El monasterio de San Juan está absolutamente vinculado al patrón

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El monasterio de San Juan está absolutamente vinculado al patrón de Burgos, San Lesmes. Allí, tras
su fallecimiento en el año en 1097, fue enterrado. Luego su tumba se trasladó a la iglesia que lleva
su nombre, situada en el lado norte de la misma plaza que el monasterio.
Era francés, de Loudun, cerca de Poitiers. Joven
y rico, tras repartir sus bienes a los pobres,
empieza una vida de militancia religiosa. Tras
peregrinar a Roma, decide practicar la vida
monástica, fundando el cenobio La Chaise-Dieu,
en Auvernia, del que va a ser su abad.
Los reyes castellanos Alfonso VI y,
especialmente, Constanza de Borgoña, su
compatriota, lo llaman para asentar en su reino el
Camino Francés a Santiago, así como relevar la
liturgia mozárabe por la romana, que se impone
en Europa.
En Burgos funda el monasterio benedictino de
San Juan Evangelista, para cumplir esos deseos
de los monarcas de atención a los peregrinos
jacobeos.
Ese servicio a los más necesitados en la vía
compostelana (enfermos, ancianos, pobres) le
granjeó la fama de santidad. Canonizado, es el
patrón de Burgos desde 1511.
El monasterio de San Juan llegó a ser un
importante complejo asistencial en la ruta
jacobea.
Estuvo vinculado a la Casa-Dei francesa, bajo
cuya disciplina benedictina se mantuvo. De allí
procedieron lala mayor parte de los monjes, hasta
1436, en que se integró en la Congregación de
San Benito de Valladolid.
Comienza entonces una nueva etapa espiritual y
cultural
que
llega
hasta
el
proceso
desamortizador.
A partir de entonces da comienzo otro periodo
muy distinto. El monasterio paso a tener
funciones diversas, sufriendo un progresivo
abandono, que concluyó en la ruina de buena
parte de las construcciones.
De la primera edificación románica no queda
nada, porque se transformó enteramente a
mediados del siglo XV, debido a un incendio en
1436, que destruyó totalmente la iglesia.
La nueva iglesia monástica era de tres naves, con
crucero y la capilla mayor muy amplia, en la que
se ubicó la amplia sillería coral.
Se cubrió bóvedas de crucería estrellada con
nervios rectos, muy vinculadas a las habituales
de Juan de Colonia, que pudo ser su autor,
porque era el artista más destacado en ese
momento en Burgos.
La única zona del monasterio que pervive en su
mayor parte es el área del claustro, que hay que
fecharlo a finales del XVI.
Trazado y ejecutado por Domingo de Azas, es
muy destacad el piso inferior, con sus buenas
bovedas de crucería estrelladas y sus vanos
amplios. Destacan las portadas platerescas y las
claves de las bóvedas decoradas con bustos de
personajes (santos, papas, reyes, etc.) vinculados
al monasterio.
La sala capitular o capilla de Montserrat es de
planta cuadrada, cubierta con nueve tramos de
bóvedas de crucería, también de tipo estrellado y
nervios rectos que se apoyan en los muros y en
cuatro columnas.
Funcionó como sala capitular hasta que se
transformó en capilla funeraria.
La fachada principal ofrece un perfil propio,
puesto que adquirió un aire clasicista a finales del
siglo XVI o principios del XVII, bastante austero.
Se remata con una especie de espadaña, que
consigue darle verticalidad al edificio.
A los lados del vano central aparecen unos
pórticos simétrico, considerados pioneros en la
arquitectura del primer Barroco burgalés, con una
estructura
abovedada,
de
tres
arcos
individualizados por pilastras pareadas, en la
planta infrerior, y adintelada, con vanos aamplios
como balconadas, en la superior. Un motivo
heráldico sobre el arco central, rompe el
entablamento.
Se han aprovechado las áreas claustrales para realizar una tarea importante de difusión cultural. En
las crujías del claustro se disponen a lo largo del año variadas exposiciones. En la sala capitular se
celebran actos de significado importante para la ciudad. Y en el piso está ubicado el museo del
artista burgalés Marceliano Santa María.
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