derechos fundamentales - Corte Interamericana de Derechos

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Los derechos fundamentales, importancia y
funcionabilidad
Gaceta Judicial
1 de Julio de 2011
Id. vLex: VLEX-360766882
http://vlex.com/vid/derechos-importancia-360766882
Texto
"Los derechos fundamentales: importancia y funcionabilidad"
Dilenny C. Camacho Dipl‡n
Abogada, m‡ster en derechos fundamentales por la Universidad Carlos III de Madrid.
RESUMEN:
La autora analiza la diferencia conceptual entre los tŽrminos derechos fundamentales
y derechos humanos, as’ como la funci—n de los primeros en el ordenamiento jur’dico
dominicano.
PALABRAS CLAVES:
Derechos fundamentales, derechos humanos, Constituci—n dominicana, derecho
constitucional, Repœblica Dominicana.
Es comœn en nuestro medio, aun entre abogados, pensar que los tŽrminos "derechos
fundamentales" y "derechos humanos" son equivalentes. Esa desatinada creencia ha
motivado este art’culo, en el que se plantea la definici—n concreta del tŽrmino
"derechos fundamentales", la diferencia terminol—gica entre este y los "derechos
humanos", y lo m‡s importante: la relevancia y la gran funci—n que desempe–an los
derechos fundamentales en el Estado actual.
DERECHOS FUNDAMENTALES:
Segœn
indica
el
Diccionario
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el
usuario
de
la
Real
Academia
Espa–ola,
los
derechos
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fundamentales son:
…los que, por ser inherentes a la dignidad humana y por resultar necesarios para el
libre desarrollo de la personalidad, suelen ser recogidos por las constituciones
modernas asign‡ndoles un valor jur’dico superior.
Es importante destacar lo subrayado, ya que para poder considerar un derecho como
fundamental es necesario que sea plasmado dentro de la Constituci—n de un
determinado pa’s.
"Derechos fundamentales" es un tŽrmino tŽcnico; son fundamentales ante el valor de
la dignidad humana, porque son los m‡s importantes en el conjunto jur’dico, porque
se vinculan con los valores del ordenamiento y por el rango que tienen como norma
jur’dica.
Particularmente, los derechos fundamentales no solo se deben representar en el
‡mbito constitucional, sino que tambiŽn pueden estar plasmados en un texto legal, es
decir, lo importante es que estŽn positivizados dentro del ordenamiento jur’dico.
Sobre esto œltimo no existe unanimidad de opini—n, ya que hay especialistas en el
‡rea constitucional que expresan que los derechos fundamentales se encasillan
dentro de una categor’a propia del Derecho Constitucional y no de cualquier sistema
legal, y establecen que esa categor’a de derechos solo existe cuando hay una
constituci—n normativa legitimada por el poder constituyente. Para que los derechos
fundamentales se consideren protegidos, deben serlo a nivel constitucional. Sin
embargo, tambiŽn es cierto que no tiene por quŽ tratarse de un texto que
formalmente se llama Constituci—n, pero s’ es necesario que esos contenidos se
aseguren mediante normas superiores (por tanto, no modificables por simples normas
con fuerza de ley, o, de otra forma, por mayor’as ordinarias).
Al hablar de plasmar los derechos es indispensable establecer la positivizaci—n del
derecho, tanto en una norma sustantiva, como tambiŽn en un texto legal, debido a
que hay pa’ses con un reducido cat‡logo de derechos enunciados dentro su carta
magna; no obstante, dichos derechos no son limitativos. Basta como muestra la
Constituci—n dominicana derogada en enero de 2010, la cual conten’a un reducido
cat‡logo de derechos meramente enunciativos; sin embargo, de manera expresa
dec’a que estos derechos no eran limitativos. Por tanto, se recog’an en las leyes
adjetivas as’ como tambiŽn en los tratados internacionales de derechos humanos que
el Estado dominicano tiene suscritos o ratificados, que en este caso integraban el
bloque de constitucionalidad.
La reforma constitucional del 2010 le dio una orientaci—n distinta a lo que hab’a sido
el Estado dominicano hasta ese momento. El Estado social y democr‡tico de derecho
prioriza los derechos fundamentales, incorpora nuevos derechos y al mismo tiempo
identifica los procedimientos que garantizan que estos derechos sean reales, posibles
y alcanzables por los ciudadanos.
Como bien se–ala Peces-Barba, las tradiciones lingŸ’sticas de los juristas atribuyen al
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tŽrmino "derechos fundamentales" esa dimensi—n vincul‡ndola a su reconocimiento
constitucional o legal.
Los derechos fundamentales son:
…aquellos imbuidos del car‡cter de esenciales para la persona humana, se encuentran
constitucionalizados, son inviolables e imprescriptibles y operan siempre a favor del
justiciable. Se apoyan en la irrebatible necesidad de mesurar el ejercicio de la funci—n
jurisdiccional con el fin de hacer efectivas las garant’as inalienables.
Otra definici—n sobre derechos fundamentales, que nos ayudar‡ a un mejor
entendimiento, es la del profesor Ansu‡tegui, quien dice:
…fundamentales son aquellos derechos que est‡n recogidos o garantizados en normas
b‡sicas de un ordenamiento jur’dico o que, aunque no lo estŽn, tienen una existencia
y un contenido esencial y condicionante respecto de otros derechos o contenidos
"inferiores" o "menores" de este sistema, o que tambiŽn recogen o expresan valores y
principios considerados fundamentales en ese sistema.
En este concepto se indica que lo importante a destacar es que dichos derechos se
encuentren avalados en una norma b‡sica (normas superiores) dentro del
ordenamiento jur’dico del Estado, y aporta, adem‡s, que si no est‡n recogidos, por lo
menos que formen parte indispensable de los valores y principios en los que se
fundamenta el sistema jur’dico.
La profesora espa–ola de la Universidad Carlos III de Madrid, Espa–a (UC3M) , Mar’a
del Carmen Barranco, indica que la concepci—n de los derechos fundamentales
aparece como la expresi—n m‡s id—nea para destacar dos elementos; uno de ellos es
la relevancia moral de una idea que compromete la dignidad humana y sus objetivos
de autonom’a moral; el otro elemento es la importancia jur’dica que convierte a los
derechos en norma b‡sica material dentro de un determinado ordenamiento, y en
instrumento necesario para que el individuo desarrolle en la sociedad todas sus
potencialidades.
Algo que no se puede dejar de lado es lo relacionado con la naturaleza y funci—n de
los derechos fundamentales en el conjunto del ordenamiento constitucional. Los
derechos fundamentales est‡n conectados a unos valores que integran el tipo de
"estado constitucional", en especial a la dignidad. Por tanto, tales derechos est‡n
inmersos en el conjunto del sistema constitucional de valores:
Todo derecho fundamental est‡ en correspondencia a su peculiaridad y a su concreta
regulaci—n jur’dico-constitucional, en una relaci—n axiol—gica, espec’fica, solo para Žl,
con los otros bienes jur’dico-constitucionales.
Para el profesor Haberle, los derechos fundamentales tienen como fin preservar frente
a la injerencia estatal determinados ‡mbitos vitales de los individuos, toda
intervenci—n sobre ellos a travŽs de la legislaci—n no puede entenderse m‡s que como
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una limitaci—n. Lo que nos quiere decir, desde el punto de vista institucional de los
derechos fundamentales, es, por un lado, autorizaci—n al legislador para conformar y
limitar la libertad; y, por el otro lado, es un l’mite para el mismo legislador. Por tanto,
tiene una doble funci—n: la limitaci—n y la conformaci—n de los derechos
fundamentales.
DERECHOS HUMANOS:
En cuanto a "derechos humanos", este es, sin dudas, uno de los tŽrminos m‡s usados
en la cultura jur’dica y pol’tica actual, tanto por los juristas, pol’ticos, y todas las
personas que se ocupan del ser humano, del Estado y del Derecho, como por los
mismos ciudadanos.
Se puede decir que existen dos vertientes afines a los derechos humanos: la moral y
la jur’dica. En estas dos vertientes se desarrollan dos teor’as de c—mo deben verse
esos derechos. Para la primera, los derechos humanos pueden abarcar una realidad
moral o jur’dica (en este sentido se apunta el doctor Atienza); mientras que en la otra
teor’a se da por hecho que los derechos humanos ya son elementos de moralidad que
deben de ser trasladados al Derecho (es el punto de vista del profesor PŽrez Lu–o).
Tomando en consideraci—n estas dos vertientes, los derechos humanos, tanto en la
dimensi—n jur’dica como moral, hacen referencia a las facultades o capacidades que
son inherentes a los individuos y los grupos por su calidad de seres humanos.
Otra enunciaci—n sobre los derechos humanos sostiene que estos constituyen:
El conjunto de facultades e instituciones que, en cada momento hist—rico, concretan
las exigencias de la dignidad, la libertad y la igualdad humana, las cuales deben ser
reconocidas positivamente por los ordenamientos jur’dicos a nivel nacional e
internacional.
Si se atiende la pr‡ctica lingŸ’stica de la que se extraen las definiciones lŽxicas y que
reflejan el uso de las diversos vocablos del lenguaje por los miembros de una
determinada sociedad, se puede encontrar que existen distintos tŽrminos que
expresan el concepto de derechos humanos, como "derechos naturales", "derechos
pœblicos subjetivos", "libertades pœblicas", "derechos morales", "derechos
fundamentales", "derechos individuales", "derechos del ciudadano", entre otros. No
obstante, ninguno de estos tŽrminos es una expresi—n pura de una decisi—n
lingŸ’stica, sino que todos ellos tienen conexiones culturales y explicaciones que se
derivan de un contexto hist—rico, de unos intereses, de unas ideolog’as y de unas
posiciones cient’ficas o filos—ficas de fondo.
Se podr’a considerar que las mœltiples denominaciones para hacer referencia al uso
de ese tŽrmino radican en la oscuridad y ambigŸedad que guardan todos los
conceptos enunciados m‡s arriba. Al no saber a quŽ se alude cuando se habla de
estos tipos de derechos, se puede favorecer su utilizaci—n ideol—gica, o se puede
perder -en cierto modo- la esencia de entender el objeto de estos derechos.
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Volviendo al tema que nos ocupa, los derechos fundamentales, en el uso doctrinal,
como bien se–ala el profesor PŽrez Lu–o, son derechos humanos constitucionalizados,
como los principios inspiradores de la ideolog’a de cada ordenamiento y como la
s’ntesis de los derechos sociales y libertades.
En el mismo orden de ideas, este autor se–ala que:
Los derechos fundamentales ser‡n los derechos humanos positivizados a nivel interno
y los derechos humanos manifestar’an a los derechos naturales positivizados en las
declaraciones internacionales, as’ como aquellas exigencias b‡sicas que no han
alcanzado un estatuto jur’dico positivo.
Como es sabido, el uso del tŽrmino "derechos humanos" est‡ m‡s ligado al ‡mbito
internacional, ya que es el lŽxico utilizado para la mayor’a de las declaraciones o
tratados internacionales que vinculan la dignidad del ser humano y todo lo que
conlleva un trato y desarrollo digno de la persona. Por el contrario, "derechos
fundamentales" es utilizado en un ‡mbito nacional o interno en que las constituciones
modernas hacen uso de ella. Por consiguiente, se puede decir que los "derechos
fundamentales" son las prerrogativas que el Estado nos ofrece tanto en nuestra carta
magna como en las normas adjetivas que el ordenamiento jur’dico tiene; mientras que
"derechos humanos" es una expresi—n de uso cotidiano, pero ambiguo en un campo
de aplicaci—n m‡s internacional.
IMPORTANCIA Y FUNCIONABILIDAD:
El segundo aspecto a tratar es la importancia y la funci—n de los derechos
fundamentales dentro del ordenamiento jur’dico dominicano.
Para comenzar, nos debemos enmarcar en un plano hist—rico, donde los derechos
humanos siempre se han vinculado con la vida, la dignidad, la libertad, la igualdad,
seguridad, solidaridad y la participaci—n pol’tica; por consiguiente, solo estaremos en
presencia de un derecho fundamental cuando se pueda razonablemente sostener la
garant’a de dichos derechos o instituciones dentro de un ordenamiento jur’dico donde
se respeten y hagan respetar esos principios.
Como es de conocimiento general, ni en la Repœblica Dominicana ni en ningœn otro
pa’s se cuenta con un sistema infalible para la garant’a efectiva de los derechos
fundamentales, ya que a menudo se ven en la prensa innumerables casos de
vulneraciones, adem‡s de que tanto los tribunales nacionales como los
internacionales muchas veces no pueden cumplir con su misi—n por el gran cœmulo de
trabajo. Lo verdaderamente importante, sin embargo, es que existan legislaciones e
instituciones que trabajen poco a poco para el respeto de los derechos y para que no
sigan las violaciones a los derechos humanos y fundamentales, tales como las
organizaciones no gubernamentales (ONG), la Comisi—n Internacional de Derechos
Humanos, la Organizaci—n de las Naciones Unidas, las cortes internacionales de
derechos humanos y un sinf’n de instituciones que velan por el buen funcionamiento
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de estos derechos.
Hecha esta salvedad, cabe ahora analizar la relevancia de los derechos
fundamentales y su puesta en pr‡ctica en varios aspectos, comenzando con la
relaci—n entre los ciudadanos con el Estado, el v’nculo entre los derechos
fundamentales y el ordenamiento jur’dico en s’ y, por œltimo, con las diversas ramas
del Derecho.
Lo primero a mencionar es la importancia de los derechos fundamentales en relaci—n
directa con las personas. Como es de saber, la titularidad de estos derechos le
corresponde a todas las personas , sin ningœn tipo de distinci—n, lo que abarca desde
los que no han nacido hasta las personas que ya est‡n muertas. Sin embargo, es
lamentable decir que son estos mismos, los titulares de derechos, los que desconocen
cu‡les son sus derechos y, peor aun, no tienen la m‡s m’nima idea de los beneficios
que adquieren a la hora de poder exigirlos.
En este pa’s, asombrosamente, muchos desconocen los derechos que les otorga la
Constituci—n y la forma como exigirlos en caso de verse amenazados o vulnerados. No
por ello, sin embargo, dejan los derechos fundamentales de ser importantes y
pr‡cticos. A diario se vulnera el derecho a la educaci—n, se comete violencia contra la
mujer o se le niegan derechos a personas discapacitadas, que podr’an remediarse
mediante los mecanismos correspondientes, lo cual no se logra por ignorancia o por el
alto costo de poder acceder a la justicia dominicana.
El segundo elemento relacionado con los derechos fundamentales es el Estado. Esta
es una pieza de suma importancia al hablar de derechos fundamentales, y m‡s
cuando se habla de un Estado social y democr‡tico de derecho. Lo primero que quiero
abordar es el significado de lo que es un Estado de derecho. Este se sujeta a la misma
normativa que el Estado produce, con una concepci—n eminentemente liberal. Como
bien se–ala Te—dulo L—pez MelŽndez, el Estado de derecho:
…implica principios morales, jur’dicos y pol’ticos que deben tener eco en las decisiones
judiciales que fomenten el respeto de las reglas fundamentales del juego pol’tico.
Cuando no se puede intervenir los esquemas de iniquidad no estamos ante un real
Estado de derecho…. El Estado de derecho es cuando las instituciones pœblicas o el
Estado en un conjunto actœan con apego a las leyes, y de manera muy particular de la
Constituci—n. El Estado de derecho se ampara en el principio de que quienes hacen las
leyes tienen tambiŽn la obligaci—n de respetarlas.
Ahora bien, ÀquŽ se debe de entender por "Estado social y democr‡tico de derecho"?
Se debe interpretar que es un Estado sujeto a la ley, leg’timamente establecida con
arreglo a la Constituci—n, que no puede contradecir a los preceptos sociales en ella
establecidos, los cuales constituyen la positivizaci—n de ciertos valores por y para los
cuales se construye el Estado social.
El Estado social y democr‡tico de derecho se caracteriza, entonces, por la bœsqueda
de la coincidencia entre la titularidad formal de ciertos derechos pœblicos subjetivos y
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su ejercicio efectivo, as’ como por la acci—n estatal. Adem‡s, se describe por la
concepci—n del estatus de ciudadan’a como participaci—n en valores y derechos
pol’ticos, as’ como en los bienes econ—micos y culturales del Estado. Constituye
tambiŽn un rasgo fundamental el hecho de ser un Estado de prestaciones, de modo
tal que los preceptos constitucionales por los que se rige, adem‡s de limitar su
actividad, le fijan objetivos para su acci—n legislativa y administrativa, lo que le obliga
a construir una pol’tica orientada hacia la configuraci—n de la sociedad por el Estado
dentro de los patrones constitucionales.
Ya comprendido esto, se puede deducir que la Repœblica Dominicana, al tener este
tipo de Estado, est‡ estrechamente relacionada y comprometida con los derechos
fundamentales y sus garant’as a merced de los titulares de derecho, los ciudadanos,
para as’ poder concretar un ejercicio en las funciones pœblicas m‡s efectivo, digno y
di‡fano. Actualmente, se ve que el trabajo de las pol’ticas pœblicas que lleva a cabo el
gobierno y los dem‡s organismos que conforman el Estado es con vista al desarrollo y
una efectiva funcionabilidad de los derechos fundamentales de los dominicanos. Una
muestra de esto es el nuevo modelo del sistema penitenciario dominicano, el cual
tiene su base en la filosof’a de respeto a la condici—n humana de las personas
privadas de libertad.
Otra reflexi—n a destacar es la relaci—n entre los derechos fundamentales y el
ordenamiento jur’dico dominicano, la cual est‡ encaminada a comprender la posici—n
y preeminencia que ocupan los derechos fundamentales dentro de este ordenamiento.
En este sentido, se puede demostrar que los derechos fundamentales no constituyen
un contenido cualquiera del ordenamiento jur’dico: su presencia caracteriza y define
el sistema jur’dico en su conjunto, aparte de que, como se expres— precedentemente,
forma parte del tipo de Estado que la Repœblica Dominicana tiene constituido. El
an‡lisis de los derechos fundamentales en perspectiva jur’dica permite considerarlos
como una pieza clave dentro del ordenamiento.
Existe una posibilidad de que la expresi—n "derechos fundamentales" tenga a su favor
la susceptibilidad de abarcar la categor’a cl‡sica de los derechos: individuales (de
autonom’a), pol’ticos (de participaci—n) y econ—micos, sociales y culturales. A lo que
debe sumarse que, debido al car‡cter hist—rico de su fundamentaci—n, constituyen
una categor’a abierta a la historia y a asumir la evoluci—n de los diversos contenidos.
Por consiguiente, los derechos fundamentales presentan una vertiente subjetiva y otra
objetiva:
Los derechos fundamentales, por una parte, son derechos subjetivos y, por otra parte,
son elementos estructurales del ordenamiento jur’dico… As’ un derecho fundamental
es una figura que resume un valor asumido en el sistema jur’dico de una comunidad y
que se inserta con fuerzas vinculantes en el ordenamiento jur’dico.
La presencia de normas de derechos fundamentales en un determinado ordenamiento
jur’dico despliega una serie de efectos de amplia trascendencia en lo que se refiere a
su configuraci—n y funcionamiento. Ello, al menos, por dos razones. En primer lugar,
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por la misma naturaleza constitucional de las normas de derechos. En este punto cabe
reconocer que, en realidad, este efecto es el resultado de la ubicaci—n constitucional
de estas normas y no es la consecuencia de que posean determinados rasgos
caracter’sticos de otro tipo. En segundo lugar, ya hemos aludido anteriormente a la
carga moral de las normas de derechos fundamentales. Son expresi—n del punto de
vista sobre la justicia que asume en œltima instancia el sistema jur’dico de referencia.
En este sentido, configuran la dimensi—n sustantiva o material del sistema, dimensi—n
que se materializa y que surte efectos a partir de la posici—n constitucional de las
normas de derechos.
El œltimo elemento a relacionar con la importancia y funcionabilidad de los derechos
fundamentales est‡ constituido por las diversas ramas del derecho, o, dicho de otro
modo, el mundo jur’dico en s’ mismo.
Jur’dicamente hablando, los derechos fundamentales tienen una importancia vital, ya
que gracias a esos derechos que se encuentran en la Constituci—n existe la profesi—n
de abogado, jurista, fiscal o juez. Las labores de estos profesionales abarcan la
defensa y justicia de los derechos que se les confiere a las personas o grupos, sin
importar el procedimiento que se siga (civil, penal, administrativo, etc.).
Con esto se quiere decir que son numerosas las demandas judiciales relacionadas con
los derechos fundamentales que llegan a los tribunales dominicanos, y, como este
pa’s no cuenta con una instituci—n que permita el desarrollo de esta rama del
Derecho, esta debe de conocerse de manera subsidiaria a otros elementos que s’
conocen los tribunales nacionales.
De la evoluci—n y realidad de los derechos fundamentales en la esfera civil se puede
concluir que hay nuevos derechos fundamentales que hasta ahora eran simples
derechos privados, aunque aœn hay derechos privados, base de los derechos
fundamentales y necesarios para su ejercicio concreto, que tienen un tratamiento
puramente civil y no de derechos fundamentales.
Para ilustrar esto se pueden citar los casos de la protecci—n del consumidor como
principio general del Derecho, el cual se lleva un procedimiento meramente civil o
comercial segœn la petici—n del demandante; el derecho al honor, a la intimidad y a la
propia imagen, cuyo reclamo se lleva a cabo mediante demandas en da–os y
perjuicios a causa de calumnias e injurias o mediante la privaci—n de la libertad de
expresi—n, algo propio de la pr‡ctica civil; as’ como tambiŽn el derecho a la salud y
sus prestaciones sanitarias. De igual forma sucede con algunos derechos que
anteriormente no estaban contenidos en la Carta Magna, que comœnmente son
llevados en tribunales ordinarios, como es la protecci—n a las personas menores de
edad, la seguridad alimentaria, propiedad intelectual, entre otras.
No obstante, se considera que con la puesta en pr‡ctica de un tribunal constitucional
se podr‡ tener una mejor visi—n para hacer respetar los derechos fundamentales, ya
que las normas constitucionales gozan de mayor respeto en los pa’ses donde existen
estos tipos de tribunales..
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De igual importancia podr’a ser el funcionamiento de otra de las instituciones nuevas
que la Constituci—n dominicana se–ala para la protecci—n de la vulneraci—n de los
derechos fundamentales por parte de las dependencias del Estado. Se habla del
"defensor del pueblo". Esta figura a nivel internacional es de suma importancia, con
un gran desempe–o y acogida por parte de los ciudadanos que se ven afectados por
los organismos del Estado.
Para concluir, los derechos fundamentales se encuentran en todas las actuaciones que
los ciudadanos desempe–an en la sociedad. Aun cuando nuestra Carta Magna
contiene garant’as fundamentales (h‡beas corpus, h‡beas data, amparo, etc.),
todav’a falta mucho por hacer, porque lo m‡s importante es que los titulares de tales
derechos los conozcan para que sean respetados. TambiŽn falta mucho a nivel
institucional. En resumidas cuentas, aunque ya se tienen los cimientos, falta mucho
por hacer..
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