Palabras del Ministro de Defensa Nacional, Juan Manuel Santos Calderón, en la ceremonia de lanzamiento de la Red de Apoyo y Solidaridad Ciudadana de Santiago de Cali Cali, 22 de marzo de 2007 Hace poco más de dos meses, en el relanzamiento de la Red de Apoyo y Solidaridad Ciudadana en Bogotá, recordé unas palabras que pronuncié al cumplirse los primeros 100 días de gestión de la Fuerza Pública y el Ministerio de Defensa en el segundo periodo del presidente Uribe, las cuales quisiera citar nuevamente para iniciar esta intervención: “La seguridad es de todos y para todos. Es un patrimonio común de los colombianos. No es de derecha ni de izquierda, no es de un gobierno o de un presidente, no es la bandera de un partido ni mucho menos de una persona. La seguridad debe ser una política de Estado que esté más allá de las diferencias políticas y las divergencias coyunturales. Debe ser una política de todos los colombianos y para todos los colombianos”. El lanzamiento de la Red de Apoyo y Solidaridad Ciudadana en esta querida ciudad de Santiago de Cali, apreciados amigos, es la demostración fehaciente de que la seguridad es un asunto de todos. La seguridad es un tema de interés público y, como tal, debe construirse y fortalecerse desde diferentes instancias. Desde el Gobierno Nacional, la política de Seguridad Democrática y su consolidación en estos años constituyen el marco de acción que les ha permitido a los colombianos recuperar su territorio y volver a creer que es posible vivir y prosperar sin temor. Desde el nivel regional, la Gobernación del Valle del Cauca ha logrado unos resultados tangibles de mejoría en los índices de seguridad del departamento. El gobernador Angelino Garzón ha obrado con convicción y ha hecho de la seguridad una bandera de gobierno. A nivel local, el Plan de Desarrollo del alcalde Apolinar Salcedo tiene por nombre “Por una Cali segura, productiva y social”. Es decir, indica que la seguridad es también prioritaria en la agenda del gobierno capitalino. Todos estos esfuerzos gubernamentales se desarrollan a través de la Fuerza Pública. Por esto mismo, conscientes de las especiales circunstancias de orden público que han sufrido el Valle y su capital, hemos fortalecido con equipos y pie de fuerza a la Policía Metropolitana de Cali, y hemos reforzado la acción del Ejército y la Policía en ciudades como Buenaventura. Es bien sabido que a finales del año pasado Cali estuvo azotada por el terrorismo de las FARC y la acción de grupos criminales ligados al narcotráfico que intimidaron a la ciudadanía. Por eso mismo, el gobierno nacional, con el claro liderazgo del Presidente de la República, junto con los comandantes de la Fuerza Pública, concentramos nuestros esfuerzos en recuperar la seguridad de esta importante capital. Como ustedes recordarán, acá estuvo el general Jorge Daniel Castro Castro, en noviembre pasado, despachando varios días, al frente de la tarea de desvertebrar los grupos criminales que la asolaban. Es más: Cali es la capital de departamento donde hemos realizado más consejos de seguridad, encabezados por el Presidente de la República o por el Ministro de Defensa, por lo menos en los últimos meses. Y los resultados se están viendo: El Cuerpo Élite Antiterrorista de la Policía capturó a alias “El Zarco” y alias “El Gordo”, integrantes del frente 30 de las FARC y responsables de las acciones terroristas perpetradas en la ciudad en los últimos meses del año pasado. También se capturaron decenas de terroristas asociados a los anteriores, y narcotraficantes extraditables pertenecientes al “clan” Varela, particularmente los del llamado grupo de los “Comba”. A nivel de pie de fuerza, se reforzó la seguridad de la ciudad con 300 nuevos policías y otros 1.500 fueron trasladados transitoriamente, cumpliendo una labor de choque contra la delincuencia. Con la creación del Comando Especial de Buenaventura, por otro lado, el Valle del Cauca tiene hoy un nuevo comando operativo concentrado en la recuperación de la seguridad en el puerto, que descongestiona, a su vez, los otros comandos del departamento. Todo esto se ha reflejado en mejores índices de seguridad. ¡Hemos puesto todo de nuestra parte, y lo seguiremos haciendo, para que los caleños y todos los vallecaucanos recuperen su tranquilidad! Los terroristas, sin embargo, golpeados en sus estructuras, -con más de 180 desmovilizados en la región no más en los primeros 45 días del año-, han respondido de la única manera que saben hacerlo: con muerte y destrucción, como los que causaron el viernes pasado al asesinar a 6 personas y herir a otras 11 en Buenaventura con un artefacto explosivo. Pero el terror no genera dividendos ni mucho menos arredra a la Fuerza Pública ni a la ciudadanía que la rodea. Seguiremos combatiendo, con labores de inteligencia y acciones contundentes, a los reductos del narcoterrorismo en el puerto, en Cali y en todo el Valle del Cauca, con decisión irrefrenable. La captura esta misma semana, por parte de la Policía, de alias “Miller”, perteneciente a las milicias de las FARC y autor de los más recientes atentados en Buenaventura, es una muestra de que no nos quedamos quietos frente al terrorismo. Lo que sí debemos tener muy claro es que ningún esfuerzo será exitoso si no se cuenta con el apoyo y la participación activa de la ciudadanía. No es posible tener un policía en cada esquina de cada población de Colombia, pero sí podemos derrotar el delito en la medida en que todos –Gobierno, Fuerza Pública y ciudadanía- trabajemos junto en este propósito. El gobierno del presidente Uribe ha repetido y ha demostrado con hechos que todos somos responsables de la seguridad. Hoy quiero reconocer que en pocos sitios esta idea ha tenido tanto arraigo como en Cali. Retomando el civismo, que fue por tanto tiempo la más reconocida característica de los vallecaucanos, los empresarios y los gremios de la vigilancia y la seguridad privada en Cali y en todo el Valle del Cauca han dado muestras claras de su solidaridad y determinación en la lucha contra el delito. Incluso antes del Decreto 3222 de 2002, que reglamentó las redes de apoyo y solidaridad, ya se había creado en Cali la red de la Asociación Nacional de Entidades de Seguridad Privada -Andevip- que está cumpliendo siete años de funcionamiento. Esto demuestra el compromiso del sector empresarial y de los gremios que operan en el departamento, como Andevip y Fenalco, entre otros, para vincularse con sus guardas y con sus equipos a los temas de la seguridad ciudadana. Que sea ésta la oportunidad para hacer un reconocimiento a los protagonistas de este día y de esta historia de solidaridad humana y empresarial: los vigilantes y guardas de seguridad. Los hombres y mujeres que hoy se reúnen en la Plaza de San Francisco son dignos representantes de los cerca de 15.000 guardas que, día tras día, las 24 horas, están atentos en todos los puntos de Santiago de Cali, siempre listos a colaborar con las autoridades y a proporcionar información que permita combatir eficazmente el delito. Los resultados operativos de la Red en Cali son positivos. Datos del año 2006 muestran cómo sus informaciones, señores guardas de seguridad, han evitado robos de vehículos, han servido para capturar delincuentes en flagrancia, y han promovido la incautación de mercancías ilícitas o hurtadas, entre otros hechos a destacar. Es por todo esto que el simbólico acto de hoy debe servir no sólo para revitalizar esta red de apoyo y solidaridad sino también para que la sociedad les rinda a ustedes un merecido reconocimiento que exprese nuestra gratitud por su apoyo en las tareas de seguridad. Como le he manifestado al Superintendente de Vigilancia, una de las tareas primordiales de la entidad a su cargo tiene que ser la dignificación del oficio del vigilante, como colaboradores que son en nuestra lucha contra el delito. Para este efecto, dotaremos a la Superintendencia de las herramientas técnicas y humanas necesarias para que ejerza su labor de control de manera más eficaz, protegiendo los derechos laborales de los guardas y sancionando ejemplarmente a las empresas que incumplan estas obligaciones. No olvidemos que la seguridad no es un fin en sí mismo, sino que es una condición indispensable para la realización del desarrollo con justicia social. No concibo la seguridad si ésta no tiene rentabilidad social. Por eso es bueno constatar que la mejoría que hemos tenido en el tema de seguridad se ha traducido en un incremento de los indicadores económicos no sólo en Colombia sino, particularmente, en esta ciudad de Cali. Donde hay seguridad hay mayor inversión extranjera y nacional, se generan más y mejores empleos y, en general, gana toda la ciudadanía. ¡Éste es el círculo virtuoso de la seguridad! Hoy podemos decir que el reforzamiento de las operaciones de policía bajo el mando del general Moore; el descubrimiento e incautación de las caletas del narcotráfico gracias a la DIJIN y el liderazgo del general Naranjo; las capturas a las que ya hice referencia, y las visitas y evaluación de todos los departamentos de seguridad privados que hizo la Superintendencia de Vigilancia en días pasados, están creando las condiciones para que el clima de seguridad y, por consiguiente, la situación económica y social, mejoren en beneficio de todos los caleños y vallecaucanos. Y esto no es retórica: es una realidad soportada en cifras concretas. El último informe de la Cámara de Comercio de Cali -que no es una fuente oficial-, el cual fue presentado hace pocos días, nos muestra que más y más empresarios ven expectativas favorables en el entorno económico de la ciudad. El estudio resalta un aumento del 56% de obras nuevas en los tres primeros trimestres del año anterior, el cual resulta evidente con tan sólo dar una vuelta por la ciudad. Ésta es una excelente noticia, teniendo en cuenta que la actividad constructora impacta positivamente a diversos sectores de la economía. Además, la tasa de desocupación del último trimestre ha sido la más baja de los últimos trece años. A todo esto se suma que un porcentaje superior al 90% de la base empresarial de Cali y Yumbo son Mypimes, altas generadoras de empleo y forjadoras de equidad social. Estos son algunos resultados de este estudio que, de todas formas, continúa reflejando la inquietud del sector privado frente a la inseguridad, a la que el 10% de los microempresarios todavía considera como un factor que afecta su operación. ¡Tenemos que seguir trabajando hasta que no haya ni una sola iniciativa privada ni una sola empresa que deje de producir riqueza y empleo por problemas de seguridad! Hemos hecho mucho, pero no podemos descansar en los laureles. Debemos continuar en la misma ruta con toda firmeza y con la acción contundente de la Policía Metropolitana, el Ejército y todas las Fuerzas. Debemos seguir contando con el liderazgo del Gobernador y del Alcalde, con sus respectivos Secretarios de Gobierno, y de los diferentes Alcaldes del Área Metropolitana, para desarrollar estrategias comunes que eliminen los factores de violencia en lugar de trasladarlos. Sobre todo, debe continuar el entusiasta y patriótico apoyo de todos los ciudadanos de bien y, muy particularmente, de los empresarios de la seguridad privada que hoy demuestran su organización y compromiso, y de todos los valientes guardas de seguridad que entienden que su función, más allá de la seguridad privada, tiene que ver con el bienestar general de sus conciudadanos. Su labor y colaboración, como ya dije antes, ha producido excelentes resultados. Son muchos los casos positivos que podríamos resaltar pero hoy quisiera destacar uno de ellos para que represente a sus demás colegas. Se trata del señor Rubén Barrera, guarda de la empresa Atlas, quien con su acción oportuna evitó la comisión de un delito. Al final de mis palabras quisiera invitarlo a que nos cuente su experiencia. El lanzamiento que hoy hacemos de la Red de Apoyo y Solidaridad Ciudadana de Cali hace parte de la estrategia de revitalización de estas redes que le he encomendado liderar a la Superintendencia de Vigilancia. Tengo la certeza de que, con el apoyo de la Policía, de los empresarios y de los guardas de seguridad, vamos a devolverle a Cali el prestigio de ser una ciudad cívica, segura y en paz. Desde acá, siguiendo el horizonte que señala desde el cerro Sebastián de Belalcázar, indicaremos a otros sectores sociales del país el camino para colaborar y hacer parte activa de este propósito nacional que es hoy la seguridad. Estoy seguro, como dice el eslogan de este evento, de que la Policía Nacional y la Vigilancia y Seguridad Privada, unidos por Cali, son el mejor augurio para que se haga realidad el futuro que anuncia el himno de esta bella ciudad: “Nuestros padres ganaron la guerra y nosotros ganamos la paz”. Muchas gracias.