sur de Bogotá, fortín y esperanza del anapismo
María Eugenia, designada directora nacional de la campaña, concentró su actividad en la reorganización, carnetización y revítalización del movimiento en Cundinamarca y Bogotá, ANAPO desplegó brigadas para ofrecer servicios médicos y odontológicos
13. El Distrito Especial de Bogotá fue dividido en 13 zonas. Hernando Segura Perdomo, Mario
Arango y Gloria Uribe fueron designados directores de propaganda. Entre los más destacados dirigentes de Bogotá vale la pena destacar a: Gregorio Duarte, Carlos Monroy Reyes, Octavio Belalcázar,
Carlos Bula, Joaquín Mejía Figueredo, Georgina Ballesteros de Gaitán, entre tantos.
134
gratuitos en los barrios pobres. El Instituto de Capacitación reanudó sus labores bajo
la dirección de Mario Arango14. El anapismo le prestó especial atención al sur de
Bogotá. Desde sus inicios en 1961, el rojismo colocó gran atención a la nueva ciudad
que se erigía al sur, conformada por los desplazados de entonces. Para finales de la
década podía ya recoger sus frutos. Un enjambre de líderes populares movilizaba los
barrios pobres del sector, hombres con edades entre los 35 y 40 años y mujeres sobre
quienes recaía el peso de sus hogares. Entre los dirigentes locales, se encontraban
militares retirados.
La mayoría de los barrios estaban en formación, era difícil llegar a muchos de
ellos, pero los líderes se las ingeniaron para conquistar el corazón de la gente con
brigadas de salud. En los barrios Claret, Carmen, Tunjuelito, Inglés, Muzú, Quiroga
tenían cuadros populares que se encargaban de movilizar la población a las concentraciones populares a escuchar a María Eugenia y a Alberto Zalamea. En el barrio
Claret el anapismo tenía su principal centro de operaciones que atendía a la gente del
sur. Allí funcionaba un local para la asistencia médica, odontológica y jurídica. Los
festivales bailables que se organizaban todos los fines de semana cumplían la doble
función de recoger fondos para la campaña y servían de socialización de la militancia,
los anapistas de la base se codeaban con los líderes medios y tenían la oportunidad de
tocar y ver a María Eugenia que pasaba y repasaba sin cesar por los barrios. Como se
verá más adelante, la ANAPO recogerá los frutos de esta inversión de energía en el sur
de Bogotá en las elecciones del 19 de abril.
4. U n 20 de julio distinto
En la sesión inaugural del Congreso, el 20 de julio de 1969, los anapistas presentaron, como siempre lo hacían pero sin el ruido de siempre, una constancia en donde
manifestaron que irían con el nombre de Rojas Pinilla como candidato del movimiento a la presidencia y prometieron no aprobar ninguna medida tributaria. En efecto se
opusieron al paquete tributario presentado por el gobiemo a finales de agosto15. Su
oposición incidió en el retiro de las medidas por parte del gobiemo, lo cual fue celebrado por el anapismo como triunfo suyo. Sin embargo, el show en el Congreso esta vez
estuvo a cargo del senador José Ignacio Vives Echeverría. En cambio, la ANAPO decidió hacer el suyo en la calle. En la que fuera la antigua Casa Gaitanista se instaló el 20
de julio de 1969 en Bogotá la Casa Rojista en medio de un ambiente festivo propio de
las celebraciones anapistas: música de viento, desfiles, pólvora, niñas y jovencitas
engalanadas de pies a cabeza con los colores del movimiento. Delegaciones de los
barrios de la ciudad y de municipios aledaños llegaron portando pancartas con letreros: Ayer con Gaitán, hoy con Rojas; el obrerismo con Rojas, El estudiantado con Rojas, el
campesinado con Rojas, el liberalismo con Rojas, el conservatismo con Rojas. El General,
quien apareció en medio de un frenesí político soltó al aire palomas blancas significando su compromiso con la paz de los colombianos. Después de inaugurada la nueva
sede la plana mayor del anapismo regional encabezó un pomposo desfile que tomó la
14. Alerta, octubre 31 de 1969, p. 4.
15. Véase constancia en: Anales del Congreso, agosto 27 de 1969, p. 571.
135
carrera séptima. Al compás de himnos pasaron por el Capitolio Nacional y llegando a
las instalaciones de Eí Tiempo Alberto Zalamea improvisó un discurso alternando con
los gritos de Rojas sí otro no de los manifestantes. Más adelante, cuando pasaron por la
sede de Belisario Betancur, Zalamea volvió y habló alternando esta vez con los gritos
de la multitud de Rojas sí, Belisario no. La manifestación terminó en la residencia del
general Rojas quien salió al balcón a saludar a la muchedumbre que al verlo entonó el
bimno nacional y agitó pañuelos blancos. Zalamea intervino destacando la presencia
del pueblo en la calle, dando paso a la alocución del general Rojas quien ya había
hablado en la mañana durante la inauguración de la sede del movimiento.
5. Las mujeres del General
Otra vez en los campos, después del sufrimiento,
está el maíz y el trigo, en tu espada naciendo:
campesinas, obreras, te ofrecerán sus hijos,
y serán las mujeres tu mejor regimiento16.
Los anapistas no descuidaron entre sus convocados a las mujeres. Sin duda la
ANAPO era un movimiento de hombres. Pero las mujeres jugaron un papel destacado.
Militaban apasionadamente y dinamizaban la organización de eventos, eran eficaces
en la consecución de nuevos adeptos y en la preservación y reproducción de la memoria. Su papel de madres evocaba los gratos recuerdos de una época de abundancia,
una vida menos cara y un ex presidente vinculado a los aguinaldos que recibían los
niños en las navidades. Se las encontraba por montones en las manifestaciones y en
los comandos populares. Además, la recepción por parte de los pobres de la imagen de
María Eugenia, quien daba al movimiento un aura familiar y hogareña, era positiva.
La imagen que María Eugenia proyectaba era la de una gran movilizadora de masas
que legitimaba su alias de capitana, y la de una mujer que se las arreglaba para el
ejercicio de múltiples roles: fiel esposa, madre, leal hija del General, alma y vida de la
ANAPO. No era la estampa de una mujer revolucionaria prototipo de los nuevos tiempos. Era una señora de edad media que aparecía en los afiches, en las tarjetas de año
nuevo o en los almanaques al lado de sus dos pequeños, Iván y Samuel; no aparecía el
esposo. Pero esto daba un mensaje que podía leerse de variadas formas: ¿madre soltera? Muy posible. Era la imagen de una mujer con hijos que también hacía política para
ayudar a los de abajo como siempre lo había hecho.
Gracias a MER la ANAPO le había movido el piso al liberalismo en Bogotá, bastión
de ese partido, desde 1964. Había penetrado el corazón de los colombianos de abajo
desde su época de directora de SENDAS en el gobierno de su padre y se le identificaba
también por su lucha en favor del reconocimiento de los derechos civiles y políticos de
la mujer colombiana. Con ella y con su padre este derecho había sido una realidad17.
Su madre tenía la primera cédula otorgada por el gobierno de Rojas Pinilla a las
mujeres y ella la segunda; la tercera le había correspondido a la esposa del controver16. Estrofa de una poesía leída por la poetisa Anita Díaz en el Primer Congreso de Mujeres
realizado en Bogotá en agosto de 1969.
17. La ANAC, Asamblea Nacional Constituyente aprobó y firmó el Acto Legislativo NQ 3 del 25
de agosto de 1954 que otorgó a la mujer la plenitud de sus derechos ciudadanos.
136
tido Lucio Pabón Núñez, doña Lucila de Pabón, y la cuarta a la esposa del actual
candidato conservador Evaristo Sourdís, la señora Adelaida Nájera de Sourdís.
Estaban además otras mujeres aguerridas que pautaban mensajes descifrados por
el pueblo: la controvertida Josefina Valencia de Hubach, hermana del expresidente
GuiUermo León Valencia, rojista desde la época del régimen militar cuando fue la
primera gobernadora en Colombia y la primera ministra de Educación. Doña Georgina
Ballesteros de Gaitán también dinamizaba el debate de los anapistas. En el gobierno
de Rojas, además, hubo mujeres constituyentes y una mujer magistrado, la liberal
Aydée Anzola Linares o figuras como la dirigente nacional Edel Téllez. Esto para
referirnos sólo a las rojistas de arriba. Entre los cuadros medios Carmen Alicia López
en Pasto movía las barriadas de la ciudad lo mismo que las diputadas Dacier Arango,
en Cali; María Teresa Arango, en Antioquia, Rosaura Caballero, en Cundinamarca;
la barranquillera María Arango de Meyer, la chucureña Gabriela de Ramírez, la poetiza
Anita Díaz en el centro del país; la antioqueña Martha Álzate de Escobar; la llanera
Fanny González, la tulueña Bárbara de Cataño, la palmireña Carlina Echeverry de
Cadavid, la cundinamarquesa Amelia Amado.
Desde los tiempos de su gobierno, Rojas aparecía en las fotografías de palacio en
compañía de sus dos mujeres: Doña Carola, su esposa, y María Fugenia, su hija. Sus
hijos varones no los conoció el país. Doña Carola no figuraba como hubiera podido
hacerlo. Prefirió que su lugar fuera ocupado, como en efecto lo fue, por su hija. La
imagen de un Rojas bendito entre las mujeres permanecía. Su vida pública, sus intentos
de reivindicación social exitosos o fallidos, su aura de mártir viviente, la imagen que
proyectaba de hombre de hogar, su pensamiento conservador lo mismo que su conducta, todo lo que envolvía su personalidad pública y privada atraía a las mujeres colombianas, les daba la seguridad y la confianza para el futuro que no encontraron en el
Frente Nacional. A ellas se debió en buena parte la conservación y difusión de una
memoria que el establecimiento pretendía ocultar y borrar. Claro, se abultaba la memoria, pero permanecía y era aprovechada para efectos del proselitismo político. Para
una sociedad inestable, de tránsito, como era la colombiana de entonces, el espíritu
conservador de la mujer se identificaba con los significados de la vida de Rojas. Curiosamente, en esa sociedad machista en la que se movían las mujeres de los anapistas,
ellas sentían grados de libertad por tratarse en su mayoría de mujeres casadas y en
edades media o avanzada, ya que podían estar en las manifestaciones de la ANAPO con
el pleno consentimiento de sus esposos que también comulgaban con el general.
Las mujeres, por su misma situación de amas de casa de tiempo completo tenían
sobradas razones para apoyar o expresar simpatía por Rojas. En los recuerdos de las
mujeres pesaba una época de comida barata, los años del proceso de paz y con él el
regreso de muchas de ellas a sus lugares de origen, en contraste a su actual situación
de estar relegadas a las funciones del hogar y a la atención de numerosos hijos durante los aguinaldos. La campaña del 70, que tenía entre sus ejes principales el de la
conservación de la memoria les obligaba a exponer la suya en público.
5.1. El primer congreso de mujeres anapistas
Por lo anterior se demuestra que los rojistas no improvisaban en materia femenina
cuando convocaron el Primer Congreso de Mujeres que se llevó a cabo en el Salón
Elíptico del Congreso el 23 de agosto de 1969. Se celebraba el decimoquinto aniversa137
rio del acto emanado de la Constituyente que otorgó a la mujer colombiana el derecho de ciudadanía bajo el gobierno de Rojas. Llegaron delegaciones femeninas de
todos los rincones ataviadas con sus trajes típicos que servían de decoración a la
belleza humana en el recinto. En los discursos se rememoró y se reconoció el gesto de
Rojas de haberle concedido los derechos ciudadanos a la mujer. Fue un acto más en la
batalla por la memoria en que se había convertido la campaña electoral. El establecimiento no se cansaba de desmentir a los anapistas que reclamaban para su jefe el
reconocimiento de los derechos civiles y políticos de la mujer en Colombia. La Asamblea femeninaproclamó solemnemente la candidatura de Rojas y juró no ser inferior
al momento que vivía la patria. Georgina Ballesteros, quien tomó el juramento a las
mujeres manifestó:
Señor general Rojas Pinilla: la familia liberal y la familia conservadora, al hacerse partícipe de esta proclamación, deposita en usted todas sus aspiraciones porque está segura
que el poder calmará el hambre de educación, el ansia de libertad, la sed de justicia y la
miseria que oprime al pueblo colombiano18.
Las mujeres anapistas hablaron también de la naturaleza del anapismo:
ANAPO es un movimiento místicamente pobre, porque es del pueblo y de las clases menos
favorecidas económicamente. Pero al mismo tiempo es libre, porque en forma espontánea ya hizo su elección: su único candidato es el señor General Gustavo Rojas Pinilla,
cuya propaganda electoral será modesta, pero grandiosa y elocuente, porque la hace el
propio pueblo19.
En esta ocasión el general Rojas evocó la ironía que envolvía el hecho de realizarse el evento en el mismo lugar en que la mujer había ganado sus derechos y él perdido
los suyos: el Salón Elíptico del Capitolio Nacional. Les habló sobre lo que ellas querían
escuchar: la maternidad como lo más sublime que existe en el mundo y cómo cualquier precio era poco para pagarle a la mujer ese sacrificio. Agregó no poder olvidar
que desde su llegada a la Presidencia de la República, la mujer era la verdadera
víctima del subdesarrollo colombiano, la violencia política, la violencia económica y
de todos los peligros que afectaban a la república. Se intenogaba a sí mismo "¿Acaso
nosotros como hijos podemos negar que la verdadera reina del hogar es la madre?"; y
continuaba afirmando: "Yo como soldado, que soy enemigo de la violencia, tengo que
estar al lado de vosotras para defenderos, para reivindicaros y para que lleguéis a
ocupar puestos que os corresponden con los mismos derechos que tienen los hombres,
me coloco a vuestro lado para defenderlas y para asegurarles que alcancen el status
que merecen con los mismos derechos de los hombres" 20 . Después del evento, como
sucedía siempre, se organizaba una manifestación en dirección a la residencia de
Rojas. Mientras llegaban, los manifestantes formaban la algarabía por las calles e improvisaban tribunas a lo largo de la carrera séptima. En casa del general volvían y
hablaban como si nada. Al final toda la ciudad se enteraba y la prensa oficial no podía
guardar silencio.
18. Alerta, septiembre 15 de 1969, p. 5.
19. Intervención de la poetisa Anita Rodríguez. Véase Alerta, septiembre 15 de 1969, p.
20. Ibid., p. 8.
138
Otra razón para la apelación de los anapistas a las mujeres es que constituían la
mayoría de la población. Durante el Frente Nacional ellas fueron quienes definieron
la composición de los cuerpos legislativos y por supuesto inclinaban la votación presidencial hacia su lado. Para 1970 cuatro millones y medio de mujeres estaban en capacidad de votar. Por eso la propaganda política de todos los partidos invitaba a que
inscribieran sus cédulas. Pero no se trataba sólo de apelación a las mujeres. Estas no
eran pasivas. Su vinculación se debía también al imperativo de los nuevos tiempos
que les exigía levantar sus voces para reclamar educación para sus hijos, techo para
sus hogares, salud pública y el pan de cada día. Estas posibilidades eran las que ellas
leían en un futuro gobiemo de Rojas y en el papel que allí podía jugar María Eugenia,
ese era el contenido del carisma que ésta poseía. Por eso en la medida en que fue
avanzando la campaña, la vinculación de la mujer a las actividades proselitistas fue
desbordante. No estaban relegadas simplemente a la confección de los adornos para
la decoración de los eventos políticos o para la preparación de las papeletas de votación sino que se fueron integrando a las giras hasta el punto de no haber manifestación en donde no llevaran la palabra. La política al lado del general Rojas las capacitó
en el arte de dirigirse a las multitudes. Las hubo fogosas y rebeldes. Fanny González, la
popular dirigente liberal del Meta, se convirtió en una mujer de tribuna. Enarboló las
banderas de las reivindicaciones populares del departamento y junto con los emenelistas
locales vociferó donde pudo a favor de la revolución social.
Estando próximas las elecciones del 19 de abril, Occidente, el diario caleño al
servicio de la candidatura de Sourdís, reconoció los méritos de MER considerándola
"la caudillo más importante que ha nacido en este país en toda su historia republicana". Y comparó la parábola de su vida con los objetivos de la vida del líder nacionalista de derecha español José Antonio Primo de Rivera:
El caudillo español se vinculó a la vida pública y concretamente a la política acicateado
por el nobilísimo y bello propósito de reivindicar la memoria de su padre el dictador
Miguel Primo de Rivera, contra la conspiración de los enanos que lo responsabilizaron a
él y a su régimen de muchos crímenes y delitos contra la Madre Patria. Y que el general
desde luego, nunca cometió. Todo lo contrario: los seis años de su dictadura fueron de los
más prósperos para España. La incursión de María Eugenia en la política se asemeja
mucho a la de José Antonio. No sólo porque la motivación es exacta, es decir devolverle
a su padre la reputación, el prestigio y los derechos y dignidades ciudadanos, sino porque
muchas de las ideas, del estilo y la estrategia del caudillo fueron copiadas por ANAPO.
Incluso la organización de sus cuadros es bastante similar a la de Falange Española de la
J.O.N.S.21.
La atención del anapismo al voto de las mujeres se expresó en la organización de
Comandos femeninos por todas partes. Estaban bajo la coordinación nacional de Ruth
de Bej araño que visitaba las provincias instalando comités barriales femeninos y convenciendo a las anapistas de la necesidad de vigilar los escrutinios del 19 de abril ante
el peligro del fraude.
Para el cuatro de abril de 1970, a pocos días de las elecciones, las mujeres anapistas
recibieron de MER una convocatoria para desfilar juntas hacia la Plaza de Bolívar. La
21. Véase Alerta, marzo 19 de 1970, p. 12.
139
directora de la campaña anapista les insistía en la necesidad de desempeñar un papel
preponderante en el desanollo de la política nacional:
A todas las espero ese día-decía la invitación-. Yo encabezaré el desfile. Iré acompañada
por las madres, por las esposas, por las hijas, por las estudiantes; por las mujeres que
quieren una patria mejor [...]. Ahora quiero que públicamente expresen su descontento;
que salgan a las calles a mostrar sus heridas, a enjugar sus lágrimas. Yo soy ahora la que voy
a acompañarlas en esta dura empresa de cambiar el orden injusto que nos oprime por un
orden nuevo, para bien de nuestros esposos, de nuestros padres, de nuestros hijos22.
Así, en la misma fecha miles de mujeres rojistas desfilaron por la carrera séptima
hasta unirse en la Plaza de Bolívar con la multitud anapista que asistía a la denominada Manifestación de la victoria.
Las mujeres anapistas que se expresaban en "Aquí Nosotras", una columna que
aparecía cotidianamente en Alerta, acusaron al presidente Lleras de machista por no
tenerlas en cuenta entre sus colaboradores principales en ministerios, gobernaciones y
demás organismos de la administración pública. Denunciaron el no reconocerle a la
mujer capacidad para desempeñar funciones serias. Agregaron además: "Y hace bien
el Presidente en no creer en nosotras porque tampoco nosotras creemos en él. Y, por
fortuna, gracias a su machismo gubernamental, no estamos comprometidas en una
administración que pasará a la historia como la más despótica, la más impopular y
deshumanizada que haya padecido el país desde sus orígenes" 23 .
En cartas recogidas en la mencionada columna las mujeres explicaron una y otra
vez las razones que las llevaban a votar por el general Rojas. Las liberales le reconocían a los varones de esa colectividad el haber salvado al partido en los aciagos años
de la violencia y hacían constatar que sólo él estaba comprometido con el pueblo en el
deseo de mejorar sus condiciones de vida.
Una mujer de la que se esperaba mucho en el país, Gloria Gaitán, la hija de Jorge
Eliécer Gaitán y que para entonces estaba casada con el líder del Movimiento Socialista Colombiano, Luis Emiro Valencia, manifestaba sentir admiración por MER:
Yo considero que ella constituye un ejemplo para todas las mujeres, y especialmente para
las que queremos hacer política. Los resultados positivos de la ANAPO se deben en gran
parte a su inteligencia y a su capacidad. Personalmente me subyuga como rasgo esencial
de su personalidad esa sensación de honestidad que ella irradia. Es una mujer que inspira
confianza, y yo creo que eso es lo que hace que el pueblo la siga con tanto entusiasmo.
Además, me parece sumamente respetable su actitud, al luchar por años hasta obtener la
reivindicación de su padre. Y yo creo que en ese aspecto nos une un cierto paralelo. En
ella, la determinación de no dejar que vapulearan a su padre, y en mí la protesta continua
para que no se traicione el pensamiento de Gaitán y no se deforme su ideología ni sus
propósitos políticos24.
Antes de finalizar la campaña de 1970, la prensa anapista se dirigió a las madres
colombianas en una propaganda del siguiente estilo:
22. Alerta, abril 2 de 1970, p. 3.
23. Alerta, abril 3 de 1970, p. 2.
24. Alerta, abril 9 de 1970, p. 5.
140
[...] ayudadnos con vuestro voto a salvar a Colombia de la explotación inmisericorde de
que están siendo víctimas vuestros esposos, vuestros hijos. / Ayúdanos con vuestro voto
para obtener educación gratuita pata todos los niños colombianos/ Ayúdanos con vuestro voto para que se opere el gran cambio en el gobierno colombiano en el que ha
imperado la mentira, la injusticia, el sectarismo político, el enriquecimiento cada vez
mayor de la oligarquía a costa de los sacrificios del pueblo trabajador para el que cada día
aumentan los costos de la vida, los impuestos, la intensidad en el trabajo, frente a los
salarios de hambre con que son compensados sus esfuerzos, sin olvidar que todos aquellos que la vida los ha colocado por encima de los 40 años de edad no tienen derecho a
trabajar, a sostener sus familias, a vivir como ciudadanos / Ayúdanos con vuestros votos
pata asegurar el futuro de vuestros esposos, de vuestros hijos / Por una Colombia justa!/
¡Con Rojas al poder!25.
6. Eí Trópico, alma y vida del a n a p i s m o s a n t a n d e r e a n o (dos)
Eí Trópico, ese periódico de San Vicente de Chucurí fue convirtiéndose en u n
aliado de los campesinos y de los pobres, no sólo por escribir a su favor sino por colaborar en la solución de problemas inmediatos a través de una idea de factura anapista y
nueva para San Vicente: las Brigadas cívico-sociales. Desde febrero de 1969 el periódico se embarcó en esta actividad: "Las campañas cívico sociales de El Trópico no tien e n otro interés que el de prestar un servicio gratuito a la gente más necesitada de
nuestro pueblo: los campesinos", explicó el periódico 26 . Las brigadas llevaban asistencia médica, odontológica y de saneamiento a los pobladores de veredas aledañas a
San Vicente. Médicos, peluqueros, enfermeras colaborarán en este servicio social.
Vacunas y drogas eran repartidas entre los campesinos. Más tarde se asistió a los
campesinos en asuntos veterinarios: castración bobina, equina y demás especies, tratamiento para parásitos en sus ganados, vacunación, etc.
Al cumplir Eí Trópico un año de labores, su director se dirigió a Eí Espectador para
explicar sus logros:
Se ha logrado un servicio para aproximadas 700 personas entre niños y adultos que se
beneficiaron con más de mil exodoncias, 320 vacunas diferentes, 320 consultas médicas,
135 muestras de sangre para análisis, 400 cortes de pelo, más de $ 15.000 en drogas
donadas por el centro de salud, más de $2.500 entre cuadernos, libros y catecismos
obsequiados por la Cooperativa de Ahorro y Crédito de San Vicente y el Almacén
Lolanna del señor Guillermo Bayona Centeno. / También hemos visto solución a varias
anomalías y un poco de mejor atención de parte de las autoridades para con los problemas sociales que criticamos; y, lo principal para nosotros, que los habitantes han tenido
conciencia de sus deberes y derechos y acuden a nosotros para anunciar sus obras de
adelanto así como sus necesidades27.
Jaime Ramírez, inspirador del periódico, había tocado las puertas del Director de
CARE en Colombia para procurar apoyo en la creación de comedores infantiles en las
veredas del municipio. En el texto de la misiva, el director del periódico argumentaba:
25. Ibid.
26. El Trópico, febrero 9 de 1969, p. 2.
27. Carta enviada por Jaime Ramírez al director de El Espectador, San Vicente, agosto 20 de
1969. Del archivo de El Trópico.
141
En la población de San Vicente hay gran cantidad de niños desnutridos, cuyas familias
carecen completamente de recursos para su mediana subsistencia; por tal motivo solicito a
usted el envío de alimentos, leche en polvo, aceites, enlatados que serán distribuidos también
en las veredas durante las campañas o brigadas cívico-sociales de Eí Trópico en las cuales
personalmente como odontólogo que soy y con la colaboración de enfermeras, médicos,
peluqueros, he realizado y lo seguiré haciendo, una labor que beneficia a los campesinos28.
En otra carta enviada a un influyente amigo suyo, Ramírez anotaba:
Además le acompaño copia de la carta que le envié al señor Peter J. Reis, director del CARE
en Colombia, de acuerdo a la petición de un comedor infantil en la vereda La Colorada.
/ Sé agradecer a usted toda su ayuda que me preste para conseguir dicho comedor a
nombre de El Trópico, pues es mi anhelo poder ir realizando o consiguiendo obras a
nombre del periódico, y así dejar una huella de su paso por esta tropical ciudad suya y de
sus padres fundadores de la misma29.
Gracias a sus iniciativas sociales, Jaime Ramírez ganó reconocimiento en toda la
provincia. Se convirtió en un personaje codiciado por las agrupaciones políticas disidentes de los partidos tradicionales. Sin embargo, se granjeó la animadversión de las
élites locales y provinciales. El macartismo no demoró. El y sus amigos fueron tachados, en volantes, desde inexpertos, amorales, maniáticos y frustrados, hasta delincuentes y nido de crápulas.
Néstor Díaz Ballesteros, el cura párroco de la localidad denunció a El Trópico
como "periódico nauseabundo, ateo, antirreligioso, amoral, izquierdista, dirigido por
amargados sociales", por el solo hecho de haber pedido sus editores la iniciación del
hospital de caridad de San Vicente en lugar de la construcción de la casa cural.
Ramírez contestó:
[...] este mismo amargado social ha tomado la rienda en la organización de las brigadas
cívico sociales de Eí Trópico donde con asocio de distinguidísimos galenos, de enfermeros, de peluqueros y del suscrito como odontólogo está tratando de calmar un poco las
innumerables dolencias de nuestros semejantes tal como la misma religión y Dios lo
mandan y lo exigen30.
De nuevo se hicieron circular volantes por la región. Esta vez estaban firmados por
u n grupo que se autollamaba Chucureños francos y en u n estilo menos elaborado que
los primeros manifiestos del liberalismo oficial:
Dirigidos para montar la infamia y la discordia por ese torpe e ignorante secuestrador y
explotador de las sanas mentes campesinas, que no comprenden sus "Mal intencionadas
brigadas" con ideas de un cerebro pútrido, víctima en muchas ocasiones de su propio
invento, por traficar con la falsedad y la mentira, ante la ignorancia de sus pocos y
propios seguidores. Nido de crápulas sin ningún respaldo ciudadano, que pretenden ser
los abanderados de la próxima administración y que están convencidos en solidarizar un
pueblo, pueblo que los ha descalificado por sus procederes poco honestos y sin fundamentos sólidos pero muy mendaces31.
28. Carta de Jaime Ramírez Ramírez, director de El Trópico a Peter J. Reiz, Director de CARE en
Colombia. San Vicente, septiembre 30 de 1969, archivo de la familia Ramírez Rueda.
29. Del archivo de El Trópico.
30. Eí Trópico, marzo 23 de 1969, p. 2.
31. Del archivo de El Trópico.
142
Como anotamos atrás, el San Vicente de Chucurí de El Trópico giraba en t o m o a
Barrancabermeja, sitio también de tradición reivindicativa de derechos sociales. Esta
ciudad era prácticamente la capital de la provincia. Allí, Luis Eduardo García Rueda, hombre de radio proveniente del MRL estaba atento a las actividades cívicas de
Ramírez. El locutor cautivaba a sus oyentes a través de "La Voz del Petróleo". Casimiro
Comenta, un programa suyo de humor político era cotidianamente sintonizado por la
población. La lucha social terminó acercando a García Rueda y Jaime Ramírez y
ambos terminaron abriéndose espacio en el anapismo de la región pasando a nutrir un
selecto grupo ya combativo integrado por Carlos Toledo Plata, Alberto Ordóñez
Galindo, Ciro Ríos Nieto, entre otros.
La llegada de Jaime Ramírez con su gente, con su periódico y con su influencia
fue de gran importancia para la ANAPO. El carácter de reivindicación regionalista que
le había dado Betancur a su campaña empezó interesando a El Trópico, pero terminaron por escoger a Rojas que gracias a este hecho conquistó la beligerancia de esta
provincia. Ramírez iría en segundo renglón para la Asamblea Departamental y en
primero para el concejo de la localidad. Entraba por lo alto a un movimiento que le
permitiría conservar el liderazgo que intrépidamente había conquistado. Pero no se
trataba sólo de Jaime Ramírez. El periódico era expresión de una generación de jóvenes intrépidos cuya procedencia política era bipartidista como la de los anapistas:
Los directivos de El Trópico tenemos nuestro color partidista, y para satisfacer curiosidades repetimos que el Director, así como Jaime León Pinilla y Edmundo Orduz Monroy,
pertenecemos al Partido Liberal, y José Joaquín Forero Navas y Luis José Otero Ardila, al
conservador. Pero unidos, eso sí, para exigir lo que San Vicente merece y para solicitar
cambios de funcionarios ineptos así sean de cualesquiera de los partidos políticos32.
La opción de los editores del periódico por la ANAPO arreció la animadversión de
los frentenacionalistas. N o faltó el bloqueo a su circulación. U n campesino manifestó
a la redacción su preocupación:
Señor Director de El Trópico D. Jaime Ramírez R.
Estimado señor y amigo quiero decirle que no se porque razón no me llegó el trópico esta
semana, muchos me preguntan que si el trópico se acabó que ya no llega, hasta hoy juebes
27 de nobiembre no lo é recibido ni me puedo imaginar el motibo porque yo se que en
San Vicente vendieron trópico33.
La conversión de los editores de El Trópico a la ANAPO arrastró a sus lectores
campesinos. Como se debe haber intuido, el liderazgo campesino que dialogaba con el
periódico, aunque expresaba sus ideas en un lenguaje no suficientemente elaborado,
era un contertulio formado en el discurso de la disidencia liberal de corte gaitanista.
Pasar a la retórica anapista, por ello, no les fue difícil. En sus escritos están los discursos de otros tiempos, discursos que ellos escucharon y a los que se afiliaron cuando
eran jóvenes:
El señor Gómez quiso reunir el personal de la vereda en la escuela de la misma para
presidirles una manifestación a nombre de las oligarquías liverales y concervadoras pero
32. El Trópico, julio 20 de 1969, p. 2.
33. Carta de RAMA a Jaime Ramírez, noviembre 27 de 1969.
143
resulta que ese día nadie se asomó por ahí a hoir al político liveral oligarca. El político
Gómez petdio todo su sacrificio de tener que caminar 3 horas de camino, el pierde todo
su esfuerzo que hagan porque con el casique Noel Acevedo lo pasan disiendo los domindos
a la hora de la pesa que para los anapistas la carne la va a poner mas cara, dise el casique
Noel, y el tal gomes dise que los que voten por ANAPO es perdido pero quien sabe si el
pueblo estara sometido a aguantar más ambre y miseria por los especuladorese34.
N o es casual que Yarima, uno de los sitios de donde llegaba correspondencia al
periódico fuera un corregimiento cuyo parque principal estaba presidido por una estatua de Jorge Eliécer Gaitán, la cual el corresponsal mencionaba con frecuencia para
poner de presente todo el mundo simbólico que entrañaba tal evocación: "(...) este
parque donde está levantada la egregia figura inmemorable imagen del insigne caudillo sacrificado el 9 de abril de 1948 Jorge Eliécer Gaitán (...)" 35 .
7. Rojas quiere cooptar el clero rebelde
En la medida en que avanzaba la segunda mitad de 1969 la represión oficial se
hacía más ofensiva. Sacerdotes y estudiantes rebeldes estaban en la mira de los organismos represivos. A mediados de octubre los sacerdotes católicos Rene García, Vicente Mejía, Manuel Álzate y Luis Correa fueron encarcelados en Medellín y sometidos a torturas por parte del Departamento Administrativo de Seguridad, DAS. Los
anapistas denunciaron al Frente Nacional por violación de los derechos humanos "al
perseguir en forma salvaje a los distinguidos levitas que h a n denunciado la corrupción e inmoralidad e ineficacia del Gobierno" 36 . Rojas había legitimado la conducta
del clero rebelde:
El clero joven está siguiendo las instrucciones de Su Santidad; entonces no es rebeldía
porque al contrario es una sumisión a las enseñanzas o directivas del Romano Pontífice
que ha visto que la salvación de la Iglesia está en seguir la doctrina de Cristo. Es decir, que
el sacerdote esté al lado del pobre, del necesitado para poderlo ayudar, y no al lado del
poderoso. Uno llega a la conclusión de que esa inconformidad es por la conducta de
muchos sacerdotes que se olvidan de que Cristo murió en la cruz para salvar a la humanidad, y la inmensa mayoría de la humanidad es gente pobre, se olvidaron del pobre37.
Para entonces hubo sacerdotes que se solidarizaron con sus compañeros rebeldes y
criticaron la conducta de la Iglesia oficial contra ellos. En Aíerta se publicaron cartas
de levitas que criticaron el lenguaje utilizado contra los curas rebeldes, en medios
hablados y escritos, por algunos prelados 38 .
La persecución contra el clero popular se generalizaba en todo el territorio. En
Gachantivá el padre boyacense Alfonso Vanegas fue expulsado de su parroquia. El
34. Carta de un campesino al Director de Eí Trópico. Sin fecha.
35. Carta de un campesino desde el corregimiento de Yarima, junio 9 de 1969.
36. Anales del Congreso, octubre 23 de 1969, p. 1.003. También habían protestado en julio último
por la manera brutal como la fuerza pública había arremetido contra los estudiantes de los colegios de
Barrancabermeja.
37. Aíerta, marzo 20 de 1969, p. 7.
38. Alerta, noviembre 30 de 1969, p.13.
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parlamentario anapista Edmundo Quevedo recogió algunos testimonios de los parroquianos y concluyó que la actividad del sacerdote había consistido en popularizar y
modernizar la enseñanza de la doctrina católica de acuerdo con las mismas enseñanzas de los Pontífices. Los católicos de la población habían tenido acceso directo a las
sagradas escrituras lo mismo que las encíclicas papales. Junto a esto la gente se había
podido organizar en una especie de cofradía religiosa que le permitía escuchar conferencias, aprender y perfeccionarse en distintas artes. La misa había pasado a
concelebrarse por todos los fieles y en las fiestas parroquiales todo el mundo participaba. Por supuesto, no faltaba la crítica al establecimiento, a la desigualdad social, a la
injusticia y a las persecuciones39.
Para Rojas los problemas de la Iglesia harían parte de la agenda gubernamental y
no le importaba que lo criticaran por inmiscuirse en asuntos tan vedados. Entre otras
cosas, proponía la democratización en la selección de obispo y arzobispos:
Tenemos un concordato que está vigente entre Colombia y la Santa Sede; en ese concordato hay un artículo 15 que establece que cuando haya una vacante del Obispo o Arzobispo en la Diócesis de la República, el presidente forma una terna con los sacerdotes
para llenar la vacante y ocupar la nueva dignidad, terna que se envía a Su Santidad para
que escoja la persona que él considere mejor. Cuando tengamos que pasar una terna la
formaré yo después de someter a votación al clero colombiano los nombres para llenar
esa terna40.
Los ideólogos del anapismo le dedicaban especial atención a los aspectos religiosos en su estrategia electoral. Dicha preocupación no era reciente, como consta a lo
largo de esta investigación. Esta vez no era casualidad que las festividades de la
Inmaculada Concepción fueran utilizadas para la propaganda. El domingo siete de
diciembre Rojas volvió a la plazuela del banio 20 de julio como cuando fundó su
partido en 1961. Allí los rojistas se mezclaron con los fervientes devotos del Divino
Niño y sostuvieron una manifestación multitudinaria, acompañados de su hija, de
Alberto Zalamea y de Manuel Bayona Carrascal.
A finales de aquel año la ANAPO imprimió almanaques para el año siguiente con la
fotografía de Rojas ataviado de la banda presidencial los cuales se podían adquirir a
$0.50 cada uno. Se imprimieron y se repartieron entre simpatizantes y militantes calendarios de bolsillo.
39. Ibid., p. 3.
40. Ibid., p. 7.
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