Sábado, 31 de octubre de 2015 7 ¡Bienvenido al club de los dos mil! Por Osvaldo Rojas Garay En medio de las penurias por la no clasificación para la segunda ronda de la 55 Serie Nacional de Béisbol, hubo al menos un momento de alegría en la despedida de los anaranjados: el arribo de Ariel Borrero Alfonso a los 2000 indiscutibles, quizás el jugador más longevo que ha lucido el traje del «Villa Clara». A las 3:07 de la tarde del pasado martes, en su vez oficial al bate 6411, el estelar inicialista sonó cañonazo al bosque central frente a un envío del avileño Ariel Ricardo Rodríguez, para convertirse en el decimonoveno hombre en completar el codiciado dígito en los clásicos beisboleros cubanos, hecho que ocurre por primera ocasión en el estadio «San dino». Veintiuna temporadas necesitó el bien llamado Remolcador para inscribir su nombre en el club que el 19 de enero de 1985 abrió el matancero Wilfredo Sánchez González contra un lanzamiento del guantanamero Osvaldo Duvergel Bience en el «Victoria de Girón», justamente en la campaña 19 del gamo de Jovellanos y con el número 19 en el uniforme. Así que este guarismo es una señal de buena suerte para ingresar en la selecta lista. «Durante el primer Clásico Mundial tuve el privilegio de conectarles hits a dos lanzadores que han obtenido el premio Cy Young en Grandes Ligas: el dominicano Bartolo Colón y el venezolano Johan Santana, pero en series nacionales este será el que más recordaré, porque es una cifra que poseen pocos bateadores y lo hice aquí ante mi afición, posiblemente en la última oportunidad en que vestiré el uniforme villaclareño en un campeonato nacional», expresó emocionado el veterano toletero que el próximo primero de enero cumplirá 44 años. Ariel es el segundo beisbolista de la provincia que integra la honrosa relación, pues el 8 de enero de 1995, el explosivo Víctor Mesa Martínez concretó la hazaña, al igual que Borrero, ¡frente a otro tirador avileño del mal llamado brazo equivocado!: Iván González. —Prácticamente te formaste en la pelota callejera y llegaste al máximo nivel de nuestro béisbol a los 22 años. ¿Cómo te las arreglaste para colocar tantos batazos en territorio de nadie? —No me aceptaron en la EIDE porque decían que Foto: Yariel Valdés González tenía baja estatura, pero a mí lo que me gustaba era jugar pelota y disfrutaba cuando impulsaba carreras. No me di por vencido. Me fijaba en la forma de batear de Antonio Pacheco y Pedro Jova, que era mi ídolo. Luego participé en las ligas de desarrollo, y por ahí llegué a las nacionales. El zurdo del «George Washington» debutó en la campaña de 1994-1995, pero solo fue una vez al bate, así que su primer indiscutible se lo acreditó en la justa de 1995-1996, en la que se apuntó cuatro hits en 20 turnos; entre ellos, el primero de sus 397 dobletes. Completó los mil en 12 contiendas, en su comparecencia oficial 3153, el 21 de diciembre de 2006 contra el guantanamero Yoelkis Vera, y a partir de ahí empleó 3258 para redondear los dos millares. —Ahora que estás a punto de colgar los guantes y los spikes puedes revelarme un secreto... —Depende. —¿Qué serpentinero se te hizo más difícil? —José Ariel Contreras. Tenía unos lanzamientos con mucho efecto que me hacían bastante daño. —¿A quién le conectaste con más facilidad? —A los lanzadores de Industriales; en particular a Yadel Martí. A mí me encanta jugar en el «Latino», creo que es una gran prueba para todos los peloteros cubanos. Eso me motivaba a sacar el extra. —¿Satisfecho con tu carrera? —Aunque a veces no me tuvieron en cuenta a la hora de integrar los equipos Cuba, me siento satisfecho con mi desempeño en el béisbol, he logrado marcas importantes y pude mantener una larga carrera con un promedio superior a los 300 de average (312). Casi a punto de terminar el diálogo me sorprende, a manera de broma, con una interrogante: «¿No vas a poner que soy el rey de los hits en Villa Clara?» Y no le falta razón. En su poder está la marca de más incogibles para un villaclareño en un campeonato, con los 125 que conectó en la versión del 2000-2001. Fue la primera de sus siete campañas con más de un centenar de inatrapables, pues en la del 2002 ligó 112; en el 2003-2004 bateó 117; en la lid de 2004-2005 sonó 104 cohetes; en la del 2008-2009 compiló 103 cañonazos; en la del 2010-2011 archivó 104, y su más reciente torneo con 100 metrallazos data del 2011-2012, con 106. —Arribaste a los 2000 hits, y con toda seguridad te escogerán como refuerzo para la siguiente etapa, en la que podrás erigirte en el tercer jugador con 400 biangulares. ¿Será el fin de tu brillante carrera o crees que aún te quedan cartuchos por quemar? —Cuando acabe esta Serie me retiro. —Eso dijiste una vez y volviste. —Sí, pero ahora no habrá marcha atrás, lo tengo bien decidido. Por Osvaldo Rojas Garay Sin la sabrosa conga santiaguera y el rico Rucu rucu a Santa Clara, de José Luis Cortés, transcurrirá la segunda fase de la 55 Serie Nacional de Béisbol. Lo de las avispas ya no resulta tan asombroso, pero a pesar de las dificultades, existían expectativas en torno a su acceso a la ronda de los ocho. Después de ser el único colectivo capaz de ganar 50 o más juegos durante 16 campañas consecutivas y acudir a idéntica cantidad de series de postemporada, los anaranjados se quedaron fuera del reparto del pastel por segundo año sucesivo. Se trata de la tercera oportunidad en que rinden para menos de 500 de average; en esta ocasión promediaron 489 (22-23). Cierto es que la plantilla no se parecía a la del certamen del 2014-2015; pero ese mismo problema lo tienen muchos conjuntos. Miremos, por ejemplo, a los pativerdes de Pinar del Río, tan golpeados por el éxodo de sus jugadores y, sin embargo, han dejado una grata impresión en los seguidores del béisbol. Los piratas de la Isla de la Juventud, sin su estrella Michel Enríquez y el aporte de su as monticular, Héctor Mendoza, están a punto de mantener la condición de ser uno de los cuatro elencos que han obtenido siempre el boleto desde que se implantó la fórmula actual de competencia. Roger se frota las manos —El equipo campeón nacional pone sus ojos en Villa Clara a la hora de pedir refuerzos. Así lo aseguró a Vanguardia el manager de los tigres, Roger Machado. Por Mayli Estévez Foto: Internet Otra vez la decepción y las metas inconclusas para el Villa Clara de béisbol. Otra vez y de manera consecutiva los aficionados de esta región tendrán que apostarles a los suyos vestidos con camiseta ajena. Los que no están en absoluto amargados son los parciales del team campeón nacional. Los tigres avileños arribaron en el Sandino a 30 victorias en esta campaña, y su director, Roger Machado, terminó frotándose las manos y con villaclareños en mente para reforzarse. «Si los tengo a mano, por supuesto; incluso a los mismos que nos ayudaron el año pasado los pido otra vez. Borrero les dio clases a los muchachos nuestros, mis respetos para él. Sin dejar atrás a Yeniet Pérez, a Alaín Sánchez o Andy Zamora, que hizo una gran trabajo. Lo subimos al final de la temporada por Duvergel y fue grandioso. Lo que necesitaba Ciego. Los cuatro fueron dignos de admirar, con mucha disciplina y cohesión. Fue una experiencia muy bonita; por tanto, si me quedan a mano, repito la elección». En el mismo escenario donde años atrás salía trasquilado tras costosas derrotas que no le dejaban avanzar en la Serie Nacional, el director avileño se reía de esos viejos recuerdos. Hoy Villa Clara es el que vive de su historia, mientras Ciego la escribe a diario. «No le deseo el mal a nadie, y tengo buenas relaciones con la gente del equipo naranja. Su director es primerizo, y fue un buen compañero mío cuando estaba en activo. No es personal, pero tampoco vinimos a regalar ningún juego aquí. Nos tocó ahora eliminarlos a ellos, en otras ocasiones nos mataron a nosotros. Ese es el béisbol, así es la pelota. «A Vladimir Hernández le aconsejo que siga luchando, pues este resulta su primer ensayo. Sin ánimo de justificar, pero sucede que esta Serie es corta, y si no andas con cuidado te puedes quedar fuera fácilmente. Un juego te define. Nosotros un año nos quedamos fuera con 24 triunfos. Creo que lo importante es cogerle la vuelta a la estructura, porque se va muy rápido. Villa Clara perdió partidos que no podía perder». —Lo próximo para Cuba es el Premier 12. ¿Qué tiene que decir del torneo el último director del «Cuba»? —Hay tres avileños que están en el equipo, y se merecen ese puesto. Pero como piensa mucha gente, hay otros atletas, como Yoelvis Fiss, líder en impulsadas; Yadir Rabí, líder en promedio de carreras limpias, o José Adolis García, que tiene nueve jonrones, que deberían estar ahí también. Nosotros hemos conversado mucho con ellos, les hemos dado ánimos, para que levanten su autoestima y sigan trabajando con vistas a otros eventos. Para nosotros son muy importantes, porque queremos discutir el título otra vez, tenemos un gran equipo. Creo que en esta primera etapa nos ha ido muy bien. Quedamos en primer lugar con 30 juegos ganados. Ahora viene la parte de la suerte con el tema de los refuerzos. —¿Alguna excusa para tu sustitución? —Hasta el momento no me han llamado, no me han explicado por qué me dan un día el equipo y al otro me lo quitan. Yo sigo luchando con mis tigres. Y como eso de volver lo deciden otras personas, y no yo, imagínate; aunque claro, uno sigue esperanzado. Si me toca en otra ocasión, pues felicidades, y si no me toca, continúo batido con los míos. Añoranza por la conga y el rucu rucu No puede un plantel aspirar a mucho con una ofensiva incapaz de producir más carreras que las que permite su cuerpo de lanzadores y la defensa. Villa Clara fue el tercer combinado que menos anotaciones concretó. Las tempranas bajas de Ronny Valdés y Eduardo Ferrer desarticularon la rotación de un pitcheo que exhibió un gran contraste entre sus experimentados abridores (2.39 promedio de carreras limpias) y los inexpertos relevistas (3.76 de efectividad). Tal vez la historia habría sido diferente. Los iniciadores de partido acumularon 15 salidas exitosas y 13 fracasos; en cambio, los encargados de terminar los desafíos, en su mayoría debutantes, lo hicieron para 7 y 10. Freddy Asiel Álvarez, Alain Sánchez y Yasmany Hernández conformaron un trío de etiqueta que caminó con acierto en un gran por ciento de sus actuaciones en rol de abridores, en el que computaron 13 y 5, y eso que en varias ocasiones se les esfumaron posibles triunfos por deficiencias de los relevos. Desconozco las verdaderas causas por las cuales varios peloteros de nuestro territorio emigraron hacia Matanzas. Pienso que no debieron ser descartados hombres como Yosvany Pérez Torres (3-1 y 4 salvados) y Yoandry Ruiz Hernández (2-1 y 1), quienes hubieran apoyado la labor de un cuerpo de serpentineros que de sus 14 integrantes, la mitad (7) se estrenaron en la pelota grande. Villa Clara se dio lujos que no podía: permitió que los elefantes de Cienfuegos le pasaran la escoba aquí en su propio cuartel general, lo mismo que los alazanes de Granma en el «Mártires de Barbados». Para colmo , los ana ranjados de Vladimir Hernández Solás cedieron en el compromiso particular con los camagüeyanos, y les toleraron un rafagazo a los huracanes de Mayabeque, dos selecciones que apenas salieron 11 veces por la puert a ancha. Otro detalle digno de análisis es por qué el equipo en las temporadas más recientes presenta una notable diferencia en su rendimiento como home club (14-10) y en la carretera (8-13). Está claro que la casa ayuda, pero en los villaclareños eso es algo muy marcado. Tal como sucedió en la justa del 2014-2015, seguramente veremos a una gran cantidad de nuestros peloteros entre los refuerzos que intervendrán en la segunda fase, y esto nos llevará a reflexionar, porque aunque la pelota no atraviesa un momento feliz en la provincia —ni en el país tampoco—, los pentacampeones nacionales tenían para, al menos, acceder a la siguiente etapa.