ORIGINAL Cuestionario de fallos de memoria de la vida cotidiana: datos normativos para mayores Pedro Montejo-Carrasco, Mercedes Montenegro-Peña, Manuel J. Sueiro-Abad, Miguel A. Fernández-Blázquez Introducción. Uno de los instrumentos más utilizados en nuestro medio para estudiar los olvidos cotidianos es el cuestionario de fallos de memoria de la vida cotidiana (Memory Failures of Everyday, MFE). Objetivo. Presentar datos normativos para población de mayores del MFE para su utilización en la práctica clínica. Sujetos y métodos. El estudio se ha realizado con 3.921 personas (edad media: 70,41 ± 4,70 años; rango: 65-89 años). Captación: centros de mayores, centros municipales de salud, mailing, servicios sociales y sanitarios. Evaluación de los olvidos cotidianos mediante el MFE. Resultados. Media MFE: 21,85 ± 9,13; rango: 1-55. Correlación MFE con la edad: r = 0,09; p < 0,001. Con la edad se observa un incremento constante, aunque muy pequeño. El tamaño del efecto para las diferencias entre grupos es η2 = 0,004. No hay diferencias significativas entre sexos. La correlación entre estudios y MFE es r = –0,139; p < 0,001), y el tamaño del efecto, η2 = 0,009, también muy bajo. Conclusiones. Los datos observados indican que no existen variaciones importantes en la puntuación del MFE por edad, sexo ni estudios. Teniendo esto en cuenta, se considera el grupo como un todo para obtener los percentiles que se presentan. Palabras clave. Datos normativos. Evaluación de memoria. Mayores. Memoria cotidiana. MFE. Olvidos cotidianos. Centro de Prevención del Deterioro Cognitivo; Instituto de Salud Pública; Madrid Salud; Ayuntamiento de Madrid (P. Montejo-Carrasco, M. Montenegro-Peña, M.A. FernándezBlázquez). Departamento de Procesos Básicos I (M. Montenegro-Peña); Departamento de Metodología de las Ciencias del Comportamiento (M.J. Sueiro-Abad); Facultad de Psicología; Universidad Complutense de Madrid. Madrid, España. Correspondencia: Dr. Pedro Montejo Carrasco. Montesa, 22, edif. B. E-28006 Madrid. E-mail: [email protected] © 2011 Psicogeriatría Introducción Los fallos de memoria de la vida cotidiana constituyen una de los principales quejas de los mayores. Desde hace aproximadamente tres décadas se vienen desarrollando diferentes estudios sobre la memoria cotidiana que, con frecuencia, tienen una aplicación práctica en la clínica. En consecuencia, se han desarrollado pruebas para evaluar la memoria cotidiana tanto desde el punto de vista objetivo como subjetivo [1]. Tradicionalmente, la evaluación subjetiva de los olvidos cotidianos se ha realizado mediante preguntas generales o bien a través de cuestionarios estructurados que valoran diferentes aspectos. Si bien ambos métodos correlacionan entre sí, no son totalmente equivalentes [2,3]. Entre los cuestionarios más utilizados destacan aquellos que valoran la frecuencia y la gravedad de los olvidos cotidianos. Además, otro tipo de cuestionarios se centran en la evaluación de aspectos tales como la metamemoria o ideas que cada sujeto tiene sobre su memoria y cómo funciona (recursos o estrategias utilizados, previsión de recuerdo, causas de los aciertos y fallos, etc.). Con gran frecuencia, los cuestionarios www.viguera.com/sepg Psicogeriatría 2011; 3 (4): 167-171 cumplen ambos objetivos [4]. Entre los cuestionarios más conocidos podrían destacarse el Cognitive Failures Questionnaire [5,6], el Metamemory Questionnaire [7] y el Metamemory in Adulthood Questionnaire (MIA) [8]. En España, además, existe el autoinforme de memoria para ancianos (AMA) [9] y el cuestionario de olvidos cotidianos (COC) [10]. El cuestionario de fallos de memoria de la vida cotidiana –Memory Failures of Everyday (MFE)– se desarrolló en 1984 [11] a partir de una versión previa de 35 ítems [12]. Se trata de un cuestionario de frecuencia de olvidos, que consta de 28 ítems, los cuales plantean distintas cuestiones tales como la palabra ‘en la punta de la lengua’, el ‘olvido de lo que me dijeron ayer’, el olvido de recados, etc. Las categorías recogidas en el MFE son: ‘hablar, leer y escribir’, ‘nombres y caras’, ‘acciones’ y ‘aprender cosas nuevas’. Sus ítems se elaboraron a partir de entrevistas a pacientes con daño cerebral traumático y sus familiares, así como a sujetos normales, tratando de identificar los fallos de memoria que mejor diferenciaban unos y otros. El sujeto contesta a cada ítem mediante una escala tipo Likert con nueve opciones de respuesta que van desde ‘ninguna vez en los últimos tres meses’ a ‘más de una vez al día’. 167 P. Montejo-Carrasco, et al Tabla I. Datos descriptivos según edad y estudios (n = 3.921). n % El objetivo de este estudio es elaborar y presentar los datos normativos del MFE en población española mayor de 64 años para su utilización en la práctica clínica. Edad 65-69 años 1.985 50,7 70-74 años 1.162 29,6 75-79 años 562 14,3 ≥ 80 años 212 5,4 Estudios Analfabeto funcional 450 11,5 Estudios primarios 2.493 63,6 Bachiller elemental 460 11,7 Estudios medios 328 8,4 Estudios superiores 190 4,8 Dada la dificultad que responder a nueve opciones plantea a algunos sujetos, ciertos autores han utilizado cinco [13], siete [14] y cuatro opciones de respuesta [15]. En España se emplea sobre todo la escala de tres opciones [16]. El MFE se ha utilizado con diferentes propósitos: para valorar la situación presente de los pacientes y para ver su evolución con el tiempo o con los tratamientos [11], en tareas de rehabilitación [17], en demencias [18], en el estudio de la memoria subjetiva en mayores [19], en la valoración de los resultados del entrenamiento de memoria para mayores [20], etc. Las características psicométricas de la prueba han sido puestas de manifiesto por diferentes autores. Cornish [21] estudió la consistencia interna del MFE en una muestra de 277 adultos, obteniendo un α de Cronbach de 0,89. Por su parte, Royle y Lincoln [13], con una muestra de 98 sujetos sanos, obtuvieron un coeficiente α de 0,91. En la versión española de tres opciones de respuesta, el coeficiente α hallado fue de 0,83 [16]. Otros autores han obtenido resultados similares con diferentes muestras [22]. No obstante, aunque el uso del MFE se ha extendido y sus características psicométricas se han estudiado ampliamente, no existen datos normativos publicados que faciliten la interpretación clínica de sus resultados. Esto resulta de especial importancia en el caso de la población mayor, ya que es la que con mayor frecuencia presenta y manifiesta estos olvidos. 168 Sujetos y métodos El estudio se ha realizado con 3.921 personas mayores (edad media: 70,41 ± 4,70 años; rango: 65-89 años; 28,1% varones) que acudieron a los centros municipales Madrid Salud y a centros de mayores del Ayuntamiento de Madrid respondiendo a una oferta general de valoración de patología orgánica o de la memoria realizada por profesionales. Las vías de captación fueron: información directa en los centros de mayores, mailing a población general mayor, servicios sociales y servicios de salud. A todos los participantes del estudio se les aplicó el miniexamen cognitivo [23], descartando a los sujetos que obtuvieron menos de 24 puntos (probable deterioro cognitivo) en la prueba. El protocolo se administró en una sesión para cada individuo. Se llevó a cabo por profesionales entrenados (médicos y personal de enfermería), supervisados por dos psicólogos y un psiquiatra expertos en el tema. Las características de la muestra se presentan en la tabla I. Se administró el cuestionario aplicado MFE de 28 ítems para evaluar las quejas subjetivas de memoria en la vida cotidiana. Aquellas personas con dificultades para leer recibieron ayuda de un profesional del equipo. Además, los investigadores resolvieron cualquier duda que pudiesen plantear. Para nuestro estudio se eligió una escala de respuesta tipo Likert de tres puntos (‘nunca o rara vez’, ‘algunas veces’, ‘muchas veces’), que es la más utilizada en nuestro país tanto en trabajos de investigación como en otros ámbitos [16,24-28]. Análisis estadístico Para el estudio estadístico se utilizó el programa SPSS, v. 15. Se tomó como variable dependiente la puntuación total del MFE. Dado que en un análisis exploratorio se observó que se comportaba de forma asimétrica (Z de Kolmogorov-Smirnov = 3,70; p < 0,001), se realizó la transformación de Blom [29] con el fin de normalizarla (N MFE). Las variables independientes del estudio fueron edad, sexo y nivel de estudios. Para estudiar la correlación entre N MFE y edad se empleó la r de Pearson; para la correlación entre N MFE y nivel de estudios se uti- www.viguera.com/sepg Psicogeriatría 2011; 3 (4): 167-171 Cuestionario de fallos de memoria de la vida cotidiana lizó la r de Spearman. Para presentar los datos descriptivos por grupos y analizar el efecto de los factores grupos de edad, nivel de estudios y sexo, se empleó ANOVA. El tamaño del efecto se estudió mediante el estadístico η2. Finalmente, se obtuvieron los datos normativos del MFE asignando las puntuaciones directas a rangos de percentiles en función del lugar que ocupaban en la distribución. Posteriormente, los rangos de percentiles se transformaron en puntuaciones escalares con el fin de conseguir una distribución normal de las puntuaciones (media: 10 ± 3). Resultados La media del MFE es de 21,85 ± 9,13 (rango: 1-55). El estudio mediante ANOVA de las variables demográficas con el MFE se muestra en la tabla II. Existe una correlación significativa entre N MFE y edad (r = 0,09; p < 0,001). Así mismo, el ANOVA muestra que existen diferencias estadísticamente significativas en función del grupo de edad. No obstante, aunque el incremento del MFE en los grupos de edad es constante, resulta muy pequeño, por lo que el tamaño del efecto de la edad es muy bajo (η2 = 0,004). Respecto al sexo, no existen diferencias significativas (p = 0,077). La correlación entre nivel de estudios y N MFE es r de Spearman = –0,139 (p < 0,001). En la tabla II se puede observar que disminuye la puntuación media en el MFE a medida que aumenta el nivel de estudios. Sin embargo, el tamaño del efecto sigue siendo muy bajo (η2 = 0,009), tal como sucede con la edad. Los datos observados indican que no existen variaciones importantes en nuestra muestra, independientemente de la edad, el sexo o el nivel de estudios. Teniendo esto en cuenta se puede asumir que toda la muestra se comporta de forma homogénea, por lo que se considera el conjunto de la muestra como una unidad para obtener los rangos de percentiles y sus correspondientes puntuaciones escalares (Tabla III). Discusión En este trabajo se presentan los datos normativos y de tendencia central del MFE para individuos mayores de 64 años que no presentan deterioro cognitivo. La amplia muestra permite obtener datos con representación importante de todas las edades y niveles de estudios, si bien no se trata de una muestra aleatoria de la población general, sino de las perso- www.viguera.com/sepg Psicogeriatría 2011; 3 (4): 167-171 Tabla II. ANOVA de MFE con grupos de edad, sexo y nivel de estudios. Media ± desviación estándar Intervalo de confianza del 95% Límite inferior Límite superior Grupos de edad (F = 5,219; p = 0,001; η2 = 0,004) 65-69 años 19,709 ± 0,332 19,058 20,361 70-74 años 20,875 ± 0,396 20,098 21,652 75-79 años 21,431 ± 0,548 20,356 22,506 ≥ 80 años 22,644 ± 0,855 20,968 24,320 Sexo (F = 3,124; p = 0,077; η2 = 0,001) Varón (n = 1.097) 20,661 ± 0,461 19,758 21,564 Mujer (n = 2.809) 21,669 ± 0,336 21,011 22,326 Nivel de estudios (F = 9,015; p < 0,001; η2 = 0,009) Analfabeto funcional 23,016 ± 0,597 21,846 24,185 Estudios primarios 22,891 ± 0,301 22,301 23,480 Bachiller elemental 20,721 ± 0,651 19,445 21,997 Estudios medios 20,204 ± 0,740 18,754 21,654 Estudios superiores 18,994 ± 0,783 17,459 20,529 nas que han acudido por diversas razones a centros de prevención para realizar actividades programadas para mayores. En los estudios de datos normativos, las variables que suelen tenerse en cuenta son edad, estudios y sexo. En nuestro trabajo, edad y estudios se asocian de modo significativo con la puntuación del MFE. Sin embargo, la fuerza de esa asociación es muy débil y su significación estadística está influida en gran manera por el tamaño muestral. Por esta razón nos ha parecido más conveniente obtener un solo bloque de datos para toda la población de mayores. La edad, sexo y estudios y su relación con los olvidos cotidianos es un tema controvertido. La edad ha sido la variable más estudiada. Cuando se comparan jóvenes con mayores, algunos estudios encuentran diferencias en número total de olvidos o entre distintos tipos de olvidos, pero otros no observan tales diferencias. Un estudio realizado con el Subjective Memory Complaints [30] encontró que la única variable predictora de quejas era la depresión, pero no había asociación con la edad (18-87 años), sexo ni estudios [31]. Troyer y Rich [32], uti- 169 P. Montejo-Carrasco, et al Tabla III. Puntuaciones escalares y percentiles para las puntuaciones directas del MFE. Puntuación escalar Percentil Puntuación MFE 2 <1 0-3 3 1 4 4 2-3 5-6 5 4-6 7-8 6 7-12 9-11 7 13-20 12-14 8 21-30 15-16 9 31-43 17-19 10 44-56 20-22 11 57-69 23-25 12 70-79 26-28 13 80-87 29-32 14 88-93 33-34 15 94-96 35-38 16 97-98 39-45 17 99 46 18 > 99 47-56 lizando una muestra de 40-91 años, tampoco encontraron asociación con edad, sexo ni estudios, al igual que Mattos et al [33] con sujetos mayores de 60 años. Otro estudio [34] halló que los jóvenes tenían igual número de olvidos que los mayores, pero los mayores olvidaban más nombres y palabras, y los jóvenes, más citas y datos personales (p. ej., aniversarios). Sin embargo, en nuestro país y con el MFE [6] se encontraron diferencias significativas entre jóvenes (todos estudiantes, a quienes se administró la prueba de modo colectivo) y mayores (de centros de la tercera edad): los jóvenes puntuaron más bajo que los mayores en la prueba global y en la mayoría de los ítems. Podemos observar que la mayoría de autores no encuentran asociación significativa entre las variables edad, sexo y nivel de estudios con olvidos cotidianos, mientras que en 170 nuestro trabajo hallamos asociación con edad y estudios, pero con un tamaño del efecto muy débil. El MFE es un cuestionario útil tanto para una valoración trasversal de los individuos como para una valoración longitudinal. En el proceso de evaluación de la memoria y la contribución al diagnóstico de un cuadro, el MFE es una herramienta subjetiva que complementa los datos obtenidos por pruebas objetivas, sobre todo aquellas que evalúan la memoria cotidiana, de ahí que puede recomendarse su uso conjunto con una prueba como el test de memoria conductual Rivermead [35]. En la evaluación longitudinal se emplea para ver el resultado de las terapias o la evolución espontánea de los sujetos con alteraciones tales como daño cerebral o, en general, deterioro cognitivo de diversa etiología. Los familiares o cuidadores tienen también en el MFE un instrumento útil para valorar la evolución del enfermo. En la actualidad hay un creciente interés, sobre todo en el ámbito clínico, por la estimulación cognitiva y por el entrenamiento de memoria tanto en sujetos con patología como en sujetos con alteración de memoria por la edad; en estas situaciones, el MFE se comporta como un instrumento sensible a los cambios. Pensamos que los datos normativos para mayores que se presentan en este trabajo mejoran las ventajas de este útil instrumento. Bibliografía 1. West RL, Sinnott JD. Everyday memory and aging: current research and methodology. New York: Springer-Verlag; 1992. 2. Abdulrab K, Heun R. Subjective Memory Impairment. A review of its definitions indicates the need for a comprehensive set of standardised and validated criteria. Eur Psychiatry 2008; 23: 321-30. 3. Reid LM, MacLullich AMJ. Subjective memory complaints and cognitive impairment in older people. Dement Geriatr Cogn Disord 2006; 22: 471-85. 4. Pérez M, Godoy JF, Vera N, Laserna JA, Puente AE. Neuropsychological evaluation of everyday memory. Neuropsychol Rev 1998; 8: 203-27. 5. Broadbent DE, Cooper PE, Fitzgerald P, Parker KR. The Cognitive Failures Questionnaire and its correlates. Br J Clin Psychol 1982; 21: 1-16. 6. García-Martínez J, Sánchez-Cánovas J. Adaptación del cuestionario de fallos de memoria en la vida cotidiana (MFE). 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Memory Failures of Everyday Questionnaire: normative data for elderly population Introduction. One of the most frequently used instruments in our country to study everyday memory failures is the Memory Failures of Everyday (MFE) Questionnaire. Aim. To provide normative data for the MFE questionnaire with a sample of healthy elderly participants to use it in clinical practice. Subjects and methods. We study 3921 subjects (mean age: 70.41 ± 4.70 years-old; range: 65-89 years-old). Recruitment: elderly centres, municipal health centres, mailing, other social and health services. The assessment was made with the MFE (score range: 0-2). Results. Mean MFE: 21.85 ± 9.13; range: 1-55. MFE correlation with age: r = 0.09; p < 0.001. There is a constant but small increase in MFE score between age groups. The effect size of the intergroup difference is η2 = 0.004. MFE correlation with education is r = –0.139; p < 0.001. The effect size is η2 = 0.009. There are no significant differences between men and women. Conclusions. These results indicate that there were no important effects of age, years of education or sex. Taking this into account, we consider the sample like a unique group to obtain the percentile data. Key words. Elderly. Everyday memory. Everyday memory failures. Memory assessment. MFE. Normative data. www.viguera.com/sepg Psicogeriatría 2011; 3 (4): 167-171 171