EL NUEVO DELITO DE ACOSO SEXUAL V. CULPABILIDAD La falta de previsión específica de la forma de culpabilidad imprudente precluye su posible punición por esta vía. Nos encontramos, por tanto, ante un tipo delictivo esencialmente doloso. En materia de error, resulta difícil imaginar la posible concurrencia de un error de tipo en el sujeto. Por contra, no vemos problema en los supuestos de error sobre las agravantes específicas del artículo 184 C.P. (por ejemplo, sobre la especial vulnerabilidad de la víctima). En tal caso, y de acuerdo con la disposición contenida en el artículo 14.2 C.P., el error impedirá la apreciación de la circunstancia, sin que ello afecte a la subsistencia del dolo respecto a los elementos esenciales del tipo básico. Por último, debemos señalar que también consideramos posible la concurrencia en el agente de un error de prohibición, el cual, en caso de merecer el calificativo de vencible, determinará la aplicación de la pena inferior en uno o dos grados 108 . VI. ITER CRIMINIS La novedad más importante introducida por la Ley Orgánica 11/99 en el delito de acoso sexual es, sin duda, su configuración como delito de resultado, a través de la exigencia de producción de una situación objetiva y gravemente intimidatoria, hostil o humillante. (108) A este respecto consideramos que quizás se convierta en práctica frecuente la alegación de un error de prohibición sobre la base de que el acosador, acostumbrado a la realización de insinuaciones y requerimientos obscenos, y como consecuencia de la falta de arraigo del delito de acoso sexual en nuestro ordenamiento jurídico, desconocía el carácter antijurídico de su conducta. Alegación que deberá ser examinada con sumo cuidado para evitar abusos inadmisibles. 69 ÁNGELA MATALLÍN EVANGELIO Por tanto, para la realización del tipo no basta con la mera solicitud de favores sexuales. Por el contrario, resulta imprescindible la producción del resultado descrito, como consecuencia separable espacio-temporalmente de la manifestación de voluntad. Además, este resultado, exigible en todas las modalidades de acoso, básicas y cualificadas, no aparece formulado de modo libre, sino en forma vinculada (delito de resultado y medios tasados), esto es, precisando la clase de actividad de la que ha de dimanar, a saber: como efecto de una solicitud simple de favores sexuales en los ámbitos de relación indicados en el texto (artículo 184.1.°), a través de una demanda sexual con prevalimiento de superioridad o mediante un requerimiento de la naturaleza antedicha acompañado del anuncio de un mal relacionado con las legítimas expectativas de la víctima. A partir de aquí, es decir, desde la configuración del acoso sexual como delito de resultado, la consecuencia inmediata es que, al menos conceptualmente, cabe su posible realización en forma imperfecta. De esta manera, cuando el sujeto formulara la solicitud de naturaleza sexual, para sí o para tercero, en el ámbito de una relación laboral, docente o de prestación de servicios, pero no se produjera la situación objetiva y gravemente intimidatoria, hostil o humillante legalmente exigida, deberíamos aplicar la disposición contenida en el artículo 16 C.P, entendiendo realizado el delito en grado de tentativa. Sin embargo, la falta de potencial lesivo para la integridad en tales supuestos, impide la punición de las simples solicitudes de favores sexuales. En este sentido, entendemos que el delito se consuma cuando la solicitud o solicitudes sexuales provocan en la víctima el clima ofensivo y contaminado que concreta la lesión a la integridad moral, sin que resulten admisibles las formas imperfectas de ejecución, pues 70 EL NUEVO DELITO DE ACOSO SEXUAL la sola petición de atenciones sexuales, pos sí sola, no es constitutiva de infracción penal 109 . En cualquier caso, lo que resulta evidente es que no se requiere que la práctica sexual solicitada se realice para entender consumado el delito 110 . Por otra parte, conviene tener presente, en relación a las formas cualificadas de acoso sexual, que la falta de producción del resultado del delito, puede, no obstante, determinar la posible realización de otra figura delictiva. Así, tratándose de solicitudes sexuales realizadas con prevalimiento de una situación de superioridad, si la misma incide en la fase de formación de la voluntad del sujeto, limitándola de forma trascendente, podremos apreciar, si se cumplen las exigencias del tipo, alguno de lo delitos previstos en el capítulo VIII del Código penal (ej. abuso sexual con prevalimiento en grado de tentativa). De la misma manera, si la solicitud se acompaña de la amenaza de un mal relacionado con las, legítimas expectativas de la víctima, lógicamente, aun cuando no se produzca la situación objetiva y gravemente intimidatoria, hostil o humillante, comoquiera que la conducta, por sí, puede ser constitutiva de alguna otra figura delictiva, por ejemplo, una amenaza condicional, resulta claro que la no punición de la conducta corno tentativa de acoso sexual no impedirá, si se cumplen las exigencias del delito de que se trate, su posible castigo a través del precepto que corresponda. (109) VIVES/BOLX/ORTS/CARBONELL/GONZALEZ CUSSAC: Derecho penal..., cit., p. 245. En el mismo sentido, aunque con diferente argumentación, se manifiesta BEGUÉ LEZAÚRI (Delitos..., cit., p. 151). En su opinión, «la situación objetiva y gravemente intimidatoria, hostil o humillante, consecuencia de la solicitud sexual del agente, deberá producirse no sólo p a r a considerar perfecto el delito, sino p a r a entender perpetrado el tipo mismo, es decir, no estamos en presencia de un resultado típico de forma que cabn'a hablar de imperfección delictiva cuando no se produzca, sino que el legislador únicamente ha considerado típicos aquellos comportamientos que lleven consigo la creación de la situación aludida» (Ob. y Loc. cit.). (110) VIVES/BOLX/ORTS/CARBONELL/GONZALEZ CUSSAC: Ob. y Loc. cit.; B E G U É LEZAÚRI, J.J.: Ob. y Loc. cit. 71