361607. . Tercera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo XXXIX, Pág. 627. INCAPACITADOS, NULIDAD DE LOS CONTRATOS CELEBRADOS POR LOS. Es indudable que entre los artículos 424 y 1675 del Código Civil de 1884, existe una manifiesta contradicción, pues el primero, de un modo absoluto, ordena que la nulidad de los contratos celebrados por menores o incapacitados, no podrá alegarse por las personas con quienes contrataron aquéllos, y el segundo permite que sea alegado por ellos, si prueban que ignoraban la incapacidad. El tratadista Verdugo, trata de conciliar los términos de ambos preceptos, sosteniendo que la incapacidad de que habla el artículo 1675, es distinta de aquélla a que se refiere el 424, diciendo: "Un hombre contrata con otro, suponiéndolo revestido de capacidad civil para obligarse, ya porque no le esté prohibido hacerlo en virtud de declaración judicial, verbi gracia, suspensión de derechos civiles por causa de un proceso, ya porque se presente como propietario de la cosa sobre que el contrato verse, ora porque se le creyere con la representación de otra persona sin tenerla. Si el cocontratante que está siempre obligado a conocer la condición del otro, no prueba que ignoraba la incapacidad, el contrato subsistirá en cuanto a él, produciendo la eficacia de las obligaciones contraídas". Esta explicación no es satisfactoria, pues no puede reputarse como motivo de incapacidad el hecho de presentarse una persona como propietaria de una cosa sin serlo, ni el de exhibirse como representante de otra persona sin tener su representación. La razón que tuvo el legislador en cuenta para establecer el principio que consagra el artículo 424, es la de que la acción de nulidad está en el mismo carácter que tiene esta acción, en virtud de haberse establecido en el exclusivo provecho de los menores y demás incapacitados, siendo, por tanto, solamente ellos quienes deben tener derecho a ejercitarla, resultando absurdo que la otra parte que intervino en el contrato, pudiera reclamar su nulidad, alegando una inexperiencia o una incapacidad que no tiene, pues de admitirse en este caso la acción de nulidad, se privaría al incapacitado del derecho que le da el artículo 1677 del propio ordenamiento, de ratificar el contrato, al cesar la incapacidad. Amparo civil directo 4475/31. Buenrostro Miguel. 28 de septiembre de 1933. Unanimidad de cinco votos. La publicación no menciona el nombre del ponente. -1-