VIII Reglas generales aplicables a los títulos valores

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Área Empresarial
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Contenido
Informes especiales
Reglas generales aplicables a los títulos valores (Primera parte)
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GLOSARIO empresarial
(Primera parte)
Ficha Técnica
Autor:Dr. Cristhian Northcote Sandoval
Título:Reglas generales aplicables a los títulos
valores (Primera parte)
Fuente: Actualidad Empresarial, Nº 209 - Segunda
Quincena de Junio 2010
1.Introducción
En toda operación comercial es de suma
importancia contar con un sustento documentario de las condiciones acordadas
por las partes para reducir los riesgos de
desacuerdos sobre los alcances de las
obligaciones asumidas por cada una de
ellas.
Usualmente, estas condiciones son plasmadas en un documento escrito que constituye el sustento material del contrato
celebrado. Pero además, dependiendo
de los intereses de las partes, puede
emitirse un título valor que represente el
derecho de crédito nacido en la operación
comercial.
La utilización de títulos valores en las
operaciones empresariales es una práctica muy común, pero muchas empresas
desconocen los efectos y la pertinencia de
la emisión de un título valor, así como las
reglas que determinan qué clase de título
valor se puede emitir; según la naturaleza
de la operación.
Por ello, en el presente informe desarrollaremos las reglas generales aplicables
a los títulos valores, con la finalidad de
dejar en claro su definición, formas de
emisión, efectos, circulación y demás
aspectos generales.
2. Marco legal
Las reglas aplicables a todos los títulos
valores se encuentran contenidas en la Ley
N° 209
Segunda Quincena - Junio 2010
Nº 27287 – Ley de Títulos Valores, sin
perjuicio de las reglas especiales que se
puedan fijar en normas legales de carácter
específico1.
3. Definición
La definición de título valor se encuentra
contenida en el artículo 1º de la Ley de
Títulos Valores y comprende las características esenciales de todo título valor.
La primera de ellas es la referencia a un
valor materializado, entendiendo como
tal al derecho de crédito representado
en un documento escrito u otra forma de
representación documental.
Cuando la ley se refiere a derechos patrimoniales debemos considerar a los
derechos que consistan en un beneficio
que sea apreciable económicamente.
No podría ser materia de un título valor
un derecho de carácter no patrimonial,
como el derecho a la paternidad o el
derecho a la integridad física.
El segundo elemento que debe presentar
todo título valor consiste en las características formales que señale la ley.Téngase
en cuenta que la determinación de los
requisitos formales que debe reunir un
título valor es resultado de una opción
legislativa, es decir, los requisitos formales
dependen, en gran medida, de la voluntad del legislador.
El tercer elemento que deben presentar
los títulos valores es su finalidad circulatoria, es decir, que los títulos valores
deben estar destinados a circular de una
a otra persona.
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Artículo 1.- Título Valor
1.1.Los valores materializados que representen o incorporen
derechos patrimoniales tendrán la calidad y los efectos de
Título Valor, cuando estén destinados a la circulación, siempre
que reúnan los requisitos formales esenciales que, por imperio
de la ley, les corresponda según su naturaleza. Las cláusulas
que restrinjan o limiten su circulación o el hecho de no haber
circulado, no afectan su calidad de título valor.
1.2.Si le faltare alguno de los requisitos formales esenciales que le
corresponda, el documento no tendrá carácter de título valor,
quedando a salvo los efectos del acto jurídico a los que hubiere
dado origen su emisión o transferencia.
Al respecto, la ley dispone que este elemento no se verá afectado si el título valor
en cuestión contiene alguna limitación a
su circulación o si nunca llegó a circular,
como puede ser el caso de un cheque con
la cláusula “no negociable” o una letra de
cambio que nunca fue endosada. En su
segundo párrafo, este artículo señala la
consecuencia por no reunir los elementos esenciales de todo título valor. Si no
estuvieran presentes dichos elementos,
el título, documento o valor en cuestión
carecerá de la naturaleza de título valor,
pero, quedaría a salvo la relación jurídica
sustancial que dio origen al título.
Informe Especial
Reglas generales aplicables a los títulos valores
Ahora bien, tradicionalmente se considera
a los títulos valores como documentos escritos que incorporan el derecho a cobrar
un determinado crédito y que pueden ser
negociados mediante su entrega a otras
personas o vía el endoso en el respectivo
título.
Sin embargo, debido al avance de la
tecnología que ha generado la posibilidad de almacenar grandes cantidades
de información en soportes electrónicos
y dotarlos de la seguridad necesaria que
requieren los negocios y operaciones
comerciales, la ley prevé la existencia de
valor no representados en documentos
escritos, pero que, al reunir determinadas
características, sean considerados como
títulos valores, con todos los efectos que
ello significa.
Para tal efecto, la ley señala que estos
valores deberán estar representados
mediante anotaciones en cuenta y ser
registrados ante una institución de compensación y liquidación de valores.
La emisión, transferencia, registro y
transformación de estos valores en títulos, se regulará por la Ley de Mercado
de Valores.
Las anotaciones deben comprender a la
totalidad de valores que forman parte de
la misma emisión, clase o serie.
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Debe tenerse en cuenta que sólo son considerados como títulos valores aquellos
señalados expresamente por ley, es decir,
no cualquier documento tiene la calidad
de título valor, sino que dicha condición
se aplica únicamente a los títulos valores
previstos por la Ley de Títulos Valores y
por otras leyes especiales.
4. Sobre el principio de literalidad
Una de las disposiciones básicas en materia de títulos valores es la contenida en
el artículo 4º de la ley, que contempla
al principio de literalidad. El artículo en
cuestión señala lo siguiente:
“Artículo 4º.- Principio de literalidad
4.1El texto del documento determina los
alcances y modalidad de los derechos y
obligaciones contenidos en el título valor
o, en su caso, en hoja adherida a él.
4.2El primero que utilice la hoja adherida
deberá firmar en modo tal que comprenda dicha hoja y el documento al que se
adhiere. En caso contrario, no procederá
el ejercicio de las acciones derivadas del
título valor por quienes hayan intervenido según la hoja adherida, quedando
a salvo sus derechos causales.
4.3Los derechos y obligaciones que se
establezcan conforme a la ley de la
materia con relación a los valores con
representación por anotación en cuenta,
bajo responsabilidad del emisor y en su
caso de la Institución de Compensación y
Liquidación de Valores, deberán ser inscritos en los respectivos registros, surtiendo
pleno efecto desde su inscripción.”
Las primeras disposiciones de este artículo están referidas a los títulos valores
representados en documentos. En estos
casos, la norma dispone que los derechos
y obligaciones incorporados en el título
están determinados por las estipulaciones
y términos textualmente indicados en el
título o en la hoja adherida a él. La hoja
adherida se aplica cuando el espacio del
título valor ha sido cubierto y se requiere
consignar otros pactos o condiciones,
como los endosos.
En esos casos, es posible adherir una hoja
al título valor. Para tal efecto, la norma
señala que la primera persona que haga
uso de la hoja adherida deberá firmar
de manera tal que su firma cubra ambos
documentos, el título valor y la hoja
adicional, como si se tratara de un solo
documento continuo.
De no efectuar la firma como se ha señalado, las personas que intervengan en
la hoja adherida no podrán ejercer sus
derechos sobre el título valor, aunque
podrán exigir sus derechos derivados de
la relación causal.
La segunda parte del artículo está referida
a los valores representados en anotaciones
en cuenta. En estos casos, los derechos
y obligaciones derivados de los valores,
se determinarán sobre la base de las
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disposiciones inscritas en el registro correspondiente. De esta manera, todo acto
celebrado sobre los valores representados
en cuenta sólo surtirán efectos a partir de
su inscripción en el registro.
5.Sobre el importe del título
valor
El importe del título valor es la suma de
dinero que representa. Evidentemente,
el importe del título valor es un aspecto
fundamental de éste, pues implica la
determinación del derecho del acreedor
del título y de la prestación a cargo del
obligado.
De esta manera, el artículo señala que el
importe del título valor es un elemento
esencial, lo que implica que no podría
ejercerse ningún derecho sobre el título
valor si éste no tuviera consignado el
importe que representa. Asimismo, es
necesario señalar el signo o moneda.
La norma dispone que, en caso de diferencia
entre el importe consignado en números,
letras o códigos, se considerará exigible la
suma menor, pero queda a salvo el derecho
del acreedor a reclamar un monto mayor
en virtud de la relación causal.
Ahora bien, si la diferencia se suscita con
relación a la unidad monetaria, se tendrá
por aplicable la moneda nacional, siempre que uno de los importes estuviera expresado en dicha moneda. De no ser así,
el título valor no tendrá efectos cambiarios, pudiendo exigirse sólo la obligación
causal. Asimismo, cuando los importes no
expresen la unidad monetaria, se aplicará
la moneda nacional.
6. Sobre la identificación de los
intervinientes
Toda persona que interviene en la emisión,
aceptación, endoso y demás operaciones
sobre un título valor, debe identificarse
con su nombre y documento de identidad,
y, cuando el acto lo requiera, su firma.
Al respecto, la Ley establece la posibilidad
de utilizar en los títulos valores medios
gráficos, mecánicos o electrónicos de seguridad, adicionales a la firma autógrafa
para su emisión, aceptación, garantía o
transferencia. Nótese que estos medios
sólo podrán ser utilizados como mecanismos adicionales, es decir, no reemplazan a la firma autográfa, sino que la
complementan.
Asimismo, esta norma dispone que,
previo acuerdo entre las partes, se pueda
reemplazar la firma autógrafa en el título
valor por una firma impresa, digitalizada
o consignada en el título a través de otros
medios de seguridad gráficos, mecánicos
o electrónicos, la cual tendrá los mismos
efectos y validez que la firma autógrafa.
Para estos efectos, es conveniente tener
en cuenta las disposiciones de la Ley N°
27269 – Ley de Firmas y Certificados Digitales y su Reglamento, aprobado por el
Decreto Supremo N° 019-2002-JUS.
Ahora bien, la firma, ya sea autógrafa,
mecánica, digital o de otra forma permitida por la ley, es el elemento que atribuye
la posibilidad de ejercer los derechos
del título valor contra una persona. Esto
quiere decir, que no podrá exigirse el
cumplimiento de ninguna obligación
derivada del título a una persona que no
lo ha firmado, aun cuando su nombre
aparezca en él, salvo determinados casos
expresamente establecidos en la ley.
Además de la firma, las personas que
intervengan en el título valor deberán
consignar también su documento oficial
de identidad. En el caso de las personas
jurídicas, la norma exige que se deba
consignar el nombre del o de los representantes legales que intervienen en su
nombre en el título valor.
Este artículo también dispone que si existiera algún error en el número del documento oficial de identidad no se genera la
invalidez del título valor. De esta manera
se evitan los casos en los que por errores
que carecen de trascendencia, como la
inexactitud del número del documento
de identidad se impida el ejercicio de los
derechos derivados del título valor.
Finalmente, se establece que la falta de
inscripción de los poderes del representante no liberan al representado del cumplimiento de las obligaciones asumidas en
el título valor. Resulta conveniente esta
disposición, pues no se podría perjudicar
a terceros por la omisión cometida por el
representado al no inscribir los poderes
de su representante.
Asimismo, cuando se trate de la intervención de personas representadas por
otras se deben tener en cuenta algunas
situaciones. La primera de ellas es la
referida al caso de una persona que firma un título valor en representación de
otra de la cual no tiene facultades para
representarla. En estos caso, la persona
que firmó el título valor se obliga a título
personal, debiendo además responder
por los daños que le pudiera causar al
supuesto representado.
La segunda situación es la del representante
que, teniendo facultades de representación
de una persona, firma un título valor en
nombre de ésta pero excediendo las facultades que posee, por ejemplo, si tuviera una
limitación en cuanto al monto o si requiere
de la firma de otra persona más. En estos
casos, se aplican las mismas consecuencias previstas para la anterior situación.
En el caso en que hubieran intervenido
personas incapaces o que sus firmas
fueran inválidas o nulas, no se afecta la
validez del título valor, en cuyo caso el título
surtirá efectos y será exigible con respecto a
las personas que sí lo firmaron válidamente.
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Para el caso de los valores desmaterializados se aplicará la misma regla.
7.Sobre la alteración del título
valor y los títulos valores incompletos
La alteración del título valor implica la
modificación de sus estipulaciones y términos. En estos casos, la norma2 dispone
que a las personas que intervengan en el
título valor después de la alteración, se
les aplicará el contenido alterado, lo cual es
razonable pues se asume que estas personas
tuvieron a la vista el texto ya modificado. En
cambio, a las personas que firmaron el título
valor con anterioridad a su alteración se les
aplicarán las reglas del contenido original
del título. A fin de determinar en qué
momento firmó una persona el título valor, este artículo establece una presunción
por la cual se considera que las firmas han
sido puestas antes de la alteración, salvo
que se acredite lo contrario.
Asimismo, se debe tener en cuenta que un
título valor puede ser emitido en forma
incompleta, lo que se llama comúnmente
como título valor “en blanco”. Se trata de
un tema sumamente complejo. La emisión
o aceptación de un título valor incompleto
significa que el título ha sido emitido o
aceptado sin haberse consignado toda la
información necesaria para su ejecución.
En estos casos, adquieren relevancia las
estipulaciones y condiciones pactadas
entre las partes en la obligación causal,
pues será de conformidad con éstos que
se deberá completar el título valor para
exigir su cumplimiento. Como un mecanismo de protección de los obligados, la
norma3 establece el derecho a exigir una
copia del título emitido o aceptado de
forma incompleta.
Si el título valor hubiera sido completado
sin respetar los pactos celebrados entre
las partes, el obligado podrá contradecir
la ejecución del título presentando el documento en el que consten los acuerdos
que se han incumplido.
Asimismo, el título valor debe ser completado antes de su puesta a cobro o
ejecución.
Artículo 9º.- Alteración del título valor
9.1 En caso de alteración de un título valor, los firmantes posteriores a este hecho se obligan según los términos del texto
alterado y los anteriores conforme al texto original.
9.2 A falta de prueba en contrario, se presume que una firma ha
sido puesta antes de la alteración.
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Artículo 10º.- Título Valor emitido incompleto
10.1 Para ejercitar cualquier derecho o acción derivada de un título
valor emitido o aceptado en forma incompleta, éste deberá
haberse completado conforme a los acuerdos adoptados.
En caso contrario, el obligado podrá contradecir conforme al
Artículo 19 inciso e).
10.2 Quien emite o acepta un título valor incompleto, tiene el
derecho de obtener una copia del mismo y no puede ser
impedido de agregar en el documento, cláusula que limite
su transferencia. En tal caso, salvo que se trate del Cheque,
su transferencia surtirá los efectos de la cesión de derechos.
10.3 Si un título valor, incompleto al emitirse, hubiere sido
completado contraviniendo los acuerdos adoptados por los
intervinientes, la inobservancia de esos acuerdos no puede
ser opuesta a terceros de buena fe que no hayan participado
o conocido de dichos acuerdos.
10.4 Las menciones y requisitos del título valor o de los derechos que
en él deben consignarse para su eficacia, deben ser completados
hasta antes de su presentación para su pago o cumplimiento.
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8. Sobre la responsabilidad solidaria
El artículo 11º de la ley regula la responsabilidad solidaria de los intervinientes en el título
valor como emisores, giradores, aceptantes,
endosantes o garantes. La responsabilidad
solidaria implica que las obligaciones derivadas del título valor pueden ser exigidas
de manera indistinta contra cualquiera
o todos los intervinientes, quienes estarán
obligados al cumplimiento total de la
obligación contenida en el título. Puede exceptuarse esta disposición cuando así se hubiera pactado o así lo estableciera la ley.
La norma también le otorga este derecho
al obligado que hubiera cumplido con la
obligación contenida en el título valor,
quien podrá accionar contra los intervinientes anteriores a él.
En cualquier caso, la ley establece la posibilidad de ejercer de manera conjunta
la acción directa, la acción de regreso y
la acción de ulterior regreso.
Para tal efecto, se debe entender como
acción directa a la destinada a exigir el
cumplimiento del título valor al obligado
principal. La acción de regreso es la que se
ejerce contra los endosantes o cedentes del
título valor. La acción ulterior de regreso es
la que ejerce el obligado que ha cumplido
con la obligación establecida en el título
valor, contra los obligados anteriores a él.
Finalmente, el artículo 11 dispone que,
en el caso de títulos valores al portador, la
firma que consigna el tenedor al momento del cobro como constancia del ejercicio
de los derechos otorgados por el título, no
origina con respecto al tenedor obligación
alguna derivada del título.
9. Sobre los derechos del legítimo tenedor
El legítimo tenedor del título valor es
la persona que lo tiene en su poder en
forma válida, ya sea en forma originaria
o porque lo ha adquirido a través de los
distintos mecanismos de circulación de los
títulos valores. Siendo así, este tenedor es
quien puede ejercer los derechos incorporados en el título valor, siendo el más
común, el derecho de cobro de la suma de
dinero representada en el título valor.
Sin embargo, algunos títulos valores,
como es el caso del certificado de depósito y el warrant, además de representar la
obligación de pago de una determinada
cantidad de dinero, incorporan también
derechos y obligaciones sobre determinados bienes muebles o inmuebles.
En tales casos, la ley señala que el legítimo
tenedor del título, es decir, quien tenga
válidamente los derechos como acreedor
del título valor, podrá disponer, gravar o
afectar los bienes representados en él, de
acuerdo a las características del respectivo
título valor.
Ya hemos mencionado que en los títulos
valores se aplica una regla en virtud de
VIII
la cual los derechos y obligaciones de los
intervinientes se determinan sobre la base
de lo que se haya consignado expresamente
en el título valor o, en el caso de valores
desmaterializados, según las inscripciones
efectuadas en el registro correspondiente, lo que forma parte del Principio de
Literalidad.
Siguiendo esta línea de ideas, las medidas
cautelares, prendas, fideicomisos y cualquier otra afectación sobre los derechos o
bienes representados en el título valor, no
tendrán efecto si no constan en el propio
título o, de ser el caso, en el registro del
valor desmaterializado.
Asimismo, la transferencia del título valor
comprende también sus derechos accesorios, salvo que éstos sean excluidos en
forma expresa, en los casos en que ellos
puedan surtir efectos por sí mismos y
sin que sea necesaria la presentación del
título principal para hacerlos valer.
Para el ejercicio de sus derechos, el tenedor
debe cumplir una condición fundamental,
la presentación del título valor. En efecto,
el artículo 16 de la Ley de Títulos Valores
regula como requisito para el ejercicio
de los derechos sobre un título valor la
presentación del mismo. Además, la norma
dispone que quien presente el título debe
ser el legítimo tenedor de acuerdo a los
mecanismos de emisión y transmisión previstos en la ley. Asimismo, es requisito que
el tenedor del título se identifique al momento de presentarlo a cobro o ejecución.
En el caso de los valores desmaterializados, el ejercicio de los derechos le
corresponde a quien resulte ser el tenedor
legítimo de acuerdo a las inscripciones en
el registro correspondiente.
De la mano con esta condición, se encuentra la disposición contenida en el
artículo 17º de la Ley, en virtud de la cual
es obligación del tenedor entregar el título
valor una vez cumplida la obligación incorporada en el título. De esta manera, se
evita la posibilidad que el título valor sea
ejecutado, transferido o utilizado de otras
formas para perjudicar al obligado.
Pero, la norma también regula la posibilidad que el título valor no sea devuelto
al obligado, sino que, por acuerdo entre
las partes, sea destruido. En tales casos, el
obligado a devolverlo deberá acreditar la
existencia del acuerdo y será responsable
por los perjuicios que pudiera causar la
no destrucción del título.
Un caso especial regulado por el artículo
17º es el referido a los títulos valores emitidos a favor de entidades pertenecientes al
sistema financiero. Estas entidades podrán
optar por no devolver los títulos valores
cancelados, procediendo a su destrucción
y deberá guardar una reproducción del
título en microformas u otros medios similares. En tal supuesto, el obligado que
canceló el título tiene derecho a que se le
entregue la constancia de pago del título
y una constancia de la reproducción del
título guardada. Al igual que en el caso
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VIII
Informe Especial
anterior, las entidades financieras son responsables por los daños y perjuicios que
cause la no destrucción del título.
10.Sobre el mérito ejecutivo y
el ejercicio de las acciones
cambiarias
Muchas veces se discute acerca de la
conveniencia de contar con un título valor
que respalde la operación comercial que
está celebrando una empresa, además de
los otros documentos en los que puede
estar plasmada dicha operación, tales
como la factura, orden compra, contrato,
guía de remisión, etc.
Uno de los elementos que determina la
conveniencia de contar con un título valor
es su mérito ejecutivo.
Pero, ¿qué es el mérito ejecutivo que poseen los títulos valores? Cuando se requiere
cobrar una deuda que el obligado se niega
a pagar, en la mayoría de los casos es necesario recurrir al Poder Judicial para obtener
una sentencia que ordene el pago de la
deuda y que permite cobrarla mediante la
afectación de los bienes del obligado.
Sin embargo, para obtener una sentencia
favorable es necesario acreditar la existencia de la deuda, su importe, su exigibilidad y otros aspectos, para lo cual se
deben presentar medios de prueba como
contratos por escrito, facturas, comunicaciones y demás elementos que permitan
demostrar el derecho a cobrar la deuda.
Esto implica un proceso muchas veces
largo y costoso.En el caso de los títulos
valores, existe un proceso especial para su
ejecución, diseñado de tal manera que el
tiempo y costo necesario para la recuperación de la deuda es mucho menor que
en otros procesos judiciales. Este proceso
es denominado proceso ejecutivo.
El proceso ejecutivo es mucho más expeditivo que otros procesos porque los títulos valores que se presentan a ejecución
incorporan una obligación aceptada y
reconocida por el deudor, en la cual se ha
determinado el monto adeudado, le fecha
de vencimiento y los demás elementos
que permiten su cobranza. Este es el
mérito ejecutivo de los títulos valores, es
decir, su aptitud para ser cobrados en la
vía del proceso ejecutivo y sin necesidad
de presentar otros medios probatorios
más que el propio título.
Es por ello, que para que el título valor
posea mérito ejecutivo se exige el cumplimiento de los requisitos formales de emisión, aceptación, transferencia y demás
establecidos por la ley, pues de lo contrario, el título sólo podrá ser cobrado a
través de un proceso ordinario que, como
hemos señalado, implica mayores costos y
tiempo para la obtención del pago.
11.Causales de contradicción
Ahora bien, el hecho de que los títulos
valores tengan mérito ejecutivo, no implica
que no puedan ser cuestionados y que la
pretensión de cobro del derecho incorporado en ellos no pueda ser desvirtuada.
Así, la Ley establece cuáles son las situaciones por las cuales el cobro de un título
valor puede ser denegado, y que son las
denominadas causales de contradicción.
Veamos cada una de estas causales:
a) El contenido literal del título valor o en
los defectos de forma legal de éste.
Esta causal está referida a que el demandado podrá oponerse al pago o cumplimiento del título valor sobre la base de
las disposiciones establecidas en él, por
ejemplo, si el título careciera de alguno
de los requisitos esenciales previstos por la
ley para cada título. Asimismo, cuando se
menciona a los defectos de forma legal se
refiere a los requisitos formales que exige
la ley para que el título tenga carácter de
título valor.
b) La falsedad de la firma que se le atribuye
Evidentemente, el motivo de la contradicción establecida en esta causal depende
de la veracidad de la firma del demandado. En estos casos, se deberá acreditar si
la firma corresponde o no al demandado
a través de una pericia grafológica.
c) La falta de capacidad o representación
del propio demandado en el momento que se firmó el título valor
La capacidad es la aptitud de una persona para poder celebrar actos jurídicos,
es decir, actos legalmente válidos. En
este caso, la capacidad del demandado
se debe evaluar no en el momento del
proceso, sino al momento en que el
título fue firmado. Tal sería el caso de un
menor de 18 años que suscribe un título
valor pero que, al momento del proceso
ya ha cumplido la mayoría de edad. En
ese caso, se podrá oponer al cobro pues
el título lo firmó siendo incapaz.
d) La falta del protesto, o el protesto
defectuoso, o de la formalidad sustitutoria, en los casos de títulos valores
sujetos a ello.
En su momento desarrollaremos en qué
consiste el protesto y las formalidades
sustitutorias de éste. Por ahora, basta
decir que el demandado podrá oponerse
al cobro de un título valor cuando éste se
encuentre sujeto protesto y no se hubiera
cumplido con tal requisito.
e) Que el título valor incompleto al emitirse haya sido completado en forma
contraria a los acuerdos adoptados,
acompañando necesariamente el
respectivo documento donde consten
tales acuerdos transgredidos por el
demandante; y
Cuando comentamos el artículo 10º
referido a los títulos valores emitidos de
manera incompleta, señalamos que éstos
no pueden ser completados sin respetar
los acuerdos celebrados entre las partes.
De lo contrario, el demandado puede
oponerse al cobro del título señalando
que ha sido completado en contradicción a las estipulaciones acordadas con
el acreedor.
f) La falta de cumplimiento de algún
requisito señalado por la ley para el
ejercicio de la acción cambiaria.
Esta causal está referida a los supuestos
en los que el título valor no reúne los requisitos que señale la ley para cada caso,
como requisitos para que el título pueda
ser ejecutado.
Además de estas causales, que están vinculadas al propio título, es posible que el
deudor se contradiga la ejecución sobre la
base de los medios de defensa que se derivan de su relación personal con el acreedor. Estos medios de defensa consisten en
las excepciones reguladas por el Código
Procesal Civil en su artículo 446º.
Claro está, que estos medios de defensa
personales no son oponibles frente a los
demás obligados del título valor ni contra
aquellos que no hubieran participado de
la relación causal que dio origen al título
valor. La excepción a esta regla está dada
por los casos en los que el título fue adquirido de mala fe por el demandante.
Continuará en la siguiente edición...
Glosario Empresarial
1. ¿El contrato de transferencia de acciones debe celebrarse por
escrito?
VIII-4
La formalidad de la transferencia de acciones dependerá del
título en virtud del cual se haga, es decir, si se trata de una
compraventa, una donación, etc. Pues cada una de estas figuras
contractuales tienen formalidades distintas. En el caso de la
compraventa no existe formalidad establecida para su celebración, por lo que puede hacerse en forma verbal inclusive. En el
caso de la donación, deberá celebrarse por escrito con firmas
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legalizadas si el valor de las acciones es superior al 25% de la
UIT.
2. ¿En qué se diferencian los intereses compensatorios de los
moratorios?
Los intereses compensatorios son los que se pagan como una retribución por el otorgamiento de un crédito o financiamiento, es decir,
son una retribución por el uso del dinero.
Los intereses moratorios son aquellos que se pagan como una reparación por la demora en el pago del dinero.
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