las licencias de obras y el silencio administrativo positivo a la luz de

Anuncio
LAS LICENCIAS DE OBRAS Y EL SILENCIO
ADMINISTRATIVO POSITIVO A LA LUZ DE I,A
JURISPRUDENCIA
D. Felipe Ortega
Abogado
CONTROI, DE LA LEGALIDAD URBANISTlCA
La vigente Ley del Suelo (texto refundido aprobado por Real Decreto Ley
3.446176. de 9 de abril del mismo año) en su artículo 178 establece que están
sujetos a licencia cualquier acto de edificación o uso del suelo, recogiendo.
aparte de aquel!os actos que señaiaren los planes. los de parcelación urbana.
movimientos de tierras, obras de nueva planta, modificación de estructura o
aspecto exterior de las edificaciones existentes, primera utilización de los edificios, alteraciones de uso, demolición de const~uccionesy colocación de carteles
o propaganda. Esta relación de autorizaciones y licencias se hace más exhaustiva y concreta en el artículo 1 .O del Reglamento de Disciplina Urbanística (Real
Decreto Ley de 23 de junio.de 1978.
En la concesión de las licencias urbanísticas, que se han de otorgar necesariamente conforme a Ley y Planeamiento, se ha de tener en cuenta el procedimiento previsto y prevenido en la Ley de Régimen Local (Art. 178 Ley del Suelo
76 y Art. 4 . O del Reglamento de Disciplina Urbanística), al que se han de sujetar
los Ayuntamientos en los que recae la competencia casi exclusiva en el otorgamiento de licencias. salvo determinados casos exceptuados en la Ley (Art. 179
Ley del Suelo 1976). Ya en la Ley del Suelo de 1956 se recogían prácticamente
idénticos todos los actos de edificación y uso a que se ha hecho mención necesitados de licencia (Art. 165 Ley del Sueio 1956) y en ella se establecía como
procedimiento a observai- el Reglamento de Servicios de las Corporaciones Locales. y aunque ahora la referencia es a la L,ey de Régimen Local. en suma es al
Reglamento de Servicios de las Entidades Locales.
La novedad de la nueva legislación en esta materia, propiciada con antelación por la doctrina y ¡a jurisprudencia. no es otra que establecer que en ningún
caso se entenderán adquiridas facultades en contra de las prescripciones de la
Ley, Planes. Proyectos, Programas. y en su caso Normas Complementarias y
Subsidiarias del Planeamiento.
El Artículo 122 de la Ley de Régimen Local atribuye con carácter general la
competencia para la concesión de licencias de obras a la (lomisión Permanente
Municipal de los Ayuntamientos, salvo excepciones contadas. En cuanto al procedimiento se ha de observar el Artículo 9 del Reglamento de Servicios de las
Corporaciones Locales (Decreto de 17 de junio de 1955). que fija un plazo de dos
meses para que resuelvan las Entidades Locales, contados a partir de la presen-
tación de la instancia pertinente, a la que se acompañará el proyecto técnico
oportuno en los supuestos de obras de nueva contrucción --con arreglo a la
última jurisprudencia del Tribunal Supremo, incluso en lo que se viene denominando obras menores se exige ese proyecto de técnico competente.
Transcurrido este plazo de dos meses que se establece para las obras de
nueva construcción. reforma de edificios e industrias, aperturas de mataderos,
mercados particulares. y en general grandes establecimientos, y dejando al margen la interrupción del término por exigencias de subsanación de deficiencias, el
peticionario de la licencia podrá acudir a la Comisión de Urbanismo, refiriéndonos a la Comunidad Autónoma d e la Región de Murcia, y en caso de no
notificarse resolución alguna por dicha Comisión de Urbanismo en el plazo de un
mes se entenderá otorgada la licencia de obras por silencio administrativo positivo. En fecha posterior la Ley de Procedimiento Administrativo, en su Artículo
95. estableció, aunque en otro ámbito jurídico y no de aplicación al tema que nos
ocupa, que el silencio administrativo se entendía positivo cuando así lo recogiera
una disposición expresamente o cuando se tratare de autorizaciones o aprobaciones que debieran acordarse en el ejercicio de las funciones de fiscalización y
tutela de los órganos superiores sobre los inferiores, añadiendo que salvo disposición legal concreta el p l m especial sena de tres meses a contar desde la petición.
Hemos visto, por tanto, muy someramente que el control de la legalidad
urbanística corresponde a los Ayuntamientos mediante el otorgamiento. denegación. suspensión, revocación o anulación de las licencias de obras, así como
hemos apuntado inicialmente el procedimiento aplicable en la concesión de dichos actos de edificación y uso del suelo y la posible aplicación del silencio
administrativo en esta materia. que nunca concederá derechos o facultades contra Ley o contra Plan.
Esta competencia municipal en controlar la legalidad en el Urbanismo ha
venido siendo considerada desde siempre en el piano legislativo, salvo excepciones, desde luego lamentables en sus resultados. L a misma jurisprudencia del
Tribunal Supremo venía considerando con antelación a la reforma la obligación
de que se observara el planeamiento, que sería controlado por la Administración
Pública. y más concreta y directamente por 10s Ayuntamientos que tienen a su
cargo la urbanización en general (Art. 101 de la Ley de Régimen Local), y ello
sin perjuicio de que sus actos han de ser reglados en la concesión o denegación
de licencias. El principio del control de la legalidad del urbanismo, conforme a la
Doctrina del Tribunal Supremo, se recoge en las siguientes Sentencias, entre
otras varias: I I de mayo de 1965: y de junio de 1972; 13 de diciembre de 1975; 23
de enero de 1976: y 7 de diciembre de 1977.
REQUISITOS FORMALES-PROCEDIMIENTO. PLAZO DE DOS MESES EN
EL AMBITO MUNICIPAL
Como requisito primero en el procedimiento de concesión de licencias de
obras tenemos la solicitud de la misma mediante instancia a presentar en el
Registro Generai de la Corporación Municipal. a cuyo escrito se ha de acompafiar el proyecto tecnico oportuno con diferentes e-jemplares para cada uno de los
Organismos que tienen que informar.
SaLvoen lo que se viene denominando licencias de obras menores, en las que
los Ayuntamientos habrán de otorgarlas o denegarlas en (el plazo de un mes,
pasado dicho plazo se entenderán concedidas por silencio administrativo, en el
otro tipo de actos de edificación o uso del suelo se requiere denuncias ante la
Comisión de Urbanismo, pasados dos meses desde la solicitud inicial, y transcurrido otro mes sin que dicha Comisión de Urbanismo no haya notificado resolución alguna. Es como una denuncia de mora ante un organismo fiscalizador,
aunque no exactamente se puede catalogar como tal denuncia de mora, que es
recogida en el Artículo 94 de la Ley de Procedimiento Administrativo y Artículo
38 de la Ley de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa. por los que ante
cualquier petición ante la Administración, pasados tres meses, se puede denunciar la mora, y transcurridos otros tres meses se entiende desestimada la petición. EI objeto de nuestro estudio no se puede entender conio denuncia de mora
sino como obligación de acudir ante la Comisión de Urbanismo para que opere el
silencio administrativo positivo, lo que es bien distinto. Desde un primer momento el Tribunal Supremo vino exigiendo como requisito formal esencial que se
produjera ese escrito, esa petición, esa denuncia ante la Comisión de Urbanismo, que en otros momentos y supuestos podía ser la Coimisión Provincial de
Servicios Técnicos o la Comisión Provincial de Colaboración del Estado con las
Corporaciones Locales. Véanse al respecto las siguientes sentencias de tan Alto
Tribunal: 27 de abril de 1963; 23 de enero de 1968; 6 de diciembre de 1969; 22 de
diciembre de 1971; 30 de mayo de 1972 y 19 de diciembre de 1982.
Para estudiar cómo se debe computar ese plazo de dos meses que tienen los
Ayuntamientos para conceder o denegar una petición de licencia de obra, y
partiendo de lo que ya hemos comentado del Artículo 9 del Reglamento de
Servicios de las Corporaciones Locales, sobre necesidad de que se produzca
una petición escrita acompañada de proyecto técnico ante la Autoridad Municipal, tenemos que examinar seguidamente el artículo 335 del Reglamento de
Organización, Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Corporaciones Locales, que prevé que los términos en el silencio administrativo se computan desde
el día siguiente a la presentación de la instancia o reclamación en el Registro
General. Completa este cómputo del plazo bimensual establecido para que opere
el silencio administrativo. El artículo 402 de la Ley de Régimen Local, que
dispone que los plazos por meses se cuentan por meses enteros, sin tener en
cuenta el número de días, par-tiendo, por tanto, desde el día siguiente a la
petición de licencia y contando el del vencimiento, que si fuese feriado se prorrogará al primer día hábil que le siga. En igual sentido se muestra la Ley de
PI-ocedimiento Administrativo (Art. 60) al hablar de que los plazos se computan
de fecha a fecha, añadiendo que si no hubiese equivalente en el mes de vencimiento al del mes del que comienza el cómputo, se entenderá que el plazo expira
en el último día del mes. Finalmente y para perfilar aún más esta interpretación
del cómputo del plazo bimensual se acude en su función subsidiaria al Código
Civil. Artículo 5 , que establece que los plazos fijados por mes se computan de
fecha en fecha. y que cuando en el mes del vencimiento no hubiera día equivalente al inicial del cómputo se entenderá que el plazo expira el último del mes.
Conviene añadir que cumplido el plazo de dos meses para que resuelva el
Ayuntamiento ante quien se dirija una solicitud de licencia de obras, aquél, en
virtud de lo que recoge el Artículo 401 de la Ley de Régimen Local tiene diez
días para notificar su acuerdo o resolución. Idéntica facultad recoge e1 Artículo
3 12 del Reglamento de Organizacion, Funcionamiento y Régimen Jundico de las
Corporaciones Locales. Igual plazo estableció posteriormente la Ley de Procedimiento Administiativo en su Artículo 99.
Aunque en ha\e a alguna Sentencia del Tribunal Supremo se pudiera pensar
que el plazo de dos imeses que tiene el Ayuntamiento para resolver, es de caducidad y no de prescripción. por entenderse que constituye un hecho jurídico administrativo, y no un acto, cuya eficacia está relacionada con el transcurso del
plazo legalmente fijado, y no con la voluntad, cuando además se trataba de un
procedimiento de carácter público, por el que se intenta evitar la duración excesiva del trámite (19-10-78 y 16-1-74), cuando el Artículo 9 del Reglamento de
Servicios de las Corporaciones Locales de manera expresa prevé la intenupción del plazo, no puede haber otro criterio que el de la prescripción, ya que
obligándose al peticionario a adjuntar un proyecto completo, con memoria, presupuestos y planos, ante determinados defectos formales o materiales se habría
de conceder un plazo de quince días para completar el expediente, y caso de no
cumplimentarlo se le declarará decaído en su derecho, lo que igualmente se
prevé en la Ley de Procedimiento Administrativo en su Artículo 75, apartado 4,
aunque el plazo es de diez días.
Cabe que el peticionario de la licencia corrija deficiencias siempre que sean
subsanables. y aunque la normativa legal no recoge expresamente cuáles son
estos defectos que se pueden salvar, la jurisprudencia ha venido manteniendo
que debe tratarse de meras irregularidades o defectos formales del proyecto
presentado o que afecten a una cuestión de trámite, pero no a un defecto de
fondo, cual sería una extralimitación de una norma urbanística aplicable al proyecto (Tribunal Supremo 22-10-81 y 22-9-82).
CESE DE LA COMPETENClA MUNICIPAI,
Cumplido ese plazo de dos meses en la forma examinada antecedentemente
el problema que se plantea y que aún no está resuelto definitivamente no es otro
de si denunciada la mora ante la Comisión de Urbanismo. este Organismo se
subroga o no de manera automática en la competencia municipal. L a jurisprudencia del Tribunal Supremo ha sido bien dispar. aunque es mucho más abundante la que considera que la concesión de la licencia es xope Iegis.. y que la
subrogación se produce tan pr-onto se presente el escrito de denuncia ante la
Comisión de Urbanismo, siempre que haya sido realizada despué s del transcurso
de los dos meses. computados según el número 6, 1 del h-tículo 9 del Reglamento de Servicios de las Corporaciones Locales, denuncia que determina el
cese de la competencia municipal y el comienzo de la competencia de tal Comisión, no cabiendo entenderse que se produce una competencia conjunta o simultánea compartida, a fin de evitar soluciones contradictorias. y en aras de la
seguridad jurídica. Las Sentencias que siguen esta doctrina son, entre otras,
desde luego muy numerosas, las de 29 de enero de 1958; 12 de mayo de 1960; 23
de noviembre de 1962; 20 de marzo de 1963; 3 de octubre de 1963; 3 de octubre de
1964; 20 de mayo de 1966: 6 de abril de 1968; 17 de mayo de 1968; 30 de abril de
1969; 28 de septiembre de 1973; 1 de julio de 1975; 26 de septiembre de 1975; 25
de abril de 1978: 19 de enero de 1979 y 19 de abril de 1980.
Conforme a ella-, primero monopoliza la competencia los Ayuntamientos,
competencia que es monopolizada posteriormente por las Comisiones de Urbanismo.
La Sentencia de .S de febrero de 1979 supuso una novedad, puesto que mantuvo el criterio que la subrogación de la competencia en favor de las Comisiones
de Urbanismo no se produce de manera inmediata, sino cuando aquélla reclamaba el expediente administrativo y notificaba al Ayuntamiento la asunción de
competencia. La influencia de esta Sentencia se ha hecho sentir a nivel de
nuestra Audiencia Territorial de Albacete, ya que mientras en sentencia de 6 de
junio de 1978 se entendía que la subrogación era automática y la obtención de la
licencia se producía por el mero ti-anscurso del tiempo preestablecido, en cambio
en Sentencia de 2 (de abril de 1982 se considera que la subrogación acaece
cuando la Comisión i-eclama la facultad y el Ayuntamiento respectivo tiene
conocimiento.
Ante esta disyuntiva nos inclinamos por la subrogación w p e legis. en favor
de la Comisión de Urbanismo, como consecuencia de que la jurisprudencia de1
7'ribunal Supremo que sigue este criterio es mucho más abundante, y no se
puede decir que se ha producido un cambio de doctrina porque en la Sentencia
de 19 de abril de 1980 se vuelve a hablar de actos administrativos creados por el
transcurso del tiempo y de otorgamiento de licencias ope legis, y además porque
si se mantiene el criterio de que es necesario que la Comisión de Urbanismo
produzca un acto administrativo subrogándose que ha de ser notificado al Ayuntamiento, en muchos casos se haría inoperante la institución del silencio administrativo positivo, y perdeiíamos ese medio rápido y eficaz que puede paliar la
inactividad de ¡a Administración Municipal en esta materia, que se muestra en
ciertos casos lenta o perezosa. Lo contrario es dejar en manos de un Organismo
Público (Comisión de Urbanismo) la facultad discrecional de subrogarse o no, y
en caso afirmativo sin plazo o término, cuando además ello plantearía auténticos
problemas en cuanto al modo, forma y plazo de utilización de la facultad asumida por la Comisión de Urbanismo a los Ayuntamientos. haciendo en suma
ineficaz esa denuncia de mora prevista en el artículo 9 del Reglamento de servicios de las Corporaciones Locales, que nada prevé al respecto.
C A R A C T E R DE LA, RESOLUCION T A R D l A DEL AYUNTAMIENTO
Tampoco existe unidad de criterio en nuestro Tribunal Supremo respecto a la
calificación jurídica que tiene una resolución municipal extemporánea en el otorgamiento o denegación de una licencia de obras, pasado el plazo de dos meses. y
presentada la instancia en la Comisión de Urbanismo, y asumida la competencia
por este Organismo, al margen del momento en que se produce la subrogación
en favor de aquél.
La nulidad de dicho acto administrativo. prevista en el ai-tículo 47, 1 B, de la
Ley de Procedimiento Administrativo, que establece que son nulos de pleno
derecho los actos otorgados por órgano manifiestamente competente. se recoge
en las Sentencias de 23 de noviembre de 1962; 3 de octubre de 1964; 8 de mayo
de 1965: 30 de abril de 1969: 2 de marzo de 1970; 20 de febrero de 1971: 28 de
septiembre de 1973: 31 de octubre de 1973 y 19 de enero de 1979, entre otras.
Por contra el mismo Alto Tribunal (Sentencias de 25 de marzo de 1976; 29 de
noviembre de 1977; 5 de febrero d e 1979; 2 de mayo d e 1980 y 19 d e abril de 1980)
entiende que esa resolución tardía municipal es anulable. y no nula, conforme a
lo establecido en el artículo 48 de la Ley de Procedimiento Administrativo, que
concretamente entiende que la anulabilidad procede cuando la Administración
incurre en cualquier infracción del ordenamiento jurídico., y surge la desviación
de poder.
PLAZO DE UN MES PARA RESOLVER LA COMISlOh DE URBANISMO
De nuevo se plantea si ei plazo de un mes que tiene la Comisión de Urbanismo par-a 1-esoivei-es de caducidad o de pr-escripción, y aunque la mera lectura
del artículo 9 del Reglamento de Servicios de las Corporaciones Locales parece
dar a entender que dicho plazo es de caducidad, no es menos cierto que en casos
muy concretos, y en interpretación muy restringida, cabe \ a suspensión temporal
de este término del mes por la Comisión de Urbanismo, para subsanar defectos
formales. La petición del proyecto de obra. caso de no unirse al escrito de
denuncia. lo que no se exige poi- la noi-mativa legal. que só!o habla de dirigirse a
la Comisión de Urbanismo. es una práctica usual por parte de estos Organismos,
hecho que ha sido recogido en alguna Sentencia del Tribunal Supremo (18 d e
marzo de 1970 y 20 de mayo de 1980) sin definir-se ni afirmativa ni negativamente, sobre su necesidad pero dando a entender que cabe la interrupción de ese
plazo, que tiene carácter prescriptivo. En igual sentido tenemos las Sentencias
de la Audiencia Territorial de Barcelona de 27 de enero de 1982 y 4 de marzo de
1982, y de Valencia 14 de mayo de 1964. No hay que olvidar que la Administración debe dai- la mayor rapidez al procedimiento y evitar el entoipecirniento y la
demora en la tramitación con innecesaiias diligencias, aunque pueda acordar que
se cumplimente por- los interesados determinadas prescripciones. las que habrán
de llevarse a cabo en el plazo de diez días. salvo que por Ley se fijare otro, ya
de oficio o a petición del interesado la Administración desari-ollará los actos de
instrucción adecuados para la determinación. conocimiento y comprobación de
los datos, en virtud de los cuales debe pronunciarse la resolución (Arts. 75 y 81
de la Ley de Procedimiento Administl-ativo).
Se entiende. por tanto. que la Administración, en este caso Comisión de
Urbanismo. puede exigir la subsanación de determinados defectos de forma, lo
que se ha de interpretar muy restrictivamente para que ello no pueda servir de
continua pai-alización y alargamiento de la resolución expresa o presunta por
parte de las citadas Comisiones Provinciales de Urbanismo. y desde luego conviene acompanai- al escrito de denuncia copia completa del proyecto técnico de
obra.
De cualquier forma y conforme al Artículo 401 de la Ley d e Régimen Local,
312 del Reglamento de Oi-ganización. Funcionamiento y Régimen Jundico de las
Coi-poraciones Locales y 79 de la Ley de Procedimiento Administrativo, la Comisión de Urbanismo tendrá diez días par-a notificar la resolución que adoptare.
LICENCIAS CONTRA LEY
Transcurridos estos plazos sin resolución alguna opera el silencio administrativo positivo. y ante los efectos jurídicos que ello produce se pueden adoptar
varias postui-as. La primera foi-malista en el sentido de que el acto administrativo
se produce al margen de la legalidad o no de la licencia y que es seguida por las
Sentencias del Tribunal Supremo de 24 de febrero de 1961. 3 y 31 de abril de
1963, 2 y 5 de julio de 1964, 27 de enero de 1968 y 30 d e abrii de 1969; la segunda
en el sentido de que ese silencio suple el acto expreso en ia medida que el
otorgamiento. de haberse producido, fuera válido (Sentencias del Tribunal
Supremo de 31 de octubre de 1963. 30 de noviembre de 1964. 20 de mayo de
1966, 27 de mayo de 1'967. 18 de marzo de 1970, 23 dejunio de 1971, 28 de enero
de 1974. y 4 de diciembre de 1975): la última entendiendo que el silencio administi-ativo pi-oduce un acto irrevocable, con la excepción de las infracciones del
pr-oyecto calificables de nulidades de pleno derecho. que es el iímite insalvable a
esa autoi-ización y principio.
Indudablemente no se pueden adquirir- por silencio licencias contra plan,
puesto que como ya decía la docti-ina y la jurisprudencia. adelantándose a la
reforma legislativa de la Ley del Suelo (1975) no se puede conceder en forma
presunta lo prohibido por resolución expresa, ahora bien para no adquirir esas
licencias contra lege flan de ser porque ellas sean contrarias a hechos incontrovertidos, inconcursos, ti-ascendentales y evidentes de ver-dadera ilegalidad.
puesto que si no hay verdaderos motivos de auténtica entidad ilícita la licencia
poi- silencio administrativo positivo tendrá eficacia y validez plena. Destacamos
al respecto la siguiente jurispiudencia del Tribunal Supremo: 31 de octubre de
1968. 21 de junio de 1971, 7 de noviembre de 1972, 17 de octubre de 1973. 2 de
abril de 1975, 20 de mayo de 1975. 26 de septiembre de 1975, 3 de febrero de
1978, 25 de abi-ii de 1978, 7 de octubre de 1980. 22 de junio de 1981 y 13 de abril
de 1982. entre otras muchas.
LEGAI,IDAD APLICABLE AI, OTORGARSE LICEKCIA (DE; FORMA EXPRESA 8 PRESUNTA)
Sobi-e la legalidad aplicable en el otorgamiento de licencias. si es la de la
solicitud o la de la resolución, la jurisprudencia del Tribunal S~apremose ha
ofrecido contradictoi-ia, aunque es predominante la que entiende como aplicable
la normativa vigente en el momento de decidir sobre el otorgamiento o denegación de la licencia de obi-a solicitada. critei-io jurídico más cot-recto. como consecuencia de que el Artículo 16 del Reglamento de Sei-vicios I-efier-eal momento de
la resolución la existencia de las cii-cunstancias que p~iedenjustificar la concesión o denegación de las licencias. y además el Artículo 56 de la Ley del Suelo
de 1976 otorga vigencia inmediata y ejecutividad a los Planes. una vez publicada
su api-obación definitiva. Sería inadmisibie que la Administi-ación dejara de aplicar la legalidad. y anómalo que se pr-opiciai-an constiucciones disconformes originariamente con ei planearniento. y ello siempre y cuando el Ayuntamiento
resolviera dentro de plazo y no demorara maliciosamente su actuación y decisión.
Mantienen el criterio de que la noi-mativii aplicable es de cuando la licencia
se solicite las sig~iientessentencias del Tribunal Supi-emo: 13 de junio de 1972.
28 de septiembre de 1973. 21 de noviembre de 1974. 27 de septiernbi-e de 1978 y
l i de diciembi.e de 1978: la doctrina contraria. es decir que el ordenamiento y
pjaneamiento a tener- en cuenta es la de¡ otoigamiento, ei del momento en que el
acuerdo se adopte. se refle-ja en las siguientes Sentencias: 24 de rnai-zo de 1957,
23 d e noviembre de 1963. 14 de mal-zo de 1967. 2 de febr-ei-o de 1968, 13 de
noviembre de 1979. 23 de abril de 1977. 14 de noviembre de 1975. 15 de enero de
1976, 16 y 27 de junio de 1979, 17 y 27 de octubre de 1979, 18 de octubre de 1979
y 22 d e junio de 1981.
TI-anscendencia tiene en esta cuestión la posibilidad de que las Corporaciones Locales puedan suspender i;i concesión de licencias en detei-minadas circunstancias y poi- concretos plazos para estudio de un planeamiento concreto.
materia inicialmente regulada en la Ley del Suelo de 1976 y modificada sustanciaimente por el Real Decreto Ley lhi81 de 16 de octubre del mismo ano. que
obligaría a los Ayuntamienros a pagar el costo oficial de los proyectos. o de la
parte de lo\ mismos que hubiere de ser i-ectifisada. y io devolución. en su caso
de las tasas municipales.
ACTO ADMIIuISTIPATIVO DE: I,A COMISION DE URIBAlrllSMO
El acto administrativo que dicte la C ~ m i s i ó nde Urbanismo se ha de conside-
i-al-como acto del Ayuntamiento, aunque sin total identificación, pues el propio
Ayuntamiento puede impugnar la licencia que se concediere, al ser parte directamente interesada. sin declaración previa de lesividad, y para anular la licencia
indebidamente concedida (Tribunal Supremo 3 de mayo de 1977 y 20 de octubre
de 1980; Audiencia Territorial de Albacete de 4 de mayo de 1981).
Con esta doctrina se abandona la tesis de que si transcurre el plazo del mes
que tiene la Comisión de Urbanismo para resolver, era necesario que el Ayuntamiento revocara, suspendiera o anulara la licencia por error o manifiesta infracción de Ley o previa declaración de lesividad, puesto que al transcurrir los
plazos pertinentes se producina una declaración de derecho subjetivo privado,
que goza de idéntica garantía de seguridad y permanencia que el acto expreso y
categórico regido por el artículo 369 de la Ley de Régimen Local. Seguían este
criterio las siguientes Sentencias del Tribunal Supremo: 23 de noviembre de
1962, 3 de octubre de 1963, 31 de octubre de 1963, 8 de mayo de 1965, 23 y 27 de
enero de 1968, 12 de marzo de 1968, 1 de marzo de 1969, 30 de abril de 1969, 2
de marzo de 1970, Y0 de febrero de 1977, y 28 de abril de 1978. La Audiencia
Territorial de Albacete en Sentencia de 6 de junio de 1978, también mantenía
idéntica opinión, modificada posteriormente, como hemos visto con antelación.
CADUCIDAD DE 1,IICENCIA
-
TASA
Las licencias conseguidas por silencio administrativo positivo. tienen un
plazo para la iniciación y terminación de la obra, igual que si hubiese sido
concedida, de manera expresa.
Estas licencias adquiridas por ese instituto del silencio, al no haber habido
actividad administrativa no vienen obligados los peticionarios de las mismas de
pagar tasa alguna ak Municipio. Convendrá, por tanto, que las Comisiones de
Urbanismo, fijen unos derechos o tasas para su actividad de subrogación en la
competencia municipal, que podna ser la misma que se fijare en la Ordenanza
Municipal del Ayuntamiento correspondiente.
Descargar