ciencias sociales e historia módulo 4

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HISTORIA Y CIENCIAS SOCIALES
MÓDULO 4
Eje temático: El legado histórico de Occidente.
Unidad: El orden mundial entre la postguerra y los años setenta:
antecedentes para la comprensión del orden mundial actual
Introducción
En determinada época del siglo XX era común hablar de “los locos
años sesenta” o de “La revolución de las flores”, y expresiones como “Todos
por la paz” o “Seamos realistas, pidamos lo imposible” se pintaron en las
calles de importantes ciudades entre los años 1960 y 1975. Así, “los
locos años sesenta” iniciaron una serie de transformaciones nunca antes
vistas, especialmente en cuanto a la participación de los jóvenes y de las
mujeres en la vida social.
A través de esta unidad estudiaremos la segunda mitad del siglo XX,
partir del término de la Segunda Guerra Mundial.
a
Esta unidad se inicia con el análisis de los efectos a nivel planetario de la
Segunda Guerra Mundial, especialmente en el reordenamiento del mapa del
poder y la lucha de los países colonizados por su autonomía política y
económica con respecto a las grandes potencias europeas. En este
sentido, es vital que entiendas que el mundo no fue el mismo luego de
terminada la guerra, pues se formaron dos grandes bloques de poder y se
iniciaron importantes luchas reivindicatorias en busca de la libertad
nacional, especialmente en continentes como África y Asia. Te sugerimos
apoyar tu estudio con mapas y líneas de tiempo que te ayuden a
ubicar espacial y temporalmente el desarrollo de estos fenómenos.
Desde fines de la década de los años 1950, y hasta 1989, el mundo
dividió en dos grandes polos. Este proceso, también conocido como
“Guerra Fría”, marcó una serie de fenómenos históricos: la guerra
Corea, la guerra de Vietnam, e incluso, los sucesos que acontecieron
Chile entre 1970 y 1973.
se
la
de
en
Esta gran división terminó en el año 1989 con la caída del muro de Berlín,
imagen que dividía a todo un planeta en alianzas enemigas que no
compartían sus formas de entender el mundo y la economía. Te
sugerimos que analices las consecuencias que tuvo la caída del muro,
observando las profundas transformaciones que experimentó el mundo
luego de noviembre de 1989, y, en especial, en el desdibujamiento y
reconfiguración del mapa de Europa.
Al respecto,
es
importante
tomar
1
en
cuenta
los
nuevos
conflictos
surgidos luego de la crisis del socialismo tradicional, en especial, la nueva
situación de la antigua URSS y el duro escenario que se instaló en la
península de los Balcanes.
Por último, se plantea el estudio del sistema neoliberal y el rol de las nuevas
naciones productoras de bienes y servicios. Es importante que te informes
de pactos económicos de Chile y el mundo, contenidos que revisaste
en el Módulo 1, correspondiente a Primer Año Medio.
No te olvides de las repercusiones que todos estos hechos han tenido en la
comunidad chilena. Es importante que dimensiones las transformaciones
que han ocurrido en nuestro país, como por ejemplo, los progresos en las
comunicaciones, los adelantos que han hecho los diferentes actores
sociales por integrarse a la vida política activa, así como los cambios
ideológicos que han experimentado una serie de instituciones, por
ejemplo, los partidos políticos, la Iglesia y el Estado.
El Chile que habitas como ciudadano o ciudadana no es el mismo
que habitaron tus padres y abuelos; es vital que entiendas esos cambios y
las relaciones que se pueden establecer con el desarrollo de la historia
universal de los últimos 50 años.
Consecuencias de la Segunda Guerra Mundial
Hacia finales de la década de 1930 Alemania, guiada por su Führer
Adolfo Hitler, había concretado con éxito su teoría del “espacio vital”,
objetivo final de la política
expansionista
del Tercer Reich.
La
conquista de los países vecinos se encontraba en pleno desarrollo para el
inicio de 1940, y Polonia, Austria y Checoslovaquia, y a h a b í a n c a í d o
frente al inmenso poderío armamentista del ejército germano. Francia,
Dinamarca, Noruega, Bélgica y Holanda también sucumbieron a los ataques
alemanes. Luego de la toma de París, Italia, al mando de Benito Mussolini,
entró a la guerra aliándose con los nazis. África y los Balcanes, son
invadidas por tropas italianas y alemanas; sin embargo, allí los ingleses
opusieron una fuerte resistencia.
El militarismo
expansionista
japonés,
unido
a las
potencias
fascistas, extendió sus conquistas en Asia. El ataque japonés a la
base de Pearl Harbour en 1941 decide el ingreso a la guerra de los
Estados Unidos, que hasta el momento se habían mantenido neutrales.
La política racista del estado alemán puso en práctica la llamada “solución
al problema judío”. El brutal genocidio llevado a cabo fue conocido
por el mundo tan solo cuando los aliados toman posesión de los “campos
de concentración” de Auschwitz, el más conocido, Buchenwald y Dacha
entre otros. Eran verdaderos campos de exterminio donde una raza que
se consideraba superior pretendía terminar con las razas que catalogaba
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como inferiores, entre ellas la judía.
Al terminar la guerra, en los históricos juicios de Nuremberg se reaccionó
en contra de los crímenes de los nazis hacia los judíos.
El potencial bélico de los Estados Unidos, sumado a la derrota de
los alemanes en Stalingrado, marcó el inicio del retroceso de las
potencias del eje. El desembarco de Normandía o el “día D”, permitió la
liberación de París. El uso de las bombas atómicas en Hiroshima y
Nagasaki, provocó que Japón firmara su capitulación incondicional.
Los insospechables niveles de destrucción que había alcanzado la
guerra, hicieron pensar a las potencias vencedoras en la necesidad de
planear un nuevo orden internacional, determinando el desarme total de
las potencias del eje, la redefinición de las fronteras políticas europeas y
la delimitación de los campos de influencia de cada potencia vencedora.
No hay duda de que la consecuencia más aterradora de la Segunda
Guerra Mundial se refiere a las víctimas. El número de muertos, de
acuerdo a las cifras más aceptadas, llegó a 50 millones de personas,
muchos de ellos civiles. A esta enorme cantidad de fallecidos hay que
agregar todo el daño sufrido por los prisioneros, la horrenda experiencia
de los campos de concentración
y el hambre y el sacrificio que
significaron para la población civil los duros años del conflicto.
A lo anterior se suma la destrucción, casi completa, de ciudades,
vías férreas, carreteras, puentes y plantas industriales, así como la de los
campos dedicados a la agricultura. Se generaron enormes gastos
económicos cuyas consecuencias se proyectaron más allá del final de la
guerra.
Alemania tuvo que aceptar la rendición incondicional y los aliados
dividieron su territorio en cuatro zonas de ocupación (norteamericana,
inglesa, francesa y soviética). La ciudad de Berlín, situada en la zona
soviética, también fue dividida en cuatro zonas de ocupación y sufrió el
desmantelamiento de su aparato industrial.
La guerra significó, además, cambios territoriales: Austria y Checoslovaquia
recuperaron su autonomía; la frontera polaca siguió la línea del
Order- Neisse, de manera que Alemania perdió la Prusia Oriental y los
territorios ubicados al este de esta línea. Los aliados de Alemania, Bulgaria,
Finlandia, Hungría y Rumania, firmaron tratados de paz con los aliados,
imponiéndose las condiciones dictadas por los soviéticos, que ocupaban
esos países.
Italia perdió su imperio colonial; Trieste fue entregada a una comisión
internacional, Venecia pasó a manos de Yugoslavia. Japón perdió sus
conquistas. China recuperó Formosa, y la URSS, Salajín. Los Estados Unidos
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ocuparon posiciones estratégicas en el Pacífico, y Corea, en tanto,
quedó ocupada por fuerzas norteamericanas y soviéticas.
En lo que se refiere a los cambios políticos, se dio origen a un orden mundial
bipolar representado por las dos superpotencias: Estados Unidos y la URSS.
Algunas monarquías cedieron paso a regímenes republicanos, como
por ejemplo Italia, Yugoslavia, Albania, Rumania y Bulgaria. El "mundo
comunista", por su parte, extendió su influencia sobre Europa Oriental y los
Balcanes.
La crisis europea que surge luego de la Segunda Guerra Mundial va a tener
consecuencias profundas en las colonias establecidas por los países del
Viejo Mundo durante el siglo XIX, en el llamado proceso de
“descolonización”. Éste consistió en la independencia de los pueblos de
Asia, África y Oceanía que estaban sometidos al dominio colonial de
Occidente. Todos ellos tomaron conciencia de sus propias fuerzas
políticas y económicas, e iniciaron un camino en la búsqueda de su
autonomía política. Un ejemplo de esta descolonización es el proceso
de liberación de las antiguas colonias francesas. El país galo habrá de
separarse de la antigua Indochina, de la que surgirán Vietnam, Camboya y
Laos. Ello, tras una guerra iniciada inmediatamente después de acabada
la Segunda Guerra Mundial. Durante esta, Indochina
había sido
ocupada por los japoneses, momento en que aparece el movimiento
Vietminh, organización revolucionaria comunista dirigida por Ho Chi-Min,
que lucha por la independencia. Francia, una vez terminada la guerra,
intentó volver al régimen colonial anterior, pero la guerrilla del
Vietminh se opuso y en el año 1954, la batalla de Dien Bien Phu, puso fin a
los esfuerzos franceses por recuperar sus antiguas colonias. De esta
manera, Indochina lograba su independencia: Vietnam quedaba dividido
en dos estados rivales, separados por el paralelo 18. Al Norte quedaba la
República Popular de Vietnam, de orientación comunista y liderada por el
Vietminh, cuya capital sería Hanoi; al Sur, inclinado al mundo occidental
y bajo la custodia de Estados Unidos, la República de Vietnam con capital
en Saigón. Ambos estados entrarían en una cruel y larga guerra, que en
1976, tras el triunfo de las fuerzas de la República Popular de Vietnam
unidas a las de guerrilla de Vietnam del sur (Vietcong), llevó a su
reunificación. Ante el abandono de Indochina por parte de las fuerzas de
Estados Unidos, que solo permanecerán en Thailandia, Laos y Camboya
nacerían como dos estados independientes y neutrales.
El camino a la autonomía no fue fácil: los costos humanos fueron
altos, especialmente en aquellos lugares donde se llevaron a cabo luchas
armadas de liberación.
Otro motivo de conflicto al terminar la guerra se dio en la zona del Medio
Oriente. En dicha zona, en medio de un ambiente de violencia, la ONU,
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en 1947, decidió dividir el territorio de Palestina, la Tierra Prometida de
los Judíos, en dos estados. Uno de ellos para los judíos y el otro para
los árabes, declarando Jerusalén ciudad internacional por ser sagrada
para ambos estados. En 1948, el líder judío David Ben Gurión proclamó
el Estado de Israel. Se inicia un conflicto entre estos pueblos que dura
hasta nuestros días.
Así como en el Medio Oriente el final de la Segunda Guerra Mundial produjo
como resultado tan solo un lento comienzo de la descolonización y
un conflicto peculiar -la Guerra árabe-israelí- que no tenía que ver con ella,
en el Extremo Oriente la descolonización fue más amplia y profunda, y
produjo conflictos que de modo inmediato se relacionaron con la
confrontación de las dos grandes superpotencias a escala planetaria. Lo
característico de esta región del globo fue también la enorme
disparidad entre las soluciones políticas a las que se llegó. Japón realizó
una transformación decisiva de sus estructuras políticas y también India
prolongó su experiencia de la etapa colonial en forma democrática.
China dio una nueva dimensión geográfica a la revolución comunista y fue
el Extremo Oriente el único punto del mundo donde las dos grandes
superpotencias se enfrentaron con las armas en la mano.
De esta manera el mapa del mundo ya no fue el mismo, y las
consecuencias de este nuevo orden se proyectarían hasta las últimas
décadas del siglo XX.
La Guerra Fría: capitalismo y socialismo
La llamada “Guerra Fría” surge al final de la Segunda Guerra Mundial con los
acuerdos de Yalta y Potsdam. A partir de este momento se origina un orden
bipolar en el mundo, orden que se manifestó en el desafío competitivo entre
Estados Unidos y la URSS. Ambas potencias desplegaron un discurso
mesiánico de control en sus respectivas zonas de influencia. Como
resultado de esta bipolaridad, desapareció la flexibilidad del equilibrio del
poder. Solo dos superpotencias se oponían entre sí.
En este contexto se llevó a cabo una carrera armamentista en la que la
URSS demostró ser altamente competitiva, pues logró desarrollar la
bomba atómica (que ya había sido creada y probada por los EE.UU.) e
incrementó su poderío bélico. Sin embargo, no ocurrió lo mismo en el
ámbito económico, ya que “a pesar de la euforia expansiva provocada
en la URSS por su veloz ritmo de crecimiento hasta la década del
60, jamás logró un grado de desarrollo equivalente al del bloque
occidental, y a partir de entonces se advierte un estancamiento que
perdurará hasta su desintegración”.
Cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial los propósitos de los aliados eran
divergentes. Por una parte, Churchill quería impedir que la Unión Soviética
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dominara Europa Central y, por otra, Stalin quería que sus victorias
militares y los sufrimientos del pueblo ruso fueran pagados con el control
de ciertos territorios de los países perdedores del conflicto.
Los intereses de las dos potencias, Estados Unidos y la URSS,
ambos situados en la periferia, ahora se enfrentaban en el corazón
mismo del continente europeo.
El Presidente de EE.UU. H. Truman presidió el comienzo de la Guerra Fría y
el desarrollo de la política de contención. Llevó adelante el Plan Marshall
y el Programa de los Cuatro Puntos, con el cual Estados Unidos
dedicó sus recursos y economía a la recuperación y el desarrollo de
Europa y Japón.
Stalin, por su parte, aprovechó el debilitamiento de la Europa Occidental y el
retiro de las fuerzas estadounidenses
para aumentar su área de
influencia hacia el Oeste.
El mundo de la posguerra había sido configurado para contemplar la
hegemonía de los tres grandes aliados, pero el agotamiento de Inglaterra
y los graves problemas que le acarreó su proceso de descolonización, la
obligaron a ceder paulatinamente sus responsabilidades internacionales a
los norteamericanos, que se convirtieron así en los gendarmes
occidentales frente al bloque soviético.
El bloque occidental puso en marcha una política de riesgos
calculados destinada, en un primer momento, a la contención de los
avances del bloque soviético y, luego, a disuadirlo de cualquier acto
hostil en su contra para evitar, así, un conflicto de carácter mundial.
Esta política condujo a la continua aparición de distintas zonas de
conflicto, donde las superpotencias se enfrentaron de manera indirecta.
Situaciones
como las de Corea, Berlín, Cuba, etc., constituyeron
espacios donde los bloques midieron sus fuerzas. La incertidumbre ante
las intenciones y la capacidad de resistencia del adversario llevaron
a un continuo incremento de la capacidad ofensiva de cada uno de ellos.
El riesgo era tan alto, que al mínimo ataque de cualquiera de los dos
bandos, se desencadenaría un conflicto que aseguraría la destrucción de
ambos países y de grandes zonas del planeta. Esto es conocido como el
principio de “mutua destrucción asegurada”.
El papel que se le asignó a la Organización de las Naciones Unidas,
(organismo que surge al finalizar la Segunda Guerra Mundial con el objetivo
de salvaguardar la paz mundial) dentro de este conflicto fue el de foro de
discusión entre los bloques, último recurso ante la crisis.
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La OTAN y el pacto de Varsovia
En un clima de preguerra entre el bloque occidental y el oriental, los
países que en 1949 se alineaban en el primero, firmaron el Pacto
Atlántico que en 1950 dio lugar a la Organización del Tratado Atlántico
Norte (OTAN). Fue suscrito por Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña,
Francia, Italia, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, Portugal, Noruega,
Dinamarca e Irlanda. Turquía y Grecia lo harían en 1952, la República
Federal Alemana en 1955 y España en 1982.
La entrada de la República Federal Alemana a la OTAN fue el detonante
para que en 1955, la Unión Soviética formara el Pacto de Varsovia. Estuvo
compuesto por la Unión Soviética, Hungría, Rumania, Polonia,
Bulgaria, Checoslovaquia y Albania. En 1956 se produjo la adhesión de la
República Democrática de Alemania.
De un mundo bipolar a un mundo multipolar
Podemos señalar tres motivos esenciales para explicar las razones
que llevaron a EE.UU. y la URSS a replantear sus relaciones:
• La crisis de los misiles en Cuba en 1962 hizo tomar conciencia a
las superpotencias del peligro mortal de la posesión y multiplicación
de su arsenal nuclear.
• Las dos superpotencias consideraron, por diferentes motivos, que
una relajación de las tensiones favorecía a sus objetivos a largo
plazo.
• Ambas potencias atravesaron un período de críticas en sus
respectivos bloques. La URSS, debilitada por la ruptura de
relaciones con China, tuvo que hacer frente, entre otros conflictos,
a la Primavera de Praga en Checoslovaquia. EE.UU. vio cómo la
Unión Europea se consolidaba como una potencia económica y
cómo en el seno de la OTAN surgía un foco de disidencia
concretada en la Francia de De Gaulle.
El bloque oriental, inspirado en un régimen estatista, abarcaba Polonia,
Checoslovaquia, Rumania, Hungría, Yugoslavia y Bulgaria, extendiendo
luego su influencia a Cuba, creaba el Pacto de Varsovia, que establecía una
defensa militar común para todos los países de su órbita. Por su parte,
Estados Unidos ejercía su influencia sobre todos los países de la Europa
Occidental, organizando la restauración de sus economías destruidas por
la guerra a través del Plan Marshall para la defensa común de los países del
bloque nace la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).
El colapso de la Unión Soviética y del "bloque socialista" puso término
abruptamente a la Guerra Fría, y de esta forma desmanteló el eje de
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equilibrio de fuerzas entre la URSS y los Estados Unidos, lo que trajo
como consecuencia el epílogo de la confrontación de bloques esteoeste. Este nuevo escenario surgido en forma súbita generó una
secuela
de hechos
relevantes
tanto políticos como económicos,
sociales y geopolíticos en el mundo entero, que significaron y significan
un reordenamiento de las relaciones geopolíticas mundiales
Un mundo multipolar
La hegemonía norteamericana surgida después de la Segunda
Guerra Mundial, se vio modificada por el surgimiento en el bloque
occidental de dos nuevos polos de poder económico:
1) Japón, de país derrotado en la Guerra, pasó a convertirse en la
segunda potencia
económica mundial. Los productos
Made
in
Japan
pronto comenzaron a inundar los mercados norteamericanos y
europeos.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Japón estuvo gobernado hasta
1952 por el Comando Supremo de las Potencias Aliadas. Se le obligó a
renunciar a su institucionalidad, quitándole el carácter de divinidad al
emperador y entregando el poder al Parlamento, encargado de elegir un
Primer Ministro.
Al recuperar su independencia, el país entra en un constante proceso
de industrialización
y una muy eficiente
explotación
agraria
y
pesquera. Se desarrolló una industria de alta tecnología, preponderando la
construcción de aceros, barcos, vehículos y artículos electrónicos. A
partir
de
1970
ha obtenido un papel hegemónico en el comercio
internacional. Conocidas en el mundo son las marcas Toyota, Honda,
Mitsubishi, Toshiba, entre otras.
En gran parte el crecimiento económico de esta hegemonía se debe a
la eficiencia productiva, basada en la permanente capacitación de los
trabajadores, una fuerte disciplina laboral, sindicatos negociadores y a una
eficiente política de inversiones en el extranjero. En consecuencia, se
ha transformado en una de las tres potencias económicas del mundo,
junto a la CEE y EE.UU.
2) La Comunidad Económica Europea (CEE), nacida del Tratado de
Roma en 1957, fue un éxito económico de tal nivel, que el Reino
Unido, que había negado adherirse en su nacimiento, solicitó su ingreso en
1961.
La CEE fue integrada en sus inicios por Francia, Italia, Alemania
Federal, Bélgica, Holanda y Luxemburgo. Posteriormente se integran
Gran Bretaña, Irlanda, Dinamarca, Grecia, Portugal, España, Austria,
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Finlandia y Suecia.
Desde sus inicios la organización se planteó la solución de tres
grandes problemas. El primero era cómo consolidar lo comunitario con lo
nacional. El segundo, cómo repartir las responsabilidades entre los
distintos miembros de la comunidad. Y el tercero, el de propiciar un
control democrático del proceso de integración con el objetivo de evitar
que los miembros más poderosos de la comunidad terminen por
gobernarla arbitrariamente.
Su éxito fue inmediato. No obstante, el gran desarrollo económico de
los años sesenta tendió a estancarse con la crisis petrolera de los años
setenta. En 1987 el Acta Única Europea pretendía crear una Europa “sin
fronteras”, con el paso libre de personas, mercaderías y servicios. Se
institucionalizaba, de esa forma, la cooperación intergubernamental.
En 1992 nace la Unión Europea, destinada a consolidar la integración
económica a través de la “moneda única” y dar pasos concretos hacia
el establecimiento de una política exterior común. Dentro de este último
punto es donde se inserta el Parlamento Europeo, elegido por votación
directa de los ciudadanos de cada país.
Este debe luchar contra las fuertes manifestaciones concretas hacia la total
integración: el racismo, la xenofobia y la oposición a la concesión de
la ciudadanía a los inmigrantes extraeuropeos.
Las relaciones Norte-Sur
Junto a las relaciones Este-Oeste que caracterizaron la Guerra Fría, en
los años sesenta surge claramente la conciencia de la existencia de
relaciones Norte-Sur: relaciones entre el Norte desarrollado y el Sur o
Tercer Mundo.
Tercer Mundo fue un término acuñado por el francés Sauvy, viendo a los
pueblos identificados con este nombre como una prolongación del
Tercer Estado de la Revolución Francesa, los excluidos de los beneficios
generados socialmente. Reúne a países con las siguientes características en
cuanto a la sociedad: a l t o crecimiento demográfico, alta mortalidad,
desnutrición infantil y baja esperanza de vida. Las características
económicas: baja industrialización, mala infraestructura administrativa y
vial y una renta per cápita baja.
El Sur había iniciado su afirmación política en la Conferencia de
Bandung, que establece que los países emergentes no se alinean en el
conflicto Este - Oeste.
Ya desde finales de la Segunda Guerra Mundial, los países de Asia,
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África y Oceanía, habían iniciado un proceso de independencia. Bajo el
principio de autodeterminación de los pueblos, de la misma Naciones
Unidas, se inicia la lucha por conseguir mayores libertades. La
independencia política traía también una independencia económica,
llevando
la lucha al escenario
de optar entre el capitalismo y el
socialismo.
En 1960 nació la Organización de Países Exportadores de Petróleo
(OPEP), que trataba de imponer un alza de los precios de este recurso. La
mayoría de los países del Medio Oriente son muy pobres en la diversidad de
recursos que poseen, sin embargo, tienen petróleo, base del desarrollo
local y de los intereses del mundo occidental.
Los países del Medio Oriente no han estado ajenos a los conflictos del
siglo XX. Basados en una “renovación islámica” grupos terroristas
intentan desestabilizar a los gobiernos y establecer una autoridad
fundamentalista. Uno de los precursores en Irán fue el Ayatollah
Jomeine, quien impuso un gobierno islámico con carácter teocrático,
cerrándose a toda línea prooccidental.
Por su parte Irak, bajo la administración de Saddam Hussein, inicia
una política expansionista invadiendo Irán (1980) y Kuwait (1990). La
respuesta occidental desencadenó la conocida Guerra del Golfo
Pérsico(1991).
Es dentro de este mundo musulmán donde se inserta el Estado
Israelí, creando otro foco de conflicto permanente en la zona. Sucesivos
conflictos armados, entre ellos la Guerra de los Seis Días, han llevado a que
desde Occidente se busquen las soluciones de paz.
En 1964 se reunió en Ginebra la Conferencia de las Naciones Unidas sobre
el Comercio y el Desarrollo. Su falta de resultados llevó a que en 1973 en
la Conferencia de Argel, las naciones agrupadas en el movimiento de los
países no alineados proclamaran que los países pobres, más que confiar
en la ayuda de los países desarrollados, tenían que tratar de
aumentar su propia capacidad para organizarse y conseguir imponer
unas nuevas reglas del juego económico a nivel mundial.
La caída del muro
Fue al concluir la Segunda Guerra Mundial, que Alemania quedó dividida en
cuatro sectores: norteamericano, británico, francés y soviético. La unión
de los sectores occidentales en el curso de la Guerra Fría generó dos zonas
de influencia: la occidental capitalista o República Federal (RFA) y la
oriental socialista llamada República Democrática (RDA). La RFA crecía
a un nivel mayor debido a la ayuda de las potencias capitalistas,
produciendo una constante migración de la gente del este hacia esa zona.
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La construcción del muro se realizó en 1961, separando a Berlín en
dos sectores y dejando al Berlín Occidental completamente aislado de la
RDA. No solo se construyó un muro de cemento, sino que se pusieron
obstáculos como alambrados, minas antipersonales, ametralladoras
automáticas y torres de vigilancia, que costaron la vida a setenta y nueve
personas, y que dejaron a muchos heridos.
El 9 de Noviembre de 1989 se anunció oficialmente, en conferencia
de prensa, que a partir de la medianoche los alemanes del Este podrían
cruzar cualquiera de las fronteras de la Alemania Democrática (RDA),
incluido el Muro de Berlín, sin necesidad de permisos especiales. De
inmediato se corrió la voz y mucho antes de la medianoche miles de
berlineses esperaban en ambos lados del muro. A la medianoche, los
berlineses del Este, a pie o en auto, comenzaron a pasar la frontera.
Se vivieron escenas llenas de emoción: regalos de bienvenida a los
visitantes, y flores en los parabrisas de los autos que cruzaban la frontera
y en los rifles de los soldados que custodiaban los puestos de vigilancia.
A esta primera reacción
se unieron otras de carácter político y
económico.
Este acontecimiento histórico no ocurrió de manera espontánea. Tiene sus
antecedentes en innumerables hechos de la vida cotidiana alemana, así
como de la política internacional.
El 2 de mayo de 1989 los soldados húngaros comenzaron a desmantelar las
barreras en la frontera con Austria, lo que constituyó la primera apertura al
mundo occidental. Los principales beneficiarios fueron los Alemanes del
Este, que de pronto podían pasar al mundo occidental a través de
Hungría y Austria.
Mijail Gorbachov fue la pieza clave que evitó el derramamiento de sangre.
En su visita del 7 de Octubre a Berlín del este, Gorbachov advirtió
a los dirigentes que no contarían con el apoyo soviético si usaban la fuerza
para suprimir las manifestaciones. Once días después, Honecker fue
despojado de todos sus cargos y lo sustituyó Egon Krenz, quien de
inmediato trató de apaciguar a los manifestantes.
Ante los éxodos masivos y la proliferación de manifestaciones de
protesta contra el régimen, el día 7 de Noviembre renuncia todo el
concejo de ministros, el organismo que regía el destino de la RDA. Dos
días después, la frontera que separaba a las dos Alemanias, al igual que el
muro de Berlín, pierden su razón de ser.
El movimiento revolucionario de la República Democrática Alemana no fue
un fenómeno
aislado. Todos los países
del bloque
socialista
experimentaron cambios radicales en un plazo relativamente corto.
11
El ocaso de la URSS
Ya desde la década de 1980 el bloque socialista mostraba signos de
agotamiento. La carrera armamentista de la Guerra Fría fue debilitando su
desarrollo económico en áreas claves. La política de una economía
centralizada estaba en duda. En 1985 Mijail Gorbachov instauró una nueva
organización económica, la “perestroika” (reestructuración), que venía
a reemplazar al sistema de planificación centralizada, introduciendo
elementos de una economía de mercado, donde la producción respondiera
a la demanda y los precios reflejaran la realidad de los costos. También
se realizaron cambios en la política, introduciendo la “glasnot”, que
significaba una trasparencia en las decisiones políticas, gobernadas por
el Partido Comunista. Se trataba de democratizar globalmente la
sociedad, para lo cual era necesaria la credibilidad informativa.
Este ambiente de democratización generó tensiones en los pueblos
históricamente reprimidos. La URSS poseía un carácter multinacional,
incluyendo a rusos, rumanos, eslavos, musulmanes, entre otros.
La organización comenzaba a desintegrarse. Muchas repúblicas buscaron su
independencia.
En pocos años el mundo fue testigo de importantes hechos, todos
relacionados con el agotamiento de la URSS. Entre 1989 y 1991 se
vivieron la caída del muro de Berlín y la posterior reunificación de las dos
Alemanias; el término del Pacto de Varsovia y la Guerra en la antigua
Yugoslavia. Todos ellos signos evidentes del ocaso de la URSS.
Otros acontecimientos iban a impactar al mundo durante la década de
los noventa. Como se dijo anteriormente, el fin de las superpotencias dio
paso a aspiraciones locales de expansión, muchas de ellas en el Medio
Oriente. La invasión de los irakies a Kuwait, fue uno de ellos. EE.UU.
debió pedir autorización a la ONU para intervenir militarmente,
desencadenando la Guerra del Golfo (de la que antes habíamos hablado)
que se extendió desde el 16 de enero al 27 de febrero de 1991, con la
rendición incondicional de Hussein.
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El ascenso del neoliberalismo en la década de 1980
El Neoliberalismo
El neoliberalismo es una doctrina económica que actúa en dos niveles. En
un plano internacional suprime las fronteras al capital, es decir,
favorece la deslocalización y la no acumulación de grandes capitales
en una zona o región del mundo. A nivel interno, impulsa la privatización
de los servicios públicos y la desregularización del mercado laboral.
El liberalismo imperante a comienzos del siglo XX, que abría las economías
al mundo sin ninguna restricción, es ahora modificado. Muchas son las
tendencias, que van desde las más liberales a algunas que permiten de
algún modo la intervención estatal en determinadas materias, pero
siempre restringidas.
Desde fines de la década de los ’80, en la mayoría de los países del mundo
occidental,
los
gobiernos
iniciaron
profundas
transformaciones
estructurales tendientes a instalar los principios neoliberales en sus
respectivas economías. La creciente mundialización de una u otra forma
ha condicionado la adopción de dicho modelo a las realidades locales. La
no adopción de dicho modelo implica cerrar las posibilidades de establecer
relaciones comerciales y económicas con otros países del mundo.
Ahora bien, a 20 años de la instalación de dicho modelo económico,
existen distintas evaluaciones acerca de su efectividad.
Dentro de las economías que han conducido este nuevo modelo se
destacan los Estados Unidos e Inglaterra.
Frente a este tema, así como con la globalización, existen diversas
posiciones: encontramos desde enemigos acérrimos, a incondicionales
defensores. Un ejemplo lo encontramos en La política del imperialismo:
Neoliberalismo y política de clases en América Latina, de James
Petras, quien considera que “la propagación de nuevas ideas,
organizaciones, luchas y políticas a través de las fronteras nacionales no
es simplemente un proceso de 'comunicación'
o una 'revolución
tecnológica', sino el resultado de la emergencia de organizaciones
políticas que ya comparten perspectivas básicas e intereses con los
“actores principales”..
Agrega que los poderes imperialistas de nuestro tiempo, como lo son
Estados Unidos, y en su momento la URSS, son incapaces de
establecer una hegemonía directa en Ibero América, por ello, cuentan
con las elites locales con las que comparten intereses. “A la política
electoral, y al orden institucional y legal, esta clase ejerce realmente la
hegemonía sobre sectores importantes de las masas durante períodos de
tiempo más o menos largos”.
13
Establece que “durante los años 1990 los regímenes neoliberales
patrocinados
por EE.UU.
y las
economías
de Ibero
América
experimentaron una serie de quiebras, crisis graves y estancamiento
crónico. Los fracasos económicos
de los regímenes neoliberales
generaron la base popular para una nueva oleada de movimientos
sociales radicales, que sustituyeron a la generación anterior de partidos
electorales de centro izquierda y antiguos radicales de los años 1980 como
principales opositores al imperialismo estadounidense.
CONAIE
en
Ecuador, el MST en Brasil, los Cocaleros en Bolivia, los desempleados
piqueteros en Argentina, y los Zapatistas de México todos ellos
vinculados
a movimientos
urbanos
para
desafiar
las políticas
neoliberales y en algunos casos para derrocar regímenes. Estos
movimientos
y sus políticas de acción directa extraparlamentaria
hicieron detonar el apoyo en las ciudades entre una minoría de
sindicalistas militantes”.
“Además de los nuevos movimientos de acción popular directa, las
guerrillas colombianas (FARC y ELN) aumentaron su control territorial
e influencia, rodeando la capital, Bogotá. En Venezuela, un nuevo tipo de
política nacionalista que combinó la movilización popular y la polarización
de clases, con la política electoral encabezada por Chávez, ganó la
Presidencia en 1998 sobre la base de su oposición a la política imperialista
estadounidense”.
“En respuesta, Washington aceleró su programa de militarización por
una parte, y, por otra parte, ajustó su estrategia política a la
promoción y cooptación de una nueva generación de políticos de
centro izquierda al servicio de sus planes neoliberales”.
“En Argentina el régimen conservador moderado de Kirchner ha
neutralizado y ha dividido al movimiento piquetero, contuvo la privatización
radical y las políticas de libre comercio implementadas por sus precursores,
al tiempo que proporcionaba repartos de subsistencia al enorme ejército
de desempleados y concedía pequeñas subidas a los jubilados
empobrecidos”.
El documento completo se puede encontrar en:
www.rcci.net/globalización/2004/fg.486.htm
Sin duda alguna, el siglo XX fue un período que genera, al interior de los
especialistas, diferentes opiniones. No fueron décadas de acuerdo.
En muchas ocasiones prevaleció el conflicto y el enfrentamiento de
diferentes intereses. Esa es quizás la huella más marcada de la centuria
que pasó: la variedad de opiniones y la diversidad de juicios críticos.
Como nunca antes en la historia de los seres humanos, el siglo XX se nos
presenta como variado y contradictorio,
condicionado por distintas
opiniones que tuvieron masiva presencia gracias al desarrollo acelerado
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de los medios de comunicación. Ello es, además, una característica
propia de su desarrollo: la explosión de medios y técnicas de
comunicación,
profundizadas
a partir de los noventa con la
mundialización de los mercados, y la globalización de sus medios.
Ahora estamos conectados. Las diferentes interpretaciones tienen tribuna
en la red. Se puede tener acceso a ellas en segundos. Para algunos,
es un nuevo tipo de democracia informativa, para otros, un océano
infinito de posibilidades.
¿Cómo llamaremos a este proceso histórico en el futuro? ¿Cómo definirán
los historiadores e historiadoras del siglo XXI el complejo paisaje
humano y tecnológico que nos tocó vivir?
Bibliografía
Si deseas profundizar en estos contenidos, te sugerimos revisar la siguiente
bibliografía:
Castells, Manuel: La era de la información. Vol. I, II y III. Madrid,
Siglo Veintiuno Editores, 1999.
Dahrendorf, Ralf: El conflicto social moderno. Madrid, Mondadori, 1990.
Duby, George, y Michelle Perrot (bajo la dirección de): Historia de
las mujeres. Tomo 9: El siglo XX, guerras, entreguerra y posguerra y
Tomo 10: El siglo XX: Los grandes cambios del siglo y la nueva mujer.
Madrid, Taurus Ediciones, 1993.
Furet, Francois: El pasado de una ilusión. Ensayo sobre la idea
comunista en el siglo XX. México, FCE, 1996.
Halperín Donghi, Tulio: Historia
contemporánea
de América
Latina. Madrid, Alianza, 1993
Hobsbawm, Eric: Historia del siglo XX. Barcelona, Editorial Crítica, 1996.
Howard, et. al: Historia Oxford del siglo XX. Barcelona, Planeta, 1998.
Mammarella,
Giuseppe: Historia de
Europa
Contemporánea
(1945- 1990). Barcelona, Ariel, 1990.
Miège,
Jean
Louis: Expansión
europea
y descolonización.
Barcelona, Labor, 1975.
Schapiro, Leonard: El totalitarismo. México, FCE, 1981.
Sitios sugeridos
Te recomendamos revisar también los siguientes sitios de Internet:
www.enlaces.cl
www.un.org/spanish/: entrada general al sitio de Naciones Unidas.
www.undp.org/: sitio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
www.unfpa.org/: sitio del Fondo de Población de Naciones Unidas.
www.britannica.com: sitio de la Enciclopedia Británica.
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www.nationalgeographic.com: sitio del National Geographic con
acceso a mapas mundiales y regionales.
Una interesante bibliografía que puede apoyar tu preparación de la prueba
se encuentra en la sección anexos del Programa de Estudio de Ciencias
Sociales e Historia de Cuarto Año Medio. A c c e d e a él a través de:
www.mineduc.cl, en la sección Planes y Programas, NM4.
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