balance fitosanitario del cultivo de la fresa campaña 2010-2011

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RED DE ALERTA E INFORMACIÓN FITOSANITARIA R.A.I.F.
CONSEJERÍA DE AGRICULTURA Y PESCA
Delegación Provincial de Huelva
BALANCE FITOSANITARIO DEL CULTIVO DE LA FRESA
CAMPAÑA 2010-2011
Como en campañas anteriores, tanto la producción como la calidad de la
fresa ha tenido un comportamiento influenciado, entre otros factores, por la
meteorología.
En primer lugar, destacar el lento desarrollo de la planta desde su
plantación hasta principios de marzo. Este periodo se ha caracterizado por
continuas precipitaciones, escasa iluminación y temperaturas frías, factores
que en conjunto ralentizaron la producción y maduración de los frutos. Si bien,
desde el punto de vista fitosanitario, destacar la calidad de éstos al registrarse
una baja incidencia de botritis y escasa presencia de araña roja y lepidópteros.
En segundo lugar, destacar el periodo comprendido entre mediados de
marzo y mediados de abril, coincidiendo con la entrada en plena producción de
todas las variedades de fresa, en el que no se registraron precipitaciones y las
temperaturas fueron en aumento hasta alcanzar máximos en torno a los 30ºC.
Señalar que tras este periodo hubo parcelas donde los daños por
podredumbres de raíz y cuello, Macrophomina phaseolina principalmente,
fueron importantes.
En tercer, y último lugar, destacar el periodo comprendido entre
mediados de abril y mediados de mayo, en el que, de nuevo, y al contrario que
la campaña pasada, se alternaron los días con lluvias con otros soleados,
condiciones que favorecieron la aparición de podredumbre gris sobre los frutos,
y que junto a factores comerciales, propició, para la mayoría de los
productores, la finalización de la campaña durante la segunda quincena de
mayo. Este hecho, en general, y respecto a una campaña “normal”, ha
repercutido negativamente en la producción final, sobre todo de las variedades
tardías, habiéndose recolectado menos gramos por planta.
Por otro lado, el porcentaje de frutos deformados durante la campaña
ha sido menor que el registrado durante la pasada. Destacar el mes de enero
en el que se registraron valores en torno al 4%.
Del total de tratamientos realizados durante la campaña, el 53%
correspondieron a fungicidas, el 42% a insecticidas y el 5% a herbicidas.
Valores similares a la campaña anterior, si bien, y de manera algo más
pormenorizada, durante esta campaña, y respecto a la pasada, aumenta la
proporción de tratamientos dirigidos al control del oídio y disminuye la de
botritis en fruto. Respecto a plagas, aumenta la proporción de tratamientos
dirigidos al control de lepidópteros y pulgones, y disminuye la de araña roja y
trips.
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Señalar que, respecto a las últimas campañas, se registra un mayor
número de parcelas donde se realizan sueltas de fauna auxiliar dirigidas al
control biológico de araña roja, pulgones y trips.
ENFERMEDADES
En relación a las enfermedades de raíz y cuello/ plantas secas,
indicar que la manifestación de los síntomas aumentará en situaciones de
estrés hídrico.
Una de estas situaciones se puede producir al principio de la campaña,
durante el trasplante, en el que la planta carece de un sistema radicular
suficientemente desarrollado como para compensar la transpiración de la parte
aérea. A diferencia de la campaña pasada, durante esta, octubre y noviembre
fueron meses de temperaturas máximas suaves y con registros de
precipitaciones frecuentes, factores que favorecieron el buen desarrollo
radicular de las plantas recién trasplantadas. Durante este periodo se alcanzó
un máximo del 1’4% de plantas con síntomas, 3’6% el año pasado, valor que
se correspondió con un nivel de intensidad de ataque leve muy próximo al
moderado.
A partir del mes de diciembre, y hasta mediados de abril, los valores
registrados oscilaron en torno al 0’3% de plantas con síntomas. Durante este
periodo las condiciones hídricas del suelo y la humedad relativa fueron
favorables para el desarrollo vegetativo de la planta, a demás las temperaturas
frías registradas ralentizaron dicho desarrollo, siendo por tanto poco visibles los
síntomas producidos por este grupo de enfermedades en los muestreos
realizados.
Es en la segunda quincena de abril, en plena campaña, tras un periodo
de 3-4 semanas sin precipitaciones y con temperaturas máximas calurosas que
llegaron a superar los 30ºC, cuando se registró un aumento de la incidencia de
estas enfermedades, si bien, sin superarse, a nivel provincial, una intensidad
de ataque leve. Destacar que en esos días se diagnosticó, de muestras
recibidas en el Laboratorio de Producción y Sanidad Vegetal de Huelva,
Macrophomina phaseolina, enfermedad cuyas condiciones favorables para su
inicio y desarrollo son, precisamente, las descritas anteriormente. Destacar la
Zona Biológica Costa Occidental donde en la primera semana de mayo se
registró un nivel de intensidad de ataque moderado.
Del total de tratamientos fungicidas realizados en la provincia, el 4’5%
correspondieron al control de estas enfermedades, siendo el porcentaje de
parcelas tratadas del 11’1%. La principal materia activa empleada en dichos
tratamientos fue el Metalaxil-M.
Si durante la campaña pasada fueron, principalmente, las frecuentes y
cuantiosas precipitaciones acaecidas las que mantuvieron al oídio
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(Podosphaera aphanis) en un nivel de intensidad de ataque poco importante,
durante ésta, han sido las bajas temperaturas registradas, hasta mediados de
marzo, el factor meteorológico que ha mantenido a la provincia, igualmente,
con una intensidad de ataque moderada-leve y en torno al 6% de plantas con
presencia, un punto porcentual por debajo de la campaña pasada.
Es a partir de mediados de abril, y hasta el final de la campaña, cuando
la alternancia de días calurosos y días con lluvias favoreció el aumento
significativo de plantas y frutos afectados por oídio, alcanzándose un máximo
próximo al 14% de plantas con presencia en mayo, si bien, manteniéndose la
intensidad de ataque en el nivel moderado. Destacar, durante este periodo, el
viento, que fue un gran aliado en el control de esta enfermedad al disminuir la
humedad relativa ambiental, evitando así daños de mayor gravedad.
Por Zonas Biológicas destacar Costa Oriental al registrar valores en
torno al 7% de plantas con presencia desde diciembre hasta mediados de abril,
momento en el que dicho índice fue aumentando hasta alcanzar un máximo del
12% a finales de abril y un nivel de intensidad de ataque moderado.
Del total de tratamientos fungicidas realizados en la provincia, el 81’2%
correspondieron al control de esta enfermedad, siendo el porcentaje de
parcelas tratadas del 74’8%. Las principales materias activas empleadas en
dichos tratamientos fueron el Azufre, Bupirimato, Miclobutanil y Penconazol.
Si bien, cuantitativamente, la pluviometría ha sido similar a la registrada
durante la campaña pasada, durante ésta, las pérdidas por podredumbre gris
(Botrytis cinerea) han sido significativamente menores. Ello ha sido debido,
principalmente, al registro de temperaturas frías hasta el mes de marzo,
temperaturas que por una parte no fueron favorables para el desarrollo de la
enfermedad, y que por otra, ralentizaron el desarrollo de las plantas y frutos,
siendo por tanto éstos menos sensibles al ataque de la botritis.
Recordar que, en la campaña pasada, desde diciembre hasta marzo,
hubo numerosos días en los que se alcanzaron temperaturas máximas en torno
a los 20ºC junto a precipitaciones frecuentes, es decir, condiciones favorables
para el desarrollo de esta enfermedad que causó graves daños.
Sin embargo, y aunque el nivel de intensidad de ataque ha sido leve
durante toda esta campaña, las precipitaciones registradas, de nuevo, desde
mediados de abril junto a temperaturas máximas cálidas, aumentaron la
presencia de esta enfermedad en plena recolección, afectando negativamente
a la producción de final de campaña.
Por Zonas Biológicas destacar Andévalo, donde en el mes de enero, y
tras registrarse las primeras lluvias del año seguidas de algunos días soleados,
se registró, en varias ocasiones, un nivel de intensidad de ataque moderado. A
mediados de marzo esta Zona Biológica vuelve a destacar sobre el resto, que
también registran un aumento en la incidencia de esta enfermedad, al registrar
un nivel de intensidad de ataque moderado.
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Del total de tratamientos fungicidas realizados en la provincia, el 13’8%
correspondieron al control de esta enfermedad, siendo el porcentaje de
parcelas tratadas del 48%. La principal materia activa empleada en dichos
tratamientos fue el Ciprodinil+Fludioxonil seguida de Fenhexamida.
Ha sido, en el periodo comprendido entre mediados de abril y mediados
de mayo, coincidiendo con precipitaciones localmente importantes y
temperaturas máximas en torno a los 27ºC, donde se han concentrado los
daños de fitóftora (mildiu o aguado) (Phytophthora cactorum) en fruto.
A nivel provincial se alcanzó, a finales de abril, un máximo del 1% de
frutos con síntomas, destacando la Zona Biológica Costa Occidental al registrar
un máximo del 3’3%, valor que se correspondió con un nivel de intensidad de
ataque leve aunque muy próximo al moderado.
Al comparar dichos valores con los registrados la campaña pasada se
observa como aquéllos fueron superiores, iniciándose además los daños dos
meses antes, a principios de febrero. Como se ha ido comentando en párrafos
anteriores, el invierno pasado, además de ser lluvioso, fue muy suave desde el
punto de vista de las temperaturas medias.
Al igual que el patógeno anterior, el desarrollo de la antracnosis
(Colletotrichum spp.) es favorecido por temperaturas cálidas, necesitando
además de una humedad relativa alta.
Tras darse estas condiciones en abril, se alcanzó un máximo del 0’4%
de frutos con síntomas a finales de este mes, destacando la Zona Biológica
Andévalo al registrar un 1’8%, valor que se correspondió con un nivel de
intensidad de ataque leve.
Las suaves temperaturas invernales del año pasado, junto a las
precipitaciones acaecidas, propiciaron que se observaran frutos con síntomas
de esta enfermedad desde principios de enero, alcanzándose un máximo a
principios de mayo del 1’1%.
Del total de tratamientos fungicidas realizados en la provincia, el 0’5%
correspondieron al control de esta enfermedad, siendo el porcentaje de
parcelas tratadas del 3’7%. La principal materia activa empleada en dichos
tratamientos fue el Clortalonil.
Respecto a estas dos últimas enfermedades, y a nivel provincial, indicar
que los moderados vientos registrados en abril, probablemente hayan limitado
su desarrollo al disminuir la humedad relativa, de ahí que, aunque se hayan
registrado precipitaciones y se hayan alcanzado temperaturas favorables, en
ningún caso se hayan alcanzado daños importantes.
Por último, en cuanto a enfermedades se refiere, destacar el 1’5% de
plantas con síntomas de mancha aceitosa (Xanthomonas fragariae) alcanzado
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a mediados de diciembre coincidiendo con temperaturas mínimas frías y
precipitaciones.
Destacar la Zona Biológica Andévalo donde en los meses de diciembre y
enero se alcanzaron máximos en torno al 4’5% de plantas con síntomas, sin
superarse en ningún momento el nivel de intensidad de ataque leve.
PLAGAS
El registro de valores importantes de araña roja (Tetranychus urticae) en
la provincia se inició a mediados de marzo coincidiendo con un aumento
significativo de las temperaturas, mes y medio más tarde respecto a la
campaña pasada. Ello se ha debido, entre otros, al registro de temperaturas
frías durante este invierno, factor que ha ralentizado tanto el desarrollo de las
plantas como de la propia araña, y a precipitaciones menos frecuentes, hecho
que ha facilitado los tratamientos acaricidas en el momento oportuno.
Los primeros individuos se observaron a mediados de noviembre, unos
siete días más tarde que en la campaña pasada.
Desde mediados de marzo hasta mediados de mayo se registraron
valores alrededor del 14’2% de hojas con presencia, correspondiéndose dicho
valor con un nivel de intensidad de ataque moderado y similar al registrado la
campaña anterior.
Por Zonas Biológicas destacar Condado que registró a principios de abril
un 26% de hojas con presencia, valor que se correspondió con un nivel de
intensidad de ataque moderado-grave.
Señalar la lenta aclimatación de fitoseidos desde enero hasta principios
de marzo, alcanzando niveles aceptables para el control de araña roja a partir
de mediados de abril.
Del total de tratamientos insecticidas realizados en la provincia, el 47’7%
correspondieron al control de este agente, siendo el porcentaje de parcelas
tratadas del 77’7%. La principal materia activa empleada en dichos
tratamientos fue la Abamectina seguida del Fenbutaestán y Fenpiroximato.
Subrayar el aumento de la presencia, aunque con una baja incidencia,
de araña blanca (Stereotarsonemus pallidus), sobre todo, en las Zonas
Biológicas Andévalo y Costa Occidental. Destacar un máximo del 3’2% de
plantas afectadas en Andévalo a principios de febrero coincidiendo con poca
iluminación y elevada humedad relativa.
Las orugas de lepidópteros tradicionalmente han provocado daños
importantes tanto al inicio del cultivo, en post-plantación, como en primavera, a
partir de marzo. De estas dos etapas, la más crítica es la primera ya que
dificulta el desarrollo adecuado de la planta recién trasplantada en octubre
repercutiendo negativamente en el rendimiento final.
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Las especies que destacan en el cultivo por su importancia y proporción
son Helicoverpa armigera, Spodoptera littoralis, Spodoptera exigua y
Chryxodeisis chalcites, si bien la incidencia de cada una de ellas va a depender
de la zona y de la campaña, recomendándose la monitorización de cada una
de ellas como sistema de apoyo a los muestreos.
A groso modo, en esta campaña ha habido un mayor registro de plusias
(Chryxodeisis chalcitos y Autographa gamma) en post-plantación y un mayor
registro de heliotis (Helicoverpa armigera) a partir de marzo.
Dichos daños han sido de mayor importancia en el periodo comprendido
desde finales de octubre hasta finales de diciembre, la etapa más crítica. En
este periodo el nivel de intensidad de ataque ha sido moderado, registrándose
valores en descenso y en torno al 9% de plantas con daños y/o presencia de
larvas. Señalar que al inicio de la campaña pasada, con temperaturas más
suaves y escasas precipitaciones, se registró, durante varias semanas
consecutivas, un nivel de intensidad de ataque grave.
A partir de diciembre y debido, probablemente, a las frecuentes lluvias
acaecidas durante la campaña, las cuales pudieron perjudicar el vuelo de
adultos, y a las bajas temperaturas registradas, las cuales pudieron ralentizar
su desarrollo, este agente se ha mantenido hasta el final de la campaña con un
nivel de intensidad de ataque leve, registrándose valores en torno al 3’8% de
plantas con daños y/o presencia de larvas hasta finales de abril y en torno al
5’5% hasta mediados de mayo, valores ligeramente inferiores a los registrados
en el mismo periodo de hace un año.
Por Zonas Biológicas destacar Costa Oriental al registrar a principios de
la campaña valores importantes, y Andévalo por registrar a partir de marzo los
valores más bajos, en torno 1’8% de plantas con daños y/o presencia de larvas.
Del total de tratamientos insecticidas realizados en la provincia, el 41%
correspondieron al control de orugas de lepidópteros, siendo el porcentaje de
parcelas tratadas del 74’8%. La principal materia activa empleada en dichos
tratamientos fue el Clorpirifos (hasta floración) seguida de la Emamectina.
En relación al trips (Frankliniella occidentalis), el inicio de su presencia
se constató a principios de marzo, con un mes de retraso respecto al año
pasado.
Es a partir de mediados de marzo cuando las temperaturas medias
comienzan a superar los 15ºC, y con ello a aumentar el índice de flores
ocupadas, registrándose valores en torno al 22% durante el mes de abril,
considerándose éste un nivel de intensidad de ataque leve.
Será en el último tramo de la campaña, a partir de mayo, cuando se
registren los valores más importantes, en torno al 40% de flores ocupadas,
alcanzándose un nivel de intensidad de ataque moderado.
Destacar que, salvo este último periodo, los valores registrados con
anterioridad han sido significativamente menores que los registrados durante la
campaña pasada.
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Por Zonas Biológicas destacar Costa Oriental al registrar, desde
mediados de abril, valores alrededor del 35% de flores ocupadas, siendo por
tanto el nivel de intensidad de ataque en esta Zona y durante el último mes de
campaña prácticamente moderado.
Del total de tratamientos insecticidas realizados en la provincia, el 9’2%
correspondieron al control de este agente, siendo el porcentaje de parcelas
tratadas del 33’7%. La principal materia activa empleada en dichos
tratamientos fue el Spinosad.
Por último, y salvo en la Zona Biológica Andévalo que aparece más
tarde respecto a la campaña pasada, destacar el adelanto hasta finales de
diciembre de la presencia de pulgones sobre el cultivo.
De hecho, la mayor incidencia durante la campaña se registra en enero,
con valores en torno al 4’6% de plantas ocupadas, en torno al 1’6% en la
campaña anterior.
A partir de febrero, y al igual que la campaña pasada, se registraron
valores en torno al 3’6%.
Valores todos ellos que no superaron en ningún momento el nivel de
intensidad de ataque leve.
Si bien, las especies más frecuentes en nuestra provincia son Aphis
gossypii y Myzus persicae, subrayar la presencia, posiblemente en aumento,
de Chaetosiphon fragaefolii.
Destacar las Zonas Biológicas Condado y Costa Oriental donde a finales
de diciembre se registraron valores en torno al 20% de plantas ocupadas.
Del total de tratamientos insecticidas realizados en la provincia, el 2’1%
correspondieron al control de pulgones, siendo el porcentaje de parcelas
tratadas del 7’7%. La principal materia activa empleada en dichos tratamientos
fue el Azadiractín.
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