cia de ese trámite afecta a su posición procesal por la incidencia

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REGULACIÓN ACTUAL DE LA NULIDAD DE ACTUACIONES JUDICIALES
cia de ese trámite afecta a su posición procesal por la incidencia
que como hemos apuntado, conlleva y en la medida que sin justificación alguna se le ha despojado del mismo, se ha originado
una indefensión; en su virtud, se habrá de decretar la nulidad de
la Providencia de fecha 18 de octubre de 1991, que habrá de ser
reproducida conforme al art, 1471 de la Ley de Enjuiciamiento
Civil y ser notificada en legal forma...» (SAP Valencia de 21 de
junio de 1993. Ponente Sr. Ramos Gavilán).
18.° No procede decretar nulidad cuando no se concreta el
supuesto del art. 238 LOPJ. Para concluir algo evidente, pero no
por ello innecesario de recordar: la alegación de la nulidad de
adulaciones, dado su carácter restrictivo, exige la indicación
expresa de los motivos o supuestos del art. 23 8 LOPJ en que se
funda, pues de lo contrario tal petición carente de tal expresa indicación del motivo de nulidad en que se funda, no puede ser ni analizada, y menos aún estimada [confr. STS (Sala 1.a) de 8 de marzo
de 1994. Ponente Sr. Martín-Granizo Fernández].
Las examinadas son algunas de las múltiples manifestaciones
que pueden encontrarse en la práctica y en la jurisprudencia sobre
el motivo o submotivos de nulidad de actuaciones del apartado 3
del art. 238 LOPJ. Evidentemente con las expuestas no se agotan
todas las posibilidades del mismo, pero al menos sirve para obtener una cabal idea de la importancia que tiene el motivo de nulidad de actuaciones considerado.
3. ANULABILIDAD
La LOPJ no utiliza el término anulabilidad, pero ¡determinado
sector doctrinal entiende que tanto la anulabilidad como la nulidad
relativa se recogen en el art. 240.1 LOPJ, que literalmente dice:
Art. 240.1 LOPJ:
« La nulidad de pleno derecho, en todo caso, y los defectos
de forma en los actos procesales que impliquen ausencia de los
requisitos indispensables para alcanzar su fin o determinen
173
NULIDAD DE ACTUACIONES JUDICIALES
efectiva indefensión, se harán valer por medio de los recursos
establecidos en la Ley contra la resolución de que se trate o por
los demás medios que establezcan las leyes procesales».
Los supuestos de anulabilidad serían, naturalmente, los que se
recogen bajo la categoría de «...defectos de forma en los actos procesales que impliquen ausencia de los requisitos indispensables
para alcanzar su fin o determinen efectiva indefensión». Su carácter de actos procesales anulables viene dada por la doble circunstancia de que no se recogen en el art. 238 como actos nulos de
pleno derecho y que además se especifican en el art. 240.1 como
categoría distinta a la nulidad de pleno derecho, y que de la redacción del art. 240.1 en relación con el art. 240.2, parece que tan sólo
pueden ser declarados nulos si tales vulneraciones son denunciadas, por las partes, a través de los correspondientes recursos o
demás medios que establezca la Ley, nunca de oficio. Aunque al
respecto, cierto sector doctrinal entiende que también cabe la
declaración de oficio de la nulidad de esos actos (52), dada la
amplitud de la redacción del art. 240.2, cuando dice en su in fine
«...la nulidad de todas las actuaciones o de alguna en particular...».
4. SUBSANACIÓN DE ACTOS PROCESALES DEFECTUOSOS
Siguiendo a SERRA DOMÍNGUEZ podemos definir la subsanación como «la posibilidad de que un acto privado de eficacia
pueda adquirirla mediante la realización de actos posteriores que
se la otorguen» (53). La LOPJ se refiere a la subsanación en el art.
243, precepto que hay que poner en relación con el art. 11.3 de la
misma LOPJ (54):
(52) Así, p.ej., MARTÍN DE LA LEONA, «Nulidad de actuaciones. Principios
informadores...», Op. cit., pág. 32.
(53) SERRA DOMÍNGUEZ, M. Estudios de Derecho Procesal. Ed. Ariel, Barcelona, 1969, pág. 466.
(54) Se hace preciso resaltar que el art. 11 LOPJ no se ve afectado por el
ARLOPJ, y por tanto, de aprobarse el ALEC y aquel otro proyecto, subsistirá
174
REGULACIÓN ACTUAL DE LA NULIDAD DE ACTUACIONES JUDICIALES
Art. 243 LOPJ:
«Los actos de las partes que carezcan de los requisitos exigidos por la ley serán subsanables en los casos, condiciones y
plazos previstos en las leyes procesales».
Art. 11 LOPJ:
«.... 3. Los Juzgados y Tribunales, de conformidad con el
principio de tutela judicial efectiva consagrado en el art. 24 de
la Constitución, deberán resolver siempre sobre las pretensiones que se les formulen, y sólo podrán desestimarlas por motivos formales cuando el defecto fuese insubsanable o no se subsanare por el procedimiento establecido en las leyes».
Encontrando referidos artículos su fundamento último en el
art. 24.1 CE. Al respecto, el prof. BONET NAVARRO, tras analizar la jurisprudencia del TC sobre la materia, viene a decir que:
1.°) Los Tribunales deben responder resolviendo siempre sobre las
pretensiones que se les formulen (art. 24.1 CE y 11.3 LOPJ); 2.°)
la desestimación de una pretensión por motivos formales sólo
puede darse cuando un acto procesal adolezca de un defecto insubsanable (art. 11.3 LOPJ); 3.°) si concurre un defecto subsanable en
un acto, debe darse la oportunidad de subsanarlo (art. 243 LOPJ)
para que sea eficaz; y, 4.°) sólo será ineficaz un acto cuando tenga
un defecto insubsanable (art. 238 y 240 LOPJ), o que siendo subsanable, no se haya subsanado en el plazo concedido (art. 11.3
LOPJ), llevando consigo la declaración de nulidad de todas las
actuaciones o de alguna en particular (art. 240.2 LOPJ)...» (55),
En el orden jurisdiccional contencioso-administrativo, la
novísima LRJCA98, en el art. 138 se refiere de forma específica a
la subsanación de los actos procesales, asumiendo, en esencia, la
el precepto comentado: trataremos con mayor detalle sobre estas pretendidas
reformas en el último capítulo de esta obra.
(55) BONET NAVARRO, A. «Subsanación de defectos procesales y conserva-
ción de actos en el proceso civil», en Cuadernos de Derecho Judicial, sobre La
nulidad de actuaciones en el proceso civil, CGPJ, Madrid, 1993, págs. 361 y ss.
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NULIDAD DE ACTUACIONES JUDICIALES
doctrina jurisprudencial existente sobre tal aspecto de la ineficacia
procesal,
Art. 138 LRJCA98:
«1. Cuando se alegue que alguno de los actos de las partes
no reúne los requisitos establecidos por la presente Ley, la que
se halle en tal supuesto podrá subsanar el defecto u oponer lo
que estime pertinente dentro de los diez días siguientes al de la
notificación del escrito que contenga la alegación.
2. Cuando el órgano jurisdiccional, de oficio, aprecie la existencia de algún defecto subsanable, dictará providencia en que
se reseñe y otorgue el mencionado plazo para la subsanación,
con suspensión, en su caso, del fijado para dictar sentencia.
3. Sólo cuando el defecto sea insubsanable o no se subsane
debidamente en plazo, podrá ser decidido el recurso con fundamento en tal defecto».
Las manifestaciones más importantes de aplicación de este
principio de subsanación por parte de la jurisprudencia, pueden
sistematizarse del siguiente modo:
A) En aquellos supuestos en que se trate de defectos subsanables, como p. ej., la insuficiencia o ilegalidad del poder del Procurador, antes de adoptar decisión definitiva acerca de tal cuestión,
es preciso dar a la parte la oportunidad de subsanar el defecto o
falta. (56)
(56) Pues, «...ya desde sus primeras sentencias el Tribunal Constitucional
declaró que existe un derecho a obtener una resolución de fondo fundada en
Derecho, de modo que cuando la decisión sea de inadmisión, en base a algún
motivo formal, la aplicación de éste debe ser racional y no arbitraria —Sentencias de 7 y 16 junio 1982 y 21 de julio de 1983-, Posteriormente, aquel Alto
Tribunal ha precisado todavía más, argumentando que los requisitos legalmente establecidos, en cuanto constituyen una limitación al ejercicio de un derecho
fundamental cuando su inobservancia da lugar a la inadmisión, han de responder a la naturaleza del proceso y a las finalidades que justifican su existencia,
y por la misma razón las normas que los contienen han de ser interpretadas
teniendo siempre presente el fin pretendido al establecerlos, evitando que se
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REGULACIÓN ACTUAL DE LA NULIDAD DE ACTUACIONES JUDICIALES
«...En la sentencia de primera instancia se estimó la excepción'
sin haber dado la oportunidad a la parte de subsanar un defecto
desde luego subsanable, porque es uniforme y reiterada la jurisprudencia de esta Sala que la insuficiencia o ilegalidad del poder
del Procurador del actor, así como los defectos formales del
mismo, son faltas subsanables (Sentencias de 4 de diciembre de
conviertan en meros obstáculos procesales, y por ello los, Tribunales están obligados a interpretar las disposiciones procesales en el sentido más favorable para
la efectividad del derecho que consagra el art. 24.1 de la Carta Magna, evitando
la imposición de formalismos enervantes, contrarios al espíritu y finalidad de la
norma, y el convertir cualquier irregularidad formal en un obstáculo insalvable
para la prosecución del proceso, al margen de la función y sentido de la razón y
finalidad que inspira la existencia del requisito procesal, lo que significa que, al
examinar el cumplimiento de los requisitos procesales, el órgano judicial está
obligado a ponderar la entidad real del vicio advertido en relación con la sanción
del cierre del proceso y con la desestimación por inadmisión o formal, pues cuando se trata de una simple irregularidad formal, de un vicio de escasa importancia
o de un cumplimiento defectuoso por un error disculpable, debe el órgano judicial conceder la oportunidad! de subsanar el defecto, ya que en otro caso la resolución es incompatible con la efectividad del derecho a la tutela judicial del art.
24.1 —Sentencias de 21 de febrero,y 3 de abril de 1989 (...) Esta doctrina constitucional encuentra acogida legal en el art. 11.3 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial en base al cual los órganos judiciales tienen el deber de resolver siempre
sobre las pretensiones que se les formulen y sólo podrán desestimarlas por motivos fórmales cuando el defecto fuese insubsanable o no se subsanare por el procedimiento establecido en las leyes....» (SAP La Coruña de 18 de octubre de
1993. Ponente Sr. Seoane Pesqueira). Y, «...aunque la jurisprudencia constitucional tiene señalado que el derecho de defensa debe ser reconocido y respetado en
cada una de las instancias, pues las garantías constitucionales del proceso son
exigibles en todas y cada una de las fases del mismo (SSTC 28/1981, 22/1987 y
156/1992), en determinados supuestos, examinando la naturaleza del procedimiento y sus circunstancias concretas, el Tribunal Constitucional, para apreciar
la nulidad de un proceso en: la primera instancia por infracción del derecho de
defensa, tiene en cuenta si la parte que alega dicha indefensión ha tenido o no
oportunidad dentro del mismo procedimiento, aunque en la segunda instancia, de
remediar la indefensión causada por una irregularidad procesal, pues si en la
segunda instancia se ha permitido el debate y prueba sobre los hechos y la decisión en todos sus aspectos, no podría alegarse por la parte una situación de indefensión real, por lo que no procedería la nulidad de lo actuado (SSTC 113 y
117/1993)...» (SAP Murcia de 23 de junio de 1993. Ponente Sr. Carrillo Vinader).
177
NULIDAD DE ACTUACIONES JUDICIALES
1981, 27 de noviembre de 1985 y 7 de junio de 1994, y 6 y 29
de noviembre de 1995 y 9 de diciembre de 1996, entre otras).
A ello hay que agregar que si bien el derecho a la tutela judicial efectiva del art. 24.1 de la Constitución supone, también, a
parte del libre acceso a los órganos jurisdiccionales y a obtener
de éstos una resolución sobre el fondo de sus pretensiones, permitir la subsanación del defecto procesal advertido, siempre que
sea subsanable, afín de impedir el cierre del proceso, aunque sea
mediante una resolución absolutoria en la instancia con las dilaciones que ello comporta. De ahí que el Tribunal Constitucional
tenga declarado que ha de permitirse, siempre que sea posible, la
subsanación del vicio advertido, porque si el órgano judicial no
hace posible la subsanación del defecto procesal que pudiera
considerarse como subsanable, o impone un rigor en las exigencias formales más allá de la finalidad a la que responda la resolución judicial que cerrase el proceso, sería incompatible con la
efectividad del derecho fundamental a la tutela judicial (Sentencias 62/1989, de 3 de abril, y 213/1990, de 20 de diciembre). Esto
es lo que ha tratado de impedir la sentencia impugnada al declarar la nulidad de lo actuado con la finalidad de subsanar el
defecto de falta de previa autorización para entablar el presente
juicio admitido en el poder de la parte actora, haciendo una
correcta aplicación de las normas procesales correspondientes. Y
tal proceder no supone, desde luego, la vulneración del art.
533.3. "LECiv, ni de los preceptos concordantes que se citan, porque una vez que se dé a la parte actora oportunidad para subsanar el defecto, el juzgador tendrá plena jurisdicción para decidir
el asunto planteado, entrando a conocer naturalmente de todas
las excepciones invocadas, por lo que el motivo de casación debe
desestimarse...»
Sentencia Tribunal Supremo (Sala 1 . a ),
de 16 de septiembre de 1997. Ponente Sr.Hernández Gil.
B) No es recurrible en casación la sentencia que declara la
nulidad de actuaciones para la subsanación de un defecto subsanable.
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REGULACIÓN ACTUAL DE LA NULIDAD DE ACTUACIONES JUDICIALES
«...en el presente caso la preparación de la casación no tendría otro efecto que el puramente dilatorio, ya que si la parte
demandada hoy recurrente opuso en su contestación a la
demanda que no se había llevado a cabo el intento, de avenencia ante la Junta Arbitral y la sentencia de la Audiencia lo que
hace es retrotraer las actuaciones al acto del juicio para que el
Juez se pronuncie sobre tal defecto subsanable, difícilmente
puede afirmarse el perjuicio que como requisito de legitimación
impone el art. 1691 LECiv, ya que la única diferencia real entre
la sentencia de primera instancia consentida en su momento
por los hoy recurrentes y la de la Audiencia es que esta última
abre la vía de subsanación en el acto del juicio en lugar de obligar a la interposición de una nueva demanda, cumpliendo así el
principio de máxima conservación de los actos procesales que
en su día fue acogido por el Tribunal Constitucional, luego se
incorporó explícitamente a nuestro ordenamiento por el art.
242 LOPJ y como tal se aplica por esta Sala a figuras como la
del litis consorcio pasivo necesario imponiendo que sea en la
comparecencia del juicio de menor cuantía donde se subsanen
todas las cuestiones relativas a la constitución de la relación
jurídico-procesal...»
' Auto del TS (1 a ) de 15 de abril de 1997.
Ponente Sr. García Valera.
C) Necesidad de que la parte solicite la subsanación de la falta,
a través de los medios que la ley le ofrece, en los momentos procesales oportunos, para de ese modo poder hacer valer en casación,
en su caso, o en cualquier otro recurso, la falta no subsanada.
«...La petición casacional de la parte recurrente tiene su fundamento en el submotivo del antedicho precepto, y para su éxito
es preciso la reunión de los siguientes requisitos: a) que el vicio
procedimental sea esencial y grave, b) que produzca indefensión, y c) que se cumplimente lo preceptuado en el artículo 1693
de dicha Ley procesal, o sea que se haya pedido la subsanación
de la falta en los momentos procesales oportunos.
En el presente caso, se puede afirmar paladinamente, que no
se ha cumplido este último requisito, puesto que la parte recu179
NULIDAD DE ACTUACIONES JUDICIALES
rrente, con respecto a las presuntas anomalías que observa en
la prueba pericial practicada, no ha agotado los medios que la
ley pone a su disposición, como es el utilizar los recursos de
reposición, súplica e incluso el de nulidad de actuaciones. O
sea que dicha parte no pidió la subsanación de la falta procesal, que ahora alega, en la primera instancia, en la que según
ella, se cometió, ni la reprodujo en la apelación (véase el acta
de vista) como proclama el artículo 859 de la tantas veces mencionada Ley de Enjuiciamiento Civil...»
Sentencia Tribunal Supremo (Sala 1.a) de 13 de mayo de 1997.
Ponente Sr. Sierra Gil de la Cuesta.
D) En los supuestos de litis consorcio pasivo necesario, el
órgano judicial antes de proceder a la apreciación de oficio del
mismo, ha de dar a los actores la posibilidad de subsanar el defecto, incurriendo, en otro caso, en nulidad de actuaciones.
«...el Juez de primera instancia, al dictar sentencia, apreció de
oficio la excepción de litisconsorcio pasivo necesario, a que acabamos de referirnos. Dicha forma de proceder la someten los
recurrentes a esta revisión casacional (...) Como el Juez de primera instancia, sin haber dado a los actores, aquí recurrentes, la
posibilidad de dicha subsanación en el acto de la comparecencia
y sin haberles puesto de manifiesto el problema en ningún otro
momento procesal, apreció 'ex officio' en su sentencia la referida
excepción de litisconsorcio pasivo necesario, es evidente que
infringió la regla 3..ª del artículo 693 de la Ley de Enjuiciamiento Civil y la expresada doctrina jurisprudencial, con el consiguiente quebrantamiento de formas esenciales del juicio, por
infracción de las normas que rigen los actos y garantías procesales, que produjo indefensión a los actores los cuales no pudieron pedir la corrección (subsanación) de dicha falta o transgresión en la primera instancia, al haberse cometido la misma en la
propia sentencia, y habiéndola pedido en el acto de la vista del
recurso de apelación, según manifiestan los recurrentes en su
escrito de preparación de este recurso de casación, la Sala 'a
quo' no se pronunció sobre ello, por lo que, al aparecer cumplido también el requisito exigido por el artículo 1693 de la Ley de
180
REGULACIÓN ACTUAL DE LA NULIDAD DE ACTUACIONES JUDICIALES
Enjuiciamiento Civil, él motivo ha de ser estimado, como ya se
tiene dicho, debiendo reponerse las actuaciones al estado y
momento en que se hubiera incurrido en] la falta (número 3. ° del
artículo 1715 de la Ley de Enjuiciamiento Civil), que fue el de la
celebración de la comparecencia ('ex' artículo 693 de la citada
Ley) en la primera instancia. La estimación que acaba de hacerse del presente motivo segundo, hace innecesario el estudio del
primero (que se refiere a las costas de primera y segunda instancia, respecto de las cuales, como es obvio, ya no existe pronunciamiento alguno) y también el de los motivos cuarto y quinto,
que se refieren al fondo del asunto, respecto del cual no es posible entrar, al decretarse laya dicha reposición de actuaciones al
momento en que se cometió la falta...»
Sentencia Tribunal Supremo (Sala 1.a)
de 18 de junio de 1994. Ponente Sr. Morales Morales.
E) Es evidente que la resolución en que se conceda un plazo
para subsanar a la parte, ha de ser notificada a la misma, pues de
lo contrario se incurrirá en nulidad de actuaciones.
«...Las resoluciones judiciales tienen que notificarse a las partes litigantes y, si éstas se encuentran legalmente representadas,
a quien las represente. En el presente caso el Abogado no podía
legalmente representar, a la parte, por lo que sólo a ésta tenía que
notificársele la providencia de 2 de diciembre de 1991. Pues es
precisamente la parte, y, no su abogado,, la que tenía que subsanar el error, compareciendo ante el Juzgado o bien por sí misma
o representada por Procurador legalmente habilitado...»
«...Hasta aquí el comportamiento procesal observado en el
Juzgado de instancia ha sido intachable. No tolera,, como tiene
que hacer, una comparecencia de la parte legalmente incorrecta,
y tratándose de un error subsanable, le concede a la parte un
plazo para subsanarlo, lo que se intenta notificar exclusivamente
a la parte litigante. Sin embargo procede decretar la nulidad por
concurrir el caso tercero del art. 238 de la Ley Orgánica 6/1985,
de 1 de julio del Poder Judicial, ya que la providencia, por la que
se concedía un plazo para la subsanación del error no fue notificada a la parte en legal forma. En efecto, tras intentarse por
181
NULIDAD DE ACTUACIONES JUDICIALES
correo certificado con resultado infructuoso, se intentó por medio
del Secretario u Oficial habilitado adscritos al Servicio Común
de Notificaciones, por los que se extiende diligencia negativa de
requerimiento. Ante lo cual no puede, sin más, tenerse por comunicada esa resolución a la parte, sino que, por el contrario, debería de haberse agotado el resto de mecanismos que brinda la Ley
de Enjuiciamiento Civil para notificarle la resolución. Y al no
hacerlo así se le produjo indefensión a la parte al privarle de la
posibilidad real de subsanar el error padecido...»
Sentencia Audiencia Provincial de Madrid
de 6 de julio de 1994. Ponente Sr. Belo González.
F) La falta de firma del Letrado o del Procurador, en alguno
de los escritos, es esencialmente subsanable.
«...La nulidad que se alega en base a que en el escrito de
solicitud de ejecución de sentencia no figuraba firma de Letrado no puede ser estimada a la vista de lo obrante en las actuaciones y de la doctrina jurisprudencial reiterada (por todas,
STS 18 de junio de 1992, que cita la del Tribunal Constitucional 39/1988, de 9 de marzo) en el sentido de que la falta de
firma del Abogado en un escrito firmado por el Procurador
representante de la parte litigante no es defecto que deba conducir, sin más, a la nulidad del acto procesal ni tampoco a la de
la resolución judicial que lo admitió ya que la aplicación de los
arts. 10 de la Ley de Enjuiciamiento Civil y 24 de la Constitución Española impone el otorgamiento de un plazo prudencial
para la rectificación o subsanación del defecto observado, todo
ello en aras al cumplimiento de los preceptos legales citados y
del derecho fundamental a la tutela judicial efectiva que consagra el mencionado art. 24...»
Sentencia Audiencia Provincial de Alicante
de 20 de julio de 1993. Ponente Sr. Ubeda Mulero.
G) Es doctrina constitucional constante la relativa a la ausencia de sustantividad propia de los requisitos formales, desde la
perspectiva del derecho a la tutela judicial efectiva.
182
REGULACIÓN ACTUAL DE LA NULIDAD DE ACTUACIONES JUDICIALES
«...Constituye un criterio reiteradamente mantenido por la
jurisprudencia constitucional que el derecho a la tutela judicial
efectiva se satisface también con una respuesta de inadmisión,
si bien ésta ha de estar fundada en una causa legal apreciada
razonablemente por el órgano judicial. El control constitucional de las decisiones de inadmisión se realiza de forma especialmente intensa cuando aquéllas determinan la imposibilidad
de obtener una primera respuesta judicial. (SSTC 118/1987,
216/1989, 154/1992, 55/1995, 104/1997, 112/1997, 8/1998,
3871998, entre otras). El principio por actione opera en este
caso sobre los requisitos establecidos legalmente para acceder
al proceso, impidiendo, que determinadas interpretaciones y
aplicaciones de los mismos eliminen u obstaculicen injustificadamente el derecho a que un órgano judicial conozca y resuelva en Derecho sobre la pretensión a él sometida.
«También es un criterio, reiteradamente mantenido por la
jurisprudencia de este Tribunal, que los requisitos formales no
son valores autónomos que tengan sustantividad propia, sino
que sólo sirven en la medida en que son instrumentos para conseguir una finalidad legítima, por lo que su incumplimiento no
presenta siempre igual valor obstativo, con independencia de la
transcendencia práctica del mismo; antes al contrario, los
requisitos formales han de examinarse teniendo en cuenta la
finalidad que con ellos pretende lograrse, para, de existir defectos, proceder a una justa adecuación de las consecuencias jurídicas por la entidad, real del defecto mismo¡ pues debe existir
proporcionalidad entre éste y aquéllas (SSTC 36/1986,
216/19989, 172/1995, 8/1998 y 38/1998).
Por último, y en la generalidad de los procesos, el control
constitucional ha sido especialmente riguroso en relación con
decisiones judiciales que, apreciando irregularidades formales
en las demandas, decretaron el archivo de las actuaciones, o no
dieron una respuesta sobre el fondo de la pretensión formulada
(SSTC 118/1987, 11/1988, 216/1989,. 25/1991, 335/1994,
,84/1997, 112/1997, entre otras). Este Tribunal admite la posibilidad de subsanar algunos de tales defectos de la demanda...»
Sentencia TC 130/1998, de 16 de junio de 1998.
Ponente Sr. Jiménez de Parga y Cabrera.
183
NULIDAD DE ACTUACIONES JUDICIALES
5. PRINCIPIO DE CONSERVACIÓN DE LOS ACTOS PROCESALES
La LOPJ, en el art. 242, se refiere al principio de conservación, tanto en relación con los actos posteriores al declarado nulo,
como en relación con las partes de un acto, que haya sido declarado nulo en algunos aspectos. Referido precepto dice:
Art. 242 LOPJ:
«1. La nulidad de un acto no implicará la de los sucesivos
que fueren independientes de aquél ni la de aquellos cuyo contenido hubiese permanecido invariable aún sin haberse cometido la infracción que dio lugar a la nulidad.
2. La nulidad de parte de un acto no implicará la de las
demás del mismo que sean independientes de aquélla».
El principio de conservación de actos procesales tiene el
mismo fundamento que el de subsanación, es decir, el art. 24.1
CE. Las manifestaciones jurisprudenciales mas importantes en
relación con este precepto son susceptibles de sistematizarse del
siguiente modo:
A) No existe la posibilidad de convalidación de actuaciones
judiciales declaradas previamente nulas.
«...Se denuncia en el motivo primero quebrantamiento formal por haberse infringido las normas esenciales del juicio, con
cita del artículo 238.3. ° de la Ley Orgánica del Poder Judicial,
que causaron indefensión a la recurrente, para lo que se alegó
que se produjo convalidación de actuaciones declaradas nulas.
En la tramitación del pleito se cometió en la instancia un
quebrantamiento formal claro y hasta irritante, toda vez que se
tuvieron como parte y contestada la demanda a demandados
que no habían otorgado poder al Procurador que hizo comparecencia en su nombre y representación, los que tampoco habían sido emplazados, pues alcanzando el número de treinta y
siete personas los interpelados, sólo a una de ellas se le practicó comunicación procesal para personarse en el juicio.
184
REGULACIÓN ACTUAL DE, LA NULIDAD DE ACTUACIONES JUDICIALES
La Audiencia Provincial al resolver el recurso entablado sobre
la cuestión, dictó Resolución el 25 de junio de 1990, declarando
oportunamente la nulidad de las actuaciones a partir de la Providencia de 20 de enero de 1989 que había tenido como debidamente personados a los demandados que no habían otorgado
poder. El proceso siguió por sus trámites, efectuándose los emplazamientos omitidos y personándose en forma los demandados, que
presentaron contestación, en la que ratificaron la anterior.
No se ha producido con la contestación reproducida ninguna
convalidación de actuaciones nulas, pues la declarada sólo
afecta a aspectos procedimentales y no al propio contenido del
escrito de contestación obrante en el pleito y así el auto de la
Audiencia claramente lo decretó, en cuanto dispuso 'conservando no obstante su validez la contestación a la demanda efectuada', lo que aleja toda situación de indefensión,, en cuanto
permitió la correcta constitución dual y contradictoria de la
relación procesal. Dicha resolución alcanzó firmeza, obligando
su cumplimiento a la ahora recurrente, que con sus actos procesales acreditó tal acatamiento, pues la providencia que tuvo
por evacuada la segunda contestación, no fue objeto de recurso directo alguno, presupuesto necesario para la denuncia de
indefensión que exige el artículo 1693 de la Ley Procesal Civil
para lograr la subsanación de la falta o la transgresión, ya que
no lo cumple los escritos de los folios 402, 412 y 420.
El motivo se rechaza. No procede a declarar rebeldes a los
demandados que comparecieron en forma en los autos y se les
atribuyó condición de partes procesales...»
Sentencia Tribunal Supremo (Sala 1 .a), de 7 de octubre
de 1996. Ponente Sr. Villagómez Rodil.
B) La nulidad de un acto no implica la de aquellos que sean
independientes del mismo, sean sucesivos o anteriores al mismo,
y tampoco, cuando la nulidad de actuaciones sea parcial, de las
partes del acto no afectadas por la nulidad declarada.
«...La Ley Orgánica del Poder Judicial en su art. 11.1 sólo
previene la ineficacia de las pruebas obtenidas que, directa o
185
NULIDAD DE ACTUACIONES JUDICIALES
indirectamente, violenten derechos fundamentales porque en tal
caso, art. 238.3, se supone que a la vez se prescinde de normas
esenciales del procedimiento con causación de indefensión.
De todas formas es evidente, a) que como dice el artículo
242 de igual Ley Orgánica, la nulidad del acto no implica la
de los sucesivos que fueran independientes; y b) que cuando la
ineficacia del acto se alegue en base a la legalidad ordinaria
y procedimental, las prevenciones acabadas de señalar han de
matizarse en los casos en los que el derecho fundamental no
se infringió, lo que no es óbice para que, con vulneración o sin
vulneración de tal derecho, el acto nulo deba transmitir también su ineficacia a cuanto de él se derive directa o indirectamente, como se viene diciendo (TS, 2..ª, S. 6 de octubre de
1995)...»
Auto del Tribunal Supremo (Sala 2.a), de 9 de abril de 1997.
Ponente Sr. Moner Nuñez.
«...Ha de quedar claro al respecto que la prueba ilegítimamente obtenida puede no viciar a las restantes investigaciones
siempre que sea posible la consiguiente desconexión causal
entre unas y otras. Pudo pues existir una línea de investigación
ilegítima, que no es este caso, pero ello no empece para que
otras pruebas, sin relación con la ineficaz, acrediten suficientemente los hechos acaecidos, ya sea en la legalidad constitucional, ya sea en la legalidad ordinaria.
La Ley Orgánica del Poder Judicial en su artículo 11.1 sólo
previene la ineficacia de las pruebas obtenidas que, directa o
indirectamente, violenten derechos fundamentales porque en
tal caso, artículo 238.3, se supone que a la vez se prescinde de
normas esenciales del procedimiento con causación de indefensión.
De todas formas es evidente: a) que como dice el artículo
242 de igual Ley Orgánica, la nulidad del acto no implica la de
los sucesivos que fueran independientes; y b) que cuando la ineficacia del acto se alegue en base a la legalidad ordinaria y procedimental, las prevenciones acabadas de señalar han de matizarse en los casos en los que el derecho fundamental no se
infringió, lo que no es óbice para que, con vulneración o sin
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REGULACIÓN ACTUAL DE LA NULIDAD DE ACTUACIONES JUDICIALES
vulneración de tal derecho, el acto nulo deba transmitir también
su ineficacia a cuanto de él se derive directa o indirectamente,
como se viene diciendo...»
Sentencia Tribunal Supremo(Sala 2.a) de 6 de octubre
de 1995. Ponente Sr. De Vega Ruiz. (57)
«...procede anular el pronunciamiento de absolución sobre
tal delito; nulidad que no ha de afectar al resto del proceso en
virtud de la norma contenida en el artículo 242.2 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial, expresivo de que: 'la nulidad de
parte de un acto no implicará la de las demás del mismo que
sean independientes de aquélla'; y por ello esta declaración no
afecta ni a los restantes motivos de este recurso ni a los contenidos en los recursos formulados por los acusados, al no ser
aplicable, dada la naturaleza de la nulidad, la normativa contenida en los artículos 901 bis a) y 901 bis b) de la Ley de Enjuiciamiento Criminal tantas veces citada...»
Sentencia Tribunal Supremo (Sala 2.a), de 8 de marzo
de 1996. Ponente Sr. Montero Fernández-Cid.
«...Dos últimos aspectos de las alegaciones de este primer
motivo del recurso, y su reproducción en el tercero,, merecen
ahora nuestra respuesta. La primera cuestión es la relativa a la
indefensión que se alega del hoy recurrente por las actuaciones del Juzgado Instructor precedentemente relatadas, indefensión que únicamente cabe reconocer en la declaración prestada por el mismo, sin instrucción ni asistencia de defensa, ante
el Juzgado exhortado el día 3 de junio de 1993 (folio 52 de la
causa), y que por lo tanto acarrea la nulidad de dicha declaración, ya acordada por el Tribunal sentenciador, conforme a
lo dispuesto en el artículo 238, número 3. ° último inciso, de la
Ley Orgánica del Poder Judicial, en relación con el artículo
142 de la Ley Procesal Militar. La segunda de las cuestiones se
refiere a los efectos que esa única declaración, prestada con
vulneración de derechos fundamentales, causante de indefen(57) En similar sentido, entre otras, STS (Sala 2.a) de 18 de julio de 1996.
Ponente Sr. De Vega Ruiz.
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NULIDAD DE ACTUACIONES JUDICIALES
sión, pueda producir al presente proceso penal; la pretensión
de la parte recurrente es que de esa actuación, individualmente nula, y de otras actuaciones que ha calificado también como
procesalmente nulas por defectos esenciales del procedimiento
penal (el Auto de archivo de 11 de junio de 1992, obrante al
folio 19 de la causa), se deriva la nulidad de todo el proceso, a
partir del referido auto de archivo de las Diligencias Previas
número 25/11/1992. Nuestra respuesta a la cuestión planteada
es que, conforme a lo establecido en el artículo 242 de la propia Ley Orgánica del Poder Judicial, la única nulidad reconocida de una declaración del inculpado, no arrastra la de toda
la causa, pues es totalmente independiente de las demás practicadas, y como tampoco llegó a adquirir firmeza el citado auto
de archivo, por las razones expuestas en precedentes Fundamentos de Derecho, no cabe declarar nulidad alguna de otras
actuaciones de la causa, pues en su práctica —aun apreciando
deficiencias procesales en la redacción de resoluciones y cumplimiento de exhortos-, se han respetado las normas esenciales
del procedimiento, y los derechos fundamentales del recurrente que el mismo había alegado como supuestamente vulnerados. En consecuencia, pues, el primer motivo, y su reproducción en el tercero, han de ser totalmente desestimados...»
Sentencia Tribunal Supremo (Sala 5.a) de 20 de marzo
de 1996. Ponente Sr. Bermúdez de la Fuente.
6. TRATAMIENTO PROCESAL DE LOS ACTOS IRREGULARES
Al concepto de actos irregulares ya nos hemos referido al tratar, en el anterior capítulo, sobre la ineficacia procesal desde la
perspectiva doctrinal; en cuanto a la LOPJ, la misma se refiere a
la materia en el art. 241, que textualmente dice:
Art. 241 LOPJ:
«Las actuaciones judiciales realizadas fuera del tiempo establecido sólo podrán anularse si lo impusiere la naturaleza del
término o plazo».
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REGULACIÓN ACTUAL DE! LA NULIDAD DE ACTUACIONES JUDICIALES
Es decir, salvo que se trate de un término esencial, la extemporaneidad de un acto rio implica su nulidad, sino que se trata de
una mera irregularidad, pero el acto produce todos sus efectos, de
igual modo que si hubiera sido dictado o producido dentro de
plazo. Como se observa, la LOPJ, de todas las posibles irregularidades no invalidantes, sólo se refiere al plazo. En relación con el
precepto comentado, la única cuestión que plantea es la de determinar qué términos o plazos son de los denominados esenciales,
es decir, que por su naturaleza determinen la anulación de la actuación; con carácter general tan sólo decir, que el retraso en dictar
sentencia, o en proveer algún escrito, por sí sólo, no origina más
que una mera irregularidad no invalidantes. En cambio, los plazos
que se otorgan a las partes, por regla general, tiene carácter preclusivo, y por tanto esencial (art. 306 LECiv); en similar sentido,
el incumplimiento de las cargas procesales por las partes no pueden servir para fundamentar peticiones de nulidad de actuaciones
(58); En cuanto a las manifestaciones jurisprudenciales del trata(5,8) Así, p. ej., en relación con la debida identificación de los escritos por
las partes, ha afirmado el Tribunal Constitucional que «...en modo alguno podía
ser estimada la alegación de infracción procesal aducida por el recurrente como
causa de indefensión al no haber sido citado para la apelación pese a haber presentado escrito personándose. Ello obedeció, según reconoce, a la errónea cita
del Juzgado de origen número 3 en lugar del número 6 en el escrito de personación como dato identificativo para el recurso de apelación unida a un excesivo desinterés por la suerte de dicho escrito al no recibir notificación alguna
en el dilatado plazo de año y medio. No cabría en tal supuesto atribuir a la oficina de Secretaría de la Audiencia omisión de una posible actividad de búsqueda o identificación de los autos cuando en realidad el extravío del escrito
vino determinado por los errores u omisiones de la parte tal como declaró esta
Sala en su STC 334/1994, Fundamento Jurídico 4.°, donde en caso análogo
dijimos que 'del mismo modo que ya apreciamos en laiSTC 235/1993, por ser
la identificación suficiente del proceso una carga del emplazado que ha de
comparecer en la segunda instancia, el no hacerlo implica falta de diligencia
por su parte si no expresó en su escrito los datos necesarios y suficientes para
que pudiera unirse sin duda al rollo correspondiente. Y. dato necesario era precisamente en este caso el consignado por error, o sea el número del Juzgado de
procedencia de los autos por cuanto en la oficina de reparto de la Audiencia
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NULIDAD DE ACTUACIONES JUDICIALES
miento procesal de los actos irregulares es preciso partir de la base
de que el mismo será una especie de negativo de aquellos supuestos en que sí procede la nulidad o anulabilidad; por tanto, el acto
irregular procesalmente hablando sin relevancia a efectos de anulación, será un concepto residual a integrar a la vista de lo que, en
cada caso, resulte con los límites de la respectiva nulidad o anulabilidad de actuaciones judiciales.
necesariamente había de atenderse a la llegada de los cifrados con el número
indicado, pero procedentes de Juzgado distinto. Por ello resultaban insuficientes todos los demás datos identificativos consignados en el escrito y se produjo así la consecuencia de que éste no pudiera incorporarse y surtir efecto en el
rollo correspondiente, efecto derivado por lo tanto directamente del error del
propio recurrente (Fundamento Jurídico 4.°)...» (Sentencia TC 80/1995, de 5 de
junio de 1995. Ponente Sr. Gabaldón López).
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