Los centros concertados en el sistema

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El Modelo Educativo y La Titularidad de Centros
LOS CENTROS CONCERTADOS
EN EL SISTEMA EDUCATIVO ESPAÑOL
D. Manuel de Castro Barco
LOS CENTROS CONCERTADOS EN EL SISTEMA EDUCATIVO ESPAÑOL
D. Manuel de Castro Barco
LOS CENTROS CONCERTADOS EN EL SISTEMA EDUCATIVO ESPAÑOL
Buenas tardes y un saludo muy cordial a cuantos asistís a esta VI Jornada del
Consejo Escolar de Andalucía. Quiero comenzar dando las gracias al Sr. Presidente
del Consejo Escolar de Andalucía por haberme invitado a participar en esta Jornada,
cosa que hago con sumo gusto.
Me corresponde afrontar la cuestión de la titularidad de los centros desde
la perspectiva de los centros privados sostenidos con fondos públicos, es decir, de
los centros concertados.
I. EL MODELO EDUCATIVO ESPAÑOL.
1. LA EXISTENCIA DE UN SISTEMA EDUCATIVO DUAL
Cuando nos aproximamos al sistema educativo español, con espíritu sincero
y limpio, sin prejuicios, para analizar sus principios rectores y su configuración
básica, comprobamos desde el inicio la existencia de dos redes de Centros, unos de
titularidad pública y otros de titularidad privada.
Este esquema, en ningún caso, supone una simple tradición heredada desde
tiempos pasados, en los que el Estado no disponía de medios para atender las
necesidades educativas de los ciudadanos, sino que responde a los principios
fundamentales contenidos en nuestra Constitución, a semejanza de lo previsto en
la Declaración Universal de Derechos del Hombre y en la Declaración Universal de
Derechos del Niño.
Nuestra Carta Magna, en su artículo 27, responsabiliza a los poderes públicos
de garantizar el derecho de todos a la educación mediante la creación de Centros
docentes. Es decir, constituye una obligación para las Administraciones públicas
la creación de puestos educativos suficientes para hacer efectivo el derecho de todos
los menores a su educación.
Pero, al mismo tiempo, ese mismo artículo 27 reconoce la libertad de
enseñanza y la libertad de creación de Centros docentes, derecho que lleva inserto
el derecho de su titular a dirigirlos y a dotarlos de un ideario o carácter propio
concreto, que únicamente tiene los límites señalados en el texto constitucional.
Por consiguiente, el hecho de que nos encontremos con un sistema educativo
basado en un modelo dual, en el que conviven Centros de titularidad pública y
privada, no supone una situación "anacrónica" que no queda más remedio que
soportar, hasta que los poderes públicos tengan capacidad de crear los Colegios
necesarios para ofrecer un puesto a todos los escolares, sino que es la consecuencia
lógica de derechos y libertades reflejados en la Constitución.
En realidad ésta situación viene, igualmente, avalada por la Carta de los
derechos fundamentales de la Unión Europea, que en su artículo 14 define el Derecho
a la educación diciendo:
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Los Centros Concertados en el Sistema Educativo Español
1.
Toda persona tiene derecho a la educación y al acceso a la formación profesional
y permanente.
2.
Este derecho incluye la facultad de recibir gratuitamente la enseñanza
obligatoria
3.
Se respetan, de acuerdo con las leyes nacionales que regulen su ejercicio, la
libertad de creación de centros docentes dentro del respeto a los principios democráticos,
así como el derecho de los padres a garantizar la educación y la enseñanza de sus
hijos conforme a sus convicciones religiosas, filosóficas y pedagógicas…
Desde esta óptica, no cabe pretender que un tipo de Centros pueda estar por
encima del otro, que los Centros de titularidad pública responden a principios
positivos como el bien común, el servicio público, la igualdad, etc., y los Centros
privados, concertados o no, responden a intereses privados o particulares, y por
tanto, negativos. Pues todos ellos, están conformando los dos pilares constitucionales:
el derecho de todos a la educación y la libertad de enseñanza.
Por ello, ahora más que nunca, se hace necesaria una reflexión, serena y
profunda, sobre la realidad de cada una de las redes, sobre sus virtudes y defectos,
sus logros, sus limitaciones, sus obstáculos, y todo ello desde el conocimiento mutuo
y la colaboración.
Todos los que se interesan por la educación y la consideran el eje fundamental
de la persona y de la sociedad, debemos exigir un proceso de acercamiento entre
todos los Centros educativos, sean de la titularidad que sean, y, al mismo tiempo,
demandar un tratamiento similar por parte de los poderes públicos.
La enseñanza de titularidad pública no debe ser la enseñanza del partido que
ha conformado el Gobierno, bien del Estado o de una Comunidad Autónoma, sino
que debe ser la enseñanza de todos los ciudadanos y para todos ellos.
Asimismo, la enseñanza de titularidad privada no puede considerarse como
una actividad lucrativa análoga a cualquier explotación económica. Supone el ejercicio
de un derecho constitucional, la creación de Centros, que revierte sus frutos en la
misma sociedad y que posibilita, precisamente, el desarrollo de la libertad de enseñanza,
de elección de Centro y, con él, el tipo de educación que desean los ciudadanos por
estar más de acuerdo con sus propias convicciones personales.
En este punto, llegamos a los Centros privados que, voluntariamente, optaron
por acogerse al sistema de conciertos educativos, buscando contribuir a la formación
de los niños y jóvenes, de cualquier condición o estrato social. Estos Centros, que
mantienen su naturaleza de Centros privados, intentando ofrecer a la sociedad una
educación integral, como expresión de servicio de interés público o general, fueron
capaces de asumir las obligaciones inherentes al sistema de financiación pública, a
cambio de hacer posible la libertad de enseñanza también entre los más desfavorecidos
o entre los que valoraban, de manera especial, el ideario concreto en que se desenvolvía
todo el proceso educativo de los alumnos.
Por todo lo señalado, parece incuestionable hacer un repaso de las principales
señas de identidad de los Centros privados concertados, a fin de que sean conocidos
por todos los miembros de la Comunidad educativa, y se produzca ese necesario
acercamiento entre las dos redes existentes, como fuerzas que fluyen en sintonía y
espíritu de colaboración.
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El Modelo Educativo y la Titularidad de Centros
2. REVISIÓN HISTÓRICA.
La vieja Ley General de Educación y de Financiamiento de la Reforma Educativa
de 1970, estableció ya un sistema de conciertos que podía ser firmado entre la
Administración y los titulares de los Centros no estatales, a fin de se pudiera garantizar
tanto el derecho a un puesto escolar gratuito, como la pluralidad de oferta, para que
las familias y los alumnos pudieran elegir el tipo de enseñanza dentro de un sistema
abierto.
Según señalaba esta Ley, podían acceder al régimen de conciertos todos los
Centros no estatales, impartiesen o no las enseñanzas que la propia Ley declaraba
gratuitas, teniendo en cuenta que dichos conciertos suponían para las dos partes, un
conjunto de derechos y obligaciones recíprocos en cuanto a régimen económico,
profesorado, alumnos - incluido el sistema de selección de éstos- y demás aspectos
docentes.
En el ámbito teórico, la Ley establecía que los conciertos suscritos con Centros
que impartieran enseñanzas de EGB o FP1 o con Centros de Bachillerato (cuando fuera
posible), supondrían un régimen económico adecuado para hacer efectiva la gratuidad
(total en niveles obligatorios, o parcial en los no obligatorios).
A tal fin, el módulo del concierto se calcularía tomando como base el coste de
sostenimiento por alumno en la enseñanza de los Centros estatales, más la cuota de
amortización e intereses de las inversiones requeridas. Estos Centros no podían establecer
enseñanzas complementarias o servicios que comportasen repercusión económica sobre
los alumnos sin previa autorización de la Administración.
Sin embargo, estas previsiones no llegaron a ser desarrolladas a pesar de lo
señalado por la propia Ley. De hecho, la financiación de los Centros privados con fondos
públicos se inició en 1972 a través del sistema de subvenciones sin una cobertura
normativa adecuada. Transcurrido el plazo que la LGE había señalado para su total
implantación -y, consecuentemente, para lograr el objetivo de la gratuidad de la
enseñanza en EGB y FP1 tanto en los Centros públicos como en los privados- se había
extendido el régimen de subvenciones a la práctica totalidad de los Centros privados
de enseñanza básica que lo habían solicitado. Sin embargo, la extensión de la subvención
no estaba acompañada de la gratuidad de la enseñanza toda vez que los padres,
dependiendo del tipo de subvención, tenían que abonar una cuota por enseñanza
reglada establecida por la Administración.
El control de los fondos públicos percibidos por los Centros subvencionados
se realizaba a través de las Comisiones del centro de control de subvenciones. No
obstante, la concesión de la subvención no suponía la limitación del derecho de dirección
del titular del Centro.
3. EL ARTÍCULO 27 DE LA CONSTITUCION:
DERECHO A LA EDUCACIÓN Y LIBERTAD DE ENSEÑANZA.
Como he señalado en la introducción, la Constitución española de 1978 establece
en su art. 27.1 los ejes fundamentales de la educación en nuestro país: el derecho a la
educación y la libertad de enseñanza.
Asimismo, en su apartado 4 añade el principio de la gratuidad y obligatoriedad
de la enseñanza básica y en el 9 que "los poderes públicos ayudarán a los Centros docentes
que reúnan los requisitos que la Ley establezca".
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Los Centros Concertados en el Sistema Educativo Español
La LODE, en el año 1985, desarrolla el derecho constitucional a la educación,
y establece en su art. 1 que "todos los españoles tienen derecho a una educación básica (...).
Esta educación será obligatoria y gratuita en el nivel de la Educación General Básica y, en su
caso en la formación profesional de primer grado, así como en los demás niveles que la Ley
establezca.
Añade en su artículo 47.1 que "para el sostenimiento de centros privados con fondos
públicos se establecerá un régimen de conciertos al que podrán acogerse aquellos centros privados
que, en orden a la prestación del servicio público de la educación en los términos previstos en
esta Ley, impartan la educación básica y reúnan los requisitos previstos en este Título. A tal
efecto, los citados centros deberán formalizar con la Administración educativa que proceda el
pertinente concierto”.
El Tribunal Constitucional, en reiterada jurisprudencia, advierte que el artículo
27.9 de la Constitución no puede interpretarse en ningún caso, "como una afirmación
retórica de manera que quede absolutamente en manos del legislador la posibilidad de conceder
o no esa ayuda(...). Tampoco puede aceptarse el otro extremo... ayudar a todos y cada uno de los
Centros docentes sólo por el hecho de serlo... la remisión a Ley... puede significar que esa ayuda
se realice teniendo en cuenta otros principios, valores o mandatos constitucionales."
Hay que precisar que el citado artículo 47.1 de la LODE prevé el régimen de
conciertos para los centros privados que impartan la enseñanza básica y reúnan los
requisitos del título IV. Pero no se excluyen las ayudas para el resto de centros privados
en otros niveles educativos. La propia Disposición Adicional 3ª prevé ayudas a los
centros que estaban subvencionados en la fecha de promulgación de la Ley (1985).
El régimen de conciertos de la LODE queda regulado a través del Real Decreto
2377/1985, de 18 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de Normas Básicas
sobre conciertos educativos. Al mismo tiempo, algunas Comunidades Autónomas con
competencias en materia educativa, dictan sus propios Decretos o Reglamentos sobre
esta cuestión. No obstante, hay que tener en cuenta que el artículo 75.2 de la LOCE
viene a recordar que es competencia del Gobierno de la Nación el establecer las normas
básicas a que deben someterse los conciertos en todo el territorio del Estado.
Por su parte, la LOGSE de 1990 establece en su Disposición Adicional 3ª el
compromiso de la Administración de colaborar económicamente en el coste de las
nuevas enseñanzas obligatorias y reconoce el derecho de los Centros concertados de
EGB, que en el momento de implantarse la ESO, hubieran obtenido autorización para
sus dos ciclos, a concertar automáticamente el nuevo nivel de la ESO.
El Real Decreto 986/191, de 14 de junio, establece en su Capítulo IV la adecuación
de los conciertos vigentes a los nuevos niveles creados por LOGSE, y el calendario de
suscripción de los nuevos conciertos. Este Real Decreto fue modificado y adaptado por
el Real Decreto 1487/1994, de 1 de julio.
4. EL SISTEMA DE SUBVENCIONES, DE CONVENIOS Y DE CONCIERTOS.
4.1. Aplicación de estas técnicas jurídicas en países de nuestro entorno: Francia
y Bélgica.
En Francia la presencia de la escuela financiada, en su mayoría católica, pasa
del 17% con casi 2 millones de alumnos. Esta financiación cubre el 100% de los gastos
del profesorado, una cantidad variable de los gastos de funcionamiento y el 2% de los
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El Modelo Educativo y la Titularidad de Centros
gastos de equipamiento. Desde la Ley Debré de 31 de diciembre de 1959, sigue el camino
de los conciertos o contratos. Hay que resaltar que el Gobierno socialista español copió
en 1985, el sistema francés cuando esta alternativa fue instaurada por su Gobierno
conservador (movimiento Gaullista).
Si se profundiza en el estudio de la Ley francesa se descubren importantes
diferencias con el sistema español. Principalmente, la Ley Debré no prevé un cauce de
participación en la gestión de los Centros concertados como hace la LODE.
La Ley francesa establece dos tipos de contratos:
a) el contrato "simple", en el que el Centro privado contempla una amplia
autonomía, pero el Estado paga a los profesores de ese Centro.
b) el contrato de "asociación" con la enseñanza pública, que puede establecerse
en los casos en los que los Centros respondan a una "necesidad escolar reconocida",
prácticamente la misma expresión que va a emplear posteriormente la LODE. En este
tipo de contrato, el Centro debe impartir la enseñanza de acuerdo con unas ciertas
condiciones: respeto a la libertad de conciencia según los programas y las reglas de la
enseñanza pública y con un profesorado dependiente el Estado.
Por su parte, Bélgica cuenta con un 60% de enseñanza privada financiada por
los poderes públicos, la mayor parte de la misma corresponde a la escuela católica. A
esta escuela privada se le financian el 100% de los gastos del profesorado, el 60% de
los gastos de funcionamiento y el 24% de los gastos de equipamiento. Bélgica optó por
el sistema de subvenciones surgido a partir del pacto escolar de 1958 entre los partidos
socialcristianos, socialista y liberal. La Ley de 29 de mayo de 1959 distingue tres tipos:
las subvenciones - sueldo, las subvenciones de funcionamiento y las subvenciones de
equipamiento.
4.2. Elementos diferenciadores.
Nos encontramos, pues, con tres modelos diferentes de financiación de la
educación.
- Subvención: supone un régimen de financiación con un catálogo menor de
obligaciones para los solicitantes, con una escasa participación de los demás sectores
de la Comunidad educativa, el ámbito temporal limitado con una concesión anual
renovable por convocatorias, la presentación de un proyecto subvencionable, la
justificación del empleo de la subvención y cumplimiento de los objetivos marcados.
Sin embargo, los particulares que optan y reciben la subvención, gozan de una notable
autonomía para desarrollar el proyecto financiado, sin que en ningún caso, se cuestione
su naturaleza privada por el hecho de recibir fondos públicos. La cuantía recibida suele
ser inferior al coste total del proyecto.
- Concierto: supone un contrato que establece un régimen amplio de derechos
y obligaciones para ambas partes, una importante participación de los sectores
relacionados con la actividad, a través de la instauración de un órgano nuevo de control
y participación: el Consejo Escolar, su duración y estabilidad son más amplias (4 años),
está sometimiento a la normativa específica sobre Centros sostenidos con fondos públicos
que tiende a asimilarlos, progresivamente, con los Centros de titularidad pública, debe
realizar una justificación de los gastos recibidos para el funcionamiento ordinario
(incluyendo el personal necesario no docente) y pago delegado al profesorado. En
teoría, tiene que cubrir el coste total de la impartición gratuita de la enseñanza en los
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Los Centros Concertados en el Sistema Educativo Español
niveles obligatorios. No obstante, en la práctica, al no tener en cuenta el coste real del
puesto escolar, provoca un progresivo endeudamiento de los Centros y la necesidad
de buscar vías alternativas de financiación.
D. Juan Antonio Ortega Díaz-Ambrona, tomando como base la LODE (1985),
definía el concierto como "un acuerdo para el sostenimiento de Centros privados con
fondos públicos en orden a la prestación del 'servicio público' de la educación". Sin
embargo, el artículo 75 de la LOCE (2003) señala que "los Centros privados, que en orden
a la prestación del servicio de interés público de la educación y a la libertad de elección de Centro,
impartan las enseñanzas declaradas gratuitas en la presente Ley, podrán acogerse al régimen
de conciertos […]".
- Convenio: supone un régimen intermedio entre la subvención y el concierto,
de duración mayor al año, sin la imposición de un Consejo Escolar (con carácter general)
ni del sistema de pago delegado al personal docente, con una relación de obligaciones
menor que en los concertados, sin que conlleve la financiación total del coste del servicio
educativo, frecuentemente vinculado a niveles no obligatorios.
- Otros sistemas de financiación como becas, ayudas al estudio, "cheque escolar",
etc, actualmente se consideran inadecuados para garantizar la gratuidad generalizada
de la enseñanza básica y obligatoria.
II. APLICACIÓN DEL MODELO A LOS CENTROS DE
INCIATIVA SOCIAL CONCERTADOS
1. LOS CONCIERTOS EN RÉGIMEN GENERAL Y SINGULAR.
1.1. NIVELES OBLIGATORIOS O DECLARADOS GRATUITOS POR LEY.
Como se ha indicado, la Constitución, la LODE, LOCE y el Reglamento de
conciertos reconocen un sistema gratuito de enseñanza en los niveles obligatorios.
De esta manera, los conciertos tienen por objeto garantizar la impartición de la
Educación básica obligatoria o la declarada gratuita por la Ley (como sucede con la
Educación Infantil), mediante la asignación de fondos públicos destinados a este fin
por la Administración en orden a la prestación del servicio de interés público de la
educación. Según establecen dichas normas, los módulos económicos por unidad
asegurarán que la enseñanza se imparte en condiciones de gratuidad, lo que conllevaría
en la práctica, la plena gratuidad para los alumnos, sin que un Centro pueda percibir
cantidad alguna a los alumnos por el concepto de la enseñanza curricular. El concierto
debe incluir todos los gastos que debe sufragar el Centro por la docencia curricular en
estos niveles.
1.2. NIVELES NO OBLIGATORIOS NI DECLARADOS GRATUITOS.
A tenor de lo establecido en la Disposición Adicional 3ª de la LODE, "los Centros
privados de niveles no obligatorios que en la fecha de promulgación de esta Ley estén sostenidos
total o parcialmente con fondos públicos se ajustarán a lo establecido en la misma para los Centros
concertados. A tal efecto se establecerán los correspondientes conciertos singulares".
El Reglamento de Normas Básicas de Conciertos añade que "cuando la financiación
pública de dichos centros tuviera carácter parcial, las cantidades que el titular del centro podrá
percibir de los alumnos en concepto de financiación complementaria serán las que la Administración
fije en función de la cuantía que para el régimen de conciertos establezca la Ley de Presupuestos
Generales del Estado".
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El Modelo Educativo y la Titularidad de Centros
Por tanto los conciertos singulares son los que se suscriben para enseñanzas no
obligatorias o no declaradas gratuitas por Ley. Pueden financiar el coste de la enseñanza
de forma parcial o de forma total, dependiendo del diseño que realice la Administración
educativa competente.
2. SUJETOS CONTRATANTES.
2.1. ADMINISTRACIÓN EDUCATIVA.
De conformidad con el artículo 3.1. del Reglamento de Normas Básicas de
Conciertos "corresponde al Ministro de Educación y Ciencia o, en su caso, a los Consejeros
titulares de Educación de las CC.AA. con competencias plenas, la aprobación de los conciertos
educativos".
Sin embargo, hay que precisar que esta facultad no es discrecional por parte de
las Administraciones educativas, en función de sus preferencias o apreciaciones, sino
que responde a un procedimiento regulado, de manera que los Centros solicitantes,
tendrán derecho a suscribir los conciertos, siempre que cumplan los requisitos fijados
por la Ley. En el supuesto de que las limitaciones presupuestarias impidiesen la
concertación de todos los Centros o unidades solicitadas, las Administraciones están
obligadas a aplicar los criterios de preferencia previstos en el artículo 75.5 de la LOCE,
que expresamente incluye como criterio a respetar, el de demanda de plazas por parte
de los alumnos y sus familias.
2.2. TITULARES DE CENTROS.
Están facultados para formalizar conciertos educativos con la Administración,
las personas físicas o jurídicas de carácter privado y de nacionalidad española que sean
titulares de Centros privados a que se refiere el citado reglamento.
Asimismo, están facultados para formalizarlos las personas físicas o jurídicas
de carácter privado y de nacionalidad extranjera en los términos previstos en la Ley,
en los correspondientes Tratados internacionales o, en su defecto, de acuerdo con el
principio de reciprocidad.
3. REQUISITOS GENERALES.
Como se ha señalado, la LOCE actualiza el principio básico contenido en la
LODE, al señalar que los centros privados que, en orden a la prestación del servicio de
interés público de la educación y a la libertad de elección de centro, impartan las
enseñanzas declaradas gratuitas en la presente Ley, podrán acogerse al régimen de
conciertos siempre que así lo soliciten y reúnan los requisitos previstos en las leyes
educativas.
Al respecto, conviene recordar que el derogado artículo 47.1 de la LODE establecía
que para el sostenimiento de centros privados con fondos públicos se establecerá un
régimen de conciertos al que podrán acogerse aquellos centros privados que, en orden
a la prestación del servicio público de la educación en los términos previstos en esta
Ley, impartan la educación básica y reúnan los requisitos previstos en este Título. A tal
efecto, los citados centros deberán formalizar con la Administración educativa que
proceda el pertinente concierto.
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Los Centros Concertados en el Sistema Educativo Español
Por consiguiente, los Centros privados que deseen ser sostenidos con fondos
públicos, podrán acceder al sistema de conciertos siempre que reúnan los requisitos
legales, que no son otros que los establecidos en el Título IV de la LODE, con las
precisiones fijadas por la LOCE.
El propio Reglamento de Normas Básicas completa este principio genérico con
una serie de requisitos que deberán ser observados por los Centros privados:
a) Cumplir los requisitos mínimos que se establezcan en desarrollo del art. 14
de la LODE (titulación de profesorado, ratio alumnos/profesor por unidad, instalaciones
y equipamiento escolar adecuado).
b) Estar autorizados para impartir las enseñanzas que constituyen el objeto
del concierto.
c) Impartir la enseñanza de forma gratuita (en el concierto general).
d) Las actividades escolares, tanto docentes como complementarias o
extraescolares y de servicios, no podrán tener carácter lucrativo y será necesaria la
previa autorización de la Administración educativa de las cantidades a percibir de los
beneficiarios en estas últimas, que no podrán formar parte del horario lectivo y serán
de carácter voluntario.
e) Sometimiento a la normativa en vigor en el proceso de admisión de alumnos.
f) Disponer de los siguientes órganos de gobierno del Centro en el nivel
concertado:
- Director académico.
- Consejo Escolar del Centro.
- Claustro de profesores.
g) Las vacantes del personal docente se cubrirán según el art. 60 de la LODE.
h) Los conflictos que pudieran surgir en el cumplimiento de estas obligaciones
serán resueltos mediante la constitución de la respectiva Comisión de conciliación.
i) Fijación de una serie de causas de incumplimiento del concierto, recogidas
en el art. 62 de la LODE, que pueden constituirse en motivos de rescisión del concierto.
4. CONTENIDO.
En el concierto deben constar los derechos y obligaciones de ambas partes, con
sujeción a lo establecido en el Reglamento de Normas Básicas de Conciertos y demás
disposiciones reguladoras del régimen de conciertos, de acuerdo a lo dispuesto en el
art. 75.3. de la LOCE (antes 48.1 de la LODE).
4.1. OBLIGACIONES DE LA ADMINISTRACIÓN EDUCATIVA.
4.1.1. Asignación de fondos públicos.
a) Créditos por partidas.
De forma clara, la LOCE establece que "la cuantía global de los fondos públicos
destinados al sostenimiento de los centros concertados se establecerá en los Presupuestos
de las administraciones educativas". En similares términos se expresa el artículo 10 del
Reglamento de Normas Básicas, si bien hace referencia todavía a las Leyes de Presupuestos
Generales del Estado y, en su caso, de las CC.AA.
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El Modelo Educativo y la Titularidad de Centros
Una cuestión a debatir es la relativa a la suficiencia de la cantidad consignada
en los Presupuestos Generales del ejercicio correspondiente. En este sentido no parece
muy convincente que las Administraciones educativas aleguen que no pueden conceder
más conciertos, a pesar de la demanda social, por insuficiencias presupuestarias, cuando
es ella misma, a través de la Consejería de Hacienda, la que elabora el proyecto de
Presupuestos, y el propio grupo parlamentario que sustenta el gobierno, el que aprueba
mecánicamente dicho proyecto.
b) Módulos por unidad.
El mismo art. 76.2 de la LOCE, en su punto 2 añade que a efectos de distribución
de la cuantía global de los fondos destinados a los conciertos, el importe del módulo
económico por unidad escolar se fijará anualmente en los Presupuestos Generales del
Estado y, en su caso, en los de las Comunidades Autónomas, no pudiendo en éstos ser
inferior al que se establezca en los primeros en ninguna de las cantidades en que se
diferencia el citado módulo de acuerdo con lo que se establece en el apartado siguiente.
En el módulo, cuya cuantía asegurará que la enseñanza se imparta en condiciones de
gratuidad, se diferenciarán:
1. Partida de personal docente.
Las cantidades correspondientes a salarios del personal docente, incluidas las
cotizaciones por cuota patronal a la Seguridad Social correspondientes a los titulares
de los Centros.
Estas cantidades tenderán a hacer posible gradualmente que la remuneración
de este salario sea análoga a la del profesorado estatal de los respectivos niveles. Sin
embargo, después de casi 20 años desde la entrada en vigor de la LODE, las diferencias
de salario entre unos y otros siguen siendo muy importantes y la impresión generalizada,
es que no existe voluntad política para cumplir este compromiso legal.
Los salarios del personal docente contratado serán abonados por la
Administración al profesorado como pago delegado y en nombre de la entidad titular
del centro, con cargo y a cuenta de las cantidades previstas en los módulos económicos.
A pesar de la instauración del sistema de pago delegado, los docentes mantienen su
vinculación laboral con el Centro, lo que genera numerosas incidencias en los
procedimientos previstos en la normativa laboral y de seguridad social (plazos de
presentación de partes, documentos, instrucciones contradictorias recibidas de la
Administración educativa y de la Administración laboral, retrasos en los abonos a los
profesores contratados, etc).
La Administración no podrá asumir alteraciones en los salarios del profesorado,
derivadas de convenios colectivos que superen el porcentaje de incremento global de
las cantidades correspondientes a salarios a que hace referencia el módulo anual por
unidad. Este fundamento es esgrimido por algunas Administraciones educativas para
negarse a abonar a los docentes, mejoras pactadas en los respectivos Convenios
Colectivos, dentro de la libertad de negociación inherente a las entidades de titularidad
privada.
Respecto a los profesores religiosos, la D.A. Cuarta Reglamento señala: "las
retribuciones de los profesores que presten sus servicios en centros concertados sin
tener relación contractual de carácter laboral con la entidad titular del centro, serán
abonadas directamente por la Administración a ésta, previa declaración por la entidad
titular, y conformidad expresa del profesor, acerca de la inexistencia de la citada relación
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Los Centros Concertados en el Sistema Educativo Español
contractual. Esta cantidad es el denominado "monto equivalente" (en la actualidad el
100% de la cantidad percibida por un contratado laboral).
2. Partida de otros gastos.
El marco jurídico nos señala que esta partida comprende los gastos de personal
de administración y servicios, las ordinarias de mantenimiento y conservación y las de
reposición de inversiones reales. Asimismo, podrán considerarse las derivadas del
ejercicio de la función directiva no docente. En ningún caso, se computarán intereses
del capital propio. Las citadas cantidades se fijarán con criterios análogos a los aplicados
a los centros públicos (no quedando prohibida la imputación de las amortizaciones).
La situación en la que se encuentra actualmente esta partida en los Centros
concertados es, ciertamente, alarmante. Desde el año 1988 hasta el 2003, la diferencia
entre la subida anual del IPC y la de esta partida, en los módulos aprobados por la Ley
de Presupuestos Generales del Estado, llega hasta el 23,58 %. Es decir, si partimos de
la idea de que el módulo de conciertos del año 1988 era ajustado a la realidad, lo cual
es mucho afirmar, en la actualidad, el déficit acumulado por unidad es de casi el 25 %.
Un Colegio pequeño, que reciba anualmente la cantidad de 60.000 euros en concepto
de "otros gastos", sabe que tiene un déficit ya reconocido de partida de 15.000 euros
(2.500.000 de ptas), déficit que tendrá que compensar con sus propios fondos, pues no
puede cobrar nada a los alumnos por la impartición de la enseñanza, y tanto los servicios
como las actividades escolares o extraescolares, tienen carácter de no lucrativas (no
pueden dejar beneficio, ni siquiera para compensar el déficit de la partida de "otros gastos").
Lo curioso es que si un Centro no justifica anualmente el empleo total de la
partida de "otros gastos", está obligado a devolver a la Administración el excedente.
Pero si el Centro justifica que con la partida de "otros gastos" no cubre los gastos
mínimos de funcionamiento, la Administración no sufraga el déficit, ni tiene el cuenta
la pérdida de poder adquisitivo en comparación con el IPC.
3. Gastos variables.
Son las cantidades para atender el pago de los conceptos de antigüedad del
personal docente de los centros concertados y consiguiente repercusión en las cuotas
de la Seguridad Social; pago de las sustituciones del profesorado y los derivados del
ejercicio de la función directiva docente; pago de las obligaciones derivadas de lo
establecido en el artículo 68 del Estatuto de los Trabajadores. Tales cantidades se
recogerán en un fondo general que se distribuirán de forma individualizada entre el
personal docente de los centros concertados, de acuerdo con las circunstancias que
concurran en cada profesor y aplicando criterios análogos a los fijados para el profesorado
de los centros públicos.
En la práctica, esta partida configurada como un fondo común de todos los
Centros, que gestiona la Administración, es motivo de desconfianza generalizada, dado
que los poderes públicos no rinden cuentas de lo realmente gastado en cada ejercicio
con cargo a ella. Es más, llegan a plantear dejar de abonar sustituciones o mejoras
sociales para los trabajadores, alegando que el Centro ya ha consumido la parte que le
corresponde en función del número de unidades concertadas que posee. Habría que
preguntar entonces, ¿significa ello que los Centros que no agoten su partida de "gastos
variables" en el ejercicio, tendrán derecho a usarla en el ejercicio siguiente o podrán
destinar ese excedente a sufragar el déficit crónico de la partida de "otros gastos"?
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El Modelo Educativo y la Titularidad de Centros
4.1.2. Reconocimiento de beneficios fiscales a los Centros.
De acuerdo con el art. 50 de la LODE, los Centros concertados se considerarán
asimilados a las funciones benéfico-docentes a efectos de la aplicación a los mismos de
los beneficios, fiscales y no fiscales, que estén reconocidos a las citadas entidades, con
independencia de cuantos pudieran corresponderles en consideración a la actividad
educativa que desarrollan.
En la actualidad, ese régimen especial sería equivalente al régimen fiscal de
exenciones contemplado en la Ley 49/2002, de 24 de diciembre, de mecenazgo.
4.2. OBLIGACIONES DEL TITULAR DEL CENTRO CONCERTADO.
4.2.1. Gratuidad de la enseñanza.
El Reglamento de Normas Básicas, en su art.14.1. expresa la obligación que
comporta al titular del Centro, por la firma del Convenio, de impartir gratuitamente
las enseñanzas del concierto, de acuerdo con los correspondientes programas y planes
de estudio y con sujeción a las normas de ordenación académica en vigor.
De este modo, por la impartición de las enseñanzas del nivel educativo concertado
no podrá percibir el Titular concepto alguno que, directa o indirectamente, suponga
una contrapartida económica por esta actividad.
Centro concertado no es lo mismo que centro totalmente financiado con dinero
público, pero sí gratuito para los padres.
4.2.2. Actividades y servicios complementarios.
La Ley nos dice que las actividades escolares complementarias y de servicios
de los centros concertados serán voluntarias, no tendrán carácter discriminatorio para
los alumnos, no podrán formar parte del horario lectivo y carecerán de carácter lucrativo.
Pero lo cierto es que venimos sufriendo denegaciones, en nuestra opinión
injustas, en las autorizaciones de servicios complementarios.
1. Ya estaban autorizados con anterioridad (en cursos previos).
2. Se han concedido muchos de ellos por silencio positivo.
3. No se fundamenta la razón de la denegación o se intenta fundamentar en un concepto
restrictivo de lo “análogo” pretendiendo que sólo son servicios los expresamente
contemplados en la norma. Asimismo, se ha intentado justificar la denegación del
servicio de gabinete Psicopedagógico en la ESO, en el hecho de que se financie en este
nivel educativo 1 hora por unidad para orientador, claramente insuficiente para
desarrollar las funciones previstas en la propia normativa.
4. Se concede la autorización respecto al mismo servicio en unos centros y en otros no.
5. Los informes que se citan en las resoluciones denegatorias no han sido realizados
por los Inspectores de los centros.
Todo ello genera una inseguridad jurídica e incertidumbre en los Centros que
se cuestionan si merece o no la pena ofertar a sus alumnos servicios o actividades. Por
el contrario, vemos como se insiste en la importancia de lo "paraescolar" como
complemento necesario de la formación de los alumnos, se anuncia la apertura de los
Centros públicos 12 meses al año, con actividades extraescolares gratuitas por la tarde,
en todos aquellos que dispongan de jornada escolar continua.
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Los Centros Concertados en el Sistema Educativo Español
4.2.3. Unidades en funcionamiento.
Según el artículo 16 del Reglamento de Conciertos, el titular del Centro se obliga
a tener en funcionamiento el número total de unidades escolares correspondientes al
nivel o niveles de enseñanza objeto del concierto.
Sin embargo, este artículo no obliga al Centro a distribuir las unidades concertadas,
en el orden que desee la propia Administración, con base en su planificación unilateral.
En este sentido, algunas administraciones educativas no prohíben expresamente a los
Centros distribuir el total de unidades de manera autónoma en función de la demanda
de plazas recibida, pero lo impiden en la práctica pues parten de un rígido concepto
de “linealidad” al conceder el concierto, no admitiendo líneas irregulares o "unidades
flotantes" en alguno de los cursos.
4.2.4. Relación alumnos/profesor mínima.
El mismo artículo añade la obligación de mantener una relación media
alumnos/profesor por unidad escolar no inferior a la que la Administración determine
teniendo en cuenta la existente para los Centros públicos de la comarca, municipio o,
en su caso, distrito en el que esté situado el Centro.
4.2.5. Procedimiento de admisión de alumnos.
Los Centros concertados deben someterse a las normas establecidas sobre
procedimiento de admisión de alumnos por las Administraciones educativas competentes.
Pero dichas normas, respetando los mismos criterios de prioridad para el supuesto de
mayor número de solicitudes que de plazas, deben distinguir entre procedimientos
específicos para Centros públicos y procedimientos para Centros concertados, pues su
naturaleza distinta exige un tratamiento distinto de aspectos como los órganos
competentes (Consejo Escolar o entidad titular del Centro), estimación de vacantes,
determinación de puntos complementarios por criterios objetivos fijados por el órgano
competente, recursos o denuncias ante la Inspección a presentar por las familias disconformes
con el resultado del proceso, etc.
Esta cuestión está siendo fuente de graves conflictos, porque determinadas
actuaciones o medidas en este tema, impiden en la práctica el ejercicio de los padres a
elegir el tipo de centro que más se acomoda a sus convicciones personales. Así por
ejemplo:
1. Diferencias de trato injustificadas en la autorización de flexibilizaciones de ratio.
2. Negativa a abordar la corrección de las graves deficiencias del Decreto y la Orden
reguladora.
3. Negativa a aplicar los nuevos criterios establecidos en la LOCE (pertenencia a familia
numerosa, minusvalía familiar, etc.) o a minimizar su efecto real en el proyecto de nueva
regulación.
4. Permanente acoso de la Inspección educativa y continua “advertencia” del peligro
de perder el concierto.
5. Incorrecciones procedimentales: actuaciones telefónicas o mediante requerimientos
sin soporte en Resoluciones administrativas, ausencia de notificación en forma, emisión
de informes por órganos no previstos.
6. Como única solución se incoan expedientes por incumplimiento de concierto
absolutamente injustificados.
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El Modelo Educativo y la Titularidad de Centros
7. Imposición del Sorteo como verdadero criterio de admisión y de la proximidad
geográfica como único principio relevante en la escolarización de alumnos, negando
con ello la posibilidad de movilidad socio-geográfica, favoreciendo indirectamente a
quienes tienen capacidad económica para “elegir” su domicilio familiar o profesional
y no garantizando la escolarización en el mismo centros de todos los hermanos de una
familia. La normativa propuesta por la Junta de Andalucía no prima en absoluto los
criterios referidos al principio de compensación de desigualdades ni favorece la libre
elección de centro.
8. En caso de empate, la proximidad de domicilio familiar prevalece sobre la proximidad
de domicilio laboral, como consecuencia de lo cual los hijos de los trabajadores del
centro resultan no admitidos en el mismo.
4.2.6. Publicidad de la condición de Centro concertado.
Los titulares de los Centros acogidos al régimen de concierto deberán hacer
constar en su denominación, en su documentación y en su publicidad la condición de
Centro concertado.
4.2.7. Publicidad del carácter propio.
Elemento esencial para los centros de iniciativa social y el más sagrado de todos.
Da lugar a un proyecto de centro determinado.
El artículo 73 de la LOCE se refiere al Carácter propio de los centros privados,
y señala:
- Que los titulares de los centros privados tendrán derecho a establecer el carácter propio
de los mismos, respetando, en todo caso, los principios constitucionales y los derechos
reconocidos a profesores, padres y alumnos.
- Que el carácter propio del centro deberá ser puesto en conocimiento de los distintos
miembros de la comunidad educativa por el titular del centro. La elección del centro
por las familias y alumnos comportará la aceptación del carácter propio de éste.
4.2.8. Justificación de "Otros Gastos".
Se trata de la obligación de justificar ante el Consejo Escolar del Centro y ante
la Administración educativa, el correcto empleo de las cantidades entregadas para
cubrir los gastos de funcionamiento (art 57 de la LODE y 40 del RNBCE).
Todas las auditorías realizadas a Centros concertados integrados en FERE han
revelado el cumplimiento generalizado de la normativa y la aplicación íntegra de los
fondos públicos recibidos en los distintos conceptos de gasto. Lo curioso es que dichas
auditorías realizadas por la Intervención de las Consejerías de Hacienda, han puesto
de manifiesto el enorme déficit (entre un 30 y un 130 %) que acumulan los Centros
dentro de esta partida, sin que haya supuesto un incremento en la configuración del
módulo de conciertos. Pero ¿qué ocurriría si un solo Centro concertado cometiese un
error de justificación de gasto? Nos tememos que el expediente sancionador sería
incuestionable por parte de la Administración. Y esto nos lleva al último apartado, a
modo de conclusión.
4.3. INCUMPLIMIENTO DEL RÉGIMEN DE CONCIERTOS
a) Por parte del centro
El artículo 62 de la LODE establece las causas de incumplimiento del concierto,
pero únicamente por parte del titular del Centro.
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Los Centros Concertados en el Sistema Educativo Español
1. Son causa de incumplimiento del concierto por parte del titular de los centros las
siguientes:
a) Impartir las enseñanzas objeto del concierto contraviniendo el principio de gratuidad.
b) Percibir cantidades por actividades escolares complementarias o extraescolares o
por servicios escolares que no hayan sido autorizados por la Administración educativa
o por el Consejo Escolar del Centro, de acuerdo con lo que haya sido establecido en
cada caso.
c) Infringir las normas sobre participación previstas en el presente título.
d) Infringir las normas sobre admisión de alumnos.
e) Separarse del procedimiento de selección y despido del profesorado establecido en
los artículos precedentes.
f) Proceder a despidos del profesorado cuando aquéllos hayan sido declarados
improcedentes por sentencia de la jurisdicción competente.
g) Lesionar los derechos reconocidos en los artículos 16 y 20 de la Constitución cuando
así se determine por sentencia de la jurisdicción competente.
h) Cualesquiera otras que se deriven de la violación de las obligaciones establecidas
en el presente título o en el correspondiente concierto.
2. Las causas enumeradas en el apartado anterior se considerarán graves cuando del
expediente administrativo instruido al efecto y, en su caso, de sentencia de la jurisdicción
competente, resulte que el incumplimiento se produjo por ánimo de lucro, con
intencionalidad evidente, con perturbación manifiesta en la prestación del servicio de
la enseñanza o de forma reiterada o reincidente.
El incumplimiento grave del concierto educativo dará lugar a las siguientes
sanciones:
Imposición de multa, que estará comprendida entre un tercio y el doble del
importe del concepto "otros gastos" del módulo económico del concierto educativo
vigente en el período en el que se determine la imposición de la multa.
La Administración educativa sancionadora determinará el importe de la multa, dentro
de los límites establecidos en el párrafo anterior y podrá proceder al cobro de la multa
por vía de compensación contra las cantidades que deba abonar al titular del centro
en aplicación del concierto educativo.
La reiteración o reincidencia de incumplimientos graves dará lugar a la rescisión
del concierto. En este caso, con el fin de no perjudicar a los alumnos ya escolarizados
en el centro, las Administración educativas podrán imponer la rescisión progresiva del
concierto.
La reiteración de incumplimientos graves a que se refiere el párrafo anterior se constatará
por la Administración educativa competente con arreglo a los siguientes criterios:
Cuando se trate de la reiteración de faltas cometidas con anterioridad, bastará
con que esta situación se ponga de manifiesto en la Comisión de conciliación que se
constituya por esta causa.
Cuando se trate de una nueva falta de tipificación distinta a la cometida con
anterioridad, será necesaria la instrucción del correspondiente expediente administrativo,
una vez realizada la oportuna comisión de conciliación, ajustándose a lo establecido
en el artículo 61.
El incumplimiento no grave dará lugar a apercibimiento por parte de la
Administración educativa competente. Si el titular no subsanase este incumplimiento,
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El Modelo Educativo y la Titularidad de Centros
la Administración le apercibirá de nuevo, señalándose que de persistir en dicha actitud
dará lugar a un incumplimiento grave.
b) Por parte de la Administración
Pero ¿qué sucede si el incumplimiento procede de la Administración educativa?
Lo cierto es que los centros concertados se encuentran en posición de indefensión
cuando el incumplimiento del acuerdo que supone el concierto se da por parte de la
Administración. Así cuando no financia el coste real de la enseñanza, cuando se abona
con enorme retraso las cantidades a titulares y profesores, cuando se intenta aplicar la
misma normativa a Centros de titularidad pública y privada concertada, cuando no se
respeta la autonomía organizativa y pedagógica consagrada en la LODE, LOGSE,
LOPEG y LOCE…
5. FUNCIÓN SOCIAL Y DIMENSIÓN PÚBLICA DE LA EDUCACIÓN
El hecho de que unos y otros tengan una fuente común de financiación, ni supone
ni exige que todos ellos respondan a un tipo único igualmente común de educación.
Al contrario, los fondos públicos, en este terreno, han de estar al servicio de la libertad
y no pueden en modo alguno ser un pretexto para recortarla, sin perjuicio del debido
control sobre el uso de esos fondos en cualquiera de los centros que los reciben.
5.1. De la educación como servicio público...
La concepción estatista de la educación se manifiesta claramente en la
consideración de la enseñanza como servicio público, expresión que utilizada en este
ámbito, en su estricto sentido técnico administrativo, supone dar por descontado que
el titular no ya originario, sino único, del derecho a educar es el Estado; y que sólo,
mediante concesión, puede la iniciativa particular llevar a cabo las correspondientes
prestaciones.
Esa concepción, sin embargo, no encuentra cabida en nuestra Constitución que
(en su art. 27.6) reconoce directamente a las “personas físicas y jurídicas” como sujetos
de un derecho propio a crear centros educativos dentro del respeto a los principios
constitucionales.
Pero si en ese sentido técnico administrativo, no puede, concebirse la educación
como servicio publico, sí lo es, en cambio, en el sentido de servicio a la comunidad,
abierto a todos.
5.2. ... a la función social de la educación
Es preciso, en todo caso, subrayar la función social y la dimensión pública de
la educación, con independencia de la condición jurídica de los titulares de los centros
educativos. Esa dimensión y función social va entrañada también en la naturaleza
misma de la educación. En virtud de esta dimensión, la educación es asunto no sólo
de cada persona, sino de la entera sociedad.
De hecho, la educativa es función vital de toda sociedad, pues es gracias a ella
como pervive mediante la incoporación de nuevos miembros. De ahí que haya de
hablarse de la sociedad educativa, en cuanto a toda la sociedad le pertenece por esencia
esa condición, y en ella se desarrolla un permanente magno proceso de mutua educación
entre todos sus miembros. De ahí asimismo que la educación constituya una función
social y presente una clara dimensión pública, por su propia esencia y, por lo mismo,
en cualquier supuesto. Ahora bien, ese esencial carácter social y público de la
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Los Centros Concertados en el Sistema Educativo Español
educación no autoriza al Estado a invocar un derecho absoluto ni aún preferente sobre
ella.
Podemos, por eso, decir que toda educación, sea cual sea la iniciativa de que
procede o las caracterísiticas peculiares de su proyecto educativo, cumple una función
social. Sería, por eso, preferible una terminología que no supusiera reservar a un solo
tipo de educación y de escuela la consideración de pública. En este momento, el que
unos centros se digan públicos y otros privados se debe exclusivamente a la condición
jurídica de sus titulares: los poderes públicos en unos y la personas, físicas o jurídicas,
particulares, en otros. Pero es evidente que la condición jurídica del titular es algo
extrinseco a la actividad educativa misma y no altera la naturaleza de ésta.
Cabe, por todo ello, decir que la enseñanza que se imparte en los centros de
iniciativa social, “la enseñanza a la que se llama privada no está precisamente "privada"
de ninguna de las virtudes que míticamente se atribuyen a la pública y que la una y
la otra constituyen en realidad enseñanza "pública", en el sentido axiológicamente más
rico de este término, si se atiende no a factores distintivos extrínsecos (la condición
jurídica del titular del centro respectivo) sino a elementos fundamentales, intrínsecos,
de la propia actividad docente y educadora. Una y otra enseñanza podemos decir que
son públicas por sus destinatarios (en cuanto están, una y otra, abiertas a todos), por sus
contenidos (que no pertenecen al arcano y son, en lo fundamental, comunes a una y otra),
por su orientación a unos fines formativos comunes (los señalados en el apartado 2 del
artículo 27 de la Constitución), al servicio, una y otra del bien común ...”
5.3. Subsidiariedad y complementariedad
Aunque por coherencia con las exigencias de la libertad de educación, puede
decirse que la acción educativa directa de los poderes públicos ha de concebirse como
subsidiaria respecto de la que corresponde a la inciativa social, interesa ahora, sobre
todo, afirmar la necesidad de que haya una armónica complementariedad entre los
centros que crean los poderes públicos y aquellos que son fruto de la iniciativa social,
ya que todos ellos están efectivamente al servicio de los ciudadanos de modo que cada
uno de éstos encuentre, bien el centro que se presenta ya definido por un tipo de
educación, bien el centro en el que han de ser los padres mismos los que determinen
el tipo de educación, como antes se ha señalado.
6. JUSTICIA EDUCATIVA: HACER POSIBLE A TODOS EL EFECTIVO EJERCICIO
DE LA LIBERTAD DE EDUCACIÓN
6.1. Educación básica obligatoria y gratuita para todos (CE 27.4)
Todos están obligados a adquirir la educación básica (CE 27.4). Qué es educación
básica. Por mandato constitucional, en efecto, la enseñanza básica, obligatoria, ha de
ofrecerse gratuita a todos (CE 27.4); y todos tienen, por lo mismo, derecho a que, en
efecto, los poderes públicos les proporcionen los medios para adquirirla.
Es cierto que para poder ejercer el derecho a elegir un tipo de centro y, aun más
concretamente, un centro en particular se requiere que haya una efectiva razonable
pluralidad de centros entre los que elegir. Y es un hecho que esta posibilidad, por muy
varias circunstancias, entre ellas las geográficas, no está abierta con la misma amplitud
a todos. Pero no es menos cierto que el hecho de que haya quienes no pueden ejercer
una libertad en las mismas condiciones que otros, no es razón para suprimir esa misma
libertad, sino para esforzarse en crear las condiciones que permitan a un número cada
vez mayor de personas pasar a ejercerla.
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El Modelo Educativo y la Titularidad de Centros
En cualquier caso, no puede admitirse que las desigualdades en el ejercicio de
la libertad de educación procedan de un sistema de financiación que, en abierta
contradicción con las exigencias que la libertad impone a los poderes públicos, favoreciera
por principio a un tipo de educación y de escuela sobre otros. Desgraciadamente ocurre
así, de forma más o menos abierta, en determinadas casos, en relación con la financiación
de la Educación Infantil, financiación de la Formación en Centros de Trabajo en la F.P.,
la centralización del reparto de alumnos, la discrecionalidad y disparidad en las ratios
educativas de cada centro, etc., todo ello, en muchos casos, con parcialidad manifiesta
en favor de un solo tipo de enseñanza, la impartida en centros de titularidad pública.
En un sistema educativo presidido por la libertad de educación, la financiación pública
no puede suponer para ningún ciudadano la contrapartida de renunciar al ejercicio de
esa libertad. El carácter público de la financiación de la educación básica y obligatoria
no confiere al poder público ningún título para imponer, en contrapartida, un determinado
tipo de educación, en ningún tipo de centros.
Las prestaciones públicas destinadas a actividades mediante las que se ejercitan
las libertades públicas tienen su finalidad y razón de ser precisamente en hacer posible
a los ciudadanos el ejercicio de esas mismas libertades. La finalidad y razón de ser de
la financiación pública de todos los centros educativos, que mantengan su actividad
dentro de unos determinados costes, es hacer posible a los ciudadanos el ejercicio de
su libertad de educación.
Son los ciudadanos los que tienen derecho a que, mediante la adecuada financiación
pública, se les ofrezca gratuita la educación básica. Financiar la educación de manera que
todos los ciudadanos puedan, en efecto, optar por el tipo de educación que consideren
más adecuado y, en consecuencia, puedan llevar a sus hijos a un centro en el que se
imparta ese tipo de educación, es una exigencia de la justicia educativa.
No basta con proclamar formalmente las libertades públicas, sino que hay que
crear las condiciones que hagan posible su efectivo ejercicio. No basta con proclamar
la libertad de enseñanza, si sólo pueden ejercerla una minoría de privilegiados. Exigencia
de justicia educativa es hacer posible a todos el ejercicio de la libertad de educación.
La realización de las libertades no puede estar condicionada a meros cálculos
econimicistas. Pero no es superfluo entrar en ese plano para advertir y subrayar la
ligereza, la total falta de fundamento, con que algunos insisten en que los fondos
destinados a la escuela de iniciativa social se detraen de la escuela pública y que ésta
mejoraría su calidad si se canalizaran a ella, de modo exclusivo, todos los fondos
públicos destinados a educación y, por lo mismo, también aquellos que ahora se dedican
a los centros de iniciativa social.
Esa afirmación --que, contra las manifiestas exigencias democráticas ya
expuestas, da por supuesto que es la escuela llamada pública la única que habría de
subsistir y obedece a una concepción monopolista de perniciosos resultados-- no se
sostiene en una consideración meramente económica. En efecto, si se canalizaran también
hacia la red de centros de iniciativa pública todos los fondos que ahora se le destinan
a la escuela de iniciativa social, sería necesario también canalizar hacia aquella misma
red los alumnos de la red de escuelas de iniciativa social, ya que no cabe suponer que
las familias de éstos podrían, en su mayoría, sufragar los gastos de su educación en
centros no concertados. Y, siendo esto así, con ese trasvase, de fondos y... de alumnos
de la escuela de iniciativa social a la pública, difícilmente mejoraría la dotación económica
del puesto escolar en la escuela que se dice pública.
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Los Centros Concertados en el Sistema Educativo Español
7. HACIA UNA CONVIVENCIA Y COOPERACIÓN DESDE LA
COMPLEMENTARIEDAD DE AMBAS REDES, NO DESDE LA SUBSIDIARIDAD
• Es necesario un pacto que beneficie tanto a los centros públicos como a los centros
concertados.
Hay que definir cuál va a ser la naturaleza
• Político y social
• Estatal y autonómico.
•
•
•
•
Definir el procedimiento a seguir, aclarando aspectos como
Quiénes van a tomar las decisiones
La realidad de unión funcional debe traducirse en una postura conjunta e idéntica.
Cuál va a ser la relación con la mesa concertada
Cuáles van a se nuestras relaciones con los partidos políticos
Contenidos del Pacto
• La Declaración Conjunta a favor de la educación de 1997 puede ofrecer elementos
de interés a este respecto.
• Así mismo es interesante conocer los pactos educativos alcanzados en otros países
europeos.
• Tenemos que tener muy claro de dónde partimos y adónde queremos llegar
• En referencia a los contenidos hay, al menos, dos elementos a considerar: la estructura
del Sistema Educativo (con cuestiones como los niveles de enseñanza, el marco común
estatal...) y la Política Educativa (con temas como la autonomía de los centros, la libertad
de elección de centro...)
El diálogo como elemento del pacto
Debemos determinar si el diálogo debe ser maximalista o posibilista.
• Salir de la dinámica de enfrentamiento entre la red pública y la red concertada en
la que estamos sumidos
• La autonomía de los centros es buena para la enseñanza pública y buena para la
concertada.
No podemos estar sometiendo continuamente el sistema escolar a los lógicos
vaivenes de los cambios de gobierno. Es preciso alcanzar una cierta estabilidad en el
sistema educativo, pues los resultados en educación son siempre a largo plazo. Hay
cansancio entre el profesorado. Ninguna reforma educativa se hace realidad por el
simple hecho de haberse convertido en ley. Es fruto del trabajo paciente y costoso del
profesorado.
Para lograrlo hay que modificar actitudes, predisponerse para alcanzar el
acuerdo, como bien escribía Roberto Rey en el mundo en su artículo “La necesidad de
alcanzar un pacto escolar en España”.
Y el acuerdo hay que alcanzarlo en torno a cuál debe ser el núcleo común a
todas las CCAA, resolver el viejo conflicto entre escuela pública y privada, partiendo
de que ambas redes educativas están sostenidas con fondos públicos, con el fin de
garantizar el derecho a la educación y la libertad de enseñanza, el lugar que la religión
y el hecho religioso han de ocupar en la escuela, el margen de autonomía que han de
tener los centros, la educación compensatoria, la inmigración...
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