OFICIO 220-087267 DEL 10 DE JUNIO DE 2014 ASUNTO: ALGUNOS ASPECTOS RELACIONADOS CON UNAS CUOTAS SOCIALES ADJUDICAS EN VIRTUD DE SENTENCIA JUDICIAL Me refiero al escrito radicado en esta Entidad con el número 2013- 01– 226242, mediante el cual, previa las consideraciones allí expuestas, formula una consulta sobre algunos aspectos relacionados con unas cuotas sociales que fueron adjudicas en virtud de una sentencia judicial, en los siguientes términos: 1.- Quién es el encargado de adelantar el trámite de registro de la orden judicial ante la respectiva Cámara de Comercio. 2.- Quién es el responsable del pago del impuesto de registro. 3.- Si la orden judicial fue notificada al representante legal de la sociedad, ¿Debe ser el representante legal quien debe proceder a efectuar las modificaciones del capital social mediante reforma estatutaria y proceder al registro del acta correspondiente? 4.- De ser afirmativa la respuesta anterior, ¿Qué valor tiene el registro del acta con la reforma estatutaria? 5.- ¿Qué mecanismos legales se pueden utilizar para obligar al representante legal de la sociedad a darle cumplimiento al fallo judicial, y proceder a la reforma estatutaria modificando la composición del capital social conforme a la orden judicial? 6.- Si el registro se produce por una orden judicial mediante un oficio, ¿Por qué motivos debe cancelarse el derecho de registro, si el acto de inscripción se hace en obedecimiento de una disposición judicial. Al respecto, este Despacho se permite hacer las siguientes precisiones jurídicas: i) Como es sabido, en la Cámara de Comercio del domicilio social de compañía, se deben registrar todos los bienes objeto de adjudicación, tales como establecimientos de comercio, cuotas sociales, cuotas comanditarias o partes de interés social, de los cuales la persona fallecida era propietaria. Ahora bien, tal adjudicación puede efectuarse mediante trámite notarial o a través de un proceso judicial; en el primer caso, es decir, que el proceso de sucesión se adelante ante notario público, conforme a lo dispuesto en el Decreto 902 de 1988, se debe presentar para su registro, copia autentica de la escritura pública contentiva del trabajo de partición y adjudicación de bienes del comerciante fallecido; en el segundo caso, esto es, si el proceso de sucesión se tramita ante juez, es necesario presentar para su registro copia autenticada de la sentencia judicial, en la que conste el trabajo partición, aprobación y la adjudicación de los bienes. En uno y otro proceso, es indispensable que el interesado, es decir, la persona a la cual le fueron adjudicados los bienes, proceda a adelantar el registro de la escritura pública o de la orden judicial ante la correspondiente Cámara de Comercio, con el fin de que allí aparezca como titular de los bienes objeto de adjudicación, y por ende, el respectivo acto sea oponible a terceros. ii) Acorde con lo anterior, y para la inscripción en el registro mercantil, el interesado debe presentar ante cualquier caja de la Cámara de Comercio, los siguientes documentos: a) copia auténtica del documento contentivo de la adjudicación; b) copia del recibo de pago del impuesto de registro; c) formulario del Registro Único Empresarial (Cuando se trate de una adjudicación de un establecimiento de comercio), debidamente diligenciado, en forma clara, precisa y real, sin enmendaduras o tachones; y c) el formato de RUT. El responsable del pago del impuesto de registro, es directamente el interesado, ya que es la persona a quien se le hizo la adjudicación de un establecimiento de comercio, de cuotas sociales o de partes de interés social, según el caso, y por consiguiente, mientras no se haga el registro del acto o de la sentencia de adjudicación, no serán inoponibles a terceros. Cosa distinta, es cuando la ley considera como actos, contratos o negocios jurídicos sin cuantía y tarifa para los efectos del impuesto de registro mercantil, como por ejemplo, la inscripción de las modificaciones y la terminación de los contratos de fiducia mercantil con fines de garantía que consten en documento privado, siempre y cuando no impliquen una modificación a los derechos apreciables pecuniariamente incorporados en el contrato y en favor de particulares, caso este en el cual se deberá observar lo dispuesto en el artículo 6º del Decreto 650 de 1996. Igual circunstancia, se predica respecto de la inscripción en el registro mercantil de la cámara de comercio del domicilio del deudor y en el de las sucursales que este posea, ordenada por el juez del concurso, de la providencia de confirmación del acuerdo de reorganización o de la de la confirmación de sus reformas o de la adjudicación, con constancia de sus ejecutoria, junto con la parte pertinente que contenga el acuerdo. iii) El hecho de que se le haya notificado al representante legal de la sociedad, la sentencia de adjudicación a los herederos de las cuotas sociales que el socio fallecido poseía en aquella, no significa que este debe efectuar las modificaciones del capital social mediante la respectiva reforma estatutaria y proceder al registro del acta correspondiente. En efecto, la transferencia de cuotas sociales en una compañía de responsabilidad limitada, sólo se puede llevar a cabo de dos formas distintas, cuales son la cesión y la adjudicación; la primera, es una modalidad de negocio jurídico de disposición a través del cual se transmite la propiedad y como tal se caracteriza por poseer los elementos de todo negocio jurídico, tales como la manifestación de voluntad y el objeto especifico a que dicha voluntad se encamina, cual es la de producir efectos jurídicos; vale decir, a crear, modificar o extinguir relaciones de diferente índole, en otros términos, se trata de un negocio jurídico que básicamente tiene origen en la voluntad de los contratantes; la segunda, es otra forma de adquirir la propiedad, la cual surge en virtud de un mandato legal y como consecuencia de un proceso judicial o privado, en que no media el acuerdo de voluntades entre el anterior titular y el adjudicatario, por cuanto la misma se origina no ya en el acto o negocio jurídico sino en la muerte o la liquidación, y por tanto, la sustitución que se produce en la titularidad del bien no obedece a un acuerdo directo de voluntades de aquellos. Así las cosas, se puede afirmar que tales fenómenos jurídicos en razón a su naturaleza y de la forma como se produce el cambio de la titularidad de los bienes, son distintos, pudiéndose realizar de maneras diferentes y que dependiendo de su finalidad, existe variedad de solemnidades o requisitos contemplados en la ley, que son los que a la postre determinan el régimen jurídico aplicable. Visto entonces que la transferencia de cuotas puede obedecer bien a una cesión o bien a una adjudicación, se concluye en primer término que en virtud del artículo 362 del Código de Comercio no es posible afirmar que toda transferencia implique una reforma estatutaria por la sencilla razón de que al tenor literal de la norma citada es claro, en el sentido de que dicha reforma solo se produce tratándose de la cesión y no de otro fenómeno jurídico, como es el caso de la adjudicación. Luego, tampoco puede pensarse que por el hecho de presentarse una modificación en la composición del capital social, con ocasión de una adjudicación de cuotas, deba llevarse a cabo una reforma estatutaria en razón a las siguientes consideraciones: La noción de reforma estatutaria nos permite establecer si frente a una circunstancia como la adjudicación se estaría ante un acto jurídico como es la reforma, siendo necesario entonces determinar los elementos que contribuyan a conformar dicha noción en orden a establecer el alcance de la misma, elementos que son el referente al origen de la modificación, encontrándonos que toda reforma debe tenerlo en la voluntad colectiva del máximo órgano social y, el referente a la consecuencia inmediata de la reforma cual es el que con ocasión de las mismas se produzca la modificación, alteración o adición de uno o más de los textos que conforman el estatuto social. De lo anterior se tiene que para que se dé la noción de reforma es preciso que concurran simultáneamente los elementos que la conforman, pues la presencia de uno solo de ellos desfiguraría la adecuación del objeto de la definición dentro del contexto de aquella. Así en el caso de la adjudicación, es preciso considerar que si bien es cierto cuando versa sobre partes alícuotas del capital social de una compañía limitada, ésta implica una modificación en la cláusula estatutaria contentiva de la composición de dicho capital, también es que la misma no tiene su origen en la voluntad social expresada a través del órgano rector, por lo cual al carecer del otro elemento señalado, no reuniría las condiciones necesarias para considerarse reforma estatutaria. En efecto, la adjudicación como ya se dijo, surge de un hecho jurídico que le da origen, es decir que es el hecho de la muerte, de la liquidación de la sociedad mercantil o de la sociedad conyugal el que da lugar a determinadas consecuencias jurídicas como es la mutación en la titularidad de los bienes objeto de la adjudicación, siendo ajena siempre a esta circunstancia la voluntad de del máximo órgano social, cuando entre tales bienes figuran cuotas sociales de una sociedad limitada. Por el hecho de que la adjudicación conlleve eventualmente una modificación en la composición del capital social y el ingreso de un nuevo socio, no puede afirmarse que aquella implique una reforma estatutaria, si se tiene en cuenta que la inclusión del nuevo socio debe ir aparejada de otro acto jurídico que la haga posible como sería el aumento de capital, la cesión de cuotas o la adjudicación, por lo cual el ingreso por sí mismo no es reforma ya que obedece a un acto previo que constituye la causa de donde se deriva precisamente dicho ingreso. Con fundamento en lo expuesto, se concluye que “la transferencia de cuotas con ocasión de una adjudicación no constituye reforma estatutaria y para que la misma tenga plena operancia basta que en el registro mercantil se inscriba el acta de liquidación, cuando aquella se derive de la liquidación de una sociedad, conforme a los artículos 247 del Código de Comercio y 643 del Código de Procedimiento Civil o de la sentencia de participación, o del acto contentivo de la adjudicación, tratándose de la adjudicación por causa de muerte o de la liquidación de la sociedad conyugal, al tenor del numeral 7 del artículo 611 del Código de Procedimiento citado y del numeral 5 del artículo 1820 del Código Civil, todo ello sin perjuicio de la obligación de protocolizar en una notaría y mediante escritura pública los documentos señalados. iv) Finalmente, se observa que si el representante legal de una compañía, se niega a dar cumplimiento al fallo judicial de adjudicación, se hará acreedor a las sanciones legales a que hubiere lugar, por parte del juez del conocimiento o de la entidad que ejerza la inspección vigilancia y control sobre aquella. En los anteriores términos, se da respuesta a su consulta, no sin antes advertir que la misma tendrá el alcance previsto en el artículo 28 del Código de Procedimiento Administrativo y de lo contencioso administrativo