DE HISTORIA N A T U R A L . 59 final del período neolítico, y al comienzo del uso de los metales, ofreciendo para mí el notorio interés de confirmar la tesis sostenida en el Congreso de Lisboa, respecto á la prelacion del cobre y al carácter indíg-ena de la fabricación de los objetos que lo sintetizan, sean armas ó utensilios. Aquel descubrimiento, á pesar de su importancia y significación, no fué empero, sino el comienzo ó preludio de otro de una trascendencia infinitamente superior, realizado por los mismos ingenieros, con la sola variante de haber sido sustituido el Sr. Petre por el hermano menor del Sr. Siret, joven recien salido d é l a Escuela industrial de Lieja, dotado de un gran entusiasmo por este linaje de estudios, de la más preclara intelig-encia y de notoria habilidad para el dibujo. Teniendo noticias estos amigos de que en cierto sitio de la inmediata Sierra de Almagro, distante de Cuevas apenas cuatro ó cinco kilómetros en dirección N., se encontraban restos antiguos que las gentes del país atribuían, como de costumbre á los moros, y alentados con el resultado obtenido en el yacimiento dicho de Los tres cabezos, comenzaron á últimos del año anterior, á practicar excavaciones donde la pública voz y fama señalaba como centro de las antigüedades árabes, viéndose m u y pronto coronados'sus esfuerzos del éxito más brillante. Hecho el descubrimiento, aquellos diligentes exploradores tuvieron la atención de comunicarme con gran contentamiento la noticia, acompañando al fiel trasunto del hecho, no sólo unos cuantos dibujos de sepulcros, y principales objetos encontrados, sino también la más cariñosa é incitativa invitación para que fuera á v e r el botin, y á participar del triunfo en sus diligentes pesquisas obtenido. Mas no siéndome por entonces posible acudir á sus deseos, reiteraron una y otra vez la calurosa invitación, y como quiera que mi proyectado viaje se aplazara indefinidamente, valiéronse para obligarme ;í ir, no diré de un subterfugio, pero sí del pretexto que sabían había de producir en mi ánimo el efecto apetecido, pues se reducía á significarme, que debiendo regresar en breve á su patria Siret el menor, estaba decidido á llevarse consigo el botin arqueológico, y por consiguiente, que si quería verle, que no demorara por más tiempo el viaje. Coincidió con esta noticia el anuncio de la celebración de las fiestas con que la ciudad de Cuevas solemnizaba uno de los acontecimientos de más trascendencia para el porvenir de