000 - Central de Abasto

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La ciudad que alimenta a México
Emilio Santana ha trabajado en la
Central de abasto de la Ciudad de
México por tres años, después de
haberse mudado de su ciudad natal,
Hidalgo. En esta fotografía está
llevando vegetales a un cliente en el
estacionamiento que a su vez los
llevará a un mercado sobre ruedas en
el poblado vecino Indios Verdes.
El embotellamiento para entrar al mercado más grande del mundo comienza a las 3 de
la mañana donde se reúnen camiones de todos los tamaños llenos con naranjas de
Veracruz o chiles de Chihuahua y tripulados por conductores somnolientos que
dejaron sus lugares de origen el día anterior al viaje. Carga importada llega desde el
aeropuerto internacional y otros camiones cruzan varios países a través de la
carretera Panamericana para vender sus mercancías en la Central de Abasto de la
Ciudad de México.
Abre los 365 días del año, este gran mercado recibe alrededor de 350,000 visitantes
diariamente. Da empleo formal a 70,000 personas y empleo informal a más personas,
incluyendo alrededor de 12,000 carretilleros cada día. Este mercado maneja alrededor
de 30,000 toneladas diarias de comida, lo cual representa aproximadamente un 80%
de la comida que se consume en el área metropolitana y un 30% de la comida que se
consume en el país.
Rodeado de montañas volcánicas en el
altiplano de la Ciudad de México, la
huella de la Central de Abasto abarca
327 hectáreas, haciéndola un poco
más pequeña que el Central Park de
Nueva York.
Alimentar una ciudad de 21 millones de habitantes no es una tarea fácil, es por eso
que este mercado tiene su propio código postal, un órgano de gobierno independiente
y una fuerza policiaca de 700 elementos que combinan muy bien con el movimiento de
más de $9 billones que comercializa al año, la mayoría en efectivo. Esto hace a la
Central de Abasto uno de los mayores centros económicos en el país, solo superada
por la Bolsa Mexicana de Valores.
Diseñada por el arquitecto Abraham Zabludovsky, la Central abrió sus puertas en
1982 en Iztapalapa, al sureste del centro de la ciudad. El proyecto nació a partir de la
necesidad: el antiguo mercado mayorista “La Merced” había saturado el centro
histórico con el tráfico y carecía de la infraestructura necesaria para hacer frente a
las crecientes demandas de la ciudad. De los ocho sectores principales de la Central
de Abasto, el mercado de frutas y legumbres es el más grande. Cuarenta pasillos
entrelazados se extienden en 63 hectáreas, con 64 muelles de carga interiores. Con
esa longitud equivale a 105 campos de fútbol. La mayoría de los pasillos venden al
mayoreo, es decir, cantidades de 5 kilos o más, pero varios pasillos comercializan
también al menudeo en beneficio del público en general.
En el pasillo IJ, los comerciantes
venden al público al menudeo. Este
servicio no estaba disponible hace 10
años, lo que implicaba que un cliente
que quería hacer guacamole tenía que
caminar por varios campos de fútbol
para conseguir todos los ingredientes.
Las secciones en forma de hangar que se encuentran al exterior ofrecen precios aún
más bajos. El sector de Subasta, cerrado al público en general, alberga el primer
eslabón de la cadena de comercialización, en él, los intermediarios negocian el precio
de los camiones repletos de producto directamente con los productores. Gigantes
techos de metal arqueados al aire libre protegen el sector de Flores y Hortalizas,
donde los productores venden una gran variedad de productos frescos a otros
vendedores o directamente al público, especialmente en las mañanas. Ambos sectores
están limpios de productos para comercializar alrededor de las 8 de la mañana.
A la izquierda: enormes
bolsas de cereales y
botanas procesadas en el
sector
Víveres.
Abarrotes
y
A la derecha:
costales de 50 kilogramos
de maíz con un costo
aproximado de $2.45 o
$4.2 en el pasillo al aire
libre del sector Flores y
Hortalizas.
Expertos
trabajadores armados con
cuchillos afilados limpian
rápidamente los maíces, lo
que da a los clientes la
opción de comprar granos
por kilo.
A la izquierda: torres de
huacales,
madera
sirven
cajones
baratos
para
de
que
transportar
frutas y vegetales, se
reparan y comercializan
en
el
sector
Vacíos. A
montones
frescos
de
Envases
la derecha:
de
pulpos
las
costas
yucatecas esperan a los
compradores en el área
de pescados y mariscos.
Se vende salmón de Chile, camarones
frescos, productos del Golfo de
México, pulpo del Caribe, tiburón de
Chiapas y camarones de varios
estados del país.
El sector Frutas y Legumbres parece
un tapiz tejido, con cinco pasillos
principales
y
ocho
corredores
comerciales conectados por una serie
de puentes peatonales que permiten a
los camiones pasar por debajo. Los
automóviles se estacionan en las
azoteas, y las bodegas con techo de
metal, cuentan con andenes de carga
y descarga en la parte posterior,
mientras que la parte delantera, al
interior de los pasillos, es usada para
servir a los clientes.
A la izquierda: chiles poblanos del estado de Zacatecas esperando a ser descargados.
Serán empacados en cajas de madera y vendidos en la parte frontal de la bodega,
pero un letrero en el muelle da
a los compradores la opción de comprar
directamente del camión. Aquí, una libra de poblanos cuesta alrededor de $5.43. A la
derecha: Ignacio Romero y sus dos hermanos han vendido naranja mexicana por más
de 20 años en su local ubicado en la nave M113. El precio de la naranja varía a
través de las temporadas del año, yendo desde los $4.56 en el verano hasta los
$12.27 en el invierno, la mejor temporada para los cítricos.
Las sombras de la mañana se
extienden
desde
los
camiones
repletos de cebolla, zanahoria, tomate
y nopales en un andén de carga del
sector Frutas y Legumbres.
A la izquierda: Jesús Adonai, de 18 años, ha trabajado como carretillero en el
mercado desde que tenía 12. Gana alrededor de $560 en un día entre semana y
$1,277 los fines de semana. El salario mínimo en México es de $70 al día. Jesús, se
queda en el mercado más tarde que los demás, saliendo alrededor de las 9:00 p.m.,
esto porque el viaje hasta su casa puede tardar hasta tres horas si se va durante la
hora pico en la tarde. A la derecha: la red de distribución de la Central de Abasto
cubre más de 1,500 puntos de venta en todo México, incluyendo los mercados de
públicos o de barrio, los tianguis ambulantes, 380 establecimientos asociados con 15
cadenas de tiendas de autoservicio y otros tipos de centros comerciales. El mercado
cierra de 18:00 a 22:00 horas para eliminar las 1,300 toneladas de residuos que
produce diariamente.
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