DIVORCIO. COMPETENCIA DEL JUEZ, CUANDO LA CAUSAL ES

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257054. . Tribunales Colegiados de Circuito. Séptima Época. Semanario Judicial de la Federación. Volumen 23, Sexta Parte, Pág. 19.
DIVORCIO. COMPETENCIA DEL JUEZ, CUANDO LA CAUSAL ES LA DEL
ABANDONO O SEPARACION DEL HOGAR CONYUGAL. INTERPRETACION DE LA
FRACCION XII DEL ARTICULO 156 DEL CODIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES.
Un cónyuge abandonado no tiene domicilio conyugal, ni viejo, ni nuevo, ya que si permanece
en el que fue domicilio u hogar conyugal, es claro que a partir del abandono de su cónyuge,
ese domicilio será en lo sucesivo el domicilio propio del cónyuge abandonado y si se cambia
a otro, éste también será su propio y particular domicilio de cónyuge abandonado. Resulta
erróneo suponer, que como en el instante del abandono del hogar conyugal por uno de los
cónyuges, el cónyuge abandonado se queda en el domicilio conyugal (porque si no fuera así
no habría abandono), es en ese momento cuando debe entenderse que es Juez competente
para conocer del divorcio por dicha causal, el Juez del domicilio del cónyuge abandonado, o
sea, en resumidas cuentas, el Juez del domicilio conyugal; es erróneo este criterio, pues que
de ser así, saldría sobrando la parte final de la fracción XII del artículo 156 del Código de
Procedimientos Civiles que establece la excepción a la regla general de la competencia, en
tratándose de divorcio, cuando la causal invocada sea la del abandono del domicilio
conyugal. Dentro de un terreno hipotético podría ser Juez competente el mismo donde estuvo
instalado el domicilio conyugal, cuando el cónyuge abandonado haya seguido conservando
ese domicilio; pero también puede suceder que sea otro, el cual puede quedar comprendido, o
bien dentro de la misma ciudad, población o jurisdicción del Juez del domicilio conyugal en
el momento del abandono, o bien dentro del fuero territorial donde ejerza jurisdicción otro
Juez que también esté subordinado al mismo código adjetivo civil que contenga esa regla de
excepción, quedando ambos Jueces bajo un mismo superior jerárquico. Sin embargo, ya
dentro de la hipótesis de que el Juez competente para conocer del divorcio contencioso en
caso de "abandono del domicilio conyugal", es el del domicilio del cónyuge abandonado,
también podrá existir la posibilidad de que ese domicilio esté comprendido dentro del ámbito
territorial de un Juez de otro Estado o entidad federativa, diversa de aquélla donde estuvo el
domicilio conyugal. Esto quiere decir que el cónyuge abandonado, a donde quiera que se
traslade y exista la misma regla procesal de excepción para fincar la competencia, va
otorgándole esa competencia al Juez del lugar donde instale su domicilio. Ahora bien, si el
cónyuge que fue abandonado lleva en sí, a manera de estatuto personal, la capacidad de
convertir en Juez competente para conocer de su divorcio, por abandono del domicilio
conyugal, al del lugar donde caprichosamente traslade su domicilio personal, esto quiere
decir que es Juez competente para conocer del divorcio el del domicilio del actor, puesto que
es quien afirma haber sido abandonado. Si se lee con cuidado la fracción XII del artículo 156
del Código de Procedimientos Civiles y se le compara con las once fracciones que le
preceden, se observará que en sí toda esa fracción viene siendo una excepción a otra regla
más general contenida en la fracción IV, según la cual es Juez competente para conocer de
una contienda, el del domicilio del demandado, si se trata del ejercicio de acciones personales
o del estado civil, y es obvio que una acción de divorcio caería dentro de esa regla general si
no fuera porque conforme a la fracción XII, en los juicios de divorcio el Juez competente es
el del domicilio conyugal; pero todavía dentro de esta excepción, sigue predominando el
mismo criterio de que es Juez competente el del domicilio del demandado, porque si el
domicilio conyugal es el de ambos cónyuges, es claro que no se alterará esa regla. En donde
está la excepción, en la fracción XII, a la regla más general de la fracción IV, de que es Juez
competente el del domicilio del demandado, está en la última parte de aquella fracción, que
dice: "y en caso de abandono de hogar", es Juez competente, "el del domicilio del cónyuge
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abandonado", porque aquí ya no es competente el Juez del domicilio del cónyuge
demandado, sino el del domicilio del cónyuge actor. La confusión ha venido al tratar de
resolver estas competencias con un criterio apegado a la realidad del abandono, siendo que el
legislador estableció la regla y la excepción sobre un terreno hipotético. El legislador dice
que si la causal de divorcio que se invoca es la del abandono del hogar conyugal, será Juez
competente para conocer del juicio de divorcio, el del domicilio del cónyuge abandonado, lo
cual equivale a decir que es el del domicilio del cónyuge actor, porque dentro de la hipótesis,
es el actor el que está invocando la causal de abandono, o sea, es el que -cierto o no-, se
coloca dentro de la hipótesis de la ley: ser el cónyuge abandonado. En cambio, el cónyuge
demandado que opone la excepción de incompetencia negando al actor la calidad de
"cónyuge abandonado", porque la realidad es otra, ya se sabe en el terreno hipotético en que
se colocó el legislador para establecer la competencia y se sitúa en el de la realidad, o por lo
menos, en el de la controversia que va a ser la materia o el fondo del juicio. Es evidente que
el legislador no quiso utilizar la expresión de "cónyuge abandonado", en su sentido real,
porque resultaría un absurdo, ya que para saber con certeza si hubo o no abandono del hogar
conyugal por parte del demandado, o quién abandonó a quién, cuando éste afirma lo
contrario, se necesitaría llegar hasta el final del juicio, siendo que la cuestión de competencia
exige una resolución preliminar o en el límite de la fijación de la litis, (in limine litis), para
saber qué Juez es el que debe conocer del litigio. Por tanto, esa expresión del legislador de
"cónyuge abandonado", que aparece en la parte final de la fracción XII del artículo 156 del
Código de Procedimientos Civiles, sólo se entiende jurídica y procesalmente hablando, si se
tiene en cuenta que en el caso hipotético en que se coloca el legislador, tratándose de la
causal de abandono del hogar conyugal, se debe estar exclusivamente al planteamiento de la
demanda desde el punto de vista del actor, quien tiene la calidad de "cónyuge abandonado",
en la causal que invoca, que por ser el dicho de una de las partes, será una "verdad formal",
aceptable sólo para efectos de la fijación de la competencia, más no la "verdad material" que
se conocerá y definirá hasta en la sentencia definitiva.
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.
R. C. 293/70. Marco Antonio Vidal Barba. 6 de noviembre de 1970. Unanimidad de tres
votos. Ponente: Luis Barajas de la Cruz.
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