Restos musulmanes en Guadalajara

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RESTOS MUSULMANES EN LA PROVINCIA DE GUADALAJARA
Todos sabemos la gran importancia que tuvo la estancia de los musulmanes en la actual Guadalajara. Esta
estancia se debió a que los musulmanes nunca consideraron los territorios al norte de la Cordillera Central
como zona de interés de conquista. Por ello, durante el emirato y califato cordobés, las tierras de la actual
Guadalajara formaron parte de la llamada "Marca Malia" o Marca Media que protegía Toledo y sobre todo
Córdoba, mucho más al sur. Durante los siglos VIII al X la Marca Media va ser la más combatida por moros y
cristianos. Por tanto, en estos siglos, hemos de ver el actual territorio de Guadalajara como zona militar con
escasa población.
Lo primero que le debe Guadalajara a la estancia de los musulmanes en la península es su propio nombre. En
la Edad Media la llamaban Wad−al−Hayara, que significaba «el valle de los castillos», porque capitaneaba,
desde su altura, el ancho valle del Henares en cuya orilla izquierda se encontraban las mejores alcazabas
defensivas de la Marca Media de Al−Andalus.
Lo siguiente más importante que le debe Guadalajara a la cultura musulmana es la multitud de castillos de
origen musulmán que se encuentran en esta provincia. También existen otros castillos y monumentos que, aún
no siendo de origen musulmán sí que están construídos sobre ruinas musulmanas. A continuación se nombran
varios de estos castillos y monumentos y se explica brevemente sus características y origen:
• CASTILLO DE SIGÜENZA
Sigüenza fue, en sus más remotos principios, un asentamiento celtíbero y el nombre que éstos le dieron a la
ciudad fue Segontia.
Posteriormente los visigodos habitaron la ciudad y más adelante lo hicieron los musulmanes, los cuales
alzarían una alcazaba sobre unos antiguos restos, probablemente visigodos.
Desde la reconquista de Sigüenza en el 1123 multitud de obispos pasaron por la silla episcopal de la ciudad.
Ellos fueron los que levantaron este castillo sobre sus ruinas desde el siglo XII.
El castillo en sí está situado sobre un cerro que se localiza a la izquierda del río Henares. El castillo es la
culminación de una estructura defensiva que consistía en una amplia muralla que rodeaba la ciudad. De las
puertas originales de la muralla quedan hoy cuatro: El Portalón del Hierro, El Portal Mayor, La Puerta del Sol
y la Puerta del Toril.
El aspecto de la fortaleza en la lejanía es muy homogéneo y se observan algunos torreones, a veces de planta
circular y otras de planta cuadrilátera, siempre rematados con almenas.
En el interior del castillo nos encontramos diversos salones en los cuales impartían justicia los señores y
obispos de la ciudad.
Actualmente el castillo, total y perfectamente restaurado, sirve de sede al Parador Nacional de Turismo
Castillo de Sigüenza
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• CASTILLO DE MOLINA DE ARAGÓN
El castillo de Molina de Aragón es el más grande y expresivo de los que podemos encontrar hoy en la
provincia de Guadalajara. Su origen es muy lejano y se dice que sirvió de sede a un castro celtíbero defensivo
y localizado cerca de las aguas del río Gallo.
Fue levantado como castillo por los árabes, que en este lugar pusieron la sede de los reyezuelos del territorio
taifa molinés. En el año 1129 el territorio de Molina de Aragón fue arrebatado a los árabes por Alfonso I el
Batallador. Este emplazamiento era de gran importancia estratégica y quedó en manos de Castilla.
El castillo de Molina de Aragón es una alcazaba bajomedieval con una gran muralla alrededor que recoge en
su interior la edificación militar propiamente dicha. Sus dimensiones son de 80 x 40 lo que ya le proporciona
una grandiosidad especial a esta edificación. En el exterior de la fortaleza, el albácar de la alzaba o campo de
armas, es muy amplio.
En el castillo molinés destaca también una gran torre aislada, situada al norte de la edificación, denominada
Torre de Aragón que fue la primitiva construcción, sede del castro celtíbero, usada con fines defensivos por
los árabes.
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• CASTILLO DE JADRAQUE
El castillo de Jadraque se alza sobre el cerro más perfecto del mundo, según dijo Ortega y Gasset, a orillas del
río Henares, a unos cientos de metros de la localidad de Jadraque, en la parte central de la provincia de
Guadalajara, entre su capital y la localidad de Sigüenza.
El nombre de Jadraque procede del tiempo en que estas tierras fueron dominadas por los árabes, y por ellos
fue puesto el castillo en lo alto del estratégico cerro, vigilante de caminos y del paso por el valle.
Se llama también "Castillo del Cid" pues aparece citado en el poema "Cantar del Mio Cid", con cuyas páginas
se hace referencia a este castillo junto con otras localidades de la actual Guadalajara. Los propietarios del
edificio tuvieron la denominación de Duques de Cid, en relación también con la obra medieval.
En 1434 el rey Juan II cedió Jadraque a Doña María de Castilla como regalo de su boda con el castellano Don
Gómez Carrillo. El estado señorial fue heredado por Don Alfonso Carrillo de Acuña, quien en 1469 se lo
entregó, por cambio de pueblos y bienes, a Don Pedro González de Mendoza, obispo de Sigüenza y luego
Gran Canciller con los Reyes Católicos. Fue este importante personaje quien inició la construcción del castillo
de Jadraque con la estructura que hoy vemos.
El Castillo de Jadraque se sitúa en lo alto de un cerro de perfectas proporciones y su entrada se localiza al sur,
subiendo por una senda estrecha y empinada. La entrada está defendida por dos fuertes torreones
semicirculares. Sus muros son altos y considerablemente gruesos, reforzados por seis torres semicirculares y
dos cuadriláteras. Existen multitud de remates almenados.
El interior se encuentra absolutamente vacío y en él se ve el antiguo patio de armas en cuyo suelo se encuentra
un gran agujero que conduce a un foso que bien pudo servir de alacena o almacén.
En la actualidad el castillo pertenece al ayuntamiento de Jadraque y su uso se destina al turismo.
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• CASTILLO DE ALMOGUERA
Este castillo de origen árabe fue parcialmente derruido en a mediados del siglo XV por Ramírez de Guzmán,
que se consagró maestre de Calatrava y se adueño de Zorita, Almoguera y otros fuertes importantes. En
Almoguera, tras ser vencido, desmanteló su fortaleza que no fue levantada nuevamente.
El castillo se sitúa en lo alto del pueblo, sobre una colina y en las laderas de dicha colina se encuentran las
viviendas del municipio.
Su estado es de ruina, lo poco que queda es lo que fue restaurado en 1998.
Esta restauración fue desafortunada ya que desfiguró la esencia del antiguo castillo medieval.
En la actualidad el castillo pertenece al ayuntamiento de Almoguera y se usa como zona de recreo.
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• CAPILLA DE LUIS DE LUCENA
La capilla de Luis de Lucena, localizada en la cuesta de San Miguel, es el único resto que se ha conservado de
la que fuera Iglesia Parroquial de San Miguel del Monte, una obra de estilo románico−mudéjar que fue
derribada el siglo pasado. Fue construida hacia el 1540 y está toda ella construida con ladrillo logrando unos
interesantes diseños ornamentales.
Fue dirigida y costeada por su fundador, el doctor Luis de Lucena, un importante y sabio humanista.
• CASTILLO DE UCEDA
El castillo de Uceda se sitúa en un extremo de la localidad alcarreña de Uceda, junto al descampado que fue la
villa vieja, acercándose al río Jarama al borde de un precipicio donde acaba la meseta alcarreña.
Esta construcción, cuyos orígenes pertenecen a los musulmanes, fue reconstruida a finales del siglo XI, en
torno al año 1085.
Este castillo es de base pentagonal y tiene unos 4000 metros cuadrados de superficie. Era un lugar fácilmente
defendible ya que por sus caras norte y oeste era imposible llegar a el al estar rodeado de grandes terraplenes.
Su único acceso era por su cara sur, en la que se construyó una muralla para protegerse de invasiones.
En la actualidad se encuentra en un estado pésimo, ya que es todo ruina.
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• CASTILLO DE ZAFRA
La cultura de bronce y la cultura del hiero han dejado huella en este municipio de la alcarria dejando restos de
cerámicas. Esto da a entender que en esa atalaya de roca se instalaron los celtíberos en su momento. También
es seguro que los romanos utilizaron este punto fuerte. Además de los romanos es seguro que los visigodos y
los árabes también sacaron provecho a este emplazamiento, siendo los árabes los que elevasen parte de lo que
más adelante sería el castillo. Y aquí sin duda vivieron los moros molineses en los últimos años de su
dominio.
Tras la conquista cristiana de estos territorios entorno al año 1129 Zafra quedó en manos del rey de Aragón, el
cual colocó la fortaleza entre Común de Villa y Tierra de Daroca, estableciendo la Torre de Zafra como uno
de los puntos defensivos más efectivos de todo su territorio protegiéndose así por el sur del peligro que
emanaban los moros conquenses.
Este castillo es uno de los más espléndidos de toda la provincia castellano manchega. La roca en la que se
asienta fue picada y tallada para acentuar su altura. En las praderas circundantes al castillo solamente quedan
mínimos restos de construcciones que bien pueden ser los restos de una muralla del recinto exterior que se
pudo utilizar como caballeriza o patio de armas.
Actualmente al castillo se accede por medio de una escalera de madera que ha puesto su actual propietario
pero antes, para acceder al castillo, había que escalar por la roca lo que era una empresa peligrosa.
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Cuando llegamos arriba observamos que es un espacio estrecho, alargado y con bastante pendiente. Solo
queda la torre derecha que custodiaba el territorio por ese lado. Avanzando un poco se pueden ver los
cimientos de una torre que abarcaba el peñón de uno a otro lado. Una vez atravesada esta torre llegamos al
patio de armas, por el cual se puede acceder a la torre del homenaje, actualmente reconstruida en su totalidad.
En la Torre del Homenaje subimos por una escalera que nos conduce hacia la terraza superior, la cual se
encuentra almenada desde la que podemos observar un amplio paisaje.
En la actualidad este castillo pertenece al Sr. Sanz Polo, un enamorado de este castillo y en el que se ha dejado
toda su fortuna en descubrimientos.
• CASTILLO DE ZORITA
El Castillo de Zorita es una alcazaba que se encuentra en lo alto de un cerro alargado, cerca del río Tajo.
Su historia se remonta a tiempos en los que los musulmanes ocupaban esos territorios aunque existen fuentes
en las que se afirma que también hubo presencia visigoda en la zona. En el año 926 se menciona se cita este
emplazamiento como punto clave en la sublevación contra Abderramán III, califa de Córdoba.
En el año 1085 la localidad de Zorita es reconquistada por los cristianos y años después Alfonso VII entregó
el lugar a la familia de los Castros quienes se hicieron sus señores feudales.
A lo largo de su historia el castillo ha cumplido dos funciones: Función defensivo−religiosa y Función
residencial.
El edificio consta de varios espacios. La zona de dentro del edificio se divide en dos partes: La zona
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eclesiástica y la zona castrense. Su estructure es un complejo sistema de murallas en zig−zag y puertas. Este
bastión militar está muy bien encajado en el cerro donde se asienta, a lo que se debe que su planta sea alargada
estando rodeado el recinto por una robusta muralla.
Al castillo se accede a través de dos caminos, de dos puertas. Uno de los caminos es el que ascendía
suavemente desde el valle del arroyo Bodujo, por donde se llegaba al patio de armas. El otro camino era una
senda estrecha y zigzagueante y sometido a un alto control por parte de torreones y murallas. Este segundo
camino comunicaba con la población.
Un detalle extraordinario de este castillo es la Torre Albarrana, que vigila la entrada al castillo. Dicha torre
está compuesta de un cuerpo de torre muy elevado que encaja con el recinto amurallado de la meseta. Tenía
almenas y terraza. Bajo la torre pasa un camino a través de dos arcos apuntados, adorados con cenefas de
punta de diamante.
Al haber sufrido numerosas reformas sus materiales de construcción son muy disparejos. En un primer
momento se utilizo el tapial, más adelante se usó el sillarejo y por último se recurrió al sillar.
Durante todo el siglo XIX fue una verdadera ruina pero actualmente se encuentra en un estado medio.
Existen en la provincia de Guadalajara multitud de construcciones con origen musulmán.
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Quedan citados algunos de los más importantes castillos de la provincia pero quedan sin citar otra gran parte.
• BIBLIOGRAFÍA
• www.castillos.net
• www.aache.com/castillos
• www.arteguias.com
• www.guadalajarainteractiva.com
• www.arteguias.com/mudejar_guadalajara.htm
• ESTILO MUDEJAR EN LA ALCARRIA
Uno de los acontecimientos posiblemente de mayor trascendencia en la historia del arte español es la
aparición del estilo llamado "MUDÉJAR" como unión de las corrientes artísticas cristianas (románicas,
góticas y renacentistas) y musulmanas de la época. El origen histórico−social del mudéjar hay que buscarlo en
el avance de la reconquista leonesa, castellana y aragonesa que supuso la incorporación de territorios con
población musulmana, que aportan su saber en el campo de diversas artes.
Este estilo llega a la provincia de Guadalajara y, además de los restos que se encuentran en la capital de la
provincia, existen cuatro iglesias de estilo románico−mudéjar de carácter rural y se localizan en la zona
occidental de la provincia, la llamada Campiña.
En el interior de la cuidad de Guadalajara encontramos las iglesias de San Gil y Santa María de la Antigua,
además de la concatedral con campanario y tres puertas mudéjares con arco apuntado de herradura.
En la Campiña se localizan los templos parroquiales de Aldeanueva de Guadalajara, Pozo de Guadalajara,
Galápagos y Cubillo de Uceda.
Habría que fechar su edificación en la segunda mitad del siglo XIII.
− ALDEANUEVA DE GUADALAJARA
Es uno de los mejores ejemplos provinciales del estilo románico−mudéjar. Dispone de una nave de cuatro
tramos rematada en ábside de semitambor.
El ábside es de sillarejo con tres aspilleras rodeadas de ladrillo.
Ya en el interior se aprecian los tres arcos apuntados de ladrillo que soportan la techumbre de madera. El arco
triunfal es de medio punto y apoya sobre dobles columnas y pilastras.
− CUBILLO DE UCEDA
La iglesia de la asunción de Nuestra Señora de Cubillo de Uceda se construyó en estilo románico mudéjar en
el siglo XIII. El edificio es de ladrillo con dos bandas superpuestas de arcos ciegos y doblados, un tramo liso y
por encima serie de arcos murales.
La torre unida al muro septentrional del presbiterio también es mudéjar.
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