verdades dispensacionales

Anuncio
VERDADES DISPENSACIONALES
Por Ricardo Vivas Arroyo
INTRODUCCIÓN
Las Verdades Dispensacionales son la séptima verdad clave o llave de la revelación, que Dios ha entregado a su
Iglesia para que alcance la madurez y se prepare para los eventos que se avecinan, al cierre de esta era. Dios ha
tratado con el hombre en diferentes maneras desde su creación, por toda su historia y hasta la eternidad, todas
ellas determinadas de antemano y cada una sentando un precedente para avanzar a la siguiente. A cada manera
se le conoce como dispensación, porque para poder el Dios perfecto relacionarse con el hombre imperfecto,
tenía que haber un medio de dispensarlo o cubrir su imperfección, estableciendo un convenio con él y
probándolo en cada ocasión.
La palabra griega Oikonomia que en la Biblia se traduce como dispensación, también significa mayordomía,
administración o economía (Ef. 3:2), y se refiere al buen uso de los recursos designados para llevar a cabo una
operación o proyecto. Esta palabra aparece con la misma connotación en las siguientes referencias: Ef. 1:10,
3:9-11, Col. 1:24-28.
Dios dividió la historia del hombre en cuatro diferentes eras o dispensaciones, llamadas también teocracias, en
las que se ha relacionado con él; las dos primeras ya han concluido, estamos viviendo en la tercera y la cuarta
está muy cerca de iniciarse, previa al Juicio Final y a la Eternidad, que serán los eventos finales que se darán en
la relación de Dios con el hombre. En ellas Dios estableció diferentes pactos con el hombre. Estudiar estas
verdades y comprender las maneras en que Dios está llevando a cabo las operaciones de su perfecto plan, no
sólo nos ubicará, sino que nos permitirá cooperar con Él en lo que nos corresponde en la dispensación que
estamos viviendo, evitando mezclar aspectos de diferentes dispensaciones en una manera inadecuada (1 Co.
12:4-6).
De acuerdo al patrón de la Victoria, que incluye cuatro “V”, podemos comprender que las cuatro teocracias o
dispensaciones nos imparten una Visión completa de la voluntad de Dios. Los siete pactos que Dios estableció
con el hombre en las diferentes épocas, nos muestran su Visitación que en cada ocasión lo relacionó con él,
hasta el establecimiento del séptimo pacto, definitivo o eterno. Mediante los doce diferentes juicios que Dios
determinó realizar, revelados en la doctrina básica del Juicio Eterno (He. 6:2), para premiar a cada remanente
de vencedores o castigar a los vencidos de cada una de las siete pruebas que Dios determinó realizar en cada
dispensación, mediante el Veredicto dado en cada tribunal, Dios nos confirma su perfecta voluntad.
Finalmente, conocer el destino final de las edades, tanto para los hijos de Dios en la eternidad con Él, como
para los incrédulos hijos del diablo, que serán lanzados al lago de fuego; nos muestran la Victoria o
preeminencia de la voluntad de Dios sobre todas las cosas, para la plenitud de los redimidos, cuando todas las
cosas serán reunidas en Cristo Jesús (Ef. 1:10).
EL PATRÓN DE LA VICTORIA
VISIÓN:
VISITACIÓN:
VEREDICTO:
VICTORIA:
CRISTO EL PROFETA
CRISTO EL SUMO SACERDOTE
CRISTO EL JUEZ
CRISTO EL REY
Todas las dispensaciones apuntan hacia el Hijo de Dios hecho hombre, para impartir al hombre su naturaleza
divina, que le confiera sus características; fueron diferentes maneras de evangelizar a los hombres mediante
figuras, de modo que pudieran depositar su fe en el único medio de Salvación que Dios ha dado a la humanidad
2
en Cristo, revelado desde el principio (He. 1:1-2, 4:1-3, 9-10, Gá. 4:4-7, Hech. 4:10-12, 1ª Ti. 2:4-6). Es
maravilloso saber que a nosotros nos es concedido conocer todos los precedentes y además tener una visión del
futuro glorioso que nos espera, que a los que vivieron en las dispensaciones anteriores no les fue concedido en
plenitud, ni a los que vivan en la siguiente era lo será (1 Co. 10:11, He. 11:13, 39-40).
Las Verdades Dispensacionales nos muestran la supremacía o preeminencia de la voluntad de Dios sobre
el diablo, el pecado y el hombre, ya determinada y que se cumplirá conforme a su consejo divino en una
manera irremisible y contundente (Hch. 3:17-21, 4:28, He. 13:8, Ap. 1:19).
Ya que en cada dispensación Dios celebró con el hombre diferentes pactos, también es importante definir lo
que es un pacto, para comprender su importancia: Un pacto es un convenio entre dos partes que las
comprometen entre sí bajo ciertas reglas, con un fin determinado, que requiere de ambas partes para alcanzarlo.
Debe contener por lo menos cuatro aspectos:
CONTENIDO DE UN PACTO:
CLÁUSULAS: En manera general, son las condiciones u obligaciones que comprometen a
ambas partes para regular su relación. En manera específica se dio mediante los mandamientos
establecidos por Dios al hombre.
DERECHOS: En manera general son los beneficios garantizados a quienes cumplan las
cláusulas. En manera específica Dios dio al hombre promesas para bendecir a los vencedores.
SANCIONES: Castigos a quienes cometan una infracción a las cláusulas. Juicios y sentencias
sobre los vencidos que faltan al pacto.
INSTANCIAS: Medios para recuperar los derechos cuando se ha cometido una infracción.
Oportunidades para ser restaurados y participar de mayores bendiciones.
Estudiaremos en paralelo en cada dispensación, las siete pruebas a las que Dios sometió al hombre y a los
vencedores de cada era, así como los pactos que se fueron dando para sentar precedentes y evangelizar a
quienes recibieron cada pacto. Para tener una visión panorámica de las pruebas, las mencionamos a
continuación:
LAS SIETE PRUEBAS
1. LA PRUEBA DE LA OBEDIENCIA A LA PALABRA DE DIOS.
2. LA PRUEBA DE LA SEPARACIÓN DEL MUNDO.
3. LA PRUEBA DE LA SUMISIÓN.
4. LA PRUEBA DE LA PREPARACIÓN.
5. LA PRUEBA DE LA POSESIÓN.
3
6. LA PRUEBA DE LAS PRIORIDADES:
A) PRUEBA DEL REPOSO.
B) PRUEBA DE FIDELIDAD A LA VISIÓN.
C) PRUEBA DE LA GRACIA.
7. LA PRUEBA DE LA FE:
A) PRUEBA DE LA FE CREATIVA (DON).
B) PRUEBA DE LA FE DOCTRINAL (FUNDAMENTO).
C) PRUEBA DE LA FE PERSEVERANTE (FRUTO).
D) PRUEBA DE LA FE CONSCIENTE DE DIOS (SENTIDO DEL ESPÍRITU).
4
VERDADES DISPENSACIONALES
NOS MUESTRAN LA SUPREMACÍA O PREEMINENCIA DE LA VOLUNTAD DE DIOS
1.- PACTO ADÁMICO
(Vestidos de pieles)
I. ERA DE LOS
PATRIARCAS
2.- PACTO DILUVIANO
(Arco iris)
LA GLORIA DE
SU NOMBRE
3.- PACTO ABRAHÁMICO
(Circuncisión)
4.- PACTO MOSAICO
(Ley, Tabernáculo,
sacerdocio, fiestas, etc)
PLAN
ETERNO
II. ERA DE
DE DIOS
LA LEY
REUNIDO
EN CRISTO
5.- PACTO NACIONAL
(Colectivo como Nación)
LA GLORIA DE
SU PALABRA
6.- PACTO DAVÍDICO
(Como Reino/ Tabernáculo
de David)
III. ERA DE LA
GRACIA
LA GRAN
TRIBULACIÓN
7.- NUEVO PACTO (ETERNO)
(Iglesia)
EN LA TIERRA
a) LA IGLESIA
b) ISRAEL
c) ARMAGEDON /
RETORNO DE CRISTO
LA GLORIA DE
SU VIDA
EN EL CIELO
BODAS DEL
CORDERO / CENA /
TRIBUNAL DE
CRISTO.
IV. LA ERA
MILENIAL
REINO DE CRISTO Y LA
IGLESIA, MIL AÑOS DE PAZ
(El diablo atado mil años)
LA GLORIA DE
SU PRESENCIA
JUICIO FINAL
DIABLO SUELTO /
GRAN BATALLA /
GRAN TRONO BLANCO
DIABLO Y SUS
ÁNGELES/ LOS
PERDIDOS / LOS
DEL MILENIO /
MUERTE /
INFIERNO.
ETERNIDAD
CIELOS Y TIERRA NUEVOS
/ NUEVA JERUSALÉN
REINO ETERNO
MUERTE SEGUNDA / LAGO
DE FUEGO
TODO
5
I. LA ERA PATRIARCAL
La forma básica que Dios estableció para la vida social del hombre fue la familia, entregando al jefe de familia
la autoridad para proveer a todas las necesidades de los miembros. Las familias se volvían tribus en las que el
padre original mantenía la autoridad sobre su descendencia y le daba nombre; esta posición de dignidad lo
distinguía como el Patriarca. Dios se relacionó en primer lugar con los patriarcas que escogió para empezar a
revelarse. Después de Adán y su falla, fueron siete patriarcas a los que Dios probó, los aprobó y enseñó a
caminar en fe: Abel, Enoc, Noé, Abraham, Isaac, Jacob y José. Es muy significativo que los siete se encuentran
mencionados por orden en la galería de los héroes de la fe de Hebreos 11 (He. 11:4-22).
Esta era abarca todo el libro del Génesis, antes de que Dios tuviera una nación para hacerla su canal o medio de
relacionarse con el hombre. Durante este período, Dios estableció con algunos de estos patriarcas, pactos que
sentaron un precedente, en especial con: Adán, Noé y Abraham. La Era Patriarcal tiene como denominador
común la revelación directa de Dios, mostrando su naturaleza mediante los nombres con los que se fue dando a
conocer a cada patriarca.
1.- EL PACTO DE ADÁN (Gn. 1:28, 2:15-17, Os. 6:7). Este primer pacto relacionó al primer hombre con
Dios; el hombre no tenía pecado, ni conciencia de bien ni de mal, disfrutando de un estado de inocencia que le
permitía ejercer la autoridad que Dios le había dado, para enseñorearse y sojuzgar sobre todas las demás
criaturas. La bendición de Dios se mantendría siempre y cuando el hombre obedeciera un sencillo
mandamiento de no comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal. Adán fue sometido a la primera
prueba de la obediencia y la reprobó; la sanción era de muerte o separación de Dios. Así que, cuando el
hombre pecó, cobró conciencia del bien y del mal y experimentó las consecuencias del pecado, todo hombre
desde entonces cuenta con el sentido de su conciencia, la cual los acusa o excusa de lo que hace, misma que
aún opera en los que no conocen a Dios hoy en día (Ro. 2:15-16).
El hombre buscó la manera de recuperar la relación perdida, tratando de cubrir la vergüenza de su desnudez
para lo cual se confeccionaron unos delantales de hojas de higuera, pero no lograron su cometido, ya que
cuando Dios se presentó en el huerto para tener comunión con él, se tuvo que esconder lleno de miedo (Gn.
3:6-10).
Dios le mostró que, como consecuencia de su desobediencia y muerte espiritual, el diablo y el pecado habían
adquirido autoridad sobre su naturaleza, pero le prometió como la instancia, que un día la simiente de la mujer
tomaría victoria sobre la simiente de Satanás y la condición humana sería restaurada (Gn. 3:15).
También, por amor del hombre, Dios maldijo a la tierra, quedando ésta sujeta a corrupción, de modo que toda
la creación sufrió las consecuencias de la caída. Esto trajo desgaste, cansancio, sudor, envejecimiento y la
muerte física a todas las criaturas (Gn. 3:16-19), pero con la esperanza de la promesa de redención que había
dado, toda la creación está aún gimiendo hasta la manifestación gloriosa de los hijos de Dios, es decir, por la
restauración plena del hombre, después de la última dispensación (Ro. 8:19-25).
Dios además le mostró un medio provisional para cubrir su desnudez y poder comunicar con Él pese a su nueva
condición de pecador: Dios mismo sacrificó a los primeros animales para cubrir con sus pieles su vergüenza, la
primera sangre fue derramada para ellos (Gn. 3:21).
Al cumplirse la sentencia de muerte o separación de Dios por causa del pecado, el hombre perdió el derecho a
comer del fruto del árbol de la vida y fue expulsado del huerto de Dios (Gn. 3:22-24).
6
ABEL
Por la misma razón que los delantales de la primera pareja no funcionaron, la ofrenda de Caín no fue acepta y
la de Abel sí, pasando la prueba de la obediencia a la Palabra de Dios que su padre había reprobado (Gn.
4:3-4). La ofrenda de Caín nos habla de méritos propios, es la ofrenda de lo mejor de uno mismo; pero la
ofrenda de Abel expresa la fe en un sacrificio, figura de aquel que un día el mismo Dios cumpliría en el
Calvario.
Es muy claro que la manera en que el hombre se relacionó con Dios en el huerto fue la manifestación de sí
mismo, pero después del pecado, un velo lo impidió, puesto que su espíritu estaba separado de Dios y la mente
natural por sí sola no tiene la capacidad de comprender las cosas espirituales (1 Co. 2:14-15), por lo que fue
necesario ofrecer sacrificios para invocarle, y Dios se fue revelando mediante diferentes nombres, cada vez que
se presentaba y hablaba con algún escogido, dándole alguna indicación. Adán y Abel conocieron a Elohiym, el
Dios supremo en plural. El Dioses en superlativo, que los creó a su imagen.
ENOC, UN PATRIARCA SINGULAR
Dentro del primer período de esta dispensación, es muy significativa la relación de Dios con el patriarca Enoc,
ya que es una semilla especial respecto al cumplimiento del plan de Dios (Gn. 5:21-24), aunque no se menciona
que Dios haya efectuado con el algún pacto, sí fue sometido a la prueba de la separación del mundo, la cual
aprobó y por eso fue transpuesto para no ver muerte, veamos siete aspectos significativos de este patriarca
singular:
a. Enoc significa iniciado, presentándolo como un pionero en el plan de Dios, figura de quien es el Alfa,
en quien se inician todas las cosas.
b. El vivió un año de años (365 años), figura de quien es la Omega, en quien todas las cosas tienen
cumplimiento.
c. Fue el padre del hombre más longevo que ha habitado sobre la tierra: Matusalén, que significa: hombre
de una flecha o flechador certero, prefigurando perfección al dar en el blanco, que sabemos que es total
entrega para alcanzar la plenitud y la recompensa a la excelencia que Dios tiene en la meta mediante su
Hijo (Fil. 3:13-14).
d. Fue séptimo desde Adán (Jd. 1:14), el siete es símbolo de perfección, lo que lo pone como una figura
del cumplimiento o plenitud de los vencedores.
e. Fue transpuesto para no ver muerte (He 11:5), lo que también lo pone como una figura de los
vencedores que serán raptados como primicias.
f. Antes de ser transpuesto hubo claro testimonio de haber agradado a Dios y caminar con Él en fe, como
se espera de los vencedores, que le sigan por donde quiera que vaya, en total separación para Él (Ap.
14:1-3).
g. Enoc fue el primer profeta, vio el plan de Dios hasta el final de su obra, predijo la segunda venida de
Cristo con sus santos millares, para iniciar el milenio o día de reposo (basado en las figuras de la
semana de la creación) (Jd. 1:14, 2 Ts. 1:7-10).
2.- EL PACTO CON NOÉ (Gn. 6:6-8, 17-18, 7:1-4), La humanidad, vendida al pecado, se olvidó de Dios y se
corrompió, al punto que Dios anuncia el diluvio como un juicio, empero Noé halló gracia delante de Dios e
hizo con él un pacto para preservar al hombre y restituirle sus privilegios. Antes del diluvio Dios le dice:
estableceré un pacto contigo. Noe halló gracia porque le creyó a Dios, eso nunca va a cambiar (He. 11:6-7).
Noe pasó la prueba de la sumisión para llevar a cabo el proyecto de construir el arca y capturar a todos los
animales; pero además tuvo que pregonar el juicio que venía sobre los moradores de la tierra por causa de su
maldad (Gn. 7:5, 16). Recordemos que no había ley aún, sin embargo Dios le habla de animales limpios e
inmundos, aunque la lista será dictada a Moisés mucho tiempo después; también el respeto por la sangre le es
7
enseñada, para que comprendiera que sería la vida del Hijo de Dios dada para su redención, al ser derramada su
Sangre inocente (Gn. 9:1-6).
Después del diluvio Dios Elohiym le dice a Noé: Yo establezco mi pacto contigo, y le dio por garantía el arco
iris, como señal de que no volvería a destruir la tierra por agua (2 P. 3:5-7). Era como volver a empezar. Noe
ejerce su fe al ofrecer sacrificios a Dios, que fueron de olor grato a Él, ya que él miraba hacia el Calvario y
creía que los sacrificios eran necesarios, en tanto que no se diera el sacrificio perfecto, pero creía en la
justificación por gracia mediante la redención de Dios (Gn. 8:18-22, 9:17). Noé como Adán, se podía acercar a
Dios mediante sacrificios que cubrieran provisionalmente sus imperfecciones, pero poniendo su fe en el futuro
sacrificio del Hijo de Dios humanado, sabiendo que entonces Dios haría un mejor pacto.
Noé no tenía una Biblia en la cual consultar la voluntad de Dios y mediante la cual conocerlo, él dependía por
entero de las ocasiones en que Dios le hablaba y se le presentaba para revelarse a él, así que conoció a Dios
como Adán, mediante una revelación personal de Elohiym y el ejercicio de su conciencia.
Ahora nosotros sabemos que el arca de Noé es una figura de la Salvación que un día Dios obraría mediante la
fe en Cristo, para condenación de los incrédulos. Los que creen en Cristo tienen un séptuple pacto, tipificado
por el arco iris, que les garantiza que una vez salvos, nunca más serán condenados (1 P. 3:20-22, 2 P. 2:5).
LA TORRE DE BABEL
Después de Noé, los hombres se volvieron a endurecer, toda la raza humana estaba junta, hablaba un mismo
idioma, y recordando el diluvio, pensaron que podrían hacer una torre tan alta, que les permitiera llegar al cielo
por sí mismos, por si acaso Dios volviera a ejercer juicio con agua sobre la tierra, aunque el arco iris les decía
que eso no sucedería nunca más (Gn. 11:1-9). También se pusieron un nombre que los identificara por si fueran
esparcidos por toda la tierra, por primera vez fabricaron ladrillos y los pegaron con betún; los ladrillos se
fabrican en moldes, de modo que pudieron edificar muy rápido; así que diseñaron y empezaron a construir la
torre que según ellos los salvaría por sus propios medios.
Dios no los destruyó por agua como ellos temían, porque había prometido nunca más hacerlo, pero trajo un
juicio al confundir sus lenguas de modo que no se entendieran entre sí, y la torre se llamó Babel, que significa
confusión, tipo del mundo religioso creado por el hombre. Babel, cuna de Babilonia, prefigura a todas las
religiones, pues son intentos de alcanzar el cielo por medio de buenas obras, lo que sabemos no es posible, ya
que desde que el hombre pecó sus mejores obras son imperfectas. Las religiones se ponen un nombre que las
identifique por toda la tierra, es la misma tendencia de la denominaciones cristianas, que mediante un apellido
distinguen a unos cristianos de otros. Además las organizaciones religiosas, requieren “fabricar” mediante los
moldes de sus seminarios, a “ministros”, que como los ladrillos de barro salen en serie; pero Dios es un alfarero
que fabrica pieza por pieza y todos son diferentes unos de otros. Una vez separados por los idiomas y olvidando
a Dios, el diablo pervirtió sus costumbres.
Después del juicio de confusión de lenguas, se fueron separando los grupos que hablaban la misma lengua y se
dispersaron por la tierra, dando origen a las naciones. Los que se quedaron en Babel, edificaron Babilonia, que
fue la capital del ocultismo y la hechicería de aquel tiempo, que sería el contra tipo de la ciudad santa de
Jerusalén. Babilonia es figura de la ramera o falsa esposa del falso Cristo que se levantará un día muy cercano
(Ap. 17:5).
3.- EL PACTO CON ABRAHAM (Gn. 12:1-3, 15:17-21). Abram fue un hombre idólatra de Ur, ciudad Caldea
de Mosopotamia, de donde Dios lo llamó para hacerlo heredar una tierra que poseería su descendencia, la que
posteriormente sería la nación de Israel. Abraham fue un hombre que sentó un precedente de fe, al principio
salió, obedeciendo el llamado de Dios, sin saber a donde iba, dejando su confort, posesiones y parientes, en
parte, empezando la prueba de la preparación, al iniciar un camino de fe cuyas huellas deben ser caminadas
8
por los creyentes paso a paso (Ro. 4:12-25): Siete pasos de fe, siete claves con “C” que nos llevan de la mano a
una verdadera vida de fe.
EL CAMINO DE FE DE ABRAHAM (Ro. 4:17-22)
VERSO
(17)
(18)
(19)
(20)
(21)
(21)
(22)
PASO DE FE
CONFESIÓN DE LA FE: Llamar las cosas que no son como Dios las llama.
CONFLICTO DE LA FE: Entre la promesa y lo que percibimos con los sentidos
naturales.
CONSIDERACIÓN DE LA FE: No considerar las cosas naturales sino las
espirituales.
CONCIENCIA DE LA FE: Mantener la conciencia de Dios con alabanza.
CONVICCIÓN DE LA FE: Convencidos del poder de Dios para cumplir sus
promesas.
CONSISTENCIA DE LA FE: Seguir creyendo no importa el tiempo que pase.
CONFIRMACIÓN DE LA FE: Ver la gloria de Dios con la respuesta fiel de Dios.
En cada paso Abraham fue progresando en la prueba de la preparación, por lo que fue constituido como padre o
modelo de los creyentes, por cuya causa Dios le cambió el nombre de Abram (Padre enaltecido), al de
Abraham (Padre de multitudes) y le dio la circuncisión por señal del pacto (Gn. 17:1-11). La circuncisión
prefigura el corte de la capacidad natural del hombre mediante la conversión, para poder moverse en una
dependencia de Dios; era una señal de fe en Dios y una figura de la cruz en la que la carne debe morir, para
vivir en el espíritu para Dios (Hch. 7:8, Ro. 2:28-29, 3:30, 4:9-12, Gá. 5:6, 6:15, Fil. 3:3, Col. 2:10-11).
Dios se fue revelando a Abraham mediante siete apariciones (ya visto cuando estudiamos la 3ª doctrina básica
de La Fe en Dios) y fue tan grande la revelación de sus nombres, como:







El Dios de la gloria (Gr. Theos Doxa, Hech. 7:2, Gn. 12:1, en hebreo equivale a Eloiym Kabod
Kabod).
El Elyon (Dios alto o supremo Gn. 14:19-20), cuando aprendió el principio de fe del diezmo
ante Melquisedec (Rey de Justicia, He. 7:1-10), figura del mismo Cristo, que le ministró pan y
vino, como también nos dejó el sacramento a nosotros para recordar su sacrificio, antecedente
para los hijos de fe que siguen sus pisadas.
Magen meginnah (tu protector o escudo Gn. 15:1) en contra de sus enemigos, cuando le reveló
su especial nombre Adonay, (El Señor, como nombre propio de Dios, Gn. 15:2).
Atta El Roiy (El Dios que lo ve todo Gn. 16:13).
El Shadday (El Dios que todo lo puede Gn. 17:1), que le dará el hijo de la promesa en su
vejez.
En en monte Moriah (viendo a Yo Soy), Dios se reveló a Abraham y a Isaac como Jehová
Yireh, que significa, --Yo Soy verá por ti (Gn. 22:1-3).
El Olam (El Dios eterno, Gn. 21:33). Lo invocó con este nombre en Beer Shebah (pozo del
juramento).
9
Con cada revelación sentó un precedente o camino de fe, recibiendo promesas que lo constituyeron no sólo en
padre de la nación que sería el pueblo de Dios, como el polvo de la tierra o la arena del mar (Gn. 13:16, 32:12),
sino también padre de los creyentes que un día formarían su gloriosa iglesia, tipificada por las estrellas del cielo
(Gn. 15:5, 22:17, Ro. 9:6-8).
Cuando Abraham ya conocía a Dios más profundamente y sabía que era poderoso para hacer todas las cosas,
experimentó la prueba más difícil de su vida, pues como padre de quien era heredero de todas las promesas que
Dios le había dado, recibió el mandamiento de sacrificar a su Isaac (Gn. 22:1-3, 5, 15-18), lo cual se propuso
hacer sin vacilar, pues conocía a Dios y confiaba que si él obedecía, Dios era poderoso para resucitarlo y
entonces cumplir todas sus promesas, de donde lo volvió a recibir vivo cuando el ángel lo detuvo (He. 11:1719). Abraham toma la figura del Padre Celestial, su Hijo Isaac, es una figura del Hijo de Dios que sería puesto
en el altar como el sacrificio perfecto por nuestros pecados, es por ese entendimiento que Abraham fue
justificado por la fe al obedecer la solicitud de Dios (Stg. 2:20-24).
Abraham conoció el plan de Dios, supo claramente que de su simiente se levantaría el Salvador del mundo, vio
su día y se gozó y de antemano pudo disfrutar de la visión celestial que ahora anima a todos los redimidos,
aunque no recibió en sus días lo que fue reservado para nosotros (Jn. 8:56-58, Ro. 4:12-16, Gá. 3:6-9).
La instancia era la misma, Abraham también se relacionó con Dios mediante sacrificios, de hecho durante su
vida él levantó siete altares (motivo de otro estudio) en los que ofreció sacrificios a Dios para adorarle y
buscarle, incluyendo el carnero atrapado entre las zarzas y que sacrificó en vez de su hijo, y como ya leímos,
fue en un sacrificio en el que Dios pactó con él y lo hizo depositario de las promesas para bendecir a toda la
humanidad.
ISAAC
Este pacto fue confirmado a su hijo Isaac, quien aprobó la prueba de la posesión, ya que en el monte Moriah
no sólo Abraham fue probado, sino él que era un joven consciente de las cosas que se dieron en esa ocasión, y
estuvo dispuesto a dar su vida para Dios en manos de su padre (Gn. 17:21, 22:6-10). También pasó la prueba al
abrir los pozos que le darían agua en el tiempo de sequía, cuando todo mundo bajaba a Egipto por alimentos,
Dios a él lo prosperó, pero como sabemos, primero destapó los pozos de su padre Abraham que habían sido
segados, luego lo corrieron y se fue a Gerar y abrió cuatro pozos, pero pozo que abría se lo quitaban los del
lugar y él abría otro que le daba buena agua (Gn. 26:1-5, 18-25, 32-33). La iglesia ya escuchó un estudio sobre
los pozos de Isaac, lo cierto es que él pasó la prueba de la posesión como un vencedor. Isaac es mencionado en
He. 11:20 entre los patriarcas vencedores, en especial cuando bendijo a Jacob respecto a la primogenitura y a
Esaú, respecto a su futuro.
JACOB
El patriarca Jacob, nieto de Abraham también fue partícipe de la confirmación del pacto de Dios con su abuelo
(Gn. 25:29-34), ya que aprobó la prueba de las prioridades, que su hermano menospreció. Siendo Esaú el
primogénito y él el menor, cambiándola por un plato de lentejas que supliera su necesidad inmediata; de esa
manera Jacob anheló las bendiciones y privilegios de la primogenitura y las obtuvo, prefigurando la prioridad
que tienen las cosas espirituales sobre las terrenas (Ex. 2:24). Sabemos que a todos nos acontecerá que las cosas
temporales nos puedan parecer más importantes que las espirituales, que son eternas, y algunos prefieran
resolver su vida en esta tierra, por ejemplo casándose con un pagano, o divorciándose y tomando una segunda
pareja, que porque son jóvenes y tienen derecho a vivir su vida. Así fue como Esaú perdió sus privilegios y fue
un vencido.
10
Jacob, el tramposo, que conocía bien a su hermano, parecía haber obtenido la bendición en una manera
equivocada y sin consecuencias, pero no fue así, ya que la prueba de las prioridades le fue aplicada a él y
cuando aprobó sus tres etapas, le fue confirmada la bendición:
a) Jacob, además de tramposo era medroso, y cuando huye de su hermano Esaú, tiene un encuentro con
Dios, el primero de siete, en el que Dios le promete bendecirlo con cuatro cosas: ser con él, guardarlo
dondequiera que fuere, volverlo a su tierra y terminar lo que empezó con él; Jacob a su vez hizo un
voto a Dios en el que ofreció reconocerlo como su Dios, darle los diezmos y volver a ese lugar de Betel (Gn. 28:10-22). Después de esa experiencia espiritual, prosigue su camino hacia la tierra Caldea y
llega a la casa de su tío Laban, para pasar por la difícil prueba del reposo, mientras se sometía a su
tramposo suegro Labán, durante 14 años, para obtener a Raquel como su esposa amada, y seis años
más, para obtener su propio ganado. Jacob sufrió en carne propia el haber sido tramposo con su
hermano Esaú, soportando las trampas de su suegro y aprendiendo a depender de Dios (Gn. 29:18, 2527, 31:3-7, 38, 41-42). La prueba del reposo nos da una correcta relación con Dios el Padre.
b) Cuando Jacob durmió en el campo y tuvo la visión de una escala que tocaba la tierra y en su otro
extremo el cielo, sobre la cual subían y bajaban ángeles, y reconoció que aquel lugar era casa de Dios y
puerta del cielo, y tuvo un entendimiento que el único medio de llegar al cielo sería mediante Cristo,
que con sus dos naturalezas, podría tocar el cielo y la tierra, siendo Él el único canal para recibir las
bendiciones de Dios (Jn. 1:51). Entonces conoció al Dios de sus padres personalmente, e hizo un voto
que más de 20 años después cumplió, cuando regresó a aquel lugar, después de muchas dificultades en
que vio a Dios ayudarle, como él se lo había pedido, con ello pasó la prueba de la fidelidad a la
visión (Gn. 31:13, 35:1-7). Aprobar esta prueba, nos da una correcta relación con Dios el Hijo.
c) Finalmente, cuando Jacob, después de sufrir la persecución de Esaú y los engaños de Labán, recibió las
bendiciones de Dios y los privilegios de la primogenitura a los que no tenía derecho, fue que pasó la
prueba de la gracia, al comprender que lo que Él había anhelado y peleado sería suyo por gracia, sin
tener derecho a ello, hasta aprender a reposar en su Dios y ser fiel a la visión que Dios le dio al inicio
de su prueba (Gn. 33:1-10, 35:9-15). Aprobar esta prueba, nos da una correcta relación con el Espíritu
Santo.
Jacob también tuvo siete apariciones en la que Dios se reveló a él para darse a conocer, para enseñarle, como a
nosotros ahora, que debemos tener a Dios en primer lugar, para que Él encuentre en nosotros el reposo de ser su
casa, donde Él desea morar en esta tierra, la iglesia, donde los tres propósitos de Dios se cumplirán: Tener un
lugar de Habitación, al tener una correcta relación con el Padre un lugar de Revelación, al tener una correcta
relación con el Hijo, y un lugar de Propagación, al tener una correcta relación con el Espíritu Santo, mostrados
a Jacob.
APARICIONES DE DIOS A JACOB
1. Gn. 28:10-22 VISIÓN DE LA ESCALA QUE TOCABA EN CIELO Y LA TIERRA EN
BETH-EL: CASA DE DIOS (HABITACIÓN) Y PUERTA DEL CIELO (PROPAGACIÓN);
LOS ÁNGELES DESCENDIENDO Y SUBIENDO (REVELACIÓN).
2. Gn. 31:10-13 EL DIOS DE BETH-EL LE ORDENA REGRESAR A LA TIERRA DE SU
NATURALEZA (SU HABITACIÓN).
3. Gn. 32:1-2 UNA VISIÓN DE ÁNGELES QUE VIENEN A ÉL EN EL CAMPAMENTO DE
DIOS (REVELACIÓN).
11
4. Gn. 32:24-32 LUCHA CON EL ÁNGEL HASTA QUE LO BENDICE EN PENIEL
(ROSTRO DE DIOS O PRESENCIA DE DIOS).
5. Gn. 35:1-7 DIOS LE PIDE VOLVER A BETH-EL Y EDIFICAR UN ALTAR QUE LLAMA
EL-BETH-EL (DIOS ESTÁ EN SU CASA).
6. Gn. 35:9-15 EL DIOS OMNIPOTENTE LE CONFIRMA SU NOMBRE ISRAEL Y SUS
PROMESAS, EN BETH-EL.
7. Gn. 46:1-6 DIOS LE PIDE DESCENDER A EGIPTO CON JOSÉ Y PROMETE
REGRESARLO A SU TIERRA (COMO PUEBLO), QUE CRECERÁ DENTRO DE
EGIPTO.
JOSÉ
Dentro de los doce patriarcas surgidos de Israel, el único vencedor fue José, el consentido de Jacob, el soñador,
que fue probado duramente y aprobó la prueba de la fe para ser un vencedor. Esta prueba de la fe se dio en
cuatro fases para establecer los cuatro tipos de fe:
a) La fe creativa (don del Espíritu) se ve claramente cuando a sus 17 años el recibe sueños creativos,
sobre sí mismo (Gn. 37:2-11), cuando todo parecía imposible de cumplirse. Luego cuando interpreta
los sueños del copero y el panadero en la cárcel y estos sí se cumplen (Gn. 40:5-23). Con estos dos
símbolos, del mismo modo que Melquisedec a Abraham, José fue evangelizado y comprendió el precio
de su redención, tres sarmientos y tres canastillos de pan, significaban tres días que ambos pasarían en
la cárcel, el panadero moriría y el copero sería restituido al servicio del rey. El cuerpo y la sangre del
Señor crucificado, son tipificados en el pan y el vino, tres días en el infierno, luego la resurrección, en
la que el copero, con la voz de la sangre a la diestra del rey (Dios), saca finalmente a José, pero
mientras lo consuela. Finalmente, cuando recibe las interpretaciones de los sueños de faraón sobre siete
años de abundancia seguidos por siete años de escasez, lo que lo lleva a ser el segundo del rey,
cambiando totalmente su situación y llevándolo al cumplimiento de sus primeros sueños de adolescente
en que le había sido revelado los propósitos de Dios (Gn. 41:1-16, 25-39). La fe creativa fue la clave
para nunca desanimarse hasta ver cumplida la voluntad de Dios para ser el medio de salvación para su
familia.
b) La fe doctrinal (fundamento) le sostuvo mediante sus principios, cuando pasó por las dificultades
necesarias que formarían y fortalecerían su carácter. Recordemos que no había Biblia, pero los
patriarcas enseñaban a sus hijos los principios aprendidos de Dios, mismos que ahora nosotros leemos
en su Palabra. Lo podemos comprobar claramente en diferentes momentos críticos, como al ser
aborrecido y vendido por sus hermanos, que no se llenó de amargura ni rencor contra ellos, sino que los
siguió amando (Sal. 69:8, Is. 66:5, Jr. 12:6); al no desanimarse cuando fue vendido en el mercado de
esclavos al eunuco de faraón, y ponerse a trabajar tan de buen gusto, que se ganó la confianza de su
amo (Dt. 28:1, Pr. 12:24, 22:29); el no ceder a la tentación sexual para tomar a la esposa de Botifar (Pr.
5:1-14), y soportar sin desánimo el ser echado en la cárcel injustamente por varios años, y ganar la
confianza del jefe de la cárcel para llegar a ser su mano derecha. Fue el dicho de Jehová que lo probó
hasta que vino la hora de su puntual cumplimiento (Gn. 39:2, 5, 21, Sal 105:17-19).
c) La fe confesional o perseverante (fruto del Espíritu) se manifestó también a medida que José fue
pasando por los principios de muerte, sepultura y resurrección, necesarios para que Cristo sea formado
en el creyente. Su ánimo nunca decayó ni su actitud cambió, siguió confesando siempre que Dios era
fiel y cumpliría lo que le había prometido (Sal. 116:10, 2 Co. 4:13). Hasta que llegó el tiempo de su
resurrección y salió de la cárcel para ser el segundo hombre más poderoso de la tierra (Sal. 105:20-22,
Hch. 7:10).
12
d) Finalmente, la fe consciente de Dios (sentido del espíritu), se manifestó en él desde el principio (Hch.
7:9) durante todas sus penurias (Gn. 39:2-3, 21-23), y hasta el final, cuando pudo reconocer que la
razón de todos sus sufrimientos había sido el prepararlo para ser el medio de salvar a su nación, y en la
adversidad y en la prosperidad nunca lo olvidó, tal y como lo dijo a sus hermanos cuando lo
reconocieron y temieron su venganza: No fueron ustedes, fue Dios quien lo hizo todo con un propósito
que ahora se está cumpliendo (Gn. 45:1-5).
El patriarca José aprobó las cuatro pruebas de la fe, y dio mandamientos sobre sus huesos, porque sabía que
Dios visitaría a su pueblo y lo volvería a la tierra prometida, por lo que debían llevarlo a enterrar allá, tal y
como lo recordó Moisés cuando salieron de Egipto. Su huesos entraron después, pero él entró por fe, 400 años
antes que todos (Gn. 50:24-25, Ex. 13:19).
Resumiendo, estos tres pactos en la era patriarcal, nos muestran en especial la gloria de su Nombre, ya que
Dios se reveló en manera personal y mediante diferentes nombres, que revelan parte de su naturaleza, se fue
dando a conocer a los patriarcas, antes de que hubiera la palabra escrita como medio de revelación. A esta era
también se le conoce como dispensación de la conciencia.
DISPENSACIÓN DE LOS PATRIARCAS (DE LA CONCIENCIA)
PATRIARCA
PRUEBA
RELACIONES BÁSICAS
ABEL*
DE LA OBEDIENCIA
CON LA PALABRA
ENOC
DE LA SEPARACIÓN
CON EL MUNDO
NOE*
DE LA SUMISIÓN
CON LA AUTORIDAD
ABRAHAM*
DE LA PREPARACIÓN
CON LOS TRATOS
PERSONALES
ISAAC
DE LA POSESIÓN
CON EL PLAN DE DIOS
JACOB
DE LAS PRIORIDADES
REPOSO
FIDELIDAD
GRACIA
CON DIOS MISMO
EL PADRE
EL HIJO
EL ESPÍRITU SANTO
JOSÉ
DE LA FE
CON LA GLORIA DE DIOS
FE CREATIVA
DE SU NOMBRE
FE DOCTRINAL
DE SU PALABRA
FE PERSEVERANTE
DE SU VIDA
FE CONSCIENTE
DE SU PRESENCIA
DE DIOS
NOTA: (*) Tres pactos: El primero con Adán, que reprobó la prueba de la obediencia, Dios hizo con él un
pacto con promesa de Salvación mediante un sacrificio, con la señal de las vestiduras de pieles en vez de hojas
de higuera; Abel pasó la prueba y se acercó por medio de un sacrificio. Noé aprobó la prueba de la sumisión y
recibió un pacto de Salvación con la señal del Arco iris y sus siete colores, tipo de los siete pactos del Calvario.
Abraham pasó la prueba de la preparación y Dios hizo con el un pacto universal con la señal de la circuncisión.
13
II. LA ERA DE LA LEY
Moisés escribió el Pentateuco, mediante el cual el hombre tuvo por primera vez un registro escrito de la era de
los patriarcas y de la manera en que Dios se relacionó con ellos, y mediante él, incluyendo el libro de la ley,
Dios estableció la nueva manera de revelarse al hombre mediante la Palabra escrita, por lo tanto es una
dispensación basada en la Palabra y para manifestar su gloria.
HISTORIA DE ISRAEL
Esta dispensación está dividida en cuatro etapas perfectamente definidas en la Palabra de Dios, que a su vez
prefiguran las cuatro dimensiones del propósito de Dios: anchura, longitud, profundidad y altura, y los intentos
vanos del hombre pecador por alcanzarlos mediante su capacidad natural:
A) La salida de Egipto y su peregrinación por los desiertos.
Las diez plagas sobre Egipto para juzgar a sus dioses es un tipo de nuestra redención: Egipto es figura del
mundo, Faraón del diablo, sus dioses de los demonios que ejercen sus principados y potestades sobre el
mundo, el cordero pascual, de Cristo y su sacrificio para nuestra Redención.












(Ex. 4:21-23, 7:1-7) Dios envía a Moisés a liberar a su pueblo mediante juicios sobre los dioses
egipcios y desde el principio le anticipa a faraón cual será la plaga final de muerte de su
primogénito.
(Ex. 7:8-13) 1ª visita a faraón, las varas se convierten en culebras y la de Moisés devora a las
de los adivinos. (La cobra era un dios que adornaba la cabeza de los faraones).
(Ex. 7:14-24) 1ª plaga, el agua del Nilo se convierte en sangre, los encantadores de faraón
hacen lo mismo. Sólo Dios sanó al Nilo.
(Ex. 8:1-15) La plaga de las ranas, los encantadores también lo hicieron, pero no la pudieron
quitar, hasta que Dios las hizo morir.
(Ex. 8:16-19) La plaga de los piojos, los encantadores no pudieron.
(Ex. 8:20-24, 29-32) La plaga de toda suerte de moscas, Dios hizo redención y esta plaga no
cayó en la tierra de Gosén, donde vivía Israel.
(Ex. 9:1-7) La peste sobre los ganados de Egipto, que no afecto a uno solo de los ganados de
Israel.
(Ex. 9:8-12) La ceniza es esparcida por Moisés y causa sobre los egipcios, salpullido y
tumoraciones apostemadas (hinchazón). Los adivinos no pueden pararse ante Moisés.
(Ex. 9:13-26, 31-32) Dios hizo caer sobre la tierra de Egipto grandes granizos mezclados con
fuego, que mataron a hombres y ganado que no se guardó y destruyeron árboles, hierva y todos
los cultivos de los egipcios, pero no vino sobre Gosén.
(Ex. 10:3-7, 15-20) La plaga de grandes langostas, fuera de lo común.
(Ex. 10:21-23, 27-29) Plaga de tinieblas.
(Ex. 10:27-29, 11:1-8, 12:29-31) La muerte de todo primogénito de los egipcios, desde faraón,
sus príncipes hasta de los pobres y hasta de las bestias. Israel fue librado de la plaga de muerte
mediante la sangre de la Pascua, despojaron a los egipcios de sus riquezas y salieron de Egipto.
Después, la nube que les guió y les protegió, sobre la cual estaba el Ángel de Jehová, es figura del bautismo
del Espíritu Santo, y cruzar el mar rojo para dejar atrás a Egipto y el poder de faraón, del bautismo en agua
para discipulado (Ex. 13:17-22, 14:18-20, 14:22-31, 1 Co. 10:1-2).
14
Luego Israel peregrinó por cuarenta años en doce desiertos, por cuarenta y tres jornadas, tipificando doce
disciplinas que todo creyente debe pasar para ser establecido firmemente en la Verdad, que les permitiera
conquistar la tierra prometida, como al creyente, para heredar las promesas que le harán madurar o
participar de naturaleza de Cristo (2 P. 1:3-4).
En el desierto de Sinaí le fue dada al pueblo su constitución o carta magna de los diez mandamientos, que
mediante un pacto se comprometió con ellos, pero además, mucho más: La anchura le fue dada cuando
recibió de Dios mandamientos para el gobierno, el sacerdocio y las ofrendas, las solemnidades que debían
de guardar, la familia, la interrelación entre las personas, los individuos, sus clases sociales, ocupaciones,
reglas de alimentación, reglas para los extranjeros, etc.
B) La conquista de la tierra prometida bajo la guía de Josué.
En la figura de Israel, cuando conquistó su tierra, vemos que nunca llegó a poseerla por completo, y se
quedó corto es sus aspiraciones, pero un día la poseerá en toda su extensión, desde el Eufrates hasta el gran
río Nilo (Gn. 15:18). Sólo hasta entonces alcanzará su lejana meta, de poseer toda la tierra que peregrinó su
padre Abraham, de inicio a fin.
La longitud del propósito de Dios se ve en la dispensación de la ley cuando el mismo Señor Jesucristo dijo
que la ley permanecería hasta que todas las cosas sean terminadas (Mt. 5:18). Lo que significa que la ley es
perfecta y buena, aunque el hombre por sí mismo no pueda cumplirla y por lo tanto lo condene (Sal. 19:711, Ro. 7:12, 14).
C) El tiempo de los jueces.
La profundidad del propósito de Dios se ve en el tiempo de los jueces, cuando Dios mismo juzgaba sobre
Israel. La ruina de Israel en esta época se debió a que no echaron a sus enemigos como Dios les había
mandado (Dt. 7:1-4), sino que los hicieron tributarios, por tanto les fueron por tropiezo ( Jue. 1:21-36, 2:14, 13-15). Además, después de la muerte de Josué y de los ancianos que habían visto la gloria de Dios,
Israel se apartó de Dios, olvidando e ignorando sus mandamientos, y aprendiendo las costumbres de los
pueblos que aparentemente dominaban (Jue. 2:6-23). Este tiempo se distinguió en especial porque cada
quien hacía las cosas como mejor le parecía, es decir, la manera correcta no se cumplía (Jue. 21:25). Varios
jueces están por nombre en la galería de los héroes de la fe, como Gedeón, Barac, Sansón y Jefté, gracias a
los cuales se cumplió el propósito de Dios en esta etapa (He. 11:32).
Los jueces que Dios dio a Israel durante esa época fueron doce, y con ello Dios nos muestra que a pesar del
pueblo, su modelo seguía al alcance, ya que doce es número de fundamento:
Otoniel, hijo de Cenez (Jd. 3:9)
Aod, hijo de Gera (Jue. 3:15)
Samgar, hijo de Anat (Jue. 3:31)
Débora mujer de Lapidot, profetiza, juzgó a Israel por causa del alma pusilánime de Barac, hijo de
Abinoam, a quien Dios había llamado a ser juez, ella lo animó a ocupar su lugar y finalmente él quedó en la
galería de los héroes de la fe ( Jue. 4:4-9). Débora es figura de las mujeres de Dios que suplen la carencia
de varones, pero que conocen su posición y nunca usurpan el lugar del varón
Gedeón, hijo de Joas (Jue. 6:11-13)
Tola, hijo de Púa (Jue. 10:1)
Jair de Galaad (Jue. 10:3)
Jefté, también hijo de Galaad (Jue. 11:1)
Ibzan de Bet-lem (Jue. 12:8)
Elón Zabulonita (Jue. 12:11)
15
Abdón, hijo de Hillel (Jue. 12:13)
Sansón, hijo de Manoa (Jue. 13:24-25).
Como Israel en el tiempo de los jueces, la iglesia ha mantenido sus altares de semana santa, de navidad y
otras falsas adoraciones importadas del mundo católico, así como mucho de sus formas de organización y
rituales paganos; han dejado de lado el modelo de Dios y sus maneras correctas. Esa época prefigura la
etapa en que la iglesia no conoce el Orden Divino que la haga funcionar como el Reino de Dios, teniendo a
Cristo como su real Señor y cabeza de cada iglesia local, sino que cada grupo o denominación se organiza y
hace las cosas de Dios como bien les parece, sin modelo y sin Orden, implementando o copiando modelos
del mundo. Dios en su amor ha enviado avivamientos a su iglesia mediante ministros, que como los jueces,
los volvían de sus tradiciones y apostasías al camino, pero muy pronto vivían y viven de recuerdos,
aferrados a sus tradiciones y legalismo que los hunde en la miseria espiritual.
Amalec es figura de la carne, los madianitas de las tradiciones que mediatizan y ponen un velo en la visión
espiritual, los filisteos prefiguran la vida sensual o mediante los sentidos naturales, que se apegan a lo
terreno y tienen como cosa prioritaria la prosperidad y el placer. Así que, cuando por ignorancia,
indiferencia o dureza de corazón, se pierde la visión, la doctrina se deteriora, el pueblo de Dios es oprimido
por demonios y los hijos de Dios viven una vida natural lejos del estándar de Dios y sus manifestaciones
(Jue. 2:21-23).
D) El reino de Israel con los profetas que le fueron enviados, seguido por 400 años de silencio profético.
Saúl fue el primer rey, pero fue un rey fuera de tiempo, de la tribu de Benjamín, dado por Dios a Israel por
causa de su deseo de ser como los demás pueblos (1 Sm. 8:5-7). Conforme al plan de Dios, el linaje real
sería de la tribu de Judá, de la que vendría el rey con el que haría un pacto, para levantar de su linaje al Rey
de reyes, Redentor de su pueblo y de la humanidad entera (Gn. 49:8-10).
Cuando David llegó al trono de Israel, después de la muerte de Saúl, vino un esplendor a la nación y Dios
reveló a David el diseño del templo y el orden del culto para la casa de Dios, que su hijo Salomón
construiría (1 Cr. 28:10-21). Dios hizo un pacto con él para garantizarle, como lo veremos con detalle más
adelante, al estudiar las siete pruebas de la nación en la dispensación de la ley, un trono perpetuo para su
simiente. Es esta época también vemos que los profetas les fueron enviados para volverlos al camino del
cual se desviaban, cuando eran gobernados por malos reyes.
El reino fue dividido en Judá, junto con la tribu de Benjamín, e Israel con las diez tribus restantes. Cuando
Israel colmó la medida de su maldad, fue deportado y disperso y nunca ha sido restaurado (2 Ry. 17:5-6,
18, 21-23). Judá también apostató y fue deportado a Babilonia, pero a los setenta años fueron vueltos a su
tierra, para ser restaurado su templo y la ciudad de Jerusalén (Dn. 9:2); que vivió el silencio profético
dentro de luchas y la dominación por el imperio romano, tal y como lo encontró Cristo en su primera
venida.
La altura del propósito de Dios prefigurado en esa dispensación, se aprecia en el reinado de David, de
Salomón y otros buenos reyes que restauraron al pueblo a su esplendor. También se aprecia que los intentos
del hombre por cumplir la ley para estar cerca de Dios no se lograron jamás, excepto por Cristo, que fue
hecho súbdito a la ley (Gá. 4:4-5), por lo cual es el único que puede tener las bendiciones que la ley ofrece
a los justos, mismos que Él ganó para nosotros.
El común denominador de esta dispensación es el sacerdocio levítico como guarda de la ley. Las cuatro etapas
nos enseñan las cuatro dimensiones de los propósitos de Dios: Ancho, largo, profundo y alto, sentando un
importante precedente para la iglesia (Ef. 3:17-19).
16
LAS ETAPAS DE LA HISTORIA DE ISRAEL PREFIGURAN LAS CUATRO
DIMENSIONES ESPIRITUALES DEL REINO DE DIOS
(D)
A)
SALIDA DE EGIPTO
ANCHURA
B)
CONQUISTA DE LA TIERRA
LONGITUD
C)
LOS JUECES
PROFUNDIDAD
D)
EL REINO
ALTURA
(B)
(A)
(C)
LAS PRUEBAS DE ISRAEL
De la misma manera, las siete pruebas fueron necesarias para la nación, como también lo son en su nivel para la
iglesia:
La prueba de la obediencia a la Palabra de Dios se dio cuando Moisés se presenta como caudillo y redentor,
que bajo el mandato de Dios trajo sobre Egipto las diez plagas que destruyeron su imperio de servidumbre, y
mediante la Pascua el pueblo de Dios fue librado del ángel destructor y de la servidumbre de la esclavitud de
Egipto (Ex. 12:12-14, 28).
La prueba de la separación del mundo se ve claramente cuando Dios les pide que le adoren saliendo de
Egipto. El faraón les pone cuatro objeciones para impedir que ellos aprueben, pero las vencen y finalmente
cruzan el mar rojo y los egipcios son destruidos. Las cuatro objeciones de Faraón son las mismas que el diablo
pone a los cristianos para retenerlos en el mundo: Primero, no ir muy lejos (Ex. 8:28), para seguir bajo su
influencia y control. Segundo, ir solos, sin familias ni ganados (Ex. 10:8-11), para tener lazos afectivos en
Egipto que los hicieran regresar. Tercero, ir con sus familias, pero dejar sus ganados en Egipto (Ex. 10:24),
para retenerlos por medio de sus posesiones. Cuarto, irse con sus familias y ganados, pero corridos y
rechazados por Egipto (Ex. 12:30-33), como el creyente fiel es aborrecido por el mundo.
Israel venció la prueba de la separación, para caminar bajo la nube por los desiertos de las disciplinas de Dios,
que fueron sacando a Egipto de sus corazones. El mar Rojo prefigura el bautismo en agua, después de lo cual
nunca más vieron a sus opresores, Egipto quedó atrás y el desierto delante, en preparación para la conquista de
la tierra prometida (1 Co. 10:1-2).
La prueba de la sumisión se dio cuando Israel asentó por dos años al pie del monte Sinaí, para recibir el pacto
de la ley y todas las ordenanzas que lo constituirían como gente escogida de Dios (Hch. 7:38).
4.- EL PACTO DE LA LEY (Ex. 19:5, Dt. 5:1-3). Moisés fue el caudillo que Dios levantó para redimir a su
pueblo de la esclavitud de Egipto y por medio de él entregó a la humanidad un código de conducta mediante
diez principios universales o mandamientos escritos en dos tablas de piedra, que fueron guardados dentro del
Arca del Pacto o alianza que Dios hizo con su pueblo (Ex. 34:28, Dt. 4:13, Dt. 10:1-5).
17
En este pacto Dios dio al hombre un estándar y mediante su cumplimiento tendría garantizadas de Dios toda
clase de bendiciones, pero su infracción tendría como sanciones toda suerte de maldiciones (Dt. 28:1-2, 15). Y
también, como instancias para recuperar el favor divino a los infractores, les entregó el sacerdocio levítico y
siete diferentes leyes sacrificiales.
En cuanto a las obras, quedó demostrado que por las obras de la ley nadie fue ni será justificado jamás ante
Dios, porque la ley trajo la convicción del pecado (Ro. 3:20, 7:7-13, 9:31-32, Gá. 3:10). En cuanto a las
instancias establecidas en la ley, es también claro que los sacrificios que se ofrecían sólo eran paliativos, porque
más bien conmemoraban los pecados, que borrarlos, por lo tanto tenían que ser continuos (He. 10:1-4).
La ley hizo evidente que el hombre por sí mismo jamás alcanzaría el favor divino a causa de su naturaleza
pecadora, por lo que lo condenó, preparando el camino a la siguiente dispensación (Ro. 7:14-21).
La prueba de la preparación fue aprobada cuando se fueron levantando para servir al pueblo, Aarón, Josué y
los setenta ancianos que llamó Moisés para apoyarlo en el consejo del pueblo, y juntos lo pastorearon durante
sus jornadas disciplinarias por los doce desiertos (estudio de los 12 desiertos, para establecer los 12 principios
fundamentales), que cruzaron durante los cuarenta años de su éxodo, al final de los cuales Dios ratificó su pacto
con toda la nación (Ex. 18:24-27, Nm. 11:24-25).
5.- EL PACTO NACIONAL (Dt. 29:1 a 30:20, 31:9-13). Este pacto nacional en los campos de Moab del
Jordán, confirmó a Israel por pueblo de Dios, separado de los demás pueblos de la tierra, y haciéndolo el medio
por el cual Dios trataría con la humanidad, depositario de siete maneras de su dispensación: la adopción, la
gloria, el pacto, la data de la ley, el culto, las promesas y los patriarcas, de los cuales vendría el Cristo para
consumar la Salvación (Ro. 9:4-5).
Indudablemente el pacto nacional, como parte de la dispensación de la ley, estaba basado en la conducta
humana para ser bendecido o maldecido, pero le confiere a la relación un sentido colectivo muy importante, ya
que en parte era el cumplimiento de las promesas dadas a los patriarcas, en especial a Abraham, respecto a
hacerlo padre de multitudes; pero además, sentando un precedente en cuanto a su plan de levantar un pueblo
espiritual para Él, su simiente de fe, que ahora sabemos que es su Iglesia. Dios salvaría a cada persona, pero de
inmediato la haría parte de la iglesia como su cuerpo, de la cual Israel como nación es una figura (Ef. 2:11-16,
Gá. 6:15-16).
La prueba de la posesión se dio durante la conquista de la tierra prometida, en la que Josué condujo al pueblo
por el camino de la victoria. Era suya, pero tenían que conquistarla para poseerla, así como nosotros tenemos
las promesas de la Biblia como nuestra “tierra prometida”, de la que fluye leche y miel, pero es necesario
despojar al diablo de lo que Dios ya nos ha dado en Cristo, mediante el librar la buena batalla de la fe, pero para
la gloria de Dios y no para nuestra satisfacción carnal o vanagloria (Jos. 21:43-45, 1 Ti. 6:11-12, 2 Co. 1:20, 1
Co. 10:31).
Durante el tiempo de los jueces, Israel cayó en apostasía, por lo que, como ya expliqué, era oprimido por sus
enemigos y ellos perdían continuamente las bendiciones de Dios de poseer realmente la tierra prometida que
habitaban, y vez tras vez, cada uno de los doce jueces que Dios les envió para restaurarlos, fueron las mismas
veces que cuando ellos morían, el pueblo volvía a fallar. Fue hasta que Samuel nació que Dios se volvió a
manifestar a su pueblo, cuando Israel derrotó a los filisteos, después de haber echado a los baales y a la diosa
Astharot, para volverse a Jehová su Dios (1 Sm. 7:3-12).
La prueba de las prioridades es triple: prueba del reposo, de la fidelidad a la visión y de la gracia.
La prueba del reposo se dio de inmediato, cuando Israel se volvió a Dios en el tiempo de Samuel (1 Sm. 7:1315). Luego Saúl echó reversa al proceso porque no fue un vencedor, al no aniquilar del todo a los amalecitas
18
como Dios se lo había mandado. Así que fue el rey David quien, siendo un hombre de guerra, venció a todos
los enemigos de Israel, devolviéndole su reposo.
La prueba de la fidelidad a la visión fue pasada cuando David tuvo la visión de darle a Dios un lugar de
habitación, para cumplir su deseo que los israelitas no adorarían en cualquier lugar sino que subirían al lugar
donde Dios pusiera su Nombre (Dt. 12:11-14), y David puso en ello su corazón (Sal. 132). Por esa causa Dios
celebró un pacto con David que le edificaría casa y su simiente se sentaría en su trono para siempre, que se
cumpliría en Jesús como el Hijo de David y verdadero Rey de Israel (2 Sm. 7:12-16). Es Salomón, el hijo de
David quien lleva a cabo su visión edificando el templo.
6.- EL PACTO CON DAVID (2 Sm. 7:8-17, Sal. 89:19-37). El rey escogido por Dios, de la tribu de Judá,
conforme a lo que Dios había hablado al patriarca Jacob, que el cetro no sería quitado de su mano, hasta que
viniera Shiloh, ante quien se congregarían todos los pueblos (Gn. 49:1, 8-10). El pacto con David marca la
línea hacia su simiente, que sería un Rey con trono eterno, que es nuestro Señor Jesucristo, el Shiloh que un día
reinará sobre todas las naciones (Mt. 1:1, 21:9, Lc. 1:32, Jn. 7:42, Hch. 13:36, Ro. 1:3, Ap. 5:5, 22:16).
David es figura de Cristo, pero también el Cristo sería reconocido como el hijo de David prometido, y el
Tabernáculo de David que precedió al templo que Salomón edificó, es figura de la iglesia universal sobre la
cual reinará Cristo como cabeza (Hch. 15:15-18).
En el tiempo de Salomón podemos ver cumplida la prueba de la gracia, ya que vemos fluir las
superabundantes bendiciones de Dios al reino, como respuesta a su solicitud de sabiduría que le hizo a Dios
cuando Él le ofreció darle todo lo que pidiera (2 Cr. 1:7-12).
Salomón no fue siempre un vencedor, pues al final falló (1 Ry. 11:4-11), por lo tanto el reino fue dividido en el
tiempo de su hijo Roboam. Esa división prefigura las diferentes divisiones y denominaciones que se han
formado en la iglesia debido a interpretaciones parciales de la Biblia, a tradiciones y a intereses personales de
sus líderes, que no se unirán pese a que son un cuerpo en Cristo, hasta que venga la restauración y se levante un
remanente de vencedores sobre los esquemas humanos para conformarse al modelo divino.
Los dos reinos también prefiguran, el de Judá a los vencedores y el de Israel al resto de la iglesia que no
camina en el Orden Divino (2 Cr. 13:5, 10-12, 18): Después de la división muy pronto Israel profanó el
sacerdocio, el lugar de convocación y muchas otras cosas establecidas por Dios mediante Moisés y David; así
ha sido profanado por la iglesia tradicional el ministerio, la sana doctrina, el modelo de la iglesia y la adoración
verdadera.
Ambos reinos fueron, en su momento de apostasía y dureza de corazón, deportados, pero el reino de Judá fue
restaurado en el tiempo de Esdras y Nehemías, iniciando la cuádruple prueba de la fe:
La prueba de la fe creativa, se aprobó cuando ambos hombres de Dios, Esdras y Nehemías, junto con Josué y
Sorobabel, caminaron esperando y recibiendo la provisión sobrenatural de Dios y protección, hasta restaurar las
puertas, los muros de la ciudad y reedificar el templo de Dios (Es. 7:6-9, 28, 8:18, 22, 31).
La prueba de la fe doctrinal se superó cuando Esdras le devuelve a los levitas su función y los pone a enseñar
al pueblo la ley, también se purifican para celebrar la Pascua según la ordenanza, y para restaurar el templo de
Dios en el mismo corazón de su pueblo, que se arrepiente y echa fuera a las mujeres que habían tomado que no
eran israelitas, para caminar según la ley de Jehová (Es. 6:18-20, 9:1-4, 10:11-12, Neh. 7:63-65, 8:1-6, 18).
La prueba de la fe que persevera o confesional, se dio mediante los profetas menores, que continuamente,
durante el tiempo de la restauración, estuvieron exhortando al pueblo para volverse de corazón a Dios.
19
La prueba de la fe consciente de Dios vino después del tiempo de silencio, hasta que Juan el Bautista empezó
a enderezar los caminos del Señor preparando los corazones para el advenimiento del Mesías, hasta que
muchos lo reconocieron, pero no Israel como nación; que le reconocerá hasta después, en su segunda venida
(He. 8:10-13, Ro. 11:26-28).
Los tres pactos dentro de la era de la ley, nos muestran en especial la gloria de su Palabra, ya que mediante la
ley y los escritos de Moisés Dios se reveló y confirmó todas las cosas que estaban en su voluntad para con el
hombre. Los Salmos y los profetas forman parte de esta dispensación y todos sus escritos apuntan hacia el
Mesías, así que cuando el Hijo de Dios se humanó, cumplió todas las palabras dadas por ellos y todas las
figuras que evangelizaron a los que vivieron en las dos dispensaciones previas a su advenimiento (Lc. 24:2527, 44-49, He. 4:2, 1 P. 1:10-12).
III. ERA DE LA GRACIA
Dentro del plan de Dios, el ministerio de la ley fue de condenación, porque demostró que el hombre por sí
mismo no es capaz de cumplir la ley y por ende estaba descalificado para disfrutar de la gloria de Dios (2 Co.
3:7-11, Ro. 3:19-20, Ro. 7:7-13). En contraste y para manifestación de la insondable sabiduría de Dios, como
clímax y gloria del plan de Dios, la encarnación del Hijo de Dios, su ministerio, muerte y resurrección, abrieron
la puerta a la nueva dispensación de la gracia, en la que se estableció un nuevo pacto, perfecto, definitivo y
contundente, dando por viejo al pacto de la ley y cerrando esa dispensación (Ro. 11:30-33, He. 8:6-13).
7.- EL NUEVO PACTO (Jr. 31:31-34). Siendo el número siete símbolo de perfección, Dios determinó un
nuevo pacto, el séptimo, llamado pacto eterno, el cual está basado en el perfecto sacrificio del Hijo de Dios
hecho hombre, profetizado desde el Génesis, cuando el hombre rompió el primer pacto, y prefigurado por los
sacrificios que se ofrecían en todos los pactos anteriores para allegarse a Dios (He. 8:6-13, 10:1-18, 9:11-12).
Este nuevo pacto abrió la nueva era, la dispensación de la gracia, en la que el hombre es justificado sin obras
por la gracia de Dios mediante la fe en Jesucristo, como la única manera en que se puede garantizar que la
relación con Dios no se puede volver a quebrantar y que sus promesas son firmes para todos los creyentes (Ef.
2:8-10, Ro. 3:24, 4:16, 5:2, 16, 18, 21, 11:6, 16:20).
Este pacto es universal y da origen a la Iglesia, formada por todos los creyentes en Cristo Jesús, tanto judíos
como gentiles, revelada como la nueva creación, el nuevo hombre y a quien le es concedida el más alto
llamamiento de ser la plenitud de Dios como cuerpo de Cristo (Mt. 16:18, 1 Co. 10:32, Ef. 1:22-23, 2:11-22, 1
Ti. 3:15).
La gracia es la vida de Cristo manifestada mediante los creyentes que rinden su voluntad a Dios en fe y le
permiten vivir por medio de ellos (1 Co. 15:10, 2 Co. 3:4-5, 8:9, 12:9, Gá. 2:20-21). Es por eso que esta
dispensación manifiesta la gloria de su vida, haciendo del creyente su morada y de la Iglesia su plenitud.
En esta era, la gracia hace posible que la iglesia tenga al alcance toda la revelación de Dios mediante su
Palabra, dándonos en Cristo la misma naturaleza de Dios al hacernos sus hijos, y dándonos poder mediante la
acción directa del Espíritu Santo derramado sobre toda carne; de modo que lo que fue imposible por medio de
la capacidad humana para cumplir los requisitos divinos establecidos en la ley, ahora pueden ser alcanzados por
la gracia operando en los creyentes, perfeccionándolos hasta hacerlos irreprensibles en todo su ser, y así
alcanzar su propósito eterno, de reunir todas las cosas en Cristo y compartir su Reino y Gloria con su Iglesia
gloriosa, formada por creyentes maduros, vencedores y fieles (1 Ts. 5:23-24, Ef. 1:9-12, 3:9-12, 4:15-16, 5:2527).
En el libro de Los Hebreos se contrasta el pacto de la ley con el Nuevo Pacto, demostrando la excelencia del
Nuevo Pacto, por lo que, si comprendemos en que cosas lo superó, ya no cederemos a la tentación de vivir en
20
los términos de la ley y sus condiciones, ni nos confundiremos respecto a lo que ahora es nuestro en Cristo
Jesús, nuestro Señor y Salvador.
El Señor Jesucristo vino a establecer un Nuevo Pacto sellado con su Sangre (Lc. 22:10), para dejar sin efecto a
la ley que condicionaba la bendición a las obras (He. 8:8-13). El nuevo pacto empieza en el interior de la
persona que lo acepta (2 Co. 3:6-11), en él Dios es propicio al hombre, es decir, está a su favor pese a sus
injusticias, porque logra el perdón que borra todo registro.
Para poder dejar sin efecto el pacto de la ley, era necesario primero cumplirlo del lado humano, ya que de parte
de Dios no había infracción, es por eso que Cristo nació hecho súbdito a la ley, la cumplió cabalmente, hizo los
méritos necesarios para tener derecho a todas sus bendiciones, ganando a pulso la misma gloria de Dios para el
hombre (Gá. 4:4-5, Jn. 8:46, He. 4:15-16, Dt. 28:1-2). Él se hizo hombre para representar a la humanidad y ser
justificado ante Dios por la ley.
Para poder cedernos sus logros, debía pagar por nuestros pecados, pero además destruir los derechos legales
que el diablo y el pecado tenían sobre todo hombre: Pecado como naturaleza y pecados como infracciones a la
ley fueron despojados cuando Él, que no conoció pecado, fue hecho pecado por nosotros, para que fuéramos
hechos justicia de Dios en Él (2 Co. 5:21) Tomó nuestro lugar y nos cedió el suyo, derramó su Sangre inocente,
como era derramada la sangre de los sacrificios, para remitir los pecados del creyente, al redimirlo de su
esclavitud para siempre (He. 9:12-14, 22, Gá. 3:12-13), garantizando la bendición de Dios que a Él
correspondía como hombre, sobre los que le creyeran. Esto hace del Nuevo Pacto un Testamento eterno, en el
que Cristo ya cumplió el pacto y hace a los creyentes en Él sus beneficiarios o herederos, lo cual es muchísimo
mejor (He. 9:15-17, 12:24, 13:20-21).
1.- Es un mejor Pacto (He. 7:22, 8:6-7). Ni Dios ni su estándar han cambiado, pero ha cambiado su manera de
relacionarse, ya que el Nuevo Pacto nos da una relación inquebrantable, con una seguridad total que el anterior
no logró. Ya no es por capacidad propia para hacer buenas obras, sino por fe, de lo contrario no habría mejoras,
sería igual o peor que el anterior, por el antecedente.
2.- Con un mejor mediador (He. 7:22). Un aval o fiador es aquel que puede responder ante nuestro
incumplimiento de las reglas, es él la garantía del pacto por nuestra parte (He. 8:6, 12:24), porque su Sangre
inocente habla por el pecador, cosa que la sangre de Abel no podía hacer. Su Sangre es la fianza.
3.- Con un mejor sacrificio (He. 9:23-28). En todos los pactos fueron necesarios sacrificios, en el Nuevo Pacto
el sacrificio fue el mejor, porque se ofreció a sí mismo, siendo inocente, por lo que ofreció la ofrenda perfecta
que satisfizo la justicia de Dios, dejando fuera la necesidad de algún otro sacrificio posterior. Mediante su
sacrificio destruyó el poder del pecado como naturaleza y pagó por las infracciones de todos hasta agotarlas
todas. Los sacrificios de la ley eran continuos por su propia inutilidad en cuanto a limpiar la conciencia (He.
10:1-4), pero el sacrificio de Cristo fue uno, definitivo y sin necesidad de repetición, porque este sí limpia la
conciencia de las obras de muerte (He. 10:11-14, 9:14).
4.- Con un mejor sacerdocio (He. 8:1-4). El sacerdocio levítico fue provisional, defectuoso, terreno,
constituido por hombres flacos que primero tenían que ofrecer sacrificios por sus propios pecados y luego por
los del pueblo, además no podían permanecer por causa de la muerte; pero Cristo en cambio, es celestial,
perfecto, eficaz, permanente, inmutable y para perfección de quienes están bajo su efecto (He. 7:11-17, 23-28).
Como sacerdote celestial sentado a la diestra del Padre, garantiza por su intercesión infalible que siempre
podremos acercarnos libremente y siempre seremos perdonados por su misericordia y atendidos y auxiliados
por la gracia de Dios (He. 7:25, Ro. 8:31-34, 1 Jn. 1:8-10, 2:1, He. 2:17-18, 4:14-16).
21
5.- Con una mejor herencia (He. 10:34-39). Dentro de las bendiciones de la ley, la tierra prometida y las cosas
terrenales eran para aquellos que guardaban los mandamientos de Dios; pero ahora el creyente no sólo tiene
bendiciones terrenales, sino puede aspirar a las cosas celestiales y eternas, las permanentes reservadas en el
cielo para los creyentes (1 P. 1:3-5, Jn. 14:1-3).
6.- Con mejores promesas (He. 8:6). La ley premiaba a los perfectos, es decir, a nadie, el nuevo pacto nos
promete y entrega la perfección, ya que nos hace partícipes de cosas excelentes para lograrlo, como:
Naturaleza divina (Gá. 3:22-26), tenemos un parentesco que Adán no tuvo y que la ley a nadie dio, porque
ahora mediante Cristo somos hechos hijos de Dios (Jn. 1:11-13, 1 JN. 5:11-13), e hijos maduros (2 P. 1:3-4).
El poder del Espíritu Santo que antes sólo algunos recibían (Jn. 7:37-39, 14:12-14, Hch. 1:8, 2:4, 16-18, 38-39,
Lc. 11:13-14).
La gracia de Dios que antes sólo unos pocos recibieron, ahora es para todos (Jn. 1:16-17, Tit. 2:11-13, Ro.
5:20-21, 6:14-15).
7.- Con una mejor esperanza (He. 7:19). La ley los dejaba fuera, pero por el pacto nuevo fuimos introducidos
a la mejor esperanza, la esperanza de gloria que sólo Cristo nos puede dar (Col. 1:27, He. 6:17-20, Ro. 5:2).
¿Cual es esta esperanza propuesta que nos proporciona un fortísimo consuelo, a la que los antiguos no les fue
concedida? Juan nos dice que por esa esperanza es que podemos caminar en pureza, que llegaremos a ser algo
más que hijos de Dios, al ser hechos semejantes a Él (1 Jn. 3:1-3), es decir, ser la Esposa, privilegio sólo para
aquellos que son parte de la Iglesia, los héroes de la fe, campeones del antiguo pacto, no recibieron ni fueron
perfeccionados como sólo nosotros lo seremos (He. 11:13, 39-40, 2 Co. 3:9-12).
8.- Con mejor resurrección (He. 11:35-40). Cuando estudiamos la doctrina leche de Resurrección de Muertos
(He. 6:1-3), vimos que aunque todos los hombres sin excepción van a resucitar, tanto los perdidos como los
salvos, no todos lo haremos al mismo tiempo; aún entre los cristianos habrá momentos diferentes para que
resuciten los vencedores y los demás creyentes.
Los creyentes en Cristo que vivieron en la anterior dispensación, fueron salvos como nosotros, pero no son
parte de la iglesia, por lo tanto el más pequeño de los de la iglesia, es más grande que el más grande de ellos,
que fue Juan el Bautista, porque no serán parte de la iglesia ni de la Esposa (Lc. 7:28, 16:16, Jn. 3:29).
La mejor resurrección es la de la iglesia, y de entre los que son parte de ella, es la de los vencedores, los que
tienen la mejor esperanza y van por el premio de la vocación de Cristo, que es ser la Esposa (Fil. 3:9-15). Poco
más adelante, cuando estudiemos la segunda venida de Cristo, abundaremos sobre el tema.
9.- Con una mejor patria (He. 11:9-10, 13-16, 39-40). Mientras que para el común de los Israelitas, la tierra
prometida era su patria, el lugar de su reposo (He. 4:8-11), para los héroes de la fe, que se percataron de las
gloriosas cosas que serían reservadas sólo para la Iglesia, tendrán su parte de las cosas celestiales, porque
fueron salvos como nosotros, por lo tanto Dios les aparejó una ciudad celestial, pero la mejor ciudad de la
mejor patria, será la Nueva Jerusalén, la Iglesia de vencedores, la mujer del Cordero (He. 13:14, Fil. 3:20-21,
Ap. 21:1-3, 9-11, 22-27).
Es esa nuestra mejor esperanza basada sobre mejores promesas, participar de toda la gloria de Dios juntamente
con Cristo (Ro. 8:18, 2 Co. 4:18, 5:5-9, Fil. 1:9-11, Col. 3:1-4, 1 Ts. 2:12, 19).
22
LAS SIETE PRUEBAS EN LA IGLESIA
Cuando leemos en la primera parte del Apocalipsis el mensaje a cada una de las siete iglesias de Asia, vemos
tres aspectos: Indudablemente tuvieron que ver con las iglesias de ese tiempo y sus circunstancias; también
vemos que los mensajes nos muestran siete etapas de la historia de la iglesia en las que Dios la probaría,
extrayendo de cada época un remanente de vencedores, y en tercer lugar, vemos el proceso de desarrollo que se
debe dar en la vida personal y de cada iglesia local, en la medida que avanza en su relación con Dios, hacia la
meta de plenitud que Dios se propuso para el cierre de nuestra dispensación:
La prueba de la obediencia a la Palabra de Dios fue pasada por la primera época de la iglesia, prefigurada
por la iglesia de Éfeso (Ap. 2:1-7), en la que Dios vio los corazones de los vencedores. Los vencedores reciben
el don de la vida eterna al comer del árbol de la vida, que sabemos que es creer en Jesucristo como Salvador. El
libro de Los Hechos nos declara lo relevante de esa época, en que el distintivo era depender en todo del Señor,
que mediante el Espíritu Santo, les guiaba y usaba poderosamente, dejándonos un modelo práctico a seguir.
La prueba de la separación del mundo corresponde a la iglesia de Smirna (Ap. 2:8-11), que tipifica a la
iglesia de las catacumbas en la Roma de Nerón, sexto Cesar, del imperio, que reinó del 54 al 58 después de
Cristo y que dio inicio a una persecución que duraría más de 200 años. En ese período, ser de Cristo y
confesarlo abiertamente significaba una muerte dolorosa en el circo romano, despedazados por las fieras o
quemados vivos en hogueras. La clave para los vencedores era el mensaje muy alentador, de saber que podían
morir como mártires, seguros de que la muerte segunda nunca les dañaría. El Señor ya había declarado que no
se debe temer a los que sólo matan el cuerpo y nada más pueden hacer, para que sólo temamos a Dios, que es el
único que puede echar el alma y el cuerpo en el infierno (Mt. 10:28-31, He. 2:14-15). Sabemos bien que nuestra
relación con el mundo no es amistosa, sino de separación y testimonio valiente, separación de su sistema y
placeres pecaminosos, para ser sal que preserve de corrupción (Mt. 5:13), y de testimonio para ser luz que
rompa las tinieblas y traiga a la salvación a muchos (Mt. 5:14). Así que no nos debe extrañar que el mundo nos
aborrezca, ya que no somos del mundo (Jn. 15:18-20).
La prueba de la sumisión fue para los vencedores de Pérgamo (Ap. 2:12-17), ya que se requiere sumisión a
Dios para vencer a Satanás en la forma en que el remanente aprobó (Stg. 4:7). Esta iglesia prefigura la época de
apostasía de los siglos IV y V, en los umbrales del medioevo, en la que la idolatría se fue introduciendo en el
seno de la iglesia, después de la supuesta conversión al cristianismo del emperador Constantino I el Grande
(Flavio Valerio), que reinó del 306 al 337 dC. Detuvo la persecución de los cristianos mediante el edicto de
Milán, y reunificó el imperio que se había dividido en el año 285. Él es responsable de que el nicolaismo se
introdujera, ya que convocó un concilio de la iglesia en Nicea en el 325, e intervino directamente en él
organizando la jerarquía de la iglesia y en otros asuntos de tipo espiritual en que tomó ingerencia en aras de la
“unidad de la iglesia”. Sabemos que Balam y los Nicolaitas nos muestran la corrupción clerical que empezó a
enseñorearse de la iglesia institucional, en la que un remanente de vencedores se mantuvo en sumisión a Dios,
recibiendo el alimento del Maná escondido de la sana doctrina, y la piedrecilla blanca con su nombre nuevo
secreto. Nicos significa señorío y laos pueblo, precedente del clero romano que se levantaría más tarde, pero
que esa iglesia rechazaría. Constantino convierte a la ciudad de Bizancio en capital de su imperio, le pone por
nombre Constantinopla, y mata a Maximiano, emperador de Roma y la domina.
Este reducto de creyentes da inicio a la vida monástica, en el imperio romano de oriente, de ascetas y ermitaños
que se dedicaron a la oración y al resguardo y estudio de los escritos sagrados, como San Agustín (354-430
dC), que nació en tiempo de Constancio II, hijo de Constantino, quien reinó en el imperio de oriente del 337 al
361, y defendió su “cristianismo imperial”. Por cierto, siguiendo las investigaciones de su padre, dio inicio a la
celebración de la Navidad, estableciéndola en fechas comunes a las otras grandes religiones de su imperio: la
romana y la de oriente o babilónica. Vencedores de esa época, entre otros, podemos mencionar a Justino Mártir,
Clemente de Alejandría, San Ambrosio, San Martín de Tours, San Atanasio, San Basilio, San Juan Crisóstomo,
San Jerónimo, San Cipriano, Epifanio, San Agustín y otros que han sido considerados padres de la iglesia y que
23
mucho tiempo después, la apóstata iglesia romana, con su herejía de la canonización, elevó a los altares de su
idolatría, por convenir a sus pretensiones manipuladoras de la superstición del medioevo.
San Agustín (354-430) fue un celoso guardián y estudioso de los escritos apostólicos, sus escritos fueron de
inspiración a otros teólogos posteriores, como Calvino, sobre la predestinación y la gracia. Como un vigía,
pudo denunciar las anomalías y desviaciones que se estaban dando en la iglesia, así como los peligros que se
avecinaban si seguían por ese camino, por ejemplo: Declara que nadie debía indagar sobre el nacimiento del
Salvador, puesto que en los escritos sagrados de los evangelios, ni en las cartas apostólicas, se le había dado
importancia, ni existía algún mandamiento o registro de que entre los cristianos primitivos se hubiera
practicado tal celebración. También declara en su libro Confesiones, que ningún obispo debe aspirar a una
posición sobre otros obispos, y quien tuviera tal pretensión, tendría el espíritu del antiCristo. También rechaza
la tendencia a adornar los templos con imágenes de antecesores piadosos y ejemplares, para evitar que se les
rindiera culto (De vera Rel. LV, 108. ML 34; 169)
La prueba de la preparación es para el reducto que prevaleció durante la edad media, el mensaje de la iglesia
de Tiatira fue su secreto para pasarla (Ap. 2:18-29).
Por un breve momento el imperio romano se unió nuevamente, bajo el gobierno de Teodosio, quien en el año
395 lo vuelve a dividir entre sus hijos Honorio y Arcadio. El siglo V es nefasto para el imperio de occidente
con capital en Roma, las invasiones bárbaras dan inicio en el año 403 dC, y su caída se da en el año 476,
cuando el emperador Rómulo depone su trono ante el rey bárbaro Odoacro, dando inicio a la edad media. Es un
largo período en el que la corrupción casi sepultó la Verdad en medio de gran confusión religiosa y oscuridad
espiritual, que se extendió más allá de la Reforma (siglo XVI). La iglesia verdadera se había convertido en un
reducto en medio de la institución eclesiástica corrompida. Desde el siglo VII, el espíritu de control de Jezabel
dio inicio al papado, cuando el emperador romano Focas, le confirió al obispo de roma el título de obispo
primado sobre los demás obispos (606), como un intento de retener su débil imperio recuperado de los
bárbaros. Posteriormente, la confirmación del poder temporal del papado dio inicio con la donación de tierras
que hizo el emperador Pepino el Breve en el año 756, confirmada posteriormente por Carlomagno en el 774,
que se conocería como “Los Estados de la Iglesia”, convirtiendo al papa en un soberano temporal, que llegó a
tener autoridad política aún sobre el emperador de oriente, quien lo había establecido en su primado
eclesiástico.
En el año 1054, se separa del papa el obispo de Constantinopla, que también se adjudica, como patriarca, el
primado de la iglesia de oriente, dejando al papa como jefe de la iglesia de occidente.
El reducto de verdaderos creyentes parece extinguirse mientras el papado trata de reinar sobre los reyes del
mundo y recibir aquel poder temporal que Cristo rechazó cuando el diablo lo puso a su disposición (Mt. 4:810). Este remanente paciente no dejó de progresar, se mantuvo fiel en medio de un terrible oscurantismo en el
que las profundidades de Satanás fueron exploradas por el clero romano, que ni los juicios de Dios los
detuvieron. La corrupción de ambas corrientes, la iglesia ortodoxa y su patriarcado y la iglesia católica y su
papado, no impidieron que el reducto de creyentes conservara sus raíces espirituales en grupos como los
montanistas, los novacianos, los bugomiles, los paulicianos, los arnaldistas, los enriquistas, los valdenses, etc.
La recompensa del remanente vencedor será que regirán con vara de hierro y tendrán la estrella de la mañana,
que representa el amanecer que se avecinaba con la Reforma, en medio del oscurantismo imperante de esa larga
época medieval (2 P. 1:19).
De esa época de apostasía, podemos mencionar a algunos que de una y otra manera manifestaron su repudio al
papado y a sus abusos escandalosos, aunque se mantuvieron dentro del seno del catolicismo y conservando sus
privilegios eclesiásticos: San Buenaventura (1221-1274), quien fue un Franciscano llamado Juan de Fidanza,
que fue obispo, cardenal y jefe de su orden y aún llegó a ser el legado pontificio en el concilio de Lyon en
1274. Se inspiró en San Agustín para oponerse a los dominicos y su aristotelismo y se opuso al papado y a su
24
escandalosa corrupción. San Bernardino de Siena (1380-1444), también franciscano italiano, se opuso a Roma
y a la jerarquía eclesiástica, logrando reformas en ciertas reglas de la iglesia. Santa Catalina de Siena (13471380) monja italiana que también, dentro del catolicismo, se pronunció contra el absolutismo del papado.
Entre muchos otros, vale la pena mencionar a John Wiclef o Whitfield, profesor de Oxford, Inglaterra, que
predicó en contra de los abusos de la jerarquía eclesiástica de Roma, tradujo la Biblia al inglés y eso fue causa
de un despertamiento en esa nación. Fue declarado hereje por el papa Gregorio XI. Su principal tesis fue que la
autoridad delegada por Dios depende de la gracia divina, por lo que si esta falta, la autoridad desaparece, por lo
que el papa y sus sistema no tenía respaldo divino al haberse corrompido. El obispo de Londres lo juzgó y
condenó, pero él escapó y escribió varios libros, muriendo de muerte natural en 1384. Pero 31 años después, en
el concilio de Constanza, Alemania, fue condenado como hereje, por lo que sus restos fueron desenterrados en
1415, quemados y lanzados al río Swift.
Después Juan Huss, en Bohemia, Praga (1369-1415), prominente teólogo, dos veces rector de la Universidad de
Praga, se propuso devolver a la iglesia la sencillez primitiva, declarando que las Sagradas Escrituras tenían la
única autoridad legítima sobre la iglesia. La reina de Praga lo respaldó, pero el papado romano lo rechazó en
1408, dos años después fue excomulgado por el emperador Alejandro V y sus libros fueron quemados.
Finalmente el concilio de Constanza lo condenó a la hoguera si no se retractaba y como Huss se negó, fue
quemado vivo en dicha ciudad el 6 de julio de 1415, declarando al morir, que Dios levantaría en 100 años a
otro “ganzo” (Huss significa ganzo), que prevalecería contra la corrupción de la iglesia y el papado.
La prueba de la posesión correspondió a la iglesia de Sardis (Ap. 3:1-6), que tipificó a la época en que la
corrupta iglesia romana, tenía una vida escandalosa de opulencia y pecado. Dios empezó a despertar la
conciencia de religiosos como:
Girolamo Savonarola (1452-1498), monje dominico italiano, atacó violentamente las relajadas costumbres del
clero romano y con gran valor se lanzó contra el papado proponiendo una audaz reforma moral de la iglesia de
Roma, pero el papa Alejandro VI, apoyado por los jesuitas, lo excomulgó, por lo que fue apresado por la
inquisición, condenado y quemado vivo en la plaza pública de Florencia.
Jacques Lefevre (1455-1537), quien se pronunció contra la decadente corriente escolástica de la iglesia romana,
publicó numerosos escritos sobre las epístolas de Pablo, comentarios sobre los escritos de San Agustín y otros
padres de la iglesia, fue perseguido por traducir el Nuevo Testamento y después toda la Biblia al francés, se
pronunció contra el culto a los santos, pero, aunque con muchas reticencias, se mantuvo dentro del catolicismo
toda su vida.
Ulrich Zwinglio (1484-1531) reformador suizo que siendo cura de Zurich, se pronunció, antes que Lutero, por
una reforma de la iglesia romana, inició y dejó inconclusa una traducción de la Biblia, y escribió varias
alegorías y poesías con temas sagrados. Su tesis sobre la predestinación contra el libre albedrío, fue aceptada en
su ciudad, pero levantó una fuerte oposición por cantones católicos de Lucerna, que le persiguieron y vencieron
a sus defensores en Cappel en 1531, donde él fue herido mortalmente.
Bajo el papado de León X, amante de las artes y la opulencia, se construía la sede de su imperio de impiedad
que se conoce como basílica de San Pedro. Para recabar fondos, este papa dio origen a la herética doctrina de
las indulgencias, e inició en 1514 una campaña por toda Europa, mediante el nunca suficientemente censurado
fraile dominico Juan Tetzel, para recabar fondos para el pobre sepulcro de San Pedro que estaba “desnudo”.
Esta herejía enseñaba que la indulgencia plenaria era el indulto de las penas que la iglesia romana impone por
los pecados, a cambio de una cantidad de dinero previamente determinada, así que por una buena suma de
dinero, se podía comprar el perdón por pecados aún no cometidos, declarando que Dios había abdicado su
poder al papa, quien tenía ahora esas facultades divinas como vicario de Cristo. Incluso Tetzel predicaba que
25
mediante esta facultad papal, se podían sacar las almas del purgatorio (otra herejía católica), comprando
indulgencias para los finados.
Un año después, Martín Lutero, monje agustino alemán y doctor en teología, se levanta en contra de este
movimiento papal, justo 100 años después de la muerte de Juan Huss, y prepara un manifiesto con 95 tesis en
contra de las indulgencias, que el 31 de octubre de 1517 expone, clavándolas en la puerta de la catedral de
Wittemberg. Mediante Lutero Dios sacó de los escombros su Palabra encadenada en el convento agustino, que
pasó noches en vela para leer y después traducir al alemán; también se pronunció contra todos los abusos del
papado.
Esto dio origen a una bula papal de excomunión para Lutero y quienes le apoyaran (15 de junio de 1520), pero
Lutero, inspirado por el mensaje a la iglesia de Sardis, rompió la bula, renunciando a sus privilegios dentro del
catolicismo. Después de un pretendido juicio en la dieta de Worms (17 de abril de 1521), en que la base bíblica
de su defensa fue ignorada, fue declarado hereje y enemigo de la iglesia católico romana, siendo el emperador
Carlos V, quien firmó el edicto de Worms, repudiando a Lutero y todos sus libros y autorizando que cualquiera
podía darle muerte sin pecar; pero el rey Federico II el Sabio, lo secuestró y protegió en el castillo de
Wartbourg, donde vivió oculto por un tiempo como el caballero Jorge. Lutero salió de su exilio y publicó
muchos más libros, uno sobre el papado, declarando que el papa era el Anticristo en persona.
Juan Calvino en Francia (1509-1564), fue un cura católico que en 1533 renunció a sus hábitos, se convirtió a
Cristo, se bautizó y se consagró a predicar la predestinación y la gracia, inspirado en los escritos de San
Agustín. Su pronunciamiento contra el papado fue muy enérgico, aunque también se pronunció contra los
anabaptistas, protestantes surgidos de la Reforma, que predicaban que la Salvación estaba al alcance de quien la
quisiera.
Jacobo Arminio, holandés que nació protestante (1560-1609), se pronunció enérgicamente contra el calvinismo,
es decir, contra la doctrina de la predestinación y la gracia, declarando que la salvación era para el que la
quisiera, pero que era condicional y podría perderse si el creyente retrocedía. Aún dentro de Holanda su
doctrina fue motivo de rechazo, pero fue ganando adeptos y más tarde en Inglaterra también tuvo aceptación.
Los anabaptistas a finales del siglo XVI, y luego los bautistas generales, fueron marcadamente arminianos; se
denominaban generales porque predicaban que la salvación era general, para el que la quisiera. Más tarde se
levantaron los bautistas particulares, es decir, los que se inclinaron por el calvinismo y consideraban que la
salvación era particular, sólo para los predestinados, en quienes la gracia se encargaba de todo. Posteriormente
se unieron ambos grupos, formando la denominación bautista, adoptando el calvinismo como doctrina
fundamentalista de su fe.
Muchos más valientes se atrevieron a desafiar a Roma, porque sabían bien que aunque el papa y el Vaticano los
borrara de su libro, Dios no los borraría del suyo y los honraría delante del Padre Celestial. La Reforma marcó
el inicio de la obra de restauración de la iglesia, que de manera gloriosa ha sido conducida por el Espíritu
Santo, siguiendo el camino del Santuario, es decir, en cada etapa, Dios ha restaurado una verdad, tipificada por
cada mueble del Tabernáculo, por lo que podemos ver este proceso de restauración de la postrer casa, que
tendrá más esplendor y gloria que la primera. Más adelante veremos con detalle cómo Dios va restaurando a la
iglesia conforme a su modelo, y podremos ubicar en que etapa del proceso vamos, y que falta para que la
iglesia esté lista para el gran evento que la llevará a las bodas del Cordero, al encuentro de su Esposo.
La prueba de las prioridades le correspondió a la iglesia de Filadelfia (Ap. 3:7-13), cuando el protestantismo
se oficializó en varios países y mucha gente nació de nuevo, tendiendo a estancarse nuevamente en iglesias
institucionalizadas; pero de nueva cuenta el remanente de vencedores del siglo XVII a XIX, respondieron al
llamado de Dios para enfatizar la pureza y la santidad, que se conoció como puritanismo y tuvo su origen en
Inglaterra y Escocia, dentro de los presbiterianos más rígidos. El escocés John Knox fue el fundador del
26
presbiterianismo en Escocia en 1560. Más tarde se levantaron con ese celo por la santidad, ministros fieles que
se constituyeron en columnas de la casa de Dios, como los hermanos John y Charles Wesley (1703-1791 y
1707-1788, respectivamente), pioneros de la renovación moral y espiritual de Inglaterra. John escribió más de
200 libros sobre el tema y Charles compuso más de 6,000 himnos que aún canta la cristiandad; fue John el
fundador de la iglesia Metodista. Charles Haddon Spurgeon, bautista inglés del siglo XIX, fue conocido como
el Príncipe de los Predicadores, y reconocido como un heredero de los puritanos, llegó a predicar ante 20,000
personas, algo inusitado en su época. Fue autor de muchos libros considerados auténticas joyas de la literatura
cristiana, de profundas bases bíblicas y conocedor de sus predecesores en la fe de Cristo. Quienes conocen
actualmente la restauración del apostolado, pueden reconocer en él ese perfil.
Desde el siglo XVII, Dios derramó de su Espíritu Santo en Inglaterra y mediante George Fox, se levantaron los
cuáqueros (de: to quake, temblar), y posteriormente William Penn en USA. Estos grupos que precedieron al
pentecostalismo, se inclinaron totalmente por la doctrina de Arminio, haciendo descansar la conservación de la
Salvación en el esfuerzo propio.
Dios levantó a muchos otros grandes hombres fieles, que fueron hechos columnas de la casa de Dios en
restauración, teniendo el nombre de Dios, de su ciudad y su Nombre nuevo.
Finalmente, la prueba de la fe corresponde a la iglesia de Laodicea (Ap. 3:14-21), la de finales del siglo XIX,
del siglo XX y hasta nuestros días; la era contemporánea, la de los recursos tecnológicos, de la comunicación
masiva y el humanismo, que piensa que lo tiene todo. Pero para los que están despertando al llamado de Dios
de comprar oro refinado en fuego, el Espíritu Santo ha sido derramado nuevamente como la lluvia tardía sobre
la iglesia, barriendo continentes enteros con su flujo milagroso de restauración:
Primeramente, restaurando el mover evangelístico con D. L. Moody, D. Sankey, C. T. Studd, Norman Grubb,
Samuel Morris, Billy Graham, y muchos más, y después, predicando con los dones espirituales que
corresponden a la fe creativa, se levantaron hombres como Oral Roberts, T. L. Osborn, Gigy Ávila, Philip
Stanley, Ray Jennings y otros más, seguidos de señales poderosas porque eran propagadores del evangelio,
llenos del Espíritu Santo.
Después le ha seguido en incremento un mover del Espíritu Santo para una mayor revelación de la Palabra,
para que el remanente vencedor muestre una fe doctrinal cada vez más clara, como Wach Mah Nee, Glenn y
Robert Ewing.
Es notable que, además Dios está restaurando el ministerio quíntuple, ungiendo con poder a la poderosa mano
de Dios, con lo cual se pasará la prueba de la fe perseverante por medio de los cinco ministerios de Cristo
funcionando en equipo (Ef. 4:11-13).
Todo está en marcha, la iglesia está despertando ante la prueba de la fe consciente de Dios, que es necesaria
para que la iglesia vencedora, fuera de los moldes humanos organizacionales, tradiciones y falsificaciones,
muestre un esplendor mayor que la primera casa del libro de Los Hechos, como la suma de todas sus
características, y pueda ser raptada para estar en su presencia y después reinar con Él. Los vencedores de esta
séptima etapa recibirán el trono como recompensa. ¡Gloria a Dios!
27
LAS SIETE PRUEBAS DE LA IGLESIA
IGLESIA
PRUEBA
ÉPOCA
RECOMPENSA
.
ÉFESO
DE LA OBEDIENCIA
IGLESIA DE LOS HECHOS
COMER DEL
ÁRBOL
DE LA VIDA
SMIRNA
DE LA SEPARACIÓN
DE LAS CATACUMBAS
NO SUFRIR DAÑO
DE LA MUERTE 2ª
PÉRGAMO
DE LA SUMISIÓN
LA ERA MONÁSTICA
MANÁ ESCONDIDO
Y PIEDRA BLANCA
CON UN
NOMBRE NUEVO
TIATIRA
DE LA PREPARACIÓN
EL PAPADO, EDAD MEDIA REGIR CON VARA
DE HIERRO Y LA
ESTRELLA DE LA
MAÑANA
SARDIS
DE LA POSESIÓN
LA REFORMA
NO BORRAR SU
NOMBRE DEL LDV
Y HONRARLOS
ANTE SU PADRE
FILADELFIA DE LAS PRIORIDADES
PURITANISMO
COLUMNAS DEL
TEMPLO, EL
NOMBRE DE DIOS,
DE SU CIUDAD Y
NOMBRE NUEVO.
LAODICEA
CONTEMPORANEA
DE LA FE
SENTARSE EN SU
TRONO
Como podemos apreciar, en cada prueba se ha levantado un remanente de vencedores que poseerán todas las
cosas (Ap. 21:7), es decir, la Iglesia Esposa estará formada por los vencedores de todas las épocas de la era de
la gracia. Cada una tuvo su inspiración en las palabras de Cristo para sus circunstancias particulares, pero
indudablemente también nos dan una secuencia ascendente de las siete etapas en las que todos debemos ser
vencedores, porque corresponden a los siete llamados del Espíritu que se encierran en las Verdades
Vencedoras.
28
VISIÓN PROFÉTICA DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS
En la visión profética del mensaje de Cristo registrado en Mateo 24, el Señor dio a la Iglesia veintiún cuadros
proféticos sobrepuestos, que corresponden al tiempo de juicios que estudiaremos como la Gran Tribulación
(Mt. 24:21-22). También el Apocalipsis, que cierra el canon de los escritos sagrados que conforman la Biblia,
está compuesto por doce mil palabras en el griego, así como son doce mil estadios las dimensiones cúbicas de
la Santa Ciudad (Ap. 21:16). Este libro, profético por excelencia, revela en primer lugar al Señor que volverá
para reinar, el primogénito de los muertos y príncipe de los reyes de la tierra, que nos salvó con su Sangre y nos
hizo reyes y sacerdotes para Dios; que retornará con las nubes y todos lo verán (Ap. 1:1-8). En este “volverá
con las nubes” y no en las nubes, como se pudiera entender, en el griego se utiliza la palabra meta traducida
correctamente como “con”, que literalmente significa “en compañía de” mostrando a los santos como una nube
de testigos que le rodearán en su venida (Jd. 1:14). Después da un mensaje a cada una de las siete iglesias de
Asia menor, que como ya vimos, además de dar su mensaje a las iglesias de aquel tiempo, nos muestran siete
etapas del desarrollo de la iglesia a través de la dispensación de la gracia, hasta la segunda venida de Cristo. A
partir del capítulo cuatro, describe con detalles espeluznantes, los acontecimientos de los últimos siete años de
la semana setenta de la visión de Daniel, en los que el Señor Jesucristo fungirá como juez, tal y como en Israel
los sacerdotes lo hacían para limpiar al pueblo de sus inmundicias y quitar el mal de en medio de ellos (Nm.
5:21-27, 25:6-8, Dt. 17:12-13). Lo que nos habla de la purificación que el Señor realizará mediante juicios en
dos partes, primero refinará a la iglesia que no es la Esposa, y refinará a su pueblo Israel para obtener sus
reliquias que recibirán en esta tierra el cumplimiento de las promesas dadas a los patriarcas (Ro. 9:27).
VISIÓN DE LAS SEMANAS DE DANIEL
El profeta Daniel recibió una visión profética en relación al pueblo de Israel (Dn 9:21-27). Es una visión en la
que los tiempos de Dios para su Pueblo están divididos en cuatro períodos de semanas de años, que
corresponden al patrón de las cuatro “V” de la Victoria: Visión, Visitación, Veredicto y Victoria. De hecho, las
setenta semanas de la visión de Daniel son literalmente setenta sietes de años, divididos en cuatro partes:
A). El primer siete de sietes, es decir, 49 años, fue un período de visión, que se inició en el tiempo de Daniel
cuando Nabucodonosor tuvo su período de locura y en su lugar reinó Artajerjes, su cuñado, en el año 454 antes
de Cristo. Este período culmina con la restauración del muro de la ciudad y dedicación del templo, en el año
405 aC. (-454+49=-405) (Dn. 9:6-10 con 15-19), que se identifica como el cumplimiento de la visión del
profeta Jeremías (Dn. 9:25a).
Las siguientes 62 semanas, 62 x 7 = 434 años del segundo corte de tiempo, concluyeron con la muerte del
Mesías. La primera venida de Cristo corresponde entonces al tiempo de la visitación de Dios. Al hacer cuentas,
podemos detectar un error de 4 años entre el calendario gregoriano que ahora nos rige y el tiempo judío (405+434=29), ya que Cristo murió de 33 años y no de 29. Nuestro calendario es impreciso en determinar
cuando nació el Cristo y por lo tanto lo es, en cuanto a los tiempos del cierre de nuestra dispensación (Dan.
9:25b – 26a).
Después, un príncipe destruye Jerusalén y el pueblo es dispersado, tal y como el mismo Señor también lo
predijo, por causa de que su pueblo desconoció el tiempo de su visitación (Mt. 23:34-39, 24:1-2), y se cumplió
cuando en el año 70, el emperador Tito Vespasiano destruyó Jerusalén y el templo de Herodes, quien mandó
meter arado hasta remover totalmente sus cimientos, para impedir que en el futuro pudieran reconstruirlo. Por
cierto, el Muro de las Lamentaciones nada tiene que ver con el templo de Herodes o la ciudad antigua, excepto
en su ubicación, ya que los judíos pretenden que las grandes piedras de la base son parte de los cimientos del
templo, por lo que lo consideran sagrado y el lugar más cercano a lo que fue el Lugar Santísimo. Lo cierto es
que, hasta donde se sabe, ese muro es parte de una construcción Morisca del siglo XIII.
29
En el momento de su dispersión, el reloj profético de Israel se detiene, dando lugar a la era de la iglesia y
cuando ésta alcance su plenitud y esplendor, la semana setenta de años iniciará. También es necesario que antes
de esto, Israel se encuentre nuevamente reunida como nación, tipificado por la higuera, que cuando reverdece
es señal de que el verano está cerca, así cuando Israel volvió a tener tierra en Palestina, el tiempo de su retorno,
junto con los juicios determinados, está muy próximo (Dn. 9:21-27, Mt. 24:32-33). Este evento ha comenzado
desde 1948, cuando la ONU, por recomendación de E. U., le asignó al pueblo Israelí un territorio en Palestina
(Is. 43:4-6, Jr. 23:3-8, Ez. 11:16-21, Miq. 4:6-7). Será una semana de años, dividida en dos períodos iguales,
que Daniel sella y es Juan el que abre la revelación nuevamente y la deja sin sellar en el Apocalipsis, es decir,
revela sus detalles (Dn. 12:4-13, Ap. 22:8-12).
Entre los eventos importantes que se darán como señales de la segunda venida de Cristo, como el hecho de que
Israel tuviera tierra nuevamente en Palestina para reunirse como nación, para ser recogida de los cuatro cabos
de la tierra, también será necesario que la nación se prepare para reconstruir su templo, con miras a reestablecer
los sacrificios levíticos, que fueron interrumpidos cuando sucedió la diáspora o dispersión del pueblo judío y la
destrucción de la ciudad y su templo.
En los postreros días se multiplicará la ciencia (Dn 12:4), el siglo XX es llamado el siglo de las luces, porque la
humanidad ha avanzado en cien años más que en toda su historia en todos los campos: la medicina, la
electrónica, la mecánica, la cibernética, la química, el espacio, etc.
Habrá guerras especiales y rumores de guerras. El siglo de las guerras mundiales fue el siglo XX.
Terremotos y cataclismos en diferentes lugares, que serán llamados principios de dolores (Mt. 24:4-13, 24-26).
También se han suscitado terremotos catastróficos en muchas partes del mundo, el más reciente fue en el mar,
generando un Tsunami que acaba de matar a más de 155,000 personas y dejando cerca de 5,000,000 de
damnificados en los países afectados. La segunda semana de enero del 2005, el gobierno de los E. U. envió un
barco a la antártica para investigar el posible desplazamiento del eje de la tierra por causa del maremoto que
provocó el Tsunami, y sus efectos sobre el clima de toda la tierra, detectando un desplazamiento de dos
centímetros, que presumen afectará a los polos y al clima mundial.
Recientemente ha habido tormentas inesperadas, e inundaciones inusitadas en Europa, en California y en
Venezuela. Todos sabemos del fenómeno denominado “El Niño”, que tantos trastornos meteorológicos ha
causado en los últimos años. Los ciclones se han salido de control, ya no se restringen a su estación y suceden
en forma impredecible.
La generación de ozono en las zonas industrializadas y a su porcentaje constante en el volumen de la atmósfera,
ha ocasionado un alarmante adelgazamiento de la capa de ozono, que es escudo a los rayos ultravioleta, y en
especial el hueco que se ha abierto en la zona antártica, está contribuyendo al calentamiento de la atmósfera y a
la proliferación del cáncer de la piel.
Estamos en el umbral de la segunda venida de Cristo y el rapto de los vencedores puede suceder en cualquier
momento y la iglesia apercibida está en preparación intensiva ante la inminente venida de Cristo.
Como lo veremos más adelante con mayor detalle, en este período se darán simultáneamente eventos celestiales
gloriosos y juicios terribles sobre la tierra, por lo que en ella se vivirán siete años de gran tribulación, cual
nunca antes, más terrible que la segunda guerra mundial y que los cataclismos que han azotado al mundo (Mt.
24:32-33). Se inicia justo cuando la iglesia alcanza su esplendor y el remanente de vencedores es arrebatado en
manera repentina. Es un período en el que el veredicto de Dios se ejecutará primeramente sobre la iglesia que
no fue arrebatada, en los primeros 3 ½ años; y en los segundos 3 ½ años se ejecutará sobre Israel (Dn. 9:27), y
también se ejecutarán los veredictos de la ira de Dios sobre el mundo, de lo cual no participaran los creyentes
¡Gracias a Dios! (Lc. 1:28-36).
30
Finalmente, al cierre de la semana setenta, la victoria que Cristo tomará sobre el diablo y su imitación de Dios
y su plan divino, cuando venga a salvar a las reliquias de Israel y pise la tierra en su segunda venida, concluirá
la era de la gracia (2 Ts. 2:1-8).
-454
-405
DEDICACIÓN
DEL TEMPLO
7 SEMANAS
MUERTE
FALSO
2ª VENIDA
DEL MESÍAS
PACTO
DE CRISTO
(RELOJ DETENIDO)
ISRAEL
62 SEMANAS DIÁSPORA
RECOLECCIÓN
SEMANA 70
RESTAURADO
(49 AÑOS)
LOCURA DE
NABUCODONOSOR,
REINADO DE
ARTAJERJES
VISIÓN
(434 AÑOS) (DEST. TEMPLO) (NUEVO TEMPLO) (GRAN TRIBUL.)
400 AÑOS DE (DISPENSACIÓN DE LA GRACIA)
PURIFICACIÓN MILENIO
SILENCIO
RAMAS NATURALES DESGAJADAS
IGLESIA ISRAEL
CRISTO
PROFÉTICO
LOS ASEBUCHES INGERIDOS
EL REY
EL MESÍAS
LA IGLESIA, LA ESPOSA
PACTO
UN PRÍNCIPE ROTO
VISITACIÓN
VEREDICTO
VICTORIA
EL PATRÓN DE LA VICTORIA EN LAS 70 SEMANAS DE DANIEL
(VISIÓN PROFÉTICA DE LOS TIEMPOS DE DIOS PARA ISRAEL)
LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO
El apóstol Pablo enseña que para los cristianos, el día del Señor se verificará mediante la resurrección de los
cristianos que han muerto, seguida por la transformación de los cristianos que estén vivos en ese momento, y
que les corresponda, para unirse al Señor en el aire (1 Ts. 4:13-18), para luego aclarar que, aunque esa será la
experiencia de todos los creyentes, hay diferentes tiempos y momentos en que esto tendrá verificativo (1 Ts.
5:1), lo cual la iglesia de Tesalónica ya sabía bien, por lo que les exhorta a no dormir para no ser sorprendidos
por ese evento, sino velar, cimentados en la fe, la esperanza y el amor, pero aclarando bien que, si son de los
que duermen o de los que velan, de todos modos estarán juntamente con él (1 Ts. 5:2-10). Es claro que todos
los creyentes estaremos finalmente con Él, pero también es claro que no todos al mismo tiempo, sino que hay
diferentes momentos, según si son de los que velan o de los que duermen cuando Él venga a las nubes. Para
entender los tiempos de la segunda venida de Cristo, veremos en la Biblia algunos patrones que nos ilustran
cómo será:
A). SERÁ COMO LA PRIMERA
Una clave para comprender la segunda venida de Cristo, es identificar la manera en que vino la primera vez,
Salomón nos declara que para saber las cosas que han de venir, es necesario comprender las cosas que ya
fueron (Ec. 1:9-10, 3:15). Así que mirar cómo fue su manifestación al mundo en su primera venida, tal y como
fue profetizada, nos permitirá tener una visión más clara de la manera en que se manifestará y regresará la
31
segunda vez. Las profecías de su primera venida marcan tres eventos que la marcaron; así será su segunda
vennida:

Cuando el nació (Is. 9:6-7), su venida relacionada con su nacimiento, sólo aquellos que tenían la
esperanza de su venida y velaban la percibieron y se gozaron de ello, tales como los pastores, Simeón,
Ana y los magos venidos del oriente (Lc. 2:8-17, 25-38, Mt. 2:1), fue algo secreto, que pasó
desapercibido a todos los demás.
La primera manifestación de la segunda venida de Cristo, de la misma manera, tiene que ver sólo con
aquellos que velan y aman su venida y ese día no los tomará desprevenidos (Mt. 24:27-28, 42-44, 1 Ts.
5:2-6).

La segunda fase de su primera venida se dio al inició de su ministerio terrenal (Mal. 3:1-3). Malaquías
profetizó que Él vendría a su templo y lo limpiaría con juicio, después de que Elías preparara su
camino. Juan el Bautista le preparó el camino con su predicación de arrepentimiento y la gente pudo
reconocerle y creer en Él (Mt. 3:11-17); lo cual se cumplió después de su primera señal en las bodas de
Caná, al inicio de su ministerio, cuando subió por primera vez a Jerusalén (Jn. 2:11-17).
De la misma manera, la segunda manifestación de la segunda venida de Cristo será pública, para
consolar a todos los creyentes y para dar inicio a la limpieza de la casa de Israel con sus juicios (Mt.
24:28-33).

La tercera fase de su primera venida del Mesías, se dio al final de su ministerio, cuando subió por
última vez a Jerusalén para realizar su entrada triunfal y ser reconocido por todo el pueblo como su Rey
que había de venir, confirmando por segunda vez que su casa debía ser casa de oración para todas las
naciones (Zac. 9:9, Mt. 21:4-17, Is. 56:7).
De la misma manera, la tercera manifestación de Cristo en su segunda venida, será como el Rey que
pisará la tierra, al cierre de la Gran Tribulación y la purificación de Israel, para reestablecer su casa de
oración en la que le adorarán todas las naciones (Ap. 7:1-4, Is. 1:24-28). En esa ocasión vendrá con la
iglesia vencedora, para vencer las huestes del Anticristo y establecer su reino en la tierra (Ap. 14:1-4,
19:11-16).
B). COMO SE FUE ASÍ VENDRÁ
Otra manera de comprender la segunda venida de Cristo y sus manifestaciones, es considerar la manera en que
se fue, tal y como lo dijeron los ángeles a los discípulos que lo vieron partir (Hch 1:11). Si ponemos atención,
la partida del Señor de esta tierra, después de su resurrección, se dio en tres fases:

La primera de ellas fue conocida sólo por aquellas mujeres que madrugaron para ir a su sepulcro, el día
de la resurrección (Jn. 20:11-18), es claro que no se dejó tocar porque la resurrección acababa de
suceder y era necesario que Él, como Sumo Sacerdote, primero penetrara en los cielos, el verdadero
lugar santísimo, antes de poder bendecir al pueblo (He. 9:24, Lv. 16:32-34). Después que subió a su
Padre y nuestro Padre, a su Dios y a nuestro Dios, ya se dejó tocar por las mismas mujeres que habían
ido al sepulcro, como primicias de la bendición (Mt. 28:7-10).

Ellas reciben instrucciones para los demás discípulos de ir a Galilea para verle, como les había pedido
desde antes de su muerte (Mt. 26:31-32, Mr. 16:7, 19), Mateo nos refiere con toda claridad que los
discípulos obedecieron y fueron al monte de Galilea como el Señor les mandó, y fue allí que les dio la
gran comisión, antes de partir (Mt. 28:16-20). Galilea está al norte del país, Nazaret pertenece a
Galilea, y el mar donde muchas veces Cristo predicó, de donde eran varios de los apóstoles.
32

Lucas también nos refiere que hubo otro momento en el que más de quinientos hermanos presenciaron
su partida, desde Bethania, del monte de Los Olivos, que es muy cerca de Jerusalén, en Judea, donde
recibieron la clave de cómo sería su segunda venida (Mr. 16:14-19, Lc. 24:50-53, Hch. 1:6-12, 1 Co.
15:6).
Como su partida, la segunda venida de Cristo involucra tres momentos diferentes (1 Ts. 5:1-2), el primero tiene
que ver con los cristianos vencedores, los que están listos esperando su retorno; el segundo, con los demás
creyentes no apercibidos en el primer evento, y el tercero, corresponde al momento en que el Señor finalmente
pisará la tierra, para vencer a sus enemigos, salvar a las reliquias de Israel y establecer su reino universal del
milenio.
C). PALABRAS RELACIONADAS CON SU VENIDA
Cuando se abordan los textos referentes a la segunda venida de Cristo, se utilizan tres diferentes palabras en
griego que conviene comprender su significado, de modo que nos ubiquen acerca de la fase de su segunda
venida que está siendo tratado:

Epiphaneia.- Significa aparición aunque es también traducida como resplandor o manifestación,
refiriéndose a su segunda venida como algo que se está esperando y se sabe que sucederá en cualquier
momento, tal y como lo vemos en: 1 Ti. 6:14, 2 Ti. 4:8, Tit. 2:13, 2 Ts. 2:8.

Apokalupsis.- Significa revelación, y hace referencia al momento mismo en que algo oculto es
revelado, también se traduce como manifestación, pero es bueno notar que hay una diferencia en el
griego que en español no es clara. En cuanto a la segunda venida de Cristo la encontramos en: 2 Ts.
1:7, 1 P. 1:7, 4:13.

Parousia.- Significa presencia personal o física, es decir, cuando la fase de su segunda venida implica
que Él está físicamente presente en el lugar, por lo que se tradujo como su venida, tal y como se utiliza
en: 1 Co. 15:23, 1 Ts. 4:15, 17.
La segunda venida de Cristo abarca tres eventos, algo que para algunos es esperado y están velando, listos para
recibirle en las nubes, una epiphaneia gloriosa y repentina que conocerán sólo los prevenidos.
También será algo mostrado o revelado para todos los creyentes, como una señal manifiesta en las nubes que
todo ojo verá, el apokalupsis que recogerá a todos los redimidos por la Sangre de Cristo, vivos y muertos, que
no hayan participado de la primera manifestación.
Y al final, cuando la presencia física y personal de Cristo se cumpla, en el momento mismo en que pise la tierra
para ser reconocido por su pueblo Israel en su segunda venida, la parousia tan esperada de su Mesías Rey,
cuando le podrán identificar como el que vino y fue crucificado en su primera parousia.
D). EL TRIPLE MINISTERIO DE CRISTO
Otra manera de comprender las dispensaciones que Dios le ha dado al hombre, es la doctrina básica de la
resurrección de los muertos (He. 6:2), ya que ciertamente la totalidad de los hombres resucitarán (Dn. 12:12-13,
Jn. 5:28-29), pero no todos en el mismo tiempo ni para el mismo destino (1 Ts. 5:1, 1 Co. 15:20-26). Pablo
declara que la resurrección es para todos los hombres, pero que hay un orden militar estricto en los tiempos
diferentes en que se va a dar, al utilizar la palabra griega tagma, que significa precisamente un orden de grados
sucesivos: Primero Cristo, como primicias, luego los vencedores, como parte de las primicias o Pentecostés;
después los que son de Cristo en su venida, como la cosecha de todos los frutos, y luego, el fin, después del
33
milenio, en que se dará la resurrección de todos los demás y los del milenio, para ser juzgados en el juicio final
del Gran Trono Blanco.
El triple ministerio de Cristo, el ungido de Dios, que corresponde a las figuras del Antiguo Testamento de
quienes eran ungidos con aceite para ejercer su llamamiento: Los profetas (1 Ry. 19:16), los sacerdotes (Ex.
29:4-7, 40:15) y los reyes (1 Ry 17:15). Como veremos, las resurrecciones están ligadas al cumplimiento de
cada uno de los ministerios de Cristo: de Profeta, de Sacerdote y de Rey.
Siendo la resurrección el sello y la prueba de que cada uno de los tres ministerios de Cristo se ha cumplido
plenamente, cada uno de ellos culmina con una doble resurrección:

Durante su ministerio terrenal, el Mesías recibió la unción del profeta, para hablar las palabras de Dios
o buenas nuevas de Salvación (Dt. 18:15-18, Hch. 3:22-23, 7:37, Mt. 13:57, 14:5, 21:11, Lc. 4:17-19,
7:16, 13:33, Jn. 6:14, 7:40, 9:17, He. 1:1-2).
Al concluir su ministerio profético, vino su propia resurrección (Col. 1:18), y también se dio la
resurrección de los vencedores del Antiguo Testamento, listados en Hebreos 11, como los héroes de la
fe, que saludaron las promesas sin ver su cumplimiento en sus días, pero participaron de su
cumplimiento, siendo Cristo el precursor que abrió el camino y penetró los cielos y se llevó consigo a
quienes lo esperaron, los vencedores del A. T. (Is. 26:19, He. 11:35,39-40, Mt. 27:53).

Durante su sacrificio, su resurrección y exaltación, y por todo el tiempo de la Iglesia, Él está ejerciendo
su Sumo Sacerdocio a la diestra del Padre, habiendo recibido la unción sacerdotal, viviendo siempre
para interceder por los creyentes (He. 2:17, 3:1, 4:14-15, 5:5-10, 6:20, 7:11, 17, 24-28, 8:1, 9:11-12,
10:21, Ro. 8:31-34).
Al concluir el ministerio sacerdotal de Cristo y cerrarse la era de la Iglesia, también habrá dos
resurrecciones de los integrantes de la Iglesia: los vencedores, que serán arrebatados para el trono, y a
la mitad de la Gran Tribulación, todos los que son de Cristo, después de un período de lavado y
planchado de sus vestidos, que estarán frente al trono (Mt. 24:27-31, Ap. 3:21 y 7:9-15, Fil. 3:10-11).

Y en el futuro, cuando regrese a las nubes por su iglesia y después retorne para pisar la tierra, el Señor
Jesucristo fungirá como el Rey ungido que su pueblo Israel espera, para reinar mil años en su reinado
universal de plenitud y perfecta paz (Dn. 9:24, 1 Ti. 6:14-15, Ap. 17:14, 19:11-21, 20:4-6).
Al concluir el reinado milenial de Cristo, también resucitarán los justos que no han participado aún de
la resurrección, tanto los santos del Antiguo Testamento que no fueron vencedores, como Adán, Eva,
Lot, Esaú, Saúl y muchísimos más, como todos los que fueron salvos durante el milenio, una
resurrección de justos para vida eterna (Is. 25:8-9, Ap. 20:5-6). Pero además, y para presentarse ante el
Gran Trono Blanco del juicio final y participar de la muerte segunda o eterna, resucitarán todos los
perdidos de todas las edades, será la resurrección de condenación (Ap. 20:11-15, 2 Ts. 1:9-10).
LAS PRIMICIAS
El primer evento en la segunda venida de Cristo, conocido como el rapto de vencedores, es prefigurado en
varias maneras:

En primer lugar el Señor lo declara como la reunión de las águilas alrededor de un cuerpo muerto,
cuando Él venga a las nubes como un relámpago (Mt. 24:27-28, Lc. 21:34-36). Las águilas son
aquellos que esperan al Señor, que no se fatigan, ni se cansan y suben en alas de águilas a su encuentro
(Is. 40:30-31); el cuerpo muerto representa el alimento de las águilas, que es un Cordero como
34
inmolado, figura del vencedor, digno de abrir el libro y desatar sus siete sellos, que el apóstol Juan vio
en la visión celestial (Ap. 5:1-10).

Otra figura del remanente que será arrebatado, es la fiesta de Las Primicias, cuando Israel debía
congregarse en Jerusalén para celebrar los primeros frutos de la tierra, dándoselos a Dios y cincuenta
días después cerrar la fiesta con ofrendas y sacrificios de primicias, conocido como el día de
Pentecostés (Lv. 23:9-21). Estas dos etapas en la fiesta son clara figura de la resurrección de Cristo,
pero también de la resurrección de los creyentes vencedores, como primeros frutos para Dios y para su
Trono (1 Co. 15:20-26, Ap. 14:1-5, Is. 26:19).
Entre los hombres las primicias eran los primogénitos, que también pertenecían a Dios y tenían tres
privilegios sobre sus hermanos: Autoridad, Sacerdocio y doble porción de herencia; que bien podrían
perder, si no los conservaban con dignidad, como sucedió a Esaú, a Rubén y a muchos otros; por lo que
también hay una congregación de primogénitos o iglesia de vencedores listados en los cielos (Ro. 8:29,
He. 12:23, Ap. 1:5). Todos nacemos como primogénitos en Cristo, pero podemos conservar o perder
nuestros privilegios si no caminamos en la dignidad de nuestro llamamiento (He. 12:14-17, 1 Ts. 2:12,
2 Ts. 1:5, Ap. 3:4).

Este primer remanente es también comparado por el Señor con Noé, que significa Consuelo, y cuando
él y su familia fueron salvados del diluvio en el arca, ya que ese momento repentino tomará a los
apercibidos y dejará a los descuidados a la gran tribulación (Mt. 24:36-51). Tal y como Pablo exhorta a
la iglesia a no dormir sino velar, para que aquel día no la sorprenda como ladrón (1 Ts. 5:1-11).

Es también ilustrado con la parábola de las diez vírgenes, de las cuales cinco eran prudentes y cinco
eran fatuas (Mt. 25:1-13). Las vírgenes son figura de la iglesia, las prudentes, que tenían sus lámparas
encendidas y reservas de aceite, tipos de la Palabra y el Espíritu Santo, representan a la iglesia
vencedora, apercibida, con una vida en el Espíritu, ellas serán la Esposa y se irán las bodas, y la puerta
se cerrará tras ellas. De las otras vírgenes hablaremos más adelante.

Siendo Adán figura de Cristo (Ro. 5:14), y siendo la iglesia su cuerpo (Ro. 12:5), cuando Dios quiso
dar a Adán la ayuda idónea mediante la mujer, hizo caer en él sueño profundo, le abrió el pecho y tomó
una de sus costillas, cerrando la carne en su lugar, y de la costilla formó a su mujer, para que fuera
carne de su carne y hueso de sus huesos (Gn. 2:21-23), del mismo modo, del cuerpo dormido de la
iglesia, Dios tomará un remanente cercano a su corazón para formar su Esposa, con la que compartirá
su trono y gloria.

Estos vencedores, son prefigurados además por los veinticuatro ancianos, destinados al Trono para
reinar junto con el Cordero, que entonarán un cántico nuevo para exaltarlo, también mostrado como el
cántico nuevo de las primicias, exclusivo, que sólo ellos podrán entonar (Ap. 5:8-10, 14:3).

Apocalipsis tiene una figura doble, una mujer preñada que da a luz un hijo varón que es tomado para
reinar, y luego tiene más hijos, que serán guardados en el desierto de la ira del dragón por 1,260 días, 3
½ años (Ap. 12:1-6). Esta mujer es tanto figura de Israel, como de la Iglesia, así que en ambos casos
ilustra las dos partes de la Gran Tribulación, la primera para la iglesia y la segunda para Israel y los
juicios de Dios sobre ellas. En cuanto a Israel, el hijo varón prefigura a Cristo y los demás hijos a las
reliquias, 12,000 marcados de cada una de las 12 tribus de Israel, literalmente 144,000 sellados. En
cuanto a la iglesia, el hijo varón prefigura a los vencedores que reinarán junto con Cristo como
primicias, los 144,000 (número espiritual), que siguen al Cordero fielmente donde quiera que va, y
serán tomados para el Trono de Dios y para el Cordero (Ap. 14:1-5), y el resto de los hijos, todos los
redimidos que pasarán por la primera parte de la Gran tribulación, de quienes trataremos a
continuación.
35
Cuando el rapto suceda en forma tan repentina como el abrir de ojos, que es la décima parte de un segundo, el
mundo se alarmará por la gran cantidad de desaparecidos en todo el mundo, tanto vivos, como muertos que
dejarán los sepulcros y se unirán al rapto de vencedores. Será turbador el hecho que pilotos de aviones,
cristianos vencedores, dejarán sus puestos y los aviones, carros, trenes, autobuses se estrellarán. De todas
partes, en forma más rápida que la vista, se esfumarán, dejando sus labores o sus camas, según sea de día o de
noche en su región cuando suceda (Mt. 24:39-42, Lc.17:32-36, 1 Ts. 4:16-17).
Seguramente el Anticristo tendrá que explicar al mundo qué fue lo que pasó, por lo que el fenómeno OVNI y
los alienígenas, que no son otra cosa que demonios que han sembrado sus mentiras en los corazones duros de
los perdidos (2 Co. 4:4, Ef. 4:17, 2 Ts. 2:9-12), le dará el argumento que convenza al mundo de que fue
un encuentro cercano de cuarto tipo, que sus alienígenas aliados, han eliminado del mundo a aquellos
que se oponían a la paz y seguridad que ahora por fin será factible. “Por fin fue extirpado el cáncer de
los anti ecuménicos que impedían la unidad mundial”, seguramente les dirá y el mundo lo aceptará,
porque desde ahora y para entonces, los engaños del diablo al respecto, han y habrán convencido al
mundo de la presencia de extraterrestres, que con sus extraordinarios avances tecnológicos, habrán
tele transportado a los sectarios a un planeta remoto, desterrados para siempre del planeta.
Libros pseudo científicos sobre ovnis, historietas como la de superman, videos; series de TV, como los
expedientes secretos”X”; películas como la guerra de las galaxias, el día de la independencia, los hombres de
negro y muchas más; farsas como la pretendida autopsia a un alienígena, realizado hace décadas en Roswell,
Texas, Estados Unidos, rescatado de una supuesta nave que se estrelló cerca de dicho pueblo, y supuestamente
infiltrado de los archivos secretos del gobierno norteamericano. Por cierto, la Kodak, como otros laboratorios,
analizaron el filme y descubrieron que era fraudulento y reciente, pero del cual se vendieron millones de copias.
La ciencia ficción bombardea la mente de ya varias generaciones, presentando tesis convincentes sobre lo
factible que puede ser que estemos siendo vigilados por seres superiores con mucho más avances que la
humanidad. El ambiente está preparado para aceptar lo que sea, el diablo ha maquinado desde hace muchos
lustros la manera de engañar al mundo para el advenimiento de su breve reinado.
LA GRAN TRIBULACIÓN
Como ya lo hemos podido identificar, esta semana de años está dividida en dos períodos de 3 ½ años menos 18
días, que por la misericordia de Dios, esos días serán abreviados para preservar los remanentes, tanto de la
iglesia como de Israel (Mt. 24:21-22, Ap. 11:2-3, 12:6, 13:5) (3.5*365=1278 y cada período durará 1260 días,
18 días menos que serán recortados). La preeminencia de la voluntad de Dios es muy evidente, ya que siendo
un tiempo en que el Anticristo tomará poder y a la mitad de la semana la Iglesia será quitada junto con el
Espíritu Santo y no habrá nada ni nadie que le impida hacer de las suyas con toda suerte de impiedad, no
obstante, la voluntad de Dios prevalecerá, preparando todo para que el Señor descienda del cielo y tome
victoria de sus enemigos al cierre de este período de juicios (2 Ts. 2:3-12).
EL JUICIO DE LA CASA DE DIOS
Después del rapto de los vencedores, en la tierra se iniciará la semana setenta de Daniel, la Gran Tribulación,
cuyo primer período de 3 ½ años, será el principio de dolores, donde no sólo habrá cataclismos singulares, sino
juicios divinos, y en especial, la iglesia quedada, será refinada para alcanzar un mejor nivel y poder aspirar a
galardones en el Tribunal de Cristo, e incluso, los que mueran decapitados por el testimonio de Cristo, puedan
participar del Reino Milenial (1 P. 4:17-19, Mt. 24:8-13, Ap. 12:6-17, 20:4).
La Iglesia despertará de su letargo y por causa de su testimonio muchos se convertirán a Cristo en todas partes,
sumándose a la gran cosecha que será levantada (Mt. 24:12-14). Serán como en los días de Nerón, en los que
36
muchos cristianos fueron quemados en leña verde o despedazados vivos por las fieras en el circo romano, pero
el hecho de que murieran cantando y no renegasen de su fe a costa de su vida, en vez de reducir el número de
redimidos, se incrementó tremendamente. El testimonio de la iglesia, así como el de los dos testigos que Dios
enviará, como veremos con mayor detalle más adelante, justificará el que Dios ejecute los juicios y las
sentencias ya determinadas contra los enemigos de la iglesia y de Israel, por cuanto habrán rechazado la
Salvación que Cristo ofrece.
En este primer período, siete sellos serán abiertos, los cuatro jinetes del Apocalipsis aparecerán. El primer sello
se abrirá para dar paso al primer jinete montado sobre un caballo blanco (Ap. 6:1-2), con un arco en su mano
pero sin flechas, que es coronado como victorioso. El caballo blanco representa que él hace una paz aparente y
el arco sin flechas en su mano, que lo logrará mediante un pretendido desarme mundial, mientras él se prepara
para la guerra, es decir, es una figura del Anticristo al inicio de la semana de años, que en medio de los
conflictos mundiales logra unificar los poderes: político, económico y religioso, ofreciendo esperanzas al
mundo.
El segundo sello de juicio nos muestra al segundo jinete montado sobre un caballo bermejo o rojo (Ap. 6:3-4),
quien quita la paz de la tierra mediante el poder de su espada, para poner a unos contra otros, que prefigura las
doctrinas y filosofías sutiles que presentará al mundo en contra de Dios, para hacerse pasar por el Mesías. Este
caballo bermejo aparece posteriormente como una bestia bermeja de siete cabezas y diez cuernos, cabalgada
por una mujer, que ambas estarán cubiertas por la sangre de los santos (Ap. 17).
El tercer sello se abrirá para dar paso a un tercer jinete montado sobre un caballo negro (Ap. 6:5-6), que tiene
un peso en su mano para vender alimentos a un precio desorbitante, prefigurando el hambre que vendrá sobre la
tierra, como consecuencia de las guerras desatadas por el segundo jinete. En este tiempo es que el Anticristo
implantará el control de los alimentos mediante su nombre codificado para marcar a quienes pueden comprar y
vender, como lo veremos más adelante, exponiendo a los creyentes a la prisión y al martirio, por lo que muchos
serán decapitados por el testimonio de Cristo.
El cuarto sello traerá al cuarto jinete montado sobre un caballo amarillo (Ap. 6:7-8), que se llama muerte y le
sigue el infierno, trayendo muerte y destrucción con su poder a la cuarta parte de la tierra, como la pestilencia
que sigue a las guerras y al hambre.
Estos cuatro jinetes han cabalgado muchas veces en los veinte siglos de nuestra era, pero en la gran
Tribulación, recibirán el mandato para iniciar su última y más nefasta carrera de desolación.
Al romperse el quinto sello, Juan tiene una visión celestial de las almas de todos aquellos cristianos que han
muerto por su testimonio en ese tiempo (Ap. 6:9-11), que se encuentran bajo el altar esperando que se cumpla
el período y se complete el número de los mártires que después reinarán con Cristo en el milenio.
El sexto sello es abierto y sucede un gran terremoto seguido de una serie de cataclismos espantosos (Ap. 6:1217), trae tal destrucción y dolor sobre la tierra, que los impíos tratarán de esconderse de la ira de Dios en
búnkeres y otros refugios subterráneos.
Al abrirse el séptimo sello, se hace un silencio en todo el cielo como de ½ hora (7 días en proporción), en
expectación por los juicios que se avecinan para que Dios destruya a sus enemigos. Luego, en el cielo el Señor
como Sumo Sacerdote, en la figura de un ángel, se parará frente al altar del incienso que esta delante del trono
de Dios, y añadirá incienso a las oraciones de los santos que aún están en la tierra y debajo del altar pidiendo
que sea vengada su sangre, y como respuesta, siete ángeles tocarán una a una sus trompetas de juicio sobre
aquellos que persiguieron, atormentaron y mataron a los santos de la Iglesia para que fuera depurada. Así como
los hebreos fueron guardados en la tierra de Gosén de las siete últimas plagas de Egipto (Ex. 8:22, 9:26), estos
37
juicios caerán exclusivamente sobre las naciones que persiguieron y derramaron la sangre de los cristianos
durante estos primeros 3 ½ años:
Es importante aclarar que las siete trompetas que sonarán en la primera mitad de la semana, para derramar los
juicios determinados por Dios sobre las naciones, que fueron instrumentos de la tribulación para refinamiento
de la iglesia quedada, ya han ido sonando también al cierre de cada etapa de prueba que ya estudiamos en la
historia de la iglesia, prefiguradas por las siete iglesias de Asia, de modo que la sexta trompeta ya ha sonado,
cuando los vencedores de Filadelfia han sido separados, dando paso a las dos guerras mundiales del siglo XX,
en donde las bombas de Hiroshima y Nagashaki y sus terribles consecuencias, sólo son una muestra de lo que
pasará en la Gran Tribulación. La final trompeta sonará en el momento justo del rapto de la iglesia de
vencedores de la séptima iglesia, la de Laodicea, que no verá muerte, sino que como Enoc, será transformada
para unirse a la multitud de vencedores resurrectos de las demás etapas precedentes, para formar la iglesia
gloriosa que será Esposa del Cordero (1 Co. 15:51-53). (Por cierto Laodicea, significa lo mismo que Adullam,
justicia del pueblo, por lo que debemos apercibirnos y ser parte de los valientes de David, que no se
conformaron con su propia justicia, sino que seamos de aquellos valientes que arrebatan el reino de Dios en la
gracia de Cristo). Así que al sonar las siete trompetas para que los juicios de Dios se derramen sobre la tierra en
la Gran Tribulación, al sonar de la séptima, la final trompeta, se dará el levantamiento de la iglesia refinada, en
la que los muertos en Cristo y los que estén vivos, serán reunidos con Cristo en el aire para ser llevados a la
gran cena de bodas, como la veremos poco más adelante con más detalle.
La primera trompeta sonará y por ello caerá granizo y fuego mezclados con sangre, lo cual destruirá la tercera
parte de la vegetación (Ap. 8:7). Es probable que esto sea consecuencia del uso de armas químicas,
ocasionando lluvias ácidas y granizadas venenosas.
La segunda trompeta traerá otro cataclismo terrible (Ap. 8:8-9), un monte incendiándose caerá en el mar
convirtiéndola en sangre y ocasionando la muerte de la tercera parte de los animales marinos y destruyendo la
tercera parte de los navíos del mundo. Al parecer caerá un gran meteoro (tal vez en el Mediterráneo), causando
una terrible contaminación que la tornará roja y tóxica, matando a toda la fauna marina de la tercera parte de los
océanos y destruyendo a todos los barcos de la región. No habrá Bruce Willis que salve al mundo de aquel
impacto (que por cierto nada tiene que ver con Armagedón).
La tercera trompeta sonará y una estrella brillante caerá (Ap. 8:10-11), posiblemente grandes aerolitos
secundarios, caerán en las montañas de Europa y Asía, contaminando la tercera cantidad de agua dulce que el
hombre usa, envenenando a tal punto las aguas, que serán amargas como el ajenjo, por lo que multitudes
morirán.
La cuarta trompeta causará que la tercera parte del sol y de la luna y de las estrellas sean heridas y dejen de dar
su luz sobre la tierra, reduciendo en una tercera parte su intensidad, tanto en el día como en la noche. Días
penumbrosos y noches tenebrosas. Tal vez sean efectos atmosféricos causados por la misma mano del hombre
en sus guerras con armas nucleares, lo cierto es que son precursoras del tiempo de la cosecha de redimidos al
cierre de la mitad de la semana (Mt. 24:29-30).
La quinta trompeta abrirá el abismo del cual saldrá mucho humo que se esparcirá por el aire y oscurecerá aún
más la luz del sol (Ap. 9:1-12), y una plaga de langostas que no herirán las plantas sino sólo a los hombres, por
espacio de cinco meses, los atormentarán pero no los matarán. Durante este tiempo los hombres desearán
matarse por causa de sus dolores, pero la muerte huirá de ellos. Abaddon (He) o Apollyon (Gr), son nombres
del diablo que significan ángel destructor, así que será el mismo diablo el que comandará esta operación contra
los mismos hombres que le han seguido y le han adorado, pero no podrá dañar a los santos de Dios, creyentes
en Cristo que tienen la señal de Dios en sus frentes.
38
Este juicio sobre las naciones que persiguieron a la Iglesia, es el primer ¡Ay!, o guerra mundial de este período,
en la cual las langostas que se describen con cara de hombre con cascos relucientes como el oro y cabellos de
mujer y dientes como de leones, con corazas de hierro y al volar provocarán un estruendo terrible, como de
multitud de caballos que salen a la batalla, dotados de aguijones para atacar a los hombres; parece la
descripción de aviones de guerra con motores de propulsión, como los F-16, equipados con armas que disparan
cápsulas químicas, como el Napalm, o bacteriológicas, que causarán hinchazón, tumoraciones y dolores
terribles, semejantes a la picadura de un alacrán. Imaginen a personas llenas de piquetes de alacrán; con razón
desearán morirse, pero en ese lapso de tiempo la muerte huirá y sólo sufrirán los terribles síntomas.
La sexta trompeta desatará a cuatro ángeles que estarán atados en el río Éufrates (Ap. 9:14-21), como cuatro
desolaciones sobre las naciones que están siendo enjuiciadas por causa de la iglesia, y se levantará un ejército
de doscientos millones de soldados, equipados con unos trajes especiales y montados sobre unos caballos, cuya
descripción más parece de tanques y modernos vehículos de guerra, que de personas sobre caballos; dotados de
cañones al frente y atrás, que escupirán fuego, humo o gases tóxicos y azufre o explosivos poderosos, con los
que matarán a la tercera parte de los hombres sobre la tierra, este será el segundo ¡Ay! O guerra mundial (Ap.
11:14). Con todo, los impíos sobrevivientes no se arrepentirán de sus pecados de idolatría, de espiritismo, de
hechicería, de fornicación y de robo.
Estos dos lamentos pueden ser una replica de las dos guerras mundiales que marcaron al siglo XX como el
tiempo de la pre-tribulación, pero con una magnitud mayor a lo sucedido en Hiroshima y Nagashaki con la
explosión de la bomba atómica y sus consecuencias radioactivas tan nefastas.
Durante el segundo ¡Ay!, un ángel poderoso con nubes rodeándole y el arco del cielo sobre sí, con un rostro
resplandeciente y sus piernas como columnas de fuego, pisará la tierra y el mar y tendrá un librito abierto y
clamará a gran voz, y siete truenos hablarán sus mensajes, que fueron sellados en la visión de Juan, para que no
fuera revelado su significado hasta que suceda, pero es claro que se refiere a profecías que hablarán sobre siete
misterios, que Juan oyó, pero no se le permitió escribirlos (Ap. 10:1-7, Jn. 21:20-22).
Juan es llevado a tomar el librito (el Apocalipsis) de la mano del ángel y comerlo, de modo que las escenas
gloriosas de su primera parte le fueron dulces a su boca, pero los juicios de su segunda parte le fueron amargos
a su vientre, y recibió la indicación de profetizar a todas las gentes su mensaje (Ap. 10:8-11).
La final trompeta o séptima, es la que marcará el fin de la era de la Gracia y el inicio del juicio de Israel y de las
naciones, en la segunda mitad de los siete años de la Gran Tribulación.
Volviendo al tema, y siguiendo la recapitulación que el mismo Juan hace (Ap. 11:1-14), para mostrar otros
sucesos que se darán en paralelo de los ya narrados, en estos primeros 3 ½ años, dos testigos de Dios
profetizarán a las naciones y ellos provocarán muchos de los juicios de Dios sobre la tierra. Durante el tiempo
de su mensaje, su palabra de fe y autoridad les guardará de sufrir daño alguno, matando a sus enemigos. Al
acabar el tiempo de su profecía, de mil doscientos y sesenta días, y después de las trompetas de juicio que ya
vimos que vendrán sobre los impíos, el Anticristo responsabilizará a los cristianos y en especial a estos dos
testigos de todas las calamidades acontecidas, por lo que los matará y serán expuestos por tres días y medio en
la plaza de San Pedro, en Roma, llamada espiritualmente Sodoma y también Egipto; lo que será motivo de una
fiesta mundial, similar a la actual Navidad, en la que todos se darán regalos y felicitaciones, pensando que todo
acabó y que podrán seguir en sus maldades. Pero después de los tres días y medio, los dos testigos resucitarán y
serán recogidos, junto con todos los redimidos, vivos y muertos, que formarán la gran nube de testigos, que
subirán al encuentro de su Señor (He. 12:1, Ap. 1:7).
Sin ser dogmáticos, pero considerando varios aspectos que así lo perfilan, estos dos testigos pueden ser Moisés
y Elías, ya que tienen facultades que se manifestaron en sus respectivos ministerios, como tornar el agua en
sangre o hacer descender fuego del cielo. De Moisés se nos declara que su cuerpo fue recogido de su sepultura
39
y llevado al cielo (Jd. 9, Dt. 34:6). De Elías se nos dice que fue llevado al cielo por un torbellino (2 Ry. 2:11).
Es claro que Elías vino a preparar el camino del Señor antes de su ministerio terrenal en la persona de Juan el
Bautista (Mt. 11:13-14), pero también estará predicando antes de su segunda venida, como el día terrible,
grande y manifiesto que refinará a su pueblo para su retorno (Mal. 4:1-5). Ambos, Moisés y Elías, estuvieron
con el Señor en el monte de la transfiguración hablando con Él, acerca de su partida (Lc. 9:29-35).
Apocalipsis 12 nos regresa al principio de la semana mediante la visión de la mujer preñada que da a luz un
hijo varón que es tomado para el trono de Dios. Como ya lo vimos, esta figura es doble, porque indudablemente
la mujer representa a la nación de Israel y al Señor como el Hijo que es tomado para su trono, mientras que la
mujer será guardada en el desierto de la furia de la bestia bermeja de siete cabezas y diez cuernos, que como
vimos representa el sistema del Anticristo, por los primeros 1260 días (Ap. 12:1-6).
Como una aclaración importante, Juan muestra una batalla en el cielo entre el dragón y sus ángeles y el
arcángel Miguel y sus ángeles, venciendo Miguel y arrojando a la tierra al diablo y sus ángeles. Actualmente el
diablo es el príncipe de la potestad del aire y ejerce su dominio sobre el mundo desde las regiones celestes o
atmósfera (Ef. 2:2), pero al ser arrojado a tierra, es cuando el Anticristo, hijo del diablo encarnado, puede
manifestarse como el hombre de pecado o aquel inicuo, como lo llama el apóstol Pablo. Entonces se lanzará
contra los creyentes, pero ellos lo vencerán por medio de la palabra de su testimonio, la sangre del Cordero y
muriendo por amar a su Señor más que a sí mismos (Ap. 12:10-11).
Volviendo al primer cuadro de la mujer que dio a luz un hijo varón, como a una figura de Israel, y habiendo
entendido que el diablo se manifestará por medio del Anticristo como la bestia bermeja de siete cabezas, le
vemos airarse contra la mujer, la cual es guardada por los 3 ½ tiempos de la primera mitad de la semana, aún y
cuando el diablo lo intentará echando sobre ella ríos, que la tierra recibirá ayudando a la nación de Israel en ese
primer lapso de tiempo (Ap. 12:12-16).
La segunda figura de la mujer preñada, es la iglesia, y a su hijo varón, son los vencedores que serán arrebatados
justo antes de que la semana empiece y el diablo pueda humanarse en la persona del Anticristo, por lo que el
dragón es y no la bestia bermeja la que los intentará destruir justo en su nacimiento o rapto, y al no conseguirlo,
se lanzará con gran ira contra los demás creyentes en Cristo que guardan su testimonio, para tratar de
destruirlos, sabiendo que tiene poco tiempo (Ap. 12:17).
También vemos que en este primer período, desde su principio en que es liberado el primer jinete del
Apocalipsis, el sistema del Anticristo tomará mayor potencia mediante la unión de los poderes político,
económico y religioso, de modo que podrá identificar fácilmente a los cristianos mediante su sello o chip
electrónico, cuyo nombre en número es el 666, de modo que los que no adoren a la bestia o a su imagen, sean
degollados (Ap. 13:1-18, 6:9-11, 20:4). Las almas de los vencedores de esta etapa, que morirán por causa de su
testimonio, quedarán guardados bajo el altar, hasta que su número sea completado y al final del período
resucitarán para unirse a la gran cosecha.
Como una información interesante de referencia, en cuando al poder religioso y el perfil del sistema del
Anticristo que ya está operando, hay nombres oficiales, tanto para el clero de Roma, como para el papa, que
están escritos en latín, pero que si se separan las letras con valor numérico romano y se suman, dan
precisamente el número de su nombre, que es 666:
VEAMOS EL NOMBRE DEL CLERO:
DVX CLERI (clero de Dios): D=500, V=5, X=10, C=100, L=50, R no tiene valor, I=1, sumados
da 666.
40
EL NOMBRE OFICIAL DEL PAPA ES:
VICARIVS FILII DEI (vicario del Hijo de Dios), hagamos el mismo ejercicio: V=5, I=1, C=100,
I=1, V=5, I=1, L=50, II=2, D=500, I=1, sumados dan 666.
OTRO NOMBRE QUE SE LE DIO AL PAPA Y AÚN LO OSTENTA ES:
VICARIVS DEI GENERAL IS IN TERRIS (vicario general de Dios en la tierra), veamos: V=5,
I=1, C=100, I=1, V=5, D=500, I=1, L=50, I=1, I=1, I=1, sumamos para obtener nuevamente 666.
Un papa en especial podrá representar a la segunda bestia conocida como el falso profeta, ya que se encargará
de exaltar a la primera bestia o Anticristo y promocionarlo para que todos le adoren como si fuera Cristo.
Es claro que después de la segunda guerra mundial, el Concilio Vaticano y el Concilio Vaticano II, realizado
por el papa Juan XXIII, llamado el papa bueno, dio base y fuerza al ecumenismo, tendiente a unificar a todos
los sectores denominados cristianos para formar una mega iglesia universal alrededor de Roma. Actualmente
vemos cosas increíbles, como que el Dalai Lama, líder de la Babilonia espiritual del Tibet, heredera de la
hechicería más refinada de Satanás, que une las religiones orientales como el Budismo, el Hinduismo y sus
variantes, sea aceptado en el mundo católico y tenga relaciones amistosas con el papa y además sea premio
Nóbel de la paz; y cómo, los líderes políticos de las naciones, entre ellos George Bush, presidente de los EE.
UU, que es cristiano, se hayan inclinado ante la tumba de Juan Pablo II, confiriéndole total reconocimiento.
Por el lado económico, también es de notar que el sistema electrónico que le permitirá al Anticristo ejercer su
control sobre todo el mundo ya está operando. El sistema operativo Windows (ventanas), era una de tantas
opciones hasta su versión 6.2, luego apareció la versión 6.21, la primera configurada para tomar el control total
de la máquina en la que se instalaba, así que cuando apareció la versión Windows 95, todos los demás sistemas
fueron desplazados, tomando el control este sistema operativo, del 90% de las operaciones computacionales a
nivel global, y todos los programas de todo tipo que conforman el Software, se tuvieron que configurar a él. El
código ASCII (American Standard Code for Information Interchange), que le asigna un valor numérico a
todas las letras del sistema electrónico binario de la computación, base de todo sistema operativo, nos permite
comprobar que la versión MS-DOS 6.21, corresponde al 666, según podemos ver a continuación:
M S - D O S (esp.) 6
. 2 1
77 + 83+45+68+79 +83 + 32+ 54 + 46+50 +49 = 666
Hay quienes afirman, pero tendenciosamente que Bill Gates III en ASCII da 666, pero no es así, ni tampoco
Windows 95, pero un detalle interesante de Microsoft, es una especie de juego oculto que viene en la hoja de
cálculo del programa…
Desde hace varios años, nos hemos acostumbrado al uso del código de barras, que permite etiquetar los
productos que se compran en los supermercados. También es ampliamente utilizado para inventariar los
almacenes de las grandes empresas, y ya es del dominio público que su base de identificación es contar con una
barra seis al principio, una en medio y una más al final del código, tres seises.
Este sistema es precursor de uno mucho más eficiente y sofisticado que veremos salir dentro de poco. Su
tecnología ya se aplica ampliamente en la telefonía celular mediante los microchips SIM cards, que es una
tarjeta electrónica de 6 x 12 mm, que puede guardar cientos de datos y que puede intercambiarse a otro teléfono
con la misma tecnología. También las tarjetas bancarias con MASTERCARD O VISA, han implementado un
microchip adicional a la cinta magnética, que le llaman monedero inteligente, ya que a diferencia de las cintas
magnéticas en las que se tiene un código de identificación personal, que debe ser complementado por un
41
número NIP, que identifica que el portador de la tarjeta es el usuario autorizado, el chip en cuestión, puede
contar con el nombre de la persona, el número de la seguridad social CURP (incluso un código internacional),
la firma digital, descripción física, genealogía, dirección, ocupación, religión, certificación penal y hasta datos
hereditarios como el ADN, tipo de sangre, la propensión a ciertas enfermedades como el cáncer o la diabetes,
etc. De hecho, estos chips pueden tener 34 billones de combinaciones únicas de códigos de identificación
individual, más que suficiente para permitir asignar un código único a cada ser humano sobre la tierra,
utilizando tres entradas de seis cifras (666). Pero por más prácticas que sean, las tarjetas con microchip pueden
ser siempre robadas, perdidas o dañadas. Por lo que ahora los grandes financieros presentaron la última
solución: ligar físicamente a la persona con su carta, de modo que no haya posibilidad alguna de perderla o
modificar su contenido en forma pirata.
El microchip no estará más inserto en una tarjeta plástica, sino implantado directamente en el cuerpo humano,
bajo la piel, como ya se hace actualmente con los animales. Se puede saber así a cada momento, dónde se
encuentra una persona, gracias a los satélites y a las antenas celulares. MOTOROLA, que produce el chip para
MONDEX (Significa: mon monitoreo, dex en la mano derecha), compañía líder en el ramo, con un 51% del
control mundial de los sistemas financieros electrónicos, ha desarrollado un chip similar, pero mucho más
pequeño, para ser implantado bajo la piel humana.
Este microchip a base de litio tiene entre 5 y 7 mm de largo y 0.75 mm de ancho, es equivalente a un pequeño
grano de arroz. Con un inconveniente, el litio contenido en la pila, de romperse ésta, produciría una llaga muy
dolorosa, llena de pus y muy difícil de erradicar.
De establecerse este sistema, nadie podría retirar dinero del banco, recibir las prestaciones del gobierno
(pensiones, subsidios...), salir de un país a otro, ni comprar ni vender, sin tener implantado el microchip bajo la
piel.
Este microchip tiene un poderoso transmisor que puede ser monitoreado vía satélite. Por lo tanto sirve no sólo
de portafolio electrónico, sino también como un mecanismo que permite saber a cada momento dónde se
encuentra cada ser humano. Una red de 66 satélites de baja altura, así como las antenas de teléfonos celulares,
permitirán seguir a cualquiera en cualquier lugar del planeta con un margen de error de un metro solamente.
Una vez que este microchip sea implantado en una persona, es imposible esconderse en ningún lugar: la
autoridad sabrá siempre dónde se encuentra.
Además, para poder emitir la señal, su pila de litio especial, será constantemente recargada por las variaciones
de temperatura del cuerpo humano. Más de un millón y medio de dólares se invirtieron en averiguar en qué
lugar del cuerpo la temperatura varía más rápidamente. Se hallaron dos lugares posibles propicios para
implantar el chip y recargar la pila: la frente, en la raíz del cabello, y en el dorso de la mano derecha. En efecto,
cuanto más conocemos sobre la instalación del chip bajo la piel, más correspondencia hay con la descripción
que dio San Juan sobre "la marca de la bestia" en el Apocalipsis.
Hace poco tiempo nadie podría entender cómo esta profecía se cumpliría, porque no existía forma alguna de
controlar lo que se compra o vende a gran escala. Ahora es técnicamente posible con el chip implantado bajo la
piel.
El microchip será introducido con argumentos como: "Para pagar su adquisición, sólo tiene que pasar su mano
sobre el escáner de la farmacia o cualquier otro comercio y el importe será debitado automáticamente de su
cuenta". ¡No será necesario portar dinero ni tarjeta de crédito!
¿Su hijo desapareció? ¡Debe contactar a la central con urgencia para saber dónde está! Sólo tiene que dar el
nombre de la persona a la policía, y por medio de los satélites y las antenas de los celulares, la persona será
42
encontrada en un abrir y cerrar de ojos gracias al chip que porta. De hecho, actualmente los empresarios y
magnates del mundo ya se han implantado el microchip como una prevención al secuestro, ya que en fracciones
de segundo pueden ser localizados, y rescatados en los siguientes minutos. Perece la gran cosa, pero no
olvidemos que la Biblia dice:
“Y el obligó a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, a recibir una marca en su mano
derecha o en su frente, de tal modo que nadie pudo comprar o vender sin la marca, que es el nombre de la bestia
o el número de su nombre. Este número es el 666” (Ap.13:16-18).
MOTOROLA, ya ha producido un billón de estos microchips, los ricos del mundo están comprándolos como el
recurso anti secuestro más efectivo de la actualidad. MASTERCARD planea que en un plazo de 2 a 3 años, se
podrán eliminar las tarjetas electrónicas con microchip, para ser suplidas por sus implantes.
Microsoft sigue tratando de obtener el monopolio de la tecnología software y la Internet, cuando lo logre le
dará al Anticristo todas las facilidades para ejercer el control del mundo financiero global.
En cuanto al poder político, es claro que la ONU, fundada el 24 de octubre de 1945, que sustituyó al primer
intento internacional denominado la Liga de las Naciones, logró una unión mundial para firmar acuerdos
internacionales de paz y seguridad, a fin de resolver problemas sociales y culturales en cualquier parte del
mundo, con un sentido humanitario y afianzar el respeto por los derechos y libertades fundamentales del
hombre, comprometiendo a todas las naciones miembros, a dar su total apoyo a las acciones colectivas que se
acuerden y a no apoyar a las naciones que actúen en contra de los principios establecidos en su carta
constitutiva. Sabemos que el llamado primer mundo, formado por las naciones más poderosas, tiende a
controlar a la ONU con sus votos, siendo la plataforma política del Anticristo.
Así como Dios ha obrado la Redención mediante la revelación del misterio de la piedad (1 Ti. 3:16), el diablo,
persistente imitador de la obra de Dios, desplegará el misterio de la iniquidad (2 Ts. 2:7), falsificando el plan de
Dios mediante la manifestación de la trinidad satánica: El dragón, la bestia o la encarnación de Satanás en el
hombre de pecado, también conocido como el Anticristo, que será un estadista o gobernante elegido por la
federación mundial de naciones para gobernar todo el mundo, y la segunda bestia o falso profeta, que
seguramente será el líder mundial del sistema religioso que encabeza el ecumenismo, quien imitará la labor del
Espíritu Santo, que no habla de sí mismo sino que glorifica a Cristo, así también este falso profeta promoverá al
Anticristo provocando que lo adoren y adoren a su imagen (Ap. 12:9, 13:1-18).
Así como Cristo se estará casando con su Iglesia vencedora que será su Esposa y Reina, el Anticristo tendrá su
falsa esposa o ramera, que es la cede de la falsa iglesia (Ap. 17:1-18), con la que reinará por breve tiempo,
identificada como una ciudad vestida de púrpura y escarlata (color oficial del cuerpo cardenalicio, figura de la
sangre de los mártires de la iglesia en toda su dispensación), rodeada de muchas aguas, que significan su poder
sobre todas las naciones del mundo, con un cáliz de oro en la mano, lleno de abominaciones. El ángel le explica
a Juan que las siete cabezas de la bestia bermeja sobre las cuales se sienta la mujer ramera, son siete montes.
No es coincidencia que la antigua ciudad de Roma está asentada sobre siete montes, por lo que se le conoce
como “La eterna ciudad de las siete colinas”. También estas cabezas prefiguran a siete gobernantes del mundo,
precursores del Anticristo, seis ya fueron, posiblemente se refiere a aquellos que pretendieron gobernar el
mundo, como Nabucodonosor, Darío, Alejandro Magno, Julio Cesar; el sexto posiblemente fue Hitler, y el
séptimo es el Anticristo, que es la bestia, que siendo de los siete, también es el octavo, lo que tiene que ver con
la cabeza que fue herida de muerte y fue sanada, como un remedo de la muerte y resurrección de nuestro Señor,
lo que asombrará al mundo y se maravillarán al punto de adorarle (Dn. 7:7-8). Los diez cuernos de la bestia de
siete cabezas, son diez gobernantes de diez naciones poderosas, que tomarán consejo y secundarán a la bestia, y
en la segunda mitad de la semana, le darán el poder al Anticristo, por 42 meses, el mismo tiempo que duro el
ministerio terrenal de Cristo.
43
Es también factible que las siete cabezas representen a las naciones más poderosas de la tierra, recordemos que
la ONU fue fundada por cinco potencias: Estados Unidos, Francia, Inglaterra, China y la URSS, respaldadas
por 50 países, pero actualmente Japón y Canadá se han sumado al primer nivel, para formar un grupo de siete
cabezas, como la bestia bermeja que sube del mar o naciones que le rodean. Como se acaba de comprobar con
la destrucción de las torres gemelas, centro financiero del mundo, y la respuesta de E. U, declarando la Guerra a
Irak; E. U. va a la cabeza de las naciones y se le ha llamado el policía del mundo. Seguramente otros poderosos
países de Europa, como Alemania, Italia, España, Suecia, Suiza, Portugal o Grecia, así como Brasil, Argentina
y México, se podrán perfilar para ser parte del grupo de los diez cuernos que apoyarán a la ONU, para cumplir
las profecías del Apocalipsis.
LA GRAN COSECHA
Después de la recapitulación y visiones paralelas de los acontecimientos de la primera mitad de la semana,
volvemos al toque de la final trompeta que refiere el apóstol Pablo en relación a la segunda venida de Cristo,
corresponde entonces a la séptima trompeta, que será tocada a la mitad de la semana, y como detallaremos más
adelante, los santos de la tribulación subirán al encuentro con su Señor, para participar entre otras cosas, del
Behema o tribunal de Cristo, para ser examinados y galardonados junto con los vencedores. (Ap. 11:15-19, 1
Co. 15:51-57). Pero indudablemente la consumación de los juicios sobre la iglesia para purificarla y darle una
mejor posición eterna, y las plagas y castigos sobre las naciones que ejecutaron la persecución y muerte de los
hijos de Dios, ha llegado a su fin, y está por iniciarse la segunda mitad de la semana de juicios de la Gran
Tribulación.

La fiesta de las cosechas, al final del año agrícola, Israel subía a Jerusalén por tercera ocasión, para
celebrar entre otras celebraciones, la Fiesta de las cosechas, con palmas y ramas frondosas y cargadas
de frutos, agradeciendo a Dios sus bendiciones (Lv. 23:39-42). Dios en su fidelidad, por medio de la
primera parte de la Gran Tribulación, refinará a la iglesia que se quedó y la recogerá para consolarla; en
esta ocasión todos verán al Señor venir a las nubes, de donde enviará a sus ángeles a recoger a todos los
redimidos, para que no se pierda ningún grano (Mt. 24:29-31, Ap. 14:13-16). Ellos cantarán el cántico
de Moisés y no el cántico nuevo de las primicias, cuando sean arrebatados para estar con Él (Ap. 15:14).

La segunda venida de Cristo es comparada también a los días de Lot, que a diferencia de Noé, Lot no
estaba apercibido de lo que pasaría a Sodoma, ciudad con la que comerciaba y en la que vivía, y
Gomorra, su hermana pecadora (Lc. 17:28-32). Lot significa “Un Velo”, y fue tomado justo antes de
los juicios más terribles, que como veremos, sucederán en la segunda mitad de la semana. Son los
cristianos que se quedaron en el Rapto, por causa del velo de la carne que les impidió estar prevenidos,
después de su juicio, también serán arrebatados para recibir al Señor en el aire (1 Ts. 4:13-18, 5:1, 610).

Esta fase corresponde a las vírgenes fatuas que no estuvieron listas para las bodas (Mt. 25:8-13), y la
puerta fue cerrada y se quedaron fuera, al lloro y crujir de dientes de la Gran Tribulación. Una
aclaración importante es que el Esposo les responde que no las conoce, con una clara referencia a la
intimidad que sólo se puede dar con la Esposa (Gn. 24:16), y no al desconocimiento total que Cristo
refiere a los obradores de maldad que usan su Nombre pero no son salvos, como los espiritistas y
espiritualistas (Mt. 7:21-23).

La iglesia, formada por todos los redimidos, es el cuerpo de Cristo, del cual, cuando está dormido, Dios
tomara una costilla de su pecho para hacerla su esposa (Ro. 5:14, Gn. 2:22-23). Los que no son la
Esposa, quedarán como el cuerpo.
44

Cuando venga el rapto, los mayordomos fieles serán bienaventurados y recompensados, pero los otros
se quedarán para pasar el tiempo de prueba de la Gran Tribulación (Lc. 12:41-49). Después el Señor
regresará por ellos de las bodas, y espera encontrarlos ahora sí sirviéndole para recompensarlos, cosa
que no sucedería si no hubieran sido refinados en la prueba, y llegarán a la Cena de las bodas donde el
Señor les servirá (Lc. 12:35-40, Ap. 19:9).

Las multitudes de ropas blancas que vienen de gran tribulación y estarán frente al trono, como
servidores de Dios (Ap. 7:9-17).

Los otros hijos de la mujer preñada, que estarán en el desierto por 1260 días, primera mitad de la gran
tribulación, refinación de la iglesia que se quedó, los dormidos cuando vino el rapto (Ap. 12:17).
DOS TIPOS DE CRISTIANOS EN RELACIÓN A LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO
CRISTIANOS VENCEDORES
CRISTIANOS REFINADOS
COMO LAS ÁGUILAS (Mt. 24:26-28)
TODOS LOS ESCOGIDOS (Mt. 24:31).
LAS PRIMICIAS (Lv. 23:9-21, Ap. 14:1-4).
LA COSECHA (Lv. 23:39-42)
COMO NOÉ (Mt. 24:36-51)
COMO LOT (Lc. 17:28-30).
VÍRGENES PRUDENTES (Mt. 25:1-13).
VÍRGENES FÁTUAS
LA COSTILLA DE ADÁN (Ro. 5:14, Gn. 2:22-23).
EL CUERPO DE ADÁN
24 ANCIANOS EN SUS TRONOS (Ap. 5:8-10,
Ap. 14:3).
MULTITUD EN ROPAS BLANCAS
(Ap. 5:11-14).
HIJO VARÓN (Ap. 12:1-6).
LOS OTROS HIJOS (Ap. 12:17).
LAS RELIQUIAS DE ISRAEL
Como ya vimos, durante la primera mitad de la semana, Israel estará resguardada, mientras la iglesia es
refinada (Is. 26:20-21), en esta primera parte el Anticristo hará un convenio con Israel, engañándolo haciéndose
pasar por su esperado Mesías y hollará el atrio del templo por los primeros 42 meses (Mt. 24:15-20, Ap. 11:12); pero en la segunda mitad de la semana, al inicio, romperá el pacto hecho con Israel y hará cesar el sacrificio
(Dn. 9:27, 11:31-32). Y será hasta que la iglesia y el Espíritu Santo que ahora lo impiden, hayan sido quitados
de la tierra, que será liberado plenamente el misterio de la iniquidad en el que se manifestara aquel inicuo hijo
de perdición o Anticristo (2 Ts. 2:1-12).
Entonces el pueblo de Israel será refinado en el horno de la aflicción, como se refina la plata, prefigurado por
diferentes juicios en el pasado del pueblo de Dios (Ro. 9:27-29, 11:1-8, 2 Ry. 19:30-31, 2 Cr. 34:21), mediante
los cuales será cernido el remanente escogido; como lo profetizaron también Isaías, Jeremías, Ezequiel y
Malaquías (Is. 10:20-23, 37:31-32, Jr. 30:4-7, Ez. 20:34-38, Mal. 3:1-6).
Este remanente será contado y sellado antes de la Gran Tribulación, doce mil de cada una de las tribus de
Israel, contando a las dos medias tribus de José como enteras, pero dejando fuera a la tribu de Dan, que no
participará de los privilegios del milenio (Ap. 7:1-8, Ez. 37:19-28, Gn. 49:16-18). Estos 144,000, pasarán en
45
especial por su juicio en la segunda mitad de la semana, por los segundos 42 meses de la Gran Tribulación (Ap.
11:1-2).
En especial Isaías abunda en palabras sobre este período terrible para el pueblo de Dios, así como en guardar
para Dios un remanente que será salvo (Is.6:11-13, 10:20-23, 13:1-22, 17:4-14, 24:1-13, 17-22, 51:17-23).
Al final de este segundo período serán derramadas las siete copas de la ira de Dios con las siete plagas que
atormentarán a las naciones enemigas de Dios y de Israel, tal y como sucedió al sonar de las siete trompetas al
final de la primera mitad de la semana, en las que vimos destruirse sólo a un tercio de la vegetación, de los
animales marinos, del mar, de los ríos, de la intensidad de la luz del sol, la luna y las estrellas y a un tercio de la
humanidad; pero en esta ocasión los juicios serán para la destrucción de todas las cosas y el exterminio de todos
los malvados hijos del diablo, y hasta entonces se dará el tercer ¡Ay!, para todos los moradores de la tierra (Ap.
12:12, 15:5-8, 16:1-21 Is. 30:27-28, 34:1-14, 66:15-16, Jr. 9:25-26, 10:25).
La primera copa traerá la primera plaga que va a atormentar a todos los sellados por la bestia, pues su marca
desarrollará un terrible cáncer que atormentará a sus seguidores. Posiblemente causado por el litio derramado
en la mano de los que recibieron la marca de la bestia mediante el microchip MONDEX (Ap. 16:1-2).
La segunda copa de ira tornará todos los mares en sangre y todos los animales marinos morirán en todos los
océanos, imaginen la terrible peste que esto desencadenará (Ap. 16:3).
Aún no saldrán de su espanto, cuando la tercera copa de ira de Dios será derramada y serán todos los ríos los
que se volverán de sangre, por causa de la sangre de los santos y profetas que ellos mataron durante toda la
semana de siete años (Ap. 16:4-7).
La cuarta copa será derramada sobre el sol y su calor sobre la tierra será tan intenso, que quemará a los
hombres, seguramente la capa de ozono desaparecerá y los rayos ultravioleta causarán quemaduras terribles,
pero con todo, los hombres en vez de arrepentirse, blasfemarán contra Dios por sus juicios (Ap. 16:8-9).
La quinta copa de ira es derramada sobre el trono del Anticristo, de modo que después del calor que los
quemaba, se dejará venir una gélida oscuridad que los hará tiritar al punto que los hombres morderán sus
lenguas y del dolor blasfemarán más contra Dios. Todo el gobierno del Anticristo se empezará a desmoronar al
no tener solución para tantas calamidades que asolarán a sus seguidores (Ap. 16:10-11).
Al final de este terrible lapso de tiempo llamado la Gran Tribulación, las dos últimas copas de la ira divina
prepararán el escenario para que el Anticristo intente aniquilar por completo al pueblo de Israel al pie del monte
de Sión, donde está Jerusalén, en el valle del Armagedón, antiguo valle de Megiddo (2 Cr. 35:22), Armagedón
es un nombre compuesto en hebreo, por Har Megiddon, que significa: El lugar de la cita o de la reunión.
También fue llamado el valle Beracah (de la bendición), que por la victoria del rey Josafat contra los ejércitos
confederados para destruir Jerusalén y al reino de Judá, en el que Dios obró que se pelearan entre sí hasta
destruirse; cambió su nombre al de Valle de Josafat (2 Cr. 20:26, Joel 3:1-2, 9-17). Es un valle histórico por las
batallas que allí se han llevado a cabo y por los juicios que Dios ha obrado, y será el valle de la decisión donde
Dios congregará a los enemigos de su pueblo para tomar venganza de ellos. Este valle actualmente es pequeño,
de 3.5 kilómetros de largo, por menos de 1 kilómetro de ancho, se encuentra justo al pie del monte de Las
Olivas al lado oriente de Jerusalén.
Cuando la sexta copa de la ira de Dios sea derramada, el río Éufrates, que tiene 2,760 kms de longitud, hasta
550 metros de ancho y hasta 9 metros de profundidad; que en el tiempo de lluvias, sus desbordamientos causan
inundaciones que pueden abarcar hasta 3 kilómetros de ancho; se secará, para dar paso a los ejércitos de
oriente, seguramente encabezados por China, la tierra del dragón, que acudirán al llamado de los espíritus
inmundos que como ranas saldrán de las bocas de los tres integrantes de la trinidad satánica, que representan
46
discursos elocuentes para azuzar a las naciones en contra de Israel para intentar exterminarlo, inculpándolo por
las plagas que les han atormentado. Será peor que el intento de Hitler contra los judíos (Ap. 16:12-16).
Y de occidente, seguramente lideradas por E. U., otro ejército numerosísimo de aliados, que acudirá al llamado
de “las ranas” para la gran batalla en contra del pueblo de Dios.
Cuando la séptima copa de ira sea derramada, sucederá un gran terremoto como nunca antes ha habido sobre
toda la tierra, que partirá Roma en tres partes y las capitales del mundo caerán, las islas desaparecerán, los
montes se desgajarán, y caerán del cielo por todas partes granizos de hasta un talento de peso (34 kg), que
causarán una destrucción inimaginable. Este cataclismo servirá para extender el valle del Armagedón, para
albergar a tan grande multitud de ejércitos (Ap. 16:17-21), profetizado también por el profeta Zacarías (Zac.
14:4-5). Con todo, las gentes blasfemarán y ninguno se arrepentirá de su rebelión y pecado, porque son hijos
del diablo e hijos de perdición que rechazaron a Cristo (Joel 3:11-15, Zac. 12:1-3, Is. 63:1-6, Ap. 14:13-20,
19:19).
Es en el monte de las Olivas, justo junto al valle de Armagedón, donde descenderá el Señor y pisará la tierra y
con Él los vencedores (Ap. 14:1, 17:14, 19:14). Cristo, el Rey de reyes, peleará en dicho valle contra sus
enemigos, utilizando armas antiguas como espadas y lanzas, seguramente porque en la guerra tecnológica
anterior que contaminó la tierra, se perdió toda esa tecnología. La Biblia dice que será tan grande la mortandad,
que la sangre empapará la tierra y llegará hasta los frenos de los caballos y sus carnes serán festín para las aves
de rapiña. El mismo Anticristo será lanzado vivo al lago de fuego en esa gran ocasión, por el puro resplandor
de la majestad de Cristo en su venida (2 Ts. 2:8, Is. 27:1).
El Rey de Reyes vendrá con su ejército de redimidos, los vencedores, que como los valientes de David se
esforzarán en la batalla para aniquilar a todos los malditos hijos del diablo, perversos y corrompidos hasta la
saciedad, arrojando vivo también al falso profeta al lago de fuego y azufre hirviendo, matando al resto de sus
enemigos con la espada de su boca, y siendo reconocido por las reliquias de Israel como su Mesías Salvador y
Rey, esta es la culminación de la segunda venida de Cristo el Señor (Ap. 19:11-21).
Al saberse derrotados por el Señor, los mismos diez reyes que le dieron su reino y autoridad a la bestia, antes de
ser aniquilados, se volverán contra la ciudad cede de su poderío, la gran ramera, la destruirán y será grande su
calamidad, cumpliendo así ellos mismos los designios del Señor sobre las abominaciones e injusticias contra
los santos (Is. 14:4-23, Ap. 14:6-11, 16:17-21, 17:1-6, 16-18, 18:1-24).
Esta ciudad ramera, la Babilonia espiritual, ha enriquecido a los mercaderes de la tierra con la potencia de sus
deleites, tales como la navidad, la semana santa, las fiestas a las vírgenes y santos, como San Valentín, que
llenan las bolsas de los mercaderes de abundancia; ella comercia con la cultura y las artes y dentro de sus
muchas negociaciones, comercia con las almas de los hombres, manipulados por las doctrinas del purgatorio,
de la confesión ante sus sacerdotes, de la renovada santa inquisición, de las indulgencias y demás herejías,
hechicerías y demás espantosas abominaciones confeccionadas en los mismos infiernos (Ap. 18:12-24).
Entonces Israel será salvo, todos los señalados y sellados al inicio de la Gran Tribulación verán a su Mesías
Rey que los salvará, lo reconocerán como aquel que fue herido por ellos en su primera venida y le adorarán
mirando al que traspasaron (Zac. 12:10, Jn. 19:37, Ap. 1:7).
EVENTOS CELESTIALES
Mientras en la tierra están sucediendo los juicios de la Gran Tribulación, justo después del rapto de los
vencedores, en el cielo se llevarán a cabo tres grandes eventos, gloriosos como no los ha habido ni los habrá,
pues será la culminación de los deseos del corazón de Dios y el broche de oro de su perfecto plan, trazado
desde antes de la fundación del mundo: El primero de ellos es:
47
LAS BODAS DEL CORDERO
Hay para la Iglesia un llamado excelente que la debe llenar de esperanza y motivar para buscar la excelencia y
discernir entre lo bueno y lo mejor (Fil. 1:9-11), de modo que en aquel día, el día de Cristo, pueda ser coronada
como la Esposa del Cordero, cuando Él se la presente a sí mismo, como una novia gloriosa, santa y sin mancha
(Ef. 5:25-27). Eso es lo que dará la plena satisfacción al corazón de Cristo acerca del precio que tuvo que pagar
por ella mediante sus sufrimientos expiatorios en la cruz y en el infierno (Is. 53:11).
La única cosa más grande que ser hijo de Dios es ser la Esposa, la que será semejante a Él, es decir, la que
alcanzó su estatura y puede mirarle cara a cara, por eso el que tiene esa esperanza camina en pureza, porque Él
es puro (1 Jn. 3:1-3, Ef. 4:13).
La motivación más excelente de los cristianos, la que los hace aspirar y alcanzar la madurez, es la visión del
blanco, para ganar el premio de la soberana vocación de Dios en Cristo, es decir, alcanzar la meta para la cual
fueron alcanzados y no conformarse con menos (Fil. 3:10-15), esto es participar de la mejor resurrección, de
entre los que resucitarán, la de las primicias, la de los vencedores, los únicos que se sentarán en el Trono junto
al Cordero para reinar con Él (He. 11:35-40, Ap. 3:20-21).
La iglesia que será la Esposa, es aquella que se preparó y estuvo lista para cuando el marido llegó, que además
tiene el vestido de bodas, de lino blanco y resplandeciente, que son las obras justas de los santos (Ap. 19:5-8).
El Salmo 45 describe la boda, el vestido de la novia, las vírgenes o damas de compañía y la gloria que rodeará a
la Esposa.
En el Cantar de los Cantares de Salomón, Dios nos muestra muchos hermosos detalles de la relación de Cristo
con la iglesia que será su Esposa, por ejemplo, Dios compara a la Iglesia con un huerto de Dios y a los
creyentes como árboles de justicia (Is. 60:21, 61:3, Sal. 1:1-3), de modo que Dios espera que la Iglesia dé fruto;
en Cantares Cristo desciende a su huerto para ver su ya florea y fructifica, buscando madurez en sus hijos
(Cant. 6:11, 4:16). Nos describe la carroza en que la Iglesia, la elegida del Rey, será llevada a su encuentro
(Cant. 3:9-11), construida de madera del Líbano, misma que usó en el templo, figura de los creyentes
plantados en la casa de Jehová (Sal. 92:12-13); sus columnas de plata, figura de la obra de redención que Cristo
ganó con su Sangre preciosa; su respaldo de oro, figura de la gracia que Dios ha dado a su iglesia para cumplir
su voluntad; su techo de grana, figura de la Sangre que nos cubre, a salvo del pasado, del presente y del futuro;
enlosado de amor, como fundamento o piedra angular de la nueva vida en Cristo, vínculo de la perfección. En
esa carroza estamos escondidos con Cristo en Dios (Col. 3:3). En especial, la iglesia es retratada con toda su
belleza, mostrando a Cristo en sus cuatro glorias (Cant. 6:9-10), porque la describe como el alba, como la luz
del amanecer que rompe las tinieblas de este mundo, como la aurora, que prefigura la primera de las cuatro
cosas que Dios hizo a Cristo dentro del creyente (1 Co. 1:30), la Sabiduría de lo alto, la que se encuentra sólo
si se madruga para buscarla (Pr. 8:12, 17), necesaria para poder edificar la casa de Dios (Pr. 14:1, Mt. 7:24-27).
Hermosa como la luna, que es fiel reflejo del a luz del Sol, que prefigura a Cristo, que es capaz de mostrar
cómo es Él, que es precisamente la obra de Justificación o manifestación de su justicia, segunda cosa que
Cristo ha sido hecho por Dios en nosotros (Stg. 3:18). La tercera característica de la Iglesia gloriosa que se
casará con Cristo es, esclarecida como el Sol, como la luz del medio día cuando el sol está en su cenit, una
iglesia radiante, que no vive para sí sino que más bien Cristo vive en ella y es Él el que se ve, que corresponde
a la tercera cosa que Cristo fue hecho en nosotros, la Santificación, que es la transformación de lo que nosotros
somos a lo que Cristo es (Pr. 4:18, 1 Ts. 4:1-5, Ef. 5:25-27). Imponente como ejércitos en orden, lo que nos
habla de alguien listo para la guerra, una Iglesia formada por guerreros determinados a la victoria, que se saben
vencedores, porque Cristo los ha equipado para garantizar que todos sus enemigos quedarán por estrado de sus
pies (Ef. 6:11-13, 1 Co. 15:24-25), que es precisamente el poseer el Reino de Dios, ejerciendo el dominio, hasta
la redención total de su herencia (Ef. 1:14, Col. 3:24), que también es Cristo dentro del creyente. La Iglesia
48
gloriosa que se casará con Cristo, está formada por creyentes totalmente rendidos a Él, dependientes por entero
de lo que Cristo ya es dentro de ellos, pero que le permiten vivir y manifestarse a través de ellos.
Una figura de las bodas del Cordero es la boda de Ester con Assuero, rey del imperio más poderoso de la tierra
(Est. 2:15-18). El rey es figura de Cristo, Hegai, el eunuco del rey, es figura del Espíritu Santo, que preparó a
Ester, figura de la Iglesia, quien se sometió en todo a sus sabias disposiciones y tuvo de su parte la gracia de
Dios, de modo que fue la elegida del rey, se casó con él y fue coronada para reinar con él. Luego se hizo un
gran banquete, figura de la Cena o fiesta de bodas que Cristo también celebrará, segundo evento celestial muy
esperado en el que el Esposo, como anfitrión, atenderá a todos los invitados a las bodas, mediante el gran
banquete de bodas:
LA CENA DE BODAS
Festejar el acontecimiento y compartir la alegría de la pareja con los amigos y parientes era y es lo más propio,
así que Cristo hará una gran cena en la que Él como anfitrión atenderá a sus invitados, como el banquete de la
reina Ester, sus invitados serán bienaventurados (Ap. 19:9, Mt. 26:29, ).
Israel era invitado a las bodas, pero no fue digno, sólo aquellos con vestido de bodas, es decir, todos los santos
del Antiguo Testamento, hasta Juan el Bautista son amigos del Esposo, invitados a su banquete (Mt. 22:1-14,
Mt. 9:15, Jn. 3:26-30, He. 11:39-40). También serán convidados todos los redimidos que vienen de la Gran
Tribulación, justo a la mitad de la semana (Mt. 22:10, Lc. 12:35-38, 14:15-24, 22:17-18).
EL TRIBUNAL DE CRISTO
El tercer evento celestial que se realizará justo al inicio de la Gran Tribulación, al momento del Rapto de los
vencedores, es el bema o tribunal de Cristo, en el que todos los redimidos serán juzgados, pero no todos al
mismo tiempo.
Empecemos por identificar cuales son los siete elementos que determinan un juicio:
A QUIÉN se juzga.
QUÉ se juzga.
QUIÉN ES EL JUEZ que preside el tribunal.
CUÁL ES LA NORMA o base del juicio (su severidad).
CUÁNDO es realizado el juicio.
DÓNDE se lleva a cabo.
SENTENCIA que se espera, resultados.
Cuando estudiamos la séptima doctrina básica del juicio eterno, pudimos diferenciar los juicios que describe la
Biblia, el siguiente cuadro resume lo visto en esa doctrina y nos ubica dentro de las dispensaciones, en el
evento más significativo de la iglesia que espera ser galardonada para entrar en la eternidad como un Reino de
Justicia:
49
CUADRO DE LOS JUICIOS ESTABLECIDOS POR DIOS
PASADO: En el cielo, antes de la formación de la tierra y el hombre
(Is. 14:12-17, Ez. 28:14-19).
I. DEL DIABLO
Y SUS ÁNGELES:
FUTURO PRÓXIMO: En la Gran Tribulación, en el aire para ser arrojado en
la tierra (Ef. 6:12, Lc. 10:18, Ap. 12:7-10), y al abismo por mil años (Ap. 20:1-3).
AL FINAL: En el gran trono blanco, en el juicio final.
(2 P. 2:4, Jd. 6, Ap. 20:10, Mt. 25:41, 1 Co. 6:3).
II. DE LOS IMPÍOS:
DE LAS NACIONES: El Diluvio, en Babel, luego nación por nación, como grupos de
personas, a través de la historia. En especial en la Gran Tribulación por sus tratos con Israel
y
con la Iglesia (Sal. 79:6-7, Jr. 25:31-33, Ap. 9:18-21, 19:15-21, 20:7-9).
DE TODOS LOS HOMBRES: En el gran trono blanco, juicio final (Ap. 20:11-15).
DILUVIO: (Gn. 7:11, 21)
III. DE LA TIERRA Y
SU ATMOSFERA:
TROMPETAS, COPAS: Gran Tribulación
(Ap. 8:6-13).
FINAL: Por fuego (2 P. 3:7,10-13, Is. 13:9-13).
DE LAS 10 TRIBUS: Por su apostasía, dispersión (2 Ry.17:16-18, 22-24).
DE JUDÁ Y BENJAMÍN: Por su apostasía, deportación a Babilonia por 70 años
(2 Cr. 36:15-23).
IV. DE ISRAEL:
ESPARCIMIENTO Y PERSECUCIÓN DE JUDÁ: Por rechazar a Cristo
(Mt. 23:34-39, Mt. 24:1-2).
PARA EL REMANENTE DE TODO ISRAEL: Refinamiento en la Gran Tribulación,
para que reconozca a Jesús como su Mesías Ez. 20:33-42, Ap. 7:4-8).
DE LA TRIBU DE DAN: Por ser serpiente tendrá que esperar su salvación
para el juicio final (Gn. 49:16-18, Dt. 33:22, Sal. 22:12-13).
DEL CALVARIO: Sustitución
(Ro. 4:25 a 5:1)
V. DEL CREYENTE:
DE UNO MISMO: En Santa Cena
(1 Co. 11:31, 2 Co. 13:5)
DISCIPLINARIO: Tratos Personales
(He. 12:10-13)
POR LA IGLESIA: Por dureza
(1 Co. 5:3-5)
DE LA CASA: G. Tribulación
(1 P. 4:7, 17)
TRIBUNAL DE CRISTO: Galardones
(Ro. 14:10)
POR LA IGLESIA: Con Cristo, juicio final
(1 Co. 6:2-4)
LA IGLESIA DEL MILENIO (juicio final)
Para justificación, juicio pasado.
Para Santificación, juicio presente.
Para Glorificación, juicio futuro.
50
Identifiquemos en el tribunal de Cristo los siete elementos que lo distinguen de los demás juicios:
1.- ¿QUIÉN SERÁ JUZGADO? Todos y cada uno de los salvos: los ministros (1 Co. 4:1-5, Fil. 2:16, 1 Ts.
2:19-20, 1 P. 5:4), cada iglesia local (2 Co. 1:14), cada creyente (Ro. 4:10-12, 2 Co. 5:8-11, Gá. 6:4-10, Ef. 6:78).
2.- ¿QUIÉN ES EL JUEZ? El mismo Señor Jesucristo, es su tribunal, el Padre le dio esa facultad.
(Jn. 5:22-23, 27, Ro. 14:10-13, 1 Co. 4:4-5, 2 Ti. 4:8).
3.- ¿CUÁL ES LA NORMA? El Evangelio de Pablo (Orden Divino) (Ro. 2:16).
La Palabra de Dios será aplicada en forma exhaustiva y rigurosa (Ap. 1:14, 1 Co. 3:11-15, He. 10:30-31, Mr.
4:22-25, He. 4:12-13, 1 Jn. 2:28).
4.- ¿QUÉ SE JUZGARÁ? Las obras del creyente, buenas y malas, que no hayan sido resueltas mediante los
juicios de santificación del presente (1 P. 1:17, He. 10:17-18, 1 Co. 11:30-32, Ec. 11:9-10, Ez. 18:20-22).
-Las palabras (Ec. 5:6, Lc. 12:2-3, Ef. 4:29-30)
-Los pensamientos (He. 4:12-13).
-Los intentos del corazón (1 Co. 4:5, 1 Sm. 16:7).
-Las obras (Job. 34:11, Mt. 25:25, Stg. 4:17).
-Diezmos y ofrendas (Mt. 23:23, Mr. 12:41-44, 1 Co. 9:9-14, 2 Co. 8:7-8, 12).
-Votos y promesas (Ec. 5:4-5, Dt. 23:21-23, Nm. 30:3).
-Lo que fuimos y debimos ser (Mt. 25:14-29, 1 P. 4:10-11, Lc. 19:12-26, Fil. 4:5).
-El uso del tiempo (Ef. 5:15-17, Ec. 3:1, Col. 4:5).
-Pecados corporales (1 Co. 3:15-17, 6:19-20, Ap. 2:23).
-Los testimonios dados sobre lo recibido de Dios (Mr. 5:19-20, Lc. 17:17-18).
-La doctrina practicada (Ro. 2:14-16, Fil. 2:14-16, Stg. 1:21-25).
-Apreciar o no su gloria (Jn. 12:42-43).
-No hablar de Cristo a las gentes (Pr. 24:11-12, 2 Ti. 4:2, 5, Ez. 33:8-9).
-Bien a los enemigos (Pr. 25:21-22, Ro. 12:17-21, Mt. 5:43-48).
-El servicio a Dios (1 Co. 4:1-5, Lc. 12:43).
5.- ¿CUÁNDO? El día de Cristo (1 Co. 1:7-8, Fil. 1:6, 2:16). El día señalado (2 Ti. 1:12, 4:8).
La Biblia no nos declara explícitamente el tiempo en el cual se realizará este tribunal. Pero es muy claro que
nadie puede presentarse en la presencia de Dios, una vez que ha sido resucitado o transformado, sin antes haber
sido juzgado en él, pues el fuego debe primero probar las obras de todo creyente, para que nada de la carne
entre en el cielo (1 Co. 3:12-15). Así que, como en todos los demás eventos, los creyentes vencedores preceden
a los no vencedores, el Tribunal de Cristo debe verificarse también en dos fases. La mejor resurrección o
transformación y juicio de los vencedores que serán la Esposa (1 Co. 15:51-52), para recibir su vestido de novia
o de boda y sus coronas y galardones (Ap. 19:5-8), mientras que los otros creyentes, que no estuvieron
caminando en victoria, tendrán que pasar por la primera mitad de la Gran Tribulación, donde será el lloro y el
crujir de dientes (Mt. 22:8-14), y después, ellos también participen de la resurrección, de ascender y pasar por
la segunda fase del Tribunal de Cristo, para ser juzgados y recompensados por sus obras, o sólo salvos, si sus
obras no permanecieren al ser probadas por fuego (Lc. 14:13-14, 1 Ts. 4:13 a 5:2).
6.- ¿DÓNDE? En el cielo, donde se reunirán todos los redimidos que subieron con Él (Col. 3:1-4, 1 Ts. 4:1617, Ro. 14:10, 2 Co. 5:10).
51
7.- ¿SENTENCIAS?
Dios nos quiere en aquel gran día irreprensibles en todo nuestro ser: espíritu, alma y cuerpo, sin tacha delante
de Él (1 Ts. 5:23-24, Fil. 1:9-11).
Dios nos quiere llenos de frutos para poder recompensarnos (1 Co. 1:7-8, Ap. 22:12, He. 11:6, 2 Jn. 8).
Al pasar por el fuego del tribunal, todo lo humano o carnal se quemará y será pérdida para el creyente, y todo lo
que fue hecho en el espíritu, con la gracia de Dios, permanecerá y será recompensado (1 Co. 3:12-15, Gá. 6:78).
Si vivimos en Él y disfrutamos de su perfecto amor, en aquel día tendremos confianza y no temor, porque el
temor tiene pena o castigo (1 Jn. 4:17-18), por lo tanto algunos serán avergonzados ese día (1 Jn. 2:28).
En la siguiente tabla podremos apreciar sentencias o consecuencias positivas y negativas que se darán en el
tribunal de Cristo sobre los creyentes:
TEXTOS
SENTENCIA POSITIVA
SENTENCIA NEGATIVA
1.
1 Co. 3:14-15
He. 10:34-39
Recompensas
Ganancias para el alma:
(Grande remuneración de galardón).
Pérdida de recompensas.
Pérdidas para el alma de
todo premio.
2.
Col. 3:22-25
Col. 2:18-19
Mt. 10:40-42
Compensación de la herencia
Premio
Mercedes, recompensas
La injuria que hizo.
Privados del premio.
Pérdidas.
3.
1 Co. 3:5-9
1 Co. 6:9-12
1 Co. 9:24-27
Mt. 5:19-20
Lc. 19:16-26
2 Ti. 2:5, 12, 4:8
Ap. 20:4, 22:5
Ap. 2:10, 3:11, 21
Ap. 5:8-10
Recompensas como coadjutores
Reino
Coronas
Reino
Autoridad, reino
Coronas y reino
Reino
Coronas, Trono
Reino
Pérdidas.
Sin reino.
Sin coronas ni premio.
Sin reino.
No participar del reino.
Sin galardón.
Sin reino.
Nada, sin trono.
Pérdidas
4.
Ro. 8:17-19
1 Co. 9:16-17
2 Co. 4:16-18
He. 10:34-39
Premios
Premios
Galardones
Galardones, ganancia
Pérdida de premios.
Pérdida de premios.
Sin galardones.
Pérdida, castigo
5.
1 Co. 4:2, 5
1 Jn. 2:28
Mt. 25:21
Alabanza de Dios
El gozo de Dios
Entrar en su gozo
Confusión y vergüenza.
Vergüenza.
Vergüenza.
6.
2 Ti. 1:16-18
Estar cerca de Él
Lejos de Él.
7.
1 P. 5:4
Mt. 13:43
1 Co. 15:40-43
Su mayor gloria
Mayor Gloria
Gloria
Menos brillo, nada.
Nada.
Sin gloria.
52
DOCE FIGURAS DE LA IGLESIA EN APOCALIPSIS
Identificar a la iglesia en las visiones apocalípticas es muy importante y edificante, además nos permiten ver el
cumplimiento de las siete “P” del discipulado y las siete Relaciones Básicas:
1. La Posición de la Iglesia se ve claramente en la figura de los siete candeleros ante el Señor que camina
entre ellos como Juez, de pie delante de su Señor (Ap. 1:13-20).
2. La Prueba de la Iglesia es claramente identificada cuando el Señor examina el caminar de cada iglesia,
y de la Iglesia en el mundo a través de su historia, mostrando a los vencedores de cada época, que serán
premiados al mostrar que son dignos ante Dios (Ap. 2 y 3).
3. La Protección de la iglesia se mira en la visión celestial, en la que Juan ve la sala real del Trono de
Dios, donde el Señor se encuentra sentado y su apariencia es de jaspe y de sardio, le rodea un arco
celeste como esmeralda, pero no se encuentra solo, porque hay veinticuatro tronos rodeándole, para los
veinticuatro ancianos, que reinarán con Él, pues tienen sendas coronas de oro y están vestidos con sus
ropas blancas. En ese excelso lugar está el candelero de oro con sus siete lámparas de fuego, que son
los siete Espíritus de Dios y frente al Trono hay como un mar de cristal. En medio y alrededor del
Trono, hay cuatro animales o seres vivientes, uno con cara de león, otro con cara de becerro, el tercero
con cara como de hombre y el cuarto semejante a un águila volando, estos cuatro animales estaban
llenos de ojos por dentro y tenían seis alas y no cesaban nunca de alabar a Dios, al tiempo que los
veinticuatro ancianos se postraban ante el Señor y le adoraban poniendo sus coronas a sus pies (Ap.
4:1-11).
Tanto los veinticuatro ancianos como los cuatro animales, son la iglesia vencedora a la que le será dada
la autoridad para reinar con Cristo, que le adorarán en el cielo, pero también reinarán sobre la tierra en
el milenio (Ap. 5:1-14). Ellos estarán rodeados por un círculo mayor de millones de ángeles que se
unirán a la adoración celestial tributada al Padre y al Cordero. La Iglesia que sabe esto se sabe segura y
es por eso que no duda en seguir al Cordero por donde quiera.
4. La paz de la Iglesia está representada por dos figuras. La primera de ellas es el ángel que subía del
nacimiento del sol y tenía el sello del Dios vivo (Ap. 7:2-3), notemos que el ángel subía al cielo desde
el oriente, como una figura de los vencedores al ser levantados, notemos también que cuando habla en
ángel lo hace en plural “hasta que señalemos”, mostrando que en realidad es el grupo de los vencedores
que está sellando a las reliquias de Israel, dándoles paz, pero luego vemos a la iglesia de millones de
millones que viene de la Gran Tribulación, que son consolados de sus aflicciones recibiendo también la
paz de Dios (Ap. 7:9-17).
5. El Poder de la Iglesia se visualiza en el ángel fuerte que desciende del cielo envuelto en una nube (Ap.
10:1-3), para hablar con su potente voz, que gloriosa figura de cuando los vencedores regresen con
Cristo como la cabeza para reinar con Él.
6. El Propósito de la Iglesia se ilustra en forma triple, ya que los vencedores han vencido a tres
enemigos, al mundo, a la carne y al diablo.
a) El templo es medido por Juan, pero su atrio no, porque es dado a los gentiles para ser hollado
por 42 meses (Ap. 11:1-2). Así que los vencedores son medidos como el templo y separados
del atrio, figura de la iglesia carnal que necesita pasar por los 3 ½ años de tribulación y ser
pisoteada por el mundo.
53
b) La nube blanca que rodea al ángel fuerte es también una figura de los vencedores. El ángel da a
Juan a comer el librito, el cual Juan toma de su mano y le sabe dulce en su boca y luego
amarga su vientre, pero eso le permite después profetizar a las gentes de parte de Dios (Ap.
10:8-11). El librito de Dios que Juan recibió (el Apocalipsis), es ciertamente dulce al espíritu
pero amargo a la carne, los que lo comen pueden profetizar sus palabras a muchos, pero
aquellos que lo evitan para no amargar su carne, también serán levantados como una gran nube
de testigos, juntos con los dos testigos que predicarán la primera mitad de la semana (Ap.
11:12).
c) El hijo varón que da a luz la mujer y que es tomado para el trono de Dios (Ap. 12:5), es
también una bella figura de la iglesia de los vencedores, en especial sobre Satanás, de acuerdo
a la promesa dada a ellos antes (Ap. 2:26-27), que reinarán junto con Cristo y en la misma
manera (Ap. 19:14-15).
7. La Preeminencia de la Iglesia en Cristo se puede apreciar al ver el triunfo de Cristo sobre sus
enemigos en la Gran Tribulación en cuatro aspectos:
a) El diablo tratará de forzar a la iglesia para que adore a la bestia o Anticristo y le vemos
blasfemar contra los vencedores que ya están en el cielo y hacer la guerra contra los santos y
vencerlos físicamente (Ap. 13:5-8), aunque sabemos que ellos lo vencerán espiritualmente al
dar su vida y ser degollados por la bestia (Ap. 12:11).
b) El diablo tratará de poner su marca sobre los santos, pero de nueva cuenta vemos la victoria de
los creyentes sobre el intento del enemigo (Ap. 14:9-12, 15:2-4, 20:4, 22:4), porque ellos ya
fueron sellados con sello indeleble por el Espíritu de Dios para el día de la redención (Ap. 9:4,
Ef. 1:13 y 4:30, 2 Ts. 2:19). Los vencedores raptados que vemos ser tomados para el trono de
Dios y que vendrán con Él cuando vuelva a la tierra, también tienen este distintivo y son
prueba de la fidelidad de Dios y preeminencia para preservar a su iglesia (Ap. 14:1).
c) El diablo tiene sus huestes infernales en contra de los santos, en toda la historia de la iglesia el
diablo ha tratado de destruirla y ha matado y derramado la sangre de muchos santos, así como
los ha atacado con odio terrible, pero siempre Dios ha guardado a un remanente que le ha
vencido, mismos que formarán el ejército que retornará con Cristo cuando venga a la gran
batalla del Armagedón, sus soldados son llamados, elegidos y fieles (Ap. 17:14, 19:14), pero
aún los creyentes de la Gran Tribulación alcanzarán la victoria, mostrando la preeminencia de
la iglesia sobre las huestes de Satanás.
d) El diablo mediante la religión babilónica ha peleado contra la Iglesia de Cristo para robarle la
gloria, el honor y el dominio sobre el mundo, que Cristo le ha prometido al hacerla su Esposa.
Durante su breve reinado mundial sobre la tierra con su gran ramera, pretenderá que por fin lo
ha logrado, pero como hemos visto, la preeminencia de la Iglesia sobre la ramera, la llevará a
ser la Esposa legítima de Cristo y a tener las tres cosas que el diablo nunca tendrá en realidad
(Ap. 19:7-9, 21:2-3, 1 Jn. 3:1-3), pues el resto de la iglesia también será consolada y rodeada
del amor de Dios como su preciosa familia formada por todos los hijos de Dios (Ap. 21:14).
IV. LA ERA MILENIAL
Mil años son como un día para Dios, lo que nos da una clave para visualizar los tiempos en el calendario
bíblico (Sal. 90:4, 2 P. 3:8). De Adán a Cristo transcurrieron cuatro mil años, de Cristo a la fecha han
transcurrido cerca de dos mil años más; ahora estamos en el atardecer del sexto día, en el que fue creado el
hombre y la mujer, figuras de Cristo y su Iglesia (Gn. 1:26-31). El séptimo día fue instituido como día de
54
reposo, porque en el reposó Dios de toda su obra (Gn. 2:1-3). Cuando este día concluya y la Iglesia esté en la
plenitud, Cristo retornará por su iglesia, dando lugar a diferentes eventos relacionados con su venida en un
período de siete años, que ya estudiamos, al final de los cuales Él descenderá a la tierra como Rey para dar
inicio al milenio o dispensación de la paz, el día de reposo que Dios santificó desde el principio.

Esta última dispensación se caracterizará por ser pacífica. La paz reinará debido a que imperará la
justicia (Stg. 3:18). Actualmente hay mucha injusticia, lo que es causa de pleitos y guerras. La iglesia
tiene el privilegio de sufrir injustamente para traer la gloria de Dios a la tierra (1 P. 3:14-18, 4:12-16).
La Biblia nos muestra con claridad que entonces cesarán las guerras y las armas serán cambiadas por
herramientas de labranza (Is. 2:1-4, Os. 2:18, Ez. 34:25). También en ese tiempo, la Palabra de Dios
será muy estimada y en especial en su pueblo restaurado todos conocerán a Dios (He. 8:10-12). La paz
será en todos los ámbitos, de modo que podemos imaginar ciudades sin policía, sin cárceles, sin
ejército, sin divorcios. No habrá tampoco animales feroces o ponzoñosos, aún los carnívoros dejarán de
serlo para volver a alimentarse de hierva, como al principio (Is. 11:5-9, 65:25, Gn. 1:30).

En esa dispensación, a diferencia de la actual, no habrá diablo que engañe o tiente a las personas (Ap.
20:1-3). Imagina una tierra sin pornografía, sin drogas, sin antros de vicio. Ahora el diablo es el
príncipe de este mundo y está valiéndose de la carne para ejercer su principado en la humanidad, pero
la iglesia está siendo entrenada para vencerlo y alumbrar en las tinieblas del mundo. Sin diablo la tierra
entera será lo más parecido al paraíso, que aún será difícil distinguir entre los salvos y los que no lo
son. El diablo ahora ciega los entendimientos de los incrédulos para que no vengan a Cristo (2 Co. 4:4),
pero entonces no habrá esos inconvenientes para ganar almas. No se echarán fuera demonios como
ahora, no habrá hospitales psiquiátricos. Nunca como entonces se comprenderá que la diferencia entre
ser salvo o no, no tiene que ver con obras sino con tener la nueva naturaleza dentro de nuestro ser.

En está era Cristo será el Rey de reyes (Ap. 17:14, 19:11-16). Los doce apóstoles del Cordero reinarán
sobre las doce tribus de Israel (Lc. 22:28-30). Los vencedores que conforman la Esposa, reinarán,
según su fidelidad y fruto respecto a lo que Dios les dio, sobre diferentes territorios o ciudades, según
les fue designado en el Tribunal de Cristo (Lc. 19:16-19, 2 Ti. 2:12, Ap. 5:10). También reinarán con
Cristo los vencedores de la Gran Tribulación (Ap. 20:4-6).

En esta dispensación Dios consolará a su pueblo Israel y le cumplirá todas las promesas dadas desde el
principio, sus reliquias poseerán su territorio (Ro. 11:1-5, 15, 25-27, Ap. 7:3-8), que nunca han poseído
y que será desde el río Eufrates hasta el río Nilo (Gn. 15:18).

Los israelitas evangelizarán al mundo, será su privilegio, porque al reconocer a su Mesías Rey, el velo
caerá de sus ojos (Zac. 8:20-23, 13:6-9, Is. 2:1-3, Miq. 5:1-4).

Es claro que la iglesia que se levantará será muy especial y diferente a la de nuestra dispensación.
Nuestra iglesia está prefigurada por el Tabernáculo de Moisés, pero la iglesia del milenio está
prefigurada por el templo de Salomón, siendo éste un tipo del reinado de paz de Cristo (1 Ry. 2:45,
4:24-25, 34).

El templo descrito en Ezequiel corresponde al templo físico que será edificado por los judíos al inicio
de la Gran Tribulación y será el centro de adoración en el milenio (Ez. 40-42). Es el único templo
descrito en la Biblia que está pendiente de edificación.
En el libro de Los Salmos el Señor habló acerca de su plan, incluyendo su segunda venida, para establecer su
reino milenial, veamos algunos ejemplos de esto (Sal. 9:4-11, 21:1-7, 29:10-11, 37:34, 45:6-7, 46:8-11, 47:1-9,
55
67:3-7, 69:35-36, 72:15-19, 89:26-29, 35-37, 93:1-5, 96:10-13, 97:1-6, 98:1-9, 99:1-5, 102:13-16, 132:13-14,
138:4-5, 145:10-13, 146:10).
También el profeta Isaías recibió y registró muchos detalles de ese tiempo glorioso en el que Cristo reinará
sobre la tierra e Israel recibirá el cumplimiento de todas las cosas que Dios le prometió (Is. 2:1-5, 4:2-6, 11:616, 12:1-6, 14:1-3, 16:4-5, 19:19-25, Is. 24:14-15, 23, 27:6, 13, 28:5-6, 29:17-24, 30:18-26, 32:1-5, 33:5-6,
35:1-10, 49:12-13, 19-23, 51:3-5, 11, 52:1-2, 7-10, 54:7-14, 55:5, 60:9-22, 61:6-11, 62:1-7, 65:18-25, 66:1014).
UN BREVE TIEMPO
Después del milenio el diablo será suelto para cumplir de nueva cuenta su función de engañador, que cierna a
aquellos que no son de Dios y se pueda separar el trigo de la cizaña (Ap. 20:7-8, Mt. 13:30, 33-43).
Esto polarizará a la humanidad y muchas naciones se rebelarán al Rey para hacerle guerra, levantando un
ejército como las arenas de la mar, situación necesaria para la destrucción de los malos en la Gran Batalla final.
Aparece en escena Gog de Magog a quien Satanás engañará y encabezará la rebelión de los no salvos para
levantarse en armas contra Israel.
Seguramente Rusia es Gog, porque en Ezequiel 38:2, se describe la ira de Dios contra Gog y Magog. Gog es la
nación que encabezará a todas las naciones que se levantarán contra Israel y Magog es su territorio: “Así ha
dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti, oh Gog, príncipe de la cabecera de Mesec y Tubal.”. La
Biblia de Las Américas traduce: Príncipe de Ros, en vez de príncipe de la cabecera, Ros fue el nombre con que
se designaron a las tribus localizadas al norte de las montañas Tauro; Tubal corresponde a la primera provincia
de la Rusia asiática, actualmente Tubolsk, y Mesec a Moscú, la actual capital de la Rusia europea. Los
versículos 14 y 15, se refirieren a Gog cuando dice: “Vendrás de tu lugar, de las regiones del norte, tú, y
muchos pueblos contigo...”
Si tomamos un globo terráqueo y localizamos Jerusalén, trazamos una línea imaginaria del meridiano que pasa
sobre ella hacia el norte, encontraremos que Moscú se localiza exactamente al norte de Israel. El resultado de
esa invasión será que Dios derramará su ira sobre Gog y los ejércitos de las naciones confederadas con él,
cuando éste se levante contra Israel (Ez. 38:14-23; 39:1-7), y será destruido con fuego del cielo precisamente
en el antiguo Valle de Armagedón, que tomará el nombre de Hamon-gog por causa de la destrucción de Gog; y
Satanás será echado al lago de fuego para ser atormentado para siempre (Ap. 20:9-10).
EL JUICIO FINAL
Nadie puede quedar sin juicio, de modo que todos aquellos que no hayan sido juzgados en alguno de los juicios
previos, tendrá que comparecer en el Juicio Final. Los cielos (primero y segundo cielo) y la tierra contaminados
por el pecado, es decir, toda la creación, serán juzgados y purificados por fuego, para hacer descender del cielo
de Dios (del tercer cielo) el Gran Trono Blanco (2 P. 3:7, 10-13, Is. 13:9-13, Ap. 20:11), y después del juicio,
se verán los cielos nuevos y la tierra nueva, totalmente puros (Ap. 21:1).
Este juicio del Gran Trono Blanco, como el trono de marfil de Salomón, nos habla de justicia, diferente al trono
actual al que los creyentes se acercan para hallar gracia y misericordia, que es el Trono de Gracia de nuestra
dispensación. El Señor como juez realizará el análisis, no porque Él requiera enterarse de todas las cosas que
condenarán a los hombres, sino porque de esa manera vendrá convicción a cada uno de su justo castigo.
En este trono la Iglesia vencedora fungirá, junto con Cristo el Señor, como juez del mundo y los demonios (1
Co. 6:2-4).
56
En este trono serán juzgados:

Los cielos y la tierra (la creación), que como ya vimos, serán deshechos por fuego y no serán más, para
dar lugar a cielos nuevos y tierra nueva (2 P. 3:7-13).

Todos los hombres de todas las dispensaciones que no fueron salvos, resucitarán para ser juzgados
según sus obras para ser lanzados, cuerpo y alma, sin espíritu, al lago de fuego de la muerte eterna (Jn.
5:29, Ap. 20:11-13, Mt. 10:28).

El diablo y todos los ángeles que se rebelaron con él, reservados para este gran juicio final (2 P. 2:4, Jd.
6, Ap. 20:10, Mt. 25:41, 1 Co. 6:3).

El infierno y la muerte recibirán su sentencia en ese juicio, para ser también lanzados al lago de fuego
(Ap. 20:14).

Los salvos durante el milenio. Todos los escritos en el libro de la Vida, serán separados para Dios y los
que no, serán lanzados al lago de fuego, que es la muerte segunda (Ap. 20:5, 15).

Los salvos perdedores del Antiguo Testamento, como Adán y Eva, los once patriarcas, Saúl, etc. (He.
9:27).

La tribu de Dan tendrá que esperar su salvación hasta este tiempo (Gn. 49:16-18, Dt. 33:22, Sal. 22:1213).
El castigo
Siendo Dios justo y perfecto, juzgará de cada perdido los mismos puntos que juzgó en los creyentes, pero para
determinar la intensidad de su castigo. También habrá sentencias colectivas e individuales. Por ejemplo, el
castigo de Sodoma, con todo su tremendo pecado, será más tolerable que el de los habitantes de Capernaún, o
de Tiro y de Sidón, que no creyeron en Cristo pese a ver sus maravillas de amor.
Del mismo modo, aquellas personas que escuchen el Evangelio y lo rechacen, respecto a quienes no escucharon
el evangelio, que serán juzgados por su conciencia, por no haber tenido la misma oportunidad, ya que Dios
mostrará en ese juicio su perfecta justicia (Mt. 11:21-24, 10:14-15, Ro. 2:5-6, 11-12, 15, Mr. 6:11).
Los líderes de las religiones recibirán mayor condenación que sus seguidores (Lc. 20:46-47, Mt. 23:15, 32-33).
La justicia de Dios quedará establecida para siempre y quedando todos bajo convicción, se cumplirá la palabra
que dice que toda lengua le confesará y toda rodilla se doblará ante Él, incluyendo las de los que están debajo
de la tierra, es decir, ahora en el infierno (Fil. 2:10-11).
LA ETERNIDAD
Cuando Apocalipsis se acerca al final de su revelación, nos muestra en sus dos últimos capítulos lo que vendrá
cuando las primeras cosas serán pasadas y Dios hará nuevas todas las cosas (Ap. 21:1-7), cuando la Nueva
Jerusalén descenderá del cielo de Dios, como la Esposa o Iglesia gloriosa formada por los vencedores. Después
de la exhortación del los versos 6-8, del verso 9 en adelante, describe las características de la capital del Reino
Eterno, una ciudad cúbica de 21.6 Km por lado, con muros de jaspe de 64.8 m de altura, cuyo interior es como
el oro pero transparente, con doce puertas de perlas en las que hay doce ángeles y los nombres de las doce
tribus de Israel; con doce fundamentos de piedras preciosas, con los nombres de los doce apóstoles del Cordero.
57
En el centro de la ciudad una plaza de oro puro como el vidrio limpio. No hay templo en ella porque el Señor es
su templo y no necesitará de sol ni luna, porque el Cordero es su luz y nunca habrá en ella noche. La misma
ciudad será luz a las naciones salvas que poblarán la tierra nueva (universo) y sus reyes (los vencedores)
llevarán a ella su honra y su gloria. A ella podrán entrar sólo los hijos de Dios.
El capítulo 22 nos sigue mostrando detalles de la ciudad que es mujer del Cordero, la Iglesia gloriosa: El trono
de Dios y del Cordero están en ella frente a la plaza; un río de agua de vida saldrá del trono y de ambos lados
estará el árbol de la vida, que dará cada mes su fruto, doce frutos al año. En la eternidad aún se medirá el
tiempo. Sus hojas serán para sanidad o potencia de las naciones en toda la creación (22:14). Sus siervos le
servirán por siempre, los que tienen su Nombre en sus frentes, quienes reinarán por siempre jamás.
Cuando Dios hizo los cielos y la tierra, no fue en vano sino que hizo la creación para que fuera habitada (Is.
45:17-18). Dios creó las estrellas y sus sistemas, todas las conoce por nombre, aunque son millones de millones
(Is. 40:26, Sal. 147:4-5). Actualmente toda la creación está gimiendo por una cosa que la liberará de
corrupción, la manifestación gloriosa de los hijos de Dios, en el nuevo sistema de puras cosas nuevas, después
de juicio final (Ro. 8:19-25, Job. 25:5).
Reinar o regir a las naciones será una labor de los vencedores sobre los demás hijos de Dios que poblarán el
universo entero para siempre.
La parte final del Apocalipsis (Ap. 22:8-21), es una exhortación de Cristo a los creyentes de hoy, los que leen
antes del inicio de la Gran Tribulación, para que se preparen con esperanza para el glorioso encuentro de la
iglesia vencedora con su Señor, y para que junto con el Espíritu Santo, puedan pedir en su oración: ¡Ven, Señor
Jesús! Él ciertamente viene en breve: Es tiempo de recibir su gracia hoy.
ES TIEMPO DE PREPARARSE
Conocer los tiempos y eventos que se avecinan debe alertar a todo creyente para prepararse y que sea tenido
por digno de evitar los juicios y estar de pie cuando Él venga (Lc. 21:33-36).
-----o-0-o-----
58
APÉNDICES
ASCII tabla de la American Standard Code for Information-Interchange
0 nul
1 soh
2 stx
3 etx
4 eot
5 enq
6 ack
7
bel
8 bs
9 ht
10 nl
11 vt
12 np
13 cr
14 so
15 si
16 d1e
17 dc1
18 dc2
19 dc3
20 dc4
21 nak
22 syn
23 etb
24 can
25 em
26 sub
27 esc
28 fs
29 gs
30 - rs
31 us
32 sp
33 !
34 "
35 #
36 $
37 %
38 &
39 '
40 (
41 )
42 *
43 +
44 ,
45 46 .
47 /
48 0
49 1
50 2
51 3
52 4
53 5
54 6
55 7
56 8
57 9
58 :
59 ;
60 <
61 =
62 >
63 ?
64 @
65 A
66 B
67 C
68 D
69 E
70 F
71 G
72 H
73 I
74 J
75 K
76 L
77 M
78 N
79 O
80 P
81 Q
82 R
83 S
84 T
85 U
86 V
87 W
88 X
89 Y
90 Z
91 [
92 \
93 ]
94 ^
95 _
96 `
97 a
98 b
99 c
100 d
101 e
102 f
103 g
104 h
105 i
106 j
107 k
108 l
109 m
110 n
111 o
112 p
113 q
114 r
115 s
116 t
117 u
118 v
119 w
120 x
121 y
122 z
123 {
124 |
125 }
126 ~
127 •
128 €
129 ?
130 ‚
131 ƒ
132 „
133 …
134 †
135 ‡
136 ˆ
137 ‰
138 Š
139 ‹
140 Œ
141 ?
142 Ž
143 ?
144 ?
145 ‘
146 ’
147 “
148 ”
149 •
150 –
151 —
152 ˜
153 ™
154 š
155 ›
156 œ
157 ?
158 ž
159 Ÿ
160
161 ¡
162 ¢
163 £
164 ¤
165 ¥
166 ¦
167 §
168 ¨
169 ©
170 ª
171 «
172 ¬
173
174 ®
175 ¯
176 °
177 ±
178 ²
179 ³
180 ´
181 µ
182 ¶
183 ·
184 ¸
185 ¹
186 º
187 »
188 ¼
189 ½
190 ¾
191 ¿
192 À
193 Á
194 Â
195 Ã
196 Ä
197 Å
198 Æ
199 Ç
200 È
201 É
202 Ê
203 Ë
204 Ì
205 Í
206 Î
207 Ï
208 Ð
209 Ñ
210 Ò
211 Ó
212 Ô
213 Õ
214 Ö
215 ×
216 Ø
217 Ù
218 Ú
219 Û
220 Ü
221 Ý
222 Þ
223 ß
224 à
225 á
226 â
227 ã
228 ä
229 å
230 æ
231 ç
232 è
233 é
234 ê
235 ë
236 ì
237 í
238 î
239 ï
240 ð
241 ñ
242 ò
243 ó
244 ô
245 õ
246 ö
247 ÷
248 ø
249 ù
250 ú
251 û
252 ü
253 ý
254 þ
255 ÿ
EL TERCER CIELO
BODAS DEL
CORDERO
LA CENA
DE BODAS
DESCIENDE
EL GRAN
TRONO
BLANCO
TRIBUNAL
TRIBUNAL
DE CRISTO (a) DE CRISTO (b)
RESURRECCIÓN
Y EXALTACIÓN
DE CRISTO
VENCEDORES
DEL A. T.
1ª VENIDA
DE CRISTO
CRISTO A
LAS NUBES
RAPTO DE
VENCEDORES
CRISTO A
LAS NUBES
LA GRAN
COSECHA
RETORNO
DE CRISTO
CON SU ESPOSA
Y VENCEDORES
JUICIO
FINAL
MUERTE
EL
EDÉN
(1)
(33 AÑOS)
(2)
MINISTERIO
TERRENAL
DE CRISTO
(1) ERA PATRIARCAL
(2) ERA DE LA LEY
JUICIO DE LA
IGLESIA
JUICIO DE
ISRAEL
GRAN
CIELOS TIERRA
BATALLA
NUEVOS
ETERNIDAD
ERA DE LA GRACIA 7 AÑOS DE GRAN TRIBULACIÓN ERAMILENIO DIABLO
(LA IGLESIA)
3 ½ AÑOS
3 ½ AÑOS
(PROMESAS
SUELTO
(1260 días) *
(1260 días)*
CUMPLIDAS
7 SELLOS
7 COPAS DE IRA
A ISRAEL)
7 TROMPETAS 3er AY
7 TRUENOS
REINADO DEL
2 AYES
ANTICRISTO
SELLO 666
ARMAGEDÓN
2 TESTIGOS
ABISMO
DIABLO ATADO
MIL AÑOS
NOTA (*): 3 ½ AÑOS SON 1277 DÍAS, PERO SERÁN ACORTADOS 17 DÍAS.
DIAGRAMA DE LAS DISPENSACIONES
LA NUEVA
JERUSALÉN
LAGO DE FUEGO
FALSO PROFETA
(MUERTE 2ª)
ANTICRISTO
DIABLO Y SUS
ÁNGELES, MUERTE,
INFIERNO, PERDIDOS
Descargar