226-2011 Amparo Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las ocho horas con cincuenta y nueve minutos del día veintisiete de mayo dos mil once. Analizados la demanda y escrito firmados por el señor Wilfredo Cienfuegos, se hacen las siguientes consideraciones: I. Básicamente, el demandante cuestiona la constitucionalidad de la sentencia definitiva pronunciada por el señor Juez Quinto de lo Mercantil, a las diez horas del día 4-X2004, en el juicio mercantil ejecutivo con número de referencia 361-EM-03, promovido por el abogado Rodolfo Misael Abrego Figueroa, como apoderado general judicial del Fondo de Saneamiento y Fortalecimiento Financiero, que se abrevia FOSAFFI. En ese sentido, el peticionario manifiesta que el día 5-XI-2003 el notificador del Juzgado Quinto de lo Mercantil de San Salvador se apersonó a la dirección proporcionada por la parte actora para realizar el emplazamiento, situación que no fue posible, ya que se le manifestó al referido empleado judicial que él ya no residía en esa dirección y que desconocían su nuevo domicilio. Por ello, relata que por resolución emitida por la referida autoridad judicial el día 4-II2004 y a petición de la parte actora, el Juez Quinto de lo Mercantil inició las diligencias de ausencia en su contra, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 141 del Código de Procedimientos Civiles –actualmente derogado–, que culminaron con el nombramiento de la abogada Cristina Isabel García González como curadora especial ad litem. Asimismo, el demandante ilustra que en el referido proceso se emitió sentencia condenatoria, pronunciamiento que fue notificado a la referida curadora especial ad litem, sin que esta interpusiera recurso alguno de la sentencia que le era gravosa. Por tal motivo, el demandante estima vulnerado su “… su derecho a recurrir contra las resoluciones judiciales que perjudican a una de las partes, dentro del debido proceso…”, pues estima que dicha profesional “… tenía la obligación de interponer [r]ecurso de [a]pelación, contra la [s]entencia [d]efinitiva…” y porque la abogada designada no tenía orden expresa que le prohibiera hacer uso de dicho medio impugnativo. II. Determinados los argumentos esbozados por la parte actora, corresponde en este apartado exponer los fundamentos jurídicos de la resolución que se proveerá. 1. Tal como se ha sostenido en las resoluciones del 12-V-2003 y del 5-II-2004, pronunciadas en los amparos 217-2003 y 32-2004, respectivamente, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la parte actora deben, en esencia, justificar que el reclamo 1 planteado posee trascendencia constitucional, esto es, deben evidenciar la probable vulneración de derechos fundamentales. Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de asuntos puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple inconformidad con las actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las autoridades dentro de sus respectivas competencias, la cuestión sometida al conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que se traduce en un vicio de la pretensión que imposibilita su juzgamiento. En otros términos, en la queja elevada a los estrados de la jurisdicción constitucional debe exponerse y fundamentarse una posible transgresión a los derechos constitucionales que se derive del acto cuyo control se solicita, pues la proposición de una cuestión propia y exclusiva del marco de la legalidad, limitada al conocimiento y decisión de las autoridades ordinarias, representa un defecto en la causa de pedir de la pretensión de amparo que se traduce en la imposibilidad de juzgar, desde el ámbito constitucional, el reclamo formulado. 2. Así también, resulta procedente exponer lo que este Tribunal ha sostenido sobre la posibilidad de entrar a conocer respecto de la actuación realizada por un curador ad litem nombrado dentro de la sustanciación de un proceso determinado. Al respecto, en la resolución de sobreseimiento, pronunciada a las nueve horas con veintiocho minutos del día 14-VIII-2009, en el amparo clasificado con la referencia número 515-2005, se afirmó que este Tribunal no está facultado para calificar y pronunciarse acerca de la actividad realizada por el curador ad litem en lo concerniente al ejercicio de los derechos, cargas y expectativas relacionadas con la defensa de la posición procesal demandada. En tal sentido, recalcó que el proceso de amparo no opera como una instancia superior de conocimiento para la revisión desde una perspectiva legal, de las actuaciones de las autoridades que actúan a partir de sus respectivas atribuciones, sino que pretende brindar una protección reforzada de los derechos reconocidos a favor de las personas. III. Corresponde ahora evaluar la posibilidad de conocer de las infracciones alegadas por la parte actora en el presente caso. 1. Sobre la base de las consideraciones apuntadas y las alegaciones del señor Wilfredo Cienfuegos, se advierte que este dirige el presente reclamo contra actuaciones del Juez Quinto de lo Mercantil de San Salvador, la cuales estima lesivas a su derecho a recurrir de las resoluciones judiciales. Para justificar la vulneración invocada, respecto del acto reclamado, el peticionario cuestiona −en esencia− la actuación de la curadora ad litem nombrada dentro del referido proceso ejecutivo, la abogada Cristina Isabel García González, ya que según lo manifiesta el pretensor, la citada profesional tenía la obligación de hacer uso de los recursos que le 2 franqueaba el Código de Procedimientos Civiles –vigente en ese momento− para atacar la sentencia que le era gravosa y no lo hizo. Por tal motivo, estima que el Juez Quinto de lo Mercantil de esta ciudad, ante tal situación, tenía que prevenir a la curadora especial ad litem que cumpliera con dicha obligación, pues aduce que el referido funcionario judicial fue quien de manera unilateral nombró a la curadora para que lo representara dentro del proceso en mención. En consecuencia, según lo afirmado por el peticionario, dado que la curadora nombrada dejó transcurrir el plazo legal para la interposición del recurso de apelación y en vista que el Juez Quinto de lo Mercantil no realizó ningún acto que procurara reconducir la conducta poco diligente mostrada por dicha profesional, estima transgredido su derecho constitucional a recurrir de las resoluciones judiciales. 2. Al respecto, de los argumentos esgrimidos por el pretensor en cuanto a la presunta vulneración constitucional, se observa que su reclamo está más orientado a manifestar una desavenencia con la actuación atribuida al Juez Quinto de lo Mercantil, y con mayor exactitud, con las actuaciones procesales adoptadas por la curadora nombrada para ejercer su representación en el proceso ejecutivo, que a evidenciar que efectivamente hubo alguna actuación atribuible al aludido juzgador tendiente a impedirle el ejercicio de su derecho a recurrir. Así, a juicio del pretensor las actuaciones de la procuradora ad litem revelan poca diligencia en la defensa de sus intereses procesales y por ello cuestiona la constitucionalidad de las actuaciones atribuidas al funcionario demandado. En ese orden de ideas, parecería que el demandante pretende sustentar la vulneración al derecho constitucionalmente invocado por una actuación que es mera responsabilidad de la persona que aceptó el cargo de curador ad litem, nombramiento que se originó precisamente porque se desconocía el paradero del ahora demandante, ya que, previo al inicio de las diligencias de ausencia y del nombramiento de la citada curadora, la referida autoridad judicial intentó convocar al proceso al señor Wilfredo Cienfuegos para que ejerciera su defensa. En ese sentido, se colige que la peticionaria fundamenta su queja en la simple inconformidad con la manera en que la curadora ad litem nombrada actuó dentro del proceso en referencia, lo cual es un aspecto que para el presente caso no revela una incidencia de carácter constitucional y cuyo análisis corresponde a los jueces ordinarios. En ese orden de ideas, conocer el presente reclamo implicaría que este Tribunal, bajo la perspectiva de la estricta legalidad ordinaria, entre a calificar y a pronunciarse acerca de la actividad realizada por la abogada Cristina Isabel García González en lo concerniente al ejercicio de los derechos, cargas y expectativas relacionadas con la defensa de la posición 3 procesal del demandando en el proceso ejecutivo mercantil relacionado, aspecto que esta Sala está impedida para conocer. 3. En conclusión, del análisis de las circunstancias fácticas y jurídicas esbozadas se deriva la imposibilidad de juzgar, desde una perspectiva constitucional, el fondo del reclamo planteado por la parte actora, ya que este se fundamenta en un asunto de estricta legalidad y, en consecuencia, es pertinente declarar la improcedencia de la demanda de amparo en cuanto a los actos impugnados. Por tanto, con base en las razones expuestas en los acápites precedentes y de conformidad al artículo 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE: 1. Declárese improcedente la demanda firmada por el señor Wilfredo Cienfuegos, contra actuaciones del Juez Quinto de lo Mercantil de esta ciudad, en virtud de los razonamientos efectuados en el considerando III de este proveído, es decir, por tratarse de un asunto de mera legalidad. 2. Tome nota la Secretaría de esta Sala del lugar señalado por el actor para recibir los actos procesales de comunicación. 3. Notifíquese. ---J. B. JAIME---F. MELÉNDEZ---J. N. CASTANEDA S.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZÁLEZ B.--PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.--RUBRICADAS. 4