Nora esta sentada en el borde de su cama, las rodillas juntas, las

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Nora esta sentada en el borde de su cama, las rodillas juntas, las manos entrelazadas y la
mirada perdida....Los ultimos rayos de la tarde dibujan sombras anaranjadas en el suelo
de su habitacion. Cae una calida lagrima sobre el dorso de su mano derecha. Nora
todavia recuerda el primer dia que lo vio, en una tarde de mayo, hacia ya casi dos
años.Marta la invito a salir con sus amigos y el llegaba tarde, como siempre....al
recordar esto, Nora esboza una leve sonrisa que se torna pronto amarga e ironica. ¿como
habian podido llegar a esto? Desde el momento en que sus miradas se cruzaron aquella
tarde, Nora sintio por primera vez esa extraña explosion de felicidad en el pecho que
siente cada vez que le mira a los ojos....mas bien, que sentia cada vez que le miraba a
los ojos. Cae otra lagrima. En su cabeza, oye su voz: Te quiero cielo, me encanta estar
contigo, lo eres todo para mi, siempre estare a tu lado.... cada una de sus frases resuenan
en su cabeza y son como veneno recorriendo todo su cuerpo. Hace frio...
Secandose los ojos con el dorso de la mano, Nora levanta la vista y mira las paredes de
su habitacion, cubiertas de fotografias. Su mirada navega distraída de una fotografia a
otra. Ella misma y Alberto estan por todos lados, en su foto favorita, el sonrie mientras
ella le da un beso. Su sonrisa le resulta extraña ¿cuanto hacia desde la ultima vez que lo
vio sonreir? Tres meses....piensa. ¿O quiza cuatro? Alli estan Marta y ella abrazadas
ante un paisaje nevado. Fija la mirada en la cara de Marta y secuencias intermitentes
irrumpen en su memoria. Nora se ve a si misma gritandole: ¡no tienes ni idea! ¡Lo que
te pasas es que tienes envidia! ¡siempre la has tenido porque los chicos se fijan mas en
mi!....En ese momento su vista se empaña y el desconsolado y reprimido llanto florece
en sus ojos. Apenas se reconoce a si misma diciendo cosas tan horribles,y Marta....hacia
ya casi tres meses que no se hablaban.
Al principio todo era especial. Las tardes que pasaban juntos se le antojaban siempre
demasiado cortas y le hacían desear detener el tiempo desde el minuto en que sus manos
se encontraban. Nora se aparta los rizos negros de la cara, dejando entrever una herida
en la frente que sangra un poco.Siempre le sentó mal que hablara con otros chicos. Una
tarde, Alberto le estaba gritando furioso que tonteaba con Javier. ?yo hablaré con quien
me de la gana!? le espetó Nora, harta ya de sus celos. Y entonces Alberto la empujó. Su
cara estaba contraída por la rabia.... no parecía él..... La había empujado tan fuerte, que
Nora había perdido el equilibrio y se había caído al suelo. El miedo se reflejó en los
ojos de Nora, antes altaneros y orgullosos, cuando desde el suelo se volvió a mirar a
Alberto. Pero él no estaba furioso ya....más bien asustado....y se agachaba en un
balbuceo de disculpas para ayudarla a levantarse. Fundidos en un abrazo, enterraron ese
momento en el olvido, aunque en el fondo de su corazón, Nora sabía que ese incidente
era sólo el primero de muchos que acabarían convirtiendo su vida en un infierno.
Siempre lo había sabido.... En el fondo siempre lo supo.....
Luego empezaron las discusiones sin motivo..... Piensa en las semanas que pasaba sin
contestarle al teléfono, enfadada por algo que rara vez recordaba.Quizá fue culpa suya...
Si estaba tan mal con él, ¿por qué no lo dejó en su momento? La respuesta estaba clara
para Nora, porque aunque nadie más lo quisiera comprender,ella aún le quería.
Reprimendas sobre su forma de vestir, comentarios cínicos y gestos de desprecio se
convirtieron poco a poco en algo rutinario. Aunque, ahora que se paraba a pensar, nada
de eso importaba. Había algo peor, algo que a Nora le dolió más que el fuerte golpe que
había recibido escasas horas antes. Algo que desgarraba su interior.La indiferencia en
los ojos de Alberto esa tarde.... ¿Es que a él no le importaba ya?
Nora siente un dolor punzante en la frente, y se lleva la mano a la herida. Ahí estaba la
consecuencia, Nora estaba segura de que las habría, y en cierto modo esperaba algo así
cuando dos días antes había tomado la decisón de cortar con Alberto. Había quedado
con él en un lugar público por ese motivo. Lo había estado esperando, aunque no fue
capaz de reaccionar cuando el levantó el brazo y le asestó el golpe con las llaves en la
mano. No pudo evitarlo, pero su adrenalina se disparó, sintió fuego salir de su corazon y
echó a correr sin mirar atrás. Poco a poco se alejaba de los gritos de Alberto, sus rizos
negros revoloteando tras ella. Sabía que no se atrevería a perseguirla, pero aún así no
redujo la velocidad hasta que hubo llegado a su habitación y cerrado de un portazo con
la espalda apoyada en la puerta y la respiración entrecortada. Luego había caminado
hacia la cama, y con el corazón latiéndole fuertemente, se había sentado en el filo, con
las rodillas jutas, y las manos entrelazadas.
Ya había anochecido....los últimos rayos de sol habían dejado el día sin que Nora se
hubiera dado cuenta, al igual que habían abandonado las lágrimas sus ojos.Nora camina
hacía su cama y se tumba boca arriba. Le pesan los párpados y cierra los ojos. Sus
últimos pensamientos van dejando paso a un sueño profundo. Al día siguiente, al
levantarse, ya nada sería igual. Aún le quedaba el trabajo más duro de todos: reconstruir
su vida sobre las cicatrices que habían dejado los dos últimos años junto a Alberto.
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