1 JURISPRUDENCIA SOBRE INCAPACIDAD PERMANENTE

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JURISPRUDENCIA SOBRE INCAPACIDAD PERMANENTE /INVALIDEZ NO
CONTRIBUTIVA (AÑOS 2001-2004)
ISABEL GRANADOS ROMERA
Profesores de la Universidad de Granada
SUMARIO:
1. Incapacidad permanente (modalidad contributiva)
1.1.
Incapacidad permanente parcial
1.2.
Incapacidad permanente total
1.3.
Incapacidad permanente absoluta
1.4.
Gran invalidez
1.5.
Requisitos de acceso a la prestación
1.6.
Base reguladora
1.7.
Cuantía de la prestación
1.8.
Dinámica de la prestación
1.9.
Responsabilidad en el pago de las prestaciones
1.10. Compatibilidad e incompatibilidades
1.11. Lesiones permanentes no invalidantes
2. Invalidez permanente (modalidad no contributiva)
1 Incapacidad permanente (modalidad contributiva)
1.1 Incapacidad permanente parcial
- STSJ Murcia de 7 de enero de 2004 (Rec. suplicación núm. 1418/2003, AS
2004/60768).
Las secuelas objetivadas que padece el actor, disminuyen la actividad laboral pero no
afectan a su capacidad global de trabajo en cuantía igual o superior a un 33%, ya que el
actor es peón en fábrica de hormigón, es diestro y la limitación la tiene en el hombro
izquierdo, pero su movilidad es superior al 50%.
En el mismo sentido STSJ de Murcia de 27 de enero de 2004 (Rec. suplicación núm.
84/2004, AS 62273).
- STSJ de la Rioja de 17 de junio de 2003, I.L. J 1700.
En relación a la evaluación y declaración de los grados de incapacidad permanente total
y parcial, las tareas fundamentales de una profesión han de determinarse con criterio
cualitativo más que con criterio cuantitativo, de manera que las tareas que sean
impedidas (IPT), o dificultadas en su realización en el 33 por ciento o más de su
rendimiento (IPP), “sean las más relevantes, no tanto desde el punto de vista de su
duración a lo largo de la jornada, sino por constituir la esencia o núcleo de su prestación
laboral”. Además aún sin merma del rendimiento, se ha de reconocer una IPP cuando,
“para mantener aquel el trabajador tenga que realizar un esfuerzo físico superior al
normal, de manera que su trabajo resulte más penoso o peligroso”.
1.2 Incapacidad permanente total
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- STS de 26 de enero de 2004 (Recurso de Casación para la Unificación de doctrina
núm. 4433/2002, RJ 2004/ 2426).
Incapacidad permanente total cualificada. No procede el incremento de la cuantía en un
20% de una pensión de Incapacidad Permanente Total derivada de Enfermedad
Profesional, causada en el Régimen Especial de la Minería del Carbón, cuando además
se es beneficiario de una pensión de jubilación con cargo al Régimen Especial de
Trabajadores Autónomos. Ese incremento pretende cubrir el vacío de recursos
económicos provocado por las circunstancias enumeradas en el art. 139.2 LGSS,
carencia que no existe cuando se dispone de una pensión de jubilación a la que no es
preciso renunciar.
- STS de 7 de febrero de 2002 (RJ 2002/3504).
Concepto de profesión habitual. A efectos de la declaración de incapacidad permanente
total, no se considera profesión habitual la inmediata anterior ejercida durante un breve
período de tiempo. Así se pone de manifiesto en esta sentencia, se considerará como
profesión habitual la desempeñada durante más de veinticinco años como dependienta y
no la desarrollada cuatro meses como administrativa, aunque haya mediado un intervalo
desempleo entre una y otra y ello hubiera supuesto que en los doce meses anteriores a la
iniciación de la incapacidad temporal el período trabajado sólo hubiera prestado
servicios como administrativa.
- STSJ de Castilla-La Mancha de 25 de febrero de 2004 (Rec. Suplicación núm.
2047/2003, AS 2004/96460).
Trabajador autónomo. No se considera profesión habitual la desempeñada como
electricista durante un año, cuando posteriormente se ha estado trabajando seis años
como camarero regentando un bar, y esta era la tarea que se realizaba en el momento de
iniciar la incapacidad temporal.
- STSJ del País Vasco de 27 de enero de 2004 (Rec. Sup licación de 2661/2003, AS
2004/624).
En cuanto a la delimitación del concepto de profesión habitual para determinar la
situación de incapacidad permanente total, no cabe tener en cuenta las concretas tareas
de un puesto de trabajo, sino que se ha de estar al núcleo esencial de las funciones que
integran la profesión habitual, y ésta no equivale a las específicas labores que
desempeña el trabajador normalmente y ni siquiera a las de su categoría profesional, ya
que la situación de necesidad que se cubre no es la pérdida de un empleo. Por tanto,
constatado que el trabajador miembro del servicio de bomberos se encuentra impedido
para actuar en situaciones de emergencia, que son las tareas características de la
profesión, se ha de reconocer la situación de incapacidad permanente total.
- STS ud de 12 de febrero de 2003 (R.L., núm. 5, 2004, pp. 65-71).
Profesión habitual de camionero. Para valorar la situación de incapacidad permanente
total cabe distinguir entre el concepto de puesto de trabajo y la profesión habitual del
trabajador, y si ésta permite prestar servicios en puestos distintos, pero pertenecientes al
mismo grupo profesional en el sentido del art. 22.2 ET. Al actor se le han retirado los
permisos de conducir C y D, debido a que las lesiones ocasionadas por tres accidentes
de trabajo, le han provocado la pérdida de las aptitudes necesarias para llevar a cabo la
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conducción de vehículos de gran tonelaje, tareas fundamentales y básicas en el ejercicio
de su profesión. En tal caso, debido a que el permiso clase B no le fue retirado, no
puede denegarse la prestación de incapacidad permanente total, exigiendo al trabajador
que conduzca otra clase de vehículos de menor dimensión, considerando la conducción
como una sola profesión.
- STSJ de Cataluña de 4 de diciembre de 2003 (Rec. Suplicación 5840/2003, R.L. núm.
7, 2004).
Empleada de hogar. No se reconoce la prestación de incapacidad permanente cuando las
limitaciones funcionales de la trabajadora sólo dificultan tareas concretas, no
identificables con las esenciales de la profesión, además el art. 137.4 LGSS alude a la
imposibilidad y no a la mera dificultad.
- STSJ de Murcia de 1 de marzo de 2004 (Rec. Suplicación 145/2004, AS 2004/96708).
Régimen especial agrario (trabajador por cuenta ajena). No se reconoce el derecho a la
prestación de incapacidad permanente total, ya que no puede acreditarse que las
dolencias sufridas por el actor le impidan realizar las actividades de su vida laboral; el
actor sólo precisa reposo en períodos de agudización de las mismas, pudiendo acogerse
entonces a la incapacidad temporal.
- STSJ de Murcia de 19 de enero de 2004 (Rec. Suplicación núm. 1260/2003, RJ
2004/80149).
Se desestima la solicitud de IPT cuando las dolencias no afectan a su aptitud laboral
hasta el punto de imposibilitarle la realización de las actividades propias de su profesión
habitual.
En este mismo sentido STSJ de Murcia de 12 de enero de 2004 (Rec. Suplicación núm.
1438/2003, RJ 2004/61069) y sentencia del mismo Tribunal de 7 de enero (Rec.
Suplicación núm. 1421/2003).
- Sentencia del Juzgado de lo Social núm. 2 de Badajoz de 28 de marzo de 2003
(Sentencia núm. 129/2003).
Se aprecia la fribromialgia como determinante de una incapacidad permanente total, a
pesar de que la valoración médica sobre la incidencia en la capacidad de trabajo es
titubeante.
1.3 Incapacidad Permanente Absoluta
- STS de 24 de noviembre de 2003 (Recurso de Casación para la unificación de
doctrina, Tribuna Social núm. 163, julio, 2004, pp. 53-54).
La petición de gran invalidez lleva implícita la de Incapacidad permanente absoluta pese
a no solicitarse expresamente, por tanto el órgano judicial no vulnera el principio de
congruencia cuando concede menos de lo pedido, si lo otorgado queda subsumido en lo
más que se pide.
Sin embargo la STSJ de Extremadura de 16 de abril de 2004 (Rec. suplicación núm.
165/2004, AS 2004/152396), no reconoce una incapacidad permanente parcial, cuando
se solicitó una total, por no haber formulado el interesado petición ni manifestación
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alguna en ese sentido, es decir, por que no se aprecia en ningún momento del proceso la
voluntad de que le sea reconocida, en su caso, una prestación con un grado inferior a la
solicitada.
- STSJ de Castilla-La Mancha de 25 de febrero de 2004 (Rec. Suplicación núm.
2118/2003, AS 2004/83799).
Para declarar a un trabajador en situación de incapacidad permanente es totalmente
necesario estar a las circunstancias concretas del caso, no es posible en el tema de las
incapacidades hacer generalizaciones, difícilmente se pueden apreciar situaciones
homogéneas. Lo determinante para reconocer la prestación de incapacidad permanente,
es valorar la capacidad laboral residual que las secuelas, ya definitivas, le permiten al
afectado, bien para su profesión habitual, si se trata de una IPT, o bien para el
desempeño de cualquier otra actividad u oficio, si lo que se está discutiendo es el
derecho a una prestación de IPA. Ahora bien, la realización de cualquier actividad, no
debe implicar un incremento del riesgo físico, propio o ajeno, ni de compañeros de
trabajo o de terceros. En el caso de autos, la situación de trastorno paranoide de la
personalidad le impide al actor no sólo realizar su trabajo habitual como médico, sino
que también dicha situación psíquica hace imposible la prestación normal, regular y en
el régimen de confianza propio o de comunicación externa que corresponde a una
relación normal de trabajo, ya sea por cuenta ajena o por cuenta propia.
- STSJ de Cataluña de 9 de febrero de 2004 (AS 2004/92167).
El grado de incapacidad permanente viene determinada por las limitaciones funcionales
derivadas de los padecimientos del trabajador, y las restricciones que las mismas
provocan sobre su capacidad laboral, en el supuesto analizado las lesiones impiden al
actor el desempeño de las tareas de naturaleza sedentaria y liviana, situación que es
totalmente incompatible con la realización de cualquier actividad remunerada por lígera
sea.
- STSJ de Murcia de 9 de febrero de 2004 (Rec. Suplicación núm. 91/2004, AS
2004/92201).
Las dolencias acreditadas por la actora y la limitación funcional que las mismas
implican, no acreditan por el momento que no pueda realizar las actividades
fundamentales de alguna profesión, aunque pudiera tener alguna dificultad para la
realización de determinadas tareas, no limitan de modo que pueda otorgarse una
incapacidad permanente absoluta.
- STSJ de Murcia de 7 de enero de 2004 (Rec. Suplicación de 1427/2003, AS
2004/60772)
No es posible reconocer el derecho a la prestación de incapacidad permanente absoluta
cuando las dolencias sufridas por el actor permiten la realización de trabajos livianos o
sedentarios.
En este sentido igualmente las SsTSJ de Murcia de 7 de enero de 2004 (Rec.
Suplicación 1432/2003, AS 2004/60774 y Rec. Suplicación 1434/2003 AS
2004/60775).
1.4 Gran invalidez
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- STC 197/2003, de 30 de octubre (BOE de 26 de noviembre, Cuestión de
inconstitucionalidad núm. 1836/97).
La imposibilidad de revisión del grado de incapacidad permanente reconocida a un
beneficiario del sistema, una vez que haya cumplido la edad mínima para acceder a la
jubilación no vulnera el principio de igualdad. Ni siquiera cuando el estado del sujeto
haya empeorado de modo tal que requiera la asistencia de una tercera persona, es decir
que su situación coincida con la protegida a través de la gran invalidez. El TC
argumenta que la gran invalidez protege la pérdida de capacidad productiva de un
trabajador en activo, disminución que no tiene relevancia para el sistema de Seguridad
Social a partir de los sesenta y cinco años pues puede presumirse como terminada la
vida laboral. Además, el declive de facultades que es algo frecuente por razón de la
edad aparece expresamente protegido por la pensión de jubilación. Por tanto, se trata de
dos estatutos de protección diferentes para situaciones diversas, existe un patrón
normativo distinto para activos y jubilados, que no responde a una separación
artificiosa, ya que ante situaciones distintas es lógico que las previsiones normativas
sean diferentes. No obstante, realizado este razonamiento jurídico, no se debe olvidar el
factor económico que sin duda condiciona la respuesta que la Seguridad Social da a
cualquier estado de necesidad, aunque no cabe duda que la cobertura de la situación de
gran invalidez surgida después del cumplimiento de los 65 años es un ideal claramente
deseable.
- STSJ de Cataluña de 12 de enero de 2004 (AS 2004/90329).
El reconocimiento de una situación de gran invalidez requiere que el incapacitado
necesite asistencia de otra persona para la realización de los actos más esenciales para la
vida. La jurisprudencia define el acto esencial para la vida como el preciso “para la
satisfacción de una necesidad primaria e ineludible, para poder fisiológicamente
subsistir o para ejecutar aquellas actividades indispensables en la guarda de la
seguridad, dignidad, higiene y decoro fundamentales para la humana convivencia”. Se
reconocerá el derecho a esta prestación si el sujeto se encuentra impedido para hacer
uno solo de estos actos esenciales.
- STSJ de Murcia de 19 de enero de 2004 (Rec. Suplicación núm. 2/2004, AS.
2004/61623).
No reconoce la prestación de gran invalidez ante un caso de práctica ceguera, porque no
se ha acreditado que precise tercera persona para el desempeño de las actividades
propias para la vida diaria en relación con su dignidad personal y situaciones
elementales.
- STSJ de Cantabria de 12 de junio de 2003, I.L. J 1928.
No se reconoce la pensión de gran invalidez a un trabajador que no precisa de asistencia
de tercera persona para los actos esenciales de la vida, el hecho de que precise ayuda
para llevar su vida cotidiana por sufrir una depresión no constituye un supuesto típico
de la gran invalidez. Esas necesidades de apoyo connaturales a la depresión grave
forman parte del estado clínico del actor constitutivo de una IPA, pero no determinan la
imposibilidad de llevar a cabo los actos esenciales de la vida por sí mismo.
1.5 Requisitos de acceso a la prestación
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Jurisprudencia flexible y humanizadora en relación al requisito de alta
- STS ud de 17 de enero de 2002 (RJ 2002/2512).
Para evitar que una interpretación rígida de la norma pueda provocar la
desnaturalización del propio espíritu protector de la Seguridad Social, la jurisprudencia
considera que el momento en el que el sujeto ha de estar en alta para causar derecho a la
prestación, es cuando las lesiones determinantes de la incapacidad quedan fijadas,
objetivadas, y no cuando se solicita la misma, ya que es en aquél momento cuando se
produce el hecho causante.
En parecidos términos se pronuncia la STS de 26 de marzo de 2002 (RJ 2002/3939),
señalando igualmente que es precisamente la dolencia o patología padecidas las que
impiden tener el cuidado necesario para cumplir aquellos requisitos para obtener
protección.
- STS ud 10 de noviembre de 2003 (RJ 545/2004).
En esta línea jurisprudencial, se considera como situación asimilada al alta, el estar
percibiendo la prestación asistencial de desempleo (a pesar de que el art. 36.1. 1º del
Real Decreto 84/1996 de 26 de enero parece referirse únicamente a los supuestos de
desempleo contributivo), aún no cumpliendo tampoco el actor el requisito de
inscripción como desempleado en la oficina de empleo. El TS estima que la gravedad de
las dolencias sufridas por el solicitante justifican la ausencia de inscripción en la oficina
de empleo, ya que le impedían indudablemente trabajar e incluso el propio acto de
inscripción, lo que demuestra que el trabajador se encontraba en situación de paro
involuntario, requisito sustancial para considerar que se trata de una situación asimilada
al alta.
Doctrina del paréntesis
- STS de 1 de octubre de 2002 (RJ 2003/3153).
La doctrina del paréntesis, entendida ésta como eliminación de un período de carencia
que debería computarse para el cálculo de la base reguladora, que sin embargo se
sustituye por otro anterior al momento en que cesó la obligación de cotizar, se consideró
aplicable a todos los supuestos en los que desaparecía la obligación de cotización como
podía ser el desempleo involuntario (STS ud de 31 de enero de 2002, RJ 2002/4275 y
STS ud de 30 de mayo de 2002, RJ 2002/7569), la invalidez provisional o la
incapacidad temporal prorrogada prevista en el art. 131 bis.2 LGSS (STS ud de 25 de
febrero de 2002, RJ 2002/4542).
Sin embargo con la STS de 1 de octubre de 2002 se produjo un cambio en la teoría del
“paréntesis”, considerando que únicamente será aplicable a la situación de invalidez
provisional y a las prórrogas de IT previstas en el art. 131 bis 2 de LGSS. Integrándose
los demás períodos en los que no exista obligació n de cotizar por las bases mínimas
previstas para los trabajadores mayores de 18 años, según dispone el art. 140.4 LGSS.
Reproduce esta doctrina la STS ud de 26 de febrero de 2003 (RJ 2003/3257).
En el mismo sentido también se pronuncia la STS ud de 20 de enero de 2003 (RJ
2003/1988), indicando que el hecho de no cotizar durante el período de invalidez
provisional es una situación a la que conduce el sistema, no dejando, por tanto, de
ingresar el trabajador su cuota de un modo voluntario; es por ello lógico que dicha falta
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de cotización no perjudique al potencial beneficiario de prestaciones, calculándose las
bases reguladoras con el resto del tiempo en que sí existen las mismas.
- STS de 15 de marzo de 2004 (Recurso de Casación para la unificación de doctrina
núm. 332/2003, RJ 2004/2043).
Cuando la quinta parte del período de cotización necesario para acceder a la prestación
de incapacidad permanente absoluta, no está comprendida en los diez años
inmediatamente anteriores al hecho causante, y ello porque el sujeto afectado
permaneció en prisión siete años de los correspondiente a ese arco temporal durante los
cuáles no cotizó por no haber posibilidad real de realizar un trabajo, procede la
aplicación de la teoría del paréntesis. Doctrina que es aplicable únicamente a los efectos
del cálculo del período de carencia específica, por tanto no presenta contradicción
alguna con las anteriores sentencias que vienen referidas al cálculo de la base
reguladora.
Cómputo de los días-cuota
- STS de 2 de febrero de 2004 (Recurso de casación para la unificación de doctrina
núm. 4806/2002, RJ 2004/1837).
Cambio normativo y doctrinal. Para computar como periodo efectivamente cotizado los
dieciocho meses de Incapacidad Temporal, ya es necesario que el trabajador se
encuentre en situación de IT en el momento de solicitud de la prestación, no podrá tener
lugar en los casos en los que la Incapacidad Permanente no vaya precedida de
Incapacidad Temporal, o en aquellos en los que aún estando de baja no se tenga derecho
al subsidio de IT. Ello debido a la modificación del art. 4.4. del RD 1799/1985.
En el mismo sentido STS de 3 febrero de 2004 (Recurso de Casación para la unificación
de doctrina núm. 1525/2003, RJ 2004/2037); STS de 14 de mayo de 2004 (Recurso de
Casación para la unificación de doctrina núm. 3162/2003, RJ 2004/4105).
- STS de 28 de mayo de 2003 (A.L., núm. 40, 2003, pp. 3513-3516).
Si no se reúne el período de carencia necesario para causar derecho a la prestación de
incapacidad permanente derivada de contingencia común, pueden computarse como
efectivamente cotizados los dieciocho meses del plazo máximo de duración de la
incapacidad temporal, aunque el presunto inválido no los hubiera agotado. En cambio
no se tendrán en cuenta los días-cuota teóricos correspondientes a las pagas
extraordinarias relativas a dicho período de incapacidad temporal.
La ausencia de incapacidad temporal previa: requisito no exigible
- STS ud de 27 de enero de 2003 (RJ 2004/1148).
La posibilidad de reconocer la prestación de incapacidad permanente a quien no ha
estado previamente en incapacidad temporal, es algo posible, como así lo puso de
manifiesto el TS en unificación de doctrina (STS de 10 de noviembre de 1999 RJ
1999/9785). Ciertamente, lo normal es que preceda al estado de incapacidad permanente
otro de tipo transitorio, con objeto de suministrar tratamiento para conseguir la curación
de la enfermedad, si fuera posible, o bien constatar una situación funcional definitiva y
previsiblemente irreversible, pero no se puede considerar como un requisito autónomo
para el acceso a la prestación de incapacidad permanente. Además también se ha de
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tener presente, que determinadas patologías se consolidan desde un primer momento en
un estado de incapacidad irreversible, por tanto hace innecesario la previa y transitoria
incapacidad. Sin embargo, en esta sentencia se aprecian ciertas diferencias con respecto
a otros casos ya vistos, pues es cierto que el actor procedía de la situación de desempleo
pero había atravesado previamente un período de IT seguido de otro de actividad
laboral. No obstante, el TS considera que es posible aplicar la misma doctrina porque
cuando se solicitó la prestación, las lesiones estaban más que consolidadas como
definitivas, requisito imprescindible para el reconocimiento de la pensión de
incapacidad permanente.
Existencia de informes médicos contradictorios
- STSJ de Murcia de 7 de enero de 2004 (Rec. Suplicación núm. 1425/2003, AS
2004/68699).
Cuando los informes médicos presentados son contradictorios o no concordant es entre
sí, se considera que debe prevalecer la convicción que el juzgador ha obtenido previa
valoración conjunta de la prueba practicada, salvo que los informes invocados por la
parte interesada sean de mayor cualificación y especialización y pongan de manifiesto
que el juez incurrió en error en la valoración de la prueba.
En el mismo sentido la STSJ de Murcia de 12 de enero de 2004 (Rec. Suplicación núm.
1455/2003, AS 2004/61075).
1.6 Base reguladora
Cálculo
- STSJ Galicia de 15 de mayo de 2003 (Rec. Suplicación núm. 4714/2000; A.L., núm.
38, 2003, pp. 3346-3347).
El cálculo de la base reguladora de la prestación de incapacidad permanente total
derivada de contingencia profesional, de un trabajador fijo discontinuo, se hará en
función del promedio de los días efectivamente trabajados y cotizados, ya que al no
prestarse servicios de modo continuado, si se hace el cálculo en función de los días
efectivamente trabajados, la prestación de incapacidad reconocida sería muy superior al
salario que en activo percibiría el trabajador, lo que iría en contra de lo dispuesto en el
art. 41 de la CE, que califica a la Seguridad Social como reparadora ante situaciones de
necesidad pero que no ampara el lucro.
Cotizaciones a distintos regímenes
- STS ud de 30 de abril de 2002 (RJ 2002/6348).
Cuando un trabajador hubiera cotizado a distintos regímenes y en ninguno de ellos
hubiera reunido los períodos de carencia necesarios para causar derecho a la pensión, se
sumaran a tal efecto todas las cotizaciones otorgándose por el régimen que tenga
acreditado mayor número de cotizaciones, a tenor de lo dispuesto en el art. 35.2 c)
Decreto 2530/1970. Evidentemente dicha pensión quedara regulada por completo por la
normativa del régimen en virtud del cuál ha sido otorgada, así por ejemplo si el
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pensionista tiene reconocida una prestación de incapacidad permanente total del RETA,
no será extensible el incremento de la cualificada prevista para el Régimen General,
aunque el sujeto también reúna cotizaciones en dicho régimen.
Refleja también esta doctrina la STS ud de 12 de mayo de 2003 (RJ 2003/5209).
- STSJ de Castilla y León (Valladolid), de 26 de enero de 2004 (Rec. Suplicación núm.
2430/2003, AS 2004/70599).
Durante el período de percepción del subsidio de desempleo para mayores de 52 años
sólo se cotiza por la contingencia de jubilación y no por la de incapacidad, por tanto
dicho período no puede computarse ni siquiera para determinar un cambio de Régimen,
cuando el sujeto afectado estuvo encuadrado a lo largo de su vida laboral en varios
Regímenes del sistema.
Cotizaciones en distintos países de la Unión Europea
- STS de 3 de julio de 2003 (RJ 2003/7162).
Aplicación del principio “pro rata temporis” que permite la determinación del
porcentaje de pensión que tiene que ser sufragado por la Seguridad Social Española,
cuando el beneficiario de la pensión de incapacidad permanente pasó la mayor parte de
su vida laboral en Alemania, cuyo sistema de Seguridad Social acredita los días
efectivamente cotizados. Procede en este caso la aplicación de los 45.1 y 46.1 y 2 del
Reglamento Comunitario 1408/71.
- STSJ de Galicia de 27 de junio de 2002 (Rec. Suplicación núm. 3167/1999, AS
2002/181268).
Para determinar el período cotización a tener en cuenta para el cálculo de la base
reguladora de una pensión de incapacidad permanente total, cuando el beneficiario ha
trabajado en Alemania (10.290 días cotizados) y en España (2.712 días), se ha de aplicar
el convenio Hispano-Alemán en lugar del Reglamento 1408/71. Ya que si concurren
dos normas internacionales en el ámbito de la Unión Europea, se han de aplicar las
disposiciones más favorables al beneficiario, como son los artículos 25 y 11 del citado
Convenio; así lo ha puesto de manifiesto el Tribunal de Justicia de las Comunidades
Europeas en su sentencia de 17 de diciembre de 1998.
1.7 Cuantía de la prestación
Error en el cálculo por parte de la Entidad Gestora
- STS ud de 7 de febrero de 2002 (RJ 2002/3505).
Revisada la cuantía de una prestación de incapacidad permanente, y concedido mediante
resolución judicial un incremento de la misma, pues se había detectado un error del
INSS en el cálculo de la base reguladora, los efectos económicos de la nueva cuantía se
producirán desde el momento del reconocimiento inicial del derecho, y no procede
aplicar la fecha de retroacción de tres meses de la solicitud de la modificación prevista
en el art. 43.1 LGSS, ya que esa diferencia se debió a un error por parte de la Entidad
Gestora sobre el cómputo de las cotizaciones. Sin perjuicio de que en su caso pueda
operar el plazo de prescripción de cinco años.
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La STS ud de 11 de junio de 2003 (RJ 2003/6009) y STS ud de 20 de octubre de 2003
(RJ 2003/9072) insisten en la idea anterior: el error de cálculo del INSS derivado de una
interpretación equivocada del art. 140. LGSS, o de cualquier otro precepto aplicable,
impide la aplicación de la regla de la retroacción de los tres meses para el pago de la
prestación según la nueva cuantía, ésta se percibirá desde la fecha de la concesión
inicial de la prestación. Doctrina que es igualmente aplicable cuando la revisión de la
base reguladora no procede de un error por parte del INSS, sino de un cambio
jurisprudencial, en este sentido STS de 24 de julio de 2003 (RJ 2003/ 7112): “los
efectos económicos de una pensión ya reconocida no se retrotraen a los tres meses
anteriores a la petición aducida, sino que deben retrotraerse a la fecha del
reconocimiento del derecho, con el límite de cinco años”.
1.8 Dinámica de la prestación
Determinación del hecho causante
- STS de 18 de marzo de 2002 (RJ 2002/5988).
Cuando la Incapacidad Permanente no va precedida de un período de incapacidad
temporal o ésta se hubiera extinguido, el hecho causante se considera producido en la
fecha del dictamen-propuesta del equipo de valoración de incapacidades. Por tanto, si a
la fecha del citado dictamen, el solicitante tenía la edad de 65 años y reúne los demás
requisitos para acceder a la pensión de jubilación, no se le reconocerá el derecho a la
prestación por incapacidad permanente (entiéndase a partir de 2002, si es derivada de
contingencias comunes).
- STSJ de Asturias de 28 de junio de 2002 (Rec. Suplicación núm. 2735/2001, AS
2002/194073)
Si el trabajador solicitante de la incapacidad permanente se encuentra en situación de
desempleo asistencial (situación asimilada al alta), la fecha del hecho causante se hace
coincidir igualmente con la del dictamen propuesta del Equipo de Valoración de
incapacidades.
- STS ud de 24 de abril de 2002 (RJ 2002/9507).
No obstante la doctrina anterior debe ser matizada. Cuando la declaración de
incapacidad permanente no está precedida de la situación de incapacidad temporal, sino
que se continúa trabajando, la fecha a partir de la cuál comienzan a devengarse los
efectos económicos coincide con el cese real y efectivo de la prestación de servicios, no
siendo la del dictamen del EVI. No existe, en tales casos, inconveniente alguno en
distinguir dos momentos en la calificación: hecho causante y efectos económicos, ello
en virtud del art. 13 de la OM de 18 de enero de 1996 y 131 bis-3 de la LGSS,
respectivamente.
En el mismo sentido se pronuncia la STS ud de 19 de diciembre de 2003 (RJ
2003/9382) y STSJ Madrid de 2 de junio de 2003 (Rec. suplicación núm. 1675/2003,
A.L., núm. 47-48, pp. 4082-4083).
- STS ud de 10 de junio de 2002 (RJ 2002/6923).
10
En cambio cuando se trata de un supuesto de incapacidad permanente derivada de
accidente de trabajo, a efectos de mejoras voluntarias (reconocidas en caso de
incapacidades derivadas de riesgos profesionales o accidente de trabajo), garantizadas
mediante pólizas de seguros, y respecto a la aplicación de la normativa sobre reaseguro,
el concepto de hecho causante se identifica con el momento del accidente. Y es que el
riesgo asegurado es la lesión provocada por el accidente, por tanto lo decisivo es que la
póliza que asegure ese riesgo esté vigente cuando se produce el accidente, aunque la
constatación médica o administrativa del daño ocasionado tenga lugar en un momento
posterior. Por tanto la compañía que aseguradora en el momento del accidente será la
responsable del pago de tales mejoras, aunque en el momento de la declaración de la
Incapacidad esté vigente una nueva póliza con una empresa distinta.
En el mismo sentido STS de 30 de septiembre de 2003, ud., I.L., J 1560.
- STSJ del País Vasco de 16 de marzo de 2004 (RJ 2004/470).
Se refleja la doctrina anterior en los pronunciamientos de los Tribunales Superiores de
Justicia. Por tanto en cuanto a las prestaciones de incapacidad permanente derivadas de
accidente de trabajo, para la determinación del momento del hecho causante habrá que
estar a la fecha de la producción del accidente para diversos aspectos, tales como la de
determinar la fecha del riesgo objeto de reaseguro, la cobertura de las mejoras
voluntarias previstas en caso de IP derivada de riesgo profesional, o la propia protección
por la entidad que tuviera establecida la cobertura.
Revisión de la prestación
- STS de 7 de mayo de 2004 (Recurso de casación 2074/2003, RDS, núm. 26, 2004, pp.
167-168).
Para apreciar la existencia de una gran invalidez a partir de la revisión de una
incapacidad permanente absoluta, se requiere la concurrencia de agravación de la
situación anterior. Se ha de tener en cuenta que la gran invalidez constituye un grado
autónomo de incapacidad permanente.
- STS de 18 de febrero de 2002 (RJ 2002/4359).
La revisión de grado de la incapacidad permanente no exige que las nuevas dolencias en
que se basa hayan de tener origen en la misma clase de riesgo que las iniciales que
permitieron el acceso a la prestación. El factor originario de la prestación tiene una
importancia relativa, lo fundamental es que la persona, en mayor o menor medida, se
halla impedida para el trabajo, y a efectos de la revisión todas las dolencias serán
apreciadas en su conjunto. No obstante, cuando las dolencias que agravan el cuadro
lesivo y que permiten el paso de un grado de incapacidad a otra, no guardan en absoluto
relación alguna con aquellas que provocaron inicialmente la declaración de incapacidad,
se ha de exigir el cumplimiento de los requisitos necesarios para acceder a la nueva
prestación de IP por el riesgo en cuestión que originó la contingencia. Si bien el TS
pone de manifiesto la tremenda casuística que rodea los supuestos de esta naturaleza, de
ahí que antes de hacer cualquier afirmación sea necesario conocer las circunstancias y
particularidades que concurran en cada caso.
- STS ud de 16 de enero de 2002 (RJ 2002/2981).
11
Solicitada la revisión de una prestación de incapacidad permanente total y reconocida
posteriormente en vía judicial (en grado de absoluta), es cuestión esencial la
determinación de la fecha a partir de la cual se comienzan a producir los efectos de la
prestación con nuevo grado. Es doctrina reiterada del TS que la fecha a tener en cuenta
será la de la resolución del INSS que puso fin al expediente administrativo, y no la de
emisión del dictamen del EVI, ni la de solicitud de la revisión, ni tampoco la de la
resolución de la reclamación previa.
- STS ud de 23 de septiembre de 2003 (RJ 2003/7190).
Con carácter general, la base reguladora para el cálculo de la nueva prestación de
incapacidad permanente por modificación de grado no cambia, y ello aún cuando las
nuevas dolencias no guarden relación alguna con las ya sufridas. Esta afirmación
evidentemente tiene sus excepciones, así: que se haya trabajado desde que se declaró la
incapacidad inicial, o que las nuevas lesiones tengan origen en la actualización de un
riesgo profesional y dicha base sea superior, en cuyo caso si será posible la utilización
de esa base. Si en cambio ocurre a la inversa, que la invalidez del beneficiario se ha
visto agravada por una enfermedad común, debe mantenerse la base reguladora inicial
correspondiente a la contingencia de carácter profesional. Para el Supremo carece de
justificación alguna cambiar de base, ya que ello generaría una reducción de la
protección que no se encaja con el sentido unitario y de vinculación con la situación
precedente que ha de tener la revisión.
En este sentido igualmente la STSJ Andalucía (Sevilla) de 25 de abril de 2003 (Rec.
Suplicación núm. 4432/2002, A.L., núm. 38, 2003, pp. 3326-3328).
- STS ud de 13 de marzo de 2003 (RJ 2003/3644).
El INSS no puede de oficio suspender el abono de las prestaciones de incapacidad
permanente total durante un proceso de revisión de la misma, incluso aunque el
beneficiario esté desempeñando un trabajo que estime incompatible con el grado de
incapacidad reconocido, ya que ello sólo es posible si la incapacidad del beneficiario es
absoluta o se trata de una gran invalidez. Ante una situación de éste tipo la posibilidades
de actuación del INSS consisten en iniciar el procedimiento de revisión, ateniéndose a
las causas que lo permiten y a los efectos que la propia decisión de revisión tenga, y
además podrá solicitar que se deje sin efecto aquella prestación pero ello a través de
procedimiento judicial (art. 145 LPL).
1.9 Responsabilidad en el pago de las prestaciones
- STS ud. de 1 de diciembre de 2003 (A.L., núm. 7, 2004, pp. 242-244).
El pago de la pens ión de incapacidad permanente total derivada de enfermedad común
declarada vía revisión por agravación recae sobre el INSS, si no guarda relación alguna
con el cuadro de patología derivado de accidente de trabajo que supuso la declaración
de incapacidad permanente parcial del afectado. No obstante tal reparto de
responsabilidades no puede considerarse como una norma válida para todos los casos,
es necesario analizar las circunstancias concurrentes en cada uno de ellos.
En el mismo sentido se había pronunciado la STSJ Madrid de 2 de junio de 2003 (Rec.
suplicación núm. 2021/2003, A.L., núms. 47-48, pp. 4083-4085).
12
- STS sala 3ª, de lo contencioso-administrativo, de 11 de junio de 2003 (A.L., núm. 43,
2003, pp. 3782-3784).
Las cuestiones litigiosas sobre el capital coste de renta referidas a la cuestión
recaudatoria de la Seguridad Social, son competencia del orden contencioso
administrativo y no del social. En el caso de autos se discute la liquidación del capital
coste de una pensión de Gran invalidez recla mada por la TGSS a la Mutua responsable,
impugnación que ésta realiza ante el Tribunal Económico Administrativo Central.
1.10 Compatibilidad e incompatibilidades
Incapacidad permanente total y trabajo
- STS de 2 de marzo de 2004 (Recurso de casación para la unificación de doctrina núm.
1175/2003, RJ 2004/2430).
Se considera compatible la percepción de la pensión de incapacidad permanente total
derivada de la contingencia de accidente de trabajo para la profesión de albañilencargado como trabajador por cuenta ajena, con el ejercicio de la actividad laboral de
azulejista por cuenta propia. Se estima que se trata de profesiones diferentes, por tanto
realiza tareas distintas, y además el trabajador autónomo puede utilizar el servicio
remunerado de otras personas y ser titular de empresas individuales o familiares.
- STS ud de 28 de enero de 2002 (RJ 2002/3761).
Para reconocer el derecho de una prestación de incapacidad permanente total se valora
la imposibilidad del trabajador para desarrollar las tareas fundamentales o básicas de la
profesión que viene desempeñando, que no del puesto o de una concreta categoría
profesional. Es por ello evidente, que la prestación de Incapacidad Permanente total es
compatible con las actividades propias de profesiones distintas a aquella para la que ha
sido declarado incapaz, aunque se desarrollen dentro de la misma empresa, sin que
pueda realizarse un análisis indefinido en el tiempo, entre las dolencias que originaron
el reconocimiento de la incapacidad permanente y las tareas fundamentales de las
futuras profesiones, ello en virtud del art. 141.1 LGSS, y art. 24.3 OM de 15 de abril de
1969. Considera el TS que no es posible dejar permanentemente abierta una resolución
declarativa de IPT, pues generaría una tremenda inseguridad jurídica. Además de que no
existe un precepto normativo, de rango alguno, que permita al INSS, de oficio, acordar
la suspensión de una prestación previamente reconocida, cuando ésta es de IPT para su
profesión habitual, añade otra sentencia del TS que se pronuncia también en este sentido
(STS ud de 26 de enero de 2004 RJ 2004/1062).
En la misma línea que las anteriores STS ud de 13 de marzo de 2003 (AL núm. 30,
2003, pp.2607- 2609) y STS ud de 28 de julio de 2003 (RJ 2003/7258)
- STS ud de 18 de enero de 2002 (RJ 2002/2681).
Por el contrario una vez declarada la situación de incapacidad permanente para la
profesión habitual, no se puede continuar realizando el mismo trabajo para cuyas tareas
se ha considerado que existe el impedimento físico.
13
- STSJ de Castilla y León (Valladolid) de 24 de marzo de 2003 (Recurso núm.
166/2003; AL, núm. 30, 2003,pp. 2645-2647).
La percepción de la prestación de incapacidad permanente total, es incompatible con el
percibo del salarios por la realización de trabajos de la misma profesión a la que ha dado
lugar la declaración de incapacidad permanente. Igualmente, también es incompatible
con la percepción del subsidio de IT declarado durante la realización de tales trabajos, si
ya se ha reconocido al trabajador la condición de pensionista de incapacidad
permanente, admitir el percibo del subsidio de IT supondría percibir dos prestaciones
con la misma finalidad de sustitución, con la consecuencia de que la renta de sustitución
fuese superior a la sustituida.
- STSJ Galicia de 23 de enero de 2004 (Rec. de suplicación núm. 2658/2001, AS
2004/80625).
Régimen especial de trabajadores autónomos. Reconocida mediante sentencia del
Juzgado la prestación de incapacidad permanente total, aunque dicho pronunciamiento
esté recurrido, el INSS abonará la pensión en la cuantía indicada, pudiendo por tanto la
TGSS dar de baja al beneficiario de oficio. Lo cual es ajustado a Derecho, ya que la IPT
tiene como función la sustitución de las rentas salariales que deban percibirse en el
ejercicio de su profesión habitual, y si la sentencia fuese revocada no estará el
beneficiario obligado a devolver las cantidades percibidas durante el período de
ejecución provisional, además si la declaración de IPT fuese dejada sin efecto podrá el
beneficiario nuevamente darse de alta en el RETA o suscribir el Convenio Especial.
Entre prestaciones
- STS ud de 18 de julio de 2003 (RJ 2003/8798).
Régimen de la Minería del Carbón. Son incompatibles las pensiones de Incapacidad
Permanente total y Gran invalidez reconocidas a un mismo beneficiario, derivadas
ambas de accidente laboral. En nuestro Ordenamiento Jurídico, la pérdida de una renta
profesional no puede protegerse a la vez con dos prestaciones que tengan la misma
finalidad de sustitución, porque en ese caso la renta de sustitución podría ser superior a
la sustituida.
-STS ud de 6 de marzo de 2003 (RJ 2003/3639)
Es incompatible la pensión de incapacidad permanente total con la prestación a tanto
alzado de incapacidad permanente parcial, cuando ambas deriven de la misma
contingencia. Se trata de un supuesto que no está expresamente previsto en el art. 122
LGSS, pero dicho precepto se le debe aplicar, con objeto de evitar el enriquecimiento
injusto que se produciría al percibir dos prestaciones por una única situación de
necesidad.
1.11 Lesiones permanente no invalidantes
- STS de 22 de marzo de 2004 (Recurso de casación para la unificación de doctrina
núm. 1627/2003, RJ 2004/2045).
Las cicatrices derivadas de la intervención quirúrgica realizada con motivo de una
enfermedad profesional, pueden dar lugar a una indemnización como lesión permanente
14
no invalidante, siempre que por sus características o por las limitaciones funcionales
que producen afecten de manera significativa al patrimonio biológico. Si son de mínima
entidad no existirá daño indemnizable.
- STS ud de 7 de febrero de 2003 (RJ 2004/1149).
La hipoacusia bilateral con carácter definitivo, derivada de contingencia profesional, se
califica como lesión permanente no invalidante ya que no llega a constituir una
incapacidad permanente, pero supone una disminución o alteración de la capacidad
física del trabajador. se indemniza por una sola vez. Cuando la pérdida auditiva afecta a
la zona conversacional en un solo oído, se indemnizará conforme al baremo 9, sin que
sea posible la aplicación simultánea de otro baremo ya que el supuesto de hecho
contemplado en el mismo absorbe el previsto en el baremo anterior. Además, si se
aplicase el baremo 9 junto con el 8 (indemnización prevista para la pérdida de audición
de un oído sin afectar al nivel de conversación), se estaría concediendo una
indemnización mayor que la prevista en el baremo 10 para una lesión de mayor entidad.
En este sentido también STS ud de 31 de octubre de 2003 (RJ 2003/8724).
- STS ud de 24 de noviembre de 2003 (A.L., núm. 7, 2004, pp. 854-855).
La hipoacusia en ambos oídos sin afectar a la zona conversacional a ninguno de ellos
debe ser indemnizada con el baremo 8 por cada oído, ya que el supuesto de hecho
contemplado en éste es la pérdida de audición en un solo oído sin afectar al nivel
conversacional; si dicha lesión se ha sufrido en los dos oídos se tiene derecho a percibir
ambas indemnizaciones, pues de lo contrario quedaría sin indemnizar una de las
lesiones.
En el mismo sentido STS ud de 26 de diciembre de 2003 (RJ 2004/351) y STS ud de 19
de enero de 2004 (RJ 2004/1724).
2.Invalidez no contributiva
- STS de 25 de septiembre de 2003 (R.L., núm. 3, 2004, pp. 52-54).
Para el reconocimiento de una prestación de incapacidad permanente en su modalidad
no contributiva, se considerarán como ingresos o rentas computables cualquiera bienes
y derechos derivados tanto del trabajo como del capital, así como los de naturaleza
prestacional que disponga anualmente el beneficiario o la unidad económica de
convivencia. Pero no es posible computar las cantidades a las que se tiene derecho en
virtud de una pensión compensatoria de divorcio, cuando ésta no se hace efectiva y ha
sido reclamada judicialmente.
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