Decálogo de compromisos de principios y valores para el desarrollo

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Decálogo de compromisos de principios y valores para el desarrollo de la profesión del fundraiser en España La Asociación Española de Fundraising La Asociación Española de Fundraising, nace de la unión de la Asociación de Profesionales del Fundraising (APF) y la Asociación de Organizaciones no Lucrativas y no Gubernamentales Usuarias de Marketing Directo (AOMD), y tiene por finalidad principal el “fomentar el desarrollo de la filantropía y la captación de fondos en España, así como a la difusión de las buenas prácticas del marketing y la comunicación, aplicadas a la gestión y la recaudación de fondos para causas solidarias”, en todos los ámbitos de dicho ejercicio profesional: social, cultural, universitario, sanitario, medioambiental, político, religioso ya sea desde las organizaciones no lucrativas como desde las firmas de consultoría o asesoría. Desde 1997, a través de sus antecesoras, la Asociación Española de Fundraising ha promovido la formación, el intercambio de información relacionada con las técnicas del fundraising; y ha actuado como motor de cohesión y socialización entre los fundraisers de las ONG y los consultores. Así mismo, es miembro de la European Fundraising Association‐EFA, y fue pionera en la creación de redes de intercambio con otras asociaciones de profesionales del fundraising de diferentes países y mantiene estrecha relación con Resource Alliance y The Institut for Fundraising (británicas), Unión pour la Generosité (francesa), la AAFRC (americana). De su mano, han venido a conferenciar en España expertos fundraisers de la talla de Ken Burnett (www.kenburnett.com) o John Gray, director de marketing internacional Red Cross. Partiendo de esta base, la Asociación Española de Fundraising aspira a ser la institución de referencia para cualquier profesional de la captación de fondos en España, el espacio de encuentro, de debate, de network entre profesionales de diferentes organizaciones y consultorías y de diferentes sectores, el espacio de formación continúa y de defensa del sector de la filantropía y la solidaridad. Decálogo del Fundraiser 1 La captación de fondos y el profesional fundraiser La captación de fondos no es un concepto que se refiere exclusivamente a dinero o a ingresos, sino a construcción de relaciones, a fomento de valores, a mejora de la calidad de vida de las personas y a cambio social. Sin una causa que contribuya al bien común, ninguna organización está legitimada éticamente para solicitar fondos. Recaudamos fondos para una causa. La filantropía y el sector no lucrativo, como apuntaba Hank Rosso1 adoptan como mínimo 7 funciones en el desarrollo de la sociedad civil: reduce el sufrimiento humano, incrementa el potencial humano, fomenta la equidad y la justicia, promueve el desarrollo comunitario, contribuye a la autorrealización personal, fomenta la experimentación y el cambio social y promueve la pluralidad. La captación de fondos tiene un doble enfoque, pues, la causa y los donantes. Como decía Peter Drucker “No podemos esperar conseguir más dinero de los donantes, estos tienen que convertirse en miembros activos de nuestra organización”. Generamos confianza en los donantes cuando somos capaces de compartir con ellos tanto los éxitos como las dificultades en el desarrollo de los proyectos que nos financian. Los fundraisers no son “mercenarios” al servicio de una causa, sino profesionales comprometidos en los valores que fomenta la filantropía, en el desarrollo del sector no lucrativo y en la construcción de la sociedad civil, verdadero baluarte de la democracia. En palabras de Ken Burnett “Los fundraisers son miembros de una de la profesiones con más capacidad de ser generadores de cambio y transformación social”. La profesión en España La captación de fondos en España es todavía una profesión en fase de incipiente desarrollo. Lo evidencia los reparos que tenemos los mismos profesionales que nos dedicamos al fundraising a presentarnos como “fundraisers” en nuestras tarjetas profesionales, nomenclatura que está totalmente aceptada en el mundo anglosajón. Es cierto que en los últimos 10 años, al albur del crecimiento y la profesionalización del sector no lucrativo, han surgido consultorías especializadas en fundraising y en asesoramiento estratégico para entidades no lucrativas y las ONG han estructurado la función profesional del fundraising en sus Departamentos de Comunicación y Marketing. Las ONG de Desarrollo han marcado la pauta en el crecimiento de la inversión, en el desarrollo de nuevos canales y estrategias y técnicas de captación y retención de donantes, socios del mismo modo que el sector cultural y el universitario ha sido pionero en la búsqueda de financiación empresarial. Algunos datos que aporta el estudio2 sobre el perfil del donante español deberían hacernos reflexionar sobre la responsabilidad directa que tiene nuestra profesión en la percepción de imagen de los ciudadanos sobre la filantropía, la solidaridad y el sector social: 1
Achieving Excellence in Fund raising. Henry A. Rosso & Associates 2nd Edition 2003. Published by Jossey Bass
2
Estudio de la consultoría Salvetti y Llombart por encargo de la AOMD presentado en febrero 2005. Aceptamos las limitaciones en
relación a los resultados del estudio dado que se centra en un universo reducido de organizaciones que excluye sectores en los que el
fundraising está cada vez más presente: ámbito universitario, deporte de base y de élite, sector cultural y sociocultural, sector
político...sin embargo, apunta tendencias.
Decálogo del Fundraiser 2 •
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Sólo un 12% de los españoles son donantes regulares. Un 30% de los ciudadanos han donado alguna vez pero no da y no piensa hacerlo. Un 52% de los ciudadanos no han donado nunca y no piensan donar en un futuro próximo. Es un buen momento para reflexionar sobre cómo debe seguir desarrollándose la profesión en un contexto de crecimiento del sector de las ONG y de las instituciones privadas – e incluso públicas ‐ que recaudan fondos para diferentes causas. Un camino hacia el debate de la ética en el ejercicio de la profesión A pesar de que la Asociación existe desde 1997, hasta ahora no habíamos tenido la oportunidad de abordar colectivamente el debate de la ética. Lo que se propone en el presente documento es una lista de principios que orienten, desde la ética, el ejercicio profesional de la captación de fondos – bien sea en el contexto de una organización no lucrativa o en el de una consultoría. Estos principios quieren alumbrar el día a día del profesional del fundraising con independencia del ámbito de actuación para el que esté recaudando fondos. Creemos que el proceso de debate que pueden generar estos principios entre los socios y miembros de la AEF es igual de relevante para el desarrollo de la profesión como el resultado final que se derive del mismo. Por lo tanto queremos dejar bien claro que esto es una propuesta de partida, a la par que una invitación a que dichos principios – desde la controversia y la disparidad de opiniones – generen un diálogo enriquecedor entre los fundraisers y organizaciones miembros de la AEF. Robert Payton, director de estudios del Center on Philantropy de la Indiana University apuntaba “No hay respuestas sobre ética; sólo hay preguntas”. Es preciso educarnos como colectivo profesional en cuáles son las preguntas y dilemas éticos clave a los que nos enfrentamos a diario. “Debemos ganar a diario la confianza de las organizaciones que nos contratan y tenemos la obligación de entender la misión más amplia del sector no lucrativo, el rol de la filantropía y la solidaridad como concepto global, no sólo el de nuestra organización porque los donantes y las organizaciones funcionan en el amplio entorno de todo el sector no lucrativo. Aprehender la misión del sector nos ayuda a ver la filantropía desde la perspectiva del donante3”. Los fundraisers nos enfrentamos a diario con cuestiones y dilemas éticos a los que tenemos que dar respuesta. Apuntamos algunos: • ¿Como profesionales fundraisers quién es el cliente, el donante o la organización? • ¿Cuáles son los límites que ponemos al donante en relación a sus expectativas? • ¿Podríamos aceptar fondos que han sido obtenidos bajo circunstancias dudosas? • ¿Dónde ponemos los límites en la aceptación o rechazo de fondos de particulares? • ¿Incluyo una imagen + “impactante” o “cruda” en un mailing para tener mayor respuesta? • ¿Es ética la contra‐publicidad? ¿esto es buscar un posicionamiento comunicativo contra otras ONG? • ¿Puedo solicitar en un cupón de un mailing cualquier tipo de información personal? 3
“Ethical frameworks for fundraising” Eugene. R Tempel Achieving Excellence in Fund raising 2003
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¿Incorporo a la base de datos de potenciales donantes la información de personas que he conseguido en un evento público si no tengo confirmación expresa por parte de los mismos de su posible uso? ¿Puede aceptar mi organización donaciones de cualquier tipo de empresas? Nuestra organización no puede contratar un fundraiser por falta de fondos y para sortear este problema fichamos un fundraiser retribuyéndole sólo en variable a partir de un % de comisión de lo que recaude. ¿Es ético? ¿Es ético poner en nómina de nuestra organización a un fundraiser con la condición que se autofinancie el salario? No consideramos este decálogo como código ético, de momento. La experiencia de códigos éticos de otras Coordinadoras o Consejos asociativos evidencia que para que un código ético sea respetado son necesarios tres ingredientes: a) Consenso y acuerdo en su elaboración; b) Seguimiento en su aplicación, en su adaptación a contextos cambiantes y en su mejora permanente; c) Capacidad sancionadora ante su vulneración que acabe conllevando la expulsión del miembro del colectivo profesional. Desde AEF podemos trabajar para asegurar el punto a y el b, pero difícilmente tenemos voluntad ni recursos para tener capacidad sancionadora, y por encima de todo confiaremos en la responsabilidad y la madurez profesional de los miembros de la AEF firmantes de dicho decálogo. Código de Conducta del Fundraiser Los miembros de la AEF se comprometen a: • Practicar el ejercicio de la profesión de captación de fondos con los criterios de honestidad, transparencia y austeridad para conseguir la máxima confianza en nuestra profesión de la sociedad y de las instituciones públicas y privadas españolas. • Anteponer la misión de la causa y la de los colectivos beneficiarios a los intereses personales y profesionales, rigiéndonos siempre por la misión de cada organización a la que servimos y colectivamente por el bien común y la mejora de la calidad de vida de las personas. • Respetar la voluntad de los donantes en lo que concierne al destino de sus fondos y consultarles siempre cualquier posible cambio o modificación sobre el destino de sus aportaciones. • Respetar la legislación vigente en todas las materias que guarden relación directa o indirecta con la profesión: fiscal, laboral, mercantil, contable y someterse a la legislación4 específica que afecta a las organizaciones para las que los fundraisers recaudamos fondos. 4
Legislación específica que afecta al sector no lucrativo: Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo, reguladora del Derecho e
Asociación, Ley 50/2002, de 26 de diciembre, de Fundaciones, Ley 49/2002, de 23 de diciembre, de régimen fiscal de las entidades
sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo y legislación autonómica propia.
Decálogo del Fundraiser 4 •
Respetar los códigos éticos y/o de conducta que afecten a cada uno de los subsectores en los que actúan los captadores de fondos (Código de Conducta de la CONGDE para las ONGD, Código Ético del Voluntariado para las entidades miembro de la PPVE Plataforma para la Promoción del Voluntariado en España, etc.) •
Promover la cláusula social5 en la contratación de servicios en los procesos derivados de la captación de fondos (intentar contratar servicios de fullfillment, de telemarketing, etc. a centros especiales de trabajo que trabajen para la integración sociolaboral de colectivos de difícil inserción: mujeres, jóvenes, reclusos, personas con discapacidades y enfermedades crónicas) •
Utilizar técnicas y canales para la captación de fondos que al menor coste consigan el máximo resultado, esto es captar fondos siempre bajo el criterio de eficiencia y retorno en la inversión. •
Asegurar la confidencialidad total de los datos de los donantes cara a terceros guiándose por los criterios que fija la LOPD6. •
Garantizar que la rendición de cuentas a los donantes – a través de informes de seguimiento, memorias y reportes sobre actividades y resultados ‐ refleje una gestión eficiente y adecuada de los fondos. •
Rechazar donaciones –sean de origen particular o corporativo ‐ cuando estas entren en colisión con los valores misionales de la institución/causa por la que recaudamos fondos. •
Ser transparentes, exponer y solicitar consejo – cuando sea necesario – ante conflictos de intereses que puedan surgir en el ejercicio de nuestra profesión. •
Evitar cualquier tipo de relación comercial con donantes en beneficio propio. •
No aceptar sistemas de retribución basados en porcentajes sobre donaciones7. Este principio es aplicable tanto a los fundraisers contratados por las organizaciones como a los consultores en fundraising. •
Usar documentación escrita y gráfica para la captación de fondos con los donantes que se corresponde a la realidad y sea veraz. •
Contribuir al desarrollo de la profesión del fundraising a través de la Asociación de Profesionales del Fundraising APF y en el marco de otras instituciones formales e informales – y en la medida de las posibilidades de cada uno – aportando conocimientos y experiencia, ideas, creatividad, esfuerzo y tiempo. 5
No tiene sentido exigir al sector empresarial este mismo compromiso y nosotros que nos dedicamos al sector de la filantropía y al
fomento del sector no lucrativo no aplicarnos el mismo principio de actuación que busca como finalidad el desarrollo del sector
social.
6
LOPD Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal 15/1999, de 13 de Diciembre.
7
Cuando se aceptan % sobre donaciones como sistema de retribución, el fundraiser focaliza su trabajo en ganancias personales y no
en el beneficio de la organización. Ello no impide, la posibilidad de trabajar sobre la base de unos honorarios fijos y un bonus en
base a productividad y a objetivos alcanzados siempre que este sea un sistema de retribución de uso habitual y aceptado por parte de
la organización/causa para la que se recaudan fondos. Este es uno de los principios comúnmente aceptados a nivel internacional por
todas las asociaciones de profesionales del
fundraising.
Decálogo del Fundraiser 5 •
Invertir tiempo y recursos en la formación permanente a través del Congreso Anual de Fundraising y otros eventos y programas formativos nacionales e internacionales que permiten elevar el estándar profesional de la captación de fondos en España. •
Difundir y promover el uso de este Decálogo de principios entre los colegas de profesión en cualquier organización. David Camps. Comisión de Trabajo Código Ético APF. Decálogo del Fundraiser 6 
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