Para las mujeres, la posibilidad del embarazo comienza en los

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Almaguer ramirez diana
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Embarazo
Dentro del cuerpo femenino: cómo se desprende un óvulo
Para las mujeres, la posibilidad del embarazo comienza en los ovarios, esas bolitas que están prendidas como
racimos de uva a ambos lados de tu útero. Los ovarios son como tus hueveras permanentes y vienen
repletas: cada niña nace con un millón de óvulos aproximadamente — una ración para toda la vida (y más) —
en sus ovarios. Y nunca producirá más que esos. De hecho, muchos de esos óvulos empiezan a morir casi de
forma inmediata. Pero no te preocupes: tienes los suficientes como para abastecer tus años fértiles. En total,
desde que tienes tu primer periodo hasta que entres en la menopausia, de los 45 a los 55 años de edad,
aproximadamente, se desprenden unos 400 óvulos de tu útero.
Hacia la mitad de tu ciclo menstrual, seguramente entre los días 12 y 16, un óvulo alcanza la madurez en uno
o los dos ovarios, cae y es succionado rápidamente por una de las aberturas en forma de tulipán de la trompa
de falopio más cercana. Existen dos canales de 4 pulgadas (10 centímetros) que conducen desde los ovarios
hasta el útero. Este desprendimiento, denominado ovulación, desencadena el proceso de la concepción.
Un óvulo suele tener 24 horas de vida, así que debe fertilizarse pronto. Si tu óvulo entra en contacto con un
espermatozoide sano en su camino al útero, ambos pueden fusionarse y comenzar el proceso de creación de
vida. Si no, su viaje terminará en el útero. Allí se disolverá o será absorbido por el organismo. Cuando no se
produce el embarazo, el ovario deja de producir estrógeno y progesterona, dos hormonas necesarias para la
gestación, y la capa que ha ido revistiendo el interior del útero se desprenderá, constituyendo tu periodo
menstrual.
Dentro del cuerpo del hombre: la producción del fertilizante
Mientras las mujeres están ocupadas madurando un sólo óvulo en el cómodo plazo de un mes, los hombres
trabajan de forma casi constante produciendo millones de espermatozoides microscópicos, cuyo único
propósito es nadar para salvar sus vidas y penetrar en un óvulo.
A diferencia de las mujeres, que llegan completas a este mundo con todos los óvulos que necesitarán durante
su vida, y más, los hombres no nacen con esperma prefabricado. El proceso de crear espermatozoides tarda
entre 64 y 72 días. Y deben fabricarlos de forma regular. Puesto que el espermatozoide vive en promedio sólo
unas semanas dentro del cuerpo masculino y en cada eyaculación se liberan de 30 a 300 millones de
espermatozoides, la planta de fabricación de esperma está abierta las 24 horas del día y los 7 días de la
semana.
La producción de esperma empieza en los testículos, donde se encuentran las dos glándulas, alojadas en el
saco del escroto, detrás del pene . Los testículos están fuera del cuerpo porque son muy sensibles a la
temperatura. Para producir esperma saludable deben permanecer a una temperatura de 94 grados Fahrenheit
(menos de 35 grados centígrados), unos cuatro grados Fahrenheit menos que la temperatura corporal
habitual. Una vez se crea el esperma, se almacena en una parte del testículo conocida como epidídimo hasta
que se mezcla con semen justo antes de la eyaculación.
A pesar de los millones de espermatozoides que se producen y se eyaculan, tan sólo uno puede fertilizar un
óvulo — esto es así incluso en el caso de gemelos. El sexo del embrión resultante depende del tipo de
esperma que penetra primero en un óvulo. Los espermatozoides con cromosoma “Y” harán niños y los que
tienen cromosomas “X” harán niñas. Existen desde hace siglos creencias populares sobre cómo engendrar un
niño o una niña, y la ciencia tiene también su opinión al respecto, pero, en general, el sexo de un bebé queda
determinado al azar.
Qué sucede mientras estás haciendo el amor
Ha llegado el gran momento: estás haciendo el amor. Tu cuerpo y el de tu pareja están acumulando tensión
que esperas culmine con un estupendo orgasmo, esa liberación maravillosamente placentera que también
tiene una función biológica: en los hombres, el orgasmo propulsa semen rico en espermatozoides dentro de la
vagina y, una vez allí, sube por el cuello del útero a unas 10 millas por hora. Este proceso, conocido como
eyaculación, da al esperma un buen impulso de salida en su camino hacia el óvulo.
El clímax femenino también ayuda en la concepción. Algunos estudios demuestran que las contracciones en
forma de onda expansiva que genera el orgasmo femenino ayudan a empujar el esperma por el cuello del
útero. La conclusión es que cuanto más disfrutes mientras haces el amor, más posibilidades tendrás de
quedarte embarazada.
Muchas parejas se preguntan si unas posiciones sexuales son mejor que otras para concebir. Nadie lo sabe con
seguridad, pero algunos expertos creen que la del misionero (el hombre encima) o la penetración por detrás
tienen más posibilidades porque permiten una mayor penetración dentro del cuerpo de la mujer. Pero hazlo
como te guste más. Lo más importante es que los dos lo pasen bien y que hagan el amor con la suficiente
frecuencia para que el esperma vivo se encuentre en el tracto reproductivo de la mujer durante su ovulación.
Esto significa que deberías intentar hacer el amor al menos cada dos días, cuando te encuentres en la mitad
de tu ciclo.
Después de hacer el amor, el esperma lucha por terminar su misión
De producirse, la concepción tendrá lugar las primeras horas después de haber hecho el amor. En ese
momento, no puedes hacer mucho, excepto esperar, aunque muchos expertos aseguran que la mujer debería
quedarse tumbada de espaldas con una almohada debajo de las caderas durante unos 20 ó 30 minutos, para
que la gravedad ayude al esperma a encontrarse con el óvulo.
Mientras tú y tu pareja disfrutan de un tierno abrazo después del encuentro sexual, dentro de tu cuerpo se
está produciendo mucha actividad. Todos esos millones de espermatozoides han empezado su carrera para
encontrar un óvulo, y no es un viaje fácil.
El primer obstáculo es el nivel de ácido de tu vagina, que puede resultar mortal para el esperma. Y después
está la mucosa cervical, que puede ser impenetrable, excepto durante uno o dos días, en los que se hace
menos viscosa para que los nadadores más fuertes puedan atravesarla. Pero esto no es todo: el esperma que
sobrevive todavía tiene un largo camino por delante. En total, necesita viajar unas siete pulgadas (más de 17
cm) desde el cuello del útero y a través del útero hasta las trompas de falopio.
Si tienes en cuenta que viajan a una velocidad de una pulgada (2.5 cm) por cada 15 minutos, el recorrido es
bastante largo. Los espermatozoides más veloces pueden encontrar el óvulo en unos 45 minutos, mientras
que los más lentos podrían tardar hasta 12 horas. Si no encuentran un óvulo en las trompas de falopio en el
momento del acto sexual, el esperma puede esperar hasta 72 horas agazapado allí, listo para saltar sobre el
primer óvulo que se presente.
Tan sólo unas docenas de espermatozoides llegan al óvulo. El resto permanece atrapado, perdido — quizá
viajando hacia la trompa de falopio equivocada (la que no tiene el óvulo) — o mueren por el camino. Para los
pocos afortunados que llegan cerca del óvulo, la carrera no ha terminado todavía. Tienen que intentar
penetrar la cáscara del óvulo e introducirse antes que los demás. Si el más fuerte lo logra, el óvulo se altera
inmediatamente para evitar la entrada de otros espermatozoides. Es como si una compuerta se cerrara sobre
el óvulo en el momento exacto en que el primer espermatozoide se encuentra sano y salvo en su interior.
Ahora empieza el auténtico milagro. El óvulo será fertilizado en 24 horas, a medida que el espermatozoide se
combina con su material genético para crear una nueva célula que empieza a dividirse rápidamente. No estás
técnicamente embarazada hasta que el cúmulo de células, conocido como embrión, desciende por la trompa
de falopio y se prende a la pared de tu útero.
Sin embargo, puedes tener también un embarazo ectópico si el embrión se implanta en otro lugar que no sea el
útero, como las trompas de falopio. Un embarazo ectópico no es viable y, o bien necesitas tomar medicación
para impedir que siga desarrollándose, o debes someterte a cirugía para extraerlo y evitar la ruptura y el daño
a las trompas de falopio.
Este último tramo del viaje puede tardar unos tres días más o menos, pero pueden pasar unas semanas hasta
que sospeches que podrías estar embarazada porque no te viene tu periodo.
Si no te baja tu periodo o te das cuenta de otros síntomas de embarazo, puedes usar una prueba casera de
embarazo, que te puede dar un resultado incluso al primer día de retraso de tu periodo.
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